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e?tregando una realidad fragmentaria;SI él Y ella se vieron o no se vieron enMarienbad, si se quieren o no ... averígüelo Vargas. Aquí no hay asunto;aquí hay retazos del existir, dados enformas plásticas de innegable belleza:el espectador debe componer el resto.
La experiencia es interesante y estárealizada en verdadero alarde de maestría cinematográfica. Pero el sentido dela "operación intelectual" en que se inscribe este film lo dan esos críticos quegritan con frenesí voluptuoso: "es lamuerte de Descartes", "es un puntapiéal realismo psicológico habitual en quereinan la causalidad y la sucesión" (figúrense ustedes qué crímenes).
Georges Sadoul ha revelado que AlainResnais ha realizado esta cinta a defectode otras cuyos asuntos, de hiriente actualidad, hubieran sido vetados por lacensura. Es lógico en el que fue realizador de Noche y niebla, la más rotundacondenación cinematográfica de los campos de exterminio nazis. Alain Resnaisrealiza un film sin asunto cuando nopuede realizar el asunto que lleva enel alma. Pero El mio pasado en Marienbad, bajo la forma de invitar al espectador a que piense, a que cree él mismo
Pa"¡s: "manifestaciones que son de cTeación cultural"
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Por Manuel TUÑóN DE LARA
Carta de París
En esta semana no nos podía faltar un"Nouveau Roman" ha escrito el guiónlibro, llamémosle audazmente novela, en de El alío pasado en A1aTienbad, realiel que Se:J>retende hacer todo menos la za<;lo P?r Alai.n Resnais, el creador denovela clásica: se trata de la obra de un Hlros!7.1ma, Tm amor. Han vuelto de Veescritor joven e inteligente, Philippe So- necia con el primer galardón y han rellers, llamada El parque. El relato es volucionado de arriba a abajo el mundojugoso, y la capacidad descriptiva del cinematográfico de Francia y, probableautor nos lleva de imagen a imagen, con mente, de toda la Europa Occidental.ritmo de embrujo, para contarnos... Parafraseando una frase algo sobada en¿para contarnos qué? El relato en pri- Francia, Ro~b.e-Grilletha"proclamado lamera persona nos hunde en el Yo. Y este muerte del clI~e de papa '. Ya l~ sa1;>enYo, en el transcurso de una noche y un uSoledes: Chaphn y Strohem1, Emsemsdía, irá desatando el tejido de sus vi- tein y Carné son "el cine de papá". Elvencias por medio de evoc~ci?nes; l~or al!o 1J{lsado en. Marienbad: ~l seductorla evocación trabamos conOCimIento -111- dIce a la candIdata a seduCida que secierto, es verdad- con Ella y con un habían visto, y tal vez amado, "el añoaÍnigo, Él, muerto en la guerra. Sollers pasado en Marienbad"; la mujer ¿se dejaes sincero y dice que su obra es un "poe- seducir o es fiel a su marido, tercer ema novelado". Es verdad, pero su esté- inevitable personaje del film? Pero todotica es no ya barroca sino re~)Uscada, q~e esto resulta más claro así, dicho, queatraerá sobre todo la at~nCi~n de qUle- visto. En un decorado hermético (intenes s~ntaron I;'laza de ~nteh~entes: De riores sin ventanas y con espejos, jardíneste I~br~ ha dIcho, no. 5111 ra~on, ~Ierre- de formas geométricas), los seres humaHenr~ SImon, suce.so,I d~1 1I1?lvldable nos, las estatuas, los objetos nos vanHennot en el cromcon hterano de LeMonde: "Espero otro parque que se parezca menos a un laberinto, en el quedecorad?,s y personajes sean m¡ís naturales ...
Ya en. muchas ocasiones se ha dichoque un buen escritor no es a fortiori unbuen novelista. ¿No será ése el caso deSollers?
Pero el asalto a la razón continúa, conla novela de Paul Guimard, La ironíade la suerte: el procedimiento ya fueempleado en una novela de Henri Thomas, pero aquí es llevado al extremo.Se parte de un hecho: Antaine, perteneciente a la Resistencia francesa, mata aun oficial nazi y cae a su vez bajo las balas alemanas; Marie-Anne, amante deAntaine, terminará por casarse con unamigo de éste, .J uan. Pero, de repente,Guimard raya de un plumazo el relatoy la intriga. ¿Y si las cosas no hubieransucedido así? ¿Y si por dos hechos de azarAntaine no hubiera matado al nazi? Entonces se hubiera casado con Marie-Anne,de la que se habría divorciado más tarde;la existencia de una multitud de personajes secundarios hubiera transcurrido porcaminos enteramente diferentes. Guimard propone mil soluciones diferentessobre la muerte, sobre el amor ... Todopuede ser de otra manera y parece comosi los seres humanos estuviesen inermesante el destino.
No hay lugar a dudas. La moda dehoyes acabar con Descartes o, dicho deotro modo, acabar con lo razonable, conlas "ideas claras y distintas". Es, por lomenos, la moda en la patria de Descartes. No es moda nueva, sin embargo. Elasalto a la razón tuvo espléndida floración con los "ismos" de 1920 a 1930;en uno y otro caso la "vanguardia" literaria y artística parte lanza en ristrecontra 100s: molinos de viento, mientras losDuques y los Juan Haldudo ríen a man-díbula batiente. Porque -para ellosmientras menos se piense, mientras menos autoridad se conceda a la razón,pues ... ¡tanto mejor!
Pero el asalto se ha dado en toda regla, y utilizando armas de primera calidad, en el frente cinematográfico. Nadamenos que Robbe-Grillet, el padre del
Carta dé Estados Unidos
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el. asunto con los fragmentos que se ledan es, ni más ni menos -digámoslode una vez-, un gesto más de escapismo.Como en las novelas, como en las plásticas, se trata de liquidar la razón -conla cual, sin embargo, ha-podido avanzarla humanidad durante un puñado desiglos-, de minar las convicciones, desembrar la ·duda negativa, de sonreírdisplicentemente ante los "buenos sentimientos". ¿Para qué sirven los buenossentimientos?, parecen decir los representantes de esta nueva "vanguardia".Cuando se sabe que d<?s educadores -l~sseñores Teindas y Thueau- han pubhcado los resultados de una encuesta entre millares de adolescentes -estudiantes y aprendices- cuya inmensa mayoríasólo aspira a tener dinero, mujeres, uncochecito y una jubilación sustanciosa,sin participar de ningún ideal c.onstr~c
tivo, se da uno cuenta de las dImensIOnes aterradoras del problema.
[París, octubre 9 de 1961]
Un año más la vieja Sorbona ha abiertosus aulas a millares de estudiantes (muchos de ellos de otros países) , que llegana ella atraídos por el renombre, ganadoen buena lid, de conjugar los valores delhumanismo con el más rigoroso conocimiento científico. Llenáronse tambifnaulas y laboratorios de la nueva Facultad de Medicina, en la rue des SaintsPeres (casi frente al viejo hotel dondeAntonio Machado vivió con Leonor, esquina a la rue de Perronet), y ya comienzan a habilitarse los nuevos localesde la Facultad de Ciencias, ganados enáspera lucha de años a los intereses privados de los mercaderes de vinos.
Verdad es que autoridades académicas,organizaciones de estudiantes y profesores se lamentan de ciertas insuficienciasmateriales; para ser sinceros, diremosque su indiscutible existencia no restabrillo ni alegría a este recomenzar de lastareas universitarias.
Tampoco por ello deja de ser la Universidad uno de los "hauts lieux" -paraemplear la expresión de aquí- de laconciencia francesa, santuario de conciencia me atrevería yo a decir. Nadieignora que el tema del neo-racismo inquieta seriamente a los espíritus europeos. Las extravagancias peligrosas de los"Teddy-Boys" británicos, el relente deun antisemitismo vergonzante aquí yallá, la existencia de la discriminaciónracial en África del Sur, y otros fenómenos que por conocidos me huelgo decitar, hieren las mejores sensibilidadeseuropeas. La concesión del premio Nobel de la Paz (ex-equo con el difuntoHammarskjoeld) a un negro, AlbertJohn Luthuli, figura señera del liberalismo sud-africano, particularmente maltratado por el racismo en el poder, haimpresionado favorablemente a todo elmundo del espíritu. Este mundo, que hasido siempre el principal motor de lairradiación cultural francesa, es particularmente sensible a esta cuestión. No es,pues, extraño que una veintena de profesores universitarios (entre ellos sabiosde renombre mundial como Kastler,Gurvitch, Hauriou, Schwartz, Meyerson) y unos cincuenta escritores (recuerdo los nombres de Sartre, Jean Cassou,André Breton, Simone de'--Bt'Jauvoir,Aragon, entre los veteranos, y Butor,Natalia Saurrate, Margueritte Duras, dela "nueva ola") hayan creído necesariauna enérgica y pública toma de posición
frente al racismo. Hilaire Cuny, conocido escritor científico, que triunfó hacepoco con su libro sobre Joliot-Curie, haemprendido también la lab~r de desmontar -partiendo de las tnstes experiencias del III Reich- la base pseudocientífica del racismo.
Pero si esas afirmaciones, que 'tantohonran a la cultura francesa, constituyen algo así como la superficie, algo encrespada, de la vida espiritual de estassemanas, otras manifestaciones que sonde creación cultural forman como lasramas sólidas de este vigoroso árbol,que siguen dando sus frutos y acreditando así su razón de ser.
Pero hay que hablar también de loque siempre constituye un acontecimiento teatral: una obra de Bertold Brecht.En este caso se trata de Schweyk en laSegunda Guerm Mundial, puesto en escena por Roger Planchan e interpretadapor Jean Bouise. Este personaje, ya célebre en la Europa central entre las dosguerras, fue reencarnado por Brccht,situándolo en la Checoeslovaquia ocupada por los nazis. Schweyk es, sencillamente, un pillo de siete suelas, un truhán redomado, que se defiende del nazismo a su manera -asocial. insolidariamediante tretas astutas, con la sonrisa decuco en los labios. Alguien ha dicho queSchweyk no es un héroe sino un antihéroe; es verdad, y la obra nos deja estaimpresión de desazón, incluso en susfragmentos de ópera granguiñolesca,
Por Manuel DURÁN
La gran novedad literaria de estos últimos días ha sido la publicación de unanueva novela de Salinger, titulada Zooeyand Franny (algo extrañamente, pero eltítulo está compuesto por los nombresde dos personajes principales, y los héroes de Salinger suelen llevar nombresextravagantes). Salinger es quizá el escritor predilecto de la juventud norteamericana. Sus personajes adolescentes,retratados con precisión, ofrecen unamezcla de inocencia y egoísmo, de individualismo rebelde y aceptación inconsciente de ideales sociales, que permitena los jóvenes lectores identificarse plenamente con ellos. Muchos de sus cuentos han aparecido en la revista NewYorker, y representan bastante bien elespíritu de esta publicación: elegancia,cosmopolitismo, pero siempre con reservas, sin subrayar excesivamente ningunaopinión demasiado personal. El neologismo que expresa la actitud de la revista, y el estilo de Salinger, ha sido yaaceptado por el uso corriente en lospaíses de lengua española: es "la sofisticación". Pero a ello Salinger añade ladescripción de la torpeza propia de laadolescencia. Sus cuentos no tienen unfinal bien definido, son como conversaciones interesantes y reveladoras que seacaban de pronto sin saber por qué, como si los personajes se hubieran dadocuenta de que habían ido demasiadolejos y de que sus esfuerzos por definirsea sí mismos eran absurdamente pretenciosos. La novela que acaba de publicarno llega, en el fondo, al nivel artísticode sus mejor.es cuentos, y ello se debe,quizá, a que una novela exige a su autor
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cuando Schweyk se enfrenta con Hitleren la estepa rusa o cuando aparece esteúltimo con sus dignatarios. Gisselbrecht,traductor con Joel Lefevbre de la obra,recuerda la frase en que Brecht decíaque don Quijote, Candine o El Revisorson espejos cóncavos, pero al fin y alcabo espejos. Schweyk no deJa de serloy en ello puede que resida el mayorvalor de esta obra que no se presentójamás en vida de su autor. Hay queañadir dos palabras sobre la escena giratoria montada por Planchan, que suprime el ángulo estático del espectador.Esta visión dinámica está reforzada porel decorado inteligente de René Allió,cuya gama cromática negro-gris-blancocontribuye a la visión de ese mundosórdido del nazismo, cuyas salpicadurasllegaban a todos los Schewyk vivientes.Porque con la sola arma del chiste no seha derribado jamás ninguna tiranía.
No quiero terminar esta carta sin decirles que Pablo Picasso ha cumplidoayer ochenta años. Artistas y escritoreshan comenzado ya en París los homenajes al gran Pablo; durante la semana enU-ante Niza y Vallauris ofrecerán su mejor aire de verbena meridional en honoral malagueño, que allí ha echado raÍCes.De todo esto espero que hablemos, ymucho, pronto. Porque Picasso es unjalón, no sólo de la historia plástica,sino también de la dignidad del hombre.
[París, octubre 25 de 1961]
unas convicciones artísticas mucho másdefinidas que las que Salinger posee.
Otro escritor norteamericano de primera fila, y del que se hablará muchoen un futuro próximo, es Edwanl Albee.En Nueva York han empezado a ensayaruna nueva obra teatral de Albee, quepor ahora no tiene título. Es, según parece, la respuesta norteamericana a losproblemas que plailtea el Rinocerontede Ionesco; y las afinidades que unen aAlbee con Ionesco y los otros dramaturgos europeos de vanguardia son muchas.Baste decir que la mayor parte de losempresarios se niegan todavía a representar sus obras, porque las juzgan demasiado complicadas y misteriosas, ycreen que el público no reaccionaríafavorablemente; en lo cual se equivocanprobablemente, puesto que en un paístan vasto como éste hay público paratodo, y si bien el teatro de Nueva Yorksuele estar dominado por el género híbrido, mitad comedia y mitad opereta,que se llama "comedia musical", es evidente que actualmente existe en EstadosUnidos un público selecto que no solamente acepta obras más difíciles sino quelas reclama. Ocurre con el teatro lo mismo que con el cine: el éxito del teatroeuropeo de vanguardia, y del mejor cine europeo, ha educado a todo un sectordel público, al que las producciones comerciales corrientes le parecen sentimentales, absurdamente anticuadas, eincapaces de revelarle nada nuevo, y eseste público el que ayudará a renovar elteatro y el cine norteamericanos.
Y sin embargo, es preciso señalar quela publicación que más se ha leído y