daniel y la apocaliptica

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA FACULTAD DE TEOLOGÍA PHILIPPE MONOD LA INTERVENCIÓN SALVADORA DE DIOS EN EL LIBRO DE DANIEL Su originalidad en el contexto de la apocalíptica Extracto de la Tesis Doctoral presentada en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra PAMPLONA 1991

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exegesis.

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  • U N I V E R S I D A D D E N A V A R R A

    FACULTAD DE TEOLOGA

    PHILIPPE M O N O D

    LA INTERVENCIN SALVADORA DE DIOS EN EL

    LIBRO DE DANIEL Su originalidad en el contexto

    de la apocalptica

    Extracto de la Tesis Doctoral presentada en la Facultad de Teologa de la Universidad de Navarra

    PAMPLONA 1991

  • Ad normam Statutorum Facultatis Theologiae Universitatis Navarrensis, perlegimus et adprobavimus

    Pampilonae, die 20 mensis decembris anni 1990

    Dr. Gundisalvus ARANDA Dr. Iacobus AUSIN

    Coram Tribunali, die 15 mensis martii anni 1989, hanc dissertationem ad Lauream Candidatus palam defendit

    Secretarius Facultatis

    Dr. Ioseph Emmanuel ZUMAQUERO

    Excerpta e Dissertationibus in Sacra Theologia Voi. XIX n. 1

  • PRESENTACIN

    Entre los estudiosos del Nuevo Testamento existe la concien-cia de que una buena parte de la predicacin de Jesucristo, y de la forma de pensar de la primitiva comunidad de Jerusaln, esta-ban fuertemente influenciados por la apocalptica, una corriente re-ligiosa que se desarrollaba con fuerza en aquel tiempo dentro del judaismo.

    La bibliografa sobre apocalptica ha llegado a ser abundant-sima en los ltimos decenios. Sin embargo, en los estudios cientfi-cos hemos notado una laguna con respecto al anlisis del concepto de salvacin-redencin-liberacin en la literatura bblica proftico-escatolgica con matices apocalpticos, anterior al Nuevo Testa-mento. Esta literatura comprende escritos profticos cannicos tar-dos como la segunda parte del Libro de Zacaras y algunos pasajes de los Libros de Isaas, de Ezequiel, de Joel y de Daniel, etc. Dada la extensin de la materia, aqu nos limitamos al Libro de Daniel, donde el tono apocalptico aparece con perfecta claridad.

    El objetivo de este trabajo es el estudio de la intervencin salvadora de Dios en el Libro de Daniel, a la luz de dos obras que pertenecen al contexto cultural de la redaccin de este libro bbli-co, el Libro de Henoc y el Libro de los Jubileos. El inters lti-mo del trabajo est sobre todo en apuntar datos que permitan es-tablecer la relacin entre la Revelacin contenida en la apocalptica veterotestamentaria y la contenida en el Nuevo Testamento, en torno al tema de la intervencin salvadora de Dios.

    La metodologa consistir en el estudio sistemtico de los pa-sajes en los que aparece una intervencin de Dios y de los que presentan el resultado o efecto de tal intervencin. De esta forma podremos apreciar hasta qu punto la Revelacin del Nuevo Testa-mento vena siendo preparada en el Antiguo, y concretamente, en aquella parte que tiene un tono apocalptico. En este anlisis in-cluimos textos de libros no cannicos, como el Libro de Herioc

  • 1 2 P H I L I P P E M O N O D

    y el Libro de los Jubileos, para mostrar el contexto de esperanza de salvacin en que aparece el Nuevo Testamento.

    Como parte principal de este trabajo y en orden a establecer los datos revelados en el Antiguo Testamento, hemos comenzado por el estudio de la intervencin salvadora de Dios en el Libro de Daniel como vemos, todas las intervenciones divinas en este li-bro son salvadoras. De toda la literatura proftico-escatolgica con matices apocalpticos anterior al Nuevo Testamento este libro es el ms extenso y contiene claramente matices apocalpticos. Por otra parte, presenta un inters peculiar con respecto a la crtica li-teraria.

    Estudiar 'cmo Dios salva' en el Libro de Daniel sirve para situar este libro de la Biblia en su contexto propio dentro de la Historia de la Salvacin, ya que la Revelacin en todos los li-bros de la Sagrada Escritura nos ensea la forma de actuar de Dios con los hombres y la respuesta que El espera (cfr. Dei Ver-bum, 14-16).

    El inters mayor suscitado por este libro en ambientes exeg-ticos consista, en la mayora de los casos, en analizar la simbolo-ga en l contenida. El problema de muchos biblistas era identifi-car los personajes humanos escondidos debajo de tales imgenes. Los interrogantes levantados por la crtica histrica produjeron tambin una abundante literatura, difcil de reducir a una sntesis, de tal manera que la diversidad de las opiniones deja perplejo a cualquier estudioso del libro. Nos hemos ocupado de ello en el ca-ptulo primero de nuestro trabajo dedicado a cuestiones de crtica literaria.

    Esta parte que queramos breve se alarg ms de lo previsto por el inters que nos suscit el estudio de A. Lenglet. Este traba-jo sobre la estructura literaria de Dan 2-7 pone unas bases seguras, a nuestro modo de ver, para un estudio del trilingismo del Libro de Daniel. El autor, seguido aos ms tarde por A. Lacocque, con-sigue encontrar en este libro una unidad que la mayora de los exgetas negaba. Sin embargo, hemos de advertir que nuestra expo-sicin no pretende ser exhaustiva sobre el tema de crtica literaria, ya que, al no ser el fin de nuestro estudio, solamente servir de ayuda para situar y clarificar la problemtica que surge cuando se estudia el Libro de Daniel.

  • P R E S E N T A C I N 1 3

    En los captulos siguientes estudiamos la intervencin salva-dora de Dios, el vocabulario con que es descrita y sus caractersti-cas. A este respecto hemos dividido el estudio del Libro de Daniel en dos apartados que corresponden a los dos tipos de intervencin divina tal como aparece en el libro: la intervencin salvadora de Dios que incide directamente en la vida del protagonista y de otros personajes, y la intervencin salvadora de Dios en el tiempo escatolgico.

    Analizamos en el primero de esos captulos (el segundo en nuestro trabajo) varios episodios de la vida del protagonista en los cuales Dios interviene. Tras una breve presentacin del contexto en el cual ocurre la intervencin divina, se estudia el vocabulario soteriolgico y luego se destacan algunas caractersticas.

    En el segundo de esos captulos (tercero de nuestro trabajo), en el que se trata de la intervencin de Dios en los tiempos esca-tolgicos, presentamos el vocabulario que hace referencia a los tiempos escatolgicos y a lo que ocurre al final: el ltimo reino y sus caractersticas.

    En el captulo cuarto abordamos el mismo tema (en dos obras pertenecientes al contexto cultural de la redaccin del Libro de Daniel: estudiamos la intervencin salvadora de Dios en los tiempos escatolgicos) en el Libro de Henoc y el Libro de los Ju-bileos, que, por su contenido, tienen numerosas relaciones con el Libro de Daniel. Al inicio del estudio de cada una de estas obras, ofrecemos una breve presentacin literaria de las mismas.

    Este captulo se concluye con una visin de conjunto relacio-nando los datos extrados de Daniel con los de los Libros de He-noc y de los Jubileos; de esta forma podemos apreciar con mayor rigor cientfico qu es lo que la revelacin veterotestamentaria en-sea en el Libro de Daniel, cmo asume el entorno cultural y c-mo lo presenta. Todo ello ser al mismo tiempo una base para mostrar el contexto de esperanza de salvacin en que aparece el Nuevo Testamento.

    Nuestra insistencia en el estudio del vocabulario, de las figu-ras y de los modos de expresin viene tambin motivada por el hecho de que algunas teologas de la liberacin entienden la apoca-lptica como una forma de hablar vaca de mensaje liberador, y

  • 1 4 P H I L I P P E M O N O D

    que se proyecta nicamente al mbito trascendental, y as lo reco-geran, segn ellas, los escritos del Nuevo Testamento. Nuestro trabajo, en su conjunto, quiere mostrar la Revelacin contenida bajo este lenguaje, tan ajeno a veces a nuestra mentalidad, acerca de la accin liberadora de Dios, y al mismo tiempo, la trascenden-cia del hombre y de la Historia.

    Para poder llegar a este objetivo, es necesario establecer unas bases firmes, fundadas sobre los mismos textos: tal es el propsito de esta Tesis Doctoral.

    En este Excerptum, como muestra de la originalidad del Li-bro de Daniel dentro de la apocalptica, publicamos solamente el captulo que trata de las intervenciones salvadoras de Dios que in-ciden directamente en la vida del protagonista y otros personajes. Acompaan a este captulo la introduccin y las conclusiones a las que hemos llegado.

    No queremos clausurar esta introduccin sin agradecer a to-dos los que nos han prestado su ayuda tanto al inicio como du-rante la realizacin de este trabajo. Agradecemos al claustro de Profesores de la Facultad de Teologa de la Universidad de Nava-rra, en particular a los profesores del Departamento de Sagrada Es-critura. Nuestra gratitud se dirige especialemente al Profesor Don Jos Mara Casciaro Ramrez que nos anim a emprender este tra-bajo y al Profesor Don Gonzalo Aranda Prez, quien acept diri-girlo y acompa nuestra investigacin con sus consejos. Agradece-mos a los miembros del Tribunal que han dedicado horas de su tiempo para ayudarnos con sus advertencias.

  • NDICE DE LA TESIS

    _Pg

    A D V E R T E N C I A S V

    T A B L A S D E T R A N S C R I P C I O N E S A B R E V I A T U R A S VIII

    I N T R O D U C C I N X I I I

    I. C U E S T I O N E S D E C R T I C A L I T E R A R I A S 1

    1. El marco histrico presentado por el libro de Daniel 5 2. La figura de Daniel en la Biblia 10 3. Situacin del Libro de Daniel en el Canon de la Biblia 15 4. Las diversas lenguas en la redaccin del Libro de Daniel .... 17 5. Contenido del libro 22 6. Origen del libro 27 7. Gnero literario del libro 32 8. Unidad de fondo del Libro de Daniel: una teologa de la

    Historia 46 9. Argumentos para fundamentar una posible unidad formal del

    Libro de Daniel: la simetra concntrica 49

    II. I N T E R V E N C I O N E S S A L V A D O R A S D E D I O S Q U E I N C I D E N D I R E C T A -

    M E N T E E N LA VIDA D E L P R O T A G O N I S T A Y O T R O S P E R S O N A J E S . 67

    1. Dios premia la fidelidad a su Ley (Dan 1,9) 70 2. Salvacin por medio de un ngel del horno de fuego (Dan

    3,28) 79 3. Salvacin por medio de un ngel del foso de los leones (Dan

    6,23) 89 4. Salvacin por medio de un hombre (Dan 14,37) 98 5. Intervencin de Dios en la vida de otros personajes (Dan

    3,31-4,34; 5,1-6,1; 13) 102

    III. I N T E R V E N C I N S A L V A D O R A D E D I O S E N L O S T I E M P O S

    E S C A T O L G I C O S 109

    1. Vocabulario soteriolgico: Dios establece su reino de modo de-finitivo despus de haber derribado al rey perseguidor 112 a) Dios har surgir un reino eterno (Dan 2,35b.44) 114

  • 16 P H I L I P P E M O N O D

    b) Dios confa su reino eterno al pueblo de los santos (Dan 7,14.27) 117

    c) Dios pondr fin al rey insolente (Dan 8,12...14.23b...25b) 120 d) Dios pondr fin a la iniquidad para instaurar la justicia

    (Dan 9,2b.24b) 122 e) Dios pondr fin al perseguidor y surgir Miguel (Dan

    11,45; 12,1) 124

    2. Vocabulario escatolgico: fmulas que expresan el final 128 a) Expresiones con la palabra 'aharit o formadas sobre la raz

    'hr 130 b) Expresiones compuestas de la palabra qes 131 c) Expresiones en las cuales se encuentra un nmero 134 d) Expresiones que se refieren a una nocin temporal precisa 136 e) Expresiones que reflejan duracin hasta llegar al fin 137

    3. La instauracin del reino en tiempos escatolgicos (Dan 2; 7; 8; 9; 10-12) 144 a) Caractersticas de la instauracin del reino 145

    Presentacin de la Historia del mundo por perodos hasta la venida del ltimo reino 146

    El ltimo reino 172 b) Caractersticas del reino: eterno, universal, don de Dios . 192

    Sntesis 203

    IV. I N T E R V E N C I N S A L V A D O R A D E D I O S E N L O S T I E M P O S E S C A T O L -

    G I C O S E N E L C O N T E X T O C U L T U R A L D E L A R E D A C C I N D E L LI-

    B R O D E D A N I E L 218

    1. El Libro de Henoc 224 a) Presentacin de la obra 224 b) La intervencin salvadora de Dios en el Libro de Henoc 229

    1 Hen 1-5: introduccin 229 1 Hen 6-36: libro de los vigilantes 236 1 Hen 37-71: libro de las parbolas 258 1 Hen 72-82: libro del curso de las luminarias celestes 288 1 Hen 83-90: libro de las visiones y sueos 291 1 Hen 91-105: libro de enseanzas y castigos 308 1 Hen 93,1-14; 91,12-17: apocalipsis de las semanas ... 311 1 Hen 106-107: libro de No 322 1 Hen 108: apndice 325

    2. El Libro de los Jubileos 329 a) Presentacin de la obra 329

  • N D I C E D E LA TESIS 17

    b) La intervencin salvadora de Dios en el Libro de los Jubileos 335 Jub 1: introduccin 335 Jub 23: excursus sobre el fin del mundo 344 Jub 49-50: condiciones para la salvacin 351 Pasajes del Libro de los Jubileos que se refieren al final

    de los tiempos 354 Pasajes del Libro de los Jubileos que se refieren a la

    cooperacin necesaria del hombre para gozar de la salvacin 364

    3. El reino de Dios en el contexto cultural de la redaccin de es-tos libros 385 a) Utilizacin de la expresin reino de Dios 385 b) Contenido de la expresin reino de Dios 385 c) Caractersticas del sujeto que se salva o se condena 387 d) Varias concepciones del reino de Dios 389

    4. Los Libros de Daniel, Henoc y de los Jubileos: balance de un estudio 396 a) Las semejanzas entre el Libro de Daniel y otros libros

    apocalpticos 401 b) El lenguaje apocalptico 406 c) Lo original en el Libro de Daniel 412

    Sntesis 421

    C O N C L U S I O N E S 426

    B I B L I O G R A F A 433

  • BIBLIOGRAFA DE LA TESIS

    1. TEXTOS Y TRADUCCIONES

    a) Biblia

    Biblia Hebraica Stuttgartensia, ed. W. Rudolph, H. P. Rger (Stuttgart 1984). Neophyti 1, Targum Palestinense, Manuscrito de la Biblioteca Vaticana, ed. A.

    Diez Macho, 6 vols. (Madrid-Barcelona 1968-1979). Septuaginta, ed. A. Rahlfs, 2 vols. (Stuttgart 1962).

    Vetus Testamentum Graecum auctoritate societatis litterarum Gttingensis editum. Vol. XVI. 2. Susanna, Daniel, Bel et Draco, ed. J . Ziegler (Gttingen 1954).

    Biblia Sacra, iuxta latinam Vulgatam versionem. XVI: Danihel, Typis Polyglotis Vaticanis (Roma 1981).

    Nova Vulgata Bibliorum Sacrorum Editio, editio typica altera, Librera editrice Va-ticana (Roma 1986).

    Biblia de Jerusaln, edicin espaola, ed. J. A. Ubieta (Bilbao 1967).

    b) Apcrifos y Pseudepgrafos

    Die Apokryphen und Pseudepigraphen des Alten Testaments, ed. E. Kautzsch, 2 vols. (Tbingen 1900).

    Jdische Schriften aus hellenistisch-rmischer Zeit, ed. W. G. Kmmel (Gtersloh 1973-).

    The Apocrypha and Pseudepigrapha of the Old Testament (APOTJ, ed. R. H. Char-les, 2 vols. (Oxford 1913, rp. 1969).

    The Old Testament Pseudepigrapha, ed. J . H. Charlesworth, 2 vols. (London 1983-1985).

    Apcrifos del Antiguo Testamento, ed. A. Diez Macho, 5 vols. publicados (Madrid 1982-).

    Apocrifi delVAntico Testamento, ed. P. Sacchi, 2 vols. (Torino 1981-1989). La Bible. Ecrits intertestamentaires, ed. A. Dupont-Sommer, M. Philonenko (Paris

    1987). The Ethiopic Book of Enoch, ed. M. A. Knibb, 2 vols. (Oxford 1978). Das thiopische Henochbuch, ed. S. Uhlig (Gtersloh 1984). Le Livre d'Hnoch, ed. F. Martin (Paris 1906). Mshaf Kufale sive Liber Jubilaeorum, ed. A. Dillmann (Kiel-London 1859).

  • 20 PHILIPPE MONOD

    The Ethiopic Version of the Hebrew Book of Jubilees, ed. R. H. Charles (Oxford 1895).

    Das Buch der Jubilen, ed. K. Berger (Gtersloh 1981).

    c) Textos del Oriente Proximo

    PRITCHARD, J . B. (ed.), Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (ANET) (Princeton-New Jersey 1955-1969).

    d) Autores antiguos

    HlERONYMl, S. E., Commentarium in Danielem Prophetam, en J. P. MIGNE (ed.), Patrologia Latina 25, 491-584.

    JOSEPHUS, F., Opera, ed. H. St. John Thackeray, R. Marcus, A. Wikgren, L. H. Feldman, 9 vols. (London 1926-1965, 1966-1977).

    2. OBRAS DE REFERENCIA

    BAUER, H. - LEANDER, R., Grammatik des Biblisch-Aramischen (Halle-Saale 1927).

    BAUMGARTNER, W . - STAMM, J . -J . , Hebrisches und Aramisches Lexikon zum Al-ten Testament, 3 vols, publicados (Leiden 1983-).

    BOTTERWECK, G. J . - RlNGGREN, H. (ed.), Theologisches Wrterbuch zum Alten Testament, 5 vols, publicados (Stuttgart-Berlin-Kln-Mainz 1973-).

    BROWN, F. - DRIVER, S. R. - BRIGGS, CH. A., Hebrew and English Lexicon of the Old Testament. With an appendix containing the biblical Aramaic (Oxford 1962).

    DlLLMANN, A., Lexicon Linguae Aethiopicae (Leipzig 1865-Osnabriick 1970). JASTROW, M., A Dictionary of the Targumim, the Talmud Babli and Yerushalmi,

    and the Midrashic Literature, 2 vols. (New York 1950). JENNI, E. - WESTERMANN, C , Diccionario teolgico manual del Antiguo Testa-

    mento, 2 vols. (Madrid 1978). JOON, P., Grammaire de l'hbreu biblique (Rome 1923). KHLER, L. - BAUMGARTNER, W., Lexicon in Veteris Testamenti Libros (Leiden

    1958). Hebrisches und Aramisches Lexikon zum Alten Testament (Leiden 1967).

    KUHN, K. G , Konkordanz zu den Qumrantexten (Gttingen 1960). LlDDEL, H. G. - SCOTT, R. - JONES, H. S., A Greek-English Lexicon (Oxford

    1953). MEYER, R., Hebrische Grammatik, 4 vols. (Berlin-New York 1966-1972).

    Gramtica de la Lengua Hebrea (Barcelona 1989). SODEN, W. VON, Akkadisches Handwrterbuch (Wiesbaden 1959-1965). VOGT, E., Lexicon Linguae Aramaicae Veteris Testamenti (Roma 1971).

  • B I B L I O G R A F A D E L A TESIS 21

    Z O R E L L , F., Lexicon Graecum Novi Testamenti (Paris 1961). .exicnx Hebraicum Veteris Testamenti (Roma 1984).

    3. ESTUDIOS

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    (1978) 793-848. Concepcin virginal de Jess y apocalptica, en MUOZ LEON, D. (ed.), Salvacin en la Palabra. Targum-Derasb-Berith. En memoria del Profesor Alejan-dro Diez Macho (Madrid 1986) 543-552.

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    B A R T H E L E M Y , D . , Dieu et son image (Paris 1963). B E A L E , G. K., The use of Daniel in Jewish Apocalyptic literature and in the Reve-

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    B E N T Z E N , A., Daniel (Tbingen 1982, 2 a ed.). B E R G M A N , J . - R I N G G R E N , H., Ben, en Theologisches Wrterbuch zum Alten Testa-

    ment 1 (1973) 668-670. B O D E N M A N N , R . , Naissance d'une exgse. Daniel dans l'Eglise ancienne des trois

    premiers sicles (Tbingen 1986). B O N S I R V E N , J . , La Bible apocryphe. En marge de l'Ancien Testament (Paris 1953).

    Le Rgne de Dieu (Paris 1957). B O R S C H , F. H., The Son of Man in Myth and History (London 1967). B R O W N , J . P., The Son of Man: "This Fellow', en Biblica 58 (1977) 361-387. B R U C E , F. F., The Book of Daniel and the Qumran Community, en ELLIS, E.

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  • 22 PHILIPPE M O N O D

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    COLPE, C , O Uios tou Anthropou, en Theologisches Wrterbuch zum Neuen Testa-ment 8 (1969) 403-481 .

    COLUNGA, A., Los vaticinios mesianicos de Daniel, en Ciencia tomista 21 (1920) 285-305.

    COPPENS, J . , Le messianisme sapiential et les origines littraires du Fils de l'homme danilique, en Vtus Testamentum. Supplementum 3 (1955) 33-41. Le fils d'homme danilique et les relectures de Dan 7,13 dans les apocryphes et les crits du Nouveau Testament, en Ephemerides theologicae Lovanienses 37 (1961) 5-51.

    Miscellanes bibliques, en Ephemerides theologicae Lovanienses 39 (1963) 87-114.

    Le fils d'homme danilique, vizir cleste?, en Ephemerides theologicae Lova-nienses 40 (1964) 72-80.

    Les origines du symbole du fils d'homme en Dan 7, en Ephemerides theologi-cae Lovanienses 44 (1968) 497-502.

    La vision danilique du fils d'homme, en Vtus Testamentum 19 (1969) 171-182.

    Un nouvel essai d'interprter Dan 7, en Ephemerides theologicae Lovanienses 45 (1969) 122-125.

    Dan 7, un rituel d'intronisation?, en Ephemerides theologicae Lovanienses 46 (1970) 112-116.

    La composition du livre de Daniel, en Ephemerides theologicae Lovanienses 52 (1976) 346-349.

    L'Apocalyptique. Son dossier. Ses critres. Ses lments constitutifs. Sa porte notestamentaire, en Ephemerides theologicae Lovanienses 53 (1977) 1-23. La vision du Trs-Haut en Dan 7 et Hen. th. 14, en Ephemerides theologi-cae Lovanienses 53 (1977) 187-189.

    L'interprtation collective du fils d'homme danilique, en Ephemerides theolo-gicae Lovanienses 53 (1977) 189-191. Le chapitre VII de Daniel. Lecture et commentaire, en Ephemerides theologi-cae Lovanienses 54 (1978) 301-322.

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  • B I B L I O G R A F A D E L A TESIS 23

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  • LA INTERVENCIN SALVADORA DE DIOS EN EL

    LIBRO DE DANIEL Su originalidad en el contexto de la apocalptica

    INTERVENCIONES SALVADORAS DE DIOS EN EL PRE-SENTE DE LA HISTORIA

    El libro de Daniel, al narrar la historia personal del protago-nista en el destierro y su vida al servicio de los monarcas extranje-ros, relata y eso parece ser el proyecto del libro las diversas acciones de Dios, es decir, las intervenciones salvadoras de 'Elohim en la Historia: a) las que inciden directamente en la vida del pro-tagonista (cfr. Dan 1; 3; 6; 14); b) las que se refieren a varios per-sonajes relacionados con el protagonista Susana, Baltasar (cfr. Dan 13; 4; 5); c) las que ocurren al final de un reino o de una serie de reinos, hacindose presente la era escatolgica (cfr. Dan 2; 7-12).

    Estudiaremos en este captulo los pasajes en los que aparece la accin salvadora de Dios que incide directamente en la vida del pro-tagonista (cfr. Dan 3; 6; 14). Conforme a lo expuesto en el pro-yecto, el anlisis que haremos de cada uno de los pasajes, consisti-r, en primer lugar, en presentar el relato en que aparece la salvacin por parte de Dios. Ah veremos el contexto en el cual Dios inter-viene en la vida del protagonista: sacarle de una situacin que po-da poner en peligro su fe, su fidelidad a la Ley de Dios, o bien su vida. Luego estudiaremos el vocabulario de tipo soteriolgico: Cules son las expresiones que contienen un sentido soteriolgi-co? Cmo se expresa la intervencin de Dios? Finalmente entresa-caremos los rasgos ms caractersticos e importantes de cada una de las intervenciones divinas en sus respectivos contextos.

  • 32 P H I L I P P E M O N C O

    El estudio de la salvacin individual del protagonista por parte de Dios nos permitir hacer al final una comparacin con el modo de intervenir Dios en los tiempos escatolgicos.

    1. Dios premia la fidelidad a su Ley

    'Dios concedi a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los enucos' (Dan 1,9)

    a) Gracias a la intervencin divina, Daniel puede cumplir la Ley

    En el plan de formacin de tres aos que los recien llegados a la corte de Babilonia tienen que superar, se encuentran varios re-quisitos: los jvenes de Israel destinados al servicio del rey tienen que ser de estirpe real, sin mancha, de buena presencia, cultos y sabios (cfr. Dan 1,3-4); permanecen en el palacio real para que se les ensee las letras y la lengua de los Caldeos; se les ajudica ade-ms una comida especial: 'El rey les asign una racin diaria de los manjares del rey y del vino de su mesa. Deberan ser educados durante tres aos, depus de lo cual entraran al servicio del rey' (Dan 1,5).

    Recibir manjares de la mesa real, siendo un subdito, es, en el Antiguo Oriente, signo de una atencin particular del rey hacia los jvenes en este caso. Se conoce esta costumbre tanto en Israel como en Mesopotamia1.

    Daniel, sin embargo, para ser fiel a la ley de Dios, se propo-ne no contaminarse con estas comidas: 'Daniel tena el propsito de no contaminarse compartiendo los manjares del rey y el vino de su mesa' (Dan 1,8).

    Pide al jefe de los eunucos que se le sirva agua y legumbres en vez de carnes y vino 2 . El oficial del rey tiene miedo de no aplicar las rdenes reales. Sin embargo, la respuesta de Dios al pro-psito de fidelidad de Daniel es inmediata: Dios le hace objeto de gracia (hesed) y misericordia (rahamim) delante del prncipe de los eunucos (Cfr. Dan 1,9) 3. Entonces el oficial del palacio est de acuerdo en empezar esa prueba alimentaria; Daniel y sus compae-

  • LA I N T E R V E N C I N S A L V A D O R A D E D I O S E N E L L I B R O D E D A N I E L 3 3

    ros salen victoriosos tomando durante diez das solamente legum-bres y agua (Cfr. Dan 1,12). No solamente no cambian de aspecto, sino que llegan a tener una apariencia ms robusta y ms sana que sus compaeros (cfr. Dan 1,15). As podrn seguir sirviendo al rey sin entrar en estado de impureza legal (cfr. Dan 1,16).

    La misericordia divina no se detiene aqu; el don de Dios se-r mucho ms grande: 'A estos cuatro jvenes les concedi Dios ciencia e inteligencia en toda clase de letras y sabidura. Particular-mente Daniel posea el discernimiento de visiones y sueos' (Dan 1,17)

    En este primer relato, la intervencin de Dios es doble: Dios salva, haciendo a Daniel objeto de hesed y de rahamim a los ojos del oficial del palacio (cfr. Dan 1,9); Dios premia, dando inteligen-cia, sabidura, don de interpretar los sueos (cfr. Dan 1,17).

    b) Vocabulario soteriolgico: notan, hesed, rahamim

    Al presentar el contexto de la intervencin divina en el pri-mer captulo, hemos notado, con respecto al vocabulario, que en este relato Dios no salva propiamente hablando 5, sino que da notan6, da hesed y rahamim. La accin.de 'Elohim es un don y no un proteger, segn Dan 1,9: wayyitten h-'elohim' et 'D-niyye' 1 lhesed ulrahamlm lifn sar ha-srisim, es decir: Dios hizo a Daniel objeto de gracia y misericordia delante del jefe de los eunucos.

    Dios Elohim es sujeto de la accin de dar {notan), cuyo beneficiario es Daniel; sin embargo, segn la construccin gramati-cal, Daniel aparece como objeto y lo que parece ser el don, apare-ce como beneficiario: Daniel es ofrecido por Dios a la hesed y a la rahamim del jefe de los eunucos; lo que nos inclina a traducir as la expresin: Dios hizo a Daniel objeto de gracia y misericor-dia a los ojos del jefe de los eunucos, o bien Dios inspir al jefe de los eunucos, compasin y misericordia para que se apiadara de Daniel.

    Para sacar a Daniel de una situacin difcil, Dios convierte al adversario, inspirndole compasin y misericordia. Ms que un don simpliciter, el regalo de Dios es transformante. El beneficiario

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    de la intervencin divina es Daniel en ltimo trmino, sin embar-go el que se transforma es el mismo oficial del palacio, cambiando de actitud.

    Daniel es salvado porque Dios da. La accin de dar recibe aqu un contenido soteriolgico: al dar hesed y rahamim, Dios sal-va. Dios salva convirtiendo al adversario y as opera una doble sal-vacin.

    La limitacin de este trabajo nos impide hacer un estudio de-tenido de las palabras hesed7 y rahamim*. En el AT, encontra-mos otros lugares9 en los cuales Dios da gracia y misericordia {notan lehesed ulerahamim), o bien si no aparece esta expresin por completo, aparece parte de ella:

    Notan lehesed:

    'YHWH asisti a Jos y le cubri con su misericor-dia haciendo que ganase el favor del alcalde' (Gn 39,21: a la llegada de Jos a Egipto);

    'Que 'El Sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que l os despache y suelte a vuestro otro her-mano y a Benjamn' (Gn 43,14: Jacob enva a sus hijos en Egipto para buscar alimentos; tienen que volver con Ben-jamn).

    Notan lerahamim lifn:

    'Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, to-das las rebeliones con que te han traicionado, y concde-les que hallen compasin entre sus deportadores para que estos les tengan piedad' (1 Re 8,50: oracin de Salomn; splicas por el pueblo);

    'Hizo que ellos se apiadaran, aquellos que cautivos los tenan' (Sal 106,46).

    1 Concede YHWH ahora, te suplico, gracia a tu siervo, haz que encuentre favor ante ese hombre (el rey)' (Neh 1,11).

    La expresin utilizada en estos pasajes para formular la inter-vencin de Dios, aparece varias veces en la Biblia, hasta llegar a ser un expresin tradicional. Sin embargo, en las citas precedentes,

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    esta expresin forma parte de una splica que el protagonista hace a Dios para encontrar el favor de sus enemigos. En Daniel, esta expresin se refiere a una accin de Dios ya realizada, y aparece como una constatacin del narrador. Ms que indicar que Dios ha actuado, que Dios ha salvado, esta frmula indica cmo Dios ha actuado.

    c) Dios interviene gratuitamente y con sobreabundancia de dones

    Dios interviene cuando est en peligro la fe de Daniel, fe que se manifiesta en la fidelidad al ritual alimentario impuesto por la Ley de Dios 1 0 .

    Dios acta, dando gratuitamente: Daniel ha hecho el prop-sito de no comer comidas impuras (cfr. Dan 1,8), y Dios le hace encontrar el favor del jefe de los enucos (cfr. Dan 1,9). El don de Dios es un premio a la fidelidad, no una exigencia.

    Dios, adems, da con sobreabundancia: Daniel no solamente podr seguir viviendo segn el propsito que hizo, sino que recibe mucho ms: 'A estos jvenes les concedi Dios ciencia e inteligen-cia en toda clase de letras y sabidura' (Dan 1,17).

    Esta sobreabundancia de dones hace que aumente el prestigio de los jvenes judos a los ojos del rey: llegarn a ser los cortesa-nos ms importantes del reino. As el don de Dios se verifica tam-bin en el terreno humano: as acta Dios con los que ponen en El su confianza.

    En resumen: cuando Dios interviene para salvar, otorga do-nes, pero no da estrictamente lo necesario, sino que da con abun-dancia, si salva, dando con abundancia, es para premiar, con total gratuidad, la fidelidad de un hombre a la Torah. Daniel y sus compaeros no reivindican un derecho, no luchan para obtener una situacin de excepcin, sino que, sirviendo al rey, no quieren dejar de cumplir la Ley de Dios, los mandamientos.

    Si Daniel ha tenido xito en la prueba de los alimentos, no es en razn de una capacidad personal, sino porque Dios le ha he-cho favorable ante el jefe de los eunucos. 'Daniel, en tierra paga-

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    na, obedeciendo a las prescripciones de la Torah, no se pone en estado de inferioridad con respecto a los magos de Babilonia. Al contrario, ayudado por su Dios, se encuentra superior a e l los ' n . Aunque nuestro texto se refiera a la poca de Nabucodnosor, da pie a una aplicacin universal: es posible ser fiel a la Torah en cualquier ambiente pagano 1 2.

    2. Salvacin por medio de un ngel del horno de fuego

    'Bendito sea el Dios de Sadrak, Msak y Abed-Nego que ha enviado a su ngel a librar a sus siervos que, con-fiando en El, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningn otro fuera de su Dios' (Dan 3,28 3,95)

    Daniel, el protagonista de todo el libro, est ausente en este relato. Sin embargo estudiaremos esta narracin por su semejanza con el contenido de los textos que se refieren a momentos de la vida del protagonista.

    a) Dios salva de la hoguera

    El rey Nabucodnosor mand hacer una estatua de oro de dimensiones gigantescas. Convoca a todos los oficiales del reino para proceder a la inauguracin de dicha estatua; en una fiesta, despus del sonido de los instrumentos de msica habr que ado-rar a la estatua. La hoguera ser el castigo para los que no obedez-can (cfr. Dan 3,1-6). Llega el da de la fiesta; despus de toda la ceremonia, algunos cortesanos del rey vienen a l para acusar a los que no adoraron la estatua: los judos (cfr. Dan 3,8), precisando luego de quin se trata: Sadrak, Mesak, Abed-Nego (cfr. Dan 3,12). Estos tres jvenes, colegas de Daniel, desobedecieron por ser fieles a la Ley de Dios 1 3 .

    Aqu, la intervencin de Dios no tiene lugar antes del casti-go. La desobediencia es ya un hecho pblico, no como en el caso de la sustitucin de comidas (cfr. Dan 1), en el que el rey queda

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    como engaado. Aqu el rey se entera de todo y tiene que llevar a ejecucin el castigo anunciado. El rey, sin embargo, propone ha-cer repetir la operacin, dando as una oportunidad ms a los tres jvenes (cfr. Dan 3,15); les pregunta si esta vez van a obedecer. Ellos reafirman su deseo de permanecer fieles a su Dios: 'No nece-sitamos darte una respuesta sobre este particular. Si esto debe ocu-rrir, nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos y nos librar del horno de fuego ardiente y de tu mano, o rey; y si no lo hace, has de saber, o rey, que nosotros no serviremos a tus dioses y no adoraremos la estatua de oro que has erigido' (Dan 3,16-18).

    Con esas palabras expresan la confianza en Dios, con o sin salvacin corporal; siguen expresando esta confianza en un cntico en medio de la hoguera (cfr. Dan 3,24-90).

    La intervencin de Dios es inmediata: Sadrak, Mesak y Abed-Nego siguen cantando en la hoguera y el fuego no les hace dao alguno. El rey distingue en medio del horno a una cuarta persona, 'alguien como un hijo de dioses' (Dan 3,25). El rey, al llamarles 'servidores del Dios Altsimo', confiesa la grandeza, el poder del Dios de Mesak, Sadrak, y Abed-Nego (cfr. Dan 3,26-28). El relato acaba con la maldicin de los que hablarn mal del Dios de los tres jvenes. Adems, el rey da permiso a los tres para ado-rar a su Dios (cfr. Dan 3,29-30).

    b) Vocabulario soteriolgico: selah, sziv

    La accin salvadora de Dios es expresada por Nabucodno-sor cuando exclama: 'Bendito sea el Dios de Sadrak, Mesak y Abed-Nego que ha enviado a su ngel a librar a sus siervos que, confiando en El, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes de servir y adorar a ningn otro fuera de su Dios' (Dan 3,28 3,95).

    De este pasaje, estudiaremos las dos expresiones arameas que caracterizan la intervencin divina: selaH: enviar (Dios envi a su ngel), y sziv: librar (librar a sus siervos).

    'Elahahn di-slah mal 'akeh:

    Esta expresin se encuentra tambin en otros pasajes del AT: Dios, a veces enva a su ngel como mensajero suyo 1 4 . A prime-

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    ra vista esta expresin no parece tener un sentido salvfico, pero de la accin que expresa, result la salvacin de los tres jvenes en la hoguera. Por eso, confrontaremos otros textos del AT antes de admitir esta expresin entre las que se refieren a una interven-cin salvadora de Dios.

    En esta percopa, parece que la accin principal de Dios no sea tanto la liberacin, sino ms bien el envo del ngel; la libera-cin resulta ser la consecuencia lgica.

    El envo del ngel viene confirmado en el pasaje griego de Dan 3,49-50, al final del cntico de Azaras, cuando se hace resal-tar la fuerza del fuego, su potencia hasta abrasar a los caldeos que se encuentran a su alrededor: 'pero el ngel del Seor baj al hor-no junto a Azaras y a sus compaeros, empuj fuera del horno la llama del fuego, y les sopl en medio del horno como un fres-cor de brisa y de roco, de suerte que el fuego no los toc ni les caus dolor ni molestia'.

    En muchos pasajes, son los reyes quienes envan mensajeros. Sin embargo, en otros muchos, es Dios quien es el sujeto de esta accin: Dios enva un ngel o un profeta, como embajadores su-yos. Como un rey, pero con mucha ms razn, Dios enva unos mensajeros; hecho que hace resaltar ms su majestad, su dignidad, su omnipotencia, su dominio. Al mensajero de un rey, se le recibe con grandes honores, casi como al mismo rey. El mensajero no viene en nombre propio, sino en nombre del que le enva 1 5 . Gracias a esa analoga entendemos que al enviar a su ngel para salvar, es Dios mismo quien salva.

    Citamos algunos lugares bblicos, en donde encontramos esta expresin1 6:

    'El (Dios) enviar el ngel delante de t y tomars de all una mujer para mi hijo' (Gn 24,7: palabras de nimo que Abraham dice a su siervo antes de que ste vaya a buscar a una mujer para Isaac).

    'He aqu que voy a enviar un ngel delante de ti pa-ra que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. Mi ngel caminar delante de ti y te introducir en el pas de los Amorreos' (Ex 23, 20-21.23: instrucciones para entrar en Canaan).

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    'Clamamos entonces a YHWH, y escuch nuestra voz: envi un ngel y nos sac de Egipto' (Num 20,16: delante de Edom).

    Entre estas frmulas que se refieren al envo de un ngel por Dios, constatamos que todas tienen una connotacin salvifica. As podemos incluir la expresin 'Dios envi a su ngel' en la lista de las acciones salvadoras de Dios, como lo confirman otros lugares bblicos. Se refiere claramente a una accin divina que incide en la vida misma de los tres jvenes, o en la del pueblo de Israel, o del siervo de Abraham. En el libro de Daniel, tiene adems la connotacin de proteger, salvar del fuego.

    we sziv le 'avdhi:

    En toda la Biblia encontramos la palabra sziv o sziv17 so-lamente en el libro de Daniel con los sentidos siguientes: librar de un mal presente;

    librar, proteger de un mal futuro19; librar de un modo ab-soluto 20.

    As en Dan 3,28 ( 3,95), Dios enva su ngel a librar a sus siervos.

    En Dan 3,15, encontramos tambin el verbo sziv (librar, sal-var) para expresar una accin relacionada con el mismo rey Nabu-codnosor: 'Qu Dios os podr librar de mis manos?'. El rey ma-nifiesta la inferioridad de sus dioses que no pueden impedir una accin del rey; al mismo tiempo, el rey aparece como totalmente seguro de su omnipotencia. En esta percopa parece que slo el rey pueda librar sziv. Este verbo aparece como expresin de poder exclusiva del rey de Babilonia.

    Sin embargo, en Dan 3,17, los tres jvenes utilizan dos veces este verbo seziv para demostrar su confianza en Dios que puede librar, y de hecho librar. Contrariamente a lo aducido por Nabuco-dnosor en Dan 3,15, existe un Dios que puede librar21, no sola-mente de la hoguera, sino tambin de las mismas manos del rey.

    El texto griego de Dan 3,88, al final del cntico de los tres jvenes, se refiere a la accin salvadora de Dios: 'Ananas, Azaras, Misael, bendecid al Seor, alabadle, exaltadle eternamente. Porque

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    El nos ha arrancado22 del infierno, nos ha salvado23 de la mano de la muerte, nos ha librado2* del horno de llama abrasadora, nos ha librado25 de en medio de la llama'.

    En Dan 3,29, cuando el rey reconoce la grandeza del Dios de Azaras y de sus compaeros 'no hay otro dios que pueda salvar de este modo', aparece otro verbo nesal2i que encon-tramos otras dos veces en el Libro de Daniel, con el sentido de 'librar, sacar, proteger' 2 7.

    En este pasaje de Dan 3, adems de sziv y nesal verbos que expresan claramente una accin salvadora, tenemos que aa-dir una expresin con connotacin soteriolgica: enviar a su ngel. El rey Nabucodnosor afirmaba que nadie poda sziv de sus ma-nos; sin embargo, el Dios de los tres jvenes, no solamente consi-gue nesal, sino que enviando a su ngel aparece como Seor de los poderes humanos, entonces puede sziv.

    c) Dios salva inmediatamente

    En este pasaje, se manifiesta tambin la gratuidad de la inter-vencin divina, como premio sobreabundante a la fidelidad de los tres jvenes. Los protagonistas no exigen el milagro. Ellos saben que Dios puede hacerlo, pero aunque no lo hiciera, seguiran fieles a la Ley de Dios.

    El premio divino supera lo esperado: no solamente Sadrak, Mesak y Abed-Nego podrn seguir sirviendo al rey sin dejar sus deberes religiosos con Dios, sino que recibirn ms honores de parte del rey, cuya actitud no deja de sorprender: maldice a los que hablarn mal del Dios de los judos. Antes haba hecho una alabanza a la desobediencia de los tres para poder obedecer a su Dios (cfr. Dan 3,28). Pero no parece que se haya convertido a pe-sar de la profundidad de su admiracin por los prodigios cumpli-dos (cfr. Dan 3,29-30).

    El fin de la transgresin del mandato real no era desobedecer a un rey, sino no cumplir un acto de adoracin contrario a la Ley divina. Estos tres jvenes no son unos rebeldes. El mismo rey lo reconoce al admirar su rectitud de intencin, aunque sea a costa de una transgresin de mandatos humanos inicuos: 'Bendito sea el

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    Dios de Sadrak, Mesak y Abed-Nego que ha enviado a su ngel a librar a sus siervos que, confiando en l, quebrantaron la orden del rey y entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a ningn otro fuera de su Dios' (Dan 3,28).

    Podemos resaltar que la intervencin divina se realiza de for-ma inmediata. Adems, no lleva consigo el 'castigo' de los 'enemi-gos', sino 'conversin' o cambio de actitud 2 8.

    3. Salvacin por medio de un ngel del foso de los leones

    'Mi Dios ha enviado a su ngel, que ha cerrado la bo-ca de los leones y no me han hecho ningn mal, porque he sido hallado inocente ante El, y tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta alguna' (Dan 6,23)

    a) Daniel condenado a los leones

    El relato nos sita en tiempo de Daro, quien, tras realizar una reorganizacin de su reino, decide nombrar a Daniel uno de sus tres ministros. Daniel se distingue entre sus colegas por tener un 'espritu extraordinario' (cfr. Dan 6,1-4).

    Daniel tiene una posicin elevada y una gran fama, hecho que provoca la envidia de los otros ministros, strapas y oficiales de palacio. Estos ltimos buscan un motivo para perderle; animan al rey a firmar un edicto real prohibiendo dirigir una oracin a quienquiera, dios u hombre, fuera del rey. Se notifica tambin el castigo: la condenacin al foso de los leones. El edicto, adems, es irrevocable segn la ley de los Medos y de los Persas (cfr. Dan 6,5-10).

    A pesar del edicto real, Daniel entra en su casa para rezar tres veces al da hacia Jerusaln (cfr. Dan 6,11). Los cortesanos le sorprenden y le denuncian al rey, reclamando para Daniel el casti-go previsto (cfr. Dan 6,12-14).

    El rey, afligido, intenta librar a Daniel, pero no puede. Tan fuertes son las presiones de los cortesanos que encierra entonces a

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    Daniel en el foso de los leones, tomando muchas precauciones pondr su sello y el de sus dignatarios (cfr. Dan 6,15-18). Ante esta situacin extrema, el rey manifiesta un acto de confianza en el gran poder del Dios de Daniel: 'Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te librar' (Dan 6,17b).

    Esta misma noche, el rey recurre adems a medios extraordi-narios: pasa la noche en ayuno, rehuye todo tipo de diversiones y no consigue dormir. A la maana siguiente, se acerca con prisa al foso de los leones para constatar ya, con una cierta seguridad que Daniel sigue vivo; de hecho puede verificar el mi-lagro. El rey castiga inmediatamente a todos los que queran per-der a Daniel (cfr. Dan 6,19-25).

    Luego, el rey pronuncia una alabanza al Dios de Daniel, pa-labras en las que se manifiesta que el Dios de Daniel es un Dios vivo, que subsiste para siempre; su reino nunca ser destruido y su dominio no tendr fin (cfr. Dan 6,26-29).

    b) Vocabulario soteriolgico: selah, sziv, nesal

    El vocabulario con contenido soteriolgico abunda en este texto. En Dan 6,23, despus del prodigio, el protagonista expresa lo que ha ocurrido, lo que Dios hizo para salvarle; tomaremos es-te versculo como centro de nuestro estudio en este apartado.

    En este pasaje del Libro de Daniel, el papel del rey es de es-pecial relevancia, as como el uso que hace del lxico de connota-cin soteriolgioca; lo estudiaremos tambin con particular atencin.

    Vocabulario soteriolgico en boca de Daniel

    Selahh (Dios ha enviado a su ngel):

    'Entonces Daniel habl con el rey: Viva el rey eternamente! Mi Dios ha enviado a su ngel, que ha cerrado la boca de los leo-nes y no me han hecho ningn mal, porque he sido hallado ino-cente ante El; y tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta algu-na' (Dan 6,22-23).

    Para salvar a Daniel de una situacin difcil que pona su vi-da en peligro, Dios envi a su ngel para cerrar la boca de los leo-

  • L A I N T E R V E N C I N S A L V A D O R A D E D I O S E N E L L I B R O D E D A N I E L 43

    nes. Aqu, como en el relato del captulo 3 (cfr. Dan 3,28), la ac-cin salvadora de Dios se expresa por el verbo selah (enviar) 2 9.

    Si en Dan 3,49-50 el ngel enviado por Dios 'empuj fuera del horno la llama del fuego y sopl, en medio del horno, como un frescor de brisa y de roco, de suerte que el fuego no los toc ni les caus dolor ni molestia', en Dan 6,23, el ngel de Dios cie-rra la boca de los leones para que no le hagan ningn dao. Esta accin del ngel de Dios, en ambos relatos, se presenta como una accin secundaria con respecto a la salvacin: lo principal de la ac-cin salvadora es el envo de este mensajero, de este embajador por parte de Dios. En boca de Daniel queda claro que el sujeto de la accin de enviar es Dios (su Dios), mi Dios: 'Elahi.

    Vocabulario soteriolgico en boca del rey

    En este captulo, el rey Daro habla abundantemente de la li-beracin, de salvacin con respecto a Daniel. La condenacin del protagonista ha sido causada por el rey que no puede hacer nada en contra de un edicto real irrevocable (cfr. Dan 6,13).

    Sziv + nesal (intento del rey par salvar y liberar al protago-nista):

    Al ver que debe ejecutar absolutamene la sentencia, 'el rey se afligi mucho y se propuso salvar (Sziv) a Daniel; hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarle (neja/)'30.

    Daro, autor del edicto real irrevocable, intenta producir una accin savadora: el cario por Daniel y el prestigio de ste ltimo son causa de la gran preocupacin del rey. Pero ese intento no tie-ne xito: 'Aquellos hombres, volvieron apresuradamente ante el rey y le dijeron: ya sabes oh rey, que segn la ley de los Medos y de los Persas, ninguna prohibicin o edicto dado por el rey pue-de ser modificado' (Dan 6,16).

    Sziv (esperanza del rey en la accin salvadora de Dios):

    El rey ejecuta la sentencia: 'Entonces el rey dio orden de traer a Daniel y de arrojarle al foso de los leones' (Dan 6,17a).

    Pero antes de cerrar la entrada en el foso con una gran pie-dra, el rey confa a Daniel: 'Tu Dios, a quien sirves con perseve-rancia, te librar (sziv)' (Dan 6,17b).

  • 44 P H I L I P P E M O N O D

    Aqu la accin de salvar (sziv), se refiere al Dios de Daniel. Despus del intento fracasado del rey (Dan 6,15), ste, admirado por la perseverancia (tedr) del protagonista, pone tambin su con-fianza en el Dios de Daniel.

    Se confirma que sziv expresa una accin solamente realiza-ble por un ser divino. El rey, ser superior, no puede, ni siquiera menciona a sus dioses, contrariamente a Dan 3,15 cuando Nabuco-dnosor pregunta: 'Qu dios os podr librar de mis manos?'.

    Sziv (pregunta del rey para saber si Dios ha actuado):

    Despus de una mala noche, al amanecer, el rey se va al fo-so de los leones y pregunta a Daniel con voz angustiada: 'Daniel servidor del Dios vivo, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ha podido librarte (sziv) de los leones?' (Dan 6,21b).

    A pesar de la casi seguridad del rey en el poder infinito del Dios de Daniel (cfr. Dan 6,17b), aqul hace una pregunta que apa-rece, en el texto, como un reconocimiento del Dios de los extran-jeros, al nombrarle 'Dios vivo' (hayya). Sin embargo, la seguridad de Daro no es total al decir: 'ha podido?' 3 1.

    "Sziv + nesal + sziv (profesin de fe de Daro en la accin salvadora del Dios de Daniel):

    En Dan 6,23, Daniel explica al rey lo que ha ocurrido, c-mo Dios le ha salvado; Daro entonces le libera y prorrumpe en accin de gracias: 'Doy orden de que en todos los dominios de mi reino se temn y se tiemble ante el Dios de Daniel, porque El es el Dios vivo, que subsiste por siempre, su reino no ser destruido, y su imperio durar hasta el fin. El que salva (sziv) y libera (nesal), obra seales y milagros en los cielos y en la tierra; el que ha salvado (seziv) a Daniel del poder de los leones' (Dan 6,27-28).

    En este captulo, seziv y nesal aparecen como acciones pro-pias del Dios de Daniel, y no de cualquier dios. Daro, al princi-pio, piensa que puede salvar, pero no lo consigue: se lo impide un edicto real firmado de su propio sello, porque las costumbres de los Medos y de los Persas lo hacen irrevocable.

    En boca del protagonista, el vocabulario soteriolgico es dis-tinto del utilizado por el rey Daro: para el protagonista, Dios sal-va enviando a su ngel. La expresin utilizada por Daniel indica cmo todo ocurri de parte de Dios; lo expresa muy concreta-

  • L A I N T E R V E N C I N S A L V A D O R A D E DIOS E N E L L I B R O D E D A N I E L 45

    mente enviar a su ngel3 2. El autor sagrado pone en boca de Daro un verbo, seziv, que expresa el resultado de la accin divina.

    El hagigrafo ha cuidado de modo particular el poner en bo-ca del protagonista judo una expresin tpicamente veterotesta-mentaria y el poner en boca del rey extranjero una expresin po-co frecuente en la Biblia 3 3. En este aspecto, este pasaje manifiesta una gran unidad de composicin.

    c) El rey pagano confa en la intervencin divina en favor de Daniel

    Lo peculiar del presente relato es la actitud del rey Daro al manifestar su confianza en la liberacin operada por el Dios de Daniel. Como vimos, la actitud, llena de esperanza de Daro con-trasta totalmente con la del rey Nabucodnosor que no solamente no reconoce el poder del Dios de Daniel, sino adems, no confa en el poder de ninguna potencia superior a l 3 4 .

    No obstante, Daro espera salvar a Daniel, y espera luego que Dios le salve; pone adems medios: primero para evitar el fraude de los hombres: 'el rey sell la entrada con su anillo y con el anillo de sus dignatarios, para que la suerte de Daniel no se pu-diese cambiar' (Dan 6,18); luego para 'influir' en Dios: 'el rey vol-vi a su palacio y pas la noche en ayuno; no dej que se le traje-ran diversiones35 y el sueo huy de l' (Dan 6,25).

    La accin divina sigue siendo un premio a la fidelidad; no hay ninguna connotacin de necesidad, ni siquiera una exigencia de la 'mortificacin real'.

    Es interesante sealar que el motivo de credibilidad para el rey, o, ms bien, el motivo de confianza en una posible interven-cin divina, es la perseverancia de Daniel, su perseverante fideli-dad: 'Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te librar' (Dan 6,17b); 'Daniel, servidor del Dios vivo, a quien sirves con perseve-rancia' (Dan 6,21b).

    En Dan 6,23 aparece claramente que la obediencia a Dios no supone una desobediencia al rey: 'tampoco ante ti, oh rey, he co-metido falta alguna'. El edicto real no respeta la Ley divina que es Ley superior.

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    4. Salvacin por medio de un hombre

    'Daniel, toma la comida que el Seor te ha enviado' (Dan 14,37)

    a) Daniel confiesa su fe en el Dios vivo

    El captulo 14 del Libro de Daniel contiene dos relatos de la vida del protagonista: el primero cuenta la destruccin del dios Bel, gracias a la astucia de Daniel (cfr. Dan 14,1-22); el segundo, la matanza del dragn y la accin de Dios para salvar a Daniel del foso de los leones (cfr. Dan 14,23-42). Ambos pasajes estn ausentes del Texto Masortico.

    En el nrimer relato, no se menciona directamente una inter-vencin de Dios: est implcitamente contenida. La sabidura y el genio que Daniel posee son un don de Dios.

    En el segundo, la accin divina aparece de modo explcito. Ciro, el rey de Babilonia, anima a Daniel a adorar la serpiente vi-va, el famoso dragn. Daniel se niega: 'Yo adoro slo al Seor mi Dios; l es el Dios vivo' (Dan 14,24). Daniel pide al rey el permi-so para poder intentar matar la serpiente sin espada ni estaca; lo consigue dndole de comer unas bolitas compuestas de pez, grasa y pelos (cfr. Dan 14,25b-27). Grande es la clera de los Babilonios; atacan al rey diciendo que se ha hecho judo; piden al rey entre-garles a Daniel, si no matarn al rey mismo. Ciro se ve obligado a entregarles a Daniel; le echan en el foso de los leones (cfr. Dan 14,28-32).

    De improviso, el narrador nos traslada a Judea donde se en-cuentra el profeta Habacuc. Este est preparando la comida. Un ngel del Seor le manda llevar a Daniel esta comida, pero Daniel est en Babilonia, en el foso de los leones. Habacuc se queja por-que no conoce Babilonia, ni el foso de los leones. Entonces el n-gel le agarra por los cabellos y le deja en Babilonia, encima del foso, y esto con la rapidez de un soplo (cfr. Dan 14,33-36).

    Habacuc invita a Daniel a comer, ste da gracias a Dios. Mientras tanto, el ngel de Dios vuelve a llevar a Habacuc a su sitio (cfr. Dan 14,37-39).

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    Despus de siete das, el rey viene a llorar a Daniel, pero le encuentra vivo y sano. Reconoce la grandeza de su Dios y manda sacarle del foso. Acaba el relato con el castigo de los que queran la muerte del protagonista (cfr. Dan 14,40-42).

    b) Vocabulario soteriolgico: apsteilen

    Estudiaremos el texto en el cual se expresa una accin de Dios en favor de Daniel: 'Habacuc grit: Daniel, Daniel, toma la comida que el Seor te ha enviado ('apsteilen)' (Dan 14,17).

    En esta percopa, en lengua griega, volvemos a encontrar el verbo enviar. El texto habla de un envo de comida, pero en las palabras de Habacuc, estn incluidos varios envos: el envo del n-gel a Habacuc; el envo de Habacuc a Babilonia; el envo de comi-da a Daniel por medio de Habacuc.

    Esta vez, el verbo enviar se encuentra en boca del profeta Habacuc, embajador divino.

    c) La intervencin divina como premio a la fidelidad

    Se manifiesta de nuevo la gratuidad de la intervencin divi-na. Aqu el embajador es doble: un ngel y Habacuc. No deja de sorprender: parece que el peligro para Daniel era morir de ham-bre. Pero el contexto pide ms bien que se diera comida a los leo-nes para saciarles y as evitar que coman al protagonista. Aqu, sin embargo, el beneficiario de la comida es Daniel.

    En este pasaje, la salvacin es tambin premio a la fidelidad: 'Te has acordado de m, oh Dios mo, y no has abandonado ('egkataleip) a los que te aman (Dan 14,38).

    Volvemos a constatar que la salvacin del protagonista no lleva consigo el 'castigo' del 'enemigo'. El rey 'enemigo' castiga a los verdugos porque le han engaado; pero el Dios de Daniel no castiga al rey, sino que le mueve a cambiar de actitud plantea-miento muy distinto de la apocalptica en general. Aqu tam-bin, la intervencin divina es inmediata. Como en la seccin ara-

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    mea, el verbo ms caracterstico para expresar la intervencin divi-na es el verbo enviar.

    Despus de presentar el vocabulario que sirve para expresar la accin salvadora de Dios que incide directamente en la vida del protagonista, podemos sealar unas cuantas caractersticas que apa-recen en estos pasajes del Libro de Daniel, y que difieren de la literatura apocalptica, aunque el vocabulario utilizado sea muy se-mejante: Dios no espera los ltimos tiempos para salvar a los que le son fieles. Hay una accin salvadora intramundana e inmediata. En los varios episodios presentados, la salvacin del justo no lleva consigo la aniquilacin del enemigo, sino un inicio de conversin, o, por lo menos, un reconocimiento del Dios verdadero. En esto no solamente difiere del ambiente en el cual se desarrolla la apoca-lptica, sino tambin de parte de la ambientacin del Antiguo Tes-tamento como en el Libro del xodo (la salvacin del pueblo ju-do lleva consigo el castigo del faran). En Dan, solamente los verdugos prximos son castigados, pero no por Dios, sino por el mismo rey pagano, o por el mismo instrumento del castigo prepa-rado para el justo (el fuego que es tan inmenso que quema a los verdugos que se acercan demasiado, en Dan 3; en Dan 6, se echa en el foso de los leones a los que denunciaron a Daniel).

    5. Intervencin de Dios en la vida de otros personajes (Dan 3,31-4,34; 5,1-6,1; 13)

    Como muestra de la peculiaridad de la salvacin en Dan, pensamos que es original el modo de actuar de Dios en los captu-los 4 y 5, centro de la seccin aramea del libro, y en el captulo 13 que narra la historia de Susana.

    Dios, no solamente interviene en favor de un miembro del pueblo elegido, sino que lo hace con dos reyes paganos: salva a Na-bucodnosor porque se ha humillado (Dan 4) y castiga a Baltasar porque no ha aprovechado la oportunidad que se le brindaba para arrepentirse (Dan 5). El castigo de este ltimo no llega sino des-pus de una triple repeticin de lo que ocurri a Nabucodnosor a modo de ejemplo. En la historia de Susana, Dios se sirve de Da-niel como portavoz, como mensajero para hacer triunfar la justicia.

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    La salvacin de Nabucodnosor (Dan 3,31-4,34)

    El punto central de este relato lo encontramos en la explica-cin que hace Daniel de la visin tenida por Nabucodnosor: 'Se-rs arrojado de entre los hombres y con las bestias del campo mo-rars; hierba, como los bueyes, tendrs por comida, y sers baado del roco del cielo; siete tiempos pasarn por ti, hasta que reco-nozcas que el Altsimo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place' (Dan 4,22).

    Doce meses despus, el rey Nabucodnosor, a la vista de Ba-bilonia, glorifica la gran obra de sus manos (cfr. Dan 4,25-27). In-mediatamente, una voz venida del cielo le recuerda las palabras de Dan 4,22 (cfr. Dan 4,29).

    Despus de la realizacin del castigo anunciado, 'yo, Nabuco-dnosor, levant los ojos al cielo, y la razn volvi a m; entonces bendije al Altsimo, alabando y exaltando al que vive eternamente, cuyo imperio es un imperio eterno, y cuyo reino dura por todas las generaciones. Los habitantes todos de la tierra ante l, como si no contaran, hace lo que quiere con el ejrcito del cielo y con los habitantes de la tierra. Nadie puede detener su mano o decirle qu haces?' (Dan 4,31-32).

    Se hace notar inmediatamente un cambio de actitud en Na-bucodnosor: 'Ahora, pues, yo, Nabucodnosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del Cielo, porque sus obras todas son verdad, jus-ticia todos sus caminos; l sabe humillar a los que caminan con orgullo' (Dan 4,34).

    En este relato, podemos sealar la preocupacin por la salva-cin universal que, para ser universal, tiene que empezar por la ca-beza del imperio babilnico. Despus de explicar la visin al rey, Daniel, por propia iniciativa, se permite dar un consejo a Nabuco-dnosor, como lo hara a un amigo o por lo menos, a una perso-na del mismo rango: 'Oh rey, acepta mi consejo: rompe tus peca-dos con obras de justicia (sidqh) y tus iniquidades con misericordia (be mihan) para con los pobres, para que tu ventura sea larga' (Dan 4,24).

    Sorprenden estos consejos dirigidos a un pagano. En el Libro de Daniel aparece como posible la conversin de los paganos, em-

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    pezando por la conversin de un rey pagano, cabeza de un impe-rio pagano.

    La reprobacin de Baltasar (Dan 5,1-6,1)

    Dada la abundancia de misericordia divina para con el rey Nabucodnosor, sorprende entonces la reprobacin de Baltasar. La condenacin, sin embargo, no viene de golpe. En medio del ban-quete sacrilego, en el cual el rey se divierte utilizando el tesoro del Templo, Daniel recuerda a Baltasar el ejemplo de Nabucodnosor: 'Oh rey, el Dios Altsimo dio a tu padre Nabucodnosor reino, grandeza, gloria y majestad. Y por esta grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de miedo en su presen-cia; mataba l a su gusto, dejaba vivir a quien quera, exaltaba a quien quera y a quien quera humillaba. Pero habindose engredo su corazn y obstinado su espritu hasta la arrogancia, fue depues-to de su trono real, y se le quit su gloria. Fue expulsado de en-tre los hombres y su corazn se hizo semejante al de las bestias; estuvo conviviendo con los onagros; comi hierba como los bue-yes, y su cuerpo fue baado del roco del cielo, hasta que recono-ci que el Dios Altsimo domina sobre el imperio de los hombres y pone en l a quien le place' (Dan 5,18-21).

    Este ejemplo, sin embargo, no sivi a Baltasar: 'Pero t, Bal-tasar, hijo suyo, no has humillado tu corazn, a pesar de que sa-bas todo esto, te has engredo contra el Seor del Cielo, se han trado a tu presencia los vasos de su Casa, y t, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas, habis bebido vino en ellos. Habis celebrado a los dioses de plata y oro, de bronce y hierro, de ma-dera y piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glo-rificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y de quien dependen todos tus caminos. Por eso ha enviado El esa ma-no que traz este escrito' (Dan 5,22-24).

    Sin Dan 4, no podemos entender esta narracin que, con la precedente, forma como el centro del Libro de Daniel. Otra vez se afirma la universalidad del Dios de Daniel, el Dios Altsimo. No solamente es el Dios del pueblo elegido, sino tambin de los dems pueblos; es el Dios del rey del imperio ms importante de la poca y si existe este imperio, es por permiso de Dios 'que tie-ne en sus manos el propio aliento' del rey de Babilonia.

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    Baltasar no hizo caso del ejemplo de Nabucodnosor. No se convierte cuando se le anuncia el final de su reinado. Quiere en-salzar a Daniel hasa el tercer puesto en el reino, costumbre poco frecuente en las cortes orientales cuando los cortesanos anuncian calamidades a su amo. Al otorgar honores a Daniel, Baltasar reco-noce que aqul no es un sabio cualquiera, reconoce en l un en-viado de un Dios superior. De hecho lo comenta cuando Daniel se presenta delante de l para interpretar las palabras inscritas con-tra la pared: 'Eres t Daniel, uno de los Judos deportados, que mi padre el rey trajo de Jud? He odo decir que en ti reside el espritu de Dios y que hay en ti luz, inteligencia y sabidura ex-traordinarias' (Dan 5,13b-14).

    Baltasar reconoce adems la incapacidad de los magos de Ba-bilonia: 'Se ha trado ahora a mi presencia a los sabios y magos para que leyeran este escrito y me declararan su interpretacin, pe-ro han sido incapaces de descubrir su sentido. He odo decir que t puedes dar interpretaciones y resolver dificultades' (Dan 5,15-16a).

    No podemos decir que Baltasar rechace definitivamente, for-malmente, al Dios Altsimo, poque reconoce algo de su poder ma-nifestado en acto en Daniel. No llega, sin embargo, a pesar del ejemplo de Nabucodnosor, a la conversin total, tal como la pre-senta el captulo 4 del Libro de Daniel. Esta narracin manifiesta algo ms: el hombre nunca deja de ser libre, aun cuando se mani-fiestan claramente la grandeza y la omnipotencia del Dios Altsi-mo, en uno de sus fieles servidores.

    A este respecto, el Libro de Daniel, los captulos 4 y 5 parti-cularmente, aparece como algo novedoso: los gentiles, los paganos estn incluidos en el plan divino de la Historia de la Salvacin. Este aspecto, si se manifiesta luego claramente en el Nuevo Testa-mento, no est tan evidente en los escritos apcrifos apocalpticos.

    La historia de Susana (Dan 13)

    En la versin de Teodocin, Dan 13 se sita antes de Dan 1 del texto masortico 3 6. Narra un acontecimiento de la juventud del protagonista en el cual este manifiesta los dones superiores re-cibidos de Dios. Consigue demostrar la culpabilidad de los dos an-cianos con bastante agudeza de espritu. Lo que hace que desde en-

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    tonces 'Daniel fue grande a los ojos del pueblo' (Dan 13,64). Aqu queda claro que, en la salvacin de Susana, la intervencin de Da-niel es solamente la de un intermediario y que en realidad es Dios quien interviene: 'la asamblea entera clam a grandes voces, bendi-ciendo a Dios que salva (sozein) a los que esperan en El' (Dan 13,60).

    Pensamos que el sitio adecuado de este relato es al principio del Libro de Daniel 3 7 . Hace entender mejor por qu el protago-nista en Dan 1 es objeto de particular atencin por parte de Dios. La originalidad de este relato de tipo 'aggadico no es tanto el xito de Daniel en el juicio de Susana, sino ms bien el hecho de que Dios se sirva de un intermediario para actuar, un intermediario humano cualquiera: el texto no nos lo presenta como un profeta, sino como un hombre justo, fiel a su Dios. Todo el libro se refe-rir luego a la mediacin humana o anglica en la intervencin salvadora de Dios.

    Aunque no son escatolgicos, ni tratan de lo que ocurrir en los ltimos tiempos, los textos que acabamos de estudiar se en-cuentran, sin embargo en el Libro de Daniel, y encajan adems muy bien en el conjunto. El hagigrafo, al trasmitirnos estas na-rraciones que tratan de las intervenciones salvadoras de Dios que inciden directamene en la vida del protagonista, recuerda que Dios no solamente intervendr al final de la Historia, sino que intervie-ne ya en la vida de cada uno, pertenezca ste plenamente al Pue-blo de Israel o no. El protagonista ha sido testigo de aquello en su propia vida. Estos relatos servirn al hagigrafo de credenciales a la hora de divulgar las revelaciones acerca de los tiempos futuros recibidas por el protagonista. Como acabamos de ver, la interven-cin salvadora de Dios en el Libro de Daniel es un tema amplio que no se limita solamente a los tiempos escatolgicos.

    Conclusiones

    El estudio de la intervencin salvadora de Dios en el Libro de Daniel nos permite subrayar varios aspectos originales del libro que encajan perfectamente en la tradicin veterotestamentaria, a pesar de su aspecto peculiar. Lo original en este libro no es la no-

  • LA INTERVENCIN SALVADORA DE DIOS EN EL LIBRO DE DANIEL 5 3

    vedad que se anuncia para el final, sino la amplitud de enfoque con que mira la Historia de la Salvacin que no se reduce al Pue-blo elegido, sino que se abre a todos los pueblos con un universa-lismo que no es lo propio de la apocalptica en general.

    1. La intervencin salvadora de Dios aparece de tres mane-ras distintas: Dios salva al mismo protagonista; Dios busca la sal-vacin de personas relacionadas con el mismo protagonista, bien sean del pueblo elegido, bien sean paganas; Dios promete una sal-vacin general, universal, de los justos en tiempos escatolgicos.

    2. Para salvar, Dios se sirve de mensajeros: el mismo prota-gonista no deja de ser un mediador entre Dios y las personas rela-cionadas con l. Dios se sirve tambin de ngeles para comunicar y explicar visiones al mismo protagonista.

    3. En los relatos que narran una intervencin salvadora de Dios directa en la vida del protagonista o en vida de personas rela-cionadas con l, la accin divina se cumple inmediatamente. En aquellos casos, Dios no promete una salvacin futura, post mortem, sino que salva de peligros o desgracias en esta vida.

    4. En estos mismos relatos, lo que mueve a Dios a interve-nir es la perseverancia de los que le sirven fielemente, por una parte; y, por otra, el llevar hacia la conversin o hacia un cambio de actitud, como en el caso de los reyes paganos.

    5. En estas narraciones, la salvacin del justo no lleva consi-go el castigo o la destruccin del enemigo por parte de Dios, sino un impulso hacia la conversin o hacia un cambio de actitud. Aqu aparece claramente el carcter universalista del Libro de Da-niel, muy distinto de la apocalptica, en la mayora de los casos.

    6. En estos mismos relatos, aparece algo muy original: Dios no es el nico en tener misericordia, junto a l aparece el justo que la puede tener por participacin; dos veces Dios mueve a un pagano a tener misericordia de los justos, del protagonista en par-ticular. Dos veces aparecen en el Libro de Daniel paganos que tie-nen misericordia movidos por Dios.

    7. Un concepto muy frecuente para expresar la intervencin salvadora inmediata de Dios es el verbo enviar, o ms bien, la ex-presin compuesta enviar un ngel: Dios salva, enviando un ngel. Este envo no solamente acta la salvacin del protagonista, sino

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    tambin un principio de conversin interior en el enemigo del protagonista. Esta idea aparece tanto en la seccin aramea como en las secciones hebrea y griega.

    8. Los relatos que narran una intervencin salvadora e in-mediata de Dios directamente en la vida del protagonista, se en-cuentran en las tres secciones lingsticas: en la aramea, la hebrea y la griega. A pesar del cambio de idiomas, el modo de tratar este acontecimiento, el vocabulario utilizado y la ambientacin son iguales, lo que hace resaltar una gran unidad entre las diversas partes.

    9. A este respecto, pensamos que hay que renunciar a la di-visin tradicional del libro en narraciones (Dan 1-6; 13-14) y en visiones (Dan 7-12), para profundizar en la investigacin sobre la simetra concntrica de todo el libro, tomando como base la sec-cin aramea (Dan 2,4b-7,28).

    10. Del estudio de los captulos que narran la intervencin salvadora de Dios en tiempos escatolgicos, hemos podido sacar caractersticas comunes: el reino anunciado ser un reino eterno y universal; no ser el fruto del esfuerzo humano, sino que ser un don de Dios este reino llegar sin que intervenga mano humana alguna, contando con la cooperacin del hombre.

    11. Estas caractersticas del reino futuro no solamente apare-cen mencionadas en las visiones que recibe el protagonista, sino tambin en las visiones y sueos que reciben los reyes paganos.