curso taller: cualidades fundamentales del instructor ... · 7.1 descubrirá que en la labor...

Marco Antonio Ríos Medina Ce.Ca.T.I. No. 27 San Luis Potosí S.L.P.

SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN E INVESTIGACIÓN TECNOLÓGICA

DIRECCIÓN GENERAL DE CENTROS DE FORMACIÓN PARA EL TRABAJO

COORDINACIÓN ESTATAL EN SAN LUIS POTOSÍ

CURSO TALLER: CUALIDADES FUNDAMENTALES

DEL INSTRUCTOR.

PRODUCTO DEL TALLER DE FORMACIÓN DE FORMADORES EN HABILIDADES DOCENTES. Conductor: M. en Educación. Marco Antonio

Ríos Medina. Instructor del Ce.Ca.T.I. No. 27 S.L.P.

FORMACIÓN DE FORMADORES EN HABILIDADES DOCENTES


PROGRAMA DE CURSO FORMADOR: C. T.: . Cd. y Edo.: .

CURSO: LAS CUALIDADES FUNDAMENTALES DEL INSTRUCTOR. DURACIÓN: 40 Horas. OBJETIVO TERMINAL: AL TÉRMINO DEL CURSO EL PARTICIPANTE VALORARÁ LOS CONOCIMIENTOS

REFERENTES A QUE TODO INSTRUCTOR EN LA FUNCIÓN DOCENTE, REQUIERE DE UNA

FORMACIÓN INTEGRAL EN EL PROCESO ENSEÑANZA APRENDIZAJE, PARA EL

ENCUENTRO CON LA CALIDAD.

EJES TEMÁTICOS:

1.- PRESENTACIÓN PERSONAL.

1.1 ATUENDO. 1.2 HIGIENE.

2.- EXPRESIÓN ORAL.

2.1 TONO DE VOZ. 2.2 VOCABULARIO. 2.3 RITMO. 2.4 MODULACIÓN DE LA VOZ. 2.5 ÉNFASIS.

3.- LENGUAJE CORPORAL.

3.1 ADEMANES Y POSTURA. 3.2 EXPRESIÓN FACIAL. 3.3 DESPLAZAMIENTO


4.- COMUNICACIÓN ESCRITA.

4.1 ORTOGRAFÍA. 4.2 CALIGRAFÍA. 4.3 SINTAXIS

5.- INTERACCIÓN PERSONAL.

5.1 COMUNICACIÓN. 5.2 INTEGRACIÓN GRUPAL. 5.3 BUSCA DE OBJETIVOS.

6.- PREPARACIÓN PROFESIONAL.

6.1 PREPARACIÓN FORMAL. 6.2 PREPARACIÓN NO FORMAL.

7.- ÉTICA PROFESIONAL.

7.1 RESPONSABILIDAD. 7.2 COMPROMISO. 7.3 INSTITUCIONALIDAD.

8.- CONDUCCIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.

8.1 PLANEACIÓN. 8.2 DESARROLLO. 8.3 EVALUACIÓN.

9.- FLEXIBILIDAD.

9.1 CONDUCCIÓN. 9.2 TIEMPO. 9.3 EVALUACIÓN.

10.- ROL.

10.1 AUTORITARIOS. 10.2 DEMOCRÁTICOS. 10.3 PATERNALISTAS.


SUBOBJETIVOS:

1.1 Valorará la importancia del uso de atuendo adecuado a su labor docente. 1.2 Admitirá que el factor higiene es indispensable en la imagen de un buen instructor.

2.1 Comprobará que el tono de voz es determinante como parte de la expresión oral en la conducción de clase.

2.2 Explicará que un vocabulario enriquecido permite fluidez en la transmisión de conocimientos.

2.3 Diferenciará los resultados obtenidos entre los ritmos lento, moderado y acelerado, como estrategias de la expresión oral.

2.4 Practicará la modulación de voz en una sesión de clases aceptando que su aplicación retribuye resultados favorables.

2.5 Experimentará los resultados que se obtienen al hacer uso del énfasis en la conducción de una clase.

3.1 Valorará el papel de los ademanes y la postura como medio de comunicación corporal, mediante un ejercicio verbal no-verbal (técnica sugerida el espejo).

3.2 Apreciará la congruencia entre la expresión facial y la expresión verbal mediante la aplicación de una técnica didáctica.

3.3 Concluirá que su movilidad y desplazamiento dentro del aula de clases provoca cambios conductuales en los participantes.

4.1 Reconocerá que la ortografía es parte sustancial en la redacción de materiales didácticos. 4.2 Comprobará la importancia que tiene la caligrafía en la ilustración de un mensaje escrito. 4.3 Practicará en la redacción de textos, aspectos significativos de la sintaxis.

5.1 Concluirá que la implementación de una buena conducción, redunda en la mejora del proceso enseñanza aprendizaje.

5.2 Valorará la integración grupal con el propósito de elevar los niveles de aprendizaje del mismo.

5.3 Comprobará que el fijar objetivos definidos en las actividades a realizar, evita divagaciones en la conducción de la tarea educativa.

6.1 Reconocerá la importancia que tiene en el desempeño de su labor, la superación continua formal y continua.

6.2 Analizará la relevancia que tiene la historia personal y su impacto en sus labores docentes.

7.1 Descubrirá que en la labor educativa, la responsabilidad del docente es parte inminente de la imagen del instructor.

7.2 Se concientizará del compromiso existente como instructor ante un grupo de participantes. 7.3 Aquilatará la trascendencia que tiene su centro de trabajo, revalorizándolo y asumiendo el

papel que le corresponde.

8.1 Definirá en forma escrita, el proceso de planeación didáctica, enfocado a las labores docentes de acuerdo a los contenidos a impartir.

8.2 Explicará la relevancia que tiene el desarrollo de los contenidos temáticos y los resultados que se obtienen cuando este se lleva acabo en forma adecuada.


8.3 Identificará los principales elementos de la evaluación y la importancia de está en el proceso enseñanza aprendizaje.

9.1 Reconocerá que la implementación de técnicas didácticas en el desarrollo del proceso

educativo reditúa eficiencia en la consecución de las metas planteadas. 9.2 Valorará que en el desarrollo de sus funciones cotidianas, la distribución del tiempo no

debe anteponerse en el cumplimiento de los objetivos. 9.3 Comprenderá que al aplicar la flexibilidad en la evaluación se emiten juicios de valores más

objetivos.

10.1 Dramatizará el rol de un instructor autoritario, apreciando las deficiencias pedagógicas que conlleva al conducirse de esa manera.

10.2 Ejemplificará las actitudes de un instructor que se conduce imparcialmente ante un grupo de trabajo, rescatando los aspectos positivos que se obtienen bajo dicho rol.

10.3 Cuestionará las deficiencias que conlleva el conducirse de manera sobre protectora hacia los participantes de un grupo de trabajo.

EVALUACIONES: Evaluación escrita y prueba práctica. REQUISITOS DE INGRESO: Podrán participar todos aquellos instructores que estén frente a grupo. REQUERIMIENTOS: Los participantes deberán presentarse con uno de los programas de su especialidad y un manual de apoyo o al menos con apuntes, de alguno de los subobjetivos de dicho programa. MANUAL DE CURSO Anexar el documento compilado.


INTRODUCCIÓN.

Desde inicios de la escuela formal, la imagen del profesor ha sido objeto de observación, al igual que la del médico y la del sacerdote. Las actitudes y aptitudes de estos personajes tienen entonces, influencia sobre aquellos individuos que le rodean. Posiblemente una gran parte de estos últimos (como en todo), no compartan su opinión al respecto, de ahí que se tengan una gran diversidad de puntos de vista sobre dicha temática.

Hay quien dice que puede reconocer a simple vista a aquel que se dedica a la docencia; el clásico maletín colgado bajo el brazo (con propaganda de alguna empresa o del S.N.T.E.) o en su caso con asas (muchas veces en mal estado), los zapatos fuera de “moda”, un cinturón de dos vistas (por lo regular negro y café), camisa de manga larga y en su mayoría una expresión poco agradable, entre otras

Vale la pena dedicar espacio y tiempo acerca de la importancia de estos detalles, pues si se ha establecido el hecho de que en pequeña, mediana o gran escala, la imagen del profesor habla de su personalidad, y en esto va inmerso el impacto como individuo, su conocimiento y mejoramiento influiría en dicha medida a que el educando “nos vea de cierta manera”.

Y sino, analicemos lo siguiente; como Instructor en Capacitación para el Trabajo, previo a su incorporación a la D.G.C.F.T., ¿recibió algún tipo de preparación enfocada hacia la docencia, la didáctica, la pedagogía, las técnicas de exposición, la evaluación, la andragogía, la medición y evaluación, planeación y programación, técnicas y dinámicas grupales, etc.?, posiblemente su respuesta sea negativa. Es notable que la culpa no es de nosotros los instructores, pues para fines de desempeñar nuestra labor, se requiere entre otras, el conocimiento, dominio y desarrollo de un área específica de estudio en el ámbito de la ciencia y tecnología y para esto usted debió haber cursado un bachillerato técnico, ingeniería o ser un especialista reconocido socialmente por su buen desempeño en el área que pretende conducir.

En ningún momento se solicita que además de conocer y manejar dicha área, sea usted egresado de alguna Normal para profesores que es el lugar ideal para el aprendizaje de los cursos citados anteriormente (párrafo antecesor).


A todo esto hagamos una aclaración: si Profesor es aquel que egresa de una escuela Normal y Maestro el que tiene Maestría, ¿en qué término somos ubicados nosotros?. La D.G.C.F.T., ha utilizado literalmente el de Instructor, por que somos los que instruimos a los alumnos hacia el conocimiento que se presenta. Sin embargo, la misma S.E.P., nos cita como profesores, o el gremio magisterial (de “magister” = maestro), por lo tanto nos auto nombramos profesores y/o maestros y son bien recibidos ambos términos, pues profesor también es el que profesa un saber y maestro es también el que tiene maestría o habilidad para alguna actividad específica (en nuestro caso, la de transmitir un conocimiento).

Habiendo hecho tal aclaración, enunciaremos que nuestra labor de instructor se puede y debe mejorar poco a poco, con el tiempo, la disposición para lograr un cambio y desde luego los cursos en los cuales mediante opiniones entre compañeros, se den las pautas que consideren que todo instructor debe conocer para su mejora integral y repercutirla así en su desenvolvimiento. Esto quiere decir que tanto el lenguaje, como la vestimenta, limpieza, ortografía, el modo de dar clase, de evaluar, entre otras, son Cualidades que debemos de pulir para que nuestro papel ante el alumno sea de mejor calidad.


1. PRESENTACIÓN PERSONAL.

1.1 ATUENDO.

“Como me veo, dice mucho acerca de quien soy”.

Las prendas de vestir en el instructor, deben ser tale que acentúe su personalidad, a la vez que estas le permitan desempeñarse adecuadamente. El vestir bien, saber comprar, elegir colores y combinar diversos artículos para formar un conjunto agradable a la vista, es cuestión de buen gusto. Si al adquirir las prendas no se sabe distinguir entre una buena combinación, la clase, modelo o estilo de estas, es recomendable acercarse a los dependientes de los departamentos de los comercios destinados a tal fin e indagar acerca de que tipo de ropa es la más apropiada para su persona tomando como base, la edad, estatura, color de piel, etc., es probable que lo menos que se quiere es causar una imagen pobre ante los compañeros y alumnos. Si definiéramos el vestir, estaríamos hablando tal vez de cubrir el cuerpo para protegerlo de las inclemencias del tiempo o bien para cumplir con los cánones de la sociedad. Sin embargo, saber vestir, es llevar con arte, gracia y armonía las prendas que van a cubrir el cuerpo, por lo tanto es importante guardar un equilibrio bien definido en todo lo que se va a poner una persona al vestir. Cuando la indumentaria es acorde a la personalidad y estilo de quien se viste, se habrá alcanzado dicho equilibrio. Parte de los elementos que se deben considerar para lograr el éxito en cualquier actividad, es el vestir, sobre todo en épocas en donde la sociedad necesita de hombres y mujeres presentables para la buena imagen de los seres como trabajadores, madres y padres de familia, ejecutivos, empresarios y desde luego maestros. Hay quien excusa su modo de vestir diciendo que no se tiene el “don del buen gusto”. También es común que las damas, cuenten con una serie de accesorios inadecuados y una variedad de vestidos y blusas que abarrotan sus armarios y aún así digan, “que no tienen que ponerse”. O bien, por parte de los caballeros, cuando son casados, la mayoría de las veces, las prendas de vestir son seleccionadas por la pareja (una dama), por lo tanto, si anteriormente se cito que las mujeres en algunos casos “no saben que ponerse”, que se espera de estos hombres que son aconsejados para la selección de sus prendas precisamente por una mujer, aunque esto no justifica el hecho de que el hombre vista mal, pues cuando se casa, previamente tuvo una etapa de ensayo (el noviazgo), en la cual, se preocupaba por “verse bien” ante las mujeres. Entonces, por que dejar de hacerlo una vez casados.


Cuando no se es casado, la justificación es imperdonable, ya que como probabilidad mayoritaria resalta el hecho de que se esté viviendo todavía esa etapa de ensayo para el matrimonio, por lo tanto, la vestimenta en estos casos debe ser digna de distinción. En los párrafos anteriores pareciera que se señala a la mujer como la culpable de la vestimenta del hombre, sin embargo, sólo se puntualiza como una posibilidad. Recordemos que en el aspecto del atuendo, los grandes diseñadores de ropa para damas y caballeros, son hombres. Lo anterior nos da una muestra de que no sólo la mujer es la experta en la selección de las prendas de vestir, sino que también el hombre puede llegar a serlo, tal vez sólo sea cuestión de introducirse un poco más en estos aspectos. Una manera de hacerlo es visitando las tiendas departamentales, observar lo que se promociona, portar las prendas, verse en los espejos, pedir opiniones a los encargados, a la pareja (si se tiene), a los hijos, etc., y entonces escuchar un poco los consejos de la autoestima. Ahora bien, ¿por qué el hecho de solicitar opiniones y sobre todo a los hijos?. La respuesta radica en que como instructores de Ce.Ca.T.I., día a día en nuestra labor, estamos rodeados en la mayoría de los casos por jóvenes y que estos en ciertos momentos del proceso educativo nos consideran como algo más que un profesor. Es decir, los lazos de amistad que surgen entre maestro y alumno son inminentes. Para esto consideremos que la educación centrada en el alumno es la que en la actualidad impera en el ámbito educativo internacional, es sobre él que se diseñan las estrategias de aprendizaje (secundadas por las estrategias de enseñanza), es con base en sus necesidades que se implementan las diferentes técnicas didácticas, etc., por lo tanto, esta pedagogía exige para su éxito el completo conocimiento de los educandos, de ahí que se tenga la necesidad de acercamiento para su pleno conocimiento. Pero, ¿cómo lograrlo, si mi presencia ante el alumno no es impactante?. Recordemos que ante todo, el maestro sirve de modelo al alumno, tanto en conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y también en aquellos aspectos de tipo social. Lo anterior no quiere decir que todo maestro deba vestir de acuerdo a la moda o época que esté transcurriendo, simplemente deberá cuidar, que su estilo no sea excesivamente tradicionalista (clásico maestro), sino poner atención a los modelos actuales (que siempre los hay adecuados para todas las edades) sin exagerar en coloridos fuertes o chillantes, esto sumado a otros factores que serán tratados en el presente documento harán que nuestra labor ante el alumno sea de interés y admiración.


Algo que habría que considerar como punto de importancia, es el hecho de que en nuestro trabajo las jornadas pueden ir desde 4 horas diarias hasta 8. Para eso, se sugiere escoger un tipo de prendas de las llamadas, “ropa sin horario”. Es decir, que la ropa que se ponga en la mañana le sirva para todo el día. Para el caso de las damas, una autoridad en el estudio de la moda ha dicho que ningún cambio es realmente nuevo, sino que siempre es una modificación de algo anterior. Desde los comienzos de la civilización, las tendencias del vestir pueden agruparse en tres ciclos. El primero, formas acampanadas, con cinturas apretadas. Segundo ciclo, caderas anchas o crinolina de finales de siglo XVIII. Tercer ciclo, tipo tubular de vestido, con la cintura alta debajo del pecho. También se ha visto cambiar cíclicamente el largo de la falda, la forma del zapato o la amplitud del pantalón. Otra consideración de importancia al respecto, es la serie de factores que se deben analizar para poder combinarlos, como son: el estilo, la personalidad, el carácter, la talla, las líneas de la ropa, etc.; todo ello con la finalidad de saber dar un toque de individualidad que exprese distinción a la forma de vestir y lograr hacer del traje más sencillo el más elegante. La forma en que las mujeres reaccionan a las innovaciones de la moda es algo que varía. En un extremo se encuentran las ultra conservadoras, que rehusan aceptar los cambios, y en otro extremo están las atrevidas que son capaces de ponerse todo por innovador que esto sea. El caso de los hombres no es la excepción en el ir y venir de la moda. Quien no recuerda la época de pantalones amplios a media rodilla, entubados al tobillo y de pinzas en la cintura, si aquellos “tan difíciles de planchar”. Pues sorpréndase, si alguno de sus parientes vivió aquellos años y aún conserva uno de esos modelitos, rescátelo, dele una buena lavada y planchada y regáleselo a su hijo. Dentro del lenguaje actual juvenil estos pantalones forman parte de la moda de los “cholos”. Lógicamente que en un profesor dichos pantalones tal vez no estén muy de acuerdo a la imagen del mismo, por el papel que juega ante la sociedad. La estampa inicial del profesor era el clásico traje color obscuro, resaltando una blanca camisa acompañada de una corbata “lengua de vaca” (aquellas que en su parte más ancha podían alcanzar cerca de los 12 centímetros). En la actualidad y con el paso de los años, el maestro ha tomado otras posturas, dejando el traje sólo para aquellas ocasiones de eventos especiales. Ahora sus prendas son un poco menos formales pero a la vez ligeras y sobre todo cómodas. Un estilo “sport” es una buena opción, no importa la edad.


Si se es joven, no tenga el temor, pues se tiene la edad ideal para portarlo, si se es mucho más grande, imagine: un pantalón recto, de pinzas al frente color beige, una playera manga corta con cuello, de 3 botones al frente color azul marino, esto acompáñelo de unos calcetines al tono del pantalón. Si su calzado es negro, luzca un cinturón de piel del mismo color (puede hacer usted lo mismo con el color café). La mujer por su parte, debe comprender que la época de estudiante ha terminado y que es hora de renovar su guardarropa. Deberán olvidar las cintas para el pelo, substituir las playeras y los pantalones de mezclilla por trajes y vestidos, usar medias y zapatos de tacón en lugar de calcetas y zapatos deportivos y remplazar los adornos demasiado intrascendentes por otros más serios. Lo anterior no quiere decir que la vestimenta de la maestra es rígida y estricta, pero sí un poco más formal de lo habitual. No se pone en duda el hecho de que habrá ocasiones en que tome sus “jeans” para dedicar tiempo a actividades que requieren mayor comodidad, lo cual es muy aceptable. El aspecto de la maestra debe ser tal en el trabajo que le permita mejorar su convivencia y causar una buena impresión a los alumnos. Vestir correctamente no sólo mejora tu apariencia, sino también tu estado de ánimo. En el trabajo, la selección de la ropa que se usa es muy importante porque refleja, desde el primer momento, la inteligencia, la selectividad y el buen gusto, o bien la falta de estas cualidades. Otro aspecto de importancia es saber clasificar la fabricación de la ropa, pues existen desde la línea más económica hasta la más costosa. Al hablar de “alta moda”, hace pensar en gente privilegiada, para gente de alta sociedad capaz de poder pagar ese vestuario elaborados con telas de diseños y texturas especiales y caprichosas, que en forma exclusiva presentan cada año los diseñadores, de Milán, París, Nueva York, Italia, etc. Sin embargo las clases menos privilegiadas podrán contar con la línea que ha causado sensación en el mundo del diseño y es la llamada “Pret a Porter” que se inició en los años 60´s y que los diseñadores se han encargado de mantener con el paso de los años. Se trata de una línea de ropa exclusiva que se fabrica en pequeñas cantidades y la ponen al alcance de un núcleo con nivel medio. En último término cabe mencionar la “moda comercial”, la línea de ropa que se fabrica en grandes cantidades, diseños que se ven en la mayoría de los aparadores, luciendo el mismo tipo


de tela y que está hecha para las mayorías a un nivel económico y por esta razón es la línea de ropa que más se vende. Con base en lo anterior cada quien determinará al adquirir su ropa si le conviene elegir calidad o cantidad. En muchas ocasiones será importante inclinarse por la calidad, pues una prenda bien confeccionada dará un toque de elegancia y lo mejor para cualquier persona es sentirse seguro de sí mismo con el atuendo que porta. Vestir correctamente no exige un guardarropa costoso, pues aun la ropa muy cara puede ser inadecuada si no se elige pensando en la ocasión o la hora en que se lucirá. Al planear tu guardarropa, toma en cuenta, además de lo que sea propio para la escuela, lo que le favorezca más en todos sentidos. De preferencia se deben adquirir prendas que se luzcan con placer; si algo no le gusta, no lo compre, aunque su precio sea reducido. Puede ser que con prendas básicas muy clásicas y accesorios muy al día, la maestra pueda estar a la moda, sin tener que adquirir un nuevo guardarropa cada temporada. Algunas sugerencias particulares son: Para las maestras: - Blusas. - Faldas. - Suéteres. - Conjuntos coordinados (falda, pantalón y saco combinables). - Vestidos sencillos. - Zapatillas de diferentes alturas. - Pantimedias. - Etc. Para los maestros: - Pantalones sport, de vestir o mezclilla. - Playeras de manga corta a dos colores con cuello, combinables con los pantalones. - Camisas de manga larga combinables con los pantalones de vestir. - Suéteres y/o sacos (de preferencia lisos). - Zapato de vestir. - Zapato sport. - Etc. En gran medida, el guardarropa se surte de aquello que al propietario le agrada, más sin embargo deberían tomarse en cuenta ciertas recomendaciones: 1. Las líneas verticales alargan la figura y lo(a) hacer ver más delgado(a). 2. Las horizontales dan sensación de anchura y acortan la figura. 3. Para acentuar una línea vertical u horizontal, añade una paralela.


4. Para acortar una línea vertical u horizontal, traza una perpendicular. 5. Las líneas discontinuas parecen acortar la altura y aumentar el ancho. 6. Las superficies brillantes lucen de mayor tamaño. 7. Los tejidos toscos tienden a añadir anchura y peso. 8. Las telas lisas, de superficie mate, adelgazan la figura. 9. Los colores oscuros también adelgazan la figura. Sin embargo, pese a todo lo que se ha descrito en el presente apartado, es probable que los docentes de Ce.Ca.T.I. afirmen que mucha de la ropa recomendada es inadecuada para laborar en los talleres de las diferentes especialidades, más no olvidemos que son simples propuestas y que se pueden tomar en cuenta o no. Lo que sí es interesante es el indagar acerca de nuestra apariencia y de la imagen que esta emana, pues como profesores estamos inmersos en una de las etapas principales de la educación, nos referimos a la de socialización de los individuos. “Cada vez que pueda, dé un vistazo al espejo y auto analícese. A todo esto, se debe sumar, que a pesar de lo cuidadosamente que se haya elegido las prendas para el guardarropa, el equipo se puede completar con algunos accesorios, que pueden ser: para las damas: los zapatos, blusas, adornos, lentes, collares, pulseras, aretes, relojes, etc., y para los caballeros, los zapatos, el cinturón, el saco, el reloj, etc. Otro gran aliado para la elección de las prendas de vestir son los colores de las mismas, para esto se deberán tomar en cuenta ciertas consideraciones: Los colores se clasifican principalmente en primarios

y secundarios.

Los colores primarios son aquellos tres llamados puros y de los cuales se derivan todos los demás.

- Azúl: Es un color discreto, tranquilo, frío y elegante. El azul oscuro adelgaza y se debe usar en aquellas partes que se quieren aparentar más pequeñas.

- Rojo: Es un color emotivo, trágico y excitante. Este color no lo deben usar las personas tímidas, ya que es muy llamativo y dominante.

- Amarillo: Es un color alegre, vistoso, llamativo y atrevido. En su máxima pureza, tampoco deben usarlo personas tímidas, ya que el color las dominará.

Los colores primarios solos, son difíciles de llevar, pero son ideales para los lugares tropicales. En las ciudades deben usarse solamente en pequeñas dosis para acentuar y dar vida al guardarropa. Los colores secundarios son los que resultan de la mezcla de los colores primarios.


Del rojo y el azul, resulta el violeta.

Del azul y el amarillo, resulta el verde. Del amarillo y el rojo, resulta el naranja. Estos colores son ideales para personas de cualquier edad y para cualquier ocasión. Sus variaciones son muchas y para usarlas sólo se tiene que estar consciente si se lleva o no con el color de la piel y el cabello. Negro: No es color, más bien es ausencia de todos los colores. Es elegante y, para los guardarropas módicos, resulta ideal y ahorrativo. Blanco: Tampoco es color, sino la reunión de todos los colores. Es ideal para personas muy delgadas y para las partes más finas del cuerpo. Los colores poseen tres características: matiz, tono e intensidad. - El matiz es el nombre del color y distingue un color de otro, tal como rojo, verde o azul. - El tono se refiere a la claridad u oscuridad del color. Un tinte es un tono claro, mientras que una sombra es un tono oscuro del mismo color. Los distintos tonos de los colores primarios son: - Rojo: marrón, carmesí, escarlata, rosa y rosado. - Amarillo: azufre, limón, crema y amarillo pálido. - Azul: marino, zafiro, real, ducal, pálido y celeste. Los distintos tonos de los tres colores secundarios son: - Naranja: caoba, café

claro, llama, café rojizo y melocotón.

- Verde: botella, limón, esmeralda, manzana y nilo.

- Violeta: púrpura real, bosque, orquídea y lavanda. Algunas directrices generales que se pueden tomar en cuenta para la elección de los colores, son las siguientes: - Los colores oscuros son elegantes. - Los colores claros hacen ver a las personas más altas. - Usar un solo color en las prendas parece aumentar la estatura. - Las combinaciones de dos colores cortan la figura y la hacen parecer más grande. - Los dibujos pequeños y definidos son mejores para las personas pequeñas. - Los generos listados multicolores hacen la figura más pesada y ancha.


- Los colores pastel proporcionan un aire delicado. Y finalmente, para completar el presente apartado, conviene que al adquirir sus prendas de vestir se cuestione acerca de lo siguiente:

¿La prenda me sienta bien? (no aprieta, que caiga en los hombros y que la cintura quede en su sitio).

¿Es cómoda? (talla adecuada). ¿Podré llevarla después? (olvide un tanto la moda, esta es pasajera). ¿Armoniza con el resto de las prendas del guardarropa? (que se pueda combinar con

otras prendas para hacer nuevos juegos).

¿Es adecuada para el tipo de trabajo que desarrollo? (mangas largas, lana, piel, etc.). ¿Realza mi personalidad? (adquiera sólo lo que le favorece). Etc. Algunas partes del cuerpo requieren de mayor atención que otras, ya sea para destacarlas o para evitar mirada en ellas. A continuación se presentan algunas sugerencias para escoger lo mejor y una serie de ideas que si son bien aprovechadas ayudarán a la buena presentación, sin olvidar aquel refrán que dice “de la moda lo que acomoda”.

Cuello corto: Requiere de cuellos en “V” y “U” amplios, que dejan al descubierto el cuello (en las damas collares largos), el cabello corto (o recogido en las damas).

Cuello corto: Usar cuellos altos en las prendas, bufandas, en los caballeros corbatas, en las damas collares cortos y peinados largos.

Hombros caídos: Usar trajes o vestidos (según si se es hombre o mujer), con hombreras, mangas aglobadas, que permitan ver los hombros rectos, las damas también pueden usar los hombros desnudos como “halters y strapless”.

Hombros anchos: Mangas amplias del tipo “dollman o raglan”, escotes en “V” para las damas y cortes que suavicen los hombros caídos.

Brazos gruesos: Nada apretado al brazo, mangas amplias, cortas o enrrolladas del codo, pulseras o relojes discretos.

Brazos delgados: Mangas largas o tres cuartos, anchas o con pliegues, pulseras y relojes llamativos.

Cintura delgada: Es recomendable que para estos casos las mujeres usen vestidos con corte princesa o que se ciñan a la cintura sin ajustar demasiado, faldas con pliegues, pulseras y relojes llamativos.


Cintura ancha: Nada ajustado a la cintura, ropa ligera suelta, talles bajos sin adornos exagerados alrededor de la cintura, cinturones delgados.

Talle corto: Usar trajes con talle largo, suéter o chaqueta larga (hombres o mujeres), vestidos sueltos, faldas o pantalones sin pretina para no marcar el largo del talle (en mujeres).

Talle largo: Evitar ropa con talle largo, chaqueta corta (hombres y mujeres), vestidos sin cinturón, cinturones y pretinas anchas.

Cadera angosta: Las faldas plegadas, plisadas o con volantes, faldones anchos, telas gruesas (en las damas), pantalones anchos con telas gruesas (en los caballeros).

Caderas anchas: Evitar las telas gruesas, terciopelo o con pelo largo, en las damas las faldas línea “A” son recomendables lo mismo amplias en la parte inferior, en hombres o mujeres se sugieren los chalecos o suéteres que cubran la cadera.

Para el caso particular de las damas:

Piernas largas: Usar pantalones al tobillo, faldas a media pierna así como tacones bajos o botas cortas.

Piernas cortas: Requieren de faldas sencillas con el largo justamente debajo de la rodilla o a media pierna, es importante llamar la atención del vestido en la parte superior, tacones altos.

Piernas delgadas: Faldas amplias, vestidos a media pierna, ropa ligeramente suelta, botas largas.

Piernas gruesas: Es importante usar pantalones rectos y largos, tacones medianos o altos, medias oscuras, faldas sueltas, zapatos sencillos.

Todas las recomendaciones anteriores son sólo eso, recomendaciones. Al elegir o seleccionar sus prendas de vestir, usted tiene la última palabra. Cabe recordar que dichas consideraciones son aportaciones que hacen algunas personas que dedican su vida al estudio de la figura humana, su estética y armonía y que han comprobado que al hacer uso de estas, se perciben cambios en la apariencia física de quien las porta. Usted elige si hace caso o no de esto.


1.2 HIGIENE.

Los hábitos de atuendo y aseo personal se forman desde la niñez y de un modo tan gradual, que muchos no aprecian su importancia en la vida diaria. Hay quienes opinan que es superfluo el tiempo empleado en cultivar estos hábitos personales y por eso, al mirar a su alrededor, se encontrará con personas que no siguen las normas convencionales de atuendo y aseo personal. Es válido, tanto para el hombre como para la mujer, el hecho de que el estilo de su ropa, la combinación de colores, la forma de peinarse y su cuidado personal, le proporcionan una oportunidad para sentirse bien y mejorar su presentación. Pero, desgraciadamente, en la actualidad hay muchas personas que son muy descuidadas en su arreglo personal y eso va en detrimento de la imagen que de ellos se forman los demás. Reflexionar sobre nuestra propia persona no es fácil, puesto que la mayoría somos propensos a buscar excusas para nuestros defectos. Frases como las siguientes pueden dar la pauta para hacerles notar oportunamente que su arreglo necesita una rápida atención y ofrecerles indicaciones positivas para mejorarlo. - “Debí quitarme esta mancha anoche.” - “Voy a perder este botón si no tengo cuidado.” - “La camisa (o blusa) me la puse limpia ayer. Creo que podré usarla un día más.” - “Sólo un afeminado usa la crema. ¿Qué importa que mis manos estén ásperas (caso particular para los varones).” - “Creo que estoy subiendo de peso, pero pues debo de comer ¿no?.” El aspecto que ofrece diariamente el profesor, hasta el último detalle, revela a los demás a primera vista gran parte de su personalidad. Debe prestar atención a cada faceta de su arreglo, dentro de las cuales se encuentra la higiene. Esta última, sumada a las demás, podrá causar una impresión favorable que permitirá que usted se sienta tranquilo y natural. Como otros aspectos importantes, la limpieza no se puede dar por supuesto. Si usted es de las personas que causan molestias por el mal aliento u olor a sudor y si alguien se lo dice, no se sienta ofendida, mejor corrija la situación. Un buen comienzo es el baño diario evitando el agua demasiado fría o caliente. Use de preferencia jabón suave. Termine con agua fría o caliente para que cierren los poros. Por otro lado, recuerde que desde la infancia los medios de difusión nos invitaban al aseo de los dientes y proponían la limpieza de los mismos tres veces al día, observe ahora los


promocionales de productos bucales y se percatará de que la propuesta sigue siendo la misma, esta es una buena opción. También se sugiere que la limpieza de las piezas dentales sea inmediatamente después de tomar los alimentos. Si es posible, utilice un enjuague bucal. La estética en los seres humanos, está compuesta por muchos detalles pequeños que con frecuencia suelen pasarse por alto. La rutina diaria del arreglo debe complementarse con ciertas normas de pulcritud cuidadosamente planeadas y llevadas a cabo con regularidad para lograr esa imagen de feminidad o masculinidad que hace a mujeres y hombres lucir siempre radiantes e interesantes. No basta seleccionar un juego de prendas adecuadas a las actividades del día y complementarlas (como en el caso de las damas) con accesorios correctos: también es imprescindible que todo esté muy limpio y arreglado. Los zapatos y los dientes siempre limpios, la ropa bien planchada y desmanchada, con todos los botones bien adheridos, sin costuras sueltas, dobladillos descosidos. Algo que debe cuidar en todo momento la mujer es el detalle de la lencería que se asoma indiscretamente. Algunos otros aspectos importantes que debe cuidar el profesor son el cuidado de las uñas. Estas deben portarlas siempre cortas en el varón y limpias de impurezas bajo ellas. Las damas por su parte pueden lucirlas largas y adornadas con un barniz acorde a las prendas que porte. También no olvide, si su piel es reseca, impregnar sus brazos, rostro y manos con una crema humectante, pues el aspecto que dan estas partes del cuerpo sin dicha crema es poco agradable (cenizo). Con esto logrará que sus brazos luzcan siempre tersos, con los codos libres de rugosidades y asperezas. Es recomendable para las damas, eliminar el vello de las piernas, algunos escritores que dedican sus líneas a la belleza femenina, aseguran que si este detalle no es tomado en cuenta por las mujeres, no lucirán unas piernas bellas. Elimínelo periódicamente; existen muchos métodos para lograrlo. Sume a esto el trato de los talones, tobillos y rodillas, elimine en ellos las rugosidades con la ayuda de una piedra pómez especial o un cepillo de cerdas duras. En general, el aseo personal, el cuidado de la piel, manos y cabello, la diestra aplicación del maquillaje (en las damas) y el cuidado de la ropa, son esenciales para un buen arreglo.


Será recompensado el tiempo empleado en mantener la ropa y el aspecto personal impecable, la gran sensación de bienestar y el aumento de confianza en sí mismo. Asegúrese de que su autoinspección diaria sobre su arreglo personal sea satisfactoria. Aunque su trabajo diario consista en acudir al aula-taller y en este se manejen máquinas, aparatos o equipos que no permitan propiamente la limpieza del arreglo personal, procure siempre tener a la mano los elementos necesarios (jabón, detergente, gasolina, thiner, etc.) para que al finalizar las actividades pueda usted realizar una limpieza parcial de su persona. Tenga siempre en mente los siguientes hábitos que de manera general, suelen disgustar a la gente: - Eructar. - Toser o estornudar sin usar un pañuelo, o

bien si carece de este, voltear hacia el lado contrario de donde se encuentren las personas y cubrir la boca con la mano.

- Mal olor del cuerpo o de la boca. - Suciedad en la ropa. - Higiene dental deficiente. - Uñas sucias. - Entre otros. La vida moderna hace absolutamente necesario cumplir con un programa de atuendo y aseo personal. El agua y el jabón constituyen los lujos más baratos. No espere tener éxito en las relaciones humanas que pretenda como profesor, si no se mantiene limpio y presentable.


2. EXPRESIÓN ORAL.

“La voz es importante en el proceso educativo, no importa si es bonita o no, lo relevante es que tenga intensidad, que sea escuchada por todos de manera natural y sin esfuerzo; que sea clara, con buena pronunciación; y, que se utilice el lenguaje apropiado, sencillo y entendible en términos generales”.

2.1 TONO DE VOZ.

En la emisión del lenguaje participa toda la musculatura, desde el abdomen hasta las aletas de la nariz; pero los musculos que tienen más importancia son los de la boca, paladar, labios y lengua. De la perfección e imperfección con que estos se manejen dependerá que sea correcta o defectuosa la vocalización. Y como cuando se vocaliza mal, difícilmente se entiende lo que se dice, se obliga entonces a que el alumnado solicite que se repita lo que se dijo, lo que en este provocará una violencia que pudiera ser tomada por descortesía, cuando en realidad el descortés lo sería el profesor que con su defecto de vocalización obligó a ese justificado ruego. El nerviosismo es uno de los principales causantes de que incurra el maestro en errores de comunicación por medio del habla al hacer sus pronunciaciones, defecto que se puede corregir sin mayor esfuerzo deletreando pausadamente a solas, si es posible ante un espejo, para descubrir dónde radica el motivo de la imperfecta vocalización, lo cual facilitará mucho la corrección de ese vicio de lenguaje. El docente debe cumplir dentro de sus funciones como transmisor de conocimientos, esto lo puede realizar de diferentes maneras, una de ellas es por medio del habla. Esta última se vuelve entonces “una herramienta” de la que se vale para cumplir parte de sus funciones. La programación neurolingüística como parte de la psicología habla de la existencia de tres canales para el logro del aprendizaje por parte de los educandos, estos son; el kinestésico (kinésico), visual y el auditivo. Lo anterior quiere decir que el ser humano aprende por medio de estos medios, resultando para cada caso en particular de persona, uno más adecuado que los otros. En este punto en particular, trataremos específicamente el punto relacionado con la contraparte del canal auditivo, es decir, el habla (en términos de comunicación).


El lenguaje es uno de los instrumentos más complejos y el más útil que poseemos para comunicarnos: forma parte de la herencia social de cada individuo. Por medio del lenguaje escrito y hablado realizamos el trato con los demás, damos a conocer nuestros interese y deseos y somos capaces de comprender la conducta de nuestros educandos. La influencia que ejerce el lenguaje en la sociedad se manifiesta en el hecho de que prácticamente toda la comunicación que se realiza incluye la palabra escrita o hablada, como por ejemplo, la radio, televisión, literatura, cine, teatro, etc. En cada ciclo escolar, la impresión que puede usted causar en sus nuevos alumnos dependerá en gran parte de su voz y lenguaje. No se puede hablar durante mucho tiempo sin dar a conocer sus propios intereses, éxitos, filosofía de la vida o estado de ánimo. En todo esto, el tono al hablar, se convierte en uno de los componentes físicos de la voz. El tono es una mayor o menor elevación de la voz. No existen dos voces humanas iguales. Se diferencian como los instrumentos musicales. Para emitir una voz agradable, es importante mantener una postura correcta, ya que el tono de voz, así como su control, dependen del flujo de aire que circula por los pulmones. El instructor que desea dirigirse adecuadamente a sus pupilos, debe expresarse oralmente de manera correcta, de tal forma que se den modulaciones, altibajos adecuados, evitando un mismo sonido monótono todo el tiempo, con ello disminuye considerablemente el aburrimiento de los participantes.


2.2 VOCABULARIO.

El arte de hablar con eficacia requiere maestría y habilidad, no sólo en cuanto a los elementos físicos del lenguaje, sino también en lo que respecta a una buena pronunciación, un claro enunciado, buena dicción y buen oído. La dicción adecuada de las palabras significa que cada vocal, consonante o sílaba se articule clara y distintivamente. Cada palabra debe expresarse completa y con exactitud; por ejemplo, no debe decir “verda” por “verdad”. Debemos también cuidar la corrección

de los términos que usamos y no decir “haiga” por “haya”, por ejemplo. En todo esto entra en juego el léxico, que se refiere a la selección discriminada de las palabras en función del uso adecuado de su significado. Por ejemplo, la palabra “ver”, puede adquirir mayor significado si empleamos alguno de sus sinónimos como observar, mirar, espiar, atisbar, según el sentido que se le vaya a dar a la oración. Aunque esas palabras impliquen percibir con los ojos, hay diferencia entre el significado de “observar una obra de arte” y “mirarse en el espejo”, igual que entre “atisbar tras las cortinas” y “espiar al ladrón”. El desarrollo de los buenos hábitos en el lenguaje y el perfeccionamiento de la voz dependen, hasta cierto punto, de una buena educación del oído. Las experiencias en el hogar, en la escuela, escuchar buenos programas en la radio y a oradores profesionales, son algunas de las fuentes de la educación auditiva.

También es importante considerar la salud en todo esto, siendo esta la adecuada, se contribuye de manera positiva a la manera de expresarnos, porque el entusiasmo y la calidad de la voz no se fingen; si no se sienten, no pueden expresarse. No olvide que la voz es la forma sonora de expresar sus pensamientos y emociones. Si se está contento, se manifiesta en la voz. No se debería tener voz desagradable, ni manera incorrecta de hablar. Si se quiere sentir cada vez más seguro de sí mismo en sus relaciones diarias con los demás, haga el firme propósito de mejorar su idioma en todo momento, al charlar informalmente y hasta al tener alguna discusión.


Para lograr lo anterior debe intentar seguir una serie de pasos que le ayudarán a sentirse mejor cuando hable: - Respire siempre correctamente. - Ordene sus pensamientos e ideas antes de hablar. - Adopte una actitud positiva. - Piense que sus oyentes son sus amigos, más que críticos negativos. - Concéntrese en el significado de lo que intenta expresar. - Adquiera, con la práctica, un tono de voz agradable y eficaz, así como una mejor

técnica de entonación. - Grabe su voz y analícela en cuanto a sus cualidades tonales. Por otro lado, todos tenemos nuestro vocabulario de lectura y escritura y de lenguaje hablado. La construcción y enriquecimiento del vocabulario es una tarea fascinante y recompensadora. Puede aumentar su vocabulario con la lectura, escuchando a los demás y empleando libros preparados especialmente para este fin. Además, tome la resolución de buscar en un diccionario todas las palabras nuevas que oiga o lea, y cuyo significado exacto no conozca. Luego úselas con frecuencia y en el momento oportuno. También aprenda a utilizar adecuadamente los sinónimos, para evitar la monotonía en su conversación o escritura.


2.3 RITMO.

La velocidad al hablar deberá ser de tal manera que no sea tan lenta que cause pereza en los capacitandos, ni tan rápida que no se entienda el mensaje. Un promedio de 100 a 120 palabras por minuto, es un buen indicador de ritmo al hablar. Los temas sencillos o de poca profundidad, podrán exponerse a velocidad mayor que aquellos que requieran mayor tiempo para reflexionarlos. Así también, haga pausas con cierta frecuencia y observe la reacción de sus participantes. La velocidad se debe a una combinación de tiempo, ritmo y fluidez. Las pausas son los signos de puntuación del lenguaje hablado. Tienden a dramatizar y a dar mayor fuerza a lo que se dice. La fluidez es el empleo efectivo de las pausas y la organización de los pensamientos expresados, de manera que se establezca un sentido rítmico y agradable de la voz. La organización de las ideas o pensamientos que usted va a transmitir,

dependerá de la serenidad con que tome estos, la mejor fórmula para mantenerse tranquilo es dominar el tema, por lo tanto procure estar bien preparado.

2.4 MODULACIÓN DE LA VOZ.

Todo profesor al desarrollar sus actividades como conductor del proceso enseñanza-aprendizaje, debe aprender a manejar su voz. Ya se ha explicado que esta se convierte en una herramienta que le auxilia en su labor cotidiana. En esto es necesario considerar que la voz bien empleada

se convierte en un excelente medio de comunicación que acerca a las personas y que permite emitir mensajes, conocimientos, saberes, etc. Sin embargo, si se hace mal uso de la misma, los contenidos de su información pueden no ser descifrados correctamente o bien verse deformados en su trayectoria. Un aspecto trascendente que ayuda a evitar tales confusiones es el de la modulación, la cual consiste en jugar con los tonos de su voz y provocar altibajos adecuados, evitando el mismo sonido monótono durante todo el tiempo, con ello disminuye considerablemente el aburrimiento de los participantes. Es de suma importancia pensar en el interés que manifiesten nuestros alumnos por las clases emitidas, si en forma general detectamos un desinterés, valdría la pena indagar acerca de sí nuestra voz tiene que ver con dicho aspecto.


2.5 ÉNFASIS.

Se emplea para insistir en la importancia de una palabra o de una frase con mayor trascendencia. Su uso es común en la actuación.

Cuando el profesor esté conduciendo sus sesiones diarias, es importante que considere que para que los educandos perciban los conocimientos, es necesario primero que estos sean bien emitidos. Para esto, se deberán considerar todos los puntos tratados en el presente apartado. Cada uno de ellos tiene un fin determinado y en este caso del énfasis citaremos que, es uno de los artificios de la buena comunicación. El buen orador es un fiel representante en el uso del énfasis. Escuche usted con detenimiento a un orador y se percatará de lo aquí descrito. Esos aumentos en el volumen de la voz, ese remarcar con energía alguna palabra o frase, hace que el espectador esté siempre interesado en lo que se esté diciendo. De igual manera, cuando se trate de hacer intrigante cierta parte de la temática tratada, se deberá recurrir a un tono de la voz con un volumen bajo. Si a esto usted le suma el ritmo (por ejemplo), seguramente logrará que los mensajes emitidos por usted, lleguen a su destino más fácilmente y además (más importante aún), que sean entendibles. Por ejemplo: Lea usted las siguientes líneas, procurando mantener un mismo ritmo y énfasis de voz. Solamente hágalo con voz clara y definida, habrá bien su boca y respire profundamente. No olvide hacer pausa en las comas y puntos del texto. “Una de las actividades de mi niñez, era jugar a maestros y alumnos con mi hermano pequeño, Jaime. Como alumno, él tenía que mostrarse travieso, tramposo y desobediente.; yo, como profesor, podía regañarle y castigarle. "¡ Por alguna razón, nunca pude convencerle de que este juego era mejor que el de policías y ladrones ¡” Analice en grupo acerca del impacto del texto. Ahora, vuelva a leer el texto tratando de utilizar diferente ritmo y dar mayor énfasis en las palabras resaltadas con negrita; por el contrario, disminuya este, en el caso de las palabras escritas en letra cursiva.


“Una de las actividades de mi niñez, era jugar a maestros y alumnos, con mi hermano pequeño, Jaime. Como alumno, él tenía que mostrarse travieso, tramposo y desobediente; yo, como profesor, podía regañarle y castigarle. "¡ Por alguna razón, nunca pude convencerle de que este juego era mejor que el de policías y ladrones ¡” Vuelva a dialogar en grupo acerca del nuevo impacto al utilizar el énfasis y el ritmo y determine resultados. Practique esto cada vez que tenga oportunidad y analice sus resultados. Posteriormente hágalo pero ya no sobre un texto en particular, sino con los propios contenidos de una clase. De ser posible grabe su voz y vaya comparando los resultados y beneficios que esto le puede redundar.


3.- LENGUAJE CORPORAL.

“Los gestos y ademanes son pautas inconscientes de conducta en forma de movimientos corporales que acompañan al lenguaje y pueden producir buen o mal efecto”.

3.1 ADEMANES Y POSTURA.

Es necesario que el instructor, sepa emplear todos los recursos posibles al expresarse con el fin de que sus discursos sean productivos, atractivos, entusiastas y positivos. Para esto, deberá preocuparse más allá de los límites de la comunicación verbal y hacer uso de los artificios que ofrece la mímica, cuya definición simplificada sería, aquellos actos referentes a la imitación por medio de gestos o actitudes mismas.

Adicionada a la mímica, se debe considerar las posturas que asume el docente al conducir sus sesiones. Para los educandos que son unos constantes “evaluadores” de nuestro desempeño, no se escapa la “calificación” de nuestras posturas al desempeñarnos frente a ellos. Así, nos tachan del maestro: - Dictador: Aquel que gran parte del proceso

enseñanza-aprendizaje lo “conduce” sentado en su silla, protegido desde su barrera del poder (escritorio), dictando cientos de palabras al día. Tal parece que los alumnos tuvieran un procesador integrado al cerebro tal que les permita escuchar (y no simplemente oír) el dictado, almacenar la información, procesarla cuando fuera necesario y emitir respuestas ante problemáticas de cualquier tipo, en cualquier momento y de cualquier índole.

La época del memorismo y la repetición (teoría de la reproducción), debe de desaparecer. Nos corresponde a nosotros instructores, hacer uso de técnicas que permita a los alumnos apropiarse de los conocimientos, para poder aplicarlos prácticamente y desarrollen con esta, las habilidades y destrezas motoras necesarias para el dominio de un área en específico (teoría del construccionismo). El aprehender (y no simplemente aprender), va en torno a hacer suyo un objeto, material o contenido. Esta tal vez sea una buena opción para que abandone poco a poco esa silla que lo único que deja es, una mala imagen del maestro.


Desarrollando material didáctico (láminas para rotafolio, acetatos con esquemas, diapositivas o materiales en especie), hará más amena la clase y a la vez a usted le resultará más provechoso el tiempo.

- Otro calificativo para el profesor con respecto a su desempeño es el de “barco”. Con este evalúan a aquellos maestros que sin

preocupación alguna con respecto a la responsabilidad, “sobrellevan” el proceso

educativo destinando gran parte del tiempo a actividades poco relevantes y productivas. Esto

conlleva a que en el momento de emitir un juicio de valor en la evaluación, se consideren como criterios los resultados de aquellas “otras actividades”. Con esto, el alumno se percata de que lo más importante en la

escuela no es el estudio sino saber “tratar al profesor”. Esto lo único que produce es un deterioro de la labor docente, una disminución en la valoración del profesor y una pérdida de autoestima hacia el trabajo individual de cada maestro.

- En esta lista de calificativos no podía faltar el del “gruñón”, aquel que por todo reniega, se

enfurece y grita a los alumnos. Tal vez los motivos del mal carácter del profesor sean el producto de una mala relación familiar, una mala noticia, malas relaciones con los compañeros de trabajo, o en casos extremos neurosis. En este maestro son comunes las agresiones verbales hacia el alumno, hacia la labor docente, hacia la imagen institucional que en lugar de lograr resultados positivos,

sólo consigue ser un elemento represor del aprendizaje en los educandos, un generador de inquietudes negativas y un agente desmotivador de la educación formal recibida en las escuelas. Es conveniente que antes de entrar a la escuela, el maestro deje colgada en la puerta de la entrada esa chamarra de problemas familiares y que destine su tiempo a producir, a motivar, a instruir, a ser un ejemplo, guía y líder de sus educandos.

- Otro maestro es el “exigente”. Quien nos recordaba aquella frase tan pronunciada en la etapa de estudiante cuando el maestro tras un proceso “evaluativo” citaba que el 10 es para el libro, el 9 para el autor, 8 para el maestro y cuando mucho del 7 para abajo del alumno. En ocasiones los maestros pecamos de exigentes con los trabajos o actividades de los alumnos y queremos que rindan tanto o más de lo que sus


capacidades pueden dar y muchas veces sin dar el ejemplo de dichas acciones. Es bueno recordar otra frase utilizada en el medio educativo que a la letra dice; “enseñar haciendo”, o bien, “enseñar con el ejemplo”. Cuando el alumno aprecia la manera de desenvolverse del profesor, de su modo de actuar (prácticamente hablando), produce en los alumnos un ambiente de confianza pues constata que quien le enseña “si hace las cosas” y no simplemente se queda un “sabe como hacer las cosas”.

- Etc. La lista de “roles del profesor” tal vez resulte interminable y no es el fin del presente manual el hacer una descripción de ellos, simplemente se presentan unos ejemplos de aquellos que se pueden manifestar como resultado de ademanes, posturas, acciones y desenvolvimiento del profesor al desarrollar su labor educativa. Como profesor, al desarrollar el proceso enseñanza aprendizaje y consciente de que su labor repercute bien o mal sobre los educandos, debe favorecer su rendimiento haciendo uso de ademanes y posturas ante los alumnos, para lo cual: - Deberá mover sus manos frente a su rostro para dar sensación

de pertenencia, a los lados de su cuerpo para manifestar grandeza, sobre su cabeza para implicar poder (cuando en su narración lo requiera y no poder autoritario), debajo de la cintura para manifestar despreocupación, etc.

- Su postura deberá ser la mayor parte del tiempo de frente a los alumnos, con los pies ligeramente separados y bien firmes (procure no recargar la mayor parte del peso de su cuerpo sobre un solo pie, pues esto da la impresión de poco interés y

despreocupación). - Procure dar la espalda al pizarrón cuando transmita mensajes. - Colóquese al lado de su rotafolio o junto a las paredes al hacer explicaciones con

imágenes en carteles o pizarrón, etc. - Recuerde que las personas percibimos los mensajes más fácilmente por uno de tres

canales, auditivo, visual y kinestésico, por lo tanto, al realizar explicaciones, procure igualmente “hablar con las manos”, en frases como “muy pequeño”, “muy grande”, “rápido”, “caliente”, “frío”, “despacio”, etc.

- Mirar de frente a los participantes haciéndolos partícipes de su labor.

- Entre otras recomendaciones.


3.2 EXPRESIÓN FACIAL.

La musculatura del rostro, los movimientos de cejas, labios, ojos, etc., sumados a la inclinación o no de la cabeza (entre otros), son parte de la presentación personal de los individuos. El maestro como tal debe saber utilizar de manera correcta todos estos artificios, que de ser bien utilizados, pueden servir como propiciador del centro de atención para los alumnos. Estas expresiones realizadas por el rostro deben ser acordes al ritmo, énfasis, tono y modulación de la voz. Una imagen sencilla para las frases suaves, un rostro más expresivo para cuando el volumen es elevado. Esto de las expresiones faciales son un pilar en el que los profesores debieran soportarse para subsanar o perfeccionar ciertas habilidades al conducirse oralmente. Por ejemplo; haga un ejercicio de transmisión de un mensaje en el que combinaremos los ademanes, postura y expresiones faciales. Pero primeramente excluyamos en dicho ejercicio estas particularidades y limítese simplemente a transmitir el mensaje, con la mejor de las intensiones de que sea captado, aunque no pueda hacer ademanes, ni expresiones faciales y con una postura poco ética para la labor del docente.

Mensaje: Comunicar al resto de los participantes las emociones vividas en el mejor momento de su carrera como docente de Ce.Ca.T.I. (2 ó 3 minutos como máximo).

Una vez concluida la actividad, repita el ejercicio pero incluya todas las expresiones faciales consideradas como necesarias para que el mensaje tenga más impacto, adopte posturas acordes a lo que se esté narrando y por último, haga los ademanes necesarios para que visualmente el mensaje sea reforzado. Ahora, tómese un determinado tiempo para analizar en grupo las diferencias entre ambas metodologías. Exprese junto con los demás participantes las posibles opiniones positivas o negativas que encuentra a una y otra opción. Analice que sucedería (o sucedió) cuando se exagera en las expresiones faciales o bien en los ademanes. Y por último, emita una valoración acerca de si es o no recomendable el adoptar estas características ante la labor formadora del docente.


3.3 DESPLAZAMIENTO.

A todo lo anteriormente citado y con el fin de desarrollar con mayor eficiencia la labor docente, se sugiere que el profesor no permanezca estático durante el tiempo que dure su exposición. El realizar ligeros movimientos, de un lado a otro, entre las butacas de los alumnos, al fondo del aula, por el frente del grupo, etc., hará que se genere un ambiente de mayor confianza entre el alumno y el profesor. Seguramente el alumnado lo sentirá más cercano y pensará dos veces en descuidarse y bromear con los compañeros, el estar dibujando garabatos sobre el pupitre o una hoja de papel, etc. Si al hacer sus recorridos el profesor toca el hombro de vez en cuando de los alumnos, producirá en ellos una reacción favorable, pues se le está tomando en cuenta, se le brinda apoyo y confianza, etc.

Intente esta actividad durante sus sesiones, ponga atención en las reacciones, juzgue y valore los resultados. Adicione en sus recorridos por el aula, ligeras pausas en los movimientos, exprésese frente a los alumnos, manipule objetos, señale con sus manos, acérquese al alumno, abandone ese peldaño entre el alumno y usted llamado “cátedra” y bájese al nivel de ellos en lenguaje y físicamente también. Después de esto, vuelva a su recorrido dentro del aula.

Durante sus exposiciones con recorrido, es válido lanzar preguntas dirigidas o abiertas al grupo, esto y su presencia de manera cercana, propiciará que todos los participantes estén atentos y alertas. Sin embargo, no abuse de esta actividad, pues puede ser causa de intimidación, temor o inseguridad por parte de los alumnos.


4. COMUNICACIÓN ESCRITA.

Es muy natural que el profesor exprese sus ideas, procedimientos, temáticas, etc., por medio de la escritura. Y aunque se crea que sólo aquellos destinados a la formación de pequeños en la educación básica (primaria y secundaria) deben tener una excelente ortografía, gramática, caligrafía y demás, es parte indudable e indispensable del profesor de cualquier nivel, el desarrollar una comunicación escrita ejemplar, atractiva y sencilla. Los siguientes son algunos de los aspectos básicos que deberíamos contemplar en nuestra escritura para que esta sea digna de una buena comunicación.

4.1 ORTOGRAFÍA.

La ortografía es una de las maneras en que un individuo puede manifestar su cultura, es el modo correcto de emplear las letras y los signos auxiliares. Sin embargo, es fácil detectar carencias en este renglón, tal vez debido a las pocas horas destinadas para tal fin en los niveles específicos para su enseñanza. Se suele también hacer mal uso de la puntuación. Para algunos, los signos empleados en la escritura son simples adornos a la misma, la verdad es que esta maneja mensajes que van más allá del simple significado que se obtiene al descifrar los códigos que enuncian las palabras por sí solas; es decir, que si al escribir o leer un texto, hacemos un uso correcto de los signos, los mensajes pueden tener un mejor efecto en el receptor. En realidad no se puede escribir bien sin puntuar bien y no se puede puntuar bien si se desconoce el valor exacto de cada signo.

El uso correcto de la ortografía al igual que otros aspectos que maneja el hombre en su vida cotidiana, depende en gran medida de la práctica que se haga de esta. Posiblemente le venga a la idea de que como instructor de Ce.Ca.T.I. no recibió una formación al respecto en una escuela Normal o similar, sin embargo, estos aspectos son transmitidos desde el nivel básico de nuestra preparación. Si al respecto, se tienen carencias, es recomendable revisar bibliografía que atienda dichos parámetros, recuerde que como profesor, sirve de modelo para el aprendizaje del alumnado y seguramente no quiere que los que están a su cargo lo señalen como uno de tantos que con frecuencia caen en el no cumplimiento de la reglamentación para la escritura, que en el caso de México se basa en lo que establece la Real Academia Española. Por lo tanto, para el docente y por el tipo de trabajo que desempeña, resulta injustificable el hecho de que cometa faltas a las reglas destinadas a este aspecto. La ortografía es casi tanto como una de las cartas de presentación del maestro, entonces, no dejemos que hable mal de nosotros, esforcémonos por mejorarla, que aunque sea una tarea verdaderamente difícil, no lo es imposible.


4.2 CALIGRAFÍA.

Este es un aspecto perteneciente a la estética de la escritura, pretende como fin principal, el embellecimiento de la escritura. Esto se logrará en la medida en que los trazos realizados al escribir, denoten una calidad destacada. Probablemente usted recuerde aquellas tremendas páginas y páginas de ejercitación que acostumbraban dejarnos los maestros de primaria y que tan de mala gana realizábamos, pues resultaban tediosas, cansadas y aburridas. No dude ni un poco que la buena o mala letra (caligrafía), sea el resultado de no haber desempeñado bien las citadas lecciones. Una caligrafía clara es necesaria, sobre todo para sí mismo. Generalmente los estudiantes desordenados y con una caligrafía ilegible son los primeros que no logran leer sus propios textos, lo que tiene graves consecuencias: no logran usar sus apuntes y no hacen trabajo de revisión de sus primeras redacciones porque les resulta trabajoso descifrarlas (ojalá y no estemos nosotros también en dicho caso). Posiblemente piense usted que su caligrafía sea ya un caso perdido (considerando aquellos casos de profesores con carencias en este aspecto), pero al respecto sólo analice y pregúntese si todos los hoy médicos, escribían así (como se les ha caracterizado de “horrible”), antes de realizar sus estudios profesionales. La respuesta es un “NO”; no escribían así. Cierta Psicóloga afirmó en determinada ocasión, que al respecto, los textos de medicina analizados durante la etapa de aprendizaje (o cualquier otra), son relativamente costosos. Por lo tanto resulta gravoso a la economía del estudiante el adquirir todas y cada uno de dichas obras, de igual manera (aunque en menor proporción), resulta la multiplicación de páginas mediante el fotocopiado. Que opción le queda al alumno, asistir a clase libreta y lápiz en mano y escribir en el poco tiempo de la sesión la mayor cantidad de palabras emitidas por el docente, de las diferentes asignaturas de la currícula de la carrera de medicina. Posteriormente (según la citada psicóloga), al paso de los meses y años, se logra modificar los trazos empleados en la escritura debido a la incesante ejercitación (práctica) desarrollada con marcada frecuencia. Que arroja lo anterior; la idea de que las pautas definitorias de nuestra comunicación escrita pueden ser modificadas si se tiene el hábito de la misma, solamente que tenemos la ventaja de que al hacerlo de manera consciente, podremos aplicar un ritmo y dedicación tales que permitan realizar trazos que contengan características de una escritura con caligrafía digna de apreciar. Nadie mejor que el instructor de Ce.Ca.T.I., sabe que “la práctica hace al maestro”.


4.3 SINTAXIS

Antes de centrar la atención en la sintaxis, analicemos la definición de gramática, pues es de esta a la que en términos generales nos hemos estado refiriendo en este apartado. Gramática es el arte de hablar y escribir con corrección un idioma. Por su parte, la sintaxis es una parte de esta gramática que enseña a coordinar y enlazar las palabras para construir las oraciones y estas mismas oraciones, tanto en sí mismas como relacionadas unas con otras. En este documento y en particular en este punto, nos referiremos a la escritura.

En nuestro papel de instructores es indudable que día a día hacemos uso de la comunicación escrita; probablemente en la redacción de cuestionamientos, textos acordes a la temática a tratar durante una sesión, etc. Entonces, debiéramos conocer la terminología que rige las características de nuestro lenguaje cuando nos manifestamos por escrito.

En todo esto esta inmersa la redacción, que se refiere a “poner por escrito cosas sucedidas, acordadas o pesadas con anterioridad”. En su fondo etimológico, la palabra tiene la fuerza del verbo latino redigere (compuesto de red = repetición y agere = “mover hacia delante, hacer”), que significa “hacer volver”.

El acto de redactar corresponde a hechos reales: la fantasía del autor tiene escasa cabida, pues las circunstancias tratadas son concretas o prácticas.

Hay diferencia entre redactar y componer. En la composición, los elementos se crean o se combinan a gusto, con entera libertad y con una dosis más o menos copiosa de la tan preciada originalidad. Se componen poemas, cuentos, relatos, novelas, ensayos, etc.: es indiscutible la calidad de obra de arte de la composición. En la redacción, en cambio, el autor se limita a dar forma escrita a un tema dado. Se redactan cartas, notas, informes, telegramas, crónicas y escritos similares.

Es en esta redacción en la que toma su lugar e interviene la sintaxis. Con ayuda de esta y respetando sus exigencias, lograremos realizar una comunicación escrita que cumpla con los principios fundamentales para tal actividad. Se logrará la eficacia de los mensajes


escritos si se logran cubrir en su totalidad las indicaciones básicas que se enlistan a continuación:

Fijar claramente el objetivo del trabajo.

Pensar cuidadosamente en lo que se va a expresar.

Jerarquizar y ordenar las ideas.

Cuidar que el texto sea acorde a las características del lector.

Recordar que “las palabras vuelan, pero los escritos permanecen”.

Demostrar amabilidad y comprensión en cualquier circunstancia.

Evitar el automatismo.

Estar al día en materia idiomática.

Asumir siempre una actitud crítica y autocrítica.

De igual manera es importante tener presentes las principales cualidades que contribuyen a la eficacia y modernidad de la redacción, tales como:

La concreción. En la redacción, concretar es “abreviar a lo más esencial el asunto sobre el que escribe”.

La claridad. Nada de lo expresado debe motivar dudas ni equívocos.

La sencillez. La redacción moderna, en general, se caracteriza por la llaneza o ausencia de afectación. Esto implica un acercamiento lógico a la naturalidad propia de la conversación, aunque con las limitaciones inherentes al lenguaje escrito.


La adecuación. Es una virtud clave en todo acto de relación humana. “Cada cosa en su lugar, con su porqué”. No conviene dirigirse a todos de idéntica manera.

La orientación fundamental. La elección de “cada cosa” conveniente para lograr la mencionada adecuación de lo escrito al lector, está unida a la elección del lugar apropiado para que esas “cosas” actúen funcionalmente.

La originalidad. Cuando se redacta, como norma general conviene evitar toda muestra de automatismo, copia o actitud indiferente.

El interés. Esta cualidad busca producir “influencias positivas” en el ánimo del destinatario, para que concentre su atención en el contenido del escrito.

La actualidad. “Estar al día” o “vivir la época” son frases que resumen el ideal de la juventud espiritual –no de edad- y progresista.


5. INTERACCIÓN PERSONAL.

El hombre por naturaleza es un ser que necesita de la compañía de otros semejantes para sentirse pleno. Para esto, necesita desarrollar ciertas habilidades que le permitan su inserción en el medio social sin complicaciones. Algunos de estos elementos son los que a continuación se tratarán y que por el trabajo que desarrolla el profesor, se convierten en cualidades fundamentales que debe poseer el mismo para que la labor encomendada al mismo resulte productiva hacia el educando y la sociedad misma.

5.1 COMUNICACIÓN.

Definitivamente que este aspecto es fundamental en el trabajo del profesor. Día a día debe comunicarse con sus alumnos, compañeros, directivos, padres de familia, etc. Por lo tanto, lugares en donde practicarla los tiene, sólo bastaría saber de que manera la realiza. Los siguientes puntos poseen consigo una serie de recomendaciones para que dicha comunicación sea adecuada. Comunicar es “hacer partícipe a otro de lo que uno tiene” y también “descubrir, manifestar o hacer saber alguna cosa”. El acto de la comunicación supone, obviamente, estos elementos; un emisor o productor, un receptor y una cosa comunicada (mensaje). En la comunicación verbal, el lenguaje –oral o escrito- es el instrumento utilizado para que lo comunicado –el mensaje- vaya del productor al receptor. El proceso se realiza de la siguiente manera:

El emisor o cifrador (hablante o escritor): a) Elabora interiormente el mensaje que comunicará, guiado

por un propósito (piensa, selecciona, jerarquiza, decide cómo expresarse).

b) Cifra el mensaje mediante el empleo de un código, que es el lenguaje.

c) Expresa el mensaje, utilizando el lenguaje oral (fonación) o el escrito (grafía).

El receptor o descifrador (oyente o lector): a) Capta el mensaje mediante el oído (audición) o la vista (lectura). b) Descifra el mensaje, reproduciendo en su interior la interacción del emisor, a través

de la comprensión. c) Responde de algún modo al mensaje recibido. Un perfecto proceso de comunicación verbal requiere que el emisor y el receptor cooparticípen en determinadas pautas culturales y en el empleo del sistema idiomático utilizado. Esto significa lo siguiente: el mensaje debe ser cifrado y expresado mediante


un código (símbolos del lenguaje) del cual se usan elementos significativos, con una intención determinada. Para que el oyente o lector pueda comprender el mensaje, debe recrear los contenidos de la conciencia del emisor e identificarse con su intención. La comunicación ideal produciría en el receptor una copia exacta de lo que el emisor pensó, sintió y quiso decir. No ocurre en la realidad con tal rigorismo. Hay interferencias de mayor o menor validez que impiden la perfección del proceso: pueden ser mentales o físicas, personales o ambientales. Estas interferencias que opacan la claridad del mensaje son llamadas por eso mismo, efecto de ruido o de bruma. Han sido objeto de minuciosos estudios para determinar el valor de su incidencia y para establecer los límites de su aceptación, mediante índices. Se producen tanto en la labor del emisor como en la del receptor, por los más diversos motivos (ignorancia, confusión, oscuridad, distracción, poca audibilidad o legibilidad, etcétera). Proceso de la Comunicación Verbal.

Canal Mensaje

(elaboración interna (expresión) (captación) (comprensión)

Respuesta

Interferencias

Circunscribiendo el enfoque sobre la redacción, es preciso puntualizar que la responsabilidad mayor sobre el éxito del proceso comunicativo recae en el cifrador o redactor: él debe adaptarse a la comprensibilidad de los lectores y tratar de anular posibles interferencias sobre la comprensión, y no esperar que ellos busquen comprenderlo. Es este punto radica la clave de la buena redacción y el mérito del buen redactor. En nuestro papal de instructores, es indudable, que la mayoría de las veces

Emisor o

cifrador Cifrado

Fonación

Escritura

Audición

Lectura

Descifrado

Receptor o

descifrador


fungimos precisamente como emisores, de ahí la importancia del análisis de este proceso de comunicación, ya sea oral o escrita. A todo esto, la filosofía agrega: El simple hecho de que yo exista no explica mi comunicación con otros; en cambio sostener que he sido hecho para la comunicación explica por que existo. La sociedad facilita o coloca obstáculos a mi comunicación con él –otro- pero jamás crea la comunicación. Esta se vive en la peripecia personal y no en él –sé- colectivo. Podemos dudar de la existencia del –yo-, como lo han hecho el psicoanálisis, la lingüística, el estructuralismo...; no es posible, sin embargo, tal duda cuando estoy experimentando al –otro- como persona, cuando mi libertad se una con otra libertad. Sartré ha llevado a cabo inteligentes análisis sobre el encuentro de conciencias en su

obra El ser y la nada. La mirada del –otro- sobre mí provoca vergüenza, timidez, orgullo...; mi libertad queda entonces fijada; me descubro como objeto para el –otro-. Este se me aparece ya como conciencia, como subjetividad. El cogito solitario de Descartes ha quedado atrás. El tratamiento científico de la comunicación destroza a ésta. Reducir la comunicación amorosa a sistemas referenciales simbólicos aprendidos por medio de la experiencia informativa –la cual causa desarrollo dendrítico, químico y funcional del cerebro de cada quienes un quehacer ciertamente científico pero ha perdido la vida que hay, las personas, las libertades. Por su parte la psicología afirma que, una de las formas en

que los humanos se distinguen de otras especies es por la creación y el uso del lenguaje. La importancia del lenguaje para la comprensión de la historia y de la situación actual de la raza humana es enorme. Como lo ha dicho Edward Sapir: El don del discurso y del lenguaje bien organizado son características de todos los

grupos conocidos de seres humanos. Jamás se ha descubierto una tribu que careciera del lenguaje, y cualquier afirmación que indique lo contrario podrá descartarse como mero decir. Tampoco hay fundamento sólido para aquella afirmación frecuente de que habría grupos cuyo vocabulario es tan limitado que no pueden valerse sin el uso suplementario de gestos, de modo que la comunicación inteligente entre sus miembros sería imposible en la oscuridad. La verdad es que el lenguaje es esencialmente perfecto en expresión y comunicación en todos los grupos humanos conocidos. De todos los aspectos de la cultura, puede afirmarse, casi con certeza, que


el lenguaje fue el primero en recibir una forma altamente perfeccionada y que su perfección esencial es un requisito para el desarrollo integral de la cultura.

Todos los logros de la raza humana, tanto positivos como negativos, suponen el uso del lenguaje. Los seres humanos utilizamos el lenguaje de dos formas. En primer lugar, lo usamos para representar el mundo, actividad que denominamos razonar, pensar, fantasear, ensayar. Al emplear al lenguaje como sistema representacional, estamos creando un modelo de nuestra experiencia. Este modelo del mundo que creamos mediante el uso representacional del lenguaje está basado en las percepciones que tenemos del mundo. Nuestras percepciones están también parcialmente determinadas por nuestro modelo o representación. Cuando los seres humanos nos comunicamos –cuando hablamos, argumentamos, escribimos-, por lo general no estamos conscientes del proceso de selección de palabras que utilizamos para representar nuestra experiencia. Casi nunca estamos conscientes de los modos como ordenamos y estructuramos las palabras que escogemos. El lenguaje llena nuestro mundo de tal manera que nos movemos en él como un pez en el agua. A pesar de que tenemos poca o ninguna conciencia del modo como formamos nuestra comunicación, nuestra actividad –el proceso de utilizar el lenguaje- es altamente estructurado. Por ejemplo, si se toma cualquier parte de este manual y se invierte el orden de las palabras, o si asignamos los números 1,2,3 a las palabras de una oración, y enseguida movemos cada palabra como número impar a la derecha del número par, la secuencia de palabras que resulte carecerá por ejemplo de sentido; deja de representar el modelo de una experiencia. Por ejemplo: Versión original: - Al destruir la estructura de la oración,

ésta pierde todo sentido; deja de representar el modelo de una experiencia.

Luego de invertir el orden de las palabras: - Experiencia una de modelo el

representar de deja; sentido todo pierde ésta, oración la de estructura la destruir al.

Luego de trasladar cada palabra impar a la derecha de las palabras con numeración par: - Destruir al estructura la la de, ésta oración todo pierde deja; sentido representar no

modelo el una de experiencia.


Dejar que nuestra comunicación, nuestra lengua, es un sistema equivale a decir que tiene estructura, que existe un conjunto de reglas que identifican cuáles secuencias de palabras tendrán sentido, es decir, representarán un modelo de nuestra experiencia. En otras palabras, nuestra conducta al crear una representación o al estar comunicándonos es una conducta gobernada por reglas o normas.

5.2 INTEGRACIÓN GRUPAL.

Es pretensión de este curso, el buscar en los maestros participantes, la aportación de ideas y a la vez el surgimiento de preguntas como producto de la experiencia y preparación personal de los mismos.

En varias oportunidades hemos apreciado en los profesores cierto recelo hacia programas de formación en pedagogía debido al énfasis que algunos hacen en el papel del docente como principal responsable del proceso de aprendizaje, dejando de lado el hecho de que es un proceso de trabajo conjunto, y la responsabilidad que el estudiante también tiene en él. "Con frecuencia -afirman los profesores- observamos la actitud de pasividad por parte de estudiantes, pese a los esfuerzos que hacemos para motivarlos hacia los temas; dichas actitudes se manifiestan en la ausencia de preguntas, o en que las intervenciones generalmente las hacen unos pocos estudiantes quienes, con frecuencia son calificados de 'nerds' por el resto del grupo". Por su parte, los estudiantes afirman, entre otras cosas, que los docentes no saben enseñar, que sus clases son monótonas o que no les interesa que ellos aprendan. Algunos afirman que lo que estamos viviendo unos y otros es fruto de la postmodernidad, caracterizada por el individualismo, la conformidad con el statu quo, la búsqueda de lo fácil y la tendencia a ser más espectadores que actores. Entonces, si esta situación es reflejo del sentir de la postmodernidad, ¿qué podríamos hacer profesores y estudiantes en el aula de clase? ¿Qué recursos necesitaríamos para hacer una pedagogía


más acorde con el cambio de época? ¿Es acaso la actitud de pasividad propia de l a sociedad de occidente contemporánea?

Consideramos inútil buscar culpables en el profesor, en el estudiante, en los dos o en el ser de la postmodernidad. Más bien, creemos en la necesidad de aproximarnos a la comprensión de este fenómeno mirando el sistema de relaciones en el cual el estudiante, el profesor, el currículo, la organización institucional, el contexto social y otros factores, están incidiendo en él. Vemos la importancia de hacer un cambio, pero para hacerlo es necesario movilizarnos por el interés de aportar a la construcción de un proyecto común y fortalecernos como comunidad

educativa, con la conciencia de que lo que cada uno haga o deje de hacer afecta a los demás. Desde su experiencia, ¿qué podría aportar a los planteamientos anteriores?, ¿Cuál ha sido su experiencia y cómo se ha explicado las dificultades que han surgido en la relación profesor-alumno?, ¿Cómo se ha explicado aquellas experiencias en las cuales Ud. y sus alumnos han alcanzado objetivos comunes?

5.3 BUSCA DE OBJETIVOS.

El propósito común de formar personal capacitado en un área específica con una visión amplia de la profesión, motivados hacia la investigación y por tanto, hacia el desarrollo del conocimiento y del país, nos invita a reflexionar sobre los modelos de enseñanza-aprendizaje que manejamos en nuestra práctica cotidiana y los cambios que tendríamos que llevar a cabo para poder hacer de nuestra labor docente un proceso investigativo que satisfaga tanto los objetivos particulares de los educandos, como aquellos trazados por el instructor y por la institución formadora (en nuestro caso Ce.Ca.T.I.´s).

Cada vez más se fortalece la idea de hacer de los espacios de aula de clase lugares para la construcción de conocimiento sin recurrir a cátedras adicionales que "enseñen" a investigar. Se trata de generar propuestas que logren canalizar la curiosidad de nuestros estudiantes y que hablen sobre la posibilidad de explorar nuevos mundos. Allí, ellos y nosotros, podremos emprender la aventura guiados por


la curiosidad y empleando el conocimiento acumulado como mapa de un vasto territorio no explorado suficientemente.

Emprender esta aventura en un contexto marcado por la transmisión del conocimiento y el poder centrado en el profesor, tal vez demande recurrir inicialmente a estrategias que lleven al estudiante a seguir caminos preestablecidos que poco a poco serán reemplazados por los propios caminos; por caminos que irán siendo descubiertos en la medida en que nos abramos a las posibilidades de la imaginación y de la incertidumbre. Una propuesta en este sentido ha de partir de los objetivos que estudiantes y profesores compartimos para unir esfuerzos en la indagación de alternativas posibles que contribuyan a darles forma y un lugar en la vida de unos y otros. Allí radica la magia de la educación y el poder del profesor.

Introducir al joven en el pensamiento investigativo supone ayudarlo a ver que en la construcción del mundo que él desea vivir es importante su acción. Es probable que el temor surja especialmente si se trata de caminar el camino de la incertidumbre. Allí nuevamente cobra especial valor el profesor para alentarlo a recobrar su propio poder y a relativizar la realidad que cree marcará su desempeño profesional, la cual a veces se visualiza desalentadora.

Algunas afirmaciones que desmotivan tanto a profesores como a estudiantes son aquellas que desestiman las posibilidades que tiene capacitando de hacer su trabajo en nuestro país, afirmaciones que si en algún momento reflejaron una realidad histórica de la formación, hoy la recrean permanentemente convirtiéndose en verdades que matan ideales y que no pueden menos que contribuir al estancamiento. ¿Cómo hacer posible que aquello que hoy queremos se haga realidad en la cotidianeidad de nuestros alumnos portadores de sueños, objetivos e ilusiones, hoy dormidos para algunos, pero que hace unos años se vivían como una realidad de viajes espaciales, de robots y de máquinas inteligentes?

La complejidad del de cada una de las áreas es innegable, como lo es el hecho de que el alumno participa en el desarrollo de procesos y de resultados a largo plazo que demandan gran dedicación en su concepción así como un tiempo de maduración suficiente para lograr la calidad y los objetivos deseados. Esta condición muchas veces es difícil de aceptar no sólo por los estudiantes sino también por nosotros los profesores. ¿Cómo lograr que además de creer en la posibilidad de concretar los objetivos comprendamos que el tiempo que pueda demandar hacerlos realidad no es una barrera para la creación?

Esta tarea es la que creemos ha de iniciarse en las primeras sesiones, buscando el cultivo de la actitud investigativa, allí donde los estudiantes llegan con la curiosidad


propia de quien arriba a un mundo nuevo y exótico en el cual aspira a dar rienda suelta a ese potencial que ha estado aguardando para encontrar el momento y el lugar oportunos para manifestarse. Para hacer posible esto, necesitamos una acción de conjunto en donde profesores de todas las áreas y disciplinas no sólo consideremos válida esta propuesta, sino que busquemos nuevas alternativas para llevarla a la práctica, intercambiando experiencias y aportando allí donde a veces no encontramos caminos o nos sentimos cansados frente al reto de ser diferentes.

Esta búsqueda de alternativas en las cuales se haga posible la construcción de conocimiento, contribuirá en sí misma a marcar cambios significativos en los espacios académicos y aportará en la construcción de nuevas imágenes de lo que es ser parte de la mano de obra de nuestro país, nuevas comprensiones sobre lo que es conocer, otras formas de ser profesional y maneras diferentes de interrelación en nuestro entorno social. Porque no hay nada que movilice más que aquellas preguntas que vuelven la mirada sobre los modelos tradicionales y las formas habituales de conocer y de enseñar.

Los medios con los cuales contamos para acceder a los avances de la disciplina y de la ciencia en general, tales como los artículos de las principales revistas sobre ciencia y tecnología, se constituyen en instrumentos para invitar a nuestros estudiantes a acercarse a las posibilidades de la investigación, a los avances que en este momento se están haciendo, los nuevos logros en la profesión y las alternativas que ofrece el trabajo interdisciplinario, "seduciéndolos" para vincularse a ese mundo, no como espectadores sino como artífices del mismo.

Consideramos que como condición, es importante tomar en cuenta las propuestas del aula de clase que comenzamos a gestar, pues éstas contribuyen para que se haga evidente la importancia de generar procesos de construcción de conocimiento en los cuales se valore particularmente el trabajo de conjunto, con lo cuál se satisfagan los objetivos antes citados (del alumno y del instructor). Este interés obedece no solamente al hecho de que el quehacer del alumno Ce.Ca.T.I., o de otras instituciones, no se desarrolla en un laboratorio aislado, sino también a que si queremos gestar procesos de cambio en el contexto social más amplio, hemos de crear condiciones en los espacios académicos para que se hagan posibles el diálogo, la solidaridad, la responsabilidad y el compromiso hacia la búsqueda compartida de objetivos.


6.- PREPARACIÓN PROFESIONAL.

Como instructores de capacitación, es importante que visualicemos el trabajo de la docencia como un todo. No se trata únicamente de conocer los contenidos temáticos de las diferentes unidades de análisis de una especialidad específica e intentar una simple multiplicación de estos. En nuestro trabajo están inmersos otros muchos factores (como los hasta aquí analizados), que en conjunto dan forma a la verdadera educación. Al respecto Fernando Savater especifica que la educación es universalizar y no precisamente se refiere al conocimiento del universo mismo, sino al cúmulo de factores que el docente debe atender para lograr el verdadero y pleno desarrollo del proceso educativo (enseñanza-aprendizaje). Es decir que su pretensión es que la educación vaya más allá del conocer los objetivos o destrezas prácticas, más bien que estos vayan acompañados de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad.

Esta universalización de aspectos son tomados por los instructores de dos diferentes maneras; por medio de la preparación formal y de la no formal, de tal manera que la subjetividad queda fuera del presente contexto. Comentemos estas dos formas de universalizar los conocimientos que se tratan en el siguiente apartado.

6.1 PREPARACIÓN FORMAL.

Este aspecto se refiere a aquel tipo de información que los individuos recibimos por parte de las instituciones educativas (propiamente). Es decir, la primaria, secundaria, bachillerato, etc.

Para algunos instructores (que carezcan de este tipo de formación), tal vez este aspecto resulte poco relevante, pues el hecho de laborar año tras año, les ha brindado la confianza que otros aún con estudios superiores no han alcanzado. Sin embargo, sabemos que aquellas asignaturas que los viejos maestros nos impartían y que “no servían para nada”, son una manera de ejercitación para nuestras estructuras mentales. Estas estructuras mentales que con el paso del tiempo el hombre va desarrollando, son el resultado de la inserción de los conocimientos significativos, ya sea a través de situaciones problemáticas, del estudio mismo o de un proceso de investigación. No hay que dudar que todo lo anterior lo brinda la vida misma, tanto para aquellos que no asistieron a la escuela formal, como para los que de alguna manera formaron (o forman) parte de un grupo de estudio en un aula escolar o institución educativa.


Si nos preguntásemos acerca de la importancia de la escuela en nuestras vidas, tal vez emitamos en conjunto una respuesta única; la aceptación (aún con las carencias ya conocidas por nosotros). Posiblemente no hayamos escuchado todavía a alguien que afirme que el enviar a sus hijos a la escuela es la peor idea que a un individuo se le haya ocurrido (aunque para toda respuesta existan siempre ciertos valores de probabilidad, sin importar que la respuesta no este planteada con base a nuestros ideales). Y al igual que otros aspectos analizados en el presente curso, el instructor no debe considerarse caduco para la realización de estudios formales. Indague un poco con sus compañeros de trabajo y se percatará que más de uno, ya en su etapa adulta y de trabajo, realiza o realizó estudios de bachillerato (pedagógico o único), carrera técnica, Licenciatura, etc. Nunca se es demasiado tarde. Aparte de la gran satisfacción que se obtiene al concluir uno de los niveles citados anteriormente, se alcanza un grado de confianza en todo aquel modo de actuar que de alguna manera se venía practicando, la familia reconoce el esfuerzo del padre o madre (según sea el caso), el alumnado en su papel de identificación acentúa en el instructor el papel del modelaje, etc. Es probable que la intensión del instructor en su papel de padre de familia sea, el que sus hijos realicen estudios formales en alguna institución de nivel superior, tal vez por que fueron los estudios que por diversas razones nosotros mismos no pudimos desarrollar, por que consideramos que es “lo mejor para ellos”, por que es la línea que marca la sociedad, etc. Por cualquiera de las opciones que pretenda seleccionar, es muy común que la elección de estudios superiores sea mayoritaria. No estamos seguros de lo que el futuro deparará a nuestros hijos, si anteriormente se podía tener acceso a un trabajo formal con el simple hecho de contar con la educación primaria, no podemos confiarnos que la última reforma realizada al artículo tercero constitucional en materia educativa donde se manifiesta como obligatorio la educación formal secundaria (1993), vaya a perdurar hasta que nuestros hijos requieran y puedan formar parte de la planta productiva del país. Es probable que con el paso del tiempo algún día esa obligatoriedad se amplíe hasta el bachillerato o más. Entonces, como conductores de un proceso deberíamos preocuparnos por lograr esos peldaños que nos presenta la educación formal en México y que de alguna manera nos convence como una de las mejores opciones que tenemos para la formación como individuo perteneciente a una sociedad. Al respecto Emilio Durkheim afirma que:


“El hombre que la educación debe plasmar dentro de nosotros no es el hombre tal como la naturaleza lo ha creado, sino tal como la sociedad quiere que sea; y lo quiere tal como lo requiere su economía interna”.

6.2 PREPARACIÓN NO FORMAL.

Es aquella información que con el paso del tiempo y por medio de la vida misma, acumula el hombre en sí. Al respecto Ruth Mercado refiriéndose a los profesores, afirma que estos son los saberes docentes y que son adquiridos no necesariamente en las instituciones educativas, más bien por la experiencia misma y la práctica desarrollada en determinada área de estudio o faceta de la vida, es decir, que se adquieren de manera empírica, pues no están contemplados en teoría alguna. En este apartado haremos referencia exclusivamente a dichos saberes adquiridos por el docente mismo.

Es de todos sabido que el trabajo de la enseñanza es una tarea compleja, pues en esta se deben incluir no sólo a los conceptos temáticos de la unidad de análisis a tratar, sino

un sinnúmero de elementos adicionados. Los saberes docentes son el producto del legado que se ha adquirido a través del tiempo, la experiencia, el roce con la sociedad, etc. Son producto de la interacción entre la historia social y la historia personal, las relaciones entre maestros, maestros con alumnos, etc.

Los saberes que el docente aplica en el aula de clases están relacionados con el área de estudio y que este considera dignos de transmitirse. Los saberes son aplicados con base a los planes y programas de estudio y la propia decisiva al escoger el espacio y momento que considera adecuado para ello.


Esta preparación no formal a la que hemos estado haciendo referencia, es la que explota el docente al estar frente a grupo y dependerá de sus habilidades propias el tener un control sobre ello. En la mayoría de los casos (para los que no asistimos a una formación como la impartida por una escuela Normal), el instructor reproduce el “modo de enseñar” que observó durante su poca o mucha educación formal. Así, recuerda las sesiones de los grandes maestros y trata de realizar un papel semejante, sin embargo, de aquellos llamados “barcos”, sólo toma la experiencia como tal; desalentadora.

En el caso de Centros de Capacitación, en donde el tipo de población estudiantil que atendemos es heterogénea y que las metas, ideas, conceptos, preparación y educación familiar de los participantes son en su mayoría diferentes, el instructor debe valerse de un sin fin de saberes para poder conducir el proceso educativo de buena manera; recordemos que no todos los alumnos aprenden de la misma forma.

Ahora bien, la labor en el aula no se remite sólo a eso; al aula. En forma paralela se desarrollan también actividades vinculadas con otros colegas del plantel o de otras instituciones, entre familiares y maestros, etc.

Por lo tanto, se puede afirmar que los saberes docentes son el producto de una construcción colectiva, basada en una actividad reflexiva del maestro y por su experiencia.


7.- ÉTICA PROFESIONAL.

...“Por mucha programación biológica que tengamos, los hombres siempre podemos optar finalmente por algo que no esté en el programa (al menos, que no esté del todo). Podemos decir –sí- o –no-, quiero o no quiero. Por muy achuchados que nos veamos por las circunstancias, nunca tenemos un solo camino a seguir sino varios.

Cuando te hablo de libertad es a esto a lo que me refiero. A lo que nos diferencia de las termitas y de las mareas, de todo lo que se mueve de modo necesario o irremediable. Cierto que no podemos hacer cualquier cosa que queramos, pero también cierto que no estamos obligados a querer hacer una sola cosa. Y aquí conviene señalar dos aclaraciones respecto a la libertad:

Primera: No somos libres de elegir lo que nos pasa (haber nacido tal día, de tales padres y en tal país, padecer un cáncer o ser

atropellados por un coche, ser guapos o feos, que los aqueos se empeñen en conquistar nuestra ciudad, etc.),

sino libres para responder a lo que nos pasa de tal o cual modo (obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o resignados, vestirnos a la

moda o disfrazarnos de oso de las cavernas, defender Troya o huir, etc.).

Segunda: ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. No es lo mismo la libertad (que

consiste en elegir dentro de lo posible) que la omnipotencia (que sería conseguir siempre lo que uno quiere, aunque pareciese imposible). Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad. Soy libre de querer subir al monte Everest, pero dado mi lamentable estado físico y mi nula preparación al alpinismo es prácticamente imposible que consiguiera mi objetivo. En cambio soy libre de leer o no leer, pero como aprendí a leer de pequeñito la cosa no me resulta demasiado difícil si decido hacerlo. Hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso es ser libre) pero no todo depende de mi voluntad (entonces sería omnipotente), porque en el mundo hay otras muchas voluntades y otras muchas necesidades que no controlo a mi gusto. Si no me conozco ni a mí mismo ni al mundo en que vivo, mi libertad se estrellará una y otra vez contra lo necesario. Pero, cosa importante, no por ello dejaré de ser libre... aunque me escueza.

En la realidad existen muchas fuerzas que limitan nuestra libertad, desde terremotos o enfermedades hasta tiranos. Pero también nuestra libertad es una fuerza en el mundo, nuestra fuerza. Si hablas con la gente, sin embargo, verás que la mayoría tiene mucha más conciencia de lo que limita su libertad que de la libertad misma. Te dirán: -¿Libertad? ¿Pero de qué libertad me hablas? ¿Cómo vamos a ser libres, si nos comen el coco desde la televisión, si los gobernantes nos engañan y nos manipulan, si los terroristas nos amenazan, si las drogas nos esclavizan, y si además me falta dinero para


comprarme una moto, que es lo que yo quisiera?- En cuanto te fijes un poco, verás que los que así hablan parece que se están quejando pero en realidad se encuentran muy satisfechos de saber que no son libres. En el fondo piensan: -¡Uf! ¡Menudo peso nos hemos quitado de encima! Como no somos libres, no podemos tener la culpa de nada de lo que ocurra...- Pero yo estoy seguro que nadie –nadie- cree deveras que no es libre, nadie acepta sin más que funciona como un mecanismo inexorable de relojería o como una termita. Uno puede considerar que optar libremente por ciertas cosas en ciertas circunstancias es muy difícil (entrar en una casa en llamas para salvar a un niño, por ejemplo, o enfrentarse con firmeza a un tirano) y que es mejor decir que no hay libertad para no reconocer que libremente se prefiere lo más fácil, es decir, esperar a los bomberos o lamer la bota que le pisa a uno el cuello. Pero dentro de las tripas algo insiste en decirnos: -Si tu hubieras querido...-

Cuando cualquiera se empeñe en negarte que los hombres somos libres, te aconsejo que le apliques la prueba del filósofo romano. En la antigüedad, un filósofo romano discutía con un amigo que le negaba la libertad humana y aseguraba que todos los hombres no tienen más remedio que hacer lo que hacen. El filósofo cogió su bastón y comenzó a darle

estacazos con toda su fuerza . -¡Para, ya está bien, no me pegues más!-, le decía el otro. Y el filósofo, sin dejar de zurrarle, continuo argumentando: -¿No dices que no soy libre y que lo que hago no tengo más remedio que hacerlo? Pues entonces no gastes saliva pidiéndome que pare: soy automático.- Hasta que el amigo no reconoció que el filósofo podía libremente dejar de pegarle, el filósofo no suspendió su paliza. La prueba es buena, pero no debes utilizarla más que en último extremo y siempre con amigos que no sepan artes marciales... En resumen: a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir, si prefieres, es a lo que llaman Ética.

Fernando Savater.

Es parte de la ética que debemos mostrar:

Usar un lenguaje correspondiente y adecuado al nivel de los alumnos.

No utilizar palabras obscenas con los alumnos.


No involucrar al alumnado en los posibles problemas laborales internos del plantel.

Asistir a clases con buena presentación en el vestir, y nunca en estado inconveniente, etc.

Impartir clases teóricas sin leer la información directamente de algún libro.

No demostrar prepotencia.

No denigrando la imagen de los directivos y/o los trabajadores del plantel.

7.1 RESPONSABILIDAD.

El trabajo de la docencia al igual que cualquier otro (y no precisamente del ámbito educativo), acarrea consigo un determinado compromiso hacia el mismo. Puede usted pensar que bastará con el hecho de analizar la relación de actividades que la D.G.C.F.T. marca como obligatorias al instructor y de ahí desprender las responsabilidades; esto es un acierto, sin embargo son de tipo institucional. Existen otras, que sin aparecer en dicha relación, se suman a la integridad del docente, y son más que por compromiso, por convicción. Ahora bien, al hablar de responsabilidades, estaremos también incluyendo a las limitantes que se tienen consigo. Y por supuesto, que al referirnos a responsabilidades, tomaremos en cuenta tanto a aquellas que hemos denominado como institucionales y a las de tipo social. Al respecto, Durkheim (padre de la sociología moderna), afirma que en todo el entorno relacionado con la educación, el principal protagonista debe ser el maestro (contemplándolo desde su muy particular punto de vista humanista), quien se encargará de modificar a un ser asocial. Es preciso (contemplando lo anterior), establecer que para cumplir con esa función social, el docente debe asumir con verdadero compromiso su papel como formador. Para Robert K. Merton t Talcott Parsons (perspectiva estructural funcionalista), remiten a la responsabilidad del docente hasta los límites de afirmar que del papel que desarrolle este en el proceso educativo, dependerá en gran medida el status social de los individuos. Por su parte Magdalena Salomon (socióloga), sustenta que la educación es una opción que los particulares pueden desarrollar para la adquisición de conocimientos (en lo que está inmersa nuestra responsabilidad como instructores, pues muchos de los alumnos que asisten a nuestras sesiones lo hacen con el mismo fin).


Tomando en cuenta estas perspectivas anteriores, deberíamos reconsiderar la función que el docente cumple ante la sociedad y la confianza que esta deposita en cada uno de los maestros que forjan día a día en los diferentes niveles educativos de nuestro sistema, a los miles de educandos que asisten a las aulas. En nuestro caso en particular (instructores de Ce.Ca.T.I.), la formación de mano de obra para el trabajo, no es una tarea sencilla de desarrollar (si es que se tiene el propósito inicial y permanente de cumplir con la misión institucional que nos representa), pues el llevar a cabo una programación de actividades en el aula, aplicación, desarrollo y verificación de ejercicios prácticos, elaboración de materiales didácticos, aplicar diferentes y justos criterios de evaluación, contemplar los aspectos socioafectivos con los alumnos, la promoción de los valores y el promover las relaciones humanas entre los educandos (entre otras), representan para muchos sólo burocracia, aunque en realidad deberían ser actividades cotidianas del instructor, y no por obligación, sino por convicción, por pasión, con entusiasmo, entrega y sobre todo responsabilidad. Del poco o mucho interés que depositemos en nuestra labor como formadores, y de la responsabilidad que pongamos en esta, dependerá en gran medida el éxito pretendido y el éxito no es sólo cada uno de nuestros alumnos acreditados, sino cuando cada uno de estos ha sido contratado en aquella actividad para la que inicialmente se acercó a nuestro plantel y que pretendía estudiar. La realidad tal vez sea cruda y cruel, pero no deja de ser una realidad.

7.2 COMPROMISO.

La siguiente es sólo una parte de la gran lista de compromisos que como instructores asumimos al estar frente a grupo:

Ser creativos. “ ingeniosos. “ ordenados. “ alegres. “ productivos.

“ nobles. “ serviciales. “ etc. Como puede observar, en esta interminable lista encontrará una gran cantidad de compromisos que no son exigencia directa de la D.G.C.F.T., pero si de la tarea educativa que como instructores desarrollamos. A todo esto vale la pena hacernos unas cuantas preguntas: - ¿Qué he hecho por mí y por el Ce.Ca.T.I. últimamente? - ¿Qué he dejado de hacer?


- Últimamente se habla mucho de la superación constante, pero; ¿en realidad hacemos

lo necesario para nuestra superación y la del Ce.Ca.T.I.? Ahora realice una autoevaluación al respecto analizando los siguientes pensamientos. El ganador siempre es parte de la respuesta;

el perdedor siempre es parte del problema.

El ganador siempre tiene una idea; el perdedor siempre tiene una excusa.

El ganador dice “déjame hacer el trabajo”; el perdedor dice “éste no es mi trabajo.

El ganador siempre tiene una respuesta para cada problema;

el perdedor tiene un problema para cada respuesta.

El ganador ve una oportunidad en cada obstáculo; el perdedor ve dos o tres obstáculos en cada oportunidad.

El ganador dice “puede ser difícil pero es posible”; el perdedor dice “puede ser posible pero es muy difícil”.

¡Sea un ganador! 7.3 INSTITUCIONALIDAD.

La docencia como práctica institucionalizada es: a) socializante, b) tipificadora de acciones, c) instituyente. Como institución, la docencia se encarna en cada integrante de la relación pedagógica. Tanto docente como alumnos desempeñan y representan su rol de manera que lo institucional exista en los sujetos concretos. La docencia está dirigida a vivirse como una estructura vertical y autoritaria que favorece y refuerza las relaciones jerárquicas destinadas a respetar el poder y la autoridad, que en el futuro se ejercerán sobre otros. La actividad tipificadora de la docencia se organiza en el curriculum que tiende a legitimar el rol docente, favorece la incorporación de ese rol y lo refuerza mediante el control, por lo que garantiza su reproducción en la institución. En lo que respecta al control, éste se ejerce por la tipificación de las acciones a través de: a) Fomentar las relaciones verticales y autoritarias dentro y fuera del aula. b) Evaluar el ejercicio docente. c) Por el control administrativo de la información proveniente del aula. d) Por la creciente homogeneización del contenido a transmitir mediante el cumplimiento

de planes y programas.


Se han desarrollado diferentes procesos contestatarios a la rigidez de la institución, desde el anarquismo hasta diversos procesos que se han agrupado bajo el nombre de antiautoritarismo como: las experiencias del maestro-compañero, los grupos de encuentro, el análisis institucional, etc. Aunque los planteamientos últimos son variados, todos ellos reconsideran a la docencia desde lo social y lo psicológico, por lo que en si misma se considera para muchos como opción dentro de las corrientes pedagógicas imperantes. La docencia como un proceso instituyente, entendido como generador de análisis y selección en torno a las tareas asignadas a la docencia desde los planos social, psicológico y didáctico. Sólo a partir de una reflexión profunda de los elementos que conforman lo instituido y elaborando un proyecto académico-político a realizar en el futuro con la estricta vigilancia que esto impone, es posible generar un proceso instituyente que tienda a efectuarse permanentemente como espacio de realización de las contradicciones entre lo grupal, lo institucional y lo social. Esta posición podrá tener el riesgo de ser: a) Demagógica. b) No realizable. c) Considerarse como un proceso integrante entre lo instituido y lo instituyente. Es decir, que el retomar lo instituyente-instituido es concretar y realizar propuestas que puedan estar abiertas a la reflexión del producto de la actividad instituyente con el fin de no cerrar el proceso mismo. No se trata de renunciar al poder, sino de entablar una dialéctica en él. De esta manera se considera necesaria la autoridad, pero se niega su uso extremo: el autoritarismo. Con esto, reconocemos que el docente es el fundador de la relación pedagógica y posibilitador de la actividad instituyente. Al respecto, sería ideal que en las instituciones educativas se contemplara, que la meta


es lograr un ambiente propicio para que las personas que laboran en dicha institución contribuyan al logro de los objetivos en un ámbito altamente participativo y armónico.

8.- CONDUCCIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE.

Antes de indagar sobre los momentos principales que se viven en un aula de clase, es preciso y necesario comprender en primera instancia lo referente a la enseñanza y el aprendizaje.

Enseñanza: Parte integrante del proceso enseñanza-aprendizaje. Puede ser intencionada o formal y causal e informal, según se brinde, ya sea en el seno de una institución docente, por lo general, o en deambular por la vida de la cual también todos los días, nos enseña algo nuevo. Su finalidad primordial es ofrecer al educando o escolar, los nuevos elementos o conceptos para lograr un cambio de conducta y una mejor adecuación al mundo circundante.

Aprendizaje: Es el proceso por medio del cual una actividad comienza o sufre una

transformación por el ejercicio. Como efecto, es todo cambio de conducta resultante de alguna experiencia, gracias a la cual el sujeto afronta las situaciones posteriores de modo distinto a las anteriores. La manifestación del aprendizaje consiste en una modificación de la conducta resultante de la experiencia o del ejercicio.

Agustín Antonio Albarrán.

Como puede apreciase, la postura del autor citado es puramente conductista, cabe aclarar que al contemplar otras definiciones posiblemente se encuentren conceptos diferentes, pues tal vez pertenezcan a otro enfoque (humanista, constructivista, positivista, etc.). En el desarrollo del proceso educativo se ponen en práctica ciertos aspectos indiscutibles como son; un sujeto, el hecho educativo en sí y el ambiente social. De tal manera que se postulan ciertos criterios: - El sujeto de la educación es un ser social. - El fenómeno educativo es un fenómeno social. - La educación es un producto social. Al respecto, es clave resaltar algunas afirmaciones que hace la sociología de la educación contemplando a esta última desde diferentes perspectivas; funcionalista, estructural-funcionalista y de la teoría de la reproducción.


Funcionalista (se hace referencia al funcionalismo clásico de Durkheim quien es considerado como iniciador de la sociología de la educación):

- La función de la educación dentro de la sociedad se identifica por una dimensión real y objetiva, instituida o institucionalizada y se construye como un hecho social.

- El protagonista principal del proceso enseñanza-aprendizaje es el maestro.

- La educación consiste en socializar al ser humano, es decir, moldear al ser asocial.

Estructural-funcionalista (inspirada en las teorías funcionalistas modernas de Robert K. Merton y Talcott Parsons):

- El proceso educativo es un punto estratégico en el cambio de status social. - Existe yuxtaposición entre el hecho educativo y la movilidad social.

Teoría de la reproducción: - El estudio de la educación se inserta en el análisis de las clases sociales y en el papel

de dominación económica, política, cultural e ideológica de la clase dominante. - El objeto de estudio de la educación, desde el punto de vista de su extensión, puede

ser enfocado: a) como un sistema en sí, cuyas ligazones y dinámica internas son las que interesa estudiar y b) como subsistema de un sistema global, cuyas interrelaciones son las que hay que describir, explicar, comprender y valorar.

Toda la información anterior es incluida en el presente manual con el fin de situar al proceso enseñanza-aprendizaje con respecto a la sociedad en que nos desenvolvemos. A esto, habría que sumar lo que dictan nuestras leyes (artículo 3°. Constitucional), las autoridades educativas (S.E.P., D.G.C.F.T.) y la sociedad misma.

La temática que tomaremos en el presente curso, se refiere a la parte del proceso educativo que hace referencia exclusivamente a los denominados momentos del proceso enseñanza-aprendizaje, que son; la Planeación, el Desarrollo y la Evaluación, mismos que se tratan a continuación.

8.1 PLANEACIÓN.

Ya se ha descrito que la educación (en la que está inmersa el proceso enseñanza-aprendizaje), es determinante para la incorporación de los individuos a las diferentes sociedades. En esta labor integradora, el proceso educativo se apoya en diferentes áreas para su pleno desarrollo. La primera de ellas es la planeación. A continuación se presentan dos definiciones al respecto.


- Es un acto de inteligencia cuyo propósito es racionalizar la selección de alternativas para el futuro. Implica un ejercicio libre de la razón para definir con claridad los fines a los que se orienta la acción y desentrañar los mejores medios para alcanzarlos.

Villarreal (1980).

- Proceso que busca prever diversos futuros en relación con los propósitos educativos; especifica fines, objetivos y metas; permite la definición de cursos de acción y, a partir de estos, determina los recursos y estrategias más apropiadas para lograr su realización. Llarena. McGinn, Fernández y Álvarez (1981).

En México, la planeación educativa es relativamente reciente. Durante su etapa de formación recibió diversas influencias de Europa, donde la planeación educativa tuvo un gran florecimiento después de la segunda Guerra Mundial. Tal influencia ha tenido un carácter indispensable en los Planes Nacionales de Educación. En 1971, en la Secretaría de Educación Pública se forma la Subsecretaría de Planeación, que actualmente realiza sus funciones en todos los niveles y modalidades. La planeación educativa tiene entre sus características las llamadas dimensiones, mismas que a continuación se presentan de manera sintética: Dimensión Social: pues esta diseñada por y para grupos de humanos que se

encuentran inmersos en una sociedad “X”. Dimensión Técnica: pues en cualquier planeación se emplean conocimientos

organizados y sistemáticos derivados de la ciencia y la tecnología.

Dimensión Política: como la planeación implica un compromiso con el futuro, esta dimensión pretende ofrecer un respaldo a la misma a través de un marco jurídico-institucional.

Dimensión Cultural: como contexto o marco de referencia en el que están implícitos los humanos y sus valores.

Dimensión Prospectiva: pues hace propuestas de planteamientos inéditos o de nuevas realidades.

La planeación como proceso lógico y sistemático y al pretender realizar los fines de la educación de manera eficaz, ofrece una serie de Fases para su Aplicación, mismas que a continuación se muestran: - Diagnóstico.


- Análisis de la naturaleza del problema. - Diseño y evaluación de las opciones de acción. - Implantación. - Evaluación. Diagnóstico: Aunque este término es inicialmente utilizado en la medicina pues con él se hacía referencia a la auscultación de un paciente para determinar el estado de salud del mismo, la educación lo ha adoptado para hacer mención a la indagación del grado de dominio o conocimiento de determinadas habilidades, destrezas, etc. En esta fase, de la planeación se pretende primeramente conocer ¿qué tipo de acciones o actividades son las que se van a planear?, ¿a qué individuos se va a aplicar lo planeado?, ¿con qué

elementos se cuenta para la realización de la planeación?, ¿en qué contexto se desarrollará lo planeado?, etc. Análisis de la naturaleza del problema: en esta fase se determina el grado de complejidad y el tipo de información que se pretenda desarrollar con el fin de poder aplicar la siguiente fase. Diseño y evaluación de las opciones de acción: en esta fase se plantean las estrategias que el docente aplicará

en el desarrollo de los contenidos. Esta es la etapa fuerte de la planeación misma, aquí es en donde realmente se determinan espacios, tiempo, contenidos, metodologías, actividades teóricas y prácticas, entre otras. Implantación: aquí se pone en práctica lo que con anterioridad se organizó. Se deben respetar los tiempos y modos de desarrollo (considere la flexibilidad dentro de las posibilidades de adecuación). Evaluación: fase que en realidad se aplica a lo largo de la implantación de las metodologías o estrategias elegidas para el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje y por medio de la cual se pretende mediar o regular el ritmo de avance, la eficiencia y calidad del proceso, con lo que este se vuelve sistemático.

8.2 DESARROLLO.

El desarrollo de las sesiones de capacitación van a depender del enfoque bajo el cual se pretenda trabajar. En el presente, se hará hincapié en un desarrollo de tipo constructivista, es decir, aquel en el que el alumno pueda crear sus propios constructos, que pueda resolver situaciones problemáticas, aquel en el que los productos no los obtiene con la simple aplicación de fórmulas o con el seguimiento de un método definido y que baste con seguir al pie de la letra con un determinado número de pasos.


Ampliando un poco el término Constructivismo y tal vez abusando del objetivo central del apartado (el desarrollo en el proceso enseñanza-aprendizaje), nos permitiremos ahondar un poco en dicho concepto, presentando una postura en particular.

Principalmente trataremos de contestar a la pregunta ¿Qué es el constructivismo? De entrada podemos decir que es una posición epistemológica, una manera para explicar cómo el ser humano, a lo largo de su historia personal, va desarrollando lo que llamamos intelecto y va conformando sus conocimientos. El constructivismo, según Kilpatrick, basa sus resultados en dos premisas principales:

1. El conocimiento es activamente construido por el sujeto cognoscente, no pasivamente recibido del entorno.

2. Llegar a conocer es un proceso adaptativo que organiza el mundo experiencial de uno; no se descubre un independiente y preexistente mundo fuera de la mente del conocedor.

Mas, como lo menciona Vergnaud pareciera que la segunda está compuesta por dos ideas independientes. Coincidimos con este

último autor en este sentido, pues una cosa es que durante el proceso del conocimiento el ser humano adapte sus estructuras mentales de acuerdo a los antecedentes de experiencia que tiene y otra cosa es afirmar que todo lo inventamos nosotros. El mundo existe aún sin el ser cognoscente; sólo que para el interés de este ser, sólo existirá el mundo cuando lo conozca. Pero ambas ideas no son equivalentes. Cierto que tenemos el impedimento epistemológico de saber si lo que creemos conocer es realmente la realidad, mas tenemos la "ventaja" de que el contacto social y las consecuentes negociaciones en los

significados nos permiten ponernos de acuerdo. Pero esto último no se tratará más a fondo, pues como dice Moreno Armella: "el constructivismo no estudia 'la realidad' sino la construcción de la realidad", aunque sí aclara qué se está entendiendo por ella. Por otro lado, Pedro Gómez expone en las siguientes ideas que parecen ser comunes a los constructivistas y, que a la sazón, proporciona algunas de las características de esta posición:

• Todo conocimiento es construido.

• Existen estructuras cognitivas que se activan en los procesos de construcción.

• Las estructuras cognitivas están en desarrollo continuo. La actividad con propósito induce la transformación de las estructuras existentes.

• Reconocer el constructivismo como una posición cognitiva conduce a adoptar el constructivismo metodológico."


Retomando principalmente los tres primeros puntos que expone, pues constituyen un buen punto de inicio para exponer los elementos del constructivismo. Sin embargo, faltaría lo que Piaget considera como los dos poderosos motores que hacen que el ser humano mantenga ese desarrollo continuo de sus estructuras cognitivas: la adaptación y el acomodamiento. Estos dos procesos que Piaget toma del evolucionismo sirven para que el individuo continuamente esté obteniendo información a través de sus sentidos, gracias a las interacción activa que tiene con el objeto a conocer, y lo procese a fin de enriquecer y modificar las estructuras que ha ido conformando. Los nuevos conocimientos son asimilados de acuerdo a lo que ya existe en el individuo y se acomodan en las estructuras de éste, no sólo modificándose los conocimientos, sino también a las estructuras. Por esta razón resulta que el individuo cambia continuamente, en sus estructuras mentales, pero al mismo tiempo cambia al objeto en el plano del conocimiento. En posteriores acercamientos del sujeto al objeto ambos habrán cambiado desde el punto de vista del sujeto, pues éste modificó su estructuración interna, mientras que el objeto fue "modificado" para los ojos del mismo sujeto.

Víctor Larios Osorio, Edo de Querétaro.

Estos son sólo los principios del Constructivismo, quedaría demasiado terreno por pisar para conocerlo más a fondo, lo cuál no está de más intentarlo posteriormente. Retornando a nuestra idea central del curso pero considerando la postura analizada, citaremos primeramente que en el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, se incluye entre otras la clase misma, es decir, el momento de la interacción entre maestro y alumno. Esta puede ser de diferentes tipos, de los cuales, los siguientes son los más representativos:

De sondeo o de indagación (evaluación diagnóstica). Con esta el profesor se percata del grado de conocimiento de los alumnos y también de sus actitudes frente a situaciones de índole social, político o filosófico. Se les usa con mayor frecuencia al inicio de cursos, unidades, temáticas, etc.

De planeamiento. En la que alumnos y profesor organizan actividades, seleccionan fuentes de información, especifican modo de actuar y proceder, etc.

De presentación de la materia (expositiva). El profesor presenta de manera clara, ordenada y lógica los contenidos de la materia o especialidad a tratar. Los alumnos la conocen como aquella en la que el maestro “da la materia”. Se sugiere como complementación, que el alumno interprete y aporte a lo expuesto por el maestro


(más no que repita ni memorice pues entonces caeríamos en un enfoque reproduccionista).

De discusión. Se enriquecen las sesiones con participación de los alumnos una vez que estos hayan discutido respecto a los contenidos de un tema (la discusión puede ser en binas, equipos o por grupo).

De debate. Los alumnos defienden una postura en torno a sus particulares puntos de vista respecto a una temática en cuestión (al igual que la discusión, el debate puede ser por binas, equipos o grupal).

De estudio dirigido. El profesor establece ciertas bases para la investigación de un tema en particular, misma que desarrollarán los alumnos (binas o equipos), con el apoyo del docente.

De demostración o prácticas. Tanto el alumno como el profesor desarrollan cierta ejercitación sobre una unidad de análisis en particular, con el fin de encontrar la relación entre la teoría y la actividad práctica.

De ejercicios. Se desarrollan sobe la base de una ejecución de ejercicios destinados a la fijación del aprendizaje orientados por el profesor.

De recapitulación. Los alumnos desarrollan tareas de síntesis que correspondan con los objetivos de un tema en particular.

De verificación. En estas el profesor trata de cerciorarse de que el aprovechamiento

alcanzado por los alumnos sea el adecuado y que se dé en el tiempo marcado con anterioridad, puede ser a través de la observación, aplicación de pruebas pedagógicas, listas de cotejo, etc.

Ocasionales. Se desarrollan cuando surjan necesidades espontáneas pero de interés y que no fueron contempladas en la planeación.

De motivación. Se justifican al iniciar un curso o ciclo escolar, con estas el profesor intenta despertar el interés del alumno hacia los trabajos de la clase, o bien hacia un tema en particular.

Todo lo anterior son propuestas de las que puede valerse el profesor para que su desenvolvimiento sea versátil ante el alumnado. Con esto las sesiones toman un giro de dinamismo y se elimina el tradicional método del gis y la pizarra, el dictado y la repetición. A todo lo anterior incorpore usted una de las tantas técnicas didácticas para el desarrollo de una clase, que tomaría gran espacio y tiempo citarlas en el presente, por lo tanto se detallarán en su momento en otro curso semejante al presente.


Lo que sí compete en este momento es citar las partes de una clase: - Introducción: en esta etapa se preparan las condiciones para la realización de los

objetivos previstos (motivación, revisión o articulación con la experiencia anterior). - Desarrollo: desarrollo de las temáticas (acciones para alcanzar los objetivos,

desenvolvimiento del tema con participación del alumnado). - Conclusión: verificación del logro de objetivos, recapitulación, presentación de

temáticas posteriores (trabajo en torno de los objetivos, fijación, ampliación y verificación del aprendizaje).

Para cada caso en particular de instructor, número de horas para las clases y especialidad, deberán distribuirse los tiempos para cada parte de la clase y aunque se realizaran sesiones meramente prácticas, no se deben omitir alguna de estas partes.

8.3 EVALUACIÓN.

Al respecto de la evaluación existen una gran cantidad de aportaciones, pero por el momento se analizará solamente una postura, la de María Antonia Casanova. Con el tiempo y desde sus inicios (principios del siglo XX), el concepto de evaluación ha modificado su interpretación. Esta se ha incorporado con el campo empresarial, en donde se miden cuantitativamente los resultados de la producción. En la educación, se ha querido medir el progreso cuantitativo de los conocimientos adquiridos por el alumnado. La prueba y los test´s, llegaron para difundir (aún más), ese concepto de medición. Hoy sin duda sabemos que la prueba pedagógica no es el único artificio al que puede recurrir el docente para conocer los alcances educativos (ni el más eficaz), pues por desconocimiento de la misma, se torna subjetiva. El proceso educativo ha mostrado en su devenir, la necesidad de plantear como método evaluador, aquel de carácter cualitativo, aunque al respecto se presenta el problema de la resistencia al cambio por parte del personal formador. Este último no ha hecho tal vez conciencia de la importancia de la evaluación, no como factor de comprobación, o como condicionante para la obtención de un grado o título, sino más bien el procurar la mejora general del proceso educativo y sus resultados. Proceso que se inicia con la recopilación de datos para su análisis, formar juicios de valor y tomar decisiones que provoquen la mejora de la enseñanza y el aprendizaje.


El concepto de evaluación ha evolucionado y más tarde se suman: - El hecho de que las decisiones deben ser enfocadas también a la corrección de los

resultados obtenidos. - La incorporación de todos los inmersos en el proceso educativo. - Las técnicas e instrumentos seleccionados. De una u otra manera se inicia con el enfoque cualitativo. Solamente mediante esta metodología se logra conocer e interpretar el desenvolvimiento y actuación del hombre. Ya está de más citar aquellos comentarios referentes a la evaluación y a su ambicioso propósito de reprimir, sancionar o actuar como arma de poder, que lo único que lograban era la no empatía entre la enseñanza y el aprendizaje. Sin embargo, tan importantes son los resultados “positivos” como los “negativos”. Los primeros para ser utilizados como agentes motivantes en el proceso mismo y los segundos para poder detectar los errores de aprendizaje del alumno (que también pueden ser por errores de enseñanza). Si se detectara acertadamente el error de aprendizaje en el momento adecuado para su resolución y evitar el fracaso (reprobación), estaríamos en presencia entonces de una nueva imagen del concepto de evaluación. Todo radica en generar un cambio real, periódico en cuanto al contenido y funcionalidad del concepto de evaluación, para que sus efectos sean modificados de igual manera y que contribuya al mejoramiento y desarrollo del alumno. A todo esto María Antonia Casanova, sugiere como proceso de evaluación el siguiente: - La recopilación de datos sistemática. - Un análisis de datos. - Formulación de conclusiones. - Emisión de juicios de valor. - Adopción de estrategias que permitan la actuación correcta. El tiempo de duración de cada una de estas etapas dependerá de la magnitud del aspecto a evaluar, puede ir desde una sesión, hasta un ciclo escolar completo. Este proceso de evaluación y sus etapas, es comparada con la metodología desarrollada al aplicar investigación. Ambas coinciden en algunos aspectos, lo cual habla de situaciones similares, sólo se diferencian en sus inicios y finales de proceso. De esta manera Casanova, recomienda emplear cada vez un método diferente y específico de investigación o evaluación, para cada situación específica del hecho educativo, a la vez que plantea diferenciaciones entre investigación y evaluación. Mientras que los investigadores buscan conclusiones, los evaluadores pretenden decisiones. La investigación generaliza resultados a determinados conjuntos de situaciones y la evaluación particulariza hechos. La investigación pretende la verdad


científica y la evaluación emite juicios de valor. El maestro investiga las situaciones escolares, para evaluarlos y tomar decisiones.

Tipología de la Evaluación. A) Por su funcionalidad. Para hacer su clasificación, se considera la finalidad que se

pretenda. Las metodologías sumativa y la formativa resultan ser las más relevantes más no las únicas, aunque se considere que las otras son aplicaciones de estas dos o bien combinaciones.

- Sumativa: Empleada para determinar el valor de un producto o proceso final. Esta

evaluación sólo espera emitir un fallo de aceptado o aceptado, positivo o negativo, de ninguna manera es correctiva, más bien brinda parámetros de mejora a largo plazo. Esta evaluación no debe confundirse con la suma de exámenes continuos, más bien debería verse como la suma de valoraciones continuas.

- Formativa. Se refiere a la manera en que se conjuntan datos a lo largo de un proceso

educativo, de tal manera que cuando se presenten irregularidades, puedan aplicarse los mecanismos didácticos adecuados de manera inmediata, para subsanar dicha situación. Entonces, a diferencia de la evaluación sumativa, esta permite en todo momento tomar medidas de carácter inmediato para mejorar el proceso. Debe aclararse que esta evaluación debe ser continua para fines de eficacia. Definitivamente la evaluación formativa bien aplicada, redundará en múltiples

beneficios en torno a la mejora del proceso educativo.

B) Evaluación según su normotipo. Es

la empleada como referente para la evaluación de un objeto-sujeto.

a. Nomotética. Dentro de esta se

encuentran como referentes la evaluación normativa y criterial.

- Normativa. Es la manera de evaluar a un educando con respecto al resto del grupo,

esto puede favorecer a los que se encuentran en el nivel medio cuando existen resultados bajos en la mayoría de los participantes, o perjudicar a los últimos si el nivel de promedio es elevado. Este método adolece de falta de aplicación de criterios prefijados que analicen los contenidos para ser justos en las valoraciones de un grupo. Esta evaluación no es apropiada (según Casanova) para los fines educativos, pues no tiene referencias válidas.

- Criterial. Propuesta por Propham y se basa en el establecimiento de criterios externos definidos que pretenden subsanar las carencias de la evaluación por normas. Se basa en establecer un campo de conductas explícito y establecer el papel que desarrolla el


educando en dicho campo. Para esto habría que establecer perfectamente cuales serán los criterios operantes para procede a la transformación del objetivo en conductas observables. Estos criterios especifican cuando el alumno alcanza los objetivos pretendidos. Así, se determina el grado de dominio del alumno en torno a un objetivo. Pese a todo esto, la presente metodología se tacha de conductista pues marca los comportamientos que el alumno debe emitir.

b) Idiográfica. Es el nombre que se da a la evaluación cuando los referentes empleados son internos al participante. En esta se contemplan sus capacidades en torno a los aprendizajes logrados con respecto al tiempo. Intervienen la evaluación parcial y la final y cuando estos son coincidentes, se considera como un rendimiento satisfactorio. Se valora el esfuerzo individual, la entrega e interés por aprender, es decir las actitudes. Sin embargo valdría la pena analizar si el esfuerzo individual satisface los requerimientos de la sociedad o de otras instituciones educativas. Puede ser también que un alumno ante situaciones escolares destaque satisfactoriamente pero no de manera individual. Lo relevante de estas dos evaluaciones (por criterios e idiográfica) en que en suma deben aportar aspectos que den soluciones a las problemáticas, planteadas incorporando elementos idiográficos a los criterios de evaluación, internando en esto aspectos actitudinales, sociales y afectivos entre otros y no tanto aprendizajes conceptuales. C) Evaluación según su temporalización.

Se determina así pues se contempla según se analice al inicio, durante o al final del proceso educativo.

a) Inicial. Se aplica como su nombre lo

indica, al inicio del proceso educativo y tiene como propósito, detectar el nivel de partida de los participantes con respecto a los contenidos a tratar.

b) Procesual. Esta es la evaluación que se desarrolla de manera continua y permanente

durante el tiempo que dure una unidad didáctica. Esta puede ser una sesión, semana, mes o ciclo escolar. Se evalúa tanto al educando como al profesor. Para la evaluación de actitudes, es preciso observar los cambios logrados en periodos cortos de tiempo, antes es imposible, por el carácter de los mismos. Una de las intensiones de esta evaluación es, el detectar los fallos para corregirlos o los aciertos para impulsar otros logros.

c) Final. Se aplica al final del proceso educativo (ciclo, curso, seminario, etc.), o bien

unidad didáctica (semana, mes, etc.). contempla actitudes y aprendizajes alcanzados en torno al tiempo. Sus resultados no siempre coinciden con la obtención de un título, puede ser que se evalúe de manera final una de varias unidades didácticas.


D) Evaluación según sus agentes. Esta depende de las propias personas y de cómo

desarrollan dicha evaluación, puede ser autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.

a) Autoevaluación. Es la aplicación de criterios propios a las actuaciones de sí mismo.

Las decisiones pueden ser positivas o negativas, pero el alumnado debe saber perfectamente identificar su propia labor y el grado de satisfacción que cada alcance produce. Para todo esto, el profesor facilita las pautas necesarias para que las decisiones sean correctas e inequívocas, pretendiendo eliminar la subjetividad.

b) Coevaluación. Consiste en la evaluación de ciertos aspectos de manera mutua entre

alumnos y profesor, en equipos; uno valora el trabajo de los demás participantes y viceversa (actividades, contenidos, trabajos, objetivos alcanzados, etc.). En primera instancia se sugiere hacerla solamente bajo términos positivos y siempre bajo la supervisión del profesor, con la práctica y la adquisición de madurez en este aspecto, se podrán incorporar otro tipo de aspectos.

c) Heteroevaluación. Es la que comúnmente desarrolla el profesor y que consiste en que

un individuo evalúa el trabajo y alcance del otro. Su aplicación desmedida y poco ética al detectar aspectos negativos, puede provocar rechazo hacia el estudio por parte del alumnado.

En fin, esta es sólo una postura, pero al realizar una investigación más profunda usted podrá detectar la existencia de otras aportaciones con

puntos de vista tanto coincidentes como divergentes. En este curso, lo expuesto se pone a su consideración, para aceptación, rechazo o simplemente análisis.


9.- FLEXIBILIDAD.

En este apartado analizaremos una de las cualidades que todo instructor debe saber manejar al dirigirse a sus educandos y que le permite un acercamiento pleno a los mismos cuando se lleva a cabo de manera satisfactoria; nos referimos a la flexibilidad que debe mostrar en determinados aspectos del proceso educativo, sobre todo en la conducción del proceso enseñanza-aprendizaje, el tiempo destinado para las actividades primordiales y adicionales para el cumplimiento de los objetivos y en uno de los más delicados de las tareas del educador, es decir, la evaluación.

9.1 CONDUCCIÓN.

Esta cualidad aplicada en el salón de clase y en el momento preciso de la conducción, tiene como pretensión primaria suprimir los elementos más significativos de la rigidez académica y flexibilizarlos de tal, modo que los objetivos de los programas de estudio se consideren desde puntos de vista bajo criterios de libertad. Para esto, el instructor deberá mostrar un carácter profesional e investigador, con creatividad y capacidad para

planear y resolver problemas de acuerdo con las demandas reales de la sociedad y el sector educativo; así mismo deberá construir

opciones viables que den direccionalidad hacia el futuro para mejorar los niveles de vida de los individuos en su conjunto.

Pero ¿a qué se le denomina rigidez académica? Son situaciones

que el docente permite se presenten en su salón de clase y que de alguna manera demeritan ciertos aspectos que brindan seguridad, confianza e interés al alumnado por la clase que se esté desarrollando. Las siguientes son algunas de dichas situaciones: - El considerarse como el único que tiene la razón en la

clase. - No permitir intervenciones durante las exposiciones. - No aceptar comentarios o sugerencias por parte de los participantes. - Pretender que cuando el alumnado exponga algún tema, lo haga con una calidad,

confianza y seguridad que nosotros queremos (y que a lo mejor sólo conocemos más no manejamos y mucho menos dominamos).

- Negar salidas del aula sin indagar el motivo (aunque al respecto existen alumnos que abusan de estas conciliaciones).

- Exagerar en la negativa de permitir comentarios entre filas.


- Exigir en los participantes un dominio de temas tanto como el instructor (si en verdad se domina).

- Ser extremista en cuanto a la limpieza o tipo de atuendo de los participantes sin indagar los motivos.

- Obligar a los alumnos a participar en el pizarrón sin saber los motivos (por que no mejor investigar las causas y motivarlo para que lo haga).

- La prepotencia, autoritarismo y negligencia mostrada hacia los estudiantes. - Ignorar o pasar por alto los posibles casos de impedimentos físicos que presente

alguno de los alumnos y que le impida desenvolverse de igual manera que el resto de los educandos.

- Poner en evidencia los errores de alumnos, así como el de resaltar a aquellos participantes sobresalientes.

- Realizar comparaciones entre educandos con diferentes niveles de aprendizaje. - Impartir sesiones totalmente teóricas, siendo una institución eminentemente dedicada

a la práctica. - Abusar del dictado de apuntes. - Presentación nula de diferentes tipos de materiales didácticos. - Etc. Estos tópicos anteriores, son una muestra del tradicionalismo imperante en gran cantidad de instituciones sobre todo de carácter obligatorio. En Ce.Ca.T.I.´s, no podemos darnos ese “lujo”, pues bien sabemos que cualquier tipo de presión en el salón de clase y los educandos probablemente abandonen la escuela. Aplique la flexibilidad en el momento de la conducción de sus sesiones con acciones como las siguientes: - Valorando los pocos o muchos conocimientos que

posee el alumno, seguramente en algo tiene la razón, pues son seres pensantes al igual que nosotros, sólo que tal vez como instructores hemos tenido más oportunidades para desarrollar ciertos aspectos.

- Permitiendo la emisión de puntos de vista de los alumnos, recuerde que de toda persona siempre se puede aprender algo.

- Permitiendo comentarios a los alumnos. Ni las mismas autoridades educativas son tan eficientes para realizar evaluaciones al maestro que sus mismos alumnos, aunque usted quiera afirmar que tienen un cierto grado de subjetividad.

- La exposición de temas por parte del alumnado es sólo una técnica que el maestro utiliza como dinámica para variar el modo de conducir el proceso educativo, sólo que


no debe olvidar que no estamos formando futuros maestros sino trabajadores; por lo tanto considere este aspecto antes de exigir en demasiado.

- Antes de iniciar un curso, dialogue con el alumnado y exponga lo referente a los permisos para salir del salón de clases. Particularice con aquellos que tengan algún problema que lo obligue a un frecuente abandono de la clase.

- Las interrupciones constantes debidas a comentarios entre filas, demeritan la eficiencia de las exposiciones, pero exagerar en mantener al grupo completamente en silencio, genera un ambiente desagradable. No es bueno tener un grupo de rebeldes, pero tampoco de religiosas (no es nuestro caso). Indague acerca de dichos comentarios, puede ser que algunos de ellos enriquezcan las sesiones y el resto del grupo se los esté perdiendo.

- Para muchos de los alumnos, los temas a tratar son completamente nuevos, considere este punto al realizar cuestionamientos verbales hacia los mismos.

- Exigir prendas nuevas está muy distante de lo justo; la limpieza personal es más que suficiente, sobre todo en áreas como computación, secretariado, etc.

- Los psicólogos llaman fijaciones a cierta pérdida de control sobre acciones que puede realizar el hombre, usted como instructor no sabe si alguno de sus alumnos padece de este mal que le impide participar en el pizarrón durante las sesiones. Paralelamente, existen la timidez, el temor a la burla (si es que el docente lo ha permitido en otras ocasiones con el mismo alumno o con otros), la crítica, la duda ante el aprendizaje o enseñanza de lo expuesto, etc.

- El control del carácter para algunas personas es una acción difícil de llevar a cabo. Los impulsos, el estrés, los problemas familiares, conflictos en el trabajo etc., son sólo algunas de las causas que originan cambios de conducta inesperados. Debemos aprender a dosificar nuestra energía y a tratar de “dejar colgada a la entrada del aula la mochila con los problemas que nos impiden desenvolvernos con naturalidad”. Aunque no lo crea, el área de salud e higiene mental detecta gran cantidad de maestros que padecen e enfermedades causadas por presiones generadas en el ambiente escolar; cuídese y trate de llevar las cosas en paz, verá que los resultados son menos peligrosos.

- Alumnos con problemas de la vista, del oído, de la espalda, motrices o de cualquier otro tipo, no tienen preferencia sobre los demás, simplemente requieren de atenciones especiales y es parte de nuestras funciones como servidores, ofrecer la ayuda necesaria para propiciar un ambiente apto y agradable para todos los alumnos por igual.

- Es casi imposible el lograr que dentro de un grupo se tenga un nivel de aprendizaje homogéneo, siempre habrá los alumnos sobresalientes y aquellos que requieren reforzamiento. Queda fuera de todo contexto ético el humillar a los alumnos haciendo


mención de las carencias de unos o lo relevante de otros. Guardémonos los comentarios para un análisis particular.

- Es reprobable también el hecho de realizar comparaciones entre los participantes, con esto logrará una desintegración como grupo, diferencias marcadas de identificación, etc. No utilice como modelo a un alumno con el resto de los participantes.

- Si no cuanta con manuales de prácticas para el desarrollo de su curso, indague acerca de cómo realizarlo; tenga la seguridad de que así como usted tiene un nada grato recuerdo de aquellas clases teóricas en sus estudios formales, igualmente lo hará su alumno si así lo hiciera usted. Recuerde que lo que se practica no se olvida y que las palabras se las lleva el viento. No con esto se quiere decir que la teoría “no sirve para”, simplemente habría que regular el grado y frecuencia de su utilización.

- Para evitar las frecuentes sesiones con dictados prolongados, redacte sus manuales, utilice fotocopias, utilice diferentes

técnicas didácticas para la exposición, en suma, haga más versátil sus sesiones de manera que

estas sean más atractivas y estimulantes. - La Programación Neurolinûística (rama de la

psicología), establece que el hombre aprende por medio de los sentidos y que entre más de ellos se

utilicen, más probabilidades de éxito académico se tiene. Se han ubicado a los sentidos en canales perceptivos siendo estos los siguientes: - el

auditivo, - el visual y – el kinestésico (kinésico). No todos aprendemos por el

mismo canal, existen personas que utilizan más uno que otro y es ahí en donde intervienen los materiales didácticos. Si usted sólo emplea el pizarrón y gis en sus sesiones, que les espera a aquellos que utilizan el canal auditivo o el kinestésico, o viceversa. Procure hacer variaciones en la selección de materiales didácticos y compruebe los resultados. Dentro de los más recomendables y usados a parte de los tradicionales usted cuenta con, diapositivas, acetatos, videograbaciones, audiograbaciones, carteles, franelógrafo, magnetograma, materiales en especie, etc. Ahora medite un poco acerca de la gran cantidad de alumnos que han realizado un tremendo esfuerzo para comprender lo que en clase usted les ha transmitido sin ayuda de algún material didáctico... lo dejamos a su consideración.

En fin, lo anterior se pone a consideración de los participantes para su análisis; ya en lo personal emitirá su propio juicio acerca de la labor que como instructores realizamos en el salón de clases y del grado de flexibilidad que aplicamos en nuestras sesiones cotidianamente.


9.2 TIEMPO.

La flexibilidad como proceso se irá dando al realizar una apertura en los programas e ir intercambiando los elementos que la hacen rígida por nuevas opciones de acuerdo a los objetivos que como institución pretendamos, por consiguiente la currícula en transición puede partir de ser rígida a flexible. Y dado que estos cambios son académicos, lo administrativo se subordina como función adjetiva a los requerimientos de la formación de los estudiantes a través de programas de calidad. La flexibilidad reconoce que el aprendizaje de los alumnos es individual y que el conocimiento es un proceso social, por lo tanto, toma en cuenta que cada estudiante avanza en sus estudios a distinta velocidad por contener estructuras cognoscitivas previas en donde se articulan los nuevos conocimientos, lo que permite al estudiante ajustar dentro de los márgenes razonables, la intensidad de los estudios a sus condiciones y capacidades individuales. Lo anterior lo comprobamos si analizamos los programas de estudios de las especialidades que impartimos, al hacerlo, nos percataremos que en un apartado cita que se deberá permitir a cada alumno a que avance educativamente de acuerdo a su propio ritmo y velocidad de aprendizaje. Lo cual quiere decir y comprueba lo que ya se ha comentado, no todos aprendemos igual, pues nuestras estructuras mentales son diferentes y la construcción de conocimientos para algunas personas es más sencilla y rápida que en otras, pues la base de conocimientos previos es más fuerte. Al respecto Piaget afirma en su estudio del psicoanálisis y la genética que, el hombre conforme va formando su vida y este se pone en contacto con el medio que lo rodea, pasa de una fase (o estadio) a otra en cuanto al desarrollo de la inteligencia. Él presenta una media de las edades en las que se puede dar cada una de estas fases, sin embargo, aclara que no todos los individuos tenemos un desarrollo equivalente. Las fases que contempla, las acciones para cada una y el tiempo de aparición promedio son las siguientes:


Modalidad de Inteligencia.

Fases. Estudios. Edad Cronológica aproximada.

I. Inteligencia sensoriomotríz.

Fase sensoriomotríz

1. Uso de reflejos. 2. Primeros hábitos y reacciones

circulares primarias. 3. Coordinación de la visión y la

aprensión, reacciones circulares secundarias.

4. Coordinación de esquemas secundarios y su aplicación a nuevas situaciones.

5. Diferenciación de esquemas de acción mediante las reacciones circulares terciarias, descubrimiento de nuevos medios.

6. Primera internalización de esquemas y solución de algunos problemas por deducción.

0 a 1 mes 1 a 41/2 meses 41/2 a 9 meses 9 a 12 meses 12 a 18 meses 18 a 24 meses

II. Inteligencia representativa mediante operaciones concretas.

Fase preconceptual Fase del pensamiento intuitivo Fase operacional concreta

1. Aparición de la función simbólica y comienzo de acciones internalizadas acompañadas de representación.

2. Organizaciones representacionales basadas tanto en configuraciones estáticas como en la asimilación de la propia acción.

3. Regulaciones representacionales articulares.

4. Operaciones simples (clasificaciones, seriaciones), correspondencias, término a término, etc.

5. Sistemas totales (coordinadas euclidianas, conceptos proyectivos, simultaneidad).

2 a 4 años 4 a 51/2 años 51/2 a 7 años 7 a 9 años 9 a 11 años

III. Inteligencia representativa mediante operaciones formales.

Fase operación formal

1. Lógica hipotético-deductiva y operaciones combinatorias.

2. Estructura de “reticulado” y el grupo de cuatro transformaciones.

11 a 14 años 14 años en adelante


Las edades marcadas, tal y como se aclaró anteriormente, son edades promedio. Y si nos ubicamos de manera personal con respecto a la tabla, es lógico pensar que estemos desarrollándonos en la fase de las operaciones formales (según Jean Piaget), al igual que el resto de nuestros alumnos, sin embargo, ¿qué tanto nos hemos desarrollado?, no podemos generalizar con el alumnado y considerarlos a todos en un mismo nivel. De ahí que deba hacerse uso de la flexibilidad al considerar a los alumnos bajo estos términos y no simplemente tomarlos a todos por igual. Siguiendo bajo la misma línea, se ha preguntado alguna vez; - ¿porqué los alumnos no acreditan por igual los exámenes si cuando se desarrolla la teoría y se cuestiona acerca de dudas, ninguno de ellos hace algún tipo de pregunta? Es más, afirman que no existe problema, que lo han “entendido” todo muy bien. - ¿porqué los alumnos no desarrollan sus prácticas a un mismo ritmo? - ¿porqué terminan más rápido unos que otros? - Etc.

Probablemente pueda usted afirmar que lo anterior es debido a que unos son más listos que otros, por que tienen más habilidades unos que otros, porque con anterioridad ya habían practicado unos y otros no, etc. Respuestas pueden ser muchas, lo que es un hecho es que no se desenvuelven por igual. Si nos desentendemos de esto, el éxito con el alumnado, no será posible. Para eso el diagnóstico, la observación, el análisis, la toma de decisiones, la acción y la emisión de juicios en el proceso educativo y no dude en que tendrá que aplicar diferentes criterios para cada caso en particular de alumno (sea flexible).

9.3 EVALUACIÓN.

Es indispensable avanzar en la flexibilidad orientada a los aspectos formales de la educación para adultos pero sobre todo, dijo, es necesario ofrecer alternativas de enseñanza que ayuden al adulto a tener un marco de referencia que sea relevante en su calidad de vida y le permita afrontar los problemas cotidianos.

Es necesario decirle al adulto muchas cosas que le ayuden en su desempeño laboral, que les ayuden como padres de familia y que les orienten en la búsqueda de principios esenciales, como es el respeto entre géneros, y la lucha contra la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil.

Miguel Limón Rojas. Secretario de Educación Pública.


Otras aportaciones con respecto a la evaluación además de las presentadas en capítulos anteriores como los de María Cassanova, son las de Gimeno Sacristán. Enseguida se muestra un extracto de algunos puntos de vista de este último: Tal pareciera que los aspectos cuantitativos están por encima de los cualitativos, pues los primeros son los que exigen las instituciones educativas y los segundos los que persigue el profesor (postura idealista). Son más relevantes los aspectos formativos que los sumativos y para que esto último se cumpla, se deben contemplar ciertas condiciones con respecto a la evaluación: - Que sea factible en posibilidades y en tiempo. - Que arroje la información requerida. - Que no sea motivo de ansiedad en los participantes. - Que no se tome como medida de control autoritario. - Que se permita un cierto grado de flexibilidad en su diseño, aplicación y emisión de

juicios. De tal manera que paradójicamente, la prueba pedagógica por si sola queda “reprobada”, pues no cumple con dichas condiciones. Cuando se rompen estas condiciones (que no se cumplan), se produce un instrumento de control (caso del examen escrito). Es posible que se irrumpa en una falla. Lo más probable es que queriendo identificar los niveles de comprensión del alumno hacia determinada temática, por medio del examen, no encontremos realmente los resultados esperados. Deberían considerarse otros medios para tales fines y no descartarlos, tal es el caso de las entrevistas, autoanálisis del profesor en cuanto a su técnica de enseñanza, etc. No podemos desvincular el aprendizaje de la enseñanza. Entonces si se requiere un rendimiento en el aprendizaje, valdría la pena observar su contraparte, la enseñanza. El resultado de esto se denomina evaluación integrada y es interactiva, es decir se considera tanto en la enseñanza como en el aprendizaje. Para que esto se desarrollo, el profesor deberá ser consciente, flexible y reflexivo en cuanto a su trabajo de enseñanza. Esta evaluación integrada o formativa puede tener varias concepciones, sin embargo resulta interesante la presentada por Harlen “ El proceso de obtener información sobre aspectos relevantes de la experiencia y de las cualidades de los alumnos y el incremento de la eficacia del profesor. Mucha de esta información es detectada por el docente y no precisamente por documentos escritos, si no por medio de la observación (entre otros métodos). Pero tal aspecto dependerá de las capacidades del maestro para desarrollar estas habilidades. De ahí la preocupación de Gimeno al citar que, la mejoría de los procesos pedagógicos esta en perfeccionar la competencia de los profesores. De esta


forma los resultados de la evaluación no serán meras subjetividades numéricas como producto de un examen, sino criterios, juicios o valoraciones en cuanto a aspectos cualitativos del alumno, mismo que pueden identificarse en torno a una expresión alfanumérica. Un número identifica o ubica un criterio de otro de una escala establecida, un juicio cualitativo permite comunicar el avance, rendimiento y trabajo del alumno.

Una evaluación olística o Globalizada. La educación formal ofrecida en instituciones educativas debe tender a formar individuos de manera integral, es decir en

desarrollar métodos que permitan conocerlos a profundidad, incluso hasta llegar a los rasgos personalidad y no quedarse en meras asignaciones numéricas emanadas como resultado de la aplicación

de pruebas o tests. Una propuesta de Gimeno Sacristán para entender, conocer y encontrar correctamente las particularidades de

los alumnos, es mediante la aplicación de una evaluación holística, globalizadora e integral. Para lo cual también existen ciertas

apoyaturas y contradicciones: 1) Rechazo a métodos tradicionales y aceptación de otros con principios humanos, es

decir apegados al área socioafectiva, aspectos morales y habilidades motoras. 2) La necesidad de adoptar modelos que permitan conocer las conductas de los sujetos

dentro del proceso Enseñanza-Aprendizaje, Gimeno Sacristán le llama Modelo Ecológico.

3) Inclusión de modelos de evaluación que permitan conocer las realidades del

alumnado, en la curricula correspondiente. 4) Actualización en los métodos de enseñanza y de los contenidos mismos para que el

avance sea coherente y progresivo. Con esto obviamente tendrán que venir nuevos métodos de evaluación.

5) Un incremento en los controles de tipo técnico en educación. Con todo lo anterior, el autor propone que ya no es necesario, como única opción, la aplicación de evaluaciones de tipo formal, o sumativa, pues estas no son todo de lo que se pretende al evaluar (enfoque técnico=control). Más bien, debiera desarrollarse un tipo de evaluación que resulte de la intercomunicación maestro-alumno y su previa negociación. El riesgo que corre el maestro al descartar la prueba escrita, estriba en el hecho de que como este utilizará a otros medios a veces desconocidos por el alumno, esto pudiera pasar que no se le evalúa, entonces la evaluación “pierde” ese enfoque de control y el alumnado minimiza el interés por aprender, pues “no se le evaluará” (en la forma tradicional), los cimientos de la evaluación holística que presenta el autor, son la taxonomía de Bloom (intervención de la áreas socioafectiva, psicomotora y cognoscitiva)


y las aportaciones de Gagné, Briggs y Wagewr y sus destrezas intelectuales, estrategias cognoscitivas, información verbal, actitudes y destrezas motoras. Los resultados de una “buena evaluación”, no siempre son los esperados pues la calidad

en la recogida de la información, su procesamiento, interpretación y registro dependerán en gran medida de la capacidad del maestro. Esto también se ve reflejado en la enseñanza, pues como en el caso de la educación primaria, en donde el alumno depende académicamente en todas sus materias de un solo profesor y sus conocimientos en todas esas áreas. Muy diferente en el caso de la secundaria, en donde las asignaturas son desarrolladas por diferentes profesores “especialistas” en cada una de dichas áreas. El hecho está en que la propuesta de Gimeno habla de un cambio de actitud por parte del profesor, que exige de este un trabajo más exhaustivo, de análisis y reflexión, con la presencia interactuante ante todo de la flexibilidad, atendiendo a la evaluación no como un instrumento de poder sino de ayuda, retroalimentación y de entendimiento de la manera en que el participante construye sus

concepciones acerca de la unidad de análisis (materia o asignatura). Al igual que en otros apartados, el presente es una postura de parte de un especialista que hace sus aportaciones y emisión de supuestos como producto de una investigación, lo cual queda muy lejos de ser subjetivo. Esta en su haber la toma de decisiones para dar ese cambio pretendido en busca de la mejora continua y de la tan mencionada calidad educativa.


10.- ROL.

El rol se refiere a la postura que asume una persona ante circunstancias específicas de alguna actividad que este desarrolle. En este caso en particular haremos referencia a diferentes roles que asume el instructor, docente o profesor al conducir el proceso enseñanza-aprendizaje.

La tipificación del rol establecido para el docente puede llevar al ejercicio extremo del poder y la autoridad; cuando existe una identificación excesiva con el rol instituido del docente. El docente no es consciente de su rol de transmisor-ejecutor, pues tiende a repetirlo como lo ha internalizado, como algo normal e inherente a su práctica. En este sentido, las acciones tanto del maestro como del alumno cristalizan en una relación en la cual el primero se apropia del deseo de saber del alumno y se coloca en un lugar donde él se impone como fuente del saber. Existen investigadores como José Romero y Juan González Anleo que consideran que los profesores formamos un conjunto que actualmente vive una situación de crisis de identidad y sentido, faltos de una imagen coherente y precisa de si mismos. Dentro del sistema educativo, su rol total es ambiguo y difuso y su posición dentro de la estructura

social es contradictoria. El rol indica la conducta que se espera de una persona como miembro de una sociedad particular. Si todo rol abarca el conjunto de valores y aspiraciones de un puesto peculiar en el seno del sistema social, para estudiarlo habrá que hacerlo desde una doble perspectiva: la del que ocupa el puesto y la de los que se relacionan con él. Por tanto, en la idea del rol

hay implícitas una imagen de si mismo y una imagen pública. El profesor, igual que cualquier otro miembro de la sociedad, representa numerosos papales o roles de acuerdo con las distintas posiciones que ocupa, tanto en su vida particular y privada como en su vida pública y profesional. El profesor se da la circunstancia de tener que cumplir con una complicada y larga serie de papeles relacionados tan sólo con su ocupación, con las funciones que desempeñan y que se constituyen, fundamentalmente, en torno a la transmisión de conocimientos y valores espirituales. Se halla situado entre dos mundos: el de sus alumnos y el de adulto, teniendo que actuar como mediador entre el presente y el futuro, responder a las exigencias planteadas por sus alumnos y tratar de conciliarlas con los deseos y expectativas de sus padres, cuidando al mismo tiempo que ambos armonicen con las necesidades de la sociedad en general. El rol (o los roles) del profesorado hay que situarlo dentro del contexto general en el que transcurre su labor para poder llegar a entenderlo. Este contexto es el sistema educativo formal y más concretamente el centro educativo, como organización, que tiene sus fines e impone la conformidad con ellos. La escuela como organización y el sistema educativo


formal son parte del sistema social; no son realidades únicas a las que se puede analizar a modo unilateral. Son realidades cuestionables desde dentro y desde fuera, con finalidades y objetivos a cumplir en continuo replanteamiento.

Con base en esta teoría (resumiendo), la afirmación de que el comportamiento social implica dos dimensiones, conceptualmente independientes, pero fenomenológicamente interactuantes: la dimensión normativa y la dimensión personal. La primera de ellas está constituida por tres componentes:

Las expectativas del rol, es decir, los derechos y deberes normativos asociados a una determinada posición (finalidades institucionales).

El rol, definido por esas expectativas (tendencias a actuar de determinada forma, la personalidad, características individuales).

La institución, formada por la unión de cierto número de roles (satisfacción de necesidades personales).

La cantidad y clasificación de los roles del profesor puede ser variada, a continuación se hace una presentación selectiva de los más representativos, clasificándolos en: autoritarios, democráticos y paternalistas.

10.1 AUTORITARIOS.

Es aquel tipo de profesor que considera el proceso enseñanza-aprendizaje como unidireccional, pues el enseña y el alumno aprende, el es activo y el alumno es pasivo, el conduce y el alumno se deja conducir, etc., es uno de tantos factores que aún en nuestro días se dejan entrever como herencia lastimera de la escolástica y el tradicionalismo. Autoritario (propiamente): se manifiesta

celoso de su autoridad y superioridad con relación a los alumnos. Es partidario de la disciplina severa y se preocupa más por imponerse que por educar.

Normativo: el educador se adapta plenamente a las exigencias y normas de la institución, estando de acuerdo con las expectativas establecidas por el centro educativo, aunque sea a expensas de su propia personalidad y la de sus alumnos. Se ejerce la autoridad, impone frecuentes castigos y pone el acento sobre reglas.

Personal: subraya las exigencias personales de cada individuo, pasando por alto, si es necesario, las normas y exigencias organizativas del centro educativo. Sus relaciones


con los alumnos son particulares, en el sentido de que tiene en cuenta el modo de ser de cada uno de ellos.

Angustiado: que paraliza, casi siempre, la iniciativa de sus alumnos. Escrupuloso: se preocupa por las minucias insignificantes de la disciplina o del

reglamento de la escuela y, por eso su visión es muy limitada.

10.2 DEMOCRÁTICOS.

Este profesor por su parte es comprensible, justo, no autoritario ni impositor, por lo regular se le estima y llega a ser un líder educativo entre el alumnado. Su postura se da a conocer aún sin hacerse promoción, es el clásico maestro “bonachón” de toda institución educativa. Transaccional: hace intermediaciones entre las exigencias

institucionales y las personales.

Líder institucional: capaz de mantener la disciplina en el aula y en el centro educativo. La fuerza de autoridad de que el profesor queda investido es muy amplia (delegación de la autoridad familiar, de la administración educativa, investidura indiscutida del prestigio académico del saber, prestigio del adulto sobre el niño o el joven, etc.). naturalmente la disciplina comprende más que el puro mantenimiento del orden y el objetivo final no es otro que el de desarrollar en sus alumnos la capacidad de autodisciplina.

Ponderado: que sabe dosificar la libertad y la coerción y que no se aparta de las reglas pedagógicas tradicionales.

Nato: que tiene sentido pedagógico, es práctico y de mucha fuerza de voluntad. Acostumbra ser claro y preciso en sus apreciaciones y revela comprensión por los demás. Su más ardiente deseo es ayudar a los alumnos para que desenvuelvan su espiritualidad.

Sugestivo: sería el tipo ideal de profesor, si fuera capaz de amar y ser amado. Infunde ideales y vibra ante las buenas acciones de sus alumnos; no teme que éstos lo alcancen o lo superen. Posibilita a sus alumnos la aprehensión de la belleza, de la verdad y del bien, que es su principal objetivo.

Esteta: considera la formación de los alumnos como la más bella obra de arte. Sabe infundir ánimo y formar personalidades.

Social: comprensivo, paciente y consagrado interiormente a su profesión, consigue infundir espíritu de familia entre sus alumnos y los conduce hacia una actuación positiva en la sociedad.


10.3 PATERNALISTAS.

Se caracteriza por ser un profesor que exagera en su posición de educador, al grado de que hace hasta lo imposible por sobreproteger a sus alumnos. Estos últimos, de ser lo suficientemente listos, saben aprovechar dicha condición y convierten la protección en un cobijo ante situaciones difíciles en la escuela, y a veces caprichosas.

Socializador: es aquel que se preocupa por el aprovechamiento moral de los alumnos con marcada insistencia.

Logotropo: es aquel que se vuelca hacia los valores culturales, al mismo tiempo que procura entusiasmar a los educandos con dichos valores.

Paidotropo: es el que inclinándose hacia los alumnos, se interesa por la instrucción, pero más por la formación de los mismos.

Religiosa: cuidadoso y serio, persuadido de su responsabilidad en la formación de las almas de sus alumnos, lo que lo lleva a ser religioso y severo en procurar el bien de los mismos.

OTROS ROLES:

Transmisor de conocimientos: se espera de él que conozca la materia y que en ella sea reconocido como superior a los alumnos.

Metodologísta: experto en todos los métodos de enseñanza y estudio.

Indolente: que deja en plena libertad a sus alumnos, más por desatención que por principios.

Brillante: le preocupa más el efecto que pueda causar en sus alumnos que el progreso de los mismos.

Mero profesional: da clases para ganarse la vida y nada más; su acción está llena de altibajos.

Eufórico: juzga excelentes y en franco progreso a todos sus alumnos.

Displicente: está siempre atrasado en sus obligaciones escolares, ya sea en el desarrollo de su programa como en el cumplimiento de las exigencias burocráticas.


Depresivo: siempre atento a los aspectos negativos de sus alumnos e incapaz de ver los puntos positivos.

Poeta: se encuentra siempre distante de la realidad de sus alumnos y de las condiciones de la enseñanza, ve todo a través del prisma de la fantasía.

Desconfiado: en todos las manifestaciones de sus alumnos ve actos contra su persona y su dignidad.

Absorbente: llega a ser atrayente y brillante, busca suscitar la admiración de sus alumnos.

Teórico: De gran cultura, para quien educar es instruir. Vive para la ciencia. Se muestra frío y objetivo en sus relaciones con los educandos.

Práctico: Busca alcanzar un máximo de resultados con un mínimo de esfuerzos. Da mucha importancia al método y a la técnica, le interesa más la preparación técnica que la formación espiritual de sus alumnos.


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1991, Editorial Ariel, S.A. – Barcelona España.


ÍNDICE. Contenido. Página.

Introducción. 06 1.0 Presentación Personal. 08 1.1 Atuendo. 08 1.2 Higiene. 17 2.0 Expresión Oral. 20 2.1 Tono de Voz. 20 2.2 Vocabulario. 22 2.3 Ritmo. 24 2.4 Modulación de la Voz. 24 2.5 Énfasis. 25 3.0 Lenguaje Corporal. 27 3.1 Ademanes y Postura. 27 3.2 Expresión Facial. 30 3.3 Desplazamiento. 31 4.0 Comunicación Escrita. 32 4.1 Ortografía. 32 4.2 Caligrafía. 33 4.3 Sintaxis. 34 5.0 Interacción Personal. 37 5.1 Comunicación. 37 5.2 Integración Grupal. 41 5.3 Busca de Objetivos. 42 6.0 Preparación Profesional. 45 6.1 Preparación Formal. 45 6.2 Preparación no Formal. 47 7.0 Ética Profesional. 49 7.1 Responsabilidad. 51 7.2 Compromiso. 52 7.3 Institucionalidad. 53 8.0 Conducción del Proceso Enseñanza-Aprendizaje. 55 8.1 Planeación. 56 8.2 Desarrollo. 58 8.3 Evaluación. 62 9.0 Flexibilidad. 67 9.1 Conducción. 67 9.2 Tiempo. 71 9.3 Evaluación. 73 10. Rol. 77 10.1 Autoritarios. 78 10.2 Democráticos. 79 10.3 Paternalistas. 80 Bibliografía 82

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