Paz prolongada

Las diferencias históricas que separan a las dos naciones que ahora comparten la Isla de Santo Domingo maduraron definitivamente durante el siglo dieciocho, que abarca los años de 1701 hasta 1800. Esas diferencias se iniciaron con la ocupación de la costa Noroeste de la Isla por parte de los aventureros franceses a partir de 1640.

La guerra europea había cesado con el tratado de la Paz de Ryswick en septiembre de 1697, firmado entre España, Holanda e Inglaterra para frenar la política imperialista de Francia.

Plantaciones agrícolas, hatos ganaderos.

La unión de las monarquías de España selló para siempre la división de Santo Domingo. La paz entre ambas: muy pronto dio

lugar a la configuración de modelos económicos distintos, con expresiones políticas, sociales y culturales también referentes.

Desde principios del siglo, en la p cesa se desarrolló una economía basada en plantaciones agrícolas de alto rendimiento demandaba el empleo masivo de dominicanos en condiciones de esclavos por una minoría de colonos blancos franceses, productos de las plantaciones eran exclusivamente a Francia.

Intercambio de ganados por mercancías.

Pasaban los siglos y aún sobrevivía el viejo monopolio comercial impuesto por la Casa de Contratación de Sevilla a las colonias hispano-americanas. La institución funcionaba como un organismo regulador de las mercancías que iban y venían al nuevo continente.

Era una especie de aduana que tenía sus funcionarios y sus almacenes esparcidos por toda América. Sus funcionarios otorgaban permisos de navegación, registraban los barcos que entraban y salían de los puertos y cobraban impuestos que iban a las arcas de la institución.

Recuperación económica en la parte española.

En la década de 1730 la economía del Santo Domingo español empezó a recuperarse de su larga agonía. La parte española de la Isla sobrevivía en la miseria y la despoblación desde las infaustas devastaciones de Osorio. Guerras, invasiones y otras calamidades amenazaron su existencia.

En ocasiones, España pudo perderla si no hubiese sido por el arrojo de una población que, aunque escasa, dio reiteradas

muestras de apego al sentido de pertenencia.

Vientos de paz soplaron desde los inicios del siglo dieciocho y poco a poco se fue creando un ambiente propicio para la producción y el intercambio con la colonia francesa que sería el factor esencial de aquella recuperación.

Crecimiento poblacional en la colonia española.

Para 1737 la población de la colonia española "no pasaba de 6 mil almas", distribuidas en varios "pueblos antiguos" y algunas villas recién fundadas o repobladas con inmigrantes canarios, según Antonio Sánchez Valverde.

Por el Norte existían las villas de Cotuí, La Vega y Santiago; por el Sur, Azua, San Juan de la Maguana, Bánica e Hincha; por el Este, Monte Plata, Bayaguana, El Seibo e Higüey. Sobre ellas gravitaba la vieja ciudad de Santo Domingo, donde la mayoría de los edificios públicos "estaban enteramente arruinados".

Organización política de Saint Domingue.

Hasta 1685 no existió en la colonia francesa ninguna organización administrativa, política y judicial. La sociedad colonial se regía por las leyes y las costumbres impuestas por la vida vagabunda de los aventureros.

En marzo, el rey Luis XIV promulgó un edicto, llamado Código Negro, que sirvió de reglamento para el gobierno de las colonias francesas y la forma

en que debían ser tratados los esclavos.

En agosto, el Gran Rey dispuso también un régimen de organización administrativa para Saint Domingue, estableciendo cuatro Cortes Reales de Justicia en las ciudades costeras de Petit-Goave, Port de Paix, Cabo Francés y Leogane, donde operaría además un Consejo Soberano de Apelación.

UNIVERSIDAD O&MEscuela de Turismo

Diferencias y relaciones entre ambas colonias,

1697-1789

Grupo No. 7

23 de octubre 2013

Sección: 0336

Facilitadora: Arelis Bonilla