dialnet-losiniciosdelcineysuinfluenciasocialenpamplona1896-16202

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873 Los inicios del cine y su influencia social en Pamplona (1896-1915) ALICIA ARBE CALAVIA El cine es el arte por excelencia del siglo XX. En apenas un siglo de vida ha pasado de la barraca de feria a convertirse en el más importante fenómeno de masas del mundo, ofreciendo una larga serie de obras maestras, tal vez más que ninguna otra forma artística en los últimos cien años. Fernando Alonso Barahona Agradézcamelo joven. Mi invento no está en venta; para usted sería la ruina. Puede explotarlo durante algún tiempo como curiosidad científica; esto aparte, no tiene ningún por- venir comercial. Louis Lumière, 1895 PREHISTORIA DEL CINEMATÓGRAFO H an sido numerosas y muy diferenciadas las aportaciones que los libros, dedicados a narrar la Historia del Cine, han dado sobre el tema de los primeros pasos que antecedieron a la invención de este gran aparato. La lista se llena de multitud de espectáculos, ensayos y enseres que en realidad po- drían ser suprimidos. No todas las atracciones de feria se pueden considerar dentro de este apartado, y resulta obvio afirmar que no “son presupuestos del cine el conocimiento de los autómatas, de juegos de figuras móviles y dirigi- bles ni de las llamadas imágenes en movimiento. Hay que dejar fuera de con- sideración los juegos de sombras chinos, indios y javaneses, los muñecos au- tómatas de barraca de feria y los títeres” 1 . [1] 1 CERAM, C. W., Arqueología del Cine, Barcelona, Ediciones Destino, 1965, p. 16.

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historia del cine

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  • 873

    Los inicios del cine y suinfluencia social en Pamplona

    (1896-1915)ALICIA ARBE CALAVIA

    El cine es el arte por excelencia del siglo XX. En apenas unsiglo de vida ha pasado de la barraca de feria a convertirse enel ms importante fenmeno de masas del mundo, ofreciendouna larga serie de obras maestras, tal vez ms que ningunaotra forma artstica en los ltimos cien aos.

    Fernando Alonso Barahona

    Agradzcamelo joven. Mi invento no est en venta; parausted sera la ruina. Puede explotarlo durante algn tiempocomo curiosidad cientfica; esto aparte, no tiene ningn por-venir comercial.

    Louis Lumire, 1895

    PREHISTORIA DEL CINEMATGRAFO

    Han sido numerosas y muy diferenciadas las aportaciones que los libros,dedicados a narrar la Historia del Cine, han dado sobre el tema de losprimeros pasos que antecedieron a la invencin de este gran aparato. La listase llena de multitud de espectculos, ensayos y enseres que en realidad po-dran ser suprimidos. No todas las atracciones de feria se pueden considerardentro de este apartado, y resulta obvio afirmar que no son presupuestos delcine el conocimiento de los autmatas, de juegos de figuras mviles y dirigi-bles ni de las llamadas imgenes en movimiento. Hay que dejar fuera de con-sideracin los juegos de sombras chinos, indios y javaneses, los muecos au-tmatas de barraca de feria y los tteres1.

    [1]

    1 CERAM, C. W., Arqueologa del Cine, Barcelona, Ediciones Destino, 1965, p. 16.

  • La linterna mgicaEl principio bsico del cine, que consiste en la proyeccin de una imagen

    en una pantalla a travs de un estmulo luminoso, era ya conocido desde queel padre jesuita Kirchner lo implantara en Europa bajo el nombre de linter-na mgica en el siglo XVII, y diera forma a los fundamentos de la proyeccinen Ars Magna Lucis et Umbrae en 1643.

    Se trataba de un aparato formado por una caja, que generalmente era demadera, que contena una fuente luminosa (una lmpara de alcohol o de pe-trleo) y una salida de gases a modo de chimenea. La caja estaba conectadapor un orificio a un objetivo que mediante un sistema de lentes amplificabasobre un lienzo, o pared, figuras pintadas en tiras de vidrio.

    Estas linternas mgicas tuvieron su propia evolucin con los aos y conla aplicacin de los adelantos tcnicos de cada momento, como puede ser elhecho de la sustitucin de las arcaicas fuentes de luz por lmparas incandes-centes, y el uso desde 1840 de imgenes fotogrficas. Fueron el componentebsico de las diversiones pticas anteriores al cine, como es el caso de las fan-tasmagoras del belga E. G. Robertson, que fueron tan populares en Pars.

    La primera referencia a este tipo de espectculos de linterna mgica enPamplona se sita en 1806. Sern Andrs Manuel y los hermanos Bareau, deorigen francs, los que presentan una Linterna Mgica, con un rgano yotros instrumentos, lo que servir de alegre diversin2. Con el tiempo estosespectculos sern conocidos con el nombre de cuadros disolventes3 o tambinpor el de periscpicos4.

    Este entretenimiento pronto fue acogido por el Ayuntamiento de Pam-plona, que lo incluira dentro de los festejos de las fiestas de San Fermn, ha-ciendo de la plaza del Castillo uno de los lugares ms concurridos. El primerao que se present el espectculo se hizo desde el balcn de la fachada delTeatro Principal y al ser la atraccin gratuita, la gente acudi en tropel. Peroel resultado no fue el esperado y pronto corrieron de boca en boca chanzassobre lo ocurrido: se disolvieron tanto que no se vieron5.

    Dos aos ms tarde, en 1889, el encargado del espectculo fue Mr. On-ray, y consigui que el efecto mejorara. Tendrn que pasar varios aos paravolver a ver este espectculo, concretamente hasta 1895 en que los hermanosPeluispe de Madrid, cuyo oficio era el hipnotismo y la adivinacin, fueroncontratados mediante el pago de 400 pesetas. El resultado fue de una per-feccin tal, que era imposible llegar a ser superada6. Se llegaron a repartirprogramas de dicho espectculo:

    ALICIA ARBE CALAVIA

    874 [2]

    2 GALBETE, Vicente, Disquisicin joco-seria sobre atracciones de feria, Pregn, n 12, Pamplo-na, 1947.

    3 Nombre con que eran conocidas las proyecciones de linterna mgica, con placas de cristal (ycon movimiento de figuras en ocasiones), que se ofrecan al pblico a finales del siglo ltimo, y a lasque vino a reemplazar el cine a partir del ao 1895. IRIBARREN, Jos Mara, Vocabulario navarro, Pam-plona, Institucin Prncipe de Viana, 1984, p. 162.

    4 (...) consistan en la proyeccin de una serie de vistas por intermedio de dos linternas. Despusde presentada la primera, sta desapareca lentamente mientras se acusaba con creciente intensidad lasegunda. ARAZURI, Jos Joaqun, Historia de los Sanfermines, t. I, Pamplona, 1983, p. 103.

    5 Ibdem.6 Tiburcio de OKABIO, Irueras, Diario de Navarra, domingo 22 de octubre de 1950.

  • LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

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    APARATO DE PROYECCIN Y DISOLVENTEEsta notable mquina de un poder proyectivo capaz de proyectar las

    imgenes con una realidad verdaderamente asombrosa en un disco de sie-te metros de dimetro, ha sido encargada directamente a Alemania paralos HERMANOS PELUISPE y cuyo coste ha ascendido a 6000 francos.

    500 vistas fijas y de movimiento a dos, tres o cuatro efectos de luz, re-presentando paisajes de da, de noche, salidas de luna, edificios notables,esculturas, interior de museos, retratos, estatuas, pasos de tren, sombrasimpalpables, estrellas, buques, nevadas, incendios y cromotrops.

    Tambin en 1898 los cuadros disolventes formaron parte de los espect-culos sanfermineros, seran los ltimos que contemplara Pamplona, ya enplena competencia con el nuevo espectculo barraquero en boga, el cinema-tgrafo.

    Panorama, diorama, cosmoramaLa linterna mgica, las sombras chinescas, los autmatas... no eran los

    nicos entretenimientos precinematogrficos que divertan a la sociedadpamplonesa. Hay que hablar tambin de la cantidad de espectculos quebajo diferentes nombres aparecieron por la pintoresca Pamplona del sigloXIX.

    Aunque nos encontremos con diversas acepciones, se suele denominarpanorama al amplio lienzo pintado o litografiado, generalmente transparen-te, que colocado debidamente en una sala circular e iluminado desde el te-cho ofreca al espectador sentado enfrente de aqul una buena impresin derealidad al ser contemplados dichos lienzos en movimiento. La idea del pri-mer panorama se debe al pintor alemn Breising y fue ejecutada por el pin-tor Robert Barker en Edimburgo con una vista de dicha ciudad en 1788. Es-tos escenarios resultaban difciles de transportar y es por ello que pronto apa-recieron panoramas ms manejables que finalmente solan estar reducidos aunos simples rollos pintados dentro de cajones porttiles.

    El cosmorama es una variante del panorama, ms manejable, donde a tra-vs de un visor, una lente de aumento o un visor estereoscpico se haca vercomo si fueran reales los objetos pintados en telones. Con estos visores seconsegua una mayor sensacin de profundidad y por tanto de verosimilitudcon la realidad.

    Un paso ms adelante lo constituye el diorama, variante del panoramaperfeccionada por Louis J. M. Daguerre, y presentada por l en Pars en1822. Consista en vastos cuadros pintados por ambos lados y objetos realescolocados delante armonizando con la escena pintada. Por medio de luces ytransparencias se conseguan efectos de profundidad y cambios, como unedificio antes y despus de un incendio, un paisaje en las diferentes estacio-nes del ao, etc.

    Con la popularizacin de estos espectculos y la consabida demanda, es-tas atracciones comienzan a simplificar su estructura y perder en nitidez conel fin de conseguir un manejo ms sencillo y un traslado ms ligero. Poco apoco las barracas de feria irn llenndose de estos entretenimientos que pron-to recorrern las ferias de ciudades y pueblos.

    El pionero en cuanto a la presentacin de estos espectculos en Pamplo-na ser Juan Bautista Ardax. Llega a la ciudad en febrero de 1762 con un es-

  • pectculo que se exhibe en la Casa de Comedias (hasta 1840 no se habaconstruido el Teatro Principal) y que era una variante del panorama, dondese dejaba sentir el movimiento y el color:

    Las mutaciones que vern en el acto primero son: obscurecerse la su-perficie, eclipsarse la Luna, verse de Color de sangre, caer la Estrellas, en-lutarse el Sol, orse truenos, verse relmpagos y asolarse una Ciudad; todobien imitado7.

    En 1807 apareci por nuestra ciudad lo que todos los indicios apuntancomo otra variante del panorama, y que se anunciaba como un EspectculoPintoresco y Mecnico:

    Eran los ms interesantes una vista de Pondichery, la aurora o laprimera luz del da en una vista interior de la selva de las Ardennes y lagran plaza de Luis XV en Pars (...). El cuadro que ms gustaba era, sinduda, el ltimo (...). En l se vean, los efectos de una Tempestad en unaVista Agreste. Al correr la cortina se oir bramar el Trueno a lo lejos; losrelmpagos brillarn en el Horizonte; se oir la lluvia; sonar el Truenoprogresivamente hasta que cayendo el rayo se verifica la explosin; final-mente la Lluvia, el Granizo y el Viento, en una palabra, todo lo que acom-paa a una Tempestad bien caracterizada, hasta que el tiempo vuelve a se-renarse8.

    Otros pasaron tambin con sus atracciones, como Mr. Menay durantelos Sanfermines de 1850 por el Teatro Principal con su panorama, o el ita-liano Antonio Rossi en 1865 con el panorama universal. Pero quizs uno delos que mayor impacto produjo, tanto entre la poblacin como entre laprensa fue el ltimo de ellos, el Panorama Imperial. Uno de sus mayores lo-gros fue que consigui rivalizar con los cinematgrafos existentes ese ao de1901 en las barracas de ferias, y canalizar la expectacin del pblico hastabien entrado el mes de agosto (permaneci en activo desde el 6 de julio has-ta el 18 de agosto).

    Se trataba, como explicaba la prensa del momento, de un magnfico pa-norama estereoscpico que se exhibe en la calle de las Navas de Tolosa9. Enl se daban vistas fijas, y cada tres das se cambian las colecciones10 y habaestado establecido en Madrid, en la Carrera de San Jernimo. Parece inex-plicable el xito de una atraccin que ya poda ser calificada de superada porlos nuevos avances en la cinematografa. Una exhibicin que careca de mo-vimiento, pero que debido a la perfeccin de sus vistas consigui eclipsar eseao al espectculo con ms atraccin hasta entonces, que era el cinemat-grafo.

    Recapitulando sobre el tema, no hay que olvidar a la hora de valorar lospanoramas o espectculos derivados de este, que como antecedentes del ci-nematgrafo significan un punto y aparte. Se produce un cambio de la pose

    ALICIA ARBE CALAVIA

    876 [4]

    7 CAADA ZARRANZ, Alberto, Llegada e implantacin del cinematgrafo en Navarra (1896-1930),Pamplona, Gobierno de Navarra, Institucin Prncipe de Viana, 1997, pp. 57-59.

    8 GALBETE, Vicente, op. cit.9 Pensamiento Navarro, 28 de julio de 1901.10 Pensamiento Navarro, 14 de julio de 1901.

  • como instante a la recomposicin del movimiento tomando como base ele-mentos inherentes, lo que seran cortes. El cine es el sistema que reproduce elmovimiento en funcin de instantes equidistantes escogidos de tal maneraque den impresin de continuidad. El cambio no puede ser ms radical11.

    FotografaLa fotografa forma parte decisiva en la invencin del cine, no solo por el

    hecho de que la mayora de los personajes que se lanzaron a la aventura dedescubrir ese nuevo arte procedieran de esa profesin, sino por derecho pro-pio. El cine tiene una gran deuda con la fotografa aunque solo sea por el he-cho del uso comn de la tecnologa fotoqumica.

    El nacimiento del fenmeno fotogrfico se debe a los experimentos rea-lizados por los que se puede considerar como los padres de la fotografa: Ni-ceforo Niepce, Daguerre, William Fox Talbot e Hipolito Bayard. El gran pio-nero de este arte es Niepce, que en 1816 consigue la primera fotografa. En1829 llegar la asociacin de Niepce y Daguerre que dar como resultado, en1838, lo que ser conocido como daguerrotipo. El siguiente paso lo dara Ba-yard en 1839, al conseguir imgenes utilizando como soporte el papel. Por l-timo Talbot, en 1841, consiguiendo obtener un nmero indeterminado decopias, y que fue denominado calotipo.

    Estos fueron los principios bsicos, pasando de las placas de vidrio alceluloide, y a la universalizacin de la fotografa mediante una mayor faci-lidad de los aparatos y un mayor acceso a ellos por parte del pblico en ge-neral.

    Navarra fue uno de los primeros lugares donde se implant el daguerro-tipo, debido principalmente a su cercana geogrfica con su lugar de origen.Muy temprano nos encontramos con datos que reafirman esa versin. As,pronto nos visitarn algunos de los primeros fotgrafos, a los que podemoscalificar de viajeros. En septiembre de 1843 ser cuando Monsieur Constantse anuncie profusamente como retratista de daguerrotipo, en un local de lacalle Pozoblanco nmero 4, y proponiendo que por 60 reales velln har elretrato con toda perfeccin con colores o sin ellos12.

    No pasar mucho tiempo sin que se instale en Pamplona otro colega fran-cs (noviembre de 1844), concretamente en la plaza del Castillo nmero 4.Pronto dio a conocer sus habilidades, alardeando del conocimiento de losdiversos mtodos inventados para adelantar este arte, y ofreca sacar con to-da precisin y en breve espacio de algunos segundos, los retratos que tengana bien pedirle13. Sus precios oscilaban entre los 48 reales el sexto de placa y80 por un grupo de dos personas.

    Cuatro aos ms tarde, ya haba en Pamplona una tal Pedro Alliet queadems de trabajar con zapatos con suela de madera, se atreva a retratar aDaguerrotipo, por la mdica retribucin de 40 reales velln por persona14.Pero un mes ms tarde, en febrero de 1848, apareca en la publicidad otro

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

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    11 ZUNZUNEGUI, Santos, El cine en el Pas Vasco, Diputacin Foral de Vizcaya, 1985, p. 16.12 Tiburcio de OKABIO, Ay, Nemesio, ay Nemesio, hazme una foto al magnesio, Pregn, 1960,

    n 66.13 Ibdem.14 Ibdem.

  • anuncio. Esta vez haca referencia a un fotgrafo de origen suizo, de nombreS. Chmidt, que estuvo en Pamplona durante 15 das en la plaza del Castillonmero 22. Entre sus ofertas se contaban los retratos a domicilio y el dar lec-ciones por 320 reales velln.

    Es probable que Navarra asistiera a la visita de fotgrafos ilustres comoCharles Clifford, fotgrafo real. Realizaba series temticas y era clebre porsus calotipos en papel encerado. Otro ilustre fotgrafo fue Laurent, que rea-liz fotografas del monasterio de Irache, la iglesia de San Pedro en Estella, elalczar de Olite y 14 vistas de la catedral de Pamplona, durante el reinado deIsabel II15.

    El primer estudio fotogrfico estable del que se tiene noticia es el de Al-selmo Mara Coyne y Marn, en 1868, llamado La Pamplonesa y situado enla plaza del Castillo nmero 3916. A este estudio pronto le acompaara otro,que para 1876 ya funcionaba en la Bajada de Santo Domingo, y nacido de laasociacin de dos afamados artistas, Leandro y Dublan17.

    La dcada de 1870 recibira a Leopoldo Ducloux, quien se estableci enla plaza del Castillo nmero 31, asocindose ms tarde con Emilio Pliego. Es-te ltimo se independiz, y en 1880 se anunciaba como la nica casa queusa el procedimiento instantneo18. Su estudio sufri varios traslados, pri-mero al nmero 35 de la plaza del Castillo y ms tarde al 21. Su xito co-mercial dur a lo largo del ltimo cuarto de siglo19.

    Tambin tuvo gran reputacin el establecimiento de Agustn Zarageta,que se hizo muy conocido por los retratos que realiz a la mayora de los sol-dados de la guarnicin para enviar a sus novias y familiares20. Por su parte, Jo-s Roldn Bidaburu se asoci con Flix Mena, instalndose en la Casa Irua,y llegando a ser uno de los establecimientos ms conocidos de Pamplona, yposiblemente algo excntrico cuando observamos que pona:

    en el reverso de sus retratos una matrona sentada, empuando unapaleta y un pincel, sentada sobre una mquina fotogrfica, teniendo es-parcidos a sus pies smbolos de las Bellas Artes. Sobre su cabeza cual airnherldico este letrero: ARTIS AMICA NOSTRAE21.

    El xito tambin debi de sonrer a fotgrafos menos conocidos como esel caso de Segura y Andoin, Marcos Blanco, Ezequiel Endriz, Julio Altadillo Jos Ayala22 que trabajaron a finales del siglo XIX y principios del XX enPamplona23.

    ALICIA ARBE CALAVIA

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    15 MADARIAGA ATEKA, Javier, Los inicios del cine y la fotografa en Navarra 1840-1940, Pamplona,1988, p. 2.

    16 FONTANELLA, Lee, La historia de la Fotografa en Espaa desde sus orgenes hasta 1900, Madrid,El Viso, 1981, p. 217.

    17 El Eco de Navarra, 27 de septiembre de 1876, donde ambos se haban anunciado como Fot-grafos de Cmara de SS.MM..

    18 Tiburcio de OKABIO, op. cit.19 CNOVAS, Carlos, Apuntes para una historia de la fotografa en Navarra, Gobierno de Navarra,

    1989, coleccin Panorama n 13, p. 12.20 Tiburcio de OKABIO, op. cit.21 Ibdem.22 ZUNZUNEGUI, Santos, op. cit., p. 21.23 Para ms informacin sobre la historia de la fotografa en Navarra, ver CNOVAS, Carlos, op. cit.

  • INICIOS DE LA EXHIBICIN CINEMATOGRFICA

    Los primeros aos del cinematgrafo en nuestra capital no difieren ape-nas de lo ocurrido en el resto de Espaa. Tras la presentacin en sociedad delnuevo aparato, surge su fecunda amistad con esos entraables personajes queeran los empresarios barraqueros. Estos hicieron posible que el arte del mo-vimiento llegara a todos los espectadores, mostrndoles un mundo nuncaimaginable. Despus de ellos llegaran los primeros emprendedores que deci-den vincularse a l en cuerpo y alma, y para ello se instalan definitivamenteen Pamplona. Slo quedaba la aceptacin social, el convertir el cine en algotan cotidiano como cualquier otro espectculo de ocio. Se consigui, y sepuede marcar 1912 como la fecha clave para esta aceptacin social y, cmono, tambin periodstica.

    Kinetoscopio, kinetgrafo Tanto en Europa como en los Estados Unidos se haban realizado antes

    de terminar el siglo XIX multitud de experimentos para captar fotogrfica-mente el movimiento. Ser Thomas Alva Edison, el Mago de Menlo-Park, elque haga dar un paso decisivo en la historia del cine, al crear la pelcula mo-derna de 35 mm con cuatro pares de perforaciones por imagen. Con estasperforaciones garantizaba los tiempos iguales de intervalo y paso de los foto-gramas y daba a ambos una perfecta regularidad24.

    En 1887 Edison comenz a perfeccionar el fongrafo combinndolo conla fotografa animada. Haba fijado los sonidos y la palabra y los haba hechoaudibles, ahora quera completarlo con las ilustraciones. Junto con su ayu-dante ingls Dickson, realiz la perforacin de las cintas y emple films so-bre celuloide. Pero hasta 1894 no lanzar al comercio su kinetoscopio25.

    El kinetoscopio era presentado en grandes cajas, en cuyo interior un me-canismo arrastraba pelculas de 50 pies (15,25 m), permitiendo as ver esce-nas animadas de corta duracin. Las pelculas eran visibles individualmentemediante un adecuado dispositivo ocular y a menudo iban acompaadas consonidos de fongrafo. Pronto empezaron a surgir modificaciones del inventoy, junto con ellas, una terminologa especfica: kinetoscopio, kinetgrafo, lalinterna animada, etc.26 .

    Una de las primeras empresas en mostrar el kinetgrafo (se trataba ya deun sistema de proyeccin de imgenes en movimiento sobre una pantalla) en1896 por el Pas Vasco fue el Eliseo-Exprs, que se anunciaba como MuseoArtstico Cientfico Recreativo. En aos anteriores haba estado presentandosu espectculo en San Sebastin, Bilbao y parece que pudo llegar a exhibirseen Pamplona. En l se combinaba el kinetgrafo o fotografa animada (ta-mao natural) con la exhibicin del fongrafo Edison perfeccionado y to-do ello junto con una serie de vistas diormicas27. Sin embargo no hay no-ticias que confirmen este supuesto en el caso de Pamplona. S hay datos so-

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

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    24 CERAM, C.W., op. cit., pp. 82-83.25 SADOUL, Georges, Historia del cine mundial desde los orgenes hasta nuestros das, Madrid, Siglo

    Veintiuno Editores, 1972, pp. 8-9.26 MADARIAGA ATEKA, Javier, op. cit., p. 26.27 ZUNZUNEGUI, Santos, op. cit., pp. 29-30.

  • bre la visita del Saln Exprs, instalado en la calle de las Navas de Tolosa n-mero 13. Pero dentro de su espectculo solo encontramos vistas diormicas yaudiciones de lo que denominaban El micrfono de Edison, que no era otracosa que un fongrafo, y lo mismo ocurre en 1898 con el mismo saln, estavez instalado en el nmero 12 de la calle Chapitela28.

    Pese a todo, Pamplona no tendr que esperar mucho tiempo para dis-frutar de lo que ser su primera proyeccin de kinematgrafo. Esta tuvolugar el 24 de octubre de 1896 en el Teatro Principal de la mano de Al-berto Durn. A esta primera proyeccin acudieron las autoridades civiles,la prensa y otros importantes personajes. En un programa que dur unosdiez minutos pudieron ver ante la pantalla escenas de la ms variada n-dole:

    Ocho vistas fueron las que se ofrecieron al pblico. Una pelea de ne-gros; una fragua en la que se ve el martillear de hierro y el humo que des-pide el fuego; un paseo de coches en el que los carruajes pasan al trote; uncampo con labradores y vacas que cambian de sitio; una playa y una lan-cha en la que van de paseo por el mar unas nias con su madre; el bailede la serpentina29 cambiando de color el traje tal como se representa en elteatro; los boulevares de Pars con su aglomeracin de gentes y coches quevan y vienen; y finalmente la llegada de un tren a la estacin con la saliday entrada de los viajeros30.

    El espectculo consigui multitud de adeptos durante los cuatro das quepermaneci en la capital, muchas veces tambin debido al buen apoyo queconsigui de la mayora de la prensa31. El pblico aplauda a rabiar e inclusopedan repeticiones.

    Sin embargo, pese al inters de pblico y prensa, no podemos llegar a sa-ber con exactitud qu aparato se utiliz para dichas proyecciones, ya que enlos primeros aos del cine coexistan numerosas patentes y sistemas. Tal vez,la opcin ms lgica es que fuera un aparato de patente Edison, posiblementeimportado va Francia. Esta hiptesis parece confirmarse al observar los ttu-los de las cintas que se exhibieron, donde se distinguen ttulos clsicos del ca-tlogo Lumire, o tempranas imitaciones realizadas por Melis, junto conotras procedentes de los fondos Edison32.

    Cinematgrafo LumireNo tardara en llegar, y sera de la mano de Louis Jean Lumire, lo que

    tantos haban intentado construir. Lo que consigui fabricar en su cinema-tgrafo fue una mquina que era a la vez cmara, proyector e impresora, rea-

    ALICIA ARBE CALAVIA

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    28 CORELLA, Jos Mara, Sanfermines de ayer, Temas de Cultura Popular n 212, Diputacin Foralde Navarra, 1974, p. 29 y ARAZURI, Jos Joaqun, Pamplona estrena siglo, Pamplona, Coleccin Diariode Navarra, 1970, p. 81.

    29 Los temas de las primeras pelculas solan ser de ndole popular. Entre los nmeros de varie-te, gustaron sobremanera las danzas de los aos 90. Entre los nmeros ms conocidos fueron Mlte.Anion, filmada por Max Skladanowsky, en 1896 y Anabela la bailarina, tomada para el cinetosco-pio de Edison. CERAM, C. W., op. cit.

    30 El Eco de Navarra, 25 de octubre de 1896.31 Para observar la opinin de la prensa del momento, ver CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., pp.

    87-92.32 ZUNZUNEGUI, Santos, op. cit., pp. 30-31.

  • lizando as un aparato totalmente superior en perfeccin y tcnica a todos losde sus competidores. De esta manera decenas de operadores, formados porl, repartieron su aparato por el mundo e impusieron la palabra cinemat-grafo33.

    El Cinematgrafo Lumire hizo su aparicin en Pamplona de la mano delempresario Sr. Iranzo, que se instala con l en la calle de las Navas de Tolosadurante las fiestas de San Fermn de 189734. Aunque esta puede que no sea laprimera vez que se ve este tipo de espectculo en Navarra, ya que segn Ig-nacio Baleztena (ms conocido en Pamplona por el nombre de Tiburcio deOkabio) sera el propio seor Iranzo el que lo exhibira en Tudela a una seriede privilegiados durante las vacaciones de Pascuas en el teatro de la capital ri-berea35. No sera de extraar que debido al xito obtenido en Tudela y conun inters empresarial decidiera probar suerte en Pamplona.

    Las reseas sobre el nuevo espectculo no se hicieron esperar y pronto laprensa hablaba del cinematgrafo como de un aparato, con tal perfeccin,

    que reproduce con toda exactitud y precisin el movimiento de las perso-nas y objetos fotografiados en la hermosa coleccin.La ilusin es completa y el espectador ve reproducidas con gran naturali-dad las escenas que se fijaron en la placa fotogrfica36.

    La prensa tambin animaba y recomendaba a sus lectores la asistencia aeste espectculo. Entre el pblico tuvo gran aceptacin y hay quien deca quetodos los ahorros del ao, que aparecieron al romper las ollaciegas, fueron aparar a la taquilla del nuevo espectculo. Y es que la expectacin fue gran-de, y cualquiera se gastaba una cuatrena en contemplar las pantorrillas dela mujer gorda o una ochena en ver cmo tragaba sables Mr. Caballe, pu-diendo por un real ver cmo una coleccin de negros se baaban in natura-libus en las playas de Martinica!37.

    Al acabar las fiestas el Sr. Iranzo vendi su cinematgrafo a Toms Zaba-lo, que se instala en el Paseo de Valencia nmero 36. Su espectculo se llamael Gran Cinematgrafo Lumire y comienza las exhibiciones el 3 de agosto.Habr todos los das sesin desde las ocho y el precio de la entrada ser dedos reales la silla de preferencia y un real la general38.

    Y tras el cierre el 25 de agosto de este cinematgrafo, los pamploneses pa-saron todo el ao 1897 y parte del 98 (...) esperando impacientes los prxi-mos sanfermines. Ese ao, a la vez que se colocaban las casetas tpicas dechurros y chucheras apareci un cinematgrafo en el nmero 24 del Paseode Valencia. Era un local que sola ser arrendado desde haca varios aos a unprestigioso ptico madrileo que acuda todos los Sanfermines a vender susanteojos Roca Precisin. Se trataba de Mr. J. Dubosc, que este ao adems

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

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    33 SADOUL, Georges, op. cit., pp. 9-10.34 El Eco de Navarra, 9 de julio de 1897. Fue precisamente en el nmero 13 de esta calle, en las

    fiestas del ao 1897, donde se dio la primera sesin de cine en Pamplona por el seor Iranzo, ARA-ZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 80.

    35 Tiburcio de OKABIO, Irueras, Diario de Navarra, domingo 22 de octubre de 1950.36 El Eco de Navarra, 9 de julio de 1897.37 Tiburcio de OKABIO, op. cit.38 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 100.

  • de sus acostumbrados anteojos traa un cinematgrafo. El domingo 26 de ju-nio de siete a once de la noche iniciar las sesiones. El programa constaba de:

    1 Llegada de un tren.2 Infantera espaola.3 Baos en la playa.4 Corrida de toros.5 Salida de una fbrica.6 Tteres en un pueblo39.

    A este atractivo programa cinematogrfico compuesto por pelculas delcatlogo de Lumire segua una sesin de proyecciones elctricas, en las queaparecan diez vistas de distintas partes del mundo y terminaba con Guerri-ta matando en la plaza de Madrid. Pero segn parece la entrada solo se ha-llaba al alcance de las clases acomodadas que disponan de 25 cntimos depeseta de velln!40. No sabemos si tuvo gran aceptacin o no, pero s que elpropietario cambiaba algunas de las pelculas para hacer que el pblico vol-viera. As se pudieron ver otras como La Civeles de Madrid, Coche de re-creo en un jardn, Ria por el juego sorpresa del jardinero y Un sueo ho-rrible41.

    Pero el seor Dubosc no dio por terminada su temporada en Pamplonatras las fiestas, sino que vuelve tras un intervalo en Pars, de donde trae con-sigo 48 cuadros del Evangelio y Vida de Nuestro Seor Jesucristo (proyec-ciones iluminadas) y 72 vistas de las principales capitales del mundo. Paraganarse el apoyo del respetable decide invitar a las autoridades eclesisticas,militares y civiles a la proyeccin que se inaugura el martes 2 de agosto. Loscuadros, en los que iban comprendidas las 14 estaciones del camino del Cal-vario en colores al natural, se dividan en cuatro sesiones de doce cuadroscada una e iban acompaadas cada una de las sesiones con seis escogidas vis-tas del cinematgrafo, aunque el programa completo no llegaba a durar msde media hora42. El seor Dubosc anunciaba prcticamente a diario su cine-matgrafo y proyecciones elctricas, permaneciendo en Pamplona hasta el da18 de agosto.

    Pese a todo, el cinematgrafo del seor Dubosc no fue el nico que co-noci la poblacin pamplonesa ese ao. La prensa invitaba a acudir al insta-lado en la calle Navas de Tolosa nmero 9, el Cinematgrafo y Fongrafosin auditivos43, que como aliciente tena el hecho de haber trabajado todo elinvierno en el saln del Heraldo de Madrid44. Adems en una nota de pren-sa tambin se haca referencia a otros dos cinematgrafos instalados en la ca-lle de Chinchilla, quejndose de su poca visibilidad e inestabilidad45.

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    39 El Eco de Navarra, 26 de junio de 1898.40 Tiburcio de OKABIO, op. cit.41 El Eco de Navarra, 2 de julio de 1898.42 La primera sesin dar principio a las seis y media en punto y as sucesivamente cada media

    hora, El Pensamiento Navarro, 6 de agosto de 1898.43 El Eco de Navarra, 7 de julio de 1898 y ARAZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 80. 44 MARTNEZ, Josefina, Los primeros veinticinco aos de cine en Madrid, 1896-1920, Filmoteca Es-

    paola, 1992, pp. 43-44.45 El Eco de Navarra, 19 de julio de 1898.

  • Barracas de feria Los primeros aos de andadura de la exhibicin cinematogrfica estn li-

    gados sin excepcin a cafs, barracas... No hay que olvidar que la primera se-sin de la historia del cine se realiz en el Saln Indien del Grand Caf dePars. No se trataba de los lugares de exhibicin idneos, pero consiguieroncautivar a una gran parte del pblico. En aquel entonces el cinematgrafo erauna diversin, un entretenimiento ms al que no se le vea un futuro ms ha-lageo que el de otros espectculos. Solo unos pocos estaban dispuestos aembarcarse en una empresa nueva que no aseguraba la posibilidad de ganardinero rpido.

    Los nicos con ese entusiasmo y esa vista en los negocios arriesgados fue-ron los empresarios ambulantes, esos hombres que recorran las ferias y fies-tas con sus atracciones. Y es que el cine en sus orgenes estuvo ligado direc-tamente con las barracas de feria y sus organillos anunciadores. Estas se con-vertirn en su ubicacin natural, llegando incluso a competir, ya entrado elnuevo siglo, con los cines en locales estables.

    Durante los Sanfermines, uno de los actos que ms expectacin producaera la instalacin de las denominadas barracas, que agrupaban bajo este nom-bre a los diversos espectculos, puestos y atracciones. Las barracas aparecieronpoco a poco en la segunda mitad del siglo XIX. Se instalaban en los terrenos quehoy son el Paseo de Sarasate y en los glacis internos de la ciudadela46, para ter-minar ubicndose en la explanada del ensanche47. Se colocaban a ambos ladosde la calzada de la calle del General Chinchilla que estaba, en su mayor parte,sin edificar. Aunque alguna atraccin tambin lleg a instalarse en las bajerasdesalquiladas de las calles de la Ciudadela y Navas de Tolosa48, ya que con-forme se continuaba construyendo quedaron libres muchas bajeras considera-das como poco comerciales al estar apartadas de la ciudad. Muchos barra-queros preferan alquilar bajeras antes que instalarse en los descampados.

    La mayora de ellos ya eran asiduos a un mismo recorrido durante las fies-tas del verano, cuya primera parada sola ser los Sanfermines de Pamplona,para continuar con Vitoria, Bilbao y San Sebastin, que celebraban sus fies-tas en agosto. Sern nombres populares en estas ciudades Farrusini, Roca-mora, Sanchs, etctera.

    El ensanche cobraba vida propia durante la temporada, que duraba des-de los Sanfermines hasta aproximadamente el da de la fiesta de Santiago,aunque muchas veces se alargaba hasta bien entrado el mes de agosto. La zo-na se converta en uno de los paseos diarios ms concurridos. Adems, fren-te a las barracas se colocaban una serie de sillas que animaban las tertulias alaire libre49. En esas tardes era cuando los cinematgrafos se preparaban paralas primeras sesiones:

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    46 Declives suaves desde el borde de las fortificaciones hacia la campaa. La Vuelta del Castilloera redonda, circunvalaba la fortaleza por fuera y por dentro del recinto amurallado; a estos glacis seles denominaba internos. ARAZURI, Jos Joaqun, Historia de los Sanfermines, t. III, 1993, p. 184.

    47 Primer Ensanche, ms tarde Ensanche Viejo, que comprenda las calles Navas de Tolosa, Yan-guas y Miranda, Padre Moret, Pascual Madoz, Sandoval, Jos Alonso, General Chinchilla y Marqusde Rozalejo. Ibdem.

    48 OCAA Y ELO, Jos de, Calidoscopio barraquero, Pregn, 1947, julio. 49 ILUNDIN, Jokintxo, Cinematgrafos, Pregn, 1946, julio.

  • Se vea entonces toda su gran fachada a base del lujoso rgano de aire, dela casa Limousn Freres, de Pars, festoneado de pequeas lucecillas decolores entre el oro de su decorado barroco, a la moderna moda parisina.En el centro, animando el rgano, cinco figurillas muy graciosas, y mien-tras la principal, vestida como un Mosquetero, diriga la msica con pre-ciosos movimientos de batuta, las otras cuatro, en plan de pajecillos muyvistosos, sostenan en su mano izquierda una campanilla de plata y en laderecha una varita mgica con la que tocaban al comps de la musiquilla.En ambos lados tambores redoblaban automticamente, y bajo unos pe-queos templetes, dos danzarinas, airosamente enlazadas y tambin untanto escotadas y ligeras de vestimenta, daban vueltas y vueltas50.

    El pionero de este grupo de primeros exhibidores barraqueros ser Enri-que Farrs, que era ya un viejo conocido entre las barracas del ensanche. Setrataba de un industrial cataln que, despus de haber italianizado su ape-llido convirtindolo en Farrusini51, alcanz gran popularidad en toda Espa-a52. Abandon sus espectculos de perros y monos sabios, y se aventur enel mundo de la exhibicin cinematogrfica. Para ello adquiri un aparato Lu-mire y se asoci con un empresario madrileo, Estanislao Bravo.

    No se tiene seguridad sobre cul fue el primer ao que visit la capital na-varra con este propsito. Puede que fuera durante 1898, siendo uno de losdos cinematgrafos que se citan instalados en la calle Chinchilla53. Pero de loque s hay seguridad es de su visita durante los Sanfermines de 1899 con suCinematgrafo mgico54. Desde esta fecha lo podemos considerar como unode los asiduos visitantes, y la instalacin de su cinematgrafo era esperada to-dos los aos. Pero 1906 marcara el fin de su cita anual con los Sanfermines.En 1907 se instal definitivamente en un local en Zaragoza55; ser l uno delos primeros que lo haga pero no el ltimo. El cinematgrafo se estaba con-virtiendo en un negocio rentable y mereca la pena establecerse en un lugarfijo.

    Uno de los ms cercanos competidores de Farrusini ser el Palacio de laMagia, que desde 1903 se convertir en otro visitante del Real de la Feria. Elbarracn estaba asistido por Antonio Requena y su mujer, aunque desde1906 todo el peso de la direccin lo lleva la viuda de Requena56. Su estanciano sola ser muy larga y a finales de julio abandonaba el ensanche viejo paraencaminarse hacia Vitoria.

    Otro de los habituales de las barracas era el valenciano Antonio Sanchscon su Petit Palais que desde 1908 no falt a su cita pamplonesa.

    Tambin hubo empresarios pamploneses que se atrevieron con el cine-matgrafo. Es el caso de Enrique Saraldi, que era propietario del llamado Ci-ne Variets, Cine Circo del Ensanche o Cine del Ensanche, a secas. Se habainiciado en el campo de las variedades pero en 1908 decidir probar con la

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    50 ILUNDIN, Jokintxo, Cinematgrafos, Pregn, 1946, julio.51 OCAA Y ELO, Jos de, op. cit.52 UNSIN, Jos Mara, El cine y los vascos, Filmoteca Vasca, San Sebastin, 1985, p. 57.53 Sobre el desarrollo de esta posible hiptesis, ver CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., pp. 105-

    107.54 El Eco de Navarra, 27 de junio de 1899.55 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 160.56 Diario de Navarra, 20 de julio de 1906.

  • exhibicin de pelculas. Su estancia se alarg ms all de los Sanfermines, pe-ro llegado el mal tiempo tuvo que cerrar por las escasas condiciones de pro-teccin contra las inclemencias57.

    El ltimo en unirse al grupo, en 1909, ser Rocamora y su Real Cine deRocamora. Consigui hacerse un hueco entre la competicin por atraer alpblico. Y justamente para ello decidi alquilar el Pabelln de Verano y ade-ms contratar en 1911 a un operador de la casa Gaumont para filmar unacinta de una fiesta taurina, que ms tarde se exhibir en el cine de dichoseor Rocamora58. La expectacin fue mxima y consigui un xito rotun-do.

    Hubo tambin otros atrevidos feriantes que adoptaron el cine como es-pectculo. Entre ellos Jos Snchez Agudo, ngel Pardo, Eloy M. Fernn-dez, y cinematgrafos como el Palacio de la Luz, Palacio de la Ilusin, Pa-belln Path, pero de ellos slo quedan pequeas reseas en algunas gace-tillas de los peridicos, guardndose las referencias ms amplias para estegrupo de cinco empresarios que consiguieron ganarse el favor del pblicopamplons.

    Cine pblicoLa primera sesin de verdadero cine pblico tuvo lugar en Pamplona los

    das 8 y 11 de julio de 1902. Poco a poco el ayuntamiento se haba hecho car-go del inters popular por el cinematgrafo y finalmente decidi cambiar lasanteriores proyecciones de cuadros disolventes (que acabaron en 1898) porexhibiciones del nuevo invento, que constituiran un festejo sanferminerodurante muchos aos. El hecho de que las proyecciones fueran gratuitas ani-maba al pblico a asistir, y adems eran amenizadas por la msica que pro-vena de la plaza del Castillo. El encargado de realizarlas ese primer ao serel zaragozano Joaqun Ripolls, cobrando por el encargo 500 pesetas59. Aun-que en realidad no se debieron de proyectar pelculas, sino una serie de cua-dros inmviles60, muchos de ellos en colores.

    Hubo que esperar hasta 1907 para volver a ver el cine pblico durante lasfiestas. Con esta fecha comienza la casi exclusividad del valenciano MatasBelloch para realizar estas proyecciones. El ayuntamiento le pag 300 pesetaspor cuatro das de exhibiciones, y estas duraban unas dos horas61. La panta-lla se colocaba frente a la fachada del Teatro Gayarre, y era desde este teatrodesde donde se proyectaban las pelculas62. El pblico las contemplaba de pieen el espacio que quedaba entre el teatro y la pantalla. Para que no hubieradistraccin y abandonos entre el pblico, durante el cambio de rollos se pro-yectaban anuncios. Para ello se utilizaba una tela donde se pintaban losanuncios63.

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    57 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 179.58 El Pensamiento Navarro, 16 de julio de 1911.59 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., pp. 122-123.60 Se entretuvo agradablemente viendo una serie de cuadros. El Eco de Navarra, 10 de julio de

    1902 y ARAZURI, Jos Joaqun, Historia de los Sanfermines, t. I, p. 105.61 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., pp. 173-174.62 ARAZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 105.63 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 174.

  • No habr un relevo en la exhibicin de las pelculas hasta 1913, cuandoRocamora consigue la concesin del ayuntamiento64. Era un viejo conocidode las barracas del ensanche. Aunque pronto volveremos a ver al Sr. Bellochal frente de ellas. 1915 marcar un fatdico ao para l: se haba producido elincendio del local de cine del valenciano, y esta ser su ltima proyeccin enPamplona65.

    El cine como acompaamientoNo se trata de algo exclusivo de nuestra ciudad, y es que el cine en sus

    comienzos tuvo que compartir cartel con una gran variedad de espectculos.A estos se les sola denominar con el nombre genrico de variets y solan sernmeros de lo ms pintoresco. Desde los primeros momentos el cine se con-virti en asiduo acompaante de bailarinas, cupletistas, rondallas, cantantes,hipnotizadores, imitadores, adivinadores, ventrlocuos, incluso tuvo que apa-recer en el escenario junto con la mujer que vuela66 y con Miss Gerland,campen femenino de lucha greco-romana67.

    El hecho de compartir el local y presencia con estos otros espectculos eralo ms normal en aquellos tiempos. Pocos eran los locales que slo exhibanpelculas y si lo hacan sola ser durante una corta temporada entre la con-tratacin y la llegada de las nuevas variedades. Pero este hecho haca que enla programacin de los establecimientos muchas veces quedara relegada la ex-hibicin cinematogrfica hasta el extremo de no aparecer nombrada entre losttulos de las dems actuaciones o simplemente sealarse como cinemat-grafo.

    El pblico del momento gustaba de estos espectculos variados y para elempresario, que normalmente careca de otros grandes recursos, era necesa-rio acoplarse al devenir de su pblico. Ms an si quera que este se convir-tiera en habitual de su establecimiento. Poco a poco, conforme avanza la d-cada de los 10 y con la familiarizacin del pblico con el nuevo espectculo,veremos surgir nuevos locales donde las pelculas se convertirn en espect-culo exclusivo, y frente a esta iniciativa y xito los dems locales se sumarna ello.

    Afianzamiento del cinematgrafoJunto con el caminar del siglo nos encontramos con una notable expan-

    sin del cine. Los primeros avispados empresarios ya empiezan a poner losojos en ese nuevo entretenimiento que se convierte en uno ms dentro de laindustria del ocio, pero pronto pasar a ser el principal. Aunque se mantie-nen las viejas barracas de feria que van recorriendo ciudades y pueblos, la ma-yora decide instalarse definitivamente en alguna ciudad importante o capi-tal. Comienzan a estabilizarse los locales de proyecciones, acondicionndolospara lo que ser su nueva funcin.

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    64 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 324 y ARAZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 105.65 Ibdem, pp. 323-324.66 Compaa de Cesar Watry: ltima representacin de la mujer que vuela, y la gran novedad ci-

    nematogrfica, El viaje de la tierra a la Luna y viceversa, Diario de Navarra, 16 de junio de 1904.67 En el Cine del Ensanche. El Eco de Navarra, 30 de abril de 1910.

  • Atrs quedan las primeras exhibiciones donde el hecho de mostrar unacinta al revs dejaba cautivados a todos los asistentes68. La gran sensacin queproduca el cine en sus inicios era la de representar los hechos cotidianos enla pantalla. Estas cintas haban hecho las delicias de la gente menuda, nie-ras, soldados y todos aquellos habituales de las barracas, pero con el tiemporesultaban sencillas e ingenuas. Ahora se encuentran ante un pblico connuevas exigencias, que si son cumplidas acudir con asiduidad al nuevo es-pectculo. Se irn abandonando las variets para dedicarse por completo a loque ms peda el pblico, el cinematgrafo. El cine conseguir cautivar a to-da una nueva clase social. Tardarn en aceptarlo, pero pronto las altas capasde la sociedad se unirn a esta nueva forma de pasar su tiempo de ocio.

    Con el avance de las nuevas tcnicas tambin llegar una evolucin en losaparatos y en las cintas. Poco a poco las pelculas ganan en longitud tempo-ral y en calidad. Se produce un paso adelante en los temas. Se pasa de los te-mas principalmente populares a un gran abanico de posibilidades que incluala actualidad del momento, la comedia, pelculas histricas, largometrajes,documentales y hasta dramas. Se va formando lo que luego ser la gran in-dustria del cine. Los programas se llenan de pelculas de la casa Path, Gau-mont, Nordisk, y un largo etctera.

    La prensa local tambin se har eco de esta nueva moda. Dentro de susnoticias y gacetas empiezan a darse reseas de los programas cinematogrfi-cos de los distintos locales de exhibicin69. Con el tiempo estas irn acompa-adas de grandes letras e incluso dibujos, para captar el inters del pblicotodava reticente al nuevo descubrimiento. Entre los titulares de los peridi-cos comienzan a verse utilizaciones metafricas de trminos relacionados conel mundillo del cine. As, descubrimos secciones tituladas Pelcula local enel Diario de Navarra, o Pelculas en El Pensamiento Navarro, referidos aasuntos locales, o simplemente para criticar cualquier tema. El cine est ha-cindose su propio hueco, iba consiguiendo una gran importancia social entodos los mbitos.

    Esta creciente aficin por el cine har que cualquier sitio sea bueno parainstalar un cinematgrafo. Los cafs haban sido los primeros locales en reci-bir al cine y no es extrao ver que algunos adoptan esta forma de entretenera la clientela mientras toman algo. Este es el caso del Caf Suizo, que en 1914comienza sus sesiones70. Pero no slo sern estos locales los que lo reciban,tambin los frontones se convertirn en lugares idneos para ver una buenapelcula. Y as ocurri con el frontn Euskal-Jai71 de Pamplona que en esemismo ao abri sus puertas como cinematgrafo.

    Pero si a alguien debe algo el cine es al teatro. Cuando el pblico en ge-neral empieza a exigir algo ms al cine, este echar mano de lo que ms cer-cano tiene. Y a su lado, junto a l y como gran competidor, se encontraba el

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    68 causando verdadera sensacin (...) en cierta parte del pblico, una cinta en la que poda ad-mirarse la Avenida de la pera de Pars y el extrao capricho de los franceses, pues todos, carruajes,peatones, jinetes, tranvas, etc. andaban hacia atrs. Jos S. de OCAA Y ELO, op. cit.

    69 ZUNZUNEGUI, Santos, op. cit., p. 56.70 Caf Suizo. Secciones cinematogrficas Path-Freres. Diariamente se estrenarn cuatro pelcu-

    las, El Pensamiento Navarro, 12 de mayo de 1914.71 Hoy se inaugurar la temporada de cine en el frontn Euskal-Jai, El Pensamiento Navarro, 10

    de octubre de 1914.

  • teatro. El cine intent aprender, como un buen discpulo, todo lo que pudodel legendario arte de la interpretacin teatral, y tambin intent superarlo.Se tante hacer un superteatro, realizar todo aquello que al teatro se le esca-paba sobre el tablado de madera. As comenzaron las reconstrucciones hist-ricas como superacin teatral72.

    Pero con la nueva competicin surge la controversia, y pronto aparecerndetractores del cine. El cine le estaba ganando la carrera al teatro y eran mu-chos los locales teatrales que haban tirado la toalla y se haban dedicado alque se presentaba como el negocio ms lucrativo del momento.

    Entre nuestra decadencia escnica (aunque en ella se insinen alboresde renacimiento) entre nuestro Teatro, caro y malo, y ese poderoso lazo deunin entre el alma y la fotografa, que pone al alcance de todas las for-tunas sinttica, emocional y bellamente, reconstrucciones histricas, le-yendas que a veces llevan firmas clebres, realidades monumentales, civi-lizaciones que nos parecen inconcebibles aunque no lo confesemos, la va-cilacin no existe, y nuestros Teatros, salvando contadas excepciones, de-clinan, mientras nuestros cines, casi sin excepcin, florecen en los camposdel xito (...)73.

    En Pamplona no ocurra esto, el principal teatro de la ciudad (Teatro Ga-yarre) se haba dedicado a dar sesiones cinematogrficas desde el comienzo,de hecho en l se produjo la primera proyeccin en Pamplona. Era normalver entre sus programas la presencia del cinematgrafo y tambin de las va-riets. Pero esto no impide que en algunos peridicos salgan a la luz artculosdedicados al tema y que apoyan incondicionalmente al teatro:

    La Sociedad de Autores espaoles ha publicado una circular en la quedice: El creciente desarrollo que adquiere de da en da el espectculo delcinematgrafo, con grave dao del arte dramtico y evidentes perjuiciospara cuantos a este arte se dedican, hace perentoriamente necesario dictarmedidas encaminadas a defender no solo los intereses de esta sociedad ysus asociados, sino los de todos aquellos cuya vida dependa del funciona-miento de los teatros (...). Con que, por m guerra a la pelcula!74.

    Estos artculos mostraban lo que ocurra en la capital y en ciudades im-portantes, como es el caso de Barcelona y Bilbao75, donde en algunos teatrosno se haba introducido el cine. Todava exista una cierta reticencia hacia laaceptacin total del cine como espectculo, mucho ms entre la clase que sepuede calificar de intelectual. Siempre ser considerado como algo inferior alteatro. Pero no tardar en convertirse en un fenmeno de masas.

    Muchos motivos contribuyen a esta victoria definitiva del espectcu-lo cinematogrfico: el precio relativamente modesto de la localidad; la va-riedad de las pelculas de una misma seccin; la variedad de escenarios deuna misma pantalla (...); los ejercicios de audacia inverosmil que parecenagilidades de dioses de la fuerza; la penumbra que es siempre querida porlos enamorados y por la multitud que encuentra una manera cmoda de

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    72 VILLEGAS LPEZ, Manuel, Arte, cine y sociedad, Ediciones JC, Madrid, 1991, p. 46.73 El Pensamiento Navarro, 8 de febrero de 1913.74 El Pensamiento Navarro, 4 de diciembre de 1912.75 Para el caso concreto de Bilbao, ver ZUNZUNEGUI, Santos, op. cit., pp. 58-61.

  • asistir a un ameno espectculo pblico sin necesidad de cambiar la toilet-te (...)76.

    Censura y moralPero no fue todo un camino de rosas en la evolucin del cine en nuestra

    capital. Pronto, con su popularizacin, llegaron las polmicas. Estas no slofueron dirigidas a entregar sus favores al arte de las bambalinas frente al cine,sino que tambin producan una gradual preocupacin entre los sectores msmoralistas de la sociedad. No hay que olvidar que, a principios de siglo, nosencontrbamos ante una de las provincias conocidas como bastin del cato-licismo y conservadurismo, reflejado en el alto apoyo que reciba el carlismo.

    Ya en el temprano 1897 veremos las primeras muestras de rechazo en laprensa, especialmente en los editoriales, donde se clamaba contra la liberali-zacin y embrutecimiento que el cine ocasionaba en el pueblo e imploraba aSan Fermn para que Navarra vuelva al camino de la Santa Intransigenciaque la hizo grande77.

    La ciudad estaba marcada por el ambiente de gran rigor moral y sobre to-do por el extenso poder de la Iglesia. Muchas de las crticas dirigidas al cine-matgrafo se referan a asuntos religiosos, como por ejemplo la proyeccinde cuadros representativos de la vida, muerte y pasin de Nuestro Seor Je-sucristo, donde el pblico dio muestras de desagrado, justificndolas di-ciendo que tales representaciones jams deben servir sino para excitar senti-miento de devocin y es claro que en un cinematgrafo no hay ambiente apropsito para excitarlos78.

    Para remediar todos estos males la solucin la dan algunos sacerdotes y,claro est, no es otra que afirmar que el cine cristiano har la propagandacontraria, y poniendo en escena las inmortales obras de nuestros escritorescatlicos se har al mismo tiempo el cartel de las buenas lecturas79. Aunqueno faltarn avispados empresarios que vean la solucin a posibles problemascon dichas autoridades eclesisticas: para evitar posibles comentarios que im-pidan la llegada asidua de clientela a su local, decidirn invitarles para elimi-nar toda posible duda de inmoralidad en sus pelculas:

    La empresa del Teatro Gayarre tuvo ayer la atencin de invitar a va-rios seores sacerdotes y exhibir ante ellos la grandiosa pelcula Pasin ymuerte de Nuestro Seor Jesucristo. Los sacerdotes salieron satisfechosde la deferencia de la Empresa y hacindose lenguas de la propiedad y es-crpulo con que est presentada la pelcula (...)80.

    Pero tales trucos no acabarn con la totalidad de los problemas moralesque despertaban estos espectculos. Todava hay personas que clamarn porun verdadero saneamiento que, escogiendo las pelculas, destierre de los ci-nes ese mal gusto que por lo general impera, y hagan de ese espectculo, bre-ve y barato, un motivo de inocente, agradable y divertido entretenimiento81.

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    76 Salvajes sin aro, El Liberal, 18 de febrero de 1920. Citado por UNSIN, Jos Mara, op. cit., p. 64. 77 La Tradicin Navarra, 7 de julio de 1897.78 Diario de Navarra, 14 de julio de 1906.79 El Pensamiento Navarro, 29 de agosto de 1912.80 El Pensamiento Navarro, 6 de abril de 1909.81 Diario de Navarra, 21 de enero de 1914.

  • Las autoridades pertinentes no tardaron en tomar cartas en el asunto, ysurgir la real orden del 27 de noviembre de 1912, realizada desde el Minis-terio de Gobernacin. Pretenda poner coto a las libertades que algunos lo-cales se tomaban a la hora de exhibir ciertas pelculas, mostrando su mayorpreocupacin hacia los clientes ms jvenes de estos negocios. Dicha real or-den estaba compuesta de cinco puntos:

    1. Deban ser presentados en las oficinas de los gobiernos civiles y en lassecretaras de ayuntamientos los ttulos y asuntos de las pelculas, porsi hubiera alguna perniciosa.

    2. La infraccin del primer punto vena castigada con una multa de 50a 250 pesetas.

    3. Quedaba prohibida la entrada en las actuaciones nocturnas a los me-nores de 10 aos que fueran solos, exigiendo responsabilidades a pa-dres o tutores.

    4. Las empresas podran reservar sesiones cinematogrficas diurnas de-dicadas a los nios, donde solo se proyectaran pelculas instructivas.

    5. Se designarn agentes del Consejo Superior de Proteccin a la Infan-cia y Represin de la Mendicidad que vigilarn el cumplimiento delas disposiciones.

    6. En el plazo de 15 das se comunicar lo dispuesto a las empresas afec-tadas con el fin de asegurar la eficacia de lo que en ella se dispone82.

    Este aviso llegado desde Madrid tuvo su respuesta en Pamplona, y la Jun-ta Provincial de Proteccin a la Infancia y Represin de la Mendicidad deNavarra pronto present disposicin para nombrar una comisin especialque efectuar la seleccin de pelculas a que se refiere el artculo primero dela real orden, aunque dejar constar que es algo difcil clasificar la tendenciaperniciosa solamente por el ttulo y el asunto, siendo en general necesario verel desarrollo de la accin de las figuras83. Esto se haca complicado de llevara cabo, ya que era necesaria una censura diaria y cada uno llevara un crite-rio diferente.

    No hay referencias sobre la posible retirada de alguna pelcula clasificadacomo perniciosa, es por ello que puede que esta junta no llegara a realizarcompletamente su trabajo. Pero consigui concienciar a algunos peridicosque pronto se convirtieron en receptores de todas las posibles quejas de losconcurrentes a dichos espectculos. Al hacerlas pblicas, provocaban una autocensura en los empresarios que fue ms efectiva que la propia junta ens. Era ms rentable retirar las supuestas cintas perjudiciales a perder a la po-sible clientela.

    Aunque la preocupacin por los ms pequeos continuara existiendo enla misma lnea que antes. Si antes de la real orden se podan leer en artculosfrase como esto es un mundo de maldad, de perversin, que desfila ante losojos de nuestros hijos para imprimir en su cerebro profunda huella84, la co-sa no cambiar mucho despus de ella, es fatal entre el pblico que sola-

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    82 El Pensamiento Navarro, 3 de diciembre de 1912.83 El Pensamiento Navarro, 6 de diciembre de 1912.84 El Pensamiento Navarro, 10 de agosto de 1912.

  • mente posee una educacin mediocre y muy particularmente entre los ni-os85.

    Las peticiones a los peridicos de algunos asiduos a estos espectculos fuetal que hoy nos producira risa. Como ejemplo la queja que lleg a El Pensa-miento Navarro, donde

    Una comisin de sargentos de esta guarnicin, a ruego de varios in-dividuos de no clase, nos suplica nos interesemos a cerca de la empresa ci-nematogrfica Belloch para que no se exhiba la pelcula Sargento grose-ro que es mortificante para la clase de los sargentos. Trasmitiremos el rue-go a la empresa del cine y esperamos que sern atendidos86.

    Pero los riesgos de las primeras proyecciones cinematogrficas no se que-daron en esto. An quedaban en el tintero los supuestos daos oculares quetales espectculos producan en el gnero humano, y que resultaban amplia-mente beneficiosos para los oculistas. Lo mejor para explicarlo es ponernosen situacin: entris en una sala profusamente iluminada, se apagan las lu-ces y vuestra pupila se dilata enormemente. Menos mal que sobre la pantallacomienza la proyeccin luminosa (...) van y vienen, se agrandan o empeque-ecen los objetos, se sustituyen las figuras y el paisaje por arte de encanta-miento. Pero, todo esto qu provoca? Nada ms y nada menos el que lamusculatura encargada de acortar o alargar el dimetro anteroposterior delglobo del ojo no cesa de funcionar un momento convirtindonos accidentaly alternativamente en prebistas y miopes. Todo esto para terminar afirman-do que solo por no sufrir esta molestia he dejado de ir a tan divertidos yamenos espectculos87.

    Cine mudo?Hablar de cine mudo a veces resulta un poco irnico, ya que todo el am-

    biente que lo rodeaba no era precisamente eso. Adems de los ruidos tpicosde las primeras mquinas de proyectar y el barullo propio de cualquier gru-po humano, existan otros complementos que hacen negar al cine la condi-cin de mudo.

    El primero, y en sus inicios primordial, era el llamado explicador:

    en aquellos lejanos tiempos las cintas no tenan letreros explicativos,como ms adelante los tuvieron, ni menos exista el cine sonoro; al ladode la pantalla se colocaba el individuo llamado explicador, el cual, conmayor o menor elocuencia y ms o menos xito, explicaba y comentabalas cintas, dependiendo en gran parte el xito de la Barraca de lo que da-ba de s el explicador88.

    Quin que conoci no recuerda al narrador de las pelculas mudas?Aquel hombre que pacientemente, desde atrs de las sillas, explicaba a losespectadores las secuencias que en la pantalla se iban desarrollando. Aque-llos espiquer, como les llamaban entonces (...)89.

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

    [19] 891

    85 El Eco de Navarra, 1 de diciembre de 1912.86 Diario de Navarra, 4 de abril de 1908.87 El Pensamiento Navarro, 18 de diciembre de 1912.88 Jos S. de OCAA Y ELO, op. cit.89 LASPEAS IRURZUN, Javier, Curiosidades pamplonesas, Ayuntamiento de Pamplona, Coleccin

    breve temas pamploneses, 1986, p. 20.

  • Era una pieza fundamental dentro del espectculo. De l dependa que elpblico captase el significado de las pelculas, pero sobre todo de l dependamantener entretenido al pblico y conseguir que las cintas ganasen en dra-matismo o comicidad. Muchos de ellos enseguida se hicieron conocidos en-tre la sociedad pamplonesa. Uno de los ms conocidos, si no el ms conoci-do, fue el popular Manolo. Este peculiar hombre fue el explicador del CineBelloch en sus inicios. Su popularidad fue tal que la mayora de los escrito-res navarros que dedican sus relatos a estas fechas lo recuerdan gratamente:

    Dediquemos un recuerdo al gran explicador MANOLO por losbuenos ratos que hizo pasar a las gentes de entonces!!90.

    Las pelculas que se proyectaban (...) eran explicadas (...) por un indi-viduo muy popular llamado Manolo, el cual haca las delicias de nuestrosabuelos (...)91.

    Durante esa poca fue popular, pero tambin apreciado, cosa que se dejaintuir por los favores que reciba de los espectadores. Hasta tal punto es queincluso tuvo un da dedicado a su beneficio en el local donde trabajaba92, re-gido por el valenciano Sr. Belloch: no dudamos que el pblico acudir deseo-so de dar un buen da al que es el complemento del cine. Ms adelante loveremos dirigiendo una de las salas cinematogrficas de 1910, llamado cineABC93. Despus de l hubo tambin otros explicadores, como lo ser el co-nocido Eduardo94, que tambin alcanzar fama, pero sin llegar a ser tanta co-mo la de su antecesor. Antes de la implantacin del sonoro los explicadorescomenzaron a ser sustituidos por letreros que se intercalaban entre las imge-nes95, aunque en algunos lugares an se hicieron necesarios los explicadoressimplemente para leer estos letreros, debido a la gran tasa de analfabetismo.

    Pero la voz humana no fue el nico acompaante. La msica tambin es-taba presente, y adems en multitud de formas. Haba pianistas, cuartetos,sextetos, orquestas, bandas de msica, tunas, autopianos y fongrafos. Lamsica era usada para amenizar las pelculas, y en la mayor parte de los pro-gramas haba un apartado dedicado a ella exclusivamente, denominado sin-fona.

    Tena gran importancia para los salones el tener a su disposicin un buenacompaamiento musical (cuartetos, sextetos, orquesta o en su defecto pia-nista), y es por ello que algunos directores musicales estaban bastante solici-tados. Este es el caso del Sr. Aramendia, que comenz sus actuaciones en elTeatro Gayarre y que luego pasara al Saln Novedades. El empresario de es-ta ltima sala lleg a comprar un autopiano96, pero sigui manteniendo ennmina al director que tocaba en algunas funciones. Otros fueron el Sr. Cer-vantes, Felipe y el maestro Larrea.

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    90 Jos S. de OCAA Y ELO, op. cit.91 ARAZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 77.92 Diario de Navarra, 4 de febrero de 1906.93 El Pensamiento Navarro, 17 de julio de 1910.94 El Pensamiento Navarro, 3 de enero de 1909.95 UNSIN, Jos Mara, op. cit., p. 72.96 aadir desde hoy a las sesiones cinematogrficas que dar, un nuevo y muy interesante atrac-

    tivo: conciertos de autopianista-melodista, El Pensamiento Navarro, 3 de agosto de 1913.

  • Con la evolucin de la industria del cine pronto aparecieron partiturasque acompaaban a las pelculas, realizadas especialmente para ellas. Es el ca-so de pelculas como la serie Vida de Giuseppe Verdi, exhibida en el Teatro Ga-yarre:

    Esta pelcula tiene la novedad que la casa editora la enva con msicapropia, pues la acompaa una bellsima partitura adaptada a las escenas,la cual ser ejecutada a medida que se van produciendo, resultando estanovedad de grandsimo efecto. El notable sexteto del Teatro est estu-diando la partitura y uno de estos das tendr lugar el ensayo de adapta-cin de la msica a las correspondientes escenas97.

    Pero para esta poca ya haba habido intentos de dotar al cinematgrafode sonido. En la carrera por conseguir el mejor invento y el ms completo seintentaba la sincronizacin con el fongrafo para conseguir una similitudcon la realidad total. Una de tantas tentativas fue el Cronophone Gaumont.A Pamplona lleg el mismo ao de su patente, 1905, de la mano de dos vi-torianos, Ricardo Roca y Sr. Alonso. Consiguieron gran aceptacin por par-te de los asistentes al espectculo98, pero pronto tienen que marchar a otrasciudades. Habr que esperar hasta 1909 para que Ignacio Coyne aparezca porla ciudad con su Cine Parlante99, que segua la misma tcnica combinando ci-nematgrafo y gramfono.

    El peligro del cineNo slo los peligros que representaba el cine eran morales, tambin po-

    dan afectar al cuerpo. El principal de ellos eran los incendios, por desgraciabastante frecuentes en los principios. Todos estos posibles accidentes eran de-bidos a lo toscos que eran los proyectores, a la falta de seguridad en las salasde exhibicin y sobre todo a lo inflamable del celuloide. Estos incendios pro-vocaron bastantes sustos y ms de una tragedia. Una de estas fue la ocurridaen 1897 en el Bazar de la Caridad de Pars, donde murieron ms de 130 per-sonas100. Todo esto provoc que an ms mortales clamaran por la desapari-cin del cinematgrafo.

    En Pamplona no tuvo mucho eco el acontecimiento de Pars, pero tam-poco hizo falta, ya que lugares ms cercanos que la capital francesa tambinsufrieron estas desgracias. Los peridicos se hacan eco de los accidentes ocu-rridos a nivel nacional. Ya en el temprano 1901 hay noticias de Valladolid101,donde se produjo un incendio en una barraca que albergaba un cinemat-grafo, este se produjo, segn parece, por una pelcula del aparato cinemat-grafo que penetr en la linterna de proyeccin. Accidentes como este eranhabituales, y ms en las primeras barracas, donde las medidas de seguridad osimplemente las condiciones dejaban mucho que desear. El estado de este ti-po de locales provisionales preocupaba a las autoridades:

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

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    97 El Pensamiento Navarro, 3 de noviembre de 1914.98 El cinematgrafo es hermoso y sin oscilaciones, y el fongrafo tiene muy buenas voces, sien-

    do la combinacin de ambos aparatos excelente, Diario de Navarra, 13 de mayo de 1905.99 El Pensamiento Navarro, 24 de septiembre de 1909.100 UNSIN, Jos Mara, op. cit., p. 64.101 El Pensamiento Navarro, 21 de septiembre de 1901.

  • La Junta de Teatros se reuni ayer en el despacho del seor goberna-dor, acordando proponer a la primera autoridad medidas y preocupacio-nes necesarias que se deben adoptar respecto a los barracones y cinemat-grafos que durante las fiestas de San Fermn han de instalarse (...)102.

    Pero la verdadera voz de alarma no saltar hasta que se produzcan dos in-cidentes que tuvieron grandes repercusiones en todo el pas. El primero deellos fue la catstrofe ocurrida en el incendio de Villarreal (Castelln). Losperiodistas pronto se hacen eco de ella y son los primeros en reclamar medi-das de seguridad para unos locales donde hay mayor facilidad de combus-tin e incendio que en otro espectculo teatral103.

    Estas medidas de seguridad no se hicieron esperar en Pamplona, ya queen la siguiente apertura de un local para este tipo de espectculos, el SalnNovedades, se construir con un teln metlico, varias puertas de salida y bo-cas de riego104. En otros locales ya instalados se decide construir la cabina fue-ra del edificio, como lo hace el Circo del Ensanche (en esos momentos se en-contraba alquilado bajo el nombre de Cinema Actualidades). Esto ser lo queevite que al poco tiempo ocurra una desgracia. En una de las secciones de es-te local se incendiar una cinta, pero al cumplir las normas de seguridad, so-lo se convirti en un susto, solucionado cuando el operador arroj la bobi-na al campo y continu la seccin105.

    El otro terrible accidente tendr lugar en Bilbao. Esta vez no fue ocasio-nado por un incendio, pero s por la salida desesperada de todo el pblicoque est situado en el paraso ante la supuesta voz de alarma que anunciabaun incendio. El problema se extenda a toda la geografa espaola, en todoslos pueblos de Espaa (...) se ha constituido la Junta de espectculos, la cualha girado una visita de inspeccin a los locales destinados a fiestas. Casi nin-gn local rene las condiciones necesarias para evitar una catstrofe106.

    En nuestra capital la consecuencia directa del accidente de Bilbao fue sus-pender las actuaciones en los cines y el teatro a consecuencia del informe rea-lizado por el ingeniero municipal y el acuerdo adoptado por la junta de es-pectculos107. Por ello los empresarios se pusieron manos a la obra y reforma-ron sus locales adoptando las normas marcadas por la ley.

    Pero la mano dura de la autoridad continu, e hizo que en 1913 se pro-dujera otro cierre de todos los locales por falta de seguridad en los mismos.Tendr que ser la peticin popular la que consiga que la Junta Consultiva deTeatros utilice la benevolencia y permita su reapertura108, ya que ninguna delas salas reuna todas las condiciones legales. Eso s, exigiendo algunas condi-ciones de seguridad.

    Sin embargo Pamplona tampoco se vio exenta de este tipo de desastres.Pese a las medidas de seguridad tomadas en el Cine Belloch, este termin

    ALICIA ARBE CALAVIA

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    102 Diario de Navarra, 27 de mayo de 1908.103 El Pensamiento Navarro, 31 de mayo de 1912.104 El Pensamiento Navarro, 21 de junio de 1912.105 El Pensamiento Navarro, 20 de agosto de 1912.106 El Pensamiento Navarro, 6 de diciembre de 1912.107 El Pensamiento Navarro, 6 de diciembre de 1912.108 El Pensamiento Navarro, 28 de octubre de 1913.

  • pasto de las llamas. El barracn en el que se situaba, propiedad de la familiaLabarta, estaba en su mayor parte construido en madera, lo que provoc queel fuego lo devorara por completo. De tal magnitud fue el incendio que pe-se a que el cine se situaba en una explanada algo alejada, las casas cercanas sevieron afectadas, sobre todo por el fuerte viento que haca esa tarde de febre-ro de 1915.

    Se duda sobre el origen del incendio, pudo ser un chispazo debido a uncortocircuito, o la estufa encendida en la taquilla. Pese a las labores de extin-cin de los bomberos, el barracn qued totalmente destruido. Las prdidasprovocadas por el incendio fueron considerables. Para los propietarios del cir-co, hijos de Bonifacio Labarta, signific la prdida del alquiler anual, que su-pona 3.000 pesetas. Adems el edificio estaba valorado en unas 8.000 pese-tas, y haba dejado de estar asegurado haca unos cinco o seis aos, por con-siderar sus propietarios que la prima era elevada. Junto al local, tambin seperdieron las pelculas que estaban en la cabina, La vida por el Rey, que cos-taba 3.000 pesetas, la recaudacin de los dos ltimos das, un contrabajo, elpiano y todas las sillas. Se consiguieron extraer algunas sillas y tres aparatoscinematogrficos109.

    La magnitud del siniestro atrajo a toda clase de curiosos, que atestaron losalrededores del siniestro. A las dos de la maana se retiraban los bomberos.Este sera el final de uno de los cinematgrafos ms populares de Pamplona,sobre todo por la presencia de su dueo, el Sr. Belloch. Para l 1915 marca-ra el fin de sus continuas idas y venidas a Pamplona. Tras encargarse del ci-ne pblico de ese ao abandonar definitivamente la capital navarra.

    No todas las voces afirmaban que aquello haba sido un accidente. Nosencontramos ante la poca de expansin de la ciudad. Se haba comenzadola demolicin de las murallas, pero

    Entre la llanura que iba a seguir al otro lado de los fosos, y el casco ur-bano de la ciudad, haba estorbos (...). Eran nada menos que el teatro Ga-yarre, que taponaba lo que iba a ser la Avenida de Carlos III, la plaza detoros vieja, y el cine Bell, tambin conocido por el cine Labarta.

    No cabe duda de que a cada uno de ellos se les haba abierto su co-rrespondiente expediente de estorbn. El del Gayarre parece que se resol-vi pacficamente, pero los otros... A los otros no les dio lugar a muchopapeleo, porque primero el cine Bell y la Plaza de Toros despus, fueronpasto de las llamas, solucionndose de forma inmediata unos asuntos queamenazaban para largo.

    Segn se comentaba entonces, y an lo siguen comentando los querecuerdan lo ocurrido, aquellas quemas fueron cuidadosamente organiza-das y llevadas a cabo por algn impaciente enemigo de toda clase de tr-mites110.

    Hecho en PamplonaNuestra ciudad tambin se convirti en punto de mira de los objetivos de

    los primeros cmaras del momento. El inters de la masa en general por co-

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    109 Para ms informacin sobre el incendio, ver El Pensamiento Navarro, 20 de febrero de 1915.110 LASPEAS IRURZUN, Javier, op. cit., pp. 17-19.

  • nocer nuevos parajes, pero sobre todo la gran difusin del aparato Lumireque serva como cmara, laboratorio de procesado y proyector, hicieron quemultitud de aficionados se lanzaran a la caza de imgenes. Los primeros enirrumpir en esta carrera haban sido los miles de ayudantes de los Lumireque se dirigieron hacia todos los rincones posibles.

    Pronto fueron seguidos de los empresarios que se dedicaban a la exhibi-cin en sus barracas ambulantes. Estos aparatos les permitan filmar por lacalle a la maana, procesar a medioda y pasar la pelcula por la tarde. Para elpblico que desconoca este proceso resultaba producto de la magia el poderreconocer a personas o incluso el poder verse ellos mismos en la pantalla. Lasprimeras pelculas rodadas carecen de argumentacin, son simplemente frag-mentos de la vida cotidiana de la ciudad. No es de extraar que uno de losactos que ms inters tiene para estos empresarios son los actos de las fiestasde San Fermn, que por aquel entonces ya posean cierto renombre. No seconservan prcticamente restos de estas cintas, siendo la ms antigua conser-vada un fragmento de una pelcula rodada en 1912.

    Las primeras pelculas rodadas en Pamplona, de las que hay constancia,son las realizadas por uno de estos primeros empresarios en 1902 para su lo-cal. Este estaba situado en la calle Navas de Tolosa nmero 13 y era conoci-do como el saln recreativo o Cinematgrafo Moderno111. La primera de ellasfue La procesin de San Fermn, que haba sido tomada en la calle Mayor enel momento de pasar la procesin112. A esta sigui La salida de fieles del tem-plo de San Nicols113. Para su siguiente toma decidi advertir al pblico. Unabuena estratagema, ya que as consigue una mayor concurrencia en su local,dado el gran inters que tena el pblico en verse retratado en movimiento114.Esta tuvo lugar en el paseo de la Taconera, mostrando a los paseantes quese retiran a dicha hora, terminada la msica115.

    Una de las mayores oportunidades para este propietario fue la visita delrey Alfonso XIII a la ciudad. Esta le proporcion la ocasin de plasmar dosnuevas pelculas: La Entrada del rey en Pamplona116 y Salida del Rey al campa-mento de tiro117. Pero pronto este avispado cmara se retirar hacia otros lu-gares de la geografa nacional, no sin antes deleitar a los visitantes de su salacon otro nuevo estreno local, El encierro de los toros en la plaza118.

    La nueva sorpresa de una grabacin en las calles de Pamplona vendr dela mano de una de las barracas instaladas en el ensanche durante los Sanfer-mines de 1906. El Pabelln Pathe har, en ese ao, su nica visita a nuestrasfiestas, pero dej un grato recuerdo a los pamploneses, aunque otro no tangrato para los que vieron ciertas cintas indecorosas en este saln. En l se pro-yectar una pelcula local, Las Fiestas de San Fermn, que estaba dividida encuatro cuadros:

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    111 El Pensamiento Navarro, 16 de julio de 1902.112 El Eco de Navarra, 15 de junio de 1902.113 El Eco de Navarra, 23 de junio de 1902.114 esa vista ha de ser del agrado de este vecindario, especialmente de las muchsimas personas

    que tendrn el gusto de ver all su retrato, El Eco de Navarra, 7 de agosto de 1902.115 El Eco de Navarra, 27 de julio de 1902.116 El Eco de Navarra, 18 de agosto de 1902.117 El Eco de Navarra, 22 de agosto de 1902.118 El Eco de Navarra, 23 de agosto de 1902.

  • El primero es la salida del Ayuntamiento de la Casa Consistorial condireccin a San Lorenzo a celebrar las renombradas vsperas; el segundo locomponen el acto de descubrir la lpida Jarauta en la antigua calle dePellejeras; el tercero aspecto de la plaza en el da 7 con el encierro de lostoros de Espoz y Mina119 y por ltimo el cuarto la novillada120.

    Varios das despus otro cinematgrafo, esta vez nuestro conocido MatasBelloch, instalado en el Circo del Ensanche, nos mostrar otra cinta rodadaen Pamplona. Se trata del Batalln infantil evolucionando en la Plaza de to-ros121, y a la que a una de las sesiones fueron invitados los protagonistas de lapelcula. Al ao siguiente los pamploneses volvieron a disfrutar de otra pel-cula local que se exhibi por el Sr. Belloch, La corrida de toros de la Sociedad1905122, que era un club formado por jvenes de la ciudad.

    Las fiestas de San Fermn fueron nuevamente las protagonistas de una su-puesta cinta exhibida por el empresario de la localidad Saraldi. Segn noscuenta Jokintxo Ilundin, el ao debi de ser 1908 o 1909, aunque no que-da reflejo en la prensa. El cronista deja constancia de que gust mucho porla novedad y porque se vea a mucha gente conocida, y todos nos remos aplacer al ver a graves seores movindose rpidamente y con una prisa desu-sada123.

    Ya entrado el ao 1911, ser otro de los barraqueros ambulantes, esta vezestablecido en el Cine del Ensanche, el que nos deleite con una cinta rodadaen la ciudad. Se trata de Rocamora que, como ya dije antes, pide a la casaGaumont que enve a un operador para impresionar una cinta cinemato-grfica de la fiesta taurina124. La pelcula se rueda el 16 de julio pero, comoes necesario llevarla a Pars para realizar el revelado y positivado, no se estre-nar hasta el 25 de julio. Ser el primer rollo filmado por un operador espe-cializado, que no ser el nico que pase por esta capital.

    En 1912 se presentar en Pamplona Enrique Blanco con sus colaborado-res, que forman la productora Iberia Cines125. Ser la primera productora quesurge en Madrid, en un intento de poner en funcionamiento la industria ci-nematogrfica de Madrid frente a la ya desarrollada de Barcelona. EnriqueBlanco trabaja junto con Manuel Novoa y Alberto Arroyo, unindose luegoal grupo Jos Gaspar. Recorrieron Espaa filmando principalmente docu-mentales de toros, ferias y fiestas.

    En junio se desplazan a Pamplona, donde alquilan el Circo del Ensancheo Pabelln de Verano, denominndolo Cinema Actualidades para toda latemporada. Llevaban un equipo completo de produccin para impresionartodos los festejos y costumbres de Pamplona, a cuyo efecto ha trado perso-nal competentsimo y el material necesario126. El trabajo lo realizaban de for-

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    119 Cuando exista la Plaza de Toros vieja, al terminar la Estafeta se doblaba hacia la derecha, porun corto trecho de la calle de Espoz y Mina hasta el portaln de entrada en la plaza que se hallaba,aproximadamente en donde hoy est el Bar Niza, ARAZURI, Jos Joaqun, op. cit., p. 104.

    120 Diario de Navarra, 14 de julio de 1906.121 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., pp. 158-159.122 Ibdem, p. 176.123 ILUNDIN, Jokintxo, op. cit.124 El Pensamiento Navarro, 28 de septiembre de 1911.125 Para ms informacin sobre dicha productora, ver MARTNEZ, Josefina, op. cit., pp. 142-144. 126 El Eco de Navarra, 22 de junio de 1911.

  • ma que mientras uno filmaba, otro llevaba el material al laboratorio y un ter-cero lo revelaba, y por la noche lo proyectaban en la sala. Este era el secretode su rapidez, que consigui encandilar a los pamploneses.

    Las pelculas que filmaron y exhibieron fueron variadas: Paseo de la Taco-nera (23 de junio), Inauguracin del Beste-Jira (3 de julio), Desencajonamien-to de los toros (4 de julio), Banquete al seor Vias (6 de julio), Salida de laclausura de la Semana Social, Vsperas, Procesin de las 10, Encierro (7 de ju-lio), Primera corrida (9 de julio), Corrida de prueba (10 de julio), ConcursoHpico (12 de julio), Visita de Don Alfonso XIII: Llegada por la Taconera, Te-Deum, Procesin cvica, Misa de Campaa, Desfile militar, Fiesta de aviacin,Congreso Vitcola (18 de julio).

    Tras la visita de Alfonso XIII los operadores se tomaron un debido des-canso, aunque en el Cinema Actualidades seguan proyectndose pelculasextranjeras. Todava tendrn tiempo de impresionar tres cintas documentalesms en Navarra127. Ser a mediados de septiembre cuando la compaa dejela ciudad para regresar a Madrid.

    Para poder contemplar otra pelcula local tendremos que esperar hasta1914, cuando se produjo el acto que moviliz a la mayor parte de la pobla-cin. Se trata de la Inauguracin del ferrocarril Plazaola, de Pamplona a SanSebastin128, el 19 de enero. Estas secuencias fueron estrenadas en el Cine Be-lloch unos das despus, pero el encargado de filmarlas fue un operador em-pleado por el Cine Novedades de San Sebastin129.

    Pero las fiestas de San Fermn continuaron siendo uno de los aconteci-mientos ms filmados. Esta vez le toc al Cine Euskal-Jai, que durante lasfiestas de 1915 exhibi pelculas donde se vean los encierros, las churrerasde las barracas e incluso el paseo de la Estafeta130. A estas se uni el 16 de ju-lio la exhibicin de la Fiesta de la Jota.

    CONCLUSIN

    Ya han hecho su aparicin los primeros locales que podramos calificarcomo verdaderos cines, aunque algunos de ellos fueran usados a la vez co-mo teatros, cafs y hasta circos. Son los primeros propietarios que llegarn apercibir lo que el nuevo negocio podra aportarles, pero tambin fueron losnicos atrevidos capaces de arriesgar sus capitales en una labor tan poco fia-ble. En estos lugares el cine creci, convivi con las variets, hipnotizadores eincluso con partidos de pelota, pero tambin el cine consigui cautivar agrandes y chicos, que olvidaban por un rato el resto del mundo.

    Por supuesto hay que afirmar que estos locales no pueden agrupar todoslos posibles lugares de exhibicin. Teniendo en cuenta que la mayor parte dela informacin sobre ellos se extrae de la prensa del momento dependemosde esta limitacin. No por ello se desechan posibles lugares de exhibicin queno dejarn constancia en este medio, y que fueron frecuentados por nume-roso pblico, cuya nica forma de rastreo consiste en los recuerdos de nues-

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    127 Se trata de las siguientes pelculas: Roncesvalles, De Roncal a Uztrroz e Irati.128 El Pensamiento Navarro, 5 de febrero de 1914.129 CAADA ZARRANZ, Alberto, op. cit., p. 383.130 El Pensamiento Navarro, 13 de julio de 1915.

  • tros mayores. Sin olvidar tambin la existencia en la poca del cinematgra-fo en algunos domicilios, y por tanto dejando aparte todo lo relacionado conla cinematografa amateur, tan difcil de sondear.

    No tuvieron que esperar mucho los pamploneses para disfrutar de un lo-cal exclusivamente cinematogrfico. Desde que es visionada la que se puedecalificar de primera proyeccin de cine en Pamplona, en 1896, hasta la im-plantacin del primer cinematgrafo tan solo transcurrirn seis aos. Ya enla temprana fecha de 1903 aparece este primer espectculo de manera estable.No tuvo una larga existencia este primer local situado en la calle Navas deTolosa, pero marc lo que sera el inicio de un fructfero negocio para algu-nos otros.

    A este primer emprendedor le seguirn distintos personajes y lugares quepermanecen en la memoria de nuestros predecesores como recuerdo entra-able de una poca que marc una clara diferencia: nombres como SerapioZozaya, Matas Belloch y locales como el Saln Novedades, el antiguo Tea-tro Gayarre o el Cine Belloch. El sptimo arte ya no es visto en Pamplona co-mo una atraccin de feria ms. Se convierte en algo diario, una nueva com-petencia para otros espectculos, principalmente para el teatro, que ve en elnuevo arte su ms prximo rival a la hora de captar al pblico.

    Para 1912 ya podemos decir que el cinematgrafo est totalmente insta-lado en la capital, convirtindose en uno de los espectculos ms visitadospor los habitantes de la ciudad. Aunque el cine en nuestra ciudad comenza tener gran importancia gracias a las clases populares, no tardar en trans-formarse en la diversin ms esperada tambin para las clases altas.

    La trayectoria de algunos de estos locales es larga, estos lugares tuvierongran auge durante toda su existencia. De entre ellos slo continuar en sufuncin el Teatro Gayarre, pero sufriendo un cambio de localizacin. La ma-yora terminaron desapareciendo, y es que, a pesar del poder econmico conel que contaba Pamplona, el cine fue siempre visto como una diversin ms,pero no como la gran actividad industrial que lleg a ser. Y es que sin nin-guna duda el cine se convirti en el arte por excelencia del siglo XX.

    Hombres serios: no desdeis un buen cine como cosa propia de ni-os: os instruir, os deleitar y os corregir. Porque el cine, al contrario decierto gnero del teatro moderno, se lanza decididamente a cultivar el g-nero decente, el arte sin espolonear la carne, el arte verdad131.

    RESUMEN

    Las fiestas de San Fermn de 1897 fueron el inicio de la carrera del cinemat-grafo en Pamplona. Estos primeros aos del nuevo aparato no difieren mu-cho de lo ocurrido en otras ciudades de Espaa, y pronto lo vemos unido alas barracas de feria que recorran las diferentes fiestas locales. Pero su conso-lidacin como espectculo no tardar en llegar, y las viejas barracas se con-vertirn en locales estables que alternarn las variets con las pelculas. El ci-ne conseguir una gran aceptacin social y se convertir, con el paso del tiem-po, en algo tan cotidiano como cualquier otro espectculo de ocio.

    LOS INICIOS DEL CINE Y SU INFLUENCIA SOCIAL EN PAMPLONA (1896-1915)

    [27] 899

    131 El Noticiario Bilbano, 30 de julio de 1912.

  • ABSTRACT

    The 1897 fiestas of San Fermin were filmprojecters-carriers beginning inPamplona. These first years of the new apparat dont defer much of what hap-penned in other spanish cities and we see it soon added to fair booths whichtour different local festivities. But its consolidation as variety show wont ta-ke long arriving and the old booths will be transformed in steady locals thatwill vary the varietes with films. The cinema will get a big social acceptan-ce and will get transformed, with the passage of time, in somethig so daily li-ke any other leisure show.

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