cumbre sobre diversidad biológica. nagoya - japón

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Cumbre sobre Diversidad Biológica. Nagoya - Japón La COP cerró con la histórica adopción del Protocolo ABS 31 de octubre de 2010 Tras largos doce días de negociaciones y una última plenaria que finalizó en la madrugada del 30 de octubre, los ministros de 120 Estados presentes en Nagoya rompieron en aplausos. La razón: la adopción del “Protocolo sobre Acceso a los Recursos Genéticos y el Reparto Justo y Equitativo de los Beneficios resultantes de su Utilización” (Protocolo ABS por sus siglas en inglés). FARN estuvo en ese histórico momento a través de la presencia en la Plenaria referida de su Coordinadora de Conservación, Ana Di Pangracio. Así, luego de dieciocho años de la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), se logra abordar a través de un instrumento específico (Protocolo) uno de los tres objetivos del Convenio: el acceso y la distribución justa y equitativa de los beneficios resultantes de su uso. Los otros dos objetivos son la conservación de la biodiversidad y el uso sustentable de sus componentes. El acuerdo ABS incluye por primera vez mecanismos para que farmacéuticas y cosméticas compensen a los países de los que extraen principios activos, una histórica reivindicación de los Estados tropicales, que veían cómo muchas de sus plantas medicinales terminaban patentadas por laboratorios de países ricos. Si bien el Protocolo no es perfecto tampoco es malo, de hecho es de buena calidad y sienta un fuerte basamento para seguir trabajando en el futuro cercano, con especial foco en las tareas de implementación a nivel internacional y nacional. Se destaca que el Protocolo no hace referencia a “material genético” como pretendían los países desarrollados, sino a “recurso genético” definiéndolo como el material hereditario con valor económico, científico o social contenido en las especies, lo cual incluye a sus derivados, es decir, todo lo que se obtenga a partir de plantas, animales y microorganismos. Como bien señaló Hugo Schally, principal negociador europeo en tema ABS, cada una de las palabras del Protocolo ABS pueden significar para las industrias de bioquímicos, cosméticos y fármacos diferencias de miles de millones de dólares. El principal tema de discordia en la COP 10 fue el Protocolo ABS, al punto tal que Brasil y otros países en desarrollo ricos en biodiversidad habían amenazado a lo largo de toda la Conferencia con no firmar las metas generales a menos que hubiera también un acuerdo sobre el Protocolo. Finalmente la adopción del Protocolo ABS derivó en la aprobación de un nuevo Plan Estratégico 2011-2020, que establece como meta proteger el

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Como bien señaló Hugo Schally, principal negociador europeo en tema ABS, cada una de las palabras del Protocolo ABS pueden significar para las industrias de bioquímicos, cosméticos y fármacos diferencias de miles de millones de dólares. Finalmente la adopción del Protocolo ABS derivó en la aprobación de un nuevo Plan Estratégico 2011-2020, que establece como meta proteger el

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Page 1: Cumbre sobre Diversidad Biológica. Nagoya - Japón

Cumbre sobre Diversidad Biológica. Nagoya - Japón

La COP cerró con la histórica adopción del Protocolo ABS 31 de octubre de 2010

Tras largos doce días de negociaciones y una última plenaria que finalizó en la madrugada del 30 de octubre, los ministros de 120 Estados presentes en Nagoya rompieron en aplausos. La razón: la adopción del “Protocolo sobre Acceso a los Recursos Genéticos y el Reparto Justo y Equitativo de los Beneficios resultantes de su Utilización” (Protocolo ABS por sus siglas en inglés). FARN estuvo en ese histórico momento a través de la presencia en la Plenaria referida de su Coordinadora de Conservación, Ana Di Pangracio.

Así, luego de dieciocho años de la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), se logra abordar a través de un instrumento específico (Protocolo) uno de los tres objetivos del Convenio: el acceso y la distribución justa y equitativa de los beneficios resultantes de su uso. Los otros dos objetivos son la conservación de la biodiversidad y el uso sustentable de sus componentes.

El acuerdo ABS incluye por primera vez mecanismos para que farmacéuticas y cosméticas compensen a los países de los que extraen principios activos, una histórica reivindicación de los Estados tropicales, que veían cómo muchas de sus plantas medicinales terminaban patentadas por laboratorios de países ricos.

Si bien el Protocolo no es perfecto tampoco es malo, de hecho es de buena calidad y sienta un fuerte basamento para seguir trabajando en el futuro cercano, con especial foco en las tareas de implementación a nivel internacional y nacional. Se destaca que el Protocolo no hace referencia a “material genético” como pretendían los países desarrollados, sino a “recurso genético” definiéndolo como el material hereditario con valor económico, científico o social contenido en las especies, lo cual incluye a sus derivados, es decir, todo lo que se obtenga a partir de plantas, animales y microorganismos.

Como bien señaló Hugo Schally, principal negociador europeo en tema ABS, cada una de las palabras del Protocolo ABS pueden significar para las industrias de bioquímicos, cosméticos y fármacos diferencias de miles de millones de dólares.

El principal tema de discordia en la COP 10 fue el Protocolo ABS, al punto tal que Brasil y otros países en desarrollo ricos en biodiversidad habían amenazado a lo largo de toda la Conferencia con no firmar las metas generales a menos que hubiera también un acuerdo sobre el Protocolo.

Finalmente la adopción del Protocolo ABS derivó en la aprobación de un nuevo Plan Estratégico 2011-2020, que establece como meta proteger el

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17% de los espacios terrestres y el 10% de los océanos, para 2020. Estas cifras se consideran poco ambiciosas e insuficientes dado que el 10% para ambientes marinos era el mismo porcentaje previsto en el Plan Estratégico para la década anterior y porque actualmente un 13% de las áreas terrestres del planeta se encuentran protegidas, con lo cual solo se espera mejorar en un 4% para 2020. Las ONGs esperaban se acordara al menos un 20 a 25% para áreas terrestres y 15 a 20% para las marinas. Se teme que las nuevas metas no sean suficientes para detener la pérdida de especies.

En cuanto al tema de mecanismos financieros, motivador de largas negociaciones en Nagoya, sólo se ha acordado la puesta en marcha de un plan, con fecha límite en 2012, para identificar los fondos necesarios. Es decir, no se decidió nada al respecto en Nagoya, sino que se difiere la cuestión para la próxima COP 11 en India dentro de dos años; pero se ha logrado al menos el compromiso de las Partes de tratar indefectiblemente las cifras exactas necesarias para la salvaguarda de la diversidad biológica en 2012.

Es una pena que la mayoría de los países desarrollados no hayan sido capaces de seguir el ejemplo de Japón, país que anunció destinará u$s 2000 millones en los próximos tres años a los países en desarrollo, con el fin de proteger la biodiversidad.

Como medidas positivas se deben destacar los acuerdos para poner fin a la sobrepesca para 2020 y a los subsidios perversos para la biodiversidad (subsidios al gas, petróleo, pesca, agricultura), como así también el deber de restaurar al menos el 15% de los ecosistemas degradados.

Asimismo, se ha aprobado una moratoria sobre experimentos de geoingeniería que pretenden modificar el clima con alteraciones biológicas o físico-químicas del medio a gran escala. En adición, se reclamó a las Naciones Unidas tenga bien promover el trabajo conjunto y coordinado entre el CDB y la IPBES (la Plataforma Intergubernamental científico-normativa sobre biodiversidad creada en el marco de la Convención sobre Cambio Climático) para evitar la duplicación de tareas, como así también con otros acuerdos internacionales e iniciativas vinculadas con la temática de la biodiversidad (Convención de Cambio climático, de Desertificación, CITES, Convención sobre Especies Migratorias, Tratado Antártico, Convenio para la regulación de la caza de ballenas, Convención sobre el derecho del mar, Convención RAMSAR sobre Humedales, etc.)

A modo de conclusión, desde FARN sostenemos que se ha conseguido en Nagoya un progreso significativo en muchos frentes; pero es necesario trabajar fuertemente y desde ahora, contando particularmente con recursos financieros suficientes para poner en marcha acciones ajustadas y ambiciosas para detener las actuales cifras alarmantes de pérdida de biodiversidad. Los países deben ponerse manos a la obra a fin de convertir estas promesas en hechos concretos con la mayor celeridad posible.

Más información http://www.iisd.ca/biodiv/cop10/ http://webcast.cop10.go.jp/player.asp?id=2921&type=ondemand Plenaria Final, momento de la adopción histórica a los 138 minutos del video.