desde una perspectiva libertaria n. 2

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  • 8/8/2019 Desde una perspectiva libertaria n. 2

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    El anarquismo (1)Qu es el anarquismo?*

    Lo que caracteriza el anarquismo es el absoluto rechazo al estado. Los anarquistasentienden que un poder sobre la sociedad, independiente de ella, slo puede servircomo herramienta de opresin. Por ello, se oponen a toda clase de estado y de gobier-no, ya que la sociedad que propugnan se basa en la libertad, la igualdad y la justicia.

    As, pues, los principios de la propuesta anarquista son: democracia directa, propie-dad colectiva de los medios de produccin, igualitarismo y apoyo mutuo.

    Democracia directa: los ciudadanos deben gobernarse ellos mismos de forma de-

    mocrtica. La supresin del estado no implica la desorganizacin de la sociedad, sinoque el aparato organizativo no escape al control inmediato de los ciudadanos creandouna casta dirigente como en la actualidad. Por esto, las asambleas de ciudadanos elegi-rn representantes, no gobernantes, que actuarn segn lo decidido por la mayora yque podrn ser reemplazados en cualquier momento. La actual democracia formal sloes una dictadura encubierta.

    Colectivismo: el autntico poder es el poder econmico. Por eso, toda democraciareal ha de empezar por la democracia econmica y sta slo es posible, si el capital ylos medios de produccin son propiedad de toda la sociedad.

    Igualitarismo: la democracia directa poltica y econmica es la condicin indispen-sable para poder acabar con la explotacin del hombre por el hombre. Slo una socie-dad con todos sus miembros iguales, con idnticos derechos y obligaciones, con idnti-cas posibilidades y con idntica capacidad de decisin puede ser una sociedad justa.

    Apoyo mutuo: esta sociedad libertaria slo podr ser alcanzada, si se sustituye la ac-tual competitividad entre personas, colectivos y pases por el apoyo mutuo y la solida-ridad, creando una comunidad internacional en la que todos sus miembros colaborenentre ellos por encima de fronteras, razas y cualquier otra diferencia.

    As, las grandes consignas del anarquismo han sido y son: abolicin del estado, abo-

    licin del trabajo asalariado y de la propiedad privada de los medios de produccin, su-presin de las fronteras y solidaridad internacional.

    * En prximos nmeros nos preguntaremos: es posible el anarquismo o es una utopa de otros tiempos? es necesariohoy? cmo se puede avanzar hacia una sociedad libertaria?

    Desde unaDesde una

    perspectivaperspectivalibertarialibertaria

    2Septiembre 2010

    Peridico de frecuencia imprevisibleEdita: Sociedad CulturalApoyo MutuoCorreo: [email protected] Legal: B-32993-2010

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    los ciudadanos. Si suponemos que esto es cierto, entonces los ciudadanos, al no podercomprenderlos, no pueden saber si la accin realizada por sus representantes es la co-rrecta, lo que significa que no pueden valorar las decisiones tomadas por sus gober-

    nantes ni a ellos mismos, entonces, cmo elegir a nuestros lderes? Analizndolo as,podemos ver que no se trata de argumento contra la DD sino contra la democracia ens misma, lo que es muy grave.

    Pero, a nosotros no nos bastan las pseudo-prcticas de DD anteriormente explica-das. Queremos ms! Queremos una democracia directa real y total. Queremos des-mantelar los mecanismos del poder mientras se ganan espacios cada vez ms ampliosde autonoma y de gestin participativa.

    El modelo de democracia directa (o consensual) anarquista, como la anarqua en suconjunto, representa una visin de la sociedad que se enfoca sobre todo en los micro-

    niveles de la misma. La preocupacin no est en la relacin entre el gobierno y los go-bernados, sino nicamente entre los gobernados que se deshacen del gobierno. La ideaes que la gente se una en los niveles ms bsicos, independientemente y autonoma-mente, y, en cooperacin con sus conciudadanos, tome decisiones que correspondan asus propias necesidades y no a las de los dirigentes que los controlan o quieren contro-larlos. Estas resoluciones son revocables en todo momento.

    Todo este proceso est basado en el principio del consenso de la asamblea, porque laDD anarquista no est ligada al concepto de gobierno de la mayora. Y, adems, todaslas personas que son desfavorecidas por un acuerdo, tendran derecho de veto en esteproceso de toma de decisiones. Esto les permite anular la resolucin de manera que

    una discusin pueda comenzar de nuevo.Idealmente, hay consenso o aceptacin unnime y adherencia a una decisin o a una

    perspectiva sobre la decisin. ste el paradigma de la democracia consensual.

    Para abordar problemas que transcienden las fronteras de la poblacin, los munici-pios democratizados de una regin determinada formaran una confederacin, envian-do delegados a un consejo confederado. Esta confederacin no sera un estado, ya queestara controlada totalmente por las asambleas de ciudadanos. Los delegados envia-dos tendran solamente poder para tratar decisiones tomadas por su asamblea, estan-do supeditados a ella. Los comits intermediarios entre ciudades o entre barrios de una

    misma ciudad grande no tendran ninguna capacidad de toma de decisin; son comitsde discusin o crculos en los cuales todas las personas afectadas pueden juntarse yparticipar en el debate. El objetivo final es llegar a recomendaciones que puedan seraceptadas por todos los implicados y regresar con estas sugerencias a los grupos de

    base. Esto permitira la cooperacin inter-regional.

    Evidentemente, este proceso de DD exige un alto grado de motivacin y conciencia-cin por parte de todas las personas que intervienen. Una re-evaluacin de nosotrosmismos como individuos, no como marionetas del sistema, con el objetivo final de ha-cer del estado algo superfluo, de eliminar las lites polticas y econmicas actuales.

    Utopa? Quiz, pero la historia demuestra, una y otra vez, que es posible cambiar sucurso. Y en los momentos actuales, en los que no slo falta democracia, sino que el po-der muestra su autntica cara de destructor del planeta Tierra, ms que nunca es nece-saria la intervencin directa del pueblo.

    democracia directa?

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    La RojaLa RojaLa gnesis de este escrito es la visita a mi familia en un pueblo de Castilla. All me llam la

    atencin la multitud de banderas roja-gualdas que engalanaban la plaza. Les coment a misfamiliares que, para alguien que vena de Catalunya, aquello era un hecho llamativo, ya que

    exista cierto prejuicio social hacia la ensea (bastante justificado, por otra parte). La casuali-dad quiso que mis familiares me devolvieran la visita en pleno mundial de ftbol y xtasis deLa Roja. Lgicamente, cuando vieron multitud de balcones engalanados con la bandera es-paola, se sorprendieron dada la conversacin de un par de meses antes. Yo juraba y perjura-

    ba que aquel fenmeno era algo nuevo para m, que jams haba visto tantas banderas espao-las juntas, pero la verdad era que no se poda negar la evidencia. Adems, si al tema de la gue-rra de banderas y La Roja, le sumamos la polmica sobre la prohibicin de las corridas detoros, el estatuty la violencia dialctica de algunos medios de comunicacin, lo que encontra-mos es un principio de polarizacin de la sociedad catalana enfrentadas por los nacionalismoscataln y espaol. Esta tensin, este desasosiego se muestra de manera ms patente en aque-llos, que como el que suscribe, vivimos a caballo de dos mundos, el oficial o cataln y el mater-

    no-familiar o espaol. Ante esta compleja situacin, me sola encontrar defendiendo posicio-nes normalmente contrapuestas al interlocutor de turno; es decir, ante el nacionalista cataln,defenda el mestizaje con lo espaol y, ante el nacionalista espaol, intentaba imponer elseny catal. En ninguno de los dos casos me senta plenamente yo. Me equivocaba al entraren esas absurdas guerras patriticas y no combatirlas directamente con el mejor remedio con-tra las banderas y las patrias: la propuesta libertaria, mi propia ideologa, el anarquismo.

    El enfoque de esta absurda controversia desde un punto de vista estrictamente libertario,supuso en primer trmino una gran tranquilidad de espritu, un nirvana ideolgico en que to-dos los conceptos se aclaraban definitivamente y me colocaban en una posicin de clarividen-cia. Mirado con estos nuevos ojos, el debate se vaciaba, la manipulacin nacionalista se hacaevidente y las distintas posiciones defendidas resultaban superficiales. Mi mxima, mi princi-pio vital se volva a ajustar, recurriendo a todos los tpicos, que no son sino sntesis de unaidea: soy por encima de todo ciudadano del mundo, mis hermanos no son el presidente de laCaixa o el del Banco Santander. No tengo nada en comn con ellos, salvo la etiqueta de espa-ol o cataln. Mis intereses, mis problemas, mis experiencias estn ms cerca de cualquiertrabajador de Valladolid, Barcelona o China que de las del patriota Joan Laporta. Las patriasson divisiones artificiales de una misma tierra que fraccionan artificialmente la sociedad yfavorecen la omisin, el olvido de la nica divisin presente a lo largo de la historia: esto es, lade ricos y pobres, la del poder y el sbdito.Recordemos que las patrias o naciones son concep-tos modernos que surgen no antes del s. XIX, una vez que la burguesa se hace con el controlpoltico, y son utilizadas como elemento cohesionador una vez que la religin y la Iglesia han

    perdido su efecto anestsico.Las banderas no son sino trapos de colorespor los que la gen-te es capaz de morir, sin embargo, stos suelen ser siempre los mismos, los habitantes de losestratos sociales mas bajos que son utilizados como carne de can por aquellos que, escudn-dose en la patria y en la bandera, suelen ocultar intereses ms mundanos y materiales. El na-cionalismopor definicin, ya sea cataln o espaol, es conservador. El nacionalista es unacrrimo seguidor de las tradiciones y costumbres del lugar donde naci por muy retrgradasque pueden parecer y su objetivo no es otro que tener una nacin con estado propio y no una

    verdadera transformacin de la sociedad en el camino de la libertad y la justicia. La liberacinsocial queda en un segundo plano y, en la prctica, nicamente viene a significar la sustitucinde una burguesa por otra.

    Todo en su conjunto, me sirvi como toque de atencin para defender con todo mi orgullo,

    libre de cualquier prejuicio, unas ideas tan aparentemente simples como las del anarquismoen relacin a las cuestiones nacionales. Definitivamente, la nuestra es esa tercera va, la del in-ternacionalismo, la que pone a la persona por encima de banderas, credos o colores.

    JAFL