desensibilización sistemática
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Antecedentes de la desensibilizaciónTRANSCRIPT
DESENSIBILIZACION SISTEMATICA
ANTECEDENTES
Joseph Wolpe fue un psicólogo del comportamiento en el sur de África de los años 50.
Estudió cómo los gatos, al igual que las personas, podían llegar a ser muy ansiosos, y se
dio cuenta de que los gatos podían interferir en su ansiedad, por ejemplo acicalándose.
Wolpe razonó que la cosa más obvia que es incompatible con la ansiedad es estar
físicamente relajado.
Aunque formado en la terapia orientada psicodinámicamente, la insatisfacción con los
resultados de estos tratamientos lo llevó a buscar nuevas vías a través de la investigación
en psicología del aprendizaje, particularmente en los trabajos de Pavlov, Hull y la
investigación experimental de la neurosis desarrollada por Masserman, (Stella, 1998). Su
trabajo inicial estuvo orientado a la producción y eliminación de la neurosis experimental
en gatos, donde los resultados obtenidos le permitieron posteriormente desarrollar
técnicas para el tratamiento de las neurosis humanas que fueron inicialmente publicadas
en su libro Psychotherapy by reciprocal inhibition. Estas técnicas exigieron en primera
instancia el desarrollo de métodos que le permitieran exponer al individuo a una jerarquía
de situaciones que provocan ansiedad y la creación de respuestas inhibitorias
La desensibilización sistemática tuvo su apoyo inicial en las historias de casos aportadas
por sus promotores y primeros practicantes (WOLPE, 1958). Sin embargo, por las
insuficientes metodologías que presentan -falta de una medición objetiva de la mejoría,
imposibilidad de determinar los factores que la producen-, las historias de casos no
pueden tomarse como prueba definitiva de la eficacia del tratamiento. Por lo que respecta
a la evidencia experimental, el primer estudio en el que se ha investigado la eficacia de la
desensibilización sistemática es el de Lang y Lazovik (1963), quienes utilizaron sujetos
fóbicos a las serpientes. Los sujetos del grupo de desensibilización difirieron de los del
grupo control en la ansiedad pos tratamiento, si bien tal diferencia sólo fue
estadísticamente significativa en las medidas de observación -test de evitación
conductual- y no en medidas subjetivas. Aunque se ha comprobado la eficacia de la
desensibilización sistemática como tratamiento para otros tipos de problemas, entre ellos
la ansiedad a hablar en público (Paul, 1966) y la ansiedad ante los exámenes (Suinn,
1968).
Estella (1998), señala que, aunque los supuestos teóricos en los cuales se basan las
técnicas diseñadas por Wolpe han sido cuestionados por algunos investigadores, es
innegable la alta efectividad de los mismos en el tratamiento de desórdenes neuróticos
especialmente si se tiene en cuenta el poco tiempo requerido. No obstante, y como lo
señala Kazdin (1978), quizás el aporte más significativo de Wolpe fue la extrapolación de
la cura de la neurosis experimental en los animales a técnicas de tratamiento para
pacientes clínicos, estableciendo así un lazo directo entre la investigación con animales
de laboratorio y los tratamientos clínicos. Su conceptualización sobre el surgimiento y
tratamiento de las neurosis se basó en la teoría del aprendizaje, complementándola con
hipótesis sobre los substratos neurofisiológicos de la conducta.
Wolpe, (1958) dio normas detalladas sobre cómo proceder en cada una de las etapas de
la desensibilización sistemática: entrenamiento en relajación, construcción de jerarquías y
desensibilización propiamente tal. Desde entonces, se ha realizado una cantidad
considerable de investigación para determinar qué componentes de esta técnica son
esenciales para su funcionamiento
REFERENCIAS
Boeree, G. Desensibilización sistemática de Joseph Wolpe. Psicología online
http://www.psicologia-online.com/ebooks/general/desensibilizacion-sistematica.html
Villamarín, F. (1990). Desensibilización sistemática: Evidencia empírica y problemática
teórica. Quaderns de Psicología. 10. Pp. 161-176
Stella, G., (1998). Joseph Wolpe (1915 – 1997). Revista Latinoamericana de Psicología,
30(1), pp. 165-167.