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Uno de losmotivos porque quiero tanto a este perro es por sus ojos.Desdequeestoyenfermolagentememiradedistintasmaneras.Enlosojosdealgunosveotemor,enlosotrosintolerancia.Enlosdelaabuelaveolastima.Enlosdepapáenojoyvergüenza.Enlosdemamámiedoyreproche.En tusojoscuriosidadymisterio(…) losúnicosojosquememiranigualsonlosdemiperrosiberianoSacha.

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AntonioSantaAna

LosojosdelperrosiberianoePubr1.0Lipa12.02.16

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Títulooriginal:LosojosdelperrosiberianoAntonioSantaAna,1998

Editordigital:LipaePubbaser1.2

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ParaSandra,porsupuesto.

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¿NOCREEQUEESESOPRECISAMENTELOQUELALITERATURADEBEHACER,PROVOCARDESASOSIEGO?

ANTONIOTABUCCHI

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Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo estáperdiendo.Esoesloquemepasóamíconmihermano.Mihermanohubiesecumplidoayer31años,peromurióhace5.Se había ido de casa a los 18, yo tenía 5 años.Mi familia nunca leperdonóningunadelasdoscosas,niquesehayaido,niquesehayamuerto.Esto,sinofueraterrible,hastaseríagracioso.Peronoloes,lamentablemente.Perdonensiestepárrafoesconfuso.Quierocontartodalahistoriaestanoche.Mañanamevoy.Talvezsilogrorepasarmihistoriaenvozalta,aunqueseaunavez,mesientamáslivianoenelmomentodetomarelavión.Peronosésipodré.

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I

NosotrosvivimosenSanIsidroenunadeesasgrandescasonasdeprincipiodesiglo,cercadelrío.

Lacasaesenorme,deambientesampliosytechosaltos,dedosplantas.Enlaplantabaja,unpequeñohall,lasala,elcomedorconsuchimenea,elestudiodemipadre,dondeestálabiblioteca,lacocinaylashabitacionesdeservicio.Enlaplantaaltaestánlosdormitorios,eldemispadres,eldemihermanoyelmío,uncuarto para quemimadre haga sus quehaceres (siempre fue denominado así:para losquehaceresdemimadre,hevivido todamividaenesta casayno sécuáles son los quehaceres que mi madre realiza en ese cuarto) y un par dehabitacionesvacías.Obviamentetambiénhaybaños,dosporplanta.

Lacasaestárodeadaporungranparque,enlapartedeadelantehaypinosyun nogal, detrás los rosales de mi madre y sus plantas de hierbas.Mimadrecultivaycuidasushierbasconunamoryunadedicaciónquecreononosdioanosotros. Estoy exagerando, pero no mucho. Cultiva orégano, romero, salvia,albahaca, tres tipos de estragón, tomillo, menta, mejorana y debo estarolvidándomedevarias.

En laprimaverayelverano lasutiliza frescas,unpocoantesdelotoño lassecaalsolylasguardaenfrascosenunsitiooscuroyseco.

Enrealidadnoséporquélescuentoesto,notienemuchoqueverconnadaynoesimportante.Perocadavezquemeimaginoamimadre,laveoarrodilladaocon unas tijeras de podar, sus guantes, un sombrero de paja o un pañuelo,hablándolesasusplantas.

Unodelosmomentosmásfelicesdeminiñezeracuandomellamabaymepedía que la acompañara. Me explicaba cuál era cuál, qué tipos de cuidadosrequerían, cómo curarlas cuando las atacaba el pulgón o alguna otra plaga, ocómopodarelrosal.

Noesqueamímeinteresaralajardineríaparticularmente,peroelsolohecho

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dequeellaquisieracompartir conmigoesaactividada laque sededicabacontantoesmerobastabaparahacermesentirdichoso.

Podía quedarme horas doblado en dos revolviendo la tierra, abonando lasplantassinimportarelclima.

Talvezcuandoustedesevocansuniñezysusmomentosfelices, recuerdanalgúnpaseoounasvacaciones.Nosé.Yoevocoelolordela tierrayeldelashierbas.Aún hoy, tantos años después, basta el olor del romero para hacermefeliz. Para hacerme sentir que hubo un momento, aunque haya sido sólo uninstanteenquemimadreyyoestuvimoscomunicados.

***

Con mi padre la relación era, o debo decir es, mucho más fácil. Yo meocupabademisasuntosyéldelossuyos.Meexplicomejor:Siyomeocupabade sacar buenas notas, hacer deportes (natación y rugby), obedecerlo yrespetarlo,notendríaningúnproblema.Él,bueno,él…élseocupabadelosuyo,esdecirdesusnegociosysuscosas,cosasquenuncacompartióconnosotros.

Mipadrees,aúnhoyconsussesentaycincoaños,untipocorpulento.FuepilarenelSanIsidroClubensujuventudy,cuarentaañosdespués,cuandoyojugabaalrugbyenlasdivisionesinfantiles,habíagentequelorecordaba.Tieneunamirada terrible, unade esasmiradasquebastanparaqueuno se sienta eninferioridaddecondiciones,unadeesasmiradasquehacenquesuportadorvayaporelmundopisandotodoloqueleponenenelcamino.Supongoquenohacefalta decir el pavor que sentía ante la posibilidadque enfocara enmí sus ojosazulesasesinos.

Mi hermano había sido su orgullo, el primogénito y el primer nieto de lafamilia.En las fotosdecuandoEzequielerachicoyestabaconpapá,hayunaexpresióndefelicidad,unagrancalmayunindisimuladoorgulloenlosojosdemipadre.

Ezequiel nació pesandomás de cuatro kilos, el pelo negro como el demimadreylosojosazulescomolosdeél.Eraunaperfectasíntesisdelomejordecadaunodeellos,lacaraovalada,lanarizrecta.Unpreciosoniño.

Cuatroañosdespuésmimadrequedóotravezembarazada,peroelbebé,unaniña,murióenelparto.Enesemomentodecidieronnotenermáshijos.Despuéscuandomamávolvióaquedarembarazadanolopodíancreer.Ezequielcolmaba

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todas sus expectativas, era un buen alumno, un hijo ejemplar, era todo lo quehabían deseado. Se imaginarán que de ese embarazo nací yo. Ezequiel meconfesómuchosañosdespuésquemeodióporeso.Odióaesebebequenoeranigrande,nilindo(yotengolacombinacióninversa;elpelocastañodemipadrey los ojos marrones de mi madre). Me odió por haber llegado a romper esaquímica, porhaberlodesplazadodel centrode atención en el que estabahacíatreceaños,hacialaperiferia.

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II

Seguroquemiprimerrecuerdoesése.EldeldíaqueEzequielsefuedecasa.Noesquerecuerdeexactamentelasituación,perosíqueyoestabaenmicuartoynopodíasalir;yunaciertatensiónenelaire.

Después no vi más ami hermano hasta la primera fiesta, creo que era elcumpleañosdemamá.

Cuando preguntaba por él me contestaban que estaba estudiando, o conalgunadeesasevasivastantípicasdemifamilia.

Yo ya sabía que no vivíamás con nosotros, está claro que no se le puedeocultar algo así a un chico, pormás que tenga cinco años. Había revisado, aescondidas, su habitacióny sabía que no estaba su ropa, esmás, yomehabíallevadosuScaletrix,quejamásquisoprestarme,yalnoreclamármelointuíaquealgonoeranormal.

Mentiríasidijeraqueesomeinquietó.Sóloeraunasituaciónnueva,distintadelahabitual.Ymeproponíadisfrutarla.

***

DurantelosañosquevivimosjuntosyoadmirabaaEzequiel,éleramihéroe,eragrande,fuerte,todosleprestabanatencióncuandohablaba.

Lotratabancomoaalguienimportante.Comoaunadulto.No sabía entonces, y por cierto que no lo sé ahora, cuáles son los

mecanismosquemuevenlamentedelosniños.Perosupongoquesentíquealnoestarmihermanoenmi casa automáticamente toda esa atención caería enmí.Esodealgúnmodofuecierto,nocomoyoloesperaba,perosucedió.

AlnoestarEzequielencasa,yoganéungranespacioperonoporpresenciapropiasinoporsuausencia.

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Mispadrespensabanqueyaquesehabíanequivocadoconmihermano,nocometeríanesosmismoserroresconmigo.

***

DijeantesquemiprimerrecuerdoesdecuandoEzequielsefuedecasa,yescierto.Perotengoloqueyollamo«recuerdosimplantados»,esasanécdotasquesecomentanen las reuniones,habitualmenteen tono jocoso, año trasaño.Asípude enterarme de que, estando enfermo, a los tres años no había forma dedormirme,sólolohacíasiEzequielmeacunabaymecantabaunacanción.

Bueno,esetipodecosas.Ustedesyasaben,lasfamiliasseencargandequesepamos todo tipo de anécdotas, por tontas que sean, más si nos abochornan(estasúltimasnopiensomencionarlasaquí).

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III

Sesuponequealosamigosseloselige.AMarianoyonuncasupesiloelegíosicuandolleguéalmundosimplementeélmeestabaesperando.

Su padre había sido compañero de estudios del mío, se hicieron amigos,tuvieronalgunosnegociosencomúnyaúnhoyseencuentrantodoslossábadosalamañanaenelclubparajugaraltenis.

ConMarianoestuvimosjuntosdesdeeljardíndeinfantes,durantecasitodoelcolegioprimarionossentamosjuntos, íbamosalmismoclub.Hastaunpocodespuésdemis11añosfuimosinseparables.

Unatardevolvíadesucasahacialamía.Erancercadelasseis.Caminélasdoscuadrasquelasseparabanpateandolashojascaídasdelosárboles,poresorecuerdoqueeraotoño.

Habíamosidojuntosalcolegioyluegoalclub,estoyseguroporqueentréami casa por la puerta de la cocina dejando mis zapatillas embarradas en ellavadero.Entrarporlapuertaprincipalembarrandoelpisoeracausasuficienteparaserdesheredado.

Poresorecuerdotanclaramentequeentréporlacocina.Poresonomeoyeronentrar.Ibacaminandohaciamicuartoyalpasarfrentealapuertadeldespachode

mipadreescuchélavozdeEzequiel,abrílapuertaparasaludaryviamimadreconlacaraentrelasmanos,levantólavistaaloírlapuertayteníalosojosllenosdelágrimas.

Yonoentendíaquéeraloqueestabapasando,busquéamialrededoralguienquemeexplicaraalgo.Ezequielbajólavistaynomedevolviólamirada.

El que simemiró, y cómo, fuemi padre. Tenía esamirada que yo habíatratadotodalavidadeevitar.

—Andáatucuarto—medijo.Mequedéinmóvil.Noentendíanada.¿Porquémamáestaballorando?¿PorquéEzequielnomesaludaba?

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AN-DÁ-A-TU-CUAR-TO-TE-DI-JE-Creoquesiunaserpientedecascabelhablara sería más dulce que mi padre. Había tanta ira en cada una de esassílabas,quenoesperéquemelasrepitiera.Cerrélapuertaysubícorriendo.Apesardelosañostranscurridos,recordéeldíaenqueEzequielsefuedecasa.

Las dos veces había estado confinado en mi cuarto, pero esta vez lo queflotabaenelairenoeratensión,eraviolencia.

No sé qué habrían hecho ustedes, pero lo primero que hice fue llamar aMariano.

Atendiólamadre:—¿Vosnososelmismoquehastahace15minutosestuvoconél?—seburló

—.Yatepaso.CuandoMarianosepusoalteléfonoleresumílasituaciónlomejorquepude

yserióbastanteconmiimitacióndel«an-dá-a-tu-cuar-to-te-di-je».Cuandopudoparardereírmedijo:—Meparecequetuhermanolacagóotravez.

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IV

Con Mariano nos habíamos enterado hacía un año de los motivos quedesencadenaronqueEzequiel se fueradecasa.Nosenteramosde todoporque,yalohedicho,nuestrospadreseranamigos,elpadredeMarianoselocontóasumadreyellaaFlorencia,lahermanadeMarianotresañosmayorquenosotros,como ejemplo de las cosas de las que se debía cuidar. Una vez que lo supoFlorenciaaquelosupiéramosnosotroshubounsolopaso.Extorsiónmediante,debodecirlo.Florenciasiemprehasidobuenaparahacernegocios.

La historia fue así: Ezequiel salía desde los 15 con una chica llamadaVirginia, también el padre de ella era amigo de papá. En el ambiente dondenosotrosnosmovemosesdifícilrelacionarseconalguiensinuestrasfamiliasnoloestándealgunamanera,osoncompañerosdelclubdepapá,o lo fuerondeestudios, o tienen negocios en común, o nuestrasmadres son amigas, etc. Enresumen, Ezequiel salía con Virginia, que hasta había estado unas vacacionesconnosotrosenelcampodelaabuela.Estonoesun«recuerdoimplantado»,hevistofotos,yaqueelnombredeVirginiahadejadodemencionarseennuestracasa.

Me estoy yendo por las ramas. El tema es el siguiente: Virginia quedóembarazadayelembarazofueinterrumpido.

CuandoelpadredeVirginiaseenteró,fueapedirleexplicacionesapapáyaexigirlequeEzequielsecasaraconsuhija.

Papá, con el buen humor que lo caracteriza (estoy siendo irónico), quisoobligaraEzequielacasarseconVirginia.

Ezequieldijoqueno,queni loco, ladiscusión fuesubiendoysubiendodetono,hastaterminarconEzequielyéndosedecasayabandonandosusestudios.

—Mepareceque tuhermano lacagóotravez—medijoMarianoyyomequedépensandosinotendríarazón.

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V

Esa noche nome llamaron a cenar.A lamañana siguiente en el desayunonadiehabló,algoqueerabastantehabitual.

Perolascarasdemispadresexpresabanquenohabíandormido.Obvioquetampocopregunténada.Lológicohubiesesidoqueyodijera:—Miren,estátodobien,yosoypartedelafamilia,Ezequielesmihermano,

si se mandó otra cagada tengo derecho a saberlo. No me parece justo estarenterándome por terceros. Además ya tengo 10 años. Me merezco unaexplicación.Asíquecuéntenmetodo.

Ya lodije,nopregunténada.Valoraba losuficientemipequeñavidacomoparadesafiaramipadre.

SibienesciertoqueelnombredeEzequielnosemencionabahabitualmenteen casa, después de ese incidente la sola mención de su nombre provocabachispas.

Yonoteníaideadeloquepodíahaberpasado,laactituddemispadresmesonaba exagerada.Mimadrehabía descuidado su jardín, algoque se notaba asimplevista.Ymipadre…bueno,sumalhumorsuperabatodoloimaginado.

Me dediqué, aprovechando que nadie me prestaba atención, a espiar susconversacionesy…nada.Loúnicoqueescuchabaeraamimadrelloraryamipadreinsultarydeciracadarato:

—¿Por qué amí? ¿Por qué, eh?Después enumeraba todo lo que le habíadado aEzequiel, colegios, viajes, deportes, etc. Parecía tener todo anotado enalgúnlugar,unasuertedeinventarioeducacional.

Yocreíquemihermano lehabíahechoalgodirectamenteaél,despuésdetodomipadrenopreguntaba:¿porquéanosotros?sino¿porquéaél?

ConMariano nos propusimos avanzar hasta el fondo del asunto, pero pormásqueintentamossobornaraFlorenciaellatampocopudoaveriguarnada.Sino se lo habían contado al padre deMariano debía ser más grave de lo que

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imaginábamos.Sóloteníadosopciones:preguntarlesamispadresoaEzequiel.Optéporlasegunda.Loúnicoque faltaba resolvereracuándo.Yonuncahabía idoa la casade

Ezequiel,esmás, tampocosabíadondevivía.Tardé3o4díasenencontrarsudirecciónenunalibretademamá.Entoncesmedispuseahacerunviaje,unviajeenel60,unviajeencolectivo.DeSanIsidroaPalermo.Unviajede40minutos.

Unviajequecambiaríamividaparasiempre.

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VI

En la literatura hay una gran tradición de viajes, no me refiero a losespaciales ni a los de piratas, sino a esos viajes que los protagonistas realizanparavolveralmismolugarperotransformados.

Si algún día se escribiera la novela de mi vida, suponiendo que tuvierainterésparaalguien,habríaquededicarlegranespacioaeseviajequenisiquierameacuerdoenquéfecharealicé.

Ese día fue la primera vez que mentí a mis padres. Mariano, que sabíaadondeiba,seofrecióacubrirme.Sesuponíaqueyoibaaestarensucasaunratoantesdenuestroentrenamientode rugby, loquemedabaunpocomásdetreshorasparairyvolver.

ParaserfielalaverdaddebodecirqueenningúnmomentosemepasóporlacabezalaposibilidaddequeEzequielnoestuvieraensucasa.Yoibaapedirleexplicaciones acerca de lo que estaba haciendo infeliz a mi familia, suobligacióneraladeestar.Yestaba.

Cuando abrió la puerta del departamento saltó sobre mí un enorme perrosiberiano(noera tanenorme,medicuentadespués,esqueyonuncame llevébienconlosperros,niellosconmigo).

—No…nosabíaquete…teníasunperro—tartamudeé,mientrasmelamíalacara.

—Estániguales—contestó—,élnosabíaqueyoteníaunhermano.¿Pasás?¿Otepensásquedarenlapuerta?

Pasé.Entramosdirectamentealcomedorymesentéenunasilla.Sehizounsilencioincómodo,largo.Éllorompió.

—¿Losviejossabenqueestásacá?Neguéconlacabeza.—Muybien,muybien.Lasnuevasgeneracionesaprendenrápido.Yéndote

decasasinpermisoalos10,meimaginoquécosasharásamiedad—dijoyse

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rió.Esomemolestó.Yoestabaahíparapedirleexplicaciones.Noparaqueélme

laspidieraamí.Yoestabaahíparasaberquéeraloquehabíahechoahoraesedesalmadoquehacíaquemimadre llorara todoel día.Mearmédevalory ledije:

—¿Hacemuchoquelotenés…este…digo…alperro?Ezequiel se puso serio por primera vez. Antes estaba divertido por mi

presencia, sabíaquehabía idoabuscar algo,yquenomeatrevía apreguntar.Peroigualmecontólahistoria.

—Hacepocomásdeunañoymedio,fuiconNicolásalacasadeunaamigasuya.¿TeacordásdeNicolás?Bueno,noimporta.Loimportanteesquelaamigacriabaperrossiberianos.ÉstesellamaSacha.Eraelmáschiquitodelacría,elúltimoquenació.Poresoloibanamatar.

—¿Enserioloibanamatar?Sieshermoso.—Sí que es hermoso, ¿no es cierto? —dijo acariciándolo—. Pero a los

últimos de cada cría los criadores los matan, son los más débiles, los menospuros de la raza. Los criadores viven de la pureza, ese es su negocio, no lesconvienequehayaperrosimpurosdandovueltasporahí.Sivosconocésaotrosperros de esta raza, te podés dar cuenta que éste tiene las orejas unpocomásgrandesy…

—Tienelosojosmarrones—interrumpí.—Esonotienenadaquever.Ademásamímegustanasímarrones.Hayun

cierto aire de verdad en los ojos de los perros siberianos, como si supierannuestrossecretos.Bah,estoesundeliriomío,nomehagascaso.

—Peroloquenopuedocreeresquelosmaten.—Lagentenoentiendenuncaalqueesdiferente.Enunaépocalosmetían

enmanicomios,enotrasencamposdeconcentración—suspiró—.Lagente letienemiedoaloquenoentiende.Silasociedadmarginaalosquesondiferentes,quédestinopuedetenerunperroquetienelasorejasunpocomásgrandes.

Otravezsehizosilencio.Yolorompí.—¿Porquélosviejosestántanenojadosconvos?—Preguntérápidamentey

casisinrespirar.—PorquetengoSIDA—contestó.

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VII

Aquellatarde,despuésdebajarmedelcolectivo(algunasparadasantes),mequedédandovueltasporelbarrio.

Mibarrio, en el quehabíavivido todamivida,meparecíadistinto.Comounagranescenografía.Yyoeraunactorenesaobra.Unactordereparto.

Mesentíalivianoypesadoalavez,siesqueacasoesoesposible.Teníafríoycalor.Transpirabaylasorejasmeardían.

Muchomás tarde de lo que debía,me decidí a ir a casa. Ensuciémi ropadeportiva para no levantar sospechas y traté de encontrar alguna excusaconvincente para explicarmi demora.Nuncame habían pedido explicaciones,peroalsaberqueteníaquementir,mesentíaeninferioridaddecondiciones.

En casa no había nadie. Encontré una nota en la puerta de la heladeraexplicando quemis padres habían salido, no recuerdo a dónde, y que la cenaestabaenlaheladeraparacalentarenelmicroondas.Nocené.

Subíamicuarto,teníamuchoenquepensar.Nosécuantotiempoestuveasí,tiradoenlacamayconlaluzapagada.Hastaquesonóelteléfono.

—¿Hacemuchoquellegaste?Creíquemeibasallamar.¿Cómotefue?—ObviamenteeraMariano.

—No,lleguérecién—fuetodoloqueatinéadecir.—¿Y?Contámequétedijo…—Nada… no… no estaba. Eso, no estaba —mentí de la forma más

convincentequepude.—¿Yporquétardastetantoenvolver?Asísonlosamigos,unoquiereestarsolo,pensar,terminarunaconversación

yelloslosometenaunoauninterrogatorio.—Loquepasa…es…es…quemeperdí.Meperdí.Noencontrélaparada

delcolectivoparavolver.Mefuicaminandoparaelotrolado—realmenteniyomelocreí,mivozestabatodatemblorosa,muypococonvincente.

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—¿Tepasaalgo,estásunpocoraro?—insistióél.—Estabayendoparaelbañocuandosonóelteléfono.—Ah,bueno—Marianoserió—.Andátranquilonoquieroqueteensucies

lospantalonespormiculpa.Nosvemosmañana.Ycortó.Porfin.Teníamuchascosasenquépensar,muchascosasquenoentendía.Prendílatele,buscandoalgoquemedistrajeraunpoco.Ellíoqueteníaenla

cabezaeracomoungranovilloquenoteníaniprincipio,nifinal.Almenosporelmomento.Almenosparamí.

Me encontrémirando «Tarzán enNew York», una de esas tantas películashorribles, con uno de esos tantos tarzanes horribles. La historia era así, unoscazadorescapturabanaChitaylasubíanaunbarco.Tarzánsesubíaaotrobarcoparairarescatarla,yelbarcolollevabaaNuevaYork.Alllegar,setirabaalríoy se trepaba al puente (ése que aparece en todas las películas y se quedabaparadocon expresióndeoligofrenia),mientras los autospasabany lagente legritaba cosas en un idioma que él no entendía.Después se enganchaba a unarubia fenomenal (Jane)y rescatabaaChita.Peroesonoes loque importa.LoqueimportaesqueyomesentíacomoTarzánenelpuente.

Desnudoyrodeadodecosasquenoentendía.

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VIII

EzequielmeobservóunbuenratoydespuéssiguióacariciandoaSacha.PorquetengoSIDAporquetengoSIDAporquetengoSIDA. La frase me

retumbabaenlacabeza.PorquetengoSIDAporquetengoSIDAporquetengoSIDA.Yoteníalabocaabiertayunaexpresióndealeladototal.

—¿Cómotecontagiaste?—preguntéenunhilodevoz.Me miró fijo. Tenía un brillo en los ojos que yo conocía bien. En ese

momento me di cuenta cuánto se parecía a mi padre. Mucho más de lo quecualquieradelosdosfuerancapacesdeadmitir.

—Bien,bien,bien.Porfinnossinceramos.Acátenemosaunfuturocriadordeperros. ¿Temandó tupadre?—hizo silenciounmomento,yonome sentíacapazdebalbucearnada.

—¿Acaso tiene importancia cómo me contagié? —continuó—. Dignorepresentantefamiliarhacerunapreguntatanimbécil.¿Quéestásesperandoquete diga? ¿Qué soy homosexual? ¿Drogadicto? ¿Qué me contagió el dentista?¿Eh?¿Voscreésqueesotienealgunaimportancia?Loúnicoquerealmentetieneimportancia,esquemevoyamorir,quenosécuántotiempodevidatengo.Yquepormásquevivaeternamentenuncavoyapodertenerunavidanormal.

«Estás siendo injusto conmigo», pensé, «me escapé de casa para venir averte,vossabésmuybienquémepuedepasarsipapáseenteraqueestoyacá.Soytuhermano,notenésderechoahablarmeasí.Notequeríaofender,enserio,no sabía que hablar de esto te molestaba. Discúlpame. ¿Homosexual,drogadicto?¿Dequéestáshablando?Notequeríamolestar».

Perodije:—Mejormevoy.Ymefui.

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IX

—Anochenocenaste—dijomimadrecuandobajéadesayunar.—Nomesentíabien,noesnada,yapasó.—¿Nada?Paraquevosnocenes…Siqueréspodésfaltaralcolegio.—Enseriomamá,noesnada—ylaabracé,laabracémuyfuerte.Nosotros

nosomosdeesasfamiliasqueselapasanbesándoseyabrazándose.Poresoellamemiróextrañada.

—¿Yeso?¿Teagarróunataquedecariño?¿Seguroquequerésiralcolegio?—Sí,mamá—ledijeconmimejorexpresióndefastidio.Realmenteprefería

iralcolegioaquedarmeencasa.Queríatenerlacabezaocupadaenalgo,aunqueesealgofueralaprofesoradematemáticas.

En el colegio estuve insoportable. Tenía miedo de que Mariano se dieracuentadequeestabapreocupadoycomenzaraconunodesusinterrogatorios,enlosquesiemprelograbaganarmeporcansancio.

Necesitabatranquilidadparapensaralgoquemeestabadandovueltasenlacabezadesdelanoche.SiaEzequielnoleimportabaloqueamímepasara,amínoteníaqueimportarmeél.Despuésdetodoyonuncahabíatenidounhermano,nunca había contado con él. Había vivido lamitad demi vida sin él y podíaseguirasítranquilamente.NomeimportabaquetuvieraSIDAoloquefuera.Sierapormí,Ezequielsepodíairalamismísimamierda.

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X

—¿Unapartida?Asíeradesdehaceaños.Mipadreseacercabaydecía«¿unapartida?»,enun

tonoqueseasemejabamásaunaordenqueaunapregunta.Yocontestaba:«si,papá». Aunque estuviera haciendo la tarea, jugando o mirando la tele, melevantaba, caminaba hasta su estudio y me disponía a aceptar otra sesión deajedrez.

«Menssanaincorporesano».Esteeraelaxiomademipadre.Meobligabaahacerdeportes,ajugaralajedrez(almenosunavezalasemana)ymesometíaalargas sesiones de música clásica.Mi padre amaba esa música, en especial aWagner,yqueríatrasmitirmeeseamor.

No lo logró.SalvoBachoMozart, o las sonatasdeBeethoven, esashorasquededicabaahacermeescucharmúsicaseparecíanmásaunatorturaqueaunplacer.

—Jaquemate.Hacíamuchoquenoteganabatanrápido.Estásdesconocido.—Esque…jugastemuybienpapá.—Nomemientas, yo te enseñé a jugar, sé que no estás concentrado—y

fruncióelceño.Esossonlosmomentosenlavidaenlosqueparecequelossegundosduran

años,yenlosquemeodiabapornotenerunaimaginaciónfrondosa.—Esque…estoypensandoenmicumpleaños.—¿Tu cumpleaños? Pero si faltan como veinte días —y se rió—. ¿No

tendrásalgúnproblemaenlaescuela?Lo negué. No recuerdo cómo continuó la conversación, pero habíamos

entrado en un terreno que me favorecía. Siempre fui un buen estudiante, laescuela era uno de los pocos lugares donde me sentía seguro de salir bienparado. Insisto,no recuerdocómo terminó la conversación.Peroconociendoami padre estoy seguro de que fue comprometiéndome a otra partida al día

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siguiente.

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XI

Enesosdíascomencéatenerunapesadillaquemepersiguióporaños.Unviajerosedientocaminaporeldesierto,velasombradeunavederapiña,

pero no al ave. Si mira hacia el cielo el sol lo ciega. Sólo ve la sombraamenazantehaciendocírculoscadavezmáscerrados,cadavezmáscerca.

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XII

Eldomingodeesasemanavinoavisitarnoslaabuela,lorecuerdobien.Ella vivía en el campo, y tenía un departamento en Barrio Norte, que

utilizabacuandoveníaalaciudadporalgúnmotivo.Nosotroslavisitábamosalmenosunavezpormes,ypasábamoselfindesemanaensucasa.

Yoamabaesosdías.Díasdelevantarsetempranoparaayudarenelordeñe.Díasdeandaracaballoycomermanzanasquearrancabadelárbol.

Eramuyraroquemiabueladejarasucasaunfindesemana,sólolohacíadelunesaviernesytratabadevolveralcampoeneldía.

Era común sí, encontrármela un miércoles a la salida de la escuela yalmorzarjuntos,ellaseapurabaenregresartemprano.

—Yaestoyviejaparamanejarcontantotránsito—decíaysereía—,mejortempranoacasaquemañanahayquemadrugar.

Esedomingo,nibien llegóacasa,mipadre la sometióaun interrogatoriopreguntándoleporquéhabíavenido,sisesentíabien,si teníaalgúnproblema,etc.Mi abuela lo toleró unbuen rato hasta que le contestó algo así comoqueestababastantegrandepararesponderesascosasyquecreíaquepodíaveniranuestra casa cuando quisiera. Mi padre se quedó mudo, y mi madre y yotambién,era laprimeravezqueyoveíaaalguiencontestarleasíamipadreydejarlo sinpalabras.Enesemomento sentí quequería ami abuelaunpoquitomásqueantes.

***

Almorzamos pollo con hierbas, frutas y alguna cosa más. El almuerzotranscurrió como transcurren habitualmente este tipo de encuentros, charlassobreeltiempo,elcolegio,lasvacacionespasadas,lasquevendrán.

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Estuve todo el tiempo divertido contemplando a mi abuela, me duraba elasombro por la forma en que había tratado a mi padre. Después del café,continuamosnuestraconversaciónenlasala,hastaquemiabuelaselevantóparairasentarsealjardín.

Duranteunratolaobservédesdelaventanademihabitación,sentadasobreelbancodepiedraalasombradelospinos,despuésmedecidíaacompañarla.

—Tupadre se asombradequevenga a almorzar undomingo conustedes,perosiemprequevengomehacenlomismodecomer:¡polloconhierbas!

Nosreímos,eracierto.Desdehacíaañoscuandoalguienveníaacomermimadrecocinabalomismo.Variabalosacompañamientosylasentradasperonoel plato principal. Era algomuy extraño.Rara vezmimadre repetía unmenúdurante el mes cuando cocinaba para nosotros, es más, es una excelentecocinera.Nuncaunplatotuvodosveceselmismosabor,siempremodificaalgo,siempreencuentra algún ingredientequemodificar, aunencantidades ínfimas,«talvezmediacucharaditamásdepaprika»,ocosasporelestilo.

Deahíqueresultemásridículasuobsesiónporelpolloconhierbas;aunqueparahacerhonoralaverdad,siempreestabaexquisito.

Cuando paramos de reír, hablamos de lo que siempre hablábamos entrenosotros:elcampo.

MecontóacercadeNoche,unayeguaqueamíparticularmentemegustaba.Siempre enmis visitas, hiciera frío o calor, con lluvia o con sol, iba hasta elcorral,meacercabadespacio, ledaba terronesdeazúcar, laacariciabayreciéndespués la montaba. Era una suerte de ritual que compartíamos, Noche memiraballegaryseguíaenlosuyo,nolevantabalasorejas,nohacíaningúngesto.Esperaba.Yosabíaqueelladisfrutabadenuestrosencuentrostantocomoyo,nopodríaexplicarcómo,perolosabía.

—MeenteréquefuistealacasadeEzequiel—dijomiabueladerepente.Me quedé de una pieza.Miré desesperadamente alrededor. Simi padre se

enterabaeracapazdeencerrarmeenunconventoyhacermemonja.—Quédate tranquilo, no les dije nada a tus padres —dijo leyéndome el

pensamiento.—¿Yvosco…cómote…teenteraste?—tartamudeé.—Loleíeneldiario—yserió.Yonopudeni siquieraesbozarunamediasonrisa,estabaesperandoque la

tierraseabrieraymetragara.—MelocontóEzequiel,porsupuesto.

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—¿Ezequiel?Esorealmentenoentrabaenmicabeza.Nomeloimaginaballamandoala

abuelaparacontarlequeyolohabíaidoaver.Nolopodíacreer.—Síclaro,Ezequiel.Tuhermano.¿Sabesquiénes,no?Otravezsilencio.Otravezangustia.Todoparecíaindicarquelaangustiano

meabandonaría.Desdemi visita a su casa trataba de olvidarlo, de que todo volviera a ser

comoantes,dequemihermanovolvieraaserunareferencialejana,alejadadenuestra vida cotidiana. Ese nombre apenas susurrado por mis padres. Y esapresencia ineludible en las reuniones familiares, en las que mis padres seempeñabanenmostrarquenadaeraanormal,peronopodíanevitarquesenotarasuincomodidad.

—Yo lo veo seguido, al menos una vez por semana. Y ante mi cara desorpresaprosiguió:

—No,notesorprendas.Esminieto.Quesehayaidodelacasadetuspadresno cambia las cosas. Esmás, amíme parece una cosa totalmente natural, nopuedoentenderporquéhacentantoescándalo.Sivostepelearascontuspadres,yoteseguiríaqueriendoigual,esalgototalmentelógico.Eshastatontotenerqueexplicarlo.¿Lovasaseguirvisitando?

—No…nocreo.—Es una pena, me puse tan contenta cuando me enteré de tu visita…

Ezequieltambién,claro.Aunqueséqueterminódeunamaneraunpoco,cómodecirlo,abrupta.Fueunbuengestode tuparte ir.Yopenséque todo ibaasercomoantes,despuésde todoél te enseñóa caminarymeacuerdodequevossólotedormíassiEzequieltecantabaunacanción…

—Bastaconeso,porfavor—nogritéperomivozsaliódeunamanerarara,talvezfueporlaangustiadetodosesosdíasonoséporqué,peromivozsonódistinta,comosifueraotro.

Pude ver la cara de sorpresa de mi abuela. Eso me armó de valor paracontinuar.

—Bastaconeso,porfavor—estavezconmivoznormal—,lasemanaqueviene cumploonce añosy todo loquemepodésdecir deEzequiel es quemeenseñóacaminaryquemecantabaunacancióncuandoyoteníatresaños.Unacanciónquenisiquierasécuales.Loúnicoquetenemosencomúnlosdossonnuestrospadres,despuésnadamás,abuela.Nadamás.Nosseparaunabismo.

—Talvezlobuenodelosabismossea—concluyólaabuela—quesepueden

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hacerpuentesparacruzarlos.

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XIII

Después de que se fue la abuela,mequedé dandovueltas y vueltas enmicuarto.Nosabíaquéhacer,perosísabíaloquenoqueríahacer:pensar.

En mi cabeza se agolpaban Ezequiel y mi padre; puentes y abismos, y apesardenohabersidomencionadoennuestracharla,elSIDAyelavederapiña.

EnlatelevisióndabanElMundodeDisney.Nadalograbadeprimirmemás.Esosbrillos,fuegosartificialesysonrisasdelapresentaciónmeproducíandolordeestomago.

Busqué,entonces,unlibro;todoslosquemeinteresabanyaloshabíaleído,algunos releído. Los que quedaban eran esos libros, típicos regalos decumpleaños,queelabuelodealguienleyóalosochoañosylegustó,entoncesalos ocho años del padre de ese alguien le regalan también esemismo libro, yobviamente el pobre alguien a los ocho recibe también ese mismo libroacompañado de una frase de este estilo: «Seguramente lo disfrutarás mucho,pequeñoalguien,tuabueloyyo,(otupadreyyodepende),lohemosdisfrutadomuchotambién».Anadieleimportaquehayanpasadoalmenos50añosyquenotodosloslibrosresistanelpasodeltiempo.

Deesalógica,aregalarloenelprimercumpleaños,hayunpasomuycortoquesedahabitualmente.

Decidíiracomprarmeunlibroalalibreríadelshopping.Nolosabíaenesosañosynoestoysegurodeestarenlociertoahora,perosospechoqueunosehacelectorparacompletarloinacabado.Paracompletarse.

Yasíconformevanpasandolosañosvancambiandolosgustosynosparecementiraquehayamosdisfrutadociertostextos,quedespuéscreemosexecrables.

SeguramentenopensabaenestocuandocaminabaporSan Isidropara ir abuscarunlibroquemeliberasedelaangustia.

Sírecuerdomidesazóncuandolleguéalalibrería,preguntéporClaraymecontestaron que tenía franco. Habitualmente las embarazadas nos inspiran

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dulzura, la embarazada queme informó queClara no estaba y agregó con sumejor sonrisa Mac Donald's: «¿Te ayudo en algo, tesoro?», me inspirórepugnancia.Supongo,alaluzdelosaños,quelabuenamujertalveznoeratandesagradable,peroyoaClaraledebíaelhabermehecholector.Ellasiempremehabíarecomendadobuenoslibrosysabíacuálesdarmesegúnmiánimo.

Gracias a ella descubrí autores que mis amigos, aun los más lectores, nisiquierarozaron.

Creoqueellafuemiprimeramor.Yosuponíaqueesoslibroseransóloparamí,quenotendríaotrosclientesaquienesrecomendárselos.Talveznofuetanbuenoqueyomehicieralectorasuimagenysemejanza,yqueellameahorraselos dolores de cabeza.Nunca lo sentí así. Siempre creí que tenía una especialpercepción para saber lo que yo iba a disfrutar, y estoy seguro de que elladisfrutabarecomendándome.

Esedomingoenqueellanoestaba,noencontrabaqué leer.Talvezpormiestadodeánimo,talvezpormidependencia.

Revisaba todos los estantes aún los de los chicos más pequeños. MeentretuvebuscandoaWally,oalgoparecido,apesardequenuncamegustaronesoslibros.YderepentemeencontréconunapiladeMaríaElenaWalsh.

Los abrí, los hojeé. En uno de ellos, no recuerdo en cuál, me encontréleyendo o cantando o no sé: «Mírenme soy feliz/ entre las hojas que caen/cuandoatraviesaeljardín/elvientoenmonopatín».Lacancióndeljardinero.LacanciónconlaquemeacunabaEzequiel.

Sentíasuvozenmicabeza.«Yonosoyunbailarín/peromegustaquedarme/quietoenlatierraysentir/quemispiestienenraíz».Ezequiel.

Yotravezlasombradelavederapiña,cadavezmáscerca.Creoquememareé,onosébienquepasó.Loquerecuerdoeslapiladelos

librosenelpiso.TodalaobradeMaríaElenaWalshtirada.Lacaradeespantode laembarazadayyocorriendocomoalmaque llevaeldiablo.Supongoquetodospensaronquemehabíarobadoalgo.

Sé que no paré de correr hasta el río. Lloraba. No me podía sacar de lacabezalacaradelagorda,elavederapiña,loslibrosenelpiso.

YlavozdeEzequielcantando:«Aprendíqueunanuez/esarrugadayviejita/peroquepuedeofrecer/muchamuchamuchamiel».

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XIV

Mirando a lo lejos pareceque el río y el horizonte fuesenuno.No faltabamuchoparaqueacabara la tarde.Elgrisplomizode lasnubes se fundíaenelmarrónclarodelagua.

Todoestabaencalma.Nielaguasemovíaenlaorilla,dondeelríosehacebarro.Algunos años atrás, cuando las aguas no estaban tan contaminadas, a esta

horalasfamiliassedemorabanenirseluegodelpic-nicdeldomingo.Esincreíblecomocambiatodo.Laúltimavezeratandistinto;elrío,losárboles,laspiedras.Mesentéenunapiedraaunpardemetrosdelagua.Desdeahíconlavistaen

el río parece que nohubiera nadamás en elmundo, sólo la extensiónmarróninterminableyyo.

Haymuchosquepiensanquenuestrodestinoyaestáescrito,queningunadenuestrasaccionesesfrutodelazar,quenadadeloquehagamospuedemodificarnada.Mecuestacreerlo.

Mecuestacreerquetodaestaconfusiónessóloproductodeldestino.Megustaríaquemitodovolvieraaestarenorden,tranquilocomohoyestáel

río.Nosentirmetironeadoporobligacionesydeberesquenosésisoncorrectos.Pero¿quéeslocorrecto?Indudablementeobedeceramispadres.Elloshacen

lomejorpormí.Aunque también habrán hecho lo mejor por Ezequiel, y ahora no están

conformesconél.Ezequiel.¿Porquésentirmeobligadoaverlo?Siemprefueunareferencialejana,nunca

estuvopresenteenmivida,almenosladelosúltimosaños.Elvientoselevantaconfuerza,elrío,antesquieto,ahoraseagitaymemoja

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los pies.Vuelan hojas y ramas. Tengo que irme antes que llueva si no quieroempaparme.

Talvezasíseamidestino.Calmasytormentas.

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XV

Toda esa semana, la anterior a mi cumpleaños, estuve ocupado con lospreparativos de la fiesta. Mariano me ayudó. Chequeó los invitados, nosacompañóamimadreyamíahacer lascompras,seofrecióparaayudarnosaacomodarcuandosefuerantodos,etc.

Sucompañíaentodomomentomealiviómucho,estabaconélenelcolegio,en el club, y en mi casa en mis ratos libres. Durante esa semana, entre laansiedaddelcumpleañosyMariano,logrésacarmedelacabezaaEzequiel.

Llegóelsábadoyconéllafiesta.Todoenorden.—Haycomidacomoparaunregimiento—dijomiabuelaalentrarencasa

antesdelmediodía.Ellasiemprellegabatempranoamiscumpleaños,sequedabaadormiryse

volvíaalcampotemprano,lamañanasiguiente.La comida consistía en sandwiches de miga, salchichitas, empanadas,

calentitos,chips,dips;todohechopormimadrealigualqueunaenormetortadechocolate,rellenacondulcedeleche,cremaymerengue,decoradaconfrutillas.

Elregimiento,quenoeratalsinomiscuarentainvitadosdetodoslosaños,entrecompañerosdelcolegioydelclub,ademásdelosparientesderigor,arrasócontodo.

Antesde la fiestamimadre, al igual que en todas las reuniones anterioresqueyohabíahecho, sedeshizoenpedidosdecuidados fundamentalmenteporsusplantas.Ellaqueríaqueunoauno,cuandollegaranlespidieraquetuvieranespecialatenciónennopisarningunaplantaniromperlelasramasalrosal,«sepuedenlastimarconlasespinas»,tratabadeconvencermeydeconvencerseporsurepentinointerésporlasaluddemisamigos.

Obviamentequenohiceningunaindicaciónanadie,elnoventaporcientodelosinvitadosvivíanencasasconjardinesyteníanmadres.Sabíanqueunpétalocaídoessinónimodedesmayomaternal.

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Lafiestatranscurriósinningúninconveniente,elparqueresultóileso,salvoquealgordoFernando,uncompañeroderugby,selecayóunvasodecoca-colasobreelparquet,loqueessólosinónimodesuspiroprofundo.

Cuando seestabanyendo losprimeros invitados llegóEzequiel,quenuncahabíavenidoaningunodemiscumpleañosanteriores,ycaminódespacioentrelasmiradasdeasombrodelosparientesylasdecuriosidaddemisamigos.Sólolaabuelalomirabadivertida.

—Te…teperdistelatorta—ledije.—Noimporta.Felizcumpleaños—medijo—.Toma,esparavos.Y me dio un paquete, lo abrí. Era un compact-disc. De Dire Straits,

«Brothersinarms».—¿Hermanosenarmas?—pregunté.Memiródearribaabajoysonrió.—No,Hermanosabrazados.

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XVI

CuandosóloquedabanlosmayoresyMariano,puseelcompact.Yonosabíaquiéneseran losDireStraits,nunca loshabíaescuchado,Marianosí.Mientrascharlábamosdeotrostemasqueteníanyesascosas,seacercómipadre.

—Músicamoderna, je, je—dijo, para luego agregar—: ¿Québuen regalo,no?

Mi padre no escuchaba jamásmúsica cuyo compositor no hubieramuertohacíaporlomenoscienaños.

Encasanohabíarastrosdeotrotipodemúsica,nijazz,nitango,nada.—Amí,creoquemegusta—lerespondí.—Amítambién—agregóMarianoapoyándome.—Ya se les va a pasar —afirmó mi padre dando por terminada la

conversación.Nosé,norecuerdoquéotrascosasmeregalaronaquelaño,sólorecuerdoel

compact. No creo que eso sea importante. La memoria suele tender muchastrampas.Loque sí es seguroesquemipadrenoqueríaqueyomeacercaraaEzequiel.

Su nombre había sido tantas veces susurrado, tantas otras callado, que sehabíaconvertidoenunenigma,enunmisterio.Esosiempreesatrayente.

El misterio. Desde los orígenes de nuestra cultura nos alimentamos delmisterio,lasreligionesdeOccidentesebasanenél.Estánllenasdemisterio,decosasquesoninaccesiblesalarazónydebenserobjetosdefe.

Enun libroque leía losdiecisiete,peroquemehubiesegustado leera losdoce,dicealgoasícomoqueelhombrenecesitadelmisteriocomodelpanyelaire, necesita de las casas embrujadas, de las personas innombrables, de lascallessinretornoquehayqueesquivar.

Elmisterio.Ezequielseacercó.

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—¿SeguíssiendohinchadeRacing?—Sí.—Teinvitoalacanchaelpróximodomingo.

***

PasétodoelrestodeldomingoescuchandoDireStraits,pensandosiironoalacancha.Memoríadeganas,pero irsignificabaasumirdeunavezpor todasqueéramoshermanosparabienoparamal.Significabaquetalvezlaconfusiónvolvería.Miabuela,antesdeirse,mehabíadichoqueteníaqueir,quelapasaríabien,quemipadrenopondríareparos.Yonoestabatanseguro.

El lunes en el colegioMariano estuvo toda lamañana repasando la fiestacomo si hubiese sido la suya, tal vez él la sentía así. Estábamos tanto tiempojuntosdesde tantos años atrásquealgunosnosdecían losmellizos.Yante losdemásmicumpleañoseratanimportantecomoelsuyo.

Mariano trató por todos losmedios de convencerme para ir conmigo a lacancha,peroafortunadamentenolologró.

Alatarde,encasa,mipadremellamóparajugaralajedrez.Estavezlogréhacerleunpocomásdefuerzaylapartidafuemáslarga.

Alterminarllególoqueyoestabaesperando.—Me enteré de que tu hermano te invitó a ver un partido de fútbol—me

dijo.—Si,papá—contestéconmihabitualfacilidaddepalabra.—Yvosquerésir—prosiguió.—Megustaríamucho.—Vos sos un chico inteligente, no se te escapará que a esos lugares va

cualquier clase de gente —e hizo una especial entonación en las palabras«cualquierclase»—.Queademássuelehaberpeleasymuchaviolencia.

—Pero,eldomingoRacingjuegaconPlatense,novaapasarnada.—Noto que ahora sos un especialista en fútbol, yo creí que tanto no te

interesaba.Bajé la vista. No sabía qué responder, nuestras discusiones siempre

terminabanasí,yohacíasilencioybajabalavista,mipadrenovolvíaahablar,luegodeunosinstantesselevantabaydabaporacabadalacuestión,siempreafavorsuyo.

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Pasóunratomásyenelmomentoqueseparómearmédevaloryledije:—PeromevaallevarEzequiel,élmevaacuidar,novaadejarquemepase

nada.—Ezequiel…Yfueélestavezquehizosilencioybajólavista.—Vos sabes muy bien —dijo luego de un instante— que nosotros no

estamosmuy de acuerdo con algunos aspectos de la vida de tu hermano, queestamos…cómodecirlo,unpocodistanciados.Asíytodoquerésquetedejeiraverunpartidodefútbolconél.

—Sipapá,porfavor—Ymisojossellenarondelágrimas.Memiróunbuenratoydijo:—Está bien, te dejo ir. Pero no pienses que esto termina acá, después del

domingovamosatenerunalargacharlanosotrosdos.Selevantó,empezóacaminarparairse,sediovueltaymedijo:—No te olvides de esto; los hombres son como los vinos, en algunos la

juventudesunavirtud,peroenotrosesunpecado.

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XVII

Ese domingo mi padre me llevó en auto hasta Palermo, donde nosencontramosconEzequiel.

No dijo ni una palabra en todo el viaje, pero se deshizo en advertenciascuandollegamosyofreciódarleplataaEzequielparapagarmelaentrada.

Una vez que logramos despegarnos demi padre, quememiraba como siestuviera a punto de cruzar el océano en bote a remos y sin salvavidas, nostomamosuncolectivo,el93,hastaAvellaneda.

Yo no sabía de qué podría hablar conmi hermano, nunca desde que tuvememoria había estado tanto tiempo a solas con él. La conversación fluyónaturalmente, hablamos del colegio, de San Isidro y, fundamentalmente, de laabuela y del campo. Ezequiel sabía cómo manejar la conversaciónencaminándolanaturalmentehacialostemasenlosqueyomesentíacómodoyevitarlosqueamímemolestabatratar.

Cuando nos bajamos del colectivo y empezamos a caminar al estadio,metemblabanlasrodillasdelaemoción.Cantidaddepersonasconbanderas,gorrosycamisetas,ibanennuestramismadirección.

Unavezadentro,superadoelimpactodeencontrarmedefrenteconesamoledecemento,meimpresionólasalidadelosequiposcontodoloquetraeconsigo;los colores de las camisetas, las medias y los pantalones sobre el verde delcésped; los papeles por el aire; los petardos; y fundamentalmente, el canto demilesymilesdepersonas,increíblementeafinado.

Enunmomentocerrélosojosparapodersentirlotodosóloconelcuerpo,sinla mirada que siempre influye en las sensaciones. Los gritos y el cementovibrandobajomispies.

Nosécuantotiempoestuveasí.Cuandolosabrílosteníallenosdelágrimas.MireaEzequielyledije:

—Gracias.Esfantástico.

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Yélmeabrazó.Québiensesentía.Eralaprimeravez,queyorecuerde,quenosabrazábamos.

Empezóelpartido,queeraporloqueendefinitivaestábamosahí.Fuelamentable.Parecíaquelapelotaquemaba,cadajugadoralqueseleacercabalapateaba

lo más lejos posible, nadie nunca la puso contra el piso y levantó la cabezabuscandoauncompañero.Todoeltiempolapelotalejosyarriba.Unespanto.

Terminó0a0.Nosalejamosdelestadiocaminandodespacioporcallesangostas.Elsolse

ocultaba.Yoestabafeliz.Apesardelpartido,latardehabíasidomaravillosa.Íbamos

afónicosysudorosos.—SiRacingsigue jugandoasí,mevoyamorir sinverlo salir campeón—

dijoEzequiel.Lamuerte.Otravezelavederapiñavolandoencírculos.Latardesedeshizo

enpedazos.Meparecióque lospapelitosquehabían saludado la salidade losequipos eran negros. Y que los gritos de las hinchadas habían sido cantosfúnebres.

Lamuerte.Ezequielmerevolvióelpeloconsumano.Debehabervistomiexpresióny

serióacarcajadas.—Notenésqueser tan literal.SiRacingsigue jugandoasí,vos también te

vasamorirsinverlosalircampeón.Entoncesnosreímosjuntos.

***

Ezequielmeacompañóhastalapuertadecasaynoquisopasar,argumentóque tenía que levantarse temprano al día siguiente. En ese momento, me dicuentadequeyonosabíanadadesuvida,quéhacía,dequévivía,sitrabajabaono.Mentalmentemeloagendéparalapróximavez.

Queríaquemecontaradeél.Cuando entré me recibieron como si efectivamente hubiese cruzado el

océano en bote a remos.Mi madre me preguntó si me había pasado algo, siestababienysiteníahambre.No,siynofueronmisrespuestasrespectivas.Mi

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padre no me preguntó nada. Esperó que me bañara y luego me invitó a«dialogar».

Nopodría transcribiraquíese«diálogo»,quenofue tal,sinounmonólogolargo,queyosólointerrumpíconsuplicasysollozos.

Lo que dijomi padre ese domingo, que hasta esemomento paramí habíasidomágicofuemásomenoslosiguiente.Primero:Nodejabadesorprenderlomirepentinointerésporelfútbol,esodemostrabaqueélmehabíadescuidado,cosaquenovolveríaapasar.Perobueno,élmehabíainculcadoelamorporlosdeportesynoseopondríaamipasión,desdeesemomento iríamos juntosa lacanchacadavezqueyoquisiera,obviamenteaplatea,queesdondevalagentedecenteynoa la tribunapopular,comohabíamos idoEzequielyyo,queesadondevanlosvándalos.

Segundo:Mi relaciónconEzequiel.Dadoqueyonuncahabíamanifestadointerés en relacionarme con mi hermano, mi padre sostuvo que era mejorcontinuarasí.Comoregalodecumpleañoserabastantesimpático«uncompact-disc de música moderna y un viaje en colectivo hasta Avellaneda para verfútbol»,peroquenuestrarelaciónterminabaallí.Quenoera«sano»paraunniñode 11 años andar por ahí con un adulto de 24, por más que éste fuera suhermano.

Tercero:Élentendíaqueyoestabaporingresaralapubertad,quemicuerpoestabaempezandoacambiar,ytalvezteníaalgunadudaopreguntaquehacer.Sieraporeso,teníaqueconfiarenél,despuésdetodoeramipadre,mehabíadadolavida,mehabíaeducado.

Yoteníaqueconfiarenél.Ycuarto:EncuantoaEzequiel,meprohibíavolveraverlofueradelámbito

familiar.Todoestoporsupuesto«erapormipropiobien»y«másadelanteseloagradecería».

Mi padre como siempre dio por terminada nuestra conversaciónlevantándoseyyéndose.

Yomequedésentadoensudespachollorandoensilenciounlargorato.Cuando salí, todos se habían acostado. Eranmiles las cosas que no podía

entender,loúnicoquesentíaeraquehabíaalgoquenoencajabaconelmundo.Yqueesealgoerayo.

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XVIII

No volví a ver a Ezequiel por meses. Durante ese lapso su figura crecíadentro de mí, rodeada de un halo de misterio. Misterio que me apasionabadevelar.Nuncasupesilaatracciónqueejercíasobremícorrespondíaalhechodehaberdisfrutadosucompañía,oaquemipadremehubieseprohibidoverle.

Loseguroes,queduranteesosmeses,nopudetoleraramipadre.Nuestra vida circulaba por los caminos habituales, jugábamos al ajedrez,

escuchábamosmúsicaclásica,esdecir,lodesiempre,peroyonopodíasoportarlasolaideadepermanecerenunahabitaciónasolasconél.

Noloodiaba,peroeraunsentimientosumamenteconfuso.Supongoquehayunmomentode lavidaenquenuestrospadressenosrevelan talcualson.Sinsecretos.YonopodíaentendersuactitudconEzequiel,meparecíaterriblementeinjusto,perojamástuveelvalorparapreguntarlenada.

Hoy, tantos años después, creo que si le hubiese manifestado lo que mepasaba,lasituaciónhubierasidodistinta.Peroyotenía11años,éleraeladulto,aéllecorrespondíadaresepaso.Elpasoquehaydelaautoridadalaconfianza.

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XIX

Estuveangustiado,sinsaberconquiénhablar,niquéhacer.Unatardeviamimadreeneljardínymeacerqué.Cortabahierbas.

—¿Teayudo?—ledije.—Si,claro—contestó,alcanzándomeunastijeras—,cortaeltomillo.Nosquedamosun rato en silencio, envueltos en el perfumede lashierbas.

Hastaquelepregunté.—¿PorquénuncahablamosdeEzequiel?Apoyó las cosas en el piso conmucha calma. Estiró su mano como para

acariciarme.Memiró.Bajólamano.Luegolavistaydijoenunsusurro.—Haycosasdelasqueesmejornohablar.

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XX

Un domingo de diciembre antes de las fiestas, Ezequiel vinosorpresivamente,almenosparamí,aalmorzaracasa.

Lo recuerdo bien. Ese mismo domingo a la tarde Mariano iba a venir adespedirseantesdelasvacaciones.SufamiliatieneunacasaenPuntadelEsteytodoslosañosviajanantesdelaNavidadypasanallítodoelverano.

Enalgunosveranosanterioresnosotrospasábamos todoeneroconellosenPunta del Este, este año sería distinto, mi padre había decidido pasar lasvacacionesconlaabuela.

—TengomuchascosasquehacerenBuenosAires—dijo—,nopuedodarmeel lujode irme tan lejos.Desdeelcampopuedoviajaryvolvereneldíaynodescuidarlosnegocios.Asíque,familia,esteañonadademar.

Noséquéopinabamimadrealrespecto,yoestabafelizconlaposibilidaddepasartodoelveranoenelcampoconlaabuela.

AsíestabanlascosasesedomingocuandoabrílapuertaymeencontréconlafiguradeEzequiel.Nosdimosunabrazolargo,profundo.

—Teníaganasdeverte—ledijeenunsusurro—,peropapánomedeja.Memiróysonrió.—Despuésdecomerhablamos.—Yentróacasaconunpasoseguro.Yo lo interpretécomounaseñaldedesinterés.Noséquéestabaesperando

quehiciera,talvezquemerescataradeesacasadondemesentíaprofundamenteinfeliz.Después,pensándolobien,mesentícomounimbécilporeso.

El almuerzo transcurrió lentamente, casi sinhablar, ohablando sólode lasvacaciones y de las fiestas. Ezequiel contó que quería pasar fin de año connosotrosenelcampo,pensabairsedevacacionesenfebrero,conunosamigos,aVillaGesell.Sémuybienquelamesafamiliarnoeselámbitomásindicadoparahablar ciertos temas, pero mi familia me parecía tremendamente hipócrita.NuncasemencionabaaEzequielycuandoselohacía,lohedicho,lamención

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desunombreproducíachispas.Algunosmesesatrásmimadrellorabaporél,mipadreestabaindignado.Ylopeordetodo,almenosparamí,eraquemehabíanprohibidoterminantementeverlo.

Yahíestábamosloscuatrocharlandodebanalidades.Delasfiestasydelasvacaciones.

***

—No te creí tan falso —le dije con sorpresa para él y para mí, un ratodespués del café, cuando nos encontrábamos sentados bajo los pinos en elparquedecasa.

—Noteentiendo,¿porquélodecís?—Por todo eso —dije señalando la casa—. Deliciosa la comida, mamá.

Pasemoslasfiestasjuntos,papá—lecontesté,parodiandosuvoz.—Creo que estás confundido —hizo un largo silencio y prosiguió—. La

comidademamásiempreesdeliciosa.Ysí,quieropasarlasfiestasconustedes—yserió.Seriómuyfuerte,amímeindignó.

—Peroamínomedejanverte,nuncatenombranysi lohacennoesparanadabueno.¿Mevasadecirquenotedascuentadeeso?

—Sí,claroquelosé,nomesubestimes.Peroesonosignificaqueyonolosquieraniqueellosnomequieranamí.Esonosignificaqueyonodisfrutedesucompañía,claroquenotodoslosdías,peromeagradaverlosdevezencuando.Sonmispadres,vivíconellosdieciochoañosdespuésdetodo¿no?Entiendoloquevosquerésdecir,peromegustaríaquevosmeentendierasamí.

Hizounapausaysuspiró.—Mira, yo no puedo vivir con ellos.Ya no. Peromientras viví con ellos,

salvo losúltimos tiempos, estuvobien.Tal vez esto seaunpoco confusoparavos,peroesasí.

Yme contó que él entendía los miedos de nuestros padres, y también decuandovivíaencasa,ysecretosdefamilia,ymuchomás.

Yoestabacomoentrance,fascinadopordescubriraotrapersona,aEzequiel,mihermano.Séquetodoestopuedesonarextraño,peroeraexactamenteeso,undescubrimiento.Conelagregadodequehablábamosdecosasrelacionadasconmifamilia,queyonisiquierameanimabaapensar.Repasándolo,alaluzdelosaños,comolohehechotantasvecesdesdequeEzequielmurió,cadamomento

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desdequefuiasucasaapedirleexplicacioneshastalaúltimavezquelovi,medoycuentadequemuchasde las cosasde lasquehablamoseran tan simples,quetalveznomerecieranmayorescomentarios.Peroparamíeranalgoasícomolaverdadrevelada.Comopensarelmundoporprimeravez.Asílovivíyo.AsílovivíaesatardedediciembrehastaquellegóMariano.

***

Era el primer verano de nuestras vidas que no pasaríamos juntos. Nosabíamosqueeldelañoanteriorhabíasidoelúltimo.

Supongoqueunamezcla de la felicidadque tenía después de la tarde conEzequiel y la excitación de Mariano ante la proximidad de sus vacacionesgeneraronunaquímicaextraña.

Pusimos el compact-disc de Dire Straits y nos sentamos en el piso demicuartoapoyadosenlacama.Pasamostodalatardecharlando,conunaintimidadquenuncahabíamostenido.

Élmecontócosasdesufamilia,desuhermana.YolecontécosasdelamíayalgunasdelascosasdelasquehablamosconEzequiel.Ytambiénnosreímos,nosreímosmucho,nuncalahabíapasadotanbienconél.

Atardeció, el reflejo anaranjado del sol bañaba la habitación, el equipo deaudioyaestabaapagado.Estuvimosunratoensilencio,yMarianomecontóqueestabaenamoradodeMaríaEugenia,unacompañeranuestradesdeel jardíndeinfantes, algo que jamás hubiera sospechado, ni que estuviera enamorado deMaríaEugenia,nidenadie.

Mariano estaba eufórico porque ella también viajaba aPunta delEste y élpensaba declarársele. Supongo que fue el resultado de todo, la charla conEzequiel, la confesión deMariano, lo que me animó a contárselo a pesar dehabermejuradonodecírseloanadie.

—YaséporqueestánenojadosconEzequiel.Marianomededicóunamiradainvitandoaseguir.—PorquetieneSIDA.Sequedóensilencio,nopreguntónada.Yoloimité.—Supongoquenolovasavermás—dijoalrato,comoenunsusurro.—Claroquelovoyaseguirviendo.Esmihermano.Sucarasetransfiguró,sepusoroja.

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—Noseasridículo.Nuncafuetuhermano,duranteañosnoteimportó.Noloveasmás,¿notedascuentadequetepodéscontagiar?

—Vossoselridículo,esimposiblequemecontagie.Marianomemiróindignado.—Estarde—dijo,ysefue.Lamagiasehabíaperdido.Nuncamásvolvióamicasa.

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XXI

UnpardedíasantesdeNavidadnosfuimosalcampo.PasamosNochebuenasolosconlaabuela.Parafindeañollegaronalgunos

demistíosyEzequiel.Yo estaba feliz, al haber tanta gente era mucho más fácil poder pasar el

tiempo charlando con Ezequiel. Ya no tenía dudas, me sentía bien con él.Disfrutabadesucompañía.

Esoscuatrodíascaminamosporelcampo,cabalgamos,hablamossentadosalasombradeunsaucellorón.

Unadeesastardesloestabaayudandoaprepararcafé,cuandoserompióunataza que le cortó la mano.Me quedé inmóvil y Ezequiel también.Miraba lasangrey la taza,yenesemomentopenséenMarianoysi tendría razón.Creoque Ezequiel percibió mi miedo, pero nunca me hizo ningún comentario alrespecto.

Esefindeañofuelaprimeravezquemedejarontomaralcohol,unacopadechampagneenelbrindisdelasdoce.

Recuerdoesosdíasconsumoplacer.CuandosefueEzequielynosquedamossolosmispadres,laabuelayyo,ya

había tomado la determinaciónde hacer algopara verlomás, no sabía qué, nicómo.LoquesísabíaesquefueraloquefueraquemeacercabaaEzequiel,elmisterio,lacuriosidadoloquefuera,eraunvínculoauténtico,verdadero.

Yteníaqueencontrarlaformadequenoserompiera.

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XXII

Pasótodoelveranosinquesemeocurrieranada.Enmarzotendríalarespuesta.Nosotrosvolvimosdelcampounasemanaantesdelasclases,loprimeroque

hicealllegarfuellamaraMariano.QueríaquemecontaracómolehabíaidoensusvacacionesyconMaríaEugenia.Llamévariasvecesasucasaynuncapudedar con él, tampoco contestó a mis llamados. Eso me extrañó muchísimo.Habitualmente,despuésdelcolegio,noshablábamosporteléfono,raraveznolohacíamos.Yesavezquehacíatresmesesquenonosveíamos,nomecontestaba.

No encontraba explicación, pero esa semana mi madre me pidió que laayudaraconlacasa,yconeljardín,suobsesión,quedespuésdetantaausenciasuya estaba bastante deteriorado, y creí que a Mariano podía sucederle algosimilar.

Esperaba el primer día de clases con ansia, eran tantas las cosas que teníaparacontarle.

Lleguémuytempranoalcolegioymequedéenlapuertaesperándolo.Lovillegar, desde lejos, de lamanodeMaríaEugenia, yme alegrépor él.Cuandollegóamiladomesaludóconun«hola»fríoeimpersonal.PasócaminandocasisinmirarmeyfueabuscarunlugaralladodeMaríaEugenia.

Todos mis compañeros estaban extrañados, nos habíamos sentados juntostodoslosañosanterioresyahorayomesentabasolo,atresbancosdedistancia.Me evitó en todos los recreos. Yo no salía de mi asombro. Hasta que me dicuentadequemeestabahaciendopagar«miculpa».

Yoeraelhermanodelsidoso.

***

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Alvolveramicasameencerréenmicuartoallorartodalatarde.Esaibaaser la primera de lasmuchasmuestras de intolerancia que recibiría durante loquelequedabadevidaaEzequiel.

NopodíaentenderlaactituddeMariano,ynoteníaelvalordeirapedirleexplicaciones.Enlosentrenamientosyeneducaciónfísica,evitabatocarme.Elhecho de pensar que lo vería ignorarme durante todo el año escolar, losentrenamientos de rugby y el colegio secundario (en el colegio que habíanestudiado nuestras familias desde el jardín de infantes hasta el secundario,nuestros padres formaban parte de la asociación de ex-alumnos) me partía elalma.

Marianohabíasidomiúnicoamigodesdequeteníamemoria,habíasidomiconfidenteyyoel suyo.Queahoramediera laespaldaeraalgoquenopodíacomprender.Mesentíasolo.

Definitivamentesolo.Lasprimerassemanasdeclasesemehicieroneternas,elhechodepensaren

estar sentado solo, y pasar los recreos sin Mariano me angustiabaprofundamente.EnmicasamepreguntabanquépasabaconMarianoqueyanoveníacomoantes,yyoloexplicabagraciasasurelaciónconMaríaEugenia.

A principios de abril logré sobreponerme a la situación y armarme unacorazaparaqueparecieraquenomeimportara.Losdemáschicosdelaclasenoshabíanpreguntadoquehabíapasadoentrenosotros,y losdos,cadaunoporsuladocontestamoslomismo,quenoshabíamospeleado.Deboreconocerqueenesemomento,apesardequesabíacómohabíaimpactadoenéllaenfermedaddeEzequiel,atalpuntodeterminarnuestrarelación,valoréesepequeñogesto,queentendí comounhomenajea loquehabía sidonuestra amistad,no revelar losverdaderosmotivosdeladistancia.

Con el tiempo comprendí que no me hacía ningún favor, que no debíaagradecerlenada,quelaenfermedaddeEzequielnoeraalgovergonzante.Peroaesa edad y con el sentimiento de soledad que experimentaba, no lo hubieseresistido.

***

Gracias a eso tomé lamejor decisión, lamás adulta que he tomado enmivida.Cambiarmedecolegio.

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Decidí ir al Nacional Buenos Aires, el único colegio lo suficientementeprestigioso,ademásdelqueiba,quemifamiliatoleraría.

Convenceramipadremecostómucho,perosupadrehabíaegresadodeallí,conmedalla de oro, y parte del prestigio familiar había pasado por sus aulas.Después de semanas de súplicas y argumentaciones, logré convencerlo; y nospusimosabuscarelmejorinstitutoparaprepararmiexamendeingreso.

Mipadremeadvirtióqueelingresoeraserio,queeramucholoquehabíaenjuego,mucho loque estudiar, que tendríaquedejar rugby (que eraunade lascosasqueyoquería,unlugardondeevitaraMariano)yquenotoleraría«bajoningúnconcepto»mifracaso.

Encontramos el instituto, el mejor, el más caro, (para mi padre esos dosconceptossonsinónimos),ymeinscribí.

ElinstitutoquedabaacincominutosdeviajedelacasadeEzequiel.

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XXIII

Cuandomurió Ezequiel descubrí que la tristezame quedaba bien.Que talvezeramiestadonatural.

Comencé a usar ropa negra, a leer poetas malditos. Todos los días merecitabaunpoemadeRimbaudquedice:«Hay,enfincuandounotienehambreysed,alguienqueosexpulsa».

Mis compañeros de curso también tenían, por momentos, un aire triste omelancólico.Quizáslaadolescenciaseaensíunaetapatriste.Eldolordedejaratrás la niñez para convertirse en algo que ya somos (hombres,mujeres) sólovirtualmente.Realmente,nolosé.

Loqueséesquelatristezadeellosibayvenía;lamíaparecíaestarcosidaamispies.Comounacargadesiglossobremiespalda.

Enlasreunionesellosreíanysedivertían,yoencambiomequedabaparadoenun rincón, conun aireperdido, como si no supieradivertirme.Como si nosupieracómopasarlabien.

Latristeza.

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XXIV

Enmayocomenzó lapreparaciónenel instituto.Asistía lunes,miércolesyviernes por la tarde; dejé definitivamente rugby, y empecé a viajar solo y adisponerdemástiempoparamí.

Mispadres,enespecialmipadre,sedeshicieronenrecomendaciones.SibienyasoñabanconmiegresotriunfaldelNacionalBuenosAires,yyoaúnnohabíaingresado, por otro lado no les gustaba nada esa libertad que tendría, ni laposibilidaddequeanduvieraporlacalle.Alprincipioqueríanirabuscarmealasalida,peromimadreestabahaciendounodesusinnumerablescursos,aqueleradepinturasobremadera,yparamipadrerepresentabaperderalrededordedoshoras (sagradas) de su trabajo. Cuando se dieron cuenta que no había otroremedio,accedieronadejarmeviajarsolo.

Lo que yo quería era alejarme lo más posible de San Isidro, evitar laposibilidaddecruzarmeconMarianoyqueéstemeignorara.

Paramíel instituto fueunenormedescubrimiento,elprimerode todos losquevendríandespués.Elhechodeencontrarmecontantoschicosdemiedaddedistintossectoressociales,quevivíanendistintosbarrios,esacosaendefinitivataninsignificanteparacualquierotrochico,memaravillaba.Noteníamosmuchotiempo para charlar, las clases eran bastante exigentes, aunque a mí, ya fuedicho, me gustaba estudiar y no tuve mayores problemas, no me sobraba eltiempopararelacionarmeconlosdemás.Igual,disfrutabamuchosabiendoqueestabarodeadodedesconocidos.

Pensándoloahora,veoqueeramásmitemoraldesengaño,luegodeloquehabíapasadoconMariano,queotracosa.Sinotrabéamistadconningunodelosdemásnofueporfaltadetiempo,sinopormiedo.

***

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El veintiuno de julio, al comienzo del invierno, Ezequiel tuvo la primeracrisis,detodaslasquetuvodurantesuenfermedad.

Enfermódeneumonía,estuvobastantedelicado,diezdíasdeinternacióndelosquesalióconlaprescripciónmédicadetomarAZTysintrabajo.

Ezequieltrabajabaenunestudiodediseñográficodesdehacíadosaños.Enelmomentodelainternación,ensutrabajoseenterarondesuenfermedadyloecharon.Argumentaronrazonespresupuestarias,Ezequielnolescreyó;despuésdelaexperienciaconMarianoyotampoco.

UnosdíasdespuésdelasalidadelaclínicadeEzequiel,vinolaabuelaacasaacharlarconmipadre.LaabuelaqueríaquepapásellevaraaEzequielatrabajarasuoficina.MipadresosteníaquenoeranecesarioqueEzequieltrabajara,quepodríaveniraviviracasacomoantesysinrencores;yporotrapartesosteníaque era lógico que se quedara sin trabajo, que él como empleador tampocotomaríariesgossiunempleadosuyotuvieraSIDA,hayquepensarenlosdemás,decía.

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XXV

Cuando empezó a tomarAZT,Ezequiel se vio obligado a llevar una dietasanayarealizarejercicios,paracontrarrestarlosefectosdeladroga.

TodoslosdíassalíaconSachaarealizarlargascaminatas,yesascaminataslo llevaban lunes, miércoles y viernes, a la puerta del instituto donde yoestudiaba.

Laprimeravezqueloviparadoenlapuertaesperándome,metemblaronlasrodillas,amínosemehabíapermitidoiraverlealaclínica,esmás,hacíamásde tresmeses que no nos veíamos, si bien yo estaba enterado de todo lo quepasaba,habíadesarrolladounsextosentidoparaescucharamispadrescuandohablabandeél,yademáslaabuela,siemprelaabuela,mecontaba.Mesentíaenfaltapornohaberlovisitado.

—Nomedejaroniraverte—ledijesinsaludarlosiquiera.Ezequielsonrió,teníaunasonrisaapagada,todoélestabaapagado,noeraya

lapersona luminosadeantes.Estabaasustado,algode loquenomedicuentahastaquefuetarde.

—Ya sé, no importa. La abuela siemprememanda saludos tuyos. ¿No temolestaquetevengaabuscar?

Le contesté que no, por supuesto. Esa primera vez y las siguientes noslimitamos a caminar en silencio hasta la parada del colectivo, con Sachacorreteandoentreambos.

A lasegundasemana,Sachayasaltabapara recibirmeapenasponíaunpiefuera del instituto. Lo cual me hizo ganar la simpatía de muchos de miscompañeros.

Sachanosdabatemadeconversación.Yonomeanimabaapreguntarledesuenfermedad, ni de su dieta, entonces le preguntaba sobre la dieta de Sacha.Ezequielmecontabaquéledabadecomerycómolacuidaba,deloslibrosquehabía leídopara cuidarla bien.Se lo tomaba todo con absoluta seriedad, sabía

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muchísimas cosas de los perros del ártico, su historia, sus costumbres, y susdiferenciasconlosperrosdeorigeneuropeo.

Hablandodeellafuequeundíamedijo:—Unodelosmotivosporquequierotantoaesteperroesporsusojos.Desde

queestoyenfermolagentememiradedistintasmaneras.Enlosojosdealgunosveotemor,enlosdeotrosintolerancia.Enlosdelaabuelaveolástima.Enlosdepapá enojo y vergüenza. En los de mamá miedo y reproche. En tus ojoscuriosidadymisterio,amenosquecreasquemienfermedadnotienenadaquever con que estemos juntos en estemomento. Los únicos ojos quememiranigual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano oenfermo,esenlosojosdemiperro.EnlosojosdeSacha.

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XXVI

EzequielmepidióqueyocuidaraaSachaantesdesuúltimainternación,ladefinitiva. Lo llevé a casa, traté de cuidarlo tan bien como él, de llevarlo acaminar todos los días. Pero en mi casa en esos días todos estábamos muynerviosos,Sacha también.Rompióvariasde lasplantasdehierbasdemamáyterminóenelcampodelaabuela.Yorogué,lloréeimploré,fueinútil.Ezequieltodavíanohabíamuertoyamí semenegabacumplir conunade susúltimasvoluntades.

Nospusimosdeacuerdoenquenadie se lodiría,EzequielnospreguntabaporSachacadavezquenosveía,nosotroslecontestábamosqueestababien.Apesarde tranquilizarloaél,nadiepudo tranquilizareldañoqueprodujoenmiconcienciaeltenerquementirleamihermanomoribundo.

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XXVII

Lospaseosalsalirdelinstitutosehacíancadadíamáslargos,aunqueyomedemoraracadavezmás,encasaanadieparecíaimportarle.

Después de mi viaje de fin de curso, algunas de nuestras caminatasterminabanensucasa.Yonovisitabasudepartamentodesdequefuiapedirleexplicaciones,yesaveznotuvedemasiadotiempoparaprestaratenciónanada.

La primera vez que llegué allí acompañado por él, descubrí su biblioteca.Tenía libros de diseño gráfico, fotografía y de literatura. Le gustabaespecialmentelacienciaficciónyelfantasy.MeprestóElseñordelosanillosypusoamidisposicióncualquieradesuslibros.

Mecontó,alpreguntarleporlacantidaddelibrosdefotografíaquetenía,quelegustabamuchosacarfotos.

Siguiendoconmiinspecciónalladodesucamaencontréunchelo.—¿Desdecuandotocaselchelo?—lepreguntésinsalirdemiasombro.—Locompréhacecuatroaños.Estudiéunañoydejé.Elañopasadovolvía

estudiar.¿Elañopasado?Meparecíaextraño, el añoanterior sehabíaenteradoque

teníaSIDA,ysehabíapuestoaestudiarchelo…Memiróysonrió.—Mira, lo único cierto que sabemos todos de la vida es que nos vamos a

morir. Y lo único incierto es el momento. Digamos que al enterarme que loinciertoavanzasobrelocierto,mepropusenomorirmehastanopodertocarlaSuiteNo.1enSolmayordeBach.

Yserió.

***

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GuardéElseñordelosanillosenmimochila,lepedíquehicieraruido,paraque enmi casa creyeran que hablaba desde un teléfono público, y llamé paradecirquemehabíademoradoenlacasadeuncompañero,paraponermealdíaconloquehabíanvistomientrasestabadeviajedefindecurso.Ezequielseriómucho ruando corté y apostó a que no me iban a creer, y que aunque mecreyeranmisexcusasnoserviríandenada.Tuvorazón.

Enlaparadadelcolectivolecomentéqueestabasorprendidodequesacarafotosytocaraelcheloyyonolosupiera.

—Unonuncaterminadeconocerdeltodoalaspersonas—medijo—,niaúnalasmáscercanas,padre,madre,hermanos,hermanas,marido,mujer.Siemprehayunazonadecadaunoquepermaneceaoscuras,alejadaporcompletodelosdemás.Unazonadepensamientos,desentimientos,deactividades,decualquiercosa. Pero siempre hay un lugar de nosotros en el que no dejamos que entrenadiemás.Yocreoque eso es loquehace a las relaciones con losdemás taninteresantes, esa certeza que, aunque nos lo propongamos, nunca los vamos aconocerdeltodo.

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XXVIII

Cuandolleguéacasa,merecibieronconunsermóndeórdago.Quequiénmecreíayoparairalacasadedesconocidossinpermiso,queenquécabezacabe,yotrasexpresionesdelasquecabenencualquierrepertoriopaternal.

Eralaprimeravezquemeretabanynomeimportabamayormente,talvezestabacreciendo,talvezmeestabahaciendoinmunealosretos,nosé.Loúnicoseguroesqueestabadisfrutandoamihermanoyestaveznopensabadejarquemequitaraneseplacer.

Estaba dispuesto a mentir, a planificar mis actividades, para verlo contravientoymarea.

Creoqueesafuelaúnica,auténticarebeldíaquemepermitíenmivida.

***

Me sumergí en la lectura deEl señor de los anillos, que a pesar de teneralrededorde500páginas,leíenunasemana.Eraelprimerlibrolargoqueleía,despuésmeprestóeltomoIIyelIII.Losleíconigualvoracidad.

Ezequieleraungranlector,ymerecomendabalibroscongrantino.—Noimportasilosentendés,ono;sitegustandéjatellevarporlaspalabras,

queseancomomúsicaentusoídos—medecía.Entodosloslibrosquemeprestabayotratabadeencontrarsusrastros,elpor

quélehabíangustado.Tantasvecesmedesilusionécongentequemeprestabaorecomendabalibrosquenomegustaban.Siempre,loprimeroquebuscoenloslibrossonlashuellasdelotro,delquemelosalcanza.

Loslibroshabíansidoimportantesenmivida,yelpodercompartirlosconélledabaunnuevosignificadoanuestrarelación.

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UnsábadoalatardeestabaenmicuartoleyendoUnmagodeTerramar,unode los tantos libros que me prestaba Ezequiel. Lo recuerdo porque estabaanotandounafrase,eneseépocatomélacostumbredeanotar lasfrasesdeloslibros que me gustan en una libreta, una frase que decía: «Para oír, hay quecallar».Noséporquémegustótanto.Aúnhoy,queconservolalibreta,puedoleerlaconmiletratemblorosadeentonces.

Apesardequeteníalapuertacerradamipadreentróenlahabitación.—Últimamenteestásmuylector,yhacemuchoquenojugamosalajedrez—

nohabíaningúnreprocheensuvoz,erasuformadeinvitarme,yolosabía,élnopodíadeotramanera.

Bajamos la escalera hasta su estudio. Cuando estaba sacando el tablero lepregunté:

—¿TenéslaSuiteNo.1dechelo,deBach?Memiródearribaabajosorprendido.—Yo sabía que iba a lograr que te guste la buenamúsica—y remarcó la

palabrabuena.Meexplicóorgullosoqueteníavariasversiones,quepodíaelegircuál quería escuchar y que si yo tenía ganas podía explicar, mientras lasescuchábamoslasdiferenciasentreellas.Mepropusounmontóndecosasmás.Rezumabaerudición.

—Elegílaquemástegusteavos,ynodigasnada—ledije—.Paraoír,hayquecallar.

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XXIX

En noviembre Ezequiel vino a buscarme por última vez. Ya terminaba elcursodelinstituto,loquesignificabaelfindenuestrascaminatas.

Caminábamos hablando de libros y de autores, me sentía definitivamenteimportante,teniendountemaencomúnconél.

Clara, la librera, me había recomendado un par de libros para Ezequiel ylogrésorprenderlo(unacosamásparaincluirenmilistadeagradecimientosparaella).

EzequielmerecomendóquemiraraBladeRunner,yomeufanabadehaberleregaladolibrosdeautoresqueélnohabíaleído,Sachacorríaalrededornuestro.De repente se levantóuna tormenta.Erauna con todas las de la ley, corrimospara guarecernos. No podíamos entrar a un bar a esperar que pasara, no nosdejarían con el perro, y nos costó bastante trabajo encontrar un techoquenosprotegiera.

Cuandoloencontramosestábamosempapados.—Meparecequeyanotienesentidoprotegernos—dijoEzequiel.Yoestabaasombradoporloviolentodelatormenta,lorápidoquesehabía

desatadoyporqueencallesqueantesestabanllenasdegente,enesemomentonoseveíaunalma.Lasventanasdelascasasestabancerradas.Selocomenté.

Élsequedóseriounratoyluegodijo:—ElSIDAescomounatormenta,nadiequieresacarlacabezaparaverqué

hayafuera.

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XXX

Ese findeaño lopasamosencasa.Mamáhabíapreparadoelmenú,desdeprincipios demes. Una semana antes ya estaba cocinando (evitó el pollo conhierbas).UnodelosmotivosdecelebracióneramiingresoalNacionalBuenosAires.

Cuando llegóel31dediciembre todoparecíaestarenorden,mimadrenohabíadejadoningúndetallelibradoalazar.Todoestabaplanificado.

AlllegarEzequiel,sóloconverlo,medicuentadequehaycosasquenosepueden prever. Había adelgazado mucho desde la última vez que estuvimosjuntos,pocomásqueunmesatrás,sumiradanoteníabrillo,seloveíadébil.Yéllosabía.

Mis padres, como siempre, se empeñaron en hacer de cuenta que nadasucedía.Pero la verdad era tan evidente, queporprimeravez les agradecí susesfuerzosvanos.

Comimos en silencio. Cada vez que alguien intentaba entablar unaconversación,seinterrumpíaasímismo,aúndejandolafraseporlamitad.

Estaveznoerayosoloelqueveíalasombradelavederapiñavolandoencírculossobrelamesafamiliar.

Terminamos de comer pasadas las once. El tiempo que pasó hasta elmomentodelbrindisfueeterno.

Fue la segunda vez que tomé champagne. En el momento de las docecampanadas,todalafamilialevantósuscopas.Pero¿cómodesearlefelizañoaalguienqueprobablementenolotermine?

Me acerqué a Ezequiel y le dije un «te quiero» apenas susurrado. Él meabrazóymedijo:«Yotambién».

Eratodoloquenecesitabaoír.

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XXXI

Pasóelverano,nonosfuimosdevacaciones,sólounosdíasalcampodelaabuela,unospocosdíasdeberíadecir,nollegaronaserdiez.YnoviaEzequielhastamarzo.Hablábamospor teléfonocasi adiario, yanoocultabami interésporél.Mispadreslotomaronconresignación,perotampocoestabandispuestosadejarmeiraverlo.

Enmarzo,conelcomienzodeclases,volvíaagozardeunapequeñalibertad.Enelcolegiomeanotéenvariasactividadesextracurriculares,quemepermitíanestarmás tiempo en la Capital.Mi idea era que cuantomás tiempo estuvieraalejadodeSanIsidro,másposibilidadestendríadeveraEzequiel.

A mediados de marzo volví a su casa. Llegué sin avisar. Ezequiel estabatrabajando. Desde que lo habían echado del estudio hacía pequeños trabajoscomofreelance,ysospechoquelaabuelaloayudabaeconómicamente.Jamásselopreguntéaningunodelosdos,niellostampocomelocomentaron.

Sealegrómuchodeverme,losé.Estabamásdelgadoquelaúltimavez.Susaludestabamuydeteriorada, cualquiergermenqueestabapor el aire él se loagarraba.Tomabavitaminas y,me contó, había días que no tenía fuerzas parahacersuscaminatas.

—Sabíaquecuandoempezaranlasclasesibasavolver.Losabía—medijo—.Tetengounregalo.

Ymeregalóunafoto.Lafotoeraenblancoynegro.Estabatodaoscura,enel centro había una vela iluminando parte de un pentagrama. El pentagramaestabaenclavedeFa(laclaveconlaquesetocaelchelo).

Esaveznonecesitépreguntarlenada.

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XXXII

Una mañana de domingo, por esa época, había ido hasta el shopping acomprarunlibroymeencontréconunosamigosdepapá.

—NosenteramosdelodeEzequiel—dijerondespuésdepreguntarmeporelcolegio,lafamiliayesascosas.Bastanteincómodoesparaunniñoencontrarsecon amigos de su padre en un lugar tan impersonal como un shopping, comoparatambiéntenerquehablardecosastandelicadascomolaenfermedaddesuhermano.Mequedécallado.

—Esunaenfermedadterrible…—insistieron.—Si…—balbuceé.—…laleucemia…—¿La…leucemia…?—Síclaro.Leucemia.LaenfermedaddeEzequiel.Pobrecito.Norecuerdosilescontesté,séquemefuiindignado.Mispadres,alnopoder

evitar laevidenciadequeEzequiel se ibaamorir, tuvieronque inventarleunaenfermedad.ComosifueramásdignomorirsedeleucemiaquedeSIDA.Comosifueraindignosersidoso.Comosienlamuertehubieraalgunadignidad.

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XXXIII

Todoslosmuertosestánsolos.Todos.Ezequielenelcajónparecíamássolotodavía.Tenía la soledad de los muertos, de todos los muertos, pero también, la

soledaddelamuertejoven.Lasoledaddeunamuertenegadaporsufamilia.Alguiendijounavez,noséquién,queelSIDAescomolaguerra,son los

padreslosquedespidenasushijos.Ezequielnotuvoesasuerte.Laabuelayyosolamenteloacompañamoshasta

elfinal.CuandoEzequielmurió,papáestabadeviajedenegocios.

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XXXIV

Una de las tantas tardes que pasé en su casa ese último año, le hablé deNatalia. Era una compañera del taller de periodismo del colegio. A mí mefascinaba.Nosóloerabella,bellaeslapalabrajusta,noentrabaenloscánonesdelahermosuraconvencional,erainteligenteeirreverente.Tandistintaatodaslaschicasquehabíaconocidohastaentonces.

—Sacha,meparecequenuestrojoveninvitadosenoshaenamorado—dijoaplaudiendo.

Esaactitudmefastidió.—Nomejodas,Ezequiel.Yotecuentodeunachicaquemegusta.Quenosé

quéhacer.Quetengomiedoaquemerechaceyvosmetomáselpelo.—Miedo al rechazo…Hermanito, voy a decirte algo, tal vez lo único que

aprendí en mi corta vida. Si la cuerda no fuera delgada, no tendría graciacaminarporella.

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XXXV

Unasemanaantesdecumplirlostrece,Ezequielmepidióqueundíaantesdemicumpleaños fueraa sucasa,que faltaraalcolegiosieranecesario,peroque tenía que estar ahí. Le pregunté por qué, ese día me tocaba taller deperiodismoyesosignificabaveraNatalia,seloexpliqué,insistí.

—Sorpresa,sorpresa—dijo,ynodijonadamás.Obviamenteestuveallí.Mesirvió téconmasas.Charlamosdevaguedades,yoestabamuyansioso,

queríasabercuálseríaelmotivodetantomisterio.Derepenteselevantóytrajoelchelo.Sesentó.YsindecirpalabrasepusoatocarlaSuiteNo.1enSolmayordeBach.

Yoyalasabíadememoria,laescuchabaadiarioendiferentesversiones:ladePabloCasals,ladeLynnHarrell(mipreferida),ladeRostropovich.

AhoralaescuchabaenlaversióndeEzequiel.Es una pieza tan difícil de tocar bien, que sólo los grandes chelistas se

animanaejecutarlaenpúblico.Indudablemente laversióndeEzequielno tenía la calidadde lasversiones

queyoconocía,estabamáscercadeserunejerciciodedigitaciónqueotracosa,pero tenía tanto amor en cada nota, tanto sentimiento. Una Suite de talcomplejidad sólo se puede ejecutar bien después de años de esfuerzo y conmuchotalento.

LaversióndeEzequielerapurosentimiento.Yonoparabadellorar.Cuandofinalizónosabrazamosylloramosjuntos.Lasemanasiguientelointernaronporúltimavez.

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XXXVI

Losúltimos tiemposdeEzequiel, losdesudeterioro físico, sondemasiadodolorosospararecordarlosenestemomento.

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XXXVII

Eldíadelentierrocomprendíporquéenlaspelículaslosfuneralessefilmansiemprecon lluvia.Enelcementeriodonde loenterraron lospájaroscantaban,habíaflores,elcéspedbrillaba.Comprendíquelaluzdelsolesdespiadada,sonlassombraslasquenosprotegen.

Ningúngestoseescapadelavistadelosdemás.Ningúnrictusdedolor.Contantaluz,tantaclaridad,eramásdramáticaaúnlaideadelamuerte.

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XXXVIII

Los últimos días antes de morir, Ezequiel tenía momentos de lucidez ymomentosdedelirio.Podíaestarhablandonormalmenteyderepenteperderelhilodelaconversación.

Estaba durmiendo cuando llegué a la habitación, la abuela aprovechó miarriboparairatomaruncafé.

Mesentéalladodelacamayletomélamano,mientrasselaacariciabasedespertó.

—¿Sabés?Yoteenseñéacaminar.—Sí,losé.—Vaya paradoja, yo te acompaño en tus primeros pasos, y vos me

acompañásenlosúltimos…—Nodigasboludeces,Ezequiel.Sonrió.Cerrólosojosunrato,cuandolosvolvióaabrirmedijo:—Hevistocosasqueustedesnocreerían.Navesdeataqueardiendosobreel

hombrodeOrion…Estádelirandootravez,pensé.Volvióasonreír,meapretólamano.Cerrólos

ojosysequedódormido.Nuncamáslosvolvióaabrir.

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XXXIX

Después que murió Ezequiel nos convertimos durante un tiempo en unafamiliadefantasmas.Pasábamosporlacasasinvernos.Sinhablarnos.

Pocoapocotodofuevolviendoalanormalidad.Mimadreasusplantas.Mipadreasusnegocios.Yyo,bueno,yoteníamuchascuentasquecobrarmeconmispadresporsutratoaEzequiel.

Peronotuveelvalor.Seguídedicándomealcolegio,alestudioyaloslibros.Ahora,queterminéelcolegio(nologrémedalladeoro),mevoyaestudiara

unauniversidaddelosEstadosUnidos.Notengootraformadeirmedeaquí.Nosésivoyavolver.Sientoquecadavezsonmenoslascosasquemeatana

estelugar.

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XL

Hay una cosa que admiré de Ezequiel. A pesar de todo nunca perdió elentusiasmo,nilaalegría.Nuncaseentregó.

—Ningunaenfermedadteenseñaamorir.Teenseñanavivir.Aamarlavidacontodalafuerzaquetengas.AmíelSIDAnomequita,medaganasdevivir.

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XLI

AlmesdelentierrodeEzequiel,laabuelavinoaverme.—Antesdelainternación,Ezequielmepidióquetedieraesto.Ymedioun

videocasete.EraBladeRunner.—Hevistocosasqueustedesnocreerían.Navesdeataqueardiendosobreel

hombrodeOrion.Rayos«C»brillandoenlaoscuridadcercadeTannhauser.Todosesosmomentosseperderáneneltiempo,comolágrimasenlalluvia.

Eshorademorir.—Noséporquémesalvólavida.Quizásenlosúltimosmomentosamóla

vidamás que nunca.No sólo la suya, la de cualquiera… lamía. Buscaba lasmismas respuestas que buscamos todos. ¿De dónde vengo? ¿Adonde voy?¿Cuántotiempotengo?Ysólopudeverlomorir.

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XLII

Yaamaneció,pasétodalanocheenvela.Acaba de venir mi madre para avisarme que ya están listos para ir al

aeropuerto.Reciénterminédeafinarelcheloporúltimavez,nuncaaprendíatocarlo,ni

lointenté.Pero,tantoentanto,losacodesuestuche,lolimpioyloafino.Mipadremegritaquevamosaperderelvuelo.Noimporta,haytiempo.Él

esdelosquellegan,porlasdudas,doshorasantesdelembarquealaeropuerto.Natalia va a estar en Ezeiza para despedirme. Irá a verme en dos meses.

Nadamegustaríamás.

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XLIII

Ayervolví,despuésdetantosaños,alrío.Elagua,laspiedras,losárboles,elviento,sonlosmismos.Yoyanosoyelmismo.Yanomepreguntocómoserámidestino.Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no esmás que eso:

Asomarlacabeza,paraverquépasaafuera,aunquehayatormenta.YunaSuitedeBach.

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ANTONIO SANTA ANA. Nació en 1963 en Buenos Aires, donde viveactualmente con sus dos hijos. Trabaja desde hace diez años con el GrupoEditorialNormaenArgentina,dondeseocupadelaediciónycirculacióndelascoleccionesinfantilesyjuveniles.AntesdevincularseaNormatrabajódurantediez años en la organización de la Feria del Libro de Buenos Aires y en laeditorial Libros del Quirquincho. Miembro de la comisión directiva de laAsociacióndeLiteraturaInfantilyJuvenildelaArgentina(ALIJA)ydelcomitéeditorialdelaRevistalatinoamericanadeliteraturainfantilyjuvenilquepublicaFundalectura (seccional de IBBY), Santa Ana ha sido jurado de importantesconcursosliterariosyesparteactivadeactividadesvariasentornoalaliteratura.

Santa Ana no es sólo editor sino también autor. Su libro Los ojos del perrosiberiano (1998), sobre la muerte de un muchacho con sida contada por suhermano, ha tenido enorme acogida en América Latina y fue traducido alitaliano;suobraNuncaseréunsuperhéroe(2000),sobreeltránsitoagitadodelaniñezalaadolescencia,sehaconvertidoenfavoritademuchoslectores.Ensuestilodirectoyuntantolacónico,sibienmuyprofundo,pareceradicarpartedesuéxito.HapublicadoLosSuperfósforos(2008),cuentoinfantilysurecientesuobraEllacantaba(entonomenor)(2012).