diagonal nº 209: monográfico empresas transnacionales

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Emblemas de la ‘marca España’ y de una hipotética recuperación económica, las transnacionales exportan precariedad y explotan recursos naturales a lo largo y ancho del mundo. En estas páginas se examina su poder y las grietas abiertas por movimientos y redes organizadas que se oponen a su impunidad

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Page 1: Diagonal nº 209: Monográfico Empresas Transnacionales

transnacionalesEmpresas

El poder económico, político, jurídicoycultural de las multinacionales. //// 0022--0033

¿Contribuye el éxito empresarial a mejorar lascondiciones de vida de la población? //// 0044--0055

Aumentan las luchas y resistencias contra las transnacionales //// 0066

Edu León

Emblemas de la ‘marca España’ y de una hipotética recuperación económica, las transnacionalesexportan precariedad y explotan recursos naturales a lo largo y ancho del mundo.En estas páginas se examina su poder y las grietas abiertas por movimientos y redesorganizadas que se oponen a su impunidad.

Page 2: Diagonal nº 209: Monográfico Empresas Transnacionales

En los últimos cien años, mientras haido avanzando el capitalismo global ylos Estados-nación han venido ce-diendopartede susoberaníaencuan-to a las decisiones socioeconómicas,las empresas transnacionales han lo-grado ir consolidandoyampliando sucreciente dominio sobre la vida en elplaneta.Yesqueaunque, en realidad,los antecedentes de lo quehoy son lascompañías multinacionales puedensituarse varios siglos atrás –se hablade la existencia de empresas de estetipoyaa finalesde laEdadMedia, conlosejemplosde laBancade losMédicio la Compañía de Indias–, no es hastafinales del siglo XIX y principios delXX, cuando compañías estadouni-denses comoGeneral Electric,UnitedFruit, Ford y Kodak comienzan a ex-tender sus negocios fuera de su paísde origen, en que las grandes corpo-raciones empiezan a adquirir un pa-pel de extraordinaria relevancia en elconcierto internacional. Y eso se po-

tencia, especialmente, en las tres últi-mas décadas del siglo pasado y en loque vade este, ya que el avancede losprocesos de globalización económicay la expansióna escala planetaria glo-bal de las políticas neoliberales hanservido para construir un entramadopolítico, económico, jurídico y cultu-ral, a nivel global, del que las empre-sas transnacionales han resultado serlas principales beneficiarias.Es evidente el poder que, en térmi-

nos económicos, tienen las corpora-ciones transnacionales. Basta com-probar, por ejemplo, cómo la mayorempresa del mundo, Wal-Mart, ma-neja un volumen anual de ventas quesupera la suma del Producto InteriorBruto de Colombia y Ecuador, mien-tras la petrolera Shell tiene unos in-gresos superiores al PIB de los Emi-ratos Árabes Unidos. Asimismo, lascompañías multinacionales disponende un innegable poder político: sonmoneda de uso corriente las estre-chas relaciones entre gobernantes yempresarios, no hay más que ver có-mo, por citar solo algunos casos, losexpresidentes González, Aznar, Blairy Schröder han entrado en el directo-

rio de corporaciones como GasNatural Fenosa, Endesa, JP MorganChase y Gazprom, respectivamente;de la misma manera que, en sentidocontrario, Mario Draghi y MarioMonti pasaron de Goldman Sachs alas presidencias del Banco CentralEuropeo y del gobierno italiano.

Igualmente, las empresas transna-cionales poseen una extraordinariainfluencia sobre la sociedad tanto enel terreno cultural –las grandes com-pañías emplean la publicidad y lastécnicas de marketing para consoli-dar su gran poder de comunicación ypersuasión en la sociedad de consu-mo– como en el plano jurídico: loscontratos y las inversionesde lasmul-

tinacionales se protegen medianteuna tupida red de convenios, tratadosy acuerdos que conforman un nuevoDerecho Corporativo Global, la lla-mada lex mercatoria, con el que lasgrandes corporaciones ven cómo seprotegen sus derechos a la vez quenoexistencontrapesossuficientesnime-canismos reales para el control de susimpactos sociales, laborales, cultura-les y ambientales.Todo este poder que han acumula-

do las empresas transnacionales seha venido acrecentando, de formaacelerada, desde los años setentahas-ta hoy. Esto es, desde que con la apli-cación de las medidas económicaspromovidas porMilton Friedman y laEscuela de Chicago, el neoliberalis-mo fue imponiendo su ideología portodo el globo aprovechando los gol-pes militares, las guerras, las catás-trofes naturales y las sucesivas crisiseconómicas para introducir drásticasreformas sin apenas oposición popu-lar en el marco de “la doctrina delshock”. En los últimos cuatro años,desde que estalló el crash financieroglobal, y siguiendo lamáximade “pri-vatizar las ganancias y socializar las

pérdidas”, las instituciones que nosgobiernan están aplicando en Europalasmismas políticas que se llevaron acabo en los países periféricos en lasdécadasde los 80y90: reformas labo-rales que recortan derechos laboralesbásicos, modificación del sistema dejubilaciones para favorecer los planesde pensiones privados, aumento delos impuestos indirectos y de la fisca-lidad sobre las rentas del trabajo, re-ducción de la tributación de empre-sas y grandes fortunas, mercantiliza-ción de los servicios públicos que to-davía quedan por privatizar, elimina-ción de la inversión pública eneducación, sanidad, cooperación, de-pendencia, etcétera.De este modo, mientras se inyec-

tan presupuestos públicos millona-rios a las mismas empresas quedurante todos estos años se hanbeneficiado de la falta de regulacióndel sistema económico y financiero,la crisis es la excusapara avanzar conmás fuerza en el desmantelamiento

del Estado del Bienestar, la privatiza-ción de los bienes comunes y la aper-tura de puertas al capital transnacio-nal para que pueda controlar más ymás cuestiones que tienen que vercon los derechos fundamentales de laciudadanía.Las compañías multinacionales

controlan los sectores estratégicosde la economía mundial: la ener-

2 EMPRESAS TRANSNACIONALES

Ha de avanzarse en lareflexión y la construcciónde alternativas que nospermitan mirar másallá del capitalismo

Las transnacionalestienen una extraordinariainfluencia sobre la sociedaden el terreno culturaly en el plano jurídico

La globalización neoliberal ha creado un contexto de impunidad de lastransnacionales Las alternativas avanzan en la oposición y la reflexión

Elpoderde lasempresas transnacionales

JUAN HERNÁNDEZ ZUBIZARRETA,ERIKA GONZÁLEZ Y PEDRO RAMIRO*

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gía, las finanzas, las telecomuni-caciones, la salud, la agricultura,las infraestructuras, el agua, losmedios de comunicación, las in-dustrias del armamento y de laalimentación. Y la crisis capitalis-ta no ha hecho sino reforzar elpapel económico y la capacidadde influencia política de las gran-des corporaciones, que tan pron-

to hacen negocio con los recur-sos naturales, los servicios públi-cos y la especulación inmobilia-ria, como con los mercados de fu-turos de energía y alimentos, laspatentes sobre la vida o el acapa-ramiento de tierras. Asistimos auna crisis sistémica que no es so-lo económica, sino también eco-lógica, social y de cuidados, que

está produciendo estragos en lascondiciones de vida de la mayo-ría de la población mundial.En este complejo contexto, resul-

ta imprescindible continuar con lainvestigación, el análisis, la denun-cia y lamovilización en contrade losabusos que cometen las empresastransnacionalesensuexpansiónportodo el globo. Porque, lejos de debi-litarse con la actual crisis económi-ca y financiera, el hecho es que lasgrandes corporaciones continúanfortaleciendo su poder e influenciaennuestras sociedades gracias a susrenovadas estrategias corporativasy a la constante aplicación de nue-vos modelos de negocio. Por eso, ala vez que se profundizan las des-igualdades y las mayorías socialesven cómo sus derechos quedan rele-gados frente a la protección de losintereses comerciales y los contra-tos de las compañías multinaciona-les, se hace más necesario que nun-ca fortalecer las luchas y resisten-ciasencontrade lasempresas trans-nacionales. A la vez, ha de avanzar-se en la reflexión y la construcciónde alternativas socioeconómicasque nos permitanmirarmás allá delcapitalismo, abriendo ventanas ha-cia esos otros modelos posibles,otras realidades que no pasen porsituar a las grandes corporacionesen el centro de la actividad de la so-ciedad sino que, justamente al con-trario, las desplacen a un lado paracolocar en su lugar a las personas ya los procesos que hacen posible lavida en nuestro planeta.

“Érase una vez un proyecto que que-ría cambiar la situación de pobrezade muchos niños y niñas de nuestropaís”. El proyecto era de un banco,uno de los mayores del país, que ga-naba cientos demillones de euros ca-da año y cuyo presidente, sólo él, co-bró más de dos millones en uno delos peores momentos de la crisis.Justo cuandomuchas,muchasperso-nas a su alrededor, eran empobreci-das y despojadas de sus derechos.Esta entidad financiera había dejadoa familias en la calle, sin vivienda, al-gunas de ellas con niños y niñas.Prestaba dinero a empresas que fa-bricaban armas y era uno de los due-ños de una gran compañía petrolera,a la que las comunidades de los luga-res en los que operabahabían denun-ciado por ocupar y contaminar susterritorios y dañar su salud. A pesarde todo, el bancodecía querer ayudara las chicas y chicos que lo estabanpasandomal.Desafortunadamente, este relato

no es un cuento. “Cuenta conmigocontra la pobreza” es un proyecto im-pulsado en la actualidad por la ObraSocial La Caixa, en colaboración conuna conocida ONG internacional,que busca la captación de donativospara financiar la cobertura de las ne-cesidades básicas de niños y niñas“en situación de vulnerabilidad”. Así,La Caixa nos ofrece la oportunidadde ser solidarios a través de donacio-nes individuales o de las redes socia-les, y cada vez que alguien deja undonativo puede, de paso, hacersecliente de la entidad. Eso sí, en estacampaña las historias que no apare-cen son lasde losmenoresque sehanquedadosinunaviviendaa laquevol-ver después de la escuela porque estemismo banco ha desahuciado a susfamilias. O las de los que volverán apasar frío en sus aulas este inviernoporque el recorte en los presupuestosde sus centros escolares los ha deja-do sin calefacción.Es un ejemplo, entre tantos, de có-

mo una gran empresa puede sacarpartido a la cascada de reformas neo-liberalesal tiempoqueapelaa lacom-pasión de la ciudadanía para parche-ar situacioneshumanascríticas.Todoello sirviéndose de “marketing soli-dario” de cuidado diseño, con las quetratade lavarsu imagenenunos tiem-pos en los que la hostilidad hacia losbancos y otras corporaciones crececomo la espuma.Y es que las multinacionales espa-

ñolas estánhaciendonegocios redon-dos enépocadecrisis.Undía sí yotrotambién, podemos ver en los titularesde los grandes medios de comunica-ción, destacados frente a la crónicadel empobrecimiento de las mayorí-as, las extraordinarias ganancias deunas cuantas corporaciones transna-

cionales. En el primer semestre de2013 el BBVA duplicó su cuenta deresultados respecto al año anterior;Emilio Botín presumía en julio pasa-do de que el Banco Santander se pre-para “para una nueva etapa de creci-miento del beneficio”. Y otras gran-des multinacionales, como las ener-géticas, también prosperan: Repsolganó 1.054 millones de euros en losseis primeros meses de este año(2,6%másqueen2012); Iberdrolaga-nó casi diez millones de euros al díaen elmismo período.Muchos de esos beneficios provie-

nen del negocio internacional de es-tas empresas, especialmente deAmérica Latina. La “diplomacia eco-nómica”. El apoyo sin cortapisas delas instituciones públicas a las multi-nacionales en el exterior, da sus fru-tos. Pero la profundización delmode-lo neoliberal en el Estado españoltambién ayuda. Cada vez estamosmás cerca de un modelo privado depensiones, y la reforma laboral yapermite contratar y despedir más ba-rato, reducir las jornadas, y prorrogarlos contratos de formación a jóveneshasta los 30 años. La educación y lasanidad públicas sufren un deterioropremeditado a favor de lo privado, ylas ayudas sociales desaparecen pro-gresivamente y están cada vez másvinculadas a las políticas de empleo.Así es como las medidas demanda-das por la CEOE y otros lobbies em-presariales para ampliar sus márge-nes de ganancia están consiguiendoinstitucionalizar la precariedad y em-pobreceraenormes sectoresde lapo-blación, especialmente mujeres, pen-sionistas y jóvenes.En medio de este mar de recortes

de derechos sociales las grandes cor-poraciones desarrollan sus campa-ñas de “marketing con causa”, con elánimode aplacar la rabia de la pobla-ción, reblandecer corazones y des-viar la atención. De esta manera, lasempresas transnacionales se presen-tan comoparte de la solución ynodelproblema, pretendiendominar nues-tra subjetividadpolítica, nuestra iden-

tidad de ciudadanos y ciudadanasque reclaman y ejercen sus derechos,convirtiéndonos en meros consumi-dores de solidaridad low cost. Que nocuenten con nosotras.

3IMPACTOS Y RESISTENCIAS

Las empresastransnacionalesse presentan comoparte de la solucióny no del problema

Se expande el marketing solidarioal tiempo que las transnacionalesaumentan sus beneficios

:BÁSICOS

¿Qué son las transnacionales? Una empresa transnacional (o multi-nacional) es aquella empresa que está constituida por una sociedadmatriz creada conforme a la legislación del país en que se encuentrainstalada, que se implanta a su vez en otros países mediante inversiónextranjera directa, sin crear empresas locales o mediante filiales, deacuerdo a las leyes del país de destino. Aunque tenga la apariencia ju-rídica de una pluralidad de sociedades, en lo esencial se constituye co-mo una unidad económica con un centro único con poder de decisión.

El poder en pocas manos: En el año 2010, había 80.000 empresastransnacionales en todo el mundo, que controlaban 810.000 compañí-as filiales. Eso sí, a pesar de que existen miles de transnacionales en elmercado global, apenas unos cientos de ellas controlan a las demás:737 multinacionales monopolizan el valor accionarial del 80% de totalde las grandes compañías del mundo, y solo 147 controlan el 40% detodas ellas.

Cuentasde resultados

y cuentosde pobreza

Un mercado controladopor pocas empresas

* Juan Hernández Zubizarreta,Erika González y Pedro Ramiro,editores del ‘Diccionario crítico deempresas transnacionales’ (Icaria, 2012).

* A.G.,Observatorio deMultinacionales enAmérica Latina (OMAL) –Paz conDignidad

ANE GARAY

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Las empresas transnacionales actú-an con un alto grado de impunidad,ya que sus derechos se protegen porun conjunto de contratos, normas decomercio e inversiones de carácterestatal, multilateral, regional y bila-teral, y de decisiones de los tribuna-les arbitrales; todas ellas hay quecumplirlas, ya que llevan aparejadasseveras sanciones.Sin embargo, sus obligaciones se

reenvían a las legislaciones nacio-nales, sometidas a políticas neolibe-rales de desregulación, privatizacióny reducción de las políticas públicas.Es decir, se construyen legislacionesad hoc para la defensa de los intere-ses de las transnacionales. El CorteInglés, Mango e Inditex, por ejem-plo, respetan las leyesdeBangladeshy obtienen suculentos beneficios, pe-ro a la vez se desentienden de losmás de 2.000 trabajadores y trabaja-

doras muertos en los últimos añospor derrumbamientos de edificios yaccidentes laborales, ya que formal-mente son empleados de sus provee-dores o subcontratistas.Por otro lado, el Derecho Inter-

nacional de los Derechos Humanosy el Derecho Internacional delTrabajo presentan una manifiestafragilidad para la protección de losderechos de las mayorías sociales.Los sistemas universales y sus juris-dicciones competentes son incapa-ces de neutralizar el conjunto de dis-posiciones y “sentencias” que sus-tentan la arquitectura de la impuni-dad formada por los contratosfirmados por las empresas trans-nacionales; las normas, políticas deajuste, préstamos condicionados ydisposiciones de la OrganizaciónMundial del Comercio (OMC), Fon-do Monetario Internacional (FMI) yBancoMundial; los acuerdos y trata-dos de comercio e inversiones; y lostribunales arbitrales internacionales,como el Centro Internacional para el

Arreglo de Diferencias sobre Inver-siones (CIADI), dependiente delBancoMundial.Existe una ausencia de meca-

nismos e instancias adecuadas paraexigir la responsabilidad de las em-presas transnacionales en el ámbitointernacional, ya que los sistemas in-ternacionales y regionales no estándiseñados para recibir denunciascontra las empresas y, además, exis-te una falta de cumplimiento y ejecu-ción de las decisiones de órganos re-gionales e internacionales. Junto aello, la falta de recursos financieros,humanos y técnicos para que las víc-timas puedan acceder a losmecanis-mos de tutela son un grave impedi-mento.

Controles deficientesCon todo ello, las corporacionestransnacionales amplían sus dere-chos y disfrutan de controles norma-tivosmuydeficientes. Y es que las le-gislaciones de los Estados recepto-res y los sistemas universales no hanevolucionado paralelamente alDerecho Corporativo Global.En el diseño y aprobación de los

códigos externos internacionalesse distinguieron tres fases. En laprimera se puso en cuestión la con-

cepción clásica que vincula, sinmás, a las compañías multinacio-nales con los efectos positivos so-bre el desarrollo, y la idea de avan-zar en el control normativo sobreestas empresas fue emergiendo enel ámbito internacional.En la segunda etapa, tuvo lugar la

reacción de los países ricos y lasgrandes corporaciones en contra decualquier código vinculante: los pro-yectos de los años 70 fuerondesautorizadospor laCámaradeCo-mercio Internacional, que neutralizócualquier iniciativa pública y elaborócódigos internos, unilaterales y vo-luntarios, en la Organización para laCooperación y Desarrollo Econó-micos (OCDE), Organización Inter-nacional del Trabajo (OIT) y enNaciones Unidas, con el objetivo deacallar las protestas ciudadanas antelas prácticas de las transnacionales.En la tercera fase, el Global Com-

pact (Pacto Mundial) de Naciones

Unidas –diez principiosmuy genera-les y sin ninguna eficacia normativa–ha abierto paso a los informesRuggie y a los Principios Rectores:en el Estado español está actualmen-te elaborándose el Plan Nacionalsobre Empresas y Derechos Hu-manos. La ofensiva de la voluntarie-dad se sofistica jurídicamente, perosu objetivo final sigue siendo la im-punidad para las operaciones de lastransnacionales.

En los contornos de las reali-dades jurídicas mencionadas, sur-gen la Responsabilidad Social Cor-porativa (RSC) y los códigos deconducta como fórmulas de dere-cho blando (soft-law) para conte-ner el poder de las empresas trans-nacionales. Las ideas sobre las quebascula la Responsabilidad SocialCorporativa son la voluntariedad,la unilateralidad, la autorregula-ción y la no-exigibilidad, todas ellasvinculadas a unmodelo en el que lalucha de clases se sustituye por lacorresponsabilidad entre empresa-riado, trabajadores y sociedad civil.Por otra parte, el Tribunal Per-

manente de los Pueblos y diferen-tes expertos y activistas han pro-puesto alternativas concretas paracontrolar las prácticas de las multi-nacionales. Estas propuestas estánrecogidas en el proyecto que en es-tos momentos se está discutiendoen el seno de los movimientos

sociales: un Tratado Internacionalde los Pueblos sobre obligacionesde las empresas transnacionales yuna corte mundial para juzgarlas ysancionarlas.

4 EMPRESAS TRANSNACIONALES

El Derecho Internacional de los Derechos Humanosy del Trabajo presentan una manifiesta fragilidadpara la protección de los derechos de las mayorías

Los sistemas internacionales noestán diseñados para las denunciasde las prácticas empresariales

Arquitectura jurídicade la impunidad

* J.H.Z, Hegoa-Instituto de Estudiossobre Desarrollo y CooperaciónInternacional (UPV/EHU).

JUAN HERNÁNDEZ ZUBIZARRETA*

JIANGYIN. China es unade las principales “fábricasglobales” de la industria textil.

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En el verano de 2012, Forbes colo-có al empresario gallego AmancioOrtega como propietario de una delas tres mayores fortunas del mun-do. La noticia fue motivo de orgullopara muchos españoles y españo-las, que justifican la buena estrelladel señor Ortega repitiendo la leta-nía que han leído en alguno de losperiódicos: se trata de un “empre-sario hecho a sí mismo” que recogelos frutos de haber trabajado mu-cho durante décadas. Pero los me-dios mayoritarios olvidan a las cos-tureras gallegas que durante déca-das han levantado las marcas deInditex trabajando muy duro acambio de salarios más bien mo-destos. Estas obreras, que muchas

veces trabajaban en su propio do-micilio y fuera de la legalidad, sehan ido quedando sin empleo ame-dida que Zara, Bershka, Stradi-varius y el resto de marcas de estegrupo empresarial han subcontra-tado talleres en países que ofrecíanunas condiciones “óptimas para laindustria de la confección”.En los últimos cinco años, los

casos de explotación laboral, per-secución sindical y vulneración dela libertad de asociación se han su-cedido en Bangladesh y Camboya.Estos países pagan los salariosmás bajos del mundo: en Bangla-desh el salario medio de una obre-ra de la confección se sitúa alrede-dor de los 34 euros mensuales, enCamboya ronda los 60. Aunque es-tas cifras se ajustan a la ley, ape-nas llegan para cubrir los costesde una nutrición digna. Y no se

acaba aquí la lista de denuncias:talleres clandestinos en São Paulocon trabajo esclavo, trabajadorasde la confección explotadas enTánger, condiciones al límite de lalegalidad para las personas quetrabajan en las tiendas del GrupoInditex. Ante esta realidad, resultaevidente que la fortuna de Ortegase forja a costa de la precarizacióny el empobrecimiento de miles depersonas trabajadoras.Gobiernos, empresas y medios

de comunicación nos han hechocreer que la internacionalizaciónde las empresas españolas conlle-va el desarrollo de las economíasde los países receptores, ayudan-do a incrementar el nivel de vidade las personas que allí viven.Incluso se ha aprovechado la des-articulación de las políticas públi-cas de “ayuda al desarrollo” paraimpulsar a las transnacionales co-mo actores de cooperación. Segúnsu teoría, en los países empobreci-dos las multinacionales van a ge-nerar un crecimiento económicoque a su vez va a originar mayorestasas de empleo, transferencia tec-nológica, desarrollo del tejido lo-cal e ingresos para el Estado a tra-vés del pago de impuestos. En lapráctica, las empresas transnacio-nales vulneran de forma sistemáti-ca los derechos humanos, y sonuno de los principales responsa-bles del empobrecimiento de mi-llones de personas en el mundo.De ello dan cuenta los relatores es-peciales de Naciones Unidas enderechos de los pueblos indígenas,vivienda, salud, alimentación omedio ambiente, así como la sen-tencia del Tribunal Permanente delos Pueblos (Madrid, 2010) que ha-ce referencia a las operaciones en

América Latina de empresasespañolas como Agbar, BBVA,Santander, Endesa, Gas NaturalFenosa, Repsol y Telefónica.

Peso en LatinoaméricaLos resultados operativos de dichascorporaciones tienen una alta de-pendencia de la región latinoameri-cana: los de Telefónica dependen enun 60% de América Latina; el BBVArecibe de esa regiónmás de lamitadde lo que gana. Las compañías delIbex-35 son las que en plena crisis,en 2011, tributaron de media el11,6% de sus beneficios y “reco-miendan” a los diferentes gobiernosespañoles el rescate de la banca, lasreformas laborales y de pensiones,la privatización de la sanidad y lafractura del sistema educativo.Detrás de esta actitud irresponsa-

ble se debe señalar a sus propieta-rios, los accionistas. En 2010, elBanco Santander tenía como princi-

pales propietarios a grupos finan-cieros de origen estadounidense yeuropeos que sumaban un 51,35%de las acciones. La familia Botín po-see un 0,8% del capital social delbanco y, de facto, Emilio Botín actúacomo representante de los interesesde dichos capitales internacionales.Tomando como referencia la estruc-tura accionarial de los diez valoresmás importantes del Ibex-35, vemosque como mínimo un 24% de su ca-

pital es propiedad de entidades fi-nancieras internacionales no espa-ñolas. En el capitalismo español, elpoder está concentrado en muy po-cas manos: 47 personas españolas(cinco mujeres y 42 hombres) con-trolan el 21,2% del poder de deci-sión de los consejos de administra-ción de las empresas del Ibex-35. Elpresidente de LaCaixa, Isidre Fainé,es consejero de cuatro de las empre-sas participadas por la entidad:Telefónica, Repsol, Agbar y Abertis.La acumulación de capital por

parte de grandes grupos empresa-riales o de personas de un deter-minado país no tiene nada que vercon el bienestar de la ciudadanía.Más bien facilita una concentra-ción de poder que permite a lasélites globales controlar los espa-cios de decisión política y los me-dios de desinformación de masas,presentándose como filántroposbenefactores hechos a sí mismosmientras siguen enriqueciéndose

sin límite a costa del empobreci-miento y la explotación de milesde obreras y obreros en el Estadoespañol y en el mundo.

5IMPACTOS Y RESISTENCIASDavid

Fernández

JiangyinSnowballion

TextileIndustry

Resulta evidente que la fortuna de AmancioOrtega se forja a costa de la precarización y elempobrecimiento de miles de personas trabajadoras

Gobiernos y medios difunden el mitode que el éxito empresarial repercuteen mejores condiciones para todas

Sia ‘nuestras’empresaslesvabien...

* J.C. y A.S. Respostes a les EmpresesTransnacionals (RETS) y autoresde Malas compañías (Icaria, 2013),de próxima aparición.

JESÚS CARRIÓN Y ALBERT SALES*

STUTTGART. La expansión delas marcas se basa en la rebaja de

condiciones laborales en todo el mundo.

Page 6: Diagonal nº 209: Monográfico Empresas Transnacionales

En Perú, la represión de las movili-zaciones sociales contra el proyectoConga, que la transnacional mineraNewmont está tratando de desarro-llar en Cajamarca, tuvo como resul-tado cinco víctimasmortales por dis-paros de la policía en julio de 2012.En Sudáfrica, un mes después, 34obreros que llevaban a cabo unahuelga en la mina Lonmin en Ma-rikana fueron acribillados por lasfuerzas policiales. Según fuentesempresariales, son casos aislados.En Bangladesh, el derrumbe en

abril de este año del edificio RanaPlaza en Dacca, donde se alojabanproveedores y subcontratas de ElCorte Inglés, Mango, Bennetton oPrimark, dejó más de 1.100 perso-nas muertas –la mayoría, mujeres–y 2.400 heridos. A finales de 2012,en el incendio de la fábrica textilFashions Tazreen, que producíapara C&A, Carrefour y Wal-Mart,perdieron la vida más de cien tra-bajadores. Según los gobiernos delos países centrales, se está tratan-do de acabar con las “malas prácti-cas” empresariales.En Madrid, hace tres años, tenía

lugar la tercerade lasaudienciasqueel Tribunal Permanente de losPueblos dedicaba a juzgar simbóli-camente a las empresas transnacio-nales europeas presentes en Amé-rica Latina. Allí se presentaron másde 30 casos de violaciones de dere-chos humanos cometidos por com-pañías multinacionales. Todos ellos,según la sentencia final que dictó eljurado presidido por Perfecto An-drés Ibáñez, magistrado del Tri-bunal Supremo, “deben ser conside-rados no aisladamente en su signi-ficación individual, sino como ex-presión de unmuy amplio espectrode violaciones y responsabilidades,que, por el carácter sistemático delas prácticas correspondientes,configuran una situación que ilus-tra con claridad el verdadero papeltanto de las transnacionales euro-peas como de la Unión Europea,sus Estados miembros y losEstados latinoamericanos”.

Dimensiones e impactosLos mecanismos de extracción,apropiación y acumulación de lariqueza económica, que están en labase del funcionamiento del capi-talismo, lejos de debilitarse con lacrisis sistémica que han originado,se están expandiendo aún con ma-yor agresividad tras el crash glo-bal. Socialización de las deudasempresariales, rebaja de salarios yprecarización laboral, privatiza-ción de los servicios públicos, ex-polio de los recursos naturales ylos bienes comunes… Las corpora-ciones transnacionales pretendenseguir aumentando como sea sustasas de ganancia, combinandouna drástica reducción de costescon la mercantilización de más ymás esferas de la vida. En este con-texto, se están multiplicando losconflictos socioecológicos y las vio-laciones de los derechos económi-cos, sociales, culturales y ambien-tales por todo el planeta.

Frente a ello, diferentes centrosde estudios, organizaciones no gu-bernamentales, redes de solidari-dad,movimientos sociales y sindica-les, así como ciertos sectores de laacademia, han venido realizando untrabajo de documentación y siste-matización sobre las consecuenciasde la expansión global de las gran-des corporaciones en el marco delactual modelo socioeconómico.Estas investigaciones han servidopara constatar que las empresastransnacionales no han contribuidoa unamejora de la cantidad y la cali-dad del empleo, ni tampoco de laprestación de los servicios que ofre-cen, prácticamente no han realizadoinversiones en mantenimiento yapenas han favorecido los procesos

de transferencia tecnológica. Y jun-to con las consideraciones económi-cas, hay también una lista de gravesefectos sociales, políticos, ambienta-les y culturales que van de la manode la internacionalización de los ne-gocios de estas compañías.El “caso Bárcenas”, además de ser

un ejemplo para ver cómo funcionala clase político-empresarial que nosgobierna, con las constructorasFCC,OHL y Sacyr recibiendo contratosde obra pública a cambio de finan-ciar ilegalmente al partido del go-bierno, es representativo de los im-pactos que pueden tener las transna-cionales en la dimensión económica:fraude, corrupción, soborno, espe-culación, evasión fiscal. Al mismotiempo, en este caso se aúnan otros

impactos que tienen que ver con lasdimensiones política (déficit demo-crático, lobby) y ambiental (destruc-ción del territorio y pérdida de biodi-versidad). Pueden enumerarse mu-chos ejemplos, tanto de multinacio-nales españolas como de compañíastransnacionales con sede en otrospaíses, en los que las prácticas de es-tas empresas se vinculan con todauna serie de impactos negativos so-bre las condiciones laborales y losderechos sindicales, las desigualda-des degénero, la destruccióndel teji-do productivo local, los derechos delos pueblos indígenas, la criminali-zación y represión de las organiza-ciones sociales que se oponen a susactividades, la contaminación de ai-re, agua y tierra. Citando únicamen-te a compañías españolas, se trata deimpactos socioecológicos asociadosa transnacionales de los sectores delturismo (Sol Meliá, Barceló), hidro-carburos (Repsol, Gas Natural Fe-nosa), electricidad (Iberdrola, En-desa), textil (Inditex, Mango), finan-zas (Santander, BBVA), telecomuni-caciones (Telefónica), agua (Agbar,Canal Isabel II), medios de comuni-cación (Prisa, Planeta)…

Globalizando las resistenciasCon todo ello, a medida que crecenlos conflictos provocados por lasgrandes corporaciones también sevan incrementandoanivel global lascampañas y movilizaciones socialesque se enfrentan al poder de estosgigantes económicos. Usuarios,consumidores, sindicalistas, femi-nistas, ecologistas, indígenas, acti-vistas y, en especial, las personasmás directamente afectadas por es-tas empresas desempeñan un papelcentral en las reivindicaciones queseñalan la responsabilidad de lascompañías multinacionales en unmodelo de “desarrollo” que globali-za la pobreza y la desigualdad.Conectar las luchas y resistencias

de las personas que han sufrido laviolación de sus derechos funda-mentales en otros países con la de-

nuncia, la sensibilización y la movi-lización en el país de origen de latransnacional, donde también se es-tán produciendo conflictos simila-res, no es sino una forma de globali-zar el trabajo de las redes contrahe-gemónicas que quieren, por un la-do, cuestionar la centralidad de lasempresas transnacionales en nues-tras sociedades y, por otro, cons-truir modelos socioeconómicos enlos que no tengan primacía los inte-reses empresariales sino los dere-chos de las mayorías sociales.

Los mecanismos deextracción, apropiacióny acumulación de riquezase están expandiendo aúnmás tras el crash global

6 EMPRESAS TRANSNACIONALES

Resistir a las transnacionalesERIKA GONZÁLEZ*

Mentatm

arkt

Campañas contramultinacionalesespañolas

2001 Contra la violaciónde los derechos de lasmujeres y los derechoslaborales en Inditex.2006 Contrajunta deafectados/as por Repsol.2007 La ir-responsabilidadsocial de Unión Penosa:Nicaragua a oscuras.2007 BBVA-ren aurkakoplataforma/Plataformacontra el BBVA.2007 BBVA sin armas;Santander sin armas;Caixabank sin armas.2008 Fuera ENCE deUruguay.2009 Plataforma de afecta-dos por la hipoteca.2012 Huelga de hambreen Telefónica; Marcos,readmisión; Sí, soy rentable.2012 Canarias dice noa Repsol.

* E.G., Observatorio de Multinacionalesen América Latina (OMAL) – Paz conDignidad

La crisis acelera la extracción de beneficio Aumentan las resistencias y las campañas a nivel global

WAL MART. Protesta contrala política salarial de esta transnacionalestadounidense de distribución.

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En 1995, cinco mil indígenas u’waamenazaron con un suicidio colecti-vo si las petroleras Oxy y Shell en-trabanensus territorios.Erauna for-ma de decir que la explotación pe-trolera equivalía a la muerte de supueblo. Dos años después, la CorteConstitucional colombiana les dabala razón. Las petroleras tuvieron queretirarse.Podría parecer unhecho curioso y

aislado, para el quehasta el cantanteSting prestó su imagen. De no serporque en abril de 2000, en Cocha-bamba (Bolivia), la población expul-só literalmente a pedradas a un con-sorcio de multinacionales –la espa-ñola Abengoa entre ellas– que se ha-bía hecho con el servicio del agua.Una situación que se repetía dosaños después en Arequipa (Perú),donde la población evitó que se pri-vatizara la empresa de energía.Cada vez quedaba más claro que

no se trataba de casos aislados. Enoctubre de 2003, los movimientossociales bolivianos provocaron la ca-ída del presidente neoliberal Gon-zalo Sánchez de Lozada. Este políti-co había intentado que otro consor-cio de tres multinacionales –una deellas Repsol– exportara gas a EEUUa través de Chile dejando en Boliviaapenas el 12% de los beneficios. Lecostó la presidencia. Los movimien-tos sociales ecuatorianos ya habíanimpulsado la destitución de dos pre-sidentes por sus políticas neolibera-les:AbdaláBucaramen1997 y JamilMahuad en 2000. Por los mismosmotivos también caerían en 2005LucioGutiérrez enEcuador yCarlosMesa en Bolivia.América Latina entera estaba

cambiando. Los nuevos gobiernossurgidos de esta ola de protestas, lla-mados “progresistas” o del “socialis-mo del siglo XXI”, dejaron atrás laspolíticas más ortodoxas del Con-

senso de Washington. Los Estadosrecuperaron protagonismo en laeconomía, generalizaron las ayudassociales gracias a un espectacularaumento del precio de las materiasprimas y en muchos casos renacio-nalizaron algunas empresas privati-zadas durante los años 90.Pero, según defiende el analista

uruguayo Raúl Zibechi, el modeloneoliberal siguió funcionando enAmérica Latina. Ya no gira en tornoa lasprivatizaciones, la aperturaeco-nómica y las desregulaciones, de-fiende Zibechi, sino que se ha volca-do en la apropiación de los “bienescomunes”, los recursos petroleros yminerales, el agua, la tierra, paraabastecer las necesidades industria-les y especulativas de las viejas po-tencias, y también de las nuevas, co-mo India, China, Corea o Brasil. Noobstante, estas compañías –a menu-do empresas estatales– se han en-contrado con una resistencia gene-ralizada. En el negocio de lamineríametálicaagranescalayacieloabier-to es donde las empresas más hannotado las pérdidas.Según afirmaba recientemente

César Padilla, del Observatorio deConflictos Mineros de América La-tina (OCMAL), en los últimos añosestemovimiento continental de opo-sición a la megaminería ha causadodaños económicos a las multinacio-nales por valor de 30.000 millonesde dólares. Para este investigador,“la resistencia ha puesto en jaque alaminería” enpaíses tandiversos co-mo Colombia, Perú, México, El Sal-vador, Argentina yGuatemala.En 2002 se producía la primera

gran victoria contra lamineríametá-lica a gran escala: los vecinos deTambogrande, en el norte de Perú,lograban expulsar a la minera cana-dienseManhattan trasmesesdepro-testas y una consulta popular, la pri-mera realizada en el continente. Laexperiencia se replicaba al año si-guiente en Esquel, en la Patagoniaargentina, dondeunnovedosomovi-

miento vecinal impidió una mina deoro a cielo abierto que pretendía lle-varse el 97% de los beneficios y de-jar a cambio millones de toneladasde agua contaminada con cianuro.Estas dos experiencias se con-

virtieron en un referente inevita-ble de los centenares de conflictosque estallaron en todos los países.Loncopué, Andalgalá, Chilecito,Tinogasta, Puno, Cocachacra,Quilish, Cañaris, Íntag, Santur-bán, Careperro, Guarjila, San Isi-dro, Sipacapa, San José del Golfo,San Rafael Las Flores... Todos es-tos nombres corresponden a loca-lidades, de sur a norte del conti-nente, que han conseguido frenarhasta el momento minas a cieloabierto de oro, plata, uranio, co-

bre, entre una larga lista de mine-rales de la tabla periódica.En los últimos años, Perú y

Guatemala se han sumado al clubde países convulsionados por mani-festaciones y cortes de carreteras.En Perú, desde 2009, las luchas delas comunidadesde la sierra y la cos-ta han conseguido paralizar decenasde emprendimientos mineros trans-nacionales. En Guatemala, desde2005, se han realizado 74 consultaspara impedirmegaproyectos, princi-palmente hidroeléctricas y minas acielo abierto. Este proceso, además,está ayudando a reparar el tejido so-cial destruido por el conflicto arma-do (1960-1996), afirma ClaudiaSamayoa, destacada defensora dederechos humanos. Según Sama-

yoa, gracias a las consultas, se estáempezando a “superar el miedo”.Para la líder maya kakchiquel Ro-salina Tuyuc, se trata de un pro-ceso muy “novedoso porque ya noson las organizaciones las queabanderan estas luchas, sino lascomunidades”.Por estar “sentados” sobre los re-

cursos naturales, las comunidadescampesinas e indígenas, “pueblosenteros prescindibles en el esque-ma”, son los que han liderado estaresistencia y han ofrecido con ma-yor claridad fórmulas alternativas,expone Gustavo Esteva, director dela Universidad de la Tierra de Oa-xaca, enMéxico. Este analista no só-lo reconoce los reveses recibidos porlas empresas multinacionales, sinoque va mucho más allá: afirma que

los movimientos han contribuido ala actual crisis del capitalismo. “Lacombinación de luchas de los pue-blos ha ayudado a detener la expan-sión del capital. La crisis actual no essimplemente la codicia de los deWall Street, si no que, entre comi-llas, nosotros la creamos. Cierto tipode luchas se libraron en secreto.Son luchas que paran el procesode expansión, como la luchacontra las mineras. Y el capital queno crece, muere”, dice.

7IMPACTOS Y RESISTENCIAS

Un paraísoparalas multinacionales...¿o eso era antes?

* M.C. Y E.G., autores de ‘Crónicasdel estallido. Viaje a los movimientosque transformaron América Latina’(Icaria, 2013), de próxima aparición.

El movimiento contra la megaminería ha hecho perderen los últimos años 30.000 millones de dólares a las multinacionales

MARTÍN CÚNEO Y EMMA GASCÓ*

2005 La multinacional del aguaSuez abandona El Alto (Bolivia)tras una revuelta. Las moviliza-ciones llevan a subir las regalíasa las petroleras del 18% al 50%.Sipacapa (Guatemala) impide laampliación de la mina Marlin.

2006 Un levantamiento indígenaen Ecuador expulsa a la petrole-ra Oxy y frustra la firma del TLCcon EE UU. Bolivia recupera lamayoría accionarial en sus petro-leras.

2008 32 campos petroleros dela Faja del Orinoco (Venezuela)pasan oficialmente a control

estatal, dentro de un plan másamplio de nacionalizaciones.

2009 En Ecuador, el movimientoindígena paraliza la ley de agua,que abría la puerta a la mineríatrasnacional. El baguazo (Perú)tumba cuatro decretos queentregaban la Amazonía a lasmultinacionales.

2011 Las comunidades de Puno(Perú) obligan al Gobierno a reti-rar el proyecto minero SantaAnta.

2012 30.000 campesinos eindígenas ganan el juicio a Che-vron-Texaco en Ecuador.

2013 Comunidades campesinase indígenas paralizan el proyectominero El Tambor (Guatemala).

Algunashistoriasde resistencia

EduLeón

“La resistencia ha puestoen jaque a la minería”en Colombia, Perú,México, El Salvador,Argentina y Guatemala

TEXACO CHEVRÓN. Esta petrolerafue condenada a pagar 19.000 millonesde dólares en indemnizaciones por dañosa la salud y al entorno en la Amazonía.

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Dicen afectados por represade Endesa en #Colombia:

“O se van las multinacionalesdel territorio,

o ¡las echamos!”@OMAL_INFO

Ha sido el mejor ministrode Economía de lademocracia y

su experiencia internacionalnos viene bien

EMILIO BOTÍNhablando de Rodrigo Rato

Más que nunca es elmomento de creer en

nosotros mismos, de confiaren la energía de las

personas. Es el momentode apoyar el espíritu

emprendedorANUNCIO DE REPSOL

“España tiene atractivo, se ha con-vertido en un mundo de oportuni-dades”. Lo ha dicho el consejero de-legado de FCC a raíz de la adquisi-ción del 6% de las acciones de estaempresaporpartedeBillGates.Así,la especulación financiera del hom-bre más rico del mundo se transfor-ma en un argumento para promo-

cionar la idea de que “los inversoresestán comenzando a volver” y, enpalabras del ejecutivo de la cons-tructora española, “representa unaconfirmación de la recuperación dela economía tanto a nivel de país co-mo de empresa”. Algo parecido de-cía el presidente del Santander ha-ce unas semanas en Nueva York:“Es un momento fantástico porquea España le está llegando dinero pa-ra todo”, afirmaba Emilio Botín an-te un grupo de periodistas a los que

el banco había pagado el viaje.En la marca España, el proyecto

estrella de la política exterior del go-bierno español, tienen cabida la se-lección de fútbol, el flamenco, el tu-rismo de sol y playa, las tapas y, almismo tiempo, la competitividad, lainnovación, los emprendedores, lainversión extranjera directa y lasempresas transnacionales. Estas úl-timas son, precisamente, las prota-gonistas de un relato que trata demezclar toda la parafernalia del “or-gullo de ser español” con una doc-trina económica basada en el creci-miento y en la expansión de lasgrandes corporaciones como ejescentrales para “salir de la crisis”.Para las instituciones que nos go-

biernan, no hay duda de cuáles son

los puntales sobre los que ha de sus-tentarse la “recuperación”: el creci-miento económico, la inversiónextranjera –atrayendo capitales conel modelo Eurovegas como estan-darte– y la ampliación demercados,todos ellos al servicio de los intere-ses de las compañías multinaciona-les españolas y enmarcados en lalógica del business as usual.Las élites empresariales están ha-

ciendo un esfuerzo para tratar decambiar la percepción social de esagran parte de la población que pen-samos que “no somosmercancía enmanos de políticos y banqueros”.Pero estas proclamas ya apenas en-cuentran aceptación en una mayo-ría ciudadana que ve cómo día trasdía se suceden las noticias sobre ca-sos de corrupción, evasión de im-puestos, brecha salarial, despidosmasivos y privatizaciones.“Somos un país que comunica

muy mal y estamos en pañales.Queremos tener a nuestro lado apersonas que, ocupando posicio-nes en universidades, empresas,instituciones, cojan la pluma ycuenten la verdad allá donde es-tén”, afirma el Alto Comisionadopara la Marca España. Y el caso esque, siguiendo su consigna y dán-dole la vuelta, eso es justamente loque están haciendo a diario las mi-les de personas que, tanto en lasredes sociales como en las calles yplazas, no dejan de expresar su in-dignación con todo lo que repre-senta la marca España. La corrup-ción, las “puertas giratorias”, lamonarquía, las entidades financie-ras, la troika y la clase político-em-presarial que nos gobierna han pa-sado a convertirse, de este modo,en los actores principales de un re-lato alternativo que se extiende ca-da vez más y que los identifica co-mo los causantes y, a la vez, comolos únicos beneficiarios de la cri-sis-estafa en que nos encontramos.Sabemos que, hoy, la marca

España realmente existente es laque hunde sus raíces en las causasestructurales del aumento de lasdesigualdades y la pobreza tanto enel Estado español como en los paí-ses periféricos donde operan “nues-tras empresas”; la que apuesta porla represión y criminalización de lasprotestas que confrontan “la dicta-dura de losmercados”; la que se en-frenta a las mayorías sociales afec-tadas por los desahucios, por la pri-vatización de la sanidad y la educa-ción, por las reformas laborales yde las pensiones, por los impactossocioecológicos de las multinacio-nales en todo el planeta.

MARCA ESPAÑA. “A Españale está llegando dinero paratodo”, ha afirmado Emilio Botín.

EDITADO POR EL OBSERVATORIO DE MULTINACIONALES EN AMÉRICA LATINA(OMAL) - PAZ CON DIGNIDAD. ESTA PUBLICACIÓN HA CONTADO CON LACOLABORACIÓN DE LA AGENCIA VASCA DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO.

La marca España hunde sus raícesen las causas estructurales delaumento de las desigualdades.

LA MARCA ESPAÑA YLOS RELATOS DE LA CRISIS

MARCA ESPAÑA

Estos días, el desencantocon el modelo cooperativistacotiza fuerte. Lo que Fagory su Corporación necesitanes, sobre todo, un nuevo

modelo de negocioDIARIO EL PAÍS

Quienes tras 5 años dequiebra del capitalismo nocuestionan el capitalismo,

sí cuestionan elcooperativismo tras la caída

de una cooperativa.@HUGOMABARCA

Danone y el FMI acabaráncon la pobreza con unoschismes que han inventa-do. De la deuda y eso ya

hablamos después.@CRENDUELES

DavidFernández

PEDRO RAMIRO*

* P.R., Observatorio de Multinacionalesen América Latina (OMAL) – Paz conDignidad

transnacionalesEmpresas