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VI ENCUENTRO DE GEOLOGÍA DE C-LM “HOZ DE BETETA Y CUEVA DE LA RAMERA” Nos encontramos en plena Serranía de Cuenca (Figura 1), dentro del Sistema Ibérico, cuya principal dirección de Figura1. Plano de situación de la Cueva de la Ramera y de las minas de la Cueva del Hierro. desarrollo es NW-SE. Es ésta la dirección de los principales ejes de pliegues y de fallas de la Hoz de Beteta (Fig. 2). Las hoces se suelen formar cuando un curso fluvial corta perpendicularmente estas estructuras, y su característica principal es la de ser valles estrechos, limitados por escarpadas pendientes, en las que sobresalen las formadas por paredones. El río Guadiela ha ido encajándose poco a poco en los terrenos Mesozoicos, a la vez que las laderas han ido gradualmente ensanchándose. Actualmente este proceso sigue en activo y periódicamente son visibles grandes desprendimientos de bloques procedentes de la formación “Dolomías de la Ciudad Encantada”, que es la que origina los cortados que son el rasgo más relevante en las hoces. La longitud de esta hoz es de unos 7 Km, y gracias al corte natural que ha hecho el río Guadiela, podemos ver la secuencia de estratos por los que atraviesa, que pertenecen todos ellos a la Era Mesozoica y más concretamente al Jurásico, principalmente al Cretácico superior. El río Guadiela, tras discurrir por terrenos arcillosos del Keuper (Triásico superior) en los que forma una amplia vega, inicia la hoz coincidiendo con la existencia de dos fallas inversas que hacen aflorar terrenos del Jurásico y posteriormente del Cretácico (Fig. 2). Estos últimos son los que van a originar la morfología más pura de la Hoz de Beteta, al igual que sucede en muchas otras hoces de la Sierra conquense (Fig. 3). MINAS CUEVA DE LA RAMERA

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VI ENCUENTRO DE GEOLOGÍA DE C-LM “HOZ DE BETETA Y CUEVA DE LA RAMERA”

Nos encontramos en plena Serranía de Cuenca (Figura 1), dentro del Sistema Ibérico, cuya principal dirección de

Figura1. Plano de situación de la Cueva de la Ramera y de las minas de la Cueva del Hierro.

desarrollo es NW-SE. Es ésta la dirección de los principales ejes de pliegues y de fallas de la Hoz de Beteta (Fig. 2).

Las hoces se suelen formar cuando un curso fluvial corta perpendicularmente estas estructuras, y su característica

principal es la de ser valles estrechos, limitados por escarpadas pendientes, en las que sobresalen las formadas por

paredones.

El río Guadiela ha ido encajándose poco a poco en los terrenos Mesozoicos, a la vez que las laderas han ido

gradualmente ensanchándose. Actualmente este proceso sigue en activo y periódicamente son visibles grandes

desprendimientos de bloques procedentes de la formación “Dolomías de la Ciudad Encantada”, que es la que

origina los cortados que son el rasgo más relevante en las hoces.

La longitud de esta hoz es de unos 7 Km, y gracias al corte natural que ha hecho el río Guadiela, podemos ver la

secuencia de estratos por los que atraviesa, que pertenecen todos ellos a la Era Mesozoica y más concretamente al

Jurásico, principalmente al Cretácico superior.

El río Guadiela, tras discurrir por terrenos arcillosos del Keuper (Triásico superior) en los que forma una amplia vega,

inicia la hoz coincidiendo con la existencia de dos fallas inversas que hacen aflorar terrenos del Jurásico y

posteriormente del Cretácico (Fig. 2). Estos últimos son los que van a originar la morfología más pura de la Hoz de

Beteta, al igual que sucede en muchas otras hoces de la Sierra conquense (Fig. 3).

MINAS

CUEVA DE LA RAMERA

Figura 2. Plano

geológico, columna estratigráfica y corte geológico de la zona de la Hoz de Beteta.

Los terrenos que rodean a la hoz en su parte superior suelen tener la morfología denominada “muela”, que se

corresponde con extensiones relativamente grandes de terrenos con estratos ligeramente inclinados en una

estructura sinclinal. Precisamente estamos situados en ese eje sinclinal. Este plegamiento da paso inmediatamente a

una falla normal, con la que se inicia un gran anticlinal en cuyo núcleo vuelven a aparecer rocas del Jurásico, con el

que finaliza la Hoz de Beteta en las cercanías de la aldea de Vadillos.

Figura 3. Corte transversal de la hoz (Teresa Bullón Mata).

En cuanto al funcionamiento hidrogeológico de la zona, tenemos unos terrenos fácilmente karstificables de

naturaleza carbonatada y con un suave buzamiento en una estructura sinclinal, esto favorece los procesos de

infiltración en la parte superior de las muelas en las que se han originado numerosas dolinas y simas. Estas cavidades

difícilmente superan los 100 m de profundidad, condicionado por el poco espesor de los estratos en los que se

desarrollan.

Algunas de estas simas se encuentran en la parte alta de la Cueva de la Ramera en la que nos encontramos (Fig. 5).

Es de destacar en la parte NW de esta zona, en “Las Povedas”, la existencia de un pequeño arroyo que desaparece

bajo tierra, es el arroyo de Matasnos. En su parte inicial el agua ha ido descendiendo aprovechando los planos de

diaclasas de las rocas, esto hace que las galerías sean estrechas y relativamente altas (Fig.4). Posteriormente, tras

un pequeño escarpe, el agua pasa a circular a favor de los planos de estratificación y origina galerías bastante anchas

y relativamente de poca altura. Finalmente la galería se sifona y se vuelve impracticable ya en las proximidades de su

surgencia, que podemos ver desde aquí. Esta surgencia coincide con la existencia de una falla que debe favorecerla.

Figura 4.- Plano del sumidero de Matasnos (Grupo GET).

La salida de este agua (Fig. 6), sobrecargada en bicarbonato cálcico, hace que se formen unos grandes depósitos de

toba visibles desde la boca de la cueva de la Ramera, en los que quedan petrificados numerosos restos de origen

vegetal.

Esta misma falla continúa hacia el SE y a unos 5 Km favorece otra gran salida de aguas, en el manantial de aguas

minero-medicinales del Solán de Cabras.

Aparte de estas grandes surgencias (grandes colectores del acuífero kárstico), hay numerosas fuentes repartidas a lo

largo de la hoz, que se sitúan en los contactos de los estratos calizos con otros más margosos que hacen de niveles

impermeables, son las llamadas fuentes de ladera.

La Cueva de la Ramera es un clásico de la espeleología conquense. Su formación está asociada a los procesos de

circulación del agua por un acuífero kárstico, que en un principio serían más activos, pero que actualmente han

debido encontrar otros caminos de salida, por lo que predominan las formaciones (espeleotemas) que podemos

observar en su interior.

La cueva ha sido utilizada desde la Edad del Bronce hasta la actualidad. Se han encontrado numerosos restos que

acreditan esta ocupación, aunque no se han llevado a cabo excavaciones sistemáticas que aporten más

conocimiento sobre el tema y por otra parte, el deterioro y la expoliación han hecho bastante mella en el

yacimiento.

Es de suponer que tanto los primeros pobladores de la cavidad como los pastores en tiempos más recientes,

accedieran a la cueva por un camino más accesible que el actual ( Maura, 1954).

Figura 5. Topografía de la Cueva de la Ramera del año 1972 (Grupo Onza).

Figura 6. Plano de la surgencia del arroyo de Matasnos (Grupo G.A.E.M.)

BIBLIOGRAFÍA:

Fernández Tabera, M. (1991). “Avance al catálogo de cavidades de la Provincia de Cuenca”.

I.G.M.E Hoja Geológica nº 539 Peralejos de las Truchas.

Maura, M. “ La cueva de La Ramera, Beteta (Cuenca)”. Congresos Internacionales de Ciencias Prehistóricas y

Protohistóricas (6. 1954. Madrid). Zaragoza : Librería General 1956. p 411-414

VV.AA. “Atlas de Geomorfología” (1990) Teresa Bullón Mata pp. 265-272.