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    El discurso

    Grecia

    EL ARTE RETORICO.El surgimiento de la ret6rica como una de las columnas de Ia culturaoccidental tiene origen en ei pensamiento de los griegos, quienes identificaron

    Ia cuesti6n fundamental del discurso y la organizaron para su conocimientosistematico.El primer dato que llama la atenci6n es que su aparici6n se halle en relaci6ncon el surgimiento de las normas jurfdicas (principia basico de toda civilizaci6ntal como la entendcmos dcsdc Grecia) y particularmente con los procesosdestinados a rcglamentar la propiedad privada de la tierra. La ret6rica cmpiezaa utilizarse en Sicilia hacia el siglo V a.C. como herramienta de la deliberaci6n,en foros donde la justica es ejercida por prim era vez en funci6n de las palabrasde los contendientes. Dicho sistema buscaba reglamentar las luchas polfticastratando de susti tuir la fuerza por la elocuencia, e l razonamiento y la argumentaci6n, fen6meno que, ademas de Ia ret6rica, darfa tam bien Iugar a Ia noci6n deDerecho. La consecuencia fundamental de este cambio es que a partir de Iadesignaci6n de instancias destinadas a dictaminar respecto a lajusticia o injusticia de un hecho publico, las reglas del juego se habfan invertido y aharadependfan de la capacidad de sustentar los intereses con un discurso. Por esaraz6n surgen agentes especializados en ejercer las facultades pcrsuasivas dellenguaje (tanto 16gicas como psicol6gicas) pues de ello dependfa ahora laposibilidad de desacreditar o legitimar acciones de interes social. Bajo talsistema, la urgencia de tener raz6n en algo hace necesario aplicar el arte de lapalabra, y ala intelectualizaci6n y profesionalizaci6n de este arte se denomin6ret6rica, es decir, al estudio pormenorizado de los efectos que ellenguaje pod fahacer sobre los espectadores para convencerlos y movilizarlos. Esta educaci6nparte de que saber hablar es saber pensar, pues s6lo podemos razonar medianteel lenguaje. La practica esmerada de este, aunque al principia se base en

    ....., imitaci6n y empleo de f6rmulas, da por resultado una destrcza para saberdesenvolverse en todo tipo de temas. Su patrimonio era ademas posesi6n de laaristocracia, que convirti6 a la palabra en un instrumento de la legalidad. Lasnociones de senado, juicio, parlamento (el Derecho en sO significan Ia institucionalizaci6n de este hecho, el cual fue aceptado como procedimientorazonable y se adopt6 en toda Grecia como requisito para resolver los asuntosde interes publico (claro esta que s6lo entre los miembros de la polisgriega, puesno hay que olvidar que se ergufa sobre una comunidad de esclavos totalmenteexcluidos de este orden).El presente ha visto en el designio de los griegos de dar un Iugarprivilegiado ala palabra (en este y otros terrenos) un motivo de gran prestigiohist6rico, y de hecho es una de las razones por las que Grecia se considera"cuna" de la civilizaci6n, pues la civilizaci6n puede entenderse en efecto comola fijaci6n y codificaci6n de reglas para vi vir socialmente; es decir, como la- supeditaci6n de las acciones polfticas a un orden de discurso (fen6meno del que somos todavfa herederos). La visi6n romantica del Derecho sefialarfa despuesemocionada que este procedimiento era mas digno puesto que hacfa que porprim era vez Ia justicia se resolviera no porIa fuerza sino por el razonamiento, identificando en esa domesticaci6n de Ia palabra un avance hist6rico.Aunque tal conversi6n es fundamentalmente innegable, lo cierto es que con laret6rica se decretaba una autonomfa de Ia palabra respecto a los hechos, fundando una nueva practica del poder, y entre las consecuencias mas importantes a que eso da Iugar esta la de que e llenguaje, como iremos viendo, podfaindependizarse incluso de lo justo y verdadero, pues lo que hace la ret6ricaes convertir esas entidades en variables dependientes del discurso, lo que

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    explica por que la civilizaci6n de la palabra, como sugiri6 R. Barthes, puedeentenderse tam bien como la codificaci6n de la violencia 2 . Por lo mismo, otrade sus consecuencias, a pesar del mito romantico, cs que al sustituir la fucrzapor el discurso el poder no desaparecfa o se "humanizaba", sino que adquirfamecanismos mucho mas rcfinados,sobrc todo porque encarecfa su acceso antelos que no saben hablar: convertidas en patrimonio exclusive de quienesconocfan las rcglas de la elocuencia, las palabras se volvfan un capitalapropiable. Todo m.anual de ret6rica que pone los medias para saber discutir,argumentar, eliminar al contrario o persuadir, a cualquier usuario en cualquiercaso, reconoce implfcitamente este hecho, y si la misma filosoffa neg6 untiempo la legitimidad de la ret6rica es precisamente por su no necesidad deverdad, aunque despues tuvo que reconocerla cuando se demostr6 que podfaponerse por encima de ella y que de hecho la construcci6n misma de la verdaddepend fa del dominic dellenguaje. Al estudiar la rct6rica es necesario entoncesempezar por conceder un estado del discurso donde las ideas no necesitan sercientfficas ni comprobables, pero pueden convencer en la medida en queaparecen ante el espectador como justas y nobles, emocionantes y crefbles (losfundamentos de la persuaci6n). Tal fuente de efectos descansaba en construcciones 16gicas y bien disefiadas, pero tam bien en una suerte de invenciones queproducen placer y sorpresa, las cuales podfan en efecto suscitar la pasionalidadde los oyentes. Algunas de estas tecnicas pod fan, pues, asumirse como motivode deleite, y fueron entonces aplicadas a lapoesfa para mas tarde fotjarla noci6nde literatura.En este desarrollo aparecen distintos tipos de fundamentaci6n te6rica y suutilidad practica abarca paulatinamente nuevas vertientes (en arte, filosoffa,religi6n, etc.). Para identificar esta tradici6n es indispensable entonces retomaralgunas ideas claves que se sustraen ya desde Grecia y que despues se enriquecen con la obra de diferentes epocas y autores dando origen a una practicadiscursiva consolidada que ira siendo recurrente a lo largo de varios siglos,siempre con una apariencia nueva o sirviendo a fines antes no previstos (puesentre sus facultades estan lade aparecer cad a vez bajo la forma de originalidady con un caracter transhist6rico).Asf, la primera figura que obliga a la exposici6n de los fundamentosret6ricos es la del orador, quien encama la destreza de la palabra y llega aconvertirse en un ideal cultural del hombre al aparecer como modelo deseablepor su elocuencia y su buenjuicio (es un ser instruido). La ret6rica se organizaentonces para darle un sustento pedag6gico y ahf se inicia Ia forrnulaci6n de suspartes y sus preceptos. En ellos, la ret6rica ensefia por ejemplo que temas sonapropiados a cada circunstancia y c6mo encontrarlos (considerando la edad,condici6n social o religi6n del publico); c6mo debe distribuir los argumentosen el discurso (primero las pruebas contundentes para impactar, en medio lashumorfsticas para solazar, y las que conmueven al final para derrotar a los queaun no se convencen); posteriorrnente recomienda omamentar el discurso conciertas destrezas del lenguaje figurado (que incluye un repetorio de figurasret6ricas) y finalmente explica los gestos, actitudes y modulaciones de voz queresultan efectivos ante el publico. A estas'partes Ia ret6rica, conocidas comoinventiO, dispositio, elocutio y actio, se 1es da un , f . r ~ t a r n i e n t o porrnenorizado Ycuasi-cientffico, lo que explica la gran ~ f e c t i v i d a d de los discursos que seconstruyen siguiendo este metoda; los grlegos lb practicaron con verdaderointeres a fin de poseer un instrumento refinado para discutir en publico asuntos

    La organizaci6n

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    Gorgias

    polfticos y mas tarde los romanos explotarfan sus posibilidades hasta convertirlo en un vcrdadero espectaculo (cs dccir, hasta llevarlo a su decadcncia).La ret6rica idcntificaba adcmas trcs generos de discurso, uno polftico ode-liberativo, apropiado a asamblcas (dondc se discutc que hay que haccr, si csconveniente tal o cual opci6n); otro forense o judicial, apropiado allitigio o ala defensa (donde la 16gica argumentativa, que recomienda incluso el uso desilo gismos falsos -si convienen-, es primordial) y uno paneg6rico o cpidectico,que se refiere al elogio o vituperio de personas publicas (basado mas bien en eluso de ejemplos y narraciones).Estas partes y generos de la ret6rica son el resultado mas o menos sintaticode los manuales que a partir de Grecia comienzan a formarse para entrenar alorador. De hecho la ret6rica se inicia con su pedagogfa (se organiza cuandonecesita ser ensefiada) y quienes comienzan esta tarea, dandonos ya su prim eraconstituci6n, son Empcdocles, C6rax y Gorgias. De ellos, este ultimo interesaespecialmente porque en su propuesta pedag6gica (que se registra en el 427

    a. C.) prefigura el desencadenamiento de dos consecuencias de la existencia deun arte ret6rico. Una de elias se advierte cuando G o ~ i g . S emmcja abiertamenteRragmatizaci6n, pues hace una exposici6n netaffiente utilitaria en una actitudque ha sido calificada de "poco etica < ...>dado que co mercia con su enscfianzay la presenta como un medio para que el orador se instale confortablemente enla esfera social, econ6mica y polftica"3; esta consecuencia inicia tambien sudescredito, pero era inevitable puesto que si la palabra habfa sido reconocidacomo entidad aut6noma dentro de los usos y costumbres, y cultivable por sfmisma, el poder que podfa obtcnerse con ella era un hecho irreversible. PcroGorgias no s6lo vefa en la ret6rica un medio para obtener prestigio social opoder polftico, sino que (y esta es una consecuencia mas relevante por sudesarrollo ulterior) rclacion6la ret6rica con lo que despues serfala "estilfstica"(enriquecimiento de la elocutio , es decir, lc daba posibilidades de competir conla ~ c a al hablar del estilo como un bien estctico y acreditar en su terreno algoque hasta entonces s6lo habfa sido patrimonio de lo artfstico.Gorgias, pues, apuntaba hacia una concepci6n de la ret6rica como mediopara producirun "estilo elevado" y para ello capitalizaba los efectos entendidoscomo prototipos hacia una concepci6n mas general del escribir bien y conelegancia, de modo que Ia creaci6n artfstica podfa servirse tam bien de ella. Losobjetivos de la Ret6rica y de la Poetica empiezan aquf a confundirse, yposteriormente la prim era llegara a absorver por entero a esta ultima cuando lospoetas comenzaron a producir textos en base a las cnsefianzas del estilo ret6ricoy a acreditarlas dentro de su arte, que es precisamente la operaciqn que hizosurgir el concepto de literatura que privarfa en Occidente a lo largo de variossiglos, lo que quiere decir que muchas obras de esta cultura tienen un soportepara su construcci6n basado en esquemas ret6ricos. Con ello, ademas, laret6rica se instalaba en un terrene donde sobrevivirfa cuando el discursodeliberative perdiera su auge.La polftica, que estudiaba los generos, las form asde narraci6n y los sistemas de r e p r e s e n t a ~ i 6 n , entraba en disputa con la ret6ricahasta que ambas se volvieron aliadas.Pero antes de eso la ret6rica segufa siendo ante todo un artificio polftico yun verdadcro instrumento de persuaci6n del publico, definiendo la propiaacci6n jurfdica..del Estado gcnerado en Grecia sobre esas bases. Tal proyecto,sin embargo, no obtuvo credito con facilidad. Los propios pensadores griegosse dieron cuenta de que no era sustentable f i l o s 6 f i c a m e n ~ ~

    UNIVERSIO.&.O .A.U10NOMA DE NUEVO l E O ~ ~ F F A C U L T A D D < > ~ ' ~ ~ R l ; ~ ~ n ~ ~ ~ ~ ; : ~ ..:bITAi)() ~ l A l n11 rl(I

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    encontramos un momenta en que la ret6rica es puesta en entredicho por sufacilidad pragmatica y por los fines que se consigucn con su usa .Tam bien a losgricgos debemos los fundamentos para una crftica del discurso rct6Iico . Estejuicio se halla principalmenrc en la creaci6n de la dialectica como disciplinacreada para contraJTcstar los exccsos de Ia rct6rica, yes obra, sobre todo ,de lossofistas. Para ellos la tarca de una ciencia v

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    Arist6teles

    argumcntos, no obstante, se idcntifican ya los fundamcntos de cste a11cpcrsuasivo capaz de ponersc mas alia de Ia verdad, pues hace explicitar aGorgias Ia profunda paradoja en Ia que se cimcntan sus principios. Es inter-esantc conocer sus razones respcctivas. Primero, S6crates pregunta en queconsiste cse arte y que cs lo que pcm1ite conocer. Gorgias contesta que su objctoes el discurso. S6crates sosticnc que Ia mcdicina tambien tiene como objeto eldiscurso, igual que todas las cicncias, pcro haec conocer el cuerpo y el fun-cionamiento de Ia enfermedad. Gorgias dice que su materia de estudio es eldiscurso en sfmismo, independientemente de otros saberes pero sin el cual estosno serfan nada (un arte util a cualquicr disciplina). Pero S6crates lo refutadiciendo que en ese caso Ia ret6rica en realidad no pennite conocimiento precisoalguno y por ella puede considerarse un oficio gregario desde el punto de vistafilos6fico. Gorgias no puede sino conceder este hecho, pcro dice que ha estadocon un medico, y que a pesar de que este posefa un conocimiento verdadcrosobre el mal de un enfenno, no pudo hacerle tomar una medicina, mientras queel, sin sabermedicina, s6lopormediode la elocuenciade su discurso, consigui6que lo hiciera (lo ha pcrsuadido . A sf, dice, la ciencia no serfa nada sin laret6rica, e igual sucederfa con otras disciplinas. S6crates no puede aceptar cstopues argumenta (y con raz6n) que entonces Ia ret6rica podrfa convencertambien acerca de lo que es falso, ya que su virtud es s6lo persuadir sobrecualquier cosa. Y Gorgias desde luego concede tambien este hecho, aunquesugiere que, como en las artes marciales, el maestro debe ensefiar las reglas yno es responsable del mal uso que puedan hacer de ella los alumnos. De estemodo, insiste, su objeto es unicamente ensefiar el discurso, que tiene valor ensf y que por otro !ado pcnnite tam bien defenderse. S6crates lanza entonces unainvectiva contra le ret6rica pronunciando un largo razonamiento sabre lanecesidad del bien y de Ia verdad, censurando asf a esta disciplina que para lossofistas se idcntifica mas bien con Ia lisonja, los oficios serviles y las falsifica-

    ciones de Ia justicia. Gorgias es desplazado entonces del dialogo (es un actopolftico), pcro deja entrever que no todos los hombres persiguen Ia verdad sinoel provecho, por lo cual es una ciencia uti! aunque nose justifique con Ia verdad.El dialogo deja entrever Ia profunda disputa que se instaura en Grecia porel control de Ia palabra (que es desde Romero un don de los dioses), pcro ellono obsta para que Ia ret6rica tenga una epoca dorada en Ia vida publica a travesde las oraciones funebres, los discursos polfticos, el senado, etcetera. De hecho,los juicios de Plat6n son enunciados cuando la ret6rica ha sido ya organizaday probada como un corpus coherente que se define como el sistema de procesosideativos, constructivos, memorizables y de pronunciaci6n para elaborardiscursos elocuentes. Sin embargo, a1 pcrfeccionar sus instrumentos tecnicosy tamar un Iugar preminente en las actividades sociales,la ret6rica se conviertea su vez en un objeto teorizablc, analizable ya dentro de las propiedades dellenguaje y como parte integrante de sus reglas. La nueva actitud que dara .legitimidad a Ia ret6rica y un sustento te6rico mas s61ido llegara cuandocomienza a estudiarse, ya no en su uso o en Ia evaluaci6n moral de sus fines(como lo hacfa Plat6n) sino en funci6n de los niveles de lenguaje donde operael discurso y analizando su relaci6n con las operaciones 16gicas. Este cambiaincluira tambien necesariamente una consideraci6n del publico como sujetoinmerso en Ia construcci6n de sentido y se encuentra sobre todo en la obra deArist6teles, que fundamenta precisamente estos aspectos y cuyos planteamien-tos cobran enonne vigencia en toda la tradici6n occidental.

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    La ret6rica de Arist6telcs se divide en tres partes, una dedicada al orador,otra al publico y otra a las figuras, pero el aporte fundamental esta en la precisi6nque haec del concepto de verosimilitud , que le permite desprenderse del juiciode la verdad plat6nica, pues postula que el d i s c u r s o . ~ p u e d e ser mas efectivo siparte de loque es crefble y ya no de Io que es cientffico. La verosimilitud partedel reconocimiento de que un juicio, aunque no sea verdadero, puede tenermas posibilidades de credibilidad si logra crear una ilusi6n de coherencia realo 16gica, sobre todo si es pensado en funci6n del publico, pues lo que esconsiderado como posi ble puede tam bien ser crefble y por lo tanto enunciable .Segu9 esta tesis, es mas revelador y placentero ver un hccho como podfahaber sucedido que como en realidad fue ( o que incluso no necesita haber sido)- p h ~ n s e s e por ejemplo en el teatro, que es un genero que Arist6teles tiene enmente cuando elabora este concepto-. La verosimilitud serfa entonces unpanimetro fundamental en las artes (como procedimiento de la ficci6n) yen Iaret6rica (como instrumento de persuaci6n) y designa a una 16gica del discursoque no requiere mas pruebas que las que puede generar por sf mismo sinnecesidad de verificarse en los he.chos (Ia autonomfa dellenguaje). Por eso laret6rica para Arist6teles es una tejne, que designa a un campo de producci6n independiente de lo que es natural o necesario y por lo tanto no precis a someterseala prueba de la comprobaci6n. Esta tejne parte del aprovechamiento de la16gica para construir la argumentaci6n y extraer de ella el maximo de persuaci6n posible, grado que se consigue adecuando correctamente el razonamientoy la adici6n de pruebas a los preceptos de la opinion publica. En este sentido laverosimilitud es una operaci6n que da credibilidad a la 16gica del sentidocomun, pues parte de que para evitar el rechazo debe considerarse maslo quela mayorfa piensa que lo que es, sin lo cual no es posible persuadir. Por estaraz6n se ha visto en Arist6teles al te6rico de la cultura de masas y tambien alque otorga los instrumentos para su dominio5 Sin embargo, Arist6teles distingue dos tejnes, una ret6rica, propia para el discurso publico, basada en laconciliaci6n 16gica de las ideas (a travcs de silogismos y entimemas) ,y otrapolftica, cuya verosimilitud obedece mas bien ala articulaci6n de imagenes enun orden coherente (para el cual da sus reglas). Esta oposici6n entre tejneret6rica y tejne poerica implica creer que el oficio de la creaci6n (poiesis) y eldel discurso basado en efectos de sentido son casas distintas (posici6n aristotelica), pero tal dicotomfa no siempre se mantuvo yen los siguientes periodoshist6ricos notamos en otros autores la fusi6n de estas materias y, sobre todoen obras artfsticas (consideradas clasicas) donde tal frontera desaparece ( cuandola noci6n del estilo nuevamente incorpora I.a 16gica y tam bien el ritmo y el usode giros y sorpresas, por e j e m p l o ~ ) Tal relaci6n cobrara despues nuevasdirecciones y sera, como veremos, definitiva en la Ed ad Media "donde las artespoeticas son artes ret6ricas y los grandes ret6ricos son poetas" 7 Aquf la ideaprefigurada porGorgias fructificaba al hacer entrar en la ret6ricalo que "hastaentonces habfa sido patrimonio exclusivo de la poesfa"8, unificando artificio ycreaci6n, tecnica y estilo ,bajo un orden de lenguaje.

    En con unto, pues, la retorica se habfa convertido en un arte, el de escribiry hablar bien en general (y ya no s61o dentro de la deliberaci6n) por lo que alusuario se le exigfa incluso una amplia cultura como requisito, y cuya ensefianza(que es ya una completa Psicagogia) subrayaba la necesidad de poseer un sabertotal. Con este grado de desarrollo es como llega la ret6rica a Roma, donde espuesta al servicio del Imperio gracias a que ahf sus preceptos educativos(Quintiliano) y su practica (Ciceron) se refinan y llegan al a profesionalizaci6n.

    La vcrosiinil itud

    Quintiliano

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    Cicer6n

    Rom a

    Como intelcctual pagado por el Estado, Quintiliano haec un manual derct6rica ya totalmcntc desprendido de los juicios morales. Su exposici6n buscaser amcna y propone al orador como "hombre ideal" que debe cultivar Iaprudencia, la sabidurfa y la bondad (como el fil6sofo), y postula tambien alaliteratura como objeto de contemplaci6n en sf mismo por sus construccionesformales (actitud que sera tambien caracterfstica despues en todo Occidente9 .Cicer6n a su vez representa la imagen arquet6pica del orador ret6rico,tanto por la destreza que muestra al poner en funcionamiento sus artificios con"buen gusto" y naturalidad, como por la habilidad comprobada con que derrot6a sus opositores en situaciones diffciles, gracias a su admirable elocuencia ypoder de persuaci6n. En tanto que orador invencible, culto, reputado, debeconsiderarsele como uno de los productos mas puros del arte ret6rico, el s6lomarcarfa, incluso, toda una epoca de auge de la ret6rica. El poder del discursoha aloranzado para entonces una fuerza tan vertiginosa que el orador (y laret6rica) se vuelve un paradigm a en la nacionalizaci6n e identidad de la culturaromana hasta la mistificaci6n, es decir, hasta el punto en que la ret6ricaconvierte ala cultura en un decorado de la polftica (un hombre que maneja elpoder, por ejemplo, debe demostrar que "es culto", lo que es valido hasta hoyen la cultura a la que nos referimos) y que hace a su vez a Roma un modeloclasico e ideal de Imperio para todos los pueblos que estan en contacto con lalatinidad.El perfil del orador ret6rico emanado de esta epoca parte asf de un tipo deensefianza institucional que responde a un pleno tratamiento de la pal abra comobien publico. Esta ensefianza obliga al alumno a aprender el lenguaje, lagramatica y desde muy j6ven la invenci6n y la declamaci6n. Mas tarde laformaci6n del ~ r e t h o r ' se vuelve obligatoria y las escuelas adoptan las materiasnecesarias para su instrucci6n. Se exige por ejemplo la invenci6n de un casohipotetico sobre el cual cada alumno tiene que deliberar, convenciendo a losdemas con una versi6n y unjuicio distintos. Asf, la puesta en escena de un pleitosimulado, para aprender a hablar, era casi un entrenamiento deportivo. Lafinalidad de este ejercicio es romper el vfnculo subjetivo que el alumnoestablece con su propio lenguaje, buscando quebrantar la inhibici6n para queestablezca una relaci6n objetual con el mismo, sacando practicamente la lengua del cuerpo (Barthes), pues convertir la propia palabra en instrumentoobjetivo es lo mismo que objetivar el mundo y posibilitar el bucn dominio delos otros10 Despues se completa el aprendizaje de la disciplina -la tejne- conla ensefianza de la escritura y el alum no esta listo para "hacer nacer" la pal abra.Rom a adquiri6 asf una conciencia de sf misma y una identificaci6n culturalcon el pulimiento y poder de su lenguaje. Las empresas hist6ricas que lepermitieron expandirse por un amplio territorio fueron acompafiadas de laimplantaci6n dellatfn en otros reinos y conella tradici6n que comprendfa todaslas disciplinas relacionadas con el discurso. En todo el territorio donde Romaejerci6 su dominio encontramos la adopci6n de este saber y, principalmente enaquellos lugares donde su lengua absorbi6las lenguas regionales, es decir, enaquellos donde hubo formaci6n de lenguas romances. Este gran territorioprepar6 el camino ala cristiandad, la cual penetr6 justamente hasta los lfmitesdonde ellatfn habfa llegado. Dicho fen6meno trajo consigo una conciencia deque el pensamiento de un pueblo es su lengua (el principal soporte de unacultura), y a esta ensefianza.hist6rica se debe el que los Imperios posterioressupieran con certeza que todo proyecto para dominar un territo rio (e imponerle . '

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    la "civilizaci6n" a sus costumbres "barbaras") debe empezar por su lenguaje.En la conquista de America tcnemos un ejemplo clave. Por esta raz6n elpatrimonio de la antigiiedad grecolatina sera siempre la fuente clasica bastaconvertirse en referencia universal. Pero a pesar de ello, la decadencia delImperio romano y el advenimiento de otro gran discurso, el de la cristiandad(con cuyo contacto se fundal a cultura occidental) haria cambiar profundamentela filosoffa del lenguaje. Pero ello requiere cierta reelaboraci6n. En primerIugar, la ret6rica estaba consolidada, pues ademas de su uso politico-judicial(que se viene abajo en la Edad Media) habfa ganado tambien terreno en lacreaci6n e inspiraci6n literarias asf como en la definici6n de la estetica delestilo; es decir, habfa dominado por entero el campo de la Poetica. Porotro lado,sin embargo, se pronunciaba una religi6n que daba gran importancia a lapalabra como misterio de creaci6n y cuyos principios trascendentes habfan sidorevelados al hombre por vfade la alegorfa, el ejemplo y la narraci6n,justamentemediante la obra de un texto: la Biblia. Como documento de salvaci6n y palabrasuprema (divina) las escrituras no entran sino en conflict{5 con la tradici6n dela antigiiedad pagana, en primer Iugar porque el proyecto medieval buscarfafonnar un orden estable, inamovible, y su intenci6n de moralizar todos losaspectos de la vida lo llevara a una confrontaci6n con todo lo que produceexcesos y placeres mundanos. La ret6rica al parecer estarfa vedada por estasrazones, pero en los varios siglos que tard6 en consolidarse la em pres a cristianaesta disciplina cobrarfa nuevos caminos, a1 grado en que la Edad Media logr6construir con ella su propia meta de evangelizaci6n y mantenimiento de lospreceptos de la fe, es decir, como un instrumento de orden. Ello s6lo escomprensible si partimos de que el cristianismo no rompe con la civilizaci6nrom ana, sino de hecho cimienta su cultura sobre esa misma base, lo que explica,entre otras cosas,la adopci6n del latfn como lengua ecumenica del perfodomedieval. En muchos sentidos la Edad Media se asume a sf misma comocontinuaci6n de los designios de Roma, s6lo que conducida por el nuevo idealde la revelaci6n divina. Sin embargo, Ia continuidad cultural que se busc6 entreel pasado helenico y hebreo requerfa de ciertos ajustes, pues se trataba de dostradiciones distintas y habfa que conciliar! as antes de poder construir con eliassu emprps:.. 1miversal. Este ajuste implkaba una labor sumamente compleja yes obra de los intelectuales cristianos, lo cual fue estudiado por E.R. Curtius,quien aport6 los elementos para comprenderlo 11 precisamente a partir delestudio del orden de lenguaje que ello di6 por resultado. Veamos. En la EdadMedia los manuales de ret6rica son estudiados y se escriben nuevos, pero desdeque el cristianismo aparece como religi6n del Estado la polemica entreCristiandad y Antigiledad debfa ser resuelta. La Edad Media considera unmodelo a seguir las obras de Ovidio (por su poetica, que incluye agudezas desentido, figuras sonoras, antftesis y tensiones dramaticas), de Cicer6n (por sudestreza estilfstica, no tanto por su eficacia polftica) ode Virgilio ( cuya Eneidafund a el mito ecumenico y su expresi6n esta basad aenmecanismos aleg6ricos);es decir, discursos provenientes de la Antigiiedad que son considerados "elevados" y que tienen fundamentos en Ia tradici6n poetica y ret6rica que identificaa la cultura romana. El cristianismo tendra que justificar estas obras paganas(incluyendo Plat6n y Arist6teles) dentro de su doctrina mediante una reinterpretaci6n para convertirlas en autoridades.Umberto Eco ha sugerido ya los grandes problemas a que tuvo que enfrentarse Ia Iglesia para hacer caber los conocimientos de la Antigiiedad dentro desu proyecto hist6rico e incluso c6mo tuvo que trastocarloS 12 Lo cierto es que

    La Edad Media

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    San Agustm y Santo Tomas

    La Biblia

    Las Artes Liberales

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    tales esfuerz.os no hubieran sido necesarios si sus empresas de evangeliza-ci6n no hubieran a su vez requerido de la tecnica del discurso para poderrealizarse.Muchos autores emprendieron esta tarea, y entre ellos San Agustfn y SanJer6nimo destacan por su labor en esta empresa intelectual. San Jer6nimo tenfauna educaci6n latina. Hizo una traducci6n del Anti guo Testamento al griego y,prefigurando ya la actitud del humanismo, entabla "una correspondencia entrela tradici6n pagana y la cristiana"13 que le permite ver a la Biblia comodocumento de fe y tambien como texto literario. San Agustfn en cambiomantiene la oposici6n entre la antigiiedad helenica y el cristianismo, pero tienecomo ideal a los clasicos y ensefia ret6rica. Su visi6n es plat6nica a esterespecto. Para el un discurso no debe sujetarse ala "elocuencia" (aunque laconsidera necesaria) sino debe ser claro y "atenerse a la verdad mas que a laspalabras" 14 para ser apropiado a la ensefi.anza de la fe. Con el se inicia unainterpretaci6n que sera caracterfstica de la Edad Media en la cual se dice que losantiguos tenfan conocimientos valiosos pero no los aplicaban a la fe porquetodavfa no conocfan aDios. Allegitimarlos de este modo, la tecnica del discursopodfa caber dentro de sus designios y este trabajo intelectuallogr6 asf poner"losmedias ret6ricos al servicio del mundo espiritual cristiano" 15 , que es entre otrascasas lo que dara origen a la escolastica como el fundamento teol6gicofilos6fico que fundament6 el arden del discurso medieval.En los planteamientos de estos auto res se explican las reveladoras exegesisque se hacen de la Biblia y donde se identifican ciertos elementos textualescomo tipos particulares de ret6rica: para su explicaci6n y ensefi.anza se sostieneque las partes que "nose refieren directamente ala fey ala moral de ben leerseen un sentido figurado" 16, que es un principia ret6rico, lo que hace necesarioinstaurar un nivel aleg6rico para su compresi6n (la palabra indirecta eratambien la palabra divina). Con ello la ret6rica vuelve a ser imprescindiblecomo parte de la cultura general. Juan de Salisbury, citado por Curtius, llega adecir incluso contra la opini6n de su tiempo que con la ret6rica era posiblefilosofar, llegando a definirla como un "vfnculo santo y fertil entre la raz6n yla palabra"17 ; tales coincidencias (y su ulterior desarrollo en nuestra cultura)ayudan a comprender la paula tina acreditaci6n de este arte en el discurso conque Occidente emprenderfa su primera empresa de universalizaci6n.Por esa raz6n el periodo medieval resulta indispensable para comprenderlas reflexiones que existen sabre ellenguaje desde la Antigiiedad (hasta lo queconocemos de Grecia y de Roma incluye las formas en que la Edad Media"depur6" sus conocimientos). Lejos de ser una epoca "oscura" sjgnifica eltrabajo de muchos siglos para organizarcategorfas y tecnicas muy precisas parapensar y crear, pues es ahf donde se registra el mayor esfuerzo que se hay a hechoporfijar en ellenguaje Ia explicaci6n del mundo y del hombre concebidos comouniversales. Este prop6sito aclara porque Ia cultura medieval (y su arte) nosparece hoy monolftica: su empresa consiste en Ia enorme tarea de traducir a unarden humano, terrenal, un arden divino (su vinculo es e1 lenguaje) y suprop6sito noes cambiarlo sino mantenerlo inalterable (pues es eterno). Parallevar a cabo tal empresa Ia instituci6n educativa medieval tiene una estructurabasada en dos conjuntos de disciplinas universales y obligatorias: el TRIVIUM(que ensefia las leyes dellenguaje) compuesto por la Ret6rica, la Dialectica yla Gramatica; y el CUADRNIUM (que se ocupa de las leyes de la naturaleza):la Astronomfa, la Aritmetica, la Geometrfa y la Musica. Estos saberes tam bienfueron recuperados de la Paideia griega y constituyen una red epistemol6gica

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    25LA TECNICA RETORICA.

    El con unto de la preceptiva ret6rica sc establece sobre un modelo te6ricodel discurso que de term ina Ia organizaci6n de sus generos, ellugar de sus partesy los efectos de sus figuras. Se distingue del contenido propiamente dicho pues,en tanto que modelo, puede ser actualizado con diversos temas (a vcces seprescnta como apropiado a todo tipo de temas) y por cnde se prcsta tambien adifercntes intcncioncs. Sin embargo, noes tatllpoco una organizaci6n que seagote en Ia fom1a, ya que su dominio abarca la disposici6n de las expresionesy el mecanismo que elias establecen para Ia configuraci6n de un significado,explicando en que consiste este ultimo (construyendolo) y aclarando la relaci6nque establece Ia significaci6n con el publico para que tenga Iugar el acto de lacomunicaci6n. La amplitud de cste desarrollo puede hacerpensarque si se sigueel modclo ret6rico el contenido mismo es secundario, pero tampoco se puedepcnsar en un contcnido per se, que no necesite de la expresi6n y no requieraentonces un orden de exposici6n. Entre estas dos dimensiones existe algo masque un puente, y 1.? rct6rica es una tecnica que pone incluso en entredicho laindependencia entre Ia forma y el contenid.l). Esto explica el ejemplo de Gorgiasfrente a Plat6n: para convencer al enfermo,Gorgias tuvo que haber lien ado susargumentos con contenidos necesariarnente provenientes de la medicina, puesla pura forma no le hubiera bastado para lograrlo: aunque el exito reside en la_elocuencia, esta no puede existir por sf misma, sino que necesita lienarsesemanticamente para cumplir su objetivo. Este mecanismo para crear con-tenido, claro esta, tam bien surge del metodo, e implica que Gorgias tenfa quesaber por lo menos cosas basicas y universales de la medicina. En otraspalabras, go es posible generar una forma sin un contenidg, pues !a formasiempre recorta, distingue sobre algo, mientras que el contenido no puedemanifestarse si noes mediante una estructura formal. Asi pues, por mas que laforma se afsle siempre tendni una repercusi6n analoga sobre el contenido delcual es forma (sus diferencias son te6ricas). Asf pues, cuando la ret6rica nosensefta ciertos artificios form ales, tam bien nos oblig6 a ordenar el pensamientode un modo especffico.

    De cualquier manera la ret6rica se otorga a sf misma la facultad desobreponerse a este dilema , ya que no intenta definir el contenido semanticode, por ejemplo, las palabras (eso es tarea de manuales como los diccionarios,que son una _!:ecapilaci6n estadfstica de Ia semantica de una lengua) ni tam pocolas reglas sintacticas que se establecen entre el con unto de las pal a bras posibles(como lo haec la gramatica), y ni siquiera es de su competencia la organizaci6nde la coherencia del pensamiento y de la raz6n (que es mas bien patrimonio dela 16gica y !a dialectica), pero se sirve de todas elias para posibilitar Iapersuaci6n.La tecnica ret6rica que nos proponemos abordar ahora puede compren-derse entonces como la ~ i s t e m a t i z a c i 6 n de unas regla_i. de una semantica y deuna l6gica puestas en pract iQ. Lo que la afsla para ser aut6noma es el efecto,la elocuencia llena de significado, y va desde un enunciado mfnimo hasta laenorme cadena de elementos que constituyen un discurso. Los manuales deret6rica identifican por ello no unidades mfnimas sino construcciones yaorganizadas, do tad as de senti do, por lo cual es necesario explicarla siempre conejemplos. Incluye por elio una reflexi6n sobre c6mo significa, c6mo se percibey c6mo se ejerce un mensaje: es una teorfa completa sobre el comunicar,independientemente de lo comunicado (aunque sus reglas implican ya unprimer nivel de significaci6n) .

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    Este capftulo busca, sin embargo,comenzar a aproximarse a los efectos dela ret6rica sobre la imagen, pero como ello nos hara de ar de lado aspectos quese relacionan con otro tipo de discursos (polfticos, forenses, etc.) que tambienforman parte de la ret6rica, es necesario resumir brevemente la tecnica en sucon unto, ya que es de esc contexto de donde se desprenden las figuras visuales,que s6lo desarrollan algunos aspectos del metodo general.Hay, como sefialamos en la prim era parte, varios momentos en la elaboraci6n del discurso. El primero de ellos, llamado Inventio, permite hallar lo quese puede decir. Aquf nos in teresa retomarlo porque parte de que el universo detemas no es producto de la invenci6n, sino de que las verdades universales yaestan dad as y s6lo hay que saber encontrarlas. Lo que se propane la inventio esentonces lasificar los argumentos y los ternas basi c o ~ poniendolos al serviciodel usuario. Juegan en este aspecto un importante papel tanto la T6pica comolos lugares comunes. La T6pica, como vimos, es una reserva de contenidosactualizables sobre los que es posible selecciomg. Son especies de matricesarquetfpicas que versan sobre los motivos que producen las ideas o sensacionesde c6lera, virtud, afecto, comicidad, placer, etc., basados en la costumbre.e..ublica y por tanto considerables como verdadera._Qara el senti do comW,o. Lainventio ensefia como usar este archivo, este dep6sito de verdades t6picasdonde cualquiera puede ir a buscar argumentos (son como las ~ e t r a s paraescribir, dice Barthes22)y permiten discurrir incluso acerca de lo que esdesconocido, pues registran aseveraciones e ideas consideradas universales. Deacuerdo ala Ret6rica aristotelica, son el con unto de nociones mas o menos fijasde la opini6n publica sobre los que se funda la verosimilitud (abarcando eluniverso de construcciones de la imaginaci6n que son propicias incluso alacreaci6n artfstica). Su historia, por lo sefialado en el capftulo anterior, hay quebuscarla en la Edad Media -donde el conjunto de verdades universales estagarantizado por la matriz del discurso divino- y tam bien en obras de ficci6n quedatan de la Antigliedad.Un ejemplo sencillo puede ser el siguiente: cuando un sujeto, en unasituaci6n clave, prefiere no demostrar su poder y mas bien actua con rnof.:-.stia,e1lo produce la idea de virtud, de herofsmo y suscita la inclinaci6n del publicoa su favor; este elemento t6pico puede ser utilizado para exaltar a un heroenovelesco ante los "enemigos", a un santo medieval ante los herejes, a unburgues entre la prole o a un pobre entre los lu uriosos ricos, pues es un elementot6pico permutable. Lo importante aquf es que se ha logrado aislar la f6rmula(independientemente de su uso) y por ello puede considerarse como el principiade un figura.Este tipo de arquetipos (el lector puede ya imaginar consultando a sumemoria los muchos que hay y c6mo aparecen en diferentes contextos) son losque la inventio clasifica y pone a disposici6n en cada manual, como compartimentos para llenarse. Lo que se "inventa" entonces no son los argurnentos sinola selecci6n que se hace de ellos para armar las pruebas, y seran tambienartificios indispensables para constituir las "verdades" sobre las cuales seconstruyen las premisas para los razonamientos 16gicos (no todos los hombresson v i r t u o s o s ~ la modestia es una virtud, etc.).La inventio es asf la bUsqueda de las razones con las que se interesa prob

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    La dispositio

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    de que tales operaciones no tienen que ser cientfficas sino publicas, y debendistribuirse en dos dimensiones, una 16gica y otra psicol6gica: Ia prim era paraconvencer y Ia segunda para emocionar. Esta divisi6n hace hincapie en queunos son los mecanismos para movilizar la subjetividad y otros para organizarel razonamiento. Este ultimo, el de la 16gica, se desarrolla a su vez en dosestrategias. La primera es la de la inducci6n, generada sobre todo a partir delexemplum, que puede seruna fabula, una parabola o un ejemplo hist6rico ,y conel cual el espectador es inducido al razonamiento sobre el que se intentapersuadir, como cuando nos es diffcil explicar una cosa y acudimos al "porejemplo ..", suponiendo que el interlocutor sabra inferir a partir de tal comparaci6n la veracidad de lo ejemplificado. La otra es lade Ia deducci6n, que a partirde las premisas planteadas logra conducir a la conclusi6n conveniente .Segun la tradici6n, la deducci6n se desarrolla por silo gismos (dos premisasy una conclusi6n 16gicas) pero el silogismo tiene en ret6rica una varianteHamada entimema que introduce veladamente una premisa falsa, pero agradableal publico, y supera ala 16gica precisamente porque la reviste dellenguaje delrazonamiento y Ia hace aparecer como verdad (disfraza a un a rgumento falsode silogismo). En la ret6rica el entimema deductivo, como parte de la 16gicay de Ia inventio es de importancia fundamental, pero de su constituci6n y usohablaremos mas adelante con mayorprecisi6n. El exemplum es, pues ,suave,estimulante, conduce al placer y permite tomar lo particular por lo general. Elentimema es mas violento y poderoso, pues aparece como razonamiento. Lainventio permite encontrar estos elementos (argumentos, T6pica, lugarescomunes, exemplum y entimemas) y a partir de aquf empieza el siguiente pasode la metodologfa ret6rica: La dispositio, que dice c6mo distribuir y ordenarlos elementos hall ados en la inventio a lo largo del discurso. Segun el generode que se trate las partes que recomienda la dispositio varian, pero en terminosgenerales son la exordio, la narratio, la confirmatio y el ep{[ogo,Jas cualesabarcan los siguientes aspectos:

    a) Ia exordio es un acto solemne donde se anuncia que el discurso comienza, es una introducci6n que intenta seducir, busca complicidado preparar el animo del publico mediante la insinuaci6n; con ella seconsigue pues despertar l a atenci6n.b) la narratio aduce pruebas, explica causas yes base de la argumentaci6n persuasiva (ubicando tiempo, Iugar, acciones , medios, manerasy fines de los hechos) .La ret6rica recomienda que debe ser contundente, sin rodeos: breve, claro, verosfmil.c) la confirmatio utiliza los razonamientos elaborados por la inventioy constituye la argumentaci6n propiamente dicha en el acto probatorio.Su fines convencer considerando incluso las refutaciones posibles, quepueden aprovecharse con habilidad.Esta parte implica un dominio dela 16gica y recomienda, como sefialamos al principia, distribuir primerolos argumentos fuertes, luego los solazantes y al final los que conmueven !I(considerando la 16gica del animo del publico); finalmente aparece :d) el epllogo, que complementa Ia exordia y anuncia que el discursollega a su conclusi6n. Psico16gicamente el epfiogo es una parte impor-tante porque hace sentir un descanso cuando notamos que se ace rca laculminaci6n de un acto. Como decfa Cicer6n, nunca parece largo algocuyo fin se anuncia.

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    Roland Barthcs23 proponc que estos cuatro momentos del discurso establecidos en !a Dispositio dividen la pcrsuaci6n 16gica y la psicol6gica comosigue:exordia -narratio - confirmatio- epflogoI L demostrativo _ j j

    L______ pasional - - - - ~ La tercera parte de la ret6rica es la elocutio, que organiza los modos paraponerle palabras a las partes del discurso, con base en tres requisitos : correcci6n(gramatical), claridad (disposici6n 16gica) y elegancia (uso de lenguaje indirecto y sentidos figurados). En este pun oes importante destacar que la elocutiose especializa en el aspecto semantico de las palabras, partiendo de que elsustituir un termino por otro produce una carga de significaci6n mayoral de lapalabra desnuda, pues depura laexpresi6n y construye el "estilo". Es aquf dondese organizan las figuras y el nivel dellenguaje poetico que opera una transfiguraci6n del sentido y empieza siendo una omamentaci6n para convertirsedespues en un medio para decir lo que las palabras usadas "normalmente" nopodrfan, por lo cual es el aspecto de la ret6rica mas apropiado a la poesfa y ala imagen, como iremos viendo.En sfntesis, estas partes de la ret6rica son las que constituyen la tecnicapersuasiva del discurso ret6rico en la tradici6n occidental. Pero la elocutio hallegado a absorber en la actualidad toda la ret6rica porque de ahf se desprendela reflexi6n sabre la semantica dellenguaje figurado, que sera el unico aspectoque consideraremos en adelante y para cuya compresi6n, sin embargo, seranecesario especificar, aunque sea someramente, los elementos te6ricos que serefieren a c6mo significa el lenguaje, a sus estructuras semanticas y a ladicotomfa entre el senti do directo e indirccto a traves de la 16gica expresiva (losprincipios de las figuras ret6ricas).

    La Significaci6n.Uno de los aspectos mas importantes para la compresi6n de un discurso,no s6lo ret6rico, y para su analisis, es el fen6meno de la significaci6n. AIabordar cualquier hecho de lenguaje la significaci6n se pone en juego siemprede alguna manera, pero esta se constituye a partir de un con unto de circunstancias especfficas que hay que considerar, pues antes de argumentar sobre lacreaci6n de efectos de sentido, es necesario tener en cuenta c6mo ellenguajesignifica. Veamos pues las lfneas generales en las que se desenvuelve estefen6meno.Lo especffico dellenguaje, antes de toda ret6rica , es su funci6n comunicativa. Todos practicamos este acto cultural cotidianamente. Vista desde una

    perspectiva amplia, podemos decir que en el lenguaje se ejerce nuestro sersocial, y si se da a este fen6meno una importancia primaria es porque en el seasienta nuestra relaci6n con el mundo y la manera en que lo comprendemos.Podemos decir asf que es el principal artificio con el que marcamos nuestradiferencia como seres culturales respecto ala naturaleza, para dominio inclusode esta ultima. El poder dellenguaje en este sentido reside en que posibilitanombrar las cosas, los conceptos y las ideas, dandoles una forma y unaorganizaci6n dentro de nuestra estructura intelectual. Este poder se hace visiblecuando logramos nombrar las cosas, pues ellenguaje es la herramienta prim era:"si hago una muesca en el arbol -dice Ernst Fisher- este arbol esta condenado",

    La ciocutio

    El lenguaje

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    El signo

    29pucs ha sido marcado y por lo tanto "librado al poder del hom brc"24 . Asf,nombrar significa abstraer, poncr una marca comprensible para Ja concicnciaindependientemente del objeto, y con ello se genera una nueva rcalidadsuprasensible. La facultad del lenguajc consiste entonces en producir signos,entidadcs que sustitu ycn a la naturaleza y se conviertcn en hcrramicnta dcihombre, hacicndo posible el pcnsamiento y la expresi6n.La naturaleza del signo ha sido estudiada ampliamente por la ling i.ifsticay posterionnente por la semiologfa, y aquf nos interesa retener algunos aspectosfundamentales que se refieren a el. Un es por definici6n diferentc deaquello que nom bra, pues se genera precisamente para sustituir al objeto. En Iamedida en que responde a un artificio cultural, no guarda una relaci6n directacon la naturaleza, sino que obedece mas bien a Ia idea que nos fonnamos de ella.Ferdinand de Saussure, quien revitaliz6 este concepto, dijo por ello que elsigno se pod fa en tender como la asociaci6n de esa marca que percibcn nuestrossentidos (como la marca del arbol), Hamada significante, con el contenido que

    le adjudicamos a ella, el significado (o la imagen mental que nos produce).Estas dos caras del signo, sin embargo, son producto de una convenci6n social.Es decir, si tomamos como ejemplo el signo 'caballo' es evidente que elcon unto de sonidos articulados k-a-b-a-y-o nose parecen ni guardan relaci6nalguna con el objeto que designan. Asf, para que ese signo tenga sentido csnecesario que exista un acuerdo entre los hablantes respecto a lo que debesignificar. Los signos pues no son motivados por sus objetos sino convencionales, y por ello -dijo Saussure- la relaci6n entre el significado y el significantees arbitraria, es decir, que s6lo tiene validez dentro del concenso de un grupoo comunidad, hecho que se puede probar si observamos que ese mismosignificado puede tener otros significantes en diferentes lenguas : "horse","cheval", etc., porque pertenecen a otra convenci6n.Por otra parte, los signos no tienen un valor aislado, sino que significan enrelaci6n a otros, pues establecen ante todo un conjunto de diferencias. Asf,'caballo' solo tiene senti do por su oposici6n a los otros anim ales que no soncaballos, y esta lengua, para acufiardicha palabra con un mfnimo de significado,tendra que generar por lo menos otra que fuera 'no-caballo ', aunque en realidadcuenta con una infinidad de signos que ya le son complementarios: cabra ,mamut, perro, etc. Este aspecto ha hecho que la lengua sea observada como elcon unto de distinciones que somos capaces de establecer ante el mundo, comouna red conceptual que proyectamos ante el para conocerlo . Dicha red , queaglutina un am plio m1mero de signos, distribufdos en clases y fonnas distintasde funcionamiento, constituyen un c6digo, y cada signo tiene valor s6lo enrelaci6n a este c6digo. La lengua e s p a f l o ~ a es un c6digo, y para comunicamoscon el es necesario conocer sus reglas, p1,1es es de naturaleza convencional y sussignos tienen valor respecto a la comunidad lingiifstica que sustenta esaconvenci6n.A partir de este perfil del signo se puede ya entonces comprender lo quese entiende por significaci6n y c6mo esta posibilita la comunicaci6n medianteel lenguaje: implica reconocer la asociaci6n mutua entre sigriificantes ysignificados (relaci6n semantica), entre los signos y los sujetos que compartenel c6digo (relaci6n pragmatica) y las relaciones que establecen los signos entresf para fonnar enunciados (relaci6n sintactica). El c6digo, adem as, se actualizay se renueva constantemente, pues aunque sus unidades sean contables, sepuede sin embargo producir con el un numcro infmito de enunciados, pues

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    siguicndo las reglas del c6digo sus posibilidades de combinaci6n no terminannunca.La significaci6n alude asf ala producci6n de contenidos que generan lossignos en relaci6n a un c6digo y a sus usuarios, aspecto que define tam bien sudimensi6n semantica. Hay que insistir, no obstante, en que la significaci6n norepresenta una traducci6n de las leyes del mundo ffsico allenguaje, sino que ese l l e ~ j e el que codifica la n a t u r a l < : ! ~ de acuerdo a ciertos criterios. Aunqueal usuario le parezca que establece mediante el Ienguaje una relaci6n directa consu entomo (debido a que lo ha incorporado) es mas bien ellenguaje lo que hemosprivilegiado para formalizar al mundo y las relaciones que establecemos anteeL

    Par esta raz6n cada lengua 've' al mundn de diferente manera, pues susc6digos establecen la red conceptual marcando las distinciones que le son perti-nentes a la cultura en que se genera la lengua. Hay que tener claro que lo quepuedc ser pertinente, par ejemplo para el ingles, quiza no lo sea de la mismamanera para el espafiol, como sucede cuando asignamos un mismo signa para'hermano' y 'hermana' (donde s6lo distinguimos entre masculino y femenino)mientras que el i n g h ~ s asigna un espacio semantico (lexical) claramente difer-enciado para ambos: sister/brother. Asf, la relaci6n que se establece entre lasignificaci6n y la realidad (lo nombrable) es muy complejo. De hecho nosobliga a considerar que cada lengulL,eS producto de una tradici6n culturaldistinta y que utilizar un c6digo nos /compromete ya con una forma particularde verla realidad...:JEsto nos conduce a su vez al problema del sentido, pues los signos queproducimos no s6lo formalizan las distinciones que hacemos de la realidad (lasignificaci6n) sino que incluye ellugarque les atribuimos dentro de los criterioscon que opera nuestro c6digo particular. Esta formulaci6n nos permite ir delesquema saussureano del signa, que considera al significado y al significantecomo las entidades que lo definen:

    Significante} Significaci6n- + - - - - Significado

    a uno mas complejo que c o n s i d e r ~ ! senti do como resultado de la segrnentaci6nde la realidad para producir un contenido que se manifiesta a su vez en una,;, fonna :.!"

    Significado

    Significante Objeto

    ---;:,--- --------------------

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    Scmiologia

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    y que dcmucstra que Ia relaci6n entre cl significante y el objeto noes directa.La producci6n de significaci6n es resultado entonces de la codificaci6n deIa realidad, pero el universo de los signos se amplfa si considcramos que todoslos hechos culturales (y no s6lo los lingtifsticos) significan. Adcmas los signosno nombran unicamente objetos sino conceptos e ideas, por lo cual cl aspcctoscmantico del lenguaje ofrece grandes posibilidades para comprcnder clsentido que 1c damos a nuestro entomo natural y social. De esta concepci6n csque nace el proyecto semiol6gico, que parte del analisis de los signos que seproducen en diferentes lenguajes para identificar el universo de significacionesque componen a una cultura. Porotra parte, los signos son entidades que puedenestudiarse como objetos aut6nomos, pero la practica dellenguaje haec uso delos signos a traves de entidades mucho mas amplias (los enunciados) y dondesu funci6n semantica se hace mas compleja. Desde un punto de vista te6rico,los signos tienen una significaci6n mas o menos fija estadfsticamente, pero elsentido se da tam bien a part ir de la interacci6n de los elementos dellenguaj e enun contexto, quepuede ser form ado por los signos mismos ( contexto semantico)o bien por su relaci6n con otros ambitos exteriores al enunciado. Por ello elanalisis de los fen6menos que significan es abordado a partir de la noci6n detexto, pues el texto es una organizaci6n compleja de signos que conforman unaunidad global de senti do. El discurso ret6rico responderfa a esre pun o de vista,pues sus parametres de significaci6n son elaborados bajo la perspectiva de untipo particular de texto.Para la semi6tica este criterio es fundamental, pues bajo la noci6n de textose estudia la composici6n estructural de los hechos culturales a partir de lo quesignifican en cuanto textos. Se puede entonces caracterizar como hechos dellenguaje a fen6menos como el vestido, la musica, la arquitectura o lasimagenes, lenguajes que pueden plantearse como pertenecientes a un c6digo yque por tanto producen textos: un texto edificio, un texto ciudad, un textocuadro, etc., lo que implica asumirlos tambien como entidades generadoras designificaci6n. Es importante aclarar aquf que noes comprendiendo este tipo detextos bajo el modelo lingtifstico como se puede estudiar su estructura significativa. Mas bien la noCi6n de lenguaje deja de pertenecer al modelo lingtifsticopara construir a esos objetos como textos.Esta discusi6n es importante aquf porque con la ret6rica, en efecto, secomprueba c6mo un modelo discursive que tuvo su origen en la lengua seconvirti6 despues en un programa textual apropiado tam bien a otros lenguajes,especialmente el de la imagen grafica, como veremos despues. Lo importantees observar que el universo de la significaci6n abarca un gran numero defen6menos culturales y su anal isis pone de manifiesto la pertinencia del modelote6rico que se propone abordar esos hechos preguntandose por el senti do queproducen. La imagen, porejemplo, tendra que caracterizarse como un lenguaje,y por tanto uria metodologfa semiol6gica para su estudio requerirfa plantearsela existencia de c6digos visuales, es decir, convenciones de representaci6nvisual que generan signos, sentidos (y textos) significando algo siempre. Paracomprender el discurso es necesario, pues, partir de la signi ficag6n, es decir,del conocimiento del sentido que tienen los signos en relaci6n a un c6digo para. -- - --- .._ec1r algo con respecto a nuestra cultura.-

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    La semantica.

    L1a disciplina que se encarga de estudiarel campo de la significaci6n de lossignos y los textos Ia semantici!JMientras Ia gramatica se ocupa de explicarlas rcglas que nonnan el c6digo para producir mensajes, yJa.semiologfa estudiael significado cultural de los texto..l..la scmantica intenta dilucidar que espaciode contcnido cubren los elementos del lenguaje, es decir, c6mo segmentan larealidad, c6mo se articulan en la red del c6digo, y c6mo varfan hist6ricamente;en una palabra, trata de identificar que es aquello que los signos nombran.Para afrontar esta tarea, la semantica estructural plar1tea que los elementosdel lcnguaje se distribuyen por oposiciones, constituyendo un sistema. Suanalisis puede ir desde el nivel fonol6gico en el caso de la lengua (por ejemplocuando pennutamos un 'o ' por una 'a ' en el contexto 'hennan-', donde, sicambia el significado decimos entonces que esas letras son pertinentes para elsentido, y por tanto tienen valor semantico) al lexico ( cuando bajo el significadogenerico de 'planta' se subestructura un conjunto de oposiciones hasta llegar aespecies mas precisas, definiendo los rasgos pertinentes que los caracterizan,como sucede con cualquier definici6n de diccionario), al gramatical (pensandosi el orden de los signos altera el sentido, como cuando decimos que no es lomismo "esperar saber" que "saber esperar", etc.) y tam bien al nivel textual (porejemplo definiendo los elementos pertinentes de un genera literaro, etc.). Lasemantica se ocupa tambien de los cambios de sentido, de los casas desinonimia, homonimia, etc., pero, ademas de estos usos lingiifsticos, es unadisciplina que a partir de la semiologfa enfrenta tambien la significaci6n deotros c6digos: por ejemplo, podrfa hacer una teorfa de lo que significan loscol ores o las fonnas en diferentes contextos para definir su sustancia de senti do.Bajo esta 6ptica parece diffcil establecer una semantica de todos nuestroslenguajes, pero de cualquier fonna sigue siendo legftimo que nos preguntemospor el significado de los textos que producimos.Con estos criterios de la semantica se pueden establecer parametres para Semasespecificar las oposiciones estructurales que definen el campo de significaci6nde los signos. Asf, dice la semantica,J.9s rasgos pertinentes de un signa puedendenominarse se.!!!!!J. Por ejemplo, el signa 'mesa' tendra los siguientes semas:objeto-mueble-conun so porte liso-horizontal-sostenido porvarios pies. Algunosde estos semas pueden pertenecer a otros objetos, pero basta con que un semacambie para que digamos que entonces se trata de otro signa (prueba de lapennutaci6n). Evidememente cada lengua, y cada lenguaje, merecera unasemantica distinta, pero siguiendo este procedimiento podrfamos hallar inclusolos casilleros que aun no han sido llenados, es decir, signos que alin no han sidoacufiados pero que tienen un Iugar dentro de Ia estructura del c6digo (asf comotambien registra las "especies" muertas).Es cierto que estos matices parecen demasiado alejados ya de la exposici6nde la ret6rica, pero ayudaran a comprender la construcci6n de las figuras. Porlo pronto sefialemos queglnivel semantico dellenguaje define en gran medidael contenido de los mensajes que generan los t e x t o ~ En este sentido hay quesefialarque la unidad textual plantea una red semantica compleja que abarca unaestructura semica de grande!' proporciones (su estudio rebasa los lfmites de estetrabajo) y con un funcionamiento que abarca muchos niveles (implicarfa una

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    Denotaci6n y connotaci6n

    genealogfa de los sentidos que producimos), pero conviene retcncr sus criteriosgenerales.Por otro lado, la significaci6n es un fen6meno mas extenso que lasestructuras semanticas, pues implica a su vez comprender otros aspectos como

    e1 contexto hist6rico-cultural en el que se genera el sentido, el estatuto te6ricodel productor y receptor del mensaje, la sustancia ffsica en que se manifiesta unlenguaje, etc. Oos cuales, no obstante, integrados en una semi6tica compleja,tiencn tambien una organizaci6n semantica en el texto, podemos Ieerlos en el,s6lo que necesitamos mucho mas que un diccionario).El problema puede plantearse entonces, en tenninos generales, asumiendoque un texto puede hacer referenda a otros textos, incluso cuando los niega (eneste terren.o no tiene Iugar la neutralidad ). Asf, su lectura puede plantearse porlo menos en dos niveles: cuando atendemos a lo que dicen explfcitamente(denotaci6n) y cuando el sentido incorpora tambien lo que existe implfcitamente (connotaci612J. Esto nos llevarfa a su vez a establecer una semantica queabarcara aquello que noes dicho pero que tambien forma parte de la comunicaci6n. De hecho, la scmiologfa es una disciplina que ha privilegiado el estudiode las connotaciones del lenguaje, pues ello equivale a establecer el lugarcultural de los hechos significantes.El principio de la connotaci6n es importante para comprender el funcionamiento de la ret6rica, sobre todo de sus figuras, las cuales son especialmente apropiadas para construir ese segundo sentido de lo no dicho, puescapitalizan buena parte de los mecanismos del lenguaje que producen unsentido implfcito.

    La connotaci6n puede entenderse como un segundo sentido. Asf, mientrasun mensaje tiene un plano de Ia expresi6n y un plano del contenido, su unidadse convierte a su vez en significante de otro sentido, como se plantea en elsiguiente esquema:Primer nivel Segundo nivel

    Plano de Ia expresion --,___ . ,__s- Plano de Ia expresHXlPlano del contenido J>J d 1 .dano c conten1 oLa deootaci6n define asf la significaci6n primaria, y pertenece al mecanismo dellenguaje que comprende el aspecto referendal de los signos (lo quedesignan mas o menos directamente) y es por ello un objeto de estudiodefinitivo para la semantica. La connotaci6n, en cambio, ubica la denotaci6ncomo sfntoma (es decir como signo) de otros hechos, y por tanto se ejercesiempre sobre el nivel del discurso. Un autom6vil, por ejemplo, puede denotara un vehfculo-con cuatro ruedas-y motor-para transportar pasajeros, pero segl)nel caso puede connotar un status, un gusto, una epoca, etc. Por eso el estudio dela connotaci6n conduce a incorporar al sentido los sistemas de valores, ideas,ideologfas y producciones imaginarias de la colectividad. Como puede advertirse, este nivel serfa el apropiado para describir los elementos de la persuaci6ndel discurso ret6rico, pues este se mueve siempre entre lo que se dicey lo quese entiende, siendo por ello fuertemente connotado.Con todo, podemos dedr que, manteniendonos todavfa en el nivel primario, los signos tienen un contenido mas o menos fijo, un valor especfficodentro del c6digo. Esta aseveraci6n es importante porque de acuerdo ala 16gica

    dellenguaje se requiere de un consenso social mfnimo sobre el significado deciertos tenninos u objetos para que exista la comunicaci6n y sobre esta base se

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    desarrollan los demas niveles. Mientras los textos que producimos circulancreando infm1dad de connotaciones , hay sin embargo un acuerdo tacito sobrelo que ciertas entidades quieren comunicar aunque sea aproximadamente.Cuando consultamos el diccionario es porque queremos saber, aunquesea en el plano de la denotaci6n, que co sa quiso nombrar tal o cual signo cuandofue creado, ode acuerdo a su acepci6n mas caracterfstica (aunque aun asf haymuchas afirmaciones discutibles); pero veremos enseguida c6mo su debilestabilidad puede echarse abajo nipidamente sin romper con ello el sentido,sino mas bien incrementandolo.

    El sentido figuradoA pesar de que pueda hacerse un estudio sistematico de lo que los signosquieren decir y de lo que significan en relaci6n a un c6digo, hay sin embargo

    dos formas de ejercer ellenguaje, seglin se tome a esos signos por lo que refierenliteralmente o por lo que designan de un modo indirecto o figurado. Asf, porejemplo, podemos decir que la palabra 'carcel ' designa una entidad especfficay mas o menos por todos conocida, pero cuando la Edad Media utiliz6la frase'e l cuerpo es la carcel del alma' parageneraruna sentencia referida a los valorescristianos, es evidente que 'carcel' tenia aquf un significado muy distinto. Side nuevo consultaramos al diccionario, y ajustaramos esta frase al sentido quecarcel tiene en el, dicha sentencia estarfa diciendo en realidad algo un pocoincoherente. No obstante, apenas ajustamos nuestra percepci6n, y nos esta-blecemos en el nivel que nos dice que esa palabra tenemos que entenderlametaf6ricamente, entonces la sentencia cobra un sentido 16gico.Por esta raz6n se pueden establecer dos formas de significaci6n: una quea5ume a los signos en su significado literal, que llamaremos sentido directo, yotra que parte de que el signjficado funciona de forma indirecta, que llamare-mos sentido figura.QQ..hEsta dk.>tomfa no implica poneren entredicho la semantica de los signos,sino el establecimiento de otra semantica o la ampliaci6n de su campo deacci6n. Para explicar tales fen6menos la semantica tendrfa sin embargo queproponer un modelo bastante complejo en el cual se especificaran las reglas deestas transformaciones de sentido y las consecuencias que tienen para laestructura del c6digo y de sus usuarios. Pero el hecho es que los sentidosfigurados marcan un ambito de asociaciones semanticas muy amplio que apesar de su complejidad es relativamente facil de entender por los hablantescuando aparecen.El sentido figurado tiene lugar generalmente cuando el significado de lossignos es utilizado fuera de su sentido habitual en expresiones que consiguengracias a ello un efecto estilfstico. Esta modificaci6n o redistribuci6n delcontenido de los signos puede entenderse como un giro de lenguaje queestablece una relaci6n no unfvoca entre lo que llamamos significante ysignificado por lo que implica otro nivel de compresi6n.Estas expresiones pueden afectar el nivel sintactico dellenguaje o bienconjuntar campos semanticos de distinta fndole, como en "el aire embarca aotros sitios"; tambien pueden conseguir el efecto por aglutinaci6n: 'su presacay6 inm6vil, neutra, suspendida', o por la supresi6n de elementos: 'Es, mas nolo dice' (donde falta un adjetivo).

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    La individualizaci6n

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    Lo caracteristico de estas expresiones es que su 16gica implica unaasociaci6n de pcnsamiento para ser coherente, una opcraci6n donde los semasde un signo deben interpretarse como exponentes de otro u otros (en laimaginaci6n) o donde deben darse por entendidos los que faltan o los queso bran, lo que implica establecer un sistema de interrelaciones semanticas. Esimportante reconocer que a pcsar de que en el enunciado, en la expresi6n quese lee, se cometa una aparente impropiedad, el lector es capaz de ajustarladandole a su interpretaci6n un senti do adecuado, pues dichas opcraciones estandisef\adas para propiciar sin Iugar a dudas la activaci6n de ese ajuste. Lefdasen un sentido literal, lo que expresan es bastante il6gico, pero la figura nace dela confianza de que se entendera en otro nivel, el nivel figurado.La ret6rica hizo de estas opcraciones un objeto de clasificaci6n desde elsiglo I a.C., llamandolas figuras ret6ricas, las cuales hay que entenderlas comof6rmulas dispuestas a llenarse de sentido: asf ~ o m o una f6rmula matematicapuede ajustarse a muy variadas cifras, manteniendo siempre la igualdad, lafigura acepta los mas diversos contenidos, pero lo que mantiene es la credibilidad y la verosimilitud. Por lo demas, estos giros de lenguaje no son extraf\os,sino que se encuentran tam bien en el habla popular ('me m uero de ham bre', 'sele prendi6 el foco' ,'hacer cola', etc.) y son expresiones que de ben leerse de un modo figurado, aunque su cotidianeidad las vuelva casi normales.Las expresiones figuradas, que un manual de ret6rica ensef\a a producir,sirven no obstante para crear sentidos nuevas, que causan una sotpresa, economizan el discurso y producen una espccie de "'shock semantico", y se generanpara Hamar la atenci6n, para producir una impresi6n (a veces lade lo inusitado)y por ello son propicias para los discursos que buscan convencer o conmover.Su constituci6n puede variar en las distintas funciones gramaticales, como en:'ellibro es una ventana al mundo' (sustantivo), 'las pasiones duermen en lacalle' (verbo) o 'el pueblo de la tierra azul' (adjetivo).

    La novedad que presupone su sorpresa proviene de que vemos expresarseuna idea con signos habitualmente usados con otros fines y esto hace que seproduzca tambien una "individualizaci6n" del estilo, un "extraflamiento" antela expresi6n, que los ret6ricos de la antigliedad vieron como motivo de ornatoy de deleite. Dicha individualizaci6n se origina porque surge un nuevo vinculoentre lo referendal y su expresi6n, hacienda nacer una nueva forma deaprehensi6n del senti do, una forma ya no habituada JX>r todos sino por un modoparticular de designaci6n, aunque de todos modos provenga del c6digo (soloque este, usado en sentido directo, no produce el mismo efecto porque hacereferenda a las cosas de un modo comun). Este aspecto es uno de los artificiosdel lenguaje de que se ha valido en muchos casos la literatura precisamenteporque busca una forma original de nombrar al mundo, renovando asflos signos(trabajo que implica una gran competencia cultural), aunque cuando unaexpresi6n se repite o se imita muchas veces su efecto de sorpresa informativase pierde, como pasa con los literatos que imitan modelos o las expresiones quenacen siendo originales y luego se vuelven estereotipos. Pero es valiendose delartificio como los JX>etas pueden acuf\ar nuevas sentidos, como hizo J.J.Tablada, por ejemplo, para ironizar contra el autom6vil cuando este surgi6 enMexico, llamandolo "alcoba itinerante y sicaliptica", "saurio de alfgerosafanes" o "drag6n hecho por un cubista''2S, que retrataban al artefacto por susconnotaciones. En los enunciados producidos por las figuras, pues, la nueva dimensi6n de significaci6n de los signos se da por el contexto semantico en que

    II

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    aparecen, pues es en funci6n de el que se interprctan de fonna figurada.A sf, ei efecto de estilo es explicable gracias a Ia transfiguraci6n semantica,al distanciamiento con respecto ala nonna , y csto se debe, por un lado, a quecl universo de las significaciones no es cerrado y pennite que las relacionesentre los signos y los sentidos sean muy variables (no s6lo literales), y por otro,a que cl desplazamiento semantico es una caracterfstica general dellenguajeque incluye la imaginaci6n y la posibilidad constante de creaci6n de sentidos.Pero en tanto c6digo la convenci6n sigue siendo un factor primario, y porello noes posible tam poco que cualquier construccion que transgreda las leyesdel sentido directo pueda considerarse figurado, por lo cual debe existir tambienun Mbito del discurso donde esas expresiones sean pennisibles, como "sucedecon la tradici6n ret6rica. Lo que sf es posible, sin embargo, es que gracias alainfinita productividad del Ienguaje, lo figurado tampoco tenga lfmites: comprendiendo sus fonnas de funcionamiento (que por tanto requiere tambienreglas) se pueden generar siempre nuevas metaforas.La trasccndencia de la elocutio ret6rica radica precisamente en queconstituy6 la primera metodologfa para el estudio y utilizaci6n de esas reglas,y como este fen6meno es caracterfstico y propio de los lenguajes (no s6lo de lalengua, aunque naci6 ahf) es por ello que resulta fundamental para abordar lacomunicaci6n en general.Las figuras ret6ricas son, pues, mecanismos o artificios de lenguaje que seplantean como f6nnuJas. Veamos porejemplo la f6nnula de las tres figuras masimportantes: la metafora, la sin6cdoque y la metonimia. Segtin la tradici6n, lametafora consiste en sustituir un tennino por otro (hacienda desaparecer alprimero) dentro de un enunciado, pero donde ambos. tenninos guardan unarelaci6n semantica comun. La sustituci6n permite proponer un elemento aparentemente ajeno al enunciado peroque conserva cierta memoria del sustituido,por lo cual se hace coherente y gana en incremento de Ia expresi6n, pues agregaun sentido que el original no tenfa.

    Asf, podemos experimentar esta f6nnula en el enunciado "El mar, blancode espuma", donde la imagen de un mar muy blanco nose logra plenamente masque sustituyendo la palabra 'b lanco' por 'nevado ' y diciendo "el mar, nevadode espuma", como hizo Romero en un pasaje de su Odisea. Este enunciado esuna metafora y s6lo tiene sentido en el nivel figurado (literalmente serfaincoherente); ahf, la sustituci6n es pertinente porque 'nevado' guarda algunosrasgos (semas) que tenfa la palabra original (adjetivo de algo que es blanco)pero le agrega otros tales como la textura, la brillantez, etc., de modo que elprimer elemento desaparece por completo pero esta latente en el sustituyente,hacienda verosfmil y mas expresiva a esa imagen (un mar "individualizado"),coherente por lo menos para quienes hemos aprendido el lenguaje segdn latradici6n occidental. Lo importante es aquf descubrir la formula, que puedeaplicarse a muy variados enunciados para generar metaforas y que puedeesquematizarse de la siguente fonna:

    Blanco Nevado A.- Sustitwdo B.- Substituyente

    don de B aparece en Iugar de A

    Las figuras

    La metafora

    iIiJ

    J ,- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -------- ----------------

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    La metonimia

    La sinccdoque

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    En este caso decimos que 'nevado' gana los semas que 'blanco ' de suyono tiene, yes ello lo que enfatiza la expresi6n poetica. La metafora, pues, rcfiereuna cosa por medio de otra.La sinecdoque en cambio hace referir un todo exponiendo en el enunciados6lo una de sus partes. Aquf lo imaginado es "lo que falta", y no nace de unelemento que sustituye, sino de uh decir que da por entendido lo demasmostrando s61o un aspecto, una faceta, una parte de contenido del conjuntoentero (lo singular por lo plural, la parte por el todo, etc.), a traves de lo cuals6lo unos semas hacen inferir los restantes. Un ejemplo puede ser ef clasicolema del habla popular que dice "pedir su mano", que hace inferir que por manodebe entenderse toda una persona. La sin6cdoque pues tendra un esquema asf:

    donde a hace inferir A

    Mientras tanto, la metonimia se define como la sustituci6n de un elementopor otro, solo que a diferencia de la metafora esta sustituci6n no se basa en lacoposesi6n de semas, sino en que el sustituyente guard a una relaci6n con el sustitufdo porque ambos se refieren a un mismo conjunto (comparten un camporeferendal); es decir,se bas a en la adjudicaci6nde un senti do mediante otro quecomparte una referenda habitual. Existe pues una relaci6n causal que puedereconocerse en expresiones donde se refiere la causa por el efecto: "fue tocadopor Baco", del efecto por la causa: "El es un buen violfn" (un buen musico deviolin), del continente pore! contenido: "comi6un platode sopa", o porrelaci6ncultural, como en "defendi6la cruz" (al cristianismo) o "comparti6la corona"(elpoder)2 6 Su esquema es el siguiente:

    Estas figuras muestran algunos principios dellenguaje figurado y existenmuchas otras que permiten resultados distintos. Hay, porejemplo, algunas quese basan en una comparaci6n (como la antftesis) y otras que producen expresiones tales como 'pequefio, pero grandioso (concesi6n), 'noes que no haya,pero .. ' (lftote), 'son tan , que no pueden' (blanco); y a pesar de queestos ejemplos son comunes, las figuras, como hemos dicho, tambien ticnenusos en la literatura: asf Sor Juana dice "Era del afio la estaci6n florida" (que esala vez un hiperbaton y una alusi6n) o Villaurrutia: "por mil largos caminos"(hiperbole).

    Esta permutabilidad y caracter transhist6rico se debe a que las figurasret6ricas son un programa de efectos de sentido actualizables en

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    sintactica y semantica de su mecanismo operatorio; su grado de necesidad, yasea que responda la figura a una carencia de la lengua o a un deseo de ornatay placer; su efecto de sentido"27 o bien puede considcrarse si su funcionamientoimplica una adici6n, una supresi6n, una sustituci6n o una permutaci6n. Para elestudio pormenorizado de estas clasificaciones remitimos sin embargo acualquicr manual de ret6rica, que ofrecera una organizaci6n completa y unadefinici6n de un gran numero de figuras, sus nombres y sus form as de uso. Porotra parte al final de este texto presentamos una selecci6n de aquellas queconsideramos mas apropiadas allenguaje visual con una definici6n general yalgunos ejemplos graficos.

    Por lo pronto, interesa ahora decir que las figuras constituyen mecanismossemanticos muy arraigados en la tradici6n occidental, y aunque convivamoscon elias cotidianamente, sus mecanismos son complejos (se vuelven masdiffciles cuando las tratamos de aplicar conscientemente) pero forman parte yade un habito cultural que nos permite cornprenderlas cuando aparecen, lo quedemuestra que la tradici6n del discurso rct6rico esta presente todavfaen nuestrolenguaje, y es de hecho uno de sus principales sopartes.

    Hay que notar ademas que el sentido figurado opera sobre la imaginaci6nde quien lo lee, cuenta con el a uste que haremos para entender sus expresionesmas alia del nivell iteral . En este sentido, ell enguaje figurado se permite esasenormes libertades semanticas porque parte de que ellector se hara cargo deello, y por otra parte permite ira niveles mas profundos de significaci6n, puessiempre haec entender algo mas alla de lo que se dice explfcitamente perotambien nos acerca con ello a otras imaginaciones posibles dentro de loimaginario. En cierto modo, las figuras son artificios que posibilitan hacer decira los signos lo que de otro modo no podrfan, y este es otro de los argumentosque hicieron que la poesfa capitalizara sus usos (incrementando el nivelsemantico de la lengua). Un caso muy particular es el sefialado en el primercapitulo, cuando los textos bfblicos fueron interpretados de un modo figuradopensando que Ia palabra divina no podrfa expresarse mas que bajo la coberturapolftica porque su mensaje serfa inaccesible de otro modo. En este caso, Ialectura bfblica podra sumirse en efecto como expresi6n figurada de un c6digosuperior, aunque daba pie par supuesto a muy variadas versiones debido a queese texto podfa tam bien significar desde ese punto de vista muchas cosas, pueslo figurado tam bien llega a ser polisfmico.

    Para los rct6ricos, y especialmente para los te6ricos de Ia persuaci6n, ellenguaje figurado resulta tambien un instrumento indispensable (no en vanoproviene de ellos la ret6rica) pues ademas de que sirve para omamentar eldiscurso, haec fluir la argumentaci6n (permite un ahorro de signos), otorga unplacer a quien lo escucha (pues se siente copartfcipe del sentido, como si fuerael quien oper6 el mecanismo, aunque haya sido disefiado con intencionesprecisas) y ademas haec posible referirse indirectamente a las cosas (parejemplo lo que no conviene o no esta permitido decir explfcitamenteyes mejor"sublimarlo").

    En su estudio sobre Ia ret6rica de la imagen publicitaria (que esta dentrodel discurso persuasivo y se distingue justamente par sublimar aquello a lo quese refiere) Jaques Durand discutfa aun este fen6meno preguntandose lo siguiente:

    La publicidad

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    "(.que hay en la proposici6n figurada que no hay en la proposici6n simple? (.quees lo que, en la proposici6n figurada, advierte el oyente que no debe tomarseen sentido literal? Y si el oyente restituye lq proposici6n simple, (,que recibi6que no hubiera recibido si esta proposici6n simple hubiera sido pronunciadasola? Si se quiere hacer oir una cosa (.por que se dice otra?" 28 . En referenda aestas cuestiones, se puede decir que lo que a porta la expresi6n figurada que notiene la simple es una connotaci6n (incluso se ha visto a las figuras como elcon unto de los significantes de la connotaci6n). Ademas este artificio hace deldiscurso una entidad que agrega un plus de significaci6n, superior al de loexplfcito, que le permite semantizar espacios que estan mas alia de la enuncia-ci6n, y esto produce un placer tanto por la forma (el estilo, el ornata) como porel desplazamiento sfmico (que moviliza el pensamiento) .

    Un discurso produce placer si aparece completo, organizado, si nos daocasi6n de realizar transmutaciones de sentido y nos lleva a redescubrir lossignos mirandolos funcionar en contextos .que les parecfan improbables, puesde alguna forma exploramos asf las posibilidades de nuestro propio c6digo. Aquien busca persuadir le interesa producir este efecto entre sus interlocutores,pero ya vimos que su aplicaci6n literaria tambien aprovecha lo figurado confines esteticos. En Ultima instancia, como cita Barthes, "el pensamiento superaampliamente al lenguaje" pues "una de las mayores bellezas de un discursoreside en su plenitud de sentido yen su capacidad de dar al a mente la ocasi6nde elaborar un pensamiento mas extenso que su expresi6n" 29

    De cualquier forma, las figuras ret6ricas han sido tratadas te6ricamentecomo desviaciones, como transgresiones a la norma del c6digo. Esta tesis dela figura como 'desvfo', sin embargo, no ex plica su funcionamiento ni aclarapor que y c6mo nos produce un placer, en cambia mantiene al sentido literalcomo mas "correcto", considerandolo reglamentario y normal para caracterizarala figura como infracci6n de lo instituido (pero las figuras descansan tam biensabre cierta 16gica). A pesar de ello, la ret6rica sostendra que tales figurasposeen reglas propias e incluso forman parte de la naturaleza del c6digo y dehecho las figuras son mecanismos suficientemente esterotipados como para or-ganizarse en manuales y vertirse sobre multiples discursos, lo que significa queelias mismas son tambien una instituci6n.

    Lo que genera confusi6n es que dichos artificios pueden servir para abrirsemanticamente a los signos, y por eso parecen mas desestructuradores queinstituidoras, s6lo que no podemos olvidarque en el discurso occidental ese esprecisamente el mecanismo: su imaginaci6n puede parecer ilimitada, pero losc6digos que hay para imaginary expresarse son unos muy precisos, y entonces~ a m Q q u h a b l J ! . u i ~ J i n a j m a g i n < l _ ~ j 6 n controlada, por lo menos de unprograma para imaginar, que es justameriie una forma de caracterizar a laret6rica. Esto nos revela la importancia sefialada inicialmente acerca de lacompresi6n de un orden (instituci6n) del discurso. Pero, por otra par te, talesconsideraciones no quitan valor al sentido figurado, que de todas maneras hasido considerado por otros autores como un fen6meno propio del lenguajehumano y no s6lo de la ret6rica. En este sentido el programa s6lo sistematizay organiza sus principios generales y los pone a disposici6n del usuario (que parlo general, como vimos, pertcnece al sector de los que saben hablar) pues laret6rica es justamente eso,. "una maquina sutilmente armada, un arbol deoperaciones, un programa destinado a producir el discurso"30, y si las figuras

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    aparecen sin embargo con una forma siempre novedosa es porque el programaret6rico busca precisamente formar un metodo para ser original.Para nuestra mentalidad la existencia de un programa que nos dice c6moser novedosos puede parecer contradictorio, pero recordemos que desde laAntigiiedad esta inocencia respecto allenguaje habfa sido ya superada: siguiendolas reglas el espectador experimentara el discurso como algo espontaneo, y enello reside su poder respecto a la psicologfa del publico que tiene ya pro-gramada.Considerados estos aspectos, esjusto decirque, a pesarde todo, lo figuradosigue siendo un instrumento de creaci6n de senti do que puede generar entidadesantes no imaginadas, un fen6meno productor de .significaci6n y un artificiolegftimo de la comunicaci6n. S6lo que lo que se entienda por imaginaci6n ocreaci6n no depende de nuestra capacidad de desprendernos de lo que existe,sino de comprenderlo mejor y mane ar sus reglas, como sucede con la poesfa.Esta formulaci6n parte de considerar entonces a las figuras como parte deuna tradici6n cultural con la que hemos aprendido mecanismos de expresi6n,y ello explica tam bien la existencia de muchas figuras en el habla popular, lascuales, si se estudiaran a fondo, demostraran haber sido prefiguradas ya por lostextos ret6ricos antiguos que es de donde quiza provienen en realidad.

    La ret6rica de la imagenEl senti do figurado es, en sfntesis, ese lenguaje que se mantiene mas sobrelo latente que sobre lo existente, transfigurando el senti do directo para producirnuevas significaciones y para conducir nuestra imaginaci6n hacia lo no dichopero que tam bien forma parte del senti do. Es sustento de unmensaje connotadorque hace del discurso un objeto que da a entender muchas mas cosas de las quecontiene explfcitamente.El nivel figurado a lo largo de la tradici6n ret6rica ha sido empleado condiversos fines segtl.n los proyectos culturales esbozados en la primera parte: enla vratoria, c11la ficci6n, en la religi6n, etc., y tambien ha sido aprovechado pordistintos generos: el discurso forense, el judicial, el poetico (y en general elliterario). Los siglos de tradici6n en que la ret6rica ha sido soporte de estosdiscursos han fonnado asf un sistema de producci6n textual que constituyeparte del patrimonio cultural de Occidente, demodo que se ha incorporado yaa sus formas de pensamiento y de expresi6n en todos los ambitos donde ellenguaje ejerce una estrategia de comunicaci6n: es un Mbito incorporado. Noes gratuito que cuando nace un nuevo sistema de comunicaci6n, que requierede un metodo, la tradici6n ret6rica aparezca tambien como soporte parafonnular su lenguaje. Esto sucede con el nuevo tipo de mensajes que se

    establecen a partir de la Revoluci6n Industrial: Ia prensa, los nuevos generosliterarios, la fotograffa, el cine, Ia televisi6n, etc. De hecho, la cultura de masases heredera en muchos aspectos de esta tradici6n. Uno de los mensajes que estadentro de esta lfnea es Ia publicidad, y en tenninos generales el disefio iratambien adquiriendo su lenguaje a partir de la incorporaci6n de muchoselementos de ese orden discursive, pues es ante todo una disciplina que sepropane comunicar publicamente y desde luego no son ajenas a ella lasestrategias de la persuaci6n. No debe sorprender entonces que los mecanismosret6ricos reaparezcan en ese campo (y en la imagen en particular), pues en

    La ret6rica modema

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    La persuaci6n

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    realidad estan latentes en los habitos de la cultura popular como modelosarquet6picos.En la publicidad el sentido figurado ha servido para apelar a los deseos ysentimientos del publico, para implicarlo en cl mensaje y atribuir a susproductos cualidades fantasticas e imaginarias que retribuyen un placer. Portodos conocido es su capital semanlico (virilidad, poder, lujo, erotismo,comodidad, etc.) pero sus estrategias persuasivas pertenecen en muchos casosal modelo ret6rico, del cual son deudores (y mas aun, tendriamos que plantearque la publieidad es la continuidad de la tradici6n). Con la publici dad la culturade masas ha capitalizado esos recursos dandoles ademas una dimensi6naltamente tecnol6gica pues es un mensaje que requiere "librarse de argumentaciones" y "hurgarcn el inconsciente" para "referirse, d i c i t ~ n d o l o o sin decirlo,a deseos prohibidos como el orgullo, el erotismo, las ansias de promoci6nsocial"31 , aspectos en los que las figuras han colaborado con sus estrategias designificaci6n.A partir de la ubicaci6n del modelo ret6rico, la critica de la comunicaci6nde masas ha encontrado en este nivel del discurso un recurso con el que seexplica c6mo la publicidad se permite superar "las exigencias de orden 16gicoy racional que la sociedad impone al lenguaje" y "traducir los deseos ysentimientos latentes en el publico' '32 En este sentido, se considera a los mensajes como artificios dotados de una enorme potencialidad psicol6gica para lapersuaci6n gracias a su construcci6n textual que le permite acceder al "universolibidinal de los deseos (o temores ocultos) del consumidor"33 En raz6n de talargumento se puede explicar en parte el exito del mensaje public