cuevas, mariano - historia de la iglesia en mexico 02

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HISTORIA DE LA IGLESIA

MXICOPOR EL

P.

MARIANO CUEVAS,

S. J.

MIEMBRO DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFA Y ESTADSTICA Y DE LA ACADEMIA MEXICANA DE LA HISTORIA CORRESPONDIENTE DE LA REAL DE MADRID

TOMO15481572

II

LIBRO PRIMEROCONSOLIDACIN Y ACTIVIDADES DE LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

LIBRO SEGUNDOLOS ELEMENTOS REGENERADORES. 1572

1600

Y

LIBRO TERCEROFRUTOS ESPECIALES DE LA IGLESIA EN EL SIGLO XVI

TLALPAM.

D. F.

(Mxico)

Imprenta del Asilo "Patricio Sanz"

1922

..C.O

STUO/fj

Nih Obstat Alexander Villaseor,

S. J.

Imprim

potest.S. J.

Camillus Crivelli,PRAEP. PROV. MEX.

Inipr matar Mexic 13 Junii 1922*\'

JOSEPH,

Archiepiscopus Mexicanus

Propiedad Registrada.

Queda hecho to que marca

el

depsi-

la ley.

A LA SANTIDAD DEPo XI

pontficeCONFILIAL

y

rey

AFECTOEl Autor.

DAL vaTICANII8 01SD0 I92t

w SuA Santita

W 4607.Rav.mo Ptdr*.II Santo fadre ha

nvaaents gradlto l'ojoBggio fattoGll dais

la S.V.Bev.oa ooo la dedica e l'lnvio del I* volnae della "HIboo

ria de la Iglesia ea lezioo''.alia cui compila sione Blla eta desdicapdo tatta la Sna attivit di etorleo.I,*AuguBto Fontefice.da un primo aguardo eonmario^rezidondosls le

non coioanl doti di ecrittora

oopto dell'importansa dell' opera e dells ena imponente -vaatii^,oofi8tt

pud a mano di complaceral di una iniziativa ooal bella oh

oondotta felicemente a termine come tutto fa ritenre o ooao

Bgli 8i augura, raggiunger un nobilisslmo ed utile acopo qualo

quello di msttere in luce splendlda teetimonianze e pagina gloe

rioaa di vita religiosa di cui va superbamente onusta la atoria

eccleeiastica di oodesto paese.Bgli perianto mentra eaprime a VosT^ra Pirterniti

bqo coas

plimantl cordiall per el grandioso dieagno e gli augori del auo

pi lieto coronamento, Le invla di cuore.in auspicio dagLi aiutia dalla protaaiono Caleata la Sua ASioatolioa Benedixiona.

Valandoml di queata cirooetansa mi grate raffermanni oon

MBSi

di

diaUata

a eioeara stis

dalla P.V.Rev.saff.mo nal Slgnora

Al Bev.Bo P.llariaiio Coeva9.3,

y

'

'

/

''y^'"'"

UBSSIOO

Nm:Secretara de Estado de

If,607.

Su

Santidad.

Del Vaticano, a 13 de junio de 1922.

Reverendsimo Padre:El Santo Padre ha agradecido cordialmente el homenaje que Su Paternidad Reverendsima al ofrecerle y dedicarle el primer volumen de la "Historia de la Iglesia en Mxico", a cuya compilacin est dedicando Su Paternidad Reverendsima toda su actividad y sus no comunes dotes de escritor^ e historiador. El Augusto Pontfice, ya desde su primer vistazo sobre la obra, dndose cuenta de su importancia e imponente amplitud, no pudo menos de complacerse de iniciativa tan hermosa. Si se lleva a feliz trmino, como todo lo hace esperar y Su Santidad lo desea, se lograr con ello un fin tan nobilsimo y de tanta utilidad cual es el de dar a conocer esos esplndidos testimonios y esas' gloriosas pginas de vida religiosa de que est regiamente enriquecida la historia eclesistica de ese pas. Por esto, Su Santidad, al mismo tiempo que felicita cordialmente a V. P., por el plan tan grandioso de su obra y le desea que prsperamente se termine, le enva de todo corazn como auspicio de la proteccin y ayuda del Cielo su Apostlica Bendicin.le

rinde

Aprovechando esta ocasin me

es grato expresarle los senti-

mientos de mi especial y sincera estimacin.

De

V. Paternidad Reverendsima.

Afectsimo enPedro,

el

Seor,

CARDENAL GASPARRI.

Al Reverendsimo P. Mariano Cuevas, S.

J.

Mxico.

PROLOGOLlenos de gratitud y de aliento por la paternal benevolencia con que Su Santidad el Papa Po XI acoge y bendice nuestros humildes trabajos, animados asimismo por el apoyo de nuestros ms conspicuos prelados, por la favorable crtica de nuestros hombres de letras y por el cordial recibimiento con que el clero y los fieles recibieron y agotaron nuestro primer tomo; procedemos a ofrecerles con nuestra mejor voluntad el segundo volumen de la "Historia de la Iglesia en Mxico".

te ni

El perodo histrico que aqu abarcamos, no es ciertamende tanto brillo ni tan lleno de vida y colorido como el que llevaba por fondo escnico la ms romanesca de las conquistas y la ms potica de las ruinas; es empero ms significativo y de ms enseanza, como que es el perodo de nuestra formacin social, bajo la proteccin y en virtud de los impulsos de esa misma floreciente Iglesia que acabamos de ver organizada ya, y en marcha, por los aos de 1548. En la actualidad crece de punto la importancia del perodo que ahora historiamos por la semejanza de nuestra situacin, con las de aquellos antepasados de a mediados del siglo XVI: decadente y ruinosa. Ojal que reaccionando como ellos, serenndonos, ordenndonos y trabajando como ellos lo hicieron, lograsen nuestros esfuerzos restauracin social tan slida y verdadera, como la que nos leg la valiente generacin de las postrimeras de la dcima sexta centuria.

10

PROLOGOSe imponela

subdivisin cronolgica de este gran perodo

que hemos adoptado, no ya tan slo por razones de metodologa y usanza, sino por la misma objetividad de las instituciones y sucesos que presentamos: como que todo pareci cambiarse radical y sbitamente, en el gran y memorable ao de 1572.enlas dos partes

Hasta entonces la historia de nuestra sociedad es la de un organismo, joven s, pero por mil dolencias carcomido; desde 1572, su historia es la de la vida que vuelve. En efecto, sus elementos primitivos de civilizacin cristiana: los obispos con cabildos y clero, los religiosos franciscanos, dominicos y agustinos, haban actuado hasta entonces con un trabajo de conjunto, laudable ciertamente y eficaz, mayormente entre los indios, pero ya era insuficiente para lo que con urgencia requera sociedad como Haca falta inyecla de entonces tan compleja y tan aviesa. mano enrgica que desarraigase tanta cin de vida nueva, una njaleza, y nuevos sembradores de la via del Seor. Todo esto qued instalado en 1571, y en plenas funciones de su actividad el siguiente ao de 1572. Todo esto no fu otra cosa sino la llegada de la Inquisicin con elementos nuevos y en toda regla establecida, el florecimiento y salida al mundo de nuestros primeros grupos literarios procedentes de la Universidad de Mxico, y finalmente el tan deseado advenimiento de la Compaa de Jess. Por estas razones quedan bien justificados los ttulos con que encabezamos las dos partes cronolgicas de este volumen: "Consolidacin y actividades de las instituciones fundadoras" para la primera, y "Los elementos regeneradores" para la segunda. Viene en pos de ella una tercera parte, sincrnica a ambas: "Frutos especiales de la Iglesia Mexicana en el siglo XVI". ; esos frutos como lo ver el lector, son de repartirse entre todos los > erdaderos labradores de la heredad de Cristo en Nueva Espaaduranteel siglo

XVI.*

el

senda as trazada, caminaremos Dios mediante, con mismo mtodo que hasta aqu y con ms apego a l que antes,

Por

esta

PROLOGO

11

ya que tan bien recibido ha sido por todlogos de profesin.

muy buenos

ingenios y me-

Por esto en el distribuir de la materia, seguimos atenindonos a nuestra regla de los centros histricos, ya descrita en el tomo primero. En virtud de la cual, noticias tan interesantes como las referentes a las rdenes del Carmen, de la Merced, Dieguinos, etc., no menos que las relativas a los conventos de religiosas, que quedan pospuestos para el siguiente volumen.Seguimos tambin en nuestro sistema de documentar profusamente, no slo aquellos puntos que han estado sujetos a controversia, sino tambin los que fcilmente pueden estarlo. Aun a riesgo de que resulten pesados algunos de nuestros captulos, no hemos querido despojarlos de una documentacin donde va toda el alma y defensa lgica de nuestras afirmaciones.Esta abundancia y fidelidad de nuestra documentacn, ha que todos hayan quedado satisfechos de nuestros juicios crticos o por lo menos sin respuesta contra ellos: raro caso, ciertamente, siempre que se escriba para pblicos tan divididos en opiniones y aficiones como son todos lossido tal vez la causa de

de lengua castellana. Nuestro mtodo de crtica, as sobre la historicidad como sobre la tica de los sucesos que relatamos, va esta vez ms robustecido y alentado con las frases de nuestro esclarecido maestra y egregio historigrafo el R. P. Antonio Astrain, de la Compaa de Jess: "Una de las cualidades (nos escribe) que me

ha agradado de este libro ("Historia de la Iglesia en Mxico") es el criterio netamente catlico con que est escrito. No consiste este criterio como algunos devotos modernos se imaginan, en callar o disimular los pecados que en la Iglesia se cometieron o en defender lo que no tiene defensa posible o en presentar solamente el lado brillante y glorioso de los sucesos. Todo esto no es crtica recta, sino falta de crtica; la verdadera crtica consiste en presentar la justa medida de lo bueno y de lo malo. Mientras vivamos en este mundo, siempre en el campo del padre de familias, estar mezclado el trigo con la zizaa. As lo anunci Jesucristo y as lo vemos cumplido en cualquier perodo de la Historia. Debe pues el buen crtico exponer con lisura a los ojos

12del lector, loserias del

PROLOGO

que aparece a cada instante enlas

la realidad, las mi-

hombre y

grandezas de Dios".

La impresin que deja el libro en cuanto a la crtica, me parece buena, y la que debe ser, porque en l percibimos la accin de la Iglesia, que lenta, pero constantemente va regenerando al mundo y cumpliendo las palabras de San Pablo: "Instaurare

omnia

in Christo".

*

Con los brazos abiertos y con mucho agradecimiento recibiremos y aprovecharemos las observaciones, o enmiendas que de nuestros trabajos histricos se nos hicieren, con tal de que vengan provistas de su correspondiente lgica y documentacin.Mxico,vigilia

de San Bartolom Apstol.

Ao

del Seor de 1922.

Mariano Cuevas,

S. J.

SUPLEMENTO BIBLIOGRFICO

Acias del Cabildo de

!a

Ciudad de Mxico.

Mxico,

1871-187Ji..

Alcedo D. Antonio de. Biblioteca Americana. Catlogo de los autores que han escrito de la Amrica en diferentes idiomas, y noticia de su vida y patria, aos en que vivieron y obras que escribieron. I8O7.Alegre Francisco Javier. Espaa. Mxico 18 Ul.

Historia

de la Compaa de Jess en

Nueva

Astrain Antonio. "Historia de la Compaa de Jess en de Espaa". Tomos II, III y IV. Madrid, 1905. 1909. 1913.

la Asistencia

Berruecos Car!os. Apuntes histricos sobre la Imagen de Nuestra Seora de los Angeles y su Santuario. Mxico, Tllpam, 1922.Calvo Carlos.

Coleccin

histrica de los tratados, convenios, capitula-

ciones, armisticios, cuestiones de lmites

y otros actos diplomticos y

polti-

cos de todos los Estados de la

Amrica latina comprendidos entre el Golfo de Mxico y el Cabo de Hornos, desde el ao 1493 hasta nuestros das, precedida de una Memoria sobre el estado actual de la Amrica, de cuadros estadsticos, de un diccionario diplomtico y de una noticia histrica sobre cada uno de los tratados ms importantes.Pai-s. 1862-69.

Cantoya Domingo deOficio de la Inquisicin".

la.

"Instruccin

y Cartas Acordadas

del

Santo

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Crdenas Juan

de.

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Cervantes Salazar Francisco.

Tres

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Mxico 1859'

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Con

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Guadalajara,Mxico,

Dvila Garibi Jos Ignacio.1922.

"Dos

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Daz de Arce Juan.1772.

Libro

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14

.

SUPLEMENTO BIBLIOGRFICOFiguero de Dvila Antonio.

Breve

compendio de

la

vida de San Felipe

de Jess.

Mxico, 1802.

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Vetustissima.

A

description

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Vida

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15

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Historia

Fe entre gentes.

las

ms brbaras.

Puga Vascoel

tad desde

de. Provisiones, Cdulas e Instrucciones de su ao 1525 hasta esta presente de 63. Mxico, 1563.

Majes-

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Los

misioneros muertos en

el

Norte de

la

Nueva

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Solrzano Pereira Juan de.

Poltica

indiana... dividida en seis libros.

Ternaux=Compans Henry. Archives des voyages, ou Collection d'anciennes relations indites, ou tres rares de lettres, mmoires, itinraires, etc.Recueil de documents et mmoires originaux sur l'histoire des possessions espagnoles dans l'Amrique. Pars, 18.'fO.

Ternaux=Compans Henry.

Ternaux^Compans Henry.Torqueniada Fray

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Vera Fortino Hiplito. Amecameca, 1879.Vera Fortino Hiplito.

Compendio

Histrico del Concilio Tercero Me-

Apuntamientos

Histricos de los Concilios Pro-

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Mxico, 1893.

Villadiego Gonzalo de.Toledo, 1519.

"Tractatus

contra Haereticam

Pravitatem"

Mxico,

Villanueva A. P.1912.

Vida

del Protomrtir

mexicano San Felipe de Jess.

ADVERTENCIA

es el de

El Escudo de Armas que aparece en la portada de este tomo Dn. Pedro Moya de Contreras, como un homenaje que rendimos a quien con tanto amor y tino supo regenerarnos.

El escudo es acuartelado; primero, de plata y una cabeza de ensangrentada y linguada de gules; que es de Hoscoso, uno de los apellidos del padre del seor Moya; segundo, de gules y una escala de oro; tercero, verado de plata y azur; ambos cuarteles son de Moya cuarto de oro y tres bastones de azur, que es de Contreras. Bordura general de gules y ocho aspas de oro. Piferrer en su Nobiliario da cuenta, separadamente, de todos los enlaces que forman el escudo de armas del seor Moya de Contreras; y a la vez nos proporciona varias noticias genealgicas. La familia Hoscoso era originaria de Galicia. Suero Vzquez de Hoscoso pas a Andaluca, fue Veinticuatro (o regidor, segn antiguo rgimen municipal) de la ciudad de Sevilla; y las ramas de su tronco, de donde descenda el padre del Seor Hoya, tambin se exteneron por extremadura. (Vase a Silva y Almeida, Nobleza de Extremadura). En cuanto a los Hoyas, son de viejo abolengo espaol: el primero que tom este apellido, segn la opinin ms generalizada, fu Dn. Alvaro de Hoya, conquistador de la villa de este nombre, y de l procedieron Dn. Rodrigo, Dn. Roberto, Dn. Alonso y nuestro Dn. Pedro, todos esclarecidos varones.lobo, de sable,

;

{Descripcin tomada de la

-4*

edicin,

visitar los Salones de Historia de Mxico, del

an indita, de la GUIA para Museo Nacional, por Dn. Jess

Galindo y Villa, 1922).

PARTE PRIMERACONSOLIDACIN Y ACTIVIDADESDE LAS

INSTITUCIONES FUNDADORAS.15481572.

CAPITULO PRIMEROESTADO MORAL DE LOS COLONOS DE LA NUEVA ESPAA

EN LA SEGUNDA MITAD DEL

SIGLO XVI

meras cerveceras. Sobre los conquistadores Judos. Como SE desempeaban los cargos de encomienda. Atenuantes. Los criollos primitivos y su carcter. La psicologa del mesNoticias sobre los negros y mulatos. Los primeros tizo.

Clase social de los inmigrantes Peninsulares. Antigedad DE nuestra clase SOCIAL DE VAGABUNDOS Y HOLGAZANES. LUjo Y Molicie de la poca. De la usura y la embriaguez. Pri-

judos y herejes del siglo XVI.

bibliografa especialACTAS DE CABILDO DE LA CIUDAD DE MXICO.Mxico, 1871-1874. ALEGRE FRANCISCO JAVIER. Historia de la Compaa de Jess.Mxic, 1841. BENA VENTE TORIBIO.Historia de los Indios de Nueva Espaa. Barcelona, 1914. CRDENAS JUAN DE. Primera parte de los Problemas y Secretos Maravillosos delas

Indias.

Mxico,

1591.Sueltos.

CORTES HERNN. EscritosMxico, 1871.

(Biblioteca

Histrica

de

la

Iberia,

T.

XII).

INSTRUCCIONES QUE LOS VIRREYES DE NUEVA ESPAA DEJARON A SUS SUCESORES. (Biblioteca Histrica de la Iberia, Tomos XIII y XIV).Mxico, 1873.

MOLINA FRAY ALONSO. Confesonario MayorMxico, 1578.

en Lengua Mexicana y Castellana.

20

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

EL

PERIODO de que nos ocupamos enria de la Iglesia

el

primer volumen de

esta obra, fu ciertamente importantsimo en la Histo-

Mexicana: los triunfos en l obtenidos por los primeros Obispos y conquistadores espirituales, son de gloria imborrable y nicos en su gnero en la

misma historia de la universal Iglesia de Dios. Aunque menos conocido y menos ponderado, el perodo de que en este segundo volumen vamos a ocuparnos, fu todava de mayor importancia en la Historia de la Iglesia y en la historia nacional y el triunfo al final obtenido, fu an ms egregio y ms glorioso sino para determinados individuos como el anterior pemejor an, para los sobrenaturales remedios de nuestra sagrada altos principios yrodo, s

para

la colectividad eclesistica, o

religin.

La segunda mitad del siglo XVI fu el perodo de niez y juventud de nuestra patria y por slo esto deba ya atraer nuestra atencin. Su educacin, la transformacin de sus primitivos ruines elementos en la noble y fuerte Nueva Espaa de los siglos XVII y XVIII, fu cambio ms increble que la dominacin y doctrinacin de las razas indgenas. En efecto, el problema de la conversin de los infieles con haber sido gigantesco, y humanamente imposible, estaba ya a mediados del siglo, sino resuelto, s bien comprendido, bien planteado y en vas de solucin tan segura, que de haberse desarrollado tal como se comenzara, habrase hecho de conquistados y conquistadores el pueblo ms prspero de la tierra. Extinguida la idolatra en las masas, aunque hubiese ac y acull casos aislados de reincidencia, (1) abominados y completaHay quien se empee en multiplicar gratuitamente los casos de (1) idolatra y en deducir, ms gratuitamente an, que los indios en su totalidad quedaron idlatras. Los ms empeados en sostener esta tesis no nos han podido probar la historicidad ni de treinta de esos casos. Aunque probasen de tres mil casos, todava, repartidos en el tiempo de tres siglos y en el espacio de toda nuestra nacin, no significaran nada. El ao 38, Motolina estampaba las siguientes palabras: "Ya que en algn pueblo hay algn dolo, o est podrido, o tan olvidado, o tan secreto que en pueblo de diez mil nimas no lo saben cinco, y tinenles en lo que ellos son, que es tenerlos Tienen los indios tan olvidados como si hubiepor piedras o por maderos. ra cien aos que hubieran pasado". Hist. de los Indios de la Nueva Espaa.. .

Tomo

III.

Cap. XX.

C.

I.

ESTADO MORAL DE LOS COLONOS, EN EL SIGLO XVI

21

mente extinguidos los sacrificios humanos; bautizada y doctrinada la mayor parte de los habitantes instalados por doquiera conventos y parroquias y visto el prspero resultado general de la campaa en esta forma emprendida, la empresa de la conversin;

de las razas de Anhuac quedara reducida a repetir tantas veces lo hecho, cuantos fueran los pueblos que iban a constituir nuestra nacin. El problema social y poltico relativo a los indgenas, estaba

y sigue estandoprincipio

sin solventar,

cuando yasin

el

religioso

quedaba enni

satisfactoriamente

resueJto

ms

sistema,

ms

trabajo que' el de adherirse fervorosamente a Jesucristo Seor Nuestro, siguiendo sus pisadas e imitando su manera de evangelizar y santificar los pueblos por donde pasaba.

entonces precisamente surga implacable y muy temeroso el problema de conjunto, el de la civilizacin de lo que ya de hecho constitua la Nueva Espaa. A mediados de siglo no era ya sta un puado de conquistadores frente a una masa bien defi-

Mas

nida y bien conocida de conquistados. No era una abigarrada muchedumbre, la hez de Espaa, que por razn de sus costumbres todo podan llamarse, menos civilizadores; frente a ellos la nueva cristiandad ya de millones, consternada y desedificada ante tan detestable inmigracin y entre ella y la raza indgena, el con:

quistador antiguo, mas el criollo, el mestizo, el negro y otras clay subclases sociales, cada una con sus tendencias, sus pretensiones, sus tradiciones, entre s tan divididas y a veces tan encontradas, que con razn eran llamados en su conjunto por el buen Dn. Juan de Zumrraga, "la Babilonia de esta tierra". Como lo hicimos en la parte primera de nuestra historia presesel conocer de cerca y distintamente todas esentre las cuales la Iglesia ejerci su misin tas clases sociales civilizadora y evanglica. Era entonces Sevilla, el emporio y corazn de Espaa, ciudad

cisa

tambin ahora

populossima donde al lado de lo ms noble y linajudo del reino, de santos y de egregios letrados, pululaba la turbamulta cosmopolita de comerciantes y aventureros, de judaizantes y mudejares y una infinidad de Rinconetes y Cortadillos, Tenorios y Gilblases haraganes de profesin y granujas incorregibles. Cuando all se tuvo noticia sobre la inmensa riqueza de la recin conquistada Nueva Espaa, ni los oficiales reales de la Casa de Contratacin,

22ni el

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

Ayuntamiento de

la

Muy

Leal y

Muy

Heroica ciudad de San

Fernando,

ni toda la papelera de reales cdulas que restringan

bastaron a contener el aluvin humano que, por las buenas o por las malas, empez desde entonces a desbordarse de allende los mares para descanso, sin duda, de la vieja Espaa y mayor merecimiento de los espirituales conquistadores de lala emigracin,

Nueva.

Es menester dejar bien descrita y documentada la vida y costumbres de los inmigrantes primitivos, como quiera que su conocimiento tendr que ser base de la filosofa de nuestra historia.

(2)

Terminante y de indiscutible valor es la opinin que sobre esos inmigrantes fulmin el mismo Hernn Corts: "Si todos los espaoles (dice) que en estas partes estn y a ellas vienen fuesenfrailes o su principal intencin fuese la conversin de estas gen-

bien creo yo que su conversacin con indios sera muy provechosa; mas como esto sea al revs, al revs ha de ser el efecto que obrare, porque es notorio que la ms cantidad de la gente espaola que ac pasa, son de baja manera y suerte, y viciosa de diversos vicios y pecados, e si a estos tales se les diese libre licencia de andar por los pueblos de los indios, antes, por nuestros pecados, se convertiran los indios a sus vicios, que los atraeran los espaoles a virtud ... Y por los muchos insultos y abominaciones que se haran andando esta gente suelta, Dios nuestro Seor permitira en todos un gran castigo y cesara la ms santa y alta obra que desde la conversin de los apstoles ac jams se ha comenzado, la cual (bendito nuestro Seor) va en tales trminos que si hubiere tantos obreros cuantos son necesarios para tan gran multitud de mies, muy en breve, tengo esperanza que se plantara en esta tierra otra nueva Iglesia". (3) Tan conocedor de la tierra como Corts y tambin conquistador, era Andrs de Tapia. He aqu sus palabras "La venida del nuevo virrey plega a Dios que sea para bien. Cuando viniere ver que se encarga de ms de lo que pens. Porque prometotes,:. .

Ntese bien que aunque muy fidedigna y abundante es la copia (2) de documentos en este sentido procedentes de fuentes monsticas, no solamente sta, sino tambin y principalmente la de juiciosos seglares ser las que aqu utilicemos.(3)Icaz.

Col. T. I. Pg.

471.

C.

I.

ESTADO MORAL DE LOS COLONOS, EN EL SIGLO XVI

23

a V. M. que es tanta la maldad que en estas gentes hay, que estoy mirando de cuan en crecimiento ha ido". (4) Rodrigo de Albornoz le deca al mismsimo Emperador Carlos V: "Como estas tierras estn tan lejos de V. M. y muy tardos los remedios que en ella se hacen, cran muchos malos servidores y todos ensanchamos las conciencias, y algunos nunca pieisan que V. M. se acordar de mandar el castigo y van a la desvergonzada contra su servicio". (5) El Dr. seglar Alonso de Zurita, dijo sencillamente: "Todos Jos religiosos afirman que hay gran cristiandad entre los indios que se estn en su simplicidad natural que no tratan con espaoles". (6)

Por todo esto Mendieta exclamaba "Infernal abuso que los espaoles han plantado de llamarse ellos cristianos, a diferencia de los naturales de la tierra, cosa absurdsima, porque habr indios que viendo tan malas obras como las que comunmente hacen los que se titulan cristianos, tomarn odio a este nombre y dirn::

mucho en buena hora ste t cristiano, que yo no lo quiero ser". (7). Completa ms su sentir en este punto Fray Rodrigo de laCruz: "As estos pobres indios cuando algn fraile pasa por su camino dice uno: cristianos vienen, y otro que ve mejor dice: no, sino padres; y si le preguntan a algn indio, eres cristiano? dceles que no. Los mexicanos que entienden ya ms las cosas de Dios, no llaman a los espaoles cristianos porque ven que no hacen cosastilla,

de cristianos llmanles castteca que quiere decir hombre de Casde lo cual se corren no poco los espaoles".;

historia del siglo

la experiencia, y no precisa y nicamente en la XVI, que muchos hijos de la vieja Espaa al trasponer los mares y apartarse de su familia, parecen romper al mismo tiempo, con los vnculos que los unan a la religin, a la honradez y moralidad.

En

efecto,

da

No eran vaguedades ni cargos generales solamente los que podan hacerse a esa gran parte de los inmigrantes que dio color y carcter a poca tan tempestuosa.11 de marzo de 1550. A. G. I. 59. 4. Col. T. II. Pg. 490. Relacin de Pomar y Zurita. Pg. 146. (6) Memorial en favor de los naturales para Su Santidad. (7) Mend. II. Pg. 185.(4)

Nueva Espaa,Icaz.

3.

(5)

Cdice

24

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

Se clam a Espaa muchas veces por el remedio de lo que para muchos era raz de su perdicin. Era sta el separarse de sus legtimas familias viviendo mal unidos aquende los mares. Son innumerables las reales cdulas sobre "que vuelvan los casados a Castilla". No pueden culparse de negligentes en la ejecucin de ellas, a los gobernadores de Nueva Espaa pero a pocos lograban embarcar y an stos se les escapaban. Tal se nos describen pintorescamente en un pasaje de D. Luis de Velasco el I carta a Felipe II. "Hombres casados en Espaa y algunas mujeres que tienen all sus maridos, se han enviado en cantidad, y en todos los navios que fueren se enviarn los que se pudieren haber. Tengo aviso de la Habana que como en aquel puerto sale a tierra toda la gente que de aqu va, se meten la tierra adentro y se esconden en los montes y arcaduces, hasta ser idas las naos, y despus se pasan a Campeche e Yucatn. Otros se van en navios del trato la vuelta al Puerto de Caballos y del Nombre de Dios, y a esta tierra se vuelven algunos y se mudan los nombres as que no todos los que se envan, llegan a Espaa. Los navios que vienen, siempre traen desta suerte de gente; por estas causas no se puede limpiar del todo esta tierra, de los tales. Hcese lo que;

m

;

es posible". (8)la primitiva emigracin, en gran parte de haraganes que haba en el muelle de Triana o al pie de la Torre de Oro, no eran ni con mucho los activos colonos que con razn se pedan a la corona, ni el tipo del emigrante montas moderno, emprendedor y laborioso. "Hay cantidad de espaoles, escriba D. Luis de Velasco, que no quieren servir y trabajar. Andan de ordinario a noche y mesn sin tener casa ni hacienda ni ms de lo que consigo traen: y destos los ms son gente baja que han venido de Espaa por no pechar ni servir y ac no quieren trabajar, ni tomar arado ni azada en mano por ningn precio ni pena; ni aderezarn un caballo porque se les den. Si han de comer pan de Castilla y beber vino y dormir en cama, no hay inters que los supla. Mi parecer es que no se enven gente (soltera ni casados) porque la hay sobrada en esta tierra y antes conviene entresacar para otras partes porque temo que

Como

procedente

la escuela de

Carta de Don Luis de Velasco (8) 7 Febr. 1554. Col. Cuevas, Pg. 206.

el

primero, a Felipe

II.

Mxico,

C.

I.

ESTADO MORAL DE LOS COLONOS, EN EL SIGLO XVI

25

necesidad y ociosidad ha de ser causa de alguna alteracin mala de remediar", (9) Era esta una pereza como a lo gran seor. Deca Mendieta a este propsito: "Como pasada la mar a esta parte se tenga el ms ruin de Espaa como el mejor caballero y como traigan todos muy decorado (aprendido de memoria) aue han de ser servidos de los indios por sus ojos bellidos, no hay hombre de. ellos por villano que sea que eche mano a un azadn o a un arado: y as huelgan ms de andarse hechos vagabundos a la flor del berro. De donde viene gran vejacin y molestia a los naturales que los han de sustentar a todos, y por tanto digo que tiene obligacin su Majestad de atajar el concurso de tantos. Cuanto ms que de venir de Espaa tanta gente, hay grandes inconvenientes como es haber en Mxico, segn estotro da me dijeron, diez u oncela

mil hijas de espaoles que casi todas no tienen con que se casar".

(10)

la tierra es abundosa (deca Rodrigo de Albornoz) de mantenimientos e de minas de oro y plata, se ensancha a toda manera de gente el nimo de gastar y al cabo de un ao o medio de estar en la tierra el que es minero, o estanciero, o porquero, no lo quiere ser y para esto procura de echar en atavos y sedas cuanto ha habido y otro tanto a su mujer, si la tiene, y no trabaja, con pensamiento que los indios les han de servir y mantener sus casas y gentilezas, los cuales no pudiendo cumplir con sus acreedores andan en crceles o se van de unas islas a otras y es mucha perdicin de ellos. Agora como todos son caballeros, habiendo el mejor aparejo que nunca en ninguna tierra hubo, el que ms deba tener est adeudado; y as todo est perdido e cada da se perdern ms. Cumple al servicio de su Majestad que la pragmtica de la seda y brocado se guarde y que usen sus oficios como en Castilla. Estn todos pobres y destruidos y despachan los pobres indios que son la gente que mejor sirve en todo el mun-

"Y como

do".

(11)

La pragmtica a que alude Albornoz, fu obtenida por frayJuan de Zumrraga, olvidada poco despus, vuelta a poner en vigor en 1537 por D. Antonio de Mendoza y vuelta a olvidar en 1547(9)

(10)

A. G. I. 58. 3. 8. Toluca, Eno. I. 1562. Icaz. Col. III. Pg. 541. 15 dic. 1525. Icaz. T. I. Pg. 508. (11)

26

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

segn se desprende de carta al Csar firmada por D. Juan de Zumrraga: "En esta gran Babilonia hay gran desorden y superfluidad en trajes y atavos de casas. Ni en la cmara de la Emperatriz bienaventurada vuestra madre, vi tanta tapicera y tanta almohada de seda. A dos desposorios que aqu se han hecho este ao, me dicen que han concurrido cuarenta o cincuenta mujeres que han llevado a cuestas atavos que valen lo de cada una tres y cuatro mil pesos. Digo como me lo han certificado. Ni en las casas veo honestidad sino gran soltura Domingos y fiestas ms van fuera a las huertas y campos dejando de or misa y sermones que quedan en las iglesias. No s para qu fin di la memoria por mandado de vuestra alteza de los casados que estn apartados de sus mujeres tantos aos ha, ellas all perdidas, ellos ac ms, cuasi todos con indias, cargados de hijos. Algunas veces deseo la muerte en ver lo que veo entre estas nuevas plantas que con obras los habamos de edificar y con los malos ejemplos lospervertimos. (12)

De cuerpo

entero aparece

el

inmigrante, improvisado de aris-

tcrata, en aquella urea descripcin hecha por Motolinia el ao (ntese bien) de 1536, cuando todava no poda referirse al criollo:

"Ved con cuanta pesadumbre se levanta un espaol de su camuchas veces le echa de ella la claridad del sol, y ma luego se pone un monjilazo (porque no le toque el viento) y pide de vestir, como si no tuviese manos para lo tomar, y as le estn vistiendo como a manco, y atacndose est rezando ya podis ver la atencin que tendr: y porque le ha dado un poco de fro o de aire vase al fuego mientras que le limpian el sallo y la gorra; y porque est muy desmayado vase desde la cama al fuego, no se puede peinar, sino que ha de haber otro que le peine; despus, hasta que vienen los zapatos o pantuflas y la capa, taen a misa, y a las veces va almorzado, y el caballo no est acabado de aderezar: ya veris en que son ir a la misa: pero como alcance a ver a Dios, o que no hayan consumido queda contento, por no topar con un sacerdote que diga un poco despacio la misa, porque no le quebrante las rodillas. Algunos hay que no traen maldito el escrpulo aunque sea domingo o fiesta: luego de vuelta la comida ha de estar muy a punto, si no, no hay paciencia, y despus repomuelle, y:

(12)

Mxico, Dic. 1547. Col. Cuevas. Pg. 149.

C.

I.

ESTADO MORAL DE LOS COLONOS, EN EL SIGLO XVI

27

si ser menester lo que resta del da para entender en pleitos y en cuentas, en proveer en las minas y granjerias; y antes que estos negocios se acaben, es hora de cenar, y a las veces se comienza a dormir sobre mesa si no deshecha el sueo con algn juego; y si esto fuese un ao o dos y despus se enmendase la vida, all pasara: pero as se acaba la vida creciendo cada ao ms la codicia y los vicios de manera que el da y la noche y casi toda la vida se les va sin acordarse de Dios ni de su nima, sino con algunos buenos deseos que nunca hay tiempo de los poner en obra". (13) Como esta vida de lujo no poda sostenerse sin trabajar y trabajar no queran, se recreci la pasin del juego. Veinticinco o treinta veces se repiti la real cdula con que su Sacra Real Maj. se guraba que haba de remediar el mal. Algn historiador extranjero moderno que escribe de memoria sobre nuestras antiguallas, fundndose nicamente en las Leyes de Indias, dara por hecho que hubo enmienda nosotros generalmente inferimos de la repeticin y aun de la existencia de una de esas leyes pasadas por agua, que lograban el efecto contrario al que se proponan. Tambin creci la usura por ese mismo motivo, a la que respondi un decreto de los Obispos reunidos en Mxico y no bastando esto, muchos se lanzaron al pillaje. Los religiosos dominicos en 1539 sealaban este abuso como una de las causas de escndalo para los indios. "El ver que los espaoles todos han entrado hambrientos, necesitados de sus haciendas y si han menester una hanega de maz toman cien si las hallan, y lo que no pueden llevar, qumanlo, y dems de esto la necesidad de los bastimentos es puerta para matar a los indios, pues muchas veces se ponen a defender sus haciendas y para tomarles las mujeres y hijos lo cual les es en gran manera aborrecible". (14). Del desorden en la administracin domstica refluy la inmoralidad en los empleos y aun en altos puestos pblicos. Tal se desprende del parecer enrgico de Fray Miguel Navarro "Fuera de unos poquitos que no se fueron tras el oro ni esperan en la riqueza y los tesoros, todo el resto de este nuevo mundo, ahora

sa y duerme: ya veris

;

:

(13)

Mot. T.Col.

I.

C. 14.

(Icaz.)

(14)

Cuevas. Pg. 89.

28

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

sean mercaderes, ahora sean pobladores, ahora vagamundos (que hay hartos) ahora conquistadores, corregidores, y otras justicias todos van a banderas deplegadas tras el ms haber y el ms adquirir y todos van encadenados como arcaduces de rueda de noria, y son semejantes a ellas porqu muy poco despus que se ven llenos se hallan vacos, y los corregidores y otros que menean la masa, cuelgan de los Oidores y de las cabezas que ac gobiernan como alanos de las orejas del toro, y son la hechura de los que estn en la fuente y desde Espaa gobiernan esta tierra y no es maravilla que los sustenten y los crean y se rijan por sus informaciones y no por el dicho de unos frailes pobrecillos que piensan interrumpir el curso de una mquina tan grande y puesta en tanta velocidad de movimiento". (15). Muchos excesos haba tambin en la bebida y, lo que se hace raro, que no teniendo ya vino de Espaa se dieron a beber pulque. "Muchos espaoles y mestizos que por holgar se han dado, as hombres como mujeres, a hacer vino de la tierra y meten en sus casas los indios los encierran y esconden en ellas, despus de borrachos les quitan ropa y dinero y los dejan en la calle y no bastan excomuniones y penas que les estn impuestas para lo remediar". (16). El mayor enemigo del pulque, (jy con cunta razn!) Fu Fray Juan de Zumrraga. El obtuvo la real cdula fecha en Toledo a 24 de agosto de 1529. (17).

Cdice Mendieta. T. I. Pg. 106. Relacin de Pomar y Zurita, Pg. 115. "La Reina. A vos el Reverendo y en Cristo Padre Fray Juan de Zumrraga; Obispo de Mxico: Yo soy informada que los indios naturales de esa Nueva Espaa hacen un cierto vino que se llama pulque, en el cual dicen que en los tiempos en que hacen sus fiestas y en todo el ms tiempo del ao echan una raz que ellos siembran para efecto de echar en el dicho vino o para lo fabricar e tomar ms sabor. Con el cual se emborrachan e ans emborrachados hacen sus ceremonias y sacrificios que solan hacer antiguamente. Como estn furiosos ponen las manos los unos en los otros y se matan e dems de esto se siguen de la dicha embriaguez muchos vicios carnales y nefandos de lo cual Dios nuestro Seor es muy deservido y que para el remedio de l comberna que no se sembrase la tal raz e que aunque se sembrase para otra cosa que no se echase en el dicho vino, e nos fu suplicado ans lo mandsemos proveer e como la mi merced fuese, por ende yo vos mando y encargo que luego veades lo susodicho e preveades en ello como os pareciere que conviene, poniendo cerca de ello las penas que vos pareciese contando que las dichas penas que ans pusiredes no^ sean pecuniarias y enviarnos heis relacin de lo que cerca desto proveyredes y mandamos que entre tanto que la dicha relacin viene e se ve e provee(15) (16) (17)

.

C.

I.

ESTADO MORAL DE LOS COLONOS, EN EL SIGLO XVIel

29

Claro que fu intil

regio papelito

como

el

anlogo de 1561el

y por eso

el

visitador secreto Diego de Robles dio n 1570el

buen gobierno de la Nueva Espaa insisitiendo adems sobre el abuso de introducir la raz del peyotl en la ya de suyo detestable bebida. "tem: andanto en la visita, el dicho Visorrey ha de tener grandsimo cuidado de enviar a visitar las casas de los indios y los mestizos o negros, y espaoles que estn e habitan entre los indios, para ver si tienen o hacen pulque en ellas; e a los que se averige que lo hacen, o venden, o beben, o tienen los materiales e aparejos en sus casas, o se hallaren en su poder, ejecutar en ellos las ordenanzas que hay sobre ello hechas, con todo rigor; porque como ya es notorio, el dicho vino se hace con unas races que enloquecen a los indios y se embriagan con ello y revientan o mueren, de que se siguen grandes daos, adems de los delitos y pecados que cometen en grande ofensa de Dios nuestro Seor sin sentir ni entender lo que hacen; pero hase de tener cuidado que los alguaciles no sean tan grandes robadores porque no hacen ms de llegar a las puertas de las casas, donde ya saben que se hace o vende el pulque y los que lo hacen o venden danles un puado de reales y vansesiguiente aviso para.

.

sin entrar dentro ni hacer diligencia ninguna".

(18).

que nos vena con el pulque y con el vino de Castilla, introdjose ya desde 1544 una cervecera. "He asentado en esta ciudad una brazera para hacer cerveza. Hay buen despacho en la que se hace, acudiendo los indios y espaoles. La beben a causa que el Visorrey por darle a entender la bebe ordinariamente. Los naturales de la tierra la tienen por mejor que sus pulqueras. Hase vendido a ocho reales el arroba por la falta de trigo de cebada que hay. Con el tiempo, encaminando nuestro Seor el ao, valdr ms barata. Est una caldera asentada en esta ciudad e segn las muchas poblaciones que en ella hay, se pueden asentar cien calderas". (19)si el

Y

como

fuese poco mal

que convenga, se guarde lo que cerca desto ordenredes e mandredes. Fecha en Toledo a veinticuatro das del mes de agosto de mil y quinientos y veinte y nueve aos. Yo la Reina. Refrendada de Juan Vsquez. Sealada del Conde e del Doctor Beltrn e del Lie. de la Corte". 24 de ae-oslo

to de 1529. A. G.

I.

8751.

(18)(19)'

A. G. I. 58 69.

Documentos Inditos. T. II. Pgs. 12 y 13. Ao de 1570. Carta de Juan Herrera a su Majestad, 15 de mayo de 1544.

!

so

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

Ya por el ao 53 se haban conocido los funestos resultados de esta bebida, como lo hace notar el Lie. Meja en carta a su Majestad: "Aqu venden cerveza con lo que los indios se emborrachan y cometen graves delitos y por tener merced de V. Majestad para la vender. Sea servido mandar no se venda, pues a los indios es tan perniciosa y los espaoles no la usan". (20) Cules fuesen las costumbres en otras lneas de la moral cristiana, fcilmente se puede colegir de lo hasta aqu dicho y no hay por que manchar con su descripcin las pginas de una historia. Por exagerada que sea, siemPRIMERA PA^T.E pre deja psima impresin de la D E LOS sociedad de mediados del siglo y fccreos'marauiloro^ de las XVI la cruel descripcin que de Indias. Cotnpuefts por el Doella hace en este sentido el Dr. ctor lun de Crdenas Medico. Juan de Crdenas. Refirindose Dirigida al lilnttfsimoSeof Don LojfS a enfermedades vergonzosas dirt'>'"-'

limo.

Sr.

Dn. Francisco Mendiola

fu nombrado para sucederle D. Fray Pedro de Ayala, franciscano, mas estuvo cuatro aos sin llegar a su sede de la que al fin

;

C. III.

EL EPISCOPADO

85

tom posesinel

el 28 de noviembre de 59. Gobern diez aos hasta de su muerte, siendo su gobierno uno de los ms tempestuosos que ha habido, en parte por impetuosas imprudencias del obispo y en parte por el modo de ser de su cabildo. Tenemos mucha y muy desagradable documentacin sobre verdaderas quisquillas, chismes y acusaciones, con sus correspondientes regaos del monarca y excusas del prelado a quin llamaban sus cannigos "hombre de spera y recia condicin, falto de experiencia y pericia para el rgimen de las nimas y buena administracin, amigo de pleitos que l ha causado sin fundamentos ni causas justas, etc. (16). En cambio, a su muerte, el obispo de Michoacn, que era entonces D. Antonio Ruz de Morales, escriba a Felipe II. "El obispo de Jalisco muri habr dos meses era muy buen religioso. V. M. har merced a aquella iglesia de proveerles prelado clrigo porque como en esta tierra hay tantas diferencias entre los clrigos y frailes, aunque el obispo era tan bueno, nunca se concert con los clrigos y con la Audiencia." (17). El limo. Sr. D. Francisco de Hendila, inmediato sucesor del Sr. Ayala, naci en Valladolid de Espaa a fines de 1498, descendiente de ilustre familia vascongada. Vino joven a la Nueva Espaa, en cuya Universidad termin sus estudios. Radicado en la Nueva Galicia fu oidor de su real audiencia, a la sazn que muri Fray Pedro de Ayala. El ao de 1571 fu promovido a sucederle para lo cual, como acaeci con D. Vasco de Quiroga, tuvo que recibir sucesivamente todas las rdenes. Muri el 23 de abril de 1576 en Zacatecas. Aunque no se narra de l hecho concreto extraordinario, dej fama de santidad entre sus diocesanos. Dcese que al abrir su atad en 1599 y en alguna otra ocasin, su sombrero episcopal que delante de l penda en la bveda, movase con movimiento circular. Un seor D. Juan Trujillo fu presentado para la sede de Nueva Galicia el 28 de julio de 1580, mas no lleg a venir. D. Fray Domingo de Alzla, de la orden de predicadores, nacido en Mondragn de Guipzcoa, gobern la sede de que nos vamos ocupando desde 1582 hasta 1590, sin que nada de caracterstico se le pueda asignar en su biografa. Fray Pedro Surez de Escobar, Fray Juan de Trujic, D.;

(16) (17)

A. G. I. 67-1-31. Colima, 20 de noviembre de 1589.A. G.

I.

60-4-39.

86

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

Alonso Fernndez de Bonilla y D. Francisco Santos Garca fueron otros tantos presentados para la dicesis del poniente, los que por diferentes razones no llegaron a gobernar.

limo. Sr. Fr.

Domingo de

Alzla.

Slo hasta el ao de 1597 tuvo obispo en su sede el por todos conceptos ilustre D. Alonso de Mota y Escobar: el primero de esta dignidad nacido en la Nueva Espaa: fu natural de la

C. III.

EL EPISCOPADO

87

Ciudad de Mxico, y habiendo estudiado en el Convento de los Padres de Santo Domingo de aquella Ciudad, y sirviendo el curato de Chiapas, fu electo Den de Michoacn, Tlaxcala y Mxico. Despus se le destin para los obispados de Nicaragua, y Panam, que no acept, y s, el de Guadalajara, que sirvi algunos aos. En el de 1601 pacific a los indios amotinados enla Serrana de Topa, tratndolos con caridad y ternura, dndoles de comer y vestir, predicando elocuentemente en lengua mexicana para exhortarlos a la debida obediencia, como tambin en castellano a los espaoles a fin de persuadirles al mejor trato de ios indios, y vistindose de Pontifical, para administrar con mayor solemnidad el Santo Bautismo a muchos, y entre ellos a cinco caciques poderosos de la tierra. Desde aquel obispado fu promovido al de Puebla de los Angeles en el ao de 1608, y lo gobern hasta el 15 de abril de 1625, en que falleci: disele semagnfico colegio de San Ildefonso de esta ciudad, que se fund en virtud de su ltima disposicin en el sitio y con las rentas, con que antes haba meditado fundar un hospital as mismo dot el Aniversario de San Ildefonso, que se celebra anual-^ mente en su Iglesia, y las salves, que en la Catedral de Puebla se predican, y cantan los sbados de cuaresma: dio sus casas para la Iglesia y convento de religiosos de la Santsima Trinidad, que se fund en su tiempo. Fu varn de mapultura enel;

ravilloso ejemplo.el

Se halla en su retrato

,/

,

elogio que sigue: "Pacificus, Eloquens,.

Magnificus".

El primer Obispo efectivo de Yucatn, fu Fray Francisco de Toral. Era natural

de Ubeda.

Tom

el

hbito en la Proel celo

vincia de Andaluca, y con

de ga-

nar almas para Dios, pas a la Provincia del Santo Evangelio donde aprendi lalengua popoloca, difcil de aprender: puso en arte y mtodo, y la ense afrailes.la

W''^

los

limo. Sr. Dn. ^r. Francisco de Torai.

Aprendi

la la

delsimamente en

mexicana, y en ambas lenguas trabaj fiprovincia de Tecamachalco, plantando en

LAS INSTITUCIONES FUNDADORASella la fe cristiana:le

bautiz gran

nmero de

gente, por lo cual

tienen

como

el

primer apstol de aquella provincia, en gran

veneracin, y su retrato se guarda en aquel convento con la estimacin debida. Fu electo custodio en el captulo general que

Salamanca en el ao 1553. Anduvo por las provincias de Espaa a pie, buscando religiosos y trajo 36 el ao de 57, y acabado su oficio con toda religin y consuelo de los subditos, fu electo primer Obispo de Yucatn que aunque primero fu electo Fray Juan de Puerta, no lleg a su Fuese luego a reconocer a sus obispado. ovejas, y antes de consagrarse fu a Espaa a buscar el remedio para sus subditos como buen pastor. Volvi bien despachado y consagrado; pero deseando la quietud, renunci varias veces, con deseo de morir entre sus hermanos: mas como haba necesiIlmo. Sr. Dn. Fr. Diego de Landa. (Jad de tal persona en aquella provincia, no Cumplile Dios Nuestro Seor sus renuncia. le aceptaron la deseos, porque siendo llamado para algunos negocios, aposentado en el Convento de Mxico le cogi la muerte y pas a gozar del premio de tantosse celebr en;

'

trabajos a la gloria,

como

se espera de su

buena vida, y en l yace su cuerpo. Fray Diego de Landa, Provincial que erade los franciscanos en Yucatn, ocup la sede despus de la muerte de Toral, aunque! no tom posesin sino el ao de 73. Muri De grandes mritos coel 20 de abril de 79. mo lingista, y como historiador de Yucatn; de grandes actividades y de increble energa, como misionero, tiene sin embargo en contra suya lo impetuoso e irreflexivo de su carcter, pasiones que lo condujeron a las imprudentes y atroces medidas de que|

limo. Sr.

Dn.

Fr.

Gregorio Montalvo

haremos mencin en otro lugar. El dominico Fray Gregorio Montalvo gobern

la

dicesis

C. III.

EL EPISCOPADO

89

desde el 80 al 87: perodo en que celebr Snodo y dio muestras de talento administrativo. Fray Juan Izquierdo, presentado por la mitra el 30 de julio de 87, tom posesin el 15 de abril de 90 y gobern hastael

602, fecha de su muerte.*

Es muy difcil emitir un juicio crtico de determinado grupo o clase y ms cuando los miembros que la componen no pueden considerarse como solidarios en sus maneras de proceder. No juzgaremos, propiamente hablando, al episcopado mexicano del siglo XVI aunque s podemos exponer algunas observacionesacerca del.

su entrada y toma de posesin, (y de esto no tenan ellos Ya habrn podido la culpa generalmente), eran muy tardos.

En

observar nuestros lectores,

los

sede vacante en casi todas las dicesis de la

frecuentes y largos perodos de Nueva Espaa, conclero.

gran detrimento

del pueblo

y ms an del

Sin querer echar la culpa a nadie, en particular, hacemos notar que la cuarta episcopal o sea las rentas decimales que haba de percibir el obispo, en sede vacante, iban al monarca o si no, por disposicin de ste, al cabildo o a otra persona. Es decir que a la muerte del obispo haba intereses creados que se avenan muy bien con la sede vacante y que venan por tierra cuando se presentaba el obispo.Caracterstica de casi todos nuestros obispos, o ms bien, de toda Espaa en aquella poca, era el ser litigiosos e incansables en emprender y sostener pleitos judiciales por cualquier cosa y con todo el mundo. Dados los procesos que al mismo tiempo seguan con religiosos, con sus cabildos, con el Virrey, con la Audiencia... sobre lmites, jurisdiccin, puntillos de ceremonial, etc., y todo esto llevado con el antiguo sistema espaol, el ms papelista y farragoso que pueda imaginarse; no sabemos de dnde sacarles tiempo a los reverendsimos prelados para la administracin y direccin positiva de la Dicesis, para dar y sostener en clero y pueblo, la vitalidad y la direccin paternal incompatibles con la agitacin y amargura en que por unas cosas o por otras, vivan, aquellos pobres seores.

90

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

A

esto se aada en la

mayor parte de

ellos el

que no cono-

can las lenguas de sus diocesanos. Haba por los aos de 1556 un fraile dominico holands, por nombre Fray Nicols de Witte,

dizque pariente dellands,

Emperador y por esto sin duda y por lo hoingenuo y claridoso. Escribi a Felipe II respecto a los obispos de Nueva Espaa en los siguientes trminos: "Gran yerro se hace all en proveer obispos de all, que no conozcan ni sepan la lengua de estos miserables, ni sepan ni conozcan sus miserias, como los puedan ayudar ni ensear, sin ir al hilo de los espaoles como hace el arzobispo. Los que por ac haban de proveer haban de ser hombres que ac haban echado el bofe por estos miserables naturales, y no los que vienen por su inters propio y por hacer en sus parientes". (18) En este ltimo punto de los parientes, no fu slo Witte, sino algunos otros, entre ellos, el obispo Toral, quienes acentuaron y recargaron la nota. Deca Fray Francisco de Toral: ". .los prelados estn tan cargados de sobrinos y parientes por los cuales enriquecer, se empobrecen a s, de tal manera, que siempre importunan a S. A. por el aumento de sus rentas y por los diezmos, diciendo que estn pobres y enviando testimonio de ello e probanza. Verdad es, seor, que se empean y adeudan para dar a parientes veinte y ms mil ducados de hacienda, que vinieron desnudos: y por esto estn adeudados y pobres. Pero ms creo estn en las conciencias, porque ponen sus vidas por sus parientes y no por sus ovejas, y as ellos y ellas mueren de ham-

muy

.

bre espiritual".

(19)

respecto a este punto (por cuanto hemos averiguado) es que no haba tal cantidad de parientes. Tal vez el buen franciscano llevado de excesivo celo, vio lo que no haba y

La verdad

reprenda sin haber verdadera culpabilidad.obispos en general. Fray Alonso de Montfar dio las siguientes brevsimas notas sobre las que pueden filosofar nuestros discretos lectores. "1". Obispos: Sean hombres probados en vida y doctrina,

Hablando de

los

telogos o juristas, y caritativos y pasen de 40 aos.(13) Meztitln, (19) de Indias.

Carta de Fray Nicols de Witte a Fray Bartolom de las Casas. 24 de agosto de 1556. (Col. Cuevas, pg. 243.) Carta de Fray Francisco de Toral al Presidente del Consejo Mxico 1 agosto de 1554. (Col. Cuevas, pg. 291).

C. III.

EL EPISCOPADO

91

dar instruccin en lo que toca a las viside manera que no causen trabajo a los naturales con sus acompaamientos. 3. Se da a entender que el obispo de Guatemala cerca de2.

Debiraseles

tas de sus obispados,

El no acertarse provisiones, hacerse por favor y consejo. negociacin con personas Distritos de obispado de Nueva Espaa: Parecenlos beneficios, recibe intereses.4.

las

es

del

5.

la

muy

grandes para

lo

que toca a

la

administracin de sacramen-

tos:" (20)

Para terminar y como observacin general, podramos nosotros decir: obispo de malas costumbres no fu ninguno de los que llegaron aquel entonces a Nueva Espaa antes parecen ser todos hombres de gran fe y piedad cristiana. Por lo atados que estaban en sus mismas funciones episcopales y por la rutina de la poca, ninguno despus de Zumrraga y Quiroga, brill por;

su iniciativa o talento organizador, excepcin hecha del insigne Dn. Pedro Moya de Contreras, Por las causas dichas, por lo heterogneo de las dicesis y por culpa en gran parte de sus cabildos y clero, dejaron de hacer mucho bueno y el progreso de la Iglesia fu muy ms lento de lo que ser debiera. En favor del episcopado, por otra parte, estn su valor religioso ante el mismo trono, sus apostlicas energas, dignas de Espaa y de su siglo y el conjunto de actividades, celo pastoral y verdadero talento que mostraron en los tres Concilios Provinciales de que nos ocuparemos en el captulo siguiente.Minuta de los pareceres sobre asuntos de buen gobierno que por (20) mandato de Felipe II recogi y envi a la corte el Arzobispo de Mxico D. Fray Alonso de Montfar. 1570 (Col. Cuevas, pg. 289).

CAPITULO IVLOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

Personal y temas del primer concilio, 1555. noticias sobre el segundo, 1565 y 1566. convocacin al tercer conciobispos, consultores y representantes del lio mexicano. poder temporal asitentes a las reuniones. materias decreTADAS EN EL snodo. PROTECCIN DE LAS RAZAS INDGENAS. DIFICULTADES QUIENES FORMARON LOS DECRETOS CONCILIARES. SOBRE LA PUBLICACIN DE LOS DECRETOS.

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Concilios

Provinciales

nuestros lectores, (1) la actividad coleclos primeros obispos de la Nueva Espaa por lo que dijimos anteriormente sobre las juntas eclesisticas, que con tal nombre han de llamarse y no con el de concilios. En la segunda mitad del siglo XVI, tres fueron las reuniones que con el nombre de concilios mexicanos, aunque no con el nombre oficial de Santos Concilios (2) se registran entiva

CONOCEN ya de

nuestra historia eclesistica.1' Lib. 1' Cap. 21. (El Papa Po V. mand suprimir el ttulo de santos a los conQued reservado para los eucuninicos o universales). cilios provinciales.

(1). (2).

Vase tomo

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

9S

Diferentes, y por cierto muy buenas ediciones, as como profundos estudios han sido publicados a este particular. El limo. Obispo de Cuernavaca D. Fortino Hiplito Vera, hizo una historia de los tres concilios, entresacada fielmente de las actas originales y otros documentos a ellas contemporneas de que As desgraciadamente ya no hemos podido nosotros disponer. las cosas, tcanos el presentar con ligeras variantes, un extracto de la obra de Vera, libro por otra parte ya difcil de adquirir

entre los bibliopolas.

El limo, y Rmo. Sr. D. Fray Alonso de Montfar, apenas tom posesin de su sede, dise prisa a convocar y celebrar un Concilio. ''Nos deseando, dice en el prlogo de ste, imitar a nuestros predecesores, y en cumplimiento de lo que en los Sagrados Cnones celebramos este primer Concilio Provincial nos es mandado en este presente ao (1555)". Asistieron a este Snodo, bajo la presidencia del limo, y Rmo. Sr. Montfar, los limos, y Rmos. Sres. Quiroga, Hojacastro. Casillas, Zarate, el cual muri estando en el Concilio, y Diego de Carbajal, clrigo presbtero, con poder del limo, y Rmo. de Guatemala. Concurrieron igualmente los Sres. Dres. Herrera, Mexa y Montealegre, oidores de la real audiencia de Mxico, y el Lie. Maldonado y Gonzlez Cerezo, fiscal y alguacil mayor de dicha audiencia. Estuvieron tambin presentes el limo, y V. Den y Cabildo de la Santa Iglesia Metropolitana y los limos. Sres. Deanes de Tlaxcala, Jalisco y Yucatn, con poder de sus respectivas Iglesias as como los Priores y Guardianes de los monasterios, los vicarios de la arquidicesis y otros muchos del clero, mas la Justicia, Regidores y Cabildo de la ciudad y otros.

.

.

;

muchos

caballeros.

Congregados todos los referidos en la iglesia matriz de la ciudad, el da de San Pedro y San Pablo del citado ao, se comenz el Concilio invocando la gracia del Espritu Santo. Decret noventa y tres captulos, todos de admirable doctrina, en expresin del limo, y Exmo. Sr. Lorenzana quien los puEntre ellos hay uno que enaltece mublic en elegante edicin. cho a la Iglesia Mexicana, por su gran solicitud hacia los que Tal captulo es el LXX, estn postrados en el lecho del dolor. el cual ordena que en todos los pueblos haya un Hospital cerca de la Iglesia. "Otro s, dice, porque es muy necesario, as para

94los indios

LAS INSTITUCIONES FUNDADORASpobres delos pueblos,

como para

los extranjeros,

que

a ellos vienen, que haya un Hospital, donde los necesitados sean

y favorecidos, exhortamos a todos los Ministros Reliy Clrigos, que por la mejor va que pudieren, procuren que en todos los pueblos haya un Hospital cerca de las Iglesias y Monasterios, donde puedan ser socorridos los pobres y enferm_os, y los Clrigos y Religiosos ios puedan fcilmente visitar y consolar, y administrar los sacramentos". El Concilio tendi a limitar la autoridad de que las rdenes religiosas haban disfrutado para ejercer su apostolado en No es de extraarse, por tanto, que al noeste Nuevo Mundo. tificarse a dichas religiones esos captulos, contestaran con las bulas de la santidad de Len X y de la Santidad de Adriano VI. Lo peor fu que apelaron tambin al Consejo real para que los amparara, como de hecho los ampar en 1558, expidindoles cdulas para que conocieran como antes en causas matrimoniales, para que edificasen casas sin licencia del diocesano y para sobreseer en el captulo sobre diezmos de indgenas. (3) Habiendo negocios que exigan la resolucin directa del monarca, o su influencia en la Santa Sede para impetrar varias gracias, en 1 de noviembre, por acuerdo del mismo Concilio, el limo, y Rmo. Sr. Presidente, dirigi una carta al Emperador, pidindole que se remediasen varias necesidades de esta Iglesia. Dignos son de mencionarse entre los indultos que impetraba delrecibidos,giosos,

Romano

Pontfice, los siguientes: 1.

Que

se dispensase a dichos

Prelados, por las razones que exponen, de ir al Concilio que entonces se celebraba en Trento. 2. Relajacin del juramento de

San Pedro y San Pablo en Roma. 3". Que usen en la consagracin de leos, del blsamo de esta tierra. Pide tambin varias gracias en favor de los indios. Diez aos despus de celebrado el anterior Snodo, ya se haba recibido en Nueva Espaa la cdula de Felipe II fechada a 12visitar la Iglesia de"Historia de la Orden de San Agustn XII, Foj. 87 vuelta a la 93. En el caEs la misma que ptulo XXVIII foja 96, trae la cdula sobre diezmos. haba publicado ya Puga en su cedulario, tomo II, pg. 293 de la segunda edicin, Basalenque "Historia de la Provincia de San Nicols Tolentino de Michoacn, de la Orden de San Agustn". Lib. I, Cap. XVI contradiccin primera, foja 700 y Vetancurt, Teatro y par. cit. cap. V. Primera contradiccin, pg. 8., cronistas religiosos, si bien los dos ltimos no mencionan el tercer punto.(3).

Dcenlo

as

Grijalva:

en Nueva Espaa," edad

III, cap.

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

95

de julio de 1564, mandando la ejecucin y cumplimiento, conservacin y defensa de lo ordenado por el Sacrosanto Concilio de Trento, confirmado por la Santidad de Po IV en la bula "Benedictus Detis" dada en Roma el 26 de enero de 1563. Era a la sazn visitador de Nueva Espaa el Lie. Jernimo Valderrama, quien entre las instrucciones que traa del monarca, una de ellas estaba concebida en estos trminos: "Que se junten los prelados de la Nueva Espaa en esa ciudad de Mxico, y traten las cosas necesarias al bien de sus iglesias y obispados, etc." Convoc por lo tanto, de nuevo a Snodo, el limo, y Rmo. Sr. Montfar en 1565, con el principal designio de jurar y recibir el sacrosanto Concilio de Trento, y decretar varias cosas para el buen gobierno de la Iglesia Mexicana. Asistieron a este segundo Snodo mexicano todos los obispos, menos los de Michoacn y Guatemala, los prelados religiosos y otros letrados.

Veintiocho captulos se decretaron en este Concilio, ajustados todos al Tridentino. El XVI, despus de exponer que en todas las Iglesias de la Provincia, desde su primera institucin y creacin, siempre se haba rezado y rezaba conforme a la iglesia de Sevilla, dispone que los sufragneos canten en el coro el oficio, conforme a los nuevos misales y breviarios de dicha Iglesia de Sevilla, hasta que vengan los que menciona el referido Tridentino. El XVIII ordena que todos los curas tengan la Sa-

grada Biblia,

la

suma de Navarro,

o

Defecerunt de

S.

Antonio,

o la Silvestrina, o Anglica,

y algn

libro sacramental.

Estando en plena sesin, a 11 de octubre del propio ao, dirigieron los PP. a la real audiencia una extensa y bien fundada peticin "sobre la observancia de lo dispuesto en el Tridentino,y otros puntos relativos al gobierno eclesistico y civil de estas partes". Los primeros puntos de la peticin, son referentes a la inmunidad, libertad y jurisdiccin eclesistica, y asuntos parroquiales siguen despus otros en favor de los indgenas, para que no se les quiten sus tierras, para que se les paguen los jornales a los que estaban ocupados en las obras pblicas de la ciudad y del campo, y no los traigan de lejanas tierras a estos trabajos, para que no se les quiten sus seoros, etc. Tanta Solicitud por el bienestar de los naturales, es uno de los timbres ms gloriosos de la Religin, que en vano intentarn borrar sus gratuitos enemigos.;

96

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

Congregados ente

el

mismo

Concilio

y

los limos.

Obispos que a

l

el limo, y Rmo. Presidenconcurrieron, examinaron de nue-

Constituciones Sinodales y Estatutos de 1555, y hallnprovechosos y catlicos, conforme a los sagrados cnones, de donde unos formalmente, y otros en virtud, fueron sacados, en 12 de diciembre del mismo ao ordenaron y mandaron "que dichos Sinodales se guarden y cumplan, como en ellos se contiene, juntamente con lo estatuido de nuevo, excepto lo que

vo lasdolos

muy

fu innovado por

el

Santo Concilio de Trento".

se leyeron siete bulas breves extendidas por la Santidad de Po IV, "para utilidad y consolacin de los espaoles y naturales de esta dicha Nueva Espaa". Gran servicio prest a la Iglesia de Nueva Espaa su segundo Metropolitano celebrando los primeros Concilios Provinciales, en que estableci la disciplina que deba regir en todas las dicesis de que estaba aqulla formada: pero mayor era aquel que estaba reservado al tercer Arzobispo de Mxico, instituyendo la legislacin eclesistica mexicana que deba servir de norma a esta cristiandad por ms de tres siglos. Monumental es sin duda alguna, el Concilio III Mexicano: la sabidura, meditacin, y virtud en que abunda, son hechos que admirarn siempre prola

En

misma congregacin

pios y extraos.

Decretada la convocatoria de tan venerable Snodo en 1 de febrero de 1584, se expidi el edicto latino correspondiente, dirigido a los sufragneos, cabildos y religiones, el cual fu ledo en todos los monasterios de la capital el 30 del inmediato marzo. A peticin del obispo de Guatemala, fecha 9 de diciembre del propio ao, se prorrog la celebracin de este Concilio para el 20 de enero de 1585. Fijado as el da de la apertura de esta asamblea sinodal por medio de otro edicto latino, procedi el limo, y Rmo. Arzobispo Presidente a nombrar los ministros que a ella deban concurrir, extendiendo en 2 del mencionado enero, firmada por l, autorizada y sellada, la institucin para dichosministros, sus obligaciones, asientos, etc. Debiendo comenzar el Concilio con una procesin, oportunamente se libr un tercer edicto convocando a dicha procesin, lacual saldra del monasterio de Santo Domingo al de San Agustn. Antes de verificarse este acto, el limo, y Exmo. Sr. Dr. D. Pedro de Moya y Contreras declar en el palacio de los virreyes, que asista a este Snodo

como delegado

del rey de

Espaa

^^^^o^^^^^^9

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

97

y en sucualle

del referido

y como Metropolitano y Presidente Snodo, pidiendo testimonio de esta declaracin, el fu dado por el secretario de la real audiencia. En elreal representacin,el

mismo

expresado Sr. Presidente un cuarto edicto en castellano y latn "exhortatorio a los asistentes al Concilio y convocatorio a los que quisieran asistir a l por algn negocio". Asistieron a este Snodo el limo, y Exmo. Sr. Moya y Contreras, Arzobispo de Mxico y Virrey de Nueva Espaa, y los limos, y Rmos. D. Fray Fernando Gmez de Crdova, de la orden de San Jernimo, segundo obispo de Guatemala, D. Fray Juan de Medina Rincn, agustino, de Michoacn, D. Diego Romano, de Tlaxcala; D. Fray Gregorio de Montalvo, dominico, de Yucatn; D. Domingo Alzla, dominico, de Nueva Galicia (Guadalajara) D. Fray Bartolom de Ledesma, dominico, de Oaxaca; D. Fray Alonso de Norea, dominico, de Chiapas, no concurri, porque viniendo al Concilio, a una jornada de Oaxaca, cay de la mua en que cabalgaba y le quebr una pierna. En representacin suya asisti Fray Juan Ramrez tambin dominico, promovido en 1680 al obispado de Guatemala, escritor elogiado por los mejores telogos de Espaa. Tampoco concurri el limo, y Rmo. D. Fray Domingo de Salazar, dominico, primer obispo y arzobispo de Manila, pero nombr por su representante al cannigo D. Diego Caballero. Excusse de asistir por tener que ir a Espaa, el obispo de Comayagua. Concurrieron, adems los representantes de los cabildos eclesisticos de Mxico, Guatemala, Michoacn, Puebla, Guadalajara y Oaxaca. Estuvieron tambin presentes Fray Alonso Ponce, comisario de la orden seranea de Nueva Espaa, por s y en representacin del Fray Pedro de San Sebastin, Provincial del Santo Evangelio, quin pidi licencia al Concilio para salir a visitar los monasterios de su jurisdiccin; Fray Domingo de Aguiaga. Provincial de la orden de Predicadores en Mxico, y Fray Juan Adriano, vicario de San Agustn, por ausencia de su provincial Fray Pedro de Agurto, y otros muchos clrigos y religiosos. Fueron consultores telogos de ese Snodo, los M. RR. PP. Maestros Fr. Pedro de Pravia, dominico, que despus fu gobernador del Arzobispado por el limo, y Exmo. Sr. Moya y Contreras, y presentado a obispo de Panam, Fray Melchor de los Reyes, agustino, veinte aos catedrtico de escritura en la Unida public;

7

98

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

versidad mexicana; P. Dr. Juan de la Plaza, insigne jesuita, provincial de la Compaa de Jess en Nueva Espaa; Dr. D. Fernando Hinojosa, vicario general de la arquidicesis, nombrado despus coadjutor del obispo de Guatemala. Consultores canonistas, el Dr. Juan Zurnero, arcediano de la Metropolitana, visitador que haba sido del obispado de Michoacn, por el limo, y Emo. Sr. Quiroga; Dr. Fulgencio Vich, provisor del Arzobispado, P. Pedro Morales, sacerdote venerable de la Compaa de Jess, Dr. en ambos derechos por la Universidad de Salamanca y el Dr. Juan de Salcedo, secretario del Concilio, que despus Den de la Metropolitana, consultor de arzobispos y virreyes, rePromotor fiscal del mismo Concilio, el nunci varias mitras. Dr. D. Dionisio Rivera Flores, escritor, cannigo de la mencionada Metropolitana.

Hllanse tambin en las mencionadas actas conciliares, dictmenes del doctor D. Jernimo de Carcano, tesorero de la Metropolitana, presentado a la S. Mitra de Trujillo, del Dr. Cspedes de Crdenas, oidor, despus cannigo de la misma Metropolitana, y del Dr. Sedeo Arvalo. El meritsimo P. Dr. Pedro de Ortigosa, jesuita, fu nombrado por el limo, y Exmo. Sr. Moya y ContreraS su telogo y consultor. (4). Segn Beristain desempe el cargo de maestro de ceremonias del Concilio D. Alonso de Ecija, cannigo de Mxico, el Br.

Santiago Esquivel, de notario; porteros los presb-

teros

Fernando Espinas y Baltazar Valeriano, y nuncios Fernando Bustamante y Lzaro Hernndez tambin sacerdotes. (5)Asisti igualmente a este Snodo, la real audiencia, compuesta de los Drs. Pedro Farfn,

Lope de Miranda, Valds de Crcamo y Cspedes de Crdenas. Fueron representadas por dos de sus respectivos regidores, las ciudades de Mxico, Puebla y Va-

lladolid.

presidi

Normndose los actos de este Concilio por el que convoc y el Excmo. Cardenal Gaspar de Quiroga, Arzobispo de

Toledo, los aos de 1581, 82 y 83, (6) se dio principio a aqul, celebrando despus de la procesin, la misa de Espritu Santo, y(4).

E.

I.

(5). (6).

P. Alegre "Historia Lib. II, pg. 197. Tomo II pg. 277.

de la Compaa de Jess en Nueva Espa-

Tejada y Ramiro, Coleccin

cit.

T.

V

de

la

pg. 400 a la 486.

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

99

concluidas las preces respectivas, el dicono desde el pulpito expres el ao y el dia que se inauguraba, el ao del pontificado del Beatsimo Padre reinante, nombrando al metropolitano que presidi este Snodo. Acto continuo el Secretario pregunt en alta voz y en latn el placet, para que declarasen los obispos congregados por comenzado dicho Snodo. Hecho esto se celebraron con tal actividad las sesiones conciliares, que antes de un

ao quedaron resueltas las dificilsimas cuestiones que se propusieron, y terminado tan insigne y fructuoso Concilio. Uno de los asuntos que con ms calor se trataron en este Snodo, fu aquel en que tanto fijaron su atencin las primeras juntas de Prelados, as como los primeros Concilios Mexicanos: nos referimos a la deplorable situacin en que se hallaba todava la clase indgena. Con el fin de remediarla se consult en la sesin celebrada el sbado 18 de mayo, sobre si era lcita la reparticin de los indios para las labores del campo, edificios y minas. Odos los pareceres de todos los consultores y de todas las religiones, en la sesin pblica del 28 del mismo mes, se hall ser unnime la reprobacin de dichos repartimientos votando en el mismo sentido todos los S.S. Obispos. Decretse con tal motivo "que los obispos y gobernadores reales protejan a los indios". Y no conformes con esto aquellos esclarecidos P.P. en el "Directorio de Confesores", aprobado por el mismo Concilio, se exponen los injustos gravmenes que hacan los espaoles a los naturales, as como las penas que el mismo Snodo manda ejecutar contra los infractores de lo decretado por l. Los captulos relativos de dicho "Directorio" tienen estos rubros: 1. "Acerca de los indios, vejaciones, agravios e otras injusticias que contra ellos 2. Acerca de los repartimientos de los indios a se cometen". 3. Acerca del repartimiento de indios labores, casas y minas". para minas". Todava ms. Viendo los PP. que las leyes reales en favor de dichos indios eran letra muerta, escribieron al monarca exponiendo las injusticias que se cometan contra ellos y pidiendo pronto remedio. Al "Concilio III Mexicano", pues, debe el indio el jornal con que cuenta para subsistir.

espinosa cuestin de las doctrinas o parroprudentemente firm un decreto en 17 de junio en los siguientes trminos: "...Para que no cese su Ministerio, (de los regulares) el Concilio ofrece darlesla

Respecto a

quias, de Regulares, el Concilio

100

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

la autoridad necesaria y conveniente para l, y ayudarlos, ampararlos y favorecerlos como a tales ministros etc., hasta que el Papa provea otra cosa". (7) Examnense los cinco libros de que el Concilio se compone: recrranse los trece ttulos en que est dividido el primero, los siete del segundo, los veinticinco del tercero, los dos del cuarto

y los doce del quinto: estudense y medtense los quinientos setenta y seis decretos que contienen sobre Sacramentos, Prrocos. Parroquias, Clrigos, Monasterios, Visitas, Censuras, Juicios, Delitos y Penas, y se admirar la pureza y santidad de su doctrina, no menos que su celo en establecer la disciplina que deba regir en la Iglesia Mexicana. Penetrado de todo esto el sapientsimo Benedicto XIV, no vacil en citarlo con honor en su inmortal obra de "Snodo Dioecesano". (8). Viniendo ahora a la parte bibliogrfica, hallamos que el P. Dr. Plaza, una de las eminencias de la Compaa de Jess, (9)que formul los decretos del Concilio, en vista de los memoriales que se pasaban a su revisin, a fin de que tomase de ellos lo que juzgase necesario para dichos decretos, (10) Tuvo tambin muchsima parte en esto, con el carcter de secretario del Snodo, el Dr. Salcedo, al grado de hacerlo Beristain, autor de dicho Concilio, (11), no sin confesar que el P. Plaza ''trabaj en l con estudio, esmero y aclamacin universal de los Padres, como consta en las Actas de dicho Concilio" (12). Digno es tambin de mencionarse el insigne P. Pedro Ortigosa, de la misma Compaa, por haber puesto en latn, el expresado Snodo. (13). Como las obras verdaderamente eminentes no pueden pasar sin contradiccin, pero contradiccin que contribuye a su mayor engrandecimiento, as nuestro Snodo. No slo en pleno Concilio hubo acaloradas disputas sobre los ms importantes captulos que en l se decretaron, sino que al tratarse de su publicacin, fu necesario que los SS. Obispos instaran sobre ella reiteradamente,es el.

Compendio histrico y Lib. XII, cap. I, nm. Lib. cap. XIII, cap. X. Nm. 4.(7)(8),

tomo6.

Lib.

cit.

pg. 61 de dicha foliatura. XIII, cap. III, nm. 3. Lib. XI.

Nm.

I.

(9) (10)

(11) (12) (13)

Diccionario Universal de Historia y Geografa, tomo VI, pg 397. Compendio Histrico del Concilio, tomo I, pg. 14. Tomo II pg. 105. Tomo III, pg. 485. Tomo II pg. 108.

.

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

101

como lo hicieron los das 2 y 7 de octubre estando solemnemente congregados, protestando que no aprobaran ni firmaran dicho Concilio, si no se publicaba, aunque perdiesen por esto temporalidades y la misma vida. Fu tal la energa de dichos Obispos, que no consintieron en que dicha publicacin se hiciese, "a condicin de no sacarse traslados del mencionado Concilio y de que no se ejecutasen en sus respectivas dicesis." A la sazn, y con el designio de impedir que se publicase este Snodo, se present a la audiencia fiscal real D. Eugenio Salazar, pidiendo que notificaran al Concilio las cdulas que prohiban publicarlo, sin presentarlo antes al Rey. Pero ni esta peticin ni el acuerdo favorable que a ella recay el 14 del mismo mes, arredr a los PP. Contestaron stos al siguiente da en sesin solemnsima, que tales cdulas se referan a los Snodos Diocesanos, no a los Provinciales, y suplicaron al Arzobispo que con el carcter de virrey tratase "con los Oidores no causen nota, alboroto ni escndalo en impedir la publicacin (del Concilio) que se ha de hacer solemnemente sin embargo de cualquiera coaccin, mandato, riesgo o impedimento (14). Tomada esta ltima resolucin, el 16 siguiente firmaron todos los estatutos, decretos y rdenes contenidas en el Concilio, por ante el Dr. Juan de Salcedo, Secretario.

medio de pregn y 20 del citado octubre, asistiendo la real audiencia, ciudad, cabildos, prelados de las religiones y clrigos, se public el Concilio pacficamente con el ceremonial respectivo en la antigua catedral, repuesta con tal objeto; (15), cantando las misas en los das referidos los Sres. Obispos y leyendo el Dr. Salcedo, revestido de sobrepelliz y capa, todo el Concilio "en pblicas e inteligibles voces", el viernes y sbado en el pulpito del Evangelio y el domingo en el de la Epstola. Uno de los oradores del Concilio, fu Rodrigo de Santoy^ que muri de provincial de los carmelitas, en cuyo instituto era conocido con el nombre de Fr. Rodrigo de San Bernardo. (16)lo

Hecho

anterior, previa la citacin por

pblico, los das 18, 19

Compendio Histrico del Concilio III Mexicano, tomo I pg. 10 (14) de la segunda foliatura. "La cual dice el Viaje del comisario franciscano Fray Alonso (15). Ponce "la prepar el Arzobispo y casi la hizo de nuevo para celebrar el Concilio Provincial". Tomo I pg. 175., Beristain, tomo III, pg. 134. (16).

!

102

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

lo actuado, en Patronato, el mismo da 18 dirigi el Concilio al fuerza del rey, una carta difusa informando sobre cuanto decret este Snodo, as como la contradiccin que sufri, contestando al mismo tiempo la cdula sobre doctrinas de regulares, y pidiendo varias cosas. Tres nmeros consagran al primer punto, siete al segundo y treinta y uno al tercero. Referentes son las peticiones de estos ltimos a ereccin de seminarios, a provisin de prebendas de las catedrales, libertad e inmunidad eclesistica, extirpacin de idolatras y asuntos de indgenas, siendo notables sobre stos el vigsimo nmero el cual dice a la letra que por aviso de la real audiencia al Concilio, se vio si sera justo hacer guerra a fuego y sangre a los indios chichimecas lo que niegan (los PP.) proponiendo por medio para alejarlos e impedir sus daos, el hacer poblaciones grandes de espaoles e indios mexicanos en la frontera, libertando a stos de tributo y otras obligaciones; y atribuyendo todo el dao que hacen aquellos indios y la dificultad de su reduccin, a las tiranas, injusticias y robos que se les hacen (17). Cunta gratitud deben los Estados del interior de la Repblica a tan venerable Asamblea Adjunta a la anterior fu otra carta en que se transcribieron los "Advertimientos que el Concilio mand asentar fuera de lo decretado en l." De tales advertimientos fu autor el Obispo de Yucatn. Comprende cincuenta y nueve nmeros. Entre otras cosas piden la perpetuidad de los privilegios de Indios, la publicacin de la bula de la Cena, el remedio y castigo de los excesos de los juegos de naipes, de las usuras que se cometen en la venta de platas y otras cosas importantsimas. La resolucin a todas ellas dada en varias cdulas expedidas sucesivamente, viene a formar en el Concilio el cuerpo de derecho cannico mexicano, que en nuestros tiempos supo muy bien condensar el eruditsimo Dr. Arrillaga de la Compaa de Jess, en sus notas a dicho Concilio. Sin embargo de estar sacados todos los decretos de este Snodo del Tridentino, Disposiciones de los Romanos Pontfices, Constituciones antiguas de la Provincia Mexicana, Estatutos recibidos en ella y otras Iglesias, y de su ereccin y otros Con-

Teniendo que dar cuenta a Espaa de todo

"Compendio Histrico (17). da foliatura.

del Concilio",

tomo

I

pg. 20 de la segun-

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

103

y Snodos impresos en Espaa, todo lo cual no admite apey no obstante de ser todo lo mandado en dicho Snodo referente al aumento del culto divino y reformacin de costumbres, y no poder tener efecto dicha apelacin en cuanto al derecho suspensivo: llovieron escritos y representaciones para imcilios

lacin

;

pedir que se imprimiese aqul, pretendiendo que se declarase conulo y de ningn valor. Aparece en primer trmino un escrito por duplicado de los cannigos de Mxico, Tlaxcala, Oaxaca, Guadalajara, Michoacn, y Yucatn. Tal escrito contiene veintinueve cargos. Viene en seguida a nombre del clero de Nueva Espaa las representaciones del Doctor Juan de Salamanca y el Doctor Alonso Muoz, exponiendo diez y seis puntos en que se sienten agraviados. Hasta los Drs. Fuente, Valpuesta, Herrera, y Lie. Martel, mdicos, pe-

mo

dan la enmienda del captulo que habla con los de su profesin. Pero, qu decimos? tambin los mercaderes de plata quisieron hacer valer los derechos que crean tener, para enmendar cuanto a ellos se refera. En vista de tantos cargos formulados contra este Snodo, no se sabe que admirar ms, si el descontento de sus mulos, o la santa paciencia con que fueron contestadas tales inculpaciones, sin dejar lugar a objeciones de ningn gnero, fundado as la razn que dicho Snodo tena para no or a los quejosos. Aprovechando stos la venida del virrey Villamanrique, nada afecto a su predecesor, interpusieron ante la audiencia el referida apelacin.

curso de fuerza, por haberles negado los PP. del Concilio la reDicho virrey esecribi desde Perote en 22 de Octubre al presidente y Oidores diciendo, que si se haba publicado dicho Concilio se despachase real provisin con temporalidades para que no se ejecutase, conforme a la cdula que para esto traa, y se recogiesen todos los autos, decretos, etc., del mis mo Snodo. (18). Dio esto por resultado que la mencionada audiencia, hostil como era a esta Asamblea, por acuerdo de 31 del mismo mes, mandase recoger el original de ste, y que en 19 de noviembre siguiente lo entregara al Sr. Salcedo, declarando bajo juramento que dicho original era sacado de mano de Luis Toro, secretario del Metropolitano, para enviarlo al rey, y que no se haba sacado ningn otro traslado debidamente autorizado. (19).(18). (19).

CompendioPg. 24.

histrico

cit.,

tomo

I

pg. 23 de la tercera foliatura.

104

LAS INSTITUCIONES FUNDADORAS

As las cosas, procedieron los Obispos a nombrar apoderado que los representase en Espaa y Roma, nombramiento que recay en D. Francisco Beteta, Maestrescuelas de Tlaxcala, con poderes otorgados por ante Melchor Hurtado, escribano pblico, en 27 del citado noviembre y 2 de diciembre, con declaracin de durar 8u poder tres aos contados desde 1586 en que se hiciese a la vela hacia la madre patria. Presentse luego dicho apoderado ante la audiencia, pidiendo el original del Concilio a fin de que se guardase en el archivo de la curia archiepiscopal y se sacasen los testimonios necesarios, a lo que recay el auto siguiente, decretado en 5 del mismo mes de diciembre; "que a su tiempo se proveer dar el Concilio, y que se d testimonio". (20). Fu tal el acierto con que el Maestrescuelas de Tlaxcala desempe su cometido, que antes de espirar el trmino de su poder, ya haba sido presentado el Snodo Mexicano a la Sagrada Congregacin del Sacrosanto Concilio" Tridentino, y tan bien despachado el negocio, que no slo consigui que fuese enmendado y ajustado por dicha Congregacin en 21 de octubre de 1589 (21) sino que la Santidad de Sixto V expidiera el breve "Romanun Pontifcem" confirmndolo y mandando al Arzobispo y Obispos lo publiquen solemnemente en sus iglesias, y que todas las personas a quienes toca, aunque sean irregulares exentos, le observen y guarden inviolablemente hasta que de nuevo se haga Concilio Provincial, compelindolos a ello con censuras y penas eclesisticas, sin embargo de apelacin. No obstante cualesquier estatutos, costumbres, privilegios, etc. (22). Habiendo hablado Roma, Espaa no poda hacer esperar su respectiva autorizacin. As fu en efecto, antes de dos aos y repetidas veces despus, mand se guardase el Concilio. Testimonio de ello es la Ley Vil, tt. 8, libro I de la Recopilacin de Indias, procedente de las reales cdulas de Felipe 11, en San Lorenzo a 18 de septiembre de 1591, y en Madrid de 9 de febrero de 1621, "sobre que se guarden los Concilios Lmense y Mexicano celebrados en el Per y Nueva Espaa, cada uno en lo que tocase".

Quedaron, pues, vencidos en buena(20). (21). pg. 408. (22).

lid los

desafectos al Con-

Pg. 25.

PrimeraPgina.

edicin1.

del

Concilio,

anotada

por

el

Dr.

Arrillaga

C. IV.

LOS TRES PRIMEROS CONCILIOS MEXICANOS

105

muy poderosos a la verdad, pues que eran nada menos que Virrey Villamanrique, quien vena mal preparado contra esta venerable asamblea; la real audiencia, los cabildos, el clero secular y muchos seglares. Los provinciales de San Fra