diputaciÓn_grupoe_subgrupo3

SEDE DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SEVILLAAntiguo Cuartel de la Puerta de la Carne

Álvaro Benito Palomo, Manuel Fernando Fernández Vázquez, Carlos Sánchez Galeote, Francisco Torres Vidal

Indice

1 CONTEXTO HISTÓRICO El ingreso y la evolución de Sevilla en el siglo XVIII

1.1 De los primeros asentamientos a la cima de la civilización

1.2 La llegada del siglo XVIII. Las catástrofes como agravante de una ciudad en decadencia

1.3 La economía y los sistemas productivos. Endemia de la ciudad

1.4 El Asistente Pablo de Olavide. El intento de transformar

1.5 Las circunstancias que motivan el Cuartel de la Puerta de la Carne

2 ENTORNO URBANO La reciprocidad entre Sevilla y el Cuartel

2.1 La estructura urbana existente

2.2 La búsqueda de un emplazamiento para el Cuartel

2.3 Las infraestructuras e instalaciones urbanas

3 LA ARQUITECTURA DEL CUARTEL Cómo materializar un complejo programa

3.1 Criterios y condicionantes en la arquitectura de los cuarteles militares

3.2 Cronología del arranque del proceso

3.3 El proyecto y la construcción del Cuartel de la Puerta de la Carne

4 CONTEXTO ACTUAL La intervención de la arquitectura contemporánea

4.1 La situación de partida

4.2 Cruz y Ortiz, arquitectos

4.3 La adaptación del edificio a sede de la Diputación de Sevilla

5 CONCLUSIONES Reflexión conjunta de un ejercicio didáctico

6 BIBLIOGRAFÍA

TITULO DEL TRABAJO DE CADA GRUPO2 / 3

1 CONTEXTO HISTÓRICO El ingreso y la evolución de Sevilla en el siglo XVIII

1.1 De los primeros asentamientos a la cima de la civilización

La transformación de una ciudad constituye un proceso temporal longitudinal, en el cual aparecen una serie de sucesos que aportan transversalidades que se intersectan para dar lugar a un marco complejo que conforma la Historia de la ciudad.

Como toda ciudad del ámbito mediterráneo, Sevilla evoluciwwona desde sus orígenes en un ininterrumpido cambio de culturas hasta lograr una superposición de pátinas que afectan tanto a su régimen cultural, político, social o económico como a su presencia física.

Constituye, por tanto, una referencia esencial para entender y poner en relación las situaciones que envuelven al Cuartel de Caballería de la Puerta de la Carne de Sevilla como hecho puntual en la evolución de la ciudad.

El primer asentamiento de la ciudad se localiza en su cota más alta, no muy lejos de la Catedral protegiéndose de la agresividad del río y apoyándose sobre este primer núcleo la trama romana.

Pero Sevilla debe su trazado principalmente al control árabe de la ciudad a partir de 712 lo que la diferencia de las ciudades medievales de occidente. Ambas –árabes y medievales- comienzan a tejerse desde los caminos de salida del centro hasta las puertas de la muralla pero en la ciudad islámica, las calles secundarias parten de forma quebrada de las principales, de directriz sinuosa para disolverse en otras más angostas, a veces sin salida, los adarves, que va a caracterizar sin duda la morfología de ciudades como Sevilla.

Sobre el siglo XI se modifica el trazado de la muralla y extendiéndose la ciudad hacia el norte y el oeste envolviendo huertos y arrabales extramuros con tal cantidad de terreno que hasta la segunda mitad del siglo XX no hubo necesidad de desbordar la cerca, produciéndose un proceso de densificación continuado durante más de nueve siglos.

La ciudad se estructura radialmente sobre los caminos que unían las puertas de la muralla antigua con la nueva, delimitando grandes manzanas que comenzarán a consolidarse sobre dichos caminos. Con la conquista cristiana, las instituciones religiosas, para afianzar la nueva fe, comienzan a ocupar los vacíos de carácter pseudo agrícolas que la muralla había encerrado y a consolidar las aún primitivas manzanas.

En el siglo XVI Sevilla reemplaza a Venecia como centro comercial de Occidente y es cuando se acelera el proceso de transformación, quedando prácticamente fijada su trama durante ese siglo. A partir de entonces, la ciudad vivirá durante décadas en la cúspide mundial, hasta el declive del siglo XVII.

Portada: Vista tangencial de la fachada lateral y el Puente. 10/11/2.010 (Sánchez Galeote, Carlos)

Índice: Vista de la fachada posterior del antiguo Cuartel. 10/11/2.010 (Torres Vidal, Francisco)

PATRIMONIO ANDALUZ EN LA EDAD MODERNA: CIUDAD, ARQUITECTURA Y REHABILITACIÓN

Evolución de la estructura urbana de Sevilla sobre cartografía actual. Elaboración propia


1.2 La llegada del siglo XVIII. Las catástrofes como agravante de una ciudad en decadencia

Aunque a finales del siglo XVII (1.697) se establece la Escuela de Marinos de San Telmo y en 1.699 el Real Colegio de Médicos, el siglo XVIII, ‘el siglo de la ilustración’, en Sevilla evoca un siglo anterior cargado de catástrofes - especialmente la peste de 1.649 - que había arruinado y mermado la población.

La muerte de Carlos III provoca luchas por el trono entre borbones y austrias con la consiguiente Guerra de Sucesión; ante este hecho, Sevilla permanece fiel a Felipe V y éste, en agradecimiento, traslada la Corte a la ciudad -desde 1.729 hasta 1.733- si bien este gesto no consiguió impulsar la decadente ciudad que supuso la pérdida de monopolio de Indias de 1.717, origen de una situación que provoca el tránsito de ser una de las ciudades más pobladas y prósperas del mundo, por encima de urbes como Paris, Venecia o Roma, a convertirse en la ciudad de los Palacios, de las Iglesias y de los Conventos.

Demográficamente, el auge del siglo XVIII beneficia a las ciudades que poseen puertos y a los núcleos urbanos pequeños y medianos, así como a las zonas pequeñas vinícolas y olivareras. Sin embargo, en Sevilla no se aprecia este crecimiento, quedando estancada la población desde la crisis de mediados del s. XVIII. El hecho de que un núcleo tan importante y significativo como Sevilla resulte inmóvil y casi regresivo, no hace sino añadir incógnitas a la tendencia general. Indudablemente, el fenómeno más espectacular es, como ocurriera en el período anterior, el crecimiento disparado de Cádiz, estableciéndose una correlación evidente y directa entre la coyuntura comercial atlántica y la población de la zona.

Además, las oscilaciones climáticas, muy acentuadas en el siglo XVIII, producen cíclicamente grandes catástrofes, ya sea por la sequedad -invierno y primavera de 1.734 y 1.750-, ya sea por las lluvias excesivas, las cuales producían inundaciones e impedían la maduración de los granos. Esto último ocurre en 1.708, teniendo como consecuencia las espantosas hambres de 1.709 y 1.710, y otros daños colaterales, como el exceso de humedad que favorece las plagas de tercianas y otras enfermedades.

1.3 La economía y los sistemas productivos. Endemia de la ciudad

El final del siglo XVII culmina en Gran Bretaña la etapa inicial de la Revolución Industrial, proceso que consiste básicamente en la introducción de la mecanización y los cambios en los sistemas de producción en la industria, hasta entonces se basada

Arriba: Fotografía del cuadro ‘Niños comiendo melón y uvas’ de Bartolomé Esteban Murillo, 1.650. Extraída de http://culturadesevilla.blogspot.com, 11/04/2.011

Derecha: Cuadro de las principales catástrofes naturales acaecidas en el Sevilla durante el siglo XVIII. Elaboración propia


en la producción artesanal.

Tal y como se ha tratado, es en el siglo XVIII cuando se da el inicio de la decadencia económica hispalense; el 12 de mayo de 1.717 se trasladan la Casa de Contratación y el Consulado Marítimo a Cádiz, quedando al Lonja sevillana vacía. Como causa principal del trascendental cambio está la dificultad de navegación por el río, de caudal irregular y desembocadura peligrosa (cementerio de no pocos navíos). Entre mejorar el río o cambiar de puerto, se escoge esta última opción, aunque también influyen decisiones meramente políticas. Así la Lonja de Sevilla, en otros tiempos centro de grandes operaciones comerciales, queda vacía hasta final de siglo, cuando se rehabilita para alojar el Archivo General de Indias.

El tejido económico de la Sevilla del siglo XVIII cuenta con una producción artesanal importante a nivel nacional dirigida a cubrir un consumo local o regional, pero condicionada por la débil demanda que impide que se fortalezca el sector manufacturero. Además se añade la postura de la burguesía, que entiende que las inversiones en tierras y comerciales resultan más seguras y favorecen una importante acumulación de capital, lo cual ralentiza y complica el crecimiento de dicho sector.

Aún así entre las organizaciones gremiales sevillanas hay un predominio del sector textil, destacando el subsector sederero, seguido del lanero, mientras la producción algodonera era inexistente, al contrario que en Cataluña donde aparecen en 1.741. Le siguen en importancia las asociaciones de ceramistas (la cerámica y la loza sevillana, ligadas al barrio de Triana, sí estaba destinada tradicionalmente a un mercado regional y exterior), y la de plateros.

Además de los talleres artesanales, existen una serie de establecimientos fabriles promovidos por instituciones estatales: la Real Fábrica de Tabacos, que es la industria de mayor importancia y renombre de Sevilla. La fábrica, favorecida por el monopolio nacional, progresa exponencialmente a lo largo del siglo, expansión que corre pareja al consumo europeo de tabaco; la fábrica se ubica extramuros de la ciudad, junto a la Puerta de Jerez, si bien hasta 1.725 se emplazaba en otro edificio junto a la Plaza de San Pedro; la Real Fundición de Artillería, que tiene su origen en Fábrica de Bronces (1.565) se convierte en un importante centro fabril dedicado a la fundición de piezas de bronce para los regimientos de artillería del sur de España y el norte de África; la Real Fábrica de Salitre, creada para el estanco de la sal, y que fabrica pólvora aprovechando el nitro (nitrato de potasa) de los alrededores. Se sitúa extramuros, frente a la Puerta del Sol; la Real Almacén de Maderas del Segura, que sirve de

Entrada de Felipe V en la ciudad de Sevilla. (Grabado de Pedro Tortolero, 1.729. Fundación FOCUS). Imagen extraída de Domínguez Ortiz, Antonio, La Sevilla de las Luces: con las Respuestas y Estados Generales del Catastro de Ensenada (Sevilla : Comisaría de la Ciudad de Sevilla para 1992, 1991), página 24, Q 94 Andalucía 31

Áreas con mayor concentración de talleres gremiales en la Sevilla del siglo XVIII. Imagen extraída de Almuedo Palma, José, Ciudad e industria: Sevilla 1850-1930 (Sevilla : Diputación Provincial de Sevilla, 1996), página 112, Q 711.4 Sevilla 89


almacenamiento y venta de maderas que llegan a Sevilla por el río, de los pinares de la Sierra del Segura; se emplaza a orillas del río, junto a la Puerta de Triana; y la Real Casa de la Moneda, que constituye el centro neurálgico donde se funde el oro y la plata de la época que después se convierte en monedas, privilegio que solo tienen Sevilla y Madrid. Queda adosada al muro del Alcázar, junto al Postigo del Carbón.

El poder dinamizador de ellas en la ciudad es relativo, a excepción de la de tabacos, si bien los beneficios de ésta no revertían directamente en la ciudad -solamente los salarios-. La única gran fábrica privada de la época es una de curtidos destinada a fabricación de calzados, que se emplaza en el que fuera Convento de San Diego (que Nathan Wetherell instaló en 1.785), además de una fábrica de tejidos de lana que data de 1.780 aunque duró pocos años.

1.4 El Asistente Pablo de Olavide. El intento de transformar

Pablo de Olavide (Lima, Perú, 1.725-1.804), es un personaje de ideas progresistas, que representa el espíritu ilustrado de la época. Llega a España en 1.750 perseguido por la justicia limeña por el oscurantismo de alguno de sus negocios y en 1.767 sucede a Larumbe como Intendente de Sevilla, convirtiéndose en el auténtico núcleo y alma de la ilustración en la ciudad.

Olavide propone un ambicioso plan de reformas en dos direcciones: por un lado a nivel de ciudad, ocupándose de las parcelas universitaria, urbanística y administrativa; por otro, a nivel rural, interviniendo en el sector agrario.

Vista de la fachada principal de la antigua Real Fábrica de Tabacos de Sevilla. 19/02/2.011. (Fernández Vázquez, Manuel Fernando)


Así, de todas las actuaciones llevadas a cabo por Olavide, destacan:

- La reforma educativa (1.768). La educación tiene un papel importante en el pensamiento de Olavide. Parte de la eliminación del escolasticismo (REFERENCIA SUPERÍNDICE: aplicación de las ciencias de Aristóteles para comprender el contenido de los principios del cristianismo)

- La reforma agraria. El objeto es pasar a una agricultura igual a la existente en la ciudad modelo (REFERENCIA SUPERÍNDICE), basada en un pequeño labrador que cultiva y vive en su tierra; esto constituiría “la perfección de la agricultura”. La reforma agraria parte de una situación donde la escasez de tierras y el alto número de labradores que las solicitan deriva en un importante beneficio económico tanto del propietario como del arrendador -las tierras pertenecían a los estamentos privilegiados: nobleza y eclesiásticos- aprovechándose de la situación. Ante ella, Olavide propone crear un mecanismo mediante el cual los pequeños labradores puedan acceder directamente a la tierra, o poner más tierras en cultivo -aumentándose la oferta de tierras-. La difícil tarea de convencer a los estamentos privilegiados obtiene respuesta por el modo de ceder la tierra al colono y la cuota que perciba el propietario -Ley de la cuota (REFERENCIA SUPERÍNDICE)-.

Se elimina la prohibición que tenían los mayorazgos de vender sus tierras o arrendarlas a largo plazo, consiguiendo así, por un lado, el colono tenga la seguridad de que el propietario no lo desahuciará, sino fiados en el largo plazo, establecerán allí su residencia y sacarán toda la utilidad posible, pues una mayor producción le beneficiaría a él, y también al propietario que podría ir aumentando el canon del arrendamiento; por otro lado, el Estado, también se beneficia de labradores más activos.

- Las reformas de los mayorazgos y del clero. Olavide vierte sus críticas a los excesivos privilegios de la nobleza y los eclesiásticos; su propuesta mantiene el ‘status’ de la nobleza pero dignificando las condiciones de los campesinos. Así, asigna a los estamentos privilegiados nuevas funciones que van aparejadas a una nueva educación; es decir los nobles deben cumplir una doble función: la primera, preocuparse por el bienestar de sus pueblos –ofrecer ayuda a sus vasallos–, para lo cual necesitan educarse, “formarse con un corazón benéfico a favor de esas gentes que el cielo les confía”; la segunda, servir al monarca, ante lo cual también recurre a la necesidad de formación para así “sostener con decencia el carácter propio de su clase”.

En definitiva, el noble recibiría una educación universal, de forma que él mismo adoptaría las medidas que harían prosperar al país. Pero esa reforma de la educación no fue fácil; la expulsión de los jesuitas permitió ubicar un centro de estudios en los colegios abandonados. En ellos se establecían una serie de condiciones para el acceso de los hijos -e hijas, aunque estas en condiciones diferentes- de los privilegiados.

En cuanto a los eclesiásticos Olavide propone, primero, retirarlos a sus conventos y, segundo, sacarles de la ignorancia y hacerlos empleados al servicio del rey como brazo izquierdo de la nación -no se les permitía el acceso a la Universidad ni ejercer como docentes-, movilizándose para ocuparse del alimento espiritual de sus feligreses.

- La creación de la Sociedad Patriótica de Sevilla. La fundación de Sociedad Patriótica envuelve los otros dos grandes empeños de Olavide antes tratados: la reforma educativa y la reforma agraria; tiene cuatro objetivos fundamentales: mejorar y promover la agricultura; creación y modernización de la industria; fomento del comercio, mejorando los sistemas de comunicaciones; y extender la enseñanza de las

Identificación, lugar, fecha, autor. Descripción del documento (imagen general/alzado/ detalle…). Extraída de …

Restitución del plano de Olvide de 1.771. . Imagen extraída de http://www.proyectoafri.es, 16/12/2.010


ciencias prácticas y artes útiles, (REFERENCIA SUPERÍNDICE: Geometría, Álgebra, Maquinaria, Hidráulica, Química y Dibujo, pues sin ellas no se pueden mejorar los instrumentos de labor y los artefactos utilizados en la industria) proporcionando los medios necesarios.

Otras reformas de interés fueron:

- La creación de hospicios.

- La libertad de comercio interior - y su relación con la reforma agraria -.

- Reformas en la administración y el cultivo de las tierras de la Iglesia.

- Creación de sociedades modelo.

- Fomento de la industria popular.

- Propuesta de navegación del río Guadalquivir entre Sevilla y Córdoba

- Reforma de los gremios y cofradías sevillanas.

- Reformas culturales: El teatro y la creación de una escuela de comediantes.

- Reformas religiosas

Restitución del plano de Olvide de 1.771. . Imagen extraída de Algarín Vélez, Ignacio, Método de Transcripción y restitución planimétrica : su aplicación al estudio del plano de Sevilla de 1771 mandado levantar por disposición del Sr. Pablo de Olavide, asistente de esta ciudad (Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones [etc.], 2000), Q 711.4 Sevilla 111


1.5 Las circunstancias que motivan el Cuartel de la Puerta de la Carne

En 1.771 Carlos III aprueba la construcción de diecisiete cuarteles de infantería por toda España, a emplazar en lugares donde se evidenciase su necesidad. El objetivo principal de los edificios –ofrecer alojamiento a las tropas de guerra- descarta a Sevilla como sede de alguno de ellos, pues preferentemente se opta por entornos costeros para optimizar el envío de expediciones a América. Constituye fundamentalmente pues, Sevilla, un lugar de paso de las tropas, las cuales, en busca de su destino, se alojan en posadas y mesones que no siempre se encuentran en buen estado – el terremoto de 1.755, y los desbordamientos del río y sus arroyos en 1.758 degradan el parque edificatorio de la ciudad- y además con el consiguiente gasto que suponen sus alquileres.

La situación de decadencia de la ciudad propicia la actuación de la clase gobernante [VER CONTEXTO HISTÓRICO] que impulsa en el último tercio del siglo, una serie de medidas para proceder, entre otros, a la ocupación del extrarradio urbano, -creándose los barrios de la Carretería, la Cestería, los Humeros, la Macarena, la Calzada, San Roque, San Bernardo, y el arrabal de Triana-, o al asentamiento de la industria militar –las Reales Fábricas-, siendo este último hecho el acicate que favorece el incremento de tropas de carácter permanente y la promoción de la construcción de cuarteles. La viabilidad se concreta una vez que la exposición del Conde de Oreilly –Capitán general de Andalucía- justifica la gestión económica a través la aplicación de los excedentes de las contribuciones de paja y utensilios.


2 ENTORNO URBANO La reciprocidad entre Sevilla y el Cuartel

La Real Academia, en el Diccionario de la Lengua Española (vigésima segunda edición) define entorno como ‘ambiente, lo que rodea’ y urbano como ‘perteneciente o relativo a la ciudad’.

Este capítulo por tanto, parte del interés de describir y analizar las relaciones del Cuartel de Caballería de la Puerta de la Carne con la ciudad de Sevilla; de transformar sus límites y sus bordes, entendiendo esos espacios intersticiales de contacto como masas porosas, elásticas y absorbentes que configuran un trozo de ciudad.

2.1 La estructura urbana existente

La Sevilla del siglo XVIII, antes de la intervención de Olavide, [VER CONTEXTO HISTÓRICO] conserva la morfología y el trazado a la época de dominio islámico; hasta 1.770 se muestra como una ciudad levantada intramuros y divida en collaciones, es decir, zonas de la misma asignadas a una determinada parroquia, con una trama medieval del casco muy acusada que apenas se enriquece; aún no se percibe una ordenación municipal al nivel de otras ciudades españolas o europeas.

Las collaciones, según los estudios de Collantes de Terán Sánchez [1], establecen una marcada malla eclesiástica en toda la ciudad, permaneciendo indiferente incluso a las diversas etnias que en ese momento conforman una estructura social muy diferente.

La llegada de Olavide divide a la ciudad en cuarteles, siguiendo el ejemplo de Madrid, y que Carlos III desea extender a todas las capitales donde haya Audiencias o Chancillerías. Cada cuartel queda subdividido en ocho barrios, gobernados, respectivamente, por uno de sus ‘vecinos honrados’, que recibe el nombre de Alcalde. Igualmente, hay una ocupación de terrenos extramuros, resultando cinco cuarteles (incluida Triana), 40 barrios, que de nuevo se subdividen y dan lugar a 320 manzanas.

Sin embargo, estas medidas no logran eliminar a nivel de estructuración urbana –sí a nivel administrativo- esa fuerte preexistencia de la estructura cristiana, que tiene vigencia hasta la desamortización de Mendizábal en 1.837, con la liberación del dominio religioso de una gran superficie de suelo urbano, de forma que las grandes extensiones ocupadas por la función religiosa se ven sometidas a un cambio funcional, a un proceso especulativo, y por tanto, en cierta medida racional, que provoca su fragmentación.

Atendiendo al Plano de Olavide de 1.771, primer y fundamental documento gráfico de la época, entre los Alcázares y la Plaza de la Encarnación, se encuentra el área urbana de mayor antigüedad, que obedece a la traza de una ciudad medieval, con fragmentos muy irregulares denticulados por numerosos adarves que aportan su principal rasgo distintivo, es un trozo de ciudad muy homogéneo donde los edificios singulares están exentos y una edificación densa y de baja altura llena las manzanas.

Más al norte se adivina un cambio gradual de ese tejido interior, con mayores manzanas que van adquiriendo un carácter periférico; en esta zona destaca la importancia en su formación de la muralla anterior que definió un abanico de caminos, hoy calles, que confluían en sus puertas, para, una vez atravesadas éstas, volver a abrirse en todas las direcciones, dando lugar a un trazado viario en estrella que tiene como

[1] Collantes de Terán Sánchez, Antonio, Sevilla en la baja Edad Media: la ciudad y sus hombres, (Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla, 1977), Q 94 Andalucía 52


punto nodal las antiguas puertas de la cerca de la ciudad; especialmente destacable, en este sentido, es la plaza de Santa Catalina que estaría situada en la puerta más importante de conexión con el Valle norte del Guadalquivir. A partir de este punto se formalizan las mayores manzanas de la ciudad, apoyadas en el Camino de la Inquisición Vieja, según la denominación del Plano de Olavide; calles que son el resultado de las huertas extramuros, limitadas por caminos vecinales de acceso a las mismas.

Es la zona noroeste -hoy formada por los barrios de San Julián, San Román, San Luis, Santa Lucía, etcétera- una ciudad contradictoriamente rural, muy diferente a la ciudad sur, con grandes vacios que nunca llegaron a construirse y manzanas casi rurales de pocos edificios y muchas tapias.

Entonces, en este cuadrante noroeste –siempre según el plano de Olavide de 1.771- se encuentra la zona, formal y cualitativamente, más distinta. Se trata del territorio entre el antiguo ramal del río y la muralla, espacio casi vacío en su estado anterior a la entrada de San Fernando, que mostrará en su colmatación la racionalidad del trazado ortogonal que sirvió de base a las ciudades campamentales de nueva fundación, con el objetivo de fijar el territorio reconquistado, y que fue trasladado al nuevo mundo para su urbanización. Es indudable la relación existente entre la experiencia de colonización interior y la posterior configuración de las nuevas ciudades americanas, durante un siglo –XVI- los reyes españoles irán dando instrucciones a los conquistadores acerca del establecimiento, desarrollo y formalización de las ciudades, concretándose finalmente en una verdadera ordenanza urbanística que supone la primera ley urbana de la Edad Moderna -Ordenanzas de Nueva Población promulgadas por Felipe II-.

2.2 La búsqueda de un emplazamiento para el Cuartel

La elección del emplazamiento del Cuartel cuenta con un análisis previo, un mecanismo de reconocimiento que permite conocer y controlar una serie de factores para satisfacer un complejo programa funcional.

Restitución de rutas principales en España a mediados del siglo XVIII. Imagen extraída de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página 13, Q Tesis PON


Las condiciones miliares demandan un emplazamiento tal que, en primer término, atienda criterios de seguridad frente a ataques externos, lo que implica priorizar los sistemas de comunicación y la comodidad en el ingreso a la zona, así como conseguir un fácil control de los movimientos de la población en las zonas intramuros. Por ello, se aboga por situar los cuarteles en puntos próximos a las vías principales de comunicación que permitan una intervención rápida dentro del casco, el traslado de tropas de uno a otro cuartel eficazmente, y, en el caso particular del Cuartel de la Puerta de la Carne, que sirva de apoyo a la seguridad de la producción fabril militar, dominando el acceso al río y a Cádiz, para la salida de tropas hacia los puertos de Indias como principales redes de movilidad.

Como equipamiento destinado al alojamiento, igualmente se necesitan terrenos que faculten el avituallamiento de la población -tanto tropas como animales-, a través de la agricultura, la ganadería y la presencia de agua potable. La proximidad de espacios abiertos y extensiones importantes de campos y prados constituyen un

Emplazamiento del Cuartel de la Puerta de la Carne; comparativa en la colección de planos históricos de la ciudad de Sevilla. Imagen extraída de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página 35, Q Tesis PON


factor fundamental para el abastecimiento, para el entrenamiento militar, y para la formación y organización de las tropas.

En cuanto a salubridad e higiene, conviene evitar la posible propagación de enfermedades, interesando lugares con el aire puro, es decir, alejados de núcleos de contaminación y cerca del campo, del mar o de la montaña, si bien los valores de elevada altitud contarían con bajas temperaturas y los valles con una fuerte presencia de humedad en el suelo; por tanto se tiene especial consideración a emplazamientos donde la sequedad[2] y la naturaleza del mismo no dificulten la cimentación del edificio. Por tanto, y aunque en menor grado, también tienen influencia las condiciones climatológicas como temperatura, vientos dominantes y régimen de lluvias -las posibles inundaciones provocan una importante preocupación en la época porque desencadena una serie de hechos que tienen consecuencias en una carestía de producción agrícola y por ende, en hambres posteriores-.

Los primeros planes de acuartelamiento, surgen con distintas propuestas de situación, la mayoría al Este o al Sudeste del casco: en las Huertas de Espantaperros y Espantaperrillos; frente a la Puerta de la Carne; frente a la Puerta del Osario; o junto a la Puerta de Jerez en los terrenos de los Humeros; todas ellas cuentan los factores a favor y en contra.

Finalmente, por decisión del ingeniero militar Antonio Hurtado, la situación definitiva queda asentada en el extrarradio, fuera del recinto amurallado y al Este de la ciudad, sobre un montículo de escombros en terrenos de la Huerta de Espantaperros y el convento de los Agustinos, junto a las Puertas de la Carne –donde se ubica el matadero y, por ende, entrada a la ciudad de productos cárnicos- y de Carmona –punto estratégico en las rutas hacia Madrid y en las conducciones de agua de los Caños de Carmona-, y próximos a los prados de San Sebastián y Santa Justa para la alimentación de los animales y al arroyo del Tagarete que permite la evacuación del edificio, dándose así respuestas a las necesidades requeridas.

2.3 Las infraestructuras e instalaciones urbanas

Las condiciones higiénicas de la ciudad no son las mejores. No existe una red de abastecimiento ni saneamiento, y la evacuación se realiza a lo sumo con pozos negros;

Abajo: Puerta de Carmona de Sevilla. Imagen extraída de: Flickr.com, 01/10/06 (Photospain)

Derecha: Puerta de la Carne de Sevilla. Imagen extraída de : Flickr.com, 01/10/06 (Photospain)


únicamente palacios y conventos disponen de suministro de agua. Los sucesivos desbordamientos del río y sus arroyos crean un caserío que comienza a dar muestras de su mal estado, a veces incluso ruinoso o derruido, y la ciudad ocupa el extrarradio.

Olavide decide la división de la ciudad por cuarteles en lugar de collaciones vinculadas al orden religioso, implantando así una división militar del caserío para organizarla administrativamente, estableciendo medidas de control sobre la población, tanto higiénicas como de seguridad ciudadana. Así, las nuevas obras traen los técnicos más cualificados del cuerpo de Ingenieros Militares de España, Francia y Portugal.

En 1.767 comienza a regir el Reglamento de limpieza de calles, gracias a la intervención de Olavide. Igualmente, ese mismo año, también Olavide nombra Diputados de Husillo, para el desagüe de las calles.

Diez años más tarde (1.777), se establecen cinco sitios como vertederos de escombros: frente al Hospital de la Caridad, junto a la vereda de Eritaña, junto a la Cruz del Campo, en la explanada delante del Hospital de la Sangre, y en Triana, junto a la Huerta de la Tordesilla.

En cuanto al abastecimiento de agua, durante muchos siglos la fuente de abastecimiento principal en Sevilla fue el propio Guadalquivir. Sin embargo la construcción de malecones en el siglo XVIII (véase el caso del de la Barqueta -el legendario Patín de la Damas- que impedía a los vecinos de la Macarena coger agua del río, situación que provocó que el párroco de San Gil cursase una petición solicitando una fuente para aquel sector, cuya población tenía que desplazarse hasta la de la Alameda de Hércules). Sin embargo, ya para entonces hacía tiempo que sólo la población pobre de la ciudad seguía abasteciéndose del agua del río. La minoría pudiente se venía sirviendo de la conducción denominada Caños de Carmona, que traía a la ciudad el agua procedente del manantial de Santa Lucía, localizado en las inmediaciones de Alcalá de Guadaira. Esta conducción fue construida en el período almohade (segunda mitad del siglo XII), aprovechando la traza de una anterior de origen romano, y se extendía a lo largo de 17,2 kilómetros, los cuatro últimos sustentados en un acueducto formado por más de 400 arcos. El derecho al disfrute del agua de los Caños estaba restringido a miembros de la aristocracia e instituciones religiosas y al abastecimiento de las Huertas del Rey y del Alcázar -inalidad primordial-, además de a la alimentación de algunas fuentes y baños públicos. El sistema tradicional de abastecimiento se completaba con pozos (generalmente salobres e insalubres) y con los abundantes manantiales que existían en las proximidades de la ciudad.

Arriba: Plano que representa el acueducto que conducía el agua desde Alcalá de Guadaíra hasta la entrada en Sevilla por la Puerta del Carmen. Imagen extraída de Domínguez Ortiz, Antonio, La Sevilla de las Luces: con las Respuestas y Estados Generales del Catastro de Ensenada (Sevilla : Comisaría de la Ciudad de Sevilla para 1992, 1991), página 22, Q 94 Andalucía 31

Derecha: La Fuente del Arzobispo con el trazado de las cañerías nueva y vieja. Imagen extraída de Domínguez Ortiz, Antonio, La Sevilla de las Luces: con las Respuestas y Estados Generales del Catastro de Ensenada (Sevilla : Comisaría de la Ciudad de Sevilla para 1992, 1991), página 23, Q 94 Andalucía 31

[2]Avilés Arnau, Juan, Edificios militares. Cuarteles, (Barcelona, 1887). Avilés Arnau insiste en que a igualdad de condiciones, la salubridad de un terreno es inversamente proporcional a la cantidad de agua que contiene, rechazando por tanto, terrenos pantanosos y fangales.


El más importante de estos últimos era la Fuente del Arzobispo en servicio hasta

1.874, momento en el que la calidad de sus excelentes aguas se vio alterada, entre

otros motivos, por efecto de las obras de construcción del ferrocarril. El arrabal de

Triana, por su parte, contó desde 1.852 con las aportaciones de la Fuente de Tomares,

cuyas aguas insuficientes y también deterioradas, tuvieron que ser sustituidas por el

suministro de la mencionada Compañía de los Ingleses por medio de una conducción

sobre el Guadalquivir -la popular Pasarela del Agua-, hoy también desaparecida.

En lo referente al alumbrado público, su inexistencia hacía que el ritmo de vida de la

ciudadanía estuviese marcado por la luz solar; al oscurecer, la ciudad se tornaba en

un recinto peligroso para transitar, pues eran frecuentes los desórdenes públicos, los

crímenes o los robos. En 1.732 se ordena a los vecinos que coloquen faroles en sus

ventanas, medida que cuenta con la lógica oposición de la ciudadanía, pues el aceite

que se consume corre por cuenta de ella. Medidas similares se intentan poner en

marcha en 1.760, 1.761 y 1.766, y ya en la época de Olavide se repite en 1.770, 1.772, 1.777

y 1.779. Solo en 1.791 se implanta la colocación de faroles -solamente para el casco y

los arrabales de la Carretería y la Cestería-, con cargo al Ayuntamiento e imponiendo

una contribución al vecindario.


3 LA ARQUITECTURA DEL CUARTEL Cómo materializar un complejo programa

3.1 Criterios y condicionantes en la arquitectura de los cuarteles militares

Si en el capítulo anterior se hacía referencia a los condicionantes que provoca la elección del emplazamiento del Cuartel, la ocupación de un espacio físico de forma estratégica, es el momento de resolver un programa de usos que resuelva las exigencias propias de su funcionamiento. Se traslada la escala de lo general –la ciudad- a lo particular –el edificio-.

Como punto de partida se establece la capacidad del edificio a construir y las necesidades a cubrir –en función de la especialización del cuerpo militar: caballería, infantería o artillería-.

A nivel funcional, el uso principal al que se destina todo cuartel es el residencial colectivo -alojamiento de tropas-, por lo que la materialización proyectual debe priorizar este aspecto.

Además, hay que tener en cuenta la práctica de ejercicios para su formación y entretenimiento, lo cual advierte de la necesidad de contar con un patio interior con una superficie suficiente en proporción a la capacidad de las tropas.

También es de vital importancia los espacios destinados al almacenamiento de armas –fusiles, arcos, armaduras- como herramientas de trabajo y razón de ser del órgano militar.

Igualmente, y por razones similares, es de obligado cumplimiento el hecho de implementar medidas de seguridad y protección como rejas o el cerramiento perimetral de la parcela.

Transversalmente aparecen la necesidad de fomentar las condiciones de higiene y salubridad, optimizando los recorridos y las conexiones tanto en sentido vertical (escaleras) como horizontal (pasillos y galerías, ajustando las distancias), con los núcleos de servicios higiénicos o con los recintos para avituallamiento, siendo éstos, espacios donde proliferan microorganismos que castigan en sobremanera a la población. Así, disponer de ventilación cruzada, y estudiar la orientación, la iluminación o el soleamiento se considera esencial; igualmente, la centralización de las estancias y la instalación de sistemas de evacuación adecuados constituyen condiciones de partida para el cumplimiento de unos estándares mínimos de sostenibilidad y confort. Incluso la jerarquización de los cargos, con una posible separación o diferenciación entre oficiales y soldados.

Sin embargo, el hecho de introducir la modalidad de caballería condiciona el planteamiento: los animales, agrupados en caballerizas, indudablemente requieren de espacios con mayor espacialidad –tanto para descanso como para adiestramiento-, y una disposición en la planta baja del edificio, además de la singularidad que intrínsecamente conlleva la presencia de caballos como ocupantes de la arquitectura, siendo necesario la diferenciación y separación de los sectores con presencia humana y animal, y el estudio de las condiciones higiénico-sanitarias.

A nivel morfológico, se ponen en valor los principios de racionalidad, simplicidad y


simetría, de manera que el conjunto resultante es una planta rectangular con un patio interior, alrededor del cual se disponen las crujías alineadas con las distintas fachadas a las que el edificio presenta frente, si bien la normativa vigente limita la altura máxima de la edificación y las alineaciones. La ornamentación y el adorno quedan relegados a elementos representativos –la portada-. La expresión formal del cuartel se reduce a una seriación de huecos simétricamente dispuestos y mancando el eje de simetría principal del edificio. Las esquinas se materializan con técnicas de almohadillados en respuesta a una intención de acotar esta seriación y donde la disposición de un basamento responde a una solución frente a patologías estructurales y constructivas, sucediendo de la misma manera en la cornisa que define el edificio en altura.

A nivel constructivo, la ejecución del edificio queda condicionada al módulo compositivo elegido y a las posibilidades de los materiales de los que se disponen. La seriación, el ritmo y las dimensiones de los huecos vienen dados no solo por criterios estéticos sino por los caudales de ventilación y con los requerimientos estructurales que se obtienen de elementos portantes a los que se practican dichas aperturas. La dirección de las obras queda a cargo del cuerpo de Ingenieros Civiles de Caminos y Puertos, institución de reciente creación al servicio del Estado.

A nivel económico, los criterios quedan definidos como una rápida inversión para un disfrute prolongado, por tanto un mayor esfuerzo inicial redundaría en una construcción de mayor calidad, mayor garantía, más duradera y con menor coste de mantenimiento en la vida útil de la misma.

Hipótesis del sistema estructural del Cuartel de la Puerta de la Carne. Imagen extraída de de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página 49, Q Tesis PON

Plano del proyecto del Cuartel de la Puerta de la Carne. Sección transversal. Imagen extraída de de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página 53, Q Tesis PON


3.2 Cronología del arranque del proceso

Una vez confirmada y aprobada la construcción del Cuartel de la Puerta de la Carne, se encarga el proyecto al arquitecto sevillano Félix Caraza que, en 1.783, presenta su propuesta de actuación, siguiendo los principios compositivos de la arquitectura de cuarteles. Propone Caraza realizar una nivelación del terreno a una cota que evite inundaciones; formalizar un edificio de tres alturas –planta baja destinadas a cuadras, caballerizas y cocinas; planta primera para dormitorios de la tropa; y una última planta abuhardillada para almacenaje- con una fachada principal que acoja las dependencias de los oficiales y de la plana mayor, contando con acceso propio; contaría además, con un templete situado en el patio para uso religioso. Comienzan entonces los análisis e informes de profesionales externos y surgen dudas respecto a las dimensiones de las cuadras y caballerizas, la cimentación propuesta, etcétera, que dan al traste con la obra en 1.785, fundamentalmente por divergencias en la cuantificación del coste necesario para llevar a cabo el proyecto.

Posteriormente, el intendente de Sevilla Jerónimo Caballero, propone al ingeniero Antonio Hurtado como responsable de la redacción del proyecto definitivo. Durante esta pausa en el proceso edificatorio se modifica la organización del ejército y se reducen las necesidades de personal militar en el cuartel, pasando de un regimiento a dos escuadrones de caballería. Es en abril de 1.788 cuando el Rey aprueba el proyecto de Hurtado, tas el informe favorable de Caballero.

3.3 El proyecto y la construcción del Cuartel de la Puerta de la Carne

Por tanto Antonio Hurtado redacta un proyecto para dos escuadrones de caballería, dejando al margen la propuesta de alojamiento para infantería –que por el momento queda destinada en las instalaciones militares de la plaza de San Pedro-.

El proyecto y la posterior construcción del Cuartel se implantan sobre un solar de 94 metros de frente y 127,80 metros de fondo, resultando una superficie de 12.013,20 metros cuadrados. Se trata del primer edificio de cuartel construido de nueva planta

Plano del proyecto del Cuartel de la Puerta de la Carne. Planta baja. Imagen extraída de de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), portada, Q Tesis PON


en la ciudad.

A nivel morfológico y funcional, se proyecta un edificio de geometría rectangular y simétrica de dos plantas de altura, la baja destinada fundamentalmente a cuadras y caballerizas, y la superior a dependencias de alojamiento de tropas y oficiales –estos últimos dispuestos en el cuerpo de la fachada principal-, con una superficie construida total de 4.060 metros cuadrados.

La organización utiliza un modelo que constituye una importante innovación para la época: se propone resolver la espacialidad de las estancias con la utilización de una doble crujía a la que se adosa una galería perimetral interior

Arriba: Vistas del patio central durante las obras de adaptación del edificio.Imagen extraída de de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página A.50, Q Tesis PON

Abajo: Vistas de las crujías de la planta superior durante las obras de adaptación del edificio.Imagen extraída de de Ponce Ortiz de Insagurbe, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla : el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne, (Sevilla, 2000), página A.50, Q Tesis PON


que encierra el patio; este módulo queda resuelto estructuralmente con espacios abovedados sobre soportes puntuales, dándose continuidad y multiplicando el espacio –para una mayor superficie de alojamiento-, y logrando una mayor eficiencia en la ventilación de las cuadras –otra muestra más del establecimiento de principios higiénicos- y un alto índice de aprovechamiento de luz solar. La galería, aparte de espacio de tránsito, sirve de complemento al patio y se utiliza para ejercicios de la tropa en jornadas de lluvia; también ofrece estructuralmente la solución a los empujes horizontales que se producen y que los muros –por una alta relación hueco-macizo- no pueden absorber por sí mismos. El mecanismo se repite en el piso superior, y se termina con una cubierta planta transitable.

Las comunicaciones verticales se jerarquizan, dos para la tropa y otras dos para la oficialidad, mientras que en sentido horizontal el eje principal de comunicación coincide con el del edificio –entrada por el acceso principal y salida por la fachada opuesta-; se incorporan además, en las fachadas laterales, mecanismos de ingreso

Detalle de huecos de la fachada principal del antiguo Cuartel. 10/04/2.011 (Torres Vidal, Francisco)


y salida de menor entidad, destinados al suministro de piensos y a la evacuación de estiércol.

Conceptualmente, el proyecto sigue las directrices del Neoclasicismo con una disposición regular de huecos simétricamente situados, y argumenta su estilística en la pureza de las líneas, lo que le confiere un aura de modernidad, sobriedad y claridad; es consecuente con los principios continuistas de economía en la arquitectura militar, ornamentando únicamente la portada y las esquinas, utilizando zócalos en el arranque de las fábricas, y marcando los forjados con una leve imposta, en el caso del intermedio, y con una potente cornisa el superior, que trata de unificar los cuatro alzados del conjunto con el fin de evocar una sensación de linealidad, que permite concebir el exterior como un todo, único y sin fisuras.

No obstante, la mayoría de estos elementos persiguen una justificación constructiva por encima del hecho estético, lo que entronca con la mentalidad racionalista y su influencia en los arquitectos de la época. Sirva de ejemplo el caso de los huecos: si su dimensión horizontal es más del doble de la luz estructural, el dintel se transforma en un arco de descarga que tiene continuidad en las jambas, quedando así condicionada la estética a la función.

La ejecución del Cuartel se basa en la utilización de materiales y sistemas constructivos de sobras conocidos, como el ladrillo cerámico, para llevar a cabo los muros y los pilarse portantes, o las bóvedas de arista. El procedimiento lógico implicaría el replanteo desde las esquinas para ejecutar mediante hiladas completas, lo cual exige importantes recursos de mano de obra que permite plantear la construcción de tramos completos que se enlazan, optimizando así el empleo de medios auxiliares.

En 1.792 se comienza a ocupar el edificio por parte del Regimiento de Cazadores de Alfonso XIII, 21 de Caballería, sirviendo al uso al que se destina hasta 1.928 cuando se ordena su desalojo por traslado a un nuevo acuartelamiento. En 1.890 se construye frente a la fachada posterior un edificio dormitorio para un escuadrón y otro para cuadra, sobre terrenos adquiridos para ensanche del Cuartel.


4 CONTEXTO ACTUAL La intervención de la arquitectura contemporánea

4.1 La situación de partida

Cientos treinta y seis años –de 1.792 a 1.928- está el Cuarte de la Puerta de la Carne dando servicio a la milicia nacional; más de un siglo como testigo de un sinfín de acontecimientos tanto externos -sucesiones monárquicas, ciclos económicos, trasformaciones urbanas, cambios sociales, o catástrofes naturales- como internos –planes de acuartelamiento, degradación y obras de reparación, modificaciones normativas, o evolución del órgano militar-.

El desalojo de las tropas en 1.928 y la falta de uso desde entonces, unido a las necesidades de espacio de la Diputación de Sevilla, hacen posible en 1.990 el traspaso del Antiguo Cuartel de la Puerta de la Carne para, tres años después, proceder a la rehabilitación y ampliación del mismo con el correspondiente cambio de uso.

En capítulos anteriores se señalan los exigentes condicionantes que motivan la construcción del edificio. Sin embargo, varias décadas después el panorama es muy distinto: La importancia militar en la escena nacional se ve reducida, y la evolución de España a todos los niveles es evidente y veloz; por otro lado, la situación del edificio pasa a ser prácticamente céntrica, a pie de una ronda de circunvalación interior sobre las antiguas murallas que se convierte en una de las más importantes de Sevilla para el tráfico rodado. Se convierte así en un atractivo espacio de la ciudad.

El uso incorporado tiene carácter administrativo e institucional. En España, una diputación provincial es la institución a la que corresponde, con éste u otro nombre, desde 1.836, el gobierno y la administración autónoma de una provincia, teniendo como función principal la colaboración en la gestión de la actividad municipal.

En el caso de la Diputación de Sevilla, las sedes anteriormente ocupadas resultaban insuficientes para acoger todos sus servicios y dependencias, de manera que la dispersión comienza a ser preocupante. Comienza así, el inicio de la búsqueda de una nueva sede. Tras descartar varias soluciones, como el Hospital de las Cinco Llagas, arrancan las negociaciones con el Ministerio de Defensa, para adquirir en propiedad el Antiguo Cuartel de la Puerta de la Carne, que culminan en 1.990.

El proyecto de la nueva sede se encarga a los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, y en 1.994 finalizan las obras y se efectúa el cambio de sede, centralizando en ella todos los servicios de la Diputación de Sevilla.

4.2 Cruz y Ortiz, arquitectos

La arquitectura, según Cruz y Ortiz[3]

El convento sevillano de Nuestra Señora de los Reyes, tan unido a la figura de Aldo Rossi, acoge durante este mes y hasta el 29 de junio, la muestra «Cruz y Ortiz. Arquitectura de síntesis», organizada por la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía. El eco que esta exposición ha logrado recientemente en la sala Aedes East de Berlín es otro destacado reconocimiento a la proyección internacional de estos prestigiosos arquitectos sevillanos. Sus distinciones se acercan ya a la decena, y entre

[3]Ferrand, Pablo, La arquitectura según Cruz y Ortiz, (Sevilla, ABC de Sevilla, 2.003).


ellas las hay tan relevantes como: Brunel International Award for Railway Desing (1.992) y Premio Nacional de Arquitectura Española (1.993), por la obra de la Estación de Santa Justa en Sevilla; además de la Medalla de Oro de Andalucía, en 1.997, por el conjunto de su obra o el primero de los premios: el Ciudad de Sevilla en 1.982 por unas viviendas realizadas en la calle Lumbreras. Hace dos años ganaron el concurso internacional por el proyecto de remodelación del Rijksmuseum de Amsterdam.

La síntesis es uno de los conceptos que mejor manejan Antonio Cruz y Antonio Ortiz en su obra. Están convencido de «que la arquitectura sólo alcanza sus mejores momentos cuando prevalece su carácter sintético: el éxito vendría garantizado por la coincidencia entre forma, construcción y uso, es decir, se trataría de, a través de la síntesis exacta de todas las otras disciplinas, alcanzar finalmente una realidad distinta e independiente». La síntesis define a cada uno de los 18 trabajos seleccionados para esta muestra, desde las viviendas de la calle María Coronel hasta la Biblioteca de la Universidad de Amsterdam.

La síntesis está presente en ese hito llamado Estación de Santa Justa, en el Museo nacional y Centro de Arte Reina Sofía o en la manzana residencial de Ceramique, en la ciudad holandesa de Maastricht.

El respeto a la naturaleza y a los recursos que ésta genera se pone de manifiesto en la obra de Cruz y Ortiz. La biblioteca Infanta Elena, en Sevilla, se adapta a la arboleda circundante y aprovecha generosamente de la naturaleza lo que la función del edificio

Arriba: Vista de la fachada principal de la Estación de Santa Justa de Sevilla. Imagen extraída de http://www.arquitecturacontemporanea.org/madeinspain2/index.php?/arquitectos/cruz/, 24/04/2.011

Derecha: Vista del patio interior de la Biblioteca Infanta Elena de Sevilla. Imagen extraída de Flickr.com, 16/10/2.010 (jonathan chanca)


le demanda: luz natural para los lectores. Otro ejemplo de acomodo al medio natural es el Centro de Visitantes del Mundo Marino, construido en Doñana entre 1.999 y 2.002. Su estructura queda así descrita por Oliver G. Hamm: «Como si fueran los dedos de una mano, las diferentes áreas se extienden como si quisieran acoplarse al paisaje de dunas circundante». Dentro, la luz, sabiamente dosificada, resbala sobre el hormigón para crear tantas atmósferas y texturas como horas tiene el día.

Maquetas, planos, dibujos a mano alzada y fotografías ilustran al visitante sobre la trayectoria profesional de estos arquitectos sevillanos. Cada obra, ya sea de remodelación o de nueva planta, es un reto que Cruz y Ortiz resuelven con un estilo reconocible pero intransferible. Además de lo ya indicado, en esta muestra antológica están presente los siguientes trabajos: estación de Autobuses de Huelva, estadio de Atletismo de Madrid, remodelación del estadio de Atletismo de Jerez, estadio de la Cartuja, viviendas en Sancti Petri, conjunto residencial en Carabanchel, conjunto residencial en Tharsis, edificios en Lisboa, remodelación de la estación de Basilea, Museo de la Evolución Humana, en Burgos y Pabellón de la Universidad de Amsterdam.

FERRAND, Pablo, “la arquitectura según Cruz y Ortiz” ABC de Sevilla, 14/05/2.003

4.3 La adaptación del edificio a sede de la Diputación de Sevilla

El encargo de Cruz y Ortiz se materializa bajo unas premisas de respeto y puesta en valor de un edificio tratado como patrimonio de la ciudad. Así, proceden a la rehabilitación del antiguo cuartel, renombrado como Edificio A –ocupados por los servicios administrativos- y a la ampliación del mismo con otros dos edificios de nueva planta, Edificio B –igualmente destinado a la administración- y Edificio C –de

Vista de la fachada principal del Cuartel de la Puerta de la Carne, 10/11/2.010, (Sánchez Galeote, Carlos)


carácter más institucional y político-, que cierran el conjunto.

La rehabilitación solo incide en la arquitectura original mediante la inclusión de nuevas escaleras, ascensores y aseos, así como la implantación de nuevos sistemas de instalaciones, y la consolidación y reparación de los elementos que así lo demandasen, adaptando lo existente a oficinas abiertas. No se alteran –no podía ser de otra forma- ni la rotundidad y simetría del volumen, ni la distribución y ritmo de sus huecos.

Las construcciones de nueva planta proceden a dialogar sobre la composición y disposición de la obra de Hurtado, un debate de ideas que se resuelve en una evolución

Página anterior: Vista de los edificios de nueva planta de la Diputación de Sevilla, 01/04/2.011, (Torres Vidal, Francisco)

Derecha: Esquema de análisis de la adaptación del cuartel a sede de la Diputación de Sevilla. Elaboración propia

Planos de alzados, planta baja y planta primera de la sede de la Diputación de Sevilla. Imagen extraída de Cruz-Ortiz / Introducción de Rafael Moneo, (Barcelona : Gustavo Gili, D.L. 1988), página 110


de los principios axiales y simétricos originales; en la parcela anexa, el Edificio B, de tres plantas, y el C, de cuatro, conforman, con el muro de cerramiento perimetral de la parcela, un sistema de llenos y vacíos, resueltos con una serie de mecanismos de desplazamientos sobre los que se concibe la intervención.

El conjunto de vacíos lo forman los patios y los atrios; conscientemente se elimina la continuidad natural que propone el Cuartel, forzando el eje de simetría –también eje de recorrido principal- e impidiendo que el neoclasicismo del siglo XVIII se diluya en los albores del XXI; el eje sigue presente, pero el espacio se fragmenta y su jerarquía se ve incordiada. El papel de los atrios, donde el espacio se dilata y se expande generándose cierta monumentalidad y grandilocuencia, se convierte en fundamental: espacios intermedios de presentación situados estratégicamente que permiten la conexión visual –quizás sensorial- de dos hechos materiales, tan cercanos físicamente y tan lejanos temporalmente.

Los llenos se muestran con cierto hermetismo, recubiertos de aplacados pétreos -

Vista de la galería interior del edificio del antiguo Cuartel de la Puerta de la Carne, 01/04/2.011, (Benito Palomo, Álvaro)


cuarcita noruega gris- y consiguiendo una textura de cierta uniformidad que logra fundirse con otros elementos de la estructura, de las carpinterías metálicas, de los vidrios tintados y de los acabados, y adquiere tintes de discreción frente al Cuartel.

La sede de la Diputación se asienta, por tanto, en un conjunto de tres edificios donde

Arriba: Vista del atrio del Edifcio B del conjunto, 01/04/2.011, (Sánchez Galeote, Carlos)

Página anterior, de arriba a abajo: Vista general del patio trasero del conjunto, detalle del desplazamiento entre edificaciones, vista de la fachada lateral de conjunto, 01/04/2.011, (Torres Vidal, Francisco)


se perciben maniobras de simetrías y asimetrías, donde los recorridos de circulación pasan de ser frontales por un patio central a tangenciales por un patio lateral. Un cuartel edificado en línea donde interviene la arquitectura contemporánea para generar una yuxtaposición de superficies, dando respuesta a la adaptación de un edificio militar para edificio administrativo e institucional, y ofreciendo una nueva relación con la ciudad.

Página anterior: Detalle de intervención. Vista lateral de los edificios de la Diputación de Sevilla, 04/04/2.011, (Fernández Vázquez, Manuel Fernando)


5 CONCLUSIONES Reflexiones en conjunto de un ejercicio didáctico

No deja de ser sorprendente cómo el estudio en profundidad de la arquitectura es el único instrumento que permite emitir juicios de valor y opiniones más o menos contundentes.

Y para ello, se necesita realizar un ejercicio de concienciación mental de vuelta al pasado; de situarse, casi literalmente, en los dos momentos claves para la comprensión del edificio: por un lado, el proceso de gestación y construcción del cuartel original; por otro, afrontar el encargo de rehabilitar la edificación y ampliar las instalaciones.

Respecto al primero de ellos, que en pleno siglo XVIII existiesen mecanismos de control tan pormenorizados y estudiados previos a la construcción del cuartel militar es cuanto menos interesante: ese análisis concienzudo de los parámetros constructivos, económicos, estructurales, o funcionales, del edificio o de las condiciones del entorno –la implantación en los bordes de la ciudad, sus comunicaciones, la protección frente a inundaciones, las afecciones de la meteorología, la altitud, la proximidad a zonas agropecuarias para los suministros...- constituye un método de trabajo basado en un concepto, la planificación, de la que tanto carece la obra pública de nuestro país en pleno siglo XXI.

Por otra parte, si la arquitectura, entre otras cosas, es una disciplina que tiene que ofrecer respuestas concretas y formales a determinados planteamientos, se puede considerar muy acertado el modo de intervenir de Antonio Cruz y Antonio Ortiz. No deja de dar vértigo que el patrimonio y el legado de una ciudad, de una cultura, ‘quede’ en tus manos. Y en este caso, se ha respetado al cuartel con la delicadeza que requiere, recalcando justamente eso, la que requiere: ni más ni menos. La transformación de una arquitectura ligada a la relevancia militar de los ejércitos de hace más de doscientos años puede suscitar debates, como actualmente ocurre en torno a otro enclave militar de la ciudad –la Fábrica de Artillería-. Sin embargo, sirve este ejercicio para comprender que poner en valor un edificio catalogado no implica necesariamente darle un uso cultural, turístico o museístico; también se le puede dotar de una actividad que desarrolle acciones más ‘beligerantes’.

Como contraposición queda el regusto amargo de no haber tenido un mayor contacto físico con las zonas interiores del conjunto –cosas de la burocracia- para evaluar de primera mano la adaptación proyectada.


6 BIBLIOGRAFÍA

- MAURIÑO SOTO, José María, Sevilla: La ocupación del interior de manzana (Sevilla: 2008)

- DOMINGUEZ ORTIZ, Antonio, La Sevilla de las Luces: con las Respuestas y Estados Generales del Catastro de Ense-nada (Sevilla: Comisaría de la Ciudad de Sevilla para 1992, 1991), Q 94 Andalucía 31

- ALGARIN VELEZ, Ignacio, Método de Transcripción y restituwción planimétrica: su aplicación al estudio del plano de Sevilla de 1771 mandado levantar por disposición del Sr. Pablo de Olavide, asistente de esta ciudad (Sevilla : Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones [etc.], 2000), Q 711.4 Sevilla 111

- PONDE ORTIZ DE INSAGURBE, Mercedes, Análisis histórico de la construcción de acuartelamientos en Sevilla: el Cuartel de caballería de la Puerta de la Carne (Sevilla, 2000), Q Tesis PON

- GILI, Gustavo, Cruz-Ortiz / Introducción de Rafael Moneo (Barcelona, D.L. 1988)

- ALMUEDO Palma, José, Ciudad e industria: Sevilla 1850-1930 (Sevilla : Diputación Provincial de Sevilla, 1996)

- VV.AA, AV: monografías 85 (Madrid Arquitectura Viva SL, 1985)

- FERRAND, Pablo, “La arquitectura según Cruz y Ortiz” ABC de Sevilla, 14/05/2.003

Página anterior: Detalle de la portada del antiguo Cuartel de la Puerta de la Carne, 17/04/2.011, (Sánchez Galeote, Carlos)

diputaciÓn_grupoe_subgrupo3

Documents