discern i mien to

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  • 7/23/2019 Discern i Mien To

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    DISCERNIMIENTO

    Una persona de "deseo"

    Discernir, en ignaciano, no es simplemente "elegir", sino apostar por el "ms" y

    arriesgar en la vida y en el amor. Y eso se fragua en un deseo vivo de

    responder al amor que uno ha recibido. En el fondo del deseo, y como sustentovital del discernimiento, est el agradecimiento. Decamos anteriormente que

    el discernimiento es un movimiento del amor, que busca cmo amar ms y

    meor, cmo responder con ms generosidad, cmo servir ms humilde y

    gratuitamente...

    Una persona que se deja "acompaar"

    El discernimiento ignaciano es un proceso personal, en el que la persona ha de

    asumir todo protagonismo y responsabilidad en las decisiones que toma, pero

    no es nunca un proceso que se haga en solitario. !or su propia eperiencia,

    #gnacio es muy consciente de los enga$os y desenfoques que se pueden dar, yse dan, cuando los procesos espirituales y los procesos de discernimiento se

    abordan en solitario. El sueto del discernimiento ignaciano ha de tener una

    disposicin afectiva y efectiva de dearse acompa$ar y una eperiencia previa

    y propia de acompa$amiento. %unque el del acompa$amiento es un tema que

    ahora nos desborda, quiero indicar sencillamente tres referencias de

    acompa$amiento en el discernimiento. &a primera es la de un

    acompa$amiento personal de alguien con quien ms de cerca vamos

    confrontando nuestro proceso. 'tra es una referencia grupal y(o comunitaria

    que ayuda, entre otras cosas, a que los deseos se mantengan presentes y

    vivos y a sentirnos acompa$ados en nuestras di)cultades y estimulados ennuestros decaimientos. *inalmente, todo discernimiento cristiano ha de tener

    siempre la referencia de la contemplacin de la persona de +ess, en quien se

    epresan de un modo sublime todos los matices del amor.

    Una persona que es capaz de trabajar lascon med!ac!ones

    Discernir eige, muchas veces, optar por mediaciones concretas que tradu-can

    los generosos deseos llenos de ideal a las circunstancias concretas y prosaicas

    de la vida, en una traduccin que no siempre es fcil ni de hacer ni de vivir.

    !orque discernir no es elegir entre lo bueno y lo malo, sino entre cosas o

    buenas o indiferentes y que, en la mayora de casos tienen una inevitablecarga de ambigedad. /uchas veces las consecuencias de las decisiones son

    compleas y no todas deseadas o deseables y con costos de muy variada

    tipologa. El discernimiento ignaciano requiere una persona que huye de

    fundamentalismos y maniquesmos, con su)ciente criterio propio frente a

    criterios o tpicos preestablecidos, que no queda inmovili-ada por el hecho de

    escoger y que es capa-, incluso, de "mancharse las manos" si ello pareciera

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    necesario... 0na persona, en de)nitiva, metida en la realidad de la vida y que

    evita angelismos y evasiones.

    Una persona lc!da # cu!dadosa de su l!bertad !nter!or

    #gnacio plantea que en los procesos de decisin y discernimiento la coherencia

    buscada entre )n y medios 1"lo que ms conduce para el f i n " 2 quedaquebrada y cortada en muchas ocasiones por diversos factores que afectan a

    la libertad interior con la que tomamos nuestras decisiones. Y, si carecemos de

    esa libertad, podemos hacer "trampa" a la hora de elegir3 "trayendo el )n al

    medio y no el medio al )n" 1 4 2 , "de manera que all venga Dios donde 5l

    quiere" 1 6 2. Elegimos lo predeterminado de antemano, terica o fcticamente,

    y luego buscamos cmo usti)car nuestra eleccin. 7o se da una eleccin

    "limpia". 8egn la propuesta ignaciana hay que atender a tres elementos

    fundamentales a la hora de evaluar y cuidar nuestra libertad interior. El

    primero es la dependencia de nuestra propia imagen y prestigio y de la opinin

    aena con respecto a lo que somos y hacemos, supuesto que, adems, loscriterios de valoracin de nuestra sociedad no son los evang5licos. 'tro

    elemento a atender es el de nuestros apegos afectivos9 el problema no es que

    aquello a lo que estamos "apegados" o "dependientes" sea malo o bueno3

    puede ser, en principio, bueno, pero lo que es malo 1a afectos de la libertad en

    el discernimiento2 es nuestra dependencia de ello. *inalmente, hay que prestar

    atencin a nuestros miedos, a nuestro universo particular de temores, del que

    si no somos conscientes o no ponemos bao control no podemos esperar sino la

    parlisis.

    Una persona $um!lde que acepte que se puede equ!%ocar

    El discernimiento, incluso el meor posible, no es una garanta de infalibilidad.

    !odemos equivocarnos. :on el discernimiento buscamos la honestidad con

    nosotros mismos, con Dios, con los dems, la verdad en nuestra vida...9

    queremos acertar y ponemos todo lo que est en nuestra mano para ello, pero

    no siempre vamos a acertar en el resultado, en la decisin, aunque s

    acertemos en la actitud. El discernimiento ignaciano no acaba con la toma de

    la decisin que sea, sino que pide y espera "con)rmacin", la con)rmacin de

    la vida de que, efectivamente, nuestra decisin ha sido la correcta en t5rminos

    evang5licos. Y la vida unas veces, seguramente las ms, con)rmar nuestra

    decisin, pero otras la desmentir. Y nos obligar a repensar las cosas. !or eso,

    la persona que quiere ser un buen "sueto" de discernimiento ha de ser una

    persona humilde, que rechace toda tentacin de infalibilidad, y que est5

    dispuesta a esperar y escuchar lo que la vida le va diciendo acerca de las

    decisiones que va tomando. Y el que se equivoque 1es decir, que la vida le

    ponga de mani)esto el error de alguna de sus decisiones2 no signi)ca

    necesariamente ni que haya hecho mal el discernimiento, ni que sea incapa-

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    de hacerlo... 8igni)ca, simplemente, que es humano, eso que, a veces, nos

    cuesta tanto aceptar...