del islam al daesh - somaten.es · 3 una inherente forma conservadora y anclada en el pasado de...
TRANSCRIPT
DEL ISLAM AL DAESH
El origen de la doctrina yihadista y su evolución
hasta nuestros días
Edgard José García Sobrino
Trabajo Fin de Máster
Máster Internacional en Operaciones Contra el
Terrirosmo Yihadista
Campus Internacional para la Seguridad y la Defensa
Septiembre de 2016
RESUMEN
Desde la creación de la escuela jurídica islámica hanbalí en el siglo IX, nacería
en el seno del islam una forma de entender e interpretar el Corán un tanto
peculiar. Su rigorismo interpretativo e integrismo religioso calaría rápido en un
pequeño sector de la comunidad musulmana. Desde entonces, este iría
evolucionando y coexistiendo con el islam tradicional −ganando cada vez más
adeptos− y radicalizando su ideario y mensaje. El punto de inflexión se daría al
producirse la conexión de dicha ideología con la política ya en el siglo XX. Sería
una oportunidad única para expandir su mensaje, el cual, sería escuchado y
puesto en práctica por aquellos que −en la actualidad− conocemos comúnmente
como yihadistas.
PALABRAS CLAVE: yihadismo, salafismo, fundamentalismo, Ibn Taymiyya,
takfirismo, califato.
ABSTRACT
Since hanbali school of law was established in the ninth century, a somewhat
peculiar new way of understanding and interpreting Coran was born under the
wing of Islam. It's closed interpretation and religious fundamentalism would
quickly penetrate in a small portion of the Muslim community. Since then, it would
evolve and coexist with traditional Islam, gaining more and more adepts and
radicalizing it's ideology and message. The turning point arrived in the twentieth
century when the ideology connected with politics. It would be a great opportunity
to expand his message, which would be heard and implemented by those who,
at present, are known as jihadists.
KEY WORDS: jihadism, salafism, fundamentalism, Ibn Taymiyya, takfirism,
Caliphate.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….................. 1
1. ORIGEN DEL FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO SUNNÍ……………………..... 2
1.1. Las escuelas jurídicas sunnís: El Hanbalismo como punto de
partida....... 4
1.1.1. Ibn Taymiyya………………………………………………............ 8
1.2. Wahabismo…………………………………………………………….......... 10
1.3. Salafismo…………………………………………………………………….. 12
2. DEL FUNDAMENTALISMO SUNNÍ AL YIHADISMO …………………………... 15
2.1. Los Hermanos Musulmanes: el nacimiento del islamismo político…...... 17
2.1.1. Said Qutb y el takfirismo………………………………………….. 20
2.2. El yihadismo…………………………………………………………………. 22
2.2.1. Origen etimológico e interpretación yihadista del término…….. 24
2.2.2. Características ideológicas y objetivos………………………….. 27
3. DEL YIHADISMO AL DAESH ……………………………………………………... 29
3.1. Al Qaeda y el terrorismo yihadista global………………………………..... 29
3.2. El DAESH………………………………………………………………......... 32
3.2.1. Origen y formación………………………………………………… 32
3.2.2. Objetivo: Califato Universal………………………………………. 35
3.2.3. Organización territorial y estructura operativa …………..……... 38
3.2.4. Financiación……………………………………………………….. 41
CONCLUSIONES………………………………………………………………………... 43
REFERENCIAS…………………………………………………………………………... 44
1
INTRODUCCIÓN
El conjunto de la humanidad se enfrenta a una amenaza relativamente nueva,
como es la proveniente de la organización terrorista de corte yihadista conocida
por el conjunto de la ciudadanía como: “Estado Islámico” (EI), ISIS, DAESH o
DAISH. Se daría a conocer al mundo tras proclamar su propio califato en junio
de 2014, nombrando como califa del mismo a su máximo dirigente, el iraquí Abú
Bakr al Baghdadi.
Se habla de yihad, yihadismo, de salafismo, del ISIS, del califato y los territorios
que comprende… Pero, ¿el ciudadano medio sin conocimientos previos sobre el
islam o sobre su historia, sobre el origen de la ideología yihadista y el contexto
en que ésta nació, logrará entender esos conceptos (algunos muy complejos) si
no paramos a explicárselos debidamente? Ante tanto desconocimiento al
respecto, es necesario trabajar en informar a los ciudadanos como es debido, y
todo ello, centrándonos desde un inicio en el pasado (en aquel origen del islam
al que ellos en incontables ocasiones aluden). Para entender qué es el DAESH,
es esencial llevar a cabo un ejercicio de retrospección e ir paso a paso, desde la
base del islam, fluyendo por su evolución, sus ramificaciones, su complejidad
aparentemente desmenuzable… Como dice el famoso dicho, “es importante
conocer el pasado para comprender el presente e imaginar el futuro".
Por todo ello, en el presente trabajo, intentaremos acercar al lector al momento
aproximado en el que se comenzó a labrar el camino del radicalismo dentro de
la religión musulmana, en cómo arraigaría y evolucionaría el mismo con el paso
de los siglos, hasta finalmente, terminar por desembocar en una ideología tan
radical, extremista, violenta y deplorable como es la yihadista.
La metodología del presente trabajo consistirá en realizar una exhaustiva
búsqueda bibliográfica a través de fuentes abiertas de documentos de diverso
carácter (militar, académico, periodístico y literario), con el fin de arrojar luz al
fenómeno yihadista, hallar el origen del mismo y tratar su evolución.
2
1. ORIGEN DEL FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO SUNNÍ
En el presente bloque se llevará a cabo una aproximación al verdadero origen
de la ideología yihadista. Para ello, deberemos remontarnos varios siglos atrás,
y solamente de ese modo, seremos capaces de comprender por qué hoy en día
han podido surgir −o como veremos, resurgir− formas de entender e interpretar
el islam que inevitablemente han desembocado en movimientos radicalizados,
violentos e incluso terroristas dentro de una fe defendida por muchos como
religión de paz.
El surgimiento del fundamentalismo religioso a lo largo del siglo XX dentro de las
religiones monoteístas más importantes del planeta se ha convertido,
desgraciadamente, en uno de los fenómenos más alarmantes en la actualidad
(Armstrong, 2004). Entendemos el fundamentalismo religioso como “la búsqueda
de los principios básicos de la religión. Un retorno a sus fundamentos” (González,
2015, p.5). Muchas veces asociamos el término “fundamentalista” como propio
y exclusivo de la religión musulmana, pero otras religiones como el cristianismo,
judaísmo, o incluso el budismo han buscado una vuelta a los orígenes de sus
creencias. Han creído que era necesario luchar contra la debacle a la que se ve
abocada la humanidad tras la pérdida de fe. Rechazan profundamente a la
ciencia, la modernidad y la laicidad que se extiende en nuestro “mundo moderno”
(González, 2015).
El origen del término se remonta a inicios del siglo XX. Los primeros en referirse
a sí mismos como fundamentalistas fueron los protestantes norteamericanos en
su intento de diferenciarse y desmarcarse de aquellos liberales que, en su
opinión, estaban tergiversando la fe cristiana. Su deseo era el de volver a las
fuentes y reafirmar los fundamentos de la tradición cristiana, llevando a cabo una
interpretación literal de la Biblia y la aceptación de ciertas doctrinas esenciales
(Armstrong, 2004). A menudo, se usa el término fundamentalismo para nombrar
a cualquier movimiento reformista que surge en una determinada religión, pero
no se tiene en cuenta que el fundamentalismo no es igual en cada una de sus
apariciones, sino que adquiere formas muy diversas. Por lo tanto, no se trata de
un fenómeno estático, y éste tiene su propia ley. Aunque en la escueta pero clara
definición anteriormente citada pueda parecernos que el término lleva consigo
3
una inherente forma conservadora y anclada en el pasado de volver al origen (a
sus fundamentos), en ocasiones, las ideas defendidas y desarrolladas suelen ser
modernas e innovadoras. “Los protestantes norteamericanos pueden haber
intentado volver a los fundamentos, pero lo han hecho de una manera
peculiarmente moderna” (Armstrong, 2004, p.22).
Existen más tipos de fundamentalismos a parte del religioso: el económico,
político, social, y a menudo interactúan entre sí dos o más de ellos. Difícilmente
seremos capaces de afirmar −sin miedo a equivocarnos− que nos encontramos
ante un fenómeno o tendencia fundamentalista de corte religioso o político, y que
éste no coexista con otros, o no se vea o se haya visto en ningún momento de
su trayectoria envuelto o relacionado con otro tipo de fundamentalismo. Según
Stiglitz (2003), sea cual sea la naturaleza del fundamentalismo objeto de estudio
en cada caso concreto, todos ellos cumplen una serie de características
fácilmente identificables: imposición de una forma concreta de ver las cosas sin
admitir disidencia alguna, negar la existencia de evidencias que a otros les
puedan parecer certezas, el autoritarismo como forma de difusión de la ideología
dominante, y la descontextualización argumental evidente o la descalificación
sistemática de todas las demás concepciones que pongan en entredicho la
“auténtica visión”.
Centrándonos ya en el fundamentalismo islámico, definiremos como
fundamentalista a aquel musulmán que le da una validez eterna y definitiva a la
sharia1, y que la vive y sigue al pie de la letra ya que es su verdad absoluta. El
fundamentalismo islámico a menudo se confunde con el tradicionalismo islámico.
Los tradicionalistas, aceptan la vivencia personal de la sharia, pero también que
esta sea compatible con los tiempos modernos que corren. Éstos separan la
religión de la política. Creen que la religión está dirigida al individuo, y no al
conjunto de la sociedad. Por ello, la religión no puede formar parte de aquellos
hechos que moldeen y determinen la forma de organizarnos socialmente.
En cambio, los fundamentalistas, toman la religión como algo más que la
aplicación estricta de una ley en el ámbito privado e individual. La trasladan al
conjunto de la sociedad musulmana. Para ellos, la sharia es una ideologización
1 Sharia: ley islámica. El conjunto normativo que rige la ley, la ética y la vida de los fieles musulmanes (Armstrong, 2004).
4
política del islam. No contemplan la innovación, su uso inadecuado ni su
interpretación, y es su respuesta enérgica e inflexible a los programas
occidentales (Webber, 2001). El fundamentalismo islámico, por lo tanto, se
acoge a la sharia para hacer frente a tres causas: al laicismo, al materialismo y
a la modernización, firmemente instaladas en la sociedad occidental (Pipes,
1987).
Tras aclarar de qué estamos hablando cuando nos referimos a un término como
el de fundamentalista, y más concretamente al de corte religioso, y tras abordar
su origen y citar muy brevemente a modo introductorio algunas de sus
características, a continuación, nos dispondremos a adentrarnos en la base
argumental de lo que entendemos actualmente como fundamentalismo islámico.
Como ya hemos introducido anteriormente, el fundamentalismo se basa en una
serie de creencias y formas de entender e interpretar el islam preexistentes, pero
adaptadas −a conveniencia− a los nuevos tiempos. En los siguientes apartados
del presente bloque se irá desgranando poco a poco de dónde proviene el
argumentario fundamentalista, cuáles fueron sus principales ideólogos y qué
movimientos se integran dentro de esta forma de entender el islam.
1.1. Las escuelas jurídicas sunnís: El Hanbalismo como punto
de partida.
El islam sunní consta de cuatro fuentes de derecho. Dos de ellas consideradas
como principales: el Corán2 y la sunna −o tradición− (conformada por hadices)3,
y dos de secundarias: la ichma’ −o consenso− y el qiyas −o razonamiento−
(Vaquero, 2013). Éstas cuatro fuentes serían los pilares en los que debería
basarse cualquier normativa, hecho jurídico o expresión (Quesada, 2008). A
diferencia del cristianismo católico, el islam no es una religión con una jerarquía
centralizada y carece de una autoridad magisterial. Precisa de un largo y
contrastado proceso de formación de un consenso (ichma’) llevado a cabo por
2 “Corán: recitación. Escritura de inspiración divina que fue revelada al profeta Mahoma” (Armstrong, 2004). 3 “La sunna o tradición es la recopilación de los dichos y actuaciones de Muhammad, o bien de sus primeros compañeros […], relatados oralmente a sus discípulos en forma de hadices (narraciones)” (Quesada, 2008).
5
ulemas (doctores en las disciplinas religiosas y jurídicas musulmanas) para crear
una tesis en torno a un determinado hecho y fundar una opinión ortodoxa
(Morales, 2001). La ichma’, por lo tanto, se encargaría de dar respuesta a
aquellas cuestiones que surjan a las que no se encuentra respuesta ni en el
Corán ni en la sunna. Por último, usamos el término qiyas para referirnos a
aquellos razonamientos o interpretaciones llevadas a cabo por los ulemas sobre
cuestiones que se encontrarían en un tipo de “vacío legal” y que las tres
anteriores fuentes del derecho no han sido capaces de resolver. La
profundización en la ley podía hacerse de tres formas: la analogía (el propio
qiyas), la deducción (iytihad) y el razonamiento (ra’y) (Quesada, 2008).
Debemos puntualizar que, en el islam, el derecho no se entiende al modo
occidental. Los musulmanes englobarían en el derecho aspectos tan variados
como la tradición, la cultura y la moral (Laghman, 2012). Todo lo anterior, pues,
conformaría la jurisprudencia islámica o fiqh. Éste, no sería otra cosa que un
extenso recopilatorio en el que poder hallar qué se debe hacer y qué no está
permitido ante cualquier situación a la que podamos enfrentarnos en nuestro día
a día como musulmanes (son el resultado de los razonamientos e
interpretaciones llevados a cabo por los alfaquíes4). El fiqh, sería una especie de
calificaciones o juicios sobre los comportamientos y acciones humanas,
clasificando estas en cinco categorías: lo obligatorio (fardh), lo recomendado
(mandub), lo lícito o permitido (mubah), lo desaprobado (makruh) y lo prohibido
(mahdur) (Laghman, 2012). La sharia, por lo tanto, se nutriría de las fuentes
anteriormente citadas −y por ese orden− siendo las más importantes y
principales el Corán y la sunna, y el fiqh, la forma de aplicarla debidamente. Ala
al-Aswani (2012) reafirma lo anterior del siguiente modo:
El fiqh es la ciencia que nos permite comprender la sharia y aplicarla en nuestra
vida diaria. La sharia divina es dirimente, no cambia nunca, mientras que el fiqh
es un producto humano y cambia a medida que cambian los tiempos y los
lugares.
El cierto grado de libertad interpretativa de la que gozaba el derecho islámico
−basándose siempre en unos mismos principios jurídicos− hicieron que, dentro
4 Doctor o ulema que se dedica al estudio del derecho. Su misión es la construcción de un sistema jurídico a partir de unos textos rebelados e inmutables −Corán y sunna− (Quesada, 2008).
6
del sunnismo y alrededor del siglo IX, surgieran cuatro grandes escuelas
jurídicas −o madahab− oficiales u ortodoxas, con distintas formas o métodos
interpretativos: la escuela malikí, hanafí, shafi’i y hanbalí (Hasan, 1970 citado en
Quesada, 2008). Centraremos toda nuestra atención hacia la que es
considerada como la más rigorista y radical, y la que contiene, sin duda alguna,
el argumentario base de lo que conocemos actualmente como yihadismo5: la
escuela jurídica hanbalí.
El imán Ahmad ibn Hanbal (780-855 d.C) fundó la escuela jurídica hanbalí. Era
la más rigorista y tradicional de las cuatro, y la más reacia a admitir o desarrollar
la interpretación libre del Corán. Solamente aceptaba como fuente del derecho
islámico al Corán y la sunna, el ichma’ al caso concreto del consenso unánime
de los compañeros del profeta6, rechazando a su vez la analogía −salvo en casos
de absoluta necesidad− y limitando el uso de la opinión personal (Quesada,
2008). Esta escuela, no aceptaba la innovación en el islam, y compartía cierto
apoyo o simpatía hacia los alfaquíes shafi’is7 más extremistas, ya que
compartían como él la idea del uso exclusivo y prioritario del Corán y el hadiz
como fuente jurídica (Chahdi, 2003).
Elaboración propia a partir de Chahdi (2003).
5 Término que se definirá y desarrollará con mayor profundidad en el bloque 3 del presente trabajo. 6 Ibn Hayar al-Asqalani definió como compañero del profeta como una persona que conoció al profeta muhammad, después de haber aceptado el islam, y murió siendo musulmán. Para más información visitar: https://www.al-islam.org/nutshell/files/companions-es.pdf 7 Hanbal fue discípulo del fundador de la escuela Shafi’i, Abu Allah Muhammad Al Shafi’í (Chahdi, 2003). 8 Preferencia por el medio de la cual pueden crearse normas jurídicas conforme a principios de equidad y oportunidad
FUENTES DEL DERECHO ISLÁMICO SUNNÍ
ESCUELAS
JURÍDICAS Corán sunna Ichma’ qiyas
MALIKÍ √ √ Solo en determinadas
cuestiones
Si con su uso se llega a una
solución para el bien público
HANAFÍ √ √ Uso del istihsan8 X
SHAFI’Í √ √ Solo en caso de acuerdo
de la comunidad entera X
HANBALÍ √ √ Solo cuando haya
acuerdo entre los
compañeros del profeta
X
7
Para entender la visión tan rigorista del islam de Ibn Hanbal, debemos pararnos
a exponer con detenimiento el contexto histórico en el que vivió dicho personaje.
Nació en Bagdad el año 740 de la era cristiana. Por aquellos tiempos, la dinastía
abasí estaba en el poder y, al igual que los Omeya (dinastía anterior en el poder),
se tomaba el islam de una forma muy laxa. Eso provocó que poco a poco la
población llegara a pensar que el islam se estaba descarriando, y se avocaba
inevitablemente hacia el infierno. Por ello, se fue extendiendo la idea de que se
debía abandonar la innovación que inundaba la sociedad musulmana y también
aquella referente a la interpretación de los textos coránicos. Se creía que la
solución era la de volver a la Medina de los tiempos del profeta Muhammad.
Hanbal, defendió el hecho de que nadie podía saber a ciencia cierta y por sí
mismo dónde estaba la razón y dónde el error, por lo que, para conseguir la
salvación de su alma, los musulmanes debían seguir de forma estricta los pasos
del profeta y confiar en la revelación de Alá a este a través del arcángel Gabriel.
Su premisa era la siguiente: confiad solo en el Corán y los hadices. (Ansary,
2011).
Sufrió muchísima presión por parte del califa para que se desdijera públicamente
de los razonamientos que defendía, pero jamás consiguieron que renegara de
ellos. Al califa, entonces, no le quedó otra opción que encarcelarlo, visto que
podía provocar −y aumentar más si cabe− el revuelo social que se había
generado por la actitud ostentosa de los Abasíes. Hanbal se había convertido en
un problema en cuanto a la capacidad de liderazgo de la corte imperial. En la
cárcel sufrió todo tipo de maltrato y vejaciones, pero eso resultó
contraproducente. Al no conseguir doblegar a Hanbal en la defensa de sus
ideales, el pueblo fue generando cierta simpatía hacia él, con lo que, sin quererlo,
lo estaban convirtiendo en una especie de “mártir”. Finalmente, el califa, decidió
liberarle. Para contentar al pueblo, se limitó el uso de la filosofía islámica y de las
ideas griegas de las que derivaba desde la liberación de Hanbal. El siguiente
califa (también abasí) le encumbró, desprestigiando consecuentemente a los
filósofos. Los eruditos ortodoxos fueron reconocidos con un nuevo y mejorado
status social, imposibilitando finalmente que los intelectuales musulmanes
pudieran investigar sin atenerse a la revelación divina (Ansary, 2011).
8
1.1.1. Ibn Taymiyya
Ibn Taymiyya nació en Harrá (ciudad situada en una zona en la que actualmente
confluyen los países de Irak, Siria y Turquía) en el año 1263. A los ocho años
tuvo que emigrar a Damasco, donde se criaría, ya que su pueblo estaba siendo
invadido por los mongoles. Consigo se llevaron multitud de libros relativos en su
mayoría a preceptos u autores relacionados con la escuela hanbalí, con los que
Taymiyya compartiría gran parte de su juventud. Su brillantez en todas las
disciplinas de estudio y su prestigio ganado ya desde joven, le convirtieron en un
referente religioso con la capacidad de emitir fatwas (normas religiosas). La
guerra de los mongoles contra los musulmanes (los cuales devastaron Siria), los
restos aún presentes de las cruzadas cristianas, su personalidad un tanto
especial, o el desarraigo que sufrió de su tierra desde bien pequeño, marcaron
enormemente su ideario, llevándolo a la defensa de ideas muy extremistas. Se
había creado el caldo de cultivo perfecto para que las masas le escucharan, y su
mensaje calara rápidamente entre una mayoría resentida y desalentada (Ansary,
2011).
Su ideología, claramente marcada por la escuela hanbalí, y como alfaquí de la
misma, sigue su mismo camino, pero con varios aspectos diferenciadores y muy
necesarios de destacar. Si bien la idea de que las revelaciones eran el camino
correcto y de que el islam se había desviado del camino de Alláh y debía volver
al origen −a la vida de Mahoma y sus compañeros− persistía como base de su
discurso, tomaba un nuevo camino en diversos aspectos como la admisión de la
reforma de la sharia (la cual consideraba que no daba respuesta a la complicada
situación en la que se encontraba el pueblo musulmán de aquella época), la
eliminación de la tradición medieval ya considerada como sagrada, y lo más
llamativo y relevante para el actual estudio del fenómeno yihadí, la defensa del
uso de la yihad en su vertiente ofensiva (Armstrong, 2004).
Nuestro alfaquí estuvo un total de seis veces en prisión, la mayoría de ellas por
la emisión de fatwas muy polémicas y radicales. Eso hizo que se ganara multitud
de enemigos al realizar llamamientos, ya no solo contra los enemigos del islam,
sino también en contra de los falsos musulmanes. En Damasco, gobernaron los
mamelucos después de vencer al según Taymiyya “falso converso” sultán
9
mongol Mahmud Gazhan, quien se convertiría al islam como estrategia política
después de invadir Mesopotamia. De ese modo, calmaría los ánimos vengativos
de los musulmanes. Mahmud, llevó a cabo un islam bastante rigorista, pero a
Taymiyya nunca pareció resultarle suficiente, y no lo consideraba como a un
verdadero musulmán. Estuvo varios años preconizando el uso de la yihad en
contra de los mongoles y es por eso que, finalmente, con la ayuda de aquellos
que apoyaban y compartían el ideario integrista de Taymiyya, los mamelucos
lograron vencerle y hacerse con el poder de Damasco. Murió tras pasar dos años
encerrado a los sesenta y cinco años (Esparza, 2015).
Así pues, Taymiyya, en una de sus obras más importantes (Al-Dyihad −la yihad−)
promovió el uso de la yihad ofensiva contra todo enemigo del islam (kafir9), ya
sean estos chiítas, cristianos, judíos o mongoles, como herramienta para
imponer la autoridad del islam (Cobo, 2015). Se le conoce por los movimientos
integristas fundamentalistas por el nombre de Sheik Al-Islam (el sabio del islam)
y su dogma más ensalzado por éstos es el que se basa en el principio del “Corán
como guía y la espada como sostén” (Hashem, 2015 citado en Cobo, 2015). Se
ha convertido en la principal referencia ideológica de los salafistas modernos. Su
pensamiento conforma la base ideológica de la mayoría de movimientos
fundamentalistas modernos, desde el wahabismo −entre otras corrientes
salafistas− hasta los hermanos musulmanes, pasando incluso por líderes
terroristas como Osama Bin Laden, al-Zawahiri o Al-Baghdadi. Concluiremos con
una afirmación de Taymiyya que refleja al cien por cien cuál era su idea acerca
del uso de la yihad ofensiva (en la cual, como ya hemos dicho, se centran los
yihadistas modernos y movimientos fundamentalistas radicalizados): “la yihad es
el mejor acto voluntario que un hombre puede llevar a cabo, mejor incluso que la
peregrinación a la Meca o la oración” (Sifaoui, 2014 citado en Cobo, 2015, p.39).
9 Kafir (sig. “el ingrato”): el infiel, impío (Cobo, 2015).
10
1.2. Wahabismo
El ex agente del MI6 Alastair Crooke (2014) afirmó en un artículo publicado por
el diario The Huffington Post lo siguiente: “No puedes entender al ‘Estado
Islámico (EI)’ si no sabes la historia del wahabismo en Arabia Saudita”. Razón
no le faltaba dado que sino, podríamos estar construyendo la casa por el tejado.
Para comprender la ideología actual o corriente fundamentalista del islam
inspiradora de la organización terrorista “Daula Al Islamí” (DAESH), debemos
retroceder varios siglos, hasta exactamente el s. XVIII. En la península arábiga,
más concretamente en la ciudad de Al Diriyah, nacería la corriente o doctrina
ideológico-religiosa más influyente en la sociedad islámica de la época: el
wahabismo. Esta fue y sigue siendo una corriente ideológico-religiosa
musulmana, dentro de la rama mayoritaria del sunnismo (Estarellas, 2012).
Su máximo representante y creador espiritual fue Muhammad Ibn Abd Al-
Wahhab. Nació en Nechd (actual península arábiga central) y allí inició sus
estudios coránicos. Rápidamente se convirtió en un estudiante brillante y por
ello, su padre −que era alfaquí− le envió a estudiar a Medina, ciudad en la que
sus maestros le introducirían en las obras del hanbalí Ibn Taymiyya. A los pocos
años, se trasladó a la cosmopolita ciudad de Basora (en el golfo pérsico) y allí
se horrorizó al poder vivir en primera persona la diversidad de ideas, de escuelas
jurídicas y de interpretaciones del texto sagrado que convergían libremente en
un mismo territorio. Decide pues, volver a su ciudad natal, donde vivían multitud
de tribus beduinas distribuidas por la zona. Se centró en difundir el mensaje entre
los pastores y comerciantes de que no había otro dios que Alláh, y que seguir su
palabra era el único camino para alcanzar el prístino y puro islam. Con éstos,
recorrió las zonas aledañas y fue destruyendo templos, santuarios y acusando
de idolatría10 a todo aquél que no rezara al auténtico Dios. Al poco tiempo,
Wahhab consiguió el cargo de juez, y aplicó muy severamente la ley hanbalí tal
y como él la entendía. Finalmente, su propio pueblo le repudió por ser demasiado
extremista, y se tuvo que marchar, tras ser apaleado, a Diriyah (Ansary, 2011).
10 Adoración indebida a los ídolos, Dios o dioses (Gómez,2009).
11
Allí sería acogido por la dinastía Al Saud, concretamente por el Emir Ibn Saud.
Sellarían su alianza en 1744 (d.C) y declararía a Al-Wahhab imán y máximo
responsable de la comunidad musulmana en la región. Ibn Saud se comprometió
a apoyar a Al Wahhab tanto política como militarmente, a cambio de esto, Al
Wahhab le daría a Ibn Saud legitimidad religiosa. Los Saud adoptarían la nueva
corriente religiosa del islam en su territorio y la considerarían como “la forma más
correcta de practicar el islam de manera oficial en el país”. Juntos, invadirían
poco a poco diversas zonas de arabia central y del golfo pérsico hasta conseguir
uno de los objetivos que se habían planteado inicialmente: unir los territorios de
la península arábiga. Por ello, y desde entonces, el actual país conocido como
Arabia Saudí tiene como corriente oficial del islam sunnita al wahabismo
(Estarellas, 2012). Como vemos, no tuvo reparo alguno en enfrentarse al poder
de Constantinopla bajo el dominio otomano, declarando ilegítima la ley aplicada
hasta el momento y acusando de apostasía11 a sus dirigentes (González, 2015).
Varios eran los objetivos de Al-Wahhab. El primero de ellos era el de crear un
enclave de la fe pura, de ahí su interés de conformar un estado propio en el que
su religión o particular visión de ésta pudiera desarrollarse libremente y con el
apoyo del máximo representante de la dinastía Saud. Dicho enclave debería
caracterizarse por llevar a cabo la práctica y forma de vida de la primera
comunidad musulmana: la de Muhammad y los califas conocidos como
“ortodoxos”12. Como no podía ser de otra forma, todo esto lo consiguió gracias
al poder militar que le otorgó Ibn Saud para su causa, y la rápida conquista de
los territorios fue posible dada la brutalidad y desmesurada fuerza que se ejerció
sobre los pueblos que iban cruzándose en el camino de Saud y Wahhab
(Armstrong, 2004). Como veremos en apartados posteriores, la agresividad del
movimiento wahabita presente desde sus inicios a la hora de imponer su
ideología, será tomada como ejemplo por movimientos fundamentalistas
islámicos radicales o salafíes yihadíes del siglo XX.
11 Hecho de aquel que reniega de su religión o fe (Gomez, 2009). 12 Se refiere al Califato de los “bien guiados” o Califato Rashidun (632 al 661 d.C): los cuatro primeros califas tras la muerte del profeta: Abu Bakr as-Siddiq, Omar ibn al-Jattab, Uthman Ibn Affan y Ali Ibn Abi Talib. Más información en: www.artehistoria.com
12
Ibn Abd Al Wahhab se distinguió por extender el monoteísmo en el islam y los
llamamientos del pueblo (daua) hacia el "recto camino y la existencia de un único
Dios” (tauhid). Se centraría también en la destrucción del politeísmo (shirk). Su
intención fue la de purificar el islam, liberando a los musulmanes del yugo y la
decadencia de occidente (Estarellas, 2012). También, reformaría el hanbalismo
de Taymiyya. Llevaría a cabo una potenciación de la interpretación racional de
las fuentes para la elaboración de la jurisprudencia (iytihad), una interpretación
de la yihad como activismo radical y violento, legitimaría posiciones novedosas
(el takfir, la hégira, la yahiliya y la qaida)13, aunque siempre volviendo al recurso
de las fuentes clásicas, el Corán y la sunna (González, 2015).
1.3. Salafismo
Una vez expuestos el origen, desarrollo y características principales del
wahabismo, base inspiradora de los principales movimientos yihadistas de la
actualidad, como la de “Daula Al Islamí”, toca centrarnos ya en el llamado
salafismo. El DAESH parte de éste, el cual se inspira, entre otros, en el
wahabismo, en su vertiente más radicalizada: la wahabí yihadí. El término
salafismo proviene del término “salaf”, “predecesor” o “ancestro”, que designa a
los compañeros del profeta Muhammad y las tres primeras generaciones que lo
suceden. Como apuntan varios expertos en la materia (Aznar, 2014; Elvira, 2014;
Estarellas, 2012), el radicalismo wahabí fue previo y anterior a la expansión del
radicalismo salafí. Tener esto claro es imprescindible para comprender
debidamente el verdadero origen y naturaleza de la creencia o ideología
yihadista de nuestros tiempos. Aun así, cabe mencionar que ambas corrientes
han convivido y transcurrido de forma paralela en un mismo lapso temporal,
coincidiendo en la misma idea de retornar al islam puro y original (Estarellas,
2012).
13 Por orden: excomunión, peregrinación, época de ignorancia y “la base” o regla (González, 2015).
13
Según Esparza (2015), el salafismo no es ni una ideología ni una organización,
sino más bien una escuela de pensamiento, claramente inspirada nuevamente
−como no podía ser de otro modo− en la escuela jurídica más rigorista: la
hanbalí, y en los postulados posteriores del alfaquí Taymiyya. Otros, apuestan
más bien por defender la idea de que se trata de una forma de fundamentalismo
en sí mismo, una forma de ver, vivir e interpretar el islam muy concreta (Aznar,
2014; Estarellas, 2012).
Dentro del salafismo, existirían actualmente dos ramas. El salafismo original (es
decir, el de naturaleza puramente religiosa) y el salafismo político, también
conocido como islamismo o islamismo político. El primero se asocia al
wahabismo (ya que ambos buscan el camino al retorno, al origen puro del islam),
y el segundo, no se centraría exclusivamente en lo espiritual, sino más bien en
las condiciones económicas, sociales y políticas de la comunidad musulmana,
sin ver que la realidad material de ésta debe ser secundaria ante la espiritual.
Adoptan inicialmente ideales liberales modernos (libertades individuales,
derechos humanos, democracia, justicia social, etc.), afirmando que el islam
original también defendía dichos valores, que se fueron perdiendo a causa de la
mala interpretación de la religión (Hariche, 2013).
Los primeros musulmanes seguidores del salafismo los podemos situar en
Egipto en el primer tercio del siglo XX. Estos se inspiraban en Ibn Taymiya, pero
también en Al-Wahhab y su reconocida obra dentro del mundo musulmán: “Al
Tahuid”. Son tres los seguidores más destacados dentro de la corriente salafí:
Muhammad Abduh (que vivió entre 1849 y 1905), Al-Dinar Jamal Al Afghani−
padre del salafismo político (entre los años 1839 y 1897), y Rashid Rida (entre
1865 y 1935). Todos ellos se formaron académicamente en la universidad
islámica de Al Azhar (El Cairo). “Los tres lograrían converger en un punto en
común coincidiendo también con la necesidad imperiosa de crear un
renacimiento islámico y constituir un movimiento para el resurgimiento dentro del
islam” (Estarellas, 2012, p.20).
Hoy en día, cada vez es más complicado distinguir entre la ideología wahabí y la
salafí. Su objetivo es el mismo, y sus métodos (aunque inicialmente difirieran un
poco), cada vez se han ido semejando más y más, hasta llegar a un punto en
que, por ello, muchos expertos, estudiosos y teólogos de la materia, consideran
14
que ambas corrientes son la misma. Para entenderlo de algún modo: el salafismo
sería una corriente islámica fundamentalista y dentro de esta encontraríamos,
entre otras, al wahabismo. “Salafismo es cualquier doctrina que propone el
retorno a las formas de vida y fe del islam originario del s.VII. El wahabismo, por
ejemplo, es salafista, al igual que los Hermanos musulmanes” (Esparza, 2015,
p.309).
Los wahabís no se llaman a sí mismos de ese modo, sino musulmanes
simplemente, hanbalíes u hoy en día incluso como salafíes dado el cierto
prestigio que ha adquirido dicha ideología dentro del radicalismo islámico
(Hariche 2013). Lo que si es cierto es que el salafismo político poco o nada tiene
que ver con el wahabismo. Pretendían llevar a cabo la innovación, la
modernización e “implantación” de valores occidentales en la sociedad islámica.
Todo eso, como veremos, quedó en una mera declaración de intenciones, ya
que de una asociación salafista política o islamista como Hermanos
Musulmanes, surgió el considerado como padre del takfirismo y yihadismo
moderno, Said Qutb.
15
2. DEL FUNDAMENTALISMO SUNNÍ AL YIHADISMO
En este nuevo bloque seremos testigos de la delgada línea que existe entre el
salafismo radical y el yihadismo. Nos centraremos en intentar responder las
siguientes cuestiones: quiénes fueron, cuándo sucedió, y cómo se precipitaron
los hechos para que, finalmente, terminara sucediendo algo que parecía
inevitable. Para ello, debemos recuperar a tres personajes salafistas
anteriormente citados. Estos reformistas salafís serían Muhammad Abduh (1849
-1905), Al-Dinar Jamal Al Afghani (1839-1897), y Rashid Rida (1865-1935).
En primer lugar, deberíamos realizar un ejercicio de retrospección, para conocer
el contexto histórico que vivieron estos tres salafistas −y con ellos, la religión
musulmana− para intentar “comprender” el motivo por el cual terminarían
desarrollando tales pensamientos acerca del mundo que les rodeaba. Nos
situamos en la colonia británica de Egipto a finales del siglo XIX. Los británicos,
rápidamente consiguieron ganarse el respeto y la admiración suficiente por parte
de la sociedad musulmana de aquél entonces ya que, les consideraban,
portadores de progreso, ciencia y modernidad. Lejos parecían quedar los
resquemores existentes en el pasado entre musulmanes y cristianos por las
conocidas como “cruzadas”. Se produjo, al menos durante cierto tiempo, una
especie de harmonía entre oriente y occidente (Armstrong, 2004).
Ciudadanos árabes formados intelectualmente en Europa se desplazaron hasta
el Cairo, y allí poco a poco se hicieron con reputados puestos de trabajo. Muchos
de ellos eran periodistas y fundaron periódicos, fomentando así la difusión de
ideas filosóficas, científicas y políticas nunca antes vistas en Egipto. La situación
en el resto de países musulmanes de la zona era igual o bastante parecida. Se
estaba produciendo una des-islamización −y consecuente occidentalización− de
países original y tradicionalmente de profesión musulmana en muchas regiones
africanas y asiáticas. Al final no todo sería hermandad, respeto, y tolerancia en
un estallido permanente de felicidad (Armstrong, 2004).
La convivencia se fue deteriorando con el tiempo, y surgieron voces importantes
dentro del islam reformista a favor de la independencia de Egipto y su ruptura
con el imperio británico. Tres de esas voces serían las de los salafistas Abduh,
16
Afghani y Rida. Ninguno de ellos estaba en contra de la modernización del islam,
ni de la necesaria adaptación de este a los tiempos que vivían, pero abogaban
por hacerlo desde la sensatez y racionalismo. Esto se debía a que tanto Abduh
como Afganhi habían viajado mucho y convivido con occidentales, adaptando su
forma de pensar a los nuevos tiempos y viendo en la ciencia, la innovación y el
progreso una auténtica oportunidad para reformar el islam, aunque siempre
conservando ese toque salafista y voluntad de volver al origen, aquel del islam
puro (Arsmtrong,2004; Ansary,2011).
Afghani, creía firmemente que el islam no era incompatible con los valores
progresistas y reformistas de los sistemas occidentales, y que éstos se habían
perdido con el tiempo por culpa de una mala interpretación de su religión
(Arsmtrong, 2004). Propuso llevar a cabo una conciliación para compatibilizar la
razón, el Corán y la sunna, iniciando una corriente reformista que inspiraría a los
pensadores que le sucederían. Uno de ellos sería Abduh que, tras su contacto
con Afghani, se propuso demostrar que el islam podía ser tan moderno y racional
como cualquier sistema occidental. Ambos pensadores rechazaban emular a las
figuras del pasado defendiendo siempre la posibilidad de hacer compatibles
modernidad e islam (Armstrong, 2004; González, 2015).
Por su parte, a Rida se le considera el primer musulmán de la era moderna con
intención de instaurar un califato o estado islámico totalmente modernizado, el
cual se basaría en la sharia. Un califato que uniera a todos los pueblos
musulmanes era del todo necesario para combatir al occidentalismo y recuperar
el esplendor perdido. Todo ello lo lograría tras un largo proceso de evolución,
asimilando al islam (sin debilitarlo) los valores occidentales y adaptándolos al
contexto islámico (Armstrong, 2004). A modo de síntesis, González (2015) lo
expresa del siguiente modo:
Rida se encontraba en la línea de Wahhab y de Taymiyya, respecto a la
necesidad de recurrir a las fuentes originales del islam, se distanciaba de ellos
al admitir una integración de los valores modernos occidentales en el contexto
islámico (p.11).
En este contexto, y bajo estas circunstancias, nacería el islamismo, y con él, la
organización salafista o islamista política más importante que jamás haya
existido: “los Hermanos Musulmanes”.
17
2.1. Los Hermanos Musulmanes: el nacimiento del islamismo
político
En 1928, nacería en Ismailiya (Egipto) una hermandad llamada −o conocida−
como “Hermanos Musulmanes” o “Cofradía de los Hermanos Musulmanes”, y es
a partir de entonces cuando el salafismo sufre un importante auge en el país.
Fue el primer movimiento islamista14 que puso en práctica el islam más rigorista
(el de la vuelta al origen, al islam puro), y esa visión radicalizada consiguió ganar
terreno rápidamente al islam tradicional, llegando a entrar en conexión con la
creencia salafí-yihadí (Estarellas, 2012). Todo ello lo consiguió bajo la careta de
la aparente “lucha” por los derechos sociales, apoyo a la modernidad y respeto
a la democracia (Cobo, 2015).
Dentro de la hermandad, cabe destacar a sus dos principales ideólogos, ambos
con distintas tendencias ideológicas en la organización: Hassan Al Banna y Sayd
Qutb, formados en la universidad de Al-Azhar (El Cairo). Al Banna, había
estudiado teología islámica y era profesor en la ciudad de Ismailiya. Un hecho le
marcaría de por vida, y fue el de −según él− lo que años más tarde calificaría del
siguiente modo: “explotación sufrida por sus compatriotas por parte de occidente
durante la construcción del canal de Suez” y “la falta de dignidad mostrada por
las autoridades egipcias por dejarse influenciar por los valores occidentales,
dejando al margen al islam” (Estarellas, 2012, p.24).
Eran tiempos en los que comenzaban a producirse revueltas contra los británicos
colonialistas en Egipto (1919), y las represalias cada vez eran mayores y más
duras contra los disidentes. Al Banna fue acumulando mayor odio a raíz de esos
hechos y, podríamos decir, que lo aprovechó para difundir sus ideas radicales
entre colectivos universitarios a los que tenía fácil acceso. De ese modo podría
ir conformando un grupo suficientemente amplio como para orquestar lo que
terminaría llevando a la creación de “Hermanos Musulmanes”. Se reunían bajo
un lema que perdura hasta el presente: “Alá es nuestro objetivo. El profeta
14 Por islamismo o salafismo político se entiende “aquellos movimientos sociales musulmanes definidos por las actitudes que abogan por buscar soluciones islámicas más puras, alejadas de las influencias foráneas, incidiendo para ello en la política, en la economía y en la cultura musulmana contemporánea” (Martín y Abbas, 2009 citado en González, 2015, p.10).
18
nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La yihad nuestro camino” (Webber, 2013).
Antes que eso −y a modo cuasi experimental−, fundaría junto a un compañero
(Al Sukkari) la “Asociación Hasaniya para la Caridad”, la cual sería el embrión o
semilla de “Hermanos Musulmanes”. Tres principios tendrían como base:
preservar la moralidad musulmana, combatir lo prohibido, y hacer frente al
proselitismo cristiano (Martín, 2011).
Al Banna era un férreo defensor de la reinstauración del califato, el cual se abolió
tras la 1ª Guerra Mundial. También creía que los musulmanes no debían de
unirse bajo una identidad nacional, sino bajo una misma fe islámica, que los
llevaría indudablemente hacia el éxito como conjunto. Se trataba de un pensador
de carácter indudablemente reformista (inspirado una vez más en el alfaquí
Taymiyya) que favorecería −aunque eso no significara que los aceptara− los
procesos electorales y sus consecuentes valores democráticos. “Esta nueva
forma de pensamiento, aceptará la democracia y respetará los resultados que
den las urnas, siempre que estos le sean favorables” (Escobar, 2013 citado en
Cobo 2015, p. 50). Se estaba gestando una nueva forma de salafismo, el de
carácter político, alejado del salafismo purista al rechazar el rigorismo formal y
optar por la vía política. Aun así, mantenían algo en común muy destacable e
innegociable: el llamamiento a la yihad (Cobo, 2015).
Hermanos Musulmanes surgirían como movimiento que aspiraba a convertirse
en un verdadero modelo social. Urdieron un complejo sistema organizacional
que les dotó de una estructura capaz de funcionar paralelamente a la
Administración (Webber, 2013). Se expandieron con rapidez, ya no solamente
en Egipto, sino también exportando su ideología a otros países. Como definió el
propio Al Banna a la organización: “Hermanos Musulmanes es un mensaje salafí,
una verdad sufí, una organización política, un club deportivo, una unión cultural
y educativa, una compañía económica y una idea social” (las ocho dimensiones
de HHMM) (González, 2015, p.12).
A menudo se afirma a la ligera que Hermanos Musulmanes es un grupo islamista
moderado, pero nada más lejos de la realidad. Eran y siguen siendo un grupo
integrista que, a pesar de sus vaivenes, emplean un discurso basado en un
salafismo radical como forma de llegar al poder. Reniegan públicamente del
terrorismo, y por detrás, en cambio, favorecen que sus partidarios o miembros lo
19
ejecuten. También se hacen llamar a sí mismos férreos defensores de la
modernidad y la democracia, mientras que atacan sin descanso los valores que
éstas representan. El doble discurso, o doble cara de esta organización, les sirve
para no desaparecer. Se adaptan al medio según les convenga, pero jamás
mostrando su verdadera esencia. En el manifiesto de Al Banna de 1936, el cual
consta de un listado con un total de cincuenta puntos, apuesta por la segregación
de sexos en la vida pública, la censura de las lecturas, la prohibición del baile o
la aplicación del islam en el mundo entero como herramienta para la convivencia
(Cobo, 2015).
Esas ideas, y su rápido crecimiento, provocaron finalmente que el gobierno del
Rey Faruq I les considerara una auténtica amenaza para la estabilidad del país
(Egipto ya había conseguido la independencia del Reino Unido en 1922). Hasta
finales de los años cuarenta, no se vieron implicados directamente en política. El
primer conflicto árabe-israelí sería el punto de inflexión que les llevaría a dar ese
decisivo paso. Hassan Al Banna finalmente moriría asesinado en 1949
presumiblemente en manos de un agente vinculado con la agencia de seguridad
del país. A raíz de ese hecho, y durante el régimen de Nasser, Hermanos
Musulmanes terminaría por disolverse a la fuerza en 1954, tras la represión que
sufrieron por parte de las fuerzas del orden. A partir de ese momento, pasarían
a la clandestinidad, y muchos de sus miembros huirían a países como Arabia
Saudí o Estados Unidos (ya que HHMM se había convertido en el nuevo juguete
o arma americana para combatir a Nasser desde dentro del propio Egipto)
(Webber, 2013).
Su sucesor, Said Qutb, le relevaría en el cargo, y de la mano de este llegaría el
radicalismo extremo del mensaje de la organización y su posterior conexión con
el mensaje yihadista actual.
20
2.1.1 Said Qutb y el Takfirismo.
Said Qutb, ya como líder de la hermandad, transformó profundamente la
ideología de ésta, sustituyendo los principios de Al Banna por ideas que abrieron
la puerta al radicalismo más extremo (Webber, 2015). Culpaba a la influencia
occidental del proceso recesivo en el que, según él, se encontraba la comunidad
musulmana. Para alguien como él, los musulmanes actualmente se encontraban
en un estado de ignorancia −o Jahiliyyah−, como la que existía y sufría el pueblo
musulmán en la era pre islámica. Su objetivo último era la implantación de un
califato de carácter universal, y eso solo era posible a través del uso de la yihad
ofensiva y la aplicación de la sharia para limpiar cualquier vestigio occidental.
La idelogía de Qutb en sus inicios para nada era tan radical y violenta. La
enseñanza que recibió fue prácticamente la misma que la de Al-Banna, pero
hubo un acontecimiento que le cambiaría por completo. Tras su estancia por
motivos académicos y formativos de seis años en Estados Unidos, y al vivir la
decadencia social y humana que −según él− reinaba en una sociedad como la
americana, surge en él una nueva y profunda conexión con el islam que le
reconvertiría. Es tras su regreso a Egipto, cuando decide unirse a “Hermanos
Musulmanes” (Estarellas, 2012). Recuperó el concepto propio de Al-Wahhab: el
takfir, que consistiría en excomulgar y tachar de apóstata a todos aquellos
musulmanes que no estuvieran dispuestos a implantar su riguroso y extremo
islam salafista (Irwin, 2001 citado en Cobo, 2015).
Se le considera como el verdadero padre y fundador del islamismo yihadí
armado. Su intento de asesinar al presidente egipcio Abd Al Nasser, su
extremismo tan feroz, y su intención de llevar a cabo una revolución en el país,
le condenaron a terminar en la cárcel. Sería allí donde finalmente, en 1966, sería
ejecutado (Cobo, 2015). Tras la ejecución de Sayd Qutb, la hermandad y sus
miembros fueron perseguidos por el gobierno egipcio, siendo encarcelados y
sometidos a todo tipo de humillaciones (Estarellas, 2012).
Fue dentro de aquellas prisiones donde se creó el caldo de cultivo perfecto para
que surgiera una ideología como la takfirí −o takfirísmo−. El verdadero fundador
21
de esta doctrina no sería Qutb, sino posteriormente Sukri Mustafa (1942-1978).
Mustafa siguió sus enseñanzas, pero fue aún más allá que su mentor. Fundó
Yama’at al-Muslims, pero comúnmente se les conocería por Takfir wal-Hijra. Ésta
organización −que sigue existiendo a día de hoy− se basa en el concepto del
takfir (muy presente en gran parte de la obra de Qutb), que vendría a significar
excomunión (es un derivado del término kafir −infiel−), y designa “la reducción
de un musulmán por otro musulmán a la categoría de infiel, o lo que es peor, de
apóstata” (Ventura, 2013, p. 5). Éste traidor a su religión debía ser castigado por
pecado capital, pagando con la muerte. De ese modo, se excluía a aquel sujeto
automáticamente de la umma, así los takfiríes evitaban la prohibición de la yihad
entre musulmanes −al haberlo acusado por apóstasía−, y su eliminación debía
ser un deber absoluto (Ventura, 2013).
El takfirismo pues, no se desentiende de la lucha contra las otras religiones, pero
considera que primero se debe eliminar a los que considera malos musulmanes
para cerrar filas antes de arremeter contra el verdadero enemigo, que es el
modelo cultural occidental (actitud muy presente en el DAESH) (Ventura, 2013).
El razonamiento takfirí puede ser simplificado mediante el siguiente esquema de
Ventura (2013, p.4) desarrollado a partir del contenido de De La Corte y Jordán
(2007):
15
15 Hisba: conjunto de normas de ordenación social que velaban por la moralidad pública en las antiguas sociedades musulmanas. Se designaba a un vigilante del cumplimiento del hisba (Ventura, 2013).
Iytihad Hisba Takfir
Interpretación de
la realidad según
los textos
sagrados
Vigilancia de las
costumbres
Acción de
declarar kafir
(infiel)
yihad
Lucha armada
22
2.2. El yihadismo
Como hemos podido ver hasta ahora, desde los inicios del islam sunní ha
existido una rama que, ha realizado de éste, su propia interpretación (ya sea por
considerar que su forma de entender el islam era la más apropiada, por
desconocimiento de su propia religión, conveniencia o, simplemente, tras la
experiencia personal vivida) siguiendo o escogiendo un camino muy rigorista en
el que no se daba cabida a nada que no fuera la revelación divina (Corán) y la
sunna como constructores del camino correcto de la fe única y verdadera. Toda
esa amalgama y evolución de ideas, conceptos, interpretaciones o preceptos
acumulados a lo largo del tiempo por la escuela hambalí, Taymiyya, Wahhab,
Afghani, Al-Banna y Qutb conformarían el ideario de lo que hoy en día se conoce
como fenómeno yihadista o yihadismo. Aderezado además con un toque takfir,
el cual, les dota de una ferocidad y crueldad extrema.
Diversos autores, tanto a nivel nacional como internacional, hacen referencia en
sus obras al fenómeno yihadista o yihadismo, pero la mayoría de ellos se limitan
a aludir al origen religioso o ideológico de dicho fenómeno, siendo muy pocos los
que intentan definirlo en sí mismo. También existen autores que definen el
fenómeno en su expresión a nivel individual (yihadista) y otros −entre ellos
organismos gubernamentales e internacionales− que añaden a la definición
connotaciones interesadas, con una más que cuestionable rigurosidad histórica
o verídica (Sánchez, 2016). Es por eso, que voy a centrarme en la única
definición de yihadismo a nivel académico que he encontrado en la que no se
realiza ningún ejercicio que pueda ir más allá de lo que realmente importa en
nuestro caso: la rigurosidad a la hora de acotar el término en cuestión, sin añadir
en ésta, características basadas en la opinión o en un punto de vista cuestionable
por existir en él intereses de diversa naturaleza. Blanco (2015), realiza la
siguiente definición:
Entendemos el yihadismo como una interpretación fundamentalista del islam.
Supone, por una parte, la elevación del concepto yihad como fundamento religioso
por encima del resto de elementos constitutivos de la religión musulmana y, por
otra, la deformación de su significado (religioso) con un fin instrumental. (p.2)
23
Ésta, es quizás la que más se aproxima −según mi criterio−, a lo que realmente
sería el yihadismo en sí. En ella cita que se trata de una interpretación del islam,
el uso de la yihad por encima del resto de preceptos y que este uso se justificaría
a través de una deformación intencional de su significado original con fines
concretos. A pesar de ello, sería una definición no del todo exacta, y carecería
de ciertas características claves. Varias serían −en mi opinión− las razones:
La primera, trata al yihadismo como a una forma de interpretar el islam, y no
como un fenómeno en sí (fenómeno sobre el que no entraré a acotar su posible
naturaleza). También es demasiado amplia la catalogación que realiza del
yihadismo dentro de la categoría del fundamentalismo. La tercera y última, sería
el hecho de incluir en la definición al medio (la yihad) y no al fin último (implantar
la sharia en el mundo entero). Por todo lo anterior, y basándome en toda la
información que he ido recopilando, procesando y posteriormente plasmando en
el presente trabajo, puedo concluir que por yihadismo se entiende −o se puede
entender− lo siguiente:
Yihadismo no es otra cosa que un neologismo usado por occidente para
referirnos al fenómeno que surge de aquellas ramas más violentas y
radicales existentes dentro del salafismo político, y las cuales, justifican el
uso de la yihad para establecer la hegemonía del islam en el mundo entero
a través de la implantación de la sharia.
Como ven, no entraré en polémicas añadiendo en mi definición ningún tipo de
referencia al fenómeno terrorista. El primer motivo es que estamos hablando del
yihadismo en general, y no de organizaciones que puedan catalogarse como
terroristas con ideología yihadista. El segundo, es mi consideración de que el
yihadismo no es terrorismo en sí mismo, aunque pueda expresarse de esa forma.
Como ya he dicho con anterioridad, se trata de un fenómeno o movimiento con
una ideología concreta, que engloba en ella misma factores políticos, sociales,
económicos y religiosos. Es una forma de entender el mundo y su
funcionamiento (aunque podamos despreciar profundamente los valores que
defienden o representan) a través de una visión radical, parcial o sesgada de la
religión.
24
2.2.1. Origen etimológico e interpretación del término.
Tras la descripción conceptual y desarrollo del término yihadismo −como
ideología o movimiento−, también debemos tratar el origen etimológico del
término −yihad− y la interpretación que hacen los llamados yihadistas de éste.
Tengo muy presente que el tema del que a continuación voy a hablar es uno de
los que más polémica ha causado a nivel académico e internacional en los
últimos años a raíz de la aparición del terrorismo global. Por ello, dejaré claro
desde un principio cuál va a ser mi intención: me limitaré a exponer lo que se
entiende en sentido estrictamente religioso por “yihad”, sus características,
condiciones y reglas, el uso que desde el s. VII se le viene dando por un sector
rigorista o radical del islam y qué mecanismo de justificación usan los yihadistas
para el supuesto uso lícito de la yihad. No entraré en debates religiosos ni
semánticos acerca de si lo que realizan los yihdistas es la yihad que aparece y
menciona el Corán o no.
La palabra yihad (jihad)16, aparece un total de cuarenta y un veces en el Corán.
Se trata de un término cuyo significado podría traducirse como “lucha” o
“esfuerzo”. Existirían dos tipos de esfuerzo según la acepción del término que se
use: la de yihad mayor o yihad menor. La primera se referiría a la lucha interior,
es decir, a todas aquellas actividades que realiza un creyente a lo largo de su
vida para ser un buen musulmán, buscando con ello mejorar o lograr una vida
digna en sociedad. La segunda −yihad menor−, sería el deber de todo musulmán
de defender al islam de todos los ataques que reciba del exterior, tomando la
lucha armada si es necesario como recurso (claro carácter defensivo) (Lorenzo-
Penalva, 2013). El musulmán que se compromete con la yihad es el muyahid,
siendo el plural muyahidín.
Un autor como el teólogo salafista Yussuf Azzam, le otorgaría a la yihad menor
en los años ochenta dos subcategorías: la de carácter ofensivo −como ya hemos
mencionado− y otra con un carácter ofensivo. Ésta interpretación se daría a raíz
del análisis de la evolución del pensamiento islámico rigorista existente en el
16 El término Jihad es con “j” y masculino en árabe, aunque en su traducción al castellano se permite su uso en femenino y con “y” (González, 2015).
25
islam desde la creación de la escuela jurídica Hanbalí, creando su tesis a partir
de la obra de Ibn Taymiyya. La yihad ofensiva, se daría cuando el enemigo
extranjero es atacado en su territorio por parte de los propios musulmanes.
Por otro lado, la defensiva sería el llamamiento dirigido a todos los musulmanes
tras producirse una “invasión extranjera en tierras musulmanas” (Estarellas,
2012).
Según Esparza (2015) estaría obligado a acudir a la llamada de la yihad todo el
colectivo musulmán, a excepción de los impedidos o aquellos que tengan otra
función, es decir, que puedan servir a la yihad en otros acometidos distintos al
combate. Tradicionalmente, la capacidad de proclamarla pertenece al Califa,
aunque en los últimos años, han aparecido diversas teorías que consideran que
es una obligación individual. Dicho llamamiento debería realizarse cuando los
musulmanes, su fe o su territorio son atacados. Esta situación o tipo de guerra
es lo que se considera yihad menor.
Como señala Lorenzo-Penalva (2013), en la sharia se establecen las reglas bajo
las cuales se puede ir a la yihad.
- Siempre bajo defensa propia.
- El oponente debe de haber empezado el conflicto.
- No debe emplearse para ganar territorios.
- Debe iniciarse por un líder religioso y debe haberse intentado cualquier
recurso posible para solucionar el problema de forma pacífica.
- Proteger la fe de los musulmanes para practicar su religión.
- Proteger a los musulmanes ante la opresión, lo cual puede significar
derrocar a un tirano.
- Castigar a un enemigo que rompe un juramento.
Durante la yihad, deben respetarse los siguientes preceptos:
- No se debe matar ni herir a inocentes, entre ellos mujeres, niños y
ancianos.
- Los enemigos deben ser tratados con justicia.
26
- Los enemigos heridos deben ser tratados de la misma manera que los
soldados propios.
- La guerra debe parar en cuanto el enemigo solicite la paz.
- La propiedad privada no debe ser dañada.
- El envenenamiento de pozos (guerra química) está prohibido.
Como hemos visto, la única acepción que podría ser −y lo es – objeto de
polémica sería la de la yihad menor. Aunque haya afirmado anteriormente que
no me posicionaría, voy a realizar un pequeño apunte. Desde los orígenes del
islam, ha existido una vertiente interpretativa muy rigorista a partir de la creación
de la escuela hanbalí. Desde entonces, se ha llevado a cabo y desarrollado una
forma de entender el islam paralela y muy distinta a la del islam tradicional. Las
cuatro escuelas, fueron reconocidas como legítimas, y es por ello que todo
pensamiento que creara dicha escuela sería legítimo, siempre y cuando se
basara en las fuentes del derecho islámico sunní. Ellos optaron por aceptar como
fuentes únicas −y por lo tanto válidas− al Corán y la sunna. Como afirma Cobo
(2015) la escuela hanbalí fue la única de las cuatro en aceptar el uso de la yihad
ofensiva, entendida esta como la obligación de hacer la guerra a aquellos que
no aceptan el islam como religión. A raíz de todo ello, se instaló en un sector del
islam −para no marcharse− el radicalismo doctrinal. Lorenzo-Penalva (2013)
critica la existencia entre ciertas corrientes del islam de la intención de
desvincular de la yihad aquella parte que se refiere a la lucha externa. Según su
opinión, existirían gran cantidad de referencias en los escritos islámicos a la
interpretación de la yihad en su vertiente ofensiva, por lo que sería incorrecto no
contemplarlo como tal.
De La Corte (2014) afirma:
El recurso a dicho concepto [yihad] para legitimar campañas violentas ha sido
reiterado a lo largo de toda la historia del islam, desde las primeras conquistas
realizadas por Mahoma, siguiendo con las que posibilitaron la expansión islámica
durante los siglos VII y VIII y terminando con las oleadas de terrorismo islamista
desatadas en la segunda mitad del siglo xx, aún no concluidas. (p.45)
27
A modo de conclusión, cabe recordar que los yihadistas solo deben recurrir a un
concepto presente en su ideología −el takfir− para justificar el poder matar a
musulmanes. Al acusar a otro musulmán de apóstata y excomulgarle, ya no
gozaría de tal condición y pasaría a otra bien distinta: la de infiel, y
consecuentemente, enemigo del islam, al haber mancillado y atacado sus
valores. Así, ya podemos aplicar sobre este la yihad en su vertiente menor y
defensiva sin, en teoría, incumplir la sharia ni darle un uso inapropiado ni alejado
al contemplado en el Corán.
2.2.2. Características ideológicas y objetivos.
Al habernos referido en reiteradas ocasiones a lo largo del texto a los aspectos
ideológicos concretos que se irían desarrollando a lo largo del tiempo relativos a
lo que finalmente terminaría por desembocar en la ideología yihadista, en este
punto, me limitaré a mencionar aquellos aspectos clave que englobarían y
resumirían las características principales y objetivos últimos del ideario yihadí.
Tras examinar el largo recorrido histórico del ideario rigorista en el que se basa
el yihadismo, podemos afirmar que este proviene de la visión o interpretación
salafista del islam en su vertiente política, la cual se radicalizó en poco tiempo
hasta ir germinando y eclosionando dentro de ella el yihadismo (lo que hoy
conocemos como pensamiento salafí-yihadí o wahabí-yihadí).
Según Montoto (2015), cuando hablamos de yihadismo −a grandes rasgos−
hablamos también de:
- Nacionalismo religioso totalitario y violento.
- Ideología excluyente, ya que disuelve toda identidad personal en el grupo
de los “puros”.
- Movimiento antimodernidad y antidemocrático.
- Carácter claramente marcado por la misoginia, homofobia y judeofóbia.
- Ruptura con la tradición islámica. Le da un uso inadecuado a la yihad: la
emplea para agredir y no para defenderse.
28
Por objetivos, según Jordán y Boix (2004) citado en Jordán (2004) tendría los
siguientes:
- La sustitución de los actuales gobiernos musulmanes, a los cuales acusa
de apóstatas e impíos, por futuras teocracias basadas en su ideario salafí-
yihadí en los que impere la sharia.
- La derrota de todos aquellos enemigos del islam que agreden a su pueblo
en territorios tan variados como Afganistán, Israel, Palestina, Líbano, Irak,
Bosnia, Índia, Filipinas, Chechenia y otros países del Cáucaso.
- Recuperar aquellos territorios que en algún momento de la historia fueron
dominados por el mundo islámico: Palestina, Israel, Los Balcanes, sur de
Italia, Grecia, Islas del Mediterraneo, y por supuesto, España y Portugal
(todos ellos territorios conocidos por ellos mismos como Dar-al-Islam).
- Unificar a todos los musulmanes bajo una misma comunidad político
religiosa (Califato).
- Imponer la sharia en países extranjeros en los que residan comunidades
musulmanas establecidas en países que nunca fueron islámicos (Dar-al-
Harb).
- Con éstas dos últimas voluntades, conseguir expandir el islam en todos
los confines de la Tierra instaurando un califato universal.
29
3. DEL YIHADISMO AL DAESH
Las primeras manifestaciones terroristas −ya sea en cualquiera de sus formas−
llevadas a cabo por grupos u organizaciones de ideología yihadí son sin duda
anteriores a la aparición y creación de Al Qaeda. Se dirigían y limitaban −en su
mayoría− a la desestabilización de regiones o zonas concretas en las que estaba
latente un conflicto local, ya fuere por motivos soberanistas o por simple
descontento hacia la gestión llevada a cabo por administraciones o gobiernos.
Aun así, eso no significa que no pudieran darse casos en los que su alcance
operativo fuera mayor y pudieran actuar en cualquier parte del mundo (aunque
la repercusión y daño material o humano de las acciones fuera muy limitado). En
España, por ejemplo, antes del 11-M ya se habían dado más de una veintena de
atentados de diversa magnitud: desde ataques con bomba hasta asesinatos,
pasando por intentos de secuestro y atentados en delegaciones diplomáticas
(Blanco & Gil, 2013).
Fue la guerra de Afganistán, y el llamamiento que se produjo a nivel internacional
para que muyahidines de todo el mundo se unieran a la causa yihadista en su
lucha contra los soviéticos, la que marcó claramente un antes y un después en
lo que a expansión y globalización del yihadismo se refiere (Ballesteros, 2015).
3.1. Al Qaeda y el terrorismo yihadista global
La organización terrorista Al Qaeda es considerada por muchos como la madre
del terrorismo yihadista a nivel global. Fue la creadora de la cuarta oleada
histórica y mundial del terrorismo: la de origen religioso. Anteriormente hubo
otras y de diversa naturaleza. La primera fue la anarquista, que atemorizó al
mundo con sus incesantes atentados a finales del siglo XIX. La segunda, tras la
finalización de la 1ª Guerra Mundial, surgió en diversos territorios colonizados
por potencias europeas u occidentales el sentimiento nacionalista y la voluntad
de conseguir la independencia a través de la fuerza si era necesario. En la
década de los 20’, surgieron grupos terroristas en casi todos los dominios
imperiales. El objetivo y sentimiento de liberación nacional no arraigó del todo
30
hasta finalizada la 2ª Guerra Mundial, y se extendería también en la Unión
Soviética. La tercera oleada, se produciría entre 1960 y 1980, y su
desencadenante sería el auge de los sentimientos separatistas nacionales−entre
otros−. Las brigadas rojas italianas, el ejército rojo alemán, E.T.A., el I.R.A o las
guerrillas urbanas en lugares como Uruguay y Brasil, serían algunas de las
formas que adquiriría este terrorismo (Sánchez, 2016).
La cuarta oleada pues, estaría representada por al Qaeda −su percusor−. Su
actividad se subdividiría también en oleadas o etapas: una primera contra los
soviéticos, en Afganistán; la segunda contra los regímenes árabes, que
consideran apóstatas; y la tercera ideada por Setmarian a nivel global (enemigo
lejano). Tener este esquema claro será necesario para entender la expansión
del terrorismo yihadista a nivel mundial (Cerveró, 2012).
Entenderemos mejor dicha evolución de la actividad terrorista de al Qaeda si
retrocedemos hasta Afganistán en los años 80’, en plena guerra contra los
soviéticos. Se produjo desde ese país un llamamiento a nivel mundial de
muyahidines para que lucharan juntos con un mismo fin: derrotar el avance
soviético, y como no, del comunismo al que tanto odiaban. Allí gozaron de una
instrucción brillante proporcionada por países como Estados Unidos y Arabia
Saudí −con su respectivo apoyo financiero−, y en poco tiempo se convirtieron en
una fuerza de combate feroz. Combatieron juntos multitud de muyahidines
provenientes de diversos países, y crearon entre ellos unos vínculos muy fuertes
(Lorenzo-Penalva, 2013).
Al Qaeda fue mutando con los años. Al principio, su estructura era jerárquica.
Dicho sistema les resultaba útil y eficaz al encontrarse toda la organización
ubicada en un mismo territorio. Combatían a los soviéticos (enemigo cercano) y
no precisaban de mayor complejidad logística ni operativa de la que ya contaban.
Contaban con el apoyo de potencias como Estados Unidos, y por ello, la
visibilidad que supone una estructura totalmente jerarquizada y dependiente
entre estamentos no era un problema. Pero la cosa cambiaría con el tiempo…
Tras los atentados del 11-S y la entrada en Afganistán de los americanos,
pasaron a la clandestinidad y ya no valía la jerarquía. Crearon un sistema en red
(y de células independientes) muy flexible y capaz de adaptarse con facilidad al
medio dado que no dependían de un centro de mando y contaban con libertad
31
operativa. Esto fue posible a que sus miembros habían compartido campos de
entrenamiento y combate puro, y eso favoreció la creación del modelo (Lorenzo-
Penalva, 2013).
La lucha contra el terrorismo no cesaba, y la red de financiación de la
organización cada vez se iba viendo más comprometida. Se crearon
instituciones gubernamentales para combatir el terrorismo y su financiación. En
poco tiempo, se desmantelaron multitud de células y se consiguió ir cerrando el
“grifo” financiero de la organización. La estructura, a tenor de lo ocurrido, mutaría
una vez más, y esta vez en células creadas al-hoc para cada operación. Con
ello, ganarían en factor sorpresa, flexibilidad, y sería un método basado en la
confianza y la independencia decisoria. La infiltración, resultaría arduamente
complicada (Lorenzo-Penalva, 2013).
Pero se produciría un hecho muy relevante dentro de la propia organización que
le marcaría un nuevo rumbo. Bin Laden, inicialmente, se había centrado en
combatir a los enemigos del islam en su territorio (enemigo próximo), como su
mentor Abdullah Azzam. Con el tiempo, consideró la necesidad de combatir a
todo enemigo del islam en su idea de construir el califato universal, y por ello, no
podía limitarse a combatir a los enemigos del islam en tierras del islam. En esa
misma línea se encontraba también el jefe operativo de la organización de aquél
entonces Ayman Al Zawahiri, más partidario de exportar la yihad violenta hasta
la puerta de casa del enemigo si era necesario. Tras esa discrepancia, Azzam
murió en extrañas circunstancias poco después, al ser alcanzado por metralla
tras un atentado del que, a día de hoy, sigue sin conocerse su autoría (Blanco &
Gil, 2013).
Es a partir de este punto en el que aparecería en escena el sirio nacionalizado
español Mustapha Setmarian. Marcaría un antes y un después en la estrategia
organizativa de la organización, apostando claramente por una yihad a nivel
global y perpetrada por todo muyahidín que estuviera radicalizado. Nada de
células ni entramados organizativos complejos. La yihad individual sería el medio
para conseguir la instauración del califato, exportando el miedo a cada uno de
los rincones del planeta. El terrorismo individual contra el enemigo lejano se
convertiría en la nueva forma de terrorismo imperante y el medio de consecución
de los objetivos de la organización (Ventura, 2014).
32
3.2. El DAESH
Se conoce como “Estado Islámico”, ISIS, DAESH o DAISH a la organización
terrorista de corte yihadista encabezada por el iraquí Rashid al-Baghdadi,
−sucesor en el puesto de Abu Musaf al Zarkawi tras su muerte−, que pretende
instaurar a nivel mundial un califato regido por la sharia. Para conseguir dicho
propósito, el 29 de junio de 2014 proclamó el califato, el cual, inicialmente,
comprendía y sigue comprendiendo los territorios de Siria e Irak, siendo los
objetivos a corto plazo expandirlo a toda la región de Al-Shams17 (Estarellas,
2012).
Sin duda alguna, nos encontramos ante la única organización terrorista yihadí
capaz hasta el momento de haber cumplido −aunque en parte− el máximo
objetivo que venía anhelando el salafismo más radical desde la recuperación del
sueño califal en tiempos de Rida. También, se suele decir, que el DAESH ha sido
capaz de ejecutar los objetivos que se propuso en su día Al Qaeda y que nunca
consiguió hacerlos realidad por falta de estructura, apoyos y medios logísticos.
Por el camino, la organización −encabezada por Al Baghdadi− ha ido dejando
atrás ríos de sangre, practicando el yihadismo más extremo, y sin tener piedad
alguna frente a aquellos que no se sometieran al yugo de la intolerancia y el
sometimiento puro.
3.2.1. Origen y formación
Debemos remontarnos hasta el Afganistán de 2001 para comprender el origen
de la organización. Los americanos invaden el país tras los atentados de las
torres gemelas de aquél mismo año: aquellos a los que había adiestrado y
armado se habían alzado contra ellos. A raíz de la invasión, se produce una
diáspora de gran parte de los yihadistas asentados en el país. Algunos se
marcharon a los montes Tora Bora (frontera con Pakistán), otros a Pakistán, y
17 Se refiere al territorio o región que antiguamente comprendía los actuales Síria, parte de Irak, Jordania, Líbano, Israel y Palestina (Estarellas, 2012).
33
particularmente Al Zarkqawi, pone rumbo a Irak. Una vez allí, le acoge un grupo
llamado “Ansar al Islam” (los partidarios del Islam) en la provincia kurda de
Sulaimaniya. Decide traer con él a compañeros suyos de Afganistán, todos
miembros de la organización con los que fundaría en Jordania desde Afganistán
“Jamaat Al Tauhid Al Yihad” (Organización para el Recto Camino, la Unicidad de
Alá y la Yihad) (Ballesteros, 2015; Jordán, 2015).
En abril de 2003, Estados Unidos invade Irak. La organización creada por Al
Zarkawi (formada por combatientes muy bien adiestrados y con una alta
experiencia en combate), opone resistencia y lucha contra las fuerzas
americanas. A éstos, les facilitó las cosas la decisión que tomaron los
americanos de disolver ejército y policía iraquíes (encabezada por el embajador
Paul Bremer y autorizado por el secretario de defensa americano Donald
Rumsfeld), y sería el origen de toda la insurgencia y del problema que aún a día
de hoy seguimos arrastrando. Los americanos pusieron unos requisitos
demasiado específicos y excluyentes a la hora de seleccionar personal para el
nuevo ejército de Irak. Era prácticamente imposible alistarse en el nuevo ejército
y, por ello, a finales del primer año, solo contaban con cerca de 2.000 hombres.
Miles de ex soldados, al encontrarse sin trabajo, se alistan al grupo de Al
Zarkawi. No compartían ni por asomo ideología (ni política ni religiosa, ya que
los del partido Baaz son cuasi laicos), pero se cumplió lo que se suele decir
coloquialmente: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. La alta experiencia de
los ex miembros del ejército iraquí fortaleció muchísimo al grupo Al Zarkawi
(Ballesteros, 2015).
En poco tiempo ganaron mucho terreno y fama, y es por ello que, a finales de
2004, pasaron a formar parte de Al Qaeda tras jurar lealtad a Osama Bin Laden
(líder por aquel entonces de la organización). Pasan a llamarse “Al Qaeda en
Irak” o “Al Qaeda en la tierra de los dos ríos”. La rebautizada organización de Al
Zarkawi, empezó controlando pueblos pequeños sunnitas al norte del país −de
donde eran muchos soldados−, dándoles protección frente a los chiítas. El 7 de
junio de 2006, las fuerzas especiales americanas abaten a Abu Musab Al
Zarkawi, al Este de la localidad iraquí de Hibhib. Éste sería sustituido por otro
miembro de la organización, llamado Abu Ayyub Al Masri (el egipcio). Con ello,
el 15 de octubre de 2006, el grupo terrorista “Al Qaeda en Irak”, junto a otros
34
pequeños grupos yihadistas de la zona, crean el “Estado Islámico de Irak” (ISI),
y se nombraría a su nuevo líder: Abu Bakr Al Baghdadí (Jordán, 2015).
A partir de ese momento, el gobierno americano reacciona y manda a Irak de
nuevo al Comandante General Petraeus (Fuerza Multinacional de 2007),
cambiando de estrategia. Ya no se combatiría más a todo el mundo, sino que se
centrarían en separar a los ex miembros del ejército de Sadam Husein de los
grupos yihadistas. Lo llevaría a cabo creando una milicia fuertemente armada,
bien pagada, y con el respaldo del gobierno chiita de Maliki. A cambio, deberían
dejar de matar a soldados americanos, luchar contra los yihadistas, y evitar que
se siga implantando la sharia. Éstos aceptan el acuerdo, y al gobierno chiita de
Irak (bajo presión americana) no le queda otra que crear un gobierno de
concentración nacional, con representación en el gobierno de minorías como las
sunnitas y kurdas. Los americanos entregan entonces el mando a las
autoridades iraquíes (Ballesteros, 2015).
En 2011, el gobierno de Irak −bajo presión de Irán−, decide no seguir apoyando
las decisiones que le “impone” Estados Unidos. Forzó la ruptura de relaciones
−y con ello−, la firma del siguiente tratado. El gobierno iraquí notifica a los
americanos que, a partir de ese momento −si siguen en el país−, los soldados
americanos deberán responder en caso de cometer algún delito, bajo las leyes
iraquíes. Estados Unidos, rechaza rotundamente la imposición. Ningún ejército
occidental aceptaría algo así. A partir de ese momento, Maliki vuelve a tomar
viejas medidas, y comete el grave error de disolver a la milicia creada para
combatir a los yihadistas, pensando que la situación ya era buena y que no
precisaban de su servicio. Tras la decisión y ejecución de la misma, los militares
sunnitas se pasan de nuevo a engordar las filas del “Estado Islámico de Irak”,
pero esta vez habiendo aprendido la lección. El gobierno iraquí contaba en aquel
entonces con un ejército cercano a los 200.000 hombres muy bien armado y con
material americano. Por esa razón, deciden irse a la vecina Siria (país sumido
en plena guerra y siendo éste un claro ejemplo de estado fallido) (Ballesteros,
2015).
Una vez en Siria, allí se encuentran con el llamado “Frente Al Nusra” −grupo
terrorista fiel a Al Qaeda Central−, cuyo líder es Mohamed Al Golani. La intención
del máximo dirigente de “Estado Islámico de Irak” −Abu Bakr Al Baghdadi− sería
35
la de ser él el que dirigiera las operaciones en Siria, y ese hecho provocó desde
un principio discrepancias muy importantes entre Abu Bakr “Al Bagdadí” y
Mohamed Al Golani. Por aquel entonces −abril de 2013−, el “Estado Islámico de
Irak” pasó a llamarse “Estado Islámico de Irak y Levante” (ISIL), asumiendo con
ello que eran los legítimos “dueños” del control también de Siria. Eso les lleva,
entre otras, a enfrentarse militarmente por el control de Raqqa, hasta tal punto
que tiene que intervenir mediante un comunicado Ayman Al Zawahiri en febrero
de 2014 (líder de Al Qaeda Central). Se dirigiéndose a Al Bagdadí dejándole
claro que le expulsa de la organización por sus actos cometidos y por haber
hecho caso omiso a las advertencias realizadas sobre él hasta la fecha
(Ballesteros, 2015).
Al ser expulsado, Al Bagdadí nombra al ISIL como “Estado Islámico” y se marcha
a Irak de nuevo, concretamente a Mosul (Irak). Ataca la ciudad apenas con cinco
mil hombres y a través de varios camiones cargados con explosivos contra
puestos defensivos y de control, provocando un caos generalizado en la ciudad
y consiguiendo hacerse con su control con cierta facilidad. Las tropas iraquíes
se rindieron o marcharon mayoritariamente, dado que ni siquiera contaban con
sus Generales (ya que habían abandonado la ciudad dos días antes al ver la que
se avecinaba), y por su negativa a morir luchando por el control de una ciudad
mayoritaria e históricamente sunnita. El 29 de junio de 2014, se proclama el
Califato del “Estado Islámico” (Ballesteros, 2015; Jordán, 2015).
3.2.2. Objetivo: Califato universal
Entendemos por Califato como aquella forma de gobierno o sistema político-
religioso liderada por un califa, siendo éste, el líder de toda la comunidad
musulmana o umma, y en la cual imperaría el respeto, aceptación y cumplimiento
de la sharia. Históricamente, si hablamos de califato nos referimos a aquella
continuación que tuvo lugar del sistema de gobierno que instauró el profeta, y
que, tras la muerte de éste, lo los siguientes califas (los cuatro conocidos como
“ortodoxos”) perpetuarían durante sus respectivos califatos (Ansary, 2011).
36
El DAESH lo proclamó el 2014, pero aún queda un largo camino por recorrer. El
objetivo final de la organización, como terroristas con ideología yihadista que
son, es el de instaurar un califato de carácter universal en el que impere sobre
toda la humanidad (ésta entendida como de confesión musulmana gracias al
éxito y al avance implacable del islam sobre todos los enemigos de éste) la ley
islámica o sharia. Como sabemos, esa sería su meta, la culminación perfecta
de su obra. Pero durante el largo camino que deberán recorrer, tendrán que ir
cumpliendo o intentando alcanzar cada uno de los objetivos citados en apartados
anteriores propios de la ideología yihadí. Solo con la consecución de todos y
cada uno de ellos, alcanzarían su meta final: el “Califato Universal”.
Como vemos, el DAESH está claramente marcado por el carácter milenarista de
su ideología, y sin conocer éste, no lograremos comprender el significado que
adquiere en su entorno la instauración de un califato y la consecución de su
posterior carácter universal. Al frente del nuevo califato −el octavo de un total de
doce que según el Corán habrá en la historia− estaría Abu Bakr Al Baghdadi
(autodenominado como califa Ibrahim). Éste, a su vez, tomaría el nombre de
guerra de Abū Bakr Al-Siddīq −como acto cargado de simbología−, ya que, dicho
nombre, hace referencia al suegro de Mahoma, el cual le sucedería y sería el
primero de los califas conocidos como “ortodoxos” o Califato de Rashidún.
Según el Corán, el duodécimo califa se tendrá que enfrentar en una colosal
batalla contra el ejército de roma en las llanuras de Dabiq (de aquí el nombre de
la revista en su versión en inglés). Los musulmanes vencerán en ésta, y
posteriormente se expandirían. Al poco tiempo, surgiría una especia de anti-
mesías que les atacará desde Asia Central, matando a numerosos hombres. Un
total de cinco mil, quedarían acorralados, y tras el regreso y ayuda del profeta
Jesús, lograrían vencer al “monstruo”. Quizás por eso mismo, quieran
enfrentarse a los enemigos del islam (entendidos como las potencias
occidentales encarnadas, por ejemplo, en países como Estados Unidos) en su
propio territorio, y desde éste ir avanzando por tierra (Jordán, 2015).
Otro motivo al cual hace referencia el DAESH es que, tras la muerte del profeta,
debía establecerse un califato acorde a su mensaje. Tras éste, le sucedería uno
marcado por la tiranía y desviación del camino correcto. Una vez más, y tras
finalizar el anterior, se iniciaría de nuevo el ciclo con un califato fiel a Mahoma y
37
al islam. Para el DAESH, los gobiernos árabes encarnan el periodo de tiranía al
que se referían, y es por ello que debían instaurar el califato, el caracterizado por
seguir el camino recto (Weiss & Hassan, 2015).
Pero, ¿qué territorios debería comprender el califato inicialmente y a qué es
debido? En su primera fase, el califato se instaura en la región histórica conocida
como “Al Shams”18. Ésta comprendería los territorios actuales de Siria, parte de
Irak, Jordania, Israel, Líbano y Palestina. Esta región fue la cuna de los grandes
califatos islámicos (Weiss & Hassan, 2015). En su segunda fase, y como
distribuyeron los propios yihadistas a través de redes sociales como Twitter o
Facebook, el califato debería de expandirse a territorios entendidos como Dar-
al-Islam (aquellos que alguna vez estuvieron bajo el dominio y control
musulmán).
Fuente: www.minutodigital.com
Resultaría incompleta, dado que, en diversos comunicados, ellos mismos han
reconocido su gran interés en derrocar la sede central de la cristiandad: Roma
La tercera fase, nos llevaría hasta la expansión total a nivel mundial del califato
(la conquista de Dar-al-Harb). Sueño cumplido (Jordán, 2015).
18 Estarellas J.C (2015)
38
3.2.3. Organización territorial y estructura operativa
Gestionar el califato del DAESH no es tarea sencilla, y se debe de contar con
una enorme red organizativa y capital humano que permita una real y total
instauración a través de un correcto funcionamiento de cada uno de los servicios
que piensen prestar en ese territorio concreto.
Se debe de empezar primero por dividir el territorio, dado que, de esa forma, es
mucho más sencillo gestionarlo. Se ha llevado a cabo la creación de las
conocidas “Wilayat” o “Uilayas”. Éstas no son otra cosa que lo equivalente a las
provincias o regiones administrativas que conocemos nosotros. En ellas, se ha
urdido una red administrativa desde la cual poder llevar a cabo una efectiva
gestión de los recursos de las gobernaciones locales, dado que éstas se
encuentran en el interior de las Uilayas. Cada una de ellas −la Uilayas− también
cuenta con su propio ejército provincial (Estarellas, 2015).
Según Estarellas (2015) −experto en radicalismo islamista−, a fecha de enero de
2015, las Uilayas instauradas o establecidas en Irak son las siguientes:
- Diyala ىديال والية - Kirkuk كركوك والية
- Salahuddin الدين صالح والية - Al Anbar األنبار والية
- Ninawa نينوى والية - Al Jazeera الجزيرة والية
- Baghdad بغداد شمال والية - Shamal Baghdad غدا ب شمال ة والي
- Al Fallujah الفلوجة والية - Al Furat الفرات والية
- Al Janub
Toda la información expuesta en el presente apartado es a fecha de enero de 2015. Es
arduamente complicado conseguir información actualizada relativa a los líderes operativos o
miembros de cada uno de los consejos de la organización. Las milicias y ejércitos que combaten
al DAESH en la zona, especulan constantemente acerca del alcance y muerte de numerosos
líderes de la organización, pero pocos son los datos que finalmente llegan a confirmarse de forma
oficial.
39
Por otro lado, las de Siria serían:
- Al Barakah البركة والية - Halab حلب والية
- Al Kheir زور ال ر دي - Al Raqqah الرقة والية
- Al Badiya البادية والية - Idlib إدلب والية
- Hama حماة والية - Homs حمص والية
- Dimashq دمشق والية
Fuente: www.reddit.com
Los máximos representantes de las uilayas serán los gobernadores (walis),
designados directamente por el califa. El califa cuenta con doce gobernadores
en Irak y otros tantos en Siria. Los primeros se regirían por las órdenes del
lugarteniente del califa −Abu Muslim al Turkmani−, y los sirios por Abu Ali al
Anbari. A su vez, ambos contarían con los ocho consejos que funcionan a modo
de departamentos o ministerios, englobados dentro del consejo de la shura, y
que, según el Counter Extremist Project (2015), serían los siguientes:
- Consejo militar: responsable de las operaciones militares de la organización.
- Consejo financiero: supervisa todo lo relativo a gatos e ingresos de la
organización.
- Consejo de seguridad: responsable del control y vigilancia del territorio.
40
- Consejo de inteligencia: unidad que lleva a cabo recolección de información
relativa a posición del enemigo, retransmisiones, etc.
- Consejo asistencia combatientes: responsable de proporcionar la ayuda y la
vivienda a los combatientes extranjeros que llegan a territorio, incluido
traslados.
- Consejo de medios: desarrollo de la estrategia publicitaria, creación de
campañas a través de las redes sociales y difusión de videos y comunicados
en medios de comunicación.
- Consejo legal: responsable de decidir a quién se ejecuta y de temas
relacionados con la gestión de los nuevos reclutas. También se ocupa de los
conflictos familiares y transgresiones religiosas.
- Consejo de liderazgo: responsable de las leyes y políticas de la organización.
Las decisiones del consejo son aprobadas por al-Baghdadi. El consejo
también tiene la autoridad para deponer al califa si se aleja de la ideología de
la organización.
Luego, estaría el llamado consejo de la sharia, el cabecilla del cual sería el propio
Abu Bakr al Baghdadi. Cuenta con el respaldo de seis miembros −sin identificar
hasta el momento−, los cuales velarían por el cumplimiento de la sharia dentro
del seno de la organización, y también, de vigilar que los encargados en cada
territorio la hagan cumplir. Dependientes del consejo de la sharia encontraríamos
a la policía religiosa Hisba. Por el contrario, si se conocen los nombres o
identidades de los consejeros religiosos que prestan apoyo al consejo de la
sharia. Son los siguientes: Omar al Qahtan, Turki al Benali y Osmar al Nazeh.
Por último, el califa contaría también con un gabinete de consejeros propio,
formado por seis hombres de plena confianza, como son: Abu Abd al Kadr, Abu
Lousy, Abu Mohamed, Abu Hajar al Assafi, Abu Salah y Abu Kassem (Estarellas,
2015).
41
3.2.4. Financiación
Según el artículo The World's 10 Richest Terrorist Organizations (2014) de la
revista Forbes en su versión israelí, el DEASH sería la organización terrorista
más rica del mundo, y presumiblemente de la historia. Dispondría de unos dos
mil millones de dólares al año.
Para sustentar y seguir desarrollando las infraestructuras internas de la
organización, y del propio califato, “Daula al Islamí” precisa de una fuerte fuente
de ingresos. Según De Caixal (2015), a día de hoy el DAESH contaría con
diversas fuentes de ingresos, pero las principales y las que mayor beneficio
reportan a la organización son las siguientes:
- Donaciones: se realizan donaciones provenientes de todo el mundo a través
del sistema Hawala. Representarían alrededor del 5% del total. La flexibilidad
de dicho sistema de donación, su seguridad y la poca documentación
requerida para hacerla, le convierte en un sistema de envío de fondos ideal.
- Venta de crudo y gas en el mercado negro: actualmente controlan un total de
siete pozos petrolíferos en Irak y seis en Siria (de los die totales del país
árabe). Se estima que recaudan alrededor de un millón de dólares al día con
la venta clandestina de crudo y gas (a 25-30 dólares el barril), frente a los tres
y medio que sacaban antes de la guerra en Siria a 18 dólares el barril. Turquía
y el gobierno de al-Ásad sería uno de los compradores habituales del crudo
de la organización. El primero también le daría salida por un puerto de tercera
hacia países comunitarios sin especificar su origen.
- Confiscaciones, botines de guerra y venta de obras de arte: casos como el
botín que obtuvo tras la toma de Mosul y en el que se hizo con 330 millones
de dólares en oro del principal banco de la ciudad y también con cerca de 400
M.$ en papel moneda. Con lo que respecta a obras de arte, tras la toma de
Palmira, solamente se quedaron con las obras de mayor valor y que podían
transportar. El resto, las volaron por los aires. Las ventas de éstas en el
mercado negro podrían alcanzar miles de millones de dólares.
42
- Tráfico de drogas: dispone del monopolio de Captagón. Se trata de una droga
de diseño de nuevo cuño a base de un derivado de la metanfetamina. La
distribuye por todo el Golfo Pérsico. También recibe grandes cantidades de
dinero gracias al tráfico de heroína. La droga, indirectamente, le reporta
cuantiosas ganancias dado que organizaciones criminales de Sudamérica
pasan sus alijos por el Sahel y pagan impuestos a DAESH para poder pasar
por sus zonas.
- Financiación directa por parte de países del golfo u occidentales: Países como
Turquía, Arabia Saudí o Qatar −entre otros−, han sido directamente acusados
por parte de Estados Unidos, Rusia e Israel de financiar claramente a la
organización. Se desconoce el alcance real de la misma.
- Extorsión e impuestos: la mayor parte del dinero que consigue para
financiarse es el cobro de impuestos en las zonas que están bajo su control.
Impuestos de todo tipo: Zakat19, Jizya…20 Sistema tributario propio: IVA
islámico sobre la compra de bienes, impuesto sobre cosechas…Tasa sobre
reintegro de dinero, impuesto del 5% a nóminas del sector privado y del 50%
a funcionarios aún pagados por Iraq, peajes a vehículos, tasa del 20% sobre
los pillajes arqueológicos…
- Rescates: se estima que, en 2014, la organización terrorista obtuvo unas
ganancias a través del cobro de rescates de 20 millones de dólares. Los
secuestros, sobretodo en el Sahel, y especialmente en Mali, es una de las
fuentes de ingresos más rentables para DAESH.
- Venta algodón (entre otros): cuenta con tres cuartas partes de la producción
total de algodón en Siria. Turquía, una de las grandes manufactureras del
sector en el mundo, obtiene en torno a un 10% de su materia prima en el
mercado sirio. De las 100.000 toneladas que se estima que produce la
organización al año, solo se conoce el destino de 3.000 toneladas exportadas.
19 Zakat: es uno de los pilares del islam. Consiste en el pago de un impuesto anual. El valor de éste dependerá de la riqueza de cada musulmán (Morales, 2009). 20 Jizya: impuesto en los estados musulmanes que deben de pagar aquellos que no son musulmanes (Morales, 2009).
43
CONCLUSIONES
Como hemos podido comprobar, el fenómeno yihadista no es cosa de las últimas
dos o tres décadas. Basa su ideología en preceptos tan antiguos como lo es el
propio islam. Desde el siglo IX, se vendría engendrando aquél ideario que
terminaría, en el presente, por causar el terror allí donde se terminara
manifestando.
Desde la fundación con carácter oficial y legítimo de la escuela jurídica islámica
hanbalí, existe en el islam una forma de interpretar la religión musulmana que
coexistiría y conviviría desde entonces con el islam más tradicional y pacífico.
Con el paso del tiempo, y a raíz de factores varios como el contexto histórico y
situación vivida de alguno de sus seguidores y pensadores más destacados, el
mensaje de dicha escuela fue −consecuentemente− radicalizándose. Se pervirtió
a placer (y cada vez de una forma más notoria) la interpretación de la ley divina
(el Corán).
El fenómeno del fundamentalismo, que surgiría en el islam a raíz de la aparición
de la corriente salafista a finales del siglo XIX, causó el hecho de que aquella
ideología que venía radicalizándose con el paso de los siglos, tomara la fuerza
necesaria como para marcar un nuevo rumbo en su destino próximo. El salafismo
político sería éste, encarnado en la asociación “Hermanos Musulmanes”.
Said Qutb, con una ideología salafista extrema (salafismo yihadí), se convertiría
en la mecha incendiaria que activaría los mecanismos necesarios para que el
yihadismo lograra comenzar a tomar forma.
Bil Laden y su organización terrorista de corte yihadista Al Qaeda, a través de su
proyecto, hicieron llegar al mundo entero el mensaje del yihadismo. Éste, dejaba
de ser un desconocido para occidente, para tornarse la máxima expresión del
terror para aquellos que padecían directa o indirectamente las consecuencias de
sus atentados.
No sería hasta la aparición del DAESH, que el sueño yihadista comenzaría a
hacerse realidad, llevando a cabo el proyecto inicial −pero frustrado− de Al
Qaeda, al instaurar o proclamar el califato en Irak y Siria.
44
REFERENCIAS
Ansary, T. (2011) Un destino desbaratado (1ª ed.). Barcelona: RBA
Armstrong, K. (2004) Los orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, el
cristianismo y el islam (1ª ed.). Barcelona: Tusquets Editores
Awsani, A. (2012) ¡Antes de que nos cortéis las manos! Recuperado de:
http://www.oasiscenter.eu/es/art%C3%ADculos/libertad-religiosa/2012/12/04/
%C2%A1antes-de-que-nos-cort%C3%A9is-las-manos
Aznar (2014) Doctrina y acción política. Pugnas sobre el islam verdadero. El
salafismo. Documento en seguridad y defensa nº62 (pp. 17-40). Recuperado de:
http://www.defensa.gob.es/ceseden/Galerias/destacados/publicaciones/docSeg
yDef/ficheros/062_YIHADISMO_EN_EL_MUNDO_ACTUAL.pdf
Ballesteros, M.A. (2015) Conferencia: La situación en Oriente Medio, papel de
las Potencias Regionales. Círculo Ecuestre de Barcelona. Barcelona
Blanco, P. (2015) Los rostros del yihadismo: Estado, insurgencia y terrorismo.
Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2015/DIEEEO91-
2015_Rostros_Yihadismo_PabloCanete.pdf
Blanco, J. & Gil, C. (2013) El terrorismo global no ha fracasado. Instituto Español
de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO80-
2013_TerrorismoGlobalNOfracasado_JMBlanco.pdf
Cerveró, N. (2012) El Terrorismo Yihadista. (Trabajo Final, Insitituto Universitario
General Gutiérrez Mellado). Recuperado de: http://iugm.es/uploads
/tx_iugm/EL_TERRORISMO_YIHADISTA.pdf
Chahdi, L.E.O. (2003). Las divergencias entre las escuelas jurídicas
musulmanas en materia penal. Anaquel de estudios árabes, (14) (pp. 189-200).
Recuperado de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2306854&
orden=118409&info=link.
45
Cobo, I. (2015). El yihadismo en su contexto histórico. Cuadernos de estrategia,
(173) (pp. 37-70) Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?
codigo=5239362
Counter Extremist Project (2016) ISIS. Recuperado de: http://www.
counterextremism.com/sites/default/files/threat_pdf/ISIS-05202016.pdf
Crooke, A. (27 agosto 2014) You Can’t Understand ISIS If You Don’t Know the
History of Wahhabism in Saudi Arabia. The Huffington Post. Recuperado de:
http://www.huffingtonpost.com/alastair-crooke/isis-wahhabism-saudi-
arabia_b_5717157.html
De Caixal, D. (2015) Conferencia: Las amenazas del Estado Islámico, la guerra
secreta en Siria y la intervención militar rusa en el conflicto. II Congreso de
Terrorismo como Amenaza a la Seguridad Global. Universidad de Nebrija.
Escuela de Guerra del Ejército. Madrid
De La Corte, L. (2014) Yihadismo global: una visión panorámica. Documento en
seguridad y defensa nº62 (p.45). Instituto Español de Estudios
Estratégicos(IEEE). Recuperado de: http://www.defensa.gob.es/ceseden/
Galerias/destacados/publicaciones/docSegyDef/ficheros/062_YIHADISMO_EN
_EL_MUNDO_ACTUAL.pdf
Elvira, J.C. (22 agosto 2014) El salafismo, el wahabismo, la yihad y el califato
sunní. Diario de Mallorca. Recuperado de: http://www.diariodemallorca.es/blogs
/estrella-de-oriente-balear/el-salafismo-el-wahabismo-la-yihad-y-el-califato-
sunni.html
Esparza, J.J. (2015) Historia de la yihad: catorce siglos sangrientos en nombre
de Allah (1ª ed.). Madrid: La esfera de los libros.
Estarellas, J.C. (2012) Las corrientes religiosas proclives al empleo de la
violencia como actividad defensiva. El terrorismo yihadista (salafí-wahabí) como
amenaza a la seguridad de España y de la Unión Europea. [Apuntes
académicos] Máster Internacional en Operaciones contra el Terrorismo
Yihadista. Centro Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE). Sevilla
Estarellas, J.C (2015) Objetivos de las organizaciones y grupos radicales
islamistas en Europa. Evolución de la amenaza yihadí: ‘Daula Al Islamí’ [Apuntes
46
académicos]. Máster Internacional en Operaciones contra el Terrorismo
Yihadista. Centro Internacional para la Seguridad y la Defensa (CISDE). Sevilla
Forbes (2014) The World's 10 Richest Terrorist Organizations. Recuperado de:
http://www.forbes.com/sites/forbesinternational/2014/12/12/the-worlds-10-
richest-terrorist-organizations/#690f6ec72ffa
Gómez, L. (2009) Diccionario del islam e islamismo. (1ª ed.). Barcelona: Espasa
Libros.
González, M. (2015) Definiendo términos: fundamentalismo, salafismo, sufismo,
islamismo, wahabismo. Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE).
Recuperado de: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2015/
DIEEEO88-Antiislamismo_MGlezHdez.pdf
Hariche, S. (2013) La diferencia entre wahhābismo y salafismo. Recuperado de:
https://hispanotiyanis.files.wordpress.com/2013/08/la-diferencia-entre-
wahhc481bismo-y-salafismo.pdf
Jordán, J. (2004) Los orígenes del terror. Indagando en las causas del terrorismo
(1ª ed.). Madrid: Biblioteca Nueva
Jordán, J. (2015) El Daesh. Cuadernos de Estrategia (nº 173) (pp. 109-147).
Recuperado de: http://www.ugr.es/~jjordan/Daesh-Estado-Islamico.pdf
Laghman, S. (2012). Las escuelas jurídicas del sunismo. Revista internacional
de pensamiento político, (7) (pp.43-50). Recuperado en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4733399
Lorenzo-Penalva, J. (2013) Yihad, martirio y evolución del terrorismo islámico
global. Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO106-
2013_EvolucionTerrorismoIslamico_J.LorenzoPenalva.pdf
Martín, J. (2011) Los Hermanos Musulmanes (1ª ed.). Madrid: Catarata
Montoto, J. (2016) Conferencia: Análisis de la ideología yihadista. II Congreso de
Terrorismo como Amenaza a la Seguridad Global. Universidad de Nebrija.
Escuela de Guerra del Ejército. Madrid
Morales, J. (2001) El islam. (1ª ed.). Madrid: Ed. Rialp
47
Pipes, D. (1987) El islam, de ayer a hoy. (1ª ed.). Madrid: Espasa-Calpe
Quesada, J.M. (2008). Islam y derecho: las escuelas jurídicas en al-Ándalus.
Arbor: Ciencia, pensamiento y cultura, (731) (pp.433-442). Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2575335
Sánchez, E. (2016) ¿Nos encontramos ante la quinta oleada del terrorismo
internacional? Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2016/DIEEEA02-
2016_Oleada_Terrorismo_Internacional_ESRD.pdf
Stiglitz, J. (2003) El malestar en la globalización. (1ª ed.). Madrid: Taurus
Ventura, O. (2013) Takfir-wal-hijra, entre la doctrina radical y el terrorismo
yihadista. Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2013/DIEEEO03-
2013_Takfir_wal-Hijra_OPVentura.pdf
Vaquero, C.P. (2013) Las cuatro fuentes del derecho islámico (usul).
Recuperado de: http://archivodeinalbis.blogspot.com.es/2013/06/las-cuatro-
fuentes-del-derecho-islamico.html
Ventura, O. (2014) Mustapha Setmarian, el ideólogo de la Yihad Moderna.
Instituto Español de Estudios Estratégicos(IEEE). Recuperado de:
http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_marco/2014/DIEEEM05
2014_Mustafa_Setmarian_IdeologoYihadModerna_OPVentura.pdf
Webber, M.D.A. (2001) El fundamentalismo islámico en Europa en las últimas
décadas del siglo XX. Boletín de información (270). Recuperado
de:https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4602447.pdf+&cd=1&hl=es&ct=cl
nk&gl=es
Weber, M. D. A. (2013). Los Hermanos Musulmanes después de la “revolución
del 25 de enero: de los ideales del pasado a los desafíos políticos del presente.
Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). Recuperado de:
https://cover.vectorsf.net/index.php/ieee/article/view/16
Weiss, M. & Hassan, H (2015) ISIS: Inside the Army of Terror (1ª ed.). New York:
Simon & Schuster