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- - ~- ---- LA ONTOLOGIA CIENTIFICA DE MARIO BUNGE Miguel A. Quintanilla Universidad de Salamanca Hace tiempo que es conocido el proyecto de MarioBunge de construir una metafísica científica, es decir, una metafísica elaborada rigurosamente en un lenguaje formalizado,lógicoy ma- temático, y orientada a la clarificaciónde los conceptos ontológi- cos que subyacen a las teorías científicas. El volumen que vamos a comentar aquí! es el tercero de una serie que Bungeempezó a publicar en 1974. Los dos primeros constituyen un tratado siste- mático de la semántica de las ciencias no formales.2 El tercero constituye, como veremos,un desarrollo de los conceptos ontoló- gicos más generales (sustancia, forma, cosa, posibilidad,cambio y espacio-tiempo). El cuarto volumen, que se publicará en fecha próxima, se ocupará de temas de ontología especial. El quinto y sexto estarán dedicados a la epistemología y el séptimo a la éti- ca. Para quienes la palabra "metafísica" continúe todavía aso- ciada bien sea con los excesos especulativosy hueros de la neoes- colástica ramplona o bien con la crítica precipitada de los icono- clastas del Círculo de Viena, el proyecto de una metafísica cien- tífica que se hace realidad en esta obra de Bunge puede parecer- les pura incongruencia. Hace ya años sin embargo que en el seno de lo que suele llamarsefilosofía analítica se ha abierto camino la preocupación por los conceptos metafísicos, es decir ontológi- cos, como elementos imprescindiblesno sólo del pensamientohu- mano en general, sino más específicamentedel pensamiento cien- tífico. Por lo demás, la metafísica nunca ha estado ausente en rea- lidad de las corrientes más vivas de la ffiosofía contemporánea. --- --- ---

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LA ONTOLOGIA CIENTIFICA

DE MARIO BUNGE

Miguel A. QuintanillaUniversidad de Salamanca

Hace tiempo que es conocido el proyecto de MarioBungede construir una metafísica científica, es decir, una metafísicaelaborada rigurosamente en un lenguajeformalizado,lógicoy ma-temático, y orientada a la clarificaciónde los conceptos ontológi-cos que subyacen a las teorías científicas. El volumenque vamosa comentar aquí! es el tercero de una serie que Bungeempezó apublicar en 1974. Los dos primeros constituyen un tratado siste-mático de la semántica de las ciencias no formales.2 El terceroconstituye, como veremos,un desarrollode los conceptos ontoló-gicos más generales(sustancia, forma, cosa, posibilidad,cambio yespacio-tiempo). El cuarto volumen, que se publicará en fechapróxima, se ocupará de temas de ontología especial. El quinto ysexto estarán dedicados a la epistemología y el séptimo a la éti-ca.

Para quienes la palabra "metafísica" continúe todavía aso-ciada bien sea con los excesos especulativosy hueros de la neoes-colástica ramplona o bien con la crítica precipitada de los icono-clastas del Círculo de Viena, el proyecto de una metafísica cien-tífica que se hace realidad en esta obra de Bungepuede parecer-les pura incongruencia. Hace ya años sin embargo que en el senode lo que suele llamarsefilosofía analítica se ha abierto camino lapreocupación por los conceptos metafísicos, es decir ontológi-cos, como elementos imprescindiblesno sólo del pensamientohu-mano en general, sino más específicamentedel pensamiento cien-tífico. Por lo demás, la metafísica nunca ha estado ausente en rea-lidad de las corrientes más vivas de la ffiosofía contemporánea.

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El problema, si acaso, reside en la forma como se ha producidoesa presencia. Frente a lo que podríamos llamar, utilizando pala-bras de Muguena, la metafísica desenfrenada de corte tradicio-nal, hay en efecto una "metafísica refrenada" cuya validez e inte-rés podemos rastrear en las obras de Strawson, Quine, Smart, o enla filosofía .lógica de Montague, Solz, Lukasiewicz, etc.3 En esen-cia, en todos estos casos se trata de aceptar como tarea filosófi-ca genuina la clarificación de problemas tradicionahnente meta-físicos, como la cuestión acerca de lo que hay, y de utilizar elanálisis lógico 'para dilucidar conceptos como los de posibilidad,necesidad, etc. a cuyo calor se ha desarrollado la moderna lógicamodal.

En esta corriente de replanteamiento de la ontología através del análisis se inserta la obra de Bunge. Pero su aportaciónes enteramente original y polémica. En primer lugar porque, envez de ser una metafísica motivada por las ciencias formales, esuna metafísica que utiliza la lógica y las matemáticas como ins-trumentos expresivos, pero no como campo de investigación. Laontología, para Bunge, tiene que dar cuenta de los aspectos opropiedades más generales de la realidad objetiva, pero las mate-máticas o la lógica no son -cosas del mundo real, sino del mundode las ideas o, como él prefiere decir, de los constructos. Por otraparte tampoco se trata de una metafísica elaborada a partir delanálisis del lenguaje ordinario como han hecho los flJósofos quemás se precian de sus antecedentes wittgensteinianos, sino quese trata de una metafísica orientada a (y realizada a partir de) elconocimiento científico. Algo así como lo que podría haber he-cho Carnap de no haber renunciado programáticamente al obje-tivo central de Bunge: construir teorías ontológicas sustantivasy formularlas explícitamente con un lenguaje riguroso en vez delimitarse a construir teorías lógicas y epistemológicas que sólosubrepticiamente pagan tributo a la ontología.

Para Bunge la ontología y la ciencia forman parte de uncontinuo, no es posible una demarcación defmitiva entre ambostipos de teorías.4 Y aunque las teorías ontológicas, por su elevadogrado de abstracción no son falsables, pueden sin embargo sercontroladas indirectamente por su compatibilidad con las teorías

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científicas. Esto sirve, de paso, para garantizar el carácter críticoy conjetural que la metafísica comparte también con la ciencia.Cosa por cierto que el estilo expositivode Bunge,completamentecompacto y "dogmático", puede hacer pasar inadvertidaa un lec.tor excesivamente angustiado por aquello del pensamiento uní.dimensionaly cosassemejantes.

Desde luego la ontología de Bunge tiene el "aire de fami-lia" del positivismo,o del cientificismo,si se prefiere hablar así.Ello aparece claramente cuando se la contrasta con otros plantea-mientos posibles de la metafísica. En especial si se la contrastacon las filosofías irracionalistas,subjetivistas,espiritualistas, etc.(ya sea que se trate de teorías directamente metafísicascomo lasdel existencialismo, o pretendidamente epistemológicascomo elfenomenalismo,o incluso de interpretaciones supuestamenteexi-gidas por las teorías científicas, como es el caso de la llamadain-terpretación ortodoxa de la mecánica cuántica, uno de los princi-pales caballos de batalla en las obras de Bunge dedicadas a la fi-losofía de la físicas). En mi opinión otro fondo de contraste ade-cuado para evaluar la ontología de Bungees el de la filosofía quepodríamos llamar trascendental, entendiendo este término en sen-tido kantiano. Volveremosen breve sobre este asunto. Mientrastanto podemos decir que, frente a estos posibles enfoques de lametafísica, el enfoque de Bunge recuerda algunos elementos noplatónicos de la más pura tradición aristotélica,o al materialismodialéctico de Engels(no al de AlthuSser,ni tampoco a la letra delDlAMAT, aunque sí a su "espíritu").

El concepto central de la ontología de Bunge es el de co-sa, es decir, según su contrucción, el de sustanciaindividualdota-da de propiedades.Estas propiedadesestán sometidasa restriccio-nes legales,que determinan los estados en que puede encontrarseuna cosa (lo que implica considerar las leyes naturales comorealidades objetivas -propiedades de' las cosas- a diferencia de10 que ocurre en la filosofía empirista). Un conjunto de cosasque comparten las mismas leyes constituye una clase natural oespecie cuya estructura matemática (semirretículo) no hay queconfundir con el álgebra de las clases(en sentido de claselógica),aun cuando tanto la clase natural como la clase lógicasean cons-

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tructos, no cosas.El mundo en cambiosí es realy constituyeunacosa o, si se prefiere, un agregadode todas las cosas.El conceptode mundo es pues coextensivocon el concepto de realidad.

Con frecuencia se identifica la ontología materialista conel actualismo: sólo es real lo que es actual. La obra de Bungede-muestra, sin embargo, que las razones del actualismo no tienenpor qué radicaren una ontologíamaterialistae inmanentista,sinoque probablemente habrá que buscarlaen los presupuestosdel ra-cionalismo idealista. Para Bungeno existen, desde luego, (ni tienesentido hablar de ellas) esas ficciones que se utilizan en la semán-tica de la lógica modal al hablar de los "mundos posibles". Peroen el mundo real sí que hay cosas y acontecimientos efectiva-mente posibles. Esto en un doble sentido: posibilidadesen cuan-to disposiciones causales.que se actualizan como resultado de lainteracción entre las cosas, o bien -y esta es quizá una de las te-sis más fuertes de la ontología de Bunge, con repercusiones im-portantes en la interpretación de la naturaleza de las leyes esto-cásticas- como propensiones inherentes a las cosasen un sentidopróximo a la interpretación popperiana de la probabilidad.

Si hay posibilidades reales no actualizadas, también esreal el cambio, y no sólo como consecuencia de la interacción,sino como propiedad intrínseca de las cosas: todas las cosascambian en algún aspecto (lo cual no implica, sin embargo,que no existan propiedades relativamenteestables).

El último capítulo, en fm,. está dedicado a elaborar unateoría del espacio-tiempo concebido como una relación realentre las cosasy sus cambiosde estado.

Hasta aquí, y a grandes rasgos, el contenido fundamentalde la ontología de Bunge. La sustancia, sin embargo, sólo se po-drá captar tras una lectura reposada y un estudio atento de lasformulaciones matemáticas en las que el autor organiza toda suteoría ontológica. Lo que hemos dicho esperamos que sea detodas las maneras suficiente para que el lector se haga una ideadel lugar que puede ocupar esta obra en la fllosofía científica ac-tual.

En mi opinión, si. se acepta la visión del conocimientocientífico que es característica, globalmente hablando, del positi-

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vismo lógico (o mejor aún de sus actuales herederos), la ontolo-gía más consecuente es la de Mario Bunge. En ella se prescindede elementos ajenos importados de problemáticas epistemológi-cas no realistas y se llevan los postulados de lo que en el Círculode Viena se llamaba la concepción científica del mundo hasta susúltimas consecuencias. Dicho de otra manera: si alguien quieresaber qué ontología es necesariay probablementesuficiente paradar cuenta de los supuestos en que se apoya el conocimiento cien-tífico en los camposmejor establecidosde la ciencia,como la físi-ca, la biología, etc., que lea este libro.

Otra cosa es la cuestión de la pertinencia de delimitar unateoría ontológica en el marco de las exigenciasde la ciencia.Asícomo la cuestión de si la idea de conocimiento científico en quese apoya a su vez esta ontología está suficientementegarantizada.

En un comentario que hizo Felix Dl:lquea esta obra deBunge6 se preguntaba con cierta ironía si, al fm y al cabo, no se-ría más interesante una teoría metafísica que, aunque no fueracientífica, estuviera abierta a la experiencia vital, al sentido deuna sonrisa,etc. Desde luegoen la fll<?sofíade Bungehay un prin-cipio implícito y fundamental: el de que el mundo que conoce-mos por la ciencia(la física y las demás) es el mundo real, y que ala filosofía consciente y responsabledebe interesarlesimplementeel mundo real. Sólo desde este presupuesto puede explicarsesudesprecio hacia 10 que podríamos llamar la metafísica del senti-miento. Es decir, hacia la poesía mal hecha o la músicade quienno sabe componer.

La segunda manera de formular el problema de las posi-bles limitaciones de la metafísica de"Bungeme parece, sin embar-go, más pertinente. Se trata de la propia autocomprensión de laciencia. Salta a la mente la posibilidad de reconocer, como Rad-nitzky,' la existencia de unas cienciashumanas con su correspon-diente metaciencia hennenéutiCo-dialéctica.Sin embargo,la cues-tión está sub judice y con cara de perder la causa, por 10que re-nunciaremos a entrar aquí en esa discusión.Hay sin embargo for-mas de conocimiento científico metodológicamentebien funda-mentadas y cuyos supuestos ontológicos habría que indagarparaver si son compatibles con la ontología de Bunge. Un caso es la

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lingüística teórica actual: no es ciencia fonnal (al menos Chomskyla considera como una parte de la psicología teórica), y porotra parte los actos lingüísticos, aparte de ser acontecimientosreales, sólo son lingüísticos en la medida en que transportan unconstructo, es decir, en la medida en que son significativos. Unasituación similar se presenta en la psicología genética de JeanPiaget. Y en este último caso, además, se nos ofrece una teoríade la lógica que, sin atribuirle el valor metafísico de ser una "phy-sique de l'object que1conque" sí nos la presenta como una fonnali-zación de las coordinaciones más generales de la acción, lo cualtiene un valor similar al de un trascendental kantiano.

Algunos de estos problemas que acabamos de señalar seaclararán sin duda en el volumen cuarto de la obra de Bunge, enel que se nos promete, entre otras cosas, una ontología regionalde lo psíquico. Otros puntos discutibles, como el del papel "tras-cendental" de la conciencia, quizá haya que considerados defmiti-vamente ajenos al proyecto filosófico de Bunge. Cabría sin em-bargo hacer una propuesta: que el proyecto se completara al finalcon un apéndice "trascendental" a propósito de la naturaleza dela reflexión y el análisis filosóficos, sus condiciones de posibilidady su sentido.

NOTAS

1 Mario Bunge, Ontology 1: The Fumiture o[ the World (vol. 3 deTreatise on Ba~c Philosophy), Dordrecht: Reidel, 1977.

2 Me he ocupado de ellos en mi trabajo "Semán tica y Filosofía dela Ciencia", El Basilisco 4 (1978).

3 Véase J. Muguerza: "Esplendor y miseria del análisis filosófico",introducción a La concepción analz'tica de la filosofz'a, 2 vols., Madrid:Alianza Universidad, 1974, pp. 15-138.

4 Véase M. Bunge, Method, Model and Matter, Dordrecht: Reidel,1973, cáp. 2, "Testability Today", pp. 27-43.

5 M. Bunge, Foundations of Physics; BerlÍn: Springer Verlag, 1967;y Philo80phy of Phy~cs, Dordrecht: Reidel, 1973.

6 F. Duque, "Problemas de la ontología científica actual", comunica-ción leída en las Jornadas de Filo80fz'a, Alicante 1978. Agradezco a FelixDuque que me haya proporcionado el original de su comunicación.

7 G.Radnit~kY, Contemporary Schools 01 Metascience, Chicago3 1973.

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