cuba y su historia
TRANSCRIPT
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LJB
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CUB
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8
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CUB
y su histori
Francisca Lpez Civeira
)scar
Loyola Vega
rnaldo Silva
Len
Editorial Gente
Nueva
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8/12/2019 Cuba y Su Historia
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Edicin: Mirta Andreu Domnguez
Diseo: Mara Elena Cicard Quintana
Ilustracin
de
cubierta:
Ricardo
Monnar
lvarez
Cubierta: Armando Quintana Gutirrez
Correccin: Dania Y. Ferrndiz Pea
Composicin: Ileana Fernndez
Alfonso
,( Osear Loyola Vega, 1998
c, Francisca Lpez Civeira,
1998
, Arnaldo Silva Len, 1998
c
Sobre
la
presente
edicin: Editorial
Gente
Nueva,
2005
Primera
edicin,
1998
Segunda
edicin, revisada y aumentada.
ISBN 959-08-0728-3
ISBN 959-08-0283-4 primera edicin
Instituto Cubano del Libro, Editorial
Gente
Nueva, calle 2 no. 58,
Plaza
de la
Revolucin, Ciudad
de La
Habana, Cuba
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Nota a la
segunda edicin
La
elaboracin
inicial
de este
libro
se
realiz a pedido
de la
Editorial
Gente
Nueva que ahora
vuelve
a
incorporarlo
a
su
catlogo en una versin
revisada
actualizada
y
ligera-
mente
ampliada.
Se
trataba
de
hacer
una
muy
breve
his-
toria de
Cuba destinada a un
lector no especializado
y,
fundamentalmente no cubano.
Los autores
acogimos esta
idea con
entusiasmo pero al mismo
tiempo
con cierto
sentimiento
de nostalgia
al
saber que no sera el pblico
cubano su
principal
destinatario.
Sin embargo
la
histo-
ria
fue otra.
El
acto de
presentacin
realizado
en
la
Universidad
de
La
Habana en el cual el Doctor en Ciencias
Histricas
Mi-
guel
Barnet pronunci palabras de generoso
elogio
que
agradecemos
profundamente sobrepas las expectativas
al
contar con una asistencia
tan
numerosa
que
desbord
el saln y, lo que lamentamos
mucho no
todos los asis-
tentes
pudieron alcanzar
ejemplares.
El
proceso de
universalizacin
de
la
Universidad
condujo
a
que de manera
inesperada
para los autores creciera
significativamente la demanda
de esta
obra
dada
la
nece-
sidad de
contar
con un libro que sintetizara todo
el
pro-
ceso histrico
cubano para
el
estudio de
la
historia
na-
cional
en un curso general de un semestre. En
esa
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Presentacin
uba
su
historia debe cumplir el propsito e presentar,
en
un
texto breve, los
elementos esenciales del
decurso
histrico del pueblo cubano. Como toda obra de sntesis,
deja fuera
de
sus
pginas
numerosos detalles
de
ese
acon-
tecer
de
ms
de
cinco siglos y,
por
supuesto, los elementos
analticos no
pueden
alcanzar toda la extensin que los pro-
pios autores desearan. Pero se trata
de
ofrecer
un
libro
que permita a cualquier lector acercarse a la historia
de
Cuba y a los cubanos, que le posibilite conocer mejor a la
gran Antilla y a sus habitantes, en su
pasado
en su pre-
sente.
l plantearse
una
Obra
de
esta
naturaleza,
es
im-
prescindible definir algunas cuestiones metodolgicas esen-
ciales, tales como
la
periodizacin asumida y el hilo central
que debe conducir todo el discurso.
Los autores dividieron
la
obra en tres partes, atendiendo a
~
criterio de periodizacin basado en los grandes cortes
histricos que definen
la
evolucin
de
la nacin cubana.
s
justamente
este
ltimo
asunto
el hilo conductor
de
toda la
exposicin: el problema nacional cubano,
es
decir, el surgi-
miento, desarrollo y consolidacin
de
la nacin
cubana
y
su
lucha
por
concretarse
en
nacin
independiente
y pre-
servarse como tal.
En
tomo a este eje central
se mueven
las
estructuras sociales y las proyecciones ideolgicas,
as
como
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el combate
por la
justicia social,
que ha
sido, histricamen-
te,
parte
consustancial
de
los ms consecuentes y raiga les
proyectos na.cionales cubanos.
Obra concebida como una
unidad sin
embargo, identifica
al autor
que se
responsab.iliza con
la parte que
elabor
de
manera
individual,
aun
cuando
los
elementos
directrices
son
frutos de
la
discusin
colectiva.
Aunque cada
uno
hubiera agradecido
un
espacio mayor
para exponer
los
problemas histricos
que
aborda, todos
esperamos
que,
en su
brevedad,
este
libro
sea
til a
quienes se interesan
por
Cuba,
por
su historia
por
su gente, hayan nacido
en
este
archipilago
o
no
quizs
-ojal as sea- contri-
buya a acrecentar la comprensin y el
amor
hacia este
Illargo
lagarto verde , como
le
llam
uno de sus
ms au-
tnticos
poetas.
DOCTOR FR NCISC
LPEZ
CIVEIR
COORDIN DOR
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rimera parte
a sociedad insular
octor Osear oyola Vega
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La sociedad
insular
El
archipilago cubano
El 27 de octubre de 1492, con la llegada a Cuba,
por
el
norte de la regin oriental, de
la
expedicin
comandada
por
Cristbal Coln,
la
Isla se incorpor al patrimonio de
los conocimientos
geogrficos del
mundo europeo. Sean
o
no ciertas las palabras del
Gran
Almirante, que reflejan
su admiracin por las bellezas naturales de la gran Anti-
lla,
la
tierra ms hermosa
constitua
un universo muy
diferente del que exista en
la
pennsula ibrica.
La
entidad
denominada
hoy
Cuba, se compone
de
una
isla grande,
de varias
islas ms
pequeas
Isla
de Pinos,
Cayo
Romano,
Cayo
Coco,
Cayo Sabinal, Cayo
Largo, etc-
tera)
y
de cientos de islotes; Cuba
es,
por tanto, un archi-
pilago situado entre
los 19 y los 23 de
latitud
norte, y
los 74 Y los 85 de longitud oeste. El Golfo de Mxico, el
Ocano Atlntico y el Mar Caribe, de
clidas
y azules
aguas,
baan
sus
desdibujadas costas. Un
clima
subtro-
pical,
de
grandes
calores
en
verano, refrescado
en invier-
no por las
masas
de
aire fro
que descienden desde el
polo, y cuya
temperatura
oscila
entre
los
0,6
y los 38,8
Celsius, con media anual de veinticinco ,grados, determi-
na una exuberante naturaleza
que
no
poda
dejar de
impactar a un marino europeo.
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La extensin
territorial
110
922 kilmetros cuadra
dos
se
concentra de
manera
mayoritaria en la isla de
Cuba, con
cerca
de
105 000. Si
bien
esta no presenta
grandes diferencias orogrficas internas, la regin occi-
dental, de estrechez notable
entre
el norte y el sur cua
renta kilmetros
en
cierto lugar), muestra colinas como
el Pan de Guajaibn, que
no
superan los ochocien.tos
metros de
altitud.
La llanura
Habana-Matanzas cede el
paso a las montaas de la regin central, las
cuales
al
canzan poco ms de mil metros en el pico de San Juan.
Despus de la extensa sabana de Camagey-Tunas, el
oriente insular, tanto en la Sierra
Cristal
como en
la
Sie
rra Maestra,
muestra elevaciones de
cierto relieve que
culminan en el Pico Turquino, muy cercano a
los
dos
mil
metros.
La estrechez
sealada determina la existencia
de
ros de
corta
longitud,
tales
como
el Zaza, el Sagua la
Grande
y el Sevilla
en
la
zona central,
y el
mayor de to
dos,
el
Cauto, con
poco ms de trescientos kilmetros, en
la
parte oriental.
Para
el
hombre
europeo, la
lujuria de
la vegetacin tro
pical constitua un
hecho inolvidable.
Los bosques cuba
nos,
de enorme
extensin,
cubran la Isla desde oriente
hasta
occidente.
Bellsimas playas de
arenas blancas ce
danel paso a copudos rboles, que
se
entrelazaban con
lianas
y bejucos
cuajados de
flores.
Por entre
ellos
se mova
una fauna absolutamente original,
caracterizada por
sus
fuertes
colores,
de
la
cual
las aves
-especialmente,
los
llamados papagayos por los espaoles- llamaron podero
samente
la atencin
de los
invasores.
La abundancia de
bahas,
la benignidad del
clima -recurdese que el de
sembarco
se
efectu ya en otoo, con los rigores del verano
mitigados-
y
los contrastes entre
cielo mar y rboles,
conformaron
la impresin
colombina
de extraordinaria
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belleza completada
al paso de los
das con
la bondad
de
carcter y
apostura
fisica
de
la
poblacin
insular.
La poblacin aborigen
Los
primeros habitantes de Cuba
tienen en
este archi
pilago una antigedad
de
alrededor
de
diez mil
aos
a.n.e. En medio de muy diferentes condiciones
climticas
con mayor cantidad de tierras emergidas
en
el rea de
Centroamrica
que en la actualidad diversos grupos
de indios
de
la
Gran Isla
de
Bahamas existente
en
aquel
perodo
y luego
del sur del Mississippi
y
la Florida ba
jaron
hacia
Cuba
asentndose
en
ella.
Ms
tarde oleadas
procedentes
de
Venezuela
ya
fuese
va Nicaragua-Hon
duras o a travs del archipilago
antillano
arribaron a la
Isla trayendo
sus costumbres araucas
originales.
Resulta
bastante compleja la denominacin asignada a
cada
grupo
aborigen por
los estudiosos de
diferentes po
cas.
En
lneas
generales puede decirse que estos han
sido
llamados guanahatabeyes
ciboneyes
o
tanos segri
algunos; tanos o subtanos segn otros; y cazadores
pescadores-recolectores protoagricu1tores y agricultores
en
estudios
ms veraces
y recientes
en funcin de
su
estada
de desarrollo. o importante en
verdad
estriba en preci
sar que los primitivos
pobladores
del archipilago no lle
garon a este de
una
vez por todas sino
que
an conti
nuaban
asentndose en
el
mismo
a fines
del
siglo xv y
la
conquista y colonizacin espaolas paraliz
su
evolucin
cultural en Cuba.
Dichas culturas estuvieron muy lejos
de
alcanzar el
gra
do de desarrollo
y
complejidad observables en Tierra
Fir
me. Ciertos
grupos conocan de antiguo la agricultura y
la
cermica;
todos utilizaban
el fuego y se
ocupaban de la
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caza, la pesca
y
la recoleccin
de alimentos. El
maz,
el
tabaco,
y,
sobre
todo, la yuca,
constituan
parte funda-
mental
de su produccin
agrcola.
Los ms avanzados vi-
van en aldeas de pequeo tamao, en casas construidas
en
lugares
firmes,
o a
orillas del mar
y de
los ros. Estos
grupos estaban
llegando,
en 1492, a un grado superior
de vida
anmica, con
una
superestructura
que
ya inclua
enterrar a sus muertos, y una incipiente
divisin
interna
de
las funciones
dentro
del
grupo,
entre
el
jefe
cacique) y
el
resto
de la poblacin, de la cual se
destacaba
el indivi-
duo encargado
de
las funciones
religiosas,
llamado
behique. La elaboracin de pictografas y ciertos juegos
batos) y bailes areitos) reflejan
la
complejidad
anmica
que
muy
lentamente alcanzaba
la
sociedad
aborigen de
la regin oriental
cubana a
la
llegada de
los
espaoles.
Cinco
siglos despus, la
toponimia
insular debe mucho
an a estos primeros pobladores.
El
proceso
de conquista colonizacin
Articulada a travs de
las
conocidas Capitulaciones de
Santa
Fe, firmadas
por
Cristbal
Coln
y
los Reyes Cat-
licos,
la
empresa colombina pretenda
llegar
al Asia
(Cipango,
Catay) dando la vuelta a la
Tierra,
que en las
modernas concepciones del Almirante genovs no
era
plana,
sino redonda.
En
el
documento
sealado se
esti-
pulaba la proporcin de riqueza que a los
contratantes,
marinos y
monarcas, correspondera
de
todo
lo
descu-
bierto.
En el caso de Cuba, la riqueza -oro plata,
anhelados
largamente por un capitalismo europeo en despegue-
casi no exista, lo cual hizo,
entre otros
factores, que
Coln priorizase a Santo Domingo a la hora
de establecer
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el
primer
asiento
de espaoles en Amrica.
Ya
en su se
gundo
viaje
en
1494, recorrera el
sur cubano,
llegando
muy cerca del Cabo de San Antonio, al este;
por
razones
slo por
l conocidas, hizo firmar a
la tripulacin
una
declaracin de que se encontraban en Tierra Firme, lo
cual
hubiese
sido
desmentido con
slo
navegar
unas
po
cas
decenas
de millas ms. Su regreso a
La
Espaola y la
prioridad
otorgada a esta Antilla trajeron
u
relativo de
sinters de
la
monarqua por Cuba, que
se mantendra
durante quince aos ms.
Ya en 1508, la preocupacin del trono espaol tom
visos
manifiestos al trasmitrsele a
Nicols
de Ovando,
gobernador
de La
Espaola,
la
disposicin
referente
a
bojear explorar por
mar)
la isla grande. Este bojeo fue
realizado
por Sebastin
de Ocampo, quien
demostr
la
insularidad
de Cuba. Poco despus, en
1510,
las pug
nas internas entre Castilla y Diego Coln,
hijo
del
Almi-
rante y nuevo
gobernador
de La Espaola, hicieron que
se prefiriese a Diego Velzquez,
por
encima
de
Bartolom
Coln, para iniciar el proceso de conquista y
coloniza
cin
insular.
Velzquez
lleg a
Cuba,
procedente del territorio veci-
no,
por
la regin de Mais. Sus instrucciones
- incorpo
rar a
la
mayor
de
las
Antillas
a
la rbita de la
Corona- no
eran
difciles de
cumplimentar,
dada la poca resistencia
efectiva
que
los indios
cubanos podan
ofrecer. l
mili
tar espaol fund
la
primera villa de Cuba Nuestra
Se
ora de la Asuncin de
Baracoa) a fines
de
1510 o
prin
cipios
de 1511, Y con rapidez organiz la expansin
por
el
resto del
territorio.
Un bergantn por
la
costa
norte;
una
columna
al
mando de Pnfilo de
Narvez, deudo de
Velzquez,
y
quien
sustituy a Francisco de
Morales,
que
no
1 era,
por
el centro-norte; y el
propio
Velzquez, por
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el
sur
iniciaron la
penetracin
espaola
en tierras cu
banas. Este
proceso
si bien dificultado a veces por los
dbiles intentos
aborgenes de
resistencia
en particular
la
oposicin del cacique quisqueyarro
Hatuey pr imera
vctima espaola en Cuba quemado en
la hoguera-
fue
relativamente
fcil
de
concluir.
Descontando la villa de
Baracoa
entre
1512 y
1515
el
territorio cubano fue
incorporado
a los nacientes domi
nios espaoles en el Nuevo Mundo
mediante
las
seis
vi-
llas creadas: San Salvador del Bayamo La Santsima Tri-
nidad San Cristbal de La
Habana Sancti
Spritus Santa
Mara
del Puerto del Prncipe y Santiago de
Cuba.
Esta l
tima
desplaz
a
Baracoa
en
1515 como
sede
del
gobier
no insular. Un reacomodo de los sitios fundacionales tra
jo como
consecuencia que La
Habana
Trinidad
y Puerto
Prncipe
cambiasen de
emplazamiento hasta llegar
final
mente
a su ubicacin actual.
La
concepcin
espaola trada por Velzquez a
Cuba
-desarrollo de una
colonia por
pob1amiento-
facilitaba
la
penetracin en la Isla pero al mismo tiempo creaba las
bases
para
enfrentamientos posteriores entre
el
mximo
rgano de direccin local el
Cabildo
constituido por
regidores que elegan de entre ellos a un alcalde y la
pro
pia
monarqua por medio
de sus funcionarios. El
Cabil
do, formado por vecinos de cada villa, constituy con el
paso de
los aos
una oligarqua
cada
vez ms
cerrada
con intereses propios
especficos
de cada regin
que
en
mltiples ocasiones
chocaron
con
los intereses metropo
litanos.
Los funcionarios espaoles en Cuba
descontan
do al gobernador eran principalmente el veedor fac-
tor), el
contador
y el
tesorero.
Adems
fue
creado el
cargo
de procurador o
representante
del Cabildo en la Corte. Pa
ralelo a
esta estructura
se senta de manera enormemente
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fuerte,
la
presencia de
la
Iglesia Catlica,
ya
que
una
o
la
ms
importante,
segn se
deca
de las obligaciones ,de
Espaa era catequizar a los
aborgenes.
Funcionarios rea-
les, Cabildo
e
Iglesia constituyen as una trada sin la
cual
no
puede entenderse la estructura inicial gubernati-
va aplicada
en
Cuba.
El inters fundamental de
los conquistadores,
la bs-
queda
de oro, no
fue
satisfecho en Cuba. La Isla no po-
sea
grandes
yacimientos de este metal; por
el
contraro,
su escasez era notoria.
Solamente
se pudo obtener
un
poco
gracias al lavado
de
arenas de
los ros,
arduo
trabajo
realizado por los indios y
que no
fue ms
all
del ao
1542,
si
bien
desde
mucho
antes
ya
se
haba
desplazado
la
ex-
plotacin aurfera
por la cra de ganado vacuno,
porcino
y caballar, con vistas tanto al consumo como a la
expor-
tacin a los nuevos
territorios
espaoles
del
continente,
~ s p e c i l m e n t e
a
la Nueva Espaa. Trado
de Europa,
en
las condiciones boscosas del
clima
tropical cubano, el
ganado prosper tremendamente y constituy el
rengln
fundamental,
sustituto
de
la
minera,
en
la
naciente
y
precaria economa insular.
Junto
a
esto, la
necesidad de
subsistir oblig a
los espaoles
a
adaptarse
a consumir
plantas
propias de
la
agricultura
aborigen,
tales
como
la
yuca, con la
cual se elaboraba
el
casabe, torta que
poda
sustituir al pan; y el tabaco, que, lenta, pero constante-
mente,
aumentara su importancia econmica. Fuese
para
salarlo
en
tasajo,
o
para
utilizar
los
cueros,
el
ganado
fue
l va de escape productiva
de los espaoles que
no aban-
donaron la
Isla
para participar en
la
conquista
de Tierra
Firme.
Estos espaoles
no
vinieron a Amrica para trabajar,
en sentid.o
estricto,
sino a enriquecerse para repatriarse,
cuando 10 hubiesen conseguido. Por eso
VelzqUez,
sin
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estar
autorizado para
ello reparti la tierra cubana, vale
dec;ir la tierra de los indios, a su hueste guerrera
conquis-
tadora, lo
que
implic desposeer a sus legtimos
dueos.
As ya en 1536, queda la prueba histrica de que el Cabil-
do de
Sancti
Spritus otorga
tierras
(merceda la
tierra)
de
su
hinterland
prctica
realizada
desde
aos atrs.
Este
otorgamiento no implicaba la propiedad
jurdica
sobre la
tierra,
sino
el
derecho
a su
utilizacin, pagando
a
los mo-
narcas y a la
Iglesia los
derechos correspondientes. A lar-
go plazo, dentro de la historia nacional, el proceso sea-
lado traera,
siglos despus, gravsimos
problemas
para
el desarrollo del capitalismo en Cuba.
Junto
al
hecho
del
reparto
de mercedes,
el
cual poda
hacerse bajo
distintas
formas,
tales
como
estancias,
y
luego hatos y corrales, se hizo el
reparto
de los indios que la
trabajaran.
Estos repartos, conocidos con el
nombre
de
encomiendas,
vinculaban
al indio a un espaol, no bajo
la forma
de
la
esclavitud
clsica,
sino
en un carcter si-
milar al del siervo. Los aborgenes deban
trabajar
a ve-
ces catorce
horas
diaras,
desarraigados completamente
de su modo de vida original. En sus comienzos, los indios
encomendados se
ocuparon
del lavado de las arenas de
los
ros para
la obtencin
de
oro y
con
posterioridad,
pasaron
masivamente
a labores agrcolas, imprescindi-
bles para
la subsistencia de los europeos.
Mucho se ha escrito sobre la desaparicin de
los
indios
cubanos,
debida
a
los
maltratos
sufridos
a
manos
de
los
encomenderos. Esto,
histricamente, es vlido.
Pero
tambin lo
es
el hecho de que
l
sistema de trabajo en
encomiendas rompi el ciclo de
reproduccin
natural abo-
rigen, cuya
natalidad
disminuy de manera
inconcebible.
La ausencia de mujeres
blancas
provoc desde la
arranca-
da de
la colonizacin, un
gran mestizaje de espaoles y
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nativos, que fueron
siendo absorbidos
racia1mente.
A ello
se unen .las enfermedades llegadas de Europa, desconoci
das en
Amrica,
las
cuales
mermaron grandemente
a los
naturales, as
como los
suicidios de estos, incapaces, l-
gicamente, de adaptarse al
rgimen
de
trabajo y a
las
ca
ractersticas
de
la
civilizacin
espaola.
,
Para
resolver los
problemas de
la
fuerza de trabajo,
desde
la primera dcada
de
la colonizacin, los
espaoles intro
dujeron negros africanos, mucho ms resistentes
que
los
indios
a
los
rigores de la explotacin. Primero, en peque
as partidas espordicas, luego, ms establemente, los
negros llegaron
a
Cuba desde muy
temprano,
incorpo
rndose
al
proceso
~
mestizaje,
que
inclua,
aS, a
in
dios,
blancos y negros. A
la
par, trajeron
sus
universos
culturales
(dada
la
heterogeneidad
de etnias que atrave
saron el
Atlntico), los
cuales tambin
comenzaron
a
mezclarse,
con prontitud, en
el mosaico espaol-abori
gen.
A mediados de
los
aos cincuenta del siglo XVI,
cier
tos rasgos futuros,
definitorios de la
nacionalidad cuba
na, entre
ellos
el
crisol racial,
comenzaban
a
florecer
het mosamente.
Economa
y sociedad criollas
Una
vez
culminado
el proceso
de conquista
y co10niza-
i n ~ y
establecidos en su
forma
inicial los mecanismos
de
poder
espaoles sobre
la
Isla,
la
evolucin
econmica de
esta
transcurri de
manera lenta,
de acuerdo
con
la
priorizacin que Espaa impona
a
los nuevos territorios
americanos. Sin reservas de oro o metales preciosos, Cuba
sufri
un despoblamiento inicial,
en funcin de
la
don
quista
de Mxico y de expediciones,
como
la de
Hernando
de
Soto
a
la Florida.
Los espaoles
que
no
abandonaron
19
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
21/281
la
Isla fueron
adaptndose a ella con mayor
rapidez de
lo
que se
hubiera
podido esperar. A mediados
del
siglo XVI,
una nueva generacin de pobladores,
cuya mayora
era
ya
nacida
en
la
gran
Antilla, se haca notar
en
el naciente
mundo colonial.
Ya
ha
sido explicado que,
al lavado de
las
arenas
de
los
ros para la bsqueda
de
oro, lo sustituy la cra y el
monteo
de ganado como rengln productivo fundamen-
tal. La importancia
de
la ganadera vacuna, tanto
en su
funcin econmica hacia adentro
alimento
para
la po-
blacin , como hacia afuera exportacin de cueros y car-
ne
salada),
se mantuvo a todo lo largo
de los
siglos XVI
XVII,
Y lleg,
incluso,
a
abarcar
una
buena
parte
de
la
pri-
mera
mitad del XVIII. Enormes haciendas ganaderas, mu-
chas
de
las cuales
haban
sido
repartidas en
forma
de
hatos,
1
componan
el
panorama determinante de apro-
piacin del
territorio insular. Sin
embargo,
muy
pronto
dichas
haciendas comenzaron a sufrir
la
competencia de
la agricultura comercial, la cual llevara a
la
disolucin
de
una
gran
cantidad
de
ellas.
El
tabaco, sembrado en vegas
a orillas
de los ros,
cons-
titua
un cultivo especializado que los espaoles apren-
dieron
rpidamente a producir, cosechar y procesar
en la
forma elemental
de
los
propios aborgenes,
lo cual no de-
mandaba
grandes
extensiones
de
tierra ni
un desembolso
sustancial de capital. El
incremento
de su
consumo,
tan-
to
en la
Isla
como
en
Europa,
trajo
un
constante aumento
de su produccin. Si
a
esto se
suma el
cultivo de plantas
alimenticias
para los
habitantes de las villas, sobre todo
de I -a Habana,
centro
del comercio espaol en
las
Indias,
se
comprende
que
la hacienda
ganadera
sufriese con
rapidez
los
embates de
otras
producciones
de
mayor ren-
tabilidad. La estructura de gobierno espaol
y,
sobre
20
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
22/281
todo
i Cabildo en
cada
villa, trataron de proteger a los
hacendados
quienes constituan
desde los primeros tiem-
pos de la colonizacin, el grupo
social
de mayor poder y
capacidad
de presin.
Pero las necesidades
crecientes de
la
Corona
en 1
referente
a
la
alimentacin de
las tropas
y marinos reunidos en La
Habana
durante meses y la
ganancia
proporcionada por los impuestos
derivados de
la
exportacin
de
productos
relacionados con la
agricul-
tura
comercial hicieron que
la legislacin colonial
fuese
muy irregular y que los pleitos entre hateros y
agriculto-
res sobre
todo
los
vegueros
establecidos en el interior
de
las
haciendas
ganaderas llenasen
todo
un
gran
cap-
tulo de la
historia
inicial de
Cuba.
El
monopolio comercial espaol
establecido
desde
el
principio de la colonizacin a travs
de
la
Casa
de
Con-
tratacin de Sevilla, se
dej sentir
con especial fuerza en
Cuba que no siendo una regin
priorizada para
Espaa
en la primera mitad del XVI,
no
reciba apenas los produ,c-
tos europeos imprescindibles.
Ya
en
1566
con
la
crea-
cin
definitiva
del sistema de Flotas para el comerCio en-
tre Espaa
e
Indias
estos comenzaron a
reunirse
en el
puerto de La Habana el cual se convirti, as en el
prin-
cipal
del
continente. Si bien los
galeones
slo deban per-
manecer en la rada habanera
unas pocas semanas los
atrasos
habituales
determinaban la
prolongacin
de la
es-
tancia por
varios
meses lo
que represent para
la villa y
para la zona rural de los alrededores
un
aumento
consi-
derable de poblacin
y
un enorme
estmulo
para la
pro-
duccin de artculos diversos que quienes esperaban para
marchar hacia Europa consuman vidamente. Asimismo,
el
nmero
de
posadas y tabernas citadinas creci
de
ma-
nera
extraordinaria al igual
que la
prostitucin sobre
todo de
negras
esclavas autorizadas
por sus
dueos para
21
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
23/281
trabajar, a ganar ,
segn
frase de la
poca.
El inters
metropolitano
en
proteger
las fabulosas riquezas de Am-
rica reunidas en
La
Habana, trajo como consecuencia la
fortificacin
de
la baha. All,
sucesivamente,
se constru-
yeron los castillos de La Real Fuerza, La Punta, y los Tres
Reyes
del
Morro,
convirtindose as
la
ciudad en el
encla-
ve ms y mejor fortificado del
Nuevo
Mundo. Lentamen-
te, el sistema de
Flotas
permiti, al Cabildo habanero y a
las familias
con
l relacionadas, una acumulacin de ca-
pital
que se
hara ostensible en
el
siglo XVIII.
La
Isla,
en su
conjunto,
no
se benefici con el
sistema
de Flotas:
slo
represent un
adelanto
para La Habana.
Las villas
del
interior, abandonadas a su suerte y carentes
de recursos
elementales necesarios
a sus
pobladores,
de-
sarrollaron con rapidez un comercio irregular, fuera de
los
moldes coloniales, conocido
con el nombre de comercio
de contrabando o
comercio
de rescate. Este se efectuaba
utilizando los ros y los mltiples accidentes costeros
cubanos,
con corsarios y piratas ingleses,
franceses
y
holandeses,
cuyas
naciones
disputaban
a Espaa el
do-
minio
del
Mar
Caribe. Entregando productos
de
la tierra ,
los
habitantes de las villas cubanas reciban
aquellas
mercancas que
el
rgimen
colonial no les suministraba
.En este
comercio
participaban, por igual, el
Cabildo
lo-
cal, los vecinos y las autoridades espaolas
de
la zona,
porque las necesidades
eran
semejantes para todos
los
grupos sociales. Espaa hizo fuertes intentos por prohi-
bir, vigilar y condenar el
contrabando,
con muy poco
xito.
Designado
por
el
gobernador
Pedro Valds, su asesor
Melchor Surez de Poago trat de controlar la situacin
del contrabando
en Bayamo,
a
principios
del siglo
XVII,
ya
que
dicha zona constitua el foco principal de este co-
mercio. Prevenidos,
los
vecinos
(posiblemente
ayudados
22
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
24/281
por
los
rescatadores
extranjeros) hicieron
imposible
la
prosecucin del
expediente
judicial iniciado, que
al
ven-
tilarse
en la Audiencia de Santo
Domingo,
de la cual
Cuba
dependa,
fue suspendido. Este hecho constituye
una
muestra
fehaciente
de
las
contradicciones
primarias
que
ya se vean entre los gobiernos locales, compuestos
por insulares, y el
gobierno
de
la
Metrpoli.
Espaa
trat
de estructurar cierto control sobre los
ha-
bitantes de
la
Isla que impidiese
la prdida
de riquezas
por
va del
contrabando,
y al mismo tiempo permitiese
re
adecuar los mecanismos de
dominacin
a
la
creciente
importancia
de
La
Habana.
En
1607,
una
Real
Orden
convalidaba algo
que
desde 1553
haba
sucedido: el
esta-
blecimiento de
la
capital
insular
en la
propia ciudad, a la
par que se
divida
a Cuba en
dos gobiernos:
el
de La Ha-
bana, y el de Santiago de Cuba,
subordinado
este al pri-
mero. El desconocimiento que de
las realidades
cubanas
tena Espaa,
cien
aos despus
de
la
conquista, provo-
c
un
suceso
simptico:
las
villas
de
Trinidad, Remedios
y
.Sancti Spritus no fueron
adscritas
a ninguno de
los
go-
biernos,
con
lo cual
sus
habitantes
pudieron
autogober-
narse durante largos aos.
Los corsarios de las naciones enemigas de
Espaa,
en
sus depredaciones
por
las Antillas, desembarcaron no
pocas
veces
en Cuba. En
distintas
pocas, Francis Drake,
Francisco Nau
o
Henry Morgan
visitaron
el
territorio
cu-
bano, ya
fuese
para arrasar
determnada
villa, o para res-
catar .2 La cultura insular,
aunque
parezca increble, se
benefici con
esto. o
slo
los
pobladores
entraron en
contacto con
otros
pueblos
y naciones, diferentes por
supuesto
a
la
civilizacin
espaola, sino que, del
ataque
del pirata
Gilberto Girn
a la
regin
de Bayamo, en
1604,
donde
tom de rehn al
obispo
Juan de las Cabezas
23
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
25/281
Altamirano, y de
su rescate por
los
habitantes
de
la
villa
surgi, en 1608, la primera gran composicin
potica
de
tema cubano
escrita en
la
Isla,
Espejo
e
Paciencia del
canario
Silvestre de
Balboa,
buena muestra de ciertas
inquietudes culturales ya presentes
en
la
poblacin.
Si
bien
la Paz de Ryswick,
en
I 697 ,
no
resolvi
por
comple-
to para Espaa el problema del contrabando, s 1 redujo a
proporciones
aceptables.
Dentro del marco de controles que la
Metrpoli trat
de
establecer a 1 largo de la
etapa,
se inscriben las Orde-
nanzas confeccionadas
por el
oidor Alonso de Cceres,
en
1574,
una
vez
estudiada
por dicho
funcionario
la
rea-
lidad cubana.
Los
Cabildos
locales
ganaron
con
las mismas
al recibir, de hecho,
la
facultad de
mercedar
tierras, si bien
la superficie territorial de Cuba
ya
estaba
casi por
com-
pleto repartida;
pero los Cabildos reforzaron
su autori-
dad ante el gobernador, representante de
la
Corona. A su
vez, Cceres legisl sobre problemas inherentes a
la
fuer-
za
de trabajo
(la
esclavitud ,
y
sugiri
la creacin de
algu-
nos
nuevos funcionarios. Las
Ordenanzas,
cuya
verdade-
ra
importancia
es dificil
de precisar, reflejan,
con
su
promulgacin,
los
intentos
de una sociedad
naciente por
organizarse
y consolidar su
desarrollo.
~
influencia del
sistema
de Flotas oblig a
introducir
algunas mejoras en las condiciones urbanas de la capital.
La
edificacin
de
la
Iglesia
Parroquial
Mayor,
comenzada
en 1550 y
terminada
en 1574, as como de los conventos
de
Santo Domingo,
de tablas
y
guano, en 1578,
recons-
truido
en 1587,
y San
Francisco,
iniciado
en 1584, contri-
buy a darle aires citadinos a La
Habana.
La construc-
cin
de la Zanja Real en
1592,
vale decir,
del
primer
acueducto,
por
Juan de Texeda, que desde el ro A1men-
dares
hasta
la
actual
Plaza de
la
Catedral
surta
de
agua
24
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
26/281
al
vecindario y a la
Flota, mejor sustancialmente la ima
gen, urbana, al igual que el Real Decreto que la converta
en ciudad. En el interior, la lenta
ocupacin
poblacional
del espacio
geogrfico
se
materializ
en
la fundacin de
algunas parroquias rurales,
esfuerzo
eclesistico eviden
te
en las
visitas peridicas
que hacan los obispos a dife-
rentes
regiones
y,
sobre
todo,
en
la
fundacin de
las
vi-
llas de
Santa Clara,
al
centro
de Cuba, y Matanzas, en
la
costa norte, cercana
a La Habana, a fines del 'siglo XVII.
A pesar de los relativos progresos
alcanzados,
la
vida
era muy dificil
para
los habitantes
de
Cuba,
que
oscila
ban
entre
los cincuenta y
los
cien mil pobladores. A los
ardores del
clima
y al aislamiento del resto
del mundo
en
que se
e n c o n t r b ~ e n
las
villas
del
interior,
se
sumaba
la marcada
escasez
en cuanto a bienes
materiales
que
no
fuesen de primerisima necesidad, y aun estos eran obte-
/
nidos del contrabando. o exista
la
menor posibilidad
de
acceso a una educacin, ni tan siquiera elemental, para
la gran
mayora
de
los
habitantes residentes fuera
de La
Habana y, en la capital,
slo los
muy pudientes podan
educar
a
sus
hijos. Las.
casas,
de
manera
abrumadora,
eran de
guano y tablas, o
de embarrado; muy pocas co
menzaban a edificarse de piedra o
mampostera.
Su mo
biliario era
conventual:
mesas,
arcones, sillas y
catres
para dormir revelaban la dura existencia
de los morado
res.
Sin
embargo, esta misma
rigidez
de la vida, unida al
, aislamiento de cad,a villa y
la
seguridad de sus poblado
res de
que
sus
vidas
se
enmarcaban en
aquel
entorno,
y
no
en un hipottico retorno
a
Espaa
(algo
que apenas se
plantearo ). los residentes en Cuba , fueron establecien
do
algunas
diferencias
en
relacin con
la Pennsula,
y
creando ciertos gustos y hbitos que devendran, desde
fecha
muy
temprana,
en germen
de
cubana. Entre ellos
25
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
27/281
se
encuentran
el gusto
por
el bao, ya
fuese en
los
abun-
dantes ros o en tinas domsticas; la aficin por el
taba-
co, compartida por ambos sexos; el abandono de mu-
chas formas de utilizacin del castellano, enriquecido
por localismos, modismos
y
americanismos; la naturali-
dad y llaneza en el trato
entre las
personas, sobre todo
en reas rurales; profesar
una
religin comn, la catli-
ca,
pero
grandemente mezclada
con elementos
africa-
nos,
poco
institucionalizados en estructuras
eclesiales;
el desarrollo de una entereza de
carcter,
resistencia a
los avatares de la vida, y una picarda natural, heredera
directa del
sustrato andaluz
que
le
dio origen,
y
un gus-
to
desmedido
por
la msica y el baile, todo lo
cual sera
reflejado por los extranjeros
que
visitaran la Isla ya en el
siglo XIX. La
idiosincrasia
nacional,
el futuro ser cuba-
no ,
avanz
mucho en el largo parto representado por
los
primeros
siglos
coloniales.
Esto se reflej en toda su dimensin en los
sucesos
re-
lacionados con el estanco del tabaco y la
sublevacin
de
los
vegueros.
Entronizada la dinasta
de los Borbones en
Espaa
desde
1701,
los
cambios
gubernamentales
comen-
zaron
a
sentirse en
Cuba
rpidamente. La
importancia,
ya ostensible, de
la agricultura
comercial, sobre
todo
el
tabaco, por su
mucha
demanda, hizo que la Corona,
me-
diante la
Real
Hacienda en La
Habana, estancase la
compra
de tabaco, ya fuese en puro o en picadura; vale
decir,
monopolizase
la comercializacin
de
la aromtica
planta.
Los
vegueros deberan,
desde
1717,
vender
el
taba-
co producido en la cuanta en
que
la Hacienda estimase,
y algo terrible,
destruir la
parte de
la cosecha
no adquiri-
da por Espaa. En desacuerdo con tales medidas, los
cosecheros protestaron
fuertemente, llegando a
mani-
festarse
en los
aos
de
1717
y 1720,
con
sus
machetes
26
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
28/281
frente a las autoridades,
quienes
debieron emplear la
fuer-
za para reducirlos. Tres aos despus, las contradiccio-
nes
subieron
al
punto mximo,
al
anunciar los vegueros
la
destruccin del tabaco almacenado
en la capital.
Con
celeridad, el gobernador
Gregario Guazo
Caldern man-
d una tropa de ms de doscientos hombres a combatir a
los
amotinados,
cuya cifra era cercana
al
millar. Decidida
la sublevacin a favor
del gobierno,
ms de
diez
vegueros
fueron ahorcados,
y sus
cabezas
exhibidas como escar-
miento en
los
caminos que conducian a La
Habana,
so-
bre todo en Jess del Monte. La contradiccin
expresada
entre cosecheros
de tabaco y gobierno espaol,
si
bien no
tiene en
su
centro el problema nacional, queda
como
testi-
monio histrico de los antagnicos intereses ya existen-
tes
entre los
hombres de
la tierra ,
los criollos y
la mo-
narqua peninsular.
Mediado el siglo XVIII, el sistema
de
monopolio comer-
cial dio un nuevo
paso
en Cuba, al
crearse
la
Real
Com-
paa de Comercio de La
Habana,
con capitales insula-
res
y espaoles.
Estos
le
dieron
a
la monarqua una cuota
de
participacin en
los
beneficios.
La
Compaa
fue
facultada para importar
y
exportar
todo
gnero
de
art-
culos, entre ellos esclavos, en
Cuba,
aunque
sus
pro-
motores slo se interesaron, en realidad, por la villa
de
La
Habana. Comprando poco,
ven
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
29/281
villas no participaron en
la
gnesis de
la
misma ;
y,
por
otra,
la
avenencia
de
intereses entre
la oligarqua anti
llana de la
capital
y ciertos
sectores
pudientes de Ma
drid, la cual se hara
mucho
ms
efectiva a fines
del
propio siglo y comienzos del siguiente.
La
importancia
que La Habana haba
ido
adquiriendo,
el
aumento
constante
de
su
poblacin,
y el
valor agrcola
y comercial de
su
hinterl nd
se
pusieron
de
manifiesto,
en
la
primera mitad del XVIII, con
el establecimiento del
Real Tribunal
del Protomedicato,
para
estructurar
las
labores de mdicos, dentistas y
farmacuticos;
el inicio
de
la imprenta, con la llegada
de esta en 1723;
y, sobre
todo,
la
creacin definitiva de
la
Universidad de La Habana,
en
1728,
viejo
anhelo
de
los
moradores
cubanos.
Slo
en
Santiago,
con
la
creacin del Seminario de
San
Basilio
el
Magno
1722),
se
hizo
algo por
la
educacin
y la cultu
ra locales.
El resto
de las
villas
continu en total indigen
cia espiritual.
El
progreso
y la fama capitalinos
eran
notables. A tal
extremo que,
en 1762,
Ydurante la guerra desatada como
resultado
del Pacto
de
Familia
hispano-francs, Inglaterra
decidi
apoderarse de La
Habana.
Una
gigantesca
escuadra
al
mando de
George Pocock,
quien
comandaba a ms de
diez
mil hombres, desembarc
por
Cojmar, para atacar
El Morro
una vez t?mada la
loma
de
La Cabaa,
1 cual
se
logr, no sin una
encarnizada
resistencia por parte de
sus
defensores.
Finalmente, el occidente
de Cuba
cay bajo
el
dominio
britnico
durante
cerca
de once meses.
Los
habitantes criollos
de La Habana no aceptaron de buen
grado el gobierno ingls, si
bien
debe
sealarse
que
este
se
limit
a
introducir
muy pequeas reformas en el curso
habitual de
los mecanismos gubernamentales.
Por una par
te, los criollos entraron en estrecho contacto con
una
28
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
30/281
civilizacin
virtualmente
desconocida, y pudieron comer
ciar libremente con las trece
colonias
de
Norteamrica,
inicio de
un
contacto
de
incalculables
consecuencias his
tricas. Por
otra, los
ingleses aumentaron
el nmero de
esclavos que
ingresaba
anualmente en
La
Habana, con
el
consiguiente
beneficio para los demandantes
de
fuerza.,
de trabajo.
Ha
sido tradicional, desde
los
tiempos de
Francisco de
Arango y Parreo (1765-1837), magnificar
la
importancia
de
la toma de
La Habana, y
convertir
a
1762 en un
ao
paradigmtico en
la
historia
nacional.
Realmente,
la
do
minacin inglesa slo aceler procesos y
tendencias
ya
en
ciernes
dentro
de la sociedad y
la
economa
cubanas
y
dentro
de
los mecanismos del Estado espaol,
abocado
ya
al llamado Despotismo
Ilustrado. Si
se fuese
a
estable
cer la verdadera importancia
de
la presencia inglesa en
Cuba, el acento debe ponerse en
un
hecho singular:
la
ciudad
no fue
en
verdad defendida
por las tropas espao
las, una vez perdido El Morro; fueron los
habitantes
de
la
capital y de los pueblos vecinos
quienes
se encargaron
de
demostrar la combatividad
y el
empuje
criollos. De
entre
ellos, sobresale el
alcalde
de Guanabacoa,
Jos Antonio
Gmez,
quien,
al frente
de
blancos,
negros y
esclavos,
hizo feroz resistencia a la
victoria
britnica. El naciente
pueblo cubano, altamente
identificado con su ciudad
y
su religin no debe olvidarse el protestantismo ingls,
como
elemento de separacin y distanciamiento de
los
naturales),
hizo
frente
a
la
invasin
extranjera
y
luch,
calle por calle, contra
las tropas
invasoras.
Ms
an,
ha
bitantes del interior
de
Cuba se ofrecieron a
batallar
en
favor de la
liberacin
de su
capital,
y
vinieron hasta
esta
en son de combate. Mientras
a los
representantes
de Es
paa en
Cuba
les import
fundamentalmente
la baha,
29
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
31/281
desde donde comerciaban y los
fuertes
en
los
cuales se
almacenaba la
riqueza
real a los ciudadanos simples les
import
su
ciudad. Poco a poco
avanzaba
slidamente el
sentir
nacional; de
ah que
las alusiones a mi tierra se
hagan comunes despus
de
la devolucin
de
La Habana
a
la
Corona
espaola.
Y
que
en
los
aos
finales
del
siglo
XVllI,
la
realidad
insular cambiase
de
manera inconcebible
al
comps tanto de
su dinmica interna
como de la
situa
cin
coyuntural internacional.
La plantacin esclavista.
Factores
de
un despegue
La
existencia
de la
plantacin esclavista constituye
la
caracterstica socio-econmica
ms
importante del siglo X X
cubano
y
sus consecuencias
se
observan
rpidamente
en la economa
la
sociedad y la cultura nacionales en la
actualidad.
Para
entender
cmo
pudo
la mayor
de
las
Antillas convertirse en un gigantesco campo de explota
cin de negros
esclavos
el
estudioso
debe
situarse en
el
ltimo cuarto del siglo XVIII y tener presente
ciertas
reali
dades
nacionales e internacionales que facilitaron el des
pegue de
la plantacin. Entre ellas
se
encuentran:
30
a)
El
proceso lento y constante de acumulacin de
capitales
experimentado
por 'la oligarqua
principal
mente habanera
que
permitira la inversin sosteni
da
en
trapiches
e
ingenios.
b) El hbito de
consumo
de
azcar
y caf, ya arraiga
do en
Europa.
c
El
advenimiento
de
nuevas concepciones sobre la
manera de gobernar dentro de la monarqua espao
la es decir la
implantacin de lo
que se ha
dado
en
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
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llamar el Despotismo Ilustrado por
los
Barbones de
Madrid.
d
La revolucin de Hait
que
destruy la
produccin
azucarero-cafetalera de
,esta
isla, y dej un lugar va
cio para
ser
rpidamente
ocupado
por otra regin
caribea,
en
lo
que
a
exportacin
al
naciente merca-
do mundial
se
refiere.
e
La existencia,
dentro
de la oligarqua habanera, de
ciertas
figuras de amplsima cultura y proyecciones
econmicas,
capaces
de actuar cdmo grupos de
pre
sin en
la
Corte de Madrid, para obtener
grandes
ven-'
tajas que
permitiesen echar
a
andar
el sistema
de planta
cin y
cuyo
animador
inicial fue
Francisco
de
Arango
y
Parreo (1765-1837).
f El hecho
de
que Espaa hubiese
promulgado, en
1778,
el Reglamento de Libre Comercio de Espaa e Indias,
liberador en cierta
mdida,
del intercambio comercial
h s t ~
entonces
regido por el sistema
de
monopolio.
Los
factores
sealados no hubiesen
permitido
la
conver
sin
de
la economa cubana
en una
economa
tpica de
plantacin,
si se hubiera mantenido la crnica escasez
de
fuerza
de
trabajo existente para una produccin
en
gran escala. Pero
el
Cabildo de La Habana, por
medio
de
Arango, su apoderado en las Cortes, pudo resolver e ste
problema. En
1789,
la
Corona
permiti
la libre ,introduc
cin de esclavos en
Cuba, por
un plazo de dos aos, prorro
gable. As los
dueos
de fbricas de azcar, o
aquellos
propietarios
interesados
en
tenerlas,
contaron
con
la fuer
za
de trabajo
indispensable
para el establecimiento de un
ciclo plantacionista
en gran
escala. Mercado, existencia
autctona de
capitales
y fuerza de trabajo barata pro
veniente
de
frica se dieron
la mano
como
elementos
31
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
33/281
consustanciales de
la nueva
realidad
socio-econmica
determinaron los rumbos nacionales del siglo entrante.
Caractersticas
de la plantacin
Acercarse
a
las singularidades que asumi
la
plantacin
esclavista en Cuba implica tener presente un
universo
altamente complejo desarrollado en
el tiempo
por ms
de un siglo. Desde la
segunda
mitad
del
XVIII
hasta 1886
fecha de
la definitiva
abolicin de
la esclavitud la
plan
tacin
azucarero-cafetalera despleg
mltiples caracte
rsticas tanto de orden
interno
como
determinadas- por
el
rgimen socio-econmico
que
le
dio
origen.
Inicial
mente debe
precisarse que
las
caractersticas
de la plan
tacin
relacionadas ms adelante se sealan en fun
cin
de
los
elementos histrico-concretos que
dicha
plantacin asumi
en
Cuba;
es decir
no son
necesaria
mente caractersticas comunes presentes en
igual
for-
ma en otros pases de
agricultura
de plantacin
como
fueron
los
casos
de Brasil
el
sur
de
los
Estados
Unidos
las
islas
del Caribe. Cada una de estas regiones a ms
de los elementos estructurales comunes tuvo aspectos
coyunturales propios de
la
evolucin especfica de cada
cual. En el
caso cubano
un estudio riguroso de la plan
tacin no puede olvidar los aspectos que
a
continuacin
se
relacionan:
32
a
La
plantacin esclavista
es
desde
el
punto
de
vista
del anlisis
terico
un subsistema del sistema capi
talista
mundial
y
por tanto es
generada
por
dicho
sistema en su
etapa
mercantil-manufacturera. En
la
misma
medida en que el capitalismo despliegue
sus
potencialidades internas es
decir
cuando su
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
34/281
desarrollo traiga
el
advenimiento de
su
fase indus-
trial, la plantacin,
en tanto subsistema, dejar de
cumplir sus
funciones
a nivel
macro ,
y ser,
por
ende,
eliminada.
La plantacin esclavista no tiene,
en
un anlisis generalizador, apenas ningn punto de
contacto con
la
esclavitud clsica de
la
Antigedad;
antes bien,
cumple
una funcin muy necesaria en la
gnesis
del
mundo
moderno. El propio sistema
capi-
talista que le dio
vida la reabsorber
o eliminar
cuan-
do le
sea necesario. Subsistema
anmalo desde
su
gnesis, la plantacin estaba histricamente condi-
cionada a desaparecer.
b
En
lo
fundamental,
la
plantacin se caracteriza
por
la
produccin de materias tropicales
para el
mercado
mundial.
Estas
materias,
en mltiples
casos,
pueden
ser
o
no ms elaboradas, como sucedi en Cuba
con
el azcar. La plantacin cubana no fue slo azucare-
ra, como
a
veces
se
piensa. Por
el
contrario,
hasta
la
dcada
de
los aos treinta del siglo
XIX
el caf
compi-
ti
favorablemente
con
la
caa en
importancia
eco-
nmica, pero su produccin
masiva casi desapareci
debido a factores climticos y a la priorizacin
por
los
Estados Uriidos de
otras
reas productoras, lo
que
a largo plazo especializ Cuba
en
la
extraccin de
la
.
sacarosa.
La
plantacin algodonera norteamericana
se
realizaba,
en medida
apreciable,
dentro del
propio
territorio estadounidense. Pero la plantacin
en Cuba
siempre existi
en funcin
del
creciente
mercado
mun-
dial a
cuyos
vaivenes
se
hall sujeta, no
para
resol-
ver
necesidades del
muy exiguo
mercado
interno.
La
dependencia del
factor
externo trajo a la economa
cubana, debido
a
esta
singularidad
de
la
plantacin,
no pocos sinsabores.
33
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
35/281
4
c La caracterstica determinante de la plantacin vie-
ne dada por su fuerza de trabajo: en
un
mundo ten
dente
al
desarrollo
impetuoso del trabajo
asalariado la
plantacin funciona con
mano de
obra esclava. Esta
que en
el caso
cubano apenas
se reproduce
por vas
naturales
debe
ser
trada desde
frica
con
el
conse
cuente encarecimiento
del
costo de
produccin.
La trata
de esclavos lucrativo negocio de la poca permiti
el desarrollo
de
enormes fortunas
en Cuba
y
en
Espaa
renuentes
a
todo cambio en
el
rgimen
colonial. Los
africanos
desarragados de
su regin
natal trajeron a
la
Isla
el
complejo mundo
espiritual
que los caracteri
zaba
y
convrtieron
a
Cuba
en
sus
intentos
biolgicos
y
culturales por adaptarse
y sobrevivir
en las terribles
condiciones
que les fueron
impuestas en
un maravi
lloso
laboratorio tropical de sincretismo cultural.
d
El horroroso
rgimen de explotacin al cual fueron
sometidos
los
esclavos trajo
consigo que
la
esperan
za
de
vida
dentro de
la
plantacin
no
superase en
el
mejor de
los
casos
los
veinte
aos
de trabajo. Este
hecho
determin
que
cada
cierto tiempo
existiese
una
imperiosa
necesidad
de
restablecer
las prdidas au
mentndose as la trata y
por
supuesto el
costo
percpita
del
esclavo. En la misma
medida
en
que
Inglaterra
y
Francia
aboliesen la
trata
y
luego la es
clavitud
en sus
colonias
aumentara
el
precio de
los
esclavos.
Un
sistema
productivo
extensivo
como
fue
la
plantacin implic la
constante llegada a Cuba de
negros africanos
despus
de atravesar en condiciones
infames
el
Atlntico los cuales
provenan de diferen
tes regiones
complicando as el
complejo
tnico-cul
tural de la
Isla
pues
en mayor medida
los dueos
de
esclavos
componan
sus dotaciones con elementos
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
36/281
llegados
de
diferentes zonas para que no se enten
diesen
entre
s
evitar
posibles
sublevaciones.
Junto
a ello se prefera la
adquisicin de
hombres
fuertes
resistentes al
calor
tropical de los caaverales; as
se
deformaba
de manera
sistemtica
la composicin por
sexos
de la
raza
negra con la mutilacin
anmica que
representaba la imposibilidad
de una vida
sexual
nor
mal
y
la
creacin
afectiva
de
una familia. La evolucin
de
la poblacin
insular
puede apreciarse
en
el cuadro
nmero
1.
e Aunque
la
imagen
que
se proyecta
de
Cuba
duran
te ocho dcadas del
siglo
XIX
es la
de una colonia de
plantacin
debemos destacar un
elemento:
el rgi-
men
productivo
plantacionista no
ocup por igual todo
el
espacio
geogrfico cubano.
Antes bien
ni
siquiera
preponder
en un
cincuenta
por ciento del territorio
insular.
La
plantacin fue un fenmeno del occidente
de la Isla con algunos
enclaves
dispersos
en
otras
zonas. A partir del espacio habanero la plantacin se
extendi
a
la
regin
sur
de la capital
a
la
actual
pro
vincia
de
La Habana. As Gines se convirti en un
emporio azucarero
y se
determin en los
aos trein
ta el establecimiento del primer ferrocarril. De ah
pas a la cercana
Matanzas aprovechando
las facili-
dades
del puerto yumurino. Con el
decurso
de
los
aos las
necesidades
de
expansin dado su carcter
extensivo
llevaron
el
azcar
al tringulo
Crdenas
Coln-Banagises verdadero centro de la
plantacin
a
mediados del
siglo. El
advenimiento
de las luchas
de
liberacin nacional provoc junto a la
ya
ostensi
ble
crisis del
sistema la
paralizacin en su
expan
sin
que se
detuvo en
un eje situado desde Sagua la
Grande en
la
hoy provincia de
Villa
Clara
hasta el
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
37/281
Aos
1774
1817
1846
1862
1887
Blancos
96440
239830
425767
764 750
1080277
Cuadro
no
Poblacin de Cuba: 1774 a 1887
Negros mulatos libres Esclavos
30847
44333
114058 199145
149226 323759
221417
373071
528798
Total
171620
553033
898752
1359238
1609075
Fuentes: Elaborado a partir de
la
informacin de los
censos cuadros
estadsticos
correspon-
dientes
a los aos
sealados
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
38/281
puerto
de
Cienfuegos
al sur.
El Valle
de
los Ingenios
circundando a Trinidad
muy
decado ya
en
los aos
sesenta;
los
partidos de
Caonao y
Maragun en el
Ca
m g e y ~
y
las zonas
que rodeaban a Santiago de Cuba
y
Guantnamo en
las
jurisdicciones de igual nom
bre
slo
constituyeron
enclaves
secundarios
del
r
gimen
p1antacionista. El
occidente cubano
aportaba
ms
del ochenta y
cinco por
ciento
de
la
poblacin de
la colonia con muchsima
mayor abundancia de es
clavos y espaoles que el resto del pas.
Por
l contra
rio
l centro-oriente contaba
con
una mayor
cantidad
de
nacidos
en
Cuba y
de negros
y mulatos libres y
mantuvo
hasta
muy
entrada
la
segunda
mitad
del
siglo caractersticas productivas
basadas en
enormes
haciendas ganaderas
similares a
las
de
los
primeros
tiempos coloniales. La plantacin fue por tanto un fe-
nmeno occidental
y
por
su
importancia determin
.toda la vida
nacional.
f
A tal
extremo
la
determin
que su universo fue el
ms
complejo
que
ha
existido
en
Cuba.
La
frrea
ex-
plotacin de los negros no fue slo un
fenmeno
de
la plantacin. Toda
la
sociedad cubana particip de
las
concepciones establecidas
por
el
rgimen
esclavista.
Las capas intermedias urbanas y rurales el
campesi
nado y
con
posterioridad el
naciente
proletariado
asu
mieron criterios y actitudes generadas por el
universo
de la
plantacin. Desde
l
vocabulario
hasta
el
gusto
nacional por l color trigueo
de
la piel la plantacin
marc
indeleblemente
a la
sociedad cubana.
Y leg
para
el
futuro
a su
trmino
un enorme porcentaje
de
analfabetos
que era al
mismo
tiempo
un heterogneo
conglomerado
de fuerza de trabajo no
calificada cuya
nica realizacin
laboral vena dada por
el
trabajo
en
37
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
39/281
38
la agricultura por
lo
menos
a
mediano
plazo.
Junto
a
esto
los siglos
de considerar al negro como
una cosa y
no como un ser humano trajeron despus de 1886
la
proliferacin
de
.criterios
muy
racistas
en
una socie
dad tpicamente mestiza. Sociedades por raza creadas
al
efecto
ahondaron
tal
divisin. El
problema
de
la
in
tegracin
definitiva
dentro de la nacin cubana de
to
dos sus componentes tnicos pasara de
la plantacin
esclavista
al
siglo xx.
g Dentro de
la
divisin de clases de
la
sociedad
el
impetuoso
desarrollo de
la plantacin provoc la po
larizacin de los esclavos como mxima clase
explo
tada
y
de
los
dueos
de
estos.
Los
propietarios
de
esclavos han sido
definidos
por la historiografa na
cional
de
mltiples
maneras: sacarocracia plan
tadores hacendados
esclavistas
plantocracia
terra
tenientes esclavistas y burguesa esclavista
son
los
conceptos ms
comnmente
utilizados. Sin serlo
por
completo
dado el
carcter
anmalo del sistema
el
concepto ms. real
parece
ser
el
de
burguesa
es
clavista.
Esta no fue homognea
ni
siquiera en los
momentos
de su aparicin histrica; por el contrario
la
misma
se compona
de
un sector comercial-indus
trial y de otro
industrial-comercial
sin que
la
divisin
pueda ser tajante. El primero
de
los sectores descri
tos por su potencialidad econmica .fue
desplazan
do con
el paso
de
las dcadas al
segundo
estando
ambos
integrados
lo mismo por
capitalistas
cubanos
como por propietarios espaoles. La sectorializacin
reseada se complica
con
la mayor o
menor
pertenencia
nacional cubana o espaola- de sus componentes
que
puede dar y de hecho
lo dio
desde afuera-
una
imagen
nacionalista
o
o de las contradicciones entre
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
40/281
ambos
grupos las
cuales nunca
fueron antagni
cas
como
es
necesario
sealar. Las
capas
interme
dias dadas las caractersticas de la economa
cuba
na siempre
fueron
relativamente dbiles;
de
entre
ellas el grupo de
los
intelectuales muy valioso en lo
que
a
formacin
cultural
se
refiere,
se
destaca
por
su
activa participacin en la vida nacional ya sea apo
yando
el rgimen de
plantacin
o
combatindolo
hasta llegar a la maduracin
suficiente
como para
luchar por
la creacin
del
Estado
nacional.
El campe
sinado
disperso
y muy heterogneo racialmente , slo
comenz
a participar en forma
activa
de
la
vida
social
mediante
las
luchas
anticolonialistas
en
la
segunda
mitad
del
siglo
XIX;
y el
proletariado
en
una
sociedad
de un capitalismo anmalo no tuvo el peso social
que de l poda esperarse no
obstante las transfor
maciones
ocurridas a
partir
de los setenta aunque
su
membresa no
ces
de aumentar dentro de la in
dustria tabacalera y el
trabajo
agrcola. La burocracia
espaola enviada a
Amrica con
el objetivo de inten
sificar los controles metropolitanos e
impedir
el
as
censo
de
los naturales
y el ejrcito madrileo cons
tituan sectores importantes en el complejo universo
socio-clasista cubano en formacin
an
a todo lo lar
go del siglo.
h Los
momentos
de
auge de
la
plantacin
esclavista
en Cuba
corresponden
en
lneas
generales
a
las
pri
meras cuatro dcadas del
siglo
XIX.
Desde su propia
arrancada como fenmeno
productivo
generado
por
el
capitalismo la
plantacin
se vio inmersa en mlti
ples
problemas
de
tipo tcnico
es
decir
de tecnolo
ga. Si se
tiene
en cuenta que el azcar cubano se
encareca sobremanera por la lejana de
su
mercado
39
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
41/281
40
en
los
primeros
momentos
fue
Europa
y,
poco
a poco,
los Estados Unidos), se valora el
alto costo
de
la fuer-
za de trabajo ms los impuestos que obliga Espaa a
pagar
una vez independizada la
Amrica continental
puede comprenderse que la aplicacin de tecnologa
de punta en la
fabricacin del
azcar era
imprescindi-
ble para los productores de Cuba. El trapiche el ingenio
el central
marcan momentos tecnolgicos diferen-
tes aunque
todos
ellos coincidieron en el tiempo. La
burguesa
esclavista hizo
sus ms grandes
esfuerzos
por aplicar la
revolucin
industrial
a la produccin
azu-
carera pero
la
plantacin
llevaba
en s misma los ele-
mentos de su
fracaso. No era posible,
con mano de obra
esclava implantar
determinados adelantos cientficos
que el esclavo ni estaba en
condiciones
de asimilar ni
le
interesaba hacerlo
por razones
obvias.
Mquinas
de vapor centrfugas
aparatos
especializados abonos
infraestructura
se convirtieron
en
un
sueo casi
impo-
sible para la gran
mayora
de los
productores con
el
agravante de no poder promover a pesar
de
los inten-
tos
realizados
la
colonizacin
o
implantacin
de
fami-
lias
blancas en
el territorio
insular para
impulsar el
trabajo libre.
La no
existencia
de un
ejrcito
industrial
de reserva debido a
la
abundancia de tierras entre otros
factores impidi
el
desarrollo de la mano de obra asa-
lariada. Con esclavos,
ya
en la segunda mitad del si-
glo,
no
se
llegaba muy
lejos.
i
A lo
anteriormente expresado se suma
un elemento
que complicara de manera creciente la situacin de
la plantacin
esclavista en
Cuba y que viene
dado
por el
desarrollo
de reas geogrficas y productos
competidores. El
auge del
azcar
en
Indonesia
India
y otras regiones
asiticas
bajo el
dominio
de Inglaterra
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
42/281
y Holanda, que producan con mano
de
obra
asalaria-
da, y las
campaas
en
Europa
a favor
de la
abolicin
de
la
esclavitud,
trajeron
el rechazo del azcar
elaborado
por los esclavos de
Cuba,
en medio de
los
postulados
. liberales que
caracterizaron
al siglo. El mercado euro-
peo
se
fue
constriendo hasta
casi
desaparecer.
A ello
debe unirse el
desarrollo,
lento y constante, del az-
car
de remolacha en
el Viejo Continente, a
todo
lo
largo del siglo. Producida
en
el mismo lugar donde se
consuma, con
mano de obra
asalariada y con la
me-
jor
tecnologa
de
la poca,
la
remolacha
azucarera
fue
desplazando
a
la caa,
dada
la
mayor calidad termi-
nal
del
producto.
Si a
esto se
suma
el
estatismo
del
mercado
azucarero
espaol,
el cual
apenas aumenta-
ba
su
consumo, se comprende que
la plantacin
esclavista en Cuba mostraba graves sntomas de
cri-
sis
a
mediados
de la centuria.
j
Por ltimo,
el mercado norteamericano,
devenido
en
fundamental para el azcar cubano, fue ade-
cuando, durante
el siglo
XIX,
la
produccin z u c r e ~
ra de la Isla en
razn
de
sus
necesidades capitalistas
en
rpido
desarrollo.
Si bien
en los
iniCios de la plan-
tacin casi toda el azcar que Cuba exportaba era
refinada procesada
industrialmente con cierta
ela-
boracin compleja),
los
refinadores norteamericanos,
para
abastecer su
industria nacional, dejaron de
adquirir este
producto. Realizaban
cada
vez
ms
com-
pras de azcar
crudo,
sin
procesar,
con
el
agravante
de que
estas
compras
eran realmente grandes; lue-
go,
al
productor insular,
en
rpida prdida de otros
mercados, le
era imprescindible mantener una pro-
duccin. elemental, no procesada,
para
asegurarse
un
mercado
en rpida
expansin. Esto signific
la
41
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
43/281
prdida de una posibilidad
aunque
fuese
sobre
la
base
de
un
solo
artculo
de
un
desarrollo tcnico-
industrial
en
la Isla
la
cual
dependa
casi
absoluta-
mente de las exportaciones de azcar.
l correr de
los aos la
industria
refinadora cubana casi
cedi
su
lugar
a
la produccin
de
una
materia prima bru-
ta
frente
a las
exigencias
del mercado. os produc-
tores azucareros en Cuba de dueos absolutos del
sistema
productivo a principios de siglo
devinieron
en
simples
integrantes de una
burguesa cada
vez
ms
dependiente dispuesta
a
conformarse con
un
papel histrico no precisamente
nacionalista.
Toda
la
realidad reseada
no puede oscurecer
un
hecho
fundamental: en las condiciones en que se realizaba el
ciclo
productivo
en
Cuba
el
esclavo considerado
como
unidad y
no como
un
subsistema continu representan-
do
un beneficio
productivo
hasta
muy
avanzado el siglo
XIX
De ah
las trabas con que
la
burguesa
esclavista obsta-
culiz
cualquier
proyecto de abolicin
no elaborado
por
ella cada
vez
que la problemtica de la liberacin
del negro
surga con fuerza. Tema recurrente en la realidad nacio-
nal
la
abolicin as como
la
plantacin en su conjunto
generaron un
orpus de ideas harto complejo manifesta-
do a travs de no
pocas
variantes tanto en
la
ideologa
poltica como en
los marcos
generales
mucho ms
amplios
e igualmente representativos de la cultura
nacional
decimonnica.
Las
ideas en l universo
de
la plantacin
Las
caractersticas
tan singulares
del
rgimen productivo
en Cuba slo
podan
dar
lugar
a un riqusimo
universo
42
-
8/12/2019 Cuba y Su Historia
44/281
ideolgico que no ces de ampliarse a todo lo largo del
siglo
XIX. En muy
buena
parte la
produccin de
ideas
responde y se corresponde con las necesidades
del man
tenimiento de la esclavitud; pero tambin surgi con fuer
za
creciente un cuerpo
ideolgico -entendido
en
su exacto
sentido
de conjunto elaborado de
ideas
u ~ repudiaba
desde
muy
temprano
la existencia
de
la sociedad basada
en el trabajo esclavo y que culminara en la eclosin de
un slido
cuerpo
de
concepciones
anticolonialistas.
De
manera
tradicional suele considerarse a
la planta
cin esclavista como acompaada en la superestructura
e n
lo
referente
a las
relaciones
Cuba-Espaa- de
un
cuerpo
ideolgico
que
ha
sido
calificado
de reformista.
Esto es una verdad a medias. Una sociedad esclavista
ubicada
cronolgicamente en
momentos de despegue
del
sentimiento nacional cubano no slo
gener un
cuerpo
ideolgico
reformista
sino tambin dentro
de
ella se
desplegaron los
grmenes
del nacionalismo inde
pendentista que
caracteriz
la segunda
mitad
del siglo.
Las
concepciones reformistas
mayoritarias
en la
etapa
comprendida entre
1790 y 1868 no fueron en lo ms
mnimo
homogneas; el
reformismo
tuvo
mltiples va
riantes que permiten concebirlo como
un
cuerpo general
ideolgico con
serias
diferencias en su interior. Dicho
de
otra manera ms que del reformismo debe con justeza
hablarse de los reformismos .
Un
anlisis exhaustivo
del
reformismo
burgus
deci
monnico en Cuba debe necesariamente partir del rgi-
men
esclavista imperante
as como
de
la
dominacin es
paola sobre la gran Antilla pero no
debe
soslayar las
fuentes
nutricias
internacionales
de
dicho
reformismo
que lo animaron y conformaron.
Entre
ellas deben desta
carse los mejores elementos
del pensamiento
liberal
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8/12/2019 Cuba y Su Historia
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espaol,
desde Gaspar Melchor de
Jovellanos:>
hasta
Fran
cisco
Pi y Margall;4
el pensamiento
latinoamericano
desarrollado
despus de culminado el ciclo
i