cuento infantil maria castillo - secc 3412

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José Julián y Scookty

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abía una vez, un hermoso y colorido valle donde existía una pequeña aldea de lindas casitas con techos de tejas, y muchos

jardines de flores que parecían estrellas.

En esa armoniosa aldea, vivía un niño llamado José Julián, junto a sus padres. Su casita era muy pequeña pero muy bella.

José Julián, era un niño, inteligente, obediente y muy buen amigo, a él le gustaban mucho los animales, especialmente los perritos. Siempre quiso tener una mascota, pero su mamá le decía que no podían tener animales, porque la casa era ¡tan, pero tan pequeñita! Que veía imposible albergar algún animalito allí.

El niño se sentía triste, porque siempre veía a sus amiguitos que jugaban muy contentos con sus mascotas, y a él no se le permitía tener una.

Cada día que pasaba su angustia y tristeza se hacía ¡más pero, más grande! Pero José Julián no perdía la esperanza y esperaba con gran ansiedad su cumpleaños para pedir de regalo un perrito.

Cada día que pasaba su angustia y tristeza se hacía ¡más pero, más grande! Pero José Julián no perdía la esperanza y esperaba con gran ansiedad su cumpleaños para pedir de regalo un perrito.

Poco a poco, fue pasando el tiempo y su tan anhelado regalo se hacía más imposible de tener.

Una inesperada tarde su mama lo invitó a casa de una señora Vicky , que era una costurera, para que le hiciera unos uniformes de béisbol, al llegar a la casa de la costurera, y para sorpresa de José Julián allí vendían cachorritos de poodle el niño al ver una camada de cachorritos junto a sus padres, quedo con la boca abierta asombrando de

ver tantos perritos jugueteando, y asombrado exclamó:

- ¡mira mamá mira los perritos! ¡Que lindos y bellos son blancos como una motica de algodón!

La madre al ver que el niño estaba tan feliz, quiso comprarle un perrito, sin imaginar que José Julián se sintió atraído por el padre de los cachorros, llamado Scookty, que no estaba a la venta un hermoso y elegante poodle blanco como una mota de algodón, que al mirarle inspiró gran ternura.

Igualmente Scootky sintió gran admiración por el niño y al instante se hicieron amigos y empezaron a jugar entre saltos y carreras en el jardín, bajo la lluvia José Julián se sentía inmensamente feliz, pero llegó la hora de regresar, nuevamente a la casa.

José Julián con gran tristeza y con sus ojitos llenos de

lágrimas, no quería irse y dejar a su nuevo amiguito.

Luego todos los días José Julián le decía a su mama que lo llevara a casa de la costurera, para jugar con su nuevo amigo scootky. Pero su mamá no lo podía llevar, por lo que pasaron varios días, y por la necesidad, el niño se le ocurrió una gran idea, que era pedirles dinero

a sus padres para ahorrar escondida y poder comprar a su amigo.

El dinero que sus padres le daban lo iba guardando en un zapato con la esperanza de que algún día podría

comprarle a la costurera a su amiguito Scootky.

Una tarde su mamá lo invita nuevamente a casa de la costurera, José Julián saltaba de alegría y emoción, rápidamente sin que nadie lo notara, se fue a su cuarto a buscar el dinero que tenía guardado dentro del zapato.

Al llegar a casa de la costurera, la mamá le dice al niño que escoja un cachorro que ella se lo va a comprar.

El niño corre con gran algarabía a buscar a Scootky, al llegar con el perro la costurera se sorprendió al ver que el niño había tomado en sus brazos al padre de los cachorros y ella con mucha pena le dice que no está a la venta.

José Julián inocentemente, pensaba que como Scootky era más grande valía mucho más dinero, saca de su bolsillo lo que había ahorrado, para completar con el que tenía su mamá y poder comprar a su gran amigo Scootky.

Su madre y la costurera se miraban sorprendidas al ver el esfuerzo que el niño había hecho para obtener a su mascota. Con gran sentimiento la costurera, le repite nuevamente, que no está a la venta.

El niño con sus ojitos llorosos, regresa con su madre a casa sin su amiguito. Fueron pasando los días y se acercaba la fecha de su cumpleaños. José Julián seguía esperando el regalo más deseado que ya tenía nombre.

Entonces llego el gran día su cumpleaños, y la costurera llamó a la madre del niño, para que fueran a retirar el uniforme de béisbol, pero que llevara a José Julián sin imaginar la sorpresa que le tenía la costurera.

Al llegar José Julián encuentra a su amigo Scootky con un hermoso lazo azul, comprendiendo que sería el regalo que la costurera le tendría por su cumpleaños. El niño se llenó tanto de alegría, que tomó a su amigo en sus brazos, llorando de alegría y muy agradecido con la costurera, se acercó a ella, la besó, la abrazó y le dijo

- ¡Gracias, gracias! es el mejor regalo que me que me han dado en toda mi vida.

-¡Gracias, gracias! es el mejor regalo que me que me han dado en toda mi vida. Se puso a jugar con su amiguito mientras su madre y la costurera lo admiraban, así fueron felices para siempre( FIN)