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Política Boliviana – ¿La Sociedad Civil Como un Peligroso Instrumento? Capital social de los votantes de MAS 1 dr. Pavlína Springerová 2 Resumen Desde el princípio del siglo 21 podemos observar el ascenso político de Evo Morales. Esta subida fue sostenida y facilitida gracias a los vínculos estrechos entre Evo y organizaciónes sindicalistas y movimientos sociales. Esta ponencia propone analizar el carácter de la sociedad civil boliviana, más concreto se enfoca en la índole y tendencias de capital social de los votantes de MAS. Quisiéramos descubrir qué propensión de capital social predomina entre los votantes del MAS y qué tendencias prevalecen en la sociedad civil boliviana reflejando sobre todo el sector de votantes masistas utilizando dos conceptos básicos: bonding/unión capital y bridging/enlace capital. Palabras claves: capital social, Morales, MAS, sociedad civil, movimentos sociales Introducción, diseño y delimitación del trabajo Desde principios del siglo 21 hemos podido observar un rápido ascenso del actual presidente Evo Morales y su vehículo político Movimiento al Socialismo (MAS) en la escena política boliviana y latinoamericana. Ese fenómeno ocurre claramente en cierto contexo latinoamericano e internacional, no obstante, esta ponencia se dedica solo al espacio interior, espacio social y político boliviano. El ascenso de Evo se sostiene, y se ha visto facilitado, por los estrechos vínculos que Morales mantiene con organizaciones sindicales y movimientos sociales. Este tipo de agrupaciones formaban parte importante de la sociedad civil boliviana durante el período de transición del partidismo neoliberal hacia la “democracia participativa” de Evo Morales y MAS. Como presuponen algunas teorías de la sociedad civil, sobre todo las que viene del mundo occidental (o desarrollado que pasó por un tipo de modernización), la sociedad civil es un prerrequisito imprescindible para la creación y el desarrollo de la política democrática. Aunque también en el mundo Euro-Altántico estas teorías afrontan bastante criticismo advertiendo de que también dentro de la sociedad civil puedan existir tendencias antidemocráticas. (vea por ejemplo Huntington 1968; Berman 1997) No obstante analizando la sociedad civil no se debe omitir el aspecto geográfico e histórico y por eso tampoco podemos ignorar el carácter differente de las sociedades civiles latinoamericanas que reflejan el desarrollo específico de América Latina donde el auge de la sociedad civil se relaciona con la deficencia de la democratización y con las expectativas 1 La parte de este texto fue presentada en el Congreso de ALACIP en Quito (Junio 2012). 2 Correo electrónico: [email protected], Facultad de filosofía, Universidad de Hradec Králové, Rep. Checa. Este trabajo fue sostenido y elaborado gracias al apoyo del proyecto RESAREAS (OPVK, Partenrství a sítě).

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Política Boliviana – ¿La Sociedad Civil Como un Peligroso Instrumento? Capital social

de los votantes de MAS1

dr. Pavlína Springerová2

Resumen

Desde el princípio del siglo 21 podemos observar el ascenso político de Evo Morales. Esta subida fue

sostenida y facilitida gracias a los vínculos estrechos entre Evo y organizaciónes sindicalistas y

movimientos sociales. Esta ponencia propone analizar el carácter de la sociedad civil boliviana,

más concreto se enfoca en la índole y tendencias de capital social de los votantes de MAS.

Quisiéramos descubrir qué propensión de capital social predomina entre los votantes del MAS

y qué tendencias prevalecen en la sociedad civil boliviana reflejando sobre todo el sector de

votantes masistas utilizando dos conceptos básicos: bonding/unión capital y bridging/enlace

capital.

Palabras claves: capital social, Morales, MAS, sociedad civil, movimentos sociales

Introducción, diseño y delimitación del trabajo

Desde principios del siglo 21 hemos podido observar un rápido ascenso del actual presidente

Evo Morales y su vehículo político Movimiento al Socialismo (MAS) en la escena política

boliviana y latinoamericana. Ese fenómeno ocurre claramente en cierto contexo

latinoamericano e internacional, no obstante, esta ponencia se dedica solo al espacio interior,

espacio social y político boliviano. El ascenso de Evo se sostiene, y se ha visto facilitado, por

los estrechos vínculos que Morales mantiene con organizaciones sindicales y movimientos

sociales. Este tipo de agrupaciones formaban parte importante de la sociedad civil boliviana

durante el período de transición del partidismo neoliberal hacia la “democracia participativa”

de Evo Morales y MAS.

Como presuponen algunas teorías de la sociedad civil, sobre todo las que viene del mundo

occidental (o desarrollado que pasó por un tipo de modernización), la sociedad civil es un

prerrequisito imprescindible para la creación y el desarrollo de la política democrática.

Aunque también en el mundo Euro-Altántico estas teorías afrontan bastante criticismo

advertiendo de que también dentro de la sociedad civil puedan existir tendencias

antidemocráticas. (vea por ejemplo Huntington 1968; Berman 1997)

No obstante analizando la sociedad civil no se debe omitir el aspecto geográfico e histórico y

por eso tampoco podemos ignorar el carácter differente de las sociedades civiles

latinoamericanas que reflejan el desarrollo específico de América Latina donde el auge de la

sociedad civil se relaciona con la deficencia de la democratización y con las expectativas

1 La parte de este texto fue presentada en el Congreso de ALACIP en Quito (Junio 2012).

2 Correo electrónico: [email protected], Facultad de filosofía, Universidad de Hradec Králové, Rep.

Checa. Este trabajo fue sostenido y elaborado gracias al apoyo del proyecto RESAREAS (OPVK, Partenrství a

sítě).

incumplidas. Por eso la sociedad civil en América Latina cumple sobre todo los siguientes

papeles: llena un espacio, representa el motor de cambio y sustituye los actores políticos

clásicos en el proceso de democratización. (Garretón 2006: 46).

Como vamos a introducir más adelante, existen muchas interpretaciónes y

conceptualizaciones del concepto de capital social3 y sociedad civil como tal. En este texto

salimos del hecho que capital social es el principal componente de la sociedad civil e influye

crucialmente su carácter. Más presuponemos que sociedad civil y fuerte asociacionismo (en

sentido neo-Tocquevilliano) no necesariamente causa resultados positivos (profunda procesos

democráticos, trae beneficios económicos, promueve la confianza dentro de la sociedad etc.) o

mejor dicho aquellas condiciones puedan plantear nuevos retos o aun amenazas para el

Estado.

Esta ponencia propone analizar el carácter de la sociedad civil boliviana, más concreto se

enfoca en la índole y tendencias de capital social de los votantes de MAS. Quisiéramos

descubrir qué propensión de capital social predomina entre los votantes del MAS y qué

tendencias prevalecen en la sociedad civil boliviana reflejando sobre todo el sector de

votantes masistas.

Con respecto a la sociedad civil entendemos que en América Latina han existido vínculos

estrechos entre la sociedad civil y el Estado y estas dos áreas así no eran (y en varios países

todavía no son) claramente delimitadas y autónomas puesto que aquellas sociedades no se

formaban naturalmente desde abajo durante largo período de formación de procesos socio-

políticos. Así la sociedad civil en algunos países latinoamericanos se ha relacionado con

gobiernos o grupos opositores políticos apoyando el objetivo común de reemplazar a la élite

dominante como hemos visto en el caso bolviano donde no existía clara delimitación del

partido MAS y movimientos sociales que apoyaban el esfuerzo político Evista.

Desde el punto de vista teórico utilizamos dos conceptos básicos de CS viniendo de Putnam:

bonding/unión capital y bridging/enlace capital. En el caso boliviano nos interesa así la fuerza

excluyente, movilizadora, de aquella sociedad que refleja sobre todo el tipo de CS de unión

subrayando lazos verticales entre la gente con características sociales comunes, tales

tendencias incluyentes de CS de enlace que interconecta, en el caso de países étnicamente

heterogéneos, personas de varios grupos étnicos y sociales, difunde informaciones, promueve

participación y crea la mutualidad e identidad. Qué tipo de CS predomina entre partidarios del

MAS? Es más “inward-looking” bonding capital que esfuerza identidades exclusivas y

homogéneas (socialmente o étnicamente) y promueve relaciones fuertes entre los miembros

del grupo, quienes se defienden de las influencias externas que consideran negativas, o es

3 Las distinciones más típicas tratan del CS estructural y CS cognitivo. El capital social estructural facilita

acciones colectivas y beneficios mutuos através de roles y redes sociales y sus reglas, proceduras y precedentes.

El capital social cognitivo incluye normas compartidas, valores, actitudes y predispone la gente hacia la acción

colectiva y mutuamente beneficiosa. Los dos capitales son complementarios, interrelacionados y se refuerzan

mutuamente. (Krishna and Uphoff 2002; Uphoff 1999; Uphoff and Wijayaratna 2000). Para vér más con

respecto a varios tipos vea Aldridge, Halpern et al 2002; Dolfsma and Dannreuther 2003; Narayan and Pritchett

1999.

“outward-looking” bridging capital que cruza líneas étnicas y clasistas y “genera identidad

más extensa y reciprocidad”? (Putnam 2000: 23)

Los dos conceptos sufren algunas externalidades negativas (este problema es más discutido en

marco teórico) y también conlleva retos metodológicos. Teóricamente la distinción entre

ambos tipos queda clara, aunque en realidad algunos grupos se pueden caracterizar por los dos

típos de CS al mismo tiempo. Además en círculos académicos no existe consenso de como

operacionalizar ambos tipos de CS. Sin embargo para este trabajo resulta importante que

bonding CS puede influir en toda la sociedad negativamente por que no siempre aquellos

grupos (interiormente bien definidos) actúan y sirven para los intereses públicos de la

comunidad entera utilizando potencial de bonding capital.

Marco teórico

De qué hablamos?

El término y el concepto de capital social (CS), como tantos otros términos y conceptos de las

ciencias sociales, debe ser considerado como una noción en disputa. Sea lo que sea, el

concepto es atractivo desde punto de vista académico porque es amplio, adaptable, flexible y

a su vez provocador.

Las primeras notas sobre el concepto de CS parten del trabajo de Lyda Hanifan (1916),

después el concepto reaparece gracias al trabajo de Jane Jacobs (1961, The Death and Life of

Great American Cities) y el economista Glenn Loury (1977, A Dynamic Theory of Racial

Income Differences. Women, Minorities, and Employment Discriminaiton), quién introdujo el

término de CS en la investigación social moderna.

El concepto se vuelve ampliamente conocido en ámbitos académicos a partir de los años

ochenta al aparecer la tríada más conocida con sus textos paradigmáticos – Bourdieu (1986),

Coleman (1988, 1990) y Putnam (1993, 1995, 2000). Desde aquel momento, especialmente en

la segunda mitad de los años noventa, observamos un gran auge del concepto de CS que es

cada vez más elaborado e investigado en el campo de las ciencias políticas, la economía y la

sociología. Por lo tanto, ha aumentado mucho el esfuerzo por estructurar y definir este

concepto. Pero aunque la literatura es inmensa y ha producido muchas ideas sobre el CS,

todavía existe una multiplicidad de problemas conceptuales y teóricos.

Gráfico 1 Cantidad de textos sobre CS por años

Fuente: Šafr, Sedláčková 2006, adaptado de Halpern 2005

Desde punto de vista filosófico algunos académicos (por ejemplo Huysman, Wulf 2004)

acentúan la conexión entre CS y dos tradiciones filosóficas diferentes: la tradición marxista

que está representada por Pierre Bourdieu y la tradición comunitarista personalizada sobre

todo por Robert Putnam. Para este trabajo el punto de partida viene a ser el trabajo de Putnam,

quien define como capital social aquellas “características de la organización social como son

la confianza, las normas y redes sociales, que pueden mejorar la eficiencia de una sociedad

facilitando acciones coordinadas", que resaltan la existencia de una comunidad cívica.

(Putnam 1993: 167) En este sentido la comunidad basada en la confianza y las normas de

reciprocidad debe promover el desarrollo armónico y positivo de las organizaciones sociales y

debe revitalizar la democracia. No obstante, el CS no es sencillamente entendido como el

análisis de las relaciones e interacciones de una comunidad y se ha venido utilizando también

para explicar un amplio abanico de fenómenos como la superación de la pobreza (Collier,

1988), la integración de los inmigrantes (Portes, 1998), mejoramiento de la educación

(Coleman, 1990), desarrollo económico (Fukuyama 1995), eficacia gubernamental,

gobernabilidad democrática, desarrollo local o el proceso de descentralización, etc.

Tabla 1 Definiciones de CS

Autores Definiciones de CS

Pierre Bourdieu (1985) El conjunto de recursos reales o potenciales a

disposición de los integrantes de una red

durable de relaciones más o menos

institucionalizadas.

James Coleman (1990) Los recursos socioestructurales que

constituyen un activo de capital para el

individuo y facilitan ciertas acciones

comunes de quienes conforman esa

estructura.

Robert Putnam (1993)

Aspectos de las organizaciones sociales, tales

como las redes, las normas y la confianza,

que facilitan la acción y la cooperación para

beneficio mutuo. El capital social acrecienta

los beneficios de la inversión en capital físico

y humano.

El problema inicial planteado por muchos teóricos trata del término propio “capital social”.

Algunos autores, sobre todo economistas, rechazan el uso del término “capital” en contexto de

“social” argumentando que para ser considerado una forma de capital, CS debe cumplir

algunos requisitos imprescindibles. Según sus opiniones este tipo de capital no cumple una

función de producción como el capital físico o humano, más, no es convertible, no tiene

dueño concreto y con su empleo no se desgasta pero al contrario, crece. (Solow 1999, Arrow

19994)

Por otra parte en varios trabajos académicos encontramos razones a favor del uso del término

CS argumentando que la inversión en capital social (haciendo un favor a alguien un día)

brinda retornos en el futuro y genera ciertos “productos sociales”. (Mendoza Botelho 2006:

13) Este tipo de capital puede ser según Putnam también acumulado y lógicamente destruido

por acciones destructivas (por conflictos, sequías, procesos migratorios, etc.)

De todos modos existen diferencias claras entre entendimiento del término capital físico y

social, según Ostrom y Ahnson se identifican siguientes diferencias:

“1) el capital social no se desgasta con el uso (al contrario, se puede incrementar con el uso),

sino más bien con la falta de uso;

2) el capital social no es fácil de observar ni medir;

3) el capital social es difícil de construir mediante intervenciones externas, y

4) las instituciones gubernamentales nacionales y regionales afectan profundamente el nivel y

el tipo de capital social disponible, para que los individuos se dediquen a esfuerzos de

desarrollo de largo plazo.” (Ostrom, Ahn 2002: 2)

Como enfoque básico se utiliza la diferenciación entre CS individual, trayendo beneficio a los

individuos (Bourdieu 1986, Coleman 1988) y colectivo (agregado)5 que aporta beneficios

para el grupo o entera sociedad (Putnam 1993). Aunque por ejemplo según Durston (2000)

estas líneas son complementarias conectando hechos sociales particulares con estructuras

sociales.6

Las ciencias políticas generalmente (incluyendo este trabajo) trabajan con el concepto de CS

colectivo. Más Putnam distingue el CS colectivo en dos formas básicas: unión/bonding (CS

4 Arrow, aunque admite la plausibilidad de la hipótesis que redes sociales pueden afectar resultados económicos,

resalta que los beneficios de interacciones sociales son intrínsecos y carecen la importancia de propiedad de

caiptal como el benificio futuro. 5 No obstante el CS colectivo no es necesariamente la suma pura de los capitales sociales indivduales.

6 También existen varias formas de CS: estructural que se basa en redes sociales (bonding, bridging, linking) y

cognitiva basada en la confianza (particularizada o generalizada).

que une; lazos verticales entre la gente con características sociales comunes – familia,

etnicidad, barrio) y enlace/bridging (CS que tiende puentes; lazos horizontales).7 Bonding CS

se puede concebir como un capital defensivo y es típico por las fuertes relaciones entre los

miembros del grupo, quienes se defienden de las influencias externas negativas. Este tipo del

CS se basa en una fuerte lealtad interna, homogeneidad y alta confianza dentro del grupo.

Aquí encontramos relaciones entre miembros de familias y relaciones entre miembros del

mismo grupo étnico.

Bridging CS es un capital ofensivo y positivo desde el punto de vista del desarrollo social y

sociedad civil. Incluye contactos más lejanos y está caracterizado por interacciones inestables.

Este tipo de CS enlaza personas a través de varios grupos sociales. Interconecta, en el caso de

países étnicamente heterogéneos, personas de varios grupos étnicos, difunde informaciones y

crea la mutualidad e identidad. Para el desarrollo del concepto del CS fue importante la

introducción del tercer tipo de CS llamado vinculación/linking capital (Harper 2002;

Grootaert et al 2004) – que describe los lazos verticales entre la gente con diferentes niveles

de autoridad, por ejemplo la interacción entre ciudadanos y autoridades públicas (policía,

funcionarios públicos, entre otros).

Tabla 2 Autores y mediciones del CS

Autor Medida de capital social Narayan, Narayan y Pritchett Funcionamiento del grupo, contribuciones

financieras, en especies, participación en toma de

decisiones, heterogeneidad en la membresía,

confianza interpersonal

Grootaert y Swamy, Grootaert y Narayan Densidad de asociaciones, heterogeneidad en la

membrecía, grado de participación en

asociaciones

Fukuyama Normas, valores

Ingelhart; Knack y Keefer Niveles de confianza (porcentaje de

individuos que dicen poder

confiar en otras personas), niveles de inversión

en un país

Varshney Adhesión e interacción de grupos.

Onyx y Bullen Participación en la comunidad local; acción

proactiva en un contexto social; sentimientos de

confianza y seguridad; contacto con vecinos,

familia y amigos; tolerancia ante la diversidad;

valoración de la vida, contactos laborales.

7 Lewandowski (2006, citado por Šafr, Sedláčková 2006) argumenta que la división en dos CS (bonding y

bridging) no es conveniente si queremos entender como surge y funciona el CS en las sociedades altamente

estratificadas economicamente, socio-culturalmente y etnicamente. Por eso prefiere hablar sobre CS horizontal,

que está accesible solo dentro de un estrato, y vertical, lo que representa la forma de CS democrático, y accesible

para todos los estratos.

Easterly y Levine Heterogeneidad étnica, medida por la diversidad

etnolingüística dentro de un país.

Hellewell y Putnam Medida de comunidad cívica (índice de

asociación, newspaper readership y

comportamiento político), desempeño

institucional, satisfacción de los ciudadanos con

el gobierno) Fuente: Woolcock, Narayan 2000; Durlauf, S. y Fafchamps, M. 2004.

¿Cómo medir el CS?

Aunque existen muchas maneras de medir el CS, no hay consenso general acerca de cómo

realizar una medición, lo que Fukuyama describe como la flaqueza más grande de todo el

concepto del CS. (Fukuyama 2001: 12) Además tenemos que tomar en consideración que no

todas las medidas utilizadas para medir CS nos dan respuestas e informaciones claras y no

ambiguas. Por ejemplo, si medimos la participación electoral, no sabemos si la tasa de

participación es un resultado del activismo cívico o si sale de algún conflicto interno que

moviliza a la población.

Para comprender bien esta problemática hay que tener en cuenta que normalmente no

medimos el mismo CS, pero evaluamos condiciones que consideramos convenientes para el

desarrollo del mismo. Desde los años 90 han surgido muchos métodos de evaluación y

medición del CS como consecuencia de la definición imprecisa de CS lo que complica la

operacionalización del CS, y la selección de indicadores y variables aptos. Por último, pero no

por ello menos importante, hay que tener en cuenta que los indicadores cuantitativos detectan

solo algunos aspectos del CS.

El indicador más utilizado es la “confianza” con respecto al nivel de confianza (entre

miembros de un grupo, en algunas organizaciones, instituciones etc.). Pero el indicador de

confianza también causa ambigüedades. Algunos autores identifican la confianza con el

mismo CS (Fukuyama 1995), otros autores entienden la confianza como una fuente de CS

(Putnam 1993) o como una forma de CS (Coleman 1988) o también como una consecuencia e

atributo del CS. (Côte 2001). (Pileček 2010: 70)

La siguiente tabla (Tabla 3) nos enseña qué indicadores se utilizan para medir y evaluar el CS.

Tabla 3 Variables del capital social

Variable Descripción

Participación en redes Capacidad de formar nuevas redes, relaciones

entre individuos y grupos.

Reciprocidad Altruismo al corto plazo e interés personal en el

largo plazo.

Confianza Voluntad de aceptar riesgos. Se espera que las

personas respondan de manera que ofrece apoyo

Normas sociales Quienes conocen éstas normas no formales

asumen comportamientos en un contexto social

dado, obvia la necesidad de acciones legales e

institucionalizadas.

Proactividad El desarrollo del capital social requiere el

involucramiento activo y reivindicativo de los

ciudadanos en una comunidad.

Solidaridad Pensamiento y actitudes de las personas para

relacionarse con otros.

Acción colectiva y cooperación Actividades organizadas en una comunidad para

alcance estas precisas.

Cohesión social e inclusión Capacidad y disposición para trabajar juntos en

un objetivo común.

Información y comunicación Difusión de la información, fomento del diálogo

entre actores.

Fuente: Web del Banco Mundial

Críticas del CS

Aunque el concepto de CS ha causado bastante optimismo, cabe mencionar también aspectos

negativos y criticados del enfoque. Las críticas del CS son frecuentes y ya hemos mencionado

algunas de ellas, las cuales se refieren a su naturaleza, creación, medición y

conceptualización. Hay críticas que destacan que resulta imposible distinguir entre aquello

que causa el CS y lo que resuelta de él. Por eso corremos el riesgo de aproximaciones

tautológicas. Por eso también resulta difícil establecer relaciones de causalidad clara entre el

CS y variables como la democracia, la pobreza o el desarrollo.

Además, no es posible aceptar la idea que todo CS es valioso y positivo socialmente, tampoco

es siempre intercambiable y fungible. (Guemes 2011: 95) Aparte de externalidades positivas

(promoviendo actitudes, valores – lealtad, honestidad etc.) producidas por CS, este concepto

también tiene su lado oscuro trayendo la discriminación, exclusión u explotación o

corrupción. (Saiz, Jiménez 2008: 260)

Por ejemplo Woolcock (2000) generalizó las críticas más comunes:

Solo re-empaqueta vieja idea en base a buen mercadeo.

El CS es solamente el término de moda.

El CS recompensa el imperialismo económico mediante la definición de relaciones

sociales como “capital”.

Legitimiza y refuerza políticas ortodoxas de desarrollo (por ejemplo el Consenso

de Washington).

No toma en cuneta temas de poder.

Es un concepto Occidental poco relevante en otros lugares.

Portes añade más lados oscuros del CS y, entre otros, señala otras dos consecuencias

negativas del concepto. La primera crítica dice que los mismos lazos sociales que mejoran las

oportunidades de algunas personas, limitan artificialmente las oportunidades de quienes están

excluidos de esa red. Así sólo acceden a los beneficios de la red aquellos a quienes los

miembros franquean el acceso, el resto queda excluido de sus beneficios. El segundo aspecto

negativo trata de la pertenencia al grupo que demanda conformidad con sus normas y

restringe la libertad de decisión de los miembros. Esto puede ser dañino en la medida en que

puede coartar los derechos de sus miembros a perseguir un destino propio y puede frustrar

intentos de emancipación personal. (Portes 1998: 15-18)

Delimitación del concepto de ciudadanía y de la sociedad civil

Los tres conceptos (capital social, ciudadanía y sociedad civil) son conceptos

interrelacionados y frecuentemente discutidos abarcando un amplio abanico de enfoques y

delimitaciones. Algunos autores argumentan que sobre todo el término “sociedad civil” ya

está sobreexplotado y abusado. (por ejemplo Serrano 1999, Olvera 1999) Además del

problema terminológico, existe también un reto metodológico, por eso hay que tener en

cuenta que las investigaciones empíricas sobre esos conceptos tienen implicaciones bastante

restringidas y muchas veces no son intransferibles debido a las diferencias en cuanto a

tradición histórica, socio-económica, cultural y geográfica. Para nosotros el asunto más

crucial se enfoca en la relación entre el Estado y la sociedad civil.

Para entender mejor esta pregunta hace falta decir que en el transcurso de la historia el

concepto de sociedad civil ha experimentado un proceso de progresiva autonomización, tanto

de la esfera económica y comercial, como del sistema gubernamental y del Estado. Así se

autonomiza y separa la esfera de la sociedad civil de la económica y política. Este proceso de

autonomización se puede percibir claramente en Occidente, no obstante en América Latina

causa varias incertidumbres, a las cuales nos referimos más adelante.

El concepto de ciudadanía, que da a los ciudadanos el derecho de participar en una

comunidad, involucra, sin duda, tanto las relaciones entre los ciudadanos, como las relaciones

entre los ciudadanos y el Estado, con el objetivo de mejorar el bienestar público incluyendo el

plano legal, normativo y material. El fortalecimiento de la ciudadanía, en términos de

participación efectiva de los actores sociales en los asuntos públicos, es imprescindible para

reforzar la adhesión social. Así surge la base para el desarrollo de la sociedad civil, que se

puede entender como la suma de aquellas organizaciones y redes que se ubican fuera del

aparato estatal formal (todos grupos de interés, grupos estudiantiles, grupos comunitarios

informales, ONG, sindicatos, asociaciones profesionales, cámaras de comercio).

Tal como hemos mencionado anteriormente, la realidad y la evolución latinoamericana no nos

deja adaptar todos los esquemas occidentales al espacio latino. Como constata Garretón,

desde punto de vista normativo la sociedad civil se opone “al estado y consiste

exclusivamente en aquel tejido asociativo cuya sola existencia asegura la participación y

apunta a una forma de auto-gobierno“. (Garretón 2006: 46). Así la sociedad civil no incluye

ningunos actores malos y siempre representa la dimensión positiva. Pero este enfoque

tocquevilliano, que establece una vinculación directa entre la idea de democracia y el carácter

de la sociedad civil, rescatando su dimensión asociativa, es difícilmente aplicable a la realidad

latinoamericana. Este concepto de Tocqueville excluye el ámbito del mercado y concibe la

sociedad civil de central importancia para la democracia albergando los intereses ciudadanos

y conformando un poder político que contrarreste al poder del Estado. Sin embrago, en

América Latina no se puede entender fácilmente la sociedad civil (en sentido normativo)

como un tejido asociativo, como el contrapeso al Estado, puesto que en países

latinoamericanos la sociedad civil no se ha constituido desde abajo, si no que ha salido de la

autoridad del Estado a través de su política. Por eso tampóco se puede entender la sociedad

civil en países latinoamericanos como una área autónoma y lejana de del Estado y política.

(Garretón 2006: 48)

Del concepto a la realidad Boliviana: ¿Qué significa ser boliviano? La sociedad civil y la

ciudadanía boliviana

Si queremos analizar la situación de la sociedad civil y la fuerza y las tendencias de capital

social en Bolivia, hay que presentar algunos aspectos básicos que influyeron los procesos

políticos y socio-económicos recientes. Con respecto a Bolivia, los procesos transformativos

no se pueden entender solo en el contexto de cambios del sistema político, del agotamiento de

modelo neoliberal, y la decadencia de partidos tradicionales. Debemos tomar en consideración

la compleja reformulación de la base socio-política de la sociedad boliviana. Esta

transformación tiene sus raíces en los años noventa y guarda relación con el proceso de

descentralización y el (re)nacimiento del concepto plurinacional. No obstante estos procesos

no fueron bien recibidos en todas las partes de la sociedad boliviana y provocó una oposición

fuerte, la cual se concentró sobre todo en cuatro departamentos orientales (Beni, Pando, Tarija

y Santa Cruz) resistiéndose a emprender el rumbo hacía el socialismo e indigenismo

populista.

En los siguientes pasajes nos dedicamos al proceso de formación de la sociedad civil

boliviana y al análisis del rol de la sociedad civil y el CS en procesos transformativos. Nos

interesa si la sociedad civil es capaz de cumplir la función de mediador o si se ha convertido

en un instrumento político del partido en el poder y perdió cualquier grado de su autonomía.

Para entender la evolución política y social en Bolivia hay que seguir sobre todo la

problemática de la politización de la etnicidad y el papel de los movimientos sociales.

El carácter multiétnico de la población boliviana, donde el 62 por ciento se autodefine como

indígena,8 catalizó los procesos políticos y sociales de principio del siglo 21. No obstante, el

Estado boliviano se ha constituido por muchas décadas como un estado monocultural y

monoétnico con fuerte dominio de la raza blanca. La cuestión étnica se comenzó a discutir por

primera vez en 1952 al iniciarse el proceso de la Revolución Nacional en Bolivia por sectores

populares, obreros e indios que puso el fin del sistema oligárquico hacendal y estableció el

“pacto social“ entre indígenas convertidos en “campesinos“ y la pequeña burguesía articulada

en torno al partido del MNR. Los indígenas debían pasar por el proceso de integración social

y de mestizaje estableciendo una nueva identidad étnica y ciudadanización, implicando a su

vez la renuncia a las aspiraciones de autodeterminación. (Rea Campos 2002) Por lo tanto este

proceso no intentó incluir a los indígenas en los procesos políticos y económicos; los

indígenas solo ayudaron al MNR a ascender al poder y seguir ejerciendo la lógica de los

gobiernos monoétnicos y las élites.9 Todo “bruto indio“ fue considerado como algo atrasado.

El término indigenismo/indígena se suprimió por ser considerado discriminatorio, siendo

reemplazado por el término “campesino“. (Albó 2005: 2, Albro 2005: 434)

A pesar de todos los indígenas recibieron algunos beneficios de su apoyo al MNR en el

proceso revolucionario. El partido gubernamental canceló el sistema de pongueaje10

, los

analfabetos recibieron el derecho de voto y los grupos indígenas obtuvieron la promesa del

status quo territorial con respecto a las tierras comunales. También muchos representantes

indígenas fueron nombrados miembros de los sindicatos que el MNR había creado en la

8 En el censo del año 2001 30,7 % de Bolivianos se declara quechua, 25,2 % se autoidentifica como aymara y

más de 6 % se reparte entra los diferentes grupos étnicos de las tierras Amazónicas. (INE, censo 2002) 9 Como constata Rea Campos: „Así, los indios que habían dejado o de ser “pongos” de los hacendados pasaron a

convertirse en “pongos políticos” al servicio de las nuevas élites políticas -MNR, 1952-1964, y de los gobiernos

militares, 1964-1978, (Calderón y Dandler, 1984; Rivera, 1994; Rodríguez, 1993) 10

Este sitema de explotación sirvía como servicio gratuito y obligatorio de trabajo del colono en favor del

"patrón"/hacendado.

sierra. Así se establecieron lazos y redes clientelistas que sobrevivieron hasta los años ochenta

del siglo 20. (Van Cott 2000: 164 –165)

Ni un pacto social, ni un pacto militar-campesino establecido por el gobierno militar

(prometiendo la reforma agraria y autonomía local) ha contribuido a mejorar la situación

socioeconómica y política de los indígenas. Una agudización de las condiciones de vida llevó

a fines de los años sesenta al nacimiento de un movimiento político aymará llamado

katarismo. Katarismo ha producido varios partidos políticos, pero nunca ha sido una

alternativa fuerte y unida contra los partidos tradicionales.11

A diferencia de los aymaras, los

quechuas han pasado por procesos de mestizaje más acelerados y formaban la base de la

máquina sindicalista como el bastión del régimen postrevolucionario. Por eso el movimiento

etnonacionalista aymará contra el gobierno fue más radical. (Sanjinés 2004: 151–152)

La politización de la etnicidad aymará resultó en 1979 en el nacimiento de la primera

organización campesina independiente, la Confederación Sindical Única de Trabajadores

Campesinos de Bolivia (CSUTB). Pero los kataristas aymaras fueron removidos de las

posiciones dirigentes de la CSUTB por los cocaleros quechuas (sobre todo cochabambinos)

luchando contra la política de la erradicación de la coca.

Una nueva oportunidad para incluir a la población indígena en los procesos políticos y

económicos llegó en el año 1994 con la modificación del primer artículo de la Constitución

Política del Estado incorporando la realidad multiétnica y pluricultural de Bolivia. Pero el

cambio más importante está vinculado con la aplicación de la Ley de Participación Popular

(LPP)12

con la cual el gobierno de Sánchez de Lozada intentó descentralizar el país y

aumentar la participación ciudadana abriendo el espacio para poderes locales (autonomía de

gestión pública), sobre todo los municipios urbanos y rurales. (Gray-Molina 2000: 66) Esta

ley quería poner el fin a los modos viejos de crear relaciones basadas en clientelismo y

terminar el sistema corrupto, corporativo personalizado por grupos sindicalistas no

representativos y asociaciones de empleados tampoco representativas. La LPP dividió el país

en 311 municipalidades, definiendo sus competencias. Con la LPP también las formas de

organización social de los pueblos indígenas adquirieron, por primera vez, un reconocimiento

jurídico, así como derechos determinados de participación a nivel local.

Por primera vez no se trató de homogenización indígena, incrementando la participación

popular indígena, y el papel de los grupos de la sociedad civil. (Albro 2005: 435; Gray-

Molina 2000: 66; Van Cott 2000: 169–170) Aunque la LPP se hizo un modelo “for state

devolution in the region and is still considered one of the lasting ´successes´ of the first

Sánchez de Lozada administration“ (Centellas 2007: 1), podemos concluir que pese a esos

avances, en Bolivia siguió persistiendo el Estado monocultural desde punto de vista de la

política central. (Mendoza Botelho et al. 2006: 9)

El gran tema de la evolución boliviana se relacionó con la noción de “ciudadanía“ en Bolivia.

Este proceso tenemos que concebirlo en el contexto de la lucha contra la exclusión,

dirigiéndose hacia la ciudadanía universal, y sin restricciones con pleno reconocimiento de

11

El Katarismo dio lugar al surgimiento de varios partidos kataristas como Movimiento Revolucionario Túpac

Katari de Liberación, Movimiento Indio Túpac Katari. Estos partidos sufrieron por facionalismo interno. Para

vér más por ejemplo vea Van Cott 2000: 167–168. 12

LPP formaba solo una parte de una serie de reformas de la coalición bajo la presidencia de Gonzalo Sánchez

de Lozada (MNR). Parte de este paquete de reformas fue también la ley de capitalización, la reforma educativa

(ERL), la ley para la descentralización administrativa y la ley agraria.

iguales derechos y deberes para todos. No se puede hablar de ciudadanía real en un país donde

hay grupos (aun mayoritarios) que se sienten como ciudadanos de segunda categoría y como

extranjeros en su propia tierra.

Como constata Mendoza Botelho (2006: 9) “la ciudadanía depende de la forma de pertenencia

de una diversidad de individuos en una misma unidad política de asociación y de relaciones

de poder y dominación“. Así la ciudadanía puede ser entendida como una “síntesis de la

historia de acción, de organización social y de luchas por el reconocimiento de esos

derechos“.

Como ya hemos comentado, la Revolución Nacional inició (aunque no absolutamente) el

proceso de inclusión social y la política, sin retorno, fomentado por movimientos campesinos

y obreros los cuales ejercícian derechos ciudadanos básicos. En los años sesenta, setenta y

ochenta, sobre todo la COB (Central Obrera Boliviana) se presentaba como un referente

contra-hegemónico a la noción de ciudadanía, controlada por pocos. Así la COB, que

representaba sobre todo a los mineros militantes a través de rondas de negociación con el

gobierno, ejercían algunas formas de ciudadanía, lo que significó que para ser ciudadano hace

falta ser el miembro de la COB. (Mendoza Botelho 2006: 9–10) Después del año 1952

empezó la participación política de sectores populares urbanos y rurales hasta entonces

marginados. Por primera vez se otorgaba cierto rango de ciudadanía a estos amplios sectores

de la población. (Albó 2005: 13)

Puesto que aquellas reformas sociales y políticas de los gobiernos neoliberales (de los años

noventa y principios del siglo 21) no han traído los resultados esperados, y amplios sectores

indígenas no han sacado beneficios de la política económica gubernamental, Bolivia se ha

acercado a una nueva ola de violencia sociopolítica seguida por una ruptura radical del

sistema político. No hace falta analizar en detalle los acontecimientos bien conocidos que han

catalizado la resistencia contra los gobiernos de la “democracia pactada“ (o “democracia

q’ara”) compuestos por MNR, MIR y ADN13

. Podemos mencionar protestas contra la

privatización del sistema del agua (guerra de agua) en Cochabamba en 2000 estableciendo la

coalición de intereses la Coordinadora. Manifestaciones lideradas sobre todo por Felipe

Quispe (entonces jefe de la CSUTCB) se han ampliado hasta La Paz, Oruro y Potosí,

destacando temas económicos.

No se pueden omitir acciones de presión de cocaleros liderados por Evo Morales (en Yungas

y Chapare). La situación se catalizó en 2003 con el plan del gobierno de Lozada de vender gas

por puertos chilenos para EEUU (guerra de gas). Sánchez de Lozada, sometido a presión de

sectores radicales andinos y sindicalistas cocaleros, huyó de Bolivia. El movimiento de

cocaleros (formado parcialmente por ex-mineros llegados de la sierra) donde se activó

también Evo Morales a nivel local desde los años 80, se oponía fuerte al régimen neoliberal,

ayudando al ascenso del partido MAS y su líder Evo Morales. Estos sindicatos

(confederaciones cocaleras) cumplían desde fines de los años 80 el papel de gobiernos locales

no-existentes en aquel tiempo.

En el contexto de Bolivia podemos señalar una peculiaridad, la demanda central de la

sociedad antes de la revolución nacional no trataba de llevar a cabo sufragio universal sino la

13

Movimiento Nacionalista Revolucionario, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Acción Democrática

Nacionalista desde el año 1985 formaban la base del sistema multipartido moderado que está a pesar de varios

obstáculos relacionado con el respecto de los principios de la democracia representativa y mercado libre.

(Mayorga 2005: 154)

nacionalización de las minas. Y como vemos a principios del siglo 21, la historia se repite con

respecto a la guerra de gas (2003) y la consecuente demanda de nacionalización de

hidrocarburos que resultó en el nuevo proceso de redefinición de derechos a través de la

asamblea constituyente, y una nueva Constitución. (Tapia 2006, Mendoza Botelho 2006: 10)

Llegada de Evo Morales al poder y su presidencia

Desde la primera mitad de los años 90, cocaleros y sectores agricultores (como Eje de

Convergencia Patriótica) habían intentado penetrar el espacio político. Poco después surge la

Asamblea por la Soberanía del Pueblo – el predecesor del MAS-IPSP (Movimiento al

Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) integrando sectores

campesinos e indígenas, incluyendo sobre todo cocaleros de federaciones Cochabambinas.

En las elecciones de 2002 el entonces candidato presidencial Evo Morales, acentuó en su

discurso la temática antiamericana, relacionada con el problema de la erradicación de la coca.

Pero en la campaña electoral del 2005 Evo pondía énfasis en el tema de su origen étnico y el

indigenismo representaba un eje discursivo crucial. Pero al mismo tiempo hay que destacar

que Evo no persuade a votantes indígenas, su discurso incluyente también acapara la atención

del electorado no indígena, sobre todo mestizo. (Madrid 2006: 34) (aquí poner la correlación

entre la etnicidad y los resultados electorales) Las elecciones del 2005 han traído la ruptura

radical en el sentido político, económico y social. Los partidos tradicionales se encontraban en

una profunda crisis, enfrentando el reto de sobrevivir políticamente. La oposición concentrada

en la coalición de centro-derecha Podemos (Poder Democrático Social) liderada por Jorge

Quiroga se vio debilitada y sin la oportunidad de rivalizar el concepto del cambio político,

económico y generacional que encarnaba el MAS. (para más vea Romero Ballivián 2007) La

Victoria de Evo y el MAS en las elecciones 2005 representó un resultado sin precedentes (vea

la tabla abajo).

La brecha de 25 % entre Morales y Quiroga fue gigantesca. El apoyo para Evo provino sobre

todo de los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca. PODEMOS

ha ganado en Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija, en los departamentos de “media luna” donde

se concentra el apoyo para la descentralización del Estado. Según el mapa de abajo pareciera

que las elecciones han dado origen a dos bloques territoriales en Bolivia. El MAS ha ganado

una mayor cantidad de votos en territorios con densidad más grande de votantes, en el oeste y

centro de Bolivia. En el Altiplano (La Paz, Oruro, Potosí) Evo Morales le quitó votos al líder

aymará Felipe Quispe, quién con su discurso excluyente no tuvo éxito. Morales dominó

también la regiones cocaleras. Se puede constatar que a mejor estándar de vida, menos votos

para el MAS. (Madrid 2006: 29–31; Romero Ballivián 2007: 55–56; Selingson et al. 2006:

91–93)

Mapa: Resultados de elecciones 2005

Fuente: ElectoralGeogrpahy.com

La pregunta crucial que se origina del mapa electoral es que sí podemos entender a Bolivia (o

interpretar esas elecciones) como un país polarizado, basada la polarización en las siguientes

disputas básicas: centralización vs. descentralización; nacionalización, reforma agraria vs.

protección y flujo de inversiones extranjeras respecto a los principios neoliberales; Aymara y

Quechua hablantes vs. blancos de lengua castellana; familias de regiones pobres campesinas y

mineras (oeste) vs. regiones de más prosperidad (este).

La dirección hacia la transformación radical de la sociedad se ha confirmado en 2006 por las

elecciones para la Asamblea Constitucional14

y los resultados del referendo nacional sobre

autonomías en que los departamentos más ricos de la “media luna“ pedían más autonomía.

Pero aquellos departamentos más pobres, donde vive la mayoría de población, y de donde

Morales saca su apoyo (La Paz, Oruro, Potosí), votaron contra los autonomistas. Ni los

plebiscitos autonomistas celebrados en departamentos (en 2008) orientales tuvieron éxito para

los autonomistas. Al Gobierno paceño no le interesaban estos resultados departamentales, a

favor de la autonomía, argumentando que se trataba de un acto político inconstitucional.

Tampoco el referendo revocatorio celebrado en verano de 2008 acarreó la pacificación de la

situación política. En este plebiscito los votantes decidieron sobre la continuación del

presidente (y vicepresidente) al frente del Ejecutivo boliviano, y ocho de los nueve prefectos.

Morales ganó con un apoyo del 67,4 % de los votantes, lo que entendió como incentivo y acto

de legitimación para la aceleración del programa social-revolucionario. No obstante, al mismo

tiempo los prefectos de los departamentos autonomistas han defendido sus posiciones

políticas.

Tabla: Resultados del referendo revocatorio en comparación con los resultados de las

elecciones 2005

Resultados

2005 en %

Resultados del ref. revocatorio

en % SÍ en % NO

Presidente y vicepresidente

Evo Morales a A. G.

Linera

53,7

67,4

32,6

confirmados

14

MAS en las elecciones assambleistas ganó 135 mandatos de 255, Podemos consiguió solo 60 diputados.

Prefecto de la Paz

José Luiz Paredes Muñoz

37,9

35,5

64,5

revocado

Prefecto de Pando

Leopoldo Fernández

Ferreira

48

56,2

43,8

confirmado

Prefecto de Beni

Ernesto Suárez Sattori

44,6

64,2

35,7

confirmado

Prefecto de Santa Cruz

Rubén Costas Aguilera

47,9

66,4

33,6

confirmado

Prefecto de Oruro

Alberto Aguilar Calle

41

50,9

49,1

confirmado

Prefecto de Potosí

Mario Vírreira Iporre

40,7

79,1

20,9

confirmado

Prefecto de Tarija

Mario Cossío Cortez

45,6

58

41,9

confirmado

Prefecto de Cochabamba

Manfréd Reyes Villa

47,6

35

64,8

revocado

Fuente: CNE

La confirmación del rumbo emprendido por el MAS se confirmó por la ratificación de la

nueva Constitución (ratificada también en el plebiscito en enero 2009) que radicalmente

cambió la estructura y el funcionamiento del Estado. La mayoría de la población de Oriente

(Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando)15

rechazó esta directriz constitucional que pone énfasis en el

papel del Estado sobre los procesos económicos, que acentúa el elemento multiétnico e

indigenista.

Investigación, Análisis

La investigación presentada se basa sobre todo en datos de Latinobarómetro 2009

(investigación llevada a cabo en Bolivia) que es accesible por internet. Nuestro análisis e

interpretaciones están basados en tablas cruzadas y regresión logística utilizando el programa

de SPSS. Como variable dependiente, como factor observado y medido para determinar el

efecto de la variable independiente, elegimos “votantes/partidarios del MAS” basándonos en

la pregunta de Latinobarómetro - Si este domingo hubiera elecciones, ¿Por qué partido

votaría Ud.? (vea Tabla 1) Como variables de control, cuáles quedan constantes y son

utilizadas para aclarar la relación entre otras variables, escogemos sexo y orígen indígena.

Todas las variable son nominales.

Tabla 1 Tabla cruzada – Región geográfica*¿Por qué partido votaría Ud.?

15

En la zona de la Media luna se produce (según datos de 2010) 42 % de PIB Boliviano y por ejemplo solo

Santa Cruz produce alrededor de 27 % del PIB nacional. Además en Tarija se encuentran enormas reservas de

gas.

Para nuestro análisis escogemos las siguientes preguntas relacionadas con el concepto de CS.

En primer lugar estamos orientados hacia la proactividad, el activismo social y acciones

colectivas (Onyx y Bullen XY) en forma de movimientos sociales y su valoración por parte de

votantes del MAS. La tres primeras preguntas evaluadas son las siguientes: ¿Está Ud. muy de

acuerdo(1), de acuerdo(2), en desacuerdo(3) o muy en desacuerdo(4) con cada una de las

siguientes afirmaciones?

- Los movimientos sociales son mecanismos necesarios para el desarrollo.16

- Los movimientos sociales generan desorden e inestabilidad.17

- Las marchas, protestas, manifestaciones en la calle son normales en democracia.18

Aquí presuponemos que más influencia y más apoyo a los movimientos sociales, inclina

aquella parte de la sociedad boliviana (aquel grupo de votantes) más hacia la posición

movilizadora y excluyente con fuertes lazos verticales entre la gente con características

sociales comunes, que hacia la participativa, moderadora e incluyente basada en procesos

democráticos consensuales. Lo que se podría interpretar como esforzamiento de capital social

de tipo bonding.

- Los movimientos sociales son mecanismos necesarios para el desarrollo.

Tabla 2 Tabla cruzada – MAS Votantes * Los movimientos

sociales son mecanismos necesarios para el desarrollo

Desacuerdo

Muy

desacuerdo

De

acuerdo

Muy de

acuerdo

Total

Otros

Count 157 81 238

% within

MASVoters 66,0% 34,0% 100,0%

16

Recodificamos los valores de la variable original en una nueva variable del sistema dicotómico: muy de

acuerdo, de acuerdo codificamos como “1”, en desacuerdo y muy en desacuerdo codificamos como “0”. 17

Recodificamos los valores de la variable original en una nueva variable del sistema dicotómico: muy de

acuerdo, de acuerdo codificamos como “0”, en desacuerdo y muy en desacuerdo codificamos como “1”. 18

Recodificamos los valores de la variable original en una nueva variable del sistema dicotómico: muy de

acuerdo, de acuerdo codificamos como “1”, en desacuerdo y muy en desacuerdo codificamos como “0”.

MAS

votantes

% within

SocMov 49,2% 21,8% 34,4%

Count 162 291 453

% within

MASVoters 35,8% 64,2% 100,0%

% within

SocMov 50,8% 78,2% 65,6%

Total

Count 319 372 691

% within

MASVoters 46,2% 53,8% 100,0%

% within

SocMov 100,0% 100,0% 100,0%

Dentro de los partidarios de MAS el 64 % piensa (está de acuerdo o muy de acuerdo) que los

movimientos sociales son mecanismos necesarios para el desarrollo. De los demás votantes

solo el 34 % considera a los movimientos sociales como instrumentos imprescindibles del

desarrollo.

- Los movimientos sociales generan desorden e inestabilidad.

Tabla 3 Tabla cruzada – MAS Votantes * Los movimientos

sociales generan desorden e inestabilidad

muy de

acuerdo

de

acuerdo

desacuer

do muy

en

desacuer

do

Total

Otros

MAS

Voters

Count 168 71 239

% within

MASVoters 70,3% 29,7% 100,0%

% within Discord 38,6% 25,4% 33,4%

Count 267 209 476

% within

MASVoters 56,1% 43,9% 100,0%

% within Discord 61,4% 74,6% 66,6%

Total

Count 435 280 715

% within

MASVoters 60,8% 39,2% 100,0%

% within Discord 100,0% 100,0% 100,0%

Dentro de los partidarios de MAS sólo el 44 % piensa que los movimientos sociales no

generan desorden e inestabilidad. Dentro de los votantes de otros partidos el porcentaje es

mucho más alto, puesto que más de 70 % considera que los movimientos sociales generan

desorden e inestabilidad.

- Las marchas, protestas, manifestaciones en la calle son normales en la democracia.

Tabla 4 Tabla cruzada – MAS Votantes * Las marchas,

protestas, manifestaciones en la calle son normales en

democracia

desacuerdo

muy en

desacuerdo

muy de

acuerdo

de acuerdo

Total

Otros

MAS

Votantes

Count 136 107 243

% within

MASVoters 56,0% 44,0% 100,0%

% within

Protests 38,2% 29,2% 33,7%

Count 220 259 479

% within

MASVoters 45,9% 54,1% 100,0%

% within

Protests 61,8% 70,8% 66,3%

Total

Count 356 366 722

% within

MASVoters 49,3% 50,7% 100,0%

% within

Protests 100,0% 100,0% 100,0%

Más del 54 % de los votantes de MAS está muy de acuerdo o de acuedro que las marchas,

protestas y manifestaciones en la calle son normales en la democracia comparándolo con el 44

% a favor de esta declaración de los votantes de otros partidos políticos.

En segundo lugar nos enfocamos a los indicadores de CS muy importantes que son

sentimientos de confianza y seguridad (Onyx y Bullen XY) utilizando en primer lugar la

variable más típica de la medición de CS, la confianza. Por eso escogemos la siguiente

pregunta: ¿Diría Ud. que se puede confiar en la mayoría de las personas o que uno nunca es

lo suficientemente cuidadoso en el trato con los demás?19

La variable se concentra en la

confianza “generalizada” (preguntándose por confiar en la mayoría), no en la confianza

“particularizada” orientada hacia aquellas personas con las que mantenemos lazos muy

estrechos (familia, amigos). (Uslaner 2002) Así este tipo de confianza se relaciona bastante

con el concepto de CS de enlace (puente/bridging) que puede franquear las divisiones étnicas,

sociales, que puede promover progreso de la entera comunidad y reducir costos de transacción

y facilitar el flujo de información. (Coleman, 1988; Durlauf & Fafchamps, 2004)

Tabla 5 Tabla cruzada – MAS Votantes * Confianza

Ser

cuidadoso

Se puede

confiar

Total

otros

Count 171 66 237

% within

MASVoters 72,2% 27,8% 100,0%

19

Las respuestas recodificamos: Se puede confiar en la mayoría de las personas (1). Uno nunca es lo

suficientemente cuidadoso en el trato con los demás (0).

MAS

Votantes

% of Total 23,4% 9,0% 32,5%

Count 365 128 493

% within

MASVoters 74,0% 26,0% 100,0%

% of Total 50,0% 17,5% 67,5%

Total

Count 536 194 730

% within

MASVoters 73,4% 26,6% 100,0%

% of Total 73,4% 26,6% 100,0%

Los resultados de la tabla previa nos enseñan que existe bastante desconfianza dentro de los

votantes de MAS (74 %) con respecto a la mayoría de las personas. Casi lo mismo vale en

caso de partidarios de otros partidos políticos como el 72 % piensa, que uno nunca es

suficientemente cuidadoso en el trato con los demás.

Otra pregunta trata de la seguridad y la participación local. ¿Cree Ud. que es muy bueno(1),

bueno(2), regular(3), malo (4) o muy malo (5)20

participar en: Comités de

vigilancia/seguridad comunitaria como mecanismo para solucionar problemas y

desarrollarse. Aquí tenemos que explicar el papel y la posición de Comités de Vigilancia

(CV) los cuales surgen en un contexto del proceso decentralizador (Ley de Participación

Popular ratificada en 1994) en Bolivia como un instrumento de control social en participación

política a nivel local. CVs como formas más sofisticadas de Organizaciones Territoriales de

Base (OTBs)21

cumplen la función de voz institucional de “sociedad civil organizada” y sus

miembros son elegidos de los representantes de OTBs. (Mendoza-Botelho 1999: 5) No

obsante el campo de CV para la acción política no llega hasta el poder ejecutivo y está

parcialmente limitado a su función de representación de la población frente a la

administración municipal y a los derechos de información, asesoría, cooperación y control.

(Hengstenberg, Kohut, y Maihold 199) CVs deben formar comunidades anchas sin exclusión

basadas en la división de cualquier tipo y por eso los concebimos como parte de CS de enlace

(CS de bridging) que empuja a la gente de la misma comunidad a cooperar sin importar su

orígen social, étnico o familiar.

Tabla 6 Tabla cruzada – MAS Votantes * Comités de Vigilancia

regular,

malo y

muy malo

muy

bueno

bueno

total

otros

MAS

Count 99 132 231

% within

MASVoters 42,9% 57,1% 100,0%

% of Total 14,2% 18,9% 33,0%

Count 158 310 468

20

Las respuestas recodificamos: es muy bueno, bueno(1); regular, malo y muy malo (0). 21

Las OTBs pueden ser juntas vecinales, federaciones de campesinos locales y organizaciones socio-políticas

tradicionales a nivel comunal.

Votantes % within

MASVoters 33,8% 66,2% 100,0%

% of Total 22,6% 44,3% 67,0%

Total

Count 257 442 699

% within

MASVoters 36,8% 63,2% 100,0%

% of Total 36,8% 63,2% 100,0%

Más del 66 % de los votantes de MAS considera muy bueno o bueno participar en CV

comunitaria, sólo el 34 % de los masistas piensa que participar en CVs es regular, malo o muy

malo. Con respecto a los demás votantes el 57 % de ellos valora la participación en CVs

positivamente (bueno o muy bueno).

La última pregunta incluida en el análisis se dedica a la participación de ciudadanos

bolivianos en procesos plebiscitarios. ¿Cree Ud. que es muy bueno(1), bueno(2), regular(3),

malo (4) o muy malo (5) participar en: Plebiscitos, consultas populares?22

La participación

en plebiscitos y consultas populares es un indicador de nivel de CS importante dándonos

información sobre el nivel activo y participativo en el ámbito socio-político y superando la

exclusividad de grupos cerrados. Para nuestro trabajo sirve como un indicador de existencia

de CS de enlace/bridging.

Tabla 7 Tabla cruzada – MAS Votantes * Participar en plebiscitos,

consultas populares

regular,

malo y muy

malo

muy

bueno,

bueno

Total

otros

MAS

Votantes

Count 118 100 218

% within

MASVoters 54,1% 45,9% 100,0%

% of Total 17,5% 14,8% 32,3%

Count 186 270 456

% within

MASVoters 40,8% 59,2% 100,0%

% of Total 27,6% 40,1% 67,7%

Total

Count 304 370 674

% within

MASVoters 45,1% 54,9% 100,0%

% of Total 45,1% 54,9% 100,0%

Más del 59 % de los votantes de MAS considera bueno o muy bueno participar en plebiscitos

y consultas populares comparándolo con el 46 % de los votantes de otros partidos políticos,

más del 41 % de masistas ve esta participación como algo regular, malo y muy malo.

22

Las respuestas recodificamos: es muy bueno, bueno (1); regular, malo y muy malo (0).

Con respecto al sexo, de la siguiente tabla vemos, que no existe diferencia relevante entre

apoyo de mujeres y hombres para MAS. Dentro de votantes de otros partidos existe una

discrepancia más grande (53 % de los hombres, 47 % de las mujeres apoyan a otros partidos).

Tabla 7 Tabla cruzada – MAS Votantes * Sexo

Mujer Hombre Total

otros

MAS

Voters

Count 114 130 244

% within

MASVoters 46,7% 53,3% 100,0%

% within Gender 31,5% 33,7% 32,6%

% of Total 15,2% 17,4% 32,6%

Count 248 256 504

% within

MASVoters 49,2% 50,8% 100,0%

% within Gender 68,5% 66,3% 67,4%

% of Total 33,2% 34,2% 67,4%

Total

Count 362 386 748

% within

MASVoters 48,4% 51,6% 100,0%

% within Gender 100,0% 100,0% 100,0%

% of Total 48,4% 51,6% 100,0%

Desde el punto de vistá étnico nos interesa la relación entre los votantes de MAS y el orígen

indígena. Por eso escogemos la siguiente pregunta ¿A qué raza se considera perteneciente

Ud.?23

En la tabla siguiente (Tabla 8) podemos observar que la mitad de los partidarios de MAS se

declaran indígena (no incluyendo mestizos). Dentro de los votantes de otros partidos este

número de votantes de orígen indígena es mucho más bajo, llega hasta el 8 %.

Tabla 8 Tabla cruzada – MAS Votantes * Indígenas

Total

otro Indígena

Otros

MAS

Votantes

Count 219 18 237

% within

MASVoters 92,4% 7,6% 100,0%

% within Indian 47,4% 6,9% 32,8%

% of Total 30,3% 2,5% 32,8%

Count 243 242 485

% within

MASVoters 50,1% 49,9% 100,0%

% within Indian 52,6% 93,1% 67,2%

% of Total 33,7% 33,5% 67,2%

Total Count 462 260 722

23

Asiático(a) 1 = 0; Negro(a) 2 = 0; Indígena 3 = 1; Mestizo(a) 4 = 0; Mulato(a) 5 = 0; Blanco(a) 6 = 0; Otra

raza 7 = 0; No sabe 8 = SYSMIS; No responde 0 = SYSMIS.

% within

MASVoters 64,0% 36,0% 100,0%

% within Indian 100,0% 100,0% 100,0%

% of Total 64,0% 36,0% 100,0%

Tabla 9 Modelo de regresión logística (variable dependiente: votante de MAS)

Coeficiente Exponente

Capital social del

tipo „bonding“

Importancia de

movimientos sociales

1,074 *

(,214)

2,927

Conflictividad de

movimientos sociales

,751 *

(,214)

2,120

Aprobación de

protestas

,344

(,214)

1,410

Capital social del

tipo „bridging“

Confianza a los

demás

-,223

(,228)

0,800

Aprobación de los

CV

-,036

(,237)

0,965

Aprobación de

participación en

plebiscitos

,261

(,228)

1,298

Variables de control

Orígen indígena 2,530 *

(,299)

12,552

Sexo ,072

(,201)

1,074

Constante -1,029 *

(,263)

,357

Nagelkerke R2 0,343

* Significativo al 0,1 por ciento. Errores estándares en paréntesis.

Conclusión

En base al análisis del modelo de regresión logística podemos constatar que la etnicidad

(pertenencia a los indígenas) es evidentemente la variable más importante. Existe

probabilidad que los indígenas votaran doce veces (exponente 12,5) más para MAS que para

cualquier otro partido político. Esta relación no es sorprendente y afirma varias

investigaciónes que definen la correlación entre etnicidad y apoyo al MAS. (vea por ejemplo

Loayaza 2011) Esta relación refleja sobre todo el tipo de CS de unión subrayando lazos

verticales entre la gente con características sociales comunes.

Su relevancia (aunque más débil) tiene también la importancia de movimientos sociales

(exponente 2,9) y conflictividad de movimientos sociales (exponente 2,1). Estos hechos

pueden ser concebidos con respecto a la alta importancia asignada a los movimientos sociales

entre partidarios de MAS. El propio MAS surgió en la base de la colaboración de varios

movimientos sociales y sindicatos y la ofensiva política (desde 2000) se llevó a cabo gracias a

la estrecha cooperación con esos movimientos. Podemos concluir que por parte de los

masistas existe más influencia y más apoyo a los movimientos sociales, movilizaciones que

tienen tendencias excluyentes con fuertes lazos verticales entre la gente con características

sociales comunes. Eso podemos interpretarlo como esforzamiento de capital social de tipo

bonding.

La aprobación de protestas y de participación en plebiscitos no son variables estadísticamente

significativas. De estos resultados podemos interpretar que protestas y plebiscitos son vistos

como instrumentos políticos útiles así para masistas como para grupos opositores (o no-

masistas). La realidad boliviana de los últimos años confirma estos resultados haciendo

referencia a la celebración de plebiscitos sobre autonomías por gobierno de MAS (plebiscito

general en toda Bolivia) y consultas populares organizadas por grupos opositores (plebiscitos

en departamentos de Media Luna). Tambien protestas y marchas en las calles contra la

hegemonía de MAS representan instrumentos políticos imprescindibles para los no-masistas.

Otras dos variables – confianza a los demás (0,8) y aprobación de los CV (0,965) – están

negativamete relacionadas con apoyo para MAS, lo que podemos interpretar como la falta de

CS de enlace (bridging) y orientación más a dentro de su comunidad.

En Bolivia por lo menos entre partidarios de MAS prevalece “inward-looking” bonding

capital que esfuerza identidades exclusivas y homogéneas (socialmente o étnicamente) y

promueve relaciones fuertes entre los miembros del grupo. Bridging capital que cruza líneas

étnicas y clasistas y que “genera identidad más extensa y reciprocidad” queda disminuido, lo

que trae bastante consecuencias políticas y socio-económicas para Bolivia.

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