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Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 1 de 20

DESCRIPCIÓN BREVE DE LOS SISTEMAS DE ALARMA

Un sistema electrónico de supervisión, desde un punto de vista general, es un

conjunto de unidades electrónicas que, de alguna manera, detectan la

ocurrencia de un evento y lo señalan a una unidad central rectora del

funcionamiento del sistema para que esta tome alguna acción que dependerá

del tipo de evento.

Un poco más en lo específico, un sistema electrónico de alarma debe detectar

unos eventos de diferentes clases, calificables como alteraciones, gracias a

elementos conocidos como sensores y que, informando de la aparición de las

alteraciones a una central, permiten que esta reaccione a cada una de una

manera preestablecida.

Los sistemas de alarma, desde la generalidad, pueden ser de diferentes tipos:

supervisión del estado de un enfermo en una UCI, detección de incendios o

inundaciones y, por supuesto, la que es de nuestro interés en este caso:

sistemas de alarma contra robo o intrusión.

Un sistema de alarma contra robo o intrusión (en adelante SA) debe disponer

de un conjunto de sensores colocados estratégicamente en la zona a proteger

que, al detectar la alteración que en este caso calificaremos como intrusión,

informará a una central para que active los dispositivos de alarma

correspondientes y realice acciones preestablecidas.

Entre estas respuestas encontramos, obviamente, hacer sonar una sirena,

encender iluminación especial, bloquear o desbloquear accesos, activar

mensajes de megafonía o incluso informar mediante algún enlace o enlaces

de comunicaciones a otra central donde un operador humano pueda

comprobar la realidad de la alarma, identificar el tipo de qué se trata y tomar

acciones adicionales a las ya establecidas por la central primaria o repetidora.


Un SA debe estar disponible las 24 horas de todos los días pero también ser

desactivado y activado a voluntad, por ejemplo mientras la zona a proteger

está siendo legítimamente usada. No puede depender de la alimentación de

red ni porque falle ni porque sea saboteada para hacer fallar al SA. Esto obliga

a que disponga de una fuente de alimentación constante, una batería

recargable.

Por tanto, tenemos ya lo que deben ser los componentes de un SA: el

conjunto de sensores que detecten las alteraciones o intrusiones, una central

primaria o repetidora (en adelante CR), un conjunto de elementos actuables

(sirena, luces, bloqueos, repetición de alarma...), alimentación a baterías, uno

o varios canales de comunicación y una central receptora de alarmas (en

adelante CRA).

El canal de comunicación debe estar asegurado contra fallos o sabotajes lo

que aconseja un sistema redundante, con al menos dos canales abiertos y que

estén supervisados de modo que, si la comunicación entre CR y CRA se

interrumpe, el sistema lo señalice como una intrusión.

Los sensores y su conexión con la CR deben estar igualmente protegidos para

evitar el sabotaje y su funcionamiento asegurado con duplicidad de sensores

cuando esto se considere necesario. Estos aspectos se considerarán con más

detalle al estudiar los diferentes tipos de sensores.

En el gráfico 7 de la página siguiente puede verse la estructura general de un

sistema de alarma típico con su central repetidora conectada a la central de

recepción de alarmas por vía telefónica y por vía radio. El sistema se alimenta

de la red de suministro pero también dispone de batería de respaldo para el

caso de fallo o el sabotaje de esta. Pueden verse los diferentes tipos de

sensores en los que se basaría el funcionamiento del sistema completo. Estos

sensores pasan a ser estudiados uno por uno a continuación.


Detector de movimiento.- Conocido como detector

PIR por sus iniciales en inglés “Passive Infra Red” su

funcionamiento se basa en la detección pasiva de

los rayos infrarrojos emitidos por los cuerpos

calientes (seres humanos o animales) más que en la

detección de movimiento como tal. Si se hace

mención al movimiento es porque, dado que este

sensor detecta la diferencia de temperatura entre

el ambiente y el intruso, si este se aproximara muy lentamente cabe la

posibilidad de que el detector no llegue a notar el cambio térmico

mencionado en las zonas más alejadas de este, si bien incluso la turbulencia

en el aire provocada por un objeto frio al moverse, provocaría el disparo del

sensor. Ver foto 26.

Se caracteriza por una superficie curva de plástico, en realidad una lente de

Fresnel, que concentra la radiación térmica de la banda infrarroja que pueda

llegar a recibirse sobre un captador interno sensible al calor. Al arrancarse el

dispositivo siempre se dispara la alarma hasta que en unos minutos las

temperaturas del sensor y del ambiente se igualan. Se considera entonces que

el sensor se ha “armado” debidamente; a partir de ese momento cualquier

cambio térmico en la zona barrida, un cono de unos 10 a 15 metros de

longitud con la cúspide en la lente de Fresnel y una apertura que depende de

cada modelo, disparará la alarma. Obviamente, fuera de ese cono, el sensor

es incapaz de detectar intrusiones

Interruptor magnético de apertura.- Es el

detector universal para sentir la apertura de

puertas o ventanas. Está constituido por un

interruptor en estado de cierre con los

contactos cargados por un muelle que intenta

separarlos, todo ello protegido en una ampolla

de vacío. Es lo que se conoce como un

interruptor “Reed”.

Sensor PIR

Foto 26

Foto 27

Interruptor magnético


Véanse las fotos 27, 28 y 29.

La ampolla se encuentra en el campo magnético de un imán que impide al

muelle separar los contactos excepto si la puerta se abre alejando al imán, lo

que provocará el disparo de la alarma. Los más comunes son de montaje

exterior, como puede verse en la foto 27 y 28 pero resultan fácilmente

manipulables por lo que se deben montar en ambos lados de la hoja a

proteger. Existen modelos empotrables en el interior de la puerta, véase la

foto 29, que no solo dificultan la manipulación sino que no hacen necesario

montar dos unidades.

Sensor de vibración.- Cuando se desea proteger una caja de caudales, una

Foto 29

Interruptor magnético

empotrable

Foto 28

Sensor de vibración

Foto 30

Ajuste de sensibilidad

Masa suspendida


pared que puede ser perforada o una obra de arte valiosa, se dispone de un

sensor que, simplemente, es capaz de disparar un circuito electrónico en

cuando una masa interior suspendida inestablemente altera su posición una

cierta cantidad que puede ser ajustada mediante un botón, dependiendo de

la aplicación concreta. Véase la foto 30. Cualquier vibración en el elemento al

que va fijado produce el disparo de la señal de alarma. Lo mismo ocurre si se

intenta retirar el sensor de su posición.

Detector de rotura de cristal.-Antiguamente, la única forma de proteger el

vidrio de una ventana era colocar unas finas tiras de aluminio adheridas a esta

y formando parte de un circuito eléctrico que, al romperse acompañando al

cristal, levantaba una alarma. No solo era bastante antiestético sino poco

seguro y de fijación complicada. Cristales especiales de alto precio ya llevaban

inserta, internamente, una red de hilos conductores que, si la densidad era

alta, ofrecían seguridad de detección.

Al día de hoy, gracias a los sensores de vibración, se pueden fabricar sensores

específicos para la rotura de cristales (véase la foto 31) que, aparte de la alta

seguridad de trabajo, son fáciles de instalar y poco antiestéticos ya que se ven

muy poco en el conjunto de la ventana, aunque a veces es conveniente que se

advierta su presencia como posible disuasión al intruso.

Foto 31

Sensor de rotura de cristal


Cámara de Televisión, con o sin micrófono. A nadie se le escapa el

funcionamiento de la cámara de TV. La moderna tecnología ofrece equipos

baratos, con alta resolución de imagen en color, de bajo coste y de bajo

consumo y con tamaños reducidísimos gracias a las tecnologías CCD

(dispositivo de acoplo a la carga). Pueden transmitir por cable coaxial a una

grabadora local o remota, hasta una central de radio de banda ancha o incluso

conectarse a Internet como lo que se denomina Cámara IP (Internet Protocol).

Los modernos “drones” accesibles al público en general ya disponen de

cámaras minúsculas y enlace de radio con el controlador remoto.

Se trata de uno de los dispositivos más versátiles en el mundo de la seguridad

ya que pueden aplicarse casi para cualquier solución. Tienen, sin embargo,

una contrapartida: las imágenes captadas necesitan ser supervisadas o

resultan de escasa utilidad.

Es cierto que, en muchos casos, cuando se protegen bienes de bajo valor, es

suficiente grabar las imágenes que luego servirán para la captura de los

vándalos, ladrones o intrusos. Pero a estos les basta con disimular u ocultar su

identidad para que la cámara de TV resulte prácticamente inútil.

Asimismo, tratándose de bienes valiosos de poco sirve grabar los hechos. Es

poco probable que los intrusos no hayan tomado precauciones para no ser

identificados, pero aunque no lo hayan hecho, los bienes dañados o

sustraídos no serán fácilmente restituibles si no se ha reaccionado con

rapidez.

Lo mismo cabe decir de los micrófono asociados. Su utilidad es muy baja a no

ser que, al detectar una alteración de las condiciones acústicas del entorno a

proteger, levanten una alarma que permita a un supervisor escuchar lo que el

micrófono está grabando o escuchando para reaccionar adecuadamente.


Los modernos sistemas de vigilancia no exigen que un operador esté durante

horas revisando las imágenes de las cámaras. Un sistema automático puede

revisar las imágenes cada pocos segundos comparándolas con las grabadas en

los segundos anteriores y, caso de detectarse alguna diferencia, alertar al

supervisor para que determine la realidad de la alarma y actúe en

consecuencia.

En la foto 32 podemos ver un caso en el que la cámara enfocada a una puerta

de entrada ha detectado un cambio en la imagen y ha levantado una alarma

dejando ver al supervisor lo mismo que el objetivo está captando.

La reacción puede así ser inmediata ya que el sistema de alarma, como puede

verse en la periferia de la imagen del intruso, facilita en pantalla los datos de

la ubicación de la alarma, los teléfonos de los responsables del lugar, enlaza

automáticamente con un vehículo de patrulla e incluso con las fuerzas

estatales de seguridad.

Tampoco es imprescindible que el sistema grabe los movimientos y los

transmita a la central de recepción de alarmas. Basta que recopile las

imágenes fijas en las que ha detectado las diferencias y las transmita al

Foto 32

Alarma por cámara TV


supervisor. La moderna tecnología permite incluso trasmitirlas a un teléfono

móvil. El operador podrá después iniciar la visión a través de la cámara.

Por último, en la foto 33 podemos ver una pantalla de un sistema de alarma

mixto. Algunas cámaras tienen supervisión automática por tratarse de lugares

cerrados donde no se espera movimiento, mientras que otras están

directamente bajo la supervisión de un vigilante.

Detector de sonido.- Existen dispositivos semejantes a grabadoras que, al

detectar un cambio en las condiciones sonoras

de un recinto: golpes, pasos, conversaciones,

etc. levantan una alarma. Como en el caso de la

cámara de TV, estos dispositivos pueden

conformarse con grabar lo que reciben para un

análisis posterior o permitir que un supervisor

escuche lo mismo que esté siendo captado por

el dispositivo y obrar en consecuencia.

Foto 33

Vigilancia por TV tipo mixto

Foto 34

Detector de sonido


Otros tipos de sensores y actuadores.- Existe una gran variedad de sensores

para detectar electrónicamente casi cualquier tipo de evento: filtraciones de

gas, humos, incendio, inundación, subida o bajada de presión de agua o de

tensión eléctrica, etc. pero el caso que nos ocupa nos obliga a ceñirnos a los

sensores más específicos de los sistemas anti robo o anti intrusión. Por ello no

estudiaremos otros tipos de sensores

CR. Central repetidora de alarma.- Se trata del corazón, mejor dicho, del

cerebro del sistema local, el sistema instalado en la zona o área a proteger.

Esta unidad recibe las señales de todos los sensores, los identifica y distingue,

supervisa el estado de cada uno y según lo previsto en su programación,

informa a la CRA, Central Receptora de Alarmas y a su supervisor humano de

las condiciones o alteraciones que se han producido para que este pueda

tomar las acciones necesarias.

Se alimenta de modo redundante de la red pública y de una batería

recargable supervisando el estado de ambas e informando en consecuencia.

Para las necesidades de los usuarios la CR dispone de un teclado donde la

persona autorizada procede a la desconexión del sistema (informando la CR a

la CRA de este suceso) o la vuelta a la conexión de este (de nuevo con

conocimiento de la CRA). Tal teclado también puede tener usos secundarios

como desarmar una falsa alarma que se haya producido o servir como

llamador de emergencia a la CRA si se produce alguna circunstancia que no se

haya podido prever en el diseño del sistema.

En algunos casos no conviene que los intrusos sepan que su presencia ha sido

detectada, pero en la mayoría de ellos ocurre lo contrario. Se conecta por ello

a la CR una sirena exterior que servirá no solo para ahuyentar a los asaltantes,

sino también para poner en conocimiento de quien pueda estar cerca que

algo está ocurriendo en el lugar. Por supuesto, la activación de la sirena

también se señaliza a la CRA.


CRA. Central Receptora de Alarmas.- Si la CR es el cerebro del sistema local,

la CRA es el cerebro de una multitud de sistemas de alarma (SA) a ella

conectadas ya que puede gestionar un número variable de ellas. Esto exige la

presencia de seres humanos que dotados de un conjunto de medios técnicos

sean los que tomen las decisiones últimas sobre la reacción al suceso que se

haya producido.

Una vez más, ciñéndonos al caso de los sistemas anti robo o anti intrusión,

esta central remota dispone de canales de comunicación y los

correspondientes auriculares, micrófonos y marcadores que la enlazan con

cada central repetidora así como un conjunto de equipos informáticos que

alojan las bases de datos de las áreas protegidas: localización geográfica,

nombres, números de teléfono y direcciones de los titulares, códigos de

acceso e identificación de estos y la información relevante sobre los centros

de emergencia más cercano a los que poder alertar.

Estos ordenadores mantendrán también el registro histórico de cuantas

llamadas o alertas se reciban, así como la respuesta que se dio a cada una.

También servirán para almacenar los resultados de las pruebas periódicas que

se ejecuten sobre los canales de comunicación para verificar su disponibilidad.

Disponen también las CRA de enlaces de radio con sus propios vehículos

patrulla, caso de ser necesaria su intervención para confirmar una alarma o

para colaborar con las fuerzas de seguridad. Por último, si se encuentra

dotada de tecnología moderna, dispondrá de pantallas en las que ver las

imágenes que se transmitan desde los CR así como el audio correspondiente a

los detectores de sonido instalados.


Si la CR debe trabajar las 24 horas

de cada día, otro tanto ocurre con

la CRA. Igualmente debe disponer

de alimentación eléctrica

redundante y duplicidad de

enlaces exteriores

El tamaño de estas instalaciones

es muy variable en dependencia

de la sofisticación de sus medios

técnicos y de la cantidad de CR a atender. Así podemos encontrarnos, como

en la foto 35, una CRA sencilla, atendida por dos operadores sin posibilidad de

recibir imágenes de los CR en

la que los ordenadores solo

sirven para la gestión

automática de las llamadas

telefónicas, de los chequeos

automáticos, del histórico de

alarmas y como alojamiento

de las bases de datos.

En la foto 36 podemos ver una CR más sofisticada, con mayor riqueza de

equipos y de personal de atención. Los ordenadores y sus pantallas realizan

casi todas las funciones automáticamente dejando a los supervisores la tarea

de decidir a la vista de los datos que se les presentan.

Enlace CR – CRA.-Como se pudo ver en el Gráfico 7, los sensores de la CR se

conectan a esta mediante cableado convencional protegido ya que su

proximidad es alta. No ocurre así con la CRA que puede estar ubicada lejos de

la zona a proteger. Se recurre entonces, por un lado, a la red telefónica

conmutada (telefonía fija), por otro, a los enlaces de radio frecuencia

(generalmente en VHF o bien utilizando tecnologías de telefonía móvil) y, ya

más recientemente, a los enlaces que proporciona Internet.

Foto 36

Foto 35


Dado lo crítico que para el funcionamiento del conjunto resulta este enlace,

se recurre siempre, al menos, a la duplicidad de enlace, utilizando cable por

un lado y radio por el otro.

Este enlace es uno de los puntos más débiles desde el punto de vista del

intruso. Bastaría con sabotearlo para que la CRA no supiera que en la CR está

ocurriendo algo. Solo quedaría la actuación local de la sirena de alarma, pero

como hemos visto, no siempre se instala, y aún instalada puede ser también

saboteada o su sonido no llamar la atención de nadie que tome acciones

adecuadas.

Por todo lo expuesto, resulta preceptivo que todos los enlaces CR-CRA, sean

del tipo que sean, cable o radio, estén permanentemente supervisados desde

la CRA. Es tan sencillo como que a cada lapso de tiempo determinado la CRA

envíe un mensaje de interrogación de estado a la CR para que esta responda.

Caso de no producirse la respuesta es obvio que el enlace debe ser revisado

inmediatamente, casi como aviso de que una intrusión se ha producido o está

en camino de producirse.

Medidas anti sabotaje.- No solo el enlace CR-CRA puede ser víctima de daños

intencionados. Cualquier elemento integrante del SA es susceptible de

ataque. Una instalación adecuada minimizará este peligro.

Protección de la CR.- Esta unidad, como ya se ha dicho, es el verdadero

cerebro del SA. Destruida o dañada esta, no se enviará alarma alguna a la CRA

ni podrá sonar la sirena local. Con una protección razonable en su caja o

envoltura, debe ser instalada, si no es posible en un lugar inaccesible, de

forma que se vea protegida por el mayor número posible de sensores y que

los intrusos no puedan llegar a ella sin haber empleado un tiempo largo,

suficiente para que la alarma, deseablemente producida, haya causado los

efectos debidos en la CRA.


El teclado de control, ya que desde él se puede desactivar el trabajo del SA,

debe ser fijado en otra zona lo más alejada posible de la CR y con el paso que

lleve a su acceso también protegido por el mayor número posible de sensores.

Cableado sensores a CR.- Obviamente, si el intruso consigue cortar el cable

que une un detector de

rotura de cristal con la CR,

entrar por esa ventana no

podrá ser detectado. El

cableado que une cada

sensor con la CR debe ser

adecuadamente protegido

bien por cableado

empotrado, bien por forros

protectores para los cables.

En la foto 37 puede verse la

protección que se ha dado al

cable de un sensor que no

pudo ser empotrado en la

pared.

Las modernas CR pueden

detectar que un cable determinado ha sido cortado o se ha roto midiendo la

cantidad de corriente que el sensor consume en estado de reposo. Si hay una

alteración de esta cantidad de corriente (si el cable se corta, la corriente

dejará de fluir) se considera una intrusión y se levanta la alarma

correspondiente.

Sin embargo, los intrusos pueden llegar, no a cortar el cable, sino a colocar en

paralelo con el sensor original otro inerte de forma que la CR no pueda

detectar el cambio de corriente. Si bien estas maniobras ni están al alcance de

Foto 37 Protección del cableado


cualquiera ni hay garantía de que la CR no detecte el cambio, los cables

protegidos mejoran sin duda la seguridad del conjunto del SA.

Protección de sensores.- Estos elementos se encuentran casi siempre a la

vista. Los métodos para protegerlos son diversos: las cámaras pueden ser

protegidas por sensores PIR y viceversa; los sensores de apertura, o bien

colocándolos empotrados en la puerta o ventana, o bien colocándolos dobles,

en ambos lados de la puerta. En general deben colocarse lo menos accesibles

y lo más disimulados en el mobiliario que se pueda, aunque esto, dado que

muchos de ellos presentan un piloto luminoso que se activa al ser chequeado

por la CR con la intención de informar a los posibles intrusos de que los

sensores están activos, no siempre es factible.

Protección de la sirena.- La sirena de alarma,

colocada generalmente en el exterior, va alojada

en una caja que la protege de la intemperie a la

vez que de agresiones, obviamente, de hasta

cierto nivel. En la foto 38 puede verse una sirena

para exterior que va dotada además de una luz

ámbar de emergencia.

La mejor protección es, además de evitar su

localización en el exterior, colocarla en un lugar

de difícil acceso, ya que las agresiones más

frecuentes son su destrucción por impacto, cortar los cables que la unen a la

CR o rellenar la caja que la protege con espuma de poliuretano o material

semejante para que se atenúe considerablemente su sonido.

Protección de la alimentación.- Como se ha dicho, no es imposible que la

alimentación de la red falle o que incluso los agresores la desconecten

accediendo a una caja general, exterior o interior, de conexión. Se hace

Foto 38


preceptivo que todas las CR se vean dotadas de una batería recargable que

sirva como alimentación de respaldo.

De este modo para hacer fallar al SA no solo habría que desconectar la

alimentación de la red sino también la batería. Esta suele montarse dentro de

la caja de la CR o al lado de esta en otra caja protegida que evite, o al menos

dificulte, su desconexión.

En cualquier caso, la CR dispone de un circuito que verifica periódicamente el

nivel de la tensión de alimentación que recibe, tanto de la red como de la

batería. Si la tensión de la red fallara, con la energía de la batería manda una

alarma a la CRA. Si la tensión de la batería, por descarga o por final de su vida

útil, bajara de cierto nivel, se informaría a la CRA para que el servicio de

mantenimiento procediera a su cambio.

Si la batería fuera desconectada o retirada por agresores a la vez que la

tensión de red, solamente los chequeos periódicos que la CRA pide a la CR

podrían detectar esta situación. Por ello los chequeos deben realizarse con el

menor intervalo posible.

Protección de los enlaces CR-CRA.- Para aumentar la fiabilidad de los enlaces

se usan estos duplicados combinando la comunicación vía telefónica con la vía

radio, ya sea esta convencional VHF o telefonía móvil GSM.

En cuanto al enlace telefónico, es el cable en sí mismo el punto más débil. Si

los agresores localizan la entrada de los cables al edificio o el cajetín exterior

de conexión no les resultará difícil cortar este enlace. Por desgracia, la

responsabilidad de la obra exterior corresponde a las empresas de telefonía

que suelen realizar las instalaciones según sus propios estándares. Es solo en

el interior del edificio donde la empresa de seguridad puede tomar acciones,

pero el punto débil seguirá estando en el exterior.


En cuanto al enlace radio, su punto débil es la antena. Basta dañarla o

simplemente desconectarla para que todo el enlace quede interrumpido.

Debe instalarse el equipo de radio en lugar de difícil acceso y, deseablemente,

protegido por algún sensor o sensores de los instalados en la zona. La antena

depende de su cable al equipo transmisor para trabajar, por lo que montarla

en el tejado del edificio no impediría el sabotaje si no se ha protegido

debidamente el cable que la une a su equipo.

Interrumpir la alimentación de la red o de la batería detendrá al equipo de

radio pero no lo hará con el enlace telefónico ya que la alimentación de este

proviene de la central telefónica primaria.

Protocolo de actuación.

La INT 316/2011, BOE 42 de 18 de Febrero de 2011 establece en su artículo 2

los grados de seguridad de los sistemas de alarma basándose en la Norma

UNE-EN 50131 considerando cuatro niveles o grados:

Grado 1, o de bajo riesgo, para sistemas de alarma dotados de señalización

acústica, que no se vayan a conectar a una central de alarmas o a un

centro de control.

Grado 2, de riesgo bajo a medio, dedicado a viviendas y pequeños

establecimientos, comercios e industrias en general, que pretendan

conectarse a una central de alarmas o, en su caso, a un centro de control.

Grado 3, de riesgo medio/alto, destinado a establecimientos obligados a

disponer de medidas de seguridad, así como otras instalaciones

comerciales o industriales a las que por su actividad u otras circunstancias

se les exija disponer de conexión a central de alarmas o, en su caso, a un

centro de control.

Grado 4, considerado de alto riesgo, reservado a las denominadas

infraestructuras críticas, instalaciones militares, establecimientos que

almacenen material explosivo reglamentado, y empresas de seguridad de

depósito de efectivo, valores, metales preciosos, materias peligrosas o

explosivos, requeridas, o no, de conexión con central de alarmas o, en su

caso, a centros de control.


La Legislación española prohíbe expresamente que las CR se conecten

directamente con dependencias de las fuerzas de seguridad y sean estas

quienes atiendan las alarmas o falsas alarmas que se produzcan. Es obligado

que la CR esté conectada a una CRA atendida por una empresa de Seguridad

Privada debidamente homologada y autorizada por el Ministerio del Interior,

debiendo figurar esta con un número identificativo en el Registro que este

Ministerio mantiene.

La antes mencionada INT 316/2011 en su Capítulo II (Verificación de Alarmas)

con referencias a los Artículos 48, 49, 51 y 81 del Reglamento de Seguridad

Privada (según RD 2364/1994 luego modificado por Ley 5/2014) así como la

INT314/2011 de la misma fecha y BOE, en su Artículo 25 y con referencia a los

Artículos 14.4 y 49 del Reglamento de Seguridad Privada establece cual debe

ser el protocolo de actuación ante una alarma según el Grado de Seguridad (1

a 4) del Sistema de Alarma en cuestión.

En el caso de un Sistema de Alarma catalogable como de Grado 2, el

procedimiento a seguir sería el siguiente, de un modo resumido:

En general, una vez detectada una alarma se debe proceder a verificar su

validez por medios técnicos y/o humanos informando posteriormente a los

servicios policiales caso de ser la alarma real. Tanto si la alarma se da por falsa

como por verificada se deben recoger las acciones tomadas en el

correspondiente Libro Registro

A. Comprobación por medios técnicos:

1. Verificación secuencial: han de activarse de forma sucesiva tres o más

sensores diferentes en menos de treinta minutos. La activación de dos

sensores se considerará falsa alarma a no ser que se produzca una

tercera señal, o alarma de corte de línea o de sabotaje dentro de los 30

minutos señalados.


2. Verificación mediante video o audio. No aplica en este caso dado que

los elementos correspondientes del sistema de alarma instalado no

podían trasmitir ni información de audio ni de video.

3. Verificación complementaria. No puede sustituir la verificación técnica

o humana, solo complementarla: cuando se considere conveniente o

necesario la CRA podrá contactar con usuarios debidamente

identificados mediante contraseña para confirmar la situación del lugar

bajo alarma. Esta conversación podrá dar la alerta por terminada o bien

exigir la continuidad de la comprobación.

Si se contactara con un teléfono fijo en el lugar de la alarma y quien

atendiera la llamada no fuera capaz de facilitar la contraseña la alarma

se considerará la alarma confirmada debiendo proceder a avisar a los

servicios policiales.

B. Comprobación por medios humanos:

1. Cuando SI se haya verificado la realidad de la alarma por medios

técnicos la central, evidentemente, informará a las fuerzas policiales.

Adicionalmente se podrá desplazar al lugar de la alarma, como único

servicio permitido por la Ley, al servicio de custodia de llaves para que

con ellas facilite a los Agentes el acceso.

2. Cuando NO se haya podido verificar la realidad de la alarma por medios

técnicos se podrá desplazar al lugar un equipo humano para realizar las

comprobaciones oportunas tanto en el interior (acudiendo al menos

dos vigilantes debidamente uniformados en vehículo rotulado como de

seguridad) como en el exterior del inmueble en cuestión (podrá atender

entonces el servicio un solo vigilante en las mismas condiciones

antedichas).


Los vigilantes dispondrán de un sistema de comunicación permanente

con la Central Receptora de Alarmas. Del resultado de estas

comprobaciones se avisará a los servicios policiales o se concluirá que

se trababa de una falsa alarma.

C. Alarmas en sistemas con canal de comunicación redundante

Se dará por confirmada una alarma por medios técnicos cuando habiendo

doble canal de comunicación:

Se reciba alarma de un sensor y falle uno de los canales de comunicación

Falle uno de los canales y se reciba alarma de un sensor por el otro canal

Fallen ambos canales de comunicación

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