declaración de budapest

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Gobernanza y Participación Estudiantil DECLARACIÓN DE BUDAPEST 21ª Convención Europea de Estudiantes - Febrero 2011 Los estudiantes son los principales actores en la educación superior, y las recientes protestas en toda Europa son una clara indicación de que los estudiantes desean mantener el papel de la educación superior como un bien público y una responsabilidad pública a fin de garantizar la igualdad de acceso y éxito. A pesar de la evidencia histórica y los acontecimientos actuales que demuestran que los estudiantes están dispuestos a movilizarse en toda Europa para proteger la educación superior, a los estudiantes se les escucha cada vez menos. ESU cree firmemente que la participación de los estudiantes es la clave para una educación superior justa, que es la única manera de asegurar el desarrollo social y el crecimiento económico sostenible. La implicación de los estudiantes en la gobernanza es esencial para prepararlos como ciudadanos activos de sociedades democráticas; y la visión de los estudiantes como consumidores, opuesta a la de miembros y participantes activos, tendrá graves impactos sobre los sistemas de educación superior así como para la sociedad en su conjunto. Los ministros europeos de educación afirmaron que "los estudiantes son socios de pleno derecho en la gobernanza de la educación superior", en el Comunicado de Berlín (2003). Ahora es el momento para los estudiantes de Europa de reclamar esta afirmación. Los estudiantes no son consumidores de la educación superior, sino elementos significativos dentro de ella. Los consumidores no están involucrados en la gestión de procesos, pero los estudiantes son corresponsables de la gestión de la educación superior, ya que la educación superior tiene su razón de ser en los estudiantes. Los estudiantes son los principales beneficiarios de la mejora de la calidad de la educación superior. Los estudiantes deben tener más impacto en la toma de decisiones y en la gobernanza de la educación superior, la cual debe ser una comunidad de estudiantes y profesores siendo ambos igualmente responsables de su calidad. Lamentablemente los estudiantes son considerados cada vez más como consumidores pasivos, mientras que la inclusión actual de nuevos actores externos (el “nuevo gerencialismo”) y la búsqueda de la competitividad internacional han dado lugar a cambios en las estructuras de gobernanza que conducen a la dilución de la representación estudiantil en las instituciones de educación superior. ESU se opone enérgicamente a la supresión de la voz del estudiante en la gobernanza, ya que esto tendría un impacto negativo en el desarrollo institucional y la educación superior en general. Hay cuatro grados en los cuales los estudiantes deberían tomar parte en la gobernanza, pero el primer paso es la accesibilidad a la información, incluyendo acceso abierto y libre a todos los documentos relacionados con las políticas institucionales y las estructuras de toma de decisiones. Además, el acceso completo a esta información es la clave para un sistema educativo transparente. El siguiente grado, la consulta, es donde comienza la participación, con la recogida de las opiniones de los estudiantes, sus puntos de vista y comentarios, pero sin ninguna garantía de que se tomarán en consideración. El diálogo es el grado siguiente, aunque la influencia completa para afectar a los resultados finales todavía no está garantizada en este grado, si bien el diálogo entre estudiantes y los órganos de toma de decisiones es esencial. El

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Declaración de Budapest, adoptada por la 21ª Convención Europea de Estudiantes.

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Gobernanza y Participación Estudiantil

DECLARACIÓN DE BUDAPEST

21ª Convención Europea de Estudiantes - Febrero 2011

Los estudiantes son los principales actores en la educación superior, y las recientes protestas en toda Europa son una clara indicación de que los estudiantes desean mantener el papel de la educación superior como un bien público y una responsabilidad pública a fin de garantizar la igualdad de acceso y éxito. A pesar de la evidencia histórica y los acontecimientos actuales que demuestran que los estudiantes están dispuestos a movilizarse en toda Europa para proteger la educación superior, a los estudiantes se les escucha cada vez menos. ESU cree firmemente que la participación de los estudiantes es la clave para una educación superior justa, que es la única manera de asegurar el desarrollo social y el crecimiento económico sostenible. La implicación de los estudiantes en la gobernanza es esencial para prepararlos como ciudadanos activos de sociedades democráticas; y la visión de los estudiantes como consumidores, opuesta a la de miembros y participantes activos, tendrá graves impactos sobre los sistemas de educación superior así como para la sociedad en su conjunto.

Los ministros europeos de educación afirmaron que "los estudiantes son socios de pleno derecho en la gobernanza de la educación superior", en el Comunicado de Berlín (2003). Ahora es el momento para los estudiantes de Europa de reclamar esta afirmación. Los estudiantes no son consumidores de la educación superior, sino elementos significativos dentro de ella. Los consumidores no están involucrados en la gestión de procesos, pero los estudiantes son corresponsables de la gestión de la educación superior, ya que la educación superior tiene su razón de ser en los estudiantes. Los estudiantes son los principales beneficiarios de la mejora de la calidad de la educación superior. Los estudiantes deben tener más impacto en la toma de decisiones y en la gobernanza de la educación superior, la cual debe ser una comunidad de estudiantes y profesores siendo ambos igualmente responsables de su calidad.

Lamentablemente los estudiantes son considerados cada vez más como consumidores pasivos, mientras que la inclusión actual de nuevos actores externos (el “nuevo gerencialismo”) y la búsqueda de la competitividad internacional han dado lugar a cambios en las estructuras de gobernanza que conducen a la dilución de la representación estudiantil en las instituciones de educación superior. ESU se opone enérgicamente a la supresión de la voz del estudiante en la gobernanza, ya que esto tendría un impacto negativo en el desarrollo institucional y la educación superior en general.

Hay cuatro grados en los cuales los estudiantes deberían tomar parte en la gobernanza, pero el primer paso es la accesibilidad a la información, incluyendo acceso abierto y libre a todos los documentos relacionados con las políticas institucionales y las estructuras de toma de decisiones. Además, el acceso completo a esta información es la clave para un sistema educativo transparente. El siguiente grado, la consulta, es donde comienza la participación, con la recogida de las opiniones de los estudiantes, sus puntos de vista y comentarios, pero sin ninguna garantía de que se tomarán en consideración. El diálogo es el grado siguiente, aunque la influencia completa para afectar a los resultados finales todavía no está garantizada en este grado, si bien el diálogo entre estudiantes y los órganos de toma de decisiones es esencial. El

The European Students’ Union (ESU) es la organización que agrupa a 45 uniones nacionales de estudiantes de 38 países y a través de estos miembros representa a más de 11 millones de estudiantes. El objetivo de ESU es representar y promover los intereses educativos, sociales, económicos y culturales de los estudiantes a nivel europeo ante todos los organismos pertinentes y, en particular la Unión Europea, el Grupo de Seguimiento de Bolonia, el Consejo de Europa y la UNESCO. ESU era conocida antes como ESIB – The National Unions of Students in Europe. *Traducido por: Fernando Miguel Galán Palomares (Universidad de Cantabria) Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP), organización miembro de ESU

último grado, el reconocimiento como socios y la participación en la toma de decisiones, es la forma más alta de participación, con estudiantes involucrados en cada etapa de la gobernanza, desde la planificación, hasta la votación y la puesta en marcha. El reconocimiento como iguales es el grado donde existen la propiedad común y las responsabilidades compartidas. En este nivel, respetar la independencia de la representación estudiantil es crucial. Es vital que este grado exista no sólo en teoría, sino también en la práctica. ESU está convencida de que sólo se garantizará la participación de los estudiantes como socios activos una vez se hayan alcanzado estas cuatro etapas.

La participación de los estudiantes existe a tres niveles: local, nacional y Europeo, siendo todos importantes e interdependientes. Independientemente del nivel, la representación estudiantil debe defender los principios de apertura, representatividad, democracia, independencia, rendición de cuentas y accesibilidad a todos los estudiantes, como se describe en la Declaración de Liubliana (2008). La participación de los estudiantes no debe limitarse exclusivamente a ciertas áreas de la gestión pública de la educación superior, como las cuestiones académicas, sino que debe incluir aspectos tales como la financiación institucional y la contratación de personal académico que va a asumir responsabilidades de enseñanza, así como tener algo que decir sobre quiénes deben ser los líderes de sus instituciones. Con el fin de asegurar el aprendizaje centrado en el estudiante, la participación estudiantil a nivel local es el primer paso que debe darse. Todos los asuntos con respecto a cuestiones de la educación superior tienen un impacto directo sobre los estudiantes; por lo tanto, los estudiantes deben participar en todos los órganos consultivos y de toma de decisiones. A nivel nacional, otros agentes implicados de relevancia deben ser reconocidos si respetan los principios de independencia, democracia y transparencia. La voz del estudiante es fundamental en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), apoyando el desarrollo positivo de la educación superior en el plano internacional.

ESU considera que la participación de los estudiantes no puede ser una forma simbólica de legitimación de las políticas y decisiones. Además, esta participación no debería verse limitada por cualquier razón, tal como el rendimiento académico, edad, género, raza, religión u orientación sexual. Además, la representación estudiantil no debe tener consecuencias negativas para los representantes, como en el rendimiento educativo.

ESU cree firmemente que ser estudiante es algo más que aprender y recopilar conocimientos; se trata del desarrollo personal y colectivo, de crear una sociedad y un futuro mejores.