desarrollo historico de la doctrina del espritu santo
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SEMINARIO TEOLÓGICO ADVENTISTA INTERAMERICANO
Recinto Universidad Adventista Dominicana
Desarrollo Histórico de la Doctrina del Espíritu Santo
en la
Iglesia Adventista del séptimo Día
Profesor
Dr. Abner F. Hernández
Presentado Por
Daniel Feliz Urbaez
Y
Fernando L: Rodríguez
Junio 6, 2013
Introducción
En años recientes se ha levantado una corriente anti trinitaria dentro de la iglesia
adventista. Uno de los argumentos esgrimidos por estos “reformadores” está el hecho de que la
mayoría de los pioneros adventistas no aceptaban la doctrina de la trinidad y por consiguiente
rechazaban que el Espíritu Santo tuviera personalidad y divinidad. En la presente investigación
intentaremos echar un vistazo al camino recorrido por esta doctrina, siempre de la mano de la
creencia en la divinidad de Cristo, en el proceso de su incorporación al cuerpo de creencias de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Aunque es nuestro deseo realizar una investigación más amplia y documentada, por
factores de tiempo y limitación del acceso a las fuentes bibliográficas limitaran este trabajo. Sin
embargo como un actor atenuante limitaremos la presente investigación al ámbito puro de la
historia.
Desarrollo Histórico de la Doctrina del Espíritu Santo
En la Iglesia Adventista del Séptimo Día
Los adventistas del Séptimo Día creen que:
Dios el Espíritu Eterno desempeñó una parte activa con el Padre y el
Hijo en la creación, la encarnación y la redención. Inspiró a los autores de las
Escrituras. Infundió poder a la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres
humanos, y renueva a los que responden y los transforma a la imagen de Dios.
Enviado por el Padre y el Hijo para estar siempre con sus hijos, concede dones
espirituales a la iglesia, la capacita para dar testimonio en favor de Cristo y, en
armonía con las Escrituras, la guía a toda la verdad.1
Sin embargo no siempre los adventistas han sostenido esta creencia. A continuación
exploraremos el desarrollo histórico de esta doctrina.
Guillermo Miller y la Trinidad.
Guillermo Miller el líder del movimiento adventistas del siglo XIX creía firmemente en
la doctrina de la trinidad y en consecuencia aceptaba la creencia en la divinidad y la personalidad
del Espíritu Santo, Según Francis D. Nichols el declaro: “Creo en un Dios viviente y verdadero, y
que hay tres personas en la Divinidad; al igual que existe en el hombre el cuerpo, el alma y el
espíritu. Y si alguien me pregunta cómo estos pueden existir, le diré cómo las tres personas del
Dios triuno están conectadas”.2Sin embargo Joshua V. Himes que era ministro de la Conexión
1 Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. (Nampha. Idaho. EE.UU. Publicaciones
Interamericana. 2006) 67 2Francis D. Nichol, The Midnight Cry (Washington, DC: Review and Herald, 1898), 36.
Cristiana”, una denominación fuertemente antitrinitaria afirmaba que El Espíritu Santo es
el poder y la energía de Dios, esa influencia santa de Dios”3
Periodo Formativo Formulativo 1844- 1862
Mas como el énfasis de su movimiento no era en cuanto la doctrina sus seguidores se
afiliaban a su movimiento pero seguían conservando sus creencias tradicionales. La mayoría de
los pioneros de los adventistas sabatistas provenían de la rama Restauracionista iglesia de la
Conexión Cristiana por lo que rechazaban la doctrina de la trinidad
Definiendo los Pilares Adventistas. Entre los años 1848 y 1850 los pioneros sabatistas
celebraron conferencias bíblicas para unificar el mensaje adventista (1848-1850). Como
resultado de estas conferencias los adventistas sabatistas adoptaron cuatro puntos principales que
eran los siguientes: El sábado, el Santuario, la segunda venida de Cristo y el Espíritu de Profecía.
Sin embargo esto no significa que los pioneros adventistas solo creían en estos puntos. Sino que
ellos también creían varias de las doctrinas tradicionales de las denominaciones de su época y
que no contradecían los puntos citados anteriormente. Pero en el caso del Espíritu Santo el
punto de vista más aceptado por una gran parte de los dirigentes adventistas sabatistas, entre
ellos Jaime White, José Bates y Urias Smith, seguían sustentando era el punto de vista del
Movimiento Restauracioncita de la Conexión Cristiana con respecto a la doctrina de la trinidad.
Según George R Knight
“Los primeros dirigentes adventistas no aceptarían al menos tres de las
creencias denominacionales vigentes en 1980. Estas tres se referían a la
Trinidad, la completa divinidad de Jesús y a la naturaleza del Espíritu
Santo… Josuah V. Himes bosquejo la perspectiva conexionista acerca de la
3 Joshua V. Himes, “Christian Connexion”, en Encyclopedia of Religious Knowledge
(Brattleboto, Vermont: Fussenden and Co., 1938), 362.
trinidad en 1835. Himes señaló que al principio los conexionistas eran en
sentido general trinitarios, pero que se habían apartado de dicha creencia
cuando decidieron que no era bíblica4.
Dentro de los adventistas sabatistas quienes encabezaban el rechazo a la doctrina de la
trinidad y por consiguiente a la creencia en la divinidad y la personalidad del Espíritu Santo
fueron José bates, Jaime White y Urias Smith. Como evidencia de este rechazo tenemos la
declaracion de Jaime White quien la califico en el 1846 como “ese viejo credo trinitario no
bíblico y más adelante en 1852 lo califico como absurdo.5 A esta corriente anti trinitaria
también se sumo J. N. Andrews, considerado como el más destacado erudito adventista.
Jaime White. Afirmaba que el Padre y el Hijo son dos personas distintas, literales y
tangibles, y no dudaba de que “Dios es Espíritu” (Juan 4:24), sino que insistió en que, si bien son
“seres espirituales”, el Hijo y el Padre tienen una existencia literal y tangible. No son ni irreales
ni imaginarios. Los credos trinitarios que conocía hacían de Dios tan abstracto, teórico e
impersonal, que Dios ya no era percibido como un Ser real, y amante.
Urias Smith. Aunque Smith rechazaba la doctrina de la trinidad, no por eso rechazaba
la obra del Espíritu Santo, pues en el 1884 mientras comenta los capítulos 14 al 16 del Evangelio
Según San Juan refiriéndose a esta afirma:
Esta es la forma en que Jesús continúo con sus discípulos: era a través de la
influencia y la operación del Espíritu santo; y que esto era continuar hasta el
fin era en cierta forma su propia promesa: He aquí que estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo.6
4 Ver – George R Knight, Nuestra identidad: Origen y desarrollo. ( Doral,
Florida. Asociación Publicadora Interamericana, 2007), 129. 5 George R Knight, Ibíd. 129.
6 Uriah Smith. Synopsis of The Present Truth, A brief Exposition of The views of
Seventh Day Adventist (Battle Creek, Michigan. Seventh Day Adventist Association, 1884).
297.
Este concepto conexionista se evidencia en las publicaciones Adventistas de la época en
las que se refieran al Espíritu Santo lo hacen en los términos de su función y su importancia en
la iglesia, pero no en términos que señalen su personalidad o su divinidad como es el caso de J.B
Cook quien comentando los capítulos 14 al 16 del Evangelio de Juan escribió:
“El Salvador prometió enviar el consolador, El Espíritu Santo, para guiarlos
a toda verdad. Este es el más sabio, santo y más poderoso Espíritu en el
universo. El es y debe ser supremo, en su conducción. El tiene supremacía
sobre todo falso espíritu. Para disfrutar su morada interna energía y
obedecer la verdad, es ser su templo, su vasija de honor, preparado para el
uso del Maestro, a todos se le concede por siempre esta guía celestial.7
Se puede decir en términos generales, que el origen divino del Espíritu Santo nunca fue
cuestionado entre los adventistas. Sin embargo, en lo que se refiere su naturaleza no lo
consideraba su naturaleza divina sino que lo conceptualizaban como un reflejo de la divinidad de
Dios. Este rechazo de la doctrina de la trinidad tenía su fundamento el hecho de que los pineros
no encontraban evidencias bíblica que referentes a la palabra trinidad, a esto se añade que el
concepto de la trinidad que reinaba en la época concebía a la trinidad como tres dioses. Con el
agravante de que se presentaba hacían al Padre y al Hijo idénticos. Una última razón es que
según ellos esta doctrina disminuiría el valor de la expiación d Cristo.
7 J.B Cook, La Necesidad y la Certeza de la Guía Divina. (The Advent Review.
Sept. 1850), 29
Desde 1862 al 1890
Primeras Conceptualizaciones Adventistas sobre el Espíritu Santo
Sin embargo no todos los pioneros adventistas sostenían el punto de vista conexionista
de la divinidad. Elena de White no era anti trinitaria. En el ella 1897 publica un panfleto donde
declaraba la igualdad del padre con el hijo y finalmente que el Espíritu Santo es la tercera persona
de la divinidad.8
Hubo una variedad de comprensiones entre los adventistas acerca de la naturaleza y la
función del Espíritu Santo. En 1862, Raymond F. Cottrell afirmó la omnipresencia del Espíritu
Santo: “Donde se encuentran los verdaderos adoradores, está su Espíritu, y se puede disfrutar de
la verdadera estación pentecostal”.9 En general, la procedencia divina del Espíritu Santo nunca
fue cuestionada entre los adventistas. Sin embargo, ellos no consideraban la naturaleza divina
como un atributo del Espíritu sino más bien como un reflejo de la divinidad de Dios, y recibida
solo por la voluntad y el poder de Dios.
El tema del Espíritu Santo tomó vigencia dentro de los adventistas del séptimo día a
partir del 1870 cuando J. H. Waggoner escribió un libro titulado: “El Espíritu de Dios: sus
oficios y manifestaciones”. En este libro él señala que la personalidad del Espíritu Santo es un
asunto muy debatido en el mundo teológico, por lo tanto los adventistas deben mantenerse al
margen de esta discusión. Según Waggoner los adventistas creen que “El Espíritu de Dios es
8 Elena G. de White. Special Testimonies for Ministries and Workers, [series 1] No. 10
(Battle Creek, General Conference of SDA, 1897). 25, 37.Citado en Moon, Jerry.“ The Adventist
Trinity Debate, part 2: The Role of Ellen G. White”, Andrews University Seminary Studies, Vol.
41, No 1, 2003, p. 281.
9 Raymond F. Cottrell. The Beginning of The End. (The advent Review And Sabath
Herald, Diciembre 16 del 1873), .5.
ese poder misterioso y maravilloso que procede del trono del universo, y que es el actor eficiente
en la obra de la creación y la redención”.10
Es más que evidente la tendencia de los pioneros a
interpretar al Espíritu Santo más como una influencia o poder que emana o deriva del Padre,
más que una persona más de la divinidad. Afirmaban que no se podía conocer qué era el Espíritu
Santo, sino solo conocer algo de su naturaleza, y el papel que desempeña en la salvación del
hombre.11
Durante este periodo este concepto fue predominante entre los principales teólogos y
dirigentes adventistas, incluyendo a J.N. Andrews, el más destacado erudito adventista. Pero en
el 1889 C. M. Wilcox planteaba que “debido a su función en el plan de salvación, y de otras
acciones, como la creación, revelación y la inspiración… el Espíritu Santo debe ser divino.12
Pero esta divinidad se debía a que se desprendía de la del padre al igual que la de Cristo.13
1890 al 1900: Surgimiento del Sentimiento Trinitario
George Knight resalta el hecho de que esta década pudiera llamarse la década del
Espíritu santo en las publicaciones adventistas. Este hecho se debe al hecho de la gran cantidad
de publicaciones sobre el Espíritu Santo. Los escritores que más se destacan están EJ Waggoner,
A.T. Jones, WW Prescott y Elena de White.
10
J. H. Waggoner, The Spirit of God, Its offices and Manifestations (Battle Creek,
Michigan: Steam Press of Seventh-day Adventist, 1877), 144. 11
Christy Mathewson Taylor, “The Doctrine of the Personality of the Holy Spirit as
Taught by the Seventh-day Adventist Church up to 1900”, Tesis de Licenciatura (
Michigan, EEUU, Andrews University), 18. 12
Milton C. Wilcox, Manifestations of the Holy Spirit Signs of the Times, 15 de Julio.
de 1889 No. 422.), 6 13
J. Morton. The Spirit of Christ, How Received”, Signs of the Times, 26 de Octubre
del 1891, No. 342
No todos estos autores tenían un concepto claro del Espíritu Santo, pues según Knight, el
caso de Waggoner este mal interpretaba erróneamente el significado de ser colmado por el
Espíritu Santo o que este morara en una persona, lo que mas tarde lo llevaría a adoptar ideas
panteístas.
A medida que estas publicaciones exaltaban el rol del Espíritu Santo en el plan de salvación, se
hacía más necesaria una revisión más exhaustiva de esta doctrina. Un hecho que contribuyo a
derribar las barreras fue la publicación en el 1898 del libro El Deseado de Todas las Gentes14
en
el cual en forma meridiana en el capítulo titulado Dios con Nosotros, Elena de White reconoce
la plena divinidad de Cristo. En este mismo libro ella al referirse a la obra del Espíritu Santo ella
escribe:
El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de
Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había estado fortaleciendo
durante siglos, y la sumisión de los hombres a este cautiverio satánico era
asombrosa. El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la
poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir
no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu
es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo.
Por el Espíritu es purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el
creyente participe de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como
poder divino para vencer todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y
cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia.15
Entre 1898 y 1900, la Review and Herald imprimió tres artículos en una sección
nombrada como “The King Messenger” (El Mensajero del Rey) en el que se vierten enseñanzas
trinitarias. El primero apareció el 20 de septiembre de 1898 titulado “El Dios Hombre”, en
este se resalta la divinidad de Cristo y su presencia en el creyente mediante la presencia del
14
Elena de White. El Deseado de Todas las Gentes. ( Ediciones interamericanas. Miami
Florida. EEUU), 12-19. 15
Elena de White. Ibid. 671
Espíritu Santo en el creyente. En este artículo se da a entender en forma directa y precisa que el
Espíritu Santo es una persona divina.
El segundo artículo, que aparece el 16 de enero de 1900 y se titula “La tercera Persona”
censuraba el hecho de que los cristianos adoran al Padre y al Hijo, pero “no le dan el lugar de
poder y de autoridad a su representante, el bendito Espíritu Santo”16
El tercer artículo titulado “Blended Personality”17
(Personalidad Mezclada), apareció el
3 de Abril del 1900 y es una prueba del cambio que se había empezado a producir en la Iglesia
Adventista con respecto a la doctrina de la trinidad. Para este momento ya los adventistas del
séptimo día comienzan en forma definitiva a concebir al Espíritu Santo como uno con el Padre
y el Hijo. También se menciona que es una persona distinta, aunque siempre en conexión con
Cristo.
Es evidente que la doctrina adventista del Espíritu Santo recorrió un largo camino de la
mano con la doctrina de la Trinidad. Pero para el año 1900 comenzó a aproximarse el momento
en que ambas doctrinas serian formuladas en forma separada aunque no independiente.
Etapa del la Maduración de la Doctrina
1900- 1930
El proceso de maduración de esta creencia comienza en la primera década del 1900
llegando a su punto culminante en 1913 cuando Francis M. Wilcox, el editor de la Adventist
Review, publicó un resumen de las creencias fundamentales de la Iglesia Adventista. Con
respecto a la doctrina de la trinidad afirma los adventistas del séptimo día creen lo siguiente:
16
Review and Herald. Vol. 77. No.3. (Michigan EEU U Seventh Day Adventist
Publishing Association Enero 16 1900.) 4 17
Review And Herald Vol 77. No. 14 (Michigan EEU U Seventh Day Adventist
Publishing Association Abril 3 1900) 2.
Esta Trinidad está formada por el Padre eterno, un ser personal y
espiritual, omnipotente, omnisciente, infinito en poder, sabiduría y amor; por
el Señor Jesucristo, el Hijo eterno del Padre, por quien todas las cosas fueron
creadas, y por medio de quien la salvación de las huestes de los redimidos será
consumada; por el Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, el agente
regenerador en la obra de la redención.” 18
Según Arturo L White el hecho de que este resumen de las creencias adventistas
apareciera precediendo la columna que Elena de White publicaba semanalmente en la Review
and Herald puede verse como una evidencia de que ella no mostró oposición a esta doctrina,
dado al hecho de que ella revisaba personalmente una prueba de imprenta de cada uno de sus
artículos antes de que estos fueran publicados.19
En el 1928 Leroy Edwin Froom publicó el libro “La Venida del Consolador”20
. Este
libro fue el producto de una serie devocionales presentados en asambleas ministeriales. Estos
estudios tuvieron una acogida Hizo una invaluable contribución a la consolidación de la doctrina
de la personalidad y la divinidad del Espíritu Santo. Se pude afirmar que este libro tubo un fuerte
impacto en el pensamiento adventista sobre el Espíritu Santo.
Consolidación de la Doctrina del Espíritu Santo
1930-2000
Para el 1940 la doctrina de la trinidad, que afirma la personalidad del Espíritu Santo, ya
tenía una amplia acogida aunque en círculos conservadores quedaba algunos focos de
resistencia, principalmente en aquellos pastores y maestros de Biblia personas de más edad tales
18
Francis M. Wilcox, The Message for Today, (EEUU. Adventist Review 9 de Octubre
de
1913). 19
Arthur L. White, Ellen G. White: The Later Elmsahven Years 1905-1915 (Washington,
DC: Review and Herald Publishing Association, 1982), pp. 407, 413. 20
Vease: Leroy E. Froom. La Venida del Consolador (Asociacion Publicadora
Interamericana, California, 1972)
como J. S. Washburn, C.S. Longrace y W.R. French21
. Por otra parte en el 1957 aparece el
controversial libro Preguntas Sobre Doctrina en el cual en la sección titulada Doctrina que el
compartimos con Otros Cristianos afirma: “Que la divinidad, la Trinidad, comprende Dios el
Padre, Jesucristo el hijo, y el Espíritu Santo”22
. Esto evidencia que en ese momento ya la doctrina
adventista del sobre la personalidad y la divinidad del Espíritu Santo era vista como un
hecho definitivo ya que dentro de las criticas que este libro recibió ninguna fue dirigida hacia
esta doctrina.
En tiempos más recientes otros eruditos adventistas continuaron trabajando par a darle
una definición más acabada a la doctrina del Espíritu Santo. Dos de ellos fueron Louis K.
Dickson, quien en el libro “Our Firm Fundación” recoge los reportes de la conferencia bíblica
llevadas a cabo del 1 al 13 Septiembre del 1952, y presenta un estudio titulado The Holy Spirit
and The Latter Rain (El Espíritu Santo y la Lluvia Tardía) en el que trata el personalidad, obra y
ministerio del Espíritu Santo23
.
Otro aporte significativo a la doctrina adventista del Espíritu Santo la hizo en el 1970 el
teólogo Raoul Dederen quien publico un artículo en el Journal of Andrews University Seminary
Studies24
(Periódico del Seminario de la Universidad de Andrews) titulado Reflexión on The
Doctrine of The Trinity (Reflexiones en la doctrina de la Trinidad, en el cual desarrolla esta
21
Merlin D. Burt. La Trinidad en la Historia de La Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Ministerio Adventista. (Miami, Florida, Asociacion Ministerial de la Division
Interamericana. 2009) . 9 22
Leroy E. From., ed. Seventh Day Adventist Answer Question on Doctrine. (Washington
DC, Review and Herald Publishing Association. 1957), 22
23
Louis K. Dickson, Our Firm Foundation Vol. II. (Review and Herald Publishing
association, Washington DC. 1953) 621-686 24
Raoul Dederen. Reflexión on The Doctrine of The Trinity Andrews University
Seminary Studies. Vol. VIII. January 1970 Numbers I. Andrews Press University. Doc. Adventist
Archieves.org. pag. 1-22
doctrina y le dedica espacio abundante a tratar el tema de la divinidad del Espíritu Santo. Los
aspectos de la doctrina del Espíritu Santo que aborda son los siguientes:
El Espíritu Santo es el Señor morando dentro del creyente.
El Espíritu santo tiene personalidad independiente
La relación entre el Padre el Hijo y el Espíritu Santo
En el 1980 la Asociacion General de Los Adventistas del Séptimo Día publica el libro
Creencias de Los Adventistas y allí queda plasmado el concepto actual y en la más reciente
edición de este libro (año 2006) esta doctrina no sufre variación alguna.
Resurgimiento del Anti Trinitarismo
2000 al 2012
En Años recientes ha resurgido dentro de la iglesia adventista una corriente anti trinitaria y por
consiguiente se opone a la actual creencia de que sostiene la iglesia que afirma tanto la
divinidad como la personalidad del Espíritu Santo. Esta corriente basa su rechazo en el hecho de
que los pioneros adventistas eran anti trinitarios. Según Burt25
hay cuatro razones principales que
son:
La Disponibilidad de Información en la Internet
Otros grupos milleristas; como el Grupo Marion, siguen siendo anti trinitarios,
Otros creen que esta doctrina proviene del catolicismo
Algunos adventistas están planteándose la tarea de volver al adventismo histórico.
25
Merlin D. Burt. Ibid, 6
Como consecuencia de este moderno anti Trinitarismo la iglesia ha propiciado la publicación
de materiales que abordan este tópico, entre ellos el más difundido es el libro La Trinidad26
escrito por Woodrow Whidden, Jerry Moon y John W. Reeve. Estos eruditos han hecho un
estudio que ha recibido amplia aceptación en los círculos adventistas.
26
Woodrow Whidden, Jerry Moon y John W. Reeve. La Trinidad (Asociacion
Publicadora Interamericana. Doral Florida. 2008)
Conclusión
Al concluir esta investigación afirmamos que la creencia en la personalidad y la divinidad
del Espíritu santo no siempre ha sido parte de la creencia de los adventistas del séptimo día. Sin
embargo el hecho de que los pioneros adventistas rechazaran estas concepciones respecto al
Espíritu Santo, no fue un obstáculo para que esta verdad fundamental del cristianismo fuera
incorporada al cuerpo de doctrinas de la iglesia adventista. Es claro que esta creencia surge
dentro del adventismo en una etapa donde la denominación comenzó una etapa de expansión
que le permitió reafirmar sus hitos tradicionales mientras incorporaba verdades que al momento
de su surgimiento no tenían tanta relevancia, pero que eran fundamentales del cristianismo a la
cual dios llevo a sus siervos, cumpliéndose así la palabra de que “la senda de los justos es como
la luz de la aurora, que va en aumento hasta llegar al pleno día (Prov. 4:18).
Bibliografía
1. Burt, Merlin D. La Trinidad en la Historia de La Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Ministerio Adventista. Miami, Florida: Asociacion Ministerial de la División
Interamericana. 2009.
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1850.
3. Cottrell, Raymond F. The Beginning of the End. The advent Review And Sabath
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4. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Nampha, Idaho. EE.UU: Publicaciones
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10. Knight, George R, Nuestra identidad: Origen y desarrollo. Doral, Florida. Asociacion
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11. Mathewson Taylor, Christy, “The Doctrine of the Personality of the Holy Spirit as
Taught by the Seventh-day Adventist Church up to 1900”, Tesis de Licenciatura (
Michigan, EEUU: Andrews University.
12. Morton J. The Spirit of Christ, How Received”, E.U. Signs of the Times, 26 de Octubre
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13. Nichol Francis D., The Midnight Cry , Washington, DC: Review and Herald, 1898
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19. White Elena. El Deseado de Todas las Gentes. Miami Florida. EEUU: Ediciones
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20. White, Arthur L, Ellen G. White: The Later Elmsahven Years 1905-1915 Washington,
DC: Review and Herald Publishing Association, 1982.
21. White, Elena. Special Testimonies for Ministries and Workers, [series 1] No. 10 22. White, Elena. Special Testimonies for Ministries and Workers, [series 1] No. 10 Battle Creek, General
Conference of SDA, 1897). 25, 37.Citado en Moon, Jerry.“ The Adventist Trinity Debate, part 2: The Role of Ellen G. White”, E.U. Andrews University Seminary Studies, Vol. 41, No 1, 2003,.
23. Wilcox, Francis M. The Message for Today, EEUU: Adventist Review, 9 de
Octubre de 1913
24. Wilcox, Milton C., Manifestations of the Holy Spirit en Signs of the Times del 15 de
Julio del 1889.