desarrollo económico comunitario y la función de las...

37
Desarrollo Económico Comunitario y la Función de las Universidades: El caso de la revitalización comercial del centro urbano de la ciudad universitaria de Río Piedras Carmen Correa Matos, M.B.A., J.D. Universidad de Puerto Rico Facultad de Administración de Empresas Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras 787-764-0000 exts. 4045, 4033 Fax 787-763-6911 [email protected]

Upload: ngonguyet

Post on 24-Sep-2018

217 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Desarrollo Económico Comunitario y la Función de las Universidades: El caso de la revitalización comercial del centro urbano de la ciudad

universitaria de Río Piedras

Carmen Correa Matos, M.B.A., J.D.

Universidad de Puerto Rico Facultad de Administración de Empresas

Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras

787-764-0000 exts. 4045, 4033

Fax 787-763-6911 [email protected]

1

Tabla de Contenido

Pág.

I. Introducción………………………………………………………………………….2

II. Concepto de la Autogestión y la Organización Comunitaria……………………….5 III. Concepto del Desarrollo Económico Comunitario…………………………………5

IV. Proyecto de Desarrollo Económico Comunitario – Ciudad Universitaria de Río Piedras, San Juan, Puerto Rico……………………………………………..10

V. Componente Apoyo Técnico a Nuevos Negocios…………………………………16

VI. Conclusión……………………………………………………………..…………..30

Bibliografía

Apéndice

2

I. Introducción

“Disparadas las quiebras por segundo mes consecutivo”1, “Tantea el consumidor el

impacto del alza”2, “Reina la incertidumbre entre los empleados”3, “Sin descartar la reducción de

salario y jornada”4, “Pfizer anuncia 350 despidos adicionales…economistas comentan que

factores locales e internacionales, que incluyen la pérdida de la sección 936…ha ido cambiando

la posición de las plantas manufactureras en Puerto Rico”5.

El cuadro económico que presentan estas noticias de prensa obliga a abrir los ojos a una

realidad del país ante la cual se ha vivido relativamente enajenados: la desaparición tan pronto

como en diciembre de 2005 del sistema de incentivos contributivos bajo la sección 936 del

Código de Rentas Internas Federal6 que atrajo grandes empresas farmacéuticas y tecnológicas al

país, la crisis de un gobierno agigantado, cuyos empleados representan un 21% de la fuerza

laboral del país7, la dificultad de levantar fondos por medio de las contribuciones, debido a la

evasión contributiva de personas dentro de la economía formal y de la informal, los altos costos

de producción y servicios que no hacen atractiva la inversión extranjera en la Isla, y la

1 El Nuevo Día, 11 de octubre de 2005. 2 Ibid 3 El Nuevo Día, 15 de octubre de 2005. 4 El Nuevo Día, 19 de octubre de 2005. 5 El Nuevo Día, 20 de octubre de 2005. 6 Las ganancias de las empresas que cualificaban para acogerse a esta sección del Código de Rentas Internas Federal están exentas del pago de contribución sobre ingresos federal y del pago parcial de contribuciones en Puerto Rico bajo la Ley de Incentivos Contributivos. El ingreso pasivo, el cual es generado por concepto de la inversión de los Fondos 936" en ciertas actividades designadas y/o los intereses devengados por el depósito de fondos 936, están exentos de contribución federal siempre y cuando no exceda el 25% del total de ingresos derivados de fuentes en Puerto Rico. Esta cantidad de fondos baratos disponibles fue el motor del crecimiento en la economía de Puerto Rico en la década del 1980. 7 Distribución de Empleo por Grupo Industrial 2001, Departamento del Trabajo de Puerto Rico.

3

sorprendente proporción de residentes de este país que no figuran en las estadísticas de empleo

y que subsisten de las ayudas gubernamentales y de la economía subterránea.8

Las universidades, y más aún las subvencionadas por el estado, tienen una

responsabilidad particular de colaborar en el desarrollo de alternativas para lidiar con los retos

socioeconómicos que enfrenta el país. La universidad de este siglo tiene que “desempeñar

muchos papeles: equipar la fuerza laboral con las habilidades apropiadas y relevantes, estimular

la innovación, apoyar las mejoras en productividad, enriquecer la calidad de vida de la sociedad,

generar conocimiento, generar tecnología, brindar a los individuos la posibilidad de desarrollar

su potencial personal y profesional, definir la cultura regional” (Varela 2003). Puede verse su

función como la de un socio en relación con la comunidad que le rodea y a la que sirve. Las

universidades que por su localización geográfica son parte integral de la “ciudad”, se convierten

en testigos y protagonistas del desarrollo o deterioro de las mismas.

Holden y Connelly (2004) señalan que las universidades que se orientan hacia la ciudad

sostenible se posicionan como socios interdependientes con otros miembros de la misma, en

lugar de ser una serie de estructuras aisladas para impartir educación superior. Las alianzas de

los diferentes grupos dentro de la universidad (profesores, estudiantes, administradores), se

amplían para establecerlas también con la comunidad, con el gobierno, con las empresas

privadas, y dentro de la comunidad, con todos sus integrantes: residentes permanentes,

residentes temporeros, grupos de inmigrantes, comerciantes, profesionales, empleados, personas

sin techo, etc. Estos autores acuñan la frase “learning city”, y la definen como una ciudad que se

acerca al desarrollo sostenible como un proceso educativo constante, que ocurre entre todos los

ciudadanos, y lo mismo se da en el laboratorio, que en la sala del tribunal, que en la oficina del

8 El Censo del 2000 revela que la proporción de personas en la fuerza laboral es apenas un 40.7%, con una proporción de incapacitados de 26.8% y una población de 18 años o más de 71.3%, lo que deja una proporción significativa de personas hábiles para trabajar que no están aportando actividad productiva al país.

4

profesional o comerciante, que en la del político o el economista; en resumen, dondequiera que

surja un problema y haya que tomar decisiones (Blanco 1994, según citado por Holden y

Connelly 2004). A una escala mayor, mientras más fuerte es la colaboración, reciprocidad y

flujos de conocimiento entre el gobierno, la empresa privada y la sociedad civil con respecto a

los proyectos de fomento de microempresas (las cuales pueden surgir de las gestiones de la

comunidad), mayor el crecimiento económico de la región (Jones, Kashlak y Jones 2004).

Este trabajo pretende documentar, tomando como marco teórico el tema del desarrollo

económico comunitario, un proyecto de intervención en la comunidad aledaña al Recinto de Río

Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Aunque el proyecto mencionado tiene varios

componentes, el énfasis se hará en el apoyo técnico a nuevos empresarios en el sector de Río

Piedras. Antes de entrar de lleno en la descripción y análisis del trabajo de campo, se definirá el

concepto “comunidad”, como eje del proceso de desarrollo económico comunitario.

Posteriormente se presentará el trasfondo socioeconómico del sector de Río Piedras, con énfasis

en los problemas y retos, pero también en las oportunidades que tiene el mismo para salir del

estado de deterioro en que se encuentra en estos momentos. Luego se presentará con detalle el

proyecto particular que un grupo de académicos está llevando a cabo, gracias a un donativo del

Department of Housing and Urban Development (HUD)9 para proyectos de servicio directo a las

comunidades adyacentes a las universidades que se encuentran en procesos de revitalización. Se

presentarán los esfuerzos realizados, escollos encontrados y cursos de acción tomados para

lograr los objetivos del proyecto en torno al fomento del sector empresarial en la ciudad, todo

enmarcado en la doctrina del desarrollo económico comunitario como alternativa para el

9 La misión de HUD es “aumentar la titularidad sobre las viviendas por los ciudadanos, apoyar el desarrollo comunitario y aumentar el acceso a vivienda asequible, libre de discriminación.

5

resurgimiento, sostenimiento y conversión de estas comunidades en importantes colaboradores

en el desarrollo socioeconómico de la zona.

II. Concepto de la Autogestión y la Organización Comunitaria

Estudiar la etimología de la palabra “autogestión” ayuda a comprender este concepto

fundamental para el desarrollo económico comunitario. Auto significa “por sí mismo”; gestión

se define como hacer diligencias para conseguir algo (Brivio Borja 2002). En conjunto, prefijo y

raíz implican el poder para decidir por sí mismo sobre los asuntos que le afectan. La autogestión

comunitaria conlleva el fomento de la capacidad de un grupo para identificar los intereses o

necesidades básicas que le son comunes, y que a través de una organización puedan defenderlos

efectiva y eficientemente (Proyecto Fortalecimiento de la Autogestión Comunitaria, United

Nations Center for Human Settlements – HABITAT 2002). Desde la perspectiva del desarrollo

comunitario, la comunidad debe tener ciertas características que le permitirán, mediante un

proceso de organización, obtener reconocimiento y algún grado de poder. Estos grupos de

personas “que viven juntas” han desarrollado solidaridad ante los problemas comunes, tienen

proximidad física dentro de un mismo lugar geográfico y, más aún, muestran sentido de

identidad y de pertenencia a un lugar. Dichos grupos entonces se constituyen en organizaciones

democráticas con propósitos definidos. Estas organizaciones están dirigidas por líderes de la

misma comunidad y se caracterizan por utilizar el poder político que como grupo poseen, para

obtener participación en la distribución de los recursos económicos (Cummings e Eagley 2001).

III. Concepto del Desarrollo Económico Comunitario

La organización comunitaria ha surgido como un movimiento de justicia social desde las

entrañas de la propia comunidad con el objetivo principal de lograr, por sus propios medios, el

desarrollo social y económico. El movimiento del desarrollo económico comunitario consiste en

6

diversas estrategias para revitalizar las comunidades en desventaja económica. Se ha definido

como un proceso por el cual los residentes de vecindarios de ingresos bajos y moderados, al

trabajar mano a mano mediante organizaciones de base comunitaria, así como con el apoyo de

entidades privadas, públicas y sin fines de lucro, mejoran su capacidad económica y bienestar,

aumentando así el control sobre su desempeño económico, y contribuyendo al apoderamiento y

toma de decisiones por la propia comunidad (National Economic Development and Law Center

1994, CDC Partnerships for Community Economic Development, HUD 2003).

El profesor William H. Simon, de la Escuela de Derecho de Stanford, California, ha

presentado las tres características funcionales del movimiento de desarrollo económico

comunitario (DEC):

1. Densidad relacional: Los esfuerzos del DEC se diseñan para multiplicar los contextos y roles en los cuales las personas se confrontan unos con otros. Se entiende que el desarrollo económico de las comunidades está ligado a la residencia. Al tratar de que los miembros de la comunidad tengan conciencia del control que pueden tener sobre los procesos económicos dentro de la misma, el CED aumenta el número de roles que los residentes pueden desempeñar. La gente que antes sólo se encontraba como vecinos, ahora interaccionan dentro de la comunidad como patronos-empleados, vendedores-consumidores, caseros-inquilinos, funcionarios de gobierno-recipientes de servicios; todo esto para atender diferentes situaciones que afectan su entorno social y económico.

2. Localización geográfica: La comunidad física es un espacio conveniente para atraer a la

gente y propiciar encuentros variados. Una comunidad residencial puede dar una expresión física a un sentido de cultura común distintiva, de pertenencia, de identidad; esto, en contraste con el “anonimato de vivienda pública divorciada de su entorno.

3. Encuentros cara a cara: El DEC enfoca en el reemplazo de relaciones remotas

impersonales entre, por ejemplo, propietarios ausentes e inquilinos o clientes, o entre burócratas y sus constituyentes por relaciones cara a cara. Para esto, la estructura física del ambiente urbano debe configurarse para que haya esta interacción entre vecinos. Esto se puede lograr con uso mixto de la propiedad, bloques cortos, edificios nuevos coexistiendo con los antiguos y aumento en la densidad poblacional de la ciudad.

Las organizaciones de base comunitaria facilitan la negociación informal y la acción

colectiva, dentro de un marco de orden institucional, lo que les otorga una mayor credibilidad

7

ante el resto de los constituyentes, que la que puedan tener meras acciones aisladas de personas

particulares. El DEC persigue un tipo de desarrollo que beneficie a la comunidad en forma

distinguible, como, por ejemplo, el lograr acceso a vivienda, servicios, trabajo u oportunidades

de negocio, así como consecución de bienes públicos (plazas, escuelas, parques, etc.). Por

ejemplo, si se realizan inversiones en el vecindario que aumenten grandemente el valor de la

propiedad y ésta no la poseen los residentes, los miembros de la comunidad probablemente no

podrán asumir un pago de renta más alto y eventualmente serán reemplazados por otros

residentes de mayor ingreso. Este peligroso proceso se conoce en inglés como “gentrification” y,

aunque puede crear valor al vecindario, no promueve el desarrollo comunitario. Más bien, hace

más pobres a los antiguos inquilinos porque pierde sus viviendas, y porque además, al

dispersarse, se destruye la fuerza política que hubieran tenido como comunidad (Simon 2002,

Wetzel 2004).

Para que una actividad sea conducente al desarrollo económico comunitario debe implicar

enlaces beneficiosos o sinergías con otras actividades o instituciones. Por ejemplo, el estimular

el establecimiento de cadenas de tiendas tiene una doble consecuencia para la comunidad:

primero, como su ganancia está en el volumen, típicamente adquieren su mercancía de suplidores

nacionales o internacionales, haciendo poca o ninguna inversión colateral en la comunidad:

segundo, van eliminando la competencia de los negocios locales (Simon 2002). Además, las

grandes corporaciones no suelen tener ataduras con las comunidades donde están ubicadas. No

tienen problema en relocalizarse a su conveniencia económica, en contraste con los negocios

locales y comunales, que están firmemente afianzados en un lugar particular y tienen interés en

lograr estrategias de desarrollo sostenible que les permitan continuar haciendo negocios en el

futuro previsible (Barrios y Barrios 2004).

8

Otro criterio para determinar si una actividad es beneficiosa para la comunidad es que los

efectos ambientales externos negativos (como la contaminación y la congestión de tráfico) sean

mínimos. Cuando se va a evaluar un proyecto en una comunidad, hay que tomar en cuenta estos

aspectos y balancearlos con los efectos positivos de creación de empleos y mejoramiento de las

calles y aceras. De no tomarse esto en cuenta, un proyecto que a primera vista parece ser muy

positivo se puede tornar en un problema social y ambiental a gran escala. Un efecto externo muy

importante a considerar es el efecto sobre los transeúntes (Jacobs 1984, citada en Simon 2002).

Aquel proyecto que atrae a la gente a las calles en momentos del día en que éstas hubieran estado

vacías, tiene beneficios colaterales importantes y viceversa.

Un problema que aducen algunos estudiosos del tema (Lemann 1994) se puede resumir en el

término “parroquialismo”. En ocasiones, cuando las comunidades se organizan para combatir

proyectos grandes, se concentran en el efecto particular sobre ellos, y se obvia el beneficio social

o económico que puede redundar para ellas en el más largo plazo. De esta forma pueden

oponerse a desarrollos multifamiliares (en una comunidad de viviendas terreras), a que se

instalen oficinas de servicios a deambulantes, o que se construyan complejos de oficinas en el

centro de la comunidad. Usualmente las comunidades se organizan cuando un proyecto de una

entidad gubernamental o privada (con el aval gubernamental) les afecta en su entorno inmediato.

Estos grupos van surgiendo por la percepción de sus miembros de que ya su comunidad ha

recibido una porción suficiente de los aspectos negativos del desarrollo, al ser las comunidades

pobres las que tienen que sufrir la presencia de vertederos, cárceles, centros de rehabilitación de

narcómanos, entre otras. El negociar con estas organizaciones, muchas de las cuales suelen tener

gran poder de convocatoria, puede ayudar a lograr acuerdos de colaboración entre la comunidad

donde se quiere establecer el proyecto y las entidades privadas o gubernamentales que quieren

9

llevarlo a cabo, beneficiándose (al menos parcialmente) todas las partes involucradas (Simon

2002).

Estudiosos del tema del DEC han concluido que, para que haya un desarrollo sostenible de la

comunidad, debe darse un proceso de “economic gardening” (siembra económica, en español)

(Barrios y Barrios 2004). Esto implica que los esfuerzos de atracción y ayuda a nuevas empresas

deben enfatizar el estímulo a los negocios de dueños miembros de la comunidad. Este empuje al

desarrollo del empresarismo local tiene la consecuencia afortunada de promover y nutrir lo que

Robert Putnam (1993) llamó el “capital social”. Éste se refiere a la organización social que

facilita la coordinación y cooperación para el beneficio mutuo. Se fomentan las redes de

confianza, se disminuyen los costos transaccionales y se acelera la información y la innovación.

Estas redes y alianzas precisan de organizaciones de base comunitaria (entre las que se

encuentran las asociaciones de comerciantes y de profesionales) que trabajen en conjunto con los

negocios locales y las agencias gubernamentales para que fluya información sobre el mercado,

adiestramiento de empleados, oportunidades de inversión, fuentes de financiamiento, y que,

como grupo, influyan en las decisiones de política gubernamental que les afectan. Las

universidades tienen una función clave en lograr que se dé el flujo de conocimiento e

información para el éxito del desarrollo económico de las comunidades.

Michael Porter (1995), profesor de Harvard Business School y uno de los más reconocidos

consultores de negocios en los Estados Unidos, ha indicado que son los enfoques empresariales

los que pueden ayudar a las comunidades urbanas en desventaja económica. Él ha argumentado

que los esfuerzos de revitalización de los centros urbanos deben estar enfocados en resaltar las

ventajas competitivas de éstos; esto es, en lugar de “redistribuir” la riqueza, debe buscarse la

“creación” de la riqueza. Por ende, debe haber acceso al capital, particularmente inversionistas

10

que quieran arriesgarse en estos centros urbanos. A su juicio, las dádivas, los créditos

contributivos e incentivos de todo tipo no son la solución para lograr aumentar la inversión en

estos sectores, sino que deben eliminarse las contribuciones sobre dividendos y ganancias de

capital en aquellos negocios que invierten en los centros urbanos y producen empleos para sus

residentes. Una vez más, la universidad como proveedor de información es vital, y más aún, de

asesor técnico constante para asegurar el sostenimiento de dichas empresas y el desarrollo de los

centros urbanos (Simon 2002, Sass Rubin y Stankiewicz 2003).

IV. Proyecto de desarrollo económico comunitario – Ciudad Universitaria de Río Piedras, San Juan, Puerto Rico

El Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, campus principal de la

universidad del estado, está localizado en un barrio de la ciudad capital de San Juan llamado Río

Piedras. Lo que hoy se conoce como Río Piedras en el pasado tuvo su origen como un poblado

llamado El Roble en las riberas del río Piedras. La fundación oficial ocurrió en 1714. Bajo el

nombre de El Roble fue fundado con la autorización del gobernador Juan de Rivera. El nombre

deriva del río Piedras que lo atraviesa.

En el 1832, Río Piedras estaba constituido por cuatro barrios: Roble (pueblo), Cupey,

Caimito y Monacillos. En el 1823, el gobierno municipal solicitó al gobernador Miguel de la

Torre que favoreciera la compra de terrenos para la formación de un recinto urbano. Las tierras

fueron divididas y concedidas a personas que interesaran construir casas. Tal acción trajo como

consecuencia que se formaran calles y callejones, dando la apariencia de una zona urbana dentro

del campo.

En el 1903 se fundó la Universidad de Puerto Rico (UPR) a las afueras del poblado de Río

Piedras. Se le conoce como "La Ciudad Universitaria" por ser sede de la institución universitaria

11

más grande y antigua de la Isla. La construcción de la primera universidad de Puerto Rico, así

como sus vastos cuerpos de agua fresca y sus abundantes fincas llamó la atención de muchos

haciendo que el pequeño pueblo creciera. Las ventajas de transporte así como sus recursos

naturales despertaron el interés capitalino de su anexión. El 1ro. de julio de 1951, Río Piedras

fue anexada a San Juan, perdiendo así su carácter de municipio.10

Hace unas décadas atrás, el centro urbano de Río Piedras era la zona comercial más

importante en el área metropolitana de San Juan y el centro de trasbordo de la red de

transportación pública de la Isla. El centro urbano también era una de las más prestigiosas zonas

residenciales de la ciudad capital. La arquitectura de las viviendas de la zona era una de belleza

tradicional, siendo aún en estos días y a pesar del deterioro de la zona, edificios de gran valor

histórico. En la urbanización conocida como Santa Rita cohabitaban profesores y estudiantes del

Recinto de Río Piedras, así como profesionales prestigiosos. Esta área de carácter residencial se

mezclaba de forma interesante con los muchos negocios y locales que brindaban diversos

servicios a sus diversos integrantes. La “ciudad universitaria” llegó a ser uno de los más

vibrantes centros urbanos del área metropolitana, donde se daba una relación simbiótica entre

Universidad, residentes, comerciantes, profesionales y visitantes.11

La década de los ’70 fue testigo del comienzo de un decaimiento urbano que ha continuado

hasta el presente. Muchos negocios han cerrado o se han mudado, a la par con la emigración de

los residentes permanentes, particularmente los de clase media y media alta. En un período de

cuarenta años, la ciudad se redujo de 16,562 a 8,246 residentes permanentes.12 Las áreas

residenciales y sus majestuosas viviendas han sido adquiridas por desarrolladores no residentes

10 http://www.linktopr.com/riopiedras.html 11 Trasfondo histórico recopilado en la Propuesta “UPR-COPC for the Río Piedras Urban Area, 2004. 12 Entrevista del Dr. Juan Giusti, Director del Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial de Río Piedras, “Por un desarrollo integral: al rescate de Río Piedras”, Primera Hora, 9 de septiembre de 2005.

12

de la comunidad que las han subdividido en múltiples apartamentos para albergar estudiantes e

inmigrantes en busca de vivienda temporera, subdivisión realizada en muchas ocasiones al

margen de la reglamentación aplicable a permisos de construcción y uso de las agencias que

supervisan el desarrollo planificado de los sectores urbanos del país. Por otro lado, el

desparramamiento hacia urbanizaciones en los suburbios de los pueblos aledaños al centro de la

ciudad capital, la proliferación de automóviles, la construcción de inmensos centros comerciales,

fueron alejando a los residentes y a muchos comerciantes. Mientras todo esto ocurría, la

Universidad de Puerto Rico se mantenía, detrás de sus portones, ajena a lo que estaba ocurriendo

en su vecindario, ya que ella misma se había contagiado con el desparramamiento, al dividir el

presupuesto de la Universidad para nueve colegios regionales a través de toda la Isla, además del

Recinto principal en Río Piedras y el de Ciencias Médicas.

La década del ’90 y comienzos del nuevo siglo marcó el peor momento de la historia

económica y social de la ciudad universitaria. En el 1996, una explosión ocurrida a causa de una

filtración de gas propano, sacudió el corazón del centro comercial de Río Piedras. Treinta y tres

muertos y varios negocios destruidos fueron el saldo de la misma. Dos años más tarde, un

incendio de grandes proporciones destruyó la Plaza del Mercado, a la vez que se comenzaba la

construcción de un nuevo sistema de transportación pública sobre rieles: el Tren Urbano. Este

último suceso duró unos siete años y conllevó la casi paralización de varias calles comerciales

debido a los túneles que se tuvieron que excavar para la construcción de dos estaciones

subterráneas: una en los predios del Recinto de Río Piedras y la otra en una de las avenidas

principales y de gran flujo peatonal, la Avenida Ponce de León. Esto motivó el éxodo de más

residentes y comerciantes. La cantidad de edificios abandonados y convertidos en ruinas

aumentó dramáticamente. El deterioro y abandono de la ciudad, la falta de iluminación, así

13

como la poca vigilancia policíaca propiciaron el aumento de la delincuencia y la presencia de

deambulantes, principalmente adictos a drogas (Guilbe y Rocha 2003).13

Mientras todo esto ocurría y por el reclamo sin tregua de las organizaciones de base

comunitaria que agrupaban residentes, comerciantes y profesionales, se aprobó la Ley para la

Revitalización de Río Piedras, Ley Núm. 75 de 5 de julio de 1995. Esta ley establecía como

política pública del Estado, la necesidad de repoblar la ciudad universitaria y revivir el sector

comercial. Para ello proponía una serie de incentivos contributivos a las personas naturales o

jurídicas que invirtieran en la rehabilitación y remodelación de estructuras para vivienda

permanente, así como otro paquete de incentivos para promover la instalación de negocios en el

centro urbano que crearan empleos. Todos estos incentivos se evaluarían al cabo de 5 años a

partir de la puesta en vigor de la mencionada ley. Dicha ley proveyó una aportación anual de

$150,000 a la Junta de Planificación de Puerto Rico14 para que instrumentara la ley y se creara

un grupo de trabajo interagencial que procurara acercar a todas las agencias que de alguna u otra

forma tendrían ingerencia en el proceso de rehabilitación del centro urbano de Río Piedras. Se

definió la zona de desarrollo con unos linderos particulares, dentro de los cuales se disfrutaría de

los beneficios que la ley ofrecía. Esta ley también impuso la obligación a la Junta de

Planificación de Puerto Rico para que, en un plazo de un año, preparara, en conjunto con los

representantes de la comunidad, un Plan de Desarrollo Integral del área.

13 Según el Estudio sobre población de deambulantes del Centro Urbano de Río Piedras, la población de deambulantes adictos a drogas o alcohol ascendía a 79.4% de la población estudiada en 2003.

14 La Junta de Planificación fue creada mediante la ley Núm. 75 de junio de 1975, según enmendada, conocida como la Ley Orgánica de la Junta de Planificación de Puerto Rico. Esta Ley se establece con el propósito primordial de fortalecer aquellas funciones de la Junta relacionadas con la orientación, coordinación e integración de la política pública sobre el desarrollo integral del país, la investigación e información y el asesoramiento, tanto al Gobernador como a la Asamblea Legislativa, los municipios y las agencias gubernamentales, para poder enfrentarse a los problemas que caracterizan al Puerto Rico del presente y de las próximas décadas.

14

En el año 1999, se enmendó la Ley Núm. 75 (supra) mediante la Ley Núm. 236 de 15 de

agosto de 1999. Esta ley le impuso al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico

la tarea de coordinar los esfuerzos “interdisciplinarios e intersectoriales” de rehabilitación del

centro urbano de Río Piedras por ser el Recinto “el residente de mayor tamaño en dicha Zona

Especial [de Desarrollo], no sólo por el área que ocupa, sino también por la población que a

diario recibe”. Además, según la Asamblea Legislativa expuso, el Recinto cuenta con vastos

recursos intelectuales y de peritaje en varias disciplinas del saber relacionadas al quehacer diario

y a los problemas que aquejan a Río Piedras. Se le asignó al Rector del Recinto de Río Piedras

ser el Presidente del Grupo de Trabajo Interagencial, y que nombrara un Director Ejecutivo.

Esta ley creó el Cuerpo Consultivo, con participación ciudadana de residentes y comerciantes y

profesionales del área, para, entre otras cosas, promover y facilitar la implantación del Plan de

Rehabilitación de Río Piedras, proveyendo el insumo de las necesidades y problemas que

aquejan a la comunidad y que son de pertinencia para las agencias del gobierno estatal y del

Municipio de San Juan.. El Director Ejecutivo, los miembros del Grupo de Trabajo Interagencial

y los del Cuerpo Consultivo establecieron una sede en el corazón de Río Piedras, desde donde se

coordinan todos los esfuerzos de desarrollo económico y social para este sector. Esta sede se

conoce como Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE).

La Ley de Revitalización de Río Piedras trajo consigo la posibilidad de atenuar

simbólicamente las barreras que por años ha habido entre el Recinto de Río Piedras de la

Universidad de Puerto Rico y el barrio que le da su nombre. Muchas iniciativas

interdisciplinarias (Clínica de Asistencia Legal, prácticas de Trabajo Social y de Psicología

Comunitaria, Proyectos de Alfabetización de la Facultad de Educación, Taller de Diseño

Comunitario de la Escuela de Arquitectura, proyectos de campo de la Escuela Graduada de

15

Planificación, entre otras) se comenzaron a dar de forma coordinada usando como punto de

encuentro y de facilitador administrativo al Director Ejecutivo del Grupo de Trabajo

Interagencial y su brazo en el sector, CAUCE.

Todos los proyectos han tenido como denominador común la integración y participación

activa de las organizaciones de base comunitaria, tanto de residentes, como de comerciantes. Es

importante indicar que tanto los residentes como los comerciantes están divididos por

localización geográfica dentro del centro urbano de Río Piedras, presentando así una interesante

muestra de la diversidad de integrantes de esta heterogénea región del área metropolitana de San

Juan: entre los comerciantes, los de la Plaza del Mercado, los del Paseo de Diego (todo tipo de

artículo y servicio profesional), los de la Avenida. Ponce de León (principalmente librerías), etc.;

entre los residentes, los de las urbanizaciones García Ubarri, Santa Rita, Mora, Cabrera (las áreas

que alguna vez fueron de altos ingresos y ahora las ocupan enormes y numerosos edificios de

hospedaje para estudiantes y residentes temporeros), Capetillo arriba y abajo (residentes de

bajos ingresos y gran cantidad de inmigrantes, particularmente dominicanos).

Posteriormente a la mencionada Ley Núm. 75 (supra) y sus enmiendas, que fueron

diseñadas particularmente para el sector de Río Piedras, se han aprobado diversas leyes y

ordenanzas, estatales y municipales respectivamente, que tienen como norte la revitalización de

otros centros urbanos en deterioro físico, social y económico. Entidades que ofrecen

financiamiento a pequeñas empresas han preparado paquetes de préstamos particularmente

dirigidos a proyectos de desarrollo en los centros urbanos.

Esta coyuntura de incentivos contributivos estatales y municipales, así como facilidades

especiales de financiamiento, representan una ventana de oportunidad para el desarrollo de Río

16

Piedras. A esto se une un elemento muy importante en este escenario: la inauguración del Tren

Urbano con sus dos terminales en Río Piedras y la expectativa de un aumento considerable en el

flujo de visitantes al centro urbano.

Con este trasfondo de amenazas, retos y oportunidades que enfrenta el centro urbano de

Río Piedras, el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico presentó una propuesta

de servicios interdisciplinarios al Programa Community Outreach Partnerships Centres (COPC),

auspiciado por HUD. Este programa otorga fondos a aquellas universidades que utilicen su

recursos humanos, intelectuales y fiscales para apoyar los procesos de revitalización de

comunidades en franco deterioro y que estén aledañas a los centros universitarios15. El pasado

mes de octubre de 2004, el Recinto de Río Piedras recibió un donativo para un proyecto

interdisciplinario con duración de tres años para propiciar procesos de mejoramiento en las áreas

de vivienda, prestación de servicios a las personas sin techo y apoyo técnico a comerciantes en el

centro urbano. Es esta última actividad la que se va a reseñar como un ejemplo vivo de las

actividades, protagonistas y relaciones que se dan como parte del proceso de desarrollo

económico comunitario.

V. Componente Apoyo Técnico a Nuevos Negocios

Los comercios de los centros urbanos han experimentado reducciones significativas, tanto

en número de establecimientos como en los volúmenes de ventas. Se han identificado varias

razones, destacándose entre ellas la proliferación de centros comerciales de gran tamaño,

ubicados en las avenidas principales o en las salidas de las autopistas del país. Hay estudios que

indican que el 60% de los principales centros comerciales del país se establecieron entre 1990 y

15 Para una descripción de éste y otros programas, ver www.hud.gov.

17

1999. (Aponte, Mas y Montalvo 2003). El centro urbano de Río Piedras, a pesar de tener tan

cerca el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, con un flujo de más de 25,000

personas diarias entre estudiantes y empleados, no ha sido la excepción. También se ha atribuido

esta reducción a la pérdida de accesibilidad de los centros urbanos a las principales vías de

transportación. La intensificación del uso del automóvil, la poca confiabilidad en el sistema de

transportación pública, la escasez de estacionamientos en el centro urbano y diversos problemas

asociados con la falta de vigilancia policíaca han ido alejando a los consumidores de lo que se

ha llamado el comercio tradicional urbano. El Censo Comercial del Centro Urbano de Río

Piedras, realizado por los profesores Danelia Rocha y Carlos Guilbe para el año fiscal 2002-

2003, refleja la situación de los negocios, expresada por los propios dueños u operadores de los

mismos:

• De los 912 establecimientos comerciales existentes en la fecha del censo, el 82.3% eran dueños de sus negocios.

• La mediana de volumen de ventas anuales fue $35,000.

• El promedio de empleos fue de 5.

• El promedio de clientes diarios fue 108.

• El 67% de los dueños u operadores de negocio indicó que sus ventas habían disminuido.

• Los tres motivos principales para la mencionada disminución fueron, en orden de prioridad: (1) construcción del tren urbano; (2) situación económica del país; (3) efecto conjunto de la explosión de Humberto Vidal, construcción del Tren Urbano y situación económica general.

• Sólo el 17% de los dueños u operadores de negocio indicó interés en expandir el mismo.

• El 18% de los dueños u operadores de negocio indicó que planifican aumentar el número de empleados.

18

• El 53% de los dueños u operadores expresó que los problemas principales de sus negocios son la falta de estacionamiento, la escasa seguridad y la presencia de deambulantes. Casi la totalidad de los dueños u operadores de negocio indicaron que los problemas del área son la criminalidad, la presencia de deambulantes, la falta de estacionamiento, los prolongados trabajos de construcción y el sistema defectuoso de alcantarillados.

El grueso de la actividad comercial del centro urbano se encuentra en el área conocida

como Río Piedras Antiguo, área circundante a la Plaza de Recreo y a la Iglesia Católica

(símbolos de la existencia de poblados desde la época de los españoles). Existen tres arterias

comerciales principales en este sector: la Avenida Ponce de León, donde se encuentra casi la

totalidad de las librerías y una salida de la estación del Tren Urbano; el Paseo de Diego, una calle

de gran densidad comercial, donde existe variedad de negocios de venta al detal, de dueños

individuales o sucursales de cadenas nacionales; la Calle Arzuaga, donde ubica la Plaza del

Mercado (Ver Mapa en el Apéndice 1).

De estos sectores comerciales, los más afectados por la disminución de la actividad

comercial han sido la Ave. Ponce de León y el Paseo de Diego. La primera se mantuvo

parcialmente intransitable por años debido a la construcción de la parte subterránea del Tren

Urbano. La segunda, además de esta situación, ha confrontado el cierre parcial de la misma por

“obras de reconstrucción y remodelación del área” que lleva a cabo el Municipio de San Juan.

Estas obras han tardado unos tres años, años en que no han podido aprovechar la bonanza de las

ventas de temporada (regreso a la escuela y Navidades).

En ese recorrido, además de la reducida actividad de ventas, se observa la proliferación de

negocios cerrados, algunos de ellos en vías de convertirse en ruinas. Llama la atención que,

adyacente a las recién estrenadas entradas a la estación Roble del Tren Urbano, existen decenas

de locales comerciales vacíos y en avanzado estado de deterioro. Se añade a estos edificios de

19

dueños privados, algunas de las propiedades que adquirió la Autoridad de Carreteras,

corporación pública que maneja el Tren Urbano, como parte de su plan de redes de

transportación. La Plaza del Roble, justo al frente del antiguo Teatro Paradise, fue habilitada por

la Autoridad de Carreteras como un parque pasivo y área de esparcimiento. Se prepararon

quince locales para establecer comercios alrededor de la plaza, para alquilarlos a pequeños

negocios que fueran atractivos para los visitantes y como parte de la mitigación por los efectos

negativos a la economía del área que se dieron durante la construcción del Tren Urbano. Hace

un año que se inauguró el Tren Urbano y los locales nunca han sido habilitados ni alquilados,

convirtiéndose en lo que un comerciante del área llamó “neoruinas”. El vandalismo, la

proliferación de grafito no artístico, la inexistencia de iluminación y la conversión de la plaza y

los locales vacíos en refugio de deambulantes, todo conjugado con falta de vigilancia policíaca

(aunque curiosamente el cuartel de la Policía Estatal está a unas cuadras de esta plaza), han

acentuado la sensación de abandono y desesperanza que ya existía en el casco urbano.

Con la presencia del Tren Urbano y las esperanzas cifradas en una mejoría de las

condiciones económicas del sector, algunos comerciantes, particularmente los libreros, han

hecho inversiones en sus negocios, remodelando, ampliando e inclusive adquiriendo nuevos

locales. Sin embargo, la falta de iluminación y de vigilancia policíaca ha creado el terreno fértil

para el vandalismo en todos y cada uno de los edificios de la Avenida Ponce de León, sin

respetar si son edificios ocupados o abandonados.

Lo que hemos descrito es el cuadro de la realidad con la que este grupo de trabajo del

Componente de Apoyo Técnico a Nuevos Negocios se está enfrentando en el proceso de

colaborar con el desarrollo de un nuevo grupo empresarial en la ciudad universitaria. Pero, a la

vez que los negocios existentes y los que se ubiquen próximamente tienen que enfrentarse a los

20

retos antes presentados, hay notables oportunidades que explotar: las dos estaciones del Tren

Urbano con el consiguiente flujo de visitantes al área; los numerosos incentivos contributivos,

estatales y municipales, para las áreas de desarrollo; la presencia de CAUCE y sus colaboradores

para enlazar los proveedores de servicios institucionales con los usuarios residentes,

comerciantes y profesionales; la posibilidad de aumentar la participación de los grupos

comunitarios ya establecidos y de impresionante trayectoria previa; la colaboración de profesores

y estudiantes del Recinto de Río Piedras como asesores y facilitadores de procesos; la posible

reapertura del Teatro Paradise como símbolo del renacer de Río Piedras como ciudad próspera y

cultural, con las consecuencias positivas de más flujo de visitantes y la apertura de negocios en

los alrededores que saquen partido a una mayor actividad cultural y social.

El grupo de trabajo de Apoyo Técnico a Nuevos Negocios tiene los siguientes objetivos,

según sometidos en la propuesta al Programa COPC:

1. Contribuir a la revitalización de la actividad de negocios en Río Piedras mediante el estímulo y apoyo a los pequeños empresarios.

2. Aumentar el número de nuevos negocios establecidos en Río Piedras, a establecerse según el Plan de Desarrollo Integral.

3. Apoyar a los empresarios existentes que necesiten y deseen reestructurar sus negocios para cumplir con las nuevas leyes y reglamentos y los planes de revitalización del área, así como para aumentar su lucratividad y asegurar su estabilidad.

4. Ofrecer ayuda técnica que permita el crecimiento sostenible a los nuevos negocios y para que los negocios en problemas o en vías de fracaso puedan continuar en marcha.

Para lograr estos objetivos, se propusieron las siguientes actividades:

1. Distribuir información sobre oportunidades de negocio mediante opúsculos, charlas informales, con la colaboración de entidades gubernamentales y privadas dedicadas al financiamiento de pequeñas empresas.

2. Proveer ayuda técnica a individuos interesados en comenzar un negocio en el área. Después de la evaluación inicial por uno de los profesores participantes del programa,

21

si la propuesta de negocios parece viable, estudiantes graduados colaborarán con el proponente para preparar un plan de negocios, con énfasis en una análisis realista de las posibilidades del proyecto.

3. Dar seguimiento a las personas que comienzan el negocio, incluyendo asesoramiento para la preparación de proyecciones financieras, consecución de permisos y endosos, entrevistas con representantes de las instituciones financieras, preparación de contratos, identificación de suplidores, entre otros.

4. Creación de una base de datos de personas interesadas en comenzar un negocio en Río Piedras que han solicitado información y ayuda.

El grupo de trabajo a cargo de las tareas antes mencionadas está compuesto por dos

profesoras del Programa de Desarrollo Empresarial y una estudiante egresada de dicho

Programa, y que actualmente estudia Derecho en la Universidad de Puerto Rico. La

coordinación general de nuestras tareas está a cargo de la Directora del Programa de Desarrollo

Empresarial, doctora en “Entrepreneurship” de la Universidad Autónoma de Barcelona. Este

grupo persigue lograr atraer nuevos negocios al centro urbano de Río Piedras, que tengan

posibilidades reales de éxito y que puedan capitalizar las oportunidades que ofrece el área en

términos del flujo de visitantes que traerá el Tren Urbano y los incentivos contributivos y de otra

índole que están disponibles para los procesos de revitalización de centros urbanos. También se

pretende colaborar con los comerciantes existentes para revisar sus actividades de negocios

presente y atemperarlos a las tendencias del mercado, hacerlos más competitivos y asegurar su

vida como negocio en marcha.

Uno de los primeros pasos es hacer accesible la información respecto a estas oportunidades

al mayor número posible de personas que puedan tener el interés de ver a Río Piedras como un

lugar para invertir y trabajar. De hecho, muchos de los programas de DEC tienen como pilares

el mejorar la comunicación de la información que facilite la inversión, ya que se entiende que la

institucionalización del conocimiento local es un activo de la comunidad. (Simon 2002, Barrios y

Barrios 2004).

22

Se determinó que uno de los renglones de información más necesaria para este nuevo

empresario que podría hacer negocios en Río Piedras es aquélla que tiene que ver con el espacio

físico en que se va a instalar (ubicación, tamaño, precio, condición del local), así como su

situación de titularidad, gravámenes, embargos, permisos de uso y zonificación. Todo este

proceso investigativo, que consume tiempo y dinero puede desalentar a un posible empresario,

cuando se enfrenta al desconocimiento de los procesos o a las barreras burocráticas que imponen

las agencias a cargo de proveer información o emitir permisos. Por tal razón, se realizó un

inventario de los locales disponibles para alquiler y compra en el área de estudio. Se delimitó el

área para el inventario físico de locales a aquélla que se identificó como el sector comercial que

más ha sufrido la reducción en su actividad y que está comprendida por el área comercial

alrededor de la Plaza de la Convalecencia (incluyendo el Paseo de Diego y excluyendo la Plaza

del Mercado y sus calles adyacentes).16 La inspección visual produjo un inventario de cincuenta

y seis lotes comerciales desocupados, casi todos ellos en estado de deterioro.

El hacer la selección de estos locales e identificar sus dueños, además de proveer una

información de sumo valor al empresario en ciernes y una reducción en su costo de oportunidad

de hacer él mismo esta labor, cumple otro importante propósito dentro de las actividades de

desarrollo económico comunitario. En vecindarios en deterioro económico, hay una propensión

de los dueños de propiedades a no invertir para mejorar las mismas. Con cada una de las

personas que decide no invertir, se da una “coordinación negativa”, y otros dueños de

propiedades dejan de hacerlo también. Esto puede llegar a una situación irreversible, donde

existan muy pocas posibilidades de rehabilitación del sector. (Massey y Denton 1993, citados en

Simon 2002) Aquí entran en juego los especuladores, quienes pueden adquirir las propiedades

16 Las calles y avenidas comprendidas incluidas en el estudio son: Ponce de León, Arzuaga, Ferrocarril, De Diego, González, Gándara, Pilar, Brumbaugh y Calle 1. El Apéndice 1 contiene un mapa del área de trabajo.

23

derruidas a precios bajo, pero no desarrollan las mismas hasta tanto encuentran compradores

dispuestos a comprar a precios altos, a base de la expectativa de que la situación va a mejorar

luego de terminar las obras que el gobierno realiza en dichas áreas. Mientras no se hace nada

con las propiedades, éstas continúan deteriorándose, alentando el vandalismo, y produciendo más

pesimismo entre los demás dueños u operadores de negocios, quienes se afectan por este factor

externo (“externalities”) y dejan de invertir en lo suyo, bajando más aún el valor del vecindario

(Simon 2002, Medoff and Sklar 1994).

La información que se produce de este inventario y la percepción de que hay personas con

interés en comprar o alquilar estas propiedades desocupadas, puede crear una coordinación

positiva y el consiguiente efecto multiplicador de invertir en las propiedades porque hay

movimiento de transacciones en el sector. Cuando los dueños son personas naturales o jurídicas

ausentes, como ocurre en muchos de los casos observados, no es la propiedad por sí sola la que

puede aumentar o bajar de valor. En una comunidad, en este caso, en un distrito comercial, el

valor de la propiedad particular lo crea la comunidad en pleno. Las decisiones colectivas en

cuanto a pavimentar, construir parques y escuelas, cambiar la zonificación, la existencia de

códigos de orden público, son determinantes de valor. Este valor no lo está añadiendo este

propietario ausente que no invierte ni mejora en el local, sino el esfuerzo de los que habitan y

trabajan en el lugar y el poder político que puedan ejercer sobre las autoridades gubernamentales

(Simon 2002, Wetzel 2004).

Simultáneamente a las tareas antes indicadas, se revisó la legislación y reglamentación

relacionada con la revitalización de centros urbanos, así como las que otorgan incentivos a

nuevos empresarios en estos lugares en desarrollo. Se revisaron todas las leyes, reglamentos y

ordenanzas del Municipio de San Juan, desde el 1995 hasta el presente. Se usó el año 1995

24

como punto de partida, ya que en ese año se aprobó la Ley Núm. 75 de 5 de julio (supra), que

promulga un esquema de incentivos para la repoblación y para la promoción de nuevos negocios

en el centro urbano de Río Piedras. El propósito de esta revisión de fundamentos legales es

proveer al comerciante potencial una referencia rápida a los incentivos de índole contributivo,

ayudas para el pago de nómina, incentivos para la reconstrucción y remodelación de edificios y

otras estructuras comerciales, ayuda técnica en sus operaciones, oportunidades de

financiamiento, entre otras posibles ayudas de las entidades gubernamentales a nivel estatal y

municipal.

Un análisis de la legislación diseñada para promover el desarrollo de un sector empresarial,

particularmente en áreas deprimidas económicamente, nos hace concluir que el grueso de la

legislación es un ofrecimiento de créditos o exenciones contributivas. Esto tiene varias

implicaciones para el nuevo empresario: (1) la exención o crédito cobra importancia cuando el

empresario tiene ganancias en su negocio, (2) en casos de áreas en desventaja económica resulta

ser un mejor estímulo una ayuda directa o facilidades de financiamiento. La literatura sobre el

DEC sugiere que los incentivos contributivos deben ser parte de un grupo más amplio de

beneficios e incentivos, que incluyan servicios educativos y vigilancia, entre otros, que atraigan

el tipo de negocio que la comunidad necesita (Wilder and Rubin 1996, citados en Simon 2002).

Otros, como Porter (1995), entienden que los incentivos deben propender a que el centro urbano

sea competitivo.

El paquete informativo incluye también una relación de las fuentes de financiamiento

disponibles para los nuevos empresarios y los tipos de producto disponibles para ellos. Se puede

observar que tanto la banca privada como las instituciones financieras gubernamentales tienen

disponibles productos para financiar desde la compra del local, el capital de trabajo, hasta el

25

equipo necesario. El atractivo más importante es la garantía de la Administración de Pequeños

Negocios (SBA por sus siglas en inglés)17 que hace menos riesgoso para la banca privada el

otorgamiento de préstamos. Como parte de los trabajos de esta propuesta, se han visitado

algunas de las sucursales de las instituciones financieras localizadas en el área de estudio.

Durante las entrevistas se pudo captar que uno de los problemas más grandes que tienen los

solicitantes de préstamos comerciales es la falta de estudios de viabilidad de la idea del negocio y

proyecciones financieras con supuestos realistas que permitan a la institución financiera analizar

el riesgo crediticio. Una de las herramientas del DEC que ya hemos reseñado es la asistencia

técnica que las organizaciones de base comunitaria (en este caso, la UPR) pueden ofrecerle para

decidir la forma de organización del negocio más adecuada, determinar la demanda por los

bienes y servicios, estudiar la competencia, establecer el precio, la promoción, la localización y

los medios de distribución que apliquen, así como traducir toda esta información en proyecciones

de ingresos y gastos que demuestren la viabilidad del negocio y la capacidad de repago del

financiamiento que pueda otorgar la institución financiera. Una parte importantísima de este

grupo de trabajo es colaborar con todas las etapas del negocio, desde el estudio de la viabilidad,

la determinación del financiamiento necesario, el montaje del negocio y el asesoramiento

constante hasta que el negocio alcance la capacidad de ser autosuficiente.. Además, se están

estableciendo los enlaces a través de este grupo de trabajo con los oficiales de las instituciones

financieras para facilitar la comunicación entre éstas y los nuevos empresarios. La presencia de

la Universidad en esta etapa es una manera de desarrollar “reputational capital”, el cual permite

que la institución financiera se sienta más motivada a hacer compromisos reales con esta

17 La Administración de Pequeños Negocios fue creada bajo el Small Business Act de 30 de julio de 1953, para “ayudar, asesorar y proteger los intereses de los pequeños negocios. Ofrece préstamos, garantías para préstamos, contratos, asesoría técnica, entre otros servicios de apoyo al pequeño empresario..

26

comunidad empresarial, ya que los profesores y estudiantes de la Universidad han depurado la

información de solicitud de préstamos que llegará para su consideración. Éste es otro ejemplo de

lo que la literatura de DEC llama “institucionalizar la información como un activo de la

comunidad” (Simon 2002, Jones, Kashlak y Jones 2004).

Es necesario destacar que, además de los incentivos contributivos y las fuentes de

financiamiento accesibles, la inversión que puedan hacer los comerciantes en el centro urbano de

Río Piedras va a estar afectada directamente por la provisión de servicios públicos que los

gobiernos municipal y estatal le brinden al área. La literatura de CED señala que los vecindarios

de bajos ingresos o con graves problemas sociales y económicos tienden a recibir menos

servicios de vigilancia policíaca, limpieza y reparación de calles y aceras, servicios a las escuelas

circundantes, entre otros. A esto se añade que son precisamente estos lugares a donde van a

parar los servicios que, aunque necesarios para la sociedad en general, dañan y devalúan la

comunidad donde se ubican. Un ejemplo de esto, y que a la vez es uno de las situaciones más

serias que enfrentan los comerciantes, residentes y visitantes del sector bajo estudio, es la

presencia de hogares de transición para deambulantes y confinados. En el centro urbano existen

al menos tres hogares de personas sin techo y uno para mujeres confinadas. Como señalamos

anteriormente, los que deambulan por Río Piedras son en su gran mayoría narcómanos, y,

aunque se les provee un techo temporero en estos hogares, no se les obliga a recibir tratamiento

para su adicción. Por lo tanto, se agudiza el problema de la ratería y la incidencia de limosneros

que hacen menos atractivo el manejar y visitar negocios en el sector.

Otra situación del entorno que obstruye que Río Piedras pueda ser un destino empresarial

importante es la falta de vigilancia policíaca y la no implantación del Código de Orden Público.

Este Código, con génesis que data del 1998, tuvo el propósito de que se viera a Río Piedras como

27

una comunidad, sin duda heterogénea pero unida, que vela por sus integrantes y está pendiente

a que se siga un orden que propenda a convivir sanamente y a retomar los espacios públicos para

el disfrute de todos los miembros de esa comunidad.18 Esto es cónsono con la idea resumida en

la frase “eyes on the street”. Según Jane Jacobs (citada en Simon 2002) la ciudad es un lugar

para la práctica social y una escuela en la cual las personas adquieren destrezas sociales, pone a

las personas en contacto unas con otras para colaborar sin intimar. Este contacto repetido

estimula varias formas de interacción y colaboración social. La gente vigila la familia y los

bienes del otro como un acuerdo tácito entre los miembros de la comunidad.

Desafortunadamente, la falta de vigilancia policíaca y el incumplimiento de las leyes de

convivencia social provocan desmoralización entre comerciantes, residentes y visitantes, así

como desconfianza en las autoridades del orden público. Más aún, esta situación impide que los

comerciantes puedan abrir sus comercios hasta altas horas de la noche ni los domingos,

desaprovechando buenos espacios de tiempo para aumentar sus ventas y reducir el impacto de

sus costos fijos. Evidentemente esto crea una desventaja para el comerciante del centro urbano,

el cual ya enfrenta los problemas de la competencia de las cadenas, los accesos difíciles al centro

de la ciudad y la falta de estacionamiento en la misma. Se añade a este asunto, la preocupación

de que su negocio sea vandalizado o escalado, y tener que incurrir en el costo de arreglar o

reponer lo perdido.

Otra situación del entorno que es agudizada por la falta de vigilancia policíaca es la muy

escasa iluminación del centro urbano. Aspectos burocráticos han contribuido a la gravedad del

18Según la exposición de motivos de la Ley Núm. 73 de 1 de marzo de 2004, que enmienda la Ley de Municipios

Autónomos, “los Códigos de Orden Público persiguen rescatar los lugares donde existe una gran concentración de actividades diversas, que han deteriorado la calidad de vida de los ciudadanos y han creado problemas de orden y convivencia, para así convertirlos en lugares atractivos para vivir, trabajar y divertirse”.

28

asunto, movilizando a la comunidad de comerciantes y residentes a atraer la atención de la

prensa para lograr alguna solución. Un asunto tan sencillo como a quién le corresponde

(gobierno estatal o gobierno municipal) reemplazar las bombillas fundidas ha ocasionado que por

meses el centro urbano esté en tinieblas, alejando la posibilidad de abrir los comercios en la

noche, realizar actividades culturales y educativas en las varias plazas del pueblo, o simplemente

tener reuniones como comunidad.

La falta de iluminación y de vigilancia policíaca ha propiciado la situación extrema del

grafito en prácticamente todas las paredes a lo largo del centro urbano. Al caminar fuera del

Recinto de Río Piedras hacia la Avenida Ponce de León (sede de excelentes librerías), la imagen

de ciudad fantasma se apodera de uno. Entre edificios vacíos, vandalizados y repletos de grafito,

la ciudad recibe a sus visitantes. Es un cuadro no muy alentador para atraer nuevos empresarios

a la zona o promover nueva inversión por parte de los ya existentes.

Los problemas del entorno que hemos identificado y que afectan la posibilidad de atraer

nuevos empresarios a la zona, requieren que este grupo de trabajo establezca enlaces con las

diferentes oficinas del gobierno estatal, del gobierno municipal, las organizaciones de

comerciantes y residentes, CAUCE y otras organizaciones de base comunitaria con el fin de ir

resolviendo los mismos y ofrecer una posibilidad de progreso económico al empresario que está

arriesgando su patrimonio invirtiendo en el centro urbano de Río Piedras.

El enlace principal de este grupo de trabajo es CAUCE, oficina que coordina esfuerzos de

colaboración intergubernamental. A través de CAUCE este grupo ha podido sostener reuniones

con el Director de Desarrollo Económico de San Juan para auscultar alternativas de promoción y

actividades artísticas que atraigan visitantes al centro urbano. Este grupo también ha tenido

acceso al Departamento de Transportación y Obras Públicas Estatal para resolver el problema de

29

la iluminación, la tardanza en la reparación de las carreteras, así como los lotes vacíos que

rodean la Plaza del Roble, propiedad de la Autoridad de Carreteras. También nos hemos

acercado, mediante el Consejo de Seguridad Vecinal (organización de base comunitaria) a la

policía estatal y municipal, a quienes se les ha solicitado por muchas vías redoblar la vigilancia

policíaca en el centro urbano para reforzar la seguridad en el área. Se ha iniciado un movimiento

con los artistas “grafiteros” de San Juan para que se pueda convertir la Avenida Ponce de León,

avenida cultural por excelencia, en un museo del grafito artístico, donde los jóvenes artistas

puedan hacer murales temporeros que aludan a la historia de Río Piedras y otros temas

relacionados a la educación y la cultura. Esto tiene varias consecuencias positivas: se añade un

elemento artístico y cultural que puede generar turismo para la zona, se acercan a trabajar por

Río Piedras (de por sí una comunidad envejecida) los jóvenes artistas del área, y se desestimula

el grafito de intenciones vandalizadoras y no artísticas, mejorando así la imagen del centro

urbano.

Otro proyecto en el que se ha involucrado este grupo de trabajo para colaborar con el

mejoramiento del entorno, lo que a su vez deberá rendir frutos en nuevas empresas en el centro

urbano, lo es la rehabilitación del antiguo Teatro Paradise. Este teatro fue el más moderno y de

mayor tamaño de los ocho teatros que en algún momento tuvo el sector de Río Piedras. El

edificio (que está virtualmente en ruinas) es propiedad de la Autoridad de Carreteras,

corporación pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico que administró la construcción

del Tren Urbano y que se comprometió a rehabilitarlo como parte de las obras de mejoramiento

de las zonas de desarrollo aledañas a las estaciones del Tren.19 Luego del cambio de gobierno

en el año 2002 y el problema fiscal por el que atraviesa Puerto Rico, la Autoridad de Carreteras

19 Ley Núm. 207 de 25 de agosto de 2000, que enmienda la Ley de la Autoridad de Carreteras y Transportación.

30

no ha continuado con los planes de rehabilitación del teatro, aún cuando existen planos

diseñados para un teatro de usos múltiples. Mediante la capacidad organizadora de CAUCE para

atraer figuras de la comunidad artística de Puerto Rico, comerciantes y residentes del sector, así

como universitarios, se logró crear una corporación sin fines de lucro (Teatro Paradise de Río

Piedras, Inc.) para manejar la fase inicial de búsqueda de fondos para continuar con la

rehabilitación del Teatro y la posterior operación del mismo.

Esta actividad tiene como objeto crear un atractivo especial a la zona objeto de nuestro

proyecto, ya que representaría movimiento de personas al área en horas en que en estos

momentos el centro urbano está muerto (noches y fines de semana) y además crearía un efecto

multiplicador en los negocios aledaños, así como mayor utilización de los espacios públicos.

Esto también produce el efecto de atraer personas de dentro y fuera del área para visitar y

consumir en ella, a la vez que desestimula la presencia de maleantes y deambulantes.

VI. Conclusiones

Cuando se redactó la sección que nos ocupa de la propuesta a COPC, se estimó que al

cabo de tres años habría doce nuevos prospectos (o empresarios existentes renovando su

negocio) en el proceso de planificación y al menos tres habrían establecido su negocio. Cuando

se comenzó a entrar de lleno en el área, se hizo evidente de que las estrategias promocionales y

de mercadeo que se habían diseñado no tendrían ningún producto si no se realizaba una

intervención directa con el entorno físico, con los problemas de criminalidad, de iluminación,

limpieza, edificios abandonados y apatía de todos los sectores. La fuerza más potente de la

comunidad, sus organizaciones de base comunitaria (asociaciones de residentes, de

31

comerciantes, de jóvenes) habían perdido poder de convocatoria, y su liderato y membresía se

habían desgastado.

Gracias a la presencia de CAUCE como fuerza integradora, durante este año ha habido

un resurgir de los comerciantes y profesionales del centro urbano que ha creado un clima de

optimismo, lo que ha contagiado a personas incluso de fuera del área de estudio. Aún no se ha

terminado el manual promocional y ya se han recibido cuatro solicitudes de información sobre

las oportunidades de negocio que ofrece Río Piedras a nuevos empresarios.

Este trabajo está en proceso. Las conclusiones son sólo parciales, pero se puede apuntar

desde ya que el sector urbano de Río Piedras está siendo un laboratorio vivo de las doctrinas del

desarrollo económico comunitario. La función integradora y de canal de información y

conocimiento se está llevando a cabo, teniendo como protagonistas los integrantes del comercio

del centro urbano.

Dos comentarios reseñados por la prensa local de parte de comerciantes del centro urbano

son la mejor muestra del proceso que se está llevando a cabo para el desarrollo económico de la

comunidad:

“No es cuestión de asignaciones especiales, sino que el Gobierno conceda atención especial para proteger su infraestructura y fomentar el uso de sus espacios.” (Alfredo Torres, Librería La Tertulia)20 “A pesar de estos eventos, los comerciantes seguimos optimistas en cuanto al futuro de Río Piedras…Sigue siendo el centro comercial urbano más grande de Puerto Rico, el eje

de transportación del país y su mayor centro universitario.” (Edgardo Hernández, Superfarmacias Arzuaga)21

20 Gerardo Cordero, “Esquiva a Río Piedras la planeada revitalización”, El Nuevo Día, 18 de octubre de 2005. 21 Yomary Reyes, “Tras una tregua navideña”, El Nuevo Día, 20 de octubre de 2005.

32

BIBLIOGRAFÍA

Libros, revistas y otras publicaciones Alianza PR 2000 (PROCOMP), UPR y Municipio de San Juan (1999), Estudio de Movilidad, Percepciones, Necesidades y Recursos del Residente, el Comerciante y el Consumidor del Centro Urbano de Río Piedras (Blondet, Sana Ria y Paseo de Diego). Aponte, Marinés, Mas, Pablo y Montalvo, Francisco (2003). Proyecto de Río Piedras para Asistir a los Comerciantes en el Desarrollo de Destrezas y Técnicas Gerenciales, sometido al Cuerpo Consultivo de Río Piedras, Ley Núm. 75 de 5 de julio de 1995, según enmendada. Barrios, Sharon y Barrios, David (2004), “Reconsidering Economic Development: The Prospects for Economic Gardening”, Public Administration Quarterly, vol. 28, núm. 1/2. Cámara de Representantes, Estado Libre Asociado de Puerto Rico (2002), Mesa Redonda del Presidente: Autogestión Comunitaria y las Herramientas para Fomentarla. CAPEDCOM, Inc. (1998), “La Autogestión en el Diálogo”, Comunidad y Diálogo: Rupturas que Construyen un Puerto Rico de Esperanza, Ediciones Mutación. Correa, Carmen (2003), “Desarrollo Económico Comunitario: Un Enfoque Alternativo al Movimiento Empresarial en Puerto Rico”, Monografía presentada en la Cumbre Empresarial 2003, Concilio Internacional para Pequeñas Empresas, Universidad Metropolitana, Río Piedras, Puerto Rico. Correa, Carmen y Quiñones, Fabio (1996), “Modelo para una Clínica de Asistencia Legal y Desarrollo Económico Comunitario”, Monografía inédita, Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico. Cummings, Scott L.e Eagly, Ingrid V. (2001), “A Critical Reflection on Law and Organizing”, 48 UCLA Law Review 443. Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico, “Distribución de Emprleo por Grupo Industrial 2001 (www.net-empleopr.org) Giusti, Juan (2004), El Recinto de Río Piedras y el Futuro del Teatro Paradise. Informe de trabajo preparado para el Departamento de Transportación y Obras Públicas.

33

Guilbe, Carlos y Rocha, Danelia (2003), Estudio sobre Población de Deambulantes, Centro Urbano de Río Piedras, sometido al Cuerpo Consultivo de Río Piedras, Ley Núm. 75 de 5 de julio de 1995, según enmendada. Holden, Meg y Connelly, Sean (2004), “The Learning City: Urban Sustainability Education and Building Towadr WUF Legacy”, Monografía para discusión en preparación para el World Urban Forum 2006. Housing and Urban Development Corp. (HUD) (2003), “Rebuilding Economies: Higher Education – CDC Partnerships for Community Economic Development” (www.oup.org) Jones, Raymond M., Kashlak, Roger y Jones Audra M. (2004). “Knowledge Flows and Economic Development Through Microenterprise Collaboration in Third-Sector Communities”, New England fJournal of Entrepreneurship, Spring 2004, 7, 1, págs.39-48. Jones, Susan R. (2002), “Current Issues in the Changing Roles and Practices of Community Economic Development Lawyers”, 2002 Wisconsin Law Review 437. Jones, Susan R. (1997), “Small Business and Community Economic Development: Transactional Lawyering for Social Change and Economic Justice”, 4 Clinical Law Review 195. Lemann, Nicholas (1994), “The Myth of Community Development”, New York Times Magazine, 9 de enero de 1994, núm. 27. McFarlane, Autrey G. (2001), “When Inclusion Leads to Exclusion: The Uncharted Terrain in Community Participation in Economic Development”, 66 Brooklyn Law Review 861. Medoff, Meter y Sklar, Holly (1994), Streets of Hope: The Fall and Rise o fan Urban Neighborhood, Boston, MA, South End Press. Morris, Michael H. (2001), “From the Editor: Entrepreneurship is Economic Development is Entrepreneurship”, Journal of Developmental Entrepreneurship (www.findarticles.com/p/articles/mi_qa3960/is_200112/ai_n9018204) National Economic Development and Law Center (www.nedlc.org) Porter, Michael E. (1995), “The Competitive Advantage of the Inner City”, Harvard Business Review, May-June 1995. Putnam, Robert D. (1993), “The Prosperous Community: Social Capital and Public Life”, American Prospect 4 (March 21). Recinto de Río Piedras, Universidad de Puerto Rico (2004). UPR-COPC for the Río Piedras Urban Area (propuesta aprobada por Community Outreach Partnership Centres - HUD y en proceso).

34

Röpke, Jochen (1998) “The Entrepreneurial University: Innovation, Academic Knowledge Creation and Regional Development in a Globalized Economy” (www.wiwi.uni-marburg.de/lehrstuehle/VWL/WITHE03/documents/entreun.pdf) Sass Rubin, Julia y Stankiewicz, Gregory (2003). “Evaluating the Impact of Federal Community Economic Development Policies on Targeted Populations: The Case of the New Market Initiatives of 2000” (www.chicagofed.org/cedric/files/2003_conf_paper_session4_rubin.pdf) Simon, William H. (2001): The Community Economic Development Movement: Law, Business and the New Social Policy. Duke University Press. Small Business Administration (www.sba.gov) U. S. Census Bureau, “Demographic Profile Highlights” (http://factfinder.census.gov) Ubarri Acosta, Rafael (editor) (1981), Río Piedras: Un Boceto Histórico, Publicación de la Cámara de Comercio de Río Piedras. United Nations Center for Human Settlements – HABITAT 2002: “Proyecto Fortalecimiento de la Autogestión Comunitaria”. Varela Villegas, Rodrigo (2004), “Hacia una Universidad con Espíritu Empresarial”, Forum Empresarial, 10, 1 (mayo 2005). Veciana, José María, Aponte, Marinés y Urbano, David (2002), “Institutions and Support Programmes for Entrepreneurship: A Two Countries Comparison” (www.igw.unisg.ch/recontres/veciana_references_2002.html) Wennekers, Sander y Thurik, Roy (1999), “Understanding the Links Between Entrepreneurship and Economic Growth”, Centre for Advanced Small Business Economics and Research Institute for Business Economics Studies at Erasmus University, Rotterdam, The Netherlands. Wetzel, Tom (2004). “What is Gentrification” (www.uncanny.net) Artículos de Periódico El Nuevo Día “Miedo en el casco de Río Piedras”, 27 de octubre de 2005. “Tras una tregua navideña”, 20 de octubre de 2005. “Intensa búsqueda de un violador”, 17 de octubre de 2005. “Río Piedras bajo el asedio criminal”, 17 de octubre de 2005.

35

“Esquiva a Río Piedras la planeada revitalización”, 18 de octubre de 2005. “Entrelíneas: No es casco de Río Piedras”, 24 de septiembre de 2005. “Entrelíneas: El casco de Río Piedras”, 21 de septiembre de 2005. “Entrelíneas: Cuartel fantasma”, 17 de septiembre de 2005. “Sin respuestas los riopedrenses”, 12 de junio de 2005. “A la expectativa el comercio”, 28 de abril de 2005. “El impacto del Tren Urbano en el casco urbano de Río Piedras”, Negocios- domingo, 23 de marzo de 2004. Primera Hora “Obstáculos que afectan la seguridad y ventas”, 28 de febrero de 2005. “Más estragos en el casco urbano: agoniza Río Piedras por las obras interminables”, 28 de febrero de 2005. “Por un desarrollo integral: al rescate de Río Piedras”, 9 de septiembre de 2004.

36