El Día Mundial del Medio Ambiente es el mayor evento global a favor del

ambiente. Fue establecido en 1972 por las Naciones Unidas durante la

Conferencia de Estocolmo.

El lema de este año es: Piensa. Aliméntate. Ahorra. Se trata de una

campaña para reducir los desechos y la pérdida de alimentos.

Cada año se pierde o se desecha

aproximadamente un tercio de la comida

producida en todo el mundo para consumo

humano, unos 1.3 billones de toneladas.

La pérdida y desperdicio de

alimentos suponen además un importante gasto de agua, tierra, trabajo y capital que

inevitablemente favorece el efecto invernadero y por tanto, el cambio

climático.

La producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie

habitable, un 70% del consumo de agua, un

80% de deforestación y un 30% de gases de efecto invernadero.

Cada año se desperdician 1,3

billones de toneladas de comida,

lo que equivale a la producción

alimentaria de todo el África

Subsahariana.

1 de cada 7 personas del planeta

se va a la cama hambrienta y más

de 20 mil niños de menos de 5

años mueren de hambre cada día.

El tema de este año, “Piensa. Aliméntate. Ahorra”, pretende dar a conocer las

desigualdades existentes en torno al tema de la alimentación, el impacto que

tienen nuestras decisiones alimentarias y cómo tomarlas de manera

informada.

Si desperdiciamos comida, significa que todos los

recursos empleados para producirla también se

desperdician.

• Elegir aquellos alimentos cuyo impacto al medio

ambiente es menor, como en el caso de la comida

orgánica en la que apenas se usan productos químicos.

La mayor parte de los productos agropecuarios que entran al

estado de Quintana Roo proviene del Distrito Federal y del estado

de Tabasco, cuyo transporte representa mayores emisiones de CO2

y otros grases de efectos invernadero.

• Adquirir productos en mercados locales en los que se

sabe que no ha sido necesario el transporte y por tanto,

no han supuesto tantas emisiones de gases.

• Consumir alimentos de la estación ya que además de ser

mas sanos requieren menor refrigeración y se ayuda a

reducir la energía y emisiones de CO2.

No se trata de que dejemos de alimentarnos sino de

que aprovechemos los recursos que se utilizan para

producir los alimentos que llegan a nuestra mesa.

Por ejemplo: Cuando utilices los comedores de

colaboradores toma sólo lo que vas a consumir, de esta

manera evitarás el desperdicio de alimentos.

En definitiva, se trata de que PENSAR ANTES

de ALIMENTARSE y así AHORRAR para

proteger el ambiente.