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8 DELEGACIÓN DE PJV DELEGACIÓN DE PJV DELEGACIÓN DE PJV DELEGACIÓN DE PJV Dominicas de la Anunciata Dominicas de la Anunciata Dominicas de la Anunciata Dominicas de la Anunciata 2013 2013 2013 2013 Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación ... Hoy, nuestra comunidad, nosotras Dominicas de la Anunciata, podemos ofrecer a la Pastoral Vocacional nuestra vida, misión, el carisma: El “frescor” de la centralidad de Jesús. El “atractivo” de la espiritualidad”. La “fuerza” de la misión. El “grito desgarrador” del humanismo. El “servicio a los pobres”. La “pureza” del agua de nuestras fuentes. La propuesta de “encuentros” que transforman. Iniciamos nuestra conversación comunitaria volviendo a la carta que recibimos de la Delegación de PJV -15 de enero 2013, párrafo 3º: El texto de Lucas 5, 1-11 al que hace alusión el n. 45 de las ACG es ade- cuadísimo para iluminar nuestra situación y nuestra realidad. Os invitamos a leerlo en comunidad, a compartir la reflexión, a escudriñar dónde estamos y a buscar qué y cómo ser y hacer con los jóvenes. La inquietud de Jesús por aquellos pescadores desanimados (boga mar adentro y echad vuestras redes…); la realidad que vive Simón y sus compañeros (toda la noche hemos estado trabajando… y nada) y finalmente la respuesta de fe (porque tú lo dices, echaré las redes). Preguntémonos cuál es nuestra disposición: ¿tenemos la barca a punto? o ya la hemos amarrado definitiva- mente… ¿nos hemos lanzado al mar? ¿vamos un poco más allá de la orilla? podemos decir: hemos estado trabajando toda la noche… y ¿nada? ..... ..... ..... ..... COMPARTIMOS COMPARTIMOS COMPARTIMOS COMPARTIMOS Leemos los números 46 - 47 - 52 de las Actas del Capítulo General. ¿QUÉ PODEMOS DECIR? ¿QUÉ PODEMOS DECIR? ¿QUÉ PODEMOS DECIR? ¿QUÉ PODEMOS DECIR?

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DELEGACIÓN DE PJVDELEGACIÓN DE PJVDELEGACIÓN DE PJVDELEGACIÓN DE PJV

Dominicas de la AnunciataDominicas de la AnunciataDominicas de la AnunciataDominicas de la Anunciata 2013201320132013

� Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación Para finalizar nuestra conversación ...

Hoy, nuestra comunidad, nosotras Dominicas de la Anunciata, podemos ofrecer a la Pastoral Vocacional nuestra vida, misión, el carisma:

• El “frescor” de la centralidad de Jesús. • El “atractivo” de la espiritualidad”. • La “fuerza” de la misión. • El “grito desgarrador” del humanismo. • El “servicio a los pobres”. • La “pureza” del agua de nuestras fuentes. • La propuesta de “encuentros” que transforman.

� Iniciamos nuestra conversación comunitaria volviendo a la carta que recibimos de la Delegación de PJV -15 de enero 2013, párrafo 3º:

El texto de Lucas 5, 1-11 al que hace alusión el n. 45 de las ACG es ade-cuadísimo para iluminar nuestra situación y nuestra realidad. Os invitamos a leerlo en comunidad, a compartir la reflexión, a escudriñar dónde estamos y a buscar qué y cómo ser y hacer con los jóvenes. La inquietud de Jesús por aquellos pescadores desanimados (boga mar adentro y echad vuestras redes…); la realidad que vive Simón y sus compañeros (toda la noche hemos estado trabajando… y nada) y finalmente la respuesta de fe (porque tú lo dices, echaré las redes). Preguntémonos cuál es nuestra disposición: ¿tenemos la barca a punto? o ya la hemos amarrado definitiva-mente… ¿nos hemos lanzado al mar? ¿vamos un poco más allá de la orilla? podemos decir: hemos estado trabajando toda la noche… y ¿nada? ..... ..... ..... ..... COMPARTIMOSCOMPARTIMOSCOMPARTIMOSCOMPARTIMOS

� Leemos los números 46 - 47 - 52 de las Actas del Capítulo General.

¿QUÉ PODEMOS DECIR?¿QUÉ PODEMOS DECIR?¿QUÉ PODEMOS DECIR?¿QUÉ PODEMOS DECIR?

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� ¿... Y LA ESPERANZA?

En la pastoral vocacional tenemos que situarnos en el terreno del Espíritu y de la es-peranza. Es el Espíritu de Dios el que nos mueve a esperar una realidad nueva a pe-sar de las apariencias contrarias. La esperanza es el secreto de la vida cristiana y el respiro absolutamente necesario en la misión de la Iglesia y, en particular, en la pas-toral vocacional.

La prioridad de la pastoral vocacional tiene su raíz en la urgencia de escuchar al Espí-ritu de la vida, al Espíritu de Jesús, que nos sigue invitando y dando señales para que seamos testigos vivos de su presencia a través de nuestra misión, de nuestra oración y de nuestra vida comunitaria, y así seamos transparentes mediaciones para otros en su seguimiento.

Los jóvenes anhelan la cercanía, el contacto con comunidades vivas y acogedoras, que acentúan la posibilidad de relaciones profundas y posibilitadoras de una vida dig-na y feliz.

Son muchas las hermanas que viven felices su vocación de Dominicas de la Anuncia-ta. No podemos ocultar este gran tesoro. Es imprescindible nuestro testimonio vital y gozoso como religiosas en nuestra misión, sea cual sea la tarea concreta. Dios puede destinarnos para sembrar semillas de futuras vocaciones con lo que decimos y hace-mos. Es necesario seguir confiando en el Señor Jesús, Él sigue llamando.

Las vocaciones religiosas vendrán en la medida de nuestra esperanza, fundamentada en la fe, como en el texto de la pesca, que acabamos de comentar. La insistencia de Jesús en la oración de petición, no es un signo de esperanza?

¿De qué depende nuestra esperanza en este campo de ¿De qué depende nuestra esperanza en este campo de ¿De qué depende nuestra esperanza en este campo de ¿De qué depende nuestra esperanza en este campo de la PV? ¿Depende de la fe en el Espíritu?, fuente de toda la PV? ¿Depende de la fe en el Espíritu?, fuente de toda la PV? ¿Depende de la fe en el Espíritu?, fuente de toda la PV? ¿Depende de la fe en el Espíritu?, fuente de toda vocación? ¿Depende de nuestra estima por la vida con-vocación? ¿Depende de nuestra estima por la vida con-vocación? ¿Depende de nuestra estima por la vida con-vocación? ¿Depende de nuestra estima por la vida con-sagrada, de nuestra propia respuesta vocacional?sagrada, de nuestra propia respuesta vocacional?sagrada, de nuestra propia respuesta vocacional?sagrada, de nuestra propia respuesta vocacional?

� ES PARA HOY, AQUÍ Y AHORA

El Proyecto Marco General de Evangelización cuando analiza el momento en el que estamos nos lanza un desafío con título de OPORTUNIDAD: Tenemos la oportunidad de contar con muchas presencias y mediaciones para la evangeli-zación y la propuesta vocacional explícita: colegios, residencias universitarias, comunidades de inserción, lugares de misión, parroquias... Cualquiera que sea el ámbito o tarea pastoral en la que estemos: educativo, parro-quial, sanitario, familiar, social, etc. estamos llamadas a ser testigos de la vocación

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* ¡VEN Y LO VERÁS! Esta frase del evangelio es quizás el paradigma de toda pastoral juvenil vocacional. Pero hoy se nos ha convertido en un auténtico han-dicap de nuestra pastoral: la Comunidad Cristiana de Referencia. El-lugar– gru-po humano–formas de vivir la fe, donde no hace falta explicar nada, porque se vive, se comparte, se disfruta a “primera vista”.

Es tal el impacto del cambio cultural-epocal que estamos viviendo, que se están desdibujando casi todas las referencias comunitarias cristianas para los jóvenes, o al menos de una forma creíble para ellos. Todo esto acentuado por la cultura del individualismo que todo lo vacía y desertiza.

Reconstruir la referencia comunitaria, con modelos flexibles, con menos carga institucional o con más informalidad, da lo mismo, pero comunidad de referen-cia: donde aprender, ser acogido, donde y con quién vivir lo que se cree es vital para una pastoral vocacional. Porque por otra parte, sin ella, hay que dar mu-chas explicaciones, tenemos que aprender futurismo eclesial, se habla en pará-bolas o en símiles, para explicar lo que nunca llega y no acabamos de ver en ninguna parte.

El esfuerzo que tenemos que hacer las comunidades cristianas y religiosas es notable y urgente. * ¿VOCACIONES PARA QUÉ? No es lo mismo desear las vocaciones, que necesitarlas. El que las desea, contagia, el que las necesita a la fuerza las ins-trumentaliza.

Huir de un instrumentalismo estructural (¡necesitamos vocaciones!) es más que imperioso… sacarlo de nuestros lenguajes, comentarios, observaciones…

Desearlas, rezar por ellas, (imaginarlas ¿por qué no?), es preparar nuestro espí-ritu a proponer y no convencer, a esperar y no quemar etapas, a contagiar nues-tra vida y no a proyectar nuestras angustias… Desearlas es tener el gustazo renovado de ayudar a los jóvenes a descubrir el proyecto de Dios en ellos. * VOCACIONES PARA TODOS y PARA CADA COSA. La comunidad cristiana, la iglesia local, la Vida Religiosa nos va a tocar salir de las madrigueras propias y empezar a convocar juntos, en comunión… Por mucho que nos cueste buscar la comunión y resulte cansino; llega el momento de salir de cada cual en un único movimiento misionero de todos. Como un esfuerzo conjunto de relanzar la idea de que todos somos necesarios y hay un sitio (vocación) para cada uno en esta Iglesia que es casa de todos.

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� NOS HACE PENSAR -Pinceladas de un especialista -

(Rosendo Soler, salesiano) respondió a la pregunta que le planteó el Equipo de CONFER: En la situación actual de nuestra PJV, qué intuiciones puede aportar?

* RENOVARSE O MORIR. La Pastora Juvenil Vocacional, la animación vocacio-nal con jóvenes necesita ser un proceso simultáneo de renovación de la vida religiosa, de la comunidad cristiana… Ya no engañamos a nadie. Lo que no se vive, ya no vende y menos se contagia. Por lo que la animación vocacional casi va más dirigida hacia las propias comunidades cristianas, a las comunidades de religiosos/as que a los propios jóvenes.

La revitalización carismática de los institutos religiosos, por lo tanto, ponerse a encontrar su sitio en esta sociedad, tener clara su misión, (que no son sus obras), brillar con el color propio desde su espiritualidad y carisma, encajar, no de canto, sino en diálogo en una sociedad postmoderna, descreída e ‘intrascendente’ es la mejor pastoral juvenil vocacional posible…

La revitalización de las comunidades cristianas, de base o parroquiales, colegia-les o cofradías varias, donde la acogida, calor y cordialidad tienen que ser sus puertas de entrada, “donde”(porque es lugar y domicilio de la fe) se celebre y se viva la fe, desde el momento en el que cada uno esté y llegue… es la mejor pastoral juvenil vocacional posible… * CADA UNO ES CADA UNO. Mi intuición me dice que ya no hay caminos uni-versales-generales-para-todos, solo únicos y personales. La animación vocacio-nal en la pastoral con jóvenes, creo que debe pasar por atender, acompañar y esperar el proceso que cada persona vaya haciendo en la personalización de su fe y de la respuesta que vaya dando a Dios. Creo que ya estamos convencidos que “las REDES de ARRASTRE” están prohibidas en casi todos los mares, tam-bién en el de la pastoral juvenil. Pero también creo que todavía no nos hemos adiestrado lo suficientemente en el uso de la “caña de pescar”: uno a uno y con mucha delicadeza, esperando y acompañando. La intuición de futuro en este sentido creo que es clara. * CADA COSA A SU TIEMPO. La pastoral JUVENIL vocacional requiere tam-bién sus procesos, momentos y oportunidades, por lo que la PJV necesita que sea necesariamente JUVENIL, casi adulta… cuando van cuajando y decantando las opciones personales, vitales… y las propuesta vocacionales pueden tener un sentido, una acogida… Lo digo, porque a veces parece que nos empeñemos en hacer estos caminos pastorales con adolescentes, preadolescentes…, (como para cogerlo con tiempo, para que maduren)... pero que sinceramente andan por otros derroteros afectivo psicológicos…

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recibida y a colaborar en el cultivo de las vocaciones en la Iglesia. Esta dinámica del testimonio y del anuncio abarca no sólo lo explícitamente pastoral, sino toda nuestra vida: trabajo, estudio, relaciones con la gente, de amistad, familiares, participación en diversos grupos y organizaciones. Estamos llamadas a fomentar una “cultura voca-cional” (será el próximo tema de conversaciones de pastoral vocacional).

Uno de los retos más urgentes en nuestro trabajo en la pastoral vocacional es asumir y acoger personal y comunitariamente, como parte de nuestra propia vocación y mi-sión, allí donde estemos, el principio de que todas las hermanas tenemos una res-ponsabilidad personal en la pastoral vocacional.

Todas y cada una de las hermanas tenemos: • la responsabilidad de que otros/as descubran a Dios; • la responsabilidad de orar, insistir al dueño de la mies que envíe obreros; • la responsabilidad de contar lo felices que hemos sido y somos; • la responsabilidad de transmitir con sencillez, coherencia y alegría nuestra

identidad.

� ES UNA TAREA COMUNITARIA

Cada hermana, ya hemos visto, pero cada comunidad está llamada a ser animadora vocacional. La comunidad es el ámbito en el que vivimos el proyecto compartido de vida y misión como Dominicas de la Anunciata. La pastoral vocacional no es tarea exclusiva de una responsable de pv local, ni siquiera de un equipo coordinador, que por supuesto, tienen sus funciones. Toda comunidad y toda obra apostólica están llamadas a ser animadoras vocacionales, por medio de la coherencia de vida y de su visibilidad y transparencia. La animación vocacional no es una actividad entre otras. Es una dimensión de la vida religiosa, en nuestro caso, y también sacerdotal. Cada comunidad hemos de convertirnos en una “comunidad vocacional”. Para que esto ocurra es necesario que todas y cada una de las hermanas redescubramos la profun-didad y la fuerza del carisma para transmitir con fidelidad la experiencia del ser lla-madas por Cristo.

Una animación vocacional hecha por la comunidad, en algunos momentos no tendrá actividades muy específicas o especiales, porque se identificarán con su misma ac-ción evangelizadora habitual.

Una comunidad que testimonia y vive su fe con alegría y calidad humana, acogedora y abierta al mundo juvenil, que suscita comunión y ganas de comunicar la vida y la fe, es el ambiente donde cualquier joven con inquietud vocacional puede encontrar respuesta a sus interrogantes vocacionales. En cada comunidad recae la particular responsabilidad de mantener vivo y perpetuar el carisma recibido, heredado.

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Cada comunidad ha de preocuparse por SUSCITAR y ACOMPAÑAR nuevas vocacio-nes continuadoras de la misión. Tenemos cinco grandes tareas vocacionales: VIVIR - ORAR - TRABAJAR - CONTACTAR CON JÓVENES - ACOGER.

Todo esto, ¿nos plantea algún desafío?Todo esto, ¿nos plantea algún desafío?Todo esto, ¿nos plantea algún desafío?Todo esto, ¿nos plantea algún desafío?

� “VEN Y VERÁS”

Hoy la propuesta vocacional se realiza desde el “Ven y verás”. Un objetivo importante es construir entre todas una comunidad que manifieste valores de vida religiosa encarnados en las hermanas; que allí donde sea posible, compartan con jóvenes momentos de oración y vida, en los que intentan explicitar cada vez más las motivaciones de las propias opciones y compromisos, una comunidad donde se sienta la alegría de la fraternidad y del espíritu de familia.

�¿CÓMO VIVIR Y ORGANIZARSE PARA SER UNA COMUNIDAD VOCACIONAL?

La comunidad ha de realizar la animación vocacional en dos direcciones:

• Una, permanente: debe IRRADIAR, lanzar mensajes vocacionales de manera continua a todas las personas que entran en contacto con la comunidad y con cada una de las hermanas.

• Otra, planificada: organizar acciones vocacionales a la medida de sus posibili-dades.

Toda persona tiene un don y una llamada de Dios específica. La pasto-ral vocacional ayuda a descubrir este plan de Dios y acompaña a la persona para que llegue a su plenitud vocacional soñada por Dios des-de siempre. Es ayudar al nacimiento, crecimiento y discernimiento de la llamada de Dios.

ELEMENTOS NECESARIOS: ORACIÓN - PREDICACIÓN DIRECTA - TESTIMONIO

� SERVICIO INSUSTITUIBLE DE LA COMUNIDAD A LA PV

1. Oración personal, comunitaria y litúrgica. La animación de la oración, además de estar dirigida a pedir al Señor de la mies vocaciones para su Iglesia, tiene una repercusión directa de reanimación de la vocación de cada hermana.

2. Cooperar activamente en las actividades que organice. La comunidad ha de asumir los criterios establecidos por el proyecto provincial o del vicariato de

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PV. Además, ha de planificar las acciones que crea oportunas. Ha de ser muy sensible y activa.

3. Promover actividades para dar a conocer el propio carisma. Ser LUGAR-SIGNO, haciendo de su testimonio de vida misionera el mejor medio para dar a conocer la Congregación y suscitar posibles vocaciones.

4. Estar dispuesta a acoger vocaciones. Todas las comunidades han de abrir sus puertas a posibles vocaciones. Se ha de respirar un clima de alegría, cor-dialidad y entusiasmo religioso. Esto implica que la comunidad es: comunidad renovada, segura de su identidad, gozosa de testimoniar el propio carisma.

5. Evaluar su capacidad propositiva y de acogida. Comprobando, además de su oración, vida y trabajo, la calidad de sus relaciones interpersonales y la flexi-bilidad de su estructuración comunitaria.

Pensemos en concreto en uestra comunidad, Pensemos en concreto en uestra comunidad, Pensemos en concreto en uestra comunidad, Pensemos en concreto en uestra comunidad, ¿podemos ser una comunidad vocacional?¿podemos ser una comunidad vocacional?¿podemos ser una comunidad vocacional?¿podemos ser una comunidad vocacional?

� ALGUNAS ACTITUDES QUE IMPIDEN EL TRABAJO EN PV

• El derrotismo: No podemos hacer nada. Puesto que las vocaciones son un don de Dios, no cabe sino esperar pasivamente las vocaciones que el Espíritu quiera enviar. No se niega que las vocaciones sean don de Dios y sólo de Dios; pero sería malentender la confianza en Dios no cooperar con Él. Además, es cierto que la sociedad no juega a favor de la animación vocacional, pero los jóvenes de hoy tienen muchos valores y hay posibilidad de enganchar con ellos.

• El abatimiento: Hacemos lo que podemos y, sin embargo…

• La excusa: Ya hay una encargada en la comunidad, un equipo en la Provincia… Como ya se ha dicho antes, la animación de vocaciones no es asuto exclusivo de una delegada ni de un equipo, sino de toda la Congregación. Es la comunidad entera la que atrae o repele las vocaciones. Esto no quita que debe haber encargada y equipo con una labor específica.

• La edad: Eso es cosa de las más jóvenes; a mi edad… Es verdad que las jóvenes pueden aportar más cercanía y espontaneidad, pero el contacto con religiosas adultas que viven la plenitud de vida, del trabajo apostólico, puede ser determinante.