deleuze, gilles - sobre foucault

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  • 8/3/2019 Deleuze, Gilles - Sobre Foucault

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    El hombre: Una figura de arena

    Irnicamente, al final de la obra escrita por G.Deleuze sobre M.Foucault el autor manifiesta, nosabemos si con esperanza, su deseo de que la nueva forma que vendr a sustituir a la actualmentedenominada "hombre" -advenimiento absolutamente inminente e inevitable- no sea peor que la

    presente, o la que le precedi (Dios) . Foucault slo esboza tnues pinceladas respecto del futuroinmediato de la misma, ambiguedad con la que tambin envuelve Nietzsche su nocin de superhombre,modelos entre los que podran encontrarse coincidentes significaciones; As, resulta una empresa rduaimaginar el "hacia donde" se orientan las nuevas configuraciones antropolgicas , pero podramos, y sees nuestro propsito, determinar el espacio en su significacin actual, tomando como lneainterpretativa la obra de M. Foucault, y estableciendo as el lugar a partir del cual "podr pensarse deotra forma". No me parece gratuito recordar, en este sentido, el rasgo definitorio atribuido por Foucaulta la filosofa: diagnosticar el presente (en este caso antropolgico), decir lo que es y lo que tiene deabsolutamente diferente del pasado.

    Los orgenes de la figura

    Deleuze resume la aportacin de Foucault al mbito filosfico en tres preguntas mayores: qu puedosaber?, qu puedo hacer? y quin soy yo? (mbitos respectivamente del saber, del poder, y de la

    subjetividad). A la tercera pregunta, en torno a la cual se articulan las reflexiones de este congreso y deeste trabajo, el autor responde que la forma "hombre" aparece con la desintegracin (muerte) de laforma "Dios" y en el mismo instante de su nacimiento se sentencia su duracin, pervivencia yaniquilamiento: "Que el hombre sea una figura de arena entre dos mareas debe entenderse literalmente:una composicin que slo aparece entre otras dos, la de un pasado clsico que la ignoraba y la de unfuturo que ya no la conocer. No cabe alegrarse ni llorar". La imagen que equipara poticamente lanocin de hombre con los inestables contornos y estructuras de una construccin de arena, usada porDeleuze, fu utilizada originariamente por M. Foucault en las ya famosas y polmicas ltimas lneas deLas palabras y las cosas:

    "El hombre es una invencin cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueologa de nuestropensamiento. Y quizs tambin su prximo fin.

    Si estas disposiciones desaparecieran tal como aparecieron, si, por cualquier acontecimiento cuyaposibilidad podemos cuando mucho presentir, pero cuya forma y promesa no conocemos por ahora,oscilaran, como lo hizo, a fines del siglo XVIII el suelo del pensamiento clsico, entonces podraapostarse a que el hombre se borrar, como en los lmites del mar un rostro de arena"

    El nacimiento de la "forma" hombre es:

    1.- Manifestacin de una ruptura epistemolgica que tiene su origen en un "repliegue", en terminologiafoucaultiana: el saber a principios del siglo XIX se organiza desde y por la nocin "fractura", querecorre las parcelas de conocimiento significativas (biologia, economa poltica y lingustica), y queviene a sustituir la clave explicativa del saber "clsico": "representacin",que elevaba al infinito todaslas potencias humanas, y que as componan la insondable unidad de Dios. La aparicin de la nocinhombre va pareja a la aparicin de las ciencias humanas, que se instauran en tanto suponen la

    posibilidad de hacer del hombre un objeto de saber posible, objeto de conocimiento, liberndolo as

    (hipotticamente) de sus condicionantes y ataduras, y suponindolo sujeto de su libertad. Dichasciencias humanas instauraron al hombre, pero su esencia nunca se encontr; bien al contrario: cada vezquedaba ms alejada.

    2.- Conciencia, que la forma hombre toma de su prpia finitud, cuando se define respecto de tresfuerzas externas a ella misma y finitas: vida, trabajo y lenguaje, y que posteriormente se convertirn enfinitud prpia; estas tres condiciones se alojan en la subjetividad, en tanto sta es ser viviente, individuotrabajador o sujeto hablante. As, y desde determinadas prcticas del "afuera" -racionalidades prcticas:

    psicolgicas, mdicas, penitenciales, educacionales-, la idea de hombre se ha vuelto universal ynormativa, eliminando toda libertad de imaginarnos de otra forma.

    Una vez establecido el origen, determinemos los rasgos del constructo "hombre".

    El presente de la figura

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    El fundamento ltimo de la valoracin antropolgica de M. Foucault se encuentra en el descubrimientoestructuralista del sistema, pasin que sustituye a las de la vida, la poltica y la existencia, propias de lageneracin de Sartre y Marleau-Ponty, segn afirma el prpio Foucault, en tanto este grupo de

    pensadores postulan que el sentido es creacin, efecto de superfcie, "una espuma" que esconde unconjunto de relaciones que se mantienen y transforman, independientemente de las cosas quecohesionan. Desde una filosofa de corte humeano, anti-fenomenolgica, y anti-existencialista, elestructuralismo niega la libertad, el sujeto y la historia, sosteniendo una primacia de la estructura y delsistema Los elementos tienen valor en relacin con el conjunto, siendo este lugar el que los hacesignificativos; este esquema es aplicable a las relaciones de parentesco (Lvy-Strauss), a estructurassociales (Althusser), o a anlisis fonolgicos (F. Saussure), sosteniendo pues un antisubjetivismoepistemolgico

    Con la obra Foucaultiana el yo ha estallado,se ha descubierto el "hay", el "se", retornando la nocin"hombre" a una significacin similar a la del S. XVIII, pero "con una diferencia: no se coloca al hombreen el puesto de Dios, sino a un pensamiento annimo, a saber sin sujeto, a lo terico sin identidad (...)".

    Podemos pues afirmar que, actualmente,

    1.- El Hombre es una derivada del "afuera", el pliegue, la parte interior de "lo otro" (vida, trabajo ylenguaje)

    2.- El Hombre es una multiplicidad -adentro- de lo mltiple externo, pero no es un lmite petrificado,sino una materia cambiante animada de movimientos peristlticos, de pliegues y plegamientos ,conjunto de singularidades creadas (fuerzas de imaginar, de recordar, de concebir, de querer...) que no

    presuponen la existencia de ningn sustrato, de ningn "hombre": " Toda la filosofa de Foucault es unapragmtica de lo mltiple" .

    El afuera desde el que constituimos nuestro adentro (histrico) se articula en cuatro direcciones: a) lomaterial -el cuerpo-, b) la relacin de fuerzas, c) el saber -relacin de la verdad con nosotros y a lainversa- y d) la espera o la espectiva de lo que pueda ocurrir en el "afuera". Estos pliegues han existidoen toda poca, luego son condiciones, pero varian con el devenir del tiempo; son aprioris de experienciano posible, sino real, pero no universales, sino histricos y es por ello que la relacin consigo mismo nocesa de renacer en otros stios y pocas de formas diversas. La obra foucaultiana se centra en el anlisis

    de las prcticas concretas que condicionan la construccin de la subjetividad en cada poca.

    3.- El Hombre es nada, resistente : Deleuze afirma que al sujeto no le queda nada, no es nada, o mejordicho, es creacin desde la resistencia al saber y al poder: "Y el punto ms intenso de las vidas, dondese concentra su energa, se sita all donde stas se enfrentan al poder, forcejean con l, intentan utilizarsus fuerzas o escapar a sus trampas)". En la misma lnea deben entenderse las siguientes palabras(Voluntad de Saber) "No se sabe lo que puede el hombre en tanto que est vivo, como conjunto defuerzas que resisten" (se entiende, a la muerte del prpio hombre), porque "la vida es la capacidad deresistir de la fuerza", que se vuelve contra el sistema que pretende controlarla.

    4.- El Hombre es dinmico, y acta sobre s mismo: Nos creamos constantemente, la subjetivacin secrea y se metamorfosea, en relacin con nosotros mismos al plegar el afuera, en el adentro: una especiede "habitacin" vacia en la que ponemos el "nosotros mismos":"Aqu, en esa zona de subjetivacin,cada cual deviene maestro de su velocidad, relativamente maestro de sus molculas y de sus

    singularidades" El sujeto se constituye en objeto para s mismo, se analiza, se describe, se reconoce ... ypensar sera crear un modo de subjetivacin sin sujeto.

    Pero los movimientos de fuerzas no se orientan solamente desde el afuera hacia el adentro (saber,poder, cuerpo y espectativas versus subjetividad), sino que la relacin consigo mismo se incluye, conposterioridad, en las relaciones de saber y poder (externas, objetivas) reintegrndose al individuo en lasestructuras histricas de las que inicialmente deriva. Foucault reconoce haber insistido demasiado en lascuestiones de poder, y estar cada vez ms interesado por las denominadas "tecnologas del yo": historiadel modo en que un individuo acta sobre s mismo (preocupacin que justifica la aparicin de lahistoria de la sexualidad).

    El futuro de la figura

    Construir una subjetividad es resistirse a las sujeciones que hoy se le imponen al sujeto y que pretenden,desde el "afuera", determinar un modelo uniforme y estndar de identidad sabida y conocida;constituirse como sujeto es pues defender la diferencia y variacin, perdiendo la identidad homogenea

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    impuesta desde el afuera: "Ms de uno, como yo sin duda, escriben para perder el rostro.No mepregunten quin soy, ni me pidan que permanezca invariable (...), afirma Foucault en aquellas famosaspalabras finales de L'archologie du savoir.

    Las consecuencias eran previsibles, pero no por ello menos polmicas: el humanismo -saber fundado enla unidad subjetiva- queda ahora catalogado por Foucault como "parapeto reaccionario" y "empresa

    parlanchina" y es considerado como una pseudorespuesta a preguntas implanteables, de ah suafirmacin "mi trabajo consiste en liberarnos definitivamente del humanismo".Este hundimiento

    permitir salvar al hombre, redescubrir al hombre en el hombre, desapareciendo, previsiblemente muypronto dicha figura de arena, tal y como ha sido concebida los dos ltimos siglos desde los parmetroshumanistas: como sujeto de libertad, como conciencia, como imagen correlativa y encarnada de suimagen precedesora: Dios.