desarrollo humano chile 2004 pnud
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DESARROLLO HUMANO EN CHILE
El poder: para qu y para quin?
2004
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
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DESARROLLO HUMANO EN CHILE 2004
Inscripcin N 143.956
ISBN: 956-279-003-7
Edicin de textos
Marisol Garca
Diseo de portada y diagramacin
Pilar Alcano y Alejandra Peralta (TILT Diseo)
Editores otogrfcos
lvaro Hoppe y Lis Weinstein
Fotograas
lvaro Hoppe: pgs. 37, 41, 50, 53, 60, 62, 64, 77, 80, 83, 94, 109, 110, 141, 147,
151, 154, 165, 169, 172, 178, 183, 184, 202, 215, 218, 226, 231, 233, 234, 248,
263 y 267
Lis Weinstein: pgs. 31, 34, 44, 55, 59, 61, 69, 86, 89, 93, 97, 100, 105, 116, 119,
124, 127, 130, 135, 144, 161, 189, 194, 199, 237, 240, 245, 251, 252 y 258
Archivo Nacional: pgs. 72 y 75
Archivo Diario La Nacin: pg. 6
Foto portada
Fernando Cientes Soro
El espritu yahoo, 2000, leo sobre tela
Impresin
Ograma
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Avenida Dag Hammarskjld 3241, Vitacra
e-mail: [email protected]
www.pnd.cl
www.desarrollohmano.cl
Santiago de Chile, diciembre 2004
Los contenidos de este Inorme peden ser reprodcidos en calqier medio,
citando la ente.
Impreso en Chile
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PRESENTACIN
Los pases irmantes de la Declaracin del
Milenio de Naciones Unidas se comprometieron
a alcanzar los ocho Objetivos de Desarrollo del
Milenio mediante la toma de nuevas medidas,
aunando esuerzos en la lucha contra la pobreza,el analabetismo, el hambre, la alta de educacin,
la desigualdad de genero, la mortalidad inantil
y materna, la enermedad y la degradacin del
medio ambiente. Los Objetivos de Desarrollo del
Milenio constituyen una prueba de la voluntad
poltica de todos los gestores del desarrollo para
establecer asociaciones ms slidas dentro de
las sociedades. Los pases toman, entonces, la
responsabilidad de emprender reormas polticas
y ortalecer la gobernabilidad para liberar la energacreativa de sus pueblos que acilite el alcanzar estos
objetivos.
Es dentro del marco de la Declaracin del Mi-
lenio, asumido como compromiso por Chile, que
el Programa de las Naciones Unidas para el De-
sarrollo tiene la satisaccin de presentar el quinto
Inorme sobre Desarrollo Humano en Chile: El
poder, para quin y para qu?
Chile vive hoy un momento de grandes opor-
tunidades. Existe optimismo sobre la capacidad de
generar oportunidades para ser ms y mejores
como sociedad. Sin embargo, las oportunidades
objetivas y las percepciones subjetivas sobre la posi-
bilidad de todos para ejercitar poder, pareceran no
converger ni espontnea ni automticamente. Para
reducir la brecha entre la realidad y la percepcin
del poder ejercido por todos, se requieren decisio-
nes polticas y nuevas competencias al alcance de
todos los ciudadanos. Parecera entonces, que las
capacidades provienen, directa o indirectamente,de cmo se organiza y distribuye el poder dentro
de una sociedad.
Este Inorme es una invitacin a conversar sobre
el poder en Chile, poner el tema sobre la mesa es
el primer paso para hacerse cargo de l. El Inorme
sita las particularidades histricas del poder, con-
rontndolo con las exigencias del momento y las
demandas de la ciudadana, y plantea alternativas
a su organizacin para asegurar la satisaccin
de participacin de una base ms amplia de la
ciudadana.
Los historiadores y lsoos del mundo Egeo
introdujeron, dentro de un amplio vocabulario
poltico nuevo, el concepto de democracia. Esta
constelacin de nuevos conceptos permiti el
desarrollo del anlisis poltico que, cruzando los
siglos tiene validez en el mundo contemporneo.
La democracia ue concebida por una civilizacin
de ciudad-estados y por lo tanto, con institucio-
nes polticas de muy diversa y variada ndole. Esta
geograa democrtica, permiti desarrollar una altaaceptacin de la diversidad institucional y debatir
los meritos relativos de una clase de organizacin
del poder rente a otra. As es que las democracias
uertes desarrollan instituciones lexibles que
permiten responder al debate y a los cambios
continuos en la distribucin del poder dentro de
una sociedad. Bajo las normas y reglas de juego
democrticas se crea y distribuye el poder, posibili-
tando que la ciudadana incida tanto en los asuntos
que les incumben a todos, como en el desarrollo
de los proyectos individuales de vida.
Democracia y Desarrollo Humano son esencial-
mente complementarios como marco normativo de
la convivencia social. Para el Desarrollo Humano,
el poder democrtico es, el ejercicio, la ampliacin
de los derechos ciudadanos, y la potenciacin de las
capacidades individuales y sociales, reconociendo la
diversidad de sujetos dentro de la sociedad.
Este Inorme ha sido elaborado con datos que
en su mayora, ueron producidos especialmentepara este estudio. A ellos se les suma inormacin
proveniente de uentes pblicas y privadas.
Deseo agradecer el trabajo y la pasin puestos
por todos los involucrados en la realizacin de este
Inorme; especialmente, el equipo de Desarrollo
Humano del PNUD. El Inorme de Desarrollo
Humano de Naciones Unidas para el Desarrollo
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en Chile ha alcanzado un importante grado de
impacto y reconocimiento, tanto nacional como
internacionalmente, lo cual es motivo de gran or-
gullo para nuestra institucin. Como es costumbre,
el equipo de investigadores responsable de preparar
este Inorme ha gozado de plena independencia.
Por lo mismo, el Inorme no necesariamenterefeja las posiciones del PNUD ni de su Junta
Directiva
Sabemos hoy que la democracia se ortalece
cuando la distribucin de riqueza y oportunidades
tiende a ser igualitaria. El subttulo de este libro,
El poder, para quin y para qu?, representa la
invitacin, que el equipo que tiene a su cargo la
elaboracin del Inorme de Desarrollo Humano
extiende, para iniciar un intercambio de ideas so-bre los criterios que acilitan la aceleracin de los
procesos ya en marcha de cambio cultural y social,
necesarios para asegurar un desarrollo sustentable
de largo plazo en Chile.
Irene Philippi
Representante Residente PNUD Chile
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EQUIPO DEL PNUD ENCARGADO DE LA PREPARACIN DELINFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO EN CHILE 2004
Egenio Ortega R.
Coordinador Responsable
Pedro Gell V.
Coordinador Ejectivo
Soledad Godoy M.
Secretaria Ejectiva
Norbert Lechner
Rodrigo Mrqez A.
Carolina Moreno B.
Cristbal Rovira K.
Daniela Trcco H.Gonzalo Rivas G.
CONSULTORES INSTITUCIONALES
ESCUELA DE SOCIOLOGA UNIVERSIDAD DE CHILE
(Manel Canales - Marcelo Astorga - Jan Jimnez - Raimndo Frei)
FEEDBACK COMUNICACIONES
(Jan Pardo - Jlio Ramrez)
STATCOM ESTADSTICOS
(Palina Valenzela - Viery Morales - Francisco Gonzlez)
UNIVERSIDAD ADOLFO IBAEZ
(Christian Johnson)
CONSULTORES
Jorge MoralesRodrigo Asn
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Dedicamos este Inorme 2004 a nestro qerido amigo Norbert, celebrando la
presencia cotidiana de s recerdo en nestras vidas.
Equipo de Desarrollo Humano
CONTRA LA NATURALIZACIN DE LO SOCIAL,EL DESEO DE SER SUjETO
En la cotidianeidad, la globalizacin de las leyes del mer-
cado toma la apariencia de n orden natral, sstrado a la
volntad poltica. La natralizacin del sistema no eclye
los cambios, por el contrario. Tiene lgar n acelerado
proceso de transormaciones, pero s rmbo y ritmo no
dependeran de decisiones polticas. No habra alternativas
posibles porqe lo posible estara restringido a las opciones
espontneas qe abre la marcha del proceso. En na especie
de seleccin darwinista, sobrevivira qien mejor se adapta
a las oportnidades y los riesgos del sistema.
A la natralizacin de la realidad social se opone el deseo
de las personas de ser sjeto. Ser sjeto implica, por n
lado, adqirir la capacidad de moldear las condiciones de
vida. Canto ms avanza el proceso de individalizacin, ms
chilenos bscan decidir en libertad qines qieren ser y q
qieren hacer. Dicha atodeterminacin de s mismo no es
n acto aislado. La atonoma del individo depende del rango
de opciones y de los recrsos qe ponga a s disposicin la
sociedad. La sbjetivacin individal y la sbjetivacin social
van de la mano. Pes bien, la sociedad ampla la libertad in-
dividal y colectiva cando se enrenta a la natralizacin de
los diversos sistemas y reivindica el poder de reglar s
ncionamiento.
La natralizacin es na epropiacin. Sstrayendo la
lgica del sistema a la discsin, ella tiende a eclir la
sbjetividad social. Por otro lado, empero, los individos no
llegan a ser sjetos sin incorporar la eperiencia sbjetiva,
ss temores y esperanzas, a la convivencia social. Cnto nos
cesta, sin embargo, conversar las emociones y los aectos.
Ms an, nestras maneras de vivir jntos parecen carecer
de signicacin. Y el discrso poltico contribye al silencio
cando renncia a mediar entre las lgicas ncionales delos sistemas y la sbjetividad de las personas, y cando no
alcanza a generar aqel sentido comn qe permita com-
partir las vivencias personales. Estas seran dos tareas de n
proyecto qe se entiende como la apropiacin cidadana de
los cambios en marcha.
Norbert LechnerContri buciones al IDH 2004
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AGRADECIMIENTOS
Schaulsohn, Gral. Juan Carlos Salgado, Kathleen
Barclay, Luis Ortiz Quiroga, Manuel Inostroza,
Marcelo Trucco, Marco Antonio Gonzlez,
Marcos Lima, Mara Elena Wood, Mara Eugenia
Weinstein, Maribel Vidal, Mario Fernndez, MarioMarcel, Mauricio Homan, Mercedes Ducci,
Miguel Schweitzer, Oscar Landerretche, Pablo
Egenau, Pamela Pereira, Pedro Sainz, Ren Jor,
Ricardo Caponi, Ricardo French-Davis, Ricardo
Nez, Ricardo Solari, Roberto Angelini, Roberto
Mndez, Rodrigo Aguirre, Rodrigo Hinzpeter,
Sergio Campos, Solange Bernstein y Tatiana
Mora.
Extendemos los agradecimientos a todos
quienes nos entregaron aportes valiosos desde susdierentes especialidades, a Jos Joaqun Brnner,
de la Universidad Adolo Ibez; lvaro Rojas,
rector de la Universidad de Talca; y Vernica
Gubbins, Andrea Bagnara y Javier Corvaln, de la
Universidad Alberto Hurtado. Por su aporte a la
realizacin de monograas, agradecemos a Jaime
Ruiz-Tagle, Gonzalo Falabella, Miguel Laborde,
Alredo Jocelyn-Holt, Soa Correa y Carlos Pea.
Por la entrega de inormacin sustantiva para la
proundizacin de temas especcos, reconocemosel aporte de Ximena Aguilera y Claudia Gonzlez,
del Departamento de Epidemiologa del Ministerio
de Salud; Isabel Mrquez y Eduardo Fajnzylberg,
de la Superintendencia de AFP; Macarena Carvallo,
subsecretaria de Previsin Social, y con ella tambin
a Daniela Flores; a Emilia Delgada Agero, direc-
tora interina de la Escuela de Cultura y Diusin
Artstica de La Unin; a Francisca Silva, de la
Universidad Catlica; a Clarisa Hardy y Dariela
Sharim; a Patsil Toledo, de Corporacin La Mo-
rada; y a Jess Inostroza, del diario La Nacin.
Por su generoso aporte para la construccin del
piso de oportunidades, agradecemos, a Pabla Hoer
(Subtel), Marcela Munita (AC Nielsen), Marcela
Ureta (MOPTT), Marcia Espoz (Fonasa), y Pablo
Marshall y Susana Mena (Superintendencia de
AFP).
El equipo de Desarrollo Humano del PNUD en
Chile agradece la colaboracin de todas aquellas
personas e instituciones cuyos valiosos aportes
contribuyeron a la realizacin de este Inorme, y
a quienes les expresamos nuestro reconocimiento
a continuacin.
Queremos agradecer al ministro Secretario
General de la Presidencia, seor Eduardo
Dockendor; as como a sus antecesores, Francisco
Huenchumilla y Mario Fernndez, por su irrestric-
to apoyo a las investigaciones que sirvieron de base
para este Inorme. Tambin expresamos nuestra
gratitud al ministro de Educacin, seor Sergio
Bitar. Del mismo modo, a la seora ministra Yasna
Provoste y a Claudio Santibez, de MIDEPLAN,
por acilitarnos el acceso a los datos de la encuesta
CASEN 2003.
Una mencin especial merece la importante
colaboracin de scar Muoz y Germn Correa,
tanto en la discusin de contenidos como en el
aporte de ideas. El Inorme ue construyndose
con el valioso apoyo de personas que colaboraron
como consultores en distintas etapas, incluyendo
a Rossana Castiglioni, Iara Rivera, Loreto de la
Fuente y Andrea Canales.
Reconocemos asimismo a todas las personas
que participaron en las mesas de conversacin,
sus comentarios, opiniones y experiencias ueron
de gran inters. A Alejandro Foxley, Andras Utho,
Andrs Acua, Andrs Allamand, Andrs Solimano,
Anbal Vivaceta, Anita Holuigue, Benito Baranda,
Bernardo Matte, Carlos Ominami, Carolina
Toh, Cecilia Montero, Cristin Boll, Cristin
Precht, Cristina Bitar, Daro Rodrguez, Edgardo
Beninger, Eduardo Carmine, Emiliano Ortega,
Enrique Correa, Enrique Silva Cimma, Eugenio
Guzmn, Eugenio Tironi, Felipe Bulnes, Fernando
Montes, Germn Acevedo, Gonzalo de la Maza,
Guillermo Carey, Guillermo Larran, Gustavo
Rojas, Hernn Larran, Hugo Martnez, Jaime De
Aguirre, Jaime Gazmuri, Jaime Ruiz-Tagle, Jorge
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De gran valor ue la contribucin en temas de
elite y opinin pblica realizada desde Alemania
por el profesor Dr. Wilhelm Brklin (Universitt
Potsdam), la Dra. Viktoria Kaina (Universitt
Potsdam), Horst Weinen (Zentralarchiv fr
empirische Sozialforschung Kln), Dr. Gregor
Walter (Hertie School of Governance Berlin),Andreas Wimmel (Universitt Bremen) y Tanjev
Schulz (Sddeutsche Zeitung). Nuestra gratitud,
tambin, a Alejandra Hinojosa y Luis Breull
(TVN), Luca Santa Cruz y Hctor Martinovic
(Universidad Adolfo Ibez), Claudio Sapelli
(Pontificia Universidad Catlica de Chile),
Rodrigo Bao y Javier Nez (Universidad de
Chile).
Fue tambin valiosa la colaboracin de todos
quienes aportaron antecedentes en torno a lasociedad civil; entre ellos, Gonzalo de la Maza
(FUNASUPO), Marisa Weinstein (Fundacin
Avina); Consuelo Chadwick, Carolina Larran,
Beltrn Undurraga y Daniel Salinas (Ponticia
Universidad Catlica de Chile); Alberto Undurraga,
Rodrigo Araya y Alejandra Arratia (SERNAC),
Isabel Brain (Un Techo Para Chile); Paulina
Villagrn y Juan Carlos Eichholz (Fundacin Chile
Unido), Fuad Chain (Divisin de Organizaciones
Sociales del Ministerio Secretara General de
Gobierno), Roberto Peralta y Eva Moreno.
Extendemos un agradecimiento especial a
Carolina Toh y scar Godoy que generosa-
mente nos entregaron sus comentarios a los textos
preparatorios.
Toms Andreu colabor con la bsqueda de la
pintura para la portada de este Inorme, y Fer-
nando Ciuentes Soro es el autor de la pinturaque ilustra la portada. Nuestros agradecimientos
tambin a ellos.
Diversas personalidades de la vida nacional,
ciudadanos y ciudadanas aceptaron colaborar
annimamente, entregndonos su opinin en
distintas instancias de investigacin (entrevistas,
grupos de discusin, encuestas de elite y de opinin
pblica, video y estudios de casos), todas las cuales
signicaron un gran aporte.
Finalmente, deseamos extender esta gratitud a
los colegas y uncionarios de la ocina del PNUD
en Chile (Representante Residente, ociales de
programas, administrativos, secretarias y personal
de servicios), sin los cuales esta publicacin no
hubiese sido posible. En especial agradecemos a
Mara Luisa Sierra: su permanente colaboracin,
apoyo y proesionalismo result vital para este tra-
bajo. Por su permanente cario y apoyo durante el
tiempo dedicado a la elaboracin de este Inorme,
agradecemos proundamente a nuestras amilias.
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NDICE
SINOPSIS 15
PARTE 1EL NuEVO PISO DE CHILE 31
Captlo 1Un nuevo piso de opor tunidades 34
- Chile es ms: neva base material de la vida cotidiana- Edcacin, la viga maestra- Chile es distinto: ampliacin y so de las libertades- La sociedad chilena: nevas ormas de epresin, menos temor al conficto
Captlo 2La oportunidad de Chile: aport e normat ivo y metodolgico del Desarrollo Humano 44
- Mirada sobre las oportnidades creadas: Q nos dice la Encesta PNuD 2004?
Captlo 3Desafos de la oportunidad de Chile 50
- Mejorar la distribcin de las actales capacidades- Nevas oportnidades reqieren de nevas capacidades
PARTE 2EL PODER IMPORTA, HABLEMOS
DEL PODER 59Captlo 1Naturaleza humana y social del poder 64
- El poder srge de las relaciones hmanas- Dimensiones del poder- Dinmicas del poder
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Captlo 2Algunos rasgos histricos del poder en Chile 72
Captlo 3Nuevas rest ricciones y oportunidades para la const ruccin y ejercicio del poder 80
- Cambio cltral: individalizacin y menor temor al conficto- Atonomizacin de los sistemas y natralizacin de lo social- La globalizacin
Captlo 4El poder en los Informes de Desarrollo Humano 86
- Desarrollo Hmano como incremento del poder personal- El poder de la sociedad como condicin para el Desarrollo Hmano- Desarrollo Hmano en el mndo global: lmites y desaos del poder
PARTE 3LOS IMAGINARIOS DE NuESTROSPODERES E IMPOTENCIAS 93
Captlo 1El sent ido de los imaginarios del poder 94
- Cmo se habla sobre el poder en Chile?
Captlo 2Imgenes del poder 100
- El poder como volntad de ser: el proyecto- Ser y hacer para otros: n entorno de dominacin- Cambio en la matriz atoritaria
Captlo 3Relaciones de poder entre hombres y mujeres 110
- Algnas conclsiones sobre las imgenes del poder
Captlo 4Imgenes del poder en la encuesta 116
- El poder es n obstclo qe prodce rabia- El poder es orden y proteccin contra el abso- El poder es n medio de accin
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Captlo 5Conclusin: Asintona entre poder personal y organizacin social 124
PARTE 4EL PODER E INSTITuCIONES PARAEL DESARROLLO HuMANO 127
Captlo 1Creacin y dist ribucin de poder en la accin estatal: la reforma educacional 130
- El piso de oportnidades y los nevos desaos- Reormas del sistema y constitcin de actores- Actores del sistema edcacional
Captlo 2Contexto inst it ucional y el poder de emprender 144
- una mirada al emprendimiento- Marco institcional- El poder en torno al emprendimiento- Fortalecer el emprendimiento
Captlo 3
Proteccin social y poder en Chile 154- Proteccin social en pocas de alto riesgo- Institcionalidad y poder- El poder de la inormacin- Proteccin social en sald- Sistema de pensiones
PARTE 5LA ELITE CHILENA Y LA DIFCILCONDuCCIN DEL DESARROLLO 169
Captlo 1Por qu estudiar a la elite? 172
- La nocin de elite- Cmo se estdi a la elite
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Captlo 2La elite chilena de nuest ros das 178
- Caractersticas bsicas- Formacin y reprodccin de la elite- Distincin e igaldad en la elite chilena
Captlo 3Cmo piensa la elite chilena 184
- Cntas elites ideolgicas eisten?
Captlo 4Mapa subjetivo del poder en Chile: el poder segn los poderosos 194
- Sociograma del poder: el entramado de la elite
Captlo 5
La difcil conduccin del desarrollo 202- Perplejidad y natralizacin de lo social- La volntad desaada: Entre el deber, el qerer y el poder- Oportna asencia de la sociedad- Desaos para condcir el tro del Desarrollo Hmano
PARTE 6PODER COLECTIVO:LA SOCIEDAD CIVIL, DNDE EST? 215
Captlo 1El Desarrollo Humano requiere una sociedad civi l poderosa 218
- Q se entiende por sociedad civil?- Accin para crear sociedad civil- Cl es el sentido de la participacin?
Captlo 2Nuevas est rategias para un nuevo escenario 226
- un Techo para Chile: potenciar sjetos- SIDARTE: alianzas y liderazgo- MOVILH: alianza meditica- Chile unido: pblicidad de valores- Consmidores: organizaciones sin piso
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Captlo 3Instit uciones para empoderar a la sociedad civil 234
Captlo 4Sociedad civil para equilibrar el poder 240
PARTE 7PODER DEMOCRTICO YDESARROLLO HuMANO 245
Captlo 1Democracia, Desarrollo Humano y representacin 248
Captlo 2Desafos de la democracia chilena 252
Captlo 3Los medios y su mediacin de la polt ica 258
EPLOGO 266
APNDICECHILE: EVOLuCIN DEL NDICE DEDESARROLLO HuMANO ENTRE 1990 Y 2003 269
ANExOS 274
BIBLIOGRAFA 315
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SINOPSISPARA APROVECHAR LAS OPORTuNIDADES DE CHILE:MS PODER PARA TODOS
El quinto Inorme sobre Desarrollo Humano en Chile tiene un mensaje nico y claro: hoy las per-
sonas tienen ganas de ser ms y mejores, y para ello quieren ser protagonistas de los
proyectos personales y colectivos en los que se involucran no meros espectadores o
benefciarios. El pas ha creado un piso de oportunidades que hace posible esos proyectos. Y la gente
lo percibe, crendose un ambiente de mayor optimismo. Se mantienen, sin embargo, ciertos obstculos
que podran dicultar el aprovechamiento del momento de oportunidades. Los dos elementos co-
munes de esas difcultades son la insufciente disposicin de poder social y una desigual
distribucin del poder de accin personal.Aunque lo anterior est cambiando, sobre todo por
eecto de las transormaciones culturales e institucionales, se requiere de una intervencin ms decidida
de parte de toda la sociedad, especialmente a travs de los mecanismos democrticos. El Desarrollo
Humano exige ms poder para cada uno y para la sociedad en su conjunto.
uNA INVITACIN A CONVERSAR SOBRE EL PODER
Este Inorme es una invitacin a conversar sobre el poder. Poner el tema sobre la mesa es el primer
paso para hacerse cargo de l, situar sus particularidades histricas, conrontarlo con las exigencias del
momento y las demandas de la ciudadana, y pensar maneras alternativas y ms adecuadas de organizarlo.
Pero no cualquier orma de debate en torno al poder sirve a los objetivos del Desarrollo Humano.
Desde la ptica de este Inorme, el poder no es una lucha de suma cero, en la que unos ganan lo que
inevitablemente otros pierden. El poder puede aumentar para todos, y por eso puede hablarse de ltambin segn una lgica de cooperacin. Las relaciones de poder no son siempre la expresin de un
acto conspirativo.
Histricamente en Chile hablar sobre el poder ha producido temor; unas veces, por un miedo ancestral
al desborde que puede resultar de la crtica al orden establecido, y otras, por temor a perder la estabilidad
institucional de la que se ha beneciado el pas. Pero los eventos del ltimo tiempo han desmentido ambos
argumentos. Chile est preparado para hablar del poder, sin miedo ni rencor. Necesita hacerlo.
POR Qu DISCuTIR HOY SOBRE EL PODER?
Chile tiene hoy una gran oportunidad para crecer en Desarrollo Humano. Para aprovecharla se necesita
que todos los habitantes del pas dispongan de las capacidades requeridas para actuar en este nuevoentorno, pero tambin que aumente la capacidad de actuar colectivamente. Chile requiere hoy de ms
poder personal y colectivo para seguir avanzando.
El Inorme muestra que sta es una aspiracin ampliamente diundida. Las personas tienen ganas de ser
ms, y de participar de un pas que tambin lo sea. Quieren apoyo para sus iniciativas, y no gurar como
invitados a una esta organizada por otros. Quieren aliados para sus gestas, no beneactores. Quieren
participar de la construccin, no ser espectadores de las decisiones que otros tomen. Sin embargo, las
personas tambin sienten que el entorno y el tipo de relaciones que establecen entre ellas algunas veces
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inhiben esa posibilidad. De ah que los estudios que apoyan el Inorme hablen de una extendida conciencia
de la necesidad de un cambio tanto en las relaciones como en la cultura del poder en Chile.
En la organizacin de su contenido, el Inorme sobre Desarrollo Humano en Chile 2004 plantea
la necesidad de debatir sobre el poder, sugiere una perspectiva para hacerlo y elabora un diagnstico
sobre sus dinmicas. Para ello se concentra en la observacin de las dimensiones subjetivas y culturales
asociadas a la experiencia e imaginario del poder, y a sus consecuencias para las capacidades de accin
personales y sociales. Enseguida, se concentra en las caractersticas del entorno de la organizacin delpoder, especialmente de los actores institucionales, las dinmicas de conduccin social y la existencia de
la sociedad civil. Termina plantendose los desaos que lo anterior le presenta a la democracia chilena,
como mecanismo llamado a potenciar y organizar el poder social.
CHILE: uN MOMENTO DE OPORTuNIDADES
Chile tiene hoy un nuevo piso de oportunidades: dispone de ms recursos materiales, ha incrementado
su nivel educacional, se est insertando exitosamente en la sociedad global, cuenta con instituciones
slidas y vive en un ambiente de mayor libertad y democracia. Entre todos los chilenos se ha construido
una nueva plataorma para impulsar el desarrollo, y ellos as lo perciben.
Han tenido, usted y su familia la posibilidad Ms Menos Iguales
de acceder o aprovechar las oportunidades para oportunidades oportunidades oportunidades NS/NR
Estudiar 73 11 16 0
Teneraccesoabienesmateriales 63 11 25 1
Opinarovivircomounoquiera 57 16 26 1
Armarunnegociooempresapropia 54 18 26 2
Tenerunamejoratencindesalud 42 27 31 0
Teneraccesoalajusticia 36 29 33 2
Tenerunmejortrabajo 36 34 30 0
Tenerunamejorjubilacin 28 37 31 4
Generacin de oportunidades en Chile (porcentaje)
Fuente: EncuestaNacionalPNUD,2004.
Mspoderosoqueantes 60
Igualdepoderosoqueantes 27
Menospoderosoqueantes 10
NS-NR 3
Si usted mira a Chile en relacin al resto de los pases del mundo, usted dira que actualmentees? (porcentaje)
Fuente: EncuestaNacionalPNUD,2004.
Chile es hoy distinto, pero aprovechar este piso no es un acto automtico. Para usar las nuevas opor-
tunidades se requiere de las correspondientes nuevas capacidades personales y sociales. Las oportunidades
son un desao que exige accin. As la contracara de la promesa de un uturo esplendor puede ser la
amenaza del desarrollo rustrado.
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En ese camino de desarrollo, actan como pesados lastres las grandes brechas que an caracterizan
la distribucin de recursos y derechos en nuestra sociedad. El desequilibrio de poder que esto genera
aecta la capacidad de muchas personas para aprovechar las oportunidades y levanta barreras a la capa-
cidad de accin conjunta. Las insuciencias del poder personal y social son la mayor amenaza para esta
oportunidad indita de desarrollo.
Existen otras amenazas menos perceptibles, pero que pueden actuar como obstculos signicativos
ante los retos venideros. Por un lado, la obvia deensa del statu quo de parte de quienes no quieren cederpoder, o que lo ven como un juego confictivo de suma cero. Esta actitud deensiva debilita la fexibili-
dad requerida para cooperar e innovar. Por otra parte, est tambin el temor a entregar ms poder a las
personas especialmente, a las mujeres y a las organizaciones. Hay quienes desconan de la capacidad
de la poblacin para tomar decisiones. Otros son reticentes, producto del miedo a las consecuencias de la
accin colectiva. Es el temor al desborde, heredado de los traumas de nuestra historia reciente. El riesgo
es que una excesiva valoracin del orden acabe por apagar la creatividad.
Aunque estos son temores presentes en Chile, parecen estar perdiendo terreno ante los cambios cul-
turales experimentados en el ltimo tiempo. La Encuesta del PNUD da cuenta de que hoy existe una
mayor aceptacin del conficto que la que haba hace slo tres aos. Los problemas se discuten ms
abiertamente, de cara a la gente, y es cada vez ms dicil que existan instituciones intocables o temastab. En ese sentido, podra decirse que emerge una sociedad ms madura, con personas ms exigentes
y conscientes de sus derechos, que tienen ms ganas y demandan ms poder. Este incipiente cambio
cultural es tambin parte del nuevo piso de oportunidades y desaos con que hoy cuenta el pas.
2001 2004
Dejarquesemuestrenlosconfictosparaqueaparezcanlosproblemas 28 42
Tratardeevitarlosconfictosparaque
lascosasnopasenamayores 70 56
NS-NR 2 2
Opinin sobre qu hacer ante los confictos (porcentaje)
Fuente: Encuestasnacionales,PNUD,2001y2004.
Fuente: Elaboracinpropia.
AUTODETER-MINACIN
SOCIAL DELPODER
SOBERANAPERSONAL REAL
IMAGINARIOSOCIAL DELEJERCICIODEL PODER
ESTRUCTURASASIMTRICASDEL PODER
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PODER EN LA SuBJETIVIDAD DE LOS CHILENOS
Las representaciones de las personas acerca de su poder personal y el de la sociedad, y de la orma en que
ste se encuentra distribuido, tienen consecuencias directas sobre las capacidades de accin individuales y
colectivas. Hay imaginarios que denen identidades pasivas y subordinadas, y otros que avorecen posturas
proactivas y autnomas. Unos le dan un valor positivo a la accion colectiva, y otros la consideran una
amenaza. Las deniciones culturales del poder son parte del poder mismo.
Las imgenes del poder son tan diversas como diversas son en cada sociedad las imgenes que de s
mismas y del mundo tienen las personas. En este Inorme se presentan los resultados de la caracterizacin
de los imaginarios predominantes y su eecto sobre la capacidad de accin. Para ello, se realizaron dos
series de grupos de discusin, aplicndose adems un conjunto de preguntas relativas a este tpico en la
Encuesta Nacional de Opinin Publica.
La conversacin de los chilenos sobre el poder instala en su centro las ganas que tienen las personas por
disponer de capacidades para realizar sus proyectos. Las conversaciones refejan que del poder se habla
desde la perspectiva de creciente individualizacin de segmentos importantes de la sociedad. En primer
lugar, el poder aparece como un medio de realizacin personal.
Desde ah se describe como algo que ayuda u obstaculiza. Entonces aparece el poder social con todo su
peso: se trata de un entorno cultural e institucional que condiciona las posibilidades de accin. Comienza
a instalarse en Chile una conversacin crtica sobre el poder.
A veces, uno tiene mucho nimo de hacer sus proyectos; pero a veces, la misma
sociedad lo para
Siempre hay, perdn: siempre est la piedra de tope
(Grupo mixto, GSE medio)
Se percibe la organizacin del poder social como dominada por una matriz de autoritarismo y sumisin,
la cual produce un orden asimtrico de dignidades. Por lo mismo, muchos la viven como abuso y hu-
millacin.
En todas partes lo pasan a llevar a uno. Uno va a una ofcina, y la persona te
mira como vai vesto, primero; y ni te atiende. Eso a m me ha pasado.
(Grupo mixto, GSE bao)
Tambin algunos de quienes cumplen un papel de conduccin o poseen posiciones de privilegio
resienten los eectos distorsionadores de esta matriz, en cuanto impedira desarrollar ormas ms modernas
y ecientes de gestin social.
Desde esta perspectiva, surge de las conversaciones una idea comn, que en sus trazosgruesos no se ve aectada por las dierencias sociales. Se trata de la percepcin de que
las ormas tradicionales de defnir el signifcado, la distribucin y el uso del poder a nivel
social constituyen un obstculo para realizar el proyecto personal y colectivo de ser ms
y mejores.
Esta matriz motiva en muchos un intento por compensar el abuso y la humillacin mediante el ejercicio
de desquites y resentimientos, lo cual no hace ms que reorzar esa misma matriz y sus eectos.
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Hay una manera, una rebelda, que es, por decirlo, muy maldita; o una marginalidad
que traspasa todas las clases sociales, y que es como una orma de resistencia al concepto
de orden y de obediencia.
Es como la tpica rebelda del chileno: como por debajo, subterrnea.
Se transorma en esa cosa medio pasiva-agresiva Claro, el chaqueteo: sa es la orma
de expresin de la rabia chilena.
(Grupo mixto, GSE C2-C3)
Pero las conversaciones tambin son enticas para sealar que esta matriz de autoritarismo y sumisin
est cambiando. Hoy se instalan relaciones ms horizontales, especialmente en los mbitos de la amilia,
el consumo y el trabajo. El cambio no alcanza todava a los otros mbitos de la vida social.
Una transormacin importante se percibe en el acceso de las mujeres al poder. Ellas reconocen y valoran
este hecho, y desarrollan una concepcin sobre las ventajas del ejercicio emenino del poder. Las mujeres
habran aprendido en su experiencia maternal y domstica cmo conducir a otros mediante el convencimiento
y la seduccin, excluyendo la lgica del sometimiento. Adems, tendran una capacidad innata para conocer
las necesidades de los dems, lo cual les permite ejercer un poder suave, especialmente eectivo en los tipos
de gestin y conduccin requeridos en las nuevas empresas. Los hombres, por su parte, resienten el accesode las mujeres al poder, pero no logran elaborar un discurso propio sobre su situacin.
Estos imaginarios tienen un eecto sobre la capacidad real de las personas y su actitud en las relaciones
sociales. El anlisis multivariado de la encuesta arroj la presencia de tres grupos generales de imaginarios
del poder, los cuales tienen a su vez dierentes consecuencias sobre la accin de las personas.
Imaginarios del poder
Obstculoque produce
rabia12%
1ORDEN
YPROTECC
IN
43%
Manten-cin
del orden17%
Fuentede abuso
26%
2 3
MED
IODE
ACCIN
PERSONAL
45%
Fuerzaparasurgir23%
Seguridadde los
mejores22%
4 5
La principal dierencia entre estos grupos es el tipo de uncin que cada uno le asigna al poder, as como
la denicin del principio que organiza el mundo social y la posicin que los encuestados se asignan en l.
Un primer grupo se dene dentro de un mundo de poder externo al que se subordina, del cual demanda
orden y proteccin. Un segundo grupo se considera como uera de ese mundo, al cual rechaza; y exige
ms libertad y lmites para las relaciones de poder. Finalmente, el tercer grupo se percibe a s mismo como
un actor que en gran medida dene la orma del mundo en que vive, y que usa el poder proactivamente
para sus nes. Sus miembros exigen ms capacidades y libertades personales.
Fuente: ElaboradosobrelabasedeEncuestaNacionalPNUD,2004.
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ROL DE LAS INSTITuCIONES EN LA DISTRIBuCINDEL PODER
El poder se realiza siempre dentro del marco de las instituciones. La sociedad necesita garantizar una
mnima coordinacin de las acciones, y sta es ms cil si esas relaciones se institucionalizan y crean un
espacio relativamente predecible de reglas del juego. La institucionalizacin crea realidades y capacidades
de accin; refeja el poder de la sociedad y, al mismo tiempo, crea y distribuye poder entre quienes actan
dentro de sus marcos. Los marcos institucionales, empoderan o desempoderan a los actores para que
stos realicen sus proyectos?
Se utiliza esta perspectiva en el Inorme para analizar tres campos de accin: la educacin, el empren-
dimiento y la proteccin social. Los anlisis no pretenden ser exhaustivos, sino extraer lecciones sobre el
papel que las instituciones sociales desempean dentro del marco de relaciones concretas de poder, particu-
larmente al momento de plantearse transormaciones sociales cuyo norte sea la ampliacin del Desarrollo
Humano. Los casos ilustran la relevancia que tiene considerar cuidadosamente las implicaciones de los
diseos institucionales, pues tienden a no advertirse sus eectos muchas veces, no intencionados sobre
las capacidades, los intereses y las relaciones de los actores que dan vida a los sistemas.
As, el estudio de los desaos de la Reorma Educacional pone de maniesto que, cuando se est en
presencia de actores diversos y con intereses contradictorios, slo se obtendrn resultados si los diseos
institucionales contemplan mecanismos eectivos de coordinacin. El anlisis sobre el emprendimiento en
Chile sirve para ilustrar la relevancia del marco institucional en la denicin de las capacidades relativas
de accin en las que se desenvuelven los distintos actores. Finalmente, el estudio del sistema de proteccin
social subraya la capacidad de las instituciones para crear y ortalecer actores, los cuales luego adquieren
vida propia, escapando muchas veces a los designios de quienes han denido sus unciones.
EL PODER DE CONDuCIR EL DESARROLLODesde la ptica del Desarrollo Humano, para potenciar la autodeterminacin colectiva de la sociedad se re-
quiere de elites poderosas, permeables a la sociedad y conscientes de su accionar y de su responsabilidad.
Esta parte del Inorme se construye sobre la base de dos ejercicios empricos: una aproximacin cuali-
tativa, a partir de dos series de mesas de conversacin, y una aproximacin cuantitativa, sobre la base de
una encuesta a una muestra de la elite chilena.
Los antecedentes muestran que la elite no es un grupo homogneo en trminos valricos, y que
tampoco todos sus miembros comparten la misma mirada sobre los desaos para el desarrollo del pas.
El anlisis de los datos de la Encuesta permiti reconocer cuatro grupos en la elite chilena, los cualespueden ordenarse segn su mayor o menor valoracin de una democracia ms abierta y la necesidad de
un proyecto colectivo para Chile.
Los resultados de la Encuesta mostraron una valoracin importante de la democracia por parte de la
elite. Sin embargo, esta valoracin se contradice con la presencia de un discurso que marca la inerioridad
del otro no elite. En la incapacidad de ese otro se encuentra la justicacin del rol de conduccin
ejercido por unos pocos. De esta orma, la uncin tutora de la elite se legitimara por su superioridad
rente a un demosque carece de capacidades y cultura para el autogobierno. Por eso, esta gura suele
explicarse a travs de metoras vinculadas a lo amiliar.
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hay momentos en los cuales el padre de amilia tiene que dar rdenes () Yo creoque nosotros estamos demasiado nuevos (), todava estamos chiquitos, y la ase inicial
es la alta de educacin. Creo que necesitamos mucha educacin antes de empezar a
soltar riendas, porque si no se desboca.
(Hombre de elite, mbito poder econmico, sector asesores estratgicos)
Es por medio de este razonamiento que se construye un autoritarismo elitario. La distincin entre
mayores y menores de edad abre las puertas para que los primeros ejerzan una rrea lnea de mando
sobre los segundos.
porque a los cabros chicos hay que tratarlos en fla, no ms.
(Hombre de elite, mbito poder econmico, sector asesores estratgicos)
Quines son considerados los ms poderosos dentro de la elite chilena? Promediados los resultados de
la Encuesta, ue posible construir un Podermetro que muestra que los medios de comunicacin son,
a juicio de los poderosos, los ms poderosos de todos los miembros de la elite, medidos segn el grado
de infuencia que hoy tienen en Chile. En el mismo grupo, y con calicaciones promedio sobre el valor
8, se ubican los ministerios del rea econmica, y en tercer lugar los grandes grupos econmicos.
En qu se unda la calicacin obtenida por los medios de comunicacin? Segn los datos disponibles,
esta atribucin de poder parece estar basada en la creciente capacidad de los medios de comunicacin
especialmente, la televisin para poner en un pie orzado a la elite, y presionarla para que su actuar
sea ms transparente.
Si bien la elite tiene plena conciencia del cambio social, no puede explicar claramente sus causas.
Las imgenes evocadas apuntan ms bien a una concatenacin de hechos no intencionados. Dicho de
otro modo, pareciera que la elite no tiene claridad respecto a las uerzas motoras de la sociedad actual,
lo que redunda en cierta perplejidad rente a la evolucin de la sociedad y a su propia uncin en ella.
Asimismo, al momento de desarrollar una argumentacin sobre el cambio social la elite tiende a recurrir
a una ilustracin naturalizada de los sucesos.
Fuente: ElaboradosobrelabasedeEncuestaElitePNUD,2004.
Futuro del rol de conduccin (porcentaje)
Proyectocolectivo
Proyectoindividual
Democracia ms abierta
Democracia ms cerrada
23
Liberalesprogresistas
Progresistasperplejos
17
Conservadores
34
26
Liberalesglobalizados
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Bajo Medio Alto
Elitechilena 4 31 65
Elitealemana 35 30 35
Nivel socioeconmico del padre (porcentaje)
Fuente:EncuestaElitePNUD,2004yPotsdamerElitestudie,1995.
En segundo lugar, la elite chilena debe enrentar su ambivalencia sobre la necesidad de construir y
conducir un proyecto colectivo para Chile. Como se mostr en esta parte del Inorme, esta denicin
que, desde el punto de vista normativo del Desarrollo Humano, es parte de la responsabilidad de toda
elite no est hoy sucientemente consolidada en el imaginario de este grupo social en Chile.
Qu rase lo representa mejor respecto del uturo?
LomsimportanteesqueChiletengaunproyectocomnalquenossumemostodos 50
LomsimportanteesqueenChilecadaunotengalacapacidadderealizarsuspropiosproyectos 45
NS-NR 5
Demanda por conduccin y proyecto-pas (porcentaje)
Fuente: EncuestaElitePNUD,2004.
Este enmeno se expresa en una complicacin de parte de las elites rente al tema del poder, la cual
puede ormularse de la siguiente manera: quienes declaran querer potenciar un proyecto colectivo dicen
no tener el poder suciente; mientras que quienes sienten que tienen poder, tienden a apostar a los
resultados de las iniciativas individuales.
EL PODER DE LA SOCIEDAD CIVIL, DNDE EST?
La sociedad civil, aquella orma organizada de participacin y deliberacin sobre temas de inters pblico
que busca promover y deender los derechos de los ciudadanos, representa un actor clave en las dinmicas
del poder social. Ella canaliza y agrega los intereses dispersos en la vida cotidiana, desarrolla la conciencia
de los derechos, orma un momento clave en la representacin de las demandas ciudadanas, genera control
sobre las instituciones y autoridades, y constituye una uerza decisoria para el xito de los proyectos sociales
y la vitalidad de la democracia. Sin sociedad civil, no hay poder social que resulte efcaz.
En el mapa actual del poder en Chile no se observan, en el mbito de lo social, actores uertes, capaces
de desaar y equilibrar las otras uerzas en juego; es decir, no habra una sociedad civil poderosa. Ello, apesar de que existen ms de ochenta mil organizaciones (PNUD, 2000), y que actualmente el 55 % las
personas declaran participar y tener una disposicin avorable a la accin organizada.
Sin embargo, las personas no consideran que deender sus derechos, individual o colectivamente, sea
una alternativa eciente de accin ante una situacin que se considera injusta. Es ms, el 63% de los
encuestados est de acuerdo con que el problema en Chile es que las personas no son
capaces de exigir ellas mismas sus derechos (Encuesta Nacional PNUD, 2004).
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El anlisis de la Encuesta permite establecer el sentido que la participacin tiene para las personas, y
buscar el por qu de este dcit. Segn su orientacin a la participacin existen tres grupos: a) partici-
pacin como deensa de derechos; b) participacin comunitaria-solidaria; c) marginados.
Participar en organizaciones, entonces, no implica necesariamente que se valore la accin
colectiva como una orma de deender derechos. De hecho, el grupo orientado a la participacin
comunitaria-solidaria el ms grande tiene la tasa ms alta de participacin en organizaciones, y sin
embargo, exhibe al mismo tiempo una de las ms bajas disposiciones a actuar para proteger sus derechosy exigirles cuentas a los dirigentes.
A partir del anlisis, se estableci que la disposicin a participar en la deensa de derechos est asociada
a la percepcin de que se dispone de un mayor poder personal. Por el contrario, los marginados de la
participacin se ven a s mismos como carentes de capacidades personales de accin.
Defensa de derechos Comunitaria-solidaria Marginados
50
40
30
10
0
20
60
31
17
52
4441
15 15
53
32
Bajo Medio Alto
Fuente:ElaboradosobrelabasedeEncuestaNacionalPNUD,2004.
ndice de poder subjetivo y sentido de la participacin (porcentaje)
Individuos desempoderados en sus vidas personales tendern a concebir las relaciones sociales como algo
inmodicable, o al menos no modicables por ellos. Este hallazgo implica reconocer que las difcultades
para construir accin colectiva estn directamente relacionadas con la experiencia co-
tidiana de disponer de capacidades de accin, y con la percepcin de que a partir de ellas
puede incidirse sobre el ordenamiento de la sociedad.
Pero en las dicultades de la sociedad civil no todo es disposicin subjetiva. Los nuevos tipos de
participacin que congregan y tienen cierta infuencia social muestran que parte de las condiciones de
xito radica tambin en las lgicas de accin de las organizaciones, en el modo de relacionarse con la
sociedad y en las instituciones mediante las cuales sta avorece su accin. En eecto, la accin orientada
a la deensa de derechos no es algo que se genere espontneamente. Se requieren ormas de organizar las
estructuras que otorguen poder a las personas y ortalezcan a las organizaciones. Adems, es necesario que
las organizaciones mismas modernicen sus estructuras y estrategias de accin. Entre las nuevas capacidades
que las organizaciones debiesen desplegar pueden sealarse: relacin con los medios de comunicacin,
adhesin ms fexible de sus miembros, especializacin de los objetivos de la organizacin en torno a
tareas con resultados tangibles, liderazgos carismticos, y relacin fuida con el sector privado.
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EL PODER DE LA DEMOCRACIA
El gran desao planteado en este Inorme es la creacin de poder social. Sin autodeterminacin social,
las capacidades personales no dispondrn de un ambiente ecundo para desplegarse. La democracia es el
mecanismo privilegiado que, normativa y prcticamente, las sociedades han desarrollado para acrecentar
su poder de autodeterminacin.
No hay duda de que la actual democracia chilena muestra ciertas alencias, derivadas de sus ormas
institucionales, la cultura cvica del pas y las prcticas de poder de las elites. Pero, siendo justos, las ormas
clsicas de democracia se ven tambin desaadas en otras latitudes. Por lo mismo, sin dejar de reconocer
la necesidad de superar problemas de vieja data que son propios del ordenamiento poltico de Chile, hay
que asumir tambin los nuevos desaos que enrenta la democracia en el mundo entero.
Estos desaos surgen en temas tan relevantes y complejos como el vnculo de los partidos polticos
con la ciudadana, el ejercicio de la uncin parlamentaria, la centralizacin de las decisiones pblicas o,
incluso, la valoracin y respaldo ciudadano a la democracia como la mejor orma posible de gobierno.
En todos estos mbitos se detectan problemas no resueltos que contribuyen a ampliar la brecha entre
sociedad y poltica, la cual se expresa nalmente como un dcit creciente de representacin.
LA REPRESENTACIN A TRAVS DE LOS MEDIOS DE COMuNICACIN
Cualquiera sea la orma que adopte la superacin de los problemas de representacin, lo cierto es
que los medios de comunicacin de masas tendrn un papel central en su modelacin. Los mensajes
y conversaciones que ellos producen tienden a denir el espacio de la actividad poltica y la opinin
pblica, as como a imponer las agendas de lo que es y no es importante. Ms relevante an es que esa
mediatizacin de la poltica crea nuevos tipos de poltico, de ciudadano y de vnculos entre quienes
delegan el poder y quienes lo ejercen.
Casi tres de cada cuatro personas piensan que los medios de comunicacin han cambiado en el ltimo
tiempo. De entre ellos, la mayora cree que ste ha sido un cambio para mejor.
En el ltimo tiempo en Chile, los medios de comunicacin (TV, radios, prensa), en general:(porcentaje)
Hancambiadoparamejor 42
Hancambiadoparapeor 28
Nohancambiadomucho 29
NS-NR 1
Fuente: EncuestaNacionalPNUD,2004.
Las percepciones anteriores se relacionan con un hecho objetivo: los medios han desplazado sus pree-
rencias en trminos de qu tipo de pblico les resulta relevante. Ya no es la deensa de las instituciones y sus
representantes, sino la canalizacin de la crtica ciudadana lo que parece orientar su pauta noticiosa.
La evidencia emprica apunta a que los medios estaran convirtindose en un nuevo aliado de las
personas sin poder. Esto podra indicar que ciertos grupos de la poblacin los perciben cumpliendo una
uncin propia de la representacin y conduccin poltica. Este nuevo ciudadano meditico cona en
que los medios representarn sus intereses mejor que nadie, especialmente su demanda de proteccin
ante los abusos de los poderosos.
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Empodera esta relacin a la ciudadana por la va de su mejor representacin? Como se ha visto, los
medios constituyen una necesidad para una democracia slida, y entregan herramientas simblicas y
prcticas para sus audiencias. Pero lo hacen al costo de integrarlas a un modo de constituir lo pblico
que se asemeja al de una delegacin populista, lo cual termina limitando sus capacidades ciudadanas
reales. No basta con hacer encuestas o medir el rating para tomar en cuenta la opinin de las personas.
Se requiere, ms bien, de la movilizacin de una diversidad de pareceres y la generacin de mecanismos
que potencien la refexividad del conjunto de la sociedad.
LIDERAzGO PARA EL DESARROLLO HuMANO
Finalmente, es necesario mencionar un desao central para el Chile de hoy: la manera en que se
construyen y ejercen los roles de liderazgo al interior de la sociedad.
La democracia requiere de lderes que construyan o encarnen proyectos colectivos. Los estudios
muestran que a las personas no les es indierente quin las conduce. La Encuesta nacional levantada
para este Inorme indica que la gran mayora de las personas considera que Chile necesita
dirigentes que tengan una visin de hacia dnde debe ir el pas, y que sean capaces de
conducirlo hacia all.
Cul de las siguientes rases representa mejor su opinin?
Chilenecesitadirigentesquetenganunavisindehaciadndedebeirelpaseneluturo,yqueseancapacesdeconducirlohaciaall 67
Msquedirigentes,loqueChilenecesitaesquecadaunodenosotrossehagacargodesacaradelantesupropioproyectodevida 31
NS-NR 2
Fuente: EncuestaNacionalPNUD,2004.
Demanda por conduccin y proyecto-pas (porcentaje)
Los antecedentes tambin muestran que las personas comunes y corrientes sienten que los lderes de-biesen conocer mejor la realidad que ellas viven. A su juicio, sa es la principal tarea de quienes aspiran
a desempear unciones de conduccin poltica y econmica en el Chile actual.
Esta demanda por una mayor y mejor comunicacin entre lderes e individuos se corrobora como una
aspiracin ampliamente compartida. Lo que la poblacin ms valora en un lder es su capacidad para
escuchar y unir a las personas. Segn eso, hoy el atributo ms relevante para un buen liderazgo sera el
ejercicio de una prctica comunicativa.
Notenermiedodedecirloquepiensan 17
Conocermejorlasnecesidadesdelagentecomouno 49
Incentivarlaparticipacindelagente 14
Iralaparconloscambiosdelasociedad 10
Aceptarlascrticas 7
NS-NR 3
Fuente: EncuestaNacionalPNUD,2004.
Cul es el principal desao que tienen los lderes econmicos y polticos chilenos? (porcentaje)
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CuLES SON LOS HECHOS DEL PODER QuE IMPORTA DEBATIR?
El poder est en el corazn de la oportunidad de desarrollo que hoy tiene el pas, pues no es un en-
meno ajeno a las capacidades personales y colectivas para llevar adelante los proyectos. Importa debatir
sobre el poder, pero importa tambin la perspectiva desde la cual se hace.
Una sociedad no ser poderosa si sus miembros no estn dotados, cada uno, de capacidades de accin.
Dicha constatacin dota de urgencia y un nuevo signicado a la refexin sobre la igualdad. La desigualdad
es mucho ms que el dierente acceso a salud, vivienda, dinero o educacin. La desigualdad es la limitacin
de capacidades de accin, como eecto de su distribucin social. Por lo mismo, restringe las posibilidades
de soberana y de construir por uno mismo la propia vida. Si uno no dispone de libertad real para realizar
su proyecto de vida, dicilmente se interesar en la democracia, aquel espacio donde se deende y realiza
la soberana personal y se construyen socialmente las condiciones para acrecentarla. ste es el vnculo entre
impotencia personal y desaeccin hacia la democracia, una relacin corrosiva que conviene superar. No
hay democracia uerte sin una sociedad que distribuya igualitariamente su poder.
Hoy el poder se instala de manera creciente como un tema relevante. Desde la publicidad hasta las
conversaciones entre padres e hijos se reeren a l de modo explcito. All se refeja la conciencia de una
creciente distancia entre las orientaciones y deseos, que cristaliza en grandes sectores de la poblacin
como eecto del cambio cultural y aquello que se identica como la orma tradicional y an imperante de
imaginar el poder. ste es identicado como una matriz que organiza verticalmente las relaciones sociales
en autoritarismo y sumisin. El abuso y su contrapartida, el resentimiento, completan subjetivamente esta
matriz. La conversacin sobre esta asintona est recin en sus inicios. No hay que temerle, aun sabiendo
que las sombras del imaginario del poder no se disipan por el solo hecho de hablar sobre ellas. Junto con
esta conversacin, es necesario avanzar en ortalecer aquello que constituye el motor de cambio de los
imaginarios: las experiencias reales de igualdad, la cooperacin y el buen trato.
Finalmente, rente a estos temas debe procederse con realismo, sobre todo respecto de un hecho: en la
sociedad que est emergiendo, la organizacin del poder ser un hecho inevitablemente tenso. Por una
parte, y como ha sido constatado en este Inorme, ya se observa una tensin creciente entre la demanda
de autonoma y poder a nivel personal, y la creciente autorreerencia y tecnocratizacin del poder de
sistemas e instituciones. Mientras las personas quieren ser sujetos de sus vidas, los sistemas les exigen
adaptarse a decisiones tomadas cada vez ms lejos de la deliberacin pblica. Por otra parte, la dieren-
ciacin y competencia entre sistemas e instituciones hace que sus respectivos poderes entren en tensin,
mientras que las dinmicas de la globalizacin empujan a que la organizacin del poder enrente un
cierto descentramiento de la base nacional, al mismo tiempo que exige una mayor capacidad de accin
de parte del Estado.
Estas tensiones inevitables muestran que cualquier refexin sobre el poder debe tomar en cuenta
simultneamente cuatro dinmicas, encontradas entre s: la demanda por autonoma y poder personal,
la demanda por autonoma de los sistemas, la necesidad de una deliberacin social que establezca una
idea de los intereses comunes y de un poder colectivo capaz de darles vigencia en el ordenamiento de la
sociedad nacional y la integracin supranacional de los poderes econmico, poltico y cultural.
Es sta, sin duda, una dicil composicin; indita hasta ahora. Se trata de articular los proyectos
biogrcos con un cuento de pas que sirva de base para las relaciones globales, y de darle a todo ello
el poder suciente para que se haga eectivo.
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EL NUEVO PISO DE CHILE
PARTE 1
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tampoco por los individuos en forma aislada. Hacen
falta nuevas formas para que interacten autonoma
personal y accin colectiva; nuevos balances entre
competencia y cooperacin.
Por estas razones es que la construccin del Chile
posible no puede ser puro clculo tecnocrtico. Las
tareas no se enfrentan en un espacio vaco. Por
el contrario, hay que entender la forma en que
las personas se han ido apropiando (o no) de los
cambios ocurridos en el pas, y cmo stos se han
ido vericando en sus formas de vivir y actuar.
Ciertamente, buena parte de la oportunidad que
hoy tiene Chile arranca de reconocer los enormes
avances materiales e institucionales logrados. Pero
aprovechar este piso para dar un salto de desarrollo
requiere hacerse cargo de la forma en que los
cambios han impactado en el modo actual de ser
chileno, y en cmo ste expresa sus ganas y quiere
realizar sus proyectos. A continuacin se ver que
stos son aspectos cruciales del piso de oportunidad
del que hoy dispone Chile.
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CAPTULO 1UN NUEVO PISO DE OPORTUNIDADES
CHILE ES MS: NUEVA BASE MATERIAL DE LA VIDACOTIDIANA
Los aos recientes no fueron fciles para loschilenos. Luego de ms de diez aos de acelerada
expansin econmica en los que el PIB lleg
a duplicarse, en1998 esa tendencia se fren,
abrindose una etapa de menor crecimiento. Se
elevaron el desempleo y la inseguridad laboral.
Desde Nueva York a Madrid, sucesos de una
violencia insospechada golpearon al mundo. De
un espacio de oportunidades, el escenario global
se transform en una fuente de inestabilidad,agreg nuevas razones de inquietud a la vida de
las personas. Se observ con pavor cmo en el
entorno regional se desataban crisis econmicas,
sociales y polticas que unos cuantos aos atrs no
eran siquiera imaginables. Se conrmaba as, con la
experiencia, el viejo aserto de que el pasado parece
ser el peor predictor del futuro.
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incipiente, Internet habla de una sociedad que dis-
pone de nuevos recursos para interactuar y acceder
al conocimiento.
Los chilenos y chilenas estn hoy ms cerca,
entre ellos mismos y con el resto del mundo,
no slo gracias a los medios de comunicacin
audiovisual. En estos aos tambin han ocurridoenormes cambios en el mbito de la infraestructura,
con ms kilmetros de carreteras pavimentadas y
la concrecin del sueo de la doble va en la ruta
panamericana. Ah estn tambin los puertos y
aeropuertos modernizados, y, an ms vitales, los
nuevos consultorios, hospitales y liceos.
Escuelas Liceos Total
1994 1 0 1
1996 4 11 5
1998 27 66 33
2000 50 89 56
2002 62 89 67
2004* 79 89 81
CUADRO 1Establecimientos educacionales conectados a Internet a travs de la red En-laces (porcentaje)
* Dato a marzo del ao 2004.Fuente: Ministerio de Educacin.
Periodo Renta: 4-19 UF Renta: 19-32 UF Renta: > 32 UF
Dic. 1997 5,0 3,6 1,8
Dic. 1998 4,5 3,8 1,8
Dic. 1999 4,4 3,3 1,6
Dic. 2000 4,2 3,3 1,6Dic. 2001 4,6 3,2 1,7
CUADRO 2Endeudamiento de consumo sobre renta promedio por tramo de renta(Deuda de consumo promedio por persona sobre renta promedio)
Fuente: Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
Por lo general, cuando predomina la recesin, el desem-
pleo, la inacin creciente o las crisis de balanza de pagos, la
agenda de largo plazo tiende a desaparecer, y la recuperacin
del control macroeconmico se convierte en el nico y ms
urgente objetivo de la poltica econmica.
Jos Antonio Ocampo, Economa, cohesin social y democracia.
TODOS HAN PUESTO EL HOMBRO PARA ELNUEVO PISO
Ciertamente, todos estos avances no habran sido
posibles sin el fuerte crecimiento experimentado
por la economa. Considerando los veinte aos del
periodo 1983-2003, Chile ocupa el lugar nmero
15 del mundo en crecimiento del ingreso por per-sona (FMI, World Economic Outlook). Por otra
parte, los acelerados cambios tecnolgicos han sig-
nicado el abaratamiento de bienes cuyo costo era
antes prohibitivo para gran parte de la poblacin,
favoreciendo as su masicacin.
Pero lo anterior no puede oscurecer el hecho de
que el logro de mejores condiciones de vida mate-
rial ha sido el resultado de un enorme esfuerzo
colectivo. Y no se hace referencia slo al hecho
obvio de que el crecimiento de la economa es elresultado condensado de la contribucin de todos,
ni del papel crucial jugado por el gasto pblico para
que las familias ms modestas puedan acceder a
algunos de estos bienes. Las propias familias han
canalizado sus energas y recursos para tener acceso
a la oferta de bienes disponibles, lo que se reeja,
por ejemplo, en el enorme crecimiento de los
crditos de consumo. Esta expansin fue primero
liderada por las instituciones nancieras, a las que
se sumaron luego las casas comerciales. Se estima
que en la actualidad existen cerca de ocho millones
de tarjetas de crdito emitidas por estas ltimas,
a las que deben sumarse cerca de 2,8 millones de
tarjetas de crdito convencionales, y casi dos mi-
llones de deudores de crditos de consumo en el
sistema nanciero. Como lo muestra un estudio
de la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras, han sido las familias de menores
ingresos las que, proporcionalmente, han usado
de manera ms intensa el crdito, acelerando as
el acceso a los bienes que anhelan. Cabe destacarque esta enorme expansin del crdito no habra
tenido lugar si la gente no cumpliera con sus pa-
gos. Las bajas tasas de morosidad que presenta el
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sistema nanciero son otra dimensin que retrata
el esfuerzo desplegado por las personas en su afn
de progresar.
La crisis asitica y el posterior periodo de in-
certidumbre econmica internacional derivaron en
una desaceleracin del ritmo de crecimiento de la
economa chilena. Ello se manifest en un alzadel desempleo que repercuti de manera evidente
en el bienestar de la poblacin. Lo anterior, sin
embargo, no debiera oscurecer uno de los cambios
ms notables que ha experimentado la economa
chilena en la ltima dcada, cual es la demostracin
de un grado mayor de resistencia ante las crisis
internacionales. En otras pocas, crisis de similar
o aun menor intensidad desembocaron en desca-
labros nancieros y de balanza de pagos. No es que
se hayan eliminado los ciclos propios del capita-lismo; ms bien, se ha logrado suavizar sus efectos
sobre la economa del pas. Ello es especialmente
importante para los ms desprotegidos, a quienes
afectan ms fuertemente las crisis externas y llegan
ms tarde los benecios de la recuperacin.
Por otra parte, la estabilidad macroeconmica
permite que el pas no tenga que concentrar su
atencin en tareas como el control de la inacin,
y pueda volcar sus energas en otros desafos.
El acoplamiento de la estabilidad econmica y la
democracia ha favorecido el aumento de los niveles
de integracin social, puertas adentro y tambin
desde Chile al mundo. La conuencia de estos
dos pilares ha posibilitado la rma de tratados de
integracin econmica y de libre comercio con
los principales bloques regionales de comercio,
y el inicio de conversaciones al mismo respecto
DE LA MINERA DEL CARBN A LA NUEVAECONOMA: LA EXPERIENCIA DE LOTA
En mayo de 1997, las puertas del pique Don Carlos se
cerraron denitivamente para los mineros de Lota. La fecha
marca el n de la actividad en torno a la cual giraba buena
parte de la vida econmica y cultural de los habitantes de esa
ciudad, smbolo de la minera del carbn en Chile. El gobierno
implement entonces un ambicioso plan de reconversin en
la zona, que incluy la creacin de un parque industrial, la
llegada de nuevas empresas y el entrenamiento en nuevas
actividades para los ex mineros, entre otras medidas. Para
la poblacin lotina y para las familias de los mineros, la prin-
cipal demanda fue la instalacin de un centro de educacin
superior para la ciudad. As naci el Centro de Formacin
Tcnica de Lota, que abri sus primeras carreras el primer
semestre de 1998.
En ese momento, ninguna de las familias lotinas poda
imaginar que egresados de ese centro seran los encargados
de contestar los llamados que desde cualquier punto del
pas hacen los clientes del BancoEstado o de Telefnica. Fue
precisamente la existencia de esta institucin educativa lo que
permiti que el ao 2000 se instalaran en Lota el nuevo cen-
tro de llamados del BancoEstado y la empresa Media Corp,
pues el principal requisito de estas compaas era disponer
de personal calicado para estas nuevas tareas, propias de
la nueva economa.
Pero el cambio no slo ha tenido que ver con el tipo de
labor que hoy se efecta en Lota, sino tambin con quines
la efectan, pues la mayora de las personas contratadas son
mujeres. Las hijas de los mineros han dado el salto desde la
vieja a la nueva economa, conjugando de paso una transfor-
macin an ms radical en la cultura de la ciudad.
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desplazados de la actividad econmica. El trnsito
hacia la nueva economa puede producirse sin
estaciones intermedias, pero quienes aprovechan
las oportunidades que ese trnsito abre no son
necesariamente los mismos que ven cmo desaparece
el antiguo mundo en el que estaban insertos.
con China e India, las dos principales economas
emergentes en el mundo.
Como lo muestra el caso de la minera del carbn,
estos procesos no han estado exentos de costos para
las personas, pues en ocasiones hay sectores produc-
tivos completos que, al perder competitividad, son
GRFICO 4Nmero de bibliotecas en Chile
Fuente: Anuarios de cultura y medios de comunicacin, INE.
2.500
2000
1500
1000
500
0
1.272
1.680
1.995 2.023
1989 1993 1997 2001
EDUCACIN, LA VIGA MAESTRA
La experiencia de Lota permite sopesar otro fen-
meno caracterstico del Chile actual: la creciente
importancia de la educacin y el valor que sta ha
adquirido para las familias.
Los esfuerzos por elevar el nivel educacional de lapoblacin chilena son de larga data. No obstante,
el censo de 2002 mostr un punto de inexin:
por primera vez en la historia la proporcin de
poblacin con educacin secundaria completa
y superior en Chile era mayor que aquella sin
educacin, o que slo haba completado la edu-
cacin bsica. Considerando que la cobertura de
educacin bsica y media haba alcanzado su nivel
mximo ya a inicios de la dcada de los noventa,
el gran avance en materia de expansin de aos
de educacin durante la ltima dcada se produjoen el mbito de la educacin superior. De hecho,
entre 1990 y el ao 2002 la matrcula en educacin
superior se duplic, pasando desde cerca de 250
mil alumnos a ms de 520 mil.
Los chilenos y chilenas valoran la educacin,
pues ven en ella un mecanismo de movilidad so-
cial y econmica, y una fuente de dignicacin. En
ese sentido, se produce una conuencia estrecha de
intereses entre el Estado y las familias. En efecto, la
educacin ha sido denida como una de las prio-ridades de los ltimos gobiernos, lo cual se ha ma-
terializado en una ambiciosa reforma educacional,
en programas especiales para elevar la calidad de la
educacin que reciben los nios de los hogares ms
pobres, y en la denicin legal de la obligatoriedad
de la enseanza media. Como resultado del esfuerzo
por avanzar en la jornada escolar completa, las es-
cuelas o liceos modernizados se han transformado
GRFICO 3Cobertura de la educacin superior, poblacin de 18 a 24 aos, 1990-2003(porcentaje)
Fuente: Encuesta CASEN 1990, 1992, 1994, 1996, 1998, 2000 y 2003.
40
20
10
5
0
15
25
35
30
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2003
16
24
29
18
28
32
38
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en la referencia arquitectnica ms relevante en
muchos pueblos y localidades del pas.
Es comprensible el valor que las familias le
otorgan a la educacin, pues saben que sta es
cada vez ms importante para obtener un buen
trabajo. Lo escuchan en la televisin, de boca de
expertos y de las autoridades, pero sobre todo lo
viven: los cambios en la estructura ocupacional son
elocuentes en cuanto al mejor acceso a un trabajo
bien remunerado para quienes disponen de mayor
educacin. Los estudios muestran que mayores
niveles de educacin signican mejores ingresos.
La rentabilidad que da el disponer de educacin su-
perior es el doble de quien posee educacin media,
y cinco veces superior respecto de quienes slo han
completado la educacin bsica. A pesar del fuerte
aumento de poblacin con estudios superiores, larentabilidad de esos estudios, lejos de disminuir,
aument entre 1990 y el ao 2002 (Bravo, 2003;
Mizala y Romaguera, 2004).
No es casual, entonces, el gran incremento de los
recursos que las familias destinan a la educacin;
ni mueve ya a asombro el enorme esfuerzo de tra-
bajadores activos que se inscriben en diplomados,
GRFICO 5Gasto en educacin como % del PIB
Fuente: Departamento de Recursos Financieros, Ministerio de Educacin.
8
6
4
1
0
2
3
5
7
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
2,
4
1,
6
2,
5
1,
71,
81,
9 2,
1
2,
1
2,4 2,
3
2,
7
3 3,
13,
2 3,
3
2,
62,
72,
8
2,
7
33,
2 3,
5 3,
84
4,
1 4,
3
Gasto PrivadoGasto Pblico
posttulos o programas especiales de titulacin,
cuya oferta se ha expandido de manera vertiginosa
durante estos ltimos aos (Bernasconi y Rojas,
2003). stas son quizs las manifestaciones ms
evidentes de la energa que despliega la poblacin
para hacerse parte del progreso del pas. Son tam-
bin reveladoras de las ganas de progresar de los
chilenos y chilenas.
CHILE ES DISTINTO: AMPLIACIN Y USO DE LASLIBERTADES
Chile es hoy mucho ms que ayer. Es un pas
cuyos habitantes han mejorado fuertemente su
bienestar material, que dispone de una economa
slida para continuar creciendo, y que cuenta con
una poblacin ms educada y con mayor acceso al
conocimiento acumulado en el mundo. Sin em-
bargo, el mayor avance producido en estos aos es
el de la ampliacin y creciente uso de la libertad.
Por eso es que Chile no slo es ms: es, tambin,
un pas distinto.
El aanzamiento de la democracia es un logro
que no puede ser soslayado. La creciente armacin
de la separacin y autonoma de los poderes, a la
que se alude con la frase de que en Chile las
instituciones funcionan, no apela a las meras
caractersticas operacionales de stas, sino a la
posibilidad de actuar con independencia y de cara
al escrutinio pblico. Este avance no es menor, si
se considera el difcil y trabado proceso chileno de
transicin democrtica.
La prdida y luego ausencia de democracia por
diecisiete aos no fue slo un fenmeno poltico
e institucional, sino que tuvo consecuencias sig-
nicativas en la cultura, acentuando tendencias en
nuestra forma de convivir, como la exacerbacin de
la desconanza, el temor al conicto y una cierta
dicultad esencial para manejar nuestros espacios
de libertad. En ese sentido, es entendible que, en
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Y no es que digamos lo que ellos quieren or, no po-
dramos hacerlo, no sabramos cmo no hacemos focus
ni encuestas, sino, bien por el contrario, lo que hacemos
es entrar en un dilogo franco y descalculado con los que
entendemos que comparten nuestra precariedad diaria: nos
remos de lo que nos da risa, decimos lo que pensamos e
investigamos sin miramientos ni temores las zonas turbias
que nos intrigan.
Patricio Fernndez, editorial en The Clinic, junio 2004.
la etapa de transicin a la democracia, el el de la
balanza se haya inclinado hacia la gobernabilidad
antes que hacia el despliegue de la libertad.
Sin perjuicio de lo anterior, el ao 1990 se dio
inicio a un conjunto de reformas legales que ha ido
ampliando el marco de ejercicio de las libertades
ciudadanas y, sobre todo, personales; as comolos niveles de transparencia y responsabilidad del
ejercicio de la funcin pblica.
Sin embargo, hasta hace pocos aos los chilenos
no se haban apropiado plenamente de este nuevo
escenario. La mayor transformacin en este cambio
de siglo es que cada vez se usan ms las oportuni-
dades abiertas.
Probablemente, el campo donde este cambio
se ha hecho ms notorio es el de los medios de
comunicacin. As, por ejemplo, y a pesar de la
reconocida concentracin de la propiedad de la
prensa escrita, se observa el xito de algunos medios
alternativos con alta vocacin de independencia y
desenfado que, junto con expresar una demanda
por mayor diversidad, han empujado a los medios
tradicionales a acomodarse al nuevo escenario. Ensus diversas manifestaciones, el periodismo ha visto
caer los lmites de la autocensura, y reivindicado
su funcin de voz capaz de anunciar que el em-
perador camina desnudo, sin perjuicio del rango
o alcurnia que pueda ostentar el personaje.
Paralelamente, en los medios se escenica una
creciente apertura, tanto en trminos de exhibicin
visual como en el tratamiento de temas que antes
se asuman como tabes.
LA SOCIEDAD CHILENA: NUEVAS FORMAS DEEXPRESIN, MENOS TEMOR AL CONFLICTO
Tal como se ha sealado en anteriores Informes,
en el Chile del nuevo siglo se ha debilitado el papel
que en el pasado desempearon sindicatos, gremios
o partidos polticos como transmisores casi exclu-
sivos de los intereses de la ciudadana.
Lo anterior no implica que la opinin de la gente
carezca de canales de expresin. Por el contrario:
es probable que nunca haya habido tanto inters
por captar los intereses y opiniones de las personas,
tal como lo reeja el uso (y a veces abuso) de las
encuestas de opinin sobre los ms diversos temas.
Probablemente, a las personas se las consulta
hoy ms que nunca en la historia; aunque no
necesariamente sobre aquello que les interesa.
Nuevas formas de expresin han tomado el
relevo en la promocin de demandas especcas.
As, la marcha callejera ha ido cediendo el paso
al recurso judicial como herramienta privilegiada
de promocin o defensa. El mecanismo judicial
permite, adems, exponer a travs de los medios
de comunicacin las causas que se busca defender,
amplicando su impacto. Lo que cuenta ya no es
la cantidad de manifestantes, sino la cantidad de
medios en los que se logra replicar el argumento.
La opinin pblica refuerza la independencia
de los medios y los poderes del Estado, y esa inde-
pendencia fortalece a su vez a la opinin pblica.
De este modo, los problemas no slo deben ser
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resueltos siguiendo los cauces institucionales que
les son propios, sino que deben ser abordados de
cara al pas. Y as ha ocurrido con un conjunto de
situaciones que han afectado a exponentes de las
instituciones y los poderes ms signicativos de la
sociedad. Es probable que estos acontecimientos
hayan afectado la conanza y credibilidad de lasinstituciones. Sin embargo, desde otra mirada
puede destacarse el hecho de que, pese a estas
severas convulsiones polticas e institucionales, no
se produjese la debacle que algunos pronosticaban.
Esto desmiente un temor largamente arraigado:
que la crtica pblica y el reconocimiento de los
conflictos amenazan el funcionamiento de las
instituciones y la convivencia social.
Puede plantearse, en consecuencia, la siguiente
hiptesis de trabajo: la sociedad chilena seencuentra hoy ms preparada que antes
para aceptar el conicto y apropiarse de
la libertad, segn lo comprueba el modo en que
experiment y proces las convulsiones amplia-
mente ventiladas que la han sacudido en tiempos
recientes. En ese sentido, las cifras de la Encuesta
AO LEY IDENTIFICACIN1991 Ley sobre centrales sindicales Ley 19.049
1994 Nuevo rgimen patrimonial del matrimonio Ley 19.335
1995 Nueva Ley de Juntas de Vecinos Ley 19.418
1997 Ley sobre derechos del consumidor Ley 19.496
1999 Ley que regula el permiso especial a trabajadores, para ausentarse en caso deenfermedad grave de un hijo Ley 19.505
Ley sobre libertad religiosa y de culto Ley 19.638
Ley de probidad administrativa aplicable a los organismos del Estado Ley 19.653
Ley sobre proteccin de la vida privada y datos de carcter personal Ley 19.628
2001 Ley sobre libertades de opinin e informacin y ejercicio del periodismo (Ley de prensa) Ley 19.733
2003 Ley sobre calicacin de la produccin cinematogrca Ley 19.846
Ley sobre creacin del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia Ley 19.911
Ley de proteccin a la maternidad DFL 1 art. 194 a 208
2004 Nueva Ley de matrimonio civil Ley 19.947
Reforma a la Ley del consumidor Ley 19.496
CUADRO 3Ejemplos de iniciativas legales de ampliacin de libertad
2001 2004Dejar que se muestren los conictospara que aparezcan los problemas 28 42
Tratar de evitar los conictos para quelas cosas no pasen a mayores 70 56
NS-NR 2 2
CUADRO 4Opinin sobre qu hacer ante los conictos (porcentaje)
Fuente: Encuestas nacionales PNUD, 2001 y 2004.
Fuente: Elaboracin propia.
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son elocuentes: en comparacin con el ao 2001,
hoy es notoriamente ms alto el porcentaje de
personas que declaran aceptar el conicto. Esto
desmiente un temor largamente arraigado: que la
crtica pblica y el reconocimiento de los conictos
amenazan el funcionamiento de las instituciones y
la convivencia social.Podra armarse que esta situacin marca otro
n de la transicin, si no fuera porque la frase
se ha usado demasiadas veces. Sin embargo, puede
establecerse que, desde el punto de vista del ejerci-
cio de la libertad -entendida como la disminucin
de restricciones formales (libertad negativa)-, Chile
claramente se encuentra sobre un nuevo piso de
oportunidad.
Hualqui recurri de proteccin: Pangue no entrega datos conables.
Los pobladores exigen que se determine la responsabilidad de Pangue en
el desborde e inundacin del ro Bo Bo, y que se adopten las medidas
que garanticen que este fenmeno no se vuelva a repetir.
(Diario El Sur, Concepcin, 28/06/2003)
Se complica el da despus. La pldora de emergencia a los tribunales.
(El Mercurio, Cuerpo D Reportajes, 08/04/2001)
Recurso de proteccin: juicios valricos por pldora del da despus.
(El Mercurio, Cuerpo C, 15/05/2001)
Enfermeras presentan recurso de proteccin por hospital de Arica.
Alegan que cualquier temblor superior a 5 grados lo echara abajo.
(La Cuarta, 24/03/2002)
Presentan recurso de proteccin para que se decrete emergencia sanitaria
por virus sincicial. El Colegio Mdico interpuso un recurso de proteccincontra el Ministerio de Salud para que decrete emergencia sanitaria.
(Canal 13, 16/08/2004)
Vecinos presentan recurso de proteccin. Un recurso de proteccin
en la Corte de Apelaciones de Valdivia present el Comit de Adelanto de
Villa Entre Ros de Lanco por los problemas derivados del escurrimiento
de las aguas servidas, lo cual afectara la salud pblica de los vecinos.
(ElDiario Austral, Valdivia, 15/08/2004)
Presentan recurso de proteccin contra prueba universitaria. Estu-
diantes secundarios exigen tener mayor acceso a informacin sobre la
nueva prueba de ingreso a la educacin superior.
(El Mostrador, 21/04/2003)
Mapuches de Boyeco presentan recurso de proteccin contra
vertedero.
(Chileradio.cl, 22/12/2003)
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CAPTULO 2LA OPORTUNIDAD DE CHILE: APORTE NORMATIVO YMETODOLGICO DEL DESARROLLO HUMANO
La sensacin trmica es que Chile est en condi-
ciones de dar un salto importante hacia un desarrollo
que benecie a todos, y del cual todos sean actores.
Analistas internacionales, organismos multilaterales,
intelectuales y empresarios extranjeros, lderes na-cionales y personas de la calle, maniestan la misma
percepcin: Chile est en camino de lograr una meta
que el pas entero anhela, y que le ha sido esquiva
debido a sus propias deciencias.
Los logros alcanzados no garantizan el xito. Por
el contrario, hay que preocuparse por detectar en
los propios avances el germen de los nuevos retos.
Por eso deben mirarse los logros alcanzados como
la base sobre la que plantearse un gran desafo, ms
que como emblemas del xito obtenido.
Chile dispone, pues, de un nuevo escenario para
la accin. La cuestin es si se dispone de todas las
herramientas para actuar y de los criterios necesarios
para orientar esa accin. Qu perspectiva valrica
ayudar a iluminar la realidad y encontrar el camino
para dar el salto al futuro? Cmo entender la opor-
tunidad que se ha construido?
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La propuesta de este Informe es responder dichas
interrogantes desde la mirada del Desarrollo Hu-
mano, pues la oportunidad que tiene Chile
es, antes que nada, una oportunidad de
desarrollo humano. Esta armacin tiene tanto
un sentido normativo como un sentido analtico
o metodolgico.
En cuanto horizonte normativo, el Desarrollo
Humano tiene la caracterstica de poner a la per-
sona en el centro de su preocupacin. El Desarrollo
Humano se entiende como el proceso mediante
el cual se aumentan las capacidades y opciones de
las personas y comunidades, de modo que stas
puedan llevar adelante la vida que desean.
Esta mirada implica un cambio en la perspectiva
desde la que tradicionalmente se analiza el
desarrollo, pues del nfasis en los sistemas sociales
(la economa, por ejemplo) se avanza hacia las
personas como mbito primordial de observacin.
Ello se traduce en recordar que la verdadera
medida del xito de una sociedad no debe ser
slo el crecimiento econmico, sino ms bien el
modo en que dicho crecimiento se expresa en
mayores libertades y oportunidades para la forma
en que las personas viven.
Esta manera de plantearse el problema del
desarrollo tiene, tambin, la virtud de ser
profundamente actual. La visin del Desarrollo
Humano coincide con la creciente demanda de
chilenos y chilenas. El norte del desarrollo es dotar
a las personas de mayores capacidades reales de
accin, para que construyan su propia biografa
tal como anhelan. Ya no se busca una solucin pa-
ternalista, sino ser sujetos activos de la vida personaly social, lo cual ha sido constatado empricamente
en anter