dendroecología de pinus halepensis mill. en este de la península...

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Dendroecología de Pinus halepensis Mill. en Este de la Península Ibérica e Islas Baleares: Sensibilidad y grado de adaptación a las condiciones climáticas Montserrat Ribas Matamoros Aquesta tesi doctoral està subjecta a la llicència Reconeixement- NoComercial SenseObraDerivada 3.0. Espanya de Creative Commons . Esta tesis doctoral está sujeta a la licencia Reconocimiento - NoComercial – SinObraDerivada 3.0. España de Creative Commons. This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial- NoDerivs 3.0. Spain License.

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Dendroecología de Pinus halepensis Mill.en Este de la Península Ibérica e Islas Baleares:

Sensibilidad y grado de adaptación a las condiciones climáticas

Montserrat Ribas Matamoros

Aquesta tesi doctoral està subjecta a la llicència Reconeixement- NoComercial –SenseObraDerivada 3.0. Espanya de Creative Commons.

Esta tesis doctoral está sujeta a la licencia Reconocimiento - NoComercial – SinObraDerivada 3.0. España de Creative Commons.

This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0. Spain License.

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DEPARTAMENTO DE ECOLOGÍA

PROGRAMA DE ECOLOGÍA AVANZADA BIENIO 1999-2001

DENDROECOLOGÍA DE PINUS HALEPENSIS MILL.

EN ESTE DE LA PENINSULA IBERICA E ISLAS BALEARES:

SENSIBILIDAD Y GRADO DE ADAPTACIÓN

A LAS CONDICIONES CLIMÁTICAS

Tesis presentada por Montserrat Ribas Matamoros para optar al título de Doctora por la Universidad de Barcelona.

El presente trabajo se ha realizado bajo la dirección de la Dra. Emilia Gutiérrez Merino (Universidad de Barcelona).

Barcelona, Junio del 2006

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CAPÍTULO II Caracterización climática de la red de

localidades de Pinus halepensis Mill.

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81 CAPÍTULO II

INTRODUCCIÓN

El clima es uno de los factores ambientales que más condicionan el desarrollo y supervivencia de la vegetación. No sólo determina las formaciones vegetales sino también la evolución y propiedades del suelo que, a su vez, condicionan también la vegetación (Gandullo 1985). Rodó y Comín (2001) afirman que el clima, y en concreto su variabilidad interanual, es uno de los principales factores que controlan el funcionamiento ecológico de los ecosistemas terrestres mediterráneos, y consideran que las fluctuaciones del clima de la Península Ibérica son un buen ejemplo de la variabilidad climática mediterránea. Por estos motivos, cualquier estudio sobre el estado y desarrollo de la vegetación de una localidad debería incluir un análisis exhaustivo de las condiciones climáticas, ya que éstas determinan el marco en el que las especies viven.

En este capítulo, se presenta la caracterización espacio-temporal del clima en la red de localidades de pino carrasco. Dicho de otro modo, se describe cómo han evolucionado las condiciones climáticas de cada una de las 27 masas forestales. Dada la enorme variabilidad del clima en España (tanto espacial como temporal), dicho análisis requiere la disponibilidad de un número suficiente de series de datos que cubran un amplio intervalo de tiempo. La importancia de este tipo de estudios, ha aumentado debido a la creciente preocupación por la posible incidencia de un cambio climático global manifestado, durante las últimas décadas, en una tendencia decreciente en la pluviometría y en el aumento de las temperaturas (Palutikof et al. 2002, Sumner et al. 2003, Follan et al. 2004).

La caracterización climática de una localidad puede realizarse siguiendo distintos enfoques, cada uno de los cuales resalta unos aspectos concretos. Una visión general, completa y sintética del clima la dan los diagramas ombrotérmicos o climodiagramas. No obstante, es bien conocido que el desarrollo de la vegetación no sólo se ve afectado por las condiciones climáticas medias, sino también por los fenómenos extremos, porque a pesar que éstos suelen producirse de forma esporádica, sus efectos sobre la vegetación pueden prolongarse durante décadas e incluso ser irreversibles (Pons 2002). Estos eventos extremos son considerados por algunos autores como buenos indicadores del cambio climático (Katz y Brown 1992, Shuttleworth 1996, Conway 1998). Además, la sucesión en los últimos decenios de este tipo de eventos, en ocasiones récord absoluto dentro de los registros instrumentales (http://www.cru.uea.ac.uk/), ha despertado el interés no sólo de la comunidad científica sino también de toda la sociedad en general (Saz y Creus-Novau 1999). Por estos motivos, se ha considerado oportuno realizar un análisis de los años característicos en cada localidad para detectar aquellos que ha sido extremos en alguna variable climática. Por otro lado, se compara el clima de las 27 localidades, poniendo especial interés en la aridez y en la continentalidad del clima, mediante el uso de algunos de los índices fitoclimáticos más comunes.

Una buena parte de los estudios relativos al cambio climático intentan identificar variaciones significativas en los parámetros con respecto a la tendencia central de las series de observación, especialmente en el ámbito de las temperaturas, y menos frecuentemente, en el de las precipitaciones. Hay, sin

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82 CAPÍTULO II

embargo, muy pocos estudios que se centren en el análisis de la evolución de la variabilidad de las series. El acercamiento más generalizado al tema se ha producido indirectamente a través de los análisis de fenómenos extremos (Kutiel et al. 1996), y esta misma metodología es la que está presente en los propios documentos del IPCC (IPCC 1996). Sin embargo, el interés por la variabilidad climática se acentuó a partir de los años setenta debido a la extensión informativa de la ocurrencia de fenómenos extremos (sequías, lluvias torrenciales, modificaciones en la estacionalidad de los fenómenos meteorológicos, etc.). La determinación de la variabilidad del clima es esencial, no sólo porque dicha variabilidad puede enmascarar señales que expresen la intensidad del cambio, sino para definir el espacio mediterráneo y relacionarlo con las causas que lo generan (Xoplaki et al. 2003). Por este motivo, el estudio del clima actual en la red de localidades estudiada se ha completado con un análisis de la variabilidad espaciotemporal de las series climáticas, realizado con el fin de conocer cómo ha evolucionado el clima a lo largo de las últimas décadas, destacando: si se han producido cambios sostenidos en su tendencia central (análisis de tendencias), qué oscilaciones respecto al valor medio han tenido lugar (análisis de la variabilidad) y cuáles han sido los eventos extremos más extremos (años característicos).

En resumen, en el presente estudio se ha realizado la caracterización climática de las 27 localidades siguiendo los siguientes apartados: (1) obtención de climodiagramas y descripción de las condiciones climáticas genéricas; (2) cálculo de índices fitoclimáticos; (3) análisis temporal de tendencias en el clima de cada localidad a lo largo de las últimas décadas; (4) obtención del patrón de los años climáticamente extremosy; (5) análisis temporal de la variabilidad climática.

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CAPÍTULO II

EL CLIMA DE LA PENÍNSULA IBÉRICA E ISLAS BALEARES

La cuenca mediterránea y los márgenes occidentales de los continentes, comprendidos aproximadamente entre los 30º y 40º de latitud, tanto N (California) como S (Chile, África del Sur y Australia) tienen un clima mediterráneo.

El clima mediterráneo se caracteriza por presentar precipitaciones relativamente escasas, y concentradas en la primavera y en el otoño; en ésta última estación son relativamente frecuentes las lluvias torrenciales. Las temperaturas invernales son suaves y el verano es seco y caluroso. Una peculiaridad del clima mediterráneo es la gran variabilidad en la distribución de las precipitaciones a lo largo del año (variabilidad intraanual) y en la cantidad y reparto entre años (variabilidad interanual). Estas características han ocasionado en la vegetación de todas estas zonas una serie de adaptaciones evolutivas convergentes, ya que en verano, la coincidencia del mínimo pluviométrico con el máximo térmico extrema el estrés hídrico en la vegetación.

El clima mediterráneo se ha considerado frecuentemente como de transición entre las condiciones de la zona subtropical desértica y las de la zona templada. La ubicación geográfica de la Península Ibérica en las latitudes medias del hemisferio norte, hace que sea una zona especialmente sensible a la circulación atmosférica general (Cherubini et al. 2003) y, en consecuencia, al cambio climático (Lavorel et al. 1998). En este sentido, el clima mediterráneo constituye un signo de especial interés dentro del marco de la variabilidad climática y su cambio a escala regional.

En la región mediterránea confluyen las masas de aire tropicales que se desplazan hacia los polos y las de origen polar que se desplazan hacia el ecuador. Durante la parte cálida del año, la Península está bajo la influencia del anticiclón de las Azores y el tiempo es cálido y seco; y durante la estación fría, las perturbaciones atmosféricas ligadas al frente polar pueden fácilmente alcanzar las latitudes indicadas y el tiempo es templado y relativamente húmedo (Ramis et al. 1999). Esta encrucijada de masas de aire de muy diversas procedencias y características es, en gran medida, la responsable que la variabilidad climática sea un hecho destacado a lo largo de la mayor parte del año (Aupí 2005). Así mismo, la relación entre las masas de agua del mar Mediterráneo y la atmósfera con la que está en contacto, también ejerce su influencia, aunque a una escala menor, por la dimensión más reducida del Mediterráneo (Zamora y Pugnaire 2001).

Los principales factores físicos y geográficos que controlan la distribución espacial de las condiciones climáticas en el Mediterráneo son la circulación atmosférica, la latitud, la altitud, la orografía y las interacciones tierra-mar (Lolis et al. 1999, Xoplaki et al. 2000, Xoplaki 2002). Cabe resaltar la notable influencia de la compleja configuración topográfica de España, de manera que la orografía del territorio es responsable de la existencia de acusadas diferencias climáticas, incluso entre poblaciones muy próximas (de Castro et al. 2005), y en especial en la pluviometría (Romero et al. 1999, Serra et al. 1996).

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CAPÍTULO II

Entre los principales factores que determinan las temperaturas en España se encuentran la circulación general de la atmósfera, el relieve y la influencia del mar Mediterráneo (Maheras et al. 2001). En una primera visión de conjunto podría decirse que en la España peninsular las temperaturas aumentan a medida que nos desplazamos de norte a sur, pero la meseta y otras tierras altas del interior, junto con las principales cordilleras, desempañan un papel decisivo que modifica claramente esta impresión inicial. Así, las regiones más frías se encuentran, precisamente, en el interior, donde la continentalidad y la altitud proporcionan inviernos rigurosos y veranos cálidos, mientras que en el perímetro litoral, los inviernos son muy suaves. Los meses más fríos del año son, por regla general, y por este orden, enero, diciembre y febrero. Las heladas son raras en el litoral de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, pero en la costa catalana aparecen con cierta frecuencia debido a su menor protección frente a las advecciones de aire frío (Aupí 2005).

Al igual que sucede con las temperaturas, la complejidad orográfica aporta extraordinarios contrastes en la distribución geográfica de las precipitaciones (Rodó y Comín 2001), aunque es evidente que, a grandes rasgos, las cantidades recogidas aumentan de sureste a noroeste. Sin embargo, esta tendencia zonal queda rota por los núcleos geográficos más importantes y por una marcada estacionalidad de los períodos con precipitaciones más abundantes en algunos de ellos, por ej. el otoño en la vertiente mediterránea y del invierno en buena parte de Andalucía (Aupí 2005). La mayor parte de la Península tiene balances pluviométricos entre 400 y 1000 mm; la zona más seca de España se extiende por el SE peninsular (Almería y Murcia) dónde las precipitaciones medias, en algunos casos, no superan los 150 mm anuales.

Tanto en el interior de la Península como en su fachada mediterránea casi todos los años se produce un fenómeno de aridez estacional durante el verano. Esa aridez es uno de los atributos de la personalidad climática de España, y está claramente influenciada por el anticiclón de las Azores. Sin embargo, una característica llamativa del sector central de Aragón y del extremo noroccidental de Catalunya es que el invierno es la estación claramente más seca.

Todas las comunidades mediterráneas, desde Catalunya hasta el extremo oriental de Andalucía, así como las Baleares, comparten un rasgo común que las diferencia del resto de España. Se trata de la notable frecuencia de lluvias intensas por temporales de levante (de origen convectivo) que tienen lugar entre finales de agosto y mediados de diciembre, en los que, cantidades superiores a los 200 mm de lluvia, se producen con relativa frecuencia (Ramis 1995, Romero et al. 1998).

En las Baleares, los índices pluviométricos son muy parecidos a los de la fachada mediterránea peninsular. El mínimo pluviométrico se halla en todas las Islas Baleares en el mes de julio (Allué 1990, Guijarro 2001). Dentro de la variabilidad climática de las Baleares, destaca el carácter más lluvioso de Menorca y de la Serra de Tramuntana (norte de Mallorca) y el clima más árido y cálido en Eivissa y Formentera (Guijarro 2001, Aupí 2005).

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CAPÍTULO II

DESCRIPCIÓN GENERAL DEL CLIMA EN LA RED DE LOCALIDADES

La categorización del clima de cada localidad según la clasificación de Allué, (la cual se basa en la evolución de las TM y PR a lo largo del año, en la duración y época del año en la que se produce el período seco, y en las temperaturas mínimas y medias del mes más frío; Allué 1990) muestra que el clima de todas las localidades es mediterráneo excepto en las más septentrionales, dónde el clima es nemoromediterráneo. Los climodiagramas obtenidos ilustran que, en todas las localidades, las TM son relativamente suaves y alcanzan su máximo en verano, mientras que las PR se concentran en primavera y otoño, presentando su mínimo en verano. Esta distribución intraanual de las lluvias y temperaturas hace que el verano sea una estación seca y calurosa, con un grado considerable de sequía. A pesar de estas generalidades, existe una gran diversidad de fitoclimas representados por el conjunto de localidades de la red.

La localidad que presenta un clima con menor duración del período seco se encuentra en Girona (BAN. Presenta fitoclima nemoromediterráneo submediterráneo fresco tethyco) a causa de su latitud (es la localidad más septentrional) y su proximidad al Prepirineo. El resto de localidades catalanas (LLA, QRL, MTS, CER, GAR) junto con FUE (Teruel) y ISI (València) pertenecen al fitoclima nemoromediterráneo genuino fresco. Las primeras muestran un clima con claras influencias tethycas, mientras que en ISI el clima es más continental. En BYQ (Almería) y MCL (Granada), a causa de la elevada altitud en la que se encuentran los árboles estudiados y la elevada continentalidad del clima, encontramos un fitoclima mediterráneo subnemoral fresco continental. También tiene un clima mediterráneo subnemoral fresco la localidad situada en la Serra de Tramuntana (BUN), pero en este caso es de tipo tethyco debido a la insularidad de Mallorca. En el resto de localidades situadas en la Península, a excepción de GDM, el fitoclima es mediterráneo genuino fresco. Según su régimen pluviométrico intraanual (fuertemente condicionado por su proximidad al mar Mediterráneo) presentan un clima continental oriental (AYN, en Albacete y ARC, en Murcia), transicional (MIR y PNF en Zaragoza) o tethyco (MAI y ENG , en València y RET, en Zaragoza). No obstante, la clasificación de Allué (basándose en el total pluviométrico anual), distingue tres subclases dentro de esta gran unidad climática (clima mediterráneo genuino fresco): ENG es la localidad más lluviosa; AYN, PNF y RET presentan precipitaciones anuales intermedias y; el resto (ARC y MIR) son las más secas. Las tres localidades menorquinas (MER, TUR y BIA), junto con BON (centro de Mallorca), MON (sur de Mallorca) y JOA (Eivissa) pertenecen al fitoclima mediterráneo subtropical. Por último, en BAR (Formentera), JOS (Eivissa) y GDM (Alacant) el clima es mucho más árido y pertenece al fitoclima mediterráneo subsahariano subtropical tethyco.

No se ha encontrado ninguna relación significativa entre la precipitación y la temperatura media anual para el conjunto de localidades, de manera que los sitios más lluviosos no siempre son los más fríos, ni los más secos los más calurosos. En cambio, la relación entre la temperatura media y la amplitud térmica anual es negativa y significativa (p = 0,0002, Figura II-1), siendo los lugares más cálidos los que presentan menos oscilaciones térmicas anuales.

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CAPÍTULO II

Figura II-1. A. Relación entre la precipitación total (PR) y la temperatura media anual (TM) en la red de localidades de pino carrasco. B. Relación entre la temperatura media anual (TM) y la amplitud térmica anual (Ampl. Tª) en la red de localidades de pino carrasco.

Atendiendo a los valores límites y umbrales que definen el hábitat climático de P. halepensis según Gandullo y Sánchez (1994), todas las localidades presentan un clima que permite el desarrollo de la especie, al menos, dentro de sus límites extra-marginales. No obstante, en algunas localidades, las condiciones climáticas quedan fuera del rango que delimita el hábitat central de la especie. En BAN (Girona) y BUN (Mallorca) la precipitación media total anual es más elevada; en las cuatro localidades situadas más al NE peninsular (BAN, CER, GAR y LLA) las precipitaciones de verano también superan los límites del hábitat central; en las localidades situadas en las Islas Baleares y en GDM (Alacant) las temperaturas son

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Precipitación anual (mm)

200 300 400 500 600 700 800 900

Tem

pera

tura

med

ia (º

C)

5

10

15

20

25

BAN

LLA MTSCERFUEGARISI

MCL

ENGAYNQRL

PNFMERTURJOA BON

BUN MON

BIAMAI

RETBYQARC

MIRJOS

BAR

TM = 15,610 - 1,921e-4

· PR

r = 0,014 N = 27

A

Amplitud térmica anual (ºC)

6 8 10 12 14 16 18

Tem

pera

tura

med

ia (º

C)

5

10

15

20

25

BAN

LLAMTS CERFUE GARISI

MCL

ENGAYN QRL

PNFMERTURJOA BON

BUNMON

BIAMAI

RETBYQ

ARC

MIRJOS

BAR

TM = 20,779 - 0,456 · Ampl. Tª

r = 0,589 N = 27B

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CAPÍTULO II

más elevadas, sobretodo durante los meses de invierno y, como consecuencia, la amplitud térmica anual también es menor que los umbrales que definen el hábitat central de la especie. Por último, en las dos localidades más áridas, BAR y GDM, la sequía estival dura más que los límites establecidos debido a las escasas precipitaciones primaverales y, además, en GDM por las poco abundantes lluvias anuales.

Climodiagramas

La localidad con un clima más húmedo y con menos déficit hídrico es Banyoles (BAN) representada por el observatorio situado en Girona (Figura II-2). Su diagrama presenta dos máximos de precipitación: el primero en mayo, y el segundo y más importante cuantitativamente en octubre. El período seco se centra en el mes de julio y es muy leve. Es la localidad de la Península con precipitaciones anuales más cuantiosas (en promedio superan los 800 mm). Por otro lado, su proximidad al mar suaviza las temperaturas, de manera que las heladas sólo ocurren ocasionalmente (TMIA inferiores a 0º C) entre los meses de noviembre y marzo y la amplitud térmica anual es moderada (15,98º C). En esta localidad la temperatura máxima registrada en los últimos 89 años es de 43,12º C (1996), mientras que la más baja es de -13,0º C (1914). Las temperaturas medias de las mínimas (TMI) y de las máximas (TMA) anuales son relativamente suaves (29,97º C y 1,36º C, respectivamente).

Figura II-2. Diagrama ombrotérmico de la localidad de Banyoles (Girona). Fitoclima nemoromediterráneo submediterráneo fresco y tethyco. La temperatura media se ha representado en naranja y las precipitaciones mensuales en azul. A la derecha, de arriba a bajo, se presenta: la temperatura máxima registrada, la TMA, la Ampl. Tª , TMI y la temperatura mínima registrada. En la franja inferior se indica, en negro, cuando la probabilidad de heladas es segura (TMI<O ºC); en trama, cuando las heladas ocurren ocasionalmente (TMIA>0ªC, pero TMI<oªC); y en blanco, cuando la probabilidad de heladas es nula.

Girona (92 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(mm

)

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Tem

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med

ia (º

C)

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10

20

30

40

50

60[ 89 ] 14,83ºC 804,16 mm

43,12ºC29,97ºC

15,98ºC

1,36ºC-13,00ºC

BAN

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CAPÍTULO II

El resto de localidades situadas en Catalunya (CER, GAR, LLA, QRL, MTS) junto con FUE (que se encuentra en las estribaciones de los Ports de Beceit en la provincia de Teruel) y ISI (València), presentan unos climodiagramas similares puesto que pertenecen a la misma región fitoclimática (Figura II-3 y II-4). En todas ellas la sequía estival dura en promedio un par de meses y es relativamente intensa. El máximo de precipitación otoñal (septiembre–octubre) es cuantitativamente superior al de primavera (mayo), excepto en ISI dónde los dos máximos son similares debido a la menor influencia del Mediterráneo (clima continental oriental). A pesar de estas características comunes, se pueden ordenar las localidades según la severidad de la sequía de verano (por orden creciente, CER, GAR, LLA, FUE, QRL, MTS y ISI). En relación con la amplitud térmica, las localidades más cercanas a la costa (GAR y CER) tienen una amplitud térmica anual menor y la localidad más continental (ISI) es la que la tiene mayor.

Figura II-3.1. Diagramas ombrotérmicos de las localidades con fitoclima nemoromediterráneo genuino fresco tethyco.

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La Palma de Cervelló / Begues (140 / 360 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

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40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 51 ] 13,13ºC 664,31 mm

41,00ºC27,90ºC

15,76ºC

0,92ºC-12,00ºC

CER

Fontrubí /Sta. Coloma de Querol (616 / 675 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 48 ] 12,32ºC 606,91 mm

41,00ºC29,14ºC

17,77ºC

-0,25ºC-11,00ºC

LLA

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CAPÍTULO II

Figura II-3.2. Diagramas ombrotérmicos de las localidades con fitoclima nemoromediterráneo genuino fresco tethyco.

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Vimbodí -Riudabella (590 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60 42,99ºC29,89ºC

17,39ºC

2,08ºC-12,00ºC

MTS

Begues- Garraf (360 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 54 ] 13,16ºC 672,61 mm

41,00ºC27,27ºC

15,65ºC

0,95ºC-15,00ºC

GAR

Sarreal (400 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 45 ] 13,44ºC 493,05 mm

45,00ºC28,38ºC

16,62ºC

0,37ºC-15,00ºC

QRL

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CAPÍTULO II

Figura II-3.3. Diagrama ombrotérmico de la localidad con fitoclima nemoromediterráneo genuino fresco tethyco.

Figura II-4. Diagrama ombrotérmico de la localidad con fitoclima nemoromediterráneo genuino fresco continental oriental.

Por orden ascendiente de aridez del clima, en el Mencal (MCL, Granada) y en Pinar de Bayarque (BYQ, Almería), las TM de verano son muy altas (superiores a los 20º C), mientras que las de invierno oscilan alrededor de los 5º C y 2º C, respectivamente; de manera que la amplitud térmica es muy elevada, sobretodo en MCL (dónde las heladas son frecuentes en enero) (Figura II-5A y II-5B). En estas localidades encontramos el máximo grado de continentalidad de toda la red establecida (clima mediterráneo subnemoral fresco continental oriental). Ambas presentan un período estival con precipitaciones prácticamente inexistentes, de manera que la sequía suele prolongarse más de 3 meses.

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Utiel la Noria (735 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 43 ] 13,07ºC 450,26 mm

45,00ºC32,15ºC

17,98ºC

-1,00ºC-21,00ºC

ISI

Beceite / Valderrobres (560 / 482 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 50 ] 12,81ºC 638,68 mm

38,50ºC30,41ºC

17,66ºC

-0,63ºC-10,00ºC

FUE

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CAPÍTULO II

Figura II-5. Diagrama ombrotérmico de las localidades con fitoclima mediterráneo subnemoral fresco continental occidental.

El resto de localidades situadas en la Península (excepto GDM, Alacant) pertenecen al fitoclima mediterráneo genuino fresco, independientemente de su latitud (Figuras II-6). Este fitoclima se caracteriza por presentar un período seco estival severo y de más de tres meses de duración, y una notable continentalidad que se manifiesta en una elevada amplitud térmica anual. Dentro de esta clase fitoclimática, las localidades quedan repartidas en tres subregiones atendiendo a la repartición intraanual de las lluvias. En AYN y ARC (en Albacete y Murcia, respectivamente) los dos máximos pluviométricos son cuantitativamente similares (subclima continental oriental, Figura II-6), mientras que en MIR y PNF (Zaragoza) el máximo primaveral es ligeramente superior al de otoño (subclima transicional, Figura II-7), y en MAI, RET y ENG (MAI y ENG en València, y RET en Zaragoza ) el máximo pluviométrico de otoño supera en cuantía al de primavera (subclase tethyco, Figura II-8).

91

Huélago / Guadix IT (913 / 905 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 30 ] 14,35ºC 357,12 mm

43,00ºC33,63ºC

18,91ºC

-0,24ºC-10,00ºC

MCL

Velez Blanco (1080 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 50 ] 12,56ºC 347,26 mm

41,00ºC31,49ºC

18,72ºC

1,20ºC-12,00ºC

BYQ

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CAPÍTULO II

Figura II-6. Diagrama ombrotérmico de las localidades con fitoclima mediterráneo genuino fresco continental oriental.

Figura II-7.1. Diagrama ombrotérmico de Miramón (fitoclima mediterráneo genuino fresco transicional).

92

Caravaca / Valdeinfierno (657 / 690 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 68 ] 13,59ºC 361,06 mm

47,00ºC30,23ºC

13,59ºC

0,74ºC-13,00ºC

ARC

Monegrillo / Pallaruelo de Monegros 452 / 356m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60 45,00ºC32,17ºC

19,13ºC

2,21ºC-10,00ºC

MIR

[ 46 ] 14,72ºC 376,09 mm

Molinicos (823 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 59 ] 14,50ºC 466,03 mm

44,00ºC32,68ºC

17,98ºC

1,64ºC-13,00ºC

AYN

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CAPÍTULO II

Figura II-7.2. Diagrama ombrotérmico de Peñaflor (fitoclima mediterráneo genuino fresco transicional).

Figura II-8.1. Diagramas ombrotérmicos de las localidades con fitoclima mediterráneo genuino fresco tethyco.

93

Perdiguera / Zuera el vedado (473/ 298 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 37 ] 14,02ºC 416,21 mm

45,00ºC30,91ºC

18,02ºC

1,27ºC-13,00ºC

PNF

La Palma de Cervelló / Begues (140 / 360 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 53 ] 14,92ºC 351,30 mm

45,00ºC31,45ºC

16,28ºC

0,59ºC-18,00ºC

MAI

Otinyent (600 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 48 ] 16,09ºC 562,02 mm

45,50ºC32,05ºC

15,79ºC

3,78ºC-9,40ºC

ENG

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CAPÍTULO II

Figura II-8.2. Diagrama ombrotérmico de la Retuerta de Pina ( fitoclima mediterráneo genuino fresco tethyco).

En las Islas Baleares los climodiagramas obtenidos son muy parecidos en todas las localidades de Menorca (Figura II-9). Se caracterizan por presentar un solo máximo de precipitaciones en otoño y unas precipitaciones estivales muy escasas. Este hecho provoca una sequía estival intensa y prolongada puesto que, por término medio, empieza en abril y termina a finales de agosto. El mismo tipo fitoclimático se halla también en el centro y sureste de Mallorca (BON y MON) y al norte de Eivissa (JOA) (Figura II-9). En el sur de Eivissa (JOS), Formentera (BAR) y en la costa alicantina (GDM) el pico de lluvias de otoño desaparece y las temperaturas son, en general, superiores (Figura II-10). Estas tres localidades pertenecen al fitoclima mediterráneo subsahariano subtropical, la diferencia está en que las localidades de las Baleares pertenecen a la subclase tethyco, mientras que GDM presenta un fitoclima transicional hacia un clima con carácter más sahariano.

F i g u r a I I - 9 . 1 . D i a g r a m a ombrotérmico de Santuari de Banany (fitoclima mediterráneo genuino subtropical tethyco).

94

Santuari de Bonany / St. Joan (310 / 130 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 59] 17,53ºC 594,45 mm

43,80ºC31,06ºC

15,37ºC

6,94ºC-7,80ºC

BON

Bujaraloz Rozas / Escatrón (380 / 143 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 54 ] 15,79ºC 427,51 mm

46,50ºC34,19ºC

19,70ºC

1,46ºC-11,00ºC

RET

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CAPÍTULO II

Figura II-9.2. Diagramas ombrotérmicos de las localidades con fitoclima mediterráneo genuino subtropical tethyco.

95

St. Lluís / Mahó (60 / 50 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 69 ] 16,87ºC 601,18 mm

39,60ºC28,62ºC

14,09ºC

7,51ºC-2,80ºC

BIA

Col 1 vs CER_PR

Col 1 vs CER_TM

Col 1 vs CER_PR

Col 1 vs CER_TM

Col 1 vs CER_PR

Col 1 vs CER_TM

Santanyí / Campos Salinas (120 3 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 27 ] 16,41ºC 439,01 mm

39,20ºC31,01ºC

15,89ºC

3,26ºC-7,00ºC

MON

Mercadal Monte Toro / Mercadal s'Arada (350 / 80 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 60 ] 17,46ºC 605,92 mm

42,00ºC31,22ºC

14,44ºC

7,24ºC-1,50ºC

MER

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CAPÍTULO II

Figura II-9.3. Diagramas ombrotérmicos de las localidades con fitoclima mediterráneo genuino subtropical tethyco.

Figura II-10.1. Diagrama ombrotérmico de la localidad con fitoclima mediterráneo subsahariano subtropical tethyco.

96

Santa Eularia del Riu (58 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 51] 17,94ºC 461,94 mm

40,00ºC30,89ºC

15,17ºC

7,09ºC-3,58ºC

JOA

St. Josep Aeroport d'Eivissa (11 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 51 ] 17,81ºC 412,39 mm

36,60ºC29,72ºC

14,02ºC

8,04ºC-3,00ºC

JOS

Ciutadella Faro Puerto / Mercadal s'Arada (9 / 80 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 53 ] 17,46ºC 584,98 mm

42,00ºC31,25ºC

14,35ºC

7,31ºC-1,50ºC

TUR

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CAPÍTULO II

Figura II-10.2. Diagrama ombrotérmico de la localidad con fitoclima mediterráneo subsahariano subtropical tethyco.

Por último, la localidad situada en la Serra de Tramuntana (BUN), presenta un clima muy distinto al del resto de localidades de las Baleares debido a una

mayor cuantía de las precipitaciones (más de 900 mm anuales) (Figura II-11).

F i g u r a I I - 1 1 . D i a g r a m a ombrotérmico de la localidad con fitoclima mediterráneo subnemoral fresco tethyco.

97

Guardamar del Segura / Almoradi (60 / 11 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 61 ] 17,66ºC 293,24 mm

41,00ºC31,08ºC

14,37ºC

6,86ºC-4,00ºC

GDM

Bunyola / Sóller (480 / 40 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 61 ] 17,45ºC 937,34 mm

41,00ºC29,96ºC

14,80ºC

8,40ºC-3,00ºC

BUN

Formentera la Savina (7 m)

E F M A M J J A S O N D

Prec

ipita

ción

(m

m)

0

20

40

60

80

100

120

Tem

pera

tura

med

ia (

ºC)

0

10

20

30

40

50

60[ 49 ] 18,78ºC 364,18 mm

40,00ºC30,67ºC

13,44ºC

9,22ºC0,80ºC

BAR

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CAPÍTULO II

Régimen térmico y pluviométrico

Todas las localidades poseen el mismo régimen térmico, siendo el invierno la estación más fría seguida del otoño, primavera, y el verano, la estación más cálida. Sin embargo, se distinguen cinco regímenes pluviométricos distintos, resultado que pone de manifiesto la complejidad de la distribución espacial de la precipitación en España, no sólo en su cuantía, sino también en su reparto estacional. En la mayoría de localidades (todas menos QRL, ARC y las tres localidades ubicadas en la provincia de Zaragoza – MIR, PNF y RET-) la estación más lluviosa es el otoño, debido a las lluvias de tipo convectivo características de la costa mediterránea occidental. En el resto, la estación más lluviosa es la primavera. De la misma manera, mientras que en la mayoría de lugares la estación más seca es el verano, en las localidades del sector central de Aragón y noroeste de Catalunya (LLA, CER, QRL, MIR, PNF y RET) el invierno es todavía más seco que el verano.

Índices fitoclimáticos

La posición de las localidades de estudio en el diagrama de Emberger (Figura II-12) permite distinguir claramente dos grupos: el primero formado por las localidades situadas en las Islas Baleares junto con GDM (Alacant); y el segundo que engloba las localidades situadas en la Península Ibérica. Las localidades de las Baleares se separan por presentar temperaturas mínimas del mes más frío (TMI(f)) más elevadas. No obstante, dentro de cada grupo puede observarse un gradiente de aridez que se extiende desde localidades con un clima sub-húmedo hasta localidades con clima árido, con un indudable predominio de las localidades con clima semiárido.

Figura II-12. Distribución de la las 27 localidades de la red de estudio en el diagrama de Emberger; dónde TMI(f) indica temperatura mínima del mes más frío, y H, hace referencia al índice de Emberger. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

98

TMI(f)-3 -2 -1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

H

0102030405060708090

100110120130140150160170180190200

ARCAYN

BAN

BAR

BIA

BON

BUN

BYQ

CER

ENG

FUE

GAR

GDMISI

JOA JOSLLA

MAIMCL

MER

MIR

MON

MTS

PNFQRL

RET

TUR

FRIO

PER - HÚMEDO

HÚMEDO

SUB - HÚMEDO

SEMI-ÁRIDO

ÁRIDO

DESÉRTICO

FRESCO TEMPLADO CÁLIDO

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CAPÍTULO II

La ordenación de las localidades según el valor que adquieren en los índices anuales de aridez indica que, el conjunto de localidades muestreadas es representativo del gradiente climático del este peninsular, puesto que éstas se distribuyen de forma más o menos continua, es decir, sin haber grandes saltos o escalones (Figura II-13). Todos muestran que las localidades con menor grado de aridez son las más septentrionales (BAN, FUE, CER, GAR, LLA, QRL, MTS y BUN), exceptuando las localidades del centro de la depresión del Ebro (RET, MIR y PNF) dónde la continentalidad marca un elevado grado de aridez en verano. Por otro lado, estas ordenaciones también muestran que las localidades más áridas son las situadas en la provincia de Alacant (GDM), sur de Eivissa (JOS) y Formentera (BAR). El orden relativo dentro de estos tres grupos de localidades varía según el criterio que utilice el índice climático.

Figura II-13. Ordenación de las 27 localidades de la red de estudio según distintos índices de aridez.

99

BAN

FUE

CER

GA

RBU

NM

TSQ

RLEN

GA

YN BIA ISI

MER TUR

BON

PNF

BYQ

JOA

MO

NA

RC MIR

RET

MCL

MAI LLA

JOS

BAR

GD

M

Índi

cete

rmop

luvi

omét

rico

1

2

3

4

5

6

BAN

CER

GA

RLL

AFU

EQ

RLBU

NM

TSBO

NBI

AM

ERTU

RPN

FEN

G ISI

AYN MIR

JOS

JOA

MO

NRE

TBA

RM

AI

ARC

GD

MBY

QM

CL

Índi

ce d

e ar

idez

de G

iaco

bbe

01234567

Clima árido

Clima semiárido

Clima húmedo

BAN

CER

GA

RLL

AFU

EQ

RLM

TSBU

NBO

NPN

F ISI

BIA

MER TUR

ENG

AYN

MIR

RET

MO

NJO

AJO

SM

AI

ARC BA

RG

DM

BYQ

MC

L

Índi

ce d

e ar

idez

de P

hilli

pis

0

2

4

6

8

10

CER

BAN

GA

RLL

ABU

NFU

EQ

RLM

TS BIA

BON

MER

TUR

PNF

JOS

ENG

JOA ISI

MO

NA

YN MIR

BAR

RET

GD

MA

RC MA

IBY

QM

CL

Índi

ce d

e ar

idez

de B

audi

ere

0

5

10

15

20

25

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CAPÍTULO II

El índice de continentalidad de Gorezynski (Figura II-14) clasifica las 27 localidades en tres grupos: el primero, formado por las que tienen un clima oceánico (las localidades de las Baleares, GDM, GAR, CER y LLA); el segundo, formado por el resto de localidades excepto ISI y MCL donde el clima es continental pero con ciertas influencias oceánicas; y el tercer grupo constituido por las dos localidades dónde el clima es claramente continental (ISI y MCL).

Figura II-14. Ordenación de las localidades de la red de estudio según el índice de continentalidad de Gorezynski. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

Según el índice anual de aridez de Martonne (Figura II-15), algunas de las localidades del SE de España (BAR, GDM, y MAI) presentan unas condiciones climáticas que no permiten el desarrollo de vegetación arbórea. Este resultado podría hacer cuestionar la fiabilidad de este índice para predecir la vegetación potencial de un sitio en base a sus condiciones climáticas, puesto que en todas las localidades se encuentran masas forestales de pino carrasco. Sin embargo, los resultados obtenidos describen de forma adecuada la realidad, ya que en MAI y GDM las poblaciones de pino carrasco muestreadas son fruto de repoblaciones realizadas al principio de siglo XX, y por lo tanto no se trata de masas naturales propiamente dichas; y en BAR (tal y como índica la densidad de los bosques – Tabla III-4) más que de un bosque, nos encontramos frente a matorrales con pinos. Según este índice, MCL, MIR, JOS, LLA, RET, ARC y BYQ, presentan un clima limitante para el desarrollo de bosques.

Figura II-15. Ordenación de las localidades de la red de estudio según el índice anual de aridez de Martonne. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

100

BUN

BIA

JOS

BAR

BON

JOA

MER

TUR

GA

RC

ERM

TSM

ON

GD

M LLA

MIR

PNF

FUE

ARC RE

TEN

GBA

NA

YN QRL

BYQ

MA

IIS

IM

CLÍndi

ce d

e co

ntin

enta

lidad

de G

orez

ynsk

i

-505

10152025

Clima oceánico-continental

Clima oceánico

Clima continental

BAN

BUN

FUE

CER

GA

RM

TSEN

GM

ER BIA

TUR

AYN QRL IS

IBO

NJO

APN

FM

ON

BYQ

ARC RE

TLL

AJO

SM

IRM

CL

MA

IBA

RG

DM

Indi

ce d

e ar

idez

de M

arto

nne

5101520253035

Vegetación arbustiva

Vegetación arbòrea

Transición

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CAPÍTULO II

La evolución mensual del índice de Martonne permite distinguir cuándo se producen el período árido y el período seco en cada localidad (Figura II-16). Se observa que la mayoría de localidades presentan un período árido estival, en el que en los meses centrales la sequía puede limitar el desarrollo de la vegetación arbórea (período seco). Hay un grupo de localidades (ARC, MCL, MIR, RET y MAI) en las que también existe un período árido y/o seco en invierno. En JOS y BAR tan sólo durante los meses de otoño el clima no limita el desarrollo de la vegetación según este índice y, en la localidad de la red con menos precipitaciones anuales (GDM), el período seco se extiende durante todo el año, siendo igualmente los meses de otoño los más húmedos. Por último, destacan algunas localidades del sur (ARC, MCL y BYQ) por presentar, además del período seco estival, un breve período seco a finales de otoño que solamente llega a ser árido en MCL.

Figura II-16. Arriba, ordenación de las localidades de la red de estudio según la duración del período seco (verde) y del período árido (verde claro) determinados por el índice mensual de aridez de Martonne. Abajo, valor promedio del índice de Martonne mensual (azul) y valores límite para determinar la duración del período seco (verde) y del período árido (verde claro). Para más detalles, ver metodología. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

101

Tiempo (meses)E F M A M J J A S O N D

Índi

ce d

e M

arto

nne

0

10

20

30

40

50

60

BAN

LLA

CER

GAR

FUE

MTS

QRL

PNF

BUN

ISI

ENG

AYN

MER

BON

BIA

TUR

MON

JOA

BYQ

ARC

MCL

MIR

RET

MAI

JOS

BAR

GDM

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CAPÍTULO II

Clima de la red de localidades según los análisis multivariantes

Con la finalidad de determinar grupos de localidades que presenten un clima parecido se han utilizado dos métodos de análisis multivariante distintos. En primer lugar, se han ordenado las 27 localidades en un espacio de dimensión reducida mediante un análisis de componentes principales (ACP). Y en segundo lugar, se han establecido grupos de localidades mediante un AC. En ambos análisis, las variables consideradas han sido: el índice termopluviométrico anual y estacional, la TM estacional, los índices de aridez de Martonne, Phillipis, Baudiere, y Emberger, los índices de continentalidad de Gorezynsky y Vernet, la PR anual y su desviación estándar, la amplitud térmica anual, y el número de meses con heladas seguras, con heladas probables, con estrés y con déficit hídrico.

El diagrama de ordenación obtenido en el ACP (Figura II-17) indica que existen dos gradientes climáticos superpuestos a lo largo del área de distribución

del pino carrasco en España. También indica que la red de 27 l o c a l i d a d e s e s representativa de dichos gradientes, ya que las localidades q u e d a n b i e n d i s t r i b u i d a s y esparcidas en el d i a g r a m a d e ordenación de manera que ningún cuadrante queda vacío. No obstante, se forman grupos de localidades atendiendo a las regiones geográficas y a las cl imáticas (regiones fitoclimáticas d e A l l u é ) . L a distribución de las localidades a lo largo del primer componente (41,23% de varianza explicada) indica que éste ordena las localidades según el g r a d o d e continentalidad del clima, de manera que

102

CP-I (41,23%)

-0,4 -0,2 0,0 0,2 0,4

CP-

II (3

6,99

%)

-0,4

-0,3

-0,2

-0,1

0,0

0,1

0,2

0,3

0,4

ARC

AYN

BAN

BAR

BIA

BON

BUN

BYQ

CER

ENG

FUEGAR

GDM

ISI

JOA

JOS

LLA

MAI

MCL

MER

MIR

MON

MTS

PNF

QRL

RET

TUR

Figura II-17. Diagrama de ordenación obtenido a través del análi-sis de componentes principales (ACP) de las 27 localidades de estudio según el clima en cada una de ellas. Las variables descriptivas del clima utilizadas han sido: índice termopluviométrico anual y estacio-nal, TM estacional, índices de aridez de Martonne, Phillipis, Baudiere, y Emberger, índices de continentalidad de Gorezynsky y Vernet, PR anual y su DS, Ampl. Tª anual, y el número de meses con heladas seguras, con heladas probables, con estrés y con déficit hídrico. Pe-ríodo de análisis: 1971-1999. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

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CAPÍTULO II

las situadas en las Islas Baleares presentan valores negativos para este componente, quedando claramente separadas de las localidades situadas dentro de la Península Ibérica. En cambio, el segundo componente (36,99%), atendiendo a la ordenación que establece, separa las localidades según el grado de aridez del clima. Estos dos gradientes climáticos también fueron detectados por González-Hidalgo (2001) en un estudio sobre la distribución espacial de las tendencias en la pluviometría estacional en la Comunidad Valenciana.

De esta manera, las localidades de Menorca y del norte y centro de Mallorca quedan agrupadas en el primer cuadrante del diagrama (arriba y a la izquierda); las situadas en Catalunya, junto con ENG y FUE quedan en el segundo cuadrante (arriba y a la derecha); las insulares más áridas (MON, JOA, JOS y BAR) junto con GDM, en el tercero (abajo y a la izquierda); y el resto, caracterizadas por presentar un clima continental, en el cuarto cuadrante (abajo y a la derecha, Figura II-17). Esta ordenación indica que no existe una clara diferenciación entre las localidades situadas en el norte y las del sur peninsular, aunque sí existe una tendencia a que las localidades del sur sean más áridas.

Los resultados obtenidos en el AC (Figura II-8) son muy similares a la ordenación del ACP (Figura II-7), aunque existen algunos matices. Se distinguen claramente tres grupos de localidades: (1) las localidades situadas en las Islas Baleares, (2) las situadas en la franja prelitoral, y (3) las que se encuentran en el sur y/o interior de la Península. Asimismo, dentro de cada conjunto, el orden en el que se agrupan las localidades se relaciona con los dos gradientes climáticos detectados anteriormente. En el primer grupo, las siete localidades afectadas por el gradiente climático balear quedan divididas en dos grupos según el nivel de aridez del clima: las situadas en Menorca (MER, TUR, BIA) y en el centro y norte de Mallorca (BON y BUN, respectivamente) constituyen el grupo de las Baleares húmedas; y las del sur de Mallorca (MON), Eivissa (JOA y JOS), Formentera (BAR) y Guardamar el Segura (GDM) en el de las Baleares secas. En un tercer conjunto, las localidades con un clima menos continental se van agrupando según el grado de aridez, siendo BAN la localidad más húmeda y ENG la más árida, coincidiendo así con la clasificación climática de Allué (1990). Por último, el grupo formado por las localidades cuyo clima presenta una marcada continentalidad, se divide en dos subgrupos atendiendo a su grado de aridez y coincidiendo con la clasificación de Allué.

En resumen, los dos métodos multivariantes utilizados han clasificado las 27 localidades en cuatro grupos, separando claramente las localidades peninsulares de las situadas en las Islas Baleares; y dentro de estos dos grupos ordenando las localidades atendiendo al grado de aridez del clima. La única discrepancia entre los dos métodos la encontramos con QRL. En el ACP queda dentro del cuadrante dónde encontramos el resto de localidades catalanas, aunque un poco separada del resto. En cambio, en el AC, forma parte del grupo de localidades con clima continental menos árido. Este resultado indica que esta localidad presenta un clima que posiblemente pueda considerarse transicional entre ambos grupos; es decir, que presenta un clima relativamente húmedo (típico de las localidades del NE peninsular) pero con una marcada continentalidad.

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CAPÍTULO II

Figura II-18. Diagrama de cluster obtenido para las 27 localidades de la red de estudio basado en las mismas variables y período que el ACP (Figura II-17). Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la tabla 1.

CARACTERIZACIÓN ESPACIO-TEMPORAL DEL CLIMA DE LA RED DE LOCALIDADES

Tendencias climáticas

La delimitación de los intervalos de tiempo para llevar a cabo el análisis las tendencias en las series de PR y TM, se ha basado en la detección de los años en los que, al menos un 25% de las localidades presentan un punto de inflexión en el pendiente del ajuste lineal significativo en las series de precipitación y/o temperatura media anual (véase metodología). Los años detectados han sido: 1900, 1930-31, 1951 y, sobretodo, 1971 (Figura II-19). Este resultado, de acuerdo con De Castro et al. (2005), indica que en la España peninsular y en las Baleares, el año de inicio del calentamiento reciente puede establecerse unos años antes del 1976, que es el año que se considera a escala global. Consecuentemente,

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CAPÍTULO II

se han fijado cuatro intervalos de tiempo en los que basar el análisis espacio-temporal de las tendencias en las series climáticas anuales y estacionales (1900-1930, 1931-1950, 1951-1971 y 1971-1999).

Figura II-19. Porcentaje de localidades con cambios de las pendientes significativas en el análisis tendencias realizado mediante el ajuste de regresiones lineales por períodos de 30 años con desplazamiento anual. Las líneas azul y naranja indican el número de localidades en que se basa el % para TM y PR respectivamente. Para más detalles, ver texto y metodología.

Los resultados del análisis de tendencias por períodos a lo largo del s. XX en las series anuales de PR se presentan en la figura II-20, y los obtenidos en las series de TM, en la figura II-21. En ellas, se ha representado el signo y nivel de significación de la tendencia detectada para cada localidad y período de análisis. En la Tabla II-1 se especifican los valores de las tasas de cambio encontradas en las series anuales de PR, TM, TMI y TMA para el último de los períodos analizado (1971-1999),

El análisis de tendencias de las series anuales de precipitación indica que, en general, la pluviometría ha disminuido a lo largo de los últimos treinta años en el este peninsular e Islas Baleares a una tasa media de 6,14 mm·año-1 (Tabla II-1). Estos resultados coinciden con las tendencias descendientes que apuntaba el tercer informe del IPCC (IPCC 2001). Otros trabajos también han demostrado una reducción significativa de la cantidad de precipitación anual en el último tercio del siglo XX: en la cuenca del Ebro (Abaurrea et al. 2002, García et al. 2002); en buena parte de Andalucía y Catalunya; en Menorca y en el NW de Mallorca (Romero et al. 1998, Guijarro 2002); en el norte peninsular (Saz 2003); en el sur de la España peninsular (Rodrigo et al. 1999) y para algunas regiones de la Comunidad Valenciana (De Luís et al. 2000). Sin embargo, los trabajos basados en series de precipitación anual regionales no han detectado tendencias significativas en el último siglo (Galán et al. 1999, Abaurrea et al. 2002, Chazarra y Almarza 2002, Saladié 2004).

105

10

20

30

40

50

051015202530

1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010

Frec

uenc

ia d

e lo

calid

ades

(%)

0

10

20

30

40

50

Núm

ero

de lo

calid

ades

0510

15202530

Temperatura media anual

Precipitación total anual

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CAPÍTULO II

La disminución en la PR total anual detectada, aunque es general, no es significativa en todas las localidades (Figura II-20 y Tabla II-1). En los lugares con clima mediterráneo genuino fresco tethyco (BAN, GAR, CER, MTS, FUE, QRL, y LLA), dicho descenso no llega a ser significativo, mientras que los sitios que presentan un clima más árido (mediterráneo subsahariano subtropical; BAR, JOS y GDM) son los que exhiben tasas de decremento mayores. A parte de esta generalidad, los lugares con mayores tasas de disminución se encuentran en las regiones más húmedas de las Baleares: BUN (situada en la Serra de Tramuntana, Mallorca) y MER (situada al norte de Menorca), dónde las tasas de disminución son de -10,47 mm·año-1 y -8,55 mm·año-1, respectivamente. En estas dos localidades, la disminución en las lluvias se ha concentrado durante los meses invernales (resultados no mostrados).

Tabla II-1. Valores de la pendiente de la recta de regresión lineal ajustada a las series climáticas anuales para el período 1971-1999, en cada localidad. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la Tabla 1. Sólo aparecen en la tabla los valores cuando el ajuste resulta significativo al 90%. Se han ordenado las localidades según la clasificación climática de Aullé para facilitar la interpretación de los resultados.

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CAPÍTULO II

Por otro lado, en RET y GAR se ha detectado un incremento, aunque no significativo, de las precipitaciones totales anuales. El análisis de tendencias estacional (resultados no mostrados) indica que el aumento en la precipitación total anual se debe esencialmente al incremento de las lluvias en otoño, poniendo de manifiesto la clara influencia mediterránea del clima en estas dos localidades. Este resultado coincide con los obtenidos por Sumner et al. (2001) en distintos lugares del litoral e interior de Catalunya para el período 1964-1993.

En la mayoría de las localidades (n=18), la primavera es la estación dónde se concentra esta disminución significativa de las precipitaciones, de manera que parece consistente una reducción pluviométrica primaveral de acuerdo con otros estudios (Rocha 1999, Serrano et al. 1999, García et al. 2002, Muñoz-Díaz y Rodrigo 2004). Tan sólo en unas pocas localidades (n=7) este decremento se ha centrado sobretodo en verano. La merma de las precipitaciones de primavera-verano desde los años 70, se ha relacionado con el aumento de la presión atmosférica en el Mediterráneo occidental, es decir, con el reforzamiento del modo positivo de la oscilación del Mediterráneo (Dünkeloh y Jacobeit 2003). Por otro lado, la reducción de las lluvias invernales podría estar relacionada con la ocurrencia de una fase positiva de la NAO (Oscilación del Atlántico Norte) (Jones et al. 1997, Visbeck et al. 2001, Esteban-Parra et al. 2003).

La evolución temporal de las tendencias detectadas en las series de precipitación revelan que, si bien en la actualidad (1971-1999) existe una disminución generalizada de las precipitaciones en toda la fachada oriental de la Península y en las Islas Baleares, entre 1951 y 1971 esta tendencia tan sólo era patente en algunas de las localidades más sureñas y en las de Mallorca y Menorca (no obstante la mayoría de dichos cambios no son significativos). En cambio, para el período 1931-1950, son las localidades del NE peninsular las que presentan una disminución en las lluvias, mientras que las del sur y de las Baleares presentaron un aumento.

Figura II-20.1. Tendencias de la precipitación total anual en cada una de las 27 localidades de la red de estudio a lo largo del último siglo para los períodos: 1900-1930 y 1931-1950 (para más detalles, ver texto).

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CAPÍTULO II

Figura II-20.2. Tendencias de la precipitación total anual en cada una de las 27 localidades de la red de estudio a lo largo del último siglo para los períodos: 1951-1970 y 1971-1999 (para más detalles, ver texto).

El análisis de tendencias en la temperatura media anual indica que se ha producido un aumento significativo generalizado en las tres últimas décadas (Figura II-21). La tasa media de incremento en la red de 27 localidades es de 0,05º C·año-

1 (Tabla II-1). Dicho aumento se ha producido en todas las estaciones del año por igual, sin haberse podido detectar ningún patrón espacial relacionado con las tendencias estacionales. Diversos estudios sobre regiones españolas coinciden en el hecho que el calentamiento producido a partir de la década de los 70 es visible y significativo (Raso 1997, Abaurrea et al. 2001, Brunet et al. 2001c, Cañada et al. 2001, Galán et al. 2001, Labajo y Piorno 2001).

Tal y como muestra la tabla II-1, el aumento de las temperaturas medias anuales a lo largo de las tres últimas décadas es significativo en todas las localidades excepto en AYN (Cazorla). Éste, se debe principalmente al incremento en las temperaturas mínimas (tasa media de 0,07º C·año-1), aunque las máximas también han aumentado significativamente en la mayoría de lugares (0,05º C·año-1, en promedio). La mayor contribución al calentamiento de las temperaturas mínimas ya había sido contrastado en otros estudios para la meseta norte (Esteban-Parra et al. 1998), la meseta meridional (Cañada et al. 2001y Galán et al. 2001), la cuenca del Segura (Horcas et al. 2001), y para Catalunya (Brunet et al. 2001a). En este sentido, destacan GAR i CER (Catalunya) por presentar un decremento significativo en las TMA que son compensadas por el incremento de las TMI, de manera que la TM anual, ha aumentado. Los resultados obtenidos son coherentes con los resultados de Trigo et al. (2002) en los que constatan que el señal de la NAO es más fuerte en las temperaturas mínimas que en las máximas, de manera que atribuyen el detectado aumento térmico invernal en el hemisferio norte a la tendencia positiva del NAO en esta estación del año (Hurrell 1996). De hecho Hurrell et al. (2002) sostienen que una fracción sustancial del calentamiento del hemisferio norte está asociado al comportamiento de la NAO, y más concretamente al cambio de signo en las anomalías invernal del índice en las últimas décadas.

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CAPÍTULO II

Figura II-21. Tendencias de la temperatura media en cada una de las 27 localidades de la red de estudio a lo largo del último siglo para los períodos: 1900-1930, 1931-1950, 1951-1970 y 1971-1999 (para más detalles, ver texto).

Tal y como muestra la figura II-21, para el período 1930-1950 todas las localidades con registros instrumentales, muestran tendencias ascendientes en las TM anuales, mientras que en el siguiente período analizado (1951-1970), la mayoría de localidades del SE peninsular ya presentaban tendencias descendientes, sobretodo en primavera (resultados no mostrados). Estos resultados coinciden con los obtenidos por Brunet et al. (2001b) y Klein Tank et al. (2002).

Años característicos

No se ha detectado ningún aumento ni en la frecuencia (porcentaje de localidades), ni en el número de años extremadamente lluviosos o secos a lo largo del tiempo (Figura II-22). No obstante, para el conjunto de localidades (n=27) se han detectado algunos eventos extremadamente lluviosos (1946, 1951, 1962 y 1971-72, 1977, 1982 y 1996), y cuatro extremadamente secos (1945, 1950, 1994-95 y 1998-99), aunque el último de ellos no fuera tan notable en el norte balear. De hecho, según Aupí (2005), durante la segunda mitad de siglo XX destacan dos períodos de años muy secos: 1978-1982 y 1993-1995. Aunque este último no fue tan intenso como el primero, sí fue especialmente dramático en el sureste de la Península. Los resultados obtenidos coinciden con los de otros estudios, los cuales, también han puesto de manifiesto la existencia de ciertas anomalías

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CAPÍTULO II

pluviométricas o períodos lluviosos a lo largo del último siglo, y en concreto, los años extremadamente secos han sido relacionados con la ENSO (Rodó et al. 1997, Rodríguez et al. 1999, Rodrigo et al. 2000, Ramos 2001).

En general, en las Islas Baleares (especialmente en el sur), las décadas de los años 50 y de los 70 fueron lluviosas, mientras que las dos últimas décadas (a excepción de los años 1985 y 1996) han sido especialmente secas. En la Península, y sobretodo en el NE, los años característicos por presentar mayor pluviometría son mucho más abundantes que los años secos; despuntando en este sentido los siguientes años: 1932, 1951, 1959, 1962, 1969, 1971-72, 1977, 1982, 1991, 1993, 1996 y 2002. No obstante, en la década de los años 40 la pluviometría fue, en general, baja (sobretodo en 1940, 1942 y 1944-45) En el interior y sur de la Península, las localidades comparten la mayoría de años característicos por ser lluviosos con las del NE, pero también presentan una elevada frecuencia de años secos, en especial en los últimos 30 años (1970, 1978, 1980-81, 1983, 1985, 1993-95 y 1998-99).

Figura II-22.1. Frecuencia de años extremos en su pluviometría anual con el 90% de confianza para los grupos de localidades determinados en el análisis de cluster (Figura II-18). Las barras positivas indican que se trata de un año característico por ser muy lluvioso, mientras que las barras negativas muestran que dicho año fue especialmente seco. El número de series climáticas que han participado en el cálculo del porcentaje a lo largo del tiempo se muestra en la parte superior de las figuras.

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PR anual NE peninsular (BAN, CER, GAR, LLA, FUE, MTS, ENG)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

PR anual interior y S peninsular (RET, MIR, PNF, QRL, ISI, MAI, AYN, ARC, MCL, BYQ)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

PR anual Baleares N (MER, TUR, BIA, BUN, BON)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

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CAPÍTULO II

Figura II-22.2. Frecuencia de años extremos en su pluviometría anual con el 90% de confianza para los grupos de localidades determinados en el análisis de cluster (Figura II-18). Las barras positivas indican que se trata de un año característico por ser muy lluvioso, mientras que las barras negativas muestran que dicho año fue especialmente seco. El número de series climáticas que han participado en el cálculo del porcentaje a lo largo del tiempo se muestra en la parte superior de las figuras.

A pesar que el número de años con temperaturas extremas es menor al de años con pluviometrías muy elevadas o muy escasas, las coincidencias en los años característicos de las series de TM de las distintas regiones del este de España son elevadas (Figura II-23). En todas, los años 1941, 1956-58 y 1970-73 fueron fríos. Por otro lado, se ha detectado un claro aumento en el número de años con TM anuales extremadamente elevadas en la última década, despuntado en este sentido los años 1991, 1994-95, 1998 y 2000-01), especialmente en las localidades del norte de las Islas Baleares. La frecuencia de años climáticamente extremos (Figura 23) también revela que en la década de los 50, los años extremadamente fríos fueron muy frecuentes, sobretodo en el norte de las Baleares e interior y sur Peninsulares.

Figura II-23.1. Frecuencia de años extremos en su temperatura media anual con el 90% de confianza para los grupos de localidades determinados en el análisis de cluster (Figura II-18). Las barras positivas indican que se trata de un año característico por ser muy cálido, mientras que las barras negativas muestran que dicho año fue especialmente frío. El número de series climáticas que han participado en el cálculo del porcentaje a lo largo del tiempo se muestra en la parte superior de las figuras.

111

PR anual Baleares S (MON, JOA, JOS, BAR, GDM)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

TM anual NE peninsular (BAN, CER, GAR, LLA, FUE, MTS, ENG)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

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CAPÍTULO II

Figura II-23.2. Frecuencia de años extremos en su temperatura media anual con el 90% de confianza para los grupos de localidades determinados en el análisis de cluster (Figura II-18). Las barras positivas indican que se trata de un año característico por ser muy cálido, mientras que las barras negativas muestran que dicho año fue especialmente frío. El número de series climáticas que han participado en el cálculo del porcentaje a lo largo del tiempo se muestra en la parte superior de las figuras.

Evolución de la variabilidad climática

La variabilidad en las series de PR, según el CV, es mayor que en las TM. Resultado coherente con la propia naturaleza de las precipitaciones, capaz de alcanzar valores muy extremos en los climas de filiación mediterránea con porcentajes muy superiores a la de las temperaturas (Tabla II-2). Además, las precipitaciones, presentan mayor variabilidad en las localidades del extremo SE español (JOA, JOS, BAR, ENG, MAI, GDM, ARC y BYQ). Las localidades insulares (MER, TUR, BIA, BUN. BON, MON, JOA, JOS y BAR) presentan menor variabilidad en las temperaturas que las peninsulares y, dentro de éstas últimas, las que presentan una continentalidad más marcada (PNF, FUE, ISI, AYN, ARC, MCL y BYQ) son las que presentan mayor variabilidad térmica. Los valores promedio obtenidos

112

TM anual interior y S peninsular (RET, MIR, PNF, QRL, ISI, MAI, AYN, ARC, MCL, BYQ)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

TM anual Baleares N (MER, TUR, BIA, BUN, BON)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

1015

TM anual Baleares S (MON, JOA, JOS, BAR, GDM)

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010-100

-50

0

50

1005

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CAPÍTULO II

también muestran que la variabilidad en las temperaturas mínimas es mayor que en las máximas y que en las medias. El aumento en la variabilidad climática podría estar relacionado con el reforzamiento de la fase positiva de la NAO en estas últimas décadas (Wallace et al. 1995, Marsahll et al. 2001) y a los valores más negativos del SOi, según Könen et al. 1998. Los posibles cambios en el reparto estacional de la variabilidad climática en las variables analizadas, apuntan a cambios heterogéneos en el espacio (resultados no mostrados).

Tabla II-2. Valores promedio del coeficiente de variación (CV) de la precipitación total anual (PR), temperatura media anual (TM), temperatura media de las máximas (TMA) y temperatura media de las mínimas (TMI) en cada una de las 27 localidades de la red de estudio para el período 1971-1999. Los códigos asignados a cada localidad son los que se detallan en la Tabla 1. Se han ordenado las localidades según la clasificación climática de Aullé para facilitar la interpretación de los resultados.

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CAPÍTULO II

En la figura II-24 se observa que, hasta mediados del siglo XX, la mayoría de localidades del NE Peninsular y de las Baleares presentaban una variabilidad elevada en las series de precipitación total anual. En cambio, en el siguiente período (1951-1970), ésta disminuye en muchas localidades, manteniéndose elevada tan sólo en las más continentales (ISI, MCL, PNF, MIR) y en las más expuestas a los vientos del SW en las Baleares (BAR, MON, BON y BIA). Finalmente, en los últimos treinta años la variabilidad ha sido elevada en las cuatro localidades de la cuenca del Ebro (PNF, MIR, RET y FUE), en las cuatro situadas en el extremo SE peninsular (ARC, GDM, MAI y ENG), y en BAN (la localidad más septentrional).

Se ha detectado un aumento de la variabilidad en la TM anual en las localidades de la Islas Baleares y del SE peninsular, con algunas excepciones en los últimos 30 años (Figura II-25). Dicho incremento se debe en gran medida al aumento en la variabilidad de las temperaturas mínimas, puesto que en el caso de las temperaturas máximas no se ha detectado ningún patrón espacial ni temporal en el coeficiente de variación (resultados no mostrados).

Figura II-24. Tendencias del CV de la precipitación total anual en cada una de las 27 localidades de la red de estudio a lo largo del último siglo para los períodos: 1900-1930, 1931-1950, 1951-1970 y 1971-1999 (para más detalles, ver texto).

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CAPÍTULO II

Figura II-25. Tendencias del CV de la temperatura media anual en cada una de las 27 localidades de la red de estudio a lo largo del último siglo para los períodos: 1900-1930, 1931-1950, 1951-1970 y 1971-1999 (para más detalles, ver texto).

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117 CAPÍTULO II

SÍNTESIS

En la red de localidades de P. halepensis establecida con fines dendroclimatológicos, están representados todos los fitoclimas que se encuentran dentro del área de distribución del pino carrasco en España. Algunas de estas poblaciones presentan condiciones climáticas que, según los límites definidos por Gandullo y Sánchez (1994), quedan al margen del hábitat climático central de la especie. En este sentido, sobresalen las dos localidades más áridas de las red (GDM en Alacant, y BAR en Formentera) por presentar precipitaciones primaverales e incluso anuales, demasiado bajas.

Todas las localidades poseen el mismo régimen térmico (I-O-P-V), mientras que se han distinguido cinco regímenes pluviométricos distintos. Este hecho denota la complejidad de la distribución espacial de la precipitación en España, no sólo en su cuantía, sino también en su reparto estacional.

En general, las localidades con menor grado de sequedad son las más septentrionales (en Girona, Barcelona, Tarragona y en la Serra de Tramuntana de Mallorca), exceptuando las localidades situadas en el centro de la Depresión del Ebro (RET, MIR y PNF), donde la continentalidad marca un acusado grado de aridez en verano. Por otro lado, en el sur de Eivissa (JOS), Formentera (BAR) y en Alacant (GDM), se encuentran las poblaciones más secas y áridas.

Por otro lado, según el índice mensual de Martonne, el clima en MCL, MIR, JOS, LLA, RET, ARC y BYQ es limitante para el desarrollo de la vegetación arbórea. Tanto el índice de aridez mensual de Martonne, como el diagrama de Emberger han mostrado la enorme diversidad de condiciones climáticas existentes dentro de la red de localidades, sobretodo en relación a la duración y posición intraanual de los períodos secos y áridos delimitados por el índice de Martonne. Además, la disposición de las 27 localidades en el diagrama de Emberger, también ha ilustrado la clara diferenciación climática entre las Islas Baleares y la Península Ibérica, presentando las primeras, las temperaturas mínimas notoriamente más altas.

Tanto el análisis de ordenación (ACP) como el de clasificación (AC) muestran que la red de 27 localidades es representativa del gradiente climático existente. Ambos análisis, establecen cuatro grupos de localidades atendiendo a las distintas regiones geográficas y climáticas. Los resultados obtenidos muestran la existencia de dos gradientes climáticos que se superponen a lo largo del área estudiada: el de continentalidad (explica un 41,23% de la variabilidad climática de la red) y el de aridez (explica el 37%). De esta manera, quedan claramente separadas las localidades peninsulares de las insulares y, dentro de estos dos grupos, las localidades se ordenan atendiendo al grado de aridez del clima. De modo que se han diferenciado dos regiones climáticas en las Islas Baleares: una más árida, que abarca el sureste de Mallorca y las Pitiüses (con clima muy parecido al de la costa alicantina -GDM); y la otra, más húmeda, que incluye el sureste de Mallorca y Menorca. En la Península, estos análisis separan las localidades del NE del resto; sin embargo, no delimitan claramente la separación entre las localidades del sur peninsular y las del norte (aunque sí existe una tendencia a que las

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CAPÍTULO II

localidades del sur sean más áridas pero con una marcada continentalidad).

Si bien las oscilaciones en los valores medios de las series de precipitación y temperatura han sido frecuentes a lo largo del último siglo, no se ha encontrado ningún precedente en la tendencia descendiente/ascendiente y generalizada de las series de precipitación/temperatura del este peninsular e Islas Baleares. Finalmente, la detección de cambios en las tendencias del clima entre localidades próximas geográficamente y con un mismo fitoclima indica que el cambio climático también posee un componente local notable, especialmente en relación con la pluviometría.

El análisis de tendencias realizado para los últimos 30 años muestra que, en general, la disminución de las precipitaciones ha sido mayor cuánto más árido y continental es el clima de una localidad. En promedio, el total pluviométrico anual ha disminuido 6,14 mm·año-1 y, dicha mengua, se ha concentrado especialmente en primavera. El aumento de las temperaturas medias anuales a lo largo de las tres últimas décadas es significativo y generalizado y se debe, principalmente, al ascenso de las temperaturas mínimas (tasa de incremento medio de 0,07º C/año). A pesar de ello, las máximas también han aumentado significativamente en la mayoría de lugares (0,05º C/año en promedio). Este aumento de las temperaturas podría estar relacionado con el reforzamiento de la fase positiva de la NAO (Hurrell et al. 2002) y del modo positivo de la oscilación del Mediterráneo (Dünkeloh y Jacobeit 2003).

No se ha detectado ningún aumento en la frecuencia de años extremadamente lluviosos o secos a lo largo del tiempo. Por el contrario, la frecuencia de años con TM muy altas, ha aumentado, especialmente en la última década y en las localidades del NE peninsular y del norte de las Islas Baleares.

En la Península, sobretodo en el NE, los años extremadamente lluviosos son mucho más abundantes que los años especialmente secos; en cambio, en el interior y sur de la Península, las localidades también presentan una elevada frecuencia de años secos, en especial en los últimos 30 años (1970, 1978, 1980-81, 1983, 1985, 1994-95 y 1998-99). Los análisis de las series climáticas realizados han mostrado que, hasta finales del s. XIX principios del s. XX, el clima fue muy lluvioso, , al igual que en los años 50 de este último siglo; y a finales de los años 70, se inició un período seco y cálido. Esto resultados coinciden con los de otros estudios y; con los obtenidos en el análisis de las series del grosor de los anillos de los árboles (capítulo III).

Muchos de los eventos extremos detectados en las series de pluviometría y temperatura media anuales han afectado al conjunto de localidades, hecho que nos conduce a pensar que el componente regional del clima en España es considerable y, muy probablemente, está estrechamente condicionado por la circulación atmosférica global. En el conjunto de localidades se han detectado como años extremadamente lluviosos, 1947, 1951, 1969 y 1971-72; como años muy secos, el 1945-46, 1982-83 y 1994-95; como años anormalmente fríos, 1941, 1956-57, 1970-73; y como años exageradamente cálidos, 1991, 1995-96, 1998-99, 2000 y 2002.

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119 CAPÍTULO II

La variabilidad de las precipitaciones, expresada mediante el coeficiente de variación, es muy superior a la de las temperaturas. Esta variabilidad es mayor en la Península que en las Islas Baleares y, dentro de la Península es mayor, en el extremo SE español, seguido del interior peninsular. El análisis temporal del CV ha permitido detectar un aumento en la variabilidad térmica anual en las localidades de la Islas Baleares y del SE peninsular en los últimos 30 años, incremento que es debido, principalmente, al aumento de la variabilidad en las temperaturas mínimas. Éste podría estar también relacionado con el aumento de la fase positiva de la NAO y con los valores, cada vez más negativos, del índice de la SOi.