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El logro de una educación de calidad siempre ha estado presente en los legisladores y, de for- ma más concreta, en las últimas propuestas encarnadas por la LOCE y la LOE. Es esta últi- ma la que recoge con nitidez el principio de equidad y la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, lo que exige del sistema educativo una respuesta a las diferencias perso- nales, bien sean de tipo individual o social. Aunque ya en la LOGSE se enuncia y se legisla para que la atención a la diversidad sea una rea- lidad y se oriente hacia la integración, en los comienzos del siglo XXI el enfoque teórico y políticamente recomendado es el de la inclusión educativa. Se apuesta de forma decidida a que se atienda la diversidad de los estudiantes den- tro de un mismo aula, si bien contando con los apoyos adecuados para dar respuesta a la hete- rogeneidad. La puesta en marcha de un modelo inclusivo, recomendado por muchos autores relevantes (teoría fundamentada) y por la legislación vi- gente, solamente podrá tener éxito en la medi- da en que se adapte a la realidad del entorno sociocultural donde se llevará a cabo la acción educativa. Así pues, la propuesta de un mode- lo inclusivo de educación para la diversidad debe tomar como punto de partida la evalua- ción de necesidades en los centros escolares Aulas inclusivas Inclusive classrooms JOSÉ LUIS GARCÍA LLAMAS Universidad Nacional de Educación a Distancia El artículo aborda diversas cuestiones derivadas de la inclusión educativa de los estudiantes con problemas culturales, sociales y educativos en las aulas ordinarias. Se clarifican los con- ceptos clave: cultura, identidad, diversidad e inclusión, para centrarse en los rasgos más sig- nificativos de la educación inclusiva y el papel que ha de desempeñar la escuela en los nuevos contextos interculturales, dirigiéndose hacia una participación activa de todos los estudian- tes en los procesos de aprendizaje, con el fin de alcanzar las más altas cotas, según las carac- terísticas personales. Sin olvidar el nuevo enfoque del currículo más abierto, flexible y parti- cipativo, dirigido a todos los sujetos, con especial atención a las adaptaciones curriculares y las nuevas propuestas de evaluación, más acordes con las necesidades particulares de los estu- diantes. No podemos dejar de lado el importante papel que ha de desarrollar el docente en este nuevo marco escolar y su formación en el campo de la inclusión educativa, sin olvidar el papel comple- mentario que en la puesta en marcha de aulas inclusivas puede desempeñar el educador social. Finalmente, ofrecemos una serie de propuestas de futuro que se deberían tener en cuenta para afrontar con garantías de éxito esta propuesta en la escuela del siglo XXI. Palabras clave: Inclusión, Diversidad, Cultura, Educación intercultural, Educación inclusiva, Escuela inclusiva, Aula inclusiva. Bordón 60 (4), 2008, 89-105, ISSN: 0210-5934 • 89 Fecha de recepción: 24-07-08 • Fecha de aceptación: 21-10-08 13739 - Bordon 60-4 (FF).qxd 6/2/09 08:43 Página 89

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El logro de una educación de calidad siempreha estado presente en los legisladores y, de for-ma más concreta, en las últimas propuestasencarnadas por la LOCE y la LOE. Es esta últi-ma la que recoge con nitidez el principio deequidad y la igualdad de oportunidades paratodos los estudiantes, lo que exige del sistemaeducativo una respuesta a las diferencias perso-nales, bien sean de tipo individual o social.Aunque ya en la LOGSE se enuncia y se legislapara que la atención a la diversidad sea una rea-lidad y se oriente hacia la integración, en loscomienzos del siglo XXI el enfoque teórico ypolíticamente recomendado es el de la inclusióneducativa. Se apuesta de forma decidida a que

se atienda la diversidad de los estudiantes den-tro de un mismo aula, si bien contando con losapoyos adecuados para dar respuesta a la hete-rogeneidad.

La puesta en marcha de un modelo inclusivo,recomendado por muchos autores relevantes(teoría fundamentada) y por la legislación vi-gente, solamente podrá tener éxito en la medi-da en que se adapte a la realidad del entornosociocultural donde se llevará a cabo la accióneducativa. Así pues, la propuesta de un mode-lo inclusivo de educación para la diversidaddebe tomar como punto de partida la evalua-ción de necesidades en los centros escolares

Aulas inclusivasInclusive classrooms

JOSÉ LUIS GARCÍA LLAMASUniversidad Nacional de Educación a Distancia

El artículo aborda diversas cuestiones derivadas de la inclusión educativa de los estudiantescon problemas culturales, sociales y educativos en las aulas ordinarias. Se clarifican los con-ceptos clave: cultura, identidad, diversidad e inclusión, para centrarse en los rasgos más sig-nificativos de la educación inclusiva y el papel que ha de desempeñar la escuela en los nuevoscontextos interculturales, dirigiéndose hacia una participación activa de todos los estudian-tes en los procesos de aprendizaje, con el fin de alcanzar las más altas cotas, según las carac-terísticas personales. Sin olvidar el nuevo enfoque del currículo más abierto, flexible y parti-cipativo, dirigido a todos los sujetos, con especial atención a las adaptaciones curriculares y lasnuevas propuestas de evaluación, más acordes con las necesidades particulares de los estu-diantes.No podemos dejar de lado el importante papel que ha de desarrollar el docente en este nuevomarco escolar y su formación en el campo de la inclusión educativa, sin olvidar el papel comple-mentario que en la puesta en marcha de aulas inclusivas puede desempeñar el educador social.Finalmente, ofrecemos una serie de propuestas de futuro que se deberían tener en cuenta paraafrontar con garantías de éxito esta propuesta en la escuela del siglo XXI.

Palabras clave: Inclusión, Diversidad, Cultura, Educación intercultural, Educación inclusiva,Escuela inclusiva, Aula inclusiva.

Bordón 60 (4), 2008, 89-105, ISSN: 0210-5934 • 89Fecha de recepción: 24-07-08 • Fecha de aceptación: 21-10-08

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y, a partir de estas situaciones, ofrecer una res-puesta debidamente contextualizada.

Las sociedades modernas se ven sometidas a constantes flujos migratorios que se estánincorporando a la Europa comunitaria y, deforma especial, a España en los últimos años.Este fenómeno, marginal en otras épocas, ad-quiere actualmente un rango universal, loque lleva consigo la aparición de sociedades enlas que han de convivir personas de diferentesrazas, religiones, creencias y costumbres. Aun-que se pueden señalar múltiples factores comocausas que generan estos movimientos de per-sonas, probablemente la dinámica de la eco-nomía mundial y la globalización sean los ele-mentos que más han influido, sin olvidar elimportante papel que desempeñan las nuevastecnologías de la información y la comunica-ción. Éstas hacen que los hechos se conozcande forma simultánea en los lugares más recón-ditos del planeta, lo que traslada imágenes delas formas de vida de las sociedades occidenta-les que, al ser conocidas en los países subdesa-rrollados, llevan a una parte importante de supoblación, situada por debajo del umbral depobreza, a emprender la aventura de la emigra-ción hacia aquellos lugares con una cultura y forma de vida muy distintas. Estas razones jus-tifican que la interculturalidad ocupe un lugarimportante para la reflexión y el análisis en lassociedades contemporáneas.

Podemos señalar que nos encontramos ante uncontexto que exige nuevos enfoques en la edu-cación, que viene marcado por un conjunto deaspectos, entre los que Pérez Juste (2004) des-taca: los cambios constantes y complejos de lasociedad, los avances del conocimiento, el ries-go de manipulación informativa desde losmedios de comunicación social y el paso deuna sociedad con una cultura cuasi dominantea otra con muchas culturas conviviendo en unespacio físico. Cabe cuestionarse si ante estanueva realidad social la respuesta educativapueda ser la misma que se ha ofrecido en épo-cas pasadas. En este sentido, creemos que es

preciso adaptarse a los nuevos tiempos, respe-tando las tradiciones consolidadas históricamen-te en la cultura occidental.

Los sistemas educativos de estos países de aco-gida deben adaptarse a las nuevas necesidadesde la sociedad, de tal forma que va a ser la es-cuela la encargada de que las personas poseanlas actitudes y las capacidades que son preci-sas para que los sujetos se puedan integrar sindificultad. Ello debe conducir a la formación deverdaderos ciudadanos que vivan en comuni-dad de forma solidaria con los demás y acep-tando las reglas de la democracia occidental. Esnecesario promover escuelas que integren y seorienten hacia la inclusión de los más desfavo-recidos en el sistema escolar ordinario.

Para que la convivencia entre culturas sea facti-ble deben existir una serie de reglas comunesaceptadas y compartidas, tal y como nos señalaSiguán, cuando indica: «No es posible montarun sistema educativo en el que simultáneamen-te se exalten culturas con valores contradicto-rios entre sí, igual que es imposible montar unsistema educativo que renuncie a hacer ningúnjuicio de valor. La educación siempre, explícitao implícitamente, se apoya en un sistema devalores, en una responsabilidad compartida, enunos deberes y derechos que hagan posible lavida social» (Siguán, 1998: 144).

Nos encontramos ante el momento más apro-piado para fomentar de manera específica elcambio en la formación en los centros de estu-dio de los profesores que se han de ocupar deafrontar las nuevas situaciones en las aulas. Enlos comienzos del siglo XXI se sugiere una ade-cuación y revisión de los procesos formativos,de tal forma que la labor de educar a los educa-dores constituya la labor más importante quenos permitirá mantener una democracia pro-ductiva y plural, para trasladar a los centroseducativos esta propuesta inclusiva que hagaposible a los individuos conocer mejor sus pre-ferencias, sus valores y cómo pueden contribuircon su esfuerzo a la mejora social.

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Clarificación de conceptos

En torno a la palabra «cultura» se aceptan múl-tiples definiciones, según las tendencias de losdiferentes autores que se han aproximado aeste concepto. Cada uno de ellos fija su aten-ción en aquellos contenidos culturales que con-sidera básicos en su concepción y que hacenreferencia a las convicciones, tradiciones, com-portamientos, lenguas, conocimientos, formasde vida, religiones, etc. Desde esta perspectiva,debemos resaltar su dinamismo, dado que todacultura está expuesta al paso del tiempo y a lasinfluencias del entorno inmediato. Existe unacuerdo entre los diferentes autores consulta-dos en que cuanto más aislada e inmóvil estáuna cultura, más empobrecida se queda.

En su sentido tradicional la cultura sería elconjunto de producciones que una determina-da comunidad ha generado históricamente. Lacultura se puede identificar con el universosimbólico que el individuo une al mundo físiconatural a través de su actividad, para continuar-lo, perfeccionarlo y vivir en él. Aguado (2003)nos recuerda que la cultura no pertenece alindividuo, sino que es compartida con el gru-po. Sus miembros comparten creencias, acep-tan determinados hechos y defienden su escalade valores. Si aceptamos que la cultura suponeaquello que se comparte y vive con intensidaden un determinado grupo social (valores, es-tructuras e instituciones, hábitos, experienciascompartidas, organización, percepción de la so-ciedad, símbolos contextuales), debemos acep-tar que su definición no puede ser uniforme,sino que va a venir condicionada por el propiocontexto en que se desarrolla.

Hemos de tener en cuenta que la cultura actualse caracteriza por su complejidad, amplitud, di-versidad de fuentes, mensajes que transmite entranen contradicción, universalista en su extensióny avanzada tecnológicamente.

La cultura se ha de definir en función de lasactividades normalizadas inherentes a un grupo

social. Consiste en un conjunto de modelos quenos sirven para pensar, sentir y actuar; que con-figuran las actividades del individuo en su rela-ción con la naturaleza, con otros sujetos y conlo trascendente. Nos encontramos ante una for-ma de ser y actuar consensuada de un gruposocial para que, interpretando, planificando y actuando, sus actividades faciliten la adapta-ción al medio y la supervivencia del grupo.

Desde posturas liberales se defiende que la iden-tidad implica el autoconocimiento, por lo tanto,para que no se resienta la dignidad personal, nose le debe privar de los rasgos que configurandicha identidad. Contemplada desde la perspec-tiva del individuo, implica la igualdad de dere-chos, es decir, la aplicación uniforme de lasreglas de convivencia, donde el sujeto toma susdecisiones libremente. Ahora bien, si tenemos encuenta al grupo social (comunidad, nación,cultura, religión...) y el respeto a su procedenciay lugar ocupado en el entramado social, se debegarantizar el estricto cumplimiento de los dere-chos fundamentales reconocidos en los organis-mos nacionales e internacionales.

Si alguna seña de identidad es más propia de lasmodernas sociedades, es la presencia de unamultiplicidad de diferencias, ante las cuales elsujeto debe adoptar diferentes posiciones sub-jetivas marcadas por su propia escala de valoresy creencias. El grupo permanece unido cuandose articula debidamente esa multiplicidad. Laestructura de la identidad no es estable sinodinámica, dado que permanece abierta y per-meable a las aportaciones del entorno.

La capacidad que poseen los sujetos para iden-tificar y definir su propia identidad de formasdiferentes, y así lograr un funcionamiento efec-tivo y eficaz en contextos culturales distintos,está muy relacionada con la búsqueda del éxitoacadémico y profesional y la supervivencia desu cultura. La aparición de identidades simultá-neas requiere de la persona destrezas y flexi-bilidad para enfrentarse a estas situaciones ysuperarlas.

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La diversidad se refiere a la identificación de lapersona que hace que ésta sea y se manifiestecomo realmente es y no como nos gustaríaque fuese, lo que es fiel reflejo de la identi-dad. En este sentido, la diferencia consiste enla valoración de la diversidad, donde se pue-den generar distintas manifestaciones, tantode rechazo como de comprensión. Por ello, sehace necesario concebir la diversidad como unvalor de suma importancia en las sociedadesmodernas.

Como señala Bartolomé: «Las personas nosvamos identificando a través de un largo proce-so de interiorización con grupos y rasgos quenos definen, y que descubrimos como propiosy definitorios de nuestro ser personal... la iden-tidad no es sólo una autopercepción, sino unarelación dinámica e interactiva con los otros»(Bartolomé, 2004: 69).

En la misma línea se manifiesta Pérez Juste(2004) cuando señala que la identidad no esalgo innato y fijo en el ser humano, al contra-rio, se trata de una realidad acomodada al con-texto, que puede ser modificada por el hechode compartir un mismo espacio geográfico conotras personas, grupos o culturas. Nos encon-tramos ante una dimensión dinámica de laidentidad, que se va construyendo a través delcontacto entre las diferentes culturas, todo ellorepercute directamente sobre el marco genera-do por la educación intercultural en el momen-to de enfrentarse a estas situaciones.

La inclusión significa acoger a todos (estudian-tes y ciudadanos) en las escuelas y en las comu-nidades. La inclusión implica desterrar las eti-quetas, sin renunciar a los apoyos necesarios,ni a los servicios que deben proporcionarse enlas aulas integradas. Incluir, como señala Naro-dowski (2008, REICE), lleva consigo reunir losesfuerzos de distintos sectores de la sociedadpara ofrecer una educación sensible a las nece-sidades específicas de cada grupo, compensan-do dificultades, facilitando el acceso a los servi-cios, la permanencia y el progreso a los que más

lo necesiten, desde la óptica de la redistribu-ción y del reconocimiento personal.

El concepto de inclusión es más amplio que elde integración, además arranca de un punto departida distinto, puesto que está relacionadocon la propia naturaleza de la educación y laescuela. Lleva consigo que los estudiantes deuna determinada comunidad aprendan juntos,con independencia de sus condiciones persona-les, sociales o culturales. Es un proceso en elque se deben identificar y eliminar barreras.Booth y Ainscow (1998) señalan que la idea deinclusión lleva consigo aquellos procesos quebuscan incrementar la participación de losestudiantes y reducir su exclusión del currícu-lo común, la cultura y la comunidad.

Supone que hay que incluir a todos los niños enla vida educativa y social de las escuelas y aulasde su barrio y no sólo colocarlos en clases nor-males, de tal forma que el sistema quede estruc-turado para satisfacer las necesidades de cadauno de sus miembros. En las escuelas y clasesinclusivas se insiste en la construcción de lacomunidad, donde cada persona es un miem-bro importante y valioso con responsabilidadesy con la función de apoyar a los otros. Ello con-tribuye a fomentar la autoestima, los logros, elrespeto y el sentido de pertenencia al gruposocial.

Desde los años noventa del pasado siglo, endiferentes foros y eventos internacionales se havenido promoviendo este movimiento haciala inclusión. Así, una de las fechas claves es la«Conferencia Mundial sobre Necesidades Edu-cativas Especiales: Acceso y Calidad», celebra-da en Salamanca en 1994, que supuso un granimpulso para la educación integradora. Tam-bién en la reunión en Dakar (2000), «Educa-ción para todos: cumplir con los compromisoscomunes», se estableció que en el año 2015,la educación primaria debería ser obligatoria yuniversal, además de convenir que las desigual-dades de género en primaria y secundaria debe-rían quedar eliminadas antes del años 2005. La

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importancia de este tema queda de manifiestoen la propuesta de la 48ª Reunión de la Confe-rencia Internacional de Educación, celebradaen Ginebra (Suiza) en el mes de noviembre de2008, bajo el lema «Educación inclusiva: elcamino hacia el futuro».

Entendemos que la constatación y reivindica-ción de las diferencias ha de ser compatible conla aceptación de aquellos referentes comunesque sean compartidos por las sociedades demo-cráticas.

En la aceptación de una nueva sociedad pluri-cultural es preciso reconocer la importanciaque la educación inclusiva ha de desempeñaren el momento de ofrecer unas respuestas ade-cuadas a las necesidades sociales. Por ello, edu-car en la diversidad implica que el pluralismoresultante de las diferencias provenientes de lascaracterísticas personales o de grupo no puedeser una fuente de enfrentamientos, sino uncomponente que enriquece la cultura; así pues,debe conjugar de manera adecuada la educa-ción en el respeto a la dignidad humana, contratoda forma que suponga discriminación (enrazón de sexo, cultura, etnia, religión...) y ade-más en ser y actuar de forma tolerante ante losdemás miembros del grupo social.

Rasgos de la educación inclusiva

Nos podemos cuestionar sobre si la respuestaeducativa debe ser apostar por una educaciónintercultural inclusiva en los centros escolares.Desde posturas abiertas consideramos que ellosupone un esfuerzo por tratar de adaptar elmodelo de enseñanza a las necesidades y de-mandas de los diferentes grupos culturales yde necesidades educativas especiales, de tal for-ma que se produzca un encuentro entre dife-rentes colectivos y grupos étnicos y culturalesque genere intercambios positivos que favorez-can el enriquecimiento mutuo. Por tanto, setrata de una propuesta que va dirigida tantoa los grupos autóctonos como a los inmigrantes

ubicados en un contexto determinado, asícomo a los sujetos con necesidades educativasespeciales.

Ello lleva consigo, según se indica en el Infor-me de la UNESCO, que la inclusión se identi-fique con un proceso orientado a «dirigir yresponder a la diversidad de las necesidadesde todos los estudiantes desde el desarrollo deprácticas inclusivas en el aprendizaje, la cul-tura y la comunidad y reduciendo la exclu-sión dentro y desde la educación. Lleva consigocambios y modificaciones en el contenido delas estructuras y estrategias de acercamiento,con una visión común que cubre todos losniños de un determinado rango de edad y unaconvicción que es la responsabilidad de regu-lar el sistema educativo de todos los niños»(UNESCO, 2006: 16).

En este nuevo enfoque, una de las principalesinnovaciones que se proponen para aplicar alos grupos heterogéneos de las aulas se centraen el aprendizaje cooperativo. Díaz Aguado(2003) se inclina por adaptar la educación a loscambios en la sociedad. Señala que los procedi-mientos educativos tradicionales deben ser reo-rientados para favorecer la inclusión de losestudiantes que se manifiestan en contextosheterogéneos. Es preciso que los sujetos ad-quieran habilidades sociales para enfrentarsea las incertidumbres de la sociedad. Tambiénestos contextos de convivencia entre culturasy etnias favorecen la tolerancia y amistad entrelos miembros del grupo. Finalmente, es necesa-rio que los procesos de enseñanza y aprendiza-je permitan reducir los niveles de incertidum-bre, de tal forma que aumente el protagonismodel estudiante para resolver los conflictos deforma positiva.

Aguado (2003) incide en la importancia depromover prácticas educativas que se orientena todos los integrantes de una sociedad, en unaactuación que comprenda las diferentes dimen-siones del proceso, en aras a lograr una autén-tica igualdad de oportunidades para superar los

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brotes de racismo y adquirir una adecuadacompetencia intercultural en todas las personasque conviven en un mismo espacio físico y cul-tural.

Desde nuestro punto de vista, la educaciónintercultural debe desarrollar en todos los indi-viduos un respeto a las diferencias culturales,lo que lleva consigo un sentimiento de igual-dad, que se manifiesta en los centros y en lacomunidad, y que se va a traducir en la toleran-cia, el respeto, la valoración y el cultivo de lasdiferencias culturales, de tal forma que se com-prendan sus legítimas costumbres y creencias,se produzca una adaptación de las metodolo-gías de trabajo a los conocimientos y expe-riencias culturales previas, se incluyan en el cu-rrículo referencias culturales específicas de losgrupos minoritarios y se alcance un clima dediálogo y negociación en la comunidad educa-tiva.

Como señalamos en García Llamas et al.(2004), la descripción de aquellos elementosque deben ser contemplados, desde una pers-pectiva didáctica y pedagógica, para desarrollarun trabajo adecuado en educación inclusiva,comprenden las siguientes dimensiones:

• Conocimiento por el docente de esta reali-dad socioeducativa, plural y emergente.

• Definición clara y concisa sobre las formasde actuar en las aulas y en los diferentescentros educativos.

• Conocer a fondo las prioridades, requisitosy exigencias que lleva consigo la prácticadiaria con los estudiantes.

• Formación, sensibilización e informacióndel profesor sobre aquellas característicasbásicas relacionadas con la configuracióndel grupo.

• Utilización de estrategias didácticas de tra-bajo adecuadas y oportunas en cada situa-ción concreta.

Según señalan Booth y Ainscow (2002), asícomo diversas aportaciones de otros autores

(Moriña, 2004; Echeita, 2006), podemos rese-ñar que las notas más comunes y representati-vas de la educación inclusiva son las siguientes:

• Implica una serie de procesos que permi-ten aumentar la participación de los estu-diantes y la reducción de la exclusión en lacultura, los currículos y las comunidades.

• Implica, también, reestructurar la cultura,las políticas y las prácticas de los centrosescolares para que puedan atender a ladiversidad del alumnado de su localidad.

• Se refiere al aprendizaje y la participaciónde todos los estudiantes vulnerables deser sujetos de exclusión.

• La inclusión se refiere a la mejora de lasescuelas tanto para el personal docentecomo para el alumnado.

• La preocupación por superar las barreraspara el acceso y la participación de unestudiante en particular puede servir pararevelar las limitaciones más generales delcentro en la atención a la diversidad.

• Todos los estudiantes tienen derecho auna educación en su localidad.

• La diversidad no se percibe como un pro-blema a resolver, sino como una riquezapara apoyar el aprendizaje de todos.

• La inclusión se refiere al refuerzo mutuode las relaciones entre los centros escola-res y sus comunidades.

• La educación inclusiva es un aspecto de lasociedad inclusiva.

En suma, la educación inclusiva se caracterizapor trabajar en clases que acogen la diversidad,estableciendo comunidades escolares donde seponga énfasis en crear una positiva atmósferasocial. Necesita disponer de un currículo másamplio (multinivel) con aprendizajes coopera-tivos. La enseñanza y el aprendizaje serán inte-ractivos, con atención a la formación perma-nente del profesorado para que se adapte a lasnuevas situaciones educativas. Todo ello sinolvidarnos del importante papel que han dedesarrollar los padres en la educación de sushijos.

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En síntesis, podemos indicar que la educacióninclusiva ofrece una respuesta eficaz a la nece-sidad de formar ciudadanos para que puedanvivir e integrarse en una sociedad en la queestán presentes múltiples culturas.

El papel de la escuela inclusiva ante la educación intercultural

En torno a este tema nos encontramos con dosposturas claramente contrapuestas pero que, dealguna forma, vienen a ser fiel reflejo de la pro-pia sociedad. Así, la línea positiva se inclina porentender que la escuela es el lugar más adecua-do para producir cambios en el plano personaly social. En cambio, la postura negativa sostie-ne que ésta apenas ejerce influencia sobre losniños, puesto que se trata de una instituciónque tiende a reproducir los valores sociales do-minantes en el grupo. Por ello, consideran queen las sociedades modernas están presentes unaserie de agentes no formales cuyas repercusio-nes resultan difíciles de cuantificar.

No debe extrañar que la mayor parte de losprofesores opinen que su influencia y controlsobre los estudiantes es baja, dado que los me-dios anulan gran parte de las enseñanzasimpartidas en los centros educativos. En estascircunstancias resulta difícil aceptar que la es-cuela, por sí sola, pueda hacer frente a unaeducación que pretende formar en los valoresde convivencia y tolerancia, cuando fuera delámbito escolar puede estar sujeto a la influen-cia de los medios de comunicación. Algunas delas escuelas ubicadas en contextos multicultu-rales preconizan la colaboración estrecha con lafamilia, otros profesionales socioeducativos ylos servicios de las administraciones implicadasen la tarea educativa.

Por otra parte, la organización jerarquizada dela escuela hace que muchos de estos plantea-mientos choquen con la realidad vivida en loscentros educativos, donde también se manifies-tan una serie de prescripciones y reglas de tipo

legal o técnico que condicionan la convivenciade los estamentos representados por los padres,profesores y estudiantes. Asimismo, convienereseñar que sobre la escuela existe una granpresión social que puede paralizar o ralentizarlas propuestas innovadoras de los equiposdocentes. Se hace pues necesario avanzar haciaescuelas más democráticas y participativasque se ocupen de la verdadera educación en lassociedades pluriculturales. El aula constituye launidad básica de atención. Las clases se organi-zan de forma heterogénea y se estimula e im-pulsa a los estudiantes y a los profesores paraque se apoyen mutuamente.

La escuela inclusiva orientada a la diversidaddebe dirigir su cometido a que los estudiantesaprendan estrategias para la resolución de pro-blemas de la vida diaria de forma cooperativay solidaria, creando auténticos grupos de apren-dizaje que generen oportunidades para apren-der y para mejorar los procesos de aprendi-zaje (autoaprendizaje) permanente a lo largo detoda la vida. Por ello, se resalta más la adquisi-ción de técnicas y estrategias que la de los co-nocimientos.

Así pues, entendemos que la escuela inclusivaes aquella que ofrece oportunidades educativasa todos los estudiantes, y las ayudas curricula-res, personales y materiales que son precisaspara su progreso académico y personal. Estaperspectiva de la inclusión no debe reducirsea una simple cuestión curricular, organizativay metodológica, sino que ha de buscar una mane-ra distinta de entender la educación, que debetrascender a la vida en sociedad e implica unanueva filosofía de valores. Contribuye a redu-cir la discapacidad, pues permite mantenerlas expectativas de los estudiantes, ofrecien-do modelos de comportamiento y aprendizajeadaptados, y enriquece al grupo al diversificarsu composición interna. Así, en la Declaraciónde la Conferencia de Salamanca promovida porla UNESCO (1994) se indica que una orienta-ción inclusiva representa el medio más eficazpara combatir las actitudes discriminatorias,

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crear comunidades de acogida, construir unasociedad más inclusiva y lograr una educaciónpara todos, y debe ser un proyecto de la comu-nidad y de la sociedad.

En esta línea Viñas (1999), en M. A. Essomba,indica cinco campos en los que se puede y sedebe intervenir:

1. Ámbito institucional. Los centros debenprimar la filosofía de la inclusión.

2. Ámbito administrativo. Las tareas admi-nistrativas deben ser ejecutadas con dili-gencia para favorecer la plena integra-ción de los sujetos.

3. Ámbito curricular. El centro debe con-templar la diversidad de estudiantes.

4. Ámbito de los servicios. Vinculados éstosa las actividades extracurriculares quedeben integrar y respetar a los sujetos eimplicar a las familias y las asociacionesde apoyo.

5. Ámbito de los recursos humanos y materia-les. Es un espacio donde se encuentranlos padres, profesores y estudiantes, quedeben mostrar actitudes de respeto hacialos demás.

Algunas de las posturas más críticas con lalabor de la escuela señalan que ésta se inclinapor la transmisión, casi en exclusiva, de la cul-tura dominante con la que se identifican lamayoría de los sujetos, lo que lleva consigo la de-fensa de posturas etnocéntricas, puesto queapenas se menciona al resto de las culturas pre-sentes en el contexto. Mientras, otros profesio-nales más implicados en la pluralidad culturalen la que desempeñan su tarea opinan que lasculturas de las minorías deben ser incluidas enla oferta educativa del centro. Ahora bien, si elnúmero de alumnos procede de más de cincoculturas diferentes, resulta complejo poderatender debidamente a todas ellas en un planode igualdad; por ello se preconizan ofertas aca-démicas funcionales semejantes, acompañadasde una mayor sensibilidad en otras esferas derelación y convivencia en el centro.

Ainscow (2001) lo expresa con una claridadmeridiana cuando afirma: «Para que el compro-miso con la inclusión pueda transformarse enacción, éste debe impregnar todos los aspectos dela vida escolar. En otras palabras, no se debe con-cebir como una tarea aparte coordinada por unapersona o grupo específico. Más bien, debe si-tuarse en el corazón mismo de todo el trabajode la escuela, siendo elemento esencial de la pla-nificación del desarrollo y llevada a cabo portodos los que tienen responsabilidad en el lide-razgo y en la gestión escolar» (Ainscow, 2001: 2).

La escuela orientada hacia la educación intercultu-ral inclusiva debe asumir el compromiso de gene-rar un clima escolar donde los estudiantes, du-rante su estancia en el centro, vivan de maneraintensa aquellas formas de comportamiento y acti-tudes en el trato con los miembros de la comuni-dad educativa, para hacer posible tal clima. Esenuevo enfoque se ha de ver reflejado en los dife-rentes componentes que inciden sobre la misma.

Como rasgos propios e identificativos de la escue-la inclusiva que se pueden hacer extensivos, enalgunos supuestos, a las propias aulas, apare-cen los siguientes:

• Todos los estudiantes pertenecen al grupoy pueden aprender en el desarrollo de la vi-da normal de la escuela. Se valora la diversi-dad, pues fortalece a la clase y ofrece nuevasoportunidades de aprendizaje. Se fomenta elsentido de comunidad (pertinencia, apoyoy aceptación entre los miembros).

• Las características particulares de cadaestudiante deben ser el punto de partidapara desarrollar el máximo potencial decada uno.

• Se ofrece apoyo y asistencia a los estu-diantes para ayudarles a conseguir los ob-jetivos curriculares.

• La organización de las clases de formaheterogénea estimula e impulsa el apoyomutuo entre estudiantes y profesores. Asípues, la escuela debe preparar para la coo-peración, no para la competición.

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en la clase. Constituye un buen caminopara desarrollar sociedades solidarias.

• El éxito se alcanza mediante la creatividady la apertura de la mente de los sujetos. Unelemento clave del funcionamiento de laclase es la flexibilidad como aceptación delcambio y disposición a cambiar lo que seanecesario ante las nuevas situaciones edu-cativas.

Apostar por una escuela inclusiva lleva consigodescubrir y superar aquellas diferencias que seproducen en la comunidad educativa: raciales,culturales, familiares, de género, religiosas yderivadas de la capacidad y las destrezas. Esnecesario enfrentarse a aquellos estereotipos quegeneran discriminación en los colectivos dife-rentes y apostar por actuaciones docentes en quese trate de forma correcta a todos los colectivos,si bien respetando las peculiaridades y creenciasde cada uno de ellos, incluso aprovechar estasdiferencias para que los demás niños se conoz-can mejor y se respeten mutuamente. Ello seconsigue estableciendo vínculos entre la comu-nidad educativa y la social, para aprovecharsemutuamente de sus capacidades educadoras.

El currículo en el aula inclusiva

Entendemos que el currículo constituye el ins-trumento básico del que dispone la escuela parapoder dar respuesta a la realidad compleja de lasaulas, presentando los conocimientos de mane-ra que puedan ser asimilados por los diversostipos de estudiantes. Por lo tanto implica, ade-más de aquello que el sujeto debe aprender, lasecuencia de actividades necesarias que seanprecisas para la integración social de las nuevascohortes. Asimismo, debe aspirar a lograr lainclusión de todos los individuos en la vidasocial y académica mediante un currículo abier-to y flexible que sea percibido como un espacioprivilegiado para la atención a la diversidad.

Como nos indica Lorenzo Delgado (2004),el currículo se identifica con la selección y

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• El currículo debe ser amplio, relevante ydiferenciado, que fomente el desarrollo aca-démico y personal.

• Las adaptaciones curriculares se aplican enel aula ordinaria y no en un espacio escolardiferente, con ello se ofrecen mayores opor-tunidades para el aprendizaje con éxito.

• Las dificultades de aprendizaje de la escue-la inclusiva son resultado de la interacciónentre lo que aporta el estudiante a la situa-ción y lo que la escuela ofrece.

• Se promueven redes naturales de apoyo,haciendo hincapié en la tutela a cargo decompañeros de clase, los grupos de amigos,el aprendizaje cooperativo y demás formasde establecer relaciones naturales, frente alas actividades competitivas e independien-tes. Con ello se consigue potenciar la cali-dad de vida de los estudiantes.

• La ayuda de expertos externos para dar res-puesta a las necesidades específicas delestudiante no modifica los sistemas de apo-yo y el proyecto curricular, de tal forma quela asistencia especializada puede favorecera todos los sujetos. En este apartado pue-den tener cabida los educadores sociales,como especialistas en el trato con diferentescolectivos.

• El profesor actúa como promotor de apren-dizaje y apoyo, frente al control, y asume laresponsabilidad de todo lo que sucede enclase. Su función básica se dirige a estimu-lar a los estudiantes para que presten ayuday apoyo a sus compañeros y tomen decisio-nes en relación a su propio aprendizaje.Implica de forma activa a las familias en lastareas de planificación y puesta en marchade los procesos de enseñanza-aprendizaje.El conocimiento del profesor debe emergeren y desde la experimentación reflexiva.

• Los educadores hacen un esfuerzo cons-ciente para orientar a los estudiantes haciala comprensión y aprovechamiento de susdiferencias individuales. Éste es un aspec-to crucial para el desarrollo de la confian-za en sí mismo, el respeto mutuo y el sen-tido de comunidad y de apoyo recíproco

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adaptación pedagógicas de las diferentes cul-turas y necesidades educativas que lleva acabo la escuela, de tal forma que pueda serasimilada por todos y cada uno de los sujetosque acuden a sus aulas. Así pues, la respuestacurricular, para ser válida, debe atender a ladiversidad cultural y educativa que se presen-tan en los grupos escolares.

Uno de los principales cometidos del currículodebe orientarse hacia la enseñanza de los pro-cesos y estrategias de razonamiento efectivo,que puedan emplearse en el aprendizaje ins-tructivo y la resolución de problemas. Es preci-so tener presentes los objetivos generales de laeducación, de tal forma que todos los estudian-tes deben trabajar para conseguir los mismosresultados, aunque diferirán en el nivel alcan-zado y el grado de importancia dado a cada unode ellos. Por ello, el sujeto adquiere conoci-mientos conceptuales, procedimientos de tra-bajo eficaz y estructura lógica de pensamiento,que le permiten afrontar los problemas de lavida ordinaria para mejorar la integraciónsocial en la comunidad.

El currículo debe ser amplio, relevante y dife-renciado, con el fin de promover el desarrolloacadémico y personal. Ello lleva consigo unproceso continuo de mejora en la escuela, ade-más los procesos de enseñanza-aprendizajedeben ser interactivos; asimismo, se busca unacomunidad solidaria y enriquecedora basada enlas relaciones positivas entre los miembros dela escuela.

Para elaborar el currículo hemos de tener encuenta los aspectos de tipo epistemológico y ético presentes en la sociedad, de tal forma quese seleccionen aquellos rasgos fundamentalesde la cultura que puedan contribuir al mejordesarrollo de la persona. También se debencontemplar los aspectos de tipo sociológico quefavorezcan la integración de los individuosen la sociedad. Deben aprender los contenidosy valores de utilidad para la convivencia. Es pre-ciso contemplar las perspectivas psicológicas

y pedagógicas, que conducirán a lograr aque-llos objetivos educativos que incidan en los co-nocimientos, los procedimientos y las actitudesen los contextos educativos diferenciados; todoello sin olvidar al protagonista principal de es-tos procesos, el estudiante y sus circunstancias,relacionadas con la edad y el nivel educativo enque se encuentra.

Cuando se aspira a la inclusión social y escolarde todos los individuos es preciso concebir elcurrículo abierto y flexible, de tal forma que sepuedan incorporar aquellos aspectos que locontextualicen. Así, se conseguirá que no seproduzcan exclusiones de aquellos estudiantesque no responden al canon establecido y sepuede percibir como un espacio privilegiadopara alcanzar una adecuada atención a la diver-sidad, dando respuesta a la realidad social ya las peculiaridades de los estudiantes. Es decir,la escuela no puede atender de la misma formaa todos y con un único modelo educativo, sinoque debe abrirse a la diversidad.

Se propone un currículo común en la etapaobligatoria de la enseñanza como garantía de laigualdad de oportunidades, al cual deben acce-der todos los estudiantes. Apostar por el cu-rrículo abierto y flexible persigue una adecuacióna la realidad de cada centro y de cada aula, quese traduce en contemplar la contextualizacióny la adaptación del currículo. Así se produ-cen modificaciones en la forma de presentar lainformación (dividiendo el contenido en partesmás pequeñas, hacer conexiones con el mate-rial ya usado, hacerlo compatible con el estilode aprendizaje individual, utilizar los recursosaudiovisuales). También se deben aceptar lasdiferentes maneras de responder en sus tareascotidianas (respuestas verbales si existen pro-blemas de escritura, material de apoyo de fácilmanejo y adaptado a las situaciones individua-les). Se debe cuidar el ambiente educativo(colocación de mesas, enseñanza individualiza-da, agrupaciones de estudiantes, apoyo a lasfamilias, adaptar algunas reglas de actividad).Finalmente ajustar los horarios y el uso del

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tiempo, sin olvidar el adicional para aprenderalgunos contenidos, completar trabajos, tomardescansos.

En líneas generales, para elaborar el currículose suelen contemplar como elementos funda-mentales a tener en cuenta en su configuración:la intencionalidad educativa (promoción socialy aceptación de las diferencias), los sujetos de laeducación (considerado como sujeto social ydependiente del lugar que ocupa en el entrama-do de relaciones de la comunidad), el agente dela acción educativa (encargado de facilitar lapromoción de los sujetos respetando sus pecu-liaridades personales), los contenidos y la meto-dología del trabajo (las ofertas culturales de losproyectos educativos deben recoger la diversi-dad cultural del grupo, así como las diferentestécnicas y recursos disponibles que sean másadecuados al contexto de actuación).

La elección de los modelos para trabajar con losalumnos va a depender de los grupos o situa-ciones concretas, lo importante es que una vezidentificados los objetivos básicos de la educa-ción inclusiva, éstos se han de concretar enmetas operativas que sean coherentes con lasnecesidades reales y auténticas de los sujetosy los grupos implicados en el contexto específi-co de convivencia. La incorporación de las nue-vas tecnologías a las aulas inclusivas requiere larealización de las adaptaciones técnicas necesa-rias para que puedan ser usadas por las perso-nas discapacitadas, además de elaborar progra-mas específicos de trabajo en el aula.

La inclusión educativa, según señala Echaita(REICE, 2008), debe preocuparse por unaprendizaje y un rendimiento escolar de cali-dad y exigente, conforme a las capacidades decada estudiante. Es preciso que todos se sientanincluidos en el desarrollo de las actividades deenseñanza, de tal forma que puedan lograr elmayor nivel posible de cualificación en la es-cuela. Este objetivo se alcanzará si se consigueneliminar barreras que la propia sociedad poneen el camino.

En los procesos de enseñanza-aprendizaje,donde se prima la atención a la diversidad delas escuelas inclusivas, deben contemplarsealgunos aspectos de interés, entre los que pode-mos señalar:

• Los profesores deben conocer bien las po-sibilidades de aprendizaje de todos los es-tudiantes, los factores implicados y susnecesidades particulares.

• El estudiante debe recibir ayuda paraconstruir aprendizajes significativos.

• Este aprendizaje de significación personalsupone que no sólo se contempla lo quetiene que hacer, sino también el porquéy para qué de sus acciones.

• Las experiencias de aprendizaje se debenorganizar de forma que todos los estu-diantes participen y progresen en funciónde sus posibilidades particulares.

• Las estrategias que se han manifestadomás eficaces en la escuela inclusiva es ladel aprendizaje cooperativo.

• Los procesos de innovación y mejora de laescuela forman parte inherente de estemovimiento inclusivo.

La evaluación se debe concebir como un pro-ceso cooperativo y cíclico en el que participanlos estudiantes y los profesores, de tal formaque son los objetivos y las oportunidades deaprendizaje los que determinan lo que se eva-lúa y cómo se ha de evaluar. El modelo dedecisión debe incorporar la evaluación de lascapacidades, el progreso de los alumnos, las in-tervenciones planificadas y el programa adap-tado. El proceso consta de tres fases: puestaen común de la información recogida por elmaestro para formular una hipótesis inicial,reunión del equipo de la escuela (director,orientador, profesor de apoyo, cualquier otropersonal relacionado con el problema) y reu-nión del equipo de colaboración (personal deapoyo, orientador, logopeda, otros especialis-tas). Una vez examinada la información, susconclusiones se deben trasladar al currículodel estudiante individual.

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Desde esta perspectiva global de la evaluación,se debe tener en cuenta el crecimiento y eldesarrollo de cada estudiante, además de adap-tarlo cuando sea preciso.

El papel del profesor y su formación

En las nuevas realidades sociales y educativasque venimos describiendo, la tarea del profe-sor resulta fundamental e imprescindible paraafrontar con posibilidades de éxito la forma-ción de los estudiantes. Es necesario que sesupere el desfase que se ha generado en los últi-mos años entre la formación inicial, que seofrece en las universidades, y la realidad educa-tiva a la que han de enfrentarse en su futuropuesto de trabajo.

En diversas investigaciones que hemos lleva-do a cabo personalmente, así como otros tra-bajos consultados, se ponen de manifiesto aque-llas lagunas más destacadas en la formacióndel profesorado (García Llamas, 1999 y 2001).Concretamente podemos señalar de formaespecial lo que hace referencia al trabajo enequipo. En un contexto de diversidad como elque preconiza la educación inclusiva entende-mos que esta forma de trabajo es fundamental,puesto que la tarea desarrollada de forma soli-daria y cooperativa configura una forma privi-legiada de trabajo en equipo, que conducirá a vencer el aislacionismo e individualismo de laacción educadora.

Asimismo conviene reseñar que los problemasde atención a la diversidad social, cultural ycapacidad de los sujetos constituye su princi-pal preocupación y una fuente de constantesconflictos entre el profesorado, los estudiantesy los padres. Así pues, el papel del docente,como líder natural del grupo, desempeña sustareas en tres campos: aprendizajes (líder de latarea), integración y cohesión del grupo (líderdel grupo) y desarrollo de las capacidades y habilidades de los individuos (líder de las per-sonas).

Ipiña (1997) señala que en el perfil del docen-te deben estar presentes las actitudes y las apti-tudes, aunque prioriza las primeras.

En este sentido, se precisa de una formación quehaga referencia a la consolidación en los do-centes de aquellas actitudes de aceptación de ladiversidad y de la experiencia necesaria parasaber responder a la misma, así como la adquisi-ción de un conjunto de estrategias de trabajorelacionadas con la organización, la planifica-ción y la metodología que hagan factible la pose-sión de un amplio repertorio pedagógico que lescapacite para afrontar el reto de la diversidad.

La nueva perspectiva y práctica de la educacióninclusiva implica cambios sustanciales en lapráctica educativa y en el rol de los profesoresde las diferentes áreas curriculares y de losespecialistas. La formación es una estrategiafundamental para contribuir a estos cambios.

Es preciso que las actividades de formación delos docentes se desarrollen dentro del propiocentro, dado que éste es el lugar de trabajo deprofesores y es donde se pueden incorporar loscambios. Deben adecuarse a los docentes, de talforma que se compaginen sus conocimientosanteriores con los nuevos planteamientos. Quelos nuevos conocimientos tengan una aplica-ción práctica. Se pueden precisar especialistasde apoyo en campos concretos donde se ha detrabajar la inclusión. Se debe actuar en unadoble vía: desde la formación inicial en los cen-tros superiores y desde la formación en ejerci-cio, centrada en la escuela, realizar la práctica y lograr que los profesores tengan un proyectoeducativo compartido que asegure la coheren-cia y continuidad del proceso de aprendizaje.

El educador social y su función en la escuela

Si la atención a la diversidad requiere de actua-ciones individualizadas será difícil que un solodocente sea capaz de prestar la debida atención

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a cada estudiante. Proponemos que el educadorsocial que trabaje en los centros escolares pue-da colaborar en el desarrollo de diferentes acti-vidades que serán dirigidas y coordinadas por elprofesor responsable del aula. Asumir esta tareaimplica que se ha de contemplar una actualiza-ción didáctica y metodológica de estos profesio-nales, de tal forma que no se produzcan interfe-rencias con los docentes y se le oriente en larealización de tareas de apoyo a la docencia.

Gordon Porter, en una conferencia pronuncia-da en San Sebastián (2003), habla de una expe-riencia de educación inclusiva en Canadá. Enella destaca la importancia de los grupos de ser-vicio al estudiante en la escuela, se citan profe-sionales vinculados con la asesoría académica y extraescolar. Considera que todos los ámbitosde desarrollo educativo deben tener este enfo-que multiprofesional para garantizar el éxito enla apuesta inclusiva.

Una de las opciones se podría dirigir hacia lacreación de redes de innovación educativa quesirvan de estímulo para el desarrollo profesio-nal y donde los participantes se vinculan enrelaciones que van más allá del propio centro.Así se combinan los conocimientos internos(docentes) con los externos (expertos y perso-nal de apoyo) para favorecer su carácter cons-tructivo. Entre los objetivos de estas redes debesituarse el alcanzar unos aprendizajes basadosen los intercambios de experiencias y de infor-mación, es decir, aprender haciendo con senti-do y en comunidad, para lograr una mayor par-ticipación y bienestar de los estudiantes.

Propuestas de actuación futuras

Apostar por un modelo integrador parece lomás adecuado para llevar a cabo una verdaderaeducación inclusiva, puesto que proporciona atodos una serie de conocimientos culturales co-munes, además de valorar positivamente las rela-ciones entre culturas, promocionando lo especí-fico. Se pretende desarrollar una pedagogía de la

diversidad e inclusión social, encaminada allogro de una educación de calidad en los indi-viduos, independiente de su etnia, lugar geo-gráfico de procedencia, sus vivencias culturalesy su discapacidad, de tal forma que todas lasestrategias didácticas y organizativas quedanmediatizadas por este enfoque, que busca, deforma preferente, la igualdad de oportunidades.

Está surgiendo una mayor conciencia social a favor del reconocimiento de los derechos delas diferentes etnias, culturas y capacidades, enbeneficio de una convivencia pacífica, lo quegenera importantes desafíos a las políticas cul-turales y educativas, que deben dar respuesta a las necesidades siguientes:

• Aprender a vivir juntos considerado unode los pilares básicos de la educación delsiglo XXI. Ello significa aprender a vivircon los demás, así la acción educativa hade tratar de descubrir «al otro» y ademásparticipar en proyectos comunes quefomenten el rechazo de prejuicios y favo-rezcan la cooperación.

• Educar para la diversidad. El ámbito edu-cativo ha de asumir que el pluralismodebe dejar de ser una fuente de enfrenta-miento para convertirse en un componen-te necesario y enriquecedor. Se han deconjugar las dimensiones: educar en elrespeto a la dignidad humana, educar con-tra toda forma de discriminación y educaren y para la tolerancia.

En general, la educación propuesta por elmodelo integrador de la escuela inclusiva, quecontribuya a respetar las diferencias, los dere-chos y la formación de ciudadanos y los valoresdemocráticos, debe tener en cuenta los siguien-tes aspectos:

• Partir de las necesidades sentidas y reales delgrupo al que se pretende atender, comen-zando con una reflexión sobre la propiaidentidad para llegar a conocer al otro yhacer frente a toda forma de exclusión.

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• Llevarse a cabo a través de una adecuadaarticulación entre la educación formal y noformal. Se ha de reconocer el carácter per-manente de la educación y no utilizar laprocedencia étnica como criterio cívicode evaluación. Integrar los diversos con-tenidos culturales en la enseñanza impar-tida en el aula. Favorecer la convivencia y participación en la construcción de lasociedad en la que viven.

• Desarrollar estrategias organizativas den-tro de los centros educativos que favorez-can el diálogo y la identidad cultural, laapreciación de las diferencias siempre y cuando no colisionen con los valoresdemocráticos y generen desigualdadesy marginación de grupos o personas.

• Incorporar en los proyectos educativos y cu-rriculares aquellos objetivos que contri-buyan al desarrollo de la educación inter-cultural inclusiva teniendo en cuenta lasnecesidades de las minorías.

• Evaluar de forma sistemática y continuaaquellos procesos orientados a la formu-lación de respuestas a la diversidad cul-tural, tanto en lo que hace referencia alámbito social como al grupo.

La escuela inclusiva debe atender por igual a los cambios curriculares y organizativos pre-sentes en los centros, evaluando la persisten-cia de estos procesos, de las actitudes mani-fiestas en el campo sociocultural, de aquellosprejuicios no eliminados convenientemente y de la insensibilidad hacia los problemas es-pecíficos de las poblaciones marginales queestán presentes, en ocasiones, en los materia-les curriculares y en la práctica de cada día.Es necesario capacitar a la persona en la com-petencia comunicativa para sacarla del aisla-miento que supone no conocer el idioma delpaís de acogida ni las referencias culturales dela mayoría. Por ello, se deben crear las condi-ciones para enfrentarse con la suficiente pre-paración a la acción, el sentimiento y la opi-nión en el contexto de un ámbito socialespecífico.

El profesorado tiene la necesidad de alcanzarun conocimiento sólido y básico de las distin-tas culturas y posibilidades de los sujetos connecesidades educativas especiales, que estánpresentes en el contexto escolar en que trabajay ofrecer oportunidades a todos para realizarprácticas o periodos de aprendizaje en centrosque trabajen con minorías étnicas, culturales y educativas.

Tanto en las diversas investigaciones realiza-das como en las consultas a diversas fuentes sedestaca que los profesores necesitan recursos,estrategias metodológicas, formación básica entécnicas etnográficas sencillas, estímulo y reco-nocimiento afectivo, respeto a las iniciativasvoluntarias, difusión de sus experiencias porlos cauces adecuados, incentivos para poner enmarcha proyectos de investigación e innova-ción desde los centros educativos, ayudas quefavorezcan la formación y el reciclaje docenteen las universidades o centros específicos, dis-ponibilidad de tiempo para planificar, innovary llevar a cabo una política educativa coheren-te con el fin de coordinar diferentes acciones y elementos de actuación.

Los docentes precisan de un nivel mínimo decompetencia que les haga ser capaces de diag-nosticar las necesidades educativas de sus estu-diantes y seleccionar aquellos materiales másapropiados para trabajar la educación inclusiva.Para ello, es preciso contar con el apoyo de la Administración, de tal forma que favorezca laparticipación del profesorado en los programasde formación, además de conceder incentivos dediversa índole.

Sería oportuno destacar la importancia dealcanzar una adecuada formación del docen-te, tanto en lo que se refiere a la inicial, quese lleva a cabo en las facultades de Educacióny Formación del Profesorado, mediante laadecuación y actualización de los planes deestudio para que incorporen algunas materiasque ayuden al conocimiento de otras culturas,países, discapacidades, como a la formación

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permanente teórico-práctica que se puededesarrollar en los propios centros educati-vos con programas específicos de formación, obien en aquellos centros de formación queincorpora el sistema educativo, así como através de cursos temáticos de actualidad quese imparten desde las universidades. Todo ellotendría unas repercusiones positivas en la me-jora de la acción educativa y el desarrollo pro-fesional.

Creemos que la procedencia de culturas dife-rentes en los centros escolares, lejos de aca-rrear un problema, debe plantearse como unabuena oportunidad para educar a los sujetosen valores democráticos como la tolerancia, eldiálogo, la solidaridad, la resolución de con-flictos o el sentimiento de pertenencia al gru-po. En este marco social la comunicación y larelación con las familias desempeñan un papelimportante para conseguir que se integren enlas actividades que organiza el centro en aras

a conseguir un clima de confianza y respetomutuo.

Apostar por una escuela intercultural inclusivaque favorezca las diferentes formas de escolari-zación y que potencie la construcción personalúnica e irrepetible para poder desempeñar sustareas en una comunidad plural exige una inte-gración de la diversidad cultural y de capacida-des que contribuya a alcanzar la formación inte-gral de las personas para construir su propiaidentidad en la diversidad. En suma, una escue-la que potencia las capacidades del sujeto tal y como es, que acepte las diferencias entre las cul-turas y capacidades y que se fomenten las cuali-dades singulares y creativas de cada uno, de talforma que el sujeto se integre en la sociedad plu-ral del siglo XXI donde la identificación con losgrupos diferentes, la valoración y el respeto a ladiversidad étnica y cultural constituye un valorrelevante en los grupos y comunidades occiden-tales.

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Abstract

Inclusive classrooms

The following article discusses several matters about inclusive education of students with cultural,social and educational problems in common classrooms. Some key concepts will be clarified suchas: culture, identity, diversity and inclusion. Afterwards, we will focus on the most important fea-tures of inclusive education and its nowadays role in the new intercultural context. An active par-ticipation of every student in learning processes with the purpose of reaching the highest level,depending on personal characteristics. It is important not to forget the new view of an open-mind-ed educational plan, more flexible and more participative, which it is channelled into every student,with special attention to educational plan adaptations and the new evaluation offered, appropriateto specific necessities of specific students.

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The role teachers play is very important in the school framework and its training in inclusive edu-cation, we can not forget the complementary role of the community liaison in the inclusive class-rooms. Finally we offer some future proposals, to take into account 21st century school.

Key words: Inclusion, Diversity, Culture, Intercultural education, Inclusive education, Inclusive school,Inclusive classroom.

Perfil profesional del autor

José Luis García Llamas

Profesor titular de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es director delDepartamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación I. Imparte docencia en laslicenciaturas de Pedagogía y Psicopedagogía, así como en dos programas de tercer ciclo, en asigna-turas relacionadas con los Métodos de Investigación en Educación. Sus investigaciones se centranen el estudio de los valores y la diversidad cultural, así como en las competencias en Lengua en laescuela primaria.Correo electrónico de contacto: [email protected]

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