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Catástrofes convergentes en Lambayeque prehispánico Por: Ysaac Galán Salazar * Para prevenir y no lamentar Las manifestaciones de las últimas anomalías de la naturaleza que han causado estragos en diversas partes del país han evidenciado una vez más la falta de una “cultura de prevención” entre los peruanos. Situación que esta ligada a una débil memoria histórica que no permite generar las previsiones del caso ante eventos naturales que se repiten constantemente y que en el Perú se vienen generando desde tiempos milenarios. Para el caso de Lambayeque son diversos los estudios geoarqueológicos, paleoambientales, estratigráficos e históricos que indican que este territorio desde tiempos prehispánicos no solamente soportó las inclemencias del fenómeno de El Niño o ENOS (siglas científicas en español de El Niño Oscilación del Sur), sino que también el poblador de estas tierras experimentó e hizo frente a tsunamis, sequías, terremotos, invasión de dunas, etc. como lo demuestran las huellas dejadas en los edificaciones de tres de sus principales culturas matrices como son Cupisnique, Mochica y Lambayeque o Sicán. “Catástrofes convergentes” en la historia de Lambayeque prehispánico Una situación que hay que subrayar y que en la actualidad debe ser tomada en cuenta al momento de generar políticas de prevención es la recurrencia de varios fenómenos naturales en un lapso de tiempo determinado, es * Reproducido con permiso del autor Docente de la Universidad Señor de Sipán y del CEAP “PRG”. FACHSE-UNPRG. Artículo publicado en el Suplemento Dominical de La Industria 25/05/08 decir después (o casi al mismo tiempo) de un terremoto se ha verificado la presencia de un tsunami, como ocurrió el año pasado en el terremoto “anunciado” que asoló Pisco y que este año se ha manifestado con leves movimientos sísmicos y lluvias torrenciales que han convergido. Además, estas circunstancias medioambientales no son de ahora, sin embargo pasan desapercibidas por la gran mayoría de la población. En este contexto, investigaciones especializadas han detectado que desde tiempos prehispánicos los fenómenos de “El Niño” venían acompañados de largas sequías que en mucho de los casos, a decir del historiador Lorenzo Huertas (1982), sus efectos eran más dramáticos en la vida de los hombre que las lluvias torrencial. A estos fenómenos concurrentes Moseley (1997, p. 5) los llamó “catástrofes convergentes”, es decir, cuando “los desastres andinos ocurrían al mismo tiempo o en cercana sucesión uno del otro”. Por su parte, Huertas los denominó “lapso crítico” (1992, p. 361). Asimismo, Moseley manifiesta que estas catástrofes pueden conducir a “la caída del régimen político imperante, propician cambios ideológicos, económicos y de patrones de asentamiento, a la vez que afectan la salud de las poblaciones” (op. cit., p. 4). Peter Kaulicke (1993, p. 284) indica que “tales fenómenos deben haber causado impactos profundos en las tempranas sociedades costeñas obligándolas a eficientes y rápidas respuestas de adaptación. Estas respuestas dependen de una serie de factores que últimamente llevan a dos consecuencias observables en los registros arqueológicos: a) Permanencia en el lugar por haber encontrado mecanismos de contrarrestar la catástrofe y b) Desplazamiento y abandono del lugar con posible reocupación posterior por las mismas sociedades o por otras”. En este panorama, sin caer en un determinismo geográfico, se puede manifestar que en la costa norte estos desastres naturales ocasionados por “catástrofes convergentes” o “lapsos críticos” fuertemente unidos a factores (internos y externo) de tipo social, económico, ideológico y cultural influyeron en el colapso de las

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Page 1: Desastres Naturales y Lambayeque Prehispánico

Catástrofes convergentes en Lambayeque prehispánico

Por: Ysaac Galán Salazar*

Para prevenir y no lamentar Las manifestaciones de las últimas anomalías de la naturaleza que

han causado estragos en diversas partes del país han evidenciado una vez más la falta de una “cultura de prevención” entre los peruanos. Situación que esta ligada a una débil memoria histórica que no permite generar las previsiones del caso ante eventos naturales que se repiten constantemente y que en el Perú se vienen generando desde tiempos milenarios.

Para el caso de Lambayeque son diversos los estudios geoarqueológicos, paleoambientales, estratigráficos e históricos que indican que este territorio desde tiempos prehispánicos no solamente soportó las inclemencias del fenómeno de El Niño o ENOS (siglas científicas en español de El Niño Oscilación del Sur), sino que también el poblador de estas tierras experimentó e hizo frente a tsunamis, sequías, terremotos, invasión de dunas, etc. como lo demuestran las huellas dejadas en los edificaciones de tres de sus principales culturas matrices como son Cupisnique, Mochica y Lambayeque o Sicán.

“Catástrofes convergentes” en la historia de Lambayeque prehispánico

Una situación que hay que subrayar y que en la actualidad debe ser tomada en cuenta al momento de generar políticas de prevención es la recurrencia de varios fenómenos naturales en un lapso de tiempo determinado, es decir después (o casi al mismo tiempo) de un terremoto se ha verificado la presencia de un tsunami, como ocurrió el año pasado en el terremoto “anunciado” que asoló Pisco y que este año se ha manifestado con leves movimientos sísmicos y lluvias torrenciales que han convergido. Además, estas circunstancias medioambientales no son de ahora, sin embargo pasan desapercibidas por la gran mayoría de la población.

En este contexto, investigaciones especializadas han detectado que desde tiempos prehispánicos los fenómenos de “El Niño” venían acompañados de largas sequías que en mucho de los casos, a decir del historiador Lorenzo Huertas (1982), sus efectos eran más dramáticos en la vida de los hombre que las lluvias torrencial.

A estos fenómenos concurrentes Moseley (1997, p. 5) los llamó “catástrofes convergentes”, es decir, cuando “los desastres andinos

* Reproducido con permiso del autor Docente de la Universidad Señor de Sipán y del CEAP “PRG”. FACHSE-UNPRG. Artículo publicado en el Suplemento Dominical de La Industria 25/05/08

ocurrían al mismo tiempo o en cercana sucesión uno del otro”. Por su parte, Huertas los denominó “lapso crítico” (1992, p. 361).

Asimismo, Moseley manifiesta que estas catástrofes pueden conducir a “la caída del régimen político imperante, propician cambios ideológicos, económicos y de patrones de asentamiento, a la vez que afectan la salud de las poblaciones” (op. cit., p. 4).

Peter Kaulicke (1993, p. 284) indica que “tales fenómenos deben haber causado impactos profundos en las tempranas sociedades costeñas obligándolas a eficientes y rápidas respuestas de adaptación. Estas respuestas dependen de una serie de factores que últimamente llevan a dos consecuencias observables en los registros arqueológicos: a) Permanencia en el lugar por haber encontrado mecanismos de contrarrestar la catástrofe y b) Desplazamiento y abandono del lugar con posible reocupación posterior por las mismas sociedades o por otras”.

En este panorama, sin caer en un determinismo geográfico, se puede manifestar que en la costa norte estos desastres naturales ocasionados por “catástrofes convergentes” o “lapsos críticos” fuertemente unidos a factores (internos y externo) de tipo social, económico, ideológico y cultural influyeron en el colapso de las principales culturales prehispánicas que se desarrollaron en esta parte del territorio peruano.

A continuación, basados en los resultados de las investigaciones paleoambientales y arqueológicas describiremos sucintamente tres etapas dentro de la historia milenaria de la costa norte donde se han registrado desastres naturales generados por “catástrofes convergentes”. Situación que hay que volver a remarcar pues varias veces sólo se presenta al ENOS como el principal factor que azota a las sociedades norcosteñas. Asimismo, a nivel educativo esta realidad no es tratada cabalmente, se manifiesta esto porque es en la escuela un escenario donde se deber formar una cultura de prevención.

La presencia de El Niño, un tsunami y el éxodo de los cupisniques

En tiempos del Formativo andino, los estudios arqueológicos y el análisis de fauna ictiológica realizada por Julio C. Tello, Rebeca Carrión, Robert Felman, Junios Bird, Carlos Elera y los arqueólogos del proyecto Kuntur Wasi han identificado la convergencia de fenómeno naturales que ocasionaron que Chavín y Cupisnique colapsaran (no desaparecieran) y emigraran a distintas zonas; pues los embates de la naturaleza destruyeron la infraestructura agrícola, arrasaron y cubrieron con barro a gran parte de la comunidad.

Los arqueólogos de Kuntur Wasi descubrieron que la cerámica, las esculturas de piedra y los objetos de oro muestran mucha similitud con la cultura Cupisnique, es decir, el inicio de la fase Kuntur Wasi correspondería casi al final de la cultura Cupisnique. Por lo tanto, se ha deducido que el carácter intruso de la presencia Cupisnique en tierras

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serranas de Kuntur Wasi, se debería al traslado colectivo de un gran grupo humano perteneciente a esta cultura costeña. Al parecer “esta situación grave” (entre los 700 y 500 a.C.) fue motivada por la convergencia de El Niño y un tsunami según postula también el arqueólogo Carlos Elera (1992).

Meganiño y catástrofes convergente en tiempos de los moches

En la segunda mitad del siglo VI y a inicios del VII se ha identificado la concurrencia de cuatro calamidades de la naturaleza que azotaron la costa norte y que influyeron en el colapso de sociedades andinas. Veamos brevemente cada una de ellas: (a) Sequía: Según Moseley (op. cit., p. 10) “una severa y prolongada sequía, parece haber tenido amplias repercusiones políticas y sociales. La sequía comenzó abruptamente en el año 563 d.C. y se prolongó hasta el 594 d.C.”, (b) Invasión de dunas: el mismo autor también indica que está comprobado que muchos pueblos de la costa norte del Perú durante la última mitad del siglo VI e inicios del VII, sufrieron una masiva invasión de dunas de arena. Uno de los pueblos que experimentó el desastre fue los moches que: “A finales del siglo VI, una enorme incursión de arena inundó el lado sur del valle (…) cubrió las tierras agrícolas y enterró la capital del Estado Moche que, por entonces, dominaba toda la costa norte. La sede del gobierno, así como varios asentamientos satélites, fueron abandonados” (Ibíd., p. 10). (c)

Terremotos y (d) Fenómenos de El Niño: “es posible que durante la sequía hayan ocurrido terremotos y desastres ENSO, (siglas en inglés de El Niño Southern Oscilation) y que este complejo de desastres naturales precipitara transformaciones geopolíticas. La sequía decenal habría sido el componente crítico de este síndrome. De modo similar a una enfermedad crónica, la disminución de lluvias y de precipitación fluvial deprimieron la capacidad de respuesta cultural al estrés producido por los sismos, eventos ENSO e invasiones de dunas. Esto permitió que las nuevas adversidades precipitaran el colapso político y la reconfiguración social” (Ibíd., p. 11); como la experimentó la sociedad mochica.

Catástrofe en la última fase de la cultura Lambayeque o Sicán

Otro caso de desastres convergentes experimentado por el poblador prehispánico lambayecano ocurrió aproximadamente entre los 1000 d.C. y los 1500. Situación que fue registrada también en el mito de Naymlap y que ha sido corroborada en cierta medida por la arqueología. Según el mito durante el tiempo de Fempellec y debido a su osadía de querer cambiar el ídolo puesto por Naymlap en Huaca Chotuna originó que lloviera “treinta días á los quales subcedio un año de mucha esterilidad, y hambre” atrevimiento que “enfureció” a los dioses andinos y que le costó la vida al intrépido. Shimada (1995, p.

175) indica que existe evidencia en Chotuna de “una gran inundación alrededor de 1100 d.c.”

También las investigaciones arqueológicas han evidenciado una severa escasez de lluvias que causó que los sistemas de riego perdieran productividad y se atrofiaran. Esta larga sequía duró “treinta años” y “comenzó alrededor de 1020 d.C.” (Ibíd., p. 174).

Por este período también se ha registrado la presencia de un gran incendio en templos de Sicán que posiblemente fue provocado por pobladores al no encontrar respuestas a la terrible sequía que se venía generando. Después de esta aridez los efectos del ENOS y las lluvias que provoca destruyeron los canales de irrigación y la ciudad capital (Batan Grande) “cerca de los 1050-1100 d.C.” (Shimada, 2000, p. 17). Aumentaron las pérdidas las dunas

que invadieron tierras costeras; después de estas calamidades y unidos a factores socioculturales y políticos los lambayeques fueron “dominados” por los Chimú.

Hacia una cultura de prevención En este contexto donde las investigaciones especializadas han

evidenciado que los fenómenos naturales han acompañado al hombre lambayecano desde tiempos ancestrales es preciso preguntarnos ¿por qué en pleno siglo XXI aún no hemos aprendido a preverlos? además, si se ha señalado que la ocurrencia de estos fenómenos en la actualidad serán mucho más frecuentes y que el territorio costeño se muestra como el más vulnerable del Perú ¿qué se está haciendo en Lambayeque para generar una cultura de prevención entre su población?

Creemos que una de las formas de generar una cultura de prevención es la reflexión histórica sin ignorar la dinámica y características del geosistema peruano y de manera particular el norcosteño. Y un espacio propicio para esta colosal tarea, como hemos indicado anteriormente, es la escuela que debe abordar la historia y geografía local desde nuevas perspectivas, principalmente interdisciplinaria, pues como vemos la historia de este territorio es sumamente compleja y está ligada a la dinámica de un sustrato natural que desde tiempos milenarios demandó retos para el poblador que la habitaba. No olvidemos que el Perú está ubicado en una de las zonas geológicas más complejas y dinámicas del planeta como es la línea que forma el “Cinturón de Fuego del Pacífico” donde se generan más del 85% de los movimientos sísmicos del planeta, además las costas peruanas colindan con un mar de complejas corrientes marinas que son parte de un océano que en realidad no tiene nada de “pacífico”, pues en su territorio se engendran complejos fenómenos océano-atmosféricos. Por lo tanto se debe desechar enfoques lineales para estudiar el proceso histórico cultural del Perú y de la región Lambayeque.

En este panorama el “enfoque geohistórico” se muestra como uno de los más pertinentes pues promueve la interdisciplinaridad de las ciencias sociales, sin olvidar los aportes de las ciencias naturales como la ecología y las emergentes geoarqueología y paleociencia, que

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surgen para comprender, por un lado, el accionar de los grupos humanos a través del tiempo y, por otro, la influencia que ejerce el medio ambiente en las culturas que generó y genera el hombre.

Esta situación descrita líneas arriba se debe tener en cuenta al momento de implementar la propuesta curricular y didáctica en el Proyecto Educativo Regional en el Área de Ciencias Social, pues su propuesta pedagógica debe contribuir a desarrollar en los estudiantes capacidades y actitudes que ayuden a resolver problemas del contexto territorial local, regional, nacional e internacional. Además, debe fortalecer la identidad cultural e interculturalidad desde un conocimiento objetivo de la diversidad cultural y complejidad natural que presenta el territorio peruano.

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