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DEL GENERAL PÁEZ. 427 OAPíTULO XXXVII. APOYO LA OANDIDATURA DEL GENERAL MONÁGAS.-SALB ELBGIDO PRESIDENTE. - INDULTA Á LOS JrACOIOSOS.- OAUSA ORIMINAL CONTRA ANTONIO L. GUZMAN.- SENTENCIA y OONMUTAOION.- JrELIOITAOIONES Y OBSEQUIOS DE MIS OONOJUDAl)ANOS. 1847. Al aproximarse el término de la presidencia del general Soubiette, muchos ciudadanos respetables de la capital y de las provincias creyeron conveniente que yo ascendiese otra vez á la silla del gobierno. Intentaron persuadirme, y em- peñar quisieron su influjo en la República para lo que habría sido fácil. atendidos los últimos acontecimientos. N o incur- riré en la necia presuncion de dejar creer al lector que esta deferencia de mis compatriotas se fundaba en la alta idea que tuvieran de mis dotes gubernamentales 6 de que tuviera yo tacto especial para resolver las dificiles cuestiones de go- bierno: provenía si del conocimiento profundo que tenian de muchos hombres, llamados por sus servicios á· ejercer buen 6 mal influjo en los destinos de la República. Las graudes consi- deraciones que á mí se tributaban personalmente acallaban las quejas de algunos héroes de la Independencia, dispuestos á acusar de ingrato al pueblo si buscaba hombres nuevo8 para re- gir los destinos de la patria. Ademas, la buena suerte que yo había tenido en acabar con los facciosos, las amistosas re- laciones que mantenía con muchos jefes militares, propensos por hábito y carácter al alzamiento y rebelión, la espontänea cooperacion que siempre estuvieron dispuestos á darme 108 patriotas inteligentes en los diversos ramos de la admínistra- eion pública, hicieron que muchos creyeran necesario que fuese elevado por tercera vez á la Presidencia del Estado. ::Masyo que había visto alegar á los enemigos públicos el pretexto de mi mando é influencia para apoyar sus miras, quise dar el saludable ejemplo de destruir sospechas que Pli-

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DEL GENERAL PÁEZ. 427

OAPíTULO XXXVII.

APOYO LA OANDIDATURA DEL GENERAL MONÁGAS.-SALB ELBGIDO

PRESIDENTE. - INDULTA Á LOS JrACOIOSOS.- OAUSA ORIMINAL

CONTRA ANTONIO L. GUZMAN.- SENTENCIA y OONMUTAOION.-

JrELIOITAOIONES Y OBSEQUIOS DE MIS OONOJUDAl)ANOS.

1847.

Al aproximarse el término de la presidencia del generalSoubiette, muchos ciudadanos respetables de la capital y delas provincias creyeron conveniente que yo ascendiese otravez á la silla del gobierno. Intentaron persuadirme, y em-peñar quisieron su influjo en la República para lo que habríasido fácil. atendidos los últimos acontecimientos. N o incur-riré en la necia presuncion de dejar creer al lector que estadeferencia de mis compatriotas se fundaba en la alta ideaque tuvieran de mis dotes gubernamentales 6 de que tuvierayo tacto especial para resolver las dificiles cuestiones de go-bierno: provenía si del conocimiento profundo que tenian demuchos hombres, llamados por sus servicios á·ejercer buen 6mal influjo en los destinos de la República. Las graudes consi-deraciones que á mí se tributaban personalmente acallaban lasquejas de algunos héroes de la Independencia, dispuestos áacusar de ingrato al pueblo si buscaba hombres nuevo8 para re-gir los destinos de la patria. Ademas, la buena suerte queyo había tenido en acabar con los facciosos, las amistosas re-laciones que mantenía con muchos jefes militares, propensospor hábito y carácter al alzamiento y rebelión, la espontäneacooperacion que siempre estuvieron dispuestos á darme 108

patriotas inteligentes en los diversos ramos de la admínistra-eion pública, hicieron que muchos creyeran necesario quefuese elevado por tercera vez á la Presidencia del Estado.::Masyo que había visto alegar á los enemigos públicos elpretexto de mi mando é influencia para apoyar sus miras,quise dar el saludable ejemplo de destruir sospechas que Pli-

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dieran servir de achaque para nuevas tentativas de desörden,Manifesté mi intencion irrevocable en los dos documentosque copio á continuacion: una carta al Editor de la Revistade la Guaira, y otra al Sr. Rafael Acevedo, editor del "Ami-go del Pueblo."

En la primera dije:

MA.RACAY,14 de Setiembre de 1845.

Sr. Editor de LA REVISTA.

Muy señor mio :-La Revista número 6 del 5 de este mestrae un artículo que me concierne, y no he creido conve-niente dejarlo correr sin rectificarlo en lo que no es exacto.Declaro que es verdad que he manifestado á los amigos, queme han hablado sobre candidatura para la próxima Presi-dencia, que no la admito, porque sin que se entienda queniego mis servicios al país siempre que los necesite, sí estoydeterminado y decidido á no aceptar por tercera vez laPresidencia de Ia República i y por un sentimiento de amorá mi patria, deseo y he suplicado á mis amigos que no se mepresente como candidato para evitar de este modo una con-tienda eleccionaria inútil y sin objeto respecto de mí, é incon-ducente, y quizás perjudicial al mejor éxito de una elecciontan importante.

Pero no es cierto que yo haya dicho que la República de-be ensayar la elevación de un civil á la Presidencia, ni mecorrespondía decirlo. Yo considero al Presidente de Vene-zuela un magistrado esencialmente civil, cualquiera que seala profesion del ciudadano que obtenga esta magistratura, yes la N acion la que debe escogerlo, sin que á mí me sea li-cito inclinar su voluntad á la exclusion de ninguno de losdiferentes órdenes ó profesiones. Lo que me corresponde,á lo que estoy obligado como ciudadano, es á vivir sometidoá la Constitucion y á las leyes, y respetar los magistrados;y como militar, á obedecer y cumplir las órdenes del Presi-dente de la República, sea quien fuere la persona escogidapor la N acion para esta alta magistratura.

Mi pensamiento de ausentarme de la República temporal-

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mente no tiene relacion alguna con las próximas elecciones;deseo tiempo ha visitar á un amigo, á quien debo las masgenerosas muestras de amistad, y como yo mismo no sécuándo podré realizar este deseo, no he ocurrido aun al Po-der Ejecutivo por el permiso que necesitaré como generalen cuartel. N o es pues exacto que yo haya amonestado ámis amigos que me ausentaré del territorio si insistieren enPJesentarme como candidato i y confío bastante en su since-ra amistad para prometerme que hayan desistido decidida-mente de tal propósito en vista de mi negativa absoluta,Espero que U. se sirva publicar esta carta en la Revista queU. redacta, y créame de U. atento y seguro servidor

J. A. PAÉz.

A Acevedo escribí:

MARACAY,Enero 25 de 1846.Mi estimado amigo: Dos cartas de U. tengo á la vista,

la una del 3 y la otra del 19 del corriente, las cuales no ha-bia contestado por las muchas ocupaciones de que estoy ro-deado.

Me dice U. que muchas personas de la capital y de loscantones del Llano están resueltas á votar en mí para Presi-dente j y que aunque U. halla que ningun otro seria masconveniente, le ocurren dudas con relacion al éxito de laeleccion, y á sus consecuencias en el caso de que fuera favo-rable. Yo creia que despues de lo que dije al público en"La Revista," nadie absolutamente, ni amigos ni enemigosdudarían de mi sinceridad, y que los primeros fijarian desdeluego la vista en otro candidato. Pero veo que no ha suce-dido así, y lo siento en el alma, porque no quiero que obrenequivocadamente, y por el agravio que me irrogan confun-diéndome con el vulgo de los aspirantes al poder que fingenno aceptar lo que mas ansian por poseer. Mi resolueionestá tomada y de una manera tan irrevocable, que si pudierasuceder que fuera electo por el sufragio unánime de los co-legios electorales, no por eso aceptaria. Esta resolucion notiene su origen en el frio egoismo, porque no cabe tal senti-miento en un hombre que ha estado la mas grande parte de

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su vida activamente ocupado de los negocios públicos, y quepor su posicion social no puede ser indiferente á los malesde la República. Ni tampoco en el vil temor, pues quien nolo ha sentido en los tiempos mas críticos para la patria, mé-nos lo sentiria ahora que existen instituciones de Gobiernoy opinion pública favorable al órden. Lo tiene sí en el puroamor á la patria. La historia de los nuevos Estados de Amé-rica testifica que casi todas las revoluciones han provenidode que sus próceres se han perpetuado en el mando j y aun-que muchos de ellos lo han hecho legalmente, es decir, poreleccion popular, con todo han excitado con ello los celos yla envidia de los ambiciosos, ó la desconfianza de los buenospatricios que han sabido poner en juego todas las pasionesrevolucionarias á fin de desalojar á aquellos de sus altospuestos. Yo quiero precaver á Venezuela de semejantedesgracia, estableciendo el precedente de que una personano debe aspirar á la Presidencia ni consentir eil su reeleccionpor tercera vez.

Me manifiesta U. el deseo de que yo recomiende un can-didato, y aun sugiere la necesidad de qne trabaje abierta-mente por él, interesando al efecto la conveniencia del paísy la mia propia., En esta parte estoy en oposicion absoluta-mente con U., pues por el contrario, creo que por la conve-niencia del pais y la mía propia debo guardar en esta mate-ria la mayor reserva. Desde que empezó á hablarse deelecciones medité acerca de la línea de conducta que debiaobservar atendidas las circunstancias del pais, el estado delos partidos y mí posicion, y deliberé no recomendar ni es-cluir á ningun candidato, para que nadie pueda con verdadatribuirme el menor influjo en las elecciones. U. sabe quela llamada oposicion ha pretendido hacer creer que los actosdel Gobierno actual no son el resultado de sus propias ideasy convicciones, sino de mis indicaciones y recomendaciones,y que esta opinion no ha dejado de despopularizar al actualPresidente. Si me presentara yo ahora recomendando uncandidato, y este obtuviera los sufragios de la mayoría, sediria lo mismo entónces, y añadirian que yo continuaba vir-tualmente en el mando supremo, desacreditándose así las ías-

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tituciones. Esto en cuanto al país, en cuanto á mí, de ningu-na manera convengo en responder por hechos agenos: res-ponda cada uno de los suyos, sea para recoger lauros 6 parasufrir vituperios.

Epilogando lo que dije al Editor de " La Revista," y loque he dicho á U. Y á otros amigos en materia de eleccio-nes, manifestaré aquí: 10 que no aceptaré la presidencia j

20 que ni excluiré ni recomendaré ningun candidato j y80 que quienquiera que sea el presidente que se dé la Na-oion, amigo ó enemigo mio, encontrará en mí un ciudadanoy un militar sumiso á la ley, respetuoso al magistrado, y dis-puesto siempre á cumplir sus deberes para con la patria.

Deseo se conserve U. bueno y que me crea siempre suamigo que lo estima de véras.

JosÉ A. PÁEZ.

A varios amigos del general José Tadeo Monágas, que so-licitaron le prestase mi apoyo para candidato presidencial,contesté: "que me seria muy satisfactorio ver á aqueljefe sirviendo ä su patria á la cabeza del gobierno." Elgeneral Monágas, si bien en mas de una ocasion se habiamanifestado enemigo del partido que llamaban oligarca, erade esperarse que, al ocupar la presidencia del Estado, semostrará mas consecuente con su carácter personal. Losgrandes servicios prestados últimamente á la eausa del órdenle hacían acreedor á una recompensa que debia colmar suambicion, si la tenia, y reconciliarle para siempre con loshombres que lucharon con los mismos inconvenientes queél habría de encontrar. Por mi parte yo quise aprovecharla feliz ocasion de manifestarle deferencia, amortiguandouna ojeriza, cuya cansa nunca he podido averiguar, pues ja-mas le hice mal alguno, y siempre le traté con mucha ge-nerosidad.

Despues de hechas las elecciones se hizo el escrutinio delos registros lectorales, y result6 la votacion distribuida delmodo siguiente:

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General José Tadeo Monágas _General B. Salom. _Manuel F. Tovar . _Sántos Michelena _General J. F. Blanco _GeneralJ. A. Páez • _General 8. Mariño _General J. G. Monágas __ . _A. L. Guzman _

107 votos.9721

46216

57

Total _ 819

El Presidente del Congreso declaró que la votacion debiaconcretarse á los Sres. general José Tadeo Monágas, gene-ral Salom y coronel Blanco, como lo, tre. ctmdidatol Mbilu ftIIkabú¡n obtenido mayor número tU ooto«, y que si no se hacia obser-vacion alguna se procediera á la eleccion sobre esta base.Nadie tomó la palabra j quedó aprobada la resolución de laPresidencia por unanimidad, y se procedió á la votación desetenta y ocho miembros que componian el Congreso, Se-tenta y dos votaron por Monágas j nueve por Salom y sietepor Blanco, quedando, por consecuencia, el primero elejidopresidente de la República.

Nombró Ministro Secretario de Estado en los despachosdel Interior y Justicia al Dr. Angel Quintero j para los des-pachos de Hacienda y Relaciones Exteriores al Sr. MiguelHerrera, y para los de Guerra y Marina al general JoséMaría Oarreño. Muy satisfechos se mostraron todos de losprimeros actos de la Administracion, y presentían nuevosdías de paz y de ventura para la República, si vencidas lasfacciones, el nuevo Presidente se manifestaba irreconciliablecon los malos dando proteccion y ayuda á los buenos oiuda-danos. El Congreso emprendió sus tareas siguiendo elejemplo de los anteriores, que tan celosos se habian mos-trado del bien público. Viendo yo que se trataba de pro·mover una vez mas la inmigracion extranjera, me ofrecí á coo-peral' á tan noble empresa y propuse nuevos medíos de lle-varIa á cabo. Oon fondos públicos y con recursos privados

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se habían acometido algunas; pero no habiendo producidolos resultados que se esperaban, creí que debía escojitarseun medio, sin hacer violencia á la situacion, formando unasociedad con el objeto de traer anualmente el número depersonas que cada asociado pudiera cómodamente admitir.Por medio de un plan perseverante habriamos mejorado enel curso de algunos años nuestra situacion, y reconocidala bondad del sistema que yo proponía, la marcha entónceshubiera sido mas expedita.

Con fecha 8 de junio el Presidente concedió indulto ä 108

facciosos, y al mismo tiempo dirijió á los venezolanos unaalocucion en que se leen estas frases: " En el seno de la masprofunda paz y cuando parecía que Venezuela marchabapróspera y sin obstáculos de ninguna clase hácia un engrau-decimiento indefinido, vióse organizar por primera vez unaoposicion sistemática, qU8 aunqU8 proyectada por algunos con ,a-ntU ·t'ntencion8B, se anunció muy luego bajo un signo fatal, el deuna venganza implacable. Hecho lastimoso en que no se sa-be qué desplorar mas, si 14 equifJocacion Ik ro, que pusieron la úaen manos del incendiart'o, ó la inexperiencia del pueblo que aoo-jió benévolo las producciones que debian desolarlo."

Mas adelante continúa diciendo:" Entre tanto y despues de llegadas las cosas á este punto,

se desarrollaron tambien bastardas pasiones, y con su apoyola desmesurada ambicion de algunos pocos que concibieronconvertir en medros personales lo que vociferaban principiosy mas estricto cumplimiento de nuestro pacto social. Laimprenta, ese poderoso elemento de civilizacion, ese órganode la sana é ilustrada opinion de los pueblos libres, se tras-formó entre nosotros en instrumento de tiranía, en vehículode atroz difamación, en ariete centra todo lo que mereceentre los mortales acatamiento y respeto, en máquina eil finde conspiracion á las claras, conduciendo hasta la mas peque-ña choza de nuestro rústico y sencillo campesino absurdosprincipios y máximas disociadoras, como si fuesen trivialesdoctrinas de derecho constitucional; torpes calumnias ypalpables falsedades contra los hombres mas repetables ycentra casi todos los funcionarios públicos, como si fuesen.

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verdades de que no era permitido dudar i y excitando al in-cauto pueblo con impudente descaro y frenética energía áocurrir á las vías de hecho para rescatar la libertad y resta-blecer la igualdad, caros dereohos que se decían por siemprearrebatados.

" Horroriza referirlo y apénas lo creerá la posteridad: pormas ele tres años este fué con lijeras atenuaciones el estadohabitual de la prensa venezolana j y no fué dado oponer un re-medio á tamaño mal j y la prensa que podía ser correctivopara el veneno de la prensa, ó calló de todo punto 6 se hizocómplice en los abusos y difamacion j y hechos escandalososdesconocidos en la historia de nuestro buen pueblo, modera-do y respetuoso por demas, quedaron impunes y sirvieronde modelo para ensayar su repeticion do quiera que á placervenia, y finalmente ya era casi imposible contener ó desvir-tuar por medios pacíficos la exaltacion yel alucinamiento queá manera de torrente devastador recorrian las ciudades y lospuebles y los caaeríos y los campos todos: inflcionando consu pestilencial encanto hasta lo mas sano y lo mas laboriosode nuestro bondadoso pueblo."

Como confírmacion de las palabras del mensaje, el cabeci-lla Ezequiel Zamora, aprehendido y sometido á juicio, con-fesó que le habian excitado á tomar armas contra el gobier-no los artículos insertos en "El Patriota," "Las Avispas,"" El Zancudo," "El Diario" " El Sin Camisa," " La Centella,"" El Hayo," " El Venezolano" y otros periódicos de la lla-mada oposicion, y que él, Zamora, habia creido á sus redac-tores individuos de bastante ilustracion Fa saber lo quepublica-ban.Necesario era hacer un escarmiento con los conspiradores,

y se formó causa al Sr. Antonio Leocadio Guzman, cuyassediciosas prédicas y manejos ocultos habian puesto á la Re-pública en lamentable estado de anarquía. El Tribunal deprimera instancia pronunció contra él sentencia de muerte,y su defensor apeló á la Corte Superior de Justicia del se-gundo distrito, la cual confirmó la sentencia apelada, y lomismo hizo la Suprema, fundándose en las siguientes razo-nes. Que Antonio Leocadio Guzman, con pretexto de te-

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ner conmigo nna entrevista ello de Setiembre, había alle-gado gente armada, que entr6 en son de guerra en algunospnntos, entonando en alta voz canciones en que se amenaza-ba con el puñal y la muerte á los oligarcas, y con vítores ásu caudillo que llamaban Presidente; que este confesaba nohaber dado paso alguno para desautorizar el hecho de quelos cabecillas obraban en su nombre i por el contrarío que seocult6 cuidadosamente porque temia que los autores de losatentados de Yuma lo sacrificasen no siguiéndolos, temorque manifestaba la inteligencia con ellos, porque de otromodo no deberia tenerlo, y mucho ménos suponer que seconsiderasen con derecho á que él los siguiese. Que estabaprobado que los cabecillas Vilorio, Rangei, Zamora, Echean-día y Pedro Aquino obraban á nombre de Guzman, y queél habia enviado comisionados para sublevar los distritos enpaz, y que finalmente era imposible dudar que él habia cau-sado los sucesos revolucionarios que acababa de experimen-tar Venezuela, sucesos que él había preparado por medio deun partido político, de que él mismo se confesaba gran caudi-llo i y annque decia que su fin era el de una oposicion cons-titucional, sus escritos, sus hechos y los resultados probabanlo contrario.

"Antes de notar las doctrinas y excitaciones sediciosas dedicho peri6dico, dice la sentencia, es de advertir que, segunel artículo 10 ley II sobre libertad de imprenta de veintisie-te de Abril de mil ochocientos tr.einta y nueve, con el quesustancialmente es oonforme ello, ley II del código de im-prenta de doce del presente mes de Abril, los tribunales or-dinarios están autorizados para juzgar é imponer penas segunlas leyes comunes, á los autores 6 editores de impresos sedi-ciosos, cuando con la publicacion de tales escritos se hubieseen efecto seguido la rebelion 6 perturbacion del 6rden pú-blico. Y no obsta en la presente causa el que no haya pre-cedido el juicio del juri de imprenta, pues Guzman ha decla-rado haber sido el redactor de "El Venezolano," del quehay agregados varios números en los autos i fuera de quesiempre habria de ser. independiente de la calificacion deljuri la que los tribunales ordinarios tendrían que hacer tam-

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bien del carácter y grado sedicioso de los impresos someti-dos á su juicio. Y para este fin es indiferente se descubra elautor responsable por el medio peculiar al juicio de impren-ta, ó por la libre confesion del autor, miéntras que ocurrien-do esta eonfesion, el otro medio seria supérfluo. Tambienseria absurdo que un impreso reconocido ya espontáneamen-te l)or RU autor, siendo presentado como medio de prueba enjuicio ele conspiración, hubiese de ser äntes transmitido aljnri, cuando la calificación y la pena que son de la competen-cia do oste, tienen un grado tan distinto i absurdo que resal-taría mas por la duplicacion de juicios y penas sobre un mismodelito. Por medio de dicho periódico y de otros impresossalidos de su imprenta decía Guzman freouentemente, y habialogrado persuadir, especialmente á la parte mas sencilla de lospuebles, que estaba establecida una oligarquía, una aristoora-eia, con la que estaba unido el Gobierno y formaba unafaociondominante que tenia todo en sus manos y queda perpetuarsepor medíos corrompidos y criminales, que el mas imperiosodeber del pueblo ultrajado era derrocarla: que la administra-cion no tenia un oríjen legítimo: que se corrompía traidora-mente la intencion del pacto social: exageraba los sufrimien-tos de los pobres: decía que el Congreso arrancaba á los in-felices industriales, á. la masa de un pueblo menesteroso, eldinero para darlo á los graudes avaros: que era indispensa-ble rescatar á los laboriosos mercaderes, agricultores é in-dustriales del cautiverio violento en que se encontraban:infundía en el änimo de los incautos el odio contra los gober-nantes, el menosprecio de las leyes y de la autoridad, é ideasde desobediencia y resistencia en ocasion que el Gobiernotomaba medidas de preservar el órden público por medio dela fuerza armada: con fuertes y vivas declamaciones oonci-taba tambien la masa del pueblo, con mira de las elecciones,y para el caso de no triunfar en ellas, les hacia entender serefecto de opresión é injusticia, excitándolos al mismo tiempoá sobreponerse, aludiendo claramente á los medíos de lafuerza, y haciendo entender que se podria así obrar con elcarácter de pueble, eontra lo que prescribe el artículo 193de la Constitucion, é infundiendo falsas ideas sobre la sobe-

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ranía y omnipotencia popular; y al paso que cundía la des-moralizacion con tales doctrinas y excitaciones, se formabanligas, se quemaban en algun pueblo con público escándalociertas leyes, y aun se ejercia la coaccion centra la autoridad,él justificaba por la prensa estos y otros escándalos. Deaquí han nacido los actos revolucionarios que ha provocadopara destruir el Gobierno, las ideas de division de tierras yotras tan perniciosas y antisociales, y con ellas el propósitode colocar á Guzman de grado ó por fuerza de las armas enla presidencia del Estado, ideas y conatos á que daban tantoalimento las multiplicadas sociedades tituladas de LiberalesGuzmancistas; y las mismas ideas fueron proclamadas enabierta insurreccion por las facciones armadas salidas engran parte de aquellas sociedades, que le reconocían por je-fe y que aun desde ántes del mes de Setiembre se habían le-vantado y causado tanto males y escándalos á nombre delmismo Guzman. Y este entretanto que así veia el conflictode la República y progresar la sedicion que babia excitado,léjos de reparar el mal cuando en su mano estaba el remedio,lo aumentaban las publicaciones que seguían saliendo de suprensa, hasta que vino tambien él á ser la causa inmediatade la conspiracion que se propagó, como se ha visto, en elmes de Setiembre. Asi es que todas las facciones armadas,y en especial sus eaudillos, le han aclamado unánime, le hanreconocido por su jefe, determinados á colocarlo violenta-mente en la presidencia de la República; han adoptado pa-ra esto las ideas y odios que les ha sugerido y sus mismosprincipios de resistencia centra el Gobierno y la fuerza públi-ca, han alegado los mismos pretextos de opresion, tiranía,usurpacion, nulidad de las elecciones é ilegitimidad de lospoderes nacionales; yen fin, han obrado todos como movidospor él y siguiendo sus excitaciones, de modo que los cabeci-llas Aquino, Juan Bautista Echeandia, y segun este; tambienIU hermano Manuel María, se han quejado de haberse vistocomprometidos por su cansa en la revoluciono De todo loexpuesto resulta evidentemente no solo que Antonio Leooa-dio Guzman ha persuadido y aconsejado la oonspiracion,sino tambien que esta ha tenido efecto y se ha hecho en 8~

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nombre y por su causa, y que por tanto, está incurso en lapena que prescribe el arto 2° de la ley de diez y seis de Ju-nio de mil ochocientos treinta y uno."

Antes de salir la sentencia en última instancia, quiso elPresidente explorar la opinion de los ministros sobre con-mutacion de pena. Aunque los otros se pronunciaron fa-vorablemente, el general Carreño, enemigo irreconciliablede facciosos, opuso todas las razones que le sugirió su con-vencimiento de que era una medida fatal para la Repü-blíoa. Dijo que la conmutación equivalía á disculpar en al-gun modo la conspiracion mas criminal que recordaba lahistoria de Venezuela, y que haria malísimo efecto en la mo-ral pública ya corrompida hasta cierto punto i que sobreven-dria el desaliento de los buenos ciudadanos, cuando masnecesitaba el gobierno de su eficaz y enérgico apoyo, á la vezque los revolvedores se reanimarían y cobrarían nuevo vigory nuevas esperanzas. Que él, Carreño, babia sido juez en lacausa de Piar, y había votado por muerte, cuando se tratabade una conspiracion en proyecto, y ahora no vacilaria en vo-tar en el mismo sentido cuando se trataba de una conspira-eion consumada, que había costado á la República muchasangre inocente: que se iba á malograr el fruto de tantoafan, de tantos esfuerzos como habia costado el vencimientode los facciosos. Viendo Carreño que el Presidente de an-temano tenia formada su resolucion de un modo inalterable,presentó su renuncia fundándose en sus padecimientos físi-cos, y dejó de ser miembro del gabinete de Monágas. Confecha 2 de Junio expidió este el decreto de conmutacion, ycomo creyesen los partidarios de Guzman que se trataba deun perdon absoluto y general, se dispusieron á sacar en triun-fo á su caudillo libre de la cárcel. Algunos creyeron que elGobierno se habia identificado con ellos, y estaba dispuestoá desprenderse del partido del órden i pero con la juiciosa alo-cucion de Monágas, protestando que en lo sucesivo seria in-flexible con los revoltosos, quedaron estos mohínos y desen-gañados en sus esperanzas. El 12 de Junio salió Guzmande la Guaira con destino á Curazao.

Asi terminó la causa formada al caudillo del partido que

DEL GENERAL PÁEZ. 439

quiso llamarse liberal, partido que si hubiera con el progra-ma de mejora de la condicion social disputado al otro enpatriótica lucha en el campo de la disousion el establecimientode útiles reformas, habría contribuido eficazmente á ilustrarla razon del pueblo, marcándole la necesidad de cumplir conciertos deberes para obtener por la fuerza de la opinion pú-blica cuantos derechos pudiera apetecer, y fueran compati-bles con la libertad y el órden. Los puebles regidos porun sistema representativo tienen una época solemne en quebajo el amparo de sus propias leyes, ostentan su voluntadsoberana y hacen conocer la verdadera opinion pública. Enesa época la inteligencia, el patriotismo se ponen en aooion,puesto que se prepara para la patria futura prosperidad ótriste retroceso. Quien en esos momentos procura de cual-quier modo concitar pasiones, aunque sea so pretexto deconjurar algun peligro iquien antes de conocer la decision dela mayoría, prepara elementos futuros de discordias, aspiraá ocupar triste puesto en la historia de su patria, puestoque ya triunfante ó ya vencido, sienta funesto precedenteen el uso de la soberanía }lopular.

Miéntras se agitaban en la República los acontecimientosde que hablo en este capitulo, mis conciudadanos me colma-ban de los mas lisongeros obsequios. Las municipalidadesme enviaban sus felicitaciones, y me acogian en sus recintoscon honores triunfales: los individuos acudian en tropel ádarme la bienvenida, los poetas me consagraban brillantescomposiciones, y hasta las mujeres creian cumplir con undeber del patriotismo dirigiéndome discursos congratulato-rios en que me llamaban el padre de la patria.

¡Cuán ageno está el lector que no conozca los sucesosposteriores de Venezuela, .de que en breve verá al objeto detantas demostraciones tratado como un peligroso criminal,sólo por haber querido mostrarse digno de la confianza desus compatriotas!

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EXPOSICION DE VARIOS VECINOS DE NUTRIAS.

Excmo. S,'. General en GeJe del Ejército constitucional.

Señor: - Desde vuestra infancia, probásteis un valor extraordí-nario y una clemencia sin límites. Fiero como elleon centra el ene-migo armado, manso y apacible como el cordero con el rendido.Habeis lidiado con enemigos de todas clases: la victoria ha guiadotodos vuestros pasos y jamas el templo del triunfo os ha cerrado suspuertas. Habeis sido el primer patrono de esta Repúblioa.: la habeisconservado al través de cuantas maquinaciones han podido concebirsus enemigos pera volcar el precioso sistema que nos rige. En todossus conñíctos os ha llamado con la confianza de una hija y vos lahabeis contestado con el acento del padre. No hay una vez en quevuestra lanza no haya salido victoriosa del combate: vos y vuestralanza constituyen una garantía la mas firme y positiva de todo gocesocial. Sin vos, General, la República seria hoy un oáos espantoso,el Gobierno habria caido, y con su esterminio, las glorias de 10.patria quedarían sepultadas. Todo habría perecido; pero todo sesalvó porque un decreto providencial os arrojó ä esto. tierra paraque le procuräseís todos los bienes que hoy disfrutamos y que solola ingratitud podrá negaros. Vos habeis cumplido religiosamentevuestra sagrada misiono Jurásteis una vez ser fiel á la Patria ymuchas os hemos visto cumplirlo. Vuestra fidelidad ha excedido ávuestro juramento. Milagrosa es, General, vuestra existencia: lamuerte la ha respetado; pero esto era necesario para que Venezuelano agonizara en su infancia en las manos del perverso, y para quenosotros enconträsemos á quien poder dirijirnos en demanda de unosderechoe perdidos que algunos venezolanos desgraciados renunciaroninvoluntariamente. En su favor no existe razon plausible que aducir.Las malignas sugestiones del ambicioso los comprometió y la igno-rancia los precipitó. Conmueve, Excmo. Sr., el patético cuadro quenos ofrece la estrecha é insalubre cárcel de esta ciudad. A ella hansido conducidos porcion de infelices, quienes en el fondo de aquellamansion espantosa, miran al rededor de sí, no al padre, la madre, elhijo ni el hermano, sino el soldado armado que vela en su seguridad,el carcelero que les restrinje, las cadenas que los agovian, y ungrupo de prisiones de todo género que les hace maldecir su míseraexistencia. Unos y otros se preguntan, tcual será la causa de nuestradesgracia 1Nosotros no conocemos principio alguno de política, y sinembargo se nos ha envuelto en ella. La tranquilided moraba ennuestras chozas, ninguna ley ponia trabas ä nuestra libertad racional,el Gobierno no era opresivo Faro. nosotros, y no obstante, nos vimos

DEL GENERAL PÁEZ. 441de repente con el brazo armado para derrocarle!! Así discurrirán,ciudadano General, estas inocentes víctimas del mas cruel engaño.Vos conoceis muy de cerca el carácter de todas las clases en Vene-zuela, y debeis saber que la inculta es accesible á las sugestiones dela ilustrada y astuta; persuasíon que debe arrancar de vuestro gene-roso corazon un sentimiento de piedad en favor de estos incautosprisioneros. Ninguno de ellos conoce la magnitud de su delito, nin-guno de ellos pudo ser movido sino instigado, y sin embargo, ellosestán sufriendo el juicio de Ia ley miéntras que los instigadores rientras el velo de la impunidad. No se han hecho los patíbulos ni lasprisiones para hombres semejantes. Inventen todo género de escar-miento para aquellos que arrastran tras de sí al inocente, inducién-dolo á cometer crímenes, haciéndole creer que obra bien; pero noconfundamos, ciudadano General, al engañado con el engañador.Nuestro humilde ruego se extiende á todos los que por igual call1l.pueblan hoy las cárceles de la República. Exceptuamos solamente áesos promovedores de desórdenes, á esos que han atizado el fuegode la rebelion, arrastrando con violencia á los incautos y precipitán-dolos en un enjuiciamiento el mas terrible. Esta es la idea que en-vuelve nuestra peticion: CLEMENCIAPARAEL INOCENTEENGAÑADO-CASTIGOPARAEL ASTUTOENGAÑADOR.VOS lo podeis todo, porquevosnunca habeis empleado vuestra inffuencia, sino para exigir delque manda y del que obedece aquello que es puramente humano, yconveniente á los intereses de la comunidad. Venezuela necesita debrazos para la agricultura, cuya poatracion no desconoceis, y tantoscuantos hoy la han abandonado por ocasion de las pasadas revueltas,la hacen sentir un vacio que solo puede llenar un rasgo paternal del.Gobierno. En nombre de la humanidad, sentimiento inseparable devuestro corazon, os excitamos á solicitar de S. E. el Poder Ejecutivo,un indulto general para los desgraciados que hoy gimen en las cárce-les de Venezuela por consecuencia de inducciones yarterias de losverdaderos enemigos del Gobierno. Como vencedor teneis un derechoincuestionable á hacer esta piadosa exigencia, y vos no seréis desai-rado. El Gobierno sabe muy bien que han sido muy pocos los quehan abrigado la tumultuaria idea de echar por tierra el precioso edi-ficio planteado á costa de sacrificios tantos, ese edificio cuya cons-truccion es debida, en parte, á los mismos desgraciados que preten-dían derribarlo en fuerza de extrañas sugestiones.

Si no conociéramos á fondo vuestras virtudes, vuestros senti-mientos, la grandeza de vuestra alma y los principios filantrópicosde que está dotado vuestro corazon, de creerse es que no nos atreve-riamos á interesarnos en favor de unos delincuentes, cuya culpabí-

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lidad, por mas que se pruebe reconoce otro origen, nunca lesrelevaria de la nota de traidores con que involuntariamente aparecenmarcados; pero vos sois magnánimo y conoceis muy bien el origendel pecado que aquellos imbéciles han cometido para que lesalcanceis una completa absolucion. No es esta la vez primera que elGobierno usa de lenidad en favor de sus lDlI8 crueles enemigos. Laclemencia el propia de todo gobierno ilustrado: no vacileis en solí-citarla,'pues el éxito será feliz: mirad que os empeñan en 0110 unosciudadanos que cualquiera que haya sido su color polítíco, jamas, lojuramos, jamas hemos pensado en conspirar contra el Gobierno denuestra Patria. Tal vez en la escena de que hemos hablado, supimosacreditar nuestro amor al 6rden y nuestra mas pronunciada adhesional sistema que otros pretendieron volcar.

Esclarecido Ciudadano, aplicad el oído á esas mansiones de horrory de tormento, y el gemido de los desgraciados excitará el vuestro.Oontemplad la posicion del padre, la del hijo, la de la esposa, la deJo. viuda, y sin duda que lloraréis con ellos, porque vos sois una imá-gen de la sensibilidad. No demoreis vuestra respetable mediacion:empleadla, señor, en favor del vencido y contad con su gratitud ycon la nuestra. Vos habeis completado la página de oro que os dedieöla historia, y solo resta para hacer mas dilatada vuestra gloria, queañadais este rasgo de humanidad , vuestras heroicas acciones. -N1ítrias, Diciembre 5 de 1846.- Excmo. Sr.

El Gefe político, Manuel Capella.- El Ooncejal 2 ~, RosalinoBerra. - El Alcade parroquial 2 ~, José Maria Navarro.- El Ouray Vicario, Dr. José Maria Barrueta.- El1er. concejal, AntonioGudiño. - El 3er. concejal, P. M. Travieso. - El Alcalde 1 ~parroquial, Mateo Nogués. - Miguel Maria Leon. - Ramon MariaAlfonso. - Antonio Célis. - Manuel Maria Trejo. - ValentinPalencia. - Juan A. Oastellano. - Lúcio Maria Célis. - MarianoLuzardo. - Antonio Marenco. - Dr. D. Jesus L6pez. - F. Be-nitell.- R. A. Dorante.- Juan Ramirez.- Francisco Irureta-goyena.- F. Miguel AIjona. - Paulino Ranjel.

CONTJ:STACION.

Señores: - Con el sentimiento que me inspira siempre la desgra-cia do mis compatriotas, y reconocido por el alto honor que mebaceis y por la benevolencia con que me tratais, he leido vuestra ez-posíclon del 5 de este mes, que contiene un pensamiento elevado:-Olemencia para el inocente engañado - Oastigo para el astuto en-

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gaflador. Babeis sido muy felices al expresar vuestra pena por lasuerte de los desgraciados á quienes el torrente de la conspiracionha conducido 6. esa cárcel pública, y os presentais bien instruidos delo que es ya una práctica constante en los pueblos civilizados.Ciertas revoluciones se castigan en sus gefes; en los que las pro-mueven y ayudan con eficacia; la multitud arrastrada en talescasos, ha sido un objeto de compasion, por lo que sufre sin una vo-luntad ilustrada.

Comprenderéis, Seflores, por lo expuesto, que yo acepto la me-diacion con que me honrais cerca del Supremo Gobierno. Sf, olovar6mi voz, no para decir una 0080. nueva, sino pal'& recordar un princi-pio que me ha guiado en todos los conflictos de la patria; y en esto.vez lo haré con tanta mas confianza, cuanto que, I!i es verdad que enesa provincia se extraviaron algunos de la senda del deber, CIlIotambien que por una fortuna del cielo, ella no deplora los horroresque á otras han llenado de espanto y confusion.

Bay tambien un hecho grande que viene á ayudaros en vuestronoble propósi to sin haberlo llamado en vuestro auxilio. Me contraigoal abrazo fraternal que se dieron los barineses el15 del pasado No-viembre. La opinion pública ha acojido con entusiasmo este impor-tante acto, y su fallo respetable lo tiene ya colocado entre los quemas honor hacen al nombre y carácter venezolano. Bella es la opor-tunidad, Señores, que habeis elejido para desarrollaI"vuestras filan-tr6picas y humanitarias miras; y oe debo el singular favor dehaberos servido de mí para trasmitirlas al Gobierno. Los víncnlosI!&gl'&dosque me unen á esa provincia, me deciden á admitir conagradecimiento, toda intervencion que quiera dárseme en lo quemira á su situacion de hoy y á su porvenir.

Muy sentida yenérgicamente os pronunciais contra la conspiracionque tiene todavía en armas la República, y habeis hecho el mascomploto panegírico de sus instituciones en el siguiente rasgo queponeis en los lábios de los que han excitado vuestra compasion :"L Cuálserá la causa de nuestra desgracia'l Nosotros no conocemosprincipio alguno de política, y sin embargo se nos ha envuelto enella. La tranquilidad moraba en nuestras chozas, ninguna ley poníatrabas á nuestra libertad racional, el Gobierno no era opresivo paranosotros, y no obstante, nos vimos de repente con el brazo armadopara derrocarle I!" Esto. es una verdad que reconocen Venezuela ylas naciones que nos favorecen con su amistad; sin embargo, húevisto estallar una revolucion feroz y bárbara como la ha calificado elSupremo Gobierno, y envueltos por ella hombres como los que de-fendeis, que estaban contentos en su situacion, que respetaban y

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querian la Constitucion de la República, y que ningun agravio temande un Gobierno verdaderamente paternal. Teneis, Señores, razonpara exclamar, vuelvo á decirlo: "Clemencia para los engañados. -Castigo para el astuto engañador." Y yo añado union estrecha detodos los buenos ciudadanos para impedir la ruina de la República.

Al tratar de mi, de quien tanto os habeis ocupado en vuestra ex-poslcíon, me encuentro sin fuerzas para contestar debidamente. Mehabeis oprimido con honoríficas distinciones, con muestras de esplén-dida benevolencia, dando á mis servicios un mérito singular. Yo heservido, es verdad, con decision, con el mas fArvoroso patriotismo;pero la República se ha salvado por los esfuerzos del Gobierno, tanilustrado como previsivo. A la actitud imponente del Gobierno, á laactividad y energia de su proceder, se debe el gran resultado. ElGobierno ha hecho uso de todo su poder, y las instituciones hanquedado triunfantes. Yo acepto el honor de haber sido elejido paramandar el ejército cuyos notables hechos en esta jornada he tenidoocasion de publicar.¡Quiera la Divina Providencia consolidar la paz en Venezuela I y

concederme por recompensa de mi consagracion á su servicio, ver"mis compatriotas libres y felices, bendiciendo al Gobierno que lesasegura estos goces.

Me suscribo de UU., Señores, con toda consideracion y aprecio,muy atento servidor. - JosÉ A. PAÉZ.

AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

ReptJhlica fk Venezuela. - Ejército permanente. - Cuartel genera}, InCura á 13 fk Enero de 1847, ano 18 de la ley 1137 de la Infkpm-dencia.

Sr. Secretario de Estado en los despachos de Guerra y Marina.El dio. 20 de este mes dejarä de ser Presidente de la República el

Excmo Sr. General Cärlos Soublette ; y el Ejército de mi mandoquiere presentarle ántes un testimonio de respeto y de gratitud. Ho-menaje muy debido al primer magistrado de la Nación, que rodeadode circunstancias verdaderamente difíciles, con particularidad en elúltimo af1fJde IU periodo, las ha afrontado con serenidad, recojiendopor fruto de BUS desvelos el hecho grande, y no esperado por muchos,de presentar al Congreso la República en paz, destruida la atrozconspiracion de Setiembre, y BUS principales cabecillas sometidos alpoder judicial. Gran resultado que la mayoría de la República ad-mira, celebra con entusiumo, y que ha fortificado la opinlon de que

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justamente goza el Presidente. Pr6cer de la independencia, Generalde distinguida Ilustración, ciudadano de dotes privilegiadas, S. E. hacomprobado en una ocasion, tal vez la mas espinosa de su vida púoblica, que mereció bien los sufragios de la República para dirigirla.El Ejército toma una parte muy activa en las satisfacciones de S. E.,satisfacciones que deben acompañarle en su retiro, y que ahogaránel recuerdo de sus sufrimientos por los conflictos en que se viera lapatria.

Un sentimiento de gratitud guia tambien al.Ejército en esta vez.Nunca se vió un ejército mas improvisado, pero nunca mas atendidopor el magistrado que le mandó formar. A la voz de S. E., se reunióun ejército respetable, y marchó en todas direcci¿nes buscando á losenemigos de la Patria, venciéndolos donde quiera que los encontró,y recibiendo á cada paso pruebas ciertas del aprecio que el Gobiernohacia de sus servicios. S. E. debe contar con profundas simpatías enel Ejército.

Yo no quiero hablar particularmente de mi en este documento.Mas elocuente debe ser mi silencio. Antiguo compañero del Presi-dente, mi adhesion ä su persona es conocida, y bien pronunciada miopinion en cuanto á su capacidad, constancia y notables servicios ála República. Unome pues al Ejército en sus sentimientos de respetoy gratitud hacia el Excmo. Sr. General Cárlos SoubIette.

Me suscribo de USo con toda consideracion, muy atento servidor.JosÉ A PÁEz.

CONTESTAClON.

Re¡y(Jblica.de Venezuela. - Secretaría de Estado en l08 Despachos deGuerra y Marina. - Seccum Central. - Carácas Enero 19 de 1847,año 18 de la ley Y 37 de la Independencia.

Exeelentisimo Señor General en Gefe del Ejército.El Presidente de la República se ha impuesto con Ia mas grande

complacencia de Ia comunicacion de V. E. de 13 del corriente, y apre-cia altamente el testimonio de respeto y de gratitud que á nombredel Ejército le presenta V. E.

Esa honorífica expresion del Ejército que en la pasada feroz conju-ración defendió el órden público y salvó las vidas, el honor y laspropiedades de la mayoría de los venezolanos, recompensa amplia-mente las penas y congojas que han acompañado á S. E. durante losconflictos de la Patria.

Debo en esta ocasión asegurar á V. E. que el Presidente nunca

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desconfi6 del triunfo de la justicia. Oonocia perfectamente los senti-mientos de V. E., los del General segundo Geíe, y los del benemé-.rito Ejército de Venezuela, yeste conocimiento le hacia prever comoinfalible el espléndido resultado que ha coronado nuestro comun es-fuerzo, y que la República admira, y celebrajustamente.

Desea el Presidente que V. E. se sirva dar las mas expresivasgracias al Ejército, y asegurarle que si en lo sucesivo la Nacionvolviere a necesitar los servicios del Ejército para conservar el 6rdenpúblico y sostener nuestras instituciones y leyes, el General Sou-blette será de Jos primeros que se apresurarán á participar de lospeligros y do la gloria de los valientes y patriotas defensores de Ve-nezuela en 1846.

Por último, y contrayéndome al final de la nota que contesto, elPresidente confesará siempre, y 10 hará. con gratitud y sincerídad,que el apoyo moral que ha tenido en todas estas criticas circunstan-mas de la amistad generosa de V. E., han sido tan eficaz y útil alpaís, como los servicios efectivos que V. E. ha rendido al frente deejército.

Oon sentimientos, &c. - F. AVENDARo.

PROCLAMA.

Joal .Antonio P6eIl, del 6rden de Líbertadores, General en gele de loIejércitos de la República 1/ del de operaciofles, tfa, tfa, tfa •

.Al Ejército.I Oompañeros de armas! Hoy cesa el Poder Ejecutivo que nos

llamó á las armas en defensa de la República, y con:tinuarémos ennuestro puesto esperando las órdenes de la nueva Administracion.Al anunciaros un suceso que no os es desconocido, me siento obli-gado áexpresaros todo mi reconocimiento por vuestra ejemplar con-ducta. Débese A ella en gran parte el completo aniquilamiento de larebelión que ha escandalizado la República y que en estos Vallesmarcó los ultimos dias de su existencia, como los de su nacimiento,con crueles asesinatos y depredaciones. Los facciosos, asombradospor 8UB crímenes y por la incesante y vigorosa persecucion que hanexperimentado, tanto en Oriente como en Occidente, han desapare-cido, y SUB feroces cabecillas huyen desatinadamente para salvar unavida que deshonra nuestra sociedad. Los que temerariamente osaronempuñar las armas para verter la sangre de sus hermaaos e aquellosque por trofeos de su injusta y bárbara insurreccion buscaron las lA-grimas de sus propias familias y las públicas calamidades. en su loca

DEL GENERAL l'ÁEZ. 447desesperacion encontraron la muerte, ö han depuesto sus armas par-ricidas ante los valientes defensores de las leyes y de la dignidadnacional. Lamentables por siempre serán los momentos en que eLgenio de la fatalidad arrojó sobre Venezuela su tremendo azote, y enque la anarquía pretendió entronizarse sobre las ruinas y el descré-dito de la Nacion. El Supremo Gobierno ha correspondido á las es-peranzas de ella, y el Poder Judicial, desempeñando su grave minis-terio, aplicará la leyen justo desagravio de la sociedad. Su fallo seaguarda con impaciencia: la República está en espectacion. Ya elejército ha llenado su deber. El Oongreso Nacional de 1847, P?r me-dio de leyes bien combinadas, cicatrizará las heridas de la Patria, yel Poder Ejecutivo la pondrá á cubierto de nuevas asechanzas.

Si yo pudiera olvidar las calamidades que el aciago año de 46 des-cargó sobre nosotros, nunca olvidaré lasmuestras de estimacion y dedistinguida confianza que en momentos de general conflicto he reci-bido del Gobierno y de mis compatriotas. Que cesen las desgracias,que se olviden, que no se repitau, son mis mas ardientes deseos. LaDivina Providencia seguirá protegiendo á Venezuela. Oontad ciega-mente con esto y esperémoslo todo del Congreso que merece nuestrorespeto, que es digno de nuestra confianza y que ha de ocuparse enla grande obra de afianzarlasinstituciones patrias, para que podamoscontinuar en el camino del progreso, interrumpido por el escándalodel infausto Setiembre de 1846.iOompañeros de armas! Los restos preciosos del Ejército Liberta-

dor y IOR militares que posteriormente lo han aumentado, estánunidos y resueltos á defender la independencia y Ia libertad racionalde la República. Por su amor A la libertad y respeto á las leyes. sehizo recomendable este ejército en la lucha de la independencia.Que continúe siendo " el mas vigilante custodio de la aeta de nues-tras leyes: que por su consagracion á la salud de la Patria sea elcentro de reunion y amparo, á cuyo rededor corran los demas ciuda-danos á defenderla, haciéndose los ídolos de su amor y los mas dignosobjetos de su respeto. "

Ouartel general en la hacienda de la Trinidad á 20 de Enero de1847,18 y 37.- JosÉ A. Puz.

DISCURSO DE S. 1:. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA 1 s. E. EL

GENERAL EN GEFE DEL EJÉRCITO.

Excmo. Sr. - Oábeme la mayor satisfaccion al ver que puedo eneste acto augwto dirijiros ls palabra. Tuve la honra, Señor, de que

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se me nombrase por el Supremo Gobierno, Segundo Gcfe del Ejércitocuyo mando so os confió para que salvaseis con él la Repúblicapróxima a naufragar en la mas horrorosa tempestad brotada por elgenio del mal que parece regocijarse con las lágrimas de la patria; yno sé á la verdad qué seria mas satisfactorio pars mí, si aprovecharla oca- ion de prestarla nuevos servicios, ó la idea de que iba á ren-dirlos lí las órdenes de V. E. Sí, Excelentísimo Señor, de V. E. quetantas pruebas ha dado de su amor al örden, de respeto á la Consti-tucion y á las leyes; de V. E., repito, que mas de una vez ha pos-puesto su vida, su salud y su reposo á la paz y Ia dicha de Venezuela.Un nuevo accidente me arrancó del puesto en que el Gobierno se ha.servido colocarme; tal es la eleccion hecha en mí para Presidentede la República. A la cabeza, pues, de la Administracion yo nopuedo ménos que contar en V. E. nñ mas firme apoyo y que meayudará á conservar la paz y el sosiego público bajo cuyos auspiciosVenezuela será feliz.

Al expresarme de esta manera, permitidme, Excelentísimo Señor,dirijiros un recuerdo para ese resto del Ejército Libertador que auncombate por el bien dc la patria y que tantos títulos de aprecio yadmiracion tiene para mí. Servios ofrecerle mis consideraciones, yofrecérselas también á la milicia nacional, que tan patriótica y he-róicamcnte sostiene hoy á las 6rdenes de V. E. las instituciones delEstado.

CONTESTACION DE S. E. EL GENERAL EN GEFE.

Excmo. Sr.-Por el voto de la gran mayoría nacional, y con par-ticular satisfaccion del Ejército, es V. E. el primer Magistrado do laRepública. Tranquilo ha aguardado el Ejérc;to el triunfo de la can-didatura del ilustre Gefe oriental, porque son graudes los hechos deV. E. en la lucha de la independencia y muy recomendables sus títu-los á la consideracion de los venezolanos, que si tenemos patria ylibertad, debérnoslo á los esfuerzos de V. E., que entre otros procla-maron aquellos dulces nombres en 1810. Llega V. E. al Poder Su-premo cuando la República acaba de sufrir un recio sacudimiento, yIa eleccion de V. E. es una alta prueba de la confianza que ha sabidoinspirar á sus conciudadanos. Amenazada la existencia de la Nacionpor el móostruo de la discordia, fija sus miradas en V. E., Generalvaleroso y afortunado, y de su ilustrada, recta y vigorosa admi-nistracion espera paz, órden y progreso. Alcanzará V. E. estosbienes para la patria porque cuenta con el respetable apoyo de la opí-nion, verdadero poder en todo el uni rerso, y principalmente en

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pueblos regidos por instituciones liberales, y porque Ia dolorosa ex-periencia y los padecimientos de la pasada Administ.racion, serdn elgran libro, que abierto siempre, y fijos sobre él 108 ojos de V. E.,ilustrará sus pasos.

Dígnese V. E. aceptar las mas cordiales felicitaciones del Ejército,por su exaltacion ä la presidencia, y admitir las seguridades que eneste solemne acto le renuevo de mi personal estima y de mi irrevo-cable decisión á exponerlo todo por la prosperidad y gloria de Vene-zuela. Como Gefe del Ejército hoy, y como General mañana en miretiro, mi espada estará siempre á las órdenes del Gobierno.

DECRETO DE CONMUTACION.

José Tadeo MrmagaB, Presidente de la República, <foa,<foa,<foa.

Vista la sentencia de tercera instancia en que Antonio LeocadioGuzman ha sido condenado á la pena de último suplicio por el delitode conspiracion de primera clase, persuadiendo y aconsejando la quedesde el mes de Setiembre de 1846 en adelante ha conmovido laRepública y amenazado la existencia de Ia sociedad, y

Considerando:

¡c. Que he tenido por regla invariable de conducta, hacer recaertodo el peso de la ley solo en lo!'!cabezas de la conspiracion 6 en losque hayan sido verdaderos perpetradores de crimenes atroces.

2°. Que la Corte Suprema de Justicia ha excitado al Poder Eje-cutivo á. conmut.ar la pena de muerte impuesta á. Guzman, ya por'aparecer que se detuvo en Ia carrera de sus extravíos, sin precipitarseen los escesos horrorosos cometidos por otros, y ya por juzgar nece-sario que se tengan presente las reflexiones que se desprenden de laconsideracion de otros hechos y circunstancias que han podido influiren el trastorno y turbacion que se ha sentido en el 6rden moral ypolítico del país, y que aunque conexionados con los que dieronorigen á la conspiracion, se infiere que fueron independientes de laintencion y voluntad de Guzman.

30• Que la existencia de esto en el país, aunque sea en un presidio,seria peligrosa á la tranquilidad pública, y

4°. Que aunque el Supremo Tribunal de Justicia no ha calificadoá. Guzman de gefe ni aun de cabecilla de la conspiracion, es sin em-bargo cierto que le atribuye una parte muy principal en la subver-sion de los sanos principios sociales y en la aberración de las ideas

n ~

AUTOBIOGBAFÍA

que han sido la verdadera causa de la. difusion de la inmoralida.dyde los consecuentes trastornos.En usode la atribucion 21a del a.rticulo 117 de la.Constitucion, y

COD prévio acuerdo y consentimiento del Consejo de Gobierno:

Decrete:

Art. 1". Se conmuta. la pena.de muerte impuesta á Antonio Leo-cadio Guzman en la. de espulsion perpetua. del territorio de laRepública, con tal prohibicion de volver A pisarle, que si llegare, suceder, se ejecutará la sentencia de muerte, sin necesidad denuevo juicio.Art. 2°. El Secretario de Esta.do en los Despachos de lo Interior

y Justicia queda encarga.dode Ia ejecucion de este decreto.Dado: firmado de mi mano: sellado con el sello del Poder Ejecu-

tivo y refrendado por el Secretario de Esta.do en los Despachos delo Interior y Justicia en Carácas á 2 de Junio de 1847, año 18° dela. ley y 37ti' de la Independencia. - JosÉ TADEO MONAOAS. - PorS. E. - RAFAEL ACEvEDO.