EL AVIÓN DEL DESARROLLO

La reciente reinauguración del Aeropuerto dePuerto Cabello, otro elefante blanco que yacíadurmiendo en el plácido transcurrir de varioslustros, y los tan esperados vuelos nacionales einternacionales que saldrían de este Puerto, mehan obligado a entregarles un somero estudiocomparativo entre el vuelo de esos imaginariosaviones y la economía:

El comportamiento de una economía puede asimilarse, sin muchos esfuerzosimaginativos, al vuelo de un avión. La economía, como el avión, tiene un rumbo, elque le determinan los planes y programas de desarrollo, indicándole cuáles son lasprioridades del cambio y cuáles son los sectores que deben ser impulsadospreferencialmente para alcanzarlas. La economía también se mueve a unadeterminada velocidad, que depende, en lo interno, de su estructura de produccióny en lo externo de una compleja serie de circunstancias que van desde los precios delpetróleo hasta las condiciones de cada uno de los mercados donde efectúatransacciones de bienes; de ellas resulta al final un ritmo de desarrollo que se mide,ya no en kilómetros por hora sino en porcentajes por año; también la economíarequiere una determinada altura, en este caso dada por el desarrollo institucional, laseguridad en la vida, honra y bienes de las personas comprometidas en el progreso yen el marco de valores alrededor del cual se desenvuelve el país; finalmente precisa,como cualquier aeroplano de unas condiciones mínimas de estabilidad que lepermitan tener un nuevo rumbo seguro, un desplazamiento acelerado y un óptimoaprovechamiento de las citadas condiciones de atmósfera social y moral. Laestabilidad nos remite al tema de la inflación, sin contar con otras condicionantesque podíamos llamar aerostática económica.