de la ii guerra mundial, a irak historia no hay duda de...
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HISTORIA: LA PESCA DURANTE LA GUERRA, IIDE LA II GUERRA MUNDIAL, A IRAK
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HISTORIAHISTORIA No hay duda de que laserie dedicada a la
historia de la pesca hadespertado un gran
interés entre todaclase de
aficionados...Seguiremos
con lahistoria,
todavía en“guerra”
No hay duda de que laserie dedicada a la
historia de la pesca hadespertado un gran
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LA PESCA DURANTE LA GUERRA, IIDE LA II GUERRA MUNDIAL, A IRAK
LA PESCA DURANTE LA GUERRA, IIDE LA II GUERRA MUNDIAL, A IRAK
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E n el art ículo anteriornarrábamos la historiade una iniciativa solida-
ria llevada a cabo por HarlanJ. Major. un gran pescador,quién hizo eco de la necesidadde aparejos que padecía elejército norteamericano allápor los mares lejanos dondecombatía.
En esta ocasión y recordan-do el éxito que había tenidoentre la tropa el envío de losavíos que los viejos y jóvenespescadores habían donado,los mandos encargaron aMajor nuevas misiones: ense-ñar a los soldados a lanzar, adiseñar aparejos, a realizarprogramas de pesca, a buscarlugares, etc. De lo ocurrido enaquellas jornadas, casi siem-pre teñidas de luto por el man-to negro de la guerra, pero quequedaron confinadas a lamemoria de los veteranos
como algo a recordar, discurri-remos a continuación.
Batallasde pesca
Durante el transcurso de laI I Guerra Mundial y por elhecho de servir en la marina,muchos ciudadanos estadouni-denses tuvieron su primer con-tacto con el mar. Es cierto;muchísimos jóvenes jamáshabían visto más agua que laque podía caber en una jarrade cerveza... Pero siemprehabría tiempo para acostum-brarse e incluso para echarlade menos en el preciso momen-to de pisar tierra. Navegar seconvirtió para algunos en unapesadilla, mientras que para lainmensa mayoría de los hijosde una nación que adora la
pesca fue una posibilidad debatirse con grandes peces.
Bien, tras recibir los prime-ros envíos de aparejos, los áni-mos de los angustiados solda-dos se renovaron. Los lances de
pesca no se hicieron esperar yun batallón de combate concierto número de vehículos dedesembarco celebró la llegadade los señuelos dedicando undía de pesca.
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■ La pesca era el principal entretenimiento de los soldados.
■ Algunas capturas de tarpón.
■ Soldado preparándose para una salida de pesca.
■ Marineros posando con una buena captura de tiburón martillo,pescado en Australia.
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Cada lancha salió con uncargamento de pescadores, enel que también participabanoficiales. Un comandante quehabía hal lado un cómodopuesto de popa decidió dor-mir, caña en mano, tras nosucederse picada alguna.Como mientras pescaba dor-mitaba, se vio arrastrado alagua por un magnífico pezrey. Los demás soldados selanzaron al salvamento... Delpez rey, por supuesto, y soloacudieron en busca del mando
una vez puesta a buen recau-do la captura.
Otro lance que pudo aca-bar en desgracia pero al finalresultó ser afortunado, ocurrióen una playa de Australia. Ungrupo de soldados estaba pes-cando al lance ligero desde laorilla, cuando uno de ellos, nocontento con la distancia quepodía cubrir con su caña, deci-dió irse a nado a una isla queestaba a unos cien metros. Allídio buena cuenta de su prepa-ración f ís ica al morder el
anzuelo un tiburón mako de100 kilos de peso, que estuvoa punto de llevarlo al agua.Sus compañeros dejaron lascañas para animarle desde laotra orilla, y entre los gritos deánimo de sus camaradas con-siguió izarlo. Tan pronto comocogió de nuevo aliento lo llevóa modo de lastre hasta la pla-ya. Según cuentan sus cama-radas, su esti lo de nado deespaldas hacía quedar comoun novato al mismísimo Weiss-muller.
Salvados porla pesca
La mayoría de los soldadosse mostraban tan entusiasma-dos con la pesca que no leimportaba que unas cuantasbalas les silbasen en los oídos.Desde Italia, el general MarkClark escribía que, a pesar delas dificultades que tenían en elcontrol del Puente de Anzio,algunos de sus hombres pesca-ban en el Canal de Mussolini,ante las narices del ejércitonazi.
La Infantería de Marinatambién demostró que no sedejaba amedrentar por unoscuantos t iros. Se le habíaencargado una misión espe-cial: ponerse a tiro de las bate-rías japonesas, mientras desdeel aire se intentaba localizar alenemigo que se hallaba bienoculto entre las montañas deuna isla del Pacífico. A pesarde los nervios iniciales, la tripu-lación se tranquilizó pensandoque en tanto se hallasen enfrente a la costa, podían apro-vechar para lanzar sus cañas.Y así transcurrió la gesta: lainfantería pescó algunos pecesy la fuerza aérea logró darcaza a los japoneses sin sufrirbaja alguna.
La pesca en el ejército esta-dounidense obtuvo un cariz tansignificativo que llegó incluso a
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■ El soldado norteamericano estaba ■ México no escapó a la colonización del bass.
■ De pronto, muchos marines cambiaron sus lindos lagos americanos, como el de la foto, por el mar rojo...SOLO
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estar dentro de los planes delas grandes batallas. El coman-dante E. P. Yutzler, director deSalud y Descanso Naval, delTercer Distrito Naval, encargóa Halam J. Major la prepara-ción de 500 equipos de pescaque debían llevar la Infanteríade Marina el día de su desem-barco. El lugar no le fue facili-tado al tratarse de una misiónde alto secreto. La única infor-mación de la que disponía eraque el equipo debía ser lo sufi-cientemente compacto comopara caber en la mochila de unmarine. Por tanto, nuestro pes-cador no tuvo otra guisa parapoder averiguar el lugar y enfunción, preparar los señuelos,que desplegar un mapa, frotaruna pata de conejo y encomen-darse a Dios. Finalmente, susdesignios no estuvieron muy
mal encaminados; Halam pen-só en el Atlántico y los aparejosfueron embarcados en el mis-mísimo Queen Mary, con desti-no Inglaterra.
La importancia de la pescaen estos momentos de crisis noera otra que la de evitar que latropa enloqueciera tras labatalla. El comandante Yutslerdecía así en la carta de peti-ción del equipo:
“Sé, por experiencia, queun soldado mantenido enreserva tras horripilantes com-bates se enfrenta entonces consus más duras horas de prue-ba, pues tiene tiempo parapensar. He visto a hombresdesplomarse pasado el tiro-teo... Si la originaria partidade desembarco no puede serretirada para su muy necesariodescanso, los avíos podrían
proporcionarle algún relaja-miento por la concentración enun poco de pesca”.
Pescando enlas Antillas
Al final de la contienda lastropas confinadas en Europa yÁfrica se habían desplazadode las áreas de combate a lasciudades. Esto provocó la esca-sa demanda de aparejos porparte de esos soldados quegustaban de salidas nocturnaspor bulevares, cines y demásespectáculos que devolvían lavida a estas ciudades desbas-tadas.
Al otro extremo del planetala armada estadounidenseseguía controlando sus bases en
el Pacífico, a pesar de la rendi-ción japonesa y su consecuenteretirada. Al fin los soldadostuvieron tiempo de relajarse ydisfrutar de unas merecidasvacaciones mientras esperabansu repatriación. No obstante, lajungla siguió siendo jungla y elentretenimiento principal conti-nuó siendo la pesca. Allí sí semantuvo la demanda de apare-jos, al igual que en las Antillas.El interés del despliegue militarpor esta zona radicaba en ladefensa del Canal de Panamá yen la preservación, ante unaposible necesidad, de la Améri-ca Continental.
Los soldados desplazados alas Antillas no habían conocidocombate alguno, por lo que eralógico que urgiese más traer devuelta a casa a la fatigada tro-pa que había participado en la
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acostumbrado a la pesca fluvial. ■ Table Rock Lake, en Missouri, zona típica de bass.
■ Soldados pescadores de las tropas panameñas. ■ Soldados pescando en el canal de Mussolini.
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contienda europea. Así, que allíquedaban confinados a cubrirsus horas muertas con expedi-ciones de pesca. Y qué mejorsitio que las Galápagos...
Estas islas acumulan unaingente cantidad de pesca gra-
cias a la confluencia de variascorrientes: la corriente de Hum-boldt, la corriente del sur ecua-torial y la japonesa. Pero, aúnhabiendo tantos peces y siendoademás tan lobunos, los resulta-dos de pesca eran muy medio-
cres, sobretodo por tratarse depescadores gestados en los ríosde Kentucky o Minnessota, quebatían sus cañas con avíos ina-decuados. De ahí que tuvieranque solicitar la ayuda de nues-tro intendente de pesca.
Major enseñó a los solda-dos a diseñar señuelos a partirde cabos de algodón, paracubrir el vástago del anzuelo, yjirones de camisas para reali-zar las faldas del artificial. Eincluso aprovechó barbas de
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■ En los USA, la pesca deportiva cobra un gran interés. ■ El black bass fue todo un descubrimiento para los soldados destina-dos en Cuba.
■ El bass cubano (Florida Bass) alcanzó importantes tamaños. Hoyson más escasos.
■ El soldado americano llevó el bass y sus técnicas de pesca, a todaspartes.
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chivo para garantizar laacción del señuelo, por lo quelas cabras lucían por la isla unnuevo loock rasurado, a pesarde que estuviesen protegidas.
El proyecto de pesca que sediseñó incluía media docenade lanchas, la instrucción porparte de miembros del PacificSailfish Club de los novelespescadores deportivos y lacelebración de campeonatosde pesca que tenían como pre-mio apreciados aparejos.
Las capturas más aplaudi-das consistían en varios tiposde tiburones. Había un crecien-te interés por su pesca, puescuando menos un escualo demenos de dos metros propor-cionaba más diversión quecualquier otra especie demayor tamaño, y en el Caribelos había bien grandes. Lasoscuras aguas de la desembo-
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■ Cuba recibió importantes repoblaciones y durante muchos años fuepatria de grandes bass.
■ El bass mexicano pertenece a la denominada “Florida Bass”.
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■ Los grandes bass son ya patrimonio de la memoria, sobretodo en muchas zonas de Cuba.
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cadura del Río Negro, enJamaica, y del puerto de laHabana, en Cuba, estabansiempre infectadas de tiburo-nes, por lo que los soldados delTío Sam dedicaban parte de sutiempo a su captura tanto enlas modalidades de fondocomo de lance.
Pero, la pesca no solo sepracticaba en agua salada. Losmuchachos de Florida echabande menos su preciado large-mouth, por lo que se dedicarona buscarlo por los lagos deCuba. En el extremo occidentalde la isla de Cuba los mucha-chos quedaron asombradoscuando en unas pequeñas bal-sas hallaron bass de grantamaño...
El motivo por el que habíanllegado allí era todo un miste-rio, pero a los soldados noparecía importarles lo másmínimo ya que disfrutabanponiendo a prueba sus rústicosaparejos. Otro hallazgo quecausó sorpresa fue el descubri-miento de truchas arco iris enlos ríos fríos de Puerto Rico, porlo que la variedad de capturasestaba servida.
Pescando enplena Guerra Fría
El f inal de la I I GuerraMundial dio paso a una nue-
va contienda entre dos gran-des potencias: Estados Unidosy la Unión Soviética. Sin biennunca se dio un enfrentamien-to direc to entre ambas, s íhubo tensiones y desplaza-mientos de tropas para pres-tar apoyo a países en conflic-to armado para así someter-los bajo el influjo de un blo-que u otro. Son los conocidoscasos de la guerra de Corea,Cuba o Vietnam.
En esta búsqueda de alia-dos Estados Unidos fundó enAbril de 1949 la OTAN (Orga-nización del Tratado del Atlán-tico Norte), que supuso el esta-blecimiento de bases militaresen lo países que formaban par-te de la alianza. Todas estas
incidencias políticas vienen arepercutir en la pesca en laintroducción en Europa de unanueva modalidad antes desco-nocida: la pesca del black-bass. Al igual que las legionesromanas expandieron por todosus dominios la pesca de lacarpa, que trajeron de Asia,los norteamericanos propaga-ron su verdadera pasión portodo el mundo.
Con la Guerra Fría la acti-vidad pesquera en las basesmilitares del Pacífico continuó,prueba de ello es esta anécdo-ta que exponemos a continua-ción...
-Bob Schneider, el diseña-dor de señuelos, se encontrabasirviendo en la marina cuando
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■ El tarpón fue otro gran aditivo para loslargos días de estancia en Cuba.
■ Con la creación de la OTAN, los militaresdestinados a las bases de la alianza dieron aconocer la pesca del black-bass.
■ Los picudos también se suman a esta largalista de especies que pescaron los soldados.
■ Los marines han mostrado siempre un gran interés por la pesca. ■ Lubina pescada en Kuwait.
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la Unión Soviética lanzó elsatélite Sputnik, en 1956. Sumisión era tomar la posicióndel satélite e intentar descifrarlas señales que emitiera ypoderlas interceptar. Pero, ensus largas horas de espera nose le ocurrió otra cosa quediseñar un squid para pescaral curricán, fabricando lacabeza del señuelo con made-ra de pino y las faldas con vie-jos uniformes. De esta manera,convirtió su acorazado en unyate deportivo, con el quepoder disfrutar de sus largosdías de espionaje.
Irak; la Historiase repite
Con la invasión de Kuwaitpor contingentes irakíes, comen-zó la I Guerra del Golfo Pérsico(1990-1991), en la que se contócon la intervención del ejércitoamericano. Tras expulsar a lastropas invasoras y mientras vela-ba por la seguridad de Kuwait,el ejército norteamericano pudodisfrutar de la pesca de la lubi-na, en el Mar Arábigo.
Unos años más tarde el con-flicto se volvió a abrir, y los pes-
cadores del ejército tuvieron quecambiar de escenario. Esta vezla pesca se realizaba en aguadulce, a las orillas del Tigris y elÉufrates. Hasta Irak se despla-zaron para prender a los famo-sos enemigos de la baraja;Sadam Hussein y su comitiva. Apesar de su captura, el conflictosigue abierto, y entre tantamuerte y crueldad, la infanteríasigue intentando distraer sumemoria, llena de fatalidades,pescando los grandes barbosque pueblan estos dos ríos bíbli-cos, empleando siempre méto-dos más ortodoxos que los utili-
zados por el sanguinarioSadam, quién los dinamitaba.
En la actualidad, comoocurrió en la II Guerra Mun-dial, se ha creado una asocia-ción de voluntarios pescadores,que animan a los muchachos,a su regreso, con unas jorna-das de pesca para que olvidenlos horrores vividos. ¡Anzuelospara la guerra!
¿Qué mejor remedio parapescar algo de felicidad en estostiempos teñidos de rojo? SP
Texto y Fotos: Manuel Huertas González
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■ Marine pescando frente al palacio de Sadam Hussein. ■ Marines por las aguas del Tigris, principal río de Irak donde abun-dan grandes barbos.
■ Allá donde la guerra los llevó, los americanos liberaron bass a gran escala.■ El bass marroquí llegó desde Francia, peroantes vino de los USA.SOLO
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