cuentos de niños para adultosdel cual son portadores. resulta par ticularmente bello el momento en...

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RESEÑAS tr ata de un a l uc ha en tre opues tos qu e co ncluye c uand o un o de ellos. la noche, de sc ubre la necesid ad del o tr o para ex istir. No se a nul a la ten sió n e ntr e luz y o sc ur id ad , sino qu e se d es- cu b re en e ll a un equilibrio fun da - me nt al. K oku -yó necesi ta de la n oc he par a brillar, y la n oc he, a su vez, necesi ta de la débil luz de éste p ar a manifes tar se p lena me nt e. Ll e gar a este e qu ili br io no r es ult a fácil; la noc he , en su po der, pr et end e d es truir por m uc hos medi os a estos biles intru sos ; ell os , a pes ar de su debili- dad, d eben c uid ar el preciad o t es oro del cua l so n p orta do res. Res ult a p ar - ti cula rment e bello el mom en to en el cual el ár bol de Oll eto ab re sus frutos par a te nd er una c álid a t ra mpa a Kok u-yó y, al cer ra rlo s, en vez de e xt i ngui r los te rm ina co nver tido en luz y c om ienza a v ibr ar. Kc ku - es ca p az de i luminar todo lo qu e t oca e incluso de conve rt ir en luz a los que pr ete nden des truirl o. Fo rmalme nt e, la o bra se encue ntr a dividi da en u na se rie de relatos co rt os qu e inicialme nte pr ese ntan los pers o- najes, luego las diferen t es co nfr on t a- cio nes e nt re las dos fue rz as y final- me nt e la r ecapi t ula ción en la c ual luz y t in ie bl as son as umida s co mo facet as de la vi da del hom bre. La n ar ración es clara y concisa, co n e co no mía de pers onajes y so bri edad en el manejo de Jos no mbr es - lo que no su cede co n fr ec uen cia c uan do se tr abaja la mit ol ogía co n fines L iterarios- ; parece una h is toria mu ch as veces co nt ada que, por lo mi s mo , se va co nv irt iendo en un rela to fund ame ntal , esta bl e y, de cie rta mane ra , ce rrad o en sí mismo. Un re lato que es lug ar obli gado de re feren c ia para l os que hab itan el p s de Manaré , quiene s tie nen que labrar un se ntid o so br e la realidad esca br osa y amb i gua qu e hab itan. C iertament e, n oso tros ya no vivi- m os el mund o de los hombres pr imi - tivos, y nue s tra c ap ac idad para perci- bir l os cambios en la natural eza c ad a vez es menos c apaz de s util ezas - en las c iudades el cielo se osc urece pero la noche par ece qu e nun ca lle ga - . Creem os, inc luso , qu e dominamos la naturaleza , per o la ti e rra se es des- moro nand o bajo nue s tr os pi es c al za- d os; in ventamos c osas y co ntempl a- mos c on as ombro mo se n os s al en Boletfn Cuhural y Btbhoar•fi co Vol . 26 núm 19 , 198 9 de las manos y a ta can. 1: t am os. po r lo tant o. en la misma tncertidum- bre del ho mbr e pr im it ivo y tenemo. la m is ma ne-cesidad de u na dimen sión de sent ido q ue il um ine nues tr as oscu - ridad es . L as pr eg unt as de lo l:> ho m- br es primitivos siguen teniendo sen- t id o para noso t ro s, y Koku-yó, Mensa- je ro del So l. t ie ne toda vía mu cho qu e M AN UE L G AR'\'ICA M ARTÍ. El Cuentos de niños para adultos La silla qu t pt rdi ó un a pa ta } otra!> Tri un fo A rn m egas Carlos Va lencia Ed it o re s. Bogolá. 198M, 98 p ágs. Como si se tr atara del pa ya so jugue- tón y enam orado de su cuento, T ri un - fo Arcin iegas no s lleva de la m an o por una serie de situ ac ion es en do nde mom en tos de gr an poesía e intensi- dad altern an c on otros en que la nar ració n ame naza perderse en los de talles. Se tr ata de histo rias que p arece n más el fruto de noches de amor y de ocio q ue de días de li br os, p ape les y bo rr one s; de historias c on- ta d as co n p lacer , como inven ta da s a me did a q ue se las cue nta ; de histor ias qu e se refieren a o tra s hist or ias - lo qu e resu lt a tan propio de l as na rr a- cio n es or al es - y que habit an es te l ibro c om o peq ueñ os cu ent os de un a o d os fra ses: el de la bi cicleta verde qu e se creía un á rb ol lleno de p ájar os hasta que un a muc hac ha de mejillas ence ndid as le r ega un a rosa; el de l lápiz de t re s ce ntím etros qu e hab ía aca bado c on el bor rador porque este se la pa s ab a co nt radicién dolo ; el del ga llo que no sabía c antar y t emía te r mi nar en la olla de l s an cocho, y mu chos o tr os má s. No res ulta difíc il d es cubrir detr ás de es t os cuen tos una me nt e ll ena de si tu acio ne s que se e ntr ela.zan y qu e co nsti tu ye n un mu ndo maravill oso do nd e l os seres humanos, los an i ma - L ll ER AT l' RA INF ANT il. l e:- y la ., part1c1pan de la ml'>- c ara cte ri y de la:. No e per cibe afán p or dar cn!:>c ñ anta - tan p ropi o de las ll amad li t eratura tnl an t iles :por el co n tra n o, entron- c ad o en la gran lite ratu ra de nue tr o tiempo ( Mar cel Pro ust. L aw rence D urr ell). el a ut or renu n c1 a a cr ear per !:>o n aJCl> e que repr e- se nt en l as vi rtud e!> y vicio&, y nos prese nta seres vivo !> a m b1guos e incla- Ejemp lo de ello so n las sillas del cuento yu e da no mbre a este l ibr o: en un pr im er m omen to apare- cen como un grupo de seño ra s a nt i- páti cas y criti co nas pero lueg o, si n pe rder est as ca r ac terística!>, va n su- fr ie ndo el p aso del tie mp o y sus es tra gos de mane ra tan irreme di ab l e. que es imp os ible evit ar so li dari z ar - nos y sentir te rnu ra por e ll as . Vale la pena hacer re s altar la g ran variedad de historias de am or que enco ntr amos en es tos cue nt os, de sde el be so d es p re venido qu e la niña. al pasar en su bicicleta, envía al payaso. h as ta la cruel historia de la bella go lon drina qu e despr ecia d e t al manera al gus an o qu e la am a, qu e ni si qu iera se lo quiere co me r. Es este un li br o en el cual se reco- gen much as e xper ie nci as y muc ha l:> v idas, la ma vo ría de ell as relacio na - da s con el mu ndo de los intelec tu a les y l os artis ta s: el ma rr anito fil ós of o ; e l p ay aso; ca pe ru c it a ve rde , qu e en un momento de su vi da escribe p oe mas: el pr ofeso r que d ur an te un tie mp o es dueño de la s bella taza de del mu ndo, y el l n qu e - a su manera e sc ribía c artas de amor al ave del para íso en la co rt eza de l os ár bole s u en la piel de sus víct imas , alg un os de ellos. A un qu e mucho ha Cl:>Cnto so bre la valide7 de nom brar co mo infant il 1 25 r

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Page 1: Cuentos de niños para adultosdel cual son portadores. Resulta par ticularmente bello el momento en el cual el árbol de Olleto abre sus frutos para tender una cálida trampa a Koku-yó

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

RESEÑAS

trata de una lucha e ntre opuestos que concluye c uand o uno de ellos. la noc he , descubre la necesidad de l o tro pa ra ex is t ir. No se a nula la te nsión entre luz y oscurid ad , sino que se des­cu bre en e ll a un equilibrio fu nda­mental. Koku-yó necesita de la noche para brilla r, y la noche , a su vez, necesita de la dé bi l luz de éste para ma nifestarse plenam ente . Llegar a este equ ilibrio no resulta fácil; la noche , en su pode r, pretend e dest ru ir po r m uchos med ios a estos dé biles intrusos; ellos, a pesar d e su deb ili­dad , deben cuid a r el preciado teso ro del cual son portadores. Resulta par­ticula rmente bello el m omento en el cual el árbol de Olleto abre sus fru tos para tender una cálida t rampa a Ko ku-yó y, al cerra rlos, e n vez de

extingui rlos termina convertido en luz y comienza a vibrar. Kc ku-yó es capaz de iluminar tod o lo que toca e incluso de convert ir en luz a los que pretenden destruirlo .

Formalmente , la obra se e ncue ntra d ivid ida en una serie de rela tos cortos que inicialmente presentan los perso­najes, luego las d iferen tes confronta­ciones entre las dos fuerzas y final­mente la recapitulació n en la cual luz y t in ieblas son asumidas como facetas de la vida del hombre. La narració n es clara y concisa , con econo mía de personajes y so briedad en el ma nejo de Jos no mbres - lo q ue no sucede con frecuencia cuando se trabaj a la mitología con fines Literarios- ; parece una histo ria muchas veces contada q ue, por lo mismo, se va convirtiend o en un relato fundame ntal, estable y, de cierta manera, cerrado en sí mism o. Un relato que es lugar obligado de referencia para los que habita n el país de Manaré, quienes tienen que labrar un sentido sobre la realidad escabrosa y ambigua que habitan .

C iertamente , nosotros ya no vivi­mos el mundo de los hombres primi­tivos, y nuestra capacidad para perci­bir los cambios en la naturaleza cada vez es menos capaz de sutilezas - en las ciudades el cielo se oscurece pero la noche parece que nunca llega- . Creemos, incluso, que dominamos la naturaleza, pero la tierra se está des­m oro nando bajo nuestros pies calza­dos; inventamos cosas y contempla­m os con asombro cómo se nos salen

Boletfn Cuhural y Btbhoar•fico Vol. 26 núm 19, 1989

de las ma nos y no~ ataca n. 1: tamos. po r lo tanto. en la misma tnce rt id um­bre del ho mbre prim it ivo y te nemo. la m isma ne-cesidad de una dimensión de sentido q ue ilumine nuestras oscu­ridades. Las preguntas de lo l:> hom­bres primitivos siguen teniendo sen­t ido para nosotros, y Koku-yó, Mensa­jero del Sol. t iene todavía mucho que enseñarno~.

M AN UE L G AR '\' IC A M ARTÍ. El

Cuentos de niños para adultos

La silla qut pt rdió una pata } otra!> historia~

Triunfo A rn m egas Carlos Valencia Ed ito res. Bogolá. 198M, 98 págs.

Como si se trata ra del payaso jugue­tón y e na morado de su cuento , T ri un­fo A rciniegas nos lleva de la mano por una serie de situaciones en donde mo mentos de gran poesía e inte nsi­dad a lte rnan con o tros e n q ue la narració n amenaza perderse en los deta lles. Se trata de histo rias q ue parecen más el fru to de noches de a mo r y de ocio q ue de d ías de libros, papeles y borrones; de histo rias con­tadas con placer, como inve ntadas a medida q ue se las cuenta; de histo rias que se refiere n a otras his torias - lo que resulta tan pro pio de las na rra­ciones o rales- y q ue ha bitan este libro como pequeños cuentos de una o dos frases: el de la bicicleta ve rde que se creía un árbo l lle no de pájaros hasta q ue una m uchacha de mejillas encendidas le regaló una rosa ; el del lá piz de tres cent ímetros que hab ía acabado con el borrad or po rq ue este se la pasaba contrad iciéndolo; el del gallo que no sa bía cantar y temía termina r en la olla del sancocho, y muchos o tros más.

No resulta d ifícil descubrir det rás de estos c uentos una mente llena de situaciones que se e ntrela.za n y que constituyen un mundo ma ra villoso do nde los seres hum a nos, los an ima-

Lll E R ATl' RA IN F ANTil.

le:- y la., co~a~ part1c1pan de la ml'>­ma~ caracte ri uca~ y de la:. mt<>ma~ contradiccione~ . No e percibe afán por dar c n!:>cñanta morale~ - tan propio de las llamad a~ li teratura tn lan t iles :por el contran o, entron­cado en la gra n lit e ratu ra de nue tro tiempo ( Marcel Proust. Law rence D urrell). el a utor renu nc1a a crear per!:>o naJCl> e tereot i pado~ que repre­sente n las vi rtud e!> y lo~ vicio&, y nos presenta se res vivo!> a m b1guos e incla­sif:cab le~ . Ejemplo de ello son las si llas de l cue nto yue da nombre a este libro: en un primer momento a pa re­cen como un g rupo de seño ras a nt i­páticas y criticonas pe ro luego, si n perder es tas ca racterística!>, van su­fr iendo el paso del t iempo y sus estragos de ma nera ta n ir remediab le. que es imposible evitar solidarizar­nos y sentir ternu ra por ellas .

Vale la pena hacer resaltar la gran variedad de histo rias de amor que encontramos en estos cuentos, desde el beso desprevenido que la niña. al pasa r en su bicicleta, envía al payaso. hasta la cruel h isto ria de la bella golondrina que desprecia de tal manera al gusano que la ama, que ni siqu iera se lo quiere come r.

Es este un li bro en el cual se reco­gen muchas expe riencias y muchal:> vidas, la mavoría de ellas relac iona­das con el mundo de los in telectua les y los a rt is tas: el marranito filósofo; e l payaso; caperuc ita verde, que en un mo mento de su vida escribe poemas: el profeso r que d urante un tiempo es d ue ño de la más be lla taza de té del mundo, y el león que - a su ma nera escribía cartas de a mor a l ave del paraíso en la co rteza de los á rboles u en la piel de sus víct imas, ~on algunos de ellos.

Aunque mucho ~e ha Cl:>Cnto sobre la val ide7 de nom brar com o infant il

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Page 2: Cuentos de niños para adultosdel cual son portadores. Resulta par ticularmente bello el momento en el cual el árbol de Olleto abre sus frutos para tender una cálida trampa a Koku-yó

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

.--[_!!O(; R ._A_f- _14 ______ _ ----1

l'll' rtn t1po de lneratu r a . (o, cnteno~

para hacerlo nunca acaba n po r es ta r claro-, fn este l1bro se trabaJan lo!> pl'r'>ona,e::. típico:- de lo. cuento' infan­t tlc~. pero en muc hos asos IH histo­nH:- que sc c uentan o n más propia. del mundo de los adulto!> que de l de la gente ml'nuda. S1n e mba rgo. este llbrn. por ' u narración espontánea, e~ un llamado q ue no~ concterne a todo . grande-; y ch1co~. para deJa r ~al1 r . para dar vida , para contar, nue<.,tra~ prop1as his torias.

M A.'iliFL ÜARNI C A M A Rl Í E7

¿Biografía, o documentación?

An tunin Ju,e l ' ribe H tJmhf'rto Cáreres

Fundac1ón Segunda Fxpedic1ón Botántca. Bogotá. 1987. 28.3 págs

Todo alumno de de recho conoce ' siq uie ra de nombre, la obra clásica de

Champeau y Uribe, Tratado de dere­cho civil colombiano • , del cual mis­teriosamente sólo exis te un volume n de los cinco o riginales, de setecientas pági nas cada uno. P oco saben e n realidad quiénes fueron ~ u s au tores, el profesor francés Edmond Cham­peau y Antonio J osé Uribe Gaviria

' objeto de esta biografía "po r encargo •·.

1 Pocos saben tambié n, y es te libro Jo igno ra, e l des tino infa usto que c upo a esa g ra n o bra. hoy joya bibliográ fica , cuyos o riginales perecieron e l 9 de abril de 1948. s in que se conozcan copias, según el test imo nio de q uie­nes tu viero n acceso a la obra com­pleta, como el doctor Rodrigo Nogue­ra Laborde.

No escribir sino sobre lo q ue se ama. aconsej aba Renan. Ese, y no o tro. puede se r el pecado o rigi nal de tod o lib ro por encargo, que com o éste. patrocinado por Colciencias, es una d emostración más de que e l á nimo de trabajar. s in objetivos claros, no con­duce sino a un derroc he inútil de e ne rgías, porque es mejor no hacer

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nada q ue e labora r un texto comple­tamente anod ino o, po r qué callarlo, francame nte insopo rtable. El m oti vo dé tal encargo es la autoría de nuestra Ley O rgánica de la Instrucción Pública (ley 39 de 1903). obra de Uribe como ministro de Instrucción Pública. El personaje. es verdad , fue a utor de una labor ve rdade ramente grande e n ese ramo: a su esfuerzo se debieron las Escuela~ de Artes y Oficios. el Con­greso Pedagógico Nacional, la reins­tal ación, en 1904, de la Universidad Nacional, y e l establecimiento de la obligatoriedad de la educación física. Aun así. es más interesante, a nuestro entender. su labor diplomática . Varias veces canciller de Colo mbia , Uribe fue au to r de nuestra primera recopi­lación jurisprudencia! , así como de los cé lebres Anales diplomáticos y consulares de Colom b ia, del libro La reforma administrativa( 1903) y de un

Tra1ado de derecho p enal, j unto con Carlos E. Res trepo, entre un número d e obras q ue lo c uentan entre los más pro líficos escrito res de toda nuest ra h isto ria, de bie ndo hacerse resaltar de

' su labor impres ionante como inter-nacionalista, su proyecto de un código de derecho internacional. Sabemos, además, que trató te mas literarios e n escritos perdidos.

¿Cóm o fue la vida de ese hombre serio , pero afable y gentil, tan recor­dado por familiares y amigos? El libro no da u na respuesta. Su infanc ia es traducid a en un retrato del M ed ellín de 1869, para lo cual se acude a documentos que dicen más d el gene­ral Pedro Justo Berrío que de la ciu­dad. y simple mente se hace un repaso de ~a historia po lítico-militar de Antio­qllla, antes de naufragar definitiva­mente en un fá rrago de datos, de lis­tas, Y en un catá logo tedioso de no m ­bres pro pios en cantidades verdade­rame.nte alarm a ntes. como que pasan de c1en en a lgunas páginas; para

RESEÑAS

completar, no indica las fuentes , mien­tras que sí nos ofrece los textos com ­pletos de varios tratados como el del Winsconsin, que puso fin a la guerra de los Mil Días, el Herrán-Hay ( 14 págs.) , el Urrutia-Thomson, o el Lozano-Salomón, añadiendo su larga ratificación, el Acta de Independe n­cia de Panamá, fragmentos de discur­sos bien conocidos, mensajes al con­greso, declaraciones, proclamas, mani­fiestos, consultas, pasquines, presenta­ciones de libros que, por desgracia, a veces dicen más del personaje que todo lo demás, sin o bviar los firman­tes completos de cuanto decreto se atravesó en la vida del personaje, convirtiendo poco a poco el libro en una pesadilla dantesca superior a la de leer de seguido e l Diario Oficial o los Anales del Congreso.

Nos c uenta el autor que Uribe realizó investigaciones jurídicas con Fernando Vélez, su maestro, a quien "admiró en sumo grado y escuchó de sus labios hermosas anécdotas y ense­ñanzas inolvidables". Es decir, preci­samente lo que hace falta en este Libro. Ni una sola anécdota~ ni un solo rasgo circunstancial, viven en él, aun­que, según pro pia confesión del autor (pág. 35), haya hec ho un rápido viaje a Medellín en busca de información.

En un e nsayo sobre la poesía de Cote Lamus, Hemando V aJencia Goel­kel emprendió una reivindicación de la anécdota, " una de las bestias negras de los preceptistas actuales". N o sé bien qué sea una biografía, pero si sé que este libro no lo es . Los lectores buscamos, ciegamente, quizá culpa­blemente, aquello que tan a la ligera llamamos "el ho mbre", encerrado, lo presumo, e n la anécdota, alma mism a deJ discurso . De Anto nio José Uribe sabemos apenas, en estas páginas, que nació, se casó y murió. Para no pecar de injustos en la apreciación, nos queda claro que en 1886 Uribe obtuvo la máxima calificación uni­versitaria, que "no presentó fallas de asistencia y su conducta mereció el calificativo de intachable" (pág. 30) y que su esposa fue doña Clementina Portocarrero Carrizos a : "En el nuevo hogar halló [ .. . ] el complemento indispensable de su vida y la razón de

• Uribe, Anton io José y Edmond Champeau, Tratado de derecho civil colombiano, París, L Larousse, 1899, 22 cm.

Bol~tin Cultural y BiblioarifiQo Vol. 26 num. 19. 1989