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    Notas para elestudio delas imgenes

    en elLibro deBuenAmor

    MARA MORRAS

    Introduccin: sobre literaturayarte

    Los estudios sobre iconografaparecen estar de moda dentro y fueradel mbito hispnico.Nohayms queecharuna ojeada a lasrevistas es-pecializadas en elperodo medieval para darsecuenta de ello Se distin-guen tres tipos de trabajos bastante diferenciados: los que se centran en

    las imgenes deunadeterminada obra, los queestudianel significadodeciertasimgenesyaquellosquese ocupan derelacionar los textoscon lasilustraciones que losacompaan. Los dosprimerostratan defijar el sim-bolismo de las imgenessitundolasdentro deunatradicin oinvestiganla funcin que una serie deimgenes desempeaen la estructura2. Elter-

    1 . Vase Colbert 1 . Nepaulsingh: Towards a history ofliteraty composition inSpanish med ieva l l i terature, University ofToronto Romance Series 54 (Toronto:University ofToronto Press, 1986), pp. 15-40.

    2. Citar algunosde lostrabajos msrecientes a modo demuestra.Larelacinque sigue no es, por tanto, ni mucho menos una bibliografa. George Shipley:

    Functionsofimagery in La ( e lestina (tesis de la U. de Harvard, 1968) y Nonerathie locus: the disconcerted reader in Melibeasgarden, RomanicPhilology,27 (1973-74). pp. 286-303; Raymond E. Barbera, que tambin se ocup deello ensutesis, hapublicado varios artculos,como Medieval iconography inthe Celesti-na, R omanc e R ev iew , 61(1970), pp. 5-13 yAlan D. Deyermond: Hilado-cordn-cadena: symbolic equivalencein La Celestina, Celestinesca, 1(1977), pp.6-12.ConLa Celest ina, es el Poema d e Mo Cid el objeto de ms estudios; JanA. Nelson:Initialimageryin the Cantarde Mio Cid,NeophilologischeAIitteilungen , 74 (1972).pp. 382-86; Alan O. Deyermond y David Hook: floors and cloaks: two imagepatterns in the Cantar de Mo Cid,ModernLanguagefleview, 94(1979), pp. 366-77y

    DI

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    72 Mara Morras

    cer grupoest formado por los estudiosque consideranlos textos a la luzdelas ilustracionesque los acompaan o, al contrario, tratan decmo setraduce el texto en imgenes pictricas. Elcampo es bastante limitado

    porque apenashay textosliterariosque se conserven en cdices ilumina-dos. Esto explica que las Cantigasde Alfonso X sean el tema favorito dequienes se dedican a este tipo de estudios3.

    Patrice E . Grieve:Sbelter asanimage-patterninthe Cantarde Mo Cid, Corni-ca , 8(1979). pp.44-49.Perohansido las obrasde Berceo las que msatencinhanrecibido. Prueba de ello son los trabajos de Richard T.M ount: Berceo: a sudyofimagery inhis works (tesis de laUniversidad de Kentucky, 1975) y Simina M . Far-casiu: The exegesis and iconography of vision in Berceos Vida d e Santa Oria.Speculum, 61(1986), pp. 305-29, y otros que citar ms adelante.Los estudiossobreimgenes determinadas sonmucho ms numerosos. Ctar algunos: 1 < . Burt: Apartial iconography of the shoes (Qa patas) in medieval Spanish literature, Ro-mance N otes. 20(1979-80). pp. 281-85: Joseph Gwara, Jr.: Equineimagery, Cor-inca, 12(1983), pp.9-20.

    3 . Apartedel captuloque aparece en el librodeJohn E. Keller yRichard Km-kade: lcanography fa med ieva l Spanish literature (Lexington: University Press ofKentucky, 1984), se puedencitar variosartculos de stos,como lconography andlterature: Alfonso himself inC ant iga 209, Hispania, 66 (983), Pp. 348-52. Otrossondebidos aLuis Beltrn: Texto verbaly textopictrico:las cantigas 1 y 10 delCdice Rico, Revista Canad iense de Estud ios Hispnicos, 9 (1985), Pp. 329-43 y aCharles L. Nelson: Lireraty andpictoricaltrealmenofth e devil int he Cant igas d eSanta Maras (tesis de la Universidad de NorthCarolina, 1964). Especial interstiene la tesis de Connie L. Scarborougb: Visualizat ion v s . verbalizat ion inMs. TI.!.

    ofthe Cantigasd e Santa Mara (tesis de la University ofWisconsin. 1983), en laque se explican las discrepanciasentre el texto y lasilustracionespor la existenciadeversiones diferentes de un milagro,por consideracionesestticas y porla nece-sidad de claridad enlas miniaturas. Un ejemplo de su modo deanlisis en No-vel iconographic devices in the Ca n t igas d e Santa Maria:Cantiga 113, enSelectedProceedings: .32ndMoantain lnterstate Foreign Language Conference, editado porGregorio C. Martin (Wisconsin-Salem: Wake Forest University. 1984). pp. 185-191.

    Otrasveces se utilizan las ilustracionespara reafirmarseen una interpretacinde l texto. Es lo que hace Reinaldo Ayerbe-Chauxen Las Is las Dotadas: Texto ymanuscrito de Pars. clave para su interpretacin, en Hispanicseud i e s fu honorof

    AlanD eyermond. A NorthAmer i can tribute, editadopor J . Miletich(Madison,Wis-

    consin: FIspanic SeminaryofMedieval Studies.1986),pp. 31-50. Ms intersanpresenta el estudiode aquellas obras de las que existendiferentesversiones ilus-tradas, lo quepermiteadoptarun enfoque comparatista.Es el casodel importantelibrode HugoBuchthal:Historia Troiana. S tudies inth e histotyofmed ieval secu lar illustration, Studies ofthe WarburgInstitute 32 (Londres: TheWarburg Institute-University ofLondon;Leiden: E. J. Bril. 1971), que destacala importancia de laversin espaola. En la mismalnea se encuentranlos estudiosde ManuelAbad:La ilustracin deportadas de La (IrMiauen sieteedicionesdel sigloXVI. Re-vista d e ideas es t t i cas ; 3 5 (1977) . pp. 229-235; J . R. Thome: Sur desditions illus-tres deLa Celestina (duXVe au XVIIIesiclek,Lelivree ls e s am is .2

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    Notaspara e lestudio d e la s imgenesen e l Libro d e Buen A m o r 73

    Todavapuede diferenciarse un tercer grupo de trabajos,quesin con-tarcon el apoyo de ilustraciones altexto queestudian, tratan de servirsede las representaciones visualespara aclarar el significado y la estructura

    de la obra literaria~ o detallesde tipo textual5, o incluso ambascosas a la

    36 ;Hans Weidtz(Johannes Giudictius):primer ilustradordramtico deLa (eles-tina, Cuadernos d e bibliofilia, (1979) , pp. 41-50, y Jos Mara Dez-Borque:Edicin e ilustracin de las novelas decaballerascastellanas en el siglo XVI.Synthess; 8(1981), pp. 21-58.

    Lamentablemente, faltapor realizar un catlogo de manuscritos medievalesilustrados: lo que existe hastae l momento noson ms querecopilaciones muy in-completas, como John Williams: Early Spanish nanuscript illurnination (NuevaYork: George Braziller. 1977) y Jess Domnguez Bordona: Manuscritosc o n pintu-ras : notaspara un inventario de los conservados en coleccionespblicasypaniculares

    dcE s paa (Madrid: 1933).4. Cito algunos. T. Anthony Percy: ArtaidMeaning u B erceo~ Vidad e Santa Oria, Yale Romanic Studies, 2nd series 8 (New Rayen: LJniversity ofYale. 1968):Manuel Alvar: De arte y literatura. Nuevas apostillas a la Vida de Santa MariaEgipciaca, e n homenaje a JosManuel Blecua (Madrid:Gredos. 1983), pp. 73-84;James A. Parr: La Celestina: u t pictura poesis (MLA Seminar celebrado enNueva York cl 28 de diciembredc 1974) y Correspondencias formales entreLaCelestina y la pinturacontempornea, en Estud iossobree l SiglodeO ro enhomena-ea Ravmond R . MacCurdy (Alburquerque: University ofNew Mexico; Madrid:Ctedra, 1983), pp. 313-326, en que trata de demostrar la correspondencia entre elagrupamientode lospersonajes y el uso de l simbolismo en el texto y en la pinturacontempornea; Maria Embeita: LaC elestina,obra del renacimiento,La Ce les -

    tina ysu entorno social? Actas de l1 Congreso Internacionalsobre La Celestina. di-reccin de Manuel Criado del Val. Coleccin Summa 2 (Barcelona: Hispam,1977). pp. 125-134, y Armando Zrate: Lapoesa y el ojo cn La &lestina. Cua-

    demosAmericanos, 1 6 4 (1969 ) . pp. 119-136.Pero el estudio de lo visual esespecialmente interesante en textos teatrales o

    parateatrale.s y en textos devotos y msticos,muchas veces originados en la con-templacin decuadros.Vanse JulianWeiss: A note inimageryin the D an Qa ge-nerald e lam uer te, C orn ica , 1 (1979) , pp. 35-37 y , sobre lo segundoaunque nosea untexto medievalFernando R. de la Flor: La literatura espiritual delSiglode Oro y la organizacin retrica de la memoria, Revista d e Literatura XLV, 90(1983). pp.39-187 y ColinP . ihompson: EnlaAscensin, artistie tradition andpoetic imagination in fray Luis deLen. Med ieva l and Renaissance Studies inSpa in andPortuga l inHonor ofP . E . Russell, editado porF .W. l-Iodcroft et al. (Ox-lord: Society for tbe StudyofMedieval Language andLiterature, 1981), pp. 109-120.=.A. Deyermond y 1 . Connolly: Lamatanza de losinocentes en el Libredels

    t res m mdOrient, ElCrota ln, 1 (1984) , pp. 733-38, que se basan en documentosiconogrficosparaleerespaldas (1.65) en contradc la lectura deAlvar de es-padas:O. J. A. Ross: A funnyname for a horse: Bucephalus inantiquity andthe Middle Ages in literature and visual art, Alexander th e Grea t in th e MiddleAges: te n , s ud ies in th e las days ofAlexanderin literary andhistorical writ ing. Sympo-sium interlcultaire WerkgroepMed iaevis tik, Groningen, 12-15 October, 1977 Media-

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    74 Alaria Morms

    vez6. La cantidad de estudios que se estn escribiendo han surgido de la

    necesidad real de cubrir un vaco importante ~.Sin embargo, por afn quiz de recuperarlos textos concretos~, ~seha

    descuidado el aspectoterico. Conello, quiero decirque algunos de lostrabajos que seestn escribiendo adolecen de un rigor metodolgico queconvierte su contenidoen ocasionesen un puado de observaciones mso menos afortunadas. Se utiliza el trmino imagen para cubrir desde elsmil hasta la figura que consiste en representarvisualmente un persona-

    je,un temao unaescena. Hara falta comenzar por definirdemodo preci-so el concepto,procurando nocaeren el anacronismoterminolgico;es de-cir, tampoco se puede pasar por alto qu eslo que se entendapor imagenenla Edad Media5. Tambin habra que recoger lo investigado para otrasliteraturas, y ver lo que tienen quedecir los historiadores dearte.Estos lle-van una ventajade aosa la crtica literaria, queno siempre seha mostra-do muy abierta a la colaboracin9. Pero las investigaciones de E. Pa-nofsky, E. Wind. M. Sehapiro o E. H. Gombrich, por citar tan slo a losms destacados, son ejemplos notables de cmo el conocimiento de lostextos ilumina elsignificado de pinturas, dibujos e ilustraciones

    valia Groningana 1 (Nimega: AlfaNijmcgan, 1978). pp.302-303; Margherita Mo-rreale: Reflejos literariosd e lamoda de l sigloquince,Fi lologa , 6(1960). pp. 103-109, especialmente p. 103, n. 1 4 p. 105 y n. 6 p. 107, quehace uso depinturas de lapocapara aclarar e l lxico de dos pasajesdel Corbacho.

    6. DorothyClotelle Clarke: Juan Ruiz as Don Polo, Hispanic Rev iew, 40(1972), pp.245-59,prueba el provecho queresulta de utilizarla tradiciniconogr-tica para la lectura de pasajes textual y literariamente oscuros.

    7 . VaseJosephT . Snow: The iconographyof IheearlyC elestinas: TheErenchtranslations(1527), Celestinesca. 8 (1984), pp.25-40, queestudia cmo las ilustra-ciones queacompaanla edicin influyeron dcmanera decisiva en la recepcin einterpretacin de la obra en Francia.

    8 . Unaprimera aproxitnacin til en T.Garnier:La Langue d e limagea u M o-yen Age . Signification e tsym bol ique (Paris: le Lopard dor, 1982). No me ha sidoposibleconsultar R. E. Kaske: Soarcesand methodolo,~forthe inerpmetation o/me-d ieva l imagerv . Medieval Bibliographical Series 36 (Toronto: University Press,1986).

    9. Cito,por lo destacado de sufigura y el peso que tiene todavahoy en la filo-

    logia de todas las literaturas, el caso de Ernst Curtius: Literatura europea yEdadMedia latina, traduccin de Antonio Alatorre y Margit ErenkAlatorre (Mxico:FCE, 1984).Pp. 33-35, que rechaza deplanola colaboracinentre literatura y arte.Fue contestado por Frederick Pickering: On Coming to Terms with Curtius,Ge rm a n Li/e and Letters, 11(1958), Pp. 335-45 y enLiterature and art in ihe MiddleAges (Londres: MacMillan. 1970), pp. 61-64.

    1 0 . Erwin Panofsky: The iconogmaphy of Cormegios C a m e ra diSa n Pao lo (Lon-dres: Warburg Institute, 1961); Edgar Wind: Pagan myster ies in th e R e n a i , sw a n c e (Londres: Penguin, 1967); MeyerSehapiro: Wordsa ndpictures: o n t l z e literalandthesymholicin ilieillusration ofa ter. Approachesto Semioties.PaperbackSeries 1 1 1(LaHaya: Mouton, 973); E. H.Gombrich: Svmbolic i ,nages:sudiesin hca rtofR e -

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    Votas para e l estudio de la s imgenes en e lLibrod e Buen Amor 75

    Esta situacin est cambiando (y creo haber aportado testimonio msque suficiente). Actualmentehay uninters desde el campo dela literatu-ra por recuperar la tradicin iconogrfica como medio de alcanzar una

    mejor comprensindel significado de los textosy desuconfiguracin. Pe-ro falta quizpor comprobar si entre lostextos medievales y elarte existeuna relacin que supere la mera simultaneidad temporal o material. Siesta relacin es consciente, sern los propios tratadosfilosficos y retri-cos los que nos indiquen cmo usarlas artesvisuales para acercarnos alos textos . Este es precisamente el propsito de Chaucer and the imageyofnarrative>. El libro de Kolve est concebido como una invitacin a ex-traer unas consecuencias prcticas para el estudio de la literatura medie-val. Como puntode partida y no como tesis, trataremos de utilizarsus su-gerencias. Hasta qu puntoobliga a replantearse el estudiode las imge-nesenuna obramedieval como elLibrodeBuenAmorva a ser lafinalidad

    de este trabajo.

    Sobre las imgenes en el Libro de Bue n Amor

    El estudio de las imgenes en elLibrodeBuenAmorha sidoun aspectodescuidado en la bibliografa de Juan Ruiz. La unidad de la obra, lasfuentes, el marcoautobiogrfico y , sobre todo, la discusin en torno a laintencin didctica del autor ha acaparado la atencinpreferente de lacrtica. Hasidoen relacin con este ltimo punto donde hansurgido las

    observaciones sobre la presencia y el empleo de las imgenes: Had llamla atencin sobrelas imgenes de animalesen lasranas; RogerWalker hamostrado la relacin que scestablece entre el amor y la muerte a travs delas imgenes; 5. Gilinan se ha referido al ambiente infantil creado apartir delempleo de ciertas imgenes> Es decir, las imgenes o mejor.

    nw,ssance Studics in the art ofRenaissancc 2 (Oxford:Phaidon, 978). Como tra-bajos menos conocidos, pero ms recientes, con el mistno enfoque. William 5.1-leckscher: A o and l iterature. Stud e s in re lahonship, editado por Egon Vcrheyen,Saceva SpiFitalia 1 7 (Durham, NC.: Duke Univ.Press; Baden-Baden: Wrlag Va-lentinKoe raer. 1985) y Li ada E. Bere ahan m : Gothic unagination: expansion in gohic

    literatureandcr (Ruthcrford.N . J .: Fairleigh Dickinson Univ. Press; London: As-sociatedUniv. Press. 1982).II. Cf la rescade B . W. Fe sobre Bruno Damian: Monremayor\Diana, m us c

    and tite v isual att Spanish Series 9 (Madison, Wisconsin: Hispanic Seminar ofMedieval Studies. 1983), en Bulletino/HispanicStudies. 6 2 (1985), pp. 391-392.

    1 2 . V. A. Kolve: Chaucerand ch e imagerv ofna rrat ive. TIef irs five CanterburyTales (Stanford: Stanford tiniv. Press. 1984).

    13. Thomas Hart: La a legora en e Libro de Buen Amor (Madrid: Revista deOccidente. 1959): cf laresea deLida de Malkiel,Rom ance P hi lo logy, 14(1960-61).PP.140-43; Roger Walker: Con miedo dc la muerte la mielnon essabrosa: o-ve,sinand death in the Libro deB u e n Amor, enLibrod eBuen Am orx Studies, cdi-

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    76 A lr a AJorra,s

    algunasde ellas han sido objeto de atencinslo en cuanto servan pa-ra ilustrar una interpretacin previamente establecida sobre el Libro deBuenAmor.

    Los estudios estilsticos, por su parte, se centran en otros aspectos ~ o

    bien dedican al puntoque nos interesa unasbreves anotaciones que, porsu imprecisin, no dicen nada >.Algo ms deinters han despertadolosmecanismos por los que la imagen seexpresa verbalmente: a MargheiitaMorreale se debeun estudio dela comparacin que ampla y profundizael catlogo de recursos estilsticos que segn E. Weis explicanla viveza yla inmediatezdela obrade Juan Ruiz ~.En este mismo nivel, elde la pa-labra, se encuentra tambin un tercer grupo de trabajos, centrados en elsignificado individual de las imgenes. Entre ellos destacan porsu auda-cia los de L. O. Vasvari. La citada profesora estudia lo que ella llama lapolisemiade la connotacin mostrando cmo losjuegos de palabrasquese encuentran en la basede muchas imgenes del Arcipreste ocultan unreferente ertico ~.Estamisma direccin, de investigacin sobre el simbo-lismo, es la seguida por otros trabajos parcialesque se ocupandelas im-genes de animales ~.

    tado por G. Gybbon-Monypenny (Londres: Tamesis, 1972), pp. 231-52; StephenGilman:TheJuvenileintuition ofJuan Ruiz, Symposium, 4(1950), pp. 290-303.El artculo de Walter 1-lolzinger: Imagery.iconographyand tbematicexpositionin theLibrod eBue n Amor, Iberomania, 6(1980), Pp. 1-34,cae dentro de este grupoapesar de suprometedor titulo: cree que las imgenes estn al serviciod e una in-tencin didctica.

    1 4 . Ulrich Leo: Zurd icherischen Originalitt des Arcipreste d e Hita (Frankfurt:Vittorio Klosterman, 1958):Anthony Zahareas: The artofJuanRuiz (Madrid: Ed-lIgar. 1965).

    15. Amodo deejemplocitar laconclusin delcaptulo dedicado alas imge-nes en el librodeCarmeloGariano: Elinundo potico d eJuanRuiz (Madrid: Cre-dos. 1968), y. 163 y 179, que comentasobre la importancia de las imgenes quedan un contorno plsticainenteobjetivoa las entidades abstractas y deducequestas contribuyen eficazmente a soplarcalor y color al barro inerte llmesefondo,contenido o tpico.

    16. Margherita Morreale: Esquema para elestudio de la comparacin en elLibrode BuenAmor, Studies inHonorofTat iana Fotitch, editadoporJosepM . Sola-

    Sol et al. (Washington: Catholic l.Jniv. ofAmerica, 1973), Pp. 2 7 9- 30 1 E . Wcis:SprachlicheKunstmittel des Frzpriesters von Hita, Volksum undKulturderRo-m an en , 7(1934), pp. 164-243, 281-348.

    1 7 . Vanse La semiologia de la connotacin. Lectura polismica de Cruzcruzada panadera, Nueva Revis ta deFilologa H ispnica, 33 (1983), Pp. 299-324;Anexample ofVege tal-genital onomasties in theLibrode BuenAmor, Roman-ce Philology en prensa.Debo a laamabilidad de l profesor Faulhaber unafotoco-pia de este ltimo.

    1 8 . Cito slo lostrabajos ms importantes: Aun L. Grace: Multiple symbo-lism in theLibro d e BuenAmor:The erotic forces ofDonCarnal, Hispanic R ev iew ,43 (1975).Pp. 371-80:NstorLugones:Algo mssobre la viuda tonolica.Revista

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    Not as poro e estudio de las imgenes en e lLibrod e Buen Amor 77

    De esterepaso a la bibliografadel libro delArcipreste se desprendelafalta de un trabajode conjunto sobre las imgenes. Dos son loslibros pu-blicados enfecha no lejanaque han intentado llenar estehueco. Me refie-

    ro a The imageryofheLibrodeBuenAmor deGailPhillips y a T healle-goryofgoad ovede Dayle Seidenspinner-Nez ~. Elprimeroes,sobre to-do,un trabajo de recopilacindematerial, que se ordenaendos partes: enla primera se analizan las imgenes del episodiode Doa Endrina y DonMeln en relacin con el Panphilus;en la segunda se enumeranlas imge-nes que se asocian a los diferentes personajes, figuras alegricas (Amor,Muerte, Pecados, Virtudes)y temas (dinero, vicios,etc.). Ellibro seresientede la falta de una sintesis que articule en una visin crtica el materialacumulado. Las imgenes se analizan aisladasde su contexto, de modoquese nosescapa lafuncin que stascumplen dentro decada episodio.A la ausenciade unasconclusiones detalladas hay que aadirla impreci-sincon que se utiliza el trmino imagen. Segn sealala propia Phi-llips. imagene s usado a modo de umbrella term for thewhole spec-trum ofsuggestive language (p. 5) . En consecuencia, el trabajo se con-vierte en unestudiosemntico 2 < > tendente a demostrar el valordidcticodel libro delArcipreste. De nuevo se hapospuesto el estudio de las imge-nes perse a la interpretacin global dela obra.

    Algo similarocurreconThe allegoryofgood o ve . Ya el ttulo nos indicacul es el inters de la autora: estudia las imgenes en cuanto que sonconsecuencia dela alegora, que consiste en hacer ver al receptor concep-tosabstractos. El aspecto visual le lleva a tocar lasrelaciones con la icono-

    grafa,pero no saca todo el partidoque hubiera podido 2 > Seidenspinner-Nez considera las imgenesdesde lateora agustiniana sobrelaalego-

    d e Archivos, B ib l iotecas yMuseos; 80(1977), Pp. 99-111; Mary-Ann Vetterling: Ani-maisos imogesforlove in che Libro de BuenAmor by Juan Ruiz(Tesis de laUni-versidad de Harvard, 1977) y AnimalsandJuanRuizs CelebrationofWomen,en Essays inhonoro/Jorge Guilln on Iheoccassion of h is 85h. year (Cambridge,Mass.: Abedul Press; ArlingtonI-leights: C. Ledford, 1977),Pp. 133-140. Elestudiode las imgenes deanimalesusadascomo medio de caracterizara lospersonajeshadado resultados fructferosen otrasobras. VaseAlan D.Deyermond: Lazari-lo deTormes: acriticalguide(Londres: Grant&Cutler, 1975),Pp. 63-70.

    1 9 . Gail Phillips: PieimageryofM e Libro d e BuenAmor (Madison: lJniv.ofWisconsin, 1983) y Dayle Seidenspinner-Nez: The af lego,y o/tuve:parodicpers-pectivisin in Ih e Libro d e B u e n Amor , University of California Publications inModern Pbilology112 (Berkeley: Univ. ofCalifornia, 1981).

    20 . Estudio, porotraparte, muy incompleto desde este punto devista, como sehaencargado de sealarLouise O.Vasvari ensu resea enJournalofHispanic Phi-lo logy, 9 (1984), Pp. 78-82.

    21 . Cf los trabajos de Rosemund Tuve: Allegorical imagery : sorne med ieva l books andheirposteriy(Princeton: Princeton Univ.Press, 1977) que se concentraen Faery Queen d e Spencer, y John Fleming: The Roman d e la Rose: a study inallegoryand iconography(Princeton: Princeton Univ. Press. 1969).

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    78 Mario Morrs

    ra22.A diferenciade otros crticos, aboga por unalectura abierta delLibrodeBuenAmor Rechaza las interpretaciones exclusivistas que han visto ounpropsitodidctico-religioso, ounaparodia delamorcorts. La ambi-guedad delLibrodeBuenAmor es unefectobuscado por su autor, que yux-

    tapone conscientemente imgenes procedentes de tres tradiciones litera-as(la religiosa, la cortesana yla cmico-realista) con finespardicos. Elprocedimiento,como analiza con finura y detenimiento Seidenspinner-Nez, consiste en tomarsmbolos,expresiones e imgenes comunes a lastres esferas para aplicarlos a contextosen desacuerdocon lo que seria deesperar dado su origen.

    Elanlisis delepisodio de DonMeln y Doa Endrinaocupa lapartemsimportante delestudio. En lse muestrael proceso dedegradacin delospersonajes queresulta del empleo deimgenes deanimales.Don Me-ln y Doa Endrina y conellos las figuras de losamantes cortesanosquedanen el nivel delhomo animalis. Porasociacin con las imgenesde animales, el motivo de la caza ertica, caracterstico de la literatura

    22 . San Agustn ha sidoempleado como gua de lecturapara eLibrode BuenAmoren ms de una ocasin,bien para proponer unsignificado debuen amor so-bre ladistincinentrecaritas ycupiditasbien,comoen este caso,para apoyar unalectura abierta.En el primercaso s e encuentran lostrabajos deColbert 1 . Nepaul-singh: The structureof Ibe Libro d eB u e n Amor,Neophilologus. 61(1977), pp. 58-73;RichardKinkade: lntellectum tibidabo:Thefunetion offree will inthe Li-bro de Bue n Amor, Bulletin ofHispanic Ludies. 4 7 (1970) . pp. 296-315. AndrMi-chalski: La parodia hagiogrfica y el dualismo Eros-Tanatos en el Libro d e BuenAmor, en ElArciprested e Hita: e libro. e l autor, la tierra, la poca . Actas de lprimer

    ( ongreso Internacionalsobre e l Arcipreste d e Hita, editado por Manuel Criado de lVal(Barcelona: SERESA, 1973). Pp.53-77; Michac Gerli:RectavoluntasesbonusamorSaintAugustine and [hedidactie structureofthe Libro d e Buen Amor, Ro-mance Ph i lo logy , 3 5 (1982-1983) , pp. 500-508. En e l segundo, Marina ScordilisBrownlee con The statusofthe readingsubjec in the Libro de Buen Amor, NorthCaroline Studics in the Romance Languages and Literatures 224 (Chapel Hill:University ofNorth Carolina, 985).

    Todas estas interpretaciones se basan ene l prlogo en prosa. introducido en lasegunda versin. Como hasealado John K. Walsh en C orn ica , 1 5 (1986). Pp .321-26, es probable quelas ideas del prlogo sigan msbien la reformulacindeSan Bernardo de la doctrina de San Agustn.

    En el empleo del mtodo exegtico agustiniano para la lectura de textos me-dievales hatenido unagraninfluencia D. X V . Robertson con suA preface to Chau-ce e siudies inmedieva l perspecives (Princeton: PrincetonUniv. Press, 1962).L os ex-cesos de estacorriente han sidodenunciadosporFrancesL . Utley:Robertsonia-nism redivivus.Rom ance Phi lo logv. 19(1965). pp.250-60 y Mustwe abandontheconcept of courtly loveN, en Medievalia e l Humanistica, new serles, 3 (1972), Pp.299-324. Un buen resumen sobre estacuestin puedeverse enCharlesDonahue:Patristie exegesisin the criticism ofmedieval literature: summation.en C riticalapproaches tomedievalliterature, editadoporD. Betburum (NuevaYork: ColumbiaUnix~. Press, 1969), Pp. 61-82.

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    Not as para e l estudio de la s imgenes en e lLibro de Buen Amor 79

    cortesana, se degrada tambin al servir paradejar al descubierto el deseocarnal quesubyace ala retricadel amor corts. Pero, asu vez,la imagendel cazador remite dentrode la tipologa cristiana al Diablo, cazador ar-

    quetipico, siempre al acechode las almas de los hombres.De esta forma,la imagen dela caza actuaracomo eje alrededordel cual se vertebran lasdiversas interpretaciones.Seidenspinner-Nez extrae de ello dos impor-tantes conclusiones:

    1) La imagen cinegtica cumple un papelestructural bsicoal dar co-hesin temtica a las aventuras amorosas.

    2) Laimagen cinegtica y losmotivos relacionadoscon ella, al remitira las variastradicionesliterariasdelas que proceden, cumplen al tiempoun propsito didctico y humorstico.

    A la luz de la doctrina agustiniana Seidenspinner-Nez subraya elofrecimiento que el autor delprlogo en prosa hace al entendimiento dellector. En su opinin, se invitaal lector a leer las imgenes y el libro ente-ro a distintos niveles: literalmente,de acuerdocon la tradicincmica, lasimgenes tienen unefecto humorstico en contraste con el contenido di-dctico que adquieren si se interpretan de manera figurada, al modoespiritual.

    Nocabe dudaque losdos estudios aqu reseados son el punto de par-tida obligado. The imagetjof the Librode BuenAmor de Gail Phillips,

    por la riquezade datos que proporciona y The allegoyofgood ove, porlassugerencias de interpretacin que abre con su lectura, ofrecen dos pers-pectivas complementarias desde las que abordar el tema que nos ocupa.No obstante, ninguno de ellos alcanza a proporcionar las claves ltimasqueexpliquen de manera mnimamente satisthctoriala presenciay el empleode las imgenes enla obrade Juan Ruiz.Todava quedapor examinar endetalle las caractersticas delas imgenes, su significado y la funcin quedesempean en el nivel retrico (como elementos de carcter visualquecontribuyen al ornatode laelocutio) yen el nivel narrativo (en cuanto n-cleossignificativos que captan la imaginacin dellector yen cuanto moti-vos que ordenan y hacen progresar la accin).

    Entre las razonesquequiz ayuden a aclararlas limitacionesque encon-tramostantoenuno comoen otro estudiodestaca,sobretodo, la falta deuncriterio metodolgicopara el estudio delas imgenesdentrode la literatura.Junto a ello se pasan por alto las implicaciones tencasquela presenciadeimgenes dentrode un texto medieval obliga a plantearse. Es necesario inves-tigar sobre las relaciones que en torno al concepto de imagen se estable-canentre literatura y las artesvisuales en la Edad Mediay sobre el pa-pci que se asignaba a la imagen dentro delas doctrinas epistemolgicasde la poca.Ambos puntosestn en una relacinestrecha, como intenta-reinos demostrar un poco ms adelante. Pero es que, adems, el concepto

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    de imagentomado en un sentido estricto est asociadonecesariamen-te a la representacin visual 23

    Una reconsideracinmetodolgica

    La intencinprincipal de estaspginas es haceruna llamada de aten-cinsobreelcampo quean ofrece el estudio de las imgenes en ellibrodel Arcipreste. Las notas quesiguen slo pretenden sugerirunaposibili-dad, indicarelcamino de unainvestigacinemprendidaal hilo dela lec-tura ya lo dije abiertamenteal principio deV. A. Kolve.No es mi in-tencinextrapolarlas conclusiones alcanzadassobreunaobra y unautorfuera de la literatura espaola 24 ; mi propsito es aprovechar una nueva

    perspectiva y la riquezade informacinque Kolvc hapuesto al servicio delalectura de un texto medieval.Parte Kolve de un concepto del trminoimagen diferenciado delde

    metfora o ~

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    be conducira pensarque se trata de hacer una comparacin estilstica oestructural 2 6 entrelaliteratura y lasartesplsticas. Deantemanose recha-zalaequiparacin de mediosartsticos diferentes y lacomparacinentrelaorganizacin visual y la verbal 2 7 ; pero si ha habido un perodo histricoen el que arte y literatura se han influido mutuamente, ste ha sido laEdad Media. Las razones sonbastanteconocidas: el artese utilizabaparaensear a los iletrados 2 8 , llegando alextremo quehasta el Renacimientose concebala pintura principalmentecomo un medio de ilustrar la pala-bra. Por consiguiente, el objetivo seramostrarcmo el conocimiento de

    26 . Los resultadosde este tipo de aproximacin a las relaciones entreliteratu-ra y artes plsticas se caracterizan por la vaguedad de las comparaciones. nosiempremuy afortunadas.Citarslodos ejemplosdel enfoque estilstico: Single-tonG . Nichols: Romanesque signs: early med ieva l narrativeand iconography (Yale: YaleUniv. Press. 1983) y M ario Praz: Muemosine:Theparallelbetween literatureandth e v isual ar ts (Princeton: Princeton Univ. Press, 1970), quecompara las cpulasde las catedrales gticas con la estructura de los sonetos de Shakespeare. Para laperspectiva estructural,son clsicos los trabajos de Frank Farnham: Romanes-que design in theChanson d e Roland, Roma nce Phi lo logy, 18 (1964) , pp. 143-6,queve en la ordenacin estrfica ladisposicinde los polpticosque adornan los alta-res de las iglesias y Theodor Ziolkowski: Disenchanted images: A literaiyiconology(Princeton: Princeton Univ. Press, 1977). En el campo de losestudios hispnicoshay que citar aHelmut Hatzfeld: El estiloromnicoen literatura,enEs tud ios d eestilstica(Barcelona:Planeta, 1975), Pp. 213-29.

    El mejorresumensobre los criterios metodolgicos que se han ido adoptandopara estudiarlas relacionesentreel arte y la literatura se debe aElisabeth Salter yDerekPearsal: Pictoral illustration of late medieval poetie texts, in Med ieva l iconogra,ohyandnarrativaP roceeding~ofthe /ourth Sympos ium organ izedb y th eC en-treofM e S u d y ofVernacu la r Literature inM eMiddleA g e s , editadopor FlemingG.Andersen et al. (Odense: University Press, 1980), pp. 100-103. All se hallar msbibliografa.

    27 . Lacriticaha reaccionadocontraestaigualacin. Al respecto vanseLilianH. Hornstein: Analysis of imagery. Acritiqueofliterarymethod,Publicationso f th eModern Language.ssociation, 5 7 (1942 ) ,pp. 638 -53 ; E . SalteryDerek Pearsal,p . 1 0 3 ; R. Cohen:Arto/discrimination: Thomson : ~ ~

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    las tradiciones iconogrficas de la Edad Mediapuede aclarar y contribuira nuestroentendimiento dela literatura deese mismo periodo.

    Asiles de pasar a estudiarlas imgenes en el Librode BuenAmor con-viene entonces preguntarsepor elpapel que se conceda ala imaginacinvisual en las teorasfilosficas conocidas en la Edad Media y qupuestotenastaen la prctica literaria. En la Edad Media se pensaba que la lite-ratura erauna experiencia en cierto sentido visual, como se deduce de losabundantestestimoniosen que escritores equiparanleer, considerar y vi-sualizar29. Citaremos nicamente uno a modo demuestra. En 1330, su-puesta fecha de composicin de la primeraversin conservada del Librode BuenAmor, Guillaume de Deguileville escriba en Le Pelerinage de viehumane:~

    En veillant avoie leuconsider et bien veule biau roumans de la Rose

    Tambin en el LibrodeBuenAmorserecogeesta idea3m: Otros fueronla pintura e la es[crilptura e lasimgenes primeramente falladas por raznque la memoria del omne deleznadera es.

    Me interesa destacar aqu cmo pintura. escriptura 3 2 e imge-nes son unidasen una sede sintcticapor medio de conjuncionescopu-lativas que sitanlas palabrasen un mismo nivel lxico. Laidea conteni-da en elprlogo del LibrodeBuenAmorno quedamuylejos dela referen-

    cia que hace Richard de Foumival a que la memoria tienedos puertas: lavista y elodo ~>. Estoes, lapintura y laescrituracomparten un mismo sta-tu sepistemolgico en cuantoque el resultadodela visin y de la lectura (o

    2 9 . Se ocupa slopor encimade ello Margit FrenkAlatorreen Ver. oir, leer,en.Homenajeo. A-aa MariaBarrenechew-editadoporL-a-Sm=hwat-Le-nwr-e IsaasLerner (Madrid: C astalia, 1984). pp. 235-240.

    30. Citado por Kolve, p. 9. Cf. tambin pp. 10-12 y 31. Otrostestimonios enDouglas Kelly: Med ieva l imagination. Rhetoric andthepoe t ry ofcourtly love (Madi-son: UniversityofWisconsin, 1978). y . 35.

    31. Cito por la edicin deJacquesJoset(Madrid: Espasa Calpe, 1974), 1 , p. lO .Dado queeste trabajo no tiene ms valorque el de untuero esbozo,pasarpor al-to en lo posiblelas cuestionestextuales. Sinembargo. ha de tenerse muy en cuen-ta que cualquier estudiosobre el Libro d e BuenAmor. a d iferencia de lo que ocurreconChaucer,plantea problemasespeciales: se sabemuy poco sobre el autor, hayms deuna versin, losmanuscritos tienen lagunas textuales, no se tiene certezasobre cl tipo depblico al que iba destinado,etc.

    Esta lecturadescarta la correccin propuesta por Giorgio Chiarini, que lee es-cptura en su edicin crtica (Miln-Npoles: Riccardo Ricciardi Editore.1964), p. 6.

    33. Citado porKolve, n. 27 p. 38.

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    Nt~tos paro e l estudio de los imgenes en e l Libro de Buen Amor 83

    la representacin)>~ es elmismo, almacenar imgenes enla memoria >~ .La memoria era considerada lafacultad en la quese depositaban las

    imgenes mentalesadquiridas porlacomprensin humana (el intellec-tum). Su funcin era ponerlas adisposicin de la razn y de lavoluntad.Lointeresante es que elarteno importa si es pintura oliteratura seempleaba con propsitos mnemotcnicos, porque, como dice el Arcipres-te, la memoria del hombre deleznadera es. Por consiguiente, la riquezade imgenes que se encuentra en el Librod eBuenAmorno se explicaevo-cando elfantasma de un arcipreste hedonista, incapaz dc percibir el mun-do ms alldel nivel sensorial.O almenos, no es ese elnicomotivo, hayrazones msprofundas>t

    34. Dejo a un ladola polmica sobre si cl Libro d eBue n Amorestabadestinadoa la lectura o a la representacin oral. Lo primero ha sido defendido por G .Gybbon-Monypenny: The Spanish Meste r d e clerecia and its intended publie:conceriing the validity as evidenceofpassagesofdirectaddress lo theaudience,enMedieval tniscellany presentedc o Lugene Vinaver, editadoporE . Whiteheade ta l . .(Manchester:University Press. 1965), pp. 230-44; losegundotiene suprincipal de-fensa enJohn K . Walsh: The genesis of iheLibro d e B u e n Am or, fromperforman-ce text [olibro or cancionero (MLA Conference, 29 de diciembre de 1979).

    Sobrelas repercusiones quetiene la lectura de uno u otro tipo en la recepcinde las imgenes. vase Kolve, pp. 11-18.

    35 . Sobreesta cuestin pueden consultarse los estudios de Murray WrightBundry:T he theory0/imagination in th ec lassica l ant]med ieva l thought IllinoisStu-dies in Literatureaud Language 2 y 3 (Illinois: UniversityofIllinois, 1927); PaoloRossi: Arti mnernoniche e logica combinatoria daLullo a Leibniz (Miln: Npoles:

    Riccardo Ricciardi Editore, 1960). pp. 1-19: Frances Yates: Medieval rnemoryand the formation of imagery>s, en The art ofme rnory (Chicago: Chicago Univ.Press, 1977).Pp 82-104 y Iheart ofRamn 1 .1 ul. Journalo/Wrbug amiCour-raid Instirute 17(1954), pp. 115-117 y Harry Caplan: Memoria: Treasure. Houseofeloquenee, en O/coquence studies inancientandmedievalrheroric, editadoporAnne King y Helen North (Ithaca: CornelUniv. Press. 1970).

    36 . Falta porrealizarun estudiode urs tnemo rat iva enespaol.Walshseala laexistenciade unas Reglas d e laMemoria deunesdcl siglo XIV o pri icipiosdel si-gloXV conservadas en la biblioteca de la Universidad de Salamanca.Porsu itie-rs reproduzco el titulo, De la tercera parte que es de losrubjetos e objetos ge-nerales, y los encabezamientos de las subdivisiones: De ente real e intetcio-nal, de genies e de especies, de movimiente e de mobilidad, de unidad e

    pluralidad. de los astrales e contebies, de las intensidades eextensidades,de las senblanyas e desemblan~as y degenerayin e decorruNin. Sobre to-do ello, conslteseWalsh: Elcoloquiod e lamemor ia , la voluntady e le ntendtmienco~BibliotecaUniversitaria d eSalamancaM S . 1763) ysusm ani /estaciones en lalite,aturaespaola, Pliegos Hispnicos 3 (NuevaYork: Lorenzo Clemente, 1986). Otros tex-tos son Pedro Meja:Si lva d e varia leccin, 1540, Segunda sede II (Madrid: Socie-dad deBiblifilos Espaoles. 1933), cap. 8 De cmo lamemoriase puededaaren parte y encosas sealadas, queconstituye un resumen de las teorassobreelproceso de lamemoria (enAristteles.Avicena, Cicern. Santo Toms,etc.).Parael perodo renacentista, Fernando R. de la Flor, art. cd.

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    Ha de tenerse en cuenta que enla Edad Mediase pensabaque la me-morialiteral eramenos necesaria que la memoria detipo conceptual, porla que los objetos y sucesos se conservabanen la mente por mediode im-

    genes. El origen de esta idea se encuentra enla creencia de que las pala-bras apropiadas surgan de forma natural de la imagen: rem tene,verba sequuntur>.

    Pero para lograr este efecto las imgenes deban de impresionar lamentedel lector a travs de laexpresinverbal. Estoimplicaqueno todaslas imgenes tienen elmismo valor en unrelato. Algunas son mero orna-mento retrico o apenas sirven para apuntalar unsmbolo; otras, en cam-bio, tienen un valornarrativo ysimblico claveparalalectura porque ha-cen avanzar la accin de modo no discursivo, al tiempo que su simbolis-mo confgura la significacin dc lo narrado.

    Una vez sentada la importancia terica de las imgenes, el siguientepaso consistira en seleccionar en el texto aquellas imgenes centrales,destinadas a captar la imaginacin medieval. Enesteproceso secorre, cla-ro est, elpeligro de caer en la arbitrariedad, dequeel crtico o fillogodeturno escoja para su estudio aquellas imgenes que ms han llamado suatencin o que apoyansulectura delLibrode BuenAmor Sin embargo,sepuedenestablecer algunos criteriosquesustituyan alcapricho o losintere-ses particulares. Ha de serla obramismala quedejever la importancia deunas imgenessobreotras: en primer lugar qu eslo que Juan Ruiz pidea sus receptores que vean?,dequ manera lo hace?La segunda piedra detoque paraaislar las imgenes ms relevantes serafijarse en aquellasque

    formaban parte dela competencialiteraria del receptormedieval. Esto es,habra que determinar qu imgenes eran reconocibles a partir de otrastradiciones literariase iconogrficas y sisu significado es alterado en elcontexto narrativo >~. Unposible tercer criterio implica considerar la pro-ductividad de las imgenes. Dicho con otras palabras, habra que aislarlos ncleos entorno a los cuales giran el resto delas imgenes y que fun-cionana modode gua iluminadora que da sentido altexto.Perovayamospor partes.

    37 . Este es el consejo quedaba Catn a los oradores.Citado porH. Caplan, y . 232.

    38. La distancia temporalque mediaentre los receptores coetneosa laobra ynosotrossuponeuna barrera efectivapara comprender cabalmentee l texto. En es-te caso, como en cualquierotra obra medieval, antes de lanzarinterpretaciones esnecesarioreconstruir la tradicin que la enmarca. Cuando el sistema deconven-ciones del queparte el creador ha sidosometido a unasubversin de ndole par-dica. como sucede con el libro del Arcipreste, estalabor se hace obligada. Tal re-construccinhabr de comprender, por una parte, el estudiode la tradicin litera-ria (gneros,temas. intertextos) y . por otra, tendr que recuperartodos aquelloselementos culturales, lingtisticos y extralingitisticos (foiclore,culturabblicay ju-ridica.iconografa)que componan en su da los supuestos socioculturales y est-ticos comunes alArcipreste y sus receptores.

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    Notaspara e j estudio de la s imgenes en e l Libro de Buen Amor 85

    Un ejemplo sencillo

    En ellibrodel Arcipreste haymltipleselementosque invitan a los re-

    ceptores aver, aformar imgenes delo odo ovisto.La impresin de vi-da bullente que todava hoy se desprende de la lectura delLibrode BuenAmorse deriva en gran parte de ello. Juan Ruiz, como Chaucer, poneenprctica el consejo de las retricas cuando recomiendan ante oculosponere >~ .

    Uno de los procedimientos ms encarecidos era la descriptio. As,Quintiliano aconseja: ita expressa verbis, ut cernipotius videatur quamaudiri>. Ladescripcin seconvierte entonces en una audicin visualiza-dora, cuyo objetivo es praesentans oculis quod demonstrat~.

    De entre lasdescripciones que se encuentran en el libro delArciprestehemos escogido para ilustrar este puntoJa ms pictrica,la descripcinde los meses en la tienda de Don Amor(est. l2l0-l30O)~~ que precede aldesfile triunfal de Don Carnal y Don Amor

    Ladescripcin no es original, pues deriva del Libro deAlexandre4>. Pe-ro hayciertos detalles que la distinguende su fuente y que nos interesan.El primeroes lamanera enque las imgenes de los mesespersonificadosson introducidas:

    Luego a laentrada, a mano derecha,estavauna mesa muynoble e bien fecha;delante ella grand fuego desgrandcalor echa;trescomin a ella,uno a otro assecha. (1120)

    39 . Puede encontrarse bibliografacomentadasobre estacuestin enKolve, n.1 pp.395-96.

    4 0 . Quintiliano: Institutio Oratoria, 9 , 2 , y . 4 0 . Citado porHeinrich Lausberg:Manual d e retrica literaria (Madrid:Gredos, 1968), 2 ,p . 225.

    41 . Citado porEdmundFaral: L e s artspo tiques duXfle e lduXIIlesicle, [19241,Bibliothque de lEcole des Hautes tudcs 23 8 (Pars: Champion, 1982). p. 74.Vase tambin Harriet Goldberg: Personal descriptions irmedieval texts: deco-rative or funetional?,Hispanfila, 87 (1986), pp. 1-12, quesugiere que losretratosen la literatura espaolaestn ms orientadoshacia lovisual que en otras.

    42 . Sobre estetipode descripciones, a las que correspondeuna abundante se-rie de murales,tapices y bajorrelievesornamentales en la Edad Media, vase Eh-sabeth LeeHarris: Themurala s a decorativedevice in med ieva l literature(Nashville:VanderbiltUniv., 1935).

    43 . Este pasaje cuenta con una bibliografa bastante numerosa: veanse Ed-mundoForastieri:Ladescripcindelosmesesenel Libro d e Bue n Amor,Revistad e FilologaE spao la , 55 (1972), Pp. 213-32; N. E. Alvarez: Elrecibimiento en latienda de D.Amoren el Libro de buenAmora la luz del LibrodeAlexandre,>, Bulle-finofHispanic Studieg 5 3(1976). pp. 1-15; H. S . Martnez: La tienda deamor, es-pejo de la vida humana, Nue va Revista d e FilologaHispnica,26(1977), Pp. 56-95;Mary-Ann LeeVetterling: Juan Ruizs VersionofAlexander the Great,Corni-c a , 7 (1978-79). Pp. 23-28; Barbara Kurtz:

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    86 Alara Morr,s

    Los meses aparecenen grupos de tres, que corresponden a las estacio-nes del ao, y cadagrupo aparece personificado por una clase social: loscaballeros personifican los meses de verano, los hidalgos el invierno, los

    ricos omnes la primavera y los labradores el otoo. La relacin entrelospersonajes alegricos y la estacin delao seexpresa atravsde la activi-dad que desarrolla la figura correspondiente. Deesta forma, Juan Ruiztransmite unaimagen en movimiento en lugar de un cuadro de persona-

    jes inmviles. El procedimiento se ha definido como un retrucano vi-sual~. Pero la conversindelos conceptos temporales a un nivel de ac-cin fsica no es la nica modificacin a que sesomete el planotemporal.Ala sucesin cronolgica le sustituye la ilusin de varios espacios super-puestos.Asse incita al receptora pasardela organizacin lineal del sig-no lingistico alacaptacin intuitiva e inmediata propia de la imagen.JuanRuiz insiste en esterecursodescribiendo lotemporal entrminos es-paciales que se conciben visualmente: la duracinde los meses de invier-no se hace ver haciendo referenciaa la longitud de un luengo madero(l.271c); la de los mesesde primavera, en cambio, se podra alcanterconlas vigas degaula (l.278c)

    Aprimera vista podra pensarsequetodo este pasaje no cumple msfuncin queel ornamento retrico yque su inclusinse debequiz al de-seo de dar gusto a unos receptores que probablemente recordaban sufuente msprxima, el Libro de Alexandre. Tambin podra alegarseunafndidctico;es un hechocomprobadoque ciertos textos literarios cranutilizadosparaensear a verrepresentacionesiconogrficas. cuyo sentidode otro modo seescapara4>. Yviceversa. El examen de la tradicin icono-grfica~ puede contribuir a aclarar el porqu de esta estoria.

    Desdehaca siglos se haba consagrado elempleo de la representacinvisual delosmeses para incorporarotros .significados47.Ases que al aso-

    facetas de la alegora de l Libro d e Buen Amor, RomanceNocs, 3 3 (1981k pp. 18 ! - 89 .

    44 . B . Kunz. p. 189.4 5 . El carcter ancil lar dc lapinturarespcc~o al texto en la Edad Media ha si-

    do subrayado confrecuencia: A. L . Ramis, y . 56; R. Tuve. y. 114: E. H.Gomhrich:The Evidence of 1muges, en Interpretauion: theoryinrip ra~ . . t ice , edicin de Char-les 5.Singleton, JohnHopkins Humanities Seminar 9 (Baltimore: JohnHopkins

    Press, 1969), y . 97: Siton Ringbom: Soine pictoral eonventions br [herecountingofthoughtsandexperiences in late medieval art, C I) Med ieva l iconographyandta-rrativc. p . 6 9 .

    46 . Con ello no me refiero a tratarde buscar una fuentepictricadetermina-da.comohan intentado hacer con el AlexandrePilar Liria en El Litrod eAlcvan-dre and the paintings in San Isidoro de Len. C orn ica , 1 0 (1981). y . 83 y T. M .Rossi con el Libro d e Buen AmorenParaunalecturade las estrofas 1.270-1,300,Med ievum Romanicum, 6 (1979). PP . 363-71.

    47 . Sobre su empleo enotras obras literarias vanse L. Biadene:

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    No l as parae l e studio le la s imgenes en e l Libro de Buen Amor 87

    ciarlos meses con las faenasJuan Ruizsigue una largay asentada tradi-cin alegrica48. Ahorabien,cabepreguntarseporqu esa insistencia enla caracterizacin de los meses a partirde lo que comen? Si se leen con

    cierta atencinlas estrofas, se observarla frecuencia con que aparece elverbo comer. Seria muyarriesgado suponer que esta imagen remite a lalabor amorosa delprotagonista?~ La imagen del comer como equiva-lente ala realizacindelacto sexual y la identificacin entre elapetito y eldeseo ertico sonmotivos recurrentesen el Librod e BuenAmor.Esta ima-gen. entre otras, jugara un papel importante al servir para encadenarlasaventuras amorosasa las restantes partesdel libro50.

    Por otro lado, la descripcin dela tiendade DonAmor forma parte desu presentacin como triunfador, presentacinque remiteen primer lugara la figurade Alejandro momentneamente victorioso y,de modo ms ge-neral. a la deloshroes picos. Se insinaasotra imagen constantemente

    asociada al amor en el libro delArcipreste: el amor como forma de guerrao conquista >~ . Y queda todava por sealaruna tercera imagenque seaso-cia a la descripcin de los meses en la tienda de DonAmor.

    La pintura de los meses apareca normalmenteen las catedrales comoparte dela representacin del Universo que rodeaba a la figuradel Cristo

    Eugenio Asensio: ElAuto d o s quatro tempos de Gil Vicente. Revista d e FilologaEspao la , 33 (1949). Pp. 350-370.

    48. Estoria significatanto serie o secuenciade representaciones que cuen-tanuna historia como relato. Aqu tiene ambos sentidos. Sobre sussignifica-dosy su empleo en la literatura espaola, es obligado remitirse aAmadorde losRos: Hfsioria crtica d e laliteratura espaola, 118631.4 (Madrid: Gredos, 1969).Pp.613-14 y Jos Manuel Blecua. en su edicin del Conde Lucanor,Clsicos Castalia 9(Madrid: Castalia, 1969). p. 6111. 100. Tambin los artculos de FranciscoMarcosMarn: Estoria como representacin secuencial: nota sobre el Libro de B u e n

    Amor desde Alfonso X, el Libro d eA lexcindre. el &>ude Lucanor y otras referen-cias. Archivum, 27-28 (1977-78). Pp. 523-28: J. Pircusi: The Meaning ofestoriaenJuan Manuels Conde Lucanor,H ispania, 61(1978), pp.459-65 y 5. Kirhy: Es-cripto cones toria W ibro d e Buen Amor , est. l.571c),Romance Notes, 1 4 (1972-73).pp.631-35.

    49. E. Kurtz, p. 189, relaciona estas estrofas con el episodio que sigue.50. Cl.las imgenesagrupadas por O. Phillipsbajolos apartados de Food.

    Plant, Fruit.Farming y Domestie. y su distribucin y las observacionesde James Burke: lmageryof swallowing and associated themes in the Librod eBuen Amor, Cornica,5(1975), y . 125. TambinA. D. Deyermond: El que quie-recomer cl ave.Melibea como artculode consumo, en Estud ios romnicosdedi-cados alpro/esorAndrs Soria Ortega en XXVaniversario dc la Ctedra de LiteraturasR om n ica .sx editado por Jess Montoya Martnez y Juan Paredes Nez (Grana-da:Universidad de Granada, Departamento de FilologiaRomnica, 1985), 1 , Pp.29 1-300.

    51. Cf. asimismo losepgrafes del libro dcPhillips Battle. Capture. Des-truction.>. Wound y Weapon.>.

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    88 Mara Morrs

    triunfante~. No sera posible ver en esta descripcin una parodia de laimagen del Pantocrator? . Una lectura como la que aqu se propone su-pone necesariamente que los receptores conocanlas tradiciones mencio-

    nadas yque,por tanto, eran capaces de reconocerla potencialidad signifi-cativa de la imagen >4.

    Hacia unavisin de conjunto

    En su estudio sobre Chaucer, Kolve aisla para cada uno delos cincoprimeros relatos de Loscuentos deCanterbuiyuna o dosimgenes centra-les >~ . En elcaso del Librode BuenAmorno parece fcilhacer algo similar.Las imgenes referentes a la caza, la comida, la guerra, las actividadesagrcolas ya otras ocupaciones domsticass e acumulan prcticamenteencada episodio. Los estudios realizados hasta ahora hancoincidido en se-alar que la tcnica empleada por elArcipreste consiste en la superposi-cin de imgenes procedentes dediferentes campos ms que en el encade-namiento lineal de los motivos 5 6 , La funcinprincipal delas imgenes es.en consecuencia, dar coherencia estructural, esttica y semntica al libro.Cules son entonces esas imgenes centralesque organizan y clarificanla experiencia narrativa del receptor?Sidenspinner-Nez hapropuestola caza; Phillips se inclina ms bien a considerarel engao yla destruc-cin como denominadores comunes a todas las imgenes; Hart ve en elLibrodeBuenAmorunaalegora delavidacomo peregrinado y destaca la

    tmagen de la romera. Sinos fijamos enlosdos episodios sobrelosque segn la opinin ms extendida entre la crticapivotala estructura del

    5 2 . Vase EmileMle: Thegothic image: religiousa rt in Franceofdicthirteenthcentury. trad. de DoraNussey (NuevaYork: Harper and Row. 1973).

    53 . Cf. Forastieri, p.220.54 . Laimagen deDon Amors e asociatambin con el demonio por unaparte

    y conCristo,de otra, dentro de la iconografia medieval y renacentista. Estoseriaun argumento ms en favor de estainterpretacin. En el Libro d eB u e n Amorestaimagen de Don Amor y el demonio quedaran asociadaspor e l tamao (ambosson grandes,frentea lafigura tradicional de Cupido nio)y porlaapostura. En el

    arte era usual pintar a Cupido con atributos propios bien del demonio,bien deCristo;pero por qu no de losdosal tiempo, como haceJuan Ruiz?Ilustracionesde lomencionado arriba se encuentran enJean Seznec: IiwsurvivalofM e pagangods(Londres: New 1-lamper, 1961),n . 22 p.7 6, y . 103.n. 98 p. 105, p. 273. M . Gerli:Loveand the Seven DeadlySins inthe Libro de Bue n Amor. Revista de EstudiosHispnicos, 16(1982). Pp. 67-80.ha sealadovariossermonesen que se produce es-ta identificacinentre e l Demonio y Cupido.

    55 . Caps. 3-5.Las imgenesson laprisin de amor, las de animales y del dilu-vio,del caballodesbocado y de l barco a la deriva.

    56 . Cf. Seidenspinner-Nez, Pp. 46-48 y G. Phillips, y. 32. 34. 55, 88, 125 ,etc.

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    Not as para e l estudio dc la s imgenes en e l Libro de B u e n Amor 89

    LibrodeBuenAmor,Don Meln yDoa Endrina y labatalla deDon Car-nal y DoaCuaresma. se observar undetalle que no deja deresultar lla-mativo.El primerode estos episodiosse basa en imgenes pertenecientes

    al reino vegetal, mientrasqueel segundoes esencialmentela descripcinde uncombate entre animales.Estos dos tipos deimgenesaparecen tam-binenotraspartes dellibro,por loque no resultaextrao quequeden fi-

    jadasen la mentedel receptor. Adems,elmotivo de lacazaertica cuen-tacon unalarga tradicin literaria eiconogrfica, alaque acudiel Arci-preste yque sin duda era familiar a todas las clasesdepblico en la EdadMedia. Lo mismo cabe decir de lasimgenes asociadas a la realizacindelas tareasagrcolas y ala comida,que identificanhambrefsica (la que setienepor ayermantenimiento) yapetito sexual (que conduce al ayun-tamientocon fembra plazentera). Imgenes pertenecientes a estas es-feras de actividadaparecentanto en las aventuras que forman e hilo au-tobiogrficocomo enlosaplogos >~ . En todosloscasos se trata de imge-nes de naturaleza dinmica, que se exteriorizanen uncomportamientoms que en una actitud. Este comportamiento ha de someterse a unasnormas: cazar, cosechar(amar) son actividadesquese ejercendeacuerdocon unas reglas y un ritual determinados. Pero,ademsse trata de activi-dades en que intervienen tres participantes: cazador-agricultor (amante)alquecorresponde el papel activo; un medio instrumental,arma o tram-pa, herramienta de trabajo (medianera) y un elemento pasivo, vctima ofruto(mujer deseada).Lamujerqueda reducida a unelementopasivoquela convierte enobjeto, pero tambin en un ser libredeculpa. Su imagen

    queda lejos de laquetransmite la tradicin misgina, en laquelamujeres el principalsujeto agente. En elfondo se dibujala parodiano slo de latradicinde l amo-corts, sino tambin de la corrienteopuesta.A l cabo,elprotagonista es vctima de supropio arsamandy no de las maas de nin-guna mujer.Lasimgenesdeanimales ylasque pertenecenalmundo ve-getal responderan a un doble propsito. Desde el punto de vista temtico,despojan a lospersonajes de sunaturaleza humana y ponen aldescubier-tola facetacarnal delamor; desde el punto de vistaestructural, sirven pa-ra establecerunaunidad.

    Estas consideraciones deconjunto sonquizprematuras. Restantoda-va muchas imgenes que aclarar en detalle, ya que el sentido demuchasdc ellas an no ha sido aclarado. Por ejemplo. qu motivo empuj alArcipreste a hacer de Venusla esposa de Amor y no su madre como eslousual?, hasta qupunto es innovadora esta imagen?, puede encontrarsealgnprecedente enla literatura o elarte?.a quse debela contradiccinentrela figura deDonAmor como aparece en su discusin con el prota-gonistay luego en el episodio de DonCarnal?

    Pararesponder a estaspreguntashabraque emprender un trabajo ba-

    57. CI n. 34 .

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    90 Mara Aforras

    sado en unslido conocimiento de laiconografa tanto literariacomo ar-tistica y de las relacionesentreambasadoptando, esos , un criteriometo-dolgico riguroso que impida al estudioso caer en metforas y extrapola-

    ciones fciles. Kolve ha mostrado que esto es posible. Adems elestudiode loque ldenominaiconografa narrativa ofrece laposibilidad de es-tudiar los textosmedievales superando losexcesos enque ha cadola cr-tica alaplicar a veces mecnicamente laexgesis como mtodo delectura.Laimagen, ala luz delaepistemologamedieval, se presenta como apoyoparalamemoria y un modo deconocimiento al tiempo queocupa un lu-garfundamental en elquehacer artstico. Todo ellojustificarauna mayoratencin hacia unaparcela deestudio tratada no pocas vecescon dema-siada ligereza. No meresta sino pedircon elArcipreste que

    Qualquieromne que loya, s i bientrobar sopiere.,

    puede y ms aadire enmendar siquisiere

    UniversityofCalifornia. Berkeley. California 94720