DELFOS Mi interés en Delfos surge en la búsqueda de otros rincones ricos en vestigios del arte de la Grecia antigua, además de Atenas que es de los que más resaltan y ya tenemos cierta familiaridad. También me llamó la atención una leyenda que tiene este lugar que cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde dos puntos opuestos del Universo y las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, por lo cual se le llamó el ombligo del mundo, lugar donde empezaría la creación. A partir de este relato, sentí más curiosidad de conocer que existió en aquella ciudad y que importancia dieron los griegos a ésta que es símbolo de origen. Delfos fue una antigua ciudad de Grecia, que hoy es un sitio arqueológico (declarado Patrimonio de la Humanidad), al pie del monte Parnaso, en medio de las montañas de la Fócida, a 700 m sobre el nivel del mar y al norte del golfo de Corinto. Sitios de interés:

Museo de Delfos: se contemplan la esfinge de Naxos, los frontones del templo, los numerosos hallazgos, frisos y metopas encontrados, dos de las más bellas esculturas, como son las de Antínoo y la del Auriga de Delfos, y un largo etcétera de maravillas.

Monte Parnaso: (con 2.457 m de altura) es considerado por los

griegos como símbolo y morada de las Musas y del Dios Apolo. Parnaso fue hijo de Poseidón y de una ninfa (de ahí la creación del Oráculo de Delfos)

Picos Fedríades: de estos manaba el arroyo que alimentaba la fuente Castalia. En las aguas de este manantial tenían que bañarse los peregrinos, en un rito de purificación, antes de acceder al templo para consultar el oráculo de Apolo.

Al entrar en Delfos, en el valle pueden verse una alfombra de olivos plantados como una impresionante terraza de increíble panorámica, cuya extensión llega hasta el golfo de Corinto. Se dice que es el mayor olivar del mundo.

Santuario de Atenea Pronaia: se encuentra antes del templo de Apolo

(pronaia). En este se erigen los templos dedicados a Atenea y el Tholos (recintos sagrados de planta circular). Lo que queda de un devastador terremoto que desgraciadamente derrumbó gran parte de la estructura.

Vía Sacra: Se trata de la calle principal que en la época estaba repleta de tesoros y estatuas procedentes de las ciudades-estado que estaban agradecidas.

Santuario de Apolo Tesoro de Atenas: construido para conmemorar su victoria en la

batalla de Maratón.

Templo de Apolo (Oráculo de Delfos): Es un gran recinto sagrado dedicado al dios Apolo que tenía en el centro su gran templo, al que acudían los griegos para preguntar a los dioses. Lo más destacado del templo de Apolo era una gigante estatua dorada del Dios y un hogar donde siempre ardía una llama. En el pronaos también había grabadas dos sentencias de los siete sabios de Grecia que ponían lo siguiente: "Conócete a ti mismo" y "Nada en demasía".

Teatro de Delfos: es uno de los lugares que más llama la atención a los turistas debido no sólo a su buen estado de conservación. Se encuentra encima del templo de Apolo y fue construido en el siglo IV antes de Cristo, aunque posteriormente fue restaurado por los romanos.

Estadio: con capacidad para 7.000 plazas. Cada cuatro años, alternándose con los juegos olímpicos, se celebraban unos juegos que se denominaban Píticos. Al principio consistía en un concurso musical donde los participantes cantaban un himno en honor a Apolo acompañándose de una lira. Posteriormente los juegos píticos fueron haciéndose más grandes y había pruebas atléticas e hípicas.

TEMPLO DE APOLO EN DELFOS Características

Situado en el centro del santuario de Apolo, en la antigua ciudad de Delfos.(1) Se construyó en el siglo IV antes de Cristo. Este templo contenía un oráculo, al cual antes de Apolo apoderarse del lugar,

custodiaba un monstruo. Se accedía mediante tres escalones. La parte meridional se apoyaba sobre una muralla,

que a su vez descansaba en una terraza inferior sostenida por un muro poligonal. La vía sacra bordea el muro que sirve de base a la terraza del templo de Apolo,

escondida de la vista por un pórtico jónico en mármol de Paros. La terraza delante del templo estaba también llena de ofrendas votivas.

El templo era dórico, períptero, de 60, 32 m. x 23,82m., con 6 columnas en piedra calcárea estucada, en los lados cortos, y 15 en los largos. La cella, presentaba dos columnas in antis, lo mismo en el pronaos que en el opistodomos, completamente simétricas. (2)

En la sala subterránea del templo (el adyton) se encontraba “el ónfalos”, que era una piedra cónica que marcaba el lugar donde se encontraba el ombligo del mundo, según la leyenda de que Zeus mandó a volar dos águilas desde los extremos del universo y allí se encontraron. (3)

Se destaca del templo una gigante estatua dorada del dios y un hogar donde siempre ardía una llama.

Donde estaba ubicado el ónfalos y borboteaba el agua de la fuente Castalia, la sacerdotisa de Apolo pronunciaba sus oráculos confidenciales, que los sacerdotes interpretaban y transcribían.

En el pronaos había grabadas dos sentencias de los siete sabios de Grecia que ponían lo siguiente: "Conócete a ti mismo" y "Nada en demasía".

Las dimensiones del mismo, hoy en día todavía sorprenden, pesar de que tan sólo quedan fragmentos. (4)

Función Griegos de todas ciudades acudían al oráculo para preguntar a los dioses sobre cuestiones inquietantes. Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gente pobre. Significado El santuario de Delfos estaba consagrado a la diosa Hera (una advocación de la Gran Diosa Madre Tierra). Encargado de su protección estaba una serpiente (o dragón) a la que se llama unas veces Pitón y otras Delfine (de ahí Delfos). Apolo le dio muerte con sus flechas, erigió su templo, y como recuerdo, o quizá para aplacar la cólera del monstruo muerto, fundó en su honor unos juegos fúnebres, que se llamaron Juegos Píticos y se celebraban en Delfos. Llegó a ser el centro religioso del mundo helénico. En Delfos se concentraba la información más abundante y actualizada de que podía disponerse en todo el Mediterráneo acerca de la vida de sus pueblos ribereños. Camino al templo, se encuentran una serie de monumentos votivos que erigían diferentes ciudades como ofrendas, dando las gracias a Apolo por haberlas ayudado a ganar alguna batalla. Los donantes, con estas manifestaciones de riqueza y poder, pretendían demostrar su veneración y reconocimiento al dios, y constituyen el testimonio más elocuente de la individualidad, de la rivalidad y de la división del mundo antiguo griego. Un ejemplo: los espartanos, para celebrar la victoria sobre los atenienses al final de la guerra del Peloponeso, hicieron construir un exvoto dedicado a sus almirantes que batieron al enemigo en la decisiva batalla de Egospótamos, justo enfrente del monumento que conmemoraba el triunfo de los atenienses sobre los persas en Maratón.

Fotos

(1) Templo de Apolo en el centro (3) Ónfalo de Delfos

del santuario

(2) Períptero (4) Templo de Apolo hoy