cuentos taoistas

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Meditaciones Taoístas En una noche de otros tiempos, fui una mariposa revoloteando contenta con su suerte. Luego me desperté siendo Chuang Tzu. ¿ Quien soy en realidad ? ¿ Una mariposa que sueña que es Chuang Tzu, o Chuang Tzu que imagina haber sido una mariposa ? Chuang Tzu La suerte Un granjero vivía en una pequeña y pobre aldea. Sus paisanos le consideraban afortunado porque tenia un caballo que utilizaba para labrar y transportar la cosecha. Pero un dia el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche, los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida: "¡Qué mala suerte has tenido!". La respuesta del granjero fue un sencillo "puede ser". Pocos días despues el caballo regresó trayendo consigo dos yeguas salvajes que había encontrado en las montañas. Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez a darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: "puede ser". Al día siguiente, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero está lo arrojó al suelo y el joven se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondió otra vez: "puede ser". Una semana más tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejercito. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que habían despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena

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CUENTOS CON ENSEÑANZA

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Meditaciones Taostas

Meditaciones Taostas

En una noche de otros tiempos, fui una mariposa revoloteando contenta con su suerte. Luego me despert siendo Chuang Tzu. Quien soy en realidad ? Una mariposa que suea que es Chuang Tzu, o Chuang Tzu que imagina haber sido una mariposa ? Chuang Tzu La suerte Un granjero viva en una pequea y pobre aldea. Sus paisanos le consideraban afortunado porque tenia un caballo que utilizaba para labrar y transportar la cosecha. Pero un dia el caballo se escap. La noticia corri pronto por el pueblo, de manera que al llegar la noche, los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave prdida: "Qu mala suerte has tenido!". La respuesta del granjero fue un sencillo "puede ser".

Pocos das despues el caballo regres trayendo consigo dos yeguas salvajes que haba encontrado en las montaas.

Enterados los aldeanos acudieron de nuevo, esta vez a darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que l volvi a contestar: "puede ser".

Al da siguiente, el hijo del granjero trat de domar a una de las yeguas, pero est lo arroj al suelo y el joven se rompi una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; pero el padre respondi otra vez: "puede ser".

Una semana ms tarde aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jvenes al ejercito. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Al atardecer, los aldeanos que haban despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, ms este, como podemos imaginar, contesto nuevamente: "puede ser". Cuento taosta Decir la verdad

Rab Elimelej de Lizensk dijo una vez:

- Estoy seguro de obtener mi parte en el Mundo que Vendr. Cuando me encuentre ante el Tribunal Celestial se me preguntar: " Aprendiste como era tu deber ?": A lo que contestar: "No". Se me preguntar tambin: " Oraste como era tu deber '". Mi respuesta ser tambin: "No". La tercera pregunta dir: " Hiciste el bien, como era tu deber ?". Y responder por tercera vez: "No". Entonces se fallar a mi favor por haber dicho la verdad. Relatos y parbolas de los Hasidim El rey sabio

Haba una vez un rey sabio y poderoso que gobernaba en la remota ciudad de Wirani. Y era temido por su poder y amado por su sabidura.

En el corazn de aquella ciudad haba un pozo cuya agua era fresca y cristalina, y de ella beban todos los habitantes, incluso el rey y sus cortesanos, porque en Wirani no haba otro pozo.

Una noche, mientras todos dorman, una bruja entro en la ciudad y derram siete gotas de un extrao lquido en el pozo, y dijo:

-De ahora en adelante, todo el que beba de esta agua se volver loco.

A la maana siguiente, salvo el rey y su gran chambeln, todos los habitantes bebieron el agua del pozo v enloquecieron, tal como 1o haba predicho la bruja.

Y durante aquel da, todas las gentes no hacan sino susurrar el uno al otro en las calles estrechas y en las plazas pblicas:

-El rey est loco. Nuestro rey y su gran chambeln han perdido la razn. Naturalmente, no podemos ser gobernados por un rey loco. Es preciso destronarlo.

Aquella noche, el rey ordeno que le llevasen un vaso de oro con agua del pozo. Y cuando se lo trajeron, bebi copiosamente y dio de beber a su gran chambeln.

Y hubo gran regocijo en aquella remota ciudad de Wirani. porque el rey su gran chambeln haban recobrado la razn. Gibran Khalil Zen Bankei estaba un da hablando tranquilamente a sus discpulos cuando su discurso fue interrumpido por un Padre de otra religin.

Estos creian en el poder de los milagros y decan que la salvacin vena de la repeticin de las palabras sagradas.

Bankei se callo y pregunto al padre lo que quera decir.

El Padre comenz a alardear que el fundador de su religin poda quedar sentado y quieto durante meses u dejar de respirar durante muchos das y pasar por el fuego sin quemarse.

El Padre pregunto: "Que milagros puede hacer usted?"

Banquei contesto: "Apenas uno, cuando estoy con hambre, como y cuando estoy con sed, bebo". Parbola En un stra, el Buddha cuenta una parbola:

Un hombre que atravesaba el campo se encontrn con un tigre. Ech a correr, y el tigre tras l. Al llegar a un precipicio, se asi a las races de una via silvestre y se dejo caer en el abismo. El tigre lo husmeaba desde all arriba. Temblando, el hombre mito hacia abajo, donde, de lejos, otro tigre aguardaba para devorarlo.

Dos ratones, uno blanco u otro negro, empezaban a roer lentamente la vid. El hombre vio all prxima una mata de apetitosas fresas. Asido de la vid con una mano, arrancaba fresas con la otra. Que dulce su sabor! Felicidad "Necesito desesperadamente que alguien me ayude... o voy a volverme loco. Vivo en una pequea habitacin con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros. Aquello es un verdadero infierno..."

"Me prometes que hars lo que yo te ordene?", le dijo el maestro con toda seriedad.

"Te juro que lo har!":

"Perfectamente. Cuantos animales tienes?".

"Una vaca, una cabra, seis gallinas..... y alguno ms".

"Mtelos a todos en una habitacin y vuelve dentro de una semana".

El discpulo quedo horrorizado, pero haba prometido obedecer...! De modo que lo hizo y regreso al cabo de una semana quejndose desconsoladamente: "Vengo hecho un manojo de nervios! que suciedad, qu peste, qu ruido...! Estamos todos a punto de volvernos locos!"

"Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana"

Ya no poda ms.... era insoportable.

"Vuelve otra vez", dijo el Maestro, "y saca a todos los animales fuera".

El hombre se marcho a su casa corriendo y regres al da siguiente radiante de alegra: "Qu felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora el paraso. Qu tranquilidad, qu limpieza, qu amplitud...!". Movimiento A unos discpulos que no dejaban de insistirle en que les dijera palabras de sabidura, el Maestro les dijo: "La sabidura no se expresa en palabras, sino que se revela en la accin".

Pero cuando les vio metidos en actividades hasta las cejas, solt una carcajada y dijo: "Eso no es accin. Es movimiento". Lectura Un monje que llevaba cierto tiempo junto a Tao U, le dijo un da:

-Desde que estoy aqu, no he recibido la menor enseanza acerca del estudio del espritu.

-Desde que ests aqu no he cesado de ensearte cmo se estudia el espritu -respondi Tao U.

-De qu modo, maestro?

-Cuando me trajiste una taza de t, acaso no la acept?; cuando me serviste la comida, acaso no la tom?; cuando te inclinaste ante m; acaso no te devolv el saludo? Entonces, cundo he descuidado tu enseanza? Si deseas ver mira directamente. Pero si intentas pensar acerca de tu enseanza, fallas completamente -manifest el maestro. Lectura

Cuando un monje le pidi a Tchao Tch que le instruyera en el Zen, est dijo:

-Has tomado tu desayuno?

-Si, maestro, lo he tomado.

-Entonces vete a lavar los platos.

Esta respuesta abri sbitamente los ojos del monje a la verdad del Zen. Lectura Supongamos que un hombre, en el curso de su viaje, encuentra en su camino un ro grande y ancho, y que la ribera en la que se halla est llena de peligros, mientras que la otra es segura; pero no hay barco para atravesar el ro, y tampoco ningn puente. Supongamos que este hombre se dice: "Y si recogiese algunas hojas, rosales y ramas y las uniese en forma de balsa y entonces, llevado por esta balsa y remando con las manos y los pies, atravesase hasta la otra orilla?"

Y supongamos ahora que una vez atravesado el ro, ya en la otra orilla, este mismo hombre se dice: "Esta balsa acaba de prestarme un gran servicio, ahora la pondr sobre mi cabeza y la llevar siempre para hacer lo mismo en todas partes".

Qu pensis monjes? Es sabia la actuacin de este hombre con respecto a la balsa?

Un monje respondi: "En verdad que no, seor".

En efecto, si este hombre pensase sabiamente se dira: "Verdaderamente esta balsa me ha servido, ahora puedo eliminarla sobre la ribera y continuar mi viaje". Este hombre actuara as rectamente con respecto a su balsa. Del mismo modo os enseo mi doctrina sirvindome de esta balsa como ejemplo que debe servir para evadirse y no permanecer prisioneros. Comprendiendo la comparacin debis dejar tras de vosotros los dharma, y cuanto ms aun los no-dharma. Cita de Lao - Tse El conoce a los dems es inteligente.

El que se conoce a s mismo es iluminado.

El que vence a los dems es fuerte.

El que se vence a s mismo es la fuerza. Cita de Lao - Tse Acomete la dificultad por su lado ms fcil.

Ejecuta lo grande comenzando por lo ms pequeo.

Las cosas ms difciles se hacen siempre abordndolas en lo que es ms fcil y las cosas grandes en lo que es ms pequeo. Cita de Lao - Tse

El camino del cielo

es saber vencer sin combatir

responder sin hablar

atraer sin llamar

y actuar sin agitarse. Cita de Lao - Tse

El hombre al nacer es blando y flexible

y al morir queda rgido y duro.

Las planta al nacer son tiernas y flexibles

y al morir quedan duras y secas.

Lo duro y lo rgido son propiedades de la muerte.

Lo flexible y blando son propiedades de la vida.

Por eso la fortaleza de las armas es la causa de su derrota

y el rbol robusto es abatido.

Lo duro y lo fuerte es inferior y lo blando y frgil es superior. Lectura

Un anciano sabio se paseaba con tres de sus discpulos en el jardn de su pueblo. Viendo un limaco que devora una lechuga el primer discpulo lo aplasta con el pie.

El segundo dice entonces: -Maestro, no es pecado aplastar esta criatura?

El maestro le responde: -Tienes razn, as es.

-Pero el coma nuestro alimento, no he hecho bien?

El maestro le responde: -Tienes razn.

El tercero dice: - Ambos dicen cosas contradictorias, no pueden los dos tener la razn.

Y el maestro le responde: -Tienes razn. Citado por Julos Beaucarne, cantor y poeta "Wallon" Pecado Una de las ms desconcertantes -y deliciosas- enseanzas del Maestro era sta: Dios esta ms cerca de los pecadores que de los santos.

Y lo explicaba as: Desde el cielo, Dios sostiene a cada persona mediante una cuerda. Cuando pecas, cortas la cuerda. Entonces Dios repara la cuerda mediante un nudo, con lo que te acerca un poco ms a l. Con cada pecado que cometes, cortas una y otra vez la cuerda; y con cada nuevo nudo, Dios te va acercando a l progresivamente, Curacin A una persona muy afligida que haba acudido a l en busca de ayuda le pregunt el Maestro: "Deseas realmente ser curado?"

"Me habra molestado en acudir a ti si no lo deseara?"

"Y por qu no? La mayoria de la gente lo hace".

"Entonces, Para qu vienen?"

"No precisamente buscando la curacin, que es dolorosa, sino buscando alivio".

Y a sus discpulos les dijo el Maestro: "Las personas que desean curarse con tal que puedan hacerlo sin dolor son como los que estn a favor del progreso con tal de que ste no suponga para ellos cambio alguno". Soberana Los discpulos buscaban la Iluminacin, pero no saban en que consista ni cmo poda llegarse a ella.

El Maestro les dijo: "No puede ser conquistada. No podis apoderaros de ella".

Pero, al ver el abatimiento de los discpulos, el Maestro aadi: "No os aflijis tampoco podis perderla".

Y esta es la fecha en que los discpulos andan buscando lo que ni puede ser perdido ni puede ser adquirido. Una brizna de hierba

Una brizna de hierba dijo a una hoja cada de un rbol en otoo:

-Cuanto ruido haces al caer! Espantas todos mis sueos de invierno.

La hoja replico indignada:

-T, nacida en lo bajo y habitante de lo bajo, eres insignificante e incapaz de cantar! Tu no vives en las alturas y no puedes reconocer el sonido de una cancin!

La hoja de otoo cay en tierra y se durmi. Y cuando lleg la primavera despert nuevamente de su sueo y era una brizna de hierba.

Y cuando lleg el otoo, y fue presa de su sueo invernal, flotando en el aire empezaron a caerle las hojas encima. Murmur para s misma:

-Oh, estas hojas de otoo! Hacen tanto ruido! espantan todos mis sueos de invierno! Proverbio Zen

Un da de viento dos monjes discutan sobre un rbol.

El primero deca: "Te digo que lo que se mueve es el rbol no el viento". El segundo deca: "Y yo te digo que lo que se mueve es el viento no el rbol"

Un tercer monje paso por all y dijo: "No se mueve el viento y tampoco el rbol. Son vuestras mentes las que se mueven". Las puertas del paraso

Un guerrero llamado Nobushige fue a visitar a Hakuin, clebre Maestro Zen, y le planteo la siguiente pregunta:

-Existen verdaderamente un paraso y un infierno?

-Quin eres? -indico Hakuin.

-Un samurai.

-T , un samurai! -exclam Hakuin. Y se puso a insultarlo violentamente-. Nadie te querra como guardia, tienes el aspecto de un mendigo piojoso...

Nobushige se enfureci de tal manera que comenz a sacar la espada mientras Hakuin continuaba a ms y mejor.

-Ah! al menos tienes una espada, pero probablemente sers demasiado estpido para lograr cortarme la cabeza.

Nobushige blandi entonces su arma, y Hakuin observ:

-He aqu que se abren las puertas del infierno.

Ante estas palabras, el samurai comprendi e inclin la cabeza.

-Y he aqu que se abren las puertas del cielo. -dijo Hakuin.

Cuando lo recto y lo oblicuo

se encuentran y se aprietan

(como las piernas en posicin de loto)

maravillosamente existen reguntas y respuestas mezcladas. Hokyo Zan Mai Lectura Se cuenta la historia de un sabio religioso que todas las maanas hablaba a sus discpulos. Cierta maana subi al estrado y justamente cuando iba a comenzar a hablar un pjaro se poso en la ventana y comenz a cantar, con todo su alma. Despus se callo y se fue a volar.

El instructor dijo entonces: "Se ha terminado la charla de esta maana". El ciervo escondido Un leador de Cheng se encontr con un ciervo asustado y lo mat. Para evitar que otros lo descubrieran, lo enterr en el bosque y lo tap con hojas y ramas. Poco despues olvid el siti donde lo haba ocultado y crey que todo haba ocurrido en un sueo. Lo cont, como si fuera un sueo, a toda la gente. Entre los oyentes hubo uno que fue a buscar al ciervo escondido y lo encontr. Lo llevo a su casa y dijo a su mujer:

-Un leador so que haba matado un ciervo y olvid donde lo haba escondido y ahora yo lo he encontrado. Este hombre s que es un soador.

-Tu habrs soado que viste a un leador que haba matado un ciervo. Realmente crees que hubo un leador? Pero como aqu est el ciervo debe ser verdadero -dijo la mujer.

-An suponiendo qu encontr al ciervo por un sueo -contesto el marido -,a qu preocuparse averiguando cul de los dos so?

Aquella noche el leador volvi a su casa, pensando todava en el ciervo, y realmente so, y en el sueo so quin lo haba encontrado. Al alba fue a casa del otro y encontr al ciervo. Ambos discutieron y fueron ante un juez, para que resolviera el asunto. El juez dijo al leador:

-Realmente mataste un ciervo y creste que era un sueo. Despus soaste realmente y creste que era verdad.. El otro encontr el ciervo y ahora lo disputa, pero su mujer piensa que so que haba encontrado un ciervo. Pero como aqu esta el ciervo lo mejor es que lo repartan.

El caso llego a oidos del rey Cheng y el rey Cheng dijo:

-Y ese juez no estar soando que reparte un ciervo? Liehts Despreocuparse "Qu debo hacer para llegar a la Iluminacin?"

"Nada"

"Cmo es eso...?"

"La Iluminacin no es cuestin de "hacer". La Iluminacin se produce"

"Entonces, no puede alcanzarse nunca?"

"Por supuesto que puede alcanzarse"

"Y cmo?"

"No haciendo"

"Y qu hay que hacer para llegar a no hacer?"

"Qu hay que hacer para dormirse o para despertarse?" Conversin A un grupo de sus discpulos que estaban tremendamente ilusionados con una peregrinacin que iban a emprender les dijo el Maestro: "Llevad con vosotros esta calabaza amarga y aseguraros de que la bais en todos los ros sagrados y la introducs en todos los santuarios por los que pasis".

Cuando regresaron los discpulos, la amarga calabaza fue cocinada y posteriormente servida como comida sacramental.

"Es extrao", dijo con toda intencin el Maestro despus de haberla probado, "el agua sagrada y los santuarios no han conseguido endulzarla".

Evolucin Al da siguiente dijo el Maestro: Desgraciadamente, es ms fcil viajar que detenerse".

Los discpulos quisieron saber por qu.

"Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueo; pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad"

"Pero entonces, cmo vamos a poder cambiar si no tenemos metas ni sueos?", preguntaron perplejos los discpulos.

"Para que un cambio sea real, tiene que darse sin pretenderlo. Haced frente a la realidad y, sin quererlo, se producir el cambio". No - violencia Una serpiente haba mordido a tantos habitantes de la aldea que eran muy pocos los que se atrevan a aventurarse en los campos. Pero era tal la santidad del Maestro que se corri la noticia de que haba domesticado a la serpiente y la haba convencido de que practicara la disciplina de la no - violencia.

Al poco tiempo, los habitantes de la aldea haban descubierto que la serpiente se haba hecho inofensiva. De modo que se dedicaban a tirarle piedras y a arrastrarla de un lado a otro agarrndola por la cola.

La pobre y apaleada serpiente se arrastr una noche hasta la casa del Maestro para quejarse. El Maestro le dijo: "Amiga ma, has dejado de atemorizar a la gente y eso no es bueno". "Pero si fuiste t quien me enseo a practicar la disciplina de la no - violencia!"

"Yo te dije que dejaras de hacer dao, no de silbar". Una taza de t Nan-in, maestro japons que vivi en la era Meij (1868-1912), recibi a un profesor universitario que acudi a informarse sobre el Zen.

Nan-in sirvi t. Llen la taza de su visitante, y sigui vertiendo.

El profesor se qued mirando al lquido derramarse, hasta que no pudo contenerse:-Est colmada. Ya no cabe ms!

-Como esta taza -dijo Nan-in-, est usted lleno de sus propias opiniones y especulaciones. Cmo puedo mostrarle el Zen a menos que vace su taza antes? Camino embarrado Tanzn y Ekid andaban juntos cierta vez por un camino embarrado. Segua lloviendo intensamente.

Al llegar a un recodo, vieron a una hermosa joven, con kimono de seda y ceidor, que no se animaba a intentar el cruce.

-Vamos nia -dijo Tanzn al punto y, levantndola, la llev en brazos a travs del lodo.

Ekid guard silencio hasta la noche, cuando llegaron a un templo en que alojarse. Entonces ya no pudo contenerse:

-Los monjes -dijo a Tanzn- no nos acercamos a las mujeres, sobre todo sin son jvenes y agraciadas. Es peligroso. por qu has hecho eso?

-Yo he dejado all a la muchacha -repuso Tanzn-. Tu todava la traes contigo?

Irascible

Un estudiante del Zen acudi a Banki y le plante su problema: -Maestro, tengo una irascibilidad ingobernable. Cmo puedo currmela?

Tienes una cosa muy extraa -respondi Banki-. Quisiera verla.

-Ahora mismo no puedo mostrrsela- repuso el otro.

-Y cundo me la puedes mostrar? -pregunt Banki.

-Me viene de improviso- explic el estudiante.

-Entonces -concluy Banki- no ha de ser de tu propia y verdadera naturaleza. si lo fuera, podras mostrrmela en cualquier momento. Cuando naciste, no la tenas; y tus padres no te la dieron. Pinsalo bien. La mente de piedra

Hgen, un maestro chino de Zen, viva solo en un pequeo templo rural. Un da aparecieron cuatro monjes viajeros y pidieron permiso para encender en su patio un fuego junto al cual calentarse.

Mientras preparaban la fogata, Hgen los oy discutir sobre la subjetividad y la objetividad. Hgen se les reuni y dijo: -Ah hay una gran piedra. Consideris que esta dentro o fuera de vuestra mente?

Uno de los monjes respondi: -Desde el punto de vista del budismo, todo es una objetivacin de lo mental, as que yo dira que esa piedra esta dentro de mi mente.

-Has de sentir la cabeza muy pesada -observ Hgen- si andas llevando en tu mente semejante piedra. Tiempo de morir Ikky, el maestro del Zen, desde pequeo fue muy avisado. Su maestro posea una preciosa taza de t, de rara antigedad. A Ikky se le rompi accidentalmente esta taza, y se quedo muy perplejo. Oyendo los pasos del maestro que se acercaba, ocult tras de s los pedazos de la vasija. Cuando apareci el maestro, Ikky le pregunt:

-Por qu hay que morir?

-Es lo natural -respondi el digno seor-. Todo debe morir y tiene un determinado tiempo de vida.

Ikky, mostrando la vasija despedazada, explic: -A tu taza le haba llegado el tiempo de morir. Intrepidez "Que es el amor?"

"La ausencia total de miedo", dijo el maestro.

"Y qu es a lo que tenemos miedo?"

"Al amor", respondi el maestro. Tribulacin "Las calamidades pueden ser causa de crecimiento y de iluminacin", dijo el maestro.

Y lo explico del siguiente modo: "Haba un pjaro que se refugiaba a diario en las ramas secas de un rbol que se alzaba en medio de una inmensa llanura desrtica. Un da, una rfaga de viento arranc la raz del rbol, obligando al pobre pjaro a volar cien millas en busca de un nuevo refugio... hasta que, lleg a un bosque lleno de rboles cargados de ricas frutas".

Y concluy el Maestro: "Si el rbol seco se hubiera mantenido en pie, nada hubiera inducido al pjaro a renunciar a su seguridad y echarse a volar".

El elefante y los ciegos Ms alla de Ghor haba una ciudad. Todos sus habitantes eran ciegos. Un rey con su cortejo lleg cerca del lugar, trajo su ejercito y acamp en el desierto. Tena un poderoso elefante que usaba para atacar e incrementar el temor de la gente.

La poblacin estaba ansiosa por ver el elefante, y algunos ciegos de esta comunidad se precipitaron como locos para encontrarlo.

Como no conocan ni siquiera la forma y aspecto del elefante tantearon ciegamente, para reunir informacin, palpando alguna parte de su cuerpo.

Cada uno pens que sabia algo, porque pudo tocar una parte de l.

Cuando volvieron junto a sus conciudadanos, impacientes grupos se apiaron a su alrededor.

Preguntaron por la forma y aspecto del elefante, y escucharon todo lo que aquello dijeron.

Al hombre que haba tocado la oreja le preguntaron acerca de la naturaleza del elefante. l dijo: "Es una cosa grande, rugosa, ancha y gruesa como un felpudo".

Y el que haba palpado la trompa dijo: "Yo conozco los hechos reales, es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo".

El que haba palpado las patas dijo: "Es poderoso y firme como un pilar".

Cada uno haba palpado una sola parte de muchas. Cada uno lo haba percibido errneamente. Ninguno conoca la totalidad: el conocimiento no es compaero de los ciegos. Todos imaginaron algo, algo equivocado.

De las invenciones modernas

"Se puede aprender algo de cualquier cosa", dijo una vez el rab de Sadagora a sus jasidim. "Cada cosa puede ensearnos algo, y no slo lo que ha creado Dios. Lo que hizo el hombre tambin puede ensearnos".

"Que podemos aprender de un tren?", pregunto dubitativamente un jasid.

"Que a causa de un segundo podemos perderlo todo?"

"Y del telgrafo?"

"Que cada palabra se cuenta y se cobra".

"Y del telfono?"

"Que lo que decimos aqu se oye all".

Lectura Uno de los discpulos de Lao Tse, Chuang Tse, so una noche que se haba convertido en una mariposa, revoloteando, volando entre las flores. Y a la maana siguiente cuando se despert estaba muy triste. Sus discpulos le preguntaron: "Que pasa Maestro? Nunca te hemos visto tan triste. Qu ha sucedido?". El dijo: "Estoy en un apuro. Estoy en un dilema tal que ahora parece que no puede ser resuelto". Los discpulos dijeron: "Nunca hemos visto un problema que no pueda resolverse; dinos cual es el problema". Chuang Tse dijo: "Esta noche he soado que me haba convertido en una mariposa, volando por el jardn, yendo de flor en flor". Los discpulos se rieron. Dijeron: "es un sueo maestro!". Chuang Tse dijo: "Esperad dejadme contaros toda la historia. Ahora estoy despierto y me siento confuso. Ha surgido una duda. Si Chuang Tse puede soar que puede convertirse en mariposa, por qu no puede ser al revs? Una mariposa puede soar que se ha convertido en Chuang Tse. As que quien es quien? Soy una mariposa soando que me he convertido en Chuang Tse?"

Porque si puede suceder que puedes convertirte en mariposa en un sueo, entonces cual es el problema? Una mariposa que esta durmiendo esta maana, descansando, puede soar que eres t, as que no sabes quien eres.

Milagro Se deca que el "Haji" que viva en las afueras de la ciudad realizaba milagros, por lo que su casa se haba convertido en un centro de peregrinacin al que acuda gran nmero de personas enfermas.

El Maestro, de quien todo el mundo saba que ni senta el menor inters por lo milagroso, nunca responda a las preguntas que pudieran hacerle acerca del "Haji".

Cuando le preguntaron a quemarropa por qu se opona a los milagros, respondi: "Cmo va uno a oponerse a lo que est ocurriendo ante sus ojos a cada instante?".

Evasin Un visitante refera la historia de un santo que quera ir a visitar a un amigo suyo que estaba agonizando; pero, como le daba miedo viajar de noche, le dijo al sol: "En el nombre de Dios te ordeno que permanezcas en el cielo hasta que llegue yo a la aldea donde mi amigo agoniza". Y el sol se detuvo en el cielo hasta que el santo lleg a dicha aldea.

El Maestro sonri y dijo: "No habra sido mejor que el santo hubiera vencido su miedo a viajar de noche?".

Contradiccin "Qu accin tendra yo que realizar para alcanzar a Dios?"

"Si deseas alcanzar a Dios, hay dos cosas que debes saber. La primera es que todos los esfuerzos por alcanzarlo no sirven para nada".

"Y la segunda?"

"Que debes actuar como si no supieras la primera".

Transitoriedad El Maestro senta alergia haca aquellas personas que prolongaban excesivamente su estancia en el monasterio. Ms tarde o ms temprano, todos los discpulos oan de sus labios las temidas palabras: "Ha llegado el momento de que te vayas. Si no lo haces, el Espritu no vendr a ti".

Un discpulo reacio a marchar quiso saber qu era ese "Espritu".

Y el Maestro le dijo: "El agua solo se mantiene viva y libre si fluye. T slo permanecers vivo y libre si te marchas. Si no huyes de mi, te estancars y morirs.... contaminado".

Incongruencia Todas las preguntas que se suscitaron aquel da en la reunin pblica estaban referidas a la vida ms all de la muerte.

El Maestro se limitaba a sonrer sin dar una solo respuesta.

Cuando, ms tarde, los discpulos le preguntaron por qu se haba mostrado tan evasivo, l replic: "No habeis observado que los que no saben qu hacer con esta vida son precisamente los que ms desean otra vida que dure eternamente?".

"Pero hay vida despues de la muerte o no la hay?", insisti un discpulo.

"Hay vida antes de la muerte? Esta es la cuestin!", replico enigmticamente el Maestro.

Humildad A un visitante que a s mismo se defina como "buscador de la Verdad" le dijo el Maestro: "Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas por encima de todo".

"Ya lo s: una irresistible pasin por ella".

"No. Una incesante disposicin a reconocer que puedes estar equivocado".

Palabras Los discpulos estaban enzarzados en una discusin sobre la sentencia de Lao Tse:

"Los que saben no hablan;

los que hablan no saben".

Cuando el Maestro entr donde ellos estaban, le preguntaron cul era el significado exacto de aquellas palabras.

El maestro les dijo: "Quin de vosotros conoce la fragancia de una rosa?":

Todos la conocan.

Entonces les dijo: "Expresadlo con palabras".

Y todos guardaron silencio.

Ruido El Maestro tena que soportar cada da una verdadera avalancha de preguntas, a las cuales l responda en serio o en broma, con suavidad o con toda energa.

Haba una discpula que siempre se pasaba las sesiones sentada y en silencio.

Cuando le preguntaron la razn de su actitud, ella respondi: "Apenas oigo una palabra de lo que dice. Estoy demasiado distrada con su silencio".

Juzgar "Qu he de hacer para perdonar a todos?":

"Si no condenaras a nadie, nunca tendras necesidad de perdonar".

Serenidad "Existe alguna forma de medir las propias fuerzas espirituales?"

"Muchas".

"Dinos tan slo una".

"Tratad de averiguar con que frecuencia perdis la calma a lo largo de un slo da".

Realidad Aunque el Maestro pareca saborear la vida y vivirla a tope, tambin se saba que afrontaba grandes riesgos, como cuando denunciaba la tirana del gobierno, corriendo el peligro de ser arrestado y hasta morir, o cuando llev a un grupo de sus alumnos a ayudar a una aldea que haba sufrido el azote de la peste.

"El sabio no teme a la muerte", sola decir.

"Por qu tiene un hombre que arriesgar la vida tan fcilmente?", le preguntaron en cierta ocasin.

"Por qu tiene una persona que preocuparse tan poco por el hecho de que se apague una vela cuando el da ya ha amanecido?".

Imbecilidad Cuando se le preguntaba por su Iluminacin, el Maestro siempre se mostraba reservado, aunque los discpulos intentaban por todos los medios hacerle hablar.

Todo lo que saban al respecto era lo que en cierta ocasin dijo el Maestro a su hijo ms joven, el cual quera saber cmo se haba sentido su padre cuando obtuvo la Iluminacin. La respuesta fue: "Como un imbcil".

Cuando el muchacho quiso saber por qu, el Maestro le respondi: "Bueno, vers..., fue algo as como hacer grandes esfuerzos por penetrar en una casa escalando un muro y rompiendo una ventana... y darse cuenta despus de que estaba abierta la puerta".

Relatos ZenDesterrando a un fantasmaLa esposa de un hombre estaba muy enferma. En su lecho de muerte le dice, "Te amo demasiado!, no quiero dejarte, y no quiero que me traiciones. Promete que no vers otras mujeres cuando yo muera o volver para rondarte. Durante varios meses despus de su muerte el marido evit a otras mujeres, pero conoci a alguien y se enamor. En la noche que se comprometieron, el fantasma de su difunta esposa se le apareci. Ella lo acus de no cumplir con la promesa, y volvi todas las noches para atormentarlo. El fantasma le recordaba todo lo que haban pasado l y su prometida ese da, hasta el punto de repetir, palabra por palabra, las conversaciones que haban tenido. Esto lo trastorn tanto que no pudo dormir nada.

Desesperado busc el consejo de un maestro Zen que viva cerca del pueblo. "Este fantasma es muy listo", dijo el maestro luego de or la historia del hombre, "Lo es!", contest el hombre. "Recuerda cada detalle de lo que dije e hice. Sabe todo!" El maestro sonri. "Deberas admirar a un fantasma as, pero yo te dir que hacer la prxima vez que aparezca." Esa noche el fantasma regres. El hombre hizo exactamente lo que le haba dicho el maestro. "Eres un fantasma muy sabio", dijo, "Sabes que no te puedo esconder nada. Si puedes responderme una pregunta, romper el compromiso y permanecer soltero por el resto de mi vida". "Haz la pregunta", contest el fantasma. El hombre sac un puado de frijoles de una gran mochila que estaba en el piso, "Dime exactamente cuantos frijoles tengo en mi mano".

En ese momento el fantasma desapareci y no volvi nunca ms.

El Maestro campanaUn nuevo estudiante se aproxim al maestro Zen y le pregunt como poda prepararse para su aprendizaje. "Piensa que soy una campana", explic el maestro. "Dame un golpe suave y tendrs un pequeo sonido. Golpame duro y recibirs un repique fuerte y resonante".

LibrosHaba un reconocido filsofo y docente que se dedic al estudio del Zen durante muchos aos. El da que finalmente consigui la iluminacin tom todos sus libros, los llev al patio y los quem.

Buda cristianoUno de los monjes del maestro Gasan visit la universidad en Tokio. Cuando regres, le pregunt al maestro si alguna vez haba ledo la Biblia cristiana. "No", respondi Gasan, "por favor leme algo de ella". El monje abri la Biblia en el Sermn del Monte de San Matas, y empez a leer. Despus de leer las palabras de Cristo sobre los lirios en el campo, se detuvo. El maestro Gasan permaneci en silencio durante un largo tiempo. "S", dijo finalmente, "quien haya pronunciado estas palabras es un ser iluminado. Lo que acabas de leerme es la esencia de todo lo que he estado tratando de ensearte aqu!"

Persiguiendo dos conejosUn estudiante de artes marciales se aproxim el maestro con una pregunta. "Quisiera mejorar mi conocimiento de las artes marciales. Adems de aprender contigo quisiera aprender con otro maestro para aprender otro estilo. Que piensas de esta idea?" "El cazador que persigue dos conejos", respondi el maestro, "no atrapa ninguno".

Una situacin tensaUn da mientras caminaba a travs de la selva un hombre se top con un feroz tigre. Corri pero pronto lleg al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse, baj por una parra y qued colgando sobre el fatal precipicio. Mientras el estaba ah colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arranc y se las llev a la boca. Estaban increblemente deliciosas!

ConcentracinDespus de ganar varios concursos de arquera, el joven y jactancioso campen ret a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostr una notable tcnica cuando le di al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego parti esa flecha con el segundo tiro. "Ah est", le dijo el viejo, "a ver si puedes igualar eso!". Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero invit al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaa. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campen lo sigui hacia lo alto de la montaa hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frgil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligi como blanco un lejano rbol, desenfund su arco, y dispar un tiro limpio y directo. "Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro. "Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".

DestinoDurante una batalla, un general japons decidi atacar an cuando su ejrcito era muy inferior en nmero. Estaba confiado que ganara, pero sus hombres estaban llenos de duda. Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla. Despus de rezar con sus hombres, el general sac una moneda y dijo, "Ahora tirar esta moneda. Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos. El destino se revelar". Tir la moneda en el aire y todos miraron atentos como aterrizaba. Era cara. Los soldados estaban tan contentos y confiados que atacaron vigorosamente al enemigo y consiguieron la victoria. Despus de la batalla, un teniente le dijo el general, "Nadie puede cambiar el destino"."Es verdad", contest el general mientras mostraba la moneda al teniente, que tena cara en ambos lados.

SoandoEl gran maestro Taosta Chuang Tzu so una vez que era una mariposa revoloteando aqu y all. En el sueo no tena conciencia de su individualidad como persona. Era slo una mariposa. De pronto, se despert y se encontr ah acostado, una persona otra vez. Pero entonces pens para s mismo, "Era antes un hombre que soaba ser una mariposa, o soy ahora una mariposa que suea ser un hombre?"

EgosmoEl Primer Ministro de la Dinasta Tang fue un hroe nacional por su xito como estadista y como lder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista. A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con l, y pareca que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro pareca no afectar su relacin, que pareca ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno. Un da, durante su visita usual, el Primer Ministro le pregunt al maestro, "Su Reverencia, qu es el egosmo de acuerdo al Budismo?" La cara del maestro se volvi roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondi, "qu clase de pregunta estpida es esa?" Esta respuesta inesperada impact tanto al Primer Ministro que se qued callado y furioso. El maestro Zen sonri y dijo, "ESTO, Su Excelencia, es egosmo".