derecho a rebelión

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3 Retazos que se ofrecen y llaman al Derecho de Gentes (rebelión) DERECHO A REBELIÓN (En memoria de más de 20 siglos de agresiones y 8 de presiones y ocupación de la nación vasca, del Estado navarro) PEDRO ESARTE MUNIAIN

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Pedro Esarte 46 páginas En Navarra, Euskal Herria, Vasconia, estamos tan sobrados de “derecho” como ayunos de capacidad política para ejercerlo consecuentemente. Nuestro pasado presenta tantos casos flagrantes de agresión y asalto a mano armada (nunca mejordicho) a nuestras instituciones, a la lengua, la cultura, en una palabra a nuestro Patrimonio, que bien podemos conocer en propia carne lo que significa el “derecho a rebelión”. Por ello mismo, la historia ofrece una buena muestra de nuestro espíritu insumiso, de nuestra capacidad de rebeldía contra tales atropellos.

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Retazos que se ofrecen y llaman al

Derecho de Gentes (rebelión)

DERECHO A REBELIÓN

(En memoria de más de 20 siglos de agresionesy 8 de presiones y ocupación de la nación vasca,

del Estado navarro)

PEDRO ESARTE MUNIAIN

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PREÁMBULO

“Leyes y normas que se ejercen, noconstituyen derecho perenne”

“El derecho existe en vindicar la formade vivir, en toda sociedad y en

todo momento”

Este pequeño libreto que, como toda mi literatura, afronta la subversión delorden establecido autárquicamente en el Estado español, merece un cortoprólogo.

El problema suscitado es que el Estado asienta su poder en la afirmaciónde legalidad, y ésta ha de obtenerla de la información que, naturalmente,orienta con sus comunicaciones. La modelación de la historia es, pues, laforma mas útil a sus intereses.

España, en sus diversas formas (Hispania como la más conocida), sólo fueuna creación artificial del territorio de una dominación romana, posteriorprovincia del clero católico, y finalmente un nombre donde asentar el im-perio monárquico, pretendida nación en los límites del Estado. Todo ellorodeado de una absoluta falsedad histórica.

Cuando se hace historia, a 70 años de las grandes masacres del 36, falta to-davía un reconocimiento oficial a sus perjudicados, mientras se programanmonolitos de recuerdo oficiales para víctimas posteriores, en agravio de otrasque lo fueron en la defensa de libertades, no beneficiosas a los intereses dela actual forma de Estado.

No se asientan así méritos ni responsabilidades, sino a qué causa sirvieron.Los agravios del poder establecido (tanto más graves en cuanto poder insti-tuido), ni se oficializan, ni se oficializarán. Los monumentos a las víctimaserigidos en Euskalerria escriben la historia de quien impone las leyes sobrelas ideas. Así se aporta la ética y moral de los intereses colonizadores sobrenuestro pueblo, con su versión histórica, impuesta, sobre y contra nuestracultura y los hechos reales.

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La tesis del poder emanado de Dios se plasma en quien lo aplica. Es la eter-na batalla de los ángeles del paraíso con los expulsados del mismo: el ar-cángel de Dios, expulsando al rebelado Lucifer a los infiernos. Para los quese someten a la lealtad, el purgatorio de reconocer el sistema y costearlo, ypara los que no rinden la idea, su pesar consentido, mediante la garantía delolvido en el Limbo.

Así que os escribo desde el Limbo. El presente trabajo recopila una pequeñamuestra de la eterna disyuntiva: la posibilidad de subvertir el orden consti-tuido, frente a los posicionamientos del poder, según le han convenido, conpromesas, engaños, amenazas, etc. En este trabajo, el elector apreciará cómola tesis de la Potestad es sincronizada en dicotomía con el Derecho de la Ley.Toda rebelión es injusta, y toda Ley, implantada para perdurar el sistema, esasumida por cualesquiera regímenes instituidos a su amparo.

Cuando al gobierno del Estado le interesa, puede penar además el delito defraude de Ley, aunque inversamente, no prevea siquiera analizar el fraude deLey al Derecho. En este momento, los gobernantes españoles y aprovecha-dos en el poder tienen más miedo al sentimiento de nación vasca que a ETA,y actúan en consecuencia. Necesitan hacer “renegados” que apuesten por “lapaz de los cementerios” (Ibarruri dixit) de nuestro ser y derecho a regirnospor nosotros mismos.

Deseo pues que el relato de hechos y criterios expuestos, sirvan al lector paradiscernir.. Son datos que revelan las causas del continuado conflicto y su an-tigüedad, así como los fines de colonización buscados y ejercidos desde elpoder (a mayor o menor imposición, según conveniencia o posibilidades)sofocando “rebeliones”, condenando pareceres y enterrando libertades.

La construcción de monolitos en homenaje a las víctimas, se convierte asíen una perversión en el traslado del recuerdo a la memoria y su posteriorconceptuación histórica. Estos monolitos y placas hacen memoria y al mis-mo tiempo, historia para el Estado. Nuestros gobernantes, además de hacerel ridículo llenando el territorio de monumentos, componen así la “Histo-ria del “Estado español”, machacando comunicativamente a la población.

Nadie encontrará, a la inversa, una política similar del Estado. Mientrasse derriban y retiran monumentos populares a muertos en Euskalerria,que no merecen siquiera el reconocimiento oficial, en el resto del Estadosus gobernantes no dedican un solo monolito, piedra, escudo, placa, cuadroo recuerdo en cualquiera de sus formas, que mantenga la memoria de lasvíctimas vascas, dentro de la responsabilidad del Estado español. Lascunetas de Navarra, Gernika y Durango son ejemplos de un meticuloso yplanificado olvido.

La ausencia de testimonios, el paso de los años y la falta de recuerdos haránel resto, en el olvido de la verdad. Así se construye la historia oficial (queno la vasca). Flaco servicio a la conservación de la Memoria Histórica deEuskalerria.

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Sirva pues esta pequeña recopilación, como homenaje a quienes se sintieronobligados a defender el derecho primigenio de la sociedad vasca, pararegirse por sí misma.

Pedro Esarte Muniain

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INTRODUCCIÓN

Derecho a rebelión. Y tanto. Estamos tan sobrados de “derecho” comoayunos de capacidad política para ejercerlo consecuentemente y plasmarloen realidades institucionales, fundamentalmente en la forma básica paraque una sociedad o pueblo sea sujeto político en el mundo actual: elestado propio.

Nuestro pasado, más y menos antiguo, presenta tantos casos flagrantes deasalto a mano armada (nunca mejor dicho) a nuestras instituciones, a nues-tra lengua, a nuestra cultura, en una palabra a nuestro Patrimonio, que bienpodemos conocer en propia carne lo que significa el “derecho a rebelión”.Por ello mismo, la historia ofrece una buena muestra de nuestro espírituinsumiso, de nuestra capacidad de rebeldía contra tales atropellos.

Parece mentira que estemos donde estamos, en una situación que parece unaespiral que se cierra sobre sí misma, desesperante y desesperanzada, sumidaen un falso conflicto, al menos en los términos en los que se plantea y queno sabe más que repetir “más de lo mismo” y hacerlo ad nauseam. Parece in-creíble que no hayamos escarmentado en nuestro propio sufrimiento, ennuestro sentido del derecho y de la justicia, y en la frustración por losescasos réditos obtenidos hasta el momento en nuestra lucha.

El texto que sigue está formado precisamente por retazos de nuestra histo-ria en los que su autor, Pello Esarte, ha querido recoger hitos importantesde nuestra capacidad de rebelión. Podrán faltar algunos, o muchos, pero losque están son importantes.

Son variados, tanto desde el punto de vista cronológico: desde el siglo XIIIhasta el XX, como desde el campo político en el que se desarrollan: el pro-pio reino de Navarra independiente, el reino tras la conquista de 1512, lasprovincias de Gipuzkoa y Bizkaia, las tierras de Zuberoa o la Vasconia de-sestructurada del último siglo.

Unas historias son más conocidas, otras menos, algunas son casi primicia,pero todas son del mayor interés.

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Los episodios de los siglos XIX y XX son, en general, bastante conocidos,comenzando por la guerra de 1936 y sus secuelas en forma de dictadura; lomismo vale para “La Gamazada” y las guerras carlistas. No obstante, apare-cen hechos muy importantes a pesar de no ser tan conocidos: los intentos,desde Napoleón hasta los carlistas, a favor de la unidad administrativa deNavarra con el resto de Vasconia, el sentimiento nacional a través del me-morial de Diputación de 1838 o la oferta oficial al “alzamiento de gentes”por los proisabelinos, saldado con varios fusilamientos. Están también lastesis de Sagaseta de Ilurdoz en oposición a la mal llamada “Ley Paccionada”de 1841.

Los Infanzones de Obanos, cuando menos de oído, son muy conocidos, notanto el ejercicio del Derecho plasmado en el Amejoramiento de Felipe deEvreux en 1330. Tampoco son tan sabidos los hechos sucedidos en Gipuz-koa en los siglos XIV y XV. Es más conocida la posición de Martín de Az-pilicueta, que las tesis de Larramendi y de Aguirre sobre el Derecho Real ysu subversión, muy interesantes también. La revuelta y asesinato de Matalazen Zuberoa constituye también un episodio notorio de nuestra historia.

A través de todos los hechos narrados por Esarte hay un hilo conductor quees ni más ni menos que una forma de concebir la sociedad y su organiza-ción, incluida la política. Se manifiesta la relación de gobernados y gober-nantes, con las limitaciones que la organización propia impone a estos úl-timos por voluntad de los primeros. Evidentemente los procesos que sucedenen la Edad Media difieren muchísimo de los actuales, pero el hilo conduc-tor se puede seguir con bastante facilidad y es también ni más ni menos queuna visión de la organización social en la que la autoridad se debe a aquélsobre el que la ejerce y a quien debe rendir cuentas. No hay gobernantesabsolutos, sino gobernantes al servicio de la colectividad y bajo su control.

Toda esta concepción forma parte principal de nuestro Patrimonio social ypolítico. Nos han arrebatado mucho, nos intentan quitar más cada día, peroel espíritu de rebeldía permanece con gran fuerza en nuestra sociedad y semanifiesta de continuo. Un ejemplo bastante reciente tenemos en el movi-miento insumiso frente a las “quintas” españolas.

Pero, como indicaba al comienzo de esta Introducción, parece que nuestroPatrimonio social y político no incluye ese sentido de la estrategia y de laorganización necesarios para afrontar los retos del mundo actual y, en con-creto, el de la necesaria recuperación de nuestro Estado para sobrevivir dig-namente en el mismo, como sujeto político, y poder ejercer nuestra solida-ridad, tan generosa dicen por otra parte, con nombres y apellidos propios,no los que nos ceden “amigablemente” España y Francia.

Ahí radica nuestro principal problema. Si hemos sido capaces de afrontarcon éxito retos tan importantes como el tránsito de la economía del Anti-guo Régimen al capitalismo, si hemos sido capaces de crear un entramadoeconómico y social como es el mundo cooperativo, si hemos sido capaces,en fin, de constituir un movimiento como el de las Ikastolas a favor de

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la supervivencia y desarrollo de nuestro euskera, tenemos que ser capacesde “incrementar” o “amejorar” nuestro Patrimonio social y político,basándonos en sus rasgos, ya reseñados anteriormente, pero aprendiendode otras sociedades, de otros países que han accedido a su independencia.Es nuestro reto.

Luis MªMartínez Garate

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PRÓLOGO

La criminalización del dominado y sometido, cuando no exterminado, esun objetivo en la imposición de la ley del más fuerte que, en todos los casos,legisla para el vasallaje del vencido. Impone la ley como Derecho, en vezde servirse del Derecho para hacer la ley.

El deseo al auto-gobierno es natural al ser humano, aunque contrariamenteocurre, que se le someta al dominio de la fuerza. El colonizador impone sudominio, otorgando a sus leyes la cualidad de normas del Derecho. Así sesuprimen las formas de vida social existentes previas al colonizador, y se apli-can las conducentes al dominio. Frente a este “derecho” impuesto se halla elcalificado de “Derecho de gentes”, desde que los calagurritanos fueron ma-sacrados por los romanos.

El Derecho de gentes fue fundamento en la sublevación de los calagurrita-nos contra los romanos, en la defensa de Olite frente a los godos, en la ba-talla contra Carlomagno en el Pirineo, en las luchas frente a la voluntad pa-pal, contra castellanos, aragoneses y hasta cruzados, de los siglos XI al XIII,y hasta contra los reyes extranjeros que se imponían hasta la ocupación delsiglo XVI. El continuo historial hasta el presente ha tenido y sigue teniendovigencia en el sometimiento a las leyes impuestas. La ley no hace el Derecho,y sobre el Derecho (mejor aún sobre el Derecho natural), debe hacerse la Ley.

Finalmente quiero dejar claro lo modesto de mi estudio, que se circunscri-be a los hechos más relevantes de la relación vasca con los Estados que la so-meten, sin acudir a las aplicaciones y referencias de la licitud a la rebeliónpor Derecho de autores de fuera de nuestro Estado, mucho más extensasy favorables. He preferido buscar alrededor de los episodios más cercanosy conocidos, en la realización de este corto trabajo, la legitimidad de la re-belión, y dejar constancia de una realidad histórica, poco resaltada por lahistoria oficial.

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