diccionario enciclopÉdico de las ciencias del lenguaje

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  • DICCIONARIO ENCICLOPEDKX>DE LAS CIENCIAS DEL LENGUAJE

    Oswald Duerot Tzvetan Todomv

  • Diccionario enciclopdicode las ciencias del lenguaje

    por

    Oswald DucrotT zvetan Todorov

    )JKl stglo vezntluno argentzna edltores, sa

  • INDICE

    Introduccin

    LAS ESCUELAS

    Gramticas generales (O. D.)

    Lingstica histrica en el siglo XIX (O. D.)

    Saussurianismo (O. D.)Gloaemtica (O. D.)"uncionalismo (O. D.)

    Distribucionalismo (O. D.)Lingstica generativa (O. D.)Apndice: Lingstica antigua y medieval (O. D. y T. T.)

    LOS DOMINIOS

    Componentes de la descripcin lingiistica (O. D.)Geolingstica (O. D.)Sociolingstica (T. T.)Psicolingstica (M. S. de S.)

    Retrica y estilstica (T. T.)Potica (T. T.)Semitica (T. T.)Filosofa del lenguaje (O. D.)

    LOS CONCEPTOS METODOLGICOS

    Signo (T. T.)Sintagma y paradigma (O. D.)Categoras lingiisticas (O. D.)Lengua y habla (O. D.)Norma (O. D.)Arbitrariedad (O. D.)

    Sincrona y diacrona (O. D.)

    Historia de la literatura (T. T.)

    Gneros literarios (T. T.)

    Adquisicin del lenguaje (M. S. de S.)Patologa del lenguaje (M. S. de S.)

    9

    17

    21

    29

    35

    40

    475460

    677479

    86

    9298

    104

    113

    12112913614:~

    ISO157165]73

    ]78]86

    191

  • LOS COi"\CEPTOS DESCRl PTIVOS

    Unidades no significativas (O. D.)Prosodia lingstica (1\1.C. H.M.)Versificacin (T. T.)Escritura (T. T.)Unidades significativas (O. D.)Partes del discurso (O. D.)Funciones sintcticas (O. D.)Motivo (T. T.)Pcrsonaje (T. T.)Reglas generativas (O. D.).Estructuras superficiales y estructuras prnfundasReferencia (O. D.)Tipologa de los hechos de s"ntido (T. T.)~l discurso de la ficcin rl'. T.)Comhinatoria scmntica (O. D.)Figura (T. T.)l{elaciones semnticas entre frases l. O. D.)Transformacionl's discursivas (T. '1'.)_Texto (T. T.)Estilo (T. T.)Tiempo y modalidad en la lengua 10. D.)Tiempo del discurso (O. D. Y T. T.)Enunciacin (T. T.)Visin en la narrat\'a (T. T.)Situacin de discurso (O. D.)Lenguaje y accin (O. D.)

    APNDICE

    Escritura (.1-'. W.)Signo (F. W.)Texto (F. W.)Semitica (F. W.)

    lndice de los trminos de/ilJidos

    lndice de uutorl'S

    2012092202282352102462542;W265

    10. D.) 2742872/)4;:013(1(.

    31;;32;;:nl337

    3-11

    341'

    357

    36'13(.')

    37r.3r.o

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  • El ttulo de esta obra implica dos particularidades relacionadas condos opciones fundamentales que debemos explicar aqu: el plural deciencias, el singular de lenguaje.

    Hemos resuelto dar a la palabra lenguaje el sentido preciso -ytrivial- de "lengua natural": no el de "sistema de signos", tandifundido en nuestros das. No nos ocuparemos aqu de las lenguasdocumentales, ni de las diferentes artes consideradas como lenguajes,ni de la ciencia tomada como una lengua bien o mal hecha, ni dellenguaje animal, gestual, etc. Las razones de esta restriccin sonmltiples. En primer trmino, al abandonar el mbito de lo verbalnos habramos visto obligados a encarar un objeto cuyos limites sondifciles de precisar y que por el hecho mismo de su indeterminacincorre el riesgo de coincidir con el de todas las ciencias humanasy sociales, si no de todas las ciencias en general. Si todo es signoen el comportamiento humano, la presencia de un "lenguaje", en estesentido amplio, ya no permite delimitar un objeto de conocimientoentre otros. Por lo dems, slo en poca reciente las institucionessociales, las estructuras psquicas, las formas artsticas, el fraccio-namiento de las ciencias en campos diversos han sido enfocadoscomo sistemas de signos: para hablar de ellos, con frecuencia habra-mos debido crear una ciencia, en vez de dar cuenta de ella, cosaque no corresponda a nuestros fines ni a nuestras posibilidades.Por ltimo, tal extensin de la palabra "lenguaje" habra supuestola afirmacin de una identidad de principio entre los diferentes sis-temas de signos; nos hemos negado a elevar lisa y llanamente estahiptesis al rango de postulado. El estudio de tales sistemas podrser el objeto de otras obras futuras.

    Si hemos tomado, pues, la palabra "lenguaje" en un sentido res-tringido, el plural de ciencias seala, al contrario, nuestro deseode apertura. En ningn momento hemos querido separar el estudio dela lengua del de sus producciones, entendiendo por ello a la vez supuesta en funcionamiento (de alli el lugar acordado a la enunciacin,a los actos lingsticos, al lenguaje en situacin) y las secuenciasdiscursiva~ resultantes, cuya organizacin ya no est directamenteregida slo por el mecanismo de la lengua (de all los muchos

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  • INTRODUCCI6N

    artculos consagrados a aspectos de la literatura, dado que el dis-curso literario es, entre todos, el mejor estudiado). Todo intentode aislar el estudio de la lengua del estudio del discurso tarde otemprano se revela nefasto para ambos. Por lo dems, al relacio-narlos no hemos hecho otra cosa que reanudar vnculos con unalarga tradicin, la de la filologa, que no conceba la descripcinde una lengua sin una descripcin de las obras. Por consiguiente, seencontrarn aqu representadas, adems de la lingstica en sentido~stricto, la potica, la retrica, la estilstica, la psico-, la socio- y lageolingstica, e inclusive ciertas investigaciones sobre semitica ysobre filosofa del lenguaje. De tal modo, nos adherimos al credoque hace poco enunci uno de los maestros de la lingstica moderna:Linguista sum: linguistici nihil a me alienum puto.

    Aunque no intervengamos en esta obra como partcipes de ninguna~cuela, con ms frecuencia de lo que suele ocurrir en esta clalwde obras nos hemos visto forzados a tomar posiciones personaleg vhasta hemos expuesto, aqu y all, investigaciones originales, aunsabindolas incompletas y provisionales. Ms que un halance delas opiniones -cuyo ilusorio ideal sera la imparcialidad-o hemosprocurado dar una visin de conjunto coherente de los prohlema~,cosa que exige siempre la eleccin de un punto de vista. Indiqu-moslo hrevemente.

    Para estudiar los problemas ({pI If'nlJ'uaif'. hprno~ rpSllPlto pno-carlos desde una nersnectiva esencial"'1entp .Vf''T!nnti"",. T()~ ""ro"lema~de la sirmificacin. de sus niveles. el .. sus morlos dI' mRnifpstarifl.constituyen el centro de toda la ohra. Tal importancia otorgadaa la significacin acarrea varia!! consecuenf'iall:

    1. Hemos presentado en detalle la teorn generativa v transformacional de Chomsky, la cual ha contribuido ms qu!' ninguna otraa disipar el recelo con que los lingista!! "cientficos" considerarondurante larro tiempo los problemas semnticos. (Por otro lado, estonos ha llevado a sealar ciertas dificultades con que tropieza esta teo-ria y que explican su evolucin actual.)

    2. Asimismo, hemos dado un lugar importante a la historia de lasciencias del lenguaje (cuyos comienzos hemos situado mucho antesdel siglo XIX): en efecto, las discusiones que la ocupan tambingiran, en ltima instancia, en torno de las relaciones entre la lenguay la significacin; inclusive la discusin entre Sausl'ure y la lings-tica histrica del siglo XIX pone en juego, en resumidas cuentas, dosconcepciones diferentes del acto de significar.

    3. A propsito de diversos problemas (la referencia, la modalidad,por ejemplo), exponemos el punto de vista de ciertos lgicos. Hoy

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  • INTRODUCCIN

    es bastante frecuente declarar ese punto de vista "lingsticamenteno pertinente" (expresin que nos satisface muy poco), con el pre-texto de que los lgicos no se ocupan de describir la lengua, sinode enunciar las reglas que conciernen a su utilizacin. Sin embargo,ereemos que las investigaciones lgicas pueden ser muy reveladoraspara el lingista, porque las dificultades que el lgico encuentra paraenunciar las leyes del razonamiento destacan, por contraste, la espe-cificidad de las lenguas naturales.

    4. Cuestiones puramente "literarias" bordean a veces el examende las categoras lingsticas: as la discusin del "personaje" siguea la de las "partes del discurso" y las "funciones sintcticas". Deello resulta ocasionalmente cierta desigualdad en el nivel de rigoralcanzado aqu y all: desigualdad que, esperamos, ha de ser provi-sional y que refleja el ritmo irregular con que se desarrollan lasciencias. Hemos adoptado esta actitud porque creemos en la relacinautntica que une categoras lingsticas y categoras discursivas,y porque creemos en el provecho que pueden obtener ambas cienciasde su estudio conjunto.

    5. Ha sido inevilable que, a la inversa, asi~nramos un lup:arms restrin~ido a los problemas de la expresin fnica y del oaren-tesco histrico de las lenguas: sin embargo, hemos procurado pre-sentar las nociones relativas a esos temas que han lle{!ado a ser bil"ncomn y referencia constante de los lingistas, y que son indispen.sables para comprender los trabajos actuales sobre ellenguaje.*

    Se requiere cierta temeridad para presentar, en cuatrocientas pJri.nas, una visin de conjunto sobre las ciencias del lelllmaje. si seconsidera su extraordinario flcsarrollo a partir de los ltimos cin-cuenta aos V si se toma en cuenta su asoecto a la vez sistemtiro~ada noci6n debe comprenderse con relacin a una multitud deotras-- y catico -no se encuentran principios ni terminoloJ!Jasfijos. Para resolver tales dificultades hemos procedido dl" la siguien.te manera:

    El libro no est organizado segn una lista de palabrm,. sinomediante una divisin conceptual del campo estudiado. La solucininversa (todava posible en la poca del Lxico de la terminol.()galingstica de J. Marouzeau) habra ocasionado hoy innumerablesrepeticiones, con el consiguiente gasto de espacio, o retahlas deremisiones que habran exigido una injustificada paciencia del lec-

    Para un estudio profundi?.ado de estos problemas. remitimos a l Cuidealphabdque de la linguistique, compuesta bajo la direccin de A. Martinet(Paris. 1969), obra casi simtrica a la nuestra, en el sentido de que considerllcentrales los problemas que nosotro& encaramos marginalmente, y vicevena.

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  • INTRODUCCIN

    tor. Hemos escrito, pues, alrededor de cincuenta artculos, cada unode los cuales, dedicado a un tema claramente delimitado, constituyeun todo y puede ser objeto de una lectura autnoma. En el interiorde dichos artculos se define cierto nmero de trminos (alrededor deochocientos): al final de la obra, un ndice de la lista alfabticade esos trminos, con una referencia, y slo una, al pasaje de laobra donde se encuentra la definicin. Por otro lado, el lector quebusque informacin sobre una doctrina particular encontrar unndice de autores que remite a los pasajes donde se encuentrandesarrollos que les conciernen (en esas remisiones hemos dej ado delado las observaciones puramente alusivas o bibliogrficas que endiversas partes de la obra se refieren a esos mismos autores).

    Por ltimo, en el transcurso de los artculos, toda vez que hasido preciso emplear trminos o aludir a temas presentados en otraspartes, hemos indicado mediante nmeros entre corchetes la pginadonde se explican esos trminos o temas.

    Los artculos se suceden segn un orden analtico y no alfabtico,cuyo principio exponemos a continuacin.

    La primera seccin, Las escuelas, sigue las principales tendenciascuyo encadenamiento constituye la historia de la lingstica moderna(gramticas generales, lingstica histrica, glosemtica, etctera).

    La segunda, Los campos, describe el conjunto de las disciplinascuyo objeto es el lenguaje: las diferentes partes de la lingstica, lapotica, la estilstica, la psicolingstica, la filosofa del lenguaje ...

    Las otras dos secciones estn consagradas a la descripcin de losprincipales conceptos utilzados. En primer trmino, Los conceptosmetodolgicos, entendiendo por tales los conceptos ms generales.como los de signo, sintagma y paradigma, lengua y habla, etc.; enel interior de esta seccin el orden seguido procura ir de lo funda-mental a lo derivado, en la medida de lo posible y sin pretendererigir una jerarqua estricta. Despus, en la ltima seccin, se tratanconceptos ms particulares, llamados descriptivos: por ejemplo, losde fonema, parte del discurso, sentido y referencia, estilo; se suce-den de lo 3imple a lo complejo, partiendo del rasgo distintivo fnicopara llegar a los actos lingsticos globales.

    As construida, la obra nos parece susceptible de una doble lectura: puede utilizarse como diccionario o como enciclopedia. Porconsiguiente, est destinada tanto a los especialistas como a los prin.cipiantes en cada uno de esos campos que van desde la lingsticahasta los estudios literarios.

    Por su parte, la lengua en que estn escritos los artculos procuraser lo menos tcnca posible. No existe una terminologa unificadapara la lingstica, y menos an para las dems disciplinas aqu

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  • JN1'RODUCCJN

    representadas. De haber empleado un lenguaje tcnico, habramosdebido mezclar terminologas diversas o elegir una determinada entreellas. Yeso habra significado privilegiar a priori la doctrina quela construy. Hemos preferido emplear el lenguaje menos especiali.zado y, con ayuda de ese lenguaje comn, dar la definicin de lostrminos tcnicos. Por ejemplo, aunque proponemos definicionesprecisas y restrictivas para los trminos significacin, lengua, lenguaje, a lo largo de la obra utilizamos esos trminos en la acepcinms amplia que poseen en el lenguaje corriente. Pero cuando debemos emplear una expresin tcnica, o cuando es imprescindible utiIizar una expresin en sentido tcnico, remitimos, mediante una cifraimpresa junto a ella, a la pgina donde figura su definicin.

    Las bibliografas -incluidas en el interior de los artculos, alfinal de cada desarrollo-- no procuran ser exhaustivas, sino tan sloindicar algunos textos histricamente importantes o algunos trabajoscuyo inters garantizamos.*

    Para determinados artculos hemos acudido a la ayuda de colabo.radores tales como MariaScania de Schonen, MarieChristine HazaelMassieux y Fran

  • Las escuelas

  • Gramticas generales

    Despus de redactar diversas gramticas (griega, latina, espaola),un profesor de las "Petites coles" de Port.Royal des Champs, Claudel.ancelot, escribi en 1660, en colaboracin con Antoine Arnauld,una Gramtica general y razonada, despus llamada con frecuenciaGramtica de Port.Royal. La gramtica general se propone enundar ciertos principios a que obedecen todas las lenguas y que ofrecenla explicacin profunoa de sus usos; se trata, pues, de definir ellenguaje del cual las lenguas particulares son casos particulares. Elejemplo de Port.Royal fue seguido por gran nmero de gramticos,~obre todo franceses. del siglo XVIII, para quienes el aprendizaje dI'las lenguas particulares. si no est fundaoo en una gramtica general,se re{luce a un ejercicio puramente mecnico en el cual slo intervienen la memoria y el hbito.

    Si todas las lenguas tienen un fundamento comn, es porque todas'ienen por objeto permitir a los hombres "significar", bacer conocerunos a otros sus pensamientos. Ahora bien, Lanct'lot y Arnau1

  • LAS ESCUELAS

    pleado por Beauze)? La fragmentacin impuesta por la naturalezamaterial de la lengua no contradice la unidad esencial del espritu?Para responder a esta pregunta (la misma que en el siglo XIX guiala reflexin de Humboldt sobre la expresin lingstica de la rela-cin), debe observarse que existe un anlisis del pensamiento que,aun descomponindolo, respeta su unidad: es el anlisis operado porlos lgicos. Al distinguir en una proposicin un sujeto de un predi-cado (aquello de lo cual se afirma algo, aquello que se afirma), nose rompe su unidad, puesto que cada uno de esos trminos slopuede definirse con relacin al otro y puesto que el sujeto no estal sino con relacin a una predicacin posible, mientras que elpredicado no se basta a s mismo y comporta una "idea confusa"del sujeto del cual es afirmado. Por consiguiente, el habla permitirque se transparente la indivisibilidad del acto intelectual siempre queel fraccionamiento en palabras reproduzca el anlisis lgico del pen-samiento. Por eso, "el arte de analizar el pensamiento es el primerfundamento del arte de la gramtica" (Beauze). As, de la ideade que el lenguaje es representacin se pasa a la idea de que es,representacin del pensamiento lgico. Al propio tiempo, se com-prende que pueda existir una gramtica "general" del lenguaje : pues-to que en esa poca casi no existen dudas de que la lgica seauniversal, parece natural que haya principios, gualmente univer-sales, que todas las lenguas deben acatar cuando se esfuerzan porhacer visibles, a travs de las exigencias de la comunicacin escritau oral, la estructura del pensamiento lgico. Tambin se comprendeque el conocimiento de esos principios pueda obtenerse de manera"razonada" (y no inductiva), a partir de una reflexin sobre lasoperaciones lgicas del espritu y sobre las necesidades de la co-municacin. Por ltimo, se explica que esta gramtica general yrazonada pueda dar razn de los usos observados en las diferenteslenguas: se trata, pues, de "aplicar a los principios inmutables ygenerales de la palabra pronunciada o escrita las instituciones arbi-trarias y usuales" de las lenguas particulares.

    ALGUNOS EJEMPLOS

    Las principales categoras de palabras corresponden a los mo-mentos fundamentales del pensamiento lgico. Puesto que el juicioconsiste en atribuir una propiedad (predicado) a una cosa, las len-guas tienen palabras para designar las cosas (sustantivos), paradesignar las propiedades (adjetivos) y para designar el acto mismode atribucin (el verbo ser; los dems verbos representan, segn

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  • GRAMTICAS GENERALES

    Port-Royal, una amalgama del verbo ser y de un adjetivo: "El solresplandece" = "El sol es resplandeciente"). Otras categoras, aunque tambin vinculadas al ejercicio del pensamiento lgico, estndeterminadas, adems, por las condiciones de la comunicacin. As,la imposibilidad de disponer de un nombre para cada cosa obliga alrecurso de los nombres comunes, cuya extensin est a su vez limi-tada por artculos o demostrativos. De manera semejante, combinan-do principios lgicos y exigencias de comunicacin se enunciarnciertas reglas presentadas como universales. Por ejemplo, el acuerdoentre el nombre y el adjetivo que lo determina, acuerdo necesariopllra la claridad de la comunicacin (permite saber de qu nombredepende el adjetivo), debe ser una concordancia (identidad delnmero, el gnero y el caso) porque, segn su naturaleza lgica,el adjetivo y el nombre se refieren a una sola y misma cosa. (Port.Royal llega a explicar el acuerdo del participio en francs.) Otroejemplo: existe un orden de palabras (el que sita el nombre antesque el adjetivo calificativo y el sujeto antes que el verbo) que csnatural y universal, porque para comprender la atribucin

  • LAS ESCUELAS

    de contradecir los principios generales, ms bien los confirman; noreemplazan las reglas: se superponen a ellas.

    ~ Algunos textos esenciales: A. Arnauld, C. Lancelot, Grammaire gnrale",t raisorme, Paris, 1660, reeditado en Paris, 1969, acompaado de un Prefacio(le Michel Foucault; N. Beauze, Grammaire gnrale, Paris, 1767; C. Ches-neau du Marsais, Logique et principes de grammaire, Paris, 1769; numerosas"cnciones en G. Harnois, Les Thories da lallgage en France de 1660 ti 1821,Paris, 1929; G. Sahlin, Cesar Chesneaa da Marsais et son rle dans revolulionde, la grammaire gnrale, Paris, 1928; Noam Chomsky. Carlesian. Linguislics,Ncw York, 1966 (trad. esp., Lingstica Cartesiana, Madrid, Gredos, 1969);R. Donz, La Grammaire gnrale et raisonne de Port-Royal, Berne, 1967(trad. esp., La gramtica general y razonada de Port-Royal, Buenos Aires,EUDEEA, 1971); J.-C. Chevalier, Hisloire de la synlaxe, Geneve, 1968.

    Cul es la importancia histrica de la gramtica general? Antetodo, seala -al menos sa es su intencin- el fin del privilegiootorgado en los siglos precedentes a la gramtica latina y de latendencia a hacer de ella el modelo de toda gramtica; la gramtica~e;oleral ya no es latina, as como no es francesa o alemana: tras-ciende todas las lenguas. Se explica as que en el siglo XVIII llegaraa ser un lugar comn (repetido en muchos artculos de la Enciclo-pedia) condenar a los gramticos que slo pueden ver una lenguaa travs de otra (o, como dir O. Jespersen en el siglo xx, que hablande una lengua "mirando de reojo" otra lengua). Por una parte, lagramtica general soslaya el dilema, que hasta entonces pareca insuperable, de la gramtica puramente filosfica y de la gramtica pura-mente emprica. Los frecuentes tratados medievales De rnodis sil{-rlijicandi se consagraban a una reflexin general sobre el acto designificar. Por otra parte, la gramtica, tal como la entenda Vau-gelas, slo era un registro de usos, o ms bien de "buenos usos",y la calidad del uso con frecuencia se juzgaba de acuerdo con ladel usuario. La gramtica general, en cambio, procura explicar losusos particulares a partir de reglas generales deducidas. Si talesreglas pueden aspirar a semejante poder explicativo es porque, basadas en la lgica, no se contentan con repetirla: expresan su trans-parencia posible a travs de las condiciones materiales de la comu-nicacin humana.

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  • Lingstica histricaen el siglo XIX

    NACIMIENTO DE LA LINGSTICA HISTmCA

    Aunque sea fcil comprobar (siquiera mediante la comparacinde textos) que las lenguas se transforman con el tiempo, slo afines del siglo XVIII esa transformacin lleg a ser el objeto de unaciencia particular. Dos ideas parecen relacionadas con esta actitudnueva.

    a) El cambio de las lenguas se debe no slo a la voluntad cons-ciente de los hombres (esfuerzo de un grupo para hacerse compren-der por extranjeros, decisin de los gramticos que "depuran" ellenguaje, creacin de palabras nuevas para nombrar ideas nuevas),sino tambin a una necesidad interna. La lengua no slo es trans-formada: se transforma (en el artculo "Etimologa" de la Enciclo-pedia, Turgot haLla de un "principio interno" de cambio). Estatesis se hizo explcita cuando los lingistas empezaron a distinguirdos relaciones posibles entre una palabra a de una poca A y unapalabra b, anloga, de una poca B ulterior. Hay prstamo si bha sido conscientemente formada sobre el modelo de a, exhumadode un estado de lengua pasado: as, el francs hopital se fabric, endeterminada poca, por imitacin del latn hospitale (con ms exac-titud, muy antiguamente se fabric hospital, convertido despus enhOpital). Hay herencia, en cambio, cuando el paso de a a b esinconsciente, si la diferencia entre ambas formas, cuando la hay,proviene de una transformacin progresiva de a (hotel es el pro-ducto de una serie de modificaciones sucesivas de hospitale [otroejemplo en espaol, colgar y colocar, herencia y prstamo, respec-tivamente, de collocare]). Decir que una palabra puede provenir,por herencia, de una palabra diferente es admitir que exsten causasnaturales para el cambio lingstico. De esto deriva una consecuen-cia importante: la filiacin de las dos lenguas A y B no implica suparecido. B puede ser radicalmente diferente de A y, sin embargo,provenir de A. Antes, al contrario, la investigacin de las filiacioneslingsticas se identificaba con la investigacin de las semejanzas y,a la inversa, las diferencias se utilizaban para combatir la hiptesis

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  • LAS ESCUELAS

    de una filiacin. La creencia en el cambio natural har que se busqueen el interior mismo de esas diferencias la prueba del parentesco.

    b) El cambio lingstico es regular r respeta la organizacin interna de las lengU4S. Cmo probar la filiacin de dos lenguas si serenuncia a tomar como criterio el parecido? En otros trminos,sobre qu basarse para decidir que las diferencias entre dos lenguas son el producto de cambios y no de sustituciones? (N. B.: stees el aspecto lingstico de un problema muy general, que debe serencarado por todo estudio del cambio; en la misma poca, la fsicay la qumica lo resuelven partiendo del criterio de que a travs delcambio algo "se conserva".) La solucin hacia la cual se encaminanlos lingistas a fines del siglo XVIII, y cuya aceptacin explcitaconstituir la lingstica histrica como ciencia, consiste en considerar una diferencia como cambio slo cuando manifiesta ciertaregularidad en el interior de la lengua. As como la creencia en laconservacin de la materia hace pasar de la alquimia a la qumica,el principio de la regularidad del cambio lingstico seala el nacimiento de la lingstica a partir de lo que entonces se llamabaetimologa. sta, aunque se presentaba como histrica (cosa queno siempre era as [157]) Yexplicaba una palabra huscando, en unestado anterior, la palabra de la cual provena, estudiaba cada pala.bra aisladamente, haciendo de ella un problema especial. Con esteprocedimiento era muy difcil encontrar criterios, ya que es freocuente que diferentes etimologas parezcan posibles para una mismapalabra. En este caso, cmo elegir? La lingstica histrica, encambio, explica una palabra b por una palabra a precedente slocuando el paso de a a b es el caso particular de una regla generalvlida para muchas otras palabras y permite comprender tambinque a' se haya convertido en b', que a" haya dado b", etc. Esta regularidad implica que la diferencia entre a y b proviene de algunode sus constituyentes y que en todas las dems palabras dondeaparece el mismo constituyente est afectado por el mismo cambio.De lo cual pueden sacarse dos conclusiones:

    b1 ) Es posible exigir que la explicacin de una palabra se apoyesobre el anlisis gramatical de esa palabra y explique separadamentelas diferentes unidades significantes (morfemas [236]) de que estcompuesta. Por eso Turgot rechaza, por ejemplo, la explicacin dellatn britannica (francs "britannique") por el hebreo baratanac("pas del estao") con el argumento de que la palabra latina estcompuesta por dos unidades. (britan, con la terminacin ica) : porlo tanto, es preciso explicarlas separadamente, mientras que la supuesta terminologa explicaba la palabra en su totalidad (c. otroejemplo, tomado de Adelung, p. 235). Para que el cambio posea

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  • LlNGOlSTlCA HISTRICA EN EL SIGLO XIX

    p.sa regularidad que es su nica garanta posible, parece necesario,pues, que respete la organizacin gramatical de la lengua y sloaltere la palabra a travs de su organizacin interna (de all que elartculo de Turgot, consagrado a la bsqueda de criterios para la etimologa, llegue a superar la etimologa).

    bt ) Puede irse an ms lejos en el anlisis de la palabra y bus-car la regularidad no slo en el nivel de los componentes gramati.eale. sino tilmbin en el de los componentes fonticos. ste es elmbito donde la lingstica histrica obtuvo, en el si!do XIX. susmejores xitos, que le permitieron establecer leyes fonticas. Enun-ciar una lev fontica para dos lenguas (o estados de una misma len-p:ua) A Y B es mostrar que a toi/a palabra de A que, en determinadaposicin. comporta cierto sonido elemental x corresponde una palabra de R ffonde .'\" est reemplazada por x'. As, al pasar del latnal francs. las palabras latinas que contienen una e seguida de una acambiaron la e en eh: eampus~cham,p, ealvu.s~challve. ca.sa~chez,p.lc. N. B.: a) Es posible que x' = cero v que el cambio sea una 5'1-presin. b) Sera difcil precisar el trmino "corresponde" empleadoms arriba: por lo general, la palabra de B ya no tiene el mismo sen-tido que la de A - porque tambin la significacin evoluciona - ydifiere de ella materialmente por algo que no es el reemplazo de " porx' -porque otras leyes fonticas vinculan A con B. c) Las leyesfonticas slo se refieren a los cambios vinculados con una herencia,y no a los prstamos: el prstamo calvitie es calco directo, en francs,del latn calvities [como el espaol benvolo del latn benevolus].

    ~ Para una muestra amena de historia prelingstica de las lenlnlas, vase"Discours historique sur 1'origine de la langue franc;aise", Le Mercare deFrunce, juniojulio, 1757.

    LA GRAMTICA COMPARADA (COMPARATISMO)

    A pesar de ciertas intuiciones de Turgot o de Adelun~, suele indicarse como fecha de nacimiento de la lingstica histrica la aparicin de una obra del alemn F. Bopp, Sistema de con ugacinde la lengua snscrita, comparado con el de las lenguas grie~as, la-tina, persa r germnica (Francfort del Mein, 1816). Para designarlas investigaciones anlogas llevadas a cabo, sobre todo en Alema-nia, durante la primera mitad del siglo XIX, se emplea con frecuenciala expresin gramtica comparada o comparatismo: formanparte de ella en particular los trabajos de Bopp, los hermanos A. W.y F. von Schlegel, J. L. C. Grimm, A. Schleicher y, por fin, los del

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  • LAS ESCUELAS

    dans R. Rask, precursores en muchos aspectos, pero con muy esca-sos adeptos. Todos tienen en comn los rasgos siguientes:

    1. Suscitados por el descubrimiento, a fines del siglo XVIII, de laanaloga existente entre el snscrito, lengua sagrada de la India anti-gua, y la mayora de las lenguas europeas antiguas y modernas, estnesencialmente consagrados a ese conjunto de lenguas, llamadas yaindoeuropeas, ya indogermnicas.

    2. Parten de la dea de que hay entre esas lenguas no slo pare-cidos, sino un parentesco: las presentan, pues, como transforma-ciones naturales, por herencia, de una misma lengua madre, el indo-europeo, que no se conoce directamente pero del cual se ha hechouna reconstruccin (Schleicher lleg a creer que poda escribirfbulas en indoeuropeo). N. B.: Los primeros comparatista!; no siem-pre.rechazaban la idea de que el snscrito es la lengua madre.

    3. Su mtodo es comparativo, en el sentido de que ante todo pro-curan establecer correspondencias entre las lenguas: para ello lascomparan (sea cual fuere su distancia en el tiempo), y buscan quelemento x de una lengua ocupa el lugar del elemento x de la otra.Pero apenas les interesa restablecer, etapa por etapa, el detalle de laevolucin que llev de la lengua madre a las lenguas modernas. A losumo, cediendo a las necesidades de la comparacin, trazaron lasgrandes lneas de esa evolucin: si ha de compararse el francs conel alemn, se llega a resultados mucho ms claros procediendo demanera indirecta, comparando primero el francs con el latn y elalemn con el germnico, despus el latn con el germnico: de allla idea de que la lengua madre se subdividi en algunas grande..lenguas (tlico, germnico, eslavo, etc.), cada una de las cualesse subdividi a su vez y origin una familia (con nuevas subdivi-siones en la mayora de los elementos de esas familias).

    4. La comparacin de dos lenguas es ante todo comparacin desus elementos gramaticales. Turgot ya haba observado que para eletimologista es una garanta imprescindible no tratar de explicar la~palabras tomadas globalmente, sino en sus elementos constitutivos(cf. p. 22). Entre esos elementos, cules son los ms interesantes?Los que designan nociones (aim en aimeront, troupe en attroupe-ment, pobl en poblado, poblar, etc.) y suelen llamarse radicales oelementos Iexicales, o bien los elementos gramaticales que ro-dean a los primeros y, se supone, indican las relaciones o puntos devista segn los cuales se considera la nocin? La discusin acercade este punto empez a fines del siglo XVIII, presidida por la ideade que es preciso eliminar de la comparacin todo cuanto corre elriesgo de ser prstamo de una lengua a otra (y por lo tanto no pue-de probar una evolucin natural). Ahora bien, los elementos grama-

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  • LINGO/STICA HISTRICA EN EL SIGLO XIX

    ticales casi no ofrecen ese riesgo, puesto que constituyen, en cadalengua, sistemas coherentes (sistema de los tiempos, de los casos, delas personas, etc.). Dada su solidaridad recproca, no es posible elprstamo de un elemento gramatical aislado, sino nicamente el detodo un sistema, y el trastorno que esto casionara hace poco vero-smil que ocurra. Por eso la comparacin de las lenguas se considera principios del siglo XIX esencialmente como la comparacin de suselementos gramaticales.

    LA TESIS DE LA DECLINACIN DE LAS LENGUAS

    El proyecto de la lingstica histrica estaba unido a la idea de unaJoble conservacin en el momento del cambio (d. p. 21 Yss.). Con-servacin de la organizacin gramatical: es necesaro que las pala-bras del estado A y del estado ulterior R puedan someterse a la mis-ma descomposicin en radical y elementos gramaticales (de lo con-trario la comparacin debe tomar las palabras globalmente, mtodocuya inseguridad era conocida). Conservacin, asimismo, de la orga-nizacin fontica, para que las leyes fonticas puedan mostrar lacorrespondencia entre los sonidos elementales de A y de R y probarcmo vara la forma fnica de los componentes de las palabras. Perolos hechos revelaron que era difcil mantener esta doble permanen-cia. Porque los comparatistas creyeron descubrir que las leyes fon-ticas destruyen progresivamente -mediante una especie de ero-sin- la organizacin gramatical de la lengua sometida a ellas. As,esas leyes pueden ocasionar la confusin, en el estado R, de elementos gramaticales distintos en A, y hasta acarrear la desaparicin dedeterminados elementos (la desaparicin de los casos latinos en fran-cs provendra de la evolucin fontica que produjo la cada de laparte final de las palabras latinas, parte donde aparecan las sealesde los casos) ; por lo dems, la separacin, en la palabra, entre'radi-cal y elementos gramatcales (separacin cuya nitidez en snscritosorprenda a los primeros comparatistas) se atena con frecuenciapor el hecho de los cambios fonticos.

    De all el pesimismo de la mayora de los comparatistas (con ex-cepcin de Humboldt) : el historiador de las lenguas slo puede evo-car su declinacin -iniciada ya en las lenguas de la Antigedad-y Bopp suele quejarse de que trabaja en una extensin de ruinas.Pero ese pesimismo tiene sus ventajas: permite comparar una pala.bra moderna con una palabra antigua cuya estructura es, en aparien.cia, muy diferente, afirmando que la comparacin debe respetar lasorganizaciones gramaticales. Basta suponer --cosa que Bopp no

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  • LAS ESCUELAS

    deja de hacer- que las dos palabras tienen una estructura anlogaen profundidad y, ms generalmente, considerar el estado antiguocomo la verdad gramatical del estado nuevo: para el arquelo~o quedibuja el plano de una extensin de ruinas, no es razonable queprocure encontrar en l el trazado de la ciudad antigua? En cambio,el comparatismo no poda creer, sin abandonar sus principios meto-dolgicos fundamentales, que las lenguas crean organizaciones gra-maticales nuevas al transformarse.

    ,Cmo explicar la declinacin de las lenguas en el curso de lahistoria? La mayora de los comparatistas -f'specialmente Bopp ySchleicher- la atribuyen a la actitud del homhre histrico con res-pecto a la lengua, que es una actitud de usuario: la len~a es tratadacomo un simple medio, como un instrumento de comunicacincuyo empleo ha de ser por sobre todo cmodo y e

  • L1NGO/STICA HISTRICA EN EL SIGLO XIX

    el hombre, preocupado por hacer la historia, ya no consider la len-gua ms que como un instrumento de la vida social. Puesta al ser-vicio de la comunicacin, la lengua ya nunca dej de destruir supropia organizacin.

    _ Algunos grandes tratados de gramtica comparada: F. Bopp, Gramm4Tecompare des Langues indo.europennes, trad. franc., Paris, 1885; J. 1.. C.Grimm, Deutsche Grammatik, Gottingen, 1822-1837; A. Schleicher, Compen-dium der vergLeichenden Gramm4tik der indogermanischen Sprachen. Weimar,1866. Sobre la declinacin de las lenguas vase, por ejemplo: F. Bopp, Vocalismus, Berlin. 1836; A. Schleicher, Zur vergleichenden Sprachgeschiehte, Bonn.1848. Esta declinacin es cuestionada por W. von Humboldt en De foriginedes formes grammaticales et de Leur infLuence sur dveloppement des ides,trad. franc., Paris, 1859, reeditado por Bordeaux, 1969 (trad. esp., Sobre elorigen de Las formas gramaticaLes, Barcelona, Anagrama, 1971). Para un co-mentario de Humboldt, O. Ducrot et al., Qu'est-ee que le structuralisme?, Paris,1968 (trad. esp., O. Ducrot y otros, Qu es el estructuraLismo?, Losada, Bue-nos Aires, 1971). Un ejemplo de investigacin moderna en gramtica compa-rada: . Benveniste, Hittite et lndoeuropen, Paris, 1962.

    LOS NEOGRAMTICOS

    En la segunda mitad del siglo XIX, un grupo de lingistas, casi todosalemanes, procur introducir en la lingstica histrica los princi-pios positivistas que triunfaban en la ciencia y la filosofa contem-porneas. Esperando as renovar la gramtica comparada, se llama-ron a s mismos neogramticos. Sus tesis principales son las si-guientes:

    1. La lingstica histrica debe ser explicativa. No se trata slode comprobar y describir cambios, sino tambin de encontrar suscausas (preocupacin casi inexistente en Bopp).

    2. Esta explicacin debe ser de tipo positivo. Hay que desconfiarde esas vastas explicaciones filosficas en que se complaca Schleicher(gran lector de Hegel). Las nicas causas verificahles pueden bus-carse en la actividad de los sujetos hablantes, que transforman lalengua al utilizarla.

    3. Para encaminar esta investigacin de las causas, deben estu-diarse con preferencia los cambios que se extienden durante un pe-rodo limitado. En vez de comparar estados de lengua muy distan-tes, se tomar por objeto el paso de un estado al que lo sigue.

    4. Un primer tipo de causa es de orden articulatorio. Las "leyesfonticas" son pasibles, en efecto, de una explicacin fisiolgica.Por otro lado, su accin es absolutamente mecnica ("ciega"):cuando un cambio se opera en el interior de un estado, ningunapalabra puede evitarlo, sea cual fuere su situacin semntica o gra-

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  • LAS ESCUELAS

    matical propia, y las excepciones (que Schleicher se contentaba conregistrar) son para un neogramtico el ndice de una ley todavadesconocida.

    5. Un segundo tipo de causa es psicolgica. Es la tendencia a laanaloga, fundada sobre las leyes de la asociacin de deas. Loshablantes tienden a: a) agrupar las palabras y las frases en clases,cuyos elementos se asemejan a la vez por el sonido y por el sentido; b) a crear palabras o frases nuevas susceptibles de enriqueceresas clases. De all, por ejemplo, la creacin de "solucionar" y "accionar" sobre el modelo de "funcionar" o, en francs, de "Je merappelle de" sobre el modelo de "Je me souviens de".

    6. No slo se afirma que la historia de las lenguas debe ser expli.catva, sino tambin que la nica explicacin lingstica admisiblees la histrica. As, hablar del sentido fundamental subyacente a lasdiferentes acepciones de una palabra no es un hecho explicativo sinocuando tal sentido es cronolgicamente el primero. Asimismo, no esposible hablar de una derivacin (decir que una palabra ha sidotomada de otra, que "bolsillo" proviene de "bolso") sino cuandopuede demostrarse que la palabra fuente ("bolso") preexiste a laderivada ("bolsillo").

    ~ El maestro aceptado por la mayora de los negramticos es G. Curtius(Grundzge der griechischen Etymologie, Leipzig, 1858-1868). El principalterico es H. Paul (Principien der Sprachgeschichte, Halle, 1880). La investigacin sistemtica de las leyes fonticas aparece particularmente en K. Brug-mann, Grundriss da vergleichenden Grammatik der indogermanischen Spra.chen, Strasbourg, 1886-1900. Para una compilacin de textos, traducidos alingls, de comparatistas y de neogramticos, vase W. P. Lehmann, A reaBerm nineteenthcentury historical indoeuropean linguistic, Londres, Indiana Unjoversity Press, 1967.

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  • Saussurianismo

    Despus de escribir, a los veintin aos, una Memoria sobre el ~istema primitivo de las vocales indoeuropeas (Pars, 1878), obra quese destaca entre los aciertos de la escuela neogramtica [27], ellingista suizo Ferdinand de Saussure abandona casi por completolas investigaciones lingsticas porque sus fundamentos le pareceninciertos y piensa que tales estudios deben postergarse hasta que ~erevisen por completo las premisas de la lingstica. l mismo intentaesa revisin y presenta los resultados de sus trabajos en tres curs~dados en Ginebra entre 1906 y 1911, Ypublicados tres aos despusde su muerte por algunos de sus discpulos, con el ttulo de Cursode lingstica general (Pars, 1916).

    -+ Para una comparacin entre las notas manuscritas de Saussure, tomadaspor los estudiantes, y el Curso publicado, vase R. GodeJ. Les SOlaces manus-crites du "Cours de linguistique gnrale" de F. de Saussure, Geneve-Paris,1957. Una edicin crtica del Curso, por R. Engler, est en vas de publicacin.

    La prctica comparatista tena por fundamento terico la creen-cia en la desorganizacin progresiva de las lenguas bajo el influjode las leyes fonticas, sujetas a su vez a la actividad de la comunil:acin [25]. Esta tesis, que autoriza a leer la gramtica del estadoanterior transparentada en el estado presente, permite en efectoidentificar, para compararlos, elementos gramaticales antiguos conelementos del estado ulterior, aunque stos tengan un estatuto gra-matical en apariencia muy distinto. sta es precisamente la tesis queSaussure discute.

    En primer trmino, por un motivo general que slo se da impl-citamente en el Curso: la lengua, segn Saussure, es fundamental-mente (y no por accidente o degeneracin) un instrumento de comu-nicacin. Nunca se encuentra en Saussure la idea de que la lenguadebe representar una estructura del pensamiento que existira inde-pendientemente de toda configuracin lingstica (sea cual fuere elmodo de concebir esa representacin: como funcin fundamental, ala manera de los comparatistas, o como medio necesario de la comu-nicacin, a la manera de Port-Royal). Esto es lo que surge princi-palmente de la tesis saussuriana, segn la cual existe una arbitrarie-dad lingstica fundamental [161] -que debe distinguirse de la

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  • LAS ESCUELAS

    arbitrariedad de cada signo aislado [158]: proviene del hecho deque el pensamiento, considerado antes de la lengua, es como una"masa amorfa", como una "nebulosa" (Curso, cap. IV, 1), quese presta a todos los anlisis posibles, sin privilegiar ninguno conrespecto a los dems, sin imponer la necesidad de considerar tal ocual matiz de sentido como dos aspectos de una misma nocin y sinobligar a separarlos como provenientes de dos nociones distintas(para los gramticos generales, al contrario, existe un anlisis l-gico del pensamiento que se impone con pleno derecho y que el len-guaje debe imitar a su modo; asimismo, para los comparatistas, launidad del radical y de los elementos gramaticales en la palabra re-presenta la unidad del acto intelectual que somete la experiencia alas formas a priori del espritu [235]). Por consiguiente, si cadalengua, en cada momento de su existencia, presenta para Saussureuna determinada forma de organizacin, no es por efecto de unafuncin preexistente a su funcin de comunicacin: pues la lenguano puede tener otra funcin que la de comunicar.

    Este argumento muy general, fundado sobre la idea de la funcinde la lengua, encuentra apoyo si se estudia con detalle el papel efec-tivo de la actividad lingstica en la evolucin de las lenguas. Por-que no es cierto, segn Saussure, que el funcionamiento del l~n.guaje -su empleo por los sujetos hablantes para las necesidadesde la comunicacin- sea una causa de desorganizacin y quedesemboque en esa nivelacin gramatical deplorada por Bopp. Aun-que Saussure acepta, como los neogramticos [27], que el empleodel cdigo lingstico por los sujetos hablantes -es decir, "el habla", segn la terminologia del Curso [143 y ss.]- es una de lascausas esenciales de los cambios lingsticos, por otro lado niega quelos cambios asi introducidos puedan alterar la organizacin mismade la lengua. La creacin analgica [28], por ejemplo, que es uno delos efectos ms evidentes del habla, nunca hace otra cosa que exten-der, enriquecer, una categora cuya existencia presupone. La crea-cin de "solucionar" a partir de "solucin" slo agrega una parejasuplementaria a la serie donde ya se encuentran "adicin""adicionar", "funcin"."funcionar", etc. As, de acuerdo con Saussure, laanaloga, lejos de destruir, refuerza las clasificaciones lingsticas.Tampoco las leyes fonticas tienen el efecto anrquico que los comoparatistas les atribuan. Un ejemplo clebre dado por Saussure esel de la expresin del plural en alemn. En un estado antiguo, elagregado de una i sealaba el plural: Cast ("husped") . Casti("huspedes"), Hand ("mano") . Handi ("manos"). Despus, diferentes cambios fonticos transformaron Casti en Caste y asimismoHandi en Hiinde. Aunque estos cambios modificaron materialmente

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  • SAUSSURIANISMO

    la seal del plural, no afectaron el hecho gramatical, la dualidad,en alemn, del singular y del plural, que slo fue transpuesta y quese realiza tanto bajo el nuevo aspecto como bajo el antiguo. Unadeterminada organizacin gramatical, desplazada por la evolucinfontica, siempre puede establecerse en otra (para ms detalles,d. Sincrona y diacrona, p. 167 Yss.).

    Por consiguiente, ni la funcin del lenguaje ni su utilizacin afec-tiva en esta funcin representan, para Saussure, factores anrquicosque pueden amenazar su carcter organizado. Saussure demuestra,ahora de manera positiva, que el lenguaje, en cualquier momentode su existencia, debe presentarse como una organizacin. Saussureda el nombre de sistema a esta organizacin (sus sucesores habla-rn con frecuencia de estructura). El matiz peculiar que los saussu-rianos introducen en estos trminos (y que se suma a la idea generalde orden y de regulacin) proviene del mtodo mismo mediante elcual prueban esta caracterstica. Parten de la idea (d. Curso, 2f!.parle, cap. 11, 4) de que el conocimiento de los elementos lings-ticos no es un dato, y de que sera imposible leer directamente en laexperiencia cules son los elementos que la lengua organiza. El motivo de esto, para- Saussure, consiste en que las operaciones necesa-rias para la determinacin de una unidad presuponen que esa unidadsea puesta en relacin con las otras y reemplazada en el interior deuna organizacin de conjunto. Esto es lo que los saussarianos entien-den al hablar de 'sistema o de estructura de la lengua: los elementoslingsticos no tienen ninguna realidad independientemente de surelacin con el todo.

    Es la misma idea que Saussure expresa al decir que la unidad linogstica es un valor. Cuando decimos que un objeto, una moneda,por ejemplo, es un valor, damos por sentado, en efecto: (a) quepuede cambiarse por un objeto de naturaleza diferente (una merocanca) y, sobre todo, (b) que su poder de cambio est condicionado por las relaciones fijas que existen entre ese objeto y los obje.tos de la misma naturaleza (la tasa de cambio entre la moneda ylas dems monedas del mismo pas y de los pases extranjeros). Lomismo ocurre con el elemento lingstico. Este elemento, para Saos-sure, es el signo, es decir, la asociacin de una imagen acstica(significante) y de un concepto (significado), cosa que permiteque responda a la condicin (a): su poder de cambio consiste enque sirve para designar una realidad lingstica que le es extraa(realidad a la cual llega por intermedio de su significado, pero queno es su significado, cL p. 287 y ss.). Pero el signo responde tam-bin a la condicin (b), puesto que ese poder significativo que loconstituye est estriclamente condicionado por las relaciones que

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  • LAS ESCUELAS

    lo unen a otros signos de la lengua, de manera que no es posibleaprehenderlo sin reubicarlo en una red de relaciones intralings.ticas. N. B.: Esta nocin de valor prohbe incluir, a la manera delos comparatistas, los elementos del estado B en la organizacin delestado A anterior: puesto que, o bien B ya no tiene organizacinpropia, y entonces ya no tiene elementos, o bien tiene elemento!!,pero hay que situarlos en la organizacin propia de B, la nica quepuede darles realidad.

    De manera ms concreta, Saussure muestra que la actividad efectiva que permite al lingista determinar los elementos de la lengua(Jos signos) exige que se destaque al mismo tiempo el sistema qUl"les confiere su valor. Porque a pesar de las apariencias, la determinacin de los signos es una operacin complicada e indirecta.para la cual se requiere mucho ms que la intuicin V el sentimiento lingstico inmediato (Curso, 2~ narte, rapo 1I, 3). Ya la meramarcacin de los signos implica dificultades. en la medida en (fueno siempre tienen manifestacin material ntidamente delimitada.E.C!. por ejemplo, el caso de un s!!no cuyo !'\ignificante e!! slo unaalternancia (es decir, una modificacin del radical), sin que seagregue al radical un elemento suplementario (cf. el plural, en elfrancs cheValtX [caballos]; cl. asimismo los "verbos irregulare!l"ingleses, donde la seal de pasado est constituida por una flimolemodificacin de la vocal radical: 1 bina [atol. 1 bound [ataba.atl). Al'fu el significante "nada tiene de positivo". slo cuenta lasimple diferencia entre bina V bOlma. entre cheval v rhet'nu.,",. Enestos casos, que para Saussur~ no hacen sino ilustrar una situacingeneral, el si~no "presente" slo tiene realidad con relarin al !'\igno"pasado", el signo "singular" con relacin al signo "plural". tlemanera que es imposible reconocer un signo sin clasificarlo al mismo tiempo entre sus opuestos.

    Otro tanto ocurre con una segunda operacin, la delimitacinde las unidades, es decir. la segmentacin de la cadena. operacinque consiste en descubrir los signos mnimos v, por eiemolo. enprecisar si los verbos dfaire [deshacerl, dcider [decidirJ. dlayer [deslerJ. deben ser descompuestos o considerados como !'\ignOflelementales. En este caso. bastante simpl!". se "sientl"" qUI' la huenasolucin consiste en analizar slo dfaire. Pero esta solucin nopuede justificarse de manera intuitiva. porque los tres verbos tienen el mismo elemento fnico d, siempre acompaado de ciertaidea de destruccin, de supresin. lo cual puede sugerir la presencia de un signo "de" en ellos. Por lo tanto, es preciso tomar eneuenJa hechos mucho ms complejos. Se observar. por ejemplo,qU~ el d de dcidir no puede suprimirse (no hay verbo cider. mien.

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  • SAUSSURIANISMU

    tras que existe faire [hacer]) ni reemplazarse por un prefijo diferen-te (no existe recider, mientras que existe refaire [rehacer]) : dcJerno pertenece, pues, a una serie del tipo {/aire, dfaire, re/aire} [ha-cer, deshacer, rehacer]. Para justificar la no descomposicin dedeIayer, aun cuando existe una pareja {dIayer, reIaye,} [desleir.relevar], habra que acudir por lo dems a una clasificacin mscompleja y advertir que la pareja {d/aire, re/aire} forma parte deun conjunto de parejas ~ {dlier, reUe,}, {dplacer, replacer}. .. ~,que comportan la misma diferencia de sentido entre los dos trminos,pero que no ocurre lo mismo con {dlayer, reIaye,}. De este ejemplose concluir que la simple segmentacin de d./aire exige que se reco-nozca en ese verbo un esquema combinatorio general o, cosa equiva-lente, que se lo reubique en una clasificacin de conjunto de losverbos franceses: reconocer los signos que lo componen no es otracosa que situarlo en esa clasificacin.

    Una ltima tarea para la determinacin de las unidades es laidentificacin, es decir, el reconocimiento de un elemento nicoy constante a travs de sus mltiples empleos (en contextos y ensituaciones diferentes). Por qu admitir que aparece la mismaunidad "adoptar" en "adoptar una moda" y "y adoptar a un nio"?y cuando un orador repite "Seores, seores" con matices diferen-tes, tanto en la pronunciacin como en el sentido, por qu se dice(fue emplea dos veces la misma palabra? (Curso. 2:;L parte, cap. 111).El problema se agudiza si observamos que los diferentes matices de!'entido que adquiere "Seores" (o "adoptar") estn ms alejadosentre s que algunos significados de "amigos mos" (o de "aceptar").Entonces ,por qu se resuelve reunir determinados matices de sen-tido atribuyndoles un mismo signo? Una vez ms, la respuesta!'aussuriana es que la identificacin remite al conjunto de la lengua.Si una determinada acepcin semntica debe atribuirse al signo"adoptar", aun cuando est muy alejada del sentido habitual deesta palabra, es slo en la medida en que ninguno de los signoscoexistentes ("aceptar", "tomar" ... ) es compatible con ese matiz:si aparece en "adoptar" es slo porque no aparece en otro signo.Asi, Saussure declara que "la caracterstica ms exacta de los signosradica en ser lo que no son los "dems". Una forma dbil -msfcil de defender- de este procedimiento consiste en precisar quela unidad es, no todo lo que no son las dems, sino nicamente loque no son las dems. En otros trminos, la unidad se define exclu-sivamente por sus "diferencias" (de all su carcter "diferencial")y slo est basada en "su no coincidencia con el resto" (Curso, 2:;Lparte, cap. IV, ~ 3). Se llega de ese modo al principio de oposi-cin, segn el cual slo deben atribuirse a un signo los elementos

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  • LAS ESCUELAS

    (fnicos o semnticos) por los cuales se distingue por lo menos deotro signo.

    Esta conclusin no es exactamente la que surga cuando se exa-minaban las operaciones determinadoras y delimitadoras. Entonces,la unidad se mostraba como puramente "negativa" y "relacional",constituida slo por su lugar en la red de relaciones que formanla lengua. Ahora se muestra como poseedora de una realidad posi.tiva, que si bien se reduce a lo que en ella se diferencia de las de-ms, no por ello deja de tener consistencia propia. Esta ambige-dad preside la disidencia que, entre los sucesores de Saussure,separa a los funcionalistas [40 Yss.] de los glosemticos [35 Yss.].Pero hay algo que todava es comn a todos los saussurianos: laidea de que la unidad lingstica, por su aspecto fnico y por suaspecto semntico, remite siempre a todas las dems y de que no esposible or ni comprender un signo sin entrar en el mecanismo glo-bal de la lengua.

    ~ Sobre la actitud de Saussure respecto de la lingstica histrica, vasep. 165 de este volumen. En cuanto al contraste entre la concepcin puramenterelacional y la concepcin oposicional del signo: Rulon S. WeIls, "El sistemalingstico de Ferdinand de Saussure", en Ferdinand de Saussure, Buenos Aires,seleccin de textos: G. Mounin, Saussure: presentacin y textos, Barcelona,Anagrama, 1971. Vase tambin un estudio de mile Benveniste, "Saussure,medio siglo despus", en Ferdinand de Saussure, op. cit., y la introducciny el comentario de la traduccin italiana del Curso (Corso di linguistica gene-rale), realizada por T. De Mauro, Bari, 1968.

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  • Glosemfica

    Elaborada por el lingista dans L. Hjelmslev, la teora glosem-tica se presenta como la explicitacin de las intuiciones profundasde Saussure. Pero esta fidelidad fundamental le hace abandonar,por una parte, ciertas tesis de Saussure, juzgadas superficiales, y,por la otra, la interpretacin funcionalista, sobre todo fonolgica,de la doctrina saussuriana --que sera una interpretacin torcida.Hjelmslev conserva ante todo dos afirmaciones del Curso: 1) Lalengua no es sustancia, sino forma. 2) Toda lengua es a la vez ex-presin y contenido.

    Ambas tesis se unen, para Saussure, en la teora del signo. Sicada lengua debe caracterizarse no slo en el plano de la expresin(por los sonidos que elige para transmitir la significacin), sinotambin en el plano del contenido (por la manera en que presentala significacin), es porque los signos de una lengua rara vez tie-nen equivalentes semnticos exactos (sinnimos) en otra: el ale-mn schiitzen, que suele traducirse por estimar, tiene, en efecto, ma-tices ajenos a la palabra espaola. Por lo tanto, sera imposiblereducir una lengua a un juego de rtulos que sirvieran para desig-nar cosas o conceptos preexistentes, considerndola as como unanomenclatura -lo cual equivale a decir que es preciso descri-birla tambin en el plano del contenido.

    Es tambin una reflexin sobre el signo la que lleva a Saussurea declarar que la lengua es ante todo forma, y no sustancia. Enefecto, en qu consiste la diferencia entre dos lenguas, desde elpunto de vista semntico? Desde luego, no en las significacionesque ambas permiten expresar, puesto que es posible traducirlas:nada impide designar en espaol el matiz que se encuentra enschiitzen y no en estimar. La diferencia consiste en que determina-dos matices que, en una de las lenguas, se expresan mediante elmismo signo, deben expresarse en la otra mediante signos diferen-tes. De este modo se introduce en la realidad semntica objetiva(= sustancial) una subdivisin original, directamente surgida delsistema de signos, configuracin que Saussure llama a veces la for-ma de la lengua (Curso, 211- parte, cap. VI). Se comprende as que laprimaca otorgada a esta forma deriva directamente del principiode oposicin [33]. En efecto, decir que un signo se caracteriza

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  • LAS ESCUELAS

    slo por aquello que lo distingue de los dems, por aquello que lohace diferente, equivale a decir sobre todo que las fronteras de susil!;nificacin constituyen un hecho primero, imprevisible, no dedu-cible de un conocimiento de la naturaleza o del pensamiento. Porconsiguiente, es considerar la "forma" de la lengua como el objetode una ciencia autnoma e irreductible. (N. B.: Lo que se ha dichoaqu a propsito del aspecto semntico del signo es igualmente apli-cable, segn Saussure, a su aspecto fnico: lo que constituye el va-lor fnico de un signo es aquello que lo distingue de los dems, osea que los signos de una lengua proyectan tambin en el mbitodel sonido una configuracin original que proviene de la forma deesta lengua.)

    Si Hjelmslev aprueba la intencin que gua la oposicin saussu-riana entre la forma y la sustancia. quiere ir ms lejos que Saussureen esta distincin. Es indudable que las unidades lin~sticas intro-ducen una subdivisin ori~inal en el mundo del sonido y de la sig-nificacin. Pero para poder hacerlo, las unidades deben ser algodistinto de esa subdivisin, algo distinto de esas regiones del senti-do y de la sonoridad que recubren. Para que puedan proyectarseen la realidad, deben existir independientemente de esa realidad.Pero cmo puede definirlas el lingista. puesto que exige que sehaga abstraccin de su realizacin. tanto intelectual como sensible?Evidentemente, no podr acudir al principio de oposicin (recursoque llamaremos concepcin 1 de Saussure), ya que este principiolleva siempre a caracterizar la unidad de manera positiva y sloexige que se la limite a aquello por lo czwl difiere de las dems.

    La solucin de Hjelmslev consiste en desarrollar al mximo otraconcepcin saussuriana (concepcin 2), segn la cual la unidad,puramente negativa y racional, no puede definirse en s misma-lo nico importante es el simple hecho de su diferencia con respectoa las dems-, sino nicamente por las relaciones que la unen a lasdems unidades de la lengua: asimismo, lo nico que se exige alos smbolos de un sistema es que sean distintos unos de otros yque a la vez estn relacionados entre s por leyes de funcionamientoexplcitas (haciendo abstraccin simultnea de su significacin yde su manifestacin perceptible). Si la lengua es forma y no sus-tancia, no lo es porque introduce una subdivisin original, sino por-que sus unidades deben definirse por las reglas segn las cualespueden combinarse, por el juego que autorizan. De all la ideade que una lengua puede permanecer fundamentalmente idnticaa s misma cuando se modifican a la vez las significaciones queexpresa y los medios materiales de que se sirve (por ejemplo, cuan-

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  • GLOSEMTICA

    do se transforma una lengua hablada en lengua escrita, gestual,dibujada en un sistema de seales mediante banderas, etctera).

    Aunque esta tesis se apoya en algunos pasajes de Saussure(Curso, 2'.1 parte, cap. IV, ~ 4), Hjelmslev cree ser el primero enhaberla explicitado y, sobre todo, elaborado (d. la definicin delas relaciones constitutivas de toda lengua segn Hjelmslev, p. l:-tly ss. Tal elaboracin lleva a distinguir tres niveles all donde Saus-sure vea slo dos. La sustancia saussuriana, es decir, la realidadsemntica o fnica, considerada independientemente de toda utili-zacin lingstica, se llama materia para Hjelmslev (ingls: pur-port; la traduccin francesa de los Prolegmenos habla, no sin auda-cia, de "sentido"). La forma, en la concepcin 1 de Saussure -en-tendida, pues, como subdivisin, configuracin-, se llama paraHjelmslev sustancia. El trmino de fonna se reserva para la redrelacional que define las unidades (= la forma en la concepcin 2de Saussure). Para relacionar los tres niveles, la glosemtica utilizala nocin de manifestacin: la sustancia es la manifestacin de laforma en la materia.

    Esta reinterpretacin del principio saussuriano "La lengua esforma y no sustancia" lleva al mismo tiempo a Hjelmslev a reinter-pretar la afirmacin de que las lenguas se caracterizan a la vez enel plano de la expresin y en el del contenido. Tal afirmacin' sip:onifica, para Saussure, que el modo segn el cual los signos de unalengua se reparten la significacin entre s introduce en esta ltimauna subdivisin original. tan original como la instaurada en el m-bito fnico. Pero supongamos ahora que se abstraigan esas subdivisiones (consideradas como hechos de sustancia) para considerarsolamente las relaciones combinatorias entre unidades, es decir, laforma autntica, segn Hjelmslev. En ese caso, ser preciso renun-ciar a la distincin entre expresin y contenido, puesto que su foroma es idntica: las relaciones combinatorias que relacionan los sigonos vinculan tanto sus significaciones como sus realizaciones fnicas.Para salvar la distincin entre expresin y contenido, Hjelmslevdebe abandonar, pues, la idea de que la unidad lingstica funda-mental es el signo. Tarea por lo dems facilitada por el hecho deque los fonlogos evidenciaron -gracias a la conmutacin r41]-unidades lingsticas menores que el signo, los fonemas [203] (elsigno bano comprende cinco fonemas). El mismo mtodo, peroaplicado al contenido, permite distinguir, en ese signo, al menos losdos elementos semnticos (a veces llamados semas [306]) /madera/,/negro/. Ahora bien, es indudable que las unidades semnticas yfnicas as determinadas pueden distinguirse desde el punto de vis-ta formal: entre las leyes combinatorias que conciernen a los fone

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  • LAS ESCUELAS

    mas de una lengua y las que conciernen a los sernas no podra esta-blecerse correspondencia. Eso es lo que Hjelmslev expresa al decirque los dos planos no son acordes. (N. B.: Esta ausencia de conformidad no mpide que haya isomorfismo entre ellos, es decir, quese encuentre a ambos lados el mismo tipo de relaciones combina-torias.) Materia, sustancia y forma se desdoblan, pues, tanto en elplano de la expresin como en el del contenido, lo cual arroja lacifra de seis niveles lingsticos fundamentales. Se advertir parti.cularmente que Hjelmslev habla de una forma del contenido. Suformalismo, contrariamente al de los distribucionalistas [47 Y ss.],no implica por lo tanto una negativa a considerar el contenido, sinola voluntad de dar una descripcin formal a los hechos de signifi.cacin. (Es lo que A. Culioli llama "semntica formal".)

    N. B.: Aunque Hielmslev utiliza el JT1Ptooo fonolQ:ico de ('onml1-lacin para combatir la primaca del si!!no, somete ese mtodo a lacrtica que c:1iriR"e al principio de oposicin. del cual f1eriva. Por.que nara l la conmulacin slo permite sealar los elementos lin.gsticos inferiores al signo. pero no autoriza a decir qu son: mien.tras el fonlogo define cada fonema por aquello en que se diferen.cia de los dems. Hjelmslev crea una terminologa particular: elelemento lingstico revelado por la conmutacin, pero defindo foromalmente, se llama ~losema, los glosemas de la expresin (corres.pondientes a los fonemas) se llaman cenemas, los del contenido(comparables a los sernas) son nleremas. (La nocin de taxema,utilizada slo de manera espordica, ofrece un correspondiente for:mal !"lel rasgo distintivo [205].)

    En la medida en que la z1osemtica atribuye un papel central a laforma. depurada de toda realidad semntica o fnica, relega neceosariamente a un segundo plano la funcin, sobre todo el papel quela lengua representa en la comunicacin (ya que ese papel estligado a la sustancia). Pero esta abstraccin permite al mismo tiem-po relacionar las lenguas naturales con una multitud de otros lenguaies funcionalmente y materialmente muv diferentes. Llevado acabo de manera suficientemente abstracta. el estudio de las lenguasnaturales desemboca, pues, como lo quera Saussure, en un estudiof!eneral de los lenguajes (semiologa). Hjelmslev propone as unatipolocra de conjunto de los lenguajes, basada exclusivamente en suspropiedades formales. Si un lenguaje se define por la existencia dedos planos, se hablar de lengua conforme cualido ambos planostienen exactamente la misma organizacin formal y slo difierenpor la sustancia (como sera el caso de las lenguas naturales si susuniflafles fundamentales fueran los signos; es el caso de los sistemasformales de los matemticos, en la imagen que de ellos se hace

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  • GLOSEMTICA

    Hjelmslev, para quien sus elementos y sus relaciones estn siempreen correspondencia biunvoca con los de sus interpretaciones se-mnticas). Entre las lenguas no conformes, se hablar de lenguadenotativa cuando ninguno de los dos planos es en s un lenguaje(ejemplo: las lenguas naturales, en su empleo habitual). Cuando elplano del contenido es en s un lenguaje, nos encontramos en pre.sencia de una metalengua (ejemplo: la lengua tcnica utilizadapara la descripcin de las lenguas naturales). Por fin, si el planode la expresin es ya un lenguaje, se trata de una lengua conno-tativa. En efecto, para Hjelmslev hay connotacin cuando el elemento sig-nificante es el hecho mismo de emplear tal o cual lengua.Cuando Stendhal emplea una palabra italiana, el significante no estllo el trmino utilizado, sino el hecho de que. para expresar unadeterminada idea, el autor haya decidido recurrir al italiano. Y eserecurso tiene por significado cierta idea de pasin y libertad, relacionada, en el mundo stendhaliano, con Italia. Las lenguas naturales, en su empleo literario, suministran un ejemplo constante delenguaje connotativo: en ese empleo, el significante es menos lapalabra escogida que el hecho de haberla escogido. El esfuerzo deabstraccin que se impone Hjelmslev se equilibra as con una considerable ampliacin del campo lingstico que toda la semiologamoderna ha aprovechado.

    """+ Principales obras de Hjelmslev: Prolegmeno!! de UTUZ teora dellenglJ4je,Madrid, Gredos, 1971; El lenguaje, Madrid, Gredos, 1971; Emayo!! lings-ticos, Madrid, Gredos, 1972. Un ensayo de aplicacin de la g10semtica (algomezclado de distribucionalismo) [47 y ss.]: 1(. Top;eby. Structure immanenu dela /angue Irant;ale, Copenhague, 1951; Paris, 1967. Comentarios importantes:A. Martinet, "Au sujet des fondements de la thorie linguistique de L. Hje1ms-lev", Bulletin de la Soaet de Lingultique, 1946, pp. 19-42; B. Sierstema,A Itudy 01 Glolsematics, La Haya, 1953; P. L. Garvin, recensin de la traduc-cin inglesa de los Prolegmenos, Language, 1954, pp. 6996. La oposicinde forma y sustancia ha sido, hasta 1960, centro de numerosas discusionesIingiisticas; entre los textos ms interesantes: C. E. Bazell, Lingultic Form,E~tambul, 1953.

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  • FundoualisIlw

    Una de las innovaciones de la lingistica de Saussure consiste en de-clarar esencial el papel de la lengua como instrumento de comunica-cin, papel que los comparatistas, al contrario, consideraban unacausa de degeneramiento. Partiendo de esta tesis, algunos continua-dores de Saussure, llamados con frecuencia funciona listas, consi-deran el estudio de una lengua como la investigacin de las funcio-nes desempeadas por los elementos, las clases y Jos mecanismosque intervienen en ella. (N. B.: Considerar la funcin lleva a la ideade que el estudio de un estado de lengua, independientemente detoda reflexin histrica, puede tener valor explicativo, y 110 slo des-criptivo.)

    Esta tendencia se revela particularmente en el mtodo de inves-tigacin de los fenmenos fnicos que N. S. Trubetzkoy defini conel nombre de fonologa y que fue desarrollado sobre todo por A.Martinet, R. Jakobson y la escuela llamada de Praga. (Acerca delas divergencias entre Martinet y Jakobson, d. p. 205 Y ss.) Cules la funcin esencial, en la comunicacin, de los sonidos elementa.les Guya combinacin constituye la cadena hablada? No son portadore,s de significacin (el sonido [a] del francs bas, "bajo", o del es-paol macho, no tiene ninguna significadn, tomado aisladamente) ,aunque en ocasiones puedan llegar a serlo (d. el sonido [a] de lapreposicin a). Su funcin, por lo tanto, consiste ante todo en ha-ceF que se distingan otras unidades que tienen sentido: el sonido[a] de bas y de macho permite distinguir esas palabras de bu [be-bido], beau [bello], boue [fango], y de fflUc!W, respectivamente.Esta observacin elemental tiene muchas consecuencias. Pues sumi-nistra al lingista un principio de abstraccin: no todos los carac-teres fsicos que aparecen en una pronunciacin de [a] tienen enefecto ese valor distintivo (= su eleccin no siempre est motivadapor una intencin comunicativa). El hecho de que el sonido [a]se pronuncie largo o breve, hacia adelante o hacia atrs en la cavi-dad bucal (anterior o posterior, palatal o "eiar) no altera la iden-tidad de la palabra donde aparece. (No ocurra lo mismo en otroestado del francs, cuando la pronunciacin corriente de [a] dis-tingua bas de bat [albarda].) Por otro lado, la vecinoad de bimpone a [a] ciertos rasgos (que aparecen en el sonido [u] del

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  • FUNClOlVALlSMO

    francs bu) y que, siendo obligatorios, en francs al menos, no res-ponden a una intencin comunicativa. [Asimismo, en espaol, la[a] de majo es, por su contacto con [j] que la sigue, velar, como [o]en cojo.] Por consiguiente, el funcionalismo lleva a aislar, entrelos rasgos fonticos fsicamente presentes en una pronunciacindada, los que tienen un valor distintivo, es decir, los elegidos paraque sea posible comunicar una informacin. Slo stos son consid~rados fonolgicamente pertinentes.

    Para determinar estos rasgos, los fonlogos elaboraron el mtodollamado de conmutacin. Tomemos el estudio de [a] en francso espaol. Se parte de una pronunciacin de una de las palabrasdonde interviene [a] (una pronunciacin de bas o de macho, porejemplo). Despus se hace variar en todas las direcciones fonticasposibles el sonido que ha sido pronunciado en esa palabra. Algunoscambios no acarrean confusin con otra palabra: 8e dice entoncesque los sonidos que reemplazan la pronunciacin inicial no cn-mutan con ella (ni entre ellos, por consiguiente) ; conmutan, al con-trario, con aquellos cuya introduccin acarrea la percepcin de lossignos beau, bu, etc., en francs y mucho, mocho en espaol. Des-pus se repite la operacin en los dems signos que contienen [a]\ francs table [mesa], car [pues], espaol barba, etc.) y se com-prueba --cosa que no era previsible y constituye una justificacinemprica del mtodo- que hay todo un conjunto de pronuncia-ciones que no conmutan en ningn signo. Se da a este conjuntoel nombre de fonema /a/, sus elementos se llaman variantes de /a/y los rasgos que los diferencian se consideran no pertinentes; entreellos, se llaman redundantes los que estn impuestos por el con-texto (por ejemplo, los impuestos en francs por la vecindad de[b] o en espaol por la de [j]) y los dems se llaman varianteslibres (por ejemplo, las pronunciaciones de /a/ que difieren slopor la longitud). Se retienen como pertinentes los caracteres fnicosque existen en todas las variantes de /a/ y que por lo tanto dig-tiguen una pronunciacin cualquiera de /a/ de una pronuncia-cin de /0/, fui, /p/, etc. (para ms detalles sobre estas nociones,d. p. 203 y ss.)

    Partiendo del principio saussuriano de que los elementos del len-guaje deben estudiarse segn su funcin en la comunicacin, losfonlogos aplicaron un segundo principio saussuriano, el de oposi.cin [33 y ss.], segn el cual una entidad lingstica cualquiera sloest constituida por aquello que la distingue de otra. A propsitode esta actitud conceptual se advertir:

    a) Que no aparece en los trabajos del polaco J. N. Baudoin deCourtenay, a menudo considerado como precursor de la fonologa.

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  • LAS ESCUELAS

    ~ste, estudiando los sonidos elementales del lenguaje desde el pun-to de vista de su funcin para la comunicacin, concluy que deberepararse ante todo en la manera en que son percibidos (ms queen su realidad fsica). Ahora bien, tal abstraccin no es equiva-lente a la abstraccin fonol~ica: inclusive se ha podido demostrarque las caractersticas percibidas se distinguen tanto por excesocomo por carencia de sus caractersticas diferenciales.

    b) Que las unidades estudiadas por los fonlogos son precisamente unidades distintivas (= que sirven para distinl!uir entre sunidades portadoras de signifkacin. por ejemplo palahras): esnatural, pues, que el aspecto funcional. en esas unidades. sea aque-llo por lo cual difieren entre s. El paso del principio funcional alprincipio de oposicin corre el riesgo de ser menos natural si seestudian unidades que ya son portadoras de sentido (= signos)y, con mayor rB7.n an, unidades estrictamente sp.mnticas.

    e) Inclusive los elementos puramente fnicos del lenl!1laje PUf"den tener otras funciones que la distintiva. Es el caso de lo~ rasgosredundantes, que pueden permitir la identificacin ~orre('tl\ fiel menosaje cuando la transmisin es mala (en la terminologa de la teorade la informacin. permiten luchar f'ontra el ruido). Es tambin\ elcaso de muchos fenmenos de prosodia [209 y ss.], y por lo tanto esinevitable que ciertos rase:os fonticos no pertinentes tengan unafuncin indispensable en la comunicacin.

    ~ Sobre el mtodo fonolgico. vase la bihlioltrllfa dI' o. 204. Sobrt' lo~ fundamentos tericos: K. Bhler, "Phonf'tik und Phomololrie", Trm'ullx tlu Cerclelinguistique tle Progue, 4, 1931, pp. 22-53: L Prieto, "Le dcouverte du pho-neme", La Pense, n9 148, diciembre de 1969, pp. 35-53.

    G. Gougenheim inteJ\t aplicar a la dp'lcrincin lrrarnl\tical losprineipios df'l funcionalismo fonolgi,.o. Su idea esencial consistel"n que para definir la funcin dI' un elf'mento ..ramatical (PPTSona.tiemno, modo. conjuncin. prepo'licin et,..) debe comnariirselo conlO'! dems elementos l!'ramatim.lp.l'l de la ll'n!!'lHt. puesto (me ,.1 ha-blante lo elip:e con relacin a ellos v slo esta eleccin representa unpaoel en la comunicacin. Goue:enheim llama oposicin a toda pareja de elementos gramaticales y distingue, segn la tricotoma fono-lgica (cf. p. 41), tres tipos de oposiciones. En ciertos ('asos. laeleccin de uno de los dos elementos es impuesta (el indicativo seimpone despus de "S Que". el subjuntivo despus de "Ooieroque": hay entonces servidumbre gramatical (c. la redundanciafonolgica [41]). En otros casos, los dos elementos son posibles.pero su eleccin no introduce diferencia de sentido (en el francshablado actual se dice tanto "Si tu vieras ee que je sois la" como

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  • FUNCIONALlSMO

    "Si tu vien.s et que je suis la" [cf. en espaol "Imagina que le harnjusticia" o "Imagina que le hagan justicia"]: es la variacin esti.lstica, comparable a la variacin libre de los fonlogos [41]. Porfin, la eleccin puede introducir una diferencia de sentido ("Buscoun libro que fue escrito en el siglo XVI", "Busco un libro que hayasido escrito en el siglo XVI"): hay entonces oposicin de sentido(cf. las diferencias pertinentes [41]). Segn Goup:enheim. slo estas ltimas oposiciones permiten definir el sentido de los morfemas estudiados (as como slo los rasgos pertinentes definen losfonemas).

    Por estos ejemplos se ve la dificultad que surge de extender alas unidades si,mificativas los conceptos Que los fonlogos preci~anacerca de las unidades distintivas. Se admite sin reservas la di~tincin radical entre los rasgos de ra1 en ba;o que resultan de lavecindad de [;1. v los que son fonolrlcamente pertinentes. ;,Peroes posihle hacer la misma senarllrin entre la servidumbre Que im.pone l"l subjuntivo rlespus de "Quiero (lue" y ,,, eleccin libre el,.eRe subiuntivo en "RlI!'co un libro llUe hava 'sido escrito en el sisido XVl"? Porq1le lI'lu la servidumbre v la eleccn librl" parecenten"r 1"1 mismo fundaml'nto (la nocin de incertidnmbrp. liJ!Rrlll 111Fubjuntvo) y no se puede explicar la funcin del subjuntivo "libre"sin explicar al mismo tiempo los empleos donde es impuesto.A",.mismo, se advertir Que E. Benveniste. al estudillr 11\ vo"- "media"en griego antiguo, extrae necesariamente su conclusin de los verbos donde esa voz es necesaria (= donde no hav activo ni pasivo).De modo que en este caso la actitud funcionalista va no conducetan directamente como en la fonologa al principio de oposicin yde valor diferencial.

    Asimismo, ste es el motivo por el cual un fonlosro como A.Martinet. cuando emprende la tarea de construir una sintaxis funcional, introduce en ella principios de anlisis que no tienen equiva-lente en la fonologa. Por ejemplo, admite que la funcin de todoenunciado es comunicar una experiencia (analizndola y esquematizndola) y que por consiguiente est constituido por un predicado(que designa el proceso central en esa experiencia, segn el hablante), acompaado eventualmente por una serie de complementos(entre ellos el sujeto); la funcin de cada tipo de complemento esaportar un tipo particular de informacin sobre el proceso [2471.Ahora bien, esas funciones generalmente no pueden establecerse porconmutacin. Por ejemplo, la mayora de las expresiones que pul"den ser complementos de tiempo no pueden ser complementosde lugar: por consiguiente, no tiene sentido preguntarse si ambasfunciones conmutan o no (como ocurre con la funcin.sujeto y la

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  • LAS ESCUELAS

    funcinpredicado ). As el funcionalismo en la gramtica difcilmente confirma el axioma saussuriano: "En una lengua slo haydiferencias".

    ~ Sobre la gramtica funcionalista de '\lartinet, vase p. 250 y 55. de estevolumen. La obra principal de G. Gougenheim es su Systeme gramatical de lalangue /ranl;aise, Paris, 1938, comentada en G. Barnicaud y otros, "Le problemede la negation dans diverses grammaires franc;aises", Langages, 7 sept. de 1%7.El estudio de . Benveniste sobre el medio se encuentra en los Problemas d"Lingstica general, Mxico, Siglo XXI, 1971, cap. XIV. Sobre las investigaciones no propiamente fonolgicas de la Escuela de Praga, vase la compila-cin de J. Vachek, A Prague School reader in linguistics, Bloomington, 1964,y, del mismo autor, el interesante Dictionnaire de linguistique de [,cole dePrague, Anvers, Utrecht, 1966.

    Lo mismo puede decirse de la semntica. Algunos lingistas intentaron introducir en ella los mtodos de la fonologa casi sin modioficarlos. As, Prieto piensa que la conmutacin puede aplicarse tantoal sentido como al aspecto fnico del lenguaje (esta idea p se encuentra en Hjelmslev). Llamamos mensaje a la informacin totalcomunicada cuando un enunciado se emplea en circunstancias deter-minadas. As, en ciertas circunstancias el enunciado "Devulvemelo"sirve para comunicar el mensaje "orden de devolver el lpiz al hablante". Ellingi3ta debe preguntarse, pues, qu funcin cumple, enla comunicacin de ese mensaje, el enunciado mismo (consideradoindependientemente de las circunstancias). Aqu es donde Prietoacude a la conmutacin. Pero en lugar de variar --como hace lafonologa- la manifestacin fnica, vara el mensaje y anota culesson las modificaciones que exigiran un cambio material del enunciado. As, el reemplazo de la idea de lpiz por la de cuaderno olibro no exige tal cambio. Por consiguiente, "lpiz" se consideraun elemento del mensaje lingisticamente no pertinente. En cambio.es pertinente la idea de que se pide un solo objeto, ya que su reemplazo por la idea de pluralidad exigiria que lo fuera reemplazadopor los. Segn Prieto, nicamente los rasgos pertinentes estn vinoculados con el enunciado mismo, lo cual conduce a la idea de quela funcin semntica del enunciado no se revela directamente, mediante los enunciados de que es susceptible, sino por la diferenciaentre esos mensajes y los de los otros enunciados. Se advertir quela aplicacin de la conmutacin lleva a Prieto a representarse cadaenunciado como un "paquete" de rasgos pertinentes independientesentre s (y semejantes, en esto, a los rasgos pertinentes en los fo-nemas). Ahora bien, es evidente que la funcin de un enunciadodepende de la manera en que estn ligados entre s sus elementossemnticos. Pero cuando procura definir esta organizacin semn

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  • FUNCIONALISMO

    tiea, Prieto debe acudir a nociones que ya no se basan en la con-mutacin. As, junto a los rasgos pertinentes habla de rasgoscontrastivos que expresan "el punto de vista" segn el cual seconsidera el rasgo pertinente: en el contenido de "Devulvamelo"establecer una unidad "(objeto) singular" en la cual la expresin entre parntesis es un rasgo contrastivo, indicando que el carcter "singular" corresponde al objeto del verbo. Pero es difcil concebir qu conmutacin revelara la presencia de ese elemento. Unavez ms, el funcionalismo y el principio de oposicin se renenslo durante un instante.

    ~ Luis Prieto, Principes de noologie, La Haya, 1964, cuyas ideas son reite-radas en forma simplificada en Mensajes r seales, Barcelona, Seix Barral,l9tl.

    El distanciamiento entre ambos se muestra an con ms claridaden la "lingstica funcional" definida por un discpulo de Saussure,H. Fre. Frei procura definir no tanto la lengua cuanto el funcio-namiento de la lengua, es decir, el modo concreto en que una len-gua se utiliza en una poca determinada. Por este motivo, estudiano slo el lenguaje llamado "correcto", sino tambin "todo lo quedesentona con relacin a la lengua tradicional: faltas, innovacio-nes, lenguaje popular, jerga, casos inslitos o dudosos, perplejidadesgramaticales, etc." Esos desvos son el centro mismo de su inters.en la medida en que revelan lo que el hablante espera de la lenguay no encuentra en ella: as, se convierten en el ndice de las necesidades que presiden el ejercicio del habla. Las principales necesida-des lingsticas tenderan a:

    a) La asimilacin: que conduce a uniformar a la vez el sistemade los signos (con el resultado de la creacin analgica [28])Y los elementos que se suceden en el discurso (de all, por ejemplo,el fenmeno de la concordancia gramatical).

    b) La diferenciacin: para asegurar la claridad. se tiende a dis-tinguir fnicamente los signos que tienen sentidos diferentes. adistinguir semnticamente los signos que tienen una realidad fnicadiferente, y a introducir separaciones en la cadena hablada.

    e) La brevedad: causa a la vez de elipsis, de sohrentendidos, dela creacin de palabras compuestas (que evitan enlaces sintc-ticos) .

    d) La invariabilidad: que, en lo posible, lleva a dar a un mismosigno una misma forma, sea cual fuere su funcin gramatical.

    e) La expresividad: el hablante procura imprimir en su discursola huella de su personalidad, a pesar de la objetividad del cdigo.Esto explica la perpetua invencin de figuras [315], la distorsin

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  • LAS ESCUELAS

    constante de los signos y las locuciones, recursos mediante los cuales e] hablante imagina que retoma ]a posesin de ]a lengua comn.

    Todas estas funciones, con frecuencia antagnicas, que segn Freiexplican no solamente las faltas, sino tambin muchos aspectos del"buen uso" (constituido por las faltas de ayer), llevan ]a lings.tica bastante lejos del marco propuesto por Saussure, mucho mslejos que ]a gramtica de Martinet o ]a semntica de Prieto. Lasfunciones de Frei llegan a relegar el carcter sistemtico de ]a lengua, que Saussure juzgaba esencial. Es evidente que cuando se empieza a determinar las funciones del lenguaje, es difcil discernirentre las que se manifiestan en el momento del acto de comunicacin y las que estn necesariamente ligadas a l (c. Lenguaje yaccin, p. 380 Y ss.).

    ~ La principal obra de H. Frei es La Grammaire des fautes, Bellengarde,1929, y est inspirada en las ideas formuladas con anterioridad por otro discpulo directo de Saussure: Ch. Bally, El lenguaje r la vida, Buenos Aires, Losa-da, 1941.

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  • Distribucionalismo

    En el momento en que la obra de Saussure empieza a conocerse enEuropa, el norteamericano L. Bloomfield (que se inici como especialista en lenguas indoeuropeas) propone, de manera indepen.diente, una teora generai del lenguaje que, desarrollada y sistematizada por sus alumnos con el nombre de distribucionalismo, domin la lingstica norteamericana hasta 1950. Lo cierto es queesta teora presenta no pocas analogas -junto a diferencias fIagrantes- con el saussurianismo y sobre todo con la interpretacinformalista, glosemtica [35 y ss.], de este ltimo.

    EL ANTIMENTALISMO

    La lingstica de Bloomfield tiene su punto de partida en la psico.loga behaviorista, que triunfaba en los Estados Unidos desde 1920.Un acto de habla no es sino un comportamiento de un tipo parti.cular (segn el aplogo de Bloomfield, el lenguaje significa paraJilI, que ve una manzana, la posibilidad de pedir a Jack que larecoj a, en vez de hacerlo l mismo). Ahora bien, el behaviorismosostiene que el comportamiento humano es totalmente explicable(= previsible) a partir de las situaciones en que aparece, independientemente de todo factor "interno". Bloomfield concluye quetambin el habla debe explicarse por sus condiciones externas deaparicin: da a esta tesis el nombre de mecanismo y la opone almentalismo, para l inadmisible, segn el cual el habla debeexplicarse como un efecto de los pensamientos (intenciones, creencias, sentimientos) del sujeto hablante. Como acto previo a estaexplicacin mecanicista del habla -que no es inmediatamente realizable-, Bloomfield propone que la lingstica se limite, por el momento, a describirla (de all un descriptivismo que se opone tantoal historicismo de los neogramticos [27] como al funcionalismo[42]). Y para que no pesen sobre esta descripcin prejuicios queimposibilitaran la explicacin ulterior, Bloomfield exige que se lahaga al margen de toda consideracin mentalista y, sobre todo, conabstencin del sentido de las palabras.

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  • LAS ESCUELAS

    ~ Adems de los numerosos estudios especficos, Bloomfield escribi tresobras tericas esenciales: Introduclion lo Ihe study 01 language, London, 1914,influida todava por la psicologa clsica; Lenguaje, Universidad de SanMarcos, 1964, en la que presenta sus tesis ms originales; Linguistic aspects01 science, Chicago, 1939, en la que hace una contribucin lingstica al neoJlOtiitivismo.

    EL ANLISIS DISTRIBUCIONAL

    Por consiguiente, estudiar una lengua es, ante todo, reunir un conjunto con la mayor variedad posible de enunciados efectivamenteemitidos por los usuarios de esa lengua en una poca determinada(este conj unto = el corpus). Despus, sin interrogarse sobre elsignificado de los enunciados, se procurar hacer que aparezcanregularidades en el corpus, para dar a la descripcin un carcterordenado y sistemtico, y para evitar que se reduzca a un simpleinventario. Excluidas la funcin y la significacin, la nica nocinque sirve de base para esta busca de regularidades es la de contextolineal o environment [entorno]. Indicar el entorno de una unidada en un enunciado E consiste en indicar la serie de unidades a"a "', a ,que la precede en E, y la serie a. ,q, .. o, a que la

    2 1-1 '+1 '+2 n

    sigue. A partir de aqu se define la nocin de'expansin. Supon.gamos que b es un segmento (unidad o serie de unidades) delenunciado E. Se dir que b es una expansin de e, si: 1) e esun segmento de otro enunciado E' del corpus, 2) e no es mscomplejo que b (= compuesto de otras tantas o de menos unida-des), 3) el reemplazo de b por e en E produce otro enunciado E"del corpus (b y e, por lo tanto, tienen un entorno comn). El en-torno sirve tambin para definir la distribucin de una unidad:es el conj unto de los entornos donde aparecen en el corpus (elpapel fundamental de esta nocin hizo que los lingistas quese apoyan en Bloomfield, sobre todo Wells y Harris en sus pri-meras investigaciones, se llamen distribucionalistas).

    De las nociones precedentes, el distribucionalismo extrae antetodo un mtodo para descomponer los enunciados del corpu.. o,segn la terminologa usual, para hacer su anlisis en constituyen-tes inmediatos (abreviatura: C.!.). Este anlisis, que lleva aatribuir a la frase una construccin jerrquica, consiste en descom-poner primero el enunciado en algunos segmentos bastante vastos,llamados sus C. l., y despus en subdividir cada uno de stos ensegmentos, los C. 1. de ese C. l., y as sucesivamente, hasta llegara las unidades mnimas. Tomemos por ejemplo el anlisis del enun-

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  • DISTRIBUCIONALlSMO

    ciado E "El presidente de la Repblica ha inaugurado la expo-.. , "SIClOn

    a) Se advierte que tambin existe en el corpus un enunciado"Jorge charla", cuyo anlisis es evidente (puesto que slo tienedos unidades). Se buscan entonces los segmentos de E que son expan-siones de "Jorge" y de "charla". Son, respectivamente, "el presidentede la Repblica" y "ha inaugurado la exposicin", puesto que tam-bin existe en el corpus "Jorge ha inaugurado la exposicin" y"El presidente de la Repblica charla". De all la primera segmen-tacin en dos C. l.: "El presidente de la Repblica / ha inauguradola exposicin".

    b) A continuacin se descompone el primer C. l. comparndolo,por ejemplo, con el sel!:mento "mi vecino", cuyo anlisis es evidente.Se ve entonces que "el" es expansin de "mi", y "vecino" expansinele "presidente de la Repblica". De lo cual se obtiene una nuevadescomposicin: "El/presidente de la Repblica".

    e) La comparacin de "presidente de la Repblica" con "jeferegional" conduce a una nueva segmentacin: "presidente .1 de laRepblica" ...