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Para el Estado reviste gran importancia la garantía de una generación de electricidad confiable y continua, que no afecte la seguridad medioambiental y el manejo y control efectivo del vertido de emisiones contaminantes a la atmosfera, habidas cuentas de que las consecuencias de una inobservancia de sus efectos a corto, mediano y largo plazos, implican un deterioro progresivo de la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, tal como se ha visto en los últimos fenómenos que se han registrado en todo el mundo. La explotación de las fuentes renovables para la provisión de este importante insumo es vista como la tabla de salvación por muchos sectores, fundamentalmente aquellos orientados a la defensa del medioambiente. Se cita, entre otras ventajas, que con la obtención de electricidad a partir de la energía proveniente del agua, el viento, el sol o el calor de la propia tierra, se está evitando la emisión de gases contaminantes que tanto impacto tienen en el cambio climático.TRANSCRIPT
DIAGNÓSTICO DE LA UTILIZACIÓN1
DE ENERGIA EÓLICA EN LA MATRIZ ENERGETICA DE LA
REPUBLICA DOMINICANA. CONSIDERACIONES MEDIOAMBIENTALES DE SU
EXPLOTACIÓN
AUTOR:
INGENIERO GENRIS G. REYES VÁSQUEZ M.S.C2.
1 Derechos de Autor Registrados.
2 Favor ver colaboradores de la Fundación de Desarrollo e Implementación de Estudios Estratégicos
fundeimes.blogspot.com para conocer aún más al Autor de este trabajo
NOTA ACLARATORIA:
“Las opiniones contenidas en el presente informe de
investigación, son de la exclusiva responsabilidad de su
autor y la Institución no se solidariza necesariamente con
los conceptos emitidos”.
_________________________________
Ingeniero Genris G. Reyes Vásquez
INDICE
Contenido Página
Resumen del Ejecutivo i Introducción iv Planteamiento del Problema vi Objetivos viii Idea a Defender ix Marco Metodológico xi
Capítulo I: Tecnologías utilizadas en la República Dominicana para la producción de electricidad y su impacto en el medioambiente
1.1 Matriz de Generación actual del
Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI). 1 1.2 Fuentes de generación térmica en la
República Dominicana al año 2012. 5 1.3 Emisión de CO2 por tipo de combustible utilizado para Generación de electricidad en la República Dominicana en el periodo 2008 ~ 2012. 8
Capítulo II: La energía eólica: tecnologías para su implementación e impacto en el contexto regional
2.1 Parques Eólicos. 14 2.1.1 Turbinas Eólicas. 15 2.1.1.1 Rotor. 16 2.1.1.2 Buje. 16 2.1.1.3 Caja de engranajes. 16 2.1.1.4 Generador. 17 2.1.1.5 Equipo de control y monitoreo (SCADA). 17 2.1.1.6 Torre. 18 2.1.1.7 Eje de baja velocidad. 18 2.1.1.8 Eje de alta velocidad. 18 2.1.1.9 Góndola. 19 2.1.1.10 Sistema de frenado. 19
2.2 Clasificación de los Parques Eólicos. 19 2.2.1 Generadores de Eje Horizontal. 23
2.2.2 Generadores de Eje Vertical. 24 2.2.3 Análisis comparativo entre las turbinas
de eje horizontal y las de eje vertical. 25 2.3 La energía eólica en Latinoamérica y El Caribe. 27
Capitulo III: Desarrollo Sostenible en la República Dominicana
3.1 Nociones sobre Desarrollo Sostenible. 30 3.2 Desarrollo Sostenible en la República Dominicana. 34 3.3 Principales aspectos a considerar para la explotación
de las fuentes renovables de energía, a partir de la Estrategia Nacional de Desarrollo, Ley 01-12. 41
Capitulo IV: Potencial Eólico aprovechable en la República Dominicana, de cara al ordenamiento legal existente hasta el año 2012 4.1 Mapa eólico de la República Dominicana, 2012. 46
4.2 Mapa de Áreas Protegidas de la República Dominicana. 49
4.3 Zonas con potencial eólico aprovechable de manera sostenible en la República Dominicana. 53 4.4 Marco Legal para la explotación de los Recursos Naturales en la República Dominicana. 58 4.5 Impacto medioambiental de la implementación de los
Parques Eólicos. 60 4.5.1 Fase de Ejecución. 61 4.5.2 Fase de explotación. 64 4.6 Proyectos y Concesiones desarrollados y en ejecución. 66 4.7 Parque Eólico Los Cocos - Quilvio Cabrera: Impacto sobre el medioambiente 68 Conclusiones 70 Recomendaciones 74 Glosario de Términos 77 Referencias 80 Anexos
RESUMEN EJECUTIVO
Durante el siglo XX, el consumo energético mundial se multiplicó
prácticamente por 10, crecimiento que mantiene un patrón exponencial de un
1,6% de incremento anual, por lo que hoy consumimos 70% más energía que
hace treinta años. La Agencia Internacional de la Energía (AIE)) tiene previsto
para el año 2030 una subida de otro 50%. [AIE. (2005). “Cambio Climático,
Energía Limpia y Desarrollo Sostenible”. Pág. 11].
Para principios del siglo XXI, el consumo mundial de energía primaria ha
sido de más de 10,000 millones de toneladas equivalentes de petróleo, dentro
de lo cual, la producida por combustibles fósiles llegó a estar repartido de la
siguiente manera: 35% Petróleo, 23,3% Carbón y 21,2% Gas Natural. [Ibíd.
pág. 12].
En la República Dominicana, cuyo parque de generación de electricidad
depende básicamente de la producción térmica, el costo de garantizar un
suministro contínuo y confiable, implica la quema de una cantidad cada vez más
elevada de combustibles fósiles que tienen que ser importados y cuyos efectos
colaterales son los crecientes daños al medioambiente.
Independientemente de los grandes recursos que deben ser destinados a
la importación de fuentes primarias de energía, el volumen de gases de efecto
invernadero que son emitidos a la atmósfera, da lugar al deterioro de la calidad
de vida de los habitantes y pone en riesgo el futuro de las generaciones.
A pesar de que la contribución que a nivel global hace el país al volumen
total de emisiones de gases de efecto invernadero es pequeña, comparada con
otros países de mayor desarrollo industrial, los efectos del cambio climático son
iguales o peores, por tratarse de una isla tropical.
Históricamente, los países en desarrollo han contribuido
comparativamente muy poco a la crisis climática del mundo. Pero estas
naciones son profundamente vulnerables a los impactos del cambio climático,
incluidos las sequías, la producción de alimentos reducida y los desastres “no
naturales” debido al aumento de la intensidad de las tormentas y al aumento del
nivel del mar. [Worldwatch Institute; Alianza de Energía y Ambiente con
Centroamérica. (2011). “Estrategia para un sistema de energía sustentable:
Aprovechamiento de los recursos eólicos y solares de la República
Dominicana”. Pág. 43].
El alarmante incremento de la temperatura del planeta, ha puesto en
alerta a numerosos científicos de todas las latitudes, quienes intentan
afanosamente determinar los mecanismos para contrarrestar el impacto
negativo que tiene el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero
hacia la atmosfera, principal responsable del cambio climático.
De ahí la gran importancia que en los últimos tiempos confieren los
Estados a la protección del medioambiente y la utilización sostenible de los
recursos naturales, la cual tiene que ver con los trastornos en el
comportamiento climático, causantes de grandes pérdidas humanas y
económicas para la humanidad.
El Protocolo de Kyoto establece los compromisos de reducción y los
mecanismos para alcanzar dichas reducciones a los que deben acogerse los
países firmantes, dentro de los cuales se encuentra la República Dominicana.
Así las cosas, la orientación de la matriz energética del país hacia el uso
de tecnologías de transformación y consumo energético más eficientes y la
penetración de fuentes energéticas menos contaminantes, se perfila como uno
de los estandartes en los que se ha de erigir la solución necesaria para estos
inconvenientes, en razón de que el medioambiente se ha percibido como una
fuente esencial para las políticas de seguridad.
En ese sentido, diversas alternativas se han ido planteando, en el
entendido de que uno de los puntos principales de esta problemática lo
constituye la quema de combustibles de origen fósil, ya sea para la industria,
para el transporte o la generación de electricidad.
Para estos fines es necesario evaluar las posibilidades de explotación
nacional de los recursos naturales de los que se dispone, tal como el viento,
siempre y cuando que su utilización se haga en condiciones de sostenibilidad,
respetando en todas sus partes la legislación vigente en materia de recursos
naturales y desarrollo turístico, como garantía de un hábitat seguro para las
generaciones actuales y futuras.
Por ser una fuente segura y abundante de energía limpia y renovable,
recientemente se ha registrado un importante crecimiento en la implementación
de parques de generación de electricidad mediante aprovechamiento del
recurso del viento en toda la región, incluyendo naciones con capacidad de
producción y exportación de combustibles fósiles y gran potencial de
explotación del recurso del agua, como son los casos de Brasil, Venezuela y
México.
En la República Dominicana, El Art. 37 del “Procedimiento
complementario para la integración y operación de las centrales de generación
de régimen especial en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI)”
establece que la Superintendencia de Electricidad -SIE- es la instancia
responsable de definir el límite máximo de penetración al Sistema de este tipo
de energía no gestionable; es decir, aquella en la que el recurso primario es
aleatorio, como es el caso de la eólica, de cuya evaluación y potencial
explotación trata la presente investigación.
INTRODUCCION
Para el Estado reviste gran importancia la garantía de una generación de
electricidad confiable y continua, que no afecte la seguridad medioambiental y
el manejo y control efectivo del vertido de emisiones contaminantes a la
atmosfera, habidas cuentas de que las consecuencias de una inobservancia de
sus efectos a corto, mediano y largo plazos, implican un deterioro progresivo de
la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras, tal como se ha visto
en los últimos fenómenos que se han registrado en todo el mundo.
La explotación de las fuentes renovables para la provisión de este
importante insumo es vista como la tabla de salvación por muchos sectores,
fundamentalmente aquellos orientados a la defensa del medioambiente. Se
cita, entre otras ventajas, que con la obtención de electricidad a partir de la
energía proveniente del agua, el viento, el sol o el calor de la propia tierra, se
está evitando la emisión de gases contaminantes que tanto impacto tienen en el
cambio climático.
Las fuentes renovables que deberán jugar un papel importante en estos
objetivos serán sin dudas la energía eólica, la solar térmica y la solar
fotovoltaica. En primer lugar la energía eólica ya ha alcanzado una madurez
tecnológica que le permite competir en el mercado libre energético. [Estévez
Selma, Miguel Ángel y Urbina Yeregui, Antonio. (2008). “Energía y Ecología:
claves ambientales en el uso y futuro de la energía”. Pág. 28].
Para la prestigiosa Escuela de Copenhague, centro de seguridad por
excelencia de Europa, dentro de los cinco sectores de la Seguridad, en adición
al militar, el político, el económico y el societal, se encuentra el sector
medioambiental, teniendo como actores que segurizan al Estado, los activistas
y las ONG’s, y como actores funcionales a las empresas transnacionales, las
empresas estatales y la industria agrícola.
Según datos obtenidos en los Inventarios Nacionales de Emisiones y
Absorciones de Gases de Efecto Invernadero del Ministerio de Medioambiente
y Recursos Naturales (MINERD), las emisiones de CO2 por concepto de
generación de energía en el país, han ido en ascenso de manera sostenida.
En este sentido, la investigación está fundamentada en obtener
conclusiones generales a partir de las premisas del análisis de los datos
levantados en cuanto a la capacidad de producción de energía a partir del
recurso eólico en el país y de la cuantificación de las emisiones nocivas
resultantes de la quema de combustibles fósiles para abastecer la demanda de
electricidad en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).
Es decir, está orientada a la obtención, mediante un diagnóstico, del
potencial eólico con el que cuenta la Republica Dominicana para abastecer
parte de su demanda de electricidad, disponiendo para ello de los resultados de
diversos estudios que han sido desarrollados por entidades nacionales e
internacionales para determinar las zonas con niveles de viento potencialmente
explotables y de los análisis de emisión de gases que son realizados
sistemáticamente a cada una de las plantas térmicas del parque de generación
eléctrica nacional.
Un aspecto primordial que ha sido tomado en cuenta para la elaboración
del presente diagnóstico, es la ponderación de los criterios para identificar las
zonas con alto potencial eólico, sobre la base de las facilidades necesarias para
la evacuación de la energía producida en los eventuales emplazamientos, a
partir del acceso a la red y la posible penetración en áreas protegidas de vital
importancia para los hábitats naturales o el turismo nacional.
Para la realización de este diagnóstico se ha establecido el periodo
comprendido entre los años 2008 ~ 2012, partiendo de la legislación vigente.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
El acceso a la energía eléctrica es, sin lugar a dudas, uno de los medios
fundamentales para promover el desarrollo de los pueblos, debido a que su
disponibilidad favorece aspectos tan relevantes como la salud, la educación o
la comunicación, al tiempo que aumenta las posibilidades de mejorar las
condiciones de vida de sus ciudadanos, al propiciarles los medios para generar
iniciativas con las cuales insertarse en el aparato productivo.
En la República Dominicana, la mayor parte de la energía eléctrica que
se genera proviene de plantas térmicas que operan con combustibles fósiles:
petróleo y sus derivados, gas natural o carbón mineral, dando lugar a una
importante emisión de gases de efecto invernadero, fundamentalmente Dióxido
de Carbono (CO2).
El parque de generación de electricidad de la República Dominicana está
conformado en un 87.55% por plantas térmicas, las cuales operan a partir del
calor que se obtiene quemando combustibles fósiles como petróleo, gas natural
y carbón, liberando durante este proceso una gran cantidad de gases
contaminantes al medioambiente, entre ellos CO2. [Organismo Coordinador del
Sistema Eléctrico Nacional Interconectado -OC-SENI-. (2012). “Memoria Anual
Operaciones año 2011”].
La generación fundamentada básicamente en plantas térmicas, amerita
un nivel de dependencia externa cada vez mayor de un aspecto tan relevante
como la energía eléctrica, motor indiscutible del desarrollo. Esto, al margen de
la tremenda carga que significa el mantenimiento a flote del sistema eléctrico en
tales condiciones y de que el Estado es compromisario de diversos acuerdos
internacionales relativos al control de emisiones nocivas.
Los efectos de los niveles de contaminación que acusa el país tienen sus
consecuencias más devastadoras en aquellas comunidades en las cuales se
concentra la mayor cantidad de plantas de generación de electricidad, ya sea
por su ubicación geográfica estratégica, por la facilidad para el ensamblaje de
estos centros de transformación o el aprovechamiento de la infraestructura
existente para la evacuación de la energía producida.
Cada día resulta más evidente, en términos de certeza científica y de
percepción ciudadana, que las emisiones de gases de efecto invernadero se
están mostrando como el mayor limite ecológico del uso de los combustibles
fósiles. [Esteve Selma, Miguel Ángel et al. (2008). Doc. Citado. Pág. 26].
La generación de electricidad a partir de fuentes de energía renovables,
como el viento, permite mitigar el alto impacto de la quema de combustibles
fósiles en la producción de gases de efecto invernadero.
Para estos fines es necesario evaluar las posibilidades de explotación
nacional del recurso del viento, en condiciones de sostenibilidad, partiendo del
hecho de que la legislación vigente en materia de recursos naturales y
desarrollo turístico limita grandemente el ya reducido espacio de que se dispone
para promover el desarrollo de proyectos de generación eólicos.
En el Artículo 5 de la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos
Naturales, Ley No. 64-00 se establece, de manera específica, que:
…es responsabilidad del Estado, de la
sociedad y de cada habitante del país proteger, conservar, mejorar, restaurar y hacer un uso sostenible de los recursos naturales y del medio ambiente, y eliminar los patrones de producción y consumo no sostenibles.
OBJETIVO GENERAL
Realizar un diagnóstico del potencial eólico aprovechable de manera
sostenible de que dispone la República Dominicana.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
I. Identificar el potencial eólico de que dispone la República Dominicana en
condiciones de ser aprovechado para la generación de electricidad, sin
entrar en conflicto con la normativa vigente respecto a las áreas
protegidas y las zonas de desarrollo turístico previamente establecidas
mediante Leyes, Decretos o cualquier otro tipo de ordenanza.
II. Cuantificar el nivel de emisiones resultante de la generación de energía
eléctrica por tipo de combustible utilizado en el país y contrastarlo con el
aporte individual sobre la oferta total de electricidad.
III. Evaluar la factibilidad de la explotación del recurso del viento en el país,
en función de las condiciones existentes para la evacuación de la
energía producida y la ubicación geográfica de los emplazamientos.
IV. Analizar la situación actual de la energía eólica en el contexto
internacional y describir las tecnologías disponibles para la
implementación de proyectos eólicos en la República Dominicana.
IDEA A DEFENDER
El aprovechamiento de las fuentes renovables para la producción de
energía eléctrica representa una solución adecuada para reducir la
dependencia de fuentes externas de energía y disminuir el impacto ambiental
de las instalaciones de generación de electricidad.
En la República Dominicana, la migración paulatina del parque de
generación de electricidad hacia tecnologías que tiendan a establecer una
mejor relación con la seguridad energética y medioambiental, constituye un
elemento primordial para el Estado, de acuerdo a lo que establece la Ley 57-07
de Incentivo al Desarrollo de las Energías Renovables y sus Regímenes
Especiales.
Del análisis de los Inventarios Nacionales de Emisiones de Gases de
Efecto Invernadero elaborados por el Ministerio de Medioambiente y Recursos
Naturales que fueron consultados para la elaboración de esta investigación, se
desprende que existe suficiente evidencia para demostrar que en la República
Dominicana las modificaciones en el cambio climático están íntimamente
relacionadas con las emisiones de CO2 por concepto de quema de
combustibles fósiles para la generación de electricidad, por lo cual se hace
necesaria la búsqueda de fuentes de producción de energía limpia, más
amistosas con el medioambiente.
Es indispensable una revolución de tecnología energética
verdaderamente mundial e integrada para solucionar los problemas
interrelacionados de seguridad energética y cambio climático, mientras se
satisfacen las crecientes necesidades de energía del mundo en desarrollo. [AIE.
(2010). Doc. Citado”. Pág. 18].
Variables
Volumen de emisiones de CO2 producto de la generación de energía
eléctrica a partir de plantas térmicas en el periodo 2008 ~ 2012 en el
Sistema Eléctrico Nacional Interconectado de la República Dominicana.
Potencial eólico explotable en la República Dominicana en función de la
legislación vigente respecto a espacios protegidos y zonas de desarrollo
turístico hasta el año 2012.
Emisiones evitadas a partir de la generación de electricidad mediante el
aprovechamiento del viento en la República Dominicana, desde la
entrada en operación del Parque Eólico Juancho-Los Cocos, en octubre
del año 2011, hasta diciembre del 2012.
Indicadores
Toneladas de CO2 emitidas durante el proceso de quema de los
combustibles fósiles utilizados para generación de electricidad desde el
año 2008 hasta el 2012 en la República Dominicana.
Energía total inyectada al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado
(SENI) a partir de generación térmica durante el periodo 2008 ~2012.
MARCO METODOLOGICO
Diseño de la Investigación
El Plan de Trabajo que se ha seguido para la realización de esta
investigación estuvo fundamentado en la recopilación de toda la data disponible
a través de los organismos del Estado relacionados con el manejo de la
regulación y generación de electricidad: Corporación Dominicana de Empresas
Eléctricas Estatales -CDEEE-, Superintendencia de Electricidad –SIE-,
Empresas Generadoras; las que norman el control de emisiones: Ministerio de
Medioambiente y Recursos Naturales, Dirección General de Normas y Sistemas
de Calidad -DIGENOR-, Ministerio de Industria y Comercio y las que dan
seguimiento al marco jurídico que involucra el tema energético: Comisión
Nacional de Energía -CNE-, Dirección General de Impuestos Internos -DGII-,
Dirección General de Aduanas -DGA-, con el propósito de compilar toda la data
relativa a:
1. Potencial del viento en las distintas regiones del país.
2. Cantidad de plantas de generación eléctrica por tipo de
combustible y su consumo promedio.
3. Volúmen de emisiones registradas por quema de combustibles
fósiles para generación de electricidad.
4. Incentivos que ofrece el Estado por la utilización de los recursos
naturales para la producción de energía limpia.
Una vez levantadas estas informaciones, se ha procedido a evaluar
cuáles son las zonas del país en condiciones de ser explotadas, desde el punto
de vista del potencial eólico existente, sobre la base de la no afectación de los
demás sectores del ámbito nacional.
Tipo de Razonamiento
El tipo de razonamiento es inductivo, pues la investigación está
fundamentada en obtener conclusiones generales a partir de las premisas del
análisis de los datos levantados en cuanto a la capacidad de producción de
energía a partir del recurso eólico en el país y de la cuantificación de las
emisiones nocivas resultantes de la quema de combustibles fósiles para
abastecer la demanda de electricidad en el SENI.
Tipo de Investigación
Es Aplicada y Tecnológica, pues al tiempo de estar orientada a la
obtención, mediante un diagnóstico, del potencial eólico con el que cuenta la
Republica Dominicana para abastecer parte de su demanda de electricidad,
busca enfocar la solución a este problema a partir del uso de tecnologías más
amistosas con el medioambiente.
Métodos para Generar Datos
Se utilizará una combinación de dos métodos científicos: el empírico-
analítico y el de la medición estadística. Para ello se dispone, por un lado, de
los resultados de los estudios que han sido desarrollados en el país para
determinar las zonas con niveles de viento potencialmente explotable y de los
análisis de emisión de gases que son realizados sistemáticamente a cada una
de las plantas térmicas del sistema eléctrico nacional.
Fuentes y Técnicas
La principal fuente de retroalimentación lo constituyen los estudios
llevados a cabo por instituciones como la Comisión Nacional de Energía, la
Dirección de Meteorología y empresas privadas dedicadas a la asesoría en
materia de energía eólica, mientras que la técnica a emplear será la
experimentación, ya que a partir de las informaciones obtenidas en la data
histórica de los estudios de viento que suministran las estaciones
meteorológicas nacionales e internacionales para las distintas zonas del país,
estaremos tomando las variables que sean de utilidad para nuestra
investigación.
Instrumento
Recolección de los datos obtenidos del comportamiento histórico del
viento en las distintas zonas del país, a fin de determinar aquellas con mayor
potencial eólico y con mejores posibilidades de ser explotadas de manera
sostenible. En otro orden, contaremos con una cuantificación de los niveles de
emisión de CO2 por tipo de combustible fósil utilizado para la generación de
electricidad.
Herramientas para el análisis y presentación de datos
Los datos a emplear serán los obtenidos por los estudios realizados por
diversas entidades nacionales e internacionales para identificar las zonas con
mejores posibilidades de aprovechamiento eólico y cuantificar el potencial en
cada una de estas zonas, así como los relativos al análisis de emisiones de
gases de efecto invernadero producto de la quema de combustibles para
generación de electricidad.
CAPITULO I:
TECNOLOGÍAS UTILIZADAS EN LA REPUBLICA DOMINICANA PARA LA PRODUCCIÓN DE
ELECTRICIDAD Y SU IMPACTO EN EL MEDIOAMBIENTE
1.1 Matriz de Generación actual del Sistema Eléctrico Nacional
Interconectado (SENI).
El parque de generación del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado
(SENI) posee en la actualidad una capacidad instalada de 3,281.15MW, de los
cuales el aporte de la estatal Empresa de Generación Hidroeléctrica
Dominicana (EGEHID) es de 603.18MW y el de las empresas térmicas privadas
es 2,596.53MW, incluidos los Productores Independientes de Energía (IPP) que
mantienen contratos con la CDEEE, que suman 485.0MW.
Esto quiere decir, que la producción de electricidad, integrada por un total
de 17 empresas generadoras, está compuesta por unidades de distintas
tecnologías como hidráulica, motores diésel, turbinas a vapor, turbinas a gas,
de ciclo combinado y turbinas eólicas.
Del total de la capacidad termoeléctrica instalada y conectada al SENI, que
como se ha mencionado es de 2,596.53MW, a los motores diésel les
corresponde 841.6MW; a las unidades de ciclo combinado, 781MW; a las
unidades a vapor, 603.4MW; y a las turbinas a gas, 370.5MW.
La capacidad hidroeléctrica instalada y conectada al SENI, que es de
603.18 MW, está conformada por unas 26 centrales hidráulicas, de las cuales
12 son de embalse y corresponden al 93% de la potencia hidráulica instalada.
En cuanto a otras fuentes, la capacidad instalada en renovables es de 85MW,
correspondiente a energía eólica y unos 2MW en energía solar, según datos de
la CNE.
El aporte de la generación térmica referida a la disponibilidad, que es de
2,372.53MW (75% del parque), alcanza cerca del 88% de la demanda, debido a
las fluctuaciones en la contribución de las hidroeléctricas, provocadas ya bien
por el nivel de los embalses o por los distintos usos que se hace del agua
almacenada en las presas y que tienen preeminencia sobre la generación de
electricidad, como lo son el abastecimiento de los acueductos y el regadío de la
tierra.
Gráfica No. 1.
Parque de generación eléctrica nacional en función de la capacidad efectiva
Fuente: Elaboración propia
El Informe mensual de operación real de diciembre del 2012 del
Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado de la
República Dominicana (OC-SENI) muestra que las empresas con mayores
aportaciones de energía al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado en ese
mes fueron las siguientes:
AES-Andrés con 196.65 GWh (17.10%),
EGEHID con 175.46 GWh (15.26%,),
Ege-Haina con 144.25 GWh (12.54%,),
Dominican Power Partner con 126.65 GWh (11.01%),
Ege-Itabo con 79.23 GWh (6.89%),
Seaboard Transcontinental Capital con 126.20 GWh (10.97%,),
Generadora Palamara-La Vega con 108.46 GWh (9.43%),
LAESA con 62.61 GWh (5.44% ) y
CDEEE con 63.47 GWh (5.52%,).
Gráfica No. 2.
Total de energía abastecida por tecnología de generación
Fuente: OC-SENI
El hecho de contar con una generación fundamentada básicamente en
plantas térmicas amerita una importación cada vez mayor de petróleo y sus
derivados, carbón mineral y gas natural, lo que implica que el nivel de
dependencia externa en ese sentido conlleve a la erogación de cuantiosos
recursos para poder suplir un servicio tan relevante como la energía eléctrica,
motor indiscutible del desarrollo.
Gráfica No. 3.
Costo variable de generación del kW/h por tipo de combustible fósil utilizado
Fuente: Elaboración propia con datos del Organismo Coordinador de enero 2013
Teniendo en cuenta las implicaciones que conlleva continuar con un
modelo energético basado en altos porcentajes de combustibles fósiles que
generan energía no renovable, incluso los grandes de poder han empezado a
plantearse la necesidad de modificar los porcentajes de participación en la
producción energética de las energías renovables. [Estévez Selma et al. Doc.
Citado. Pág. 26].
1.2 Fuentes de generación térmica en la República Dominicana
al año 2012.
Durante el año 2012, de la capacidad total instalada del SENI
correspondiente a centrales térmicas, la disponibilidad real de las
termoeléctricas alcanzó los 2,085.72MW, por distintas razones.
De acuerdo a datos del OC-SENI, tan solo en diciembre de 2012, la
generación asociada a plantas térmicas, sobre la base de la generación total
fue como sigue:
Gas natural, 36.37%;
Fuel oíl #6, 31.86%;
Carbón, 9.63% y
Fuel oíl #2, 6.37%.
Es decir; en ese periodo, el 84.23% de la producción eléctrica nacional
dependió y ciertamente se obtuvo quemando combustibles fósiles: petróleo, gas
natural y carbón mineral.
El restante 15.77% correspondió a generación entregada por las centrales
hidroeléctricas y un pequeño aporte de energía eólica.
La Tabla No. 1 muestra como está conformado el parque de generación
térmica conectado al SENI, la capacidad nominal de las plantas, la tecnología
asociada a estas y el tipo de combustible utilizado para la producción de
electricidad, mientras que en la Tabla No. 2 se puede ver el aporte parcial de
energía de cada una de estas unidades durante el año 2012.
Tabla No. 1.
COMPOSICIÓN DEL PARQUE DE GENERACIÓN TÉRMICA CONECTADO AL SENI
Fuente: Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI)
AES ANDRES AES ANDRES 305 Ciclo Combinado Gas Natural
CDEEE RIO SAN JUAN 1.5 Motores Diesel Fuel Oil No.2
CEPP 1 16.5 Motores Diesel Fuel Oil No.6
CEPP 2 51.2 Motores Diesel Fuel Oil No.6
CESPM 1 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2
CESPM 2 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2
CESPM 3 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2
Complejo Metalúrgico Dominicano METALDOM 41.3 Motores Diesel Fuel Oil No.6
Los Mina 5 118 Turbina a Gas Gas Natural
Los Mina 6 118 Turbina a Gas Gas Natural
Barahona Carbon 53.6 Turbina a Vapor Carbón
Haina 1 54 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
Haina 2 54 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
Haina 4 84.9 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
Haina Turbo Gas 100 Turbina a Gas Fuel Oil No.2
Monte Rio 100.1 Motores Diesel Fuel Oil No.6
Puerto Plata 1 27.9 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
Puerto Plata 2 39 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
San Pedro Vapor 30 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6
Sultana del Este 102 Motores Diesel Fuel Oil No.6
ITABO 1 128 Turbina a Vapor Carbón
ITABO 2 132 Turbina a Vapor Carbón
LA VEGA 87.5 Motores Diesel Fuel Oil No.6
PALAMARA 107 Motores Diesel Fuel Oil No.6
Generadora San Felipe (GSF) SAN FELIPE 185 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2 y 6
PIMENTEL 1 31.6 Motores Diesel Fuel Oil No.6
PIMENTEL 2 28 Motores Diesel Fuel Oil No.6
PIMENTEL 3 51.4 Motores Diesel Fuel Oil No.6
MONTERIO POWER CORPORATION INCA KM 22 14.6 Motores Diesel Fuel Oil No.6
ESTRELLA DEL MAR 73.3 Motores Diesel Fuel Oil No.6
ESTRELLA DEL MAR 2 110 Motores Diesel Gas Natural
LOS ORIGENES POWER PLANT* LOS ORIGENES 25 Motores Diesel Gas Natural
LAESA
SEABOARD TRANSCONTINENTAL
CAPITAL
CAPACIDAD
INSTALADA (MW)NOMBRE DE LA EMPRESA
NOMBRE
DE LA CENTRAL
Compañía Eléctrica
de Puerto Plata
TecnologiaCombustible
Utilizado
Compañía Eléctrica
de San Pedro de Macoris
DOMINICAN POWER
EGE-HAINA
EGE-ITABO
Generadora Palamara - La Vega
Tabla No. 2.
ENERGÍA ABASTECIDA POR LAS CENTRALES TÉRMICAS DURANTE EL AÑO 2012
Fuente: Elaboración propia con datos del OC-SENI
Hasta el mes de noviembre del 2012, la energía total inyectada por parte de
las centrales termoeléctricas, ascendió a 10,581.28GWh, lo que representa
poco más del 86% del total de 12,262.03 GWh inyectados al SENI, según
datos del Organismo Coordinador.
AES ANDRES AES ANDRES 305 Ciclo Combinado Gas Natural 298.11
CDEEE RIO SAN JUAN 1.5 Motores Diesel Fuel Oil No.2 1.2
CEPP 1 16.5 Motores Diesel Fuel Oil No.6 13.98
CEPP 2 51.2 Motores Diesel Fuel Oil No.6 35.62
CESPM 1 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2 90
CESPM 2 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2 90
CESPM 3 97 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2 90
Complejo Metalúrgico Dominicano METALDOM 42 Motores Diesel Fuel Oil No.6 26.87
Los Mina 5 118 Turbina a Gas Gas Natural 105.01
Los Mina 6 118 Turbina a Gas Gas Natural 96.62
Barahona Carbon 53.6 Turbina a Vapor Carbón 40.74
Haina 1 54 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 35
Haina 2 54 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 0
Haina 4 84.9 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 43.02
Haina Turbo Gas 100 Turbina a Gas Fuel Oil No.2 42
Puerto Plata 1 27.9 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 15
Puerto Plata 2 39 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 28
San Pedro Vapor 30 Turbina a Vapor Fuel Oil No.6 8.18
Sultana del Este 102 Motores Diesel Fuel Oil No.6 77.89
ITABO 1 128 Turbina a Vapor Carbón 110
ITABO 2 132 Turbina a Vapor Carbón 115
San Lorenzo 34.5 Turbina a Gas Fuel Oil No.2 30
LA VEGA 87.5 Motores Diesel Fuel Oil No.6 63.59
PALAMARA 107 Motores Diesel Fuel Oil No.6 81.66
Generadora San Felipe (GSF) SAN FELIPE 185 Ciclo Combinado Fuel Oil No.2 y 6 170
PIMENTEL 1 31.6 Motores Diesel Fuel Oil No.6 28
PIMENTEL 2 28 Motores Diesel Fuel Oil No.6 26.23
PIMENTEL 3 51.4 Motores Diesel Fuel Oil No.6 48
MONTERIO POWER CORPORATION INCA KM 22 14.6 Motores Diesel Fuel Oil No.6 12
Monte Rio 100 Motores Diesel Fuel Oil No.6 72
ESTRELLA DEL MAR 73.3 Motores Diesel Fuel Oil No.6 62
ESTRELLA DEL MAR 2 110 Motores Diesel Gas Natural 107
LOS ORIGENES POWER PLANT LOS ORIGENES 25 Motores Diesel Gas Natural 23
2,596.50 2,085.72
LAESA
SEABOARD TRANSCONTINENTAL
CAPITAL
DISPONIBILIDAD REAL
PROMEDIO (MW)
CAPACIDAD
INSTALADA (MW)NOMBRE DE LA EMPRESA
NOMBRE
DE LA CENTRAL
Compañía Eléctrica
de Puerto Plata
TecnologiaCombustible
Utilizado
Compañía Eléctrica
de San Pedro de Macoris
DOMINICAN POWER
EGE-HAINA
EGE-ITABO
Generadora Palamara - La Vega
Gráfica No. 4.
Energía inyectada al SENI enero-nov. 2012
Fuente: Elaboración propia con datos del OC-SENI
1.3 Emisión de CO2 por tipo de combustible utilizado para
generación de electricidad en la República Dominicana en el
periodo 2008 ~ 2012.
Tal como se ha visto en apartados anteriores, el costo de garantizar un
suministro continuo y confiable en la República Dominicana, cuyo parque de
generación de electricidad depende básicamente de la producción térmica,
implica la quema de una cantidad cada vez más elevada de combustibles
fósiles que generan un alto volumen de gases de efecto invernadero que son
emitidos a la atmósfera, fundamentalmente CO2.
Ubicada en El Caribe, la República Dominicana es uno de los países más
altamente vulnerables a los múltiples efectos del cambio climático. Sin
embargo, al mismo tiempo, el régimen internacional de combate al cambio
climático presenta importantes oportunidades para balancear la matriz
energética del país, contribuyendo así tanto a la mitigación del cambio climático
global como al desarrollo sostenible nacional. [Christiana Figueres y Moisés
Álvarez. (2008). “El Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio:
Retos y Oportunidades para la República Dominicana”. Pág.19].
En el país, por cada kWh de energía producido se emiten 590.5356g de
CO2, debido a la mezcla de fuentes de energía primaria utilizadas para producir
electricidad.
Esta situación parece corroborar lo que establecen datos del Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático, IPCC por sus siglas en inglés, los
cuales dan cuenta de que El 75 % de las emisiones globales de CO2 proceden
de la combustión de los combustibles fósiles, siendo el carbón y el petróleo las
mayores fuentes, estableciéndose que solamente el sector eléctrico representa
el 41% de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía.
Este mismo organismo ha señalado que el incremento que se registra en las
emisiones de CO2 a nivel mundial del 1973 al 2010, pasó de 15,637 a 30,326
toneladas métricas, mientras que en Latinoamérica estas emisiones
aumentaron del 2,6% al 3,5% del referido total.
La Ilustración No. 1 permite visualizar las emisiones mundiales de CO2 por
región hasta el 2010, verificándose que en un lapso de menos de cuatro
décadas, las cifras se han duplicado.
Ilustración No. 1.
Emisiones mundiales de CO2 por región 1973 y 2010
Fuente: IPCC, 2012.
En líneas generales, son los países con economías emergentes y que
sufren históricamente problemas de contaminación del aire en sus grandes
centros urbanos, los que incluyeron la cuestión climática en sus programas
nacionales. Esto se relaciona además con la producción total de GEI (que ha
aumentado porcentualmente y per cápita con respecto a la situación
internacional). [Europe Aid. (2009). “Cambio Climático en América Latina”.
Pág. 33].
La República Dominicana no ha sido la excepción en cuanto a los efectos
que ha tenido sobre el medioambiente el alto nivel de emisión de gases de
efecto invernadero que se registra en la actualidad, precisamente por las
razones antes expuestas de la composición de su parque de generación de
electricidad, fundamentado en combustibles fósiles.
Datos obtenidos en los reportes del Ministerio de Medioambiente y
Recursos Naturales, dan cuenta de que las emisiones de CO2 por concepto de
generación de energía eléctrica han ido en ascenso de manera sostenida.
Los combustibles más usados en diciembre de 2012 para la generación, fue
el gas natural en un 36.37%, para un aumento de 3.73%, el fuel oíl # 6 en un
31.86%, para una disminución de 0.66%, el carbón con un 9.63%, para una
disminución de 2.94%, el fuel oíl #2 un 6.37% para un aumento de 0.67%, la
energía hidráulica se usó un 15.26%, disminuyendo un 1.11%, todos
relacionados con noviembre 2012. [OC-SENI. (2012). ¨Informe mensual de
operación real¨. Diciembre 2012. Pág. 30].
Así las cosas, la orientación de la matriz energética del país hacia el uso de
tecnologías de transformación y consumo energético más eficientes y la
penetración de fuentes energéticas por igual más eficientes y menos
contaminantes, se perfila como uno de los estandartes en los que se ha de
erigir la solución necesaria para estos inconvenientes, en razón de que al
margen de la tremenda carga que significa el mantenimiento a flote del sistema
eléctrico en tales condiciones, el Estado dominicano es compromisario de
diversos acuerdos internacionales relativos al control de emisiones nocivas.
En resumen, desde 1992 a la fecha (al 2007, nota del autor), República
Dominicana ha firmado (1992) y ratificado (1998) la Convención sobre Cambios
Climáticos, firmado la Declaración de Barbados (1994) y de Mauricio (2005);
accedido al Protocolo de Kyoto (2005), entregado y publicada su Primera
Comunicación Nacional (2004); establecido una instancia sobre el MDL; trabaja
en la elaboración de la Segunda Comunicación Nacional; ha realizado eventos
de análisis y divulgación del tema y apoyado proyectos comunitarios que
contribuyen a la mitigación del cambio climático. [PNUD. (2007). “El Cambio
Climático y República Dominicana. La contribución del PNUD”. Pág. 8].
Para poder cuantificar el volumen de emisiones asociados a la quema de
combustibles para generación de electricidad, es necesario conocer el Factor
de Emisión (F.E.) correspondiente al tipo de combustible utilizado.
Este constituye la cantidad estimada de toneladas de CO2 emitidas a la
atmosfera por cada unidad de MWh de energía eléctrica producida por una
planta de generación y para la determinación de los totales mostrados en la
Tabla 3, se ha utilizado un Factor de Emisión de 480 para el gas natural; 750
para el Fuel Oíl y 1,100 para el carbón mineral, de acuerdo a los estándares
internacionales.
Tabla No. 3.
EMISIONES DE CO2 POR GENERACIÓN TÉRMICA 2008~2012
AÑO COMBUSTIBLE UTILIZADO GENERACION
(MWh)
EMISIONES (Ton CO2)
TIPO
CANTIDAD
20
08
FUEL OIL #2 (Glns) 81,920,270.25 5,745,386.00 4,309,039.50
FUEL OIL #6 (Glns) 317,211,395.25
CARBON (Tons) 518,159.24 2,032,664.00 2,235,930.40
GAS NATURAL (MMBTU) 19,981,761.09 2,428,856.00 1,165,850.88
20
09
FUEL OIL #2 (Glns) 63,929,884.74 6,001,371.00 4,501,028.25
FUEL OIL #6 (Glns) 267,977,909.49
CARBON (Tons) 495,526.32 1,915,091.00 2,106,600.10
GAS NATURAL (MMBTU) 19,187,624.52 2,232,599.00 1,071,647.52
20
10
FUEL OIL #2 (Glns) 41,187,066.03 5,719,817.00 4,289,862.75
FUEL OIL #6 (Glns) 260,064,042.17
CARBON (Tons) 437,475.38 1,854,482.00 2,039,930.20
GAS NATURAL (MMBTU) 30,447,150.55 3,343,334.00 1,604,800.32
20
11
FUEL OIL #2 (Glns) 78,352,771.88 5,961,554.00 4,471,165.50
FUEL OIL #6 (Glns) 300,509,413.99
CARBON (Tons) 777,751.24 1,943,985.00 2,138,383.50
GAS NATURAL (MMBTU) 32,158,026.39 3,499,173.00 1,679,603.04
20
12
FUEL OIL #2 (Glns) 62,481,568.41 6,816,025.77 5,112,019.33
FUEL OIL #6 (Glns) 284,429,176.39
CARBON (Tons) 876,382.44 964,304.38 1,060,734.81
GAS NATURAL (MMBTU) 32,590,866.11 3,776,200.75 1,812,576.36
Fuente: Elaboración propia en base a datos del OC-SENI
Tabla No. 4.
EMISIONES DE CO2 POR GENERACIÓN TÉRMICA 2008~2012
COMBUSTIBLE TOTAL EMISIONES (Ton CO2)
ENERGIA GENERADA
(MWh)
Gas Natural 7,334,478.12 15,280,162.75
Fuel Oil 22,683,115.33 30,244,153.77
Carbón 9,581,579.01 8,710,526.38
TOTAL 39,599,172.46 54,234,842.89
Fuente: Elaboración propia
Fuente: Elaboración propia
Esto significa que del total de emisiones de CO2 vertidas a la atmósfera por
la generación térmica en la República Dominicana en el periodo comprendido
entre el año 2008 hasta el 2012, el 57% correspondió a combustibles derivados
del petróleo: Fuel Oil # 2 y Fuel Oil # 6; un 24% a la quema de carbón mineral y
el restante 19% a la combustión de gas natural.
0.00
10,000,000.00
20,000,000.00
30,000,000.00
40,000,000.00
50,000,000.00
60,000,000.00
GasNatural
Fuel Oil Carbón TOTAL
TOTAL EMISIONES (TonCO2)
7,334,478.1222,683,115.339,581,579.0139,599,172.46
ENERGIA GENERADA(MWh)
15,280,162.7530,244,153.778,710,526.3854,234,842.89
CAPITULO II:
LA ENERGÍA EÓLICA: TECNOLOGÍAS PARA SU IMPLEMENTACIÓN E
IMPACTO EN EL CONTEXTO REGIONAL
2.1 Parques Eólicos.
La generación de electricidad mediante la energía eólica se realiza a partir
de grupos de aerogeneradores o turbinas eólicas, por lo que se define como
parque eólico a la central de producción de energía eléctrica que estos
conforman.
Existen una serie de condiciones que deben darse en un determinado
emplazamiento para la instalación de un parque eólico, siendo la más
importante el régimen de vientos, cuya velocidad debe oscilar entre 3 y 25m/s
para garantizar la producción de electricidad.
Esto es así, porque la energía producida por un aerogenerador varía en
función del potencial propio del emplazamiento, en términos de la capacidad de
operar en presencia de ciertas condiciones.
Si están dados estos requisitos, el viento incidente provocará que las palas
giren, convirtiendo así la energía cinética del viento en energía mecánica que es
transmitida al rotor. Desde allí, mediante un eje de baja velocidad, pasa a la
caja de engranajes, donde su velocidad se multiplica por otra 50 o más veces
mayor, pudiendo entonces transmitirse mediante el eje de alta velocidad al
generador, para producir energía eléctrica.
2.1.1 Turbinas Eólicas.
Las turbinas eólicas son dispositivos que convierten la energía cinética del
viento en energía mecánica. En los generadores de la turbina, ésta energía
mecánica puede transformarse en electricidad o ser utilizada para tareas
específicas como bombeo de agua, molienda de productos agrícolas o
alimentación de pequeños sistemas de telecomunicaciones.
La energía generada por la turbina es proporcional a la velocidad del viento
al cuadrado y teóricamente, la máxima eficacia de los generadores eólicos es
del orden del 59%, aun cuando en la práctica la mayoría de las turbinas de
viento son mucho menos eficientes que esto, alcanzando los mejores
generadores eólicos actualmente en el mercado eficacias aproximadas de entre
el 35 y el 40%.
Ilustración No. 2.
Componentes principales de una turbina eólica
Fuente: Tomado del libro “Energía Eólica”, de A. Sánchez-Káiser y A. Viedma
2.1.1.1 Rotor.
Es el elemento que convierte la energía del viento en energía rotatoria del
eje. Está provisto de una, dos o tres palas que son diseñadas especialmente
con la finalidad de girar a partir de la fuerza dinámica del viento, la cual
transmiten al generador a través del eje.
En los rotores de los aerogeneradores que son utilizados modernamente
para la producción de electricidad a gran escala, el diámetro de las palas oscila
entre 42 a 80 pies de longitud.
2.1.1.2 Buje.
Es el elemento que une las palas del rotor con el eje de baja velocidad.
2.1.1.3 Caja de engranajes.
Transfiere la potencia de la rotación del rotor de la turbina eólica al
generador a través del eje principal, la caja de engranajes y el eje de velocidad
alta, aumentando la frecuencia de giro para lograr la producción eléctrica.
Es la responsable de que el eje de alta velocidad, que gira
aproximadamente a 1.500 revoluciones por minuto (RPM) y maneja el
generador eléctrico, gire hasta 100 veces más rápidamente que el eje de
velocidad baja; es decir, su función principal es adecuar la velocidad de giro del
eje principal a la que necesita el generador.
2.1.1.4 Generador.
Elemento central del sistema eléctrico del aerogenerador, a partir del cual
se diseñan los restantes componentes y los sistemas de control y supervisión.
Es quien genera la electricidad cuando hay suficiente viento para hacer rotar
las palas.
Las turbinas eólicas de gran escala contienen, en la mayoría de los casos,
generadores con capacidades entre 600 kW y 2 MW.
2.1.1.5 Equipo de control y monitoreo (SCADA).
El cual contiene una computadora que continuamente supervisa la
condición de la turbina eólica y controla el mecanismo de orientación.
Manejan la información que suministran la veleta y el anemómetro
colocados para orientar el aerogenerador y las palas, de forma que la
generación se optimice lo máximo posible.
En caso de cualquier funcionamiento defectuoso como el recalentamiento
de la caja de engranajes o el generador, el equipo de control detiene la turbina y
envía una señal automática a la computadora del operador, ya sea por vía de
un módem telefónico, de un enlace de radio o de un Power Line Carrier (PLC)
asociado a dicho equipo.
2.1.1.6 Torre.
Estructura que contiene los componentes más importantes de la turbina
eólica, incluido el rotor, la caja de engranajes y el generador eléctrico.
Eleva el aerogenerador lo suficiente como para que sea capaz de acceder a
velocidades del viento mayores, en contraste con las bajas velocidades en los
puntos cercanos al terreno y la existencia de turbulencias.
El diseño de torre es particularmente crítico, pues deben ser lo
suficientemente robustas para soportar todo el peso de las partes de la turbina
eólica, tan altas como sea económicamente posible y permitir un fácil acceso a
la turbina para su mantenimiento.
2.1.1.7 Eje de baja velocidad.
Conecta el buje del rotor al multiplicador. Tiene una velocidad de giro muy
lenta, aproximadamente a unos 30 rpm.
2.1.1.8 Eje de alta velocidad.
El cual gira a una velocidad aproximada de 1,500 rpm, permitiendo de esta
forma el funcionamiento del generador eléctrico.
2.1.1.9. Góndola.
Es la carcasa que protege los elementos que componen el aerogenerador;
es decir, viene a ser una especie de sala de máquinas, pues dentro de ella se
encuentran la caja de engranajes, el eje principal, los sistemas de control, el
generador, los frenos y sus propios mecanismos de giro.
Puede girar en torno a la torre para poner a la turbina de cara al viento y el
eje principal es el encargado de transmitir el par de giro a la caja de engranajes.
2.1.1.10 Sistema de frenado.
Este permite, en situaciones de emergencia o de mantenimiento, parar el
molino. Las turbinas eólicas están equipadas con sistemas de seguridad muy
avanzados.
2.2 Clasificación de los Parques Eólicos.
Los aerogeneradores que integran un parque eólico se clasifican en
función del tipo de generador, de la capacidad de producción o de la disposición
de su eje de rotación.
De acuerdo al tipo de generador, pueden ser síncronos o asíncronos,
siendo estos últimos los más utilizados en máquinas grandes.
Ilustración No. 3.
Parque Eólico
Fuente: EGE-Haina
Las máquinas síncronas son utilizadas en la generación de electricidad,
debido fundamentalmente a la facilidad de manejar la magnitud y el tipo de
potencia que se inyecta a la red, ya que permiten velocidad de giro variable,
reduciendo así las cargas dinámicas.
Los generadores asíncronos son motores de inducción que se utilizan en
forma inversa haciéndolos girar a una velocidad mayor que su velocidad de
sincronismo y son los más utilizados para la configuración de sistemas eólicos.
Fundamentalmente, existen dos tipos de generadores asíncronos que se
han utilizado para la integración de aerogeneradores: los de tipo jaula de ardilla
y los de rotor devanado.
De estos, los del tipo jaula de ardilla son los más utilizados debido a que su
costo es bajo, requieren poco mantenimiento, son robustos y se pueden
conectar directamente, a través de protecciones y medios de desconexión
adecuados, a la línea eléctrica a la que entregarán energía.
Tienen el inconveniente de que consumen la potencia reactiva de la red,
lo cual hace que se deban acoplar condensadores al generador, a fin de evitar
este efecto indeseable.
A los aerogeneradores que utilizan generadores asíncronos conectados
directamente a la red eléctrica se les conoce como sistemas de velocidad
constante; es decir, que la velocidad de rotación del rotor es constante para
cualquier velocidad del viento.
Actualmente, cerca del 95% de los aerogeneradores comerciales son
sistemas de velocidad constante con generadores eléctricos asíncronos, según
datos del Global Wind Energy Council (GWEC).
Los aerogeneradores usan el concepto de velocidad variable si el rotor
puede girar proporcionalmente a la velocidad del viento.
En los últimos años los aerogeneradores han evolucionado técnicamente en
cuanto a los materiales para su fabricación, peso, control, disponibilidad y
también respecto a la calidad de la energía vertida a la red, con el objeto de
contribuir a la estabilidad del sistema y maximizar la potencia instalable.
En función de la capacidad de producción, los aerogeneradores se
clasifican en:
Sistemas de pequeña potencia:
Con rango de potencia de 0 a 100 kW y velocidad de giro entre 100 y
300 rpm. Utilizan baterías y pueden asociarse con sistemas fotovoltaicos
para conformar sistemas híbridos.
Son empleados en sistemas aislados de la red, tales como bombeo de
agua, calefacción de viviendas, estaciones meteorológicas, sistemas de
telecomunicaciones, casas de campo, granjas y pequeños poblados.
Sistemas de media potencia:
Estos poseen un rango de potencia entre 100 a 300 kW y se asocian
generalmente a otros sistemas de producción de energía, por ejemplo,
sistemas híbridos.
Se utilizan para la producción de electricidad y otros procesos
industriales.
Sistemas de gran potencia:
En estos, el rango de potencia oscila entre 300 a 5000 kW, con una
velocidad de giro entre 20 y 30 rpm.
Se emplean para la producción de electricidad generalmente
mediante la interconexión con otras máquinas similares, para dar lugar a
los parques eólicos.
Finalmente, en función de la potencia o de la disposición de su eje de
rotación; es decir, según la orientación del eje del rotor, los aerogeneradores
pueden ser de eje vertical o de eje horizontal.
Al momento de realizar la selección del tipo de aerogenerador que mejor se
adecúa a los requerimientos particulares que se puedan tener, se debe tomar
en consideración, por un lado, el régimen de vientos disponible en el lugar
donde se pretende localizar la turbina o el parque eólico y por el otro lado, las
expectativas creadas en cuanto al nivel de productividad que se espera obtener,
en las condiciones de operación que hayan sido identificadas.
2.2.1 Generadores de Eje Horizontal.
Con ejes paralelos o perpendiculares a la dirección del viento, los
generadores de eje horizontal son los más utilizados y por vía de consecuencia,
en ellos se ha centrado el mayor esfuerzo de diseño en los últimos años. Se les
conoce también como HAWT (horizontal axis wind turbines), por sus siglas en
inglés.
Entre los generadores de eje horizontal se distinguen los que tienen ejes
perpendiculares a la dirección del viento y los que tienen ejes paralelos a la
dirección del viento, que a su vez pueden ser:
A barlovento, o viento arriba
(Los que tienen el rotor en la parte anterior del eje).
A Sotavento, o viento abajo
(Los que tienen el rotor en la parte posterior del eje).
Ilustración No. 4.
Aerogeneradores de eje horizontal
Fuente: Imágenes de Google
2.2.2 Generadores de Eje Vertical.
También conocidos como VAWT (vertical axis wind turbines), que proviene
de las siglas en inglés, los generadores de eje vertical son los más antiguos que
se conocen. Debido a su principio de operación, son usados para convertir la
fuerza del viento en torsión sobre un eje rotatorio.
Tienen un rendimiento bajo, por lo que básicamente son idóneos para
potencias muy pequeñas.
Se clasifican en Rotores por Resistencia, en los que la fuerza motriz tiene la
dirección del viento, por Sustentación, en los cuales la fuerza motriz es
perpendicular a dicha dirección o una combinación de ambos.
Dentro de los generadores de eje vertical se pueden destacar las máquinas
de rotor tipo Savonious, cuya sección recta tiene forma de “S” y en la que la
acción fundamental del viento sobre dicha sección tiene el carácter de
resistencia.
Ilustración No. 5.
Aerogeneradores de eje vertical
Fuente: Imágenes de Google
Otro diseño de turbinas de eje vertical son las máquinas de rotor tipo
Darrieus, integrada por varias palas cuya sección recta tiene la forma de un
perfil aerodinámico y en las cuales las palas están unidas por sus extremos al
eje vertical.
2.2.3 Análisis comparativo entre las turbinas de eje horizontal y las
de eje vertical.
Las turbinas de eje horizontal cuentan con la ventaja de que los extremos
de la pala son variables, lo que da a las hojas el ángulo ideal para recoger la
máxima cantidad de energía eólica.
Adicionalmente, ofrecen mayor rendimiento que las de eje vertical y la
superficie de la pala es menor que en los modelos de eje vertical para una
misma área barrida.
Respecto a los aerogeneradores Darrieus, su velocidad de rotación es más
elevada, por lo que requieren cajas de engranajes con menor relación de
multiplicación.
Algunas desventajas a resaltar de las turbinas de eje horizontal son los
costes de instalación y montaje, el impacto visual en el entorno, y el hecho de
que tienen que orientarse constantemente hacia la dirección del viento.
En cuanto a las turbinas de eje vertical, cabe decir que aunque la capacidad
de giro es muy escasa, lo cual las hace menos eficientes que las de eje
horizontal, necesitan una menor velocidad del viento para empezar a girar.
Por otro lado, para su instalación no se requiere de una torre de estructura
muy grande, en razón de que pueden ser instaladas cerca del suelo, haciendo
sencillo su mantenimiento.
Otro aspecto destacable es que, dado que las palas son verticales, no se
necesita orientación al viento, lo que les permite funcionar igualmente cuando
su dirección cambia de forma repentina. Esto contribuye a la eliminación de los
complejos mecanismos de direccionamiento y las fuerzas a las que se someten
las palas ante los cambios de orientación del rotor, por lo cual no tienen que
desconectarse con velocidades altas de viento.
De forma particular, dentro de los aerogeneradores de eje vertical, los
Darrieus tienen la ventaja de que su simetría vertical hace innecesario el uso de
un sistema de orientación, como ocurre con las máquinas de eje horizontal para
alinear el eje de la turbina con la dirección del viento y no requieren mecanismo
de cambio de paso en aplicaciones a velocidad constante.
2.3 La energía eólica en Latinoamérica y El Caribe.
La energía eólica es, al día de hoy, la de mayor participación en el total de
la producción de electricidad a partir de fuentes renovables, con excepción de la
hidráulica, tanto a nivel mundial como a nivel de Latinoamérica y El Caribe, de
manera particular.
El mercado eólico latinoamericano comienza a mostrar su madurez…En el
2008, la potencia eólica creció apenas un 20%, con la instalación de poco más
de 500MW. En 2009, pese a la crisis económica generalizada, se ha superado
la barrera de los 1000MW instalados, lo que equivale a un crecimiento del
100%. [Asociación Latinoamericana de Energía Eólica –LAWEA-. (2010). “2009
– 2010: Energía Eólica en América Latina”. Pág. 8].
Los países Latinoamericanos que actualmente cuentan con generación de
electricidad a partir de energía eólica son Honduras, Nicaragua, Costa Rica,
México, Colombia, Ecuador, Brasil, Perú, Chile y Argentina
De todos, Brasil es el país que se mantiene a la vanguardia en cuanto a la
utilización de esta tecnología en la región, con 1.5 GW de capacidad eólica
instalada, seguido por México, que en la actualidad tiene 873 MW; Venezuela
175 MW; Costa Rica 102 MW; Argentina 130 MW y Honduras 102 MW.
En cuanto a la situación en El Caribe, la República Dominicana, Jamaica,
Cuba, Curazao, Aruba, Dominica, Guadalupe, Martinica y Bonaire también
poseen instalaciones para el abastecimiento de una porción de su demanda de
electricidad, fundamentados en el aprovechamiento de los recursos eólicos.
Actualmente Latinoamérica y El Caribe cuentan con una capacidad de
energía eólica instalada de 3.5 GW, según datos de LAWEA.
Del Mapa Interactivo del Global Wind Energy Council (GWEC) hemos
obtenido los datos relativos a la capacidad total instalada en energía eólica en
la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe, hasta diciembre del
2011 que mostramos en la Tabla No.5.
Tabla No. 5.
CAPACIDAD EÓLICA INSTALADA EN AMÉRICA LATINA A DIC. 2011
PAIS
CAPACIDAD INSTALADA (MW)
Argentina 130
Brasil 2,508
Colombia 19.5
Costa Rica 132
Cuba 12
Chile 102
Ecuador 2.4
Honduras 102
Jamaica 24
Mexico 873
Nicaragua 62
Peru 0.7
República Dominicana* 85
Venezuela 175
Uruguay 43.5
Fuente: Elaboración propia con datos del GWEC
*Información de México, Brasil y Rep. Dominicana, actualizada a marzo del 2013.
Gráfica No. 5. Capacidad eólica instalada en A. L. a dic. 2011.
Fuente: Elaboración propia con datos del GWEC.
Como se puede apreciar, gracias a la preocupación de los gobiernos de
la región por la seguridad en el suministro de la energía de sus respectivos
países, la tecnología eólica está tomando una posición importante en la
economía de la energía latinoamericana, debido a que los aerogeneradores no
necesitan quemar combustibles fósiles para funcionar, con lo cual no producen
emisiones dañinas para el medio ambiente, al margen de que, comparándola
con la de origen fósil, la energía que se obtiene a partir del viento posee un
potencial ilimitado que debe ser tomado en consideración por los Estados que
acusan mayores niveles de dependencia energética.
0 500 1000 1500 2000 2500 3000
Argentina
Brasil
Colombia
Costa Rica
Cuba
Chile
Ecuador
Honduras
Jamaica
Mexico
Nicaragua
Peru
República Dominicana
Venezuela
Uruguay
CAPACIDAD INSTALADA(MW)
CAPITULO III:
DESARROLLO SOSTENIBLE EN LA REPUBLICA DOMINICANA
3.1 Nociones sobre Desarrollo Sostenible.
El Informe Brundtland, presentado en 1987 por la Comisión Mundial para el
Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU es considerado como el primer
intento de eliminar la confrontación entre desarrollo y sostenibilidad; sin
embargo, el concepto de desarrollo sostenible se puso de moda en la
Declaración de Río, firmada en junio de 1992 en Rio de Janeiro, Brasil, durante
la denominada Cumbre de la Tierra.
Consiste en cómo satisfacer las necesidades de la gente hoy en día, sin
afectar o reducir la habilidad de las generaciones futuras para satisfacer las
suyas propias a partir de un proceso de cambios direccionales mediante los
cuales el sistema mejora de manera sostenible a través del tiempo y en adición
a esto reconoce que los aspectos ambientales, sociales y económicos están
interconectados y las decisiones deben incorporar cada uno de estos aspectos
para resultar como buenas decisiones a largo plazo.
Problemas globales del medio ambiente, tales como, cambios climáticos,
altos niveles de debilitamiento de la capa de ozono, pérdidas de biodiversidad,
propagación de la contaminación del aire a través de las fronteras y la
degradación del medio ambiente marino, están también continuamente creando
desafíos y oportunidades para los países del mundo. [Singhal, Ish. (2002). “La
perspectiva del Desarrollo Sostenible en el Nuevo Contexto Global”. Pag.3].
Ilustración No. 6.
Elementos del Desarrollo Sostenible
Fuente: Imágenes de Google
Una importante iniciativa dirigida al impulso del desarrollo sostenible se
remonta a octubre del 2006, cuando la Comisión de las Comunidades
Europeas (CCE) propone la creación de un fondo mundial de capital de riesgo
con una dotación de 100 millones de euros para promover la inversión privada
en proyectos de fomento de la eficiencia energética y de las energías
renovables en los países en vías de desarrollo y las economías emergentes.
Dentro de los objetivos del desarrollo sostenible están los incentivos para
fomentar la inversión en nuevas tecnologías o métodos que reduzcan la
contaminación, las cuales no incluyen solamente prácticas ecológicas
requeridas para satisfacer las necesidades de futuras generaciones, sino
también cambios en los patrones de producción y consumo.
Uno de los principios fundamentales del desarrollo sostenible establece que
para su consecución, la protección ambiental debe constituir una parte integral
del proceso de desarrollo, y no se puede considerar como un elemento aislado.
De igual manera, la innovación tecnológica permanente hace que este sea
un proceso dinámico, por lo cual involucra diversas estrategias que se apoyan
en el hecho de que los recursos naturales son perecederos y que el ecosistema
tiene, de por sí, limites que hay que conocer, como única vía para mantener su
equilibrio.
Para alcanzar y garantizar su mantenimiento en el tiempo, existen varios
temas claves que necesitan ser tratados, dentro de los cuales destacan el uso
eficiente de los recursos renovables y la prevención de la contaminación por
emisión de gases de efecto invernadero a partir del uso de tecnologías para
contrarrestar el cambio climático.
En diciembre de 1992, la Organización de las Naciones Unidas creó la
Comisión para el Desarrollo Sostenible (CDS) organismo que debía encargarse
de dar seguimiento, supervisar, y rendir los correspondientes informes respecto
al cumplimiento por parte de los países miembros de los acuerdos a los que se
arribó en la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en junio de ese
mismo año.
La Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada en
Johannesburgo, Sudáfrica en el año 2002 por la ONU, constituyó un escenario
importante en el avance de los denominados Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM), los cuales proponen, entre otros elementos, dirigir acciones de impulso
al progreso de la humanidad que estén orientados al beneficio de todos, de
manera que se puedan satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes y futuras sin ocasionar daños al medioambiente.
En Octubre del 2003, La Conferencia Regional para América Latina y El
Caribe sobre Energías Renovables no sólo representó uno de los esfuerzos
iniciales para hacer realidad la meta acordada en Johannesburgo, sino que
constituyó la primera reunión conjunta de autoridades y representantes de los
Ministerios de Medio Ambiente y de Energía de la región.
En esta Conferencia se aprobó la Plataforma de Brasilia sobre Energías
Renovables, que establece entre sus principales puntos "impulsar el
cumplimiento de la meta de la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el
Desarrollo Sostenible de lograr en el año 2010 que la región, considerada en su
conjunto, utilice al menos un 10% de energías renovables del consumo total
energético, sobre la base de esfuerzos voluntarios y teniendo en cuenta la
diversidad de las situaciones nacionales. Este porcentaje podría ser
incrementado por aquellos países o subregiones que, de manera voluntaria,
deseen hacerlo." [CEPAL - GTZ. (2004). “Fuentes renovables de Energía en
América Latina y el Caribe: situación y Propuestas de políticas”. Pág. 6].
Del 5 al 6 de marzo del 2013 se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, el Foro
del Caribe: Definición de una Agenda para el Desarrollo Sostenible ante la
Realidad de los Países del Caribe en el Siglo XXI y el día 7 del mismo mes se
inauguró la Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible en América Latina y el
Caribe, ambos eventos organizados por la CEPAL y el gobierno de Colombia,
con el objetivo de dar seguimiento a la agenda de las Naciones Unidas para el
desarrollo post-2015 y Río+20 relativos al desarrollo sostenible.
Las declaraciones de la ONU del decenio 2005-2014 de la “Educación para
el Desarrollo Sostenible” y el decenio 2014-2024 como la “Década del
Desarrollo Sostenible para Todos”, tienen como propósito, por un lado, movilizar
los recursos educativos del mundo y por el otro, resaltar la importancia del
vínculo entre los asuntos energéticos y el progreso para crear un futuro más
sostenible.
Aun cuando son muchos los mecanismos utilizados para cuantificar el
alcance de los progresos en materia de desarrollo sostenible, es importante
señalar que uno de los indicadores por excelencia para evaluar su evolución es
la reducción del impacto de la actividad humana sobre el medioambiente, con
énfasis en la tasa de utilización de los recursos, renovables o no y la capacidad
de cada Estado para garantizar la reposición de dichos recursos, en base a sus
propios intereses y situación particular.
3.2 Desarrollo Sostenible en la República Dominicana.
En los últimos decenios, la República Dominicana ha evolucionado desde
un consumo energético fundamentado en el uso del carbón vegetal, el empleo
indiscriminado de los residuos forestales, la cuaba y la vela, hasta la utilización
de manera hegemónica del petróleo desde los años 70, con una aportación que
en un momento dado llego a suponer aproximadamente el 90% del total
consumido.
Uno de los problemas estructurales del sector energético es la elevada
dependencia del petróleo y sus derivados, así como la excesiva atadura a las
compras de energéticos en los mercados externos. Esa doble dependencia
pone en riesgo la seguridad energética e impacta negativamente la economía y
el ambiente. [CEPAL. (2009). “La República Dominicana en 2030: hacia una
nación cohesionada”. Pág. 504].
El petróleo es la fuente primaria de energía más utilizada, por lo que es su
precio el que determina el valor de mercado de casi todos los productos finales
energéticos, entre ellos la electricidad, razón por la cual al día de hoy se
concede tanta importancia a la migración escalonada hacia vías alternativas de
producción de electricidad, cuya demanda va cada vez en ascenso, como
consecuencia lógica del crecimiento económico e industrial de la nación.
Esto ha motivado un incremento constante de la diversificación energética,
donde las energías renovables están llamadas a tener un peso importante, por
razones económicas, ambientales y de evitar la alta dependencia extranjera, sin
mencionar lo elevado en coste que resulta, en ocasiones, llevar el servicio de
electricidad a algunas zonas que por su ubicación geográfica resultan de difícil
acceso.
A los beneficios económicos, ambientales, sociales y de seguridad de
suministro que las energías renovables generan, se añade una contribución
estructural a la productividad, la competitividad, la exportación y el desarrollo
económico, generando crecimiento y empleo. [Ahedo González-Zabaleta,
Carmen María; Becerra García, José Luis. (2009). “El mercado de las energías
renovables en España. Situación 2008”. Pag.11].
En términos particulares, las energías renovables brindan la oportunidad de
reducir costos administrativos, ya que para su implantación no se requieren
normas de seguridad especiales, ni restricciones a los escapes de gases, ni
reglamentos especiales sobre residuos, ni estaciones de control de la
contaminación.
A pesar de las barreras que impone, básicamente el costo inicial de
instalación, se puede asegurar que el futuro de las energías renovables en la
República Dominicana tiene interesantes posibilidades de desarrollo, partiendo
del hecho de que al día de hoy existe mayor conciencia en la búsqueda de
soluciones apropiadas a los problemas energéticos por parte de los encargados
de elaborar y velar por el fiel cumplimiento de las políticas públicas.
La existencia de instituciones del Estado encargadas de fomentar el uso de
energías renovables (Comisión Nacional de Energía –CNE- y la Unidad de
Electrificación Rural y Sub-Urbana –UERS-), de empresas privadas dedicadas a
la venta e instalación de equipos fundamentados en estas tecnologías y de
instituciones no gubernamentales (ONG’s) interesadas en la formación técnica y
los aspectos socio-económicos de estas, auguran un futuro auspicioso para la
República Dominicana en el desarrollo de proyectos de electrificación a
pequeña, mediana y gran escala, mediante la utilización de fuentes renovables.
En julio del 2004 salió a la luz pública el Plan Energético Nacional 2004 ~
2015 (PEN), elaborado por la Comisión Nacional de Energía por mandato de la
Ley General de Electricidad -Ley 125-01-.
El objetivo de dicho Plan era el de contribuir al desarrollo sostenible general
del país y de proporcionar las condiciones para que los actores del sector
asegurasen un abastecimiento de energéticos a menor costo, mayor seguridad
y menor impacto ambiental.
Ese mismo año, la Presidencia de la República emitió el Decreto No. 789-04
que crea el Programa Nacional de Producción Más Limpia, como una Unidad
del Ministerio de Medio Ambiente, con lo cual el país formalizaba, al más alto
nivel, su interés en promover políticas de desarrollo limpio, con el objetivo de
incentivar la aplicación de prácticas e innovaciones que puedan prevenir la
contaminación y aumentar la competitividad. [USAID – CCAD. (2011). “Política
Nacional de Consumo y Producción Sostenible República Dominicana”. Pág. 1].
En septiembre de 2006 es diseñado el Plan Integral del Sector Eléctrico de
la República Dominicana para el período 2006-2012, cuya elaboración estuvo a
cargo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales –
CDEEE-, la Comisión Nacional de Energía –CNE- y la Superintendencia de
Electricidad –SIE-, considerando como objetivos estratégicos los relativos a
lograr la auto sostenibilidad del sector.
Dentro de las acciones encaminadas a alcanzar estas metas se establece la
necesidad de desarrollar la capacidad de generación utilizando fuentes
renovables de energía, así como la definición de una política para su
desarrollo.
La promoción de un uso eficiente y racional de la energía, la explotación de
los recursos renovables y la preservación del medio ambiente, así como el
fomento del desarrollo, comercialización y uso de tecnologías energéticas
sostenibles, en procura de reducir la importación de combustibles, con el
consiguiente alivio para la economía, las finanzas del gobierno y un
desenvolvimiento más equilibrado de las actividades que integran el negocio
eléctrico, forma parte de la matriz de propuestas de objetivos y líneas de acción
que en su momento fueron utilizados por los legisladores para la elaboración de
la actual Ley-12-01. [Secretaria de Estado de Economía, Planificación y
Desarrollo /Consejo Nacional de Reforma del Estado. (2009). “Insumos para la
Elaboración de la Estrategia Nacional de Desarrollo”. Págs. 31 ~ 35].
Como consecuencia de esto, varias iniciativas fundamentadas en energías
renovables son desarrolladas por instituciones públicas y privadas en todo el
país, aprovechando las exenciones fiscales y el favorable clima de inversiones y
al amparo de los beneficios de la legislación vigente.
Tras la aprobación de la Ley 57-07 muchas empresas, tanto nacionales
como extranjeras, se han visto atraídas por las ventajas que ofrecen las
energías renovables como inversión en la República Dominicana.
Diversos organismos internacionales, entre los que destacan la Unión
Europea (UE), el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la National
Rural Electric Cooperative Association International Ltd. (NRECA).
Igualmente la Japan International Cooperation Agency (JICA), la Canadian
International Development Agency (CAECID) y la GTZ de Alemania.
Todos ellos promueven la producción de electricidad a partir de fuentes de
energías renovables en la República Dominicana.
Con el propósito de atraer inversionistas, el Estado Dominicano, a través del
Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo
Limpio, dependencia de la Secretaria de Estado de Medio Ambiente, evalúa
proyectos MDL a ser ejecutados en el país, para su posterior sometimiento a
certificación por parte de la ONU.
Las menores emisiones de los proyectos se traducen en certificados de
CO2 que pueden venderse en los mercados de derechos de emisión a las
empresas que necesitan compensar un exceso de emisiones y los participantes
dominicanos en proyectos MDL pueden beneficiarse de las oportunidades de
alianzas comerciales con empresas extranjeras, con lo cual se busca
promocionar la utilización de energías renovables, la sustitución de
combustibles y la mejora de la eficiencia energética.
En cuanto al desarrollo de proyectos puntuales que pueden ser
considerados como de cooperación energética, se encuentran los organismos
internacionales que apoyan iniciativas orientadas a proveer de energía eléctrica
mediante fuentes de energía renovables a comunidades empobrecidas del país
en donde por algún motivo la asistencia oficial no ha llegado.
Desde 1964, año en que inició sus operaciones en la República
Dominicana, el PNUD ha brindado financiamiento y apoyo técnico a proyectos
de cooperación en distintos sectores de la vida nacional y desde la entrada en
vigencia de la Ley de Incentivos a las Energías Renovables y Regímenes
Especiales (Ley 57-07), ha sido una de las instancias claves en la formulación y
ejecución de iniciativas de electrificación rural en todo el país, a través de su
capítulo de medioambiente y energía.
De su lado, la Unidad de Electrificación Rural y Sub-Urbana –UERS-, como
parte del holding que aglutina al sector eléctrico del Estado Dominicano
(CDEEE) ha ejecutado numerosos proyectos de electrificación rural, con
recursos propios.
Desde el año 2005 hasta diciembre del 2012, esta dependencia ha
implementado un total de 742 proyectos en todo el país, de los cuales algunos
se sustentan en el aprovechamiento de recursos renovables como micro-
hidráulica y energía solar fotovoltaica. Otros 147 están en ejecución.
El desarrollo de las fuentes renovables de energía, puede desempeñar un
papel muy importante en la reducción de las emisiones de gases de efecto
invernadero y reviste especial interés para la provisión del servicio energético,
por razones medioambientales y geopolíticas, pues proporcionan un
abastecimiento seguro, no contaminante y asequible, recurriendo a fuentes
autóctonas sin riesgo de ruptura o agotamiento de las reservas.
El Informe Stern, realizado en 2006 por el economista Sir Nicholas Stern, el
cual evalúa el impacto del cambio climático y el calentamiento global sobre la
economía, a través de una perspectiva internacional, establece que el coste
económico de no actuar contra las amenazas de un modelo no sostenible de
producción energética será mucho mayor que el apoyo decidido a las
tecnologías de energías renovables y las medidas de eficiencia y ahorro
energético.
Para que la República Dominicana avance hacia el desarrollo sostenible, no
es suficiente la sustitución pura y simple de los recursos energéticos fósiles por
energías de tipo renovables, pues si bien esto contribuirá efectivamente a
reducir el nivel de dióxido de carbono vertido a la atmosfera, es imprescindible
reducir la intensidad energética del Producto Interno Bruto, mediante la
implementación de políticas públicas de ahorro y eficiencia energética.
Adoptar patrones de desarrollo sostenible puede contribuir
considerablemente a mitigar el cambio climático. Las políticas que favorecen
tanto la mitigación del cambio climático como el desarrollo sostenible incluyen
aquellas relacionadas con la eficiencia energética, las energías renovables o la
conservación de los hábitats naturales. En general, el desarrollo sostenible
puede aumentar la capacidad de adaptación y de mitigación, reduciendo, a la
vez, la vulnerabilidad frente a los impactos derivados del cambio climático.
[Greenfacts. (2009). “Cambio Climático. Resumen del Informe de Evaluación
2007 del IPCC”. Pág. 4].
Se puede decir que la República Dominicana ha dado pasos firmes hacia un
desarrollo sostenible, a la luz de las numerosas iniciativas tanto públicas como
privadas que se han venido llevando a cabo en ese sentido en los últimos años.
Los constantes esfuerzos que desde Organizaciones No Gubernamentales -
ONG’s-, instituciones gubernamentales o empresas privadas se han venido
haciendo para combatir el efecto de plagas que afectan cierto tipo de cultivos,
los trabajos de concientización y educación sobre el uso adecuado de los
suelos, los diversos proyectos de reciclaje de desperdicios, la elaboración de
abono a partir del humus de lombrices, la creación de numerosas nuevas áreas
protegidas o el proyecto binacional Haití-R.D. de siembra de macadamia, son
solo algunos ejemplos de estas iniciativas.
El seguimiento y la observación del descenso en indicadores de
sostenibilidad tales como emisiones de gases de efecto invernadero, consumo
de energía primaria y final, nivel de dependencia energética y la energía
provista por fuentes renovables, son básicos para la evaluación del desarrollo
sostenible en el país en los campos energético y ambiental.
3.3 Principales aspectos a considerar para la explotación
de las fuentes renovables de energía, a partir de la
Estrategia Nacional de Desarrollo, Ley 01-12.
El tercer eje estratégico de la Estrategia Nacional de Desarrollo -Ley 12-01-
propugna por “una economía articulada, innovadora y ambientalmente
sostenible…”, mientras que el cuarto eje busca “un manejo sostenible del medio
ambiente y una adecuada adaptación al cambio climático”; es decir, esta Ley
contribuye con la mitigación y la adaptación al cambio climático, porque permite
reducir la emisión y aumentar la captación de Gases de Efecto Invernadero,
además de que promueve la diversificación energética y la utilización de
energías renovables en la República Dominicana.
El Estado dominicano se ha comprometido con alcanzar un desarrollo
sostenible, lo que se pone de manifiesto, al participar en diversas iniciativas
promovidas por las Naciones Unidas, como: la Cumbre de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992 (Río de Janeiro 92), donde se
aprobaron la Agenda 21 y la Declaración de Río; la Declaración del Milenio del
año 2000, con sus Objetivos de Desarrollo del Milenio, de los cuales dos están
directamente relacionados con la preservación ambiental y Consumo-
Producción, que son: el Objetivo 7- para “garantizar la sostenibilidad del medio
ambiente” y el Objetivo 8- para “fomentar una asociación mundial para el
desarrollo”; y, la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible en 2002
(Johannesburgo 2002), que en su Plan de Implementación, elaborado en el año
2003, aprueba e inicia la promoción del Proceso de Marrakech2 para la
Producción y Consumo Sostenible. En la Agenda 21, especialmente los
capítulos 3, 4 y 30, y en la Declaración Internacional de Producción Más Limpia
se reconoce la necesidad de que los sectores productivos y de consumo
reduzcan la contaminación en la misma fuente donde se genera. [USAID –
CCAD. (2011). Documento citado. Pág. 10].
Está claro que para la implementación de estas políticas hacen falta los
instrumentos legales e institucionales que permitan su correcta y adecuada
aplicación.
El marco legal existente para la promoción del desarrollo garantizando la
preservación del medioambiente, consiste fundamentalmente en las siguientes
Leyes:
Ley No. 64-00, Ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales;
Ley No. 125-01, de Electricidad;
Ley 57-07, Ley de Incentivo a las Energías Renovables y
Regímenes Especiales;
Ley No. 112-00, Ley de Hidrocarburos;
Ley No. 392-07, Ley de Competitividad e Innovación Industrial;
Ley No. 139-01, que crea el Sistema Nacional de Educación
Superior, Ciencia y Tecnología;
Ley No. 488-08, que establece un Régimen Regulatorio para el
Desarrollo y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas
Empresas;
Decreto No. 789-04, que crea el Programa Nacional de Producción
más Limpia.
No obstante a la legislación previamente referida, es importante hacer
énfasis en que no hay limitantes en cuanto a la facultad soberana del Estado
de proponer nuevas disposiciones cuando las circunstancias así lo determinen.
Como parte fundamental de las líneas de acción para el logro de las metas
que han sido trazadas en la Ley 12-01, destacan la que establece la necesidad
de fomentar la transferencia y generación de conocimientos y tecnologías sobre
consumo y producción sostenible entre el sector científico-académico y el sector
productivo y la que procura reducir los costos de producción por
aprovechamiento sostenible de materia prima y energía.
Otra de las líneas de acción busca garantizar que las prácticas de
producción sostenible sean consideradas en los fondos estatales y/o
internacionales destinados a investigación/innovación, protección ambiental y/o
competitividad.
Para estos fines, se establece la necesidad de fomentar y garantizar la
creación de líneas de crédito o mecanismos de financiamiento que favorezcan
las inversiones públicas o privadas en tecnologías limpias o iniciativas de
consumo y producción sostenible.
De igual forma, se traza la meta de consolidar, en un plazo de 5 años, el
Fondo de Apoyo a la Producción Sostenible, como partida especializada del
Fondo Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales, mientras que en un
plazo de 2 años se contará con al menos 2 líneas de crédito, fondos de garantía
o financiamiento no reembolsable para apoyar iniciativas de producción
sostenible.
Con el objetivo de desarrollar y fomentar mecanismos para o por
implementar prácticas, técnicas y/o procesos de producción sostenibles, una de
las líneas de acción de la Ley 01-12 busca promover incentivos a través de la
creación e institucionalización del Premio Nacional de Producción Más Limpia y
el otorgamiento del Distintivo a la Producción Sostenible.
Una línea de acción importante a destacar es la que establece la necesidad
de reducir el impacto del cambio climático en el sistema productivo, mediante la
motivación y garantía del apoyo financiero nacional e internacional para la
implementación de tecnologías limpias en el país, con el propósito de lograr el
aumento de la instalación de fuentes de energías renovables.
De cara al año 2030, el reto de la política energética consiste en establecer
una serie de acciones tendentes a corregir los desequilibrios de corto y mediano
plazo que aquejan al propio sector y, al mismo tiempo, sentar las bases de una
modernización a partir del aprovechamiento de las fuentes renovables.
También se debería enfocar a mitigar los impactos negativos, como los de tipo
ambiental. [CEPAL-: (2009). Documento Citado. Págs. 503 y 504].
Dentro de las estrategias para lograrlo, el mismo documento elaborado por
la CEPAL recomienda la sustitución de petrolíferos por otros energéticos
nacionales o importados, el aprovechamiento de las fuentes locales de energía,
fósiles y renovables, el ahorro y uso eficiente de la energía y el mejoramiento
del marco institucional, legal y regulatorio, entre otros aspectos no menos
importantes.
Las inversiones en energías renovables, al igual que las dedicadas a la
eficiencia energética, son bienes públicos característicos que producen
beneficios sustanciales a nivel local y mundial, como unos niveles nulos o bajos
de emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminantes. Ayudan a
mejorar la seguridad del abastecimiento energético mediante la explotación de
las fuentes de energía disponibles localmente, como la eólica. [Comisión de las
Comunidades Europeas -CCE-. (2006). “Desarrollo Sostenible - El Desafío
Ecológico Mundial del Sector Energético”. Pág. 9].
CAPITULO IV:
POTENCIAL EÓLICO APROVECHABLE EN LA REPÚBLICA DOMINICANA DE CARA AL
ORDENAMIENTO LEGAL EXISTENTE HASTA EL AÑO 2012
4.1 Mapa eólico de la República Dominicana, 2012.
Los estudios que han sido realizados en la República Dominicana por parte
de instituciones nacionales e internacionales como la Comisión Nacional de
Energía (CNE), el National Renewable Energy Laboratory (NREL), The United
States Department of Energy (DOE) y The United States Agency for
Internacional Development (USAID), entre otras, dan cuenta del enorme
potencial para la producción de electricidad a partir del recurso del viento con
que cuenta una parte importante de la geografía nacional.
El “Estudio básico sobre potenciales proyectos y actores en el área de
energías renovables en la República Dominicana” realizado para la Agencia
Alemana de Cooperación Internacional (GTZ) en el año 2003 por Jehová Peña
Cornielle estima que el país cuenta con un área aproximada de 1,500Km2 con
potencial eólico explotable comercialmente, consideradas como “moderadas a
buenos” y que la velocidad promedio de viento pasa de los 6 metros por
segundo a 30m de altura, lo cual representa aproximadamente el 3% del
territorio nacional. [CNE, NREL. (2004). “Plan Energético Nacional 2004 –
2015”. Pág. 100].
El mismo documento establece que, usando el supuesto conservador de 7
MW por Km2, esta superficie podría soportar más de 10,000 MW de capacidad
instalada, y potencialmente aportar sobre 24,000 GWH por año, considerando
solamente estas áreas de recursos eólicos buenos – excelentes y que existen
20 provincias en el país con al menos 100 MW de potencial eólico y tres
provincias con al menos 1,000 MW de potencial eólico. [IBIDEM].
Estudios más recientes realizados durante el 2011 por el Worldwatch
Institute, a requerimiento de la CNE, establecen que son muchos los lugares
con velocidades de viento promedio de entre 7 y 8 m/s o más a una altura de
torre de 80m sobre el nivel del mar.
Para los primeros estudios realizados, los datos base utilizados para los
modelos son la altitud del terreno, proveniente del Modelo Digital de Elevación
(DEM), con una resolución espacial de un (1) km² y los datos de vientos para un
período de 40 años de las diferentes estaciones meteorológicas del Instituto
Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y la Oficina Nacional de
Meteorología (ONAMET).
El mapa eólico del año 2012 fue elaborado por 3TIER y el Worldwatch
Institute, como resultado del proyecto “Evaluación de datos de recursos eólicos
y solares” que esta institución llevó a cabo, con modelación de energías
generadas en la República Dominicana.
Para su realización se llevó a cabo una modelación detallada en seis
regiones identificadas por el WorldWatch Institute, desarrollando series
temporales de velocidad del viento, mediante el uso de modelos de predicción
numérica del clima, los cuales se trasladaron a energía eólica mediante la
técnica SCORE para representar mejor la variación realista en escalas de
tiempo más cortas.
La técnica SCORE se desarrolló para modelar mejor la conversión de los
datos de velocidad del viento, obtenidos de los modelos numéricos, en
generación de energía real en los parques eólicos.
Ilustración No. 7.
Mapa Eólico de la Republica Dominicana, 2012
Fuente: Comisión Nacional de Energía, 2012
4.2 Mapa de Áreas Protegidas de la República Dominicana.
La República Dominicana está ubicada en la latitud 17° 30΄, 20° 00΄ Norte y
longitud 68° 00΄, 72° 00΄ Oeste. Comparte con la Republica de Haití la Isla
Hispaniola, de la cual ocupa el 74%, a través de una frontera de 382.8km
conformada por las provincias de Monte Cristi, Pedernales, Dajabón, Elías Piña
e Independencia. Su extensión territorial es de 48,442km2.
El territorio dominicano cuenta con importantes elevaciones, localizadas en
las Cordilleras Central, Septentrional y Oriental y las sierras de Samaná,
Yamasá, Neiba, Bahoruco y Martín García, siendo las máximas elevaciones el
Pico Duarte (3,187m), La Pelona (3,087m), La Rusilla (3,038m), Alto Bandera
(2,842 m), Pico del Yaque (2,761m), la Sierra de Bahoruco (2,367m), Monte
Gallo (2.500m), Monte Mijo (2.200m), Monte Tina (2.059m) y Diego de Ocampo
(1,229m).
En la República Dominicana, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas
(SINAP), es el organismo responsable de la correcta observación de las
políticas nacionales de conservación de la biodiversidad.
De acuerdo con datos obtenidos en el portal del Ministerio de
Medioambiente y Recursos Naturales (MIMARENA) a mayo del 2013, el SINAP
está conformado por un total de 123 unidades de distintas categorías que
cubren en conjunto una superficie total de 12,033.12km2, equivalentes al 25%
del territorio nacional.
Dentro de estas unidades destacan las reservas científicas, biológicas y
forestales, los parques nacionales, refugios de vida silvestre, áreas naturales de
recreo y corredores ecológicos, clasificadas por el MIMARENA de la manera
siguiente:
Tabla no. 6 UNIDADES QUE CONFORMAN EL SINAP, SEGÚN CATEGORIA
RESERVAS CIENTIFICAS
Dicayagua Loma Quita Espuela Ébano Verde Loma Barbacoa La Salcedoa Loma Guaconejo Las Neblinas Sierra Prieta
Loma Charco Azul Villa Elisa
PARQUES NACIONALES Ámina Los Haitises
Anacaona Lago Enriquillo e Isla Cabritos Aniana Vargas Manglares del Bajo Yuna
Armando Bermúdez Manglares del Estero Balsa Baiguate Montaña La Humeadora
Cabo Cabrón Nalga de Maco Del Este Punta Espada El Conde Saltos de la Jalda El Morro Sierra de Bahoruco
Francisco A. Caamaño Sierra de Neiba Humedales del Ozama Sierra Martín García
Jaragua Valle Nuevo José del Carmen Rrez. La Española
La Gran Sabana
REFUGIOS DE VIDA SILVESTRE Cueva de los Tres Ojos Monumento Natural Miguel Domingo
Fuerte Bahía Luperón Lagunas de Bávaro y el Caletón
Cayos Siete Hermanos Lagunas Redonda Gran Estero Laguna del Limón
Humedales del Bajo Yaque del Sur
Manglares de la Jina
Laguna de Perucho Manglares Puerto Viejo Laguna Cabral o Rincón Ría Maimón
Laguna Mallén Río Chacuey Laguna Saladilla Río Soco
MONUMENTOS NATURALES
Cabo Francés Viejo Loma La Altagracia Bosque Húmedo de Río San
Juan Los Cacheos
Cabo Samaná Manantiales Las Barías Cerro de San Francisco Pico Diego de Ocampo
El Saltadero Punta Bayahíbe Hoyo Claro Cuevas del Pomier Isla Catalina Cueva de las Maravillas
La Ceiba Salto de Jima Laguna Gri-Grí Salto de Jimenoa
Lagunas Cabarete y Goleta Salto de la Damajagua Las Caobas Salto Las Marías
Dunas de las Calderas Salto La Tinaja Loma Isabel de Torres Salto de Socoa
Salto El Limón Salto Grande
RESERVAS FORESTALES
Alto Bao Guanito Alto Mao Hatillo
Arroyo Cano Las Matas Barrero Loma del 20
Cabeza de Toro Loma Novillero Cayuco Río Cana
Cerro de Bocanigua Villarpando Cerros de Chacuey
VIAS PANORAMICAS
Carretera Bayacanes-Jarabacoa
Carretera Santiago -La Cumbre -Puerto Plata
Carretera Cabral-Polo Entrada de Mao Carretera El Abanico-
Constanza Mirador del Atlántico
Carretera Nagua - Sánchez Mirador del Paraíso Carretera Nagua - Cabrera Costa Azul
AREAS NATURALES DE RECREO
Boca de Nigua Guaigui Cabo Rojo - Bahía de las
Águilas Guaraguao - Punta Catuano
SANTUARIOS DE MAMIFEROS MARINOS
Arrecifes del Sureste Bancos de la Plata y de La Navidad Arrecifes del Suroeste Estero Hondo
Fuente: Elaboración Propia, con datos del MIMARENA
Ilustración No. 8.
Mapa de Áreas Protegidas de la República Dominicana
Fuente: MINERD
La situación de las áreas protegidas está en proceso de fortalecimiento. Se
cuenta con la Ley Sectorial de Áreas Protegidas (Ley 202-04); con las políticas
sobre áreas protegidas (2007); se han hecho estudios recientes para llenar los
vacíos de información biológica, financiera y técnica, así como de efectividad de
co-manejo, lo que ha conllevado a la formulación del Plan Maestro del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas 2010 – 2030. En el presente se implementa el
proyecto Reingeniería del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, con
financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el cual se focaliza
mayormente en el desarrollo de mecanismos financieros para lograr la
sostenibilidad del SINAP. [http://www.ambiente.gob.do/chm. Consulta en línea.
Sábado 16 febrero 2013, 11:19 a.m.].
4.3 Zonas con potencial eólico aprovechable de manera
Sostenible en la República Dominicana.
Dado que el factor más importante para el rendimiento de un generador
eólico es la velocidad media del viento, en este apartado nos estamos refiriendo
a aquellas zonas en las cuales se registren corrientes de aire que reúnan las
características tanto de velocidad como de intensidad que las hagan adecuadas
para la producción de energía eléctrica, pero que al mismo tiempo no entren en
contradicción con lo establecido en el SINAP.
Aun cuando los sistemas eólicos se pueden clasificar en 3 bloques:
producción de energía, transformación en energía potencial (bombeo de agua)
y otras aplicaciones industriales, vamos a enfocar nuestro análisis hacia los
lugares de la Republica Dominicana en los que sea viable el desarrollo de
proyectos de producción de electricidad utilizando el recurso del viento, a partir
de la proyección del perfil de las velocidades medias durante periodos
prolongados de tiempo, la estabilidad atmosférica o las condiciones del terreno.
El potencial eólico del país debe ser aprovechado, considerando la
confirmación de la existencia de superficies con condiciones apropiadas para la
inversión a gran escala (parques eólicos); pero el aprovechamiento de este
potencial está seriamente asociado a ciertas ventajas y limitantes en cuanto al
desarrollo de proyectos.
El factor de carga bruto, que no es otra cosa que la generación total como
un porcentaje de la generación potencial, sin tener en cuenta ninguna pérdida,
es excepcionalmente alto en algunos lugares, en comparación con otros
recursos eólicos viables en el mundo.
A partir de los datos que arrojan los estudios del NREL, la USAID, la GTZ y
3TIER / WorldWatch Institute que han sido consultados, queda evidenciado que
aproximadamente el 13% de las zonas explotables para generación de energía
eólica sin entrar en contradicción con la normativa vigente en materia de áreas
protegidas y zonas de desarrollo turístico, cumple con estas características.
El mejor recurso eólico se encuentra en la parte occidental del país, en las
áreas a lo largo de las costas sur y norte y en las montañas centrales a lo largo
de la frontera con Haití.
De manera particular Montecristi, Pedernales y Baní son las tres provincias
con mayor potencial, localizándose en Pedernales el 70% de los sitios más
aprovechables, en función de las características necesarias para hacer viables
los proyectos a desarrollar.
Otras zonas, como es el caso de la Península de Barahona, tienen
excelentes recursos eólicos, básicamente en la porción suroeste, pero la
mayoría de los terrenos no pueden ser aprovechados, ya que pertenecen al
Parque Nacional Jaragua, por lo cual están dentro del área protegida a través
de la Ley de Medioambiente y Recursos Naturales.
La región noroeste posee recursos eólicos explotables a lo largo de las
áreas costeras, destacándose las provincias de Montecristi, como ha sido
señalado anteriormente, y Puerto Plata, en cuyos municipios donde han sido
concesionados provisionalmente varios proyectos por parte de la Comisión
Nacional de Energía.
De hecho, como resultado del excelente potencial y las facilidades de
infraestructuras del sistema de transmisión, lo que facilita el acceso a la red, la
provincia de Puerto Plata ha sido considerada por varios promotores para el
desarrollo de proyectos a gran escala, fundamentalmente en los Municipios de
Imbert, La Isabela, Luperón y Maimón.
La Península de Samaná también es poseedora de vientos considerados de
buenos a excelentes, exceptuando el extremo este de la península. Sin
embargo, al no ser tan extensos los terrenos con buen potencial, la mejor
opción pudiera ser la implementación de proyectos de autoconsumo, o bien
proyectos a mediana escala para abastecer la demanda del sector turístico
local.
Las considerables elevaciones de la Cordillera Septentrional también
ofrecen recursos que pueden ir de buenos a excelentes, pero son también, en
su mayoría, espacios pertenecientes a las áreas protegidas del Pico Diego de
Ocampo, por lo cual no pueden ser aprovechados.
Gracias a las características de algunas zonas de la Cordillera Central, las
condiciones pueden ser bastante favorables para la explotación de los
importantes recursos eólicos en el Cibao Central, como en el caso de
Constanza, con la limitante de lo reducida de las superficies de las áreas con
suficiente potencial, debido a la geografía del lugar.
La zona este es poseedora de buen potencial en determinadas áreas,
teniendo el inconveniente principal de que la mayoría de los lugares con
velocidades y densidades de viento favorables para la explotación,
corresponden a emplazamientos de desarrollo turístico, lo que da lugar a la no
factibilidad de su uso para fines de generación de energía eólica.
Los regímenes de vientos son muy variables en algunas de las zonas
potencialmente explotables, lo cual provoca que la selección de los eventuales
emplazamientos para desarrollo de proyectos eólicos tenga que hacerse
cuidadosamente, de modo que no se vea afectada su productividad.
Los recursos eólicos clasificados de marginales a moderados representan la
mayor superficie. Están distribuidos en todo el territorio nacional, pero su mayor
representación está localizada en las regiones Este y Noroeste del país.
En sentido general, la República Dominicana tiene algunas regiones con un
excelente recurso de viento, pero no todas las regiones tienen lugares que
puedan ser atractivos para el desarrollo eólico.
La ubicación en El Caribe, región en la cual la temporada ciclónica se
extiende de junio hasta noviembre, da lugar a la ocurrencia de múltiples
fenómenos atmosféricos, fundamentalmente entre los meses de agosto a
octubre, los cuales muchas veces degeneran en huracanes y ciclones tropicales
que se convierten en amenazas latentes para el desarrollo de cierto tipo de
proyectos basados en fuentes renovables.
Un análisis del comportamiento de los ciclones tropicales en la región
mesoamericana muestra cómo desde 1995 la violencia de los fenómenos
extremos ha aumentado: 4 de los 10 huracanes más intensos ocurrieron en los
últimos diez años. Esta tendencia se vería intensificada con el pronosticado
aumento de temperatura de la superficie del mar en El Caribe… [Europe Aid.
(2009). Doc. Citado. Pág. 13].
El conocimiento cabal del tiempo promedio de ocurrencia de estos
fenómenos es de vital importancia para los desarrolladores de proyectos
eólicos, como instrumento para la toma de decisiones y la correcta planificación
del diseño e implementación de dichos proyectos.
La variación del viento, tanto diurna como estacional, producida por las
condiciones climáticas de la República Dominicana, no debe ser un obstáculo
para el desarrollo de proyectos eólicos, partiendo del hecho de que mediante la
utilización de las herramientas estadísticas de que se dispone y que han de ser
registradas y actualizadas cada año, es relativamente fácil predecir dichas
variaciones con una precisión bastante aceptable.
No cabe duda de que el tema ambiental ocupa un lugar cada vez más
importante en las agendas de políticas públicas y de participación ciudadana de
los países de América Latina y el Caribe. Este contexto exige que los países de
la región produzcan y difundan estadísticas ambientales en forma sistemática,
en el marco de sus sistemas estadísticos oficiales, cada vez con mayor calidad
y oportunidad, para evidenciar y robustecer la toma de decisiones y la
formulación de políticas públicas ambientales, transversales y sectoriales y, de
esa manera, avanzar hacia el desarrollo sostenible. [CEPAL. (2009).
“Indicadores Ambientales de América Latina y El Caribe, 2009”. Cuadernos
Estadísticos No. 38. Pág. 23].
4.4 Marco Legal para la explotación de los recursos naturales
en la República Dominicana.
La conservación de las áreas protegidas se ha realizado a través de
instrumentos legales que comenzaron a adoptarse desde el siglo XIX, al ser
percibidos los efectos negativos en determinados servicios ambientales,
provocados por usos no sostenibles. [United States Agency for International
Development -USAID-; Improving Policies for Environmental Protection. (2006).
“Marco Legal del Sistema Nacional de Áreas Protegidas en la Republica
Dominicana”. Pág. 3].
Producto de esto, una parte importante de la normativa vigente en materia
de protección de los recursos naturales en la Republica Dominicana data de
años anteriores al periodo que ha sido considerado en la presente
investigación, o bien es el resultado de las enmiendas que le han sido
introducidas a disposiciones como la Ley de Protección de Bosques y Selva, de
1884; la Ley Forestal Dominicana, de 1919 o la Ley 67 del 29 de octubre de
1974 que creó la Dirección Nacional de Parques.
Con el paso del tiempo, estas y otras leyes y ordenanzas que de manera
dispersa procuraban dotar al Estado de los instrumentos necesarios para
establecer el sostén jurídico y normativo para la conservación, protección,
mejoramiento y restauración del medioambiente y los recursos naturales,
asegurando su uso sostenible, dieron lugar a la actual Ley No. 64-00, del 18 de
agosto del año 2000, que crea la Secretaria de Estado de Medioambiente y
Recursos Naturales.
Como refuerzo y sustento de esta, años más tarde se promulgan las Leyes
121-03, que define el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y 202-04, del 30 de
julio del 2004, conocida como Ley Sectorial de Áreas Protegidas.
Adicionalmente, la República Dominicana cuenta, para los fines de
salvaguardar y garantizar el buen uso de los recursos naturales, con la Ley No.
174-09 del 3 de junio del 2009 y los Decretos 571-09 del 7 de agosto del 2009
y 371-11 del 13 de junio de 2011. [MIMARENA. (2012). “ATLAS de
Biodiversidad y Recursos Naturales de la República Dominicana”. Pág. 21].
No obstante a todo lo anterior, para el desarrollo de proyectos basados en
cierto tipo de energías renovables, debido a la necesaria utilización de grandes
extensiones de terreno y las implicaciones medioambientales que implica su
desarrollo, al margen de la observación de lo establecido en la Ley de
Medioambiente y Recursos Naturales, 64-00, los promotores deben acogerse a
los lineamientos que están pautados en la Ley de Incentivo a las energías
renovables y regímenes especiales, 57-07, la cual constituye el marco
normativo y regulatorio básico que se ha de aplicar en todo el territorio nacional,
para incentivar y regular el desarrollo y la inversión de este tipo de proyectos.
Entre los objetivos principales de esta Ley 57-07, podemos citar: reducir la
dependencia de los combustibles fósiles importados; estimular los proyectos de
inversión privada desarrollados a partir de fuentes renovables de energía;
propiciar que la participación de la inversión privada en la generación de
electricidad a ser servida al SENI esté supeditada a las regulaciones de los
organismos competentes y de conformidad al interés público y mitigar los
impactos ambientales negativos de las operaciones energéticas con
combustibles fósiles.
Tal como se puede apreciar en estos objetivos, en todo momento se
establece que si bien se procura incentivar la utilización de fuentes alternativas
de generación de energía que reduzcan de manera importante la quema de
combustibles fósiles, la misma debe hacerse de acuerdo a lo que manda la
normativa medioambiental vigente.
4.5 Impacto medioambiental de la implementación de los
Parques Eólicos.
A pesar de las múltiples ventajas que sobre las energías convencionales
tiene la energía eólica, desde el punto de vista de la no afectación de los
parámetros que inciden sobre el cambio climático, la implementación de estos
centros de generación de electricidad no está totalmente libre de efectos
negativos para la conservación del medioambiente.
En todo caso, la valoración de la magnitud de los impactos ambientales y
paisajísticos que entraña el desarrollo de un proyecto eólico, tiene que ver con
las posibilidades de utilización de los terrenos afectados para su levantamiento,
por parte otros sectores de distinta naturaleza, ya sea agrícola, ganadero o
incluso pesquero, en algunos casos.
Se deben analizar estos impactos en cada una de las etapas del
proyecto, tanto durante la fase de ejecución de la obra, como en la fase de
explotación de las instalaciones.
4.5.1 Fase de Ejecución.
Los impactos sobre la atmosfera pueden ser considerados temporales y
afectan fundamentalmente a las poblaciones cercanas a los emplazamientos.
Están asociados al movimiento de tierra y las emisiones de partículas de humo
y polvo que son levantadas en las áreas de construcción de las obras y sus vías
de acceso, así como a las líneas eléctricas para la evacuación de la energía
producida en el parque, que debe incluir el proyecto.
Hay también un impacto de pequeña magnitud relativo a alteraciones en el
microclima de la zona en donde se erige el parque, como resultado del cambio
de sentido y fuerza de las corrientes de viento, por efecto del obstáculo natural
que significan los aerogeneradores que se instalen.
Los impactos sobre los recursos hídricos tienen que ver con los efectos que
sobre los cauces fluviales pueden implicar las emisiones de las maquinarias
empleadas durante las distintas fases de las obras, o bien por la mala
planificación de los accesos a estas, las cuales en ocasiones pudieran desviar
el curso natural de los ríos y afluentes cercanos.
De igual modo, tanto las aguas superficiales como las subterráneas pueden
ser contaminadas por eventuales derrames de sustancias como aceites,
pinturas o hidrocarburos vertidos de forma accidental o irresponsable por parte
de los operadores de los equipos de construcción.
La no observación de medidas preventivas adecuadas para evitar la
eliminación de la cobertura vegetal, puede provocar la erosión del suelo y
afectar los terrenos en donde se desarrollan actividades agrícolas, ganaderas y
pesqueras de las zonas involucradas en el proyecto.
El hábitat se ve afectado debido a que por la necesaria separación entre los
aerogeneradores que integran un parque eólico, se requiere de importantes
extensiones de terreno para su desarrollo, debiendo incluirse a la hora de
realizar una evaluación medioambiental, los espacios relativos a accesos,
cimentación de las torres, edificaciones, zanjas de canalización o
estacionamiento provisional de maquinarias, entre otros elementos, para fines
de medición de impactos.
No obstante, los elementos permanentes de un parque eólico constituyen
sólo una pequeña porción de la superficie total del mismo, de manera que una
vez finalizadas las labores de construcción, la gran mayoría de los terrenos
puede ser recuperada a partir de las medidas tanto correctivas como
preventivas que se hayan considerado para restituir la productividad de las
zonas afectadas.
En cuanto a la fauna, las aves son las más intensamente afectadas en su
hábitat y costumbres por la existencia y funcionamiento de los
aerogeneradores, al chocar contra los rotores y las estructuras de las turbinas y
en menor medida, por los tendidos eléctricos para la evacuación de la energía
allí producida.
Las vibraciones producidas por el flujo vehicular y el movimiento de
personas en torno a la obra en ejecución, el ruido y el electromagnetismo,
suponen molestias para las aves que las obligan a desplazarse a otros hábitats
donde no necesariamente existen condiciones adecuadas para su
supervivencia.
Ilustración No. 9
Impacto de los aerogeneradores sobre las aves
Fuente: Imágenes de Google
Hay también un innegable impacto sobre la vegetación, basado en el
desmonte de las grandes proporciones de árboles que conlleva la instalación de
un parque eólico, lo que aumenta significativamente el riesgo de erosión de los
suelos, ante la eliminación de la cubierta vegetal.
La pérdida de vegetación asociada con un proyecto eólico, va a depender,
por lo regular, de la capacidad a instalar y de la distancia que separe a dicho
proyecto de las vías de acceso, pues en función de estos dos elementos se
tendrá que utilizar una mayor cantidad de equipos, que tendrán que ser de
mayor tamaño y los equipos de movilización tendrán que hacer un recorrido
más extenso hasta el lugar de los emplazamientos.
4.5.2 Fase de explotación.
Los efectos visuales de un parque eólico dependen de sus características
propias tales como tamaño, altura de las torres, materiales de construcción y
color; sin embargo, en todos los casos estas estructuras son altamente visibles,
debido a las grandes dimensiones de los aerogeneradores que lo integran.
En tal sentido, el impacto que estos provocan, desde el punto de vista
paisajístico, es muy alto y debe ser tomado en consideración, máxime si se
trata de un elevado número de máquinas, que involucra un mayor volumen de
terreno a ocupar y consecuentemente una mayor área de influencia visual,
debido a la densidad de los equipos eólicos a utilizar y a la configuración que se
adopte para diseñar el parque, en función de las características técnicas y el
relieve del lugar seleccionado.
Cuando los aerogeneradores están en funcionamiento, se producen ruidos
provenientes de dos fuentes: ruido aerodinámico, producido por el choque del
viento sobre la superficie lisa de las palas del rotor y ruido mecánico, debido a
los motores, caja de engranajes, ejes de transmisión, generador y ventiladores
de refrigeración.
El ruido que ocasiona un aerogenerador es directamente proporcional a la
velocidad de las palas; es decir, mientras mayor sea la velocidad de giro del
rotor, mayor será el ruido que se produzca.
En las instalaciones utilizadas modernamente se ha podido minimizar estos
ruidos mediante la optimización aerodinámica de las palas y el blindaje de los
componentes mecánicos de las máquinas.
Un riesgo que debe ser considerado es el de la caída de rayos en los
parques eólicos, lo cual guarda estrecha relación con la elevación a la que
generalmente se colocan los aerogeneradores, a fin de maximizar el efecto del
viento, lo que los constituye en puntos de descargas estáticas por excelencia.
En ese sentido, a pesar de la protección a tierra que poseen las estructuras
metálicas de los aerogeneradores, existen posibilidades latentes de que, ante
la ocurrencia de descargas eléctricas, un fallo en la instalación pueda dar lugar
a incendios u otro tipo de eventualidades en el parque.
Respecto a la contaminación ambiental es importante señalar la influencia
que estas instalaciones ejercen sobre los campos electromagnéticos, las que se
observan básicamente en grandes instalaciones, donde se usan rotores
metálicos que conducen, en algunos casos, a perturbaciones de las
transmisiones radiales.
En los modernos parques eólicos, donde las palas de los rotores son de
fibra de vidrio, tales perturbaciones ya no existen.
Como se ha visto, hay un gran número de aspectos que afectan de manera
directa al impacto que sobre el medioambiente tiene la implementación de los
parques de generación eólicos, dependiendo de las características propias de la
zona y del tamaño del proyecto.
Los efectos negativos que estos emplazamientos tienen sobre el medio
ambiente deben ser analizados con la realización de estudios de impacto
ambiental, de forma que se reduzcan a su mínima expresión sus
consecuencias, tomando en cuenta que las zonas protegidas establecidas por
la legislación vigente en la República Dominicana no deben ser consideradas
para el desarrollo de proyectos eólicos.
Ilustración No. 10
La energía eólica y el medioambiente
Fuente: Imágenes de Google
4.6 Proyectos y Concesiones desarrollados y en ejecución.
Como se puede apreciar en la Tabla No. 7, desde el año 2007 hasta enero
del 2013, la CNE ha otorgado varias concesiones provisionales para la
explotación de energía eólica, muchas de las cuales están vencidas y otras
tantas no están aún en vías de ejecución.
De ser implementados todos los parques concesionados, el aporte total de
energía eólica en un escenario ideal, puede llegar a alcanzar en los próximos 2
a 3 años, cerca de los 600MW, incluyendo los ya disponibles 85MW del
proyecto Los Cocos-Quilvio Cabrera, en Juancho, provincia de Pedernales.
Tabla No. 7. PROYECTOS EÓLICOS CONCESIONADOS POR LA CNE 2007~2013
Fuente: Elaboración propia con datos suministrados por la Oficina de Acceso a la
Información de la CNE, actualizados a Mayo 2013
4.7 Parque Eólico Los Cocos - Quilvio Cabrera:
Impacto sobre el medioambiente
50 ProvisionalCNE-CP-0001-
201302/01/2013
DR Wind Energy
Development
Guzmancitos, S. A.
Puerto Plata Otorgada
50 DefinitivaCNE-CD-0010-
201208/11/2012 Dominicana Renovables Puerto Plata Otorgada
50 Provisional
CNE-CP-0015-
201212/12/2012 Maimón Power Group Puerto Plata Otorgada 50 Provisional
CNE-CP-0012-
201214/08/2012 14/02/2014 G & G Transeólica, S.A. Puerto Plata Otorgada
12.5 Provisional
CNE-CP-0005-
201222/03/2012 22/09/2013
Astur Dominicana
Renovable, S.R.L.Puerto Plata Otorgada 50 Provisional
CNE-CP-0002-
201223/01/2012 23/07/2013
Dominican Eolic
Enterprise, S.R.L.La Altagracia Otorgada
50 Provisional
CNE-CP-0022-
201121/10/2011 01/04/2013
INKIA CEPP Operations,
S.A.Monte Cristi Otorgada 50 Provisional
DR Wind Energy
Development
Guzmancitos, S. A.
Puerto Plata OtorgadaCNE-CP-0014-
201122/08/2011 22/02/2013
115 Definitiva
CNE-CD-0010-
201116/12/2011 N/A CEPM Pedernales Otorgada 8.25 Definitiva
CNE-CD-0006-
201109/06/2011 N/A
Jasper Caribbean
Windpower, L.L.C.Puerto Plata
Recomendacion
Otorgamiento
50 Definitiva
CNE-CD-0005-
201107/06/2011 N/A EGE-Haina, S. A. Pedernales
Recomendacion
Otorgamiento50 Definitiva
CNE-CD-0004-
201119/05/2011 N/A Los Cuatro Vientos, C. x A. Monte Cristi
Recomendacion
Otorgamiento
50 Definitiva
CNE-CD-0053-
201010/08/2010
10/08/2011
Poseidón Energia
Renovable, C. x A.100
Prórroga plazo
inicio de obrasPuerto Plata Definitiva
CNE-CD-0060-
200803/12/2009 N/A
Parque Eolico del Caribe,
S. A.Monte Cristi Otorgada
Tipo de
ConcesiónStatus
Ubicación del
Proyecto
Grupo Eólico Dominicano,
C. x A.N/A04/06/2007 Peravia Otorgada 50 Definitiva
Capacidad de
Generación
(MW)
Interesado/PeticionarioFecha de
VencimientoFecha
No.
Resolución
CNE-0004-2007
El parque eólico Los Cocos-Quilvio Cabrera, desarrollado por la empresa
EGE-Haina, está ubicado en la provincia de Pedernales, entre las comunidades
de Juancho y Los Cocos, aproximadamente 40 kilómetros hacia el sudoeste de
la provincia de Barahona, sobre una cadena de elevación entre 10 y 100 metros
en un terreno plano, rodeado por el océano hacia el sur y por una sierra hacia
el este.
Los estudios para la implementación de este proyecto determinaron que la
velocidad promedio del viento a largo plazo es de 7.0m/s a una altura de torre
de 80m, con un factor de capacidad neto de diseño del 33.3%.
La primera etapa del proyecto Los Cocos consta de 2 filas de 8 y 6 turbinas
de viento en dirección de noroeste-sudeste, para un total de 14 turbinas marca
VESTAS del modelo V90, de 1.8MW cada una, que garantizan una producción
nominal de 25MW.
De su lado el parque Quilvio Cabrera, localizado en la comunidad de Los
Cocos, de la misma provincia, está dotado de 5 aerogeneradores de la misma
marca, del modelo V82, con capacidad de 1.65MW cada uno, para un aporte
parcial de 8MW.
La estructura completa del parque eólico Los Cocos-Quilvio Cabrera,
inaugurado el 11 de octubre del año 2011, cuenta con 19 aerogeneradores que
producen, en su primera fase, 33MW que son inyectados al Sistema Eléctrico
Nacional Interconectado (SENI).
Ilustración No. 11.
Localización del Parque Eólico Los Cocos-Quilvio Cabrera
Fuente: EGE-Haina
Durante el primer año de funcionamiento, la República Dominicana se
ahorró la importación de aproximadamente 200,000 barriles de petróleo,
evitando así la emisión de más de 70,000 toneladas de CO2 al medioambiente.
[Comisión Nacional de Energía. (2011). Revista “Crónica Energética” Edición 2,
Oct. 2011. Pág. 8].
Con la adición a partir de febrero del 2013 de 26 aerogeneradores de 2MW,
la capacidad instalada del parque eólico Los Cocos se eleva a 77MW, que
aportan al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado un total de 220 millones
de kWh, ahorrando al país la importación de 600,000 barriles anualmente y
evitando la emisión de 200,000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
V. CONCLUSIONES
El costo de proveer un suministro de electricidad continuo y confiable en la
Republica Dominicana, cuyo parque de generación depende básicamente de la
producción térmica, implica la quema de una cantidad cada vez más elevada de
combustibles fósiles que tienen que ser importados y cuyos efectos colaterales
son los crecientes daños al medioambiente.
Es decir que producir la energía eléctrica que demanda la nación, motor
indiscutible del desarrollo, conlleva por un lado la inversión de cuantiosos
recursos que deben ser destinados a la compra en el extranjero de fuentes
primarias de energía, y por el otro un gran volumen de gases de efecto
invernadero que son emitidos a la atmósfera, como se ha visto en los datos
analizados durante el periodo 2008 ~ 2012.
Es necesario un cambio de dirección importante para romper con la actual
dependencia de los combustibles fósiles, responsables de dichas emisiones, tal
como se ha considerado en la Estrategia Nacional de Desarrollo -Ley 01-12-,
plan concebido a 20 años que entró en vigencia en enero del 2012.
Adicionalmente se deben encauzar iniciativas tales como proyectos de
investigación y mecanismos de sustitución paulatina del parque de generación
existente, migrando hacia tecnologías más amigables con el medioambiente.
Una de las funciones fundamentales del Estado, en materia de energía, es
promover y garantizar la oportuna oferta de electricidad que requiera el
desarrollo del país, en condiciones adecuadas de calidad, seguridad y
continuidad, con el óptimo uso de recursos y la debida consideración de los
aspectos ambientales. [Reglamento de Aplicación de la Ley General de
Electricidad, 125-01. (2001). Art. 3, literal (a)].
La generación de electricidad fundamentada en fuentes de energía
renovables, como el viento, es una vía para alcanzar esta meta, para cuyos
fines es necesario evaluar las posibilidades de explotación de este recurso, en
condiciones de sostenibilidad, respetando en todo momento la legislación
vigente en materia de recursos naturales y sin que ello vaya en desmedro del
desarrollo turístico, soporte importante de la economía nacional.
El potencial total de la Energía Eólica en RD se ha estimado en 30.5 GW y
59.300 GWh/año. De estos, para generación eléctrica interconectada a la red,
10.2 GW (33% del total) se consideran como buenos y excelentes, y
corresponden a 24.600 GWh (41.5% del total). [Humberto Rodríguez M. (2008).
“Diagnóstico y definición de líneas estratégicas del subsector fuentes de
energía nuevas y renovables (FENR) y dominicana”. Pág.143].
Este potencial permite desarrollar parques eólicos con factores de
capacidad que pueden fluctuar entre 38% y 20%, siendo evidentemente
mejores aquellos parques con los factores de capacidad más altos, pero las
áreas desarrollables son también las menores, por lo que la data del presente
diagnóstico ha de permitir al Estado la correcta planificación, previsión y
ejecución de medidas tendentes a garantizar la seguridad en el abastecimiento
de la energía, mediante la adopción de estrategias de desarrollo sostenible que
fomenten la penetración de tecnologías que reduzcan sustancialmente las
emisiones contaminantes.
De esta forma, al tiempo de contribuir a mitigar los efectos del cambio
climático, el país estará honrando los acuerdos de los cuales es signatario, en
ese sentido.
En su Art. 2, Numeral 1, literal a, inciso iv, el Protocolo de Kyoto establece
los compromisos de reducción y los mecanismos para alcanzar dichas
reducciones a los cuales deben acogerse los países firmantes cuando se refiere
a “la investigación, promoción, desarrollo y aumento del uso de formas nuevas y
renovables de energía, de tecnologías de secuestro del dióxido de carbono y de
tecnologías avanzadas y novedosas que sean ecológicamente racionales”.
República Dominicana se ha venido dotando de manera continua del marco
jurídico necesario para agenciarse la cooperación internacional y la captación
de inversión extranjera ajustada a los mejores estándares de eficiencia y con
las prácticas menos agresivas al medioambiente.
Un ejemplo de ello lo constituye el Artículo 5 de la Ley General sobre Medio
Ambiente y Recursos Naturales, Ley No. 64-00, el cual establece de manera
específica que: “es responsabilidad del Estado, de la sociedad y de cada
habitante del país proteger, conservar, mejorar, restaurar y hacer un uso
sostenible de los recursos naturales y del medio ambiente, y eliminar los
patrones de producción y consumo no sostenibles”.
En virtud de esto es preciso tener en cuenta que sin la provisión de un
suministro de energía eléctrica continua y confiable, que afecte lo menos
posible ese importante aspecto de la seguridad que es el medioambiente, es
cada vez menos probable que la República Dominicana pueda seguir
transitando hacia niveles de desarrollo que permitan a sus habitantes
agenciarse una mejor calidad de vida a partir de estándares de productividad
que les hagan más competitivos.
La utilización del viento como energía primaria para la producción de
energía eléctrica, mediante la implementación de centrales eólicas en las zonas
con buen nivel de aprovechamiento, bien puede considerarse como una parte
importante de la respuesta a tal inquietud.
Para ello, se debe tener en cuenta las variaciones del viento en las distintas
épocas del año y la manera diferente en que este se comporta en cada una de
las regiones con buen potencial eólico que han sido identificadas a partir de las
informaciones estadísticas y las herramientas de modelación y análisis de
generación simulada de que se dispone.
Dentro de las renovables, la energía eólica ha experimentado importantes
progresos técnicos y económicos. Se han mejorado significativamente aspectos
tales como la gestión y el mantenimiento, la integración de la energía eléctrica
en la red, la adaptación del diseño de aerogeneradores a las características de
los emplazamientos, la regulación y control, la predicción de producción a corto
plazo y la economía de escala con una mejora de los costes de inversión y de
producción eléctrica. [Villarrubia López, Miguel. (2009). “Ingeniería de la
Energía Eólica”. Pág.9].
La correcta coordinación y planificación de los proyectos eólicos, sobre la
base de una bien ponderada evaluación de las áreas a utilizar para su
implementación, ha de ser fundamental en el éxito y la productividad de los
mismos.
VI. RECOMENDACIONES
La República Dominicana debe abocarse a la búsqueda e implementación
de alternativas tecnológicas de producción de electricidad que al tiempo de
contribuir a reducir gradualmente el nivel de dependencia extranjera, estén
dotadas de un adecuado control de la emisión de gases de efecto invernadero,
responsables de los desastres ecológicos derivados del cambio climático.
En vista de que al 2013 el parque de generación eléctrico nacional está
basado fundamentalmente en unidades térmicas, se requiere de la adopción de
medidas tendentes a hacer un uso más intensivo de los recursos naturales con
los que se cuenta, con el propósito de minimizar la importación, quema y
emisiones derivadas de los combustibles fósiles necesarios para su
funcionamiento.
La Ley de Incentivo al Desarrollo de las Energías Renovables y sus
Regímenes Especiales, 57-07, establece que:
…es interés del Estado, organizar y promover la creación de nuevas tecnologías energéticas y la adecuada aplicación local de tecnologías ya conocidas, permitiendo la competencia de costo entre las energías alternativas, limpias y provenientes de recursos naturales, con la energía producida por hidrocarburos y sus derivados, los cuales provocan impacto dañino al medioambiente, a la atmosfera y a la biosfera, por lo que deberá incentivarse la investigación, desarrollo y aplicación de estas nuevas tecnologías.
El empleo de fuentes renovables para la generación de energía eléctrica
tiende a establecer una mejor relación con la seguridad medioambiental para el
país, por lo que para el Estado dominicano reviste importancia estratégica el
diagnóstico del potencial eólico de que dispone, debiéndose pasar de la
cuantificación pura y simple, a la consideración de los tomadores de decisión,
con el carácter que ello demanda.
Es preciso evaluar la factibilidad de la explotación de estos recursos, de
manera específica el eólico, por las múltiples ventajas que ello representa, tanto
desde el punto de vista de la disminución de las importaciones de combustibles
fósiles, lo que contribuye a mejorar la seguridad energética y el nivel de
dependencia extranjera, como desde el punto de vista de la reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ayuda a garantizar una mayor
seguridad medioambiental.
Por ser una fuente segura y abundante de energía limpia y renovable,
recientemente se ha registrado un crecimiento en la implementación de parques
de generación de electricidad mediante aprovechamiento del recurso del viento
en toda la región, lo que debe ser considerado en el caso dominicano.
En la República Dominicana, la capacidad eólica instalada a junio del 2013
asciende a 85MW, por lo cual, en base a las concesiones otorgadas y la
normativa vigente, en un tiempo relativamente corto se pudiera estar cubriendo
el máximo permisible de penetración de fuentes renovables al SENI, mismo que
no deberá exceder el 25% de la demanda total.
Esto así, porque de acuerdo al Art. 37 del “Procedimiento complementario
para la integración y operación de las centrales de generación de régimen
especial en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI)” se establece
que la Superintendencia de Electricidad -SIE- es la instancia responsable de
definir el límite máximo de penetración al Sistema de este tipo de energía no
gestionable; es decir, aquella en la que el recurso primario es aleatorio, como
es el caso de la eólica.
En ese sentido, una misión que ha de plantearse el Estado, a fin de
agenciarse mayores niveles de participación en las iniciativas de migración del
parque de generación de electricidad hacia mejores niveles de eficiencia, como
los que se pueden obtener mediante la integración de parques eólicos, es la de
lograr la integración de los distintos sectores que confluyen en la sociedad,
capitalizando el interés del sector privado mediante políticas públicas atractivas,
pero que no vayan en detrimento del interés nacional.
Es indispensable una revolución de tecnología energética verdaderamente
mundial e integrada para solucionar los problemas interrelacionados de
seguridad energética y cambio climático, mientras se satisfacen las crecientes
necesidades de energía del mundo en desarrollo. [AIE. (2010). “Perspectivas
Sobre Tecnología Energética. Escenarios y Estrategias hasta el año 2050”.
Pág. 18].
GLOSARIO DE TERMINOS* (*Fuentes: IPCC Glossary, Centro de Información de las Naciones Unidas –CINU-)
Combustibles Fósiles:
Término general para designar los depósitos geológicos de materiales
orgánicos combustibles que se encuentran enterrados y que se formaron por la
descomposición de plantas y animales que fueron posteriormente convertidos
en petróleo crudo, carbón, gas natural o aceites pesados al estar sometidos al
calor y presión de la corteza terrestre durante cientos de millones de años.
Clima:
Se suele definir el clima como el “promedio del estado del tiempo” o, más
rigurosamente, como una descripción estadística del tiempo en términos de
valores medios y de variabilidad de las cantidades de interés durante periodos
de varios decenios, normalmente, tres decenios.
Cambio Climático:
Un cambio en el clima, atribuible directa o indirectamente a la actividad
humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la
variabilidad climática natural observada durante períodos de tiempo
comparables.
Desarrollo Sostenible:
Puede ser definido como “un desarrollo que satisfaga las necesidades del
presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para
atender sus propias necesidades”.
Energía Primaria:
Se denomina energía primaria a los recursos naturales disponibles en forma
directa o indirecta para su uso energético. Se consideran seis productos
primarios: petróleo, gas Natural, carbón, hidroelectricidad, leña y otros
(subproductos de la leña), biogás.
Energía final: Energía de que dispone el consumidor que se convierte en energía útil.
Gases de Efecto Invernadero (GEI):
Gases integrantes de la atmósfera, de origen natural y antropogénico, que
absorben y emiten radiación en determinadas longitudes de ondas del espectro
de radiación infrarroja emitido por la superficie de la Tierra, la atmósfera, y las
nubes. Esta propiedad causa el efecto invernadero.
El vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O),
metano (CH4), y ozono (O3) son los principales gases de efecto invernadero en
la atmósfera terrestre. Los demás son: Hidrofluorocarbonos (HFC),
Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6).
Protocolo de Kyoto:
Acuerdo internacional sobre cambio climático realizado en Kyoto (Japón)
donde los gobiernos del planeta acordaron reducir las emisiones de los GEI que
producen el calentamiento global.
Tonelada equivalente de petróleo (tep): Es una unidad de energía. Su valor equivale a la energía que hay en una
tonelada de petróleo, con un valor convencional de 11,630 kWh. Sirve también
para comparar los niveles de emisión de CO2 a la atmosfera que se producen al
quemar distintos combustibles:
1 tep de gas natural = 2,1 toneladas de CO2.
1 tep de carbón = 3,8 toneladas de CO2.
1 tep de gasoil = 2,9 toneladas de CO2.
1 tep = 1,435 toneladas de carbón
REFERENCIAS
A) Contenido
Libros
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