LA NUEVA CASA DE DANIELA

Había una vez una familia que se quiso mudar a una nueva casa, la casa era

grande, bonita, tenía cuatro habitaciones, tres baños, una sala, un buen patio

trasero y un jardín grande, la familia se sentía cómoda, a Daniela le gustaba esa

casa por la luz que le llegaba.

Cuando se mudaron la mamá de Daniela le regaló un perro, ella lo llamó Lucas,

pasaron las semanas, Lucas creció y le encantaba jugar con Daniela, pero un día

cuando Lucas estaba jugando en el jardín vio que una sombra entró a la casa, él

se asustó y empezó a ladrar, Daniela trató de calmar al perro pero él lo que quería

era que lo entendieran, Lucas buscaba cuidar a Daniela ya que la quería mucho y

no deseaba que nada le pasara. Daniela no podía entender porque ladraba,

cuando Lucas se calmó, ya la sombra se había ido; una semana después Daniela

iba a entrar al colegio por primera vez y estaba muy emocionada, cuando llegó al

colegio le gustó estar ahí, conocía amigas y a la profesora. Un día se desató una

fuerte tormenta, como a las 2:00 de la tarde, y era hora de salir para la casa, a

Daniela todavía no podían recogerla porque su mamá estaba en un trancón, muy

preocupada por su niña. Daniela mantuvo la calma y no se desesperó porque

sabía que a una niña de 8 años nada podía pasarle, pero cuando entro al baño, le

apareció la sombra que le quería hacer daño, no se asustó porque la sombra no

era sombra, era un hombre malo que por dentro tenía a la sombra.

Él se hizo amigo de ella, pero su intención no era ser su amigo, él lo que quería

era conseguir un propósito, llegar a la casa, hacerse amigo de la familia y

apoderarse de la casa, pues desde allí tenía planeado destruir el mundo, ya que la

ubicación era la perfecta, se encontraba en el centro y además allí se encontraba

lo que la sombra quería, que era un reductor Z12 que servía para paralizar la

tierra.

Daniela no sabía que era por eso que quería llegar a su casa, pero Lucas lo iba a

detener porque él era un súper perro que ayuda a la humanidad, claro que Daniela

ni se imaginaba que eso fuera a pasar, pues para ella su perro era común y

corriente.

Espero que esta historia los motive a leer, así que los voy a dejar con la intriga de

saber que sigue, en otra oportunidad les cuento la continuación. ¡A leer!

Valentina Sarria Cruz

Juan Pablo II. Tarde.

Grado 5-2-2