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OFRENDA DE LAS SANTAS LLAGAS Y DE LA PRECIOSA
SANGRE
Oración enseñada a Santa Brígida por Nuestro Señor Jesucristo.
Oh mi Jesús, recitaremos siete veces la oración del “Padre Nuestro”, unido al Amor con el cual tú lo has santificado y hecho perfecto, en tu Corazón.
Recíbela de nuestros labios y hazla perfecta, a fin de que ella pueda procurar a la Santísima Trinidad la misma gloria y la misma alegría que Tú le has dado por esta oración en la tierra.
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Que este amor se difunda en Tu Humanidad Divina, para la glorificación de Tus Santas Llagas y para la de la Preciosa Sangre que has derramado.Así sea.Primer Ofrecimiento Doloroso
La Circuncisión del Niño Jesús:
Cuando se cumplieron los días en que ellos debían purificarse según la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor.Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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Ofrecimiento:
Padre Eterno, yo te ofrezco, por las manos Inmaculadas de María, y el Divino Corazón de Jesús, las primeras heridas, los primeros Dolores, y la primera Sangre que Jesús ha derramado, en reparación de mis extravíos de juventud, de los extravíos de los sacerdotes y de los del mundo entero, para que se impidan los primeros pecados mortales, sobre todo en mi familia. Así sea.
(Se hace un canto)
Segundo Ofrecimiento Doloroso
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El sudor y las lágrimas de Sangre de la agonía:
Jesús, entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo.Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Ofrecimiento:
Padre Eterno, yo te ofrezco por las manos Inmaculadas de María y el Divino Corazón de Jesús, los Sufrimientos indecibles del Corazón de Jesús, y cada gota de su Sudor de
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Sangre, en reparación de mis durezas de corazón, de las durezas de corazón de los sacerdotes y de las del mundo entero, para que se impidan esos pecados, y por la propagación, del Amor de Dios y del prójimo. Así sea.(Se hace un canto)
Tercer Ofrecimiento Doloroso
La Flagelación de Nuestro Señor
Las Manos de Jesús son atadas a lo alto de una columna de dos metros… y El es flagelado durante tres cuartos de hora… por varios verdugos.Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
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Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.Ofrecimiento:
Padre Eterno, yo te ofrezco, por las manos Inmaculadas de María, y el Divino Corazón de Jesús, las innumerables Llagas, los crueles Sufrimientos y la Preciosa Sangre derramada en la flagelación de Jesús, en reparación de mis pecados de la carne, de los pecados de los sacerdotes y de los del mundo entero, para que se impidan esos pecados y por la salvaguardia de la pureza, sobre todo en mi familia. Así sea.
(Se hace un canto)
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Cuarto Ofrecimiento Doloroso
La Coronación de Espinas
Es un verdadero casquete, con cientos de largas espinas, puesto sobre la Cabeza de Jesús, y sobre el cual los verdugos golpeaban a palos.Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Ofrecimiento:
Padre Eterno, yo te ofrezco, por las manos Inmaculadas de María, y el Divino Corazón de Jesús, las Llagas,
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los Sufrimientos y la Preciosa Sangre de la Sagrada Cabeza de Jesús, en la coronación de espinas, en reparación de mis pecados de espíritu, de los pecados de los sacerdotes y de los del mundo entero, para que se impidan esos pecados, y por la propagación de la Realeza de Jesús en la tierra. Así sea.”
(Se hace un canto)
Quinto Ofrecimiento Doloroso
La Cruz a cuestas
En la serie de caídas, la pesada Cruz deja al desnudo los Huesos del Hombro flagelado de Jesús.
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Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Ofrecimiento:
Padre Eterno, yo te ofrezco por las manos Inmaculadas de María, y el Divino Corazón de Jesús, los sufrimientos de Jesús, en el Camino de la Cruz, sobre todo la Llaga de su Hombro y su Preciosa Sangre, en reparación de todas mis rebeldías, de las rebeldías de los sacerdotes y las del mundo entero contra la Cruz, y en reparación de los incumplimientos a Tus Santas Leyes, para que se impidan esos pecados, y
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para que reine un verdadero Amor a la Cruz. Así sea.
(Se hace un canto)
Sexto Ofrecimiento Doloroso
La Crucifixión
Jesús se tiende en la Cruz, en la que será atado con cuerdas y luego clavado en la Cruz…Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Ofrecimiento:
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Padre Eterno, por las manos Inmaculadas de María y el Divino Corazón de Jesús, yo te ofrezco a Tu Divino Hijo clavado y luego alzado en la Cruz, las Llagas de sus Manos y sus Pies, la Sangre que derramó por nosotros, su extrema pobreza y su entera obediencia, todos los tormentos de su Alma y de su Cuerpo, su Muerte, y la renovación no sangrienta de su Calvario en todas las Misas de la tierra, en reparación de todas las desobediencias a los Votos y a las Reglas monásticas, en expiación de mis pecados, en expiación de los pecados de los sacerdotes y los del mundo entero, por los enfermos y los moribundos, por la conversión y la santificación de los Sacerdotes y
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los laicos, por las intenciones del Santo Padre, por el restablecimiento de la Familia Cristiana, por la perseverancia en la Fe, por nuestra Patria, y por la unidad de los pueblos en Cristo y su Iglesia. Así sea.
(Se hace un canto)
Séptimo Ofrecimiento Doloroso
El Costado de Jesús traspasado por la lanza
Los soldados al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Por eso no le quebraron las piernas, sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza, y al momento brotaron sangre y agua.
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Meditemos….(dejar un tiempo en silencio)
Decir: Un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
Ofrecimiento:
Padre Eterno, dígnate admitir, por las necesidades de la Santa Iglesia y en reparación de todos los pecados del mundo, la Preciosa Sangre brotada de la Llaga del Corazón de Jesús. Sednos Propicio y Misericordioso. Sangre Preciosa de Jesús, última preciosa substancia de su Corazón, lávame de mis pecados conocidos y desconocidos. Agua del Costado de Cristo, presérvame de los castigos y extingue para mí y
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para las santas Almas, las llamas del Purgatorio. Así sea.
(Se hace un canto)
Oremos
Oh Misericordiosísimo Jesús, Tú que te consumes en un Amor tan ardiente por las almas, te imploro, por la Agonía de Tu Santísimo Corazón, y por los Dolores de Tu Madre Inmaculada, purifica con Tu Sangre a todos los pecadores de la tierra, que están en agonía, y que hoy mismo deben morir.
Corazón agonizante de Jesús ten piedad de los moribundos y del mundo entero. Así sea.
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VIACRUSIS POR LOS SACERDOTES
¡Oh!, Jesús, Pastor Eterno de las almas, dígnate mirar a los sacerdotes. Guárdalos al abrigo de tu corazón; conserva sin mancha sus manos que diariamente tocan tu Sacratísimo Cuerpo; conserva purificados sus labrios con tu Preciosa Sangre; conserva inmaculado su corazón, marcado con el sello sublime del sacerdocio. No permitas que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus apóstoles, bendice sus trabajos; que el fruto de sus desvelos sea la salvación de muchas
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almas aquí en la tierra, para que sean su corona en el cielo. Amén.
PRIMERA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESUS SENTENCIADO A MUERTE
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! Por el dolor que sufrió tu corazón por esta injusta sentencia, te ruego por tus sacerdotes que son
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injustamente juzgados y calumniados.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
SEGUNDA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESUS CARGA CON LA CRUZ
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Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! Por la inmensa fatiga y la llaga que te causó el peso de la cruz en tu espalda, te ruego por tus sacerdotes. Dales fuerzas para que carguen su cruz y la abracen con amor.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
TERCERA ESTACIÓN
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V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Mi Jesús! Por esta primera caída, te ruego por tus sacerdotes jóvenes, por tus seminaristas. Dales a todos perseverancia y fortaleza. Si alguno cae, levántalo para que vaya en pos de ti.
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Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
CUARTA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE SANTÍSIMA
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que
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padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Madre de Eterno Sacerdote! Por aquel terrible dolor que atravesó tu corazón, te ruego por la soledad de los sacerdotes. Que en ti vean a la Madre amorosa que los consuela y los alienta.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
QUINTA ESTACIÓN
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V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
EL CIRINEO AYUDA A LLEVAR LA CRUZ
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Señor! Por aquella mirada de amor que dirigiste al de Cirene, cuando te ayudó a llevar tu cruz, te ruego por los sacerdotes. Que cuando la cruz les parezca más pesada, sientan que tú la llevas con ellos y los miras con amor.
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Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
SEXTA ESTACION
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
LA VERONICA ENJUGA EL ROSTRO DEL SEÑOR
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que
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padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Señor Jesús! En aquellos momentos todos te daban la espalda, solamente ella se atrevió a acercarse y a limpiar tu Divino rostro. Que tu santa imagen se grabe en las mentes de los sacerdotes para que te sean fieles. Que yo nunca te vuelva la espalda cuando tus sacerdotes necesitan de mí. Confórtalos con tu amor para que sean valientes.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
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Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
SEPTIMA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZBendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Señor Jesús! Por el peso de la cruz volviste a caer. Por este dolor ruego
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tu misericordia para los sacerdotes de edad madura; confórtalos en su fe, sosténlos; ten presente que hay muchas almas que gimen en la oscuridad de pecado y necesitan que alguien las lleve hacia ti. Tus sacerdotes son la sal de la tierra…¿Y si la sal se desvirtúa?... ¡Tenemos necesidad de sacerdotes santos!
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
OCTAVA ESTACIÓN
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V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS AMONESTA A LAS MUJERES QUE LLORABAN POR
EL.
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
Por aquellas palabras: “No lloréis por mí, sino por vosotras y vuestros hijos”, danos, Señor, lágrimas de arrepentimiento verdadero por nuestras culpas y llena el corazón de
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tus sacerdotes de amor a la penitencia y la oración. Que en todos los momentos permanezcan fieles a sus votos.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
NOVENA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
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JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! Por esta tercera caída te ruego que los sacerdotes sean “uno contigo”; que por la humildad puedan hacer desparecer su propio egoísmo para darte el paso a ti y ocupes tú el lugar primero en sus corazones.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
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Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
DECIMA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
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¡Cuánto dolor! ¡cuánta amargura sufrió tu corazón!¡Cuántas angustias padeció tu alma! Te ruego por tus sacerdotes caídos, por los que no te han sido fieles. Señor, ante tu dolor, no me atrevo a decir más.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
UNDÉCIMA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…
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R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! Por este terrible dolor, por tu sed, por tus llagas, por tus tribulaciones espirituales, te ruego que tus sacerdotes sientan cada día más sed de ti, para que lleven las almas al Padre.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
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Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
DUODÉCIMA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)¡Mi Jesús! Por tus inenarrables dolores, por tus infinitas angustias, por tu muerte en la cruz, y por el
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padecimiento infinito de tu Santísima Madre, te imploro que sepan tus sacerdotes vivir y morir en la cruz de tu Pasión, que ellos mismos escogieron con amor.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
DECIMO TERCERA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
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EL CUERPO DE JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE SANTÍSIMA
Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! ¡Soledad de María! Cuánta amargura al contemplar el cuerpo exánime de tu hijo martirizado. Te ruego Virgen Dolorosa, por la soledad de los sacerdotes. Llénalos tú con tu inconmensurable amor de madre, haz que comprendan que teniéndote a ti dentro de su corazón, nunca estarán solos.
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Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
DECIMO CUARTA ESTACIÓN
V./ Te adoramos Cristo y te bendecimos…R./ Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí pecador.
JESÚS EN EL SEPULCRO
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Bendito sea para siempre tan gran Señor, y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor. (se medita…)
¡Jesús mío! Por tu vida, pasión y muerte, te ruego que tus sacerdotes te amen siempre, para que al llegar la hora de su muerte, puedan decir: ¡Señor, todo lo hice por tu amor! Pongo en tus manos a todos tus sacerdotes que están agonizando y a todos los sacerdotes difuntos. Sé tú Señor, su espléndida recompensa.
Señor, pequé, ten misericordia de mí, Pecamos Señor y nos pesa, ten misericordia de nosotros.
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Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (se puede hacer un canto)
ORACIÓN FINAL
¡Oh Jesús, Sacerdote Eterno! Escucha nuestra plegaria por la porción más amada de tu corazón: tus sacerdotes. Nos unimos a ti en tu oración sacerdotal para decir contigo: “Padre que todos sean uno, como tú yo somos uno.”Amén.
(Se puede terminar con otro canto)
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ORACIONES DE SANTA BRIGIDA SOBRE LA PASIÓN DE NUESTRO
SEÑOR JESUCRISTO
I Oración
Oh Señor Jesucristo, eterna dulzura de los que te aman, alegría que traspasa toda alegría y todo deseo, salud y amor de aquellos que se arrepienten y a quienes dijiste: “Mis delicias están con los hijos de los hombres”. Al haberte hecho hombre por su salvación acuérdate de aquellas cosas que te movieron a tomar carne mortal y de lo que soportaste en los comienzos de tu encarnación hasta el tiempo de sufrir, ordenado desde siempre en el seno de Dios uno y trino.
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Acuérdate del dolor que, como tú mismo afirmas, sintió tu alma, cuando dijiste: “Triste está mi alma”, en la última cena con tus discípulos, a los que distes como alimento tu cuerpo y sangre, al alabar sus pies y consolándoles amorosamente, predijiste tu inminente pasión. Acuérdate del temor, de la angustia y del dolor que soportaste en el santísimo cuerpo, antes de subir al patíbulo de la cruz, cuando tras haber dicho por tres veces la oración al Padre, lleno de sudor y sangre, te viste traicionado por uno de tus discípulos tomado de tu pueblo escogido, acusado por falsos testimonios, condenado a muerte inicuamente por tres jueces en el solemnísimo tiempo de la Pascua,
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traicionado, burlado, desnudado de tus vestiduras, golpeado en el rostro (con los ojos vendados), atado a la columna, flagelado y coronado de espinas.
Te ruego, dulcísimo Jesús, que nos concedas a los sacerdotes y a mí, por la memoria que guardo de estas penas, antes de la muerte, sentimientos de verdadera contrición, una confesión sincera y la remisión de todos los pecados. Te saludo, dulcísimo Jesucristo, y ten misericordia de mis pecados.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia
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de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
II Oración
Oh Jesús, verdadera alegría de los ángeles y paraíso de delicias, acuérdate de los horribles tormentos que probaste, cuando tus enemigos, como ferocísimos leones, tras haberte abofeteado, escupido, arañado y dado otros suplicios inauditos, te laceraron. Por todo ello y por las palabras injuriosas, los duros golpes y dolorosísimos tormentos con los cuales te afligieron tus enemigos, te suplico
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que nos libres, a los sacerdotes y a mí, de nuestros enemigos tanto visibles como invisibles, y nos concedas que a la sombra de tus alas encontremos la protección de la salvación eterna. Amén.
Salve, dulcísimo Señor Jesucristo, y ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
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III Oración
Oh Verbo encarnado, creador omnipotente del mundo, que eres inmenso, incomprensible y puedes encerrar el universo en el espacio de un palmo, acuérdate del amarguísimo dolor que soportaste cuando tus manos y pies santísimos fueron fijados con agudos clavos en el madero de la cruz. Oh, cuán grande fue el dolor que probaste, Jesús, cuando los pérfidos crucificadores separaron tus miembros y dividieron las junturas de tus huesos, tiraron de tu cuerpo por todas partes, a su gusto. Te ruego, por la memoria de tan
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grandes dolores soportados por ti en la cruz, que quieras concedernos que todos los sacerdotes y yo te amemos y temamos todo lo conveniente. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
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IV Oración
Jesús, médico celestial, acuérdate de los sufrimientos y los dolores que sentiste en tus ya lacerados miembros, mientras se alzaba la cruz. De pies a cabeza eras todo tú un cúmulo de dolores; aún así ni siquiera te olvidaste con tanta pena de ofrecer piadosamente tu oración al Padre por tus enemigos diciendo: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.”
Por esta desmesurada caridad y misericordia y por la memoria de estos dolores, concede a todos los sacerdotes y a mí el recuerdo de tu amarga Pasión, a fin de que nos sirva de ayuda para una plena
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remisión de todos nuestros pecados. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
V Oración
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Recuerda, Oh Jesús, espejo de eterna claridad, la aflicción que tuviste cuando, al ver la predestinación de aquellos elegidos que, mediante tu Pasión debían salvarse, seguiste previendo que muchos no querrían aprovecharse de ello. Te pido, por la profundidad de la misericordia que mostraste no tan sólo al sentir dolor por los perdidos y desesperados, sino también al emplearla hacia el ladrón cuando le dijiste: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, que tú quieras, piadoso Jesús, utilizarla en todos los sacerdotes y en mí en la hora de la muerte. Amén.
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Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
VI Oración
Oh Jesús, rey amable, acuérdate del dolor que probaste cuando desnudo y despreciado colgabas de la Cruz, sin tener, entre tantos amigos y
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conocidos que estaban en torno a ti, quien te consolase, excepto tu dilecta madre, a la cual encomendaste el discípulo preferido diciendo: “Mujer, he ahí a tu hijo; y al discípulo: he ahí a tu madre”.
Lleno de confianza te ruego, piadosísimo Jesús, por el cuchillo de dolor que entonces le traspasó el alma, que tengas compasión de los sacerdotes y de mí en la aflicción y tribulaciones tanto del cuerpo como del espíritu, y nos consueles, ofreciéndonos ayuda y alegría en toda prueba y adversidad. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
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Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
VII Oración
Oh Señor Jesucristo, fuente de dulzura inextinguible, que movido de íntimo afecto de amor dijiste en la Cruz: “Tengo Sed, esto es, deseo sumamente la salud del género humano”, enciende, te rogamos, en todos los sacerdotes y en nosotros el deseo de actuar perfectamente,
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apagando del todo la sed de concupiscencias pecaminosas y el fervor de los placeres mundanos. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
VIII Oración
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Oh Señor Jesucristo, dulzura de los corazones y suavidad grandísima de las mentes, haznos la gracia a todos los sacerdotes y a nosotros pecadores, por la amargura del vinagre y de la hiel que por nosotros gustaste a la hora de tu muerte, y que en todo tiempo, en la hora de nuestra muerte especialmente, podamos alimentarnos de tu cuerpo y de tu sangre, no indignamente sino como remedio y consuelo de nuestras almas. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
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Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
IX Oración
Oh Señor Jesucristo, júbilo de la mente, acuérdate de la angustia y dolor que sufriste cuando, por la amargura de la muerte y el insulto de los judíos gritaste al Padre: “Eloi, Eloi, lammá sabactani; es decir:¿Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado?”. Por esto te pido que
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no abandones ni a los sacerdotes, ni a mí en la hora de nuestra muerte. Señor mío y Dios mío. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
X Oración
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Oh Señor Jesucristo, principio y término último de nuestro amor, que desde la planta de los pies hasta lo más alto de la cabeza te sumergiste en el mar de los sufrimientos. Yo te ruego, por tus anchas y profundísimas llagas, que quieras enseñarme a obrar perfectamente con verdadera caridad en tu ley en tus preceptos. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia
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de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
XI Oración
Oh Señor Jesucristo, profundo abismo de piedad y de misericordia, yo te pido por la profundidad de las llagas no sólo de tu carne y la médula de los huesos, incluso de las vísceras más íntimas, que te complazcas en levantarme, sumergido en los pecados, y
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esconderme en la apertura de tus heridas. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
XII Oración
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Oh Jesucristo, espejo de verdad, signo de unidad y vínculo de caridad, ten en la mente las innumerables heridas de que estuvo tu cuerpo recubierto, lacerado por los judíos y vestido de la púrpura de tu preciosísima sangre. Escribe, por favor, con aquella misma sangre, tus heridas en mi corazón y en el corazón de los sacerdotes, a fin de que en la meditación de tu dolor y de tu amor, se renueve en mí y en tus sacerdotes, cada día el dolor por tu sufrir, se acreciente el amor, y perseveremos continuamente al darte gracias hasta el fin de nuestras vidas, es decir, hasta cuando vayamos hacia ti, llenos de todos los bienes y de todos los méritos que te
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dignaste darnos del tesoro de tu Pasión. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
XIII Oración
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Oh Señor Jesucristo, rey invictísimo e inmortal, acuérdate del dolor que sentiste cuando, al haber desaparecido las fuerzas del cuerpo y corazón, inclinando la cabeza dijiste: “Todo se ha cumplido”. Por ello te ruego con tal angustia y dolor, que tengas misericordia de mí en la última hora de mi vida cuando mi alma esté turbada por el ansia de la agonía. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia
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de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
XIV Oración
Oh Jesucristo, unigénito del altísimo Padre, esplendor y figura de la sustancia suya, acuérdate de la humilde oración con la cual encomendaste tu espíritu diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y después, habiendo doblado la cabeza y abierto las vísceras de tu misericordia para rescatarnos, dando una exclamación expiraste. Por esta preciosísima muerte te ruego, Rey de los Santos,
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que los sacerdotes y yo seamos fuertes al resistir el demonio, el mundo y la carne, a fin de que muertos al mundo, vivamos solamente en ti, y tu recibas en la última hora de nuestra vida a nuestro espíritu, que tras un largo exilio y peregrinación desea regresar a su patria. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
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Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
XV Oración
Oh Señor Jesucristo, verdadera y fecunda vida, acuérdate de la abundante efusión de tu sangre cuando, con la cabeza doblada en la cruz, el soldado Longino te partió el corazón del cual salieron las últimas gotas de sangre y agua. Por esta amarguísima Pasión hiere, te lo ruego dulcísimo Jesús, el corazón de tus sacerdotes y el mío, a fin de que, de día y de noche derramemos lágrimas o penitencias de amor: conviértenos totalmente a ti para que nuestro corazón sea perpetua
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habitación tuya y nuestra conversión te complazca y te resulte aceptable, y el término de nuestra vida te sea agradable, para alabarte eternamente junto con todos los santos. Amén.
Oh dulcísimo Señor Jesucristo, ten misericordia de nosotros pecadores.
Oh Jesús, Hijo de Dios, nacido de María Virgen, crucificado para la salvación de los hombres, que reinas ahora en el cielo, Ten misericordia de los sacerdotes y del mundo entero.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria (se puede hacer un breve canto)
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ESTACION AL SANTISIMO SACRAMENTO
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Soberano Señor sacramentado. Aquí está un pecador arrepentido. De haber tus mandatos infringido; Aquí me tienes a tus pies postrado. Porque me pesa de que te he ofendido: Pequé, Señor, he caído en tu desgracia, imploro tu perdón dame tu gracia.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto
2
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De tu misericordia Dios piadoso. Perdón espera mi alma arrepentida. Pues sé que eres afable y bondadoso, y te gozas en verla convertida; A ti, Dios compasivo y generoso. Te prometo la enmienda de mi vida. Y me pesa del tiempo que he pasado, ofendiéndote, ¡Oh Dios Sacramentado!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…
Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto 3
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Misericordia,, ¡ Oh Dios omnipotente! Imploro humilde, apiádate de mí. Y repito otra vez ingenuamente: Me pesa, oh Dios de cuanto de ofendí, a tus sagrados pies sinceramente, cumplirte ofrezco lo que prometí; ya ves que está mi corazón contrito: afírmame en tu amor, Dios infinito.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto 4
En ti, mi Dios, está mi pensamiento, y absorta contemplándote mi alma;
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ilumina, Señor mi entendimiento; a mis pasiones dales dulce calma. De cuanto te ofendí, ya me arrepiento Y me presento con olivo y palma; símbolo son de pura fe y concordia; Misericordia, ¡oh Dios!, misericordia.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…
Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto 5
Siento un júbilo suave, un gran contento, postrado ante ese altar, considerando, que estás, Señor, en ese Sacramento, que es a mi Dios a
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quien estoy hablando: ¡Qué grande Majestad! ¡qué gran portento! ¡oh, qué amable verdad estoy gustando! Sacramento Divino yo te adoro, te venero con fe, tu gracia imploro.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!Canto
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No es posible que exista en este suelo, quien merezca cariño puro y fino, como el que te consagro, oh Dios del cielo: Tú sólo eres mi amor, Jesús divino. Tú eres mi Redentor, tú mi consuelo, todo cuanto en ti veo es peregrino; se enajena mi alma al
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contemplarte, y siento gran placer al venerarte.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…
Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto 7
Para pagarte, Señor mío, en algo, lo mucho que pecando te he ofendido, es nada lo que puedo y lo que valgo, más te diré que estoy arrepentido, que ya del mal vivir con brío salgo, por tu gracia, oh mi Dios, fortalecido, para ayunar, orar y en penitencia,
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prestar siempre a tus leyes obediencia.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria…Santísimo Sacramento, seas bendito y alabado y eternamente adorado ¡oh soberano portento!
Canto 8
OFRECIMIENTO DE LA ESTACION
En memoria, Señor de tu pasión, de tu muerte en la cruz, de tu agonía, porque tanto se aflige el alma mía, yo te ofrezco, Señor, esta estación, ¡ojalá que me guíe a salvación! Pues todos mis sentidos a porfía, con respeto, contento y alegría, se
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enajenan en tu contemplación, de un pecador contrito y humillado, dígnate recibir aquesta ofrenda; concédeme tu gracia, Dios amado, y tu misericordia a mí descienda, pues te adoro, Señor, con fe sincera, y con fervor mi alma te venera.
¡Viva Jesús Sacramentado!Viva y de todos sea muy amado. Amén.
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