Deborah La Profetisa Apóstol German Ponce Escuela para Profetas Guatemala, 30 de marzo del Año De La Revelación

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La Biblia dice que todo el Antiguo Testamento es como una sombra y figura para nosotros, que podemos aplicar para desarrollar las bases de lo profético. Jueces 5:12 (LBLA) Despierta, despierta, Débora; despierta, despierta, entona un cántico. Levántate, Barac, y lleva a tus cautivos, hijo de Abinoam. El libro de los Jueces nos enseña cómo podemos estabilizar las congregaciones que nos ha dado el Señor a pastorear, porque en él se ven tiempos de avivamiento cuando un juez se levantaba y gobernaba, pero también tiempos de cautividad cuando este moría o dejaba de gobernar. Cuando Débora se levantó el pueblo de Israel tenía ya 20 años de estar en debacle. La palabra que se traduce despierta, también significa activar o avivar, es decir que el Señor quería desatar un avivamiento dentro de Su pueblo. Sabemos que Débora significa abeja, la que produce miel que para nosotros significa revelación. Esto quiere decir que la revelación de la profecía trae avivamiento y activación. En esta oportunidad veremos a Débora como la profecía, que tiene como objetivo producir revelación. Cada uno de los profetas que vemos en la Biblia, utilizaban diferentes vehículos para profetizar, por ejemplo Natán contaba historias para trasladar sus profecías, Eliseo se auxiliaba con un tañedor para que creara una atmósfera propicia, a José el Señor le hablaba por sueños, Agabo tenía contacto con una prenda de aquel al que le profetizaba y Débora utilizaba el canto como un vehículo para profetizar, por lo que analizaremos el canto que ella entonó. Jueces 5:4 (LBLA) SEÑOR, cuando saliste de Seir, cuando marchaste del campo de Edom, la tierra tembló, también cayeron gotas del cielo, y las nubes destilaron agua. La profecía produce gotas del cielo, que según Deuteronomio 32:1-2 es la doctrina, es decir que la profecía traerá un despertar en la enseñanza de la doctrina. La profecía siempre debe estar dentro de la doctrina porque si no, traerá confusión al pueblo de Dios. Jueces 5:7 (BTA 2003) Nuevo y maravilloso modo de guerrear escogió el Señor, y él mismo, por medio de una mujer, destruyó las fuerzas de los enemigos: no se veía lanza ni escudo entre cuarenta mil soldados de Israel. La profecía nos da un nuevo modo de pelear, cosas que no se habían hecho y a las que debemos abrir nuestro corazón, porque en el Señor siempre hay algo nuevo. Si leemos el pasaje completo nos damos cuenta que la naturaleza y los elementos cósmicos pelearon a favor del pueblo de Israel, esto era una forma diferente de actuar de parte del Señor. Jueces 5:14 (LBLA) De Efraín descendieron los radicados en Amalec, en pos de ti, Benjamín, con tus pueblos; de Maquir descendieron jefes, y de Zabulón los que manejan vara de mando. La vara de mando representa la autoridad, otra cosa que se debe activar por medio de la profecía, no solo en nosotros como pastores, sino también en el pueblo. El Señor nos ha dado autoridad a todos y es necesario que enseñemos esto al pueblo para que ellos sean capaces de utilizarla cuando sea necesario, pues nuestra tarea es preparar al pueblo porque todos somos real

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sacerdocio. Moisés supo delegar esta autoridad por consejo de su suegro Jetro y luego reconoció que todos debían profetizar (Números 11:.26-29). 2 Samuel 23:20-21 (LBLA) Benaía, hijo de Joiada, hijo de un valiente de Cabseel, de grandes hazañas, mató a los dos hijos de Ariel de Moab. Y él descendió y mató a un león en medio de un foso un día que estaba nevando. [21] También mató a un egipcio, un hombre de apariencia impresionante. El egipcio tenía una lanza en la mano, pero Benaía descendió a él con un palo, y arrebatando la lanza de la mano del egipcio, lo mató con su propia lanza. El arma de guerra que este hombre utilizó fue una vara, es decir la autoridad. Isaías 11:4 (LBLA) sino que juzgará al pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. En este verso vemos que la vara de autoridad está en la boca, es decir que la autoridad se debe manifestar en lo que decimos. Jueces 5:23 (LBLA) “Maldecid a Meroz”, dijo el ángel del SEÑOR, “maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del SEÑOR, en ayuda del SEÑOR contra los guerreros.” Cuando Débora comenzó su canto, muchos empezaron a activarse en medio del avivamiento, sin embargo Meroz acarreó maldición para sí, no por ponerse en contra del avivamiento, sino por no hacer nada, esto quiere decir que no podemos permitir que en la iglesia hayan ovejas que no hagan nada, pues aún el más nuevo forma parte también del cuerpo de Cristo y por lo tanto tiene una función dentro del mismo. Cuando llega la profecía todos se deben activar, nadie se debe quedar sin hacer nada pues todos valen lo mismo, la Sangre de Cristo. Jueces 5:15 (LBLA) Los príncipes de Isacar estaban con Débora; como Isacar, así también Barac; al valle se apresuraron pisándole los talones; entre las divisiones de Rubén había grandes resoluciones de corazón. Entre las tribus que despertaron se encuentra la de Isacar, que son los expertos en conocer los tiempos; es necesario que entendamos que esto se refiere no solo a la revelación de los tiempos finales y de la escatología, sino que es necesario que la profecía también active el conocer nuestros tiempos, incluso cuando es necesario hacer cambios en nuestra congregación, nuestra familia, y las decisiones que debemos tomar respecto al ministerio. Jueces 5:16 (LBLA) ¿Por qué te sentaste entre los rediles, escuchando los toques de flauta para los rebaños? Entre las divisiones de Rubén había gran escudriñamiento de corazón. Rubén significa hijo, es decir que la profecía también trae un despertar de los hijos, tanto biológicos como espirituales. Pidamos al Señor que la profecía traiga la miel de la revelación a nuestras vidas y así se dé la activación de cada uno de estos aspectos en nosotros y nuestras congregaciones.