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Revista Española de Salud Pública ISSN: 1135-5727 [email protected] Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad España Díaz Jiménez, Julio; Linares Gil, Cristina; García Herrera, Ricardo Impacto de las temperaturas extremas en la salud pública: futuras actuaciones Revista Española de Salud Pública, vol. 79, núm. 2, marzo-abril, 2005, pp. 145-157 Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Madrid, España Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17079206 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Española de Salud Pública

ISSN: 1135-5727

[email protected]

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e

Igualdad

España

Díaz Jiménez, Julio; Linares Gil, Cristina; García Herrera, Ricardo

Impacto de las temperaturas extremas en la salud pública: futuras actuaciones

Revista Española de Salud Pública, vol. 79, núm. 2, marzo-abril, 2005, pp. 145-157

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17079206

Cómo citar el artículo

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

INTRODUCCIÓN

Relación entre la temperaturay la morbimortalidad de la población

Es conocido que la morbimortalidad pre-senta una dinámica estacional caracterizada

por la aparición de un máximo invernal y unpico estival de menor amplitud, aunque aveces más intenso desde el punto de vista desus efectos en salud que el exceso de morbi-mortalidad invernal1,2. El resultado denumerosas investigaciones indica que larelación entre la temperatura y la morbimor-talidad suele tener forma de«U» o de «V»con una temperatura de mínima incidenciaque varía de unos lugares a otros3-6 y quedepende, probablemente, de la adaptaciónde la población al rango de temperaturas alas que se encuentra expuesta7-8. La sobre-

Rev Esp Salud Pública 2005; 79: 145-157 N.º 2 - Marzo-Abril 2005

IMPACTO DE LAS TEMPERATURAS EXTREMAS EN LA SALUD PÚBLICA:FUTURAS ACTUACIONES

Julio Díaz Jiménez (1), Cristina Linares Gil (2), Ricardo García Herrera (1).(1) Departamento de Física del Aire. Facultad de Ciencias Físicas. Universidad Complutense de Madrid.(2) Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad Autónoma de Madrid.

RESUMEN

Las temperaturas extremadamente elevadas registradas en elcentro de Europa y en el norte y este de España durante el verano de2003 pusieron de manifiesto la importancia que sobre la salud públi-ca en general presentan las altas temperaturas.

Los excesos de morbimortalidad que llevaron asociadas estastemperaturas extremas han hecho que en nuestro país se articularan yllevaran a cabo planes de alerta y prevención durante el año 2004,con el objetivo de minimizar estos efectos. Afortunadamente lastemperaturas registradas, mucho menos elevadas que las de 2003, nohan servido para evaluar en toda su dimensión estos planes, pero sípara detectar algunas deficiencias que se irán subsanando en el futu-ro.

En este artículo se analizan los principales impactos de las olasde calor, fundamentalmente, y de frío. Se contemplan los factoressocioeconómicos que influyen en estos excesos de mortalidad y seplantean las medidas que deben tenerse en cuenta en los planes deprevención. Se hace hincapié en la necesidad de agilización de losregistros de morbimortalidad en España y en las políticas necesariaspara la minimización del impacto en salud de los eventos térmicosextremos.

Palabras clave: Calor. Mortalidad. Ola de calor. Sistemas deregistro.

ABSTRACT

Impact of Extreme Temperatureson Public Health

The extremely high temperatures recorded in Central Europeand in the northern and eastern of Spain during the summer of 2003revealed the major impact that high temperatures have on publichealth. The excessively high death rates and hospital admissionsrelated to these extreme temperatures have led to alert and preven-tion plans having been set out in our country in 2004 for the purposeof minimizing these effects. Fortunately, the temperatures recordedin 2004, which were much lower than in 2003, have not served toevaluate these plans in their full scope but have indeed served todetect some lacks which will progressively be corrected in the futu-re. This article analyzes the mainly major impacts mainly of heatwaves and also of cold waves. The socioeconomic factors having abearing on these excessively high death rates and the measures setout which must be taken into account in the prevention plans. Parti-cular stress is placed on the need of expediting the recording ofdisease and death rates in Spain and in the policies necessary forminimizing the impact on health of the extreme temperature events.

Key words: Hot. Mortality. Heat weare.

Correspondencia:Julio Díaz JiménezDepartamento de Física del Aire.Universidad Complutense de Madrid28040 Madrid.Correo electrónico: [email protected]

COLABORACIÓN ESPECIAL

mortalidad invernal se explica principal-mente por las enfermedades respiratorias ycirculatorias, mientras que son éstas últimaslas más relacionadas con el aumento de mor-talidad estival9. Los grupos de más edad sonlos que más contribuyen a estos excesos demorbi-mortalidad6,10. En cuanto a la distri-bución temporal el efecto del calor ocurre acorto plazo (1-3 días), mientras que el delfrío suele ocurrir entre una y dos semanasdespués del extremo térmico6,11, lo que escoherente con los mecanismos biológicosque subyacen12,13. A modo de ejemplo en lafigura 1 se muestra un diagrama de disper-sión correspondiente a la mortalidad mediadiaria por todas las causas excepto acciden-tes (CIE IX 1-799) registradas en la Comuni-dad de Madrid de 1986 a 1992 frente a latemperatura máxima diaria, con una tempe-ratura máxima diaria de mínima mortalidaden 30,8 ºC14.

Definición de ola de calor y ola de frío

Desde el punto de vista de los efectos ensalud no existe un criterio uniforme para ladefinición de ola de calor15 y de frío. En elcaso del calor algunos autores definen losextremos mediante un umbral en función dela temperatura del aire tanto máxima comomínima o media diaria, de un día o varios.Otros autores utilizan índices (temperaturaaparente, etc ) que tienen en cuenta la hume-dad relativa del aire16-18 o las situacionesmeteorológicas a escala sinóptica19.

Diversos trabajos realizados recientemen-te en la Península Ibérica muestran la exis-tencia de una temperatura máxima diaria apartir de la cual se observa un incrementoacusado de la mortalidad. Para el caso deMadrid esta temperatura máxima diaria de«disparo de la mortalidad» es de 36,5 ºC20;41ºC para Sevilla21; 33,5 ºC para Lisboa8

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Figura 1

Diagrama de dispersión temperatura máxima diaria frente a mortalidad media diaria en Madrid de 1986 a 1992

(figura 2) y 30,3 ºC para Barcelona. En todosestos lugares esta temperatura coincide conel percentil 95 de las series de temperaturasmáximas diarias durante el periodo de vera-no (junio-septiembre) desde 1991 a 2002.Puesto que un solo día con temperaturasuperior a este valor de disparo ya tiene efec-to significativo sobre la mortalidad, se pro-pone definir como ola de calor aquel periodoen que la temperatura máxima diaria supereel percentil 95 de las series de temperaturasmáximas diarias en el periodo junio-sep-tiembre. La duración de la ola de calor ven-drá marcada por el número de días consecu-tivos que superen dicho umbral22.

En el caso del frío se observa un compor-tamiento análogo al del calor pero agravado

por el hecho de que el efecto del frío esmucho menos intenso y más a largo plazo,por lo que resulta más complicado establecerla relación causa-efecto11. No obstante, exis-te una temperatura máxima diaria por debajode la cual se dispara la mortalidad. Para elcaso de Madrid esta temperatura máximadiaria, próxima a los 6 ºC, coincide con elpercentil 5 de las series de temperaturasmáximas diarias durante el periodo invernal(noviembre-marzo)14. Es decir, existe unaasociación entre la mortalidad y la tempera-tura, que se exacerba en los casos de extre-mos térmicos, olas de frío o de calor. Dehecho cuando la temperatura máxima estápor encima del percentil 95 o por debajo delpercentil 5 la magnitud del impacto se hacemayor.

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Figura 2

Temperatura de disparo de la mortalidad para las ciudades de Madrid y Lisboa. Se marca la temperaturaumbral del 95 % de las series de temperaturas máximas diarias en el periodo junio-septiembre

SENSIBILIDAD AL CLIMA ACTUAL

Diferentes umbrales por capitalesde provincia para las olas de calor y frío

Comprobada la asociación entre la tempe-ratura máxima diaria y los excesos de morta-lidad por frío y calor descritos anteriormen-te, a partir de los registros de temperaturasde las estaciones meteorológicas de cadalugar se pueden calcular las diferentes tem-peraturas umbrales a partir de las cuales seproducen los excesos de mortalidad. En lasfiguras 3 y 4 se muestran estos umbralessegún diferentes capitales de provincia quepermiten definir las olas de calor y frío res-pectivamente. En el caso del calor estosvalores oscilan entre los 26,2 ºC de A Coru-ña y los 41,2 ºC de temperatura máxima dia-ria para Córdoba y en el caso del frío entre

los 2,7 ºC de máxima diaria en Ávila y los15ºC de Alicante.

Estos diferentes umbrales fisiológicos deadaptación indican que la mínima mortali-dad ocurre a temperaturas más elevadas enlas regiones más templadas7 con un mayorimpacto del calor en las latitudes frías y unmenor impacto en las más templadas23.

Definición de un índice para caracterizarla intensidad de las olas de calor y de frío

Atendiendo al criterio de que es necesarioconjugar no sólo los excesos (defectos) detemperatura máxima diaria respecto a losumbrales anteriormente establecidos, si notambién los días de duración, se puede defi-nir un índice para caracterizar la intensidad

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Figura 3

Temperaturas umbrales de definición de ola de calor en función del percentil 95 de las series de temperaturasmáximas diarias en el periodo junio-septiembre

de las olas de calor (IOC) y de frío (IOF)como se indica a continuación22:

Calor:

Frío:

En las expresiones anteriores el sumatoriose extiende al periodo de tiempo que se quie-ra caracterizar a través del índice.

PRINCIPALES IMPACTOS DE LOSEXTREMOS TÉRMICOS

Es claro que los extremos térmicos aso-ciados al cambio climático van a tener unefecto directo sobre la morbi-mortalidad. Enel caso de las olas de calor este impacto se vaa traducir en un aumento de la morbi-morta-lidad asociada con estos eventos extre-mos17,20, ya que las previsiones apuntanhacia un aumento en intensidad y en fre-cuencia de aparición de las olas de calor,especialmente en los primeros meses delverano24. A modo de ejemplo hay que recor-dar que la ola de calor del 1 al 20 de agosto

de 2003 en Francia provocó un exceso demortalidad respecto al mismo periodo deaños anteriores de 14.800 defunciones. EnItalia se estimó un incremento de 4.175defunciones en el grupo de personas mayo-res de 65 años entre el 15 de julio y el 15 deagosto. En Portugal, entre el 31 de julio y el12 de agosto se estimó un exceso de mortali-dad respecto al año anterior de 1.316 defun-ciones. En Gran Bretaña, este incrementofue de 2.045 personas entre el 4 y el 13 deagosto25. En España, según datos no oficia-les, se ha producido un exceso de mortalidadde más de 6.000 defunciones respecto almismo periodo del año anterior15,26.

Modelos predictivos para la mortalidaden función de la temperatura

Independientemente de los datos del vera-no de 2004, los estudios realizados medianteanálisis de series temporales de mortalidad ysu relación con la temperatura para el casode diversas ciudades permiten cuantificar elimpacto de los extremos térmicos por cadagrado en el que la temperatura máxima dia-ria supera el umbral de cada una de ellas. Asíse han realizado estudios para el caso de lamortalidad asociada a las olas de calor paralas ciudades de Madrid20, Sevilla21 y Lis-boa8. A modo de ejemplo, en la tabla 1 semuestra el incremento de la mortalidad enpersonas mayores de 65 años asociada acada grado en el que la temperatura máximasupere la temperatura umbral para Madrid

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Tabla 1

Porcentaje de incremento de la mortalidad por diversas causas por cada grado en el que la temperatura máximadiaria supera los 36,5 ºC

de 36,5 ºC. Según estos modelos la ola decalor del verano de 2003 entre el 1 de julio yel 31 de agosto habría provocado un excesode mortalidad en Madrid de 141 muertesaproximadamente (IC 95%: 81-200), de lasque el 96 % se habría dado en personasmayores de 65 años. Para el caso de Sevillael exceso de mortalidad en sujetos mayoresde 65 años habría sido de 43 muertes(IC95%: 20-66).

La anterior definición del índice de inten-sidad de la ola de calor permite identificarlas provincias de nuestro país en las que elimpacto del calor sobre la mortalidad en elaño 2003 fue mayor. En la figura 5, se mues-tran en diferentes colores los valores de esteíndice. En ella se observa que por regla

general fue en los lugares donde el calor esmenos frecuente donde se alcanzaron losvalores más altos de este índice durante elverano. El comportamiento del índice deintensidad de la ola de calor frente a la tasade mortalidad de las provincias españolas demás de 750.000 habitantes se muestra en lafigura 622, en el que su carácter logarítmicoviene a indicar que pequeños incrementosdel índice tienen un gran impacto sobre lamortalidad y que debido en parte al efectocosecha existe un umbral a partir del cual lasconsecuencias se estabilizan.

Aunque a nivel global los diferentespatrones de mortalidad esperada basados enlos futuros escenarios de cambio climático27

hablan de un incremento de la mortalidad

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Figura 4

Temperaturas umbrales de definición de ola de calor en función del percentil 5 de las series de temperaturas máximasdiarias en el periodo noviembre-marzo

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Figura 5

Índice de intensidad de la ola de calor (julio-agosto, 2003)(dentro de la provincia aparece el número de días de superación de Tº umbral)

Figura 6

Comportamiento del índice de intensidad de la ola de calor durante los meses de julio-agosto de 2003 frentea la tasa de mortalidad en provincias de mas de 750.000 habitantes

Índice de intensidad de la ola de calor

12010080604020 0

Tasa

de

mortalidad

20

18

16

14

12

10

8

Observada

Logarítmico

Alicante

Asturias

Baleares

Barcelona

Cadiz

Cordoba

Granada

Las Palmas

Madrid

Malaga

Murcia

Pontevedra

Sta. Cruz Tfe.

Sevilla

Valencia

Vizcaya

Zaragoza A Coruña

relacionada con olas de calor y un descensode la relacionada con el frío, también es cier-to que estudios realizados en España28 yEuropa29 indican que existe un impacto delfrío sobre la mortalidad, superior en loslugares con inviernos más templados que enaquellos con inviernos más crudos. Esto esdebido por un lado a la adaptación fisiológi-ca a las bajas temperaturas y por otro a lainfraestuctura de los hogares que hace quelas condiciones para luchar contra el fríosean mejores en lugares habituados a las olasde frío que en aquéllos en los que son menosfrecuentes29. A modo de ejemplo en la tabla2 se muestran los efectos que tienen sobre lamortalidad en la ciudad de Madrid, en el gru-po de sujetos mayores de 65 años, los días enlos que la máxima diaria está por debajo delumbral anteriormente definido28.

Modelos de evolución de la tasade mortalidad en el horizonte de los años2020 y 2050

Un estudio recientemente realizado parala ciudad de Lisboa30, aunque con una incer-tidumbre importante evalúa el posible incre-mento de la tasa bruta de mortalidad para losaños 2020 y 2050. Para ello utiliza las pre-dicciones de dos modelos climáticos regio-nales así como diferentes hipótesis sobreaclimatación y evolución de la población.Según este trabajo el incremento de la tasade mortalidad relacionada con el calorhabría sido de entre 5,4 y 6 por cada 100.000

habitantes en el periodo 1980-1998. Entre5,8 y 15, 1 para el horizonte de 2020 y de 7,3a 35,6 para el 2050.

ZONAS MÁS VULNERABLES

Las zonas más vulnerables a los extremostérmicos esperados deberán identificarsebasándose en diferentes parámetros. Por unlado, se deberán considerar los lugares en losque según los diferentes escenarios se esperauna mayor incidencia de los extremos térmi-cos, tanto en frecuencia como en intensidad.Se sabe además que el mayor impacto seproduce en las personas de los grupos deedad más avanzada15, por tanto, será en loslugares con mayor porcentaje de poblaciónde más de 65 años donde el efecto será másimportante. Normalmente esta proporción esmenor en las grandes ciudades. A modo deejemplo, indicar que en la provincia de Soriael 26,9 % de la población es mayor de 65años, mientras que en Madrid este porcenta-je sólo alcanza el 14,2%. Por último, habráque tener en cuenta la adaptación al calor ylos diferentes patrones socioeconómicos einfraestructuras disponibles en cada lugar8.

PRINCIPALES OPCIONESADAPTATIVAS

Los factores que pueden influir en elimpacto de los extremos térmicos sobre lapoblación y, por tanto, en su adaptación a los

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Tabla 2

Porcentaje de incremento de la mortalidad en la Ciudad de Madrid por grupos de edad y causas específicaspor cada grado en que la temperatura máxima diaria no llega a 6 ºC

eventos extremos son numerosos. En primerlugar son de gran importancia los factoresmeteorológicos a escala local a la hora de pre-decir la ocurrencia de un determinado extre-mo térmico. Así por ejemplo, las situacionessinópticas que produjeron la ola de calor enMadrid y Lisboa durante el verano de 2003fueron diferentes en uno y otro lugar8.

Puesto que parece que el grupo más afec-tado ante los extremos térmicos es el de per-sonas mayores de 65 años habrá que articu-lar las medidas de adaptación en función dela población de cada lugar. Además, influ-yen factores asociados al desarrollo econó-mico y cultural que pueden condicionar elimpacto de los extremos térmicos. Por ejem-plo, y pese al aumento de emisiones de gasesde efecto invernadero asociados, ha quedadoclara la influencia de los sistemas de calefac-ción en la mitigación de las olas de frío31o delos aparatos de aire acondicionado en el casode las olas de calor7.

Aunque la población envejecida es sinlugar a dudas la más afectada existen otrosgrupos, como las personas con diversaspatologías de base, que pueden ver agrava-das sus dolencias. La experiencia de 2003nos ha enseñado que personas aparentemen-te sanas han fallecido a causa del calor al rea-lizar prácticas tales como practicar deporteal aire libre en horas de altas temperaturas. Alo anterior habría que añadir la necesidad deinformar a la población sobre las medidasbásicas a seguir ante extremos térmicos y lacorrecta formación y adecuación de los ser-vicios sanitarios ante posibles aumentos delas patologías relacionadas con las olas decalor y de frío. Se trata de articular sistemasde alerta in situ ante posibles extremos tér-micos. Cada ciudad necesita desarrollar unsistema diferente basado en sus condicionesmeteorológicas concretas, en su pirámide depoblación, su infraestructura, del entramadosocial y de sus recursos hospitalarios.

Al contrario de lo que ocurre en las ciuda-des de Norte América, las ciudades europeas

no están aún preparadas para las olas decalor. En algunas el plan de alerta consiste eninformación meteorológica y no incluye másque información pasiva a la población engeneral y a las agencias locales de saludpública. Únicamente Lisboa y Roma hanimplementado un verdadero sistema de aler-ta en el caso de olas de calor15,25. Estos siste-mas se basan en que la predicción meteoro-lógica tiene una alta fiabilidad en 24-48horas antes del extremo térmico y existetiempo suficiente para una movilización detoda la red organizada previamente. Así porejemplo, en el caso de Philadelphia esta acti-vidad se basa en el anuncio de la situación dealerta a través de los medios, la puesta enmarcha de una «línea caliente», la implica-ción de los vecinos y las visitas de los servi-cios sociales, así como las medidas dirigidasa reforzar los servicios médicos de urgenciasy facilitar a los ancianos el acceso a lugarescon aire acondicionado. Estos sistemas handemostrado ser eficaces a corto plazo y pue-den ser una medida adecuada de adaptaciónde la población a largo plazo32. En esta líneaaparece como una importante opción adap-tativa la adecuada planificación urbana paramitigar los efectos de isla térmica y la exis-tencia de construcciones bioclimáticas queaseguren el confort de sus habitantes con elmínimo consumo energético.

REPERCUSIONES SOBRE OTROSSECTORES

Las opciones adaptativas mencionadasanteriormente implican de forma clara avarios sectores. En primer lugar la informa-ción meteorológica ha de ser lo suficiente-mente fiable a escala local para que los pla-nes de intervención sean efectivos tanto enla detección de olas de calor y frío como enla determinación de su intensidad y dura-ción.

El sector seguros, sobre todo el relaciona-do con la sanidad y decesos, se va a ver afec-tado por un aumento en el número de ingre-

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sos hospitalarios y en los costes asociados alaumento de la mortalidad.

La demanda energética, clave en los siste-mas de acondicionamiento, va a venir mar-cada por un incremento en las necesidadesde la población y de los centros asistencia-les.

Pese al coste económico imputable a losplanes de actuación descritos, en el sentidoestricto de coste-beneficio y siguiendo elejemplo del Plan de Philadelphia, éstos sonaltamente rentables, ya que a unos costes de250.000 dólares anuales se le imputan unosbeneficios en mortalidad evitada de 117millones de dólares por año33.

PRINCIPALES INCERTIDUMBRESY DESCONOCIMIENTOS

Quizá sea este sector de efectos en salud,en particular el relacionado con los extremostérmicos, uno de los que presentan mayoresincertidumbres. En primer lugar están lasrelacionadas con los propios modelos climá-ticos. A esto hay que añadir el carácter mar-cadamente local que tiene el comportamien-to de las temperaturas extremas en la penín-sula, como ha quedado de manifiesto enestudios realizados recientemente34. Otro delos factores clave es la determinación de losposibles escenarios demográficos y, sobretodo, de la evolución de la pirámide depoblación en el grupo de personas mayoresde 65 años, grupo diana de los efectos de lasolas de calor y frío26. Por otro lado, los posi-bles impactos se ven modulados por la adap-tación al clima que a su vez depende de fac-tores sociales, económicos, tecnológicos,culturales, políticos y biofísicos cuya evolu-ción se desconoce. La puesta en marcha deplanes de prevención como los descritosanteriormente, los recursos implicados y, ensuma, su efectividad, van a ser decisivos enlas repercusiones directas sobre la salud dela población.

El sector salud muestra además un incon-veniente añadido, motivado fundamental-mente por la escasez de datos en lo relativo alos efectos de los extremos térmicos en mor-bi-mortalidad. Los sistemas de registroactuales no permiten actuaciones en tiemporeal y deben transcurrir varios meses (inclu-so años) hasta que los datos están disponi-bles para los investigadores. Sin un sistemade registro e información ágil y fiable cual-quier investigación se hace especialmentecomplicada y cualquier modelo dosis-res-puesta elaborado a partir de esta informaciónvendrá sesgado por este hecho.

La lectura de este apartado no debe servirpara que los actores implicados se escudenen las incertidumbres a la hora de la adop-ción de medidas dirigidas a minimizar losefectos de los extremos térmicos. La lógicaincertidumbre en los futuros escenarios cli-máticos y sus efectos en salud no cuestionaque estos efectos vayan a producirse. Sirvael ejemplo de los efectos de la temperaturasobre el exceso de mortalidad registrada enEuropa durante el verano 2003.

DETECCIÓN DEL CAMBIO

Es esencial disponer de modelos de evolu-ción de la morbi-mortalidad basados enseries temporales lo suficientemente exten-sas en el tiempo que permitan detectar pre-cozmente los posibles cambios en sus patro-nes de comportamiento. No se pueden detec-tar evoluciones anómalas de una serie tem-poral si no se conoce el comportamientoesperado y, lo que es más importante, si no secomparan los datos esperados con los datosreales. Es preciso insistir en la necesidad deagilizar y aumentar la fiabilidad de los regis-tros de morbi-mortalidad no sólo como indi-cador de sus posibles extremos sino tambiéncomo base de cualquier posterior investiga-ción. Así estos registros podrían utilizarseincluso para detectar si la intervención reali-zada ante una previsión de ola de calor-fríoha sido eficaz.

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IMPLICACIONES PARALAS POLÍTICAS

Aunque a lo largo de este trabajo se hainsistido en el carácter local de los planes deprevención y actuación, éstos han de obede-cer a políticas generales que sirvan de marcopara el desarrollo de estas actividades.

Siguiendo el posicionamiento de la OMSfrente al cambio climático35 se consideranecesario el desarrollo de las siguientesmedidas de intervención a medio plazo:

1. Facilitar la organización de foros inter-disciplinares entre políticos y técnicospara identificar las necesidades y losmecanismos de actuación.

2. Facilitar el desarrollo de equipos mul-tidisciplinares que hagan llegar a lapoblación los potenciales riesgos sobrela salud relacionados con los extremostérmicos y la puesta en marcha demedidas para mitigar sus efectos.

3. Facilitar el desarrollo de mecanismosque permitan la pronta evaluación delos planes de intervención con el obje-to de su mejora y aumento de eficacia.

En nuestro país serían precisos a cortoplazo planes de actuación en salud públicabasados en sistemas de alerta temprana, quepermitan la identificación de las situacionesde riesgo antes de que se produzcan. En estesentido es básica la información meteoroló-gica. Se trata de predecir los excesos de mor-bi-mortalidad en un plazo que haga posiblearticular una respuesta rápida. Los registrosde morbi-mortalidad, como primer elementoen una cadena de actuaciones, han de ser ági-les y fiables. No se puede implementar nin-gún plan de alerta basado en incrementosreales de morbi-mortalidad si sólo se tieneacceso a los datos, semanas e incluso mesesdespués de que se hayan producido. Por otrolado, la puesta en marcha de actuaciones engestión hospitalaria que permita la adecua-

ción de los servicios sanitarios cuando lasituación lo requiera se muestra como otroelemento imprescindible en la políticas deactuación. Por último, es imprescindible unacoordinación total con los servicios socialesque haga posible la articulación de los planesde actuación descritos anteriormente, funda-mentalmente los destinados a los estratossociales menos favorecidos.

PRINCIPALES NECESIDADESDE INVESTIGACIÓN

Las principales necesidades de investiga-ción deberán dirigirse fundamentalmente aeliminar en lo posible las incertidumbresanteriormente descritas. Así será necesarioal menos en cada provincia el análisis de lascondiciones atmosféricas a la menor escalameteorológica posible que permita estable-cer con la suficiente antelación la produc-ción, intensidad y duración de un evento tér-mico extremo. Se debería profundizar en elestudio de los mecanismos de adaptaciónfisiológica y el papel que juegan las varia-bles socioeconómicas en los procesos adap-tativos. Los estudios de evolución temporal,según distintos periodos de tiempo, del com-portamiento de la morbi-mortalidad en losúltimos años en función de los extremos tér-micos se perfilan como adecuados para infe-rir este tipo de tendencias.

Por otro lado, es esencial la investigacióna escala local del comportamiento de la mor-bi-mortalidad asociada a las temperaturasextremas, con especial atención a la inciden-cia de estos extremos en los ingresos hospi-talarios según causas específicas y grupos deedad, que permita discernir, si es posible, elcomportamiento de cada grupo de poblaciónfrente a la temperatura. Por último, se debe-ría evaluar la efectividad y funcionamientode los planes de actuación ante extremos tér-micos en aquellos lugares donde se hayaninstaurado y utilizar estas experiencias enlos de nueva implementación. Todas estasiniciativas deberían estar encuandradas en

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un marco Europeo de tal forma que sus obje-tivos, calidad y efectividad, puedan ser com-parados con unas referencias comunes paratodos los países del mismo entorno.

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IMPACTO EN LA SALUD PÚBLICA DE LAS TEMPERATURAS EXTREMAS: FUTURAS ACTUACIONES

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