cuarta parte: sobre la oraciÓn en la vida cristiana 39. la oraciÓn
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CUARTA PARTE: SOBRE LA ORACIÓN
EN LA VIDA CRISTIANA
39. LA ORACIÓN
1. Qué es la oración y su necesidad• A) Oración es
hablar con Dios, nuestro Padre celestial, para alabarle, darle gracias y pedirle toda clase de bienes.
• B) Debemos orar como Cristo nos enseñó: como hijos de Dios.
• Debemos orar, siguiendo el ejemplo del Señor.
• Jesús pasaba grandes ratos dedicados exclusivamente a la oración: erat pernoctans in oratione Dei (Lc 6,12).
• C) Los primeros cristianos nos dan ejemplo: los Apóstoles erant perseverantes unanimiter in oratione (Act 1,14; cfr. Act 2,42).
• D) La oración es medio imprescindible para llegar a la santidad.
• Nuestra vida de apóstoles vale lo que vale nuestra oración.
• E) El Espíritu Santo es el Maestro interior de la oración cristiana
• F) Hay distintas formas de oración:
• La adoración es honrar y alabar a Dios, y proclamar su majestad y su gloria; es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios.
• La petición de perdón y de gracias y la intercesión a favor de otros.
• La acción de gracias, porque todo lo que es bueno lo hemos recibido de Dios: “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías, como si no lo hubieras recibido?" (I Cor, 4,7).
2. Expresiones de la oración
• A) La oración mental es elevar nuestra mente y nuestro corazón a hablar con Dios de Él y de nosotros:
• de Él: adorar a Dios; darle gracias; contemplarle por el camino que Él mismo nos ha entregado: la Humanidad de Cristo, considerando todo lo que hizo y enseñó, como la Santísima Virgen que "guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón" (Le 2,51), …
• … y con su ayuda y con la ayuda de San José y de nuestro Fundador, San Josemaría.
• Este es el camino de la oración: de la "trinidad" de la tierra a la Trinidad del cielo;
• de nosotros: "de nuestras alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias... ¡flaquezas!
• B) La oración vocal es manifestación externa de la oración interior.
• Hemos de tener en mucho la oración vocal, ya que, entre otras cosas, el Señor enseñó a sus discípulos el Padrenuestro, y una parte del Avemaria fue el mensaje del Arcángel San Gabriel a nuestra Madre, la Santísima Virgen.
• Especial valor tiene la oración litúrgica, porque es la oración oficial y pública de la Iglesia.
• Conviene nutrir la oración personal con las oraciones de la liturgia.
• La Santa Misa realiza de modo supremo los fines de la oración: latréutico (adoración), eucarístico (acción de gracias), deprecatorio (petición de nuevos bienes) y propiciatorio (por nuestros pecados).
• La Eucaristía y la oración son inseparables en la vida sobrenatural. "¡Pan y Palabra!: Hostia y oración”.
• El trato con Dios en la oración empuja a participar en la Santa Misa recibiéndole en la Eucaristía; y esta participación sólo es verdaderamente fructuosa si se convierte en oración personal, y no es simple presencia pasiva.
• Debemos dirigir todo nuestro día, como una oración continua, hacia la Santa Misa, haciendo de nuestra jornada entera “una Misa".
• d) La contemplación es la expresión más sencilla de la oración: es mirada de fe, escucha de la palabra de Dios y recogimiento interior.
3. Disposiciones para la oración
• La oración requiere:
• muchas veces, esfuerzo, lucha: "es necesario orar siempre y no desfallecer" (Lc 12,1);
• devoción y recogimiento: considerar que hablamos con nuestro Padre Dios;
• - humildad: reconocer la propia indignidad y miseria, y la grandeza de nuestra condición de hijos de Dios que pueden dirigirse a su Padre.
• No dejarse dominar por el desaliento y las dificultades;
• - confianza: seguridad de ser oídos, si lo que pedimos es para la gloria de Dios y para nuestro verdadero bien.
• "Os lo aseguro —dice el Señor—: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo concederá" (Ioann 16,23;).
• Apoyados en nuestras fuerzas nada podemos (cfr. loann 15, 5), pero todo es posible cuando pedimos a Dios confiadamente per Dominum nostrum lesum Christum (cfr. Mc 9,22; Philip 4,13);
• - perseverancia, pues no hemos de cansarnos de rezar aunque parezca que Dios no nos escucha: la oración es siempre fecunda.
• "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá" (Lc 11,9);
• - aceptación de la Voluntad de Dios, porque Él conoce mejor que nosotros lo que nos conviene.
• Con frecuencia, nosotros vemos la vida como un tapiz al revés.
• Nuestra oración debe ser como la de Jesús: después de pedir lo que pensamos que nos conviene, añadir: "pero no se haga mi voluntad sino la tuya" (Lc 22,42).
4. Frutos de la oración
• La oración trae muchos frutos, entre ellos:
• El sentido de la filiación divina, pues en la oración nos dirigimos a nuestro Padre Dios.
• La amistad con Cristo, que se hace más estrecha cuando le abrimos nuestro corazón y nuestra alma, como Él ha hecho con nosotros:
• "Ya no os llamo siervos sino amigos... porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre"
• (loann 15,15).
• Con la oración llegamos a tener los mismos sentimientos de Cristo (cfr. Philip 2,5).
• La docilidad al Espíritu Santo que en la oración ilumina nuestro entendimiento e inflama la voluntad con el Amor, …
para que conozcamos la Voluntad divina y nos decidamos resueltamente a cumplirla, poniendo los medios convenientes.
• En fin, la oración nos hace crecer en la vida espiritual, al hacernos ejercitar las virtudes teologales. Virtudes Teologales
• Remedia la inclinación desordenada a las cosas de esta tierra, levantando nuestra mente a Dios como dice la Escritura:
• "buscad las cosas de arriba... no las de la tierra" (Colos 3, 1), y nos fortalece en la lucha por agradar a Dios y no ofenderle más.
5. Breve explicación de cada una de las siete peticiones que componen el Padre nuestro• El Padrenuestro (cfr.
Mt 6,9 y ss) es la oración dominical (del Señor).
• Es, de todas las oraciones, la principal, porque nos la enseñó Nuestro Señor, y es el modelo de toda oración.
• En ella pedimos no sólo las cosas que hemos de desear, sino en el orden en que debemos pedirlas.
• a) Padre nuestro: nos dirigimos a la Primera Persona de la Santísima Trinidad, Dios Padre, porque somos hijos suyos adoptivos.
• Decimos nuestro porque todos en la Iglesia somos hermanos.
• b) Que estás en el cielo:
• Dios está en todas partes por esencia, presencia y potencia.
• Además, el Espíritu Santo inhabita en nuestra alma en gracia, con el Padre y el Hijo, mientras no le echemos por el pecado grave.
• Sin embargo, se dice que está en el cielo para ayudarnos a contemplar el poder de Dios, que todo lo abarca, lo gobierna y lo mantiene en el ser; la familiaridad con Él, pues también está junto a nosotros de continuo; y para recordarnos la gloria, que será nuestra mansión futura, si somos fieles a Dios.
• Santificado sea tu nombre:
• pedimos que Dios sea conocido, amado, honrado y servido por todos; hemos de desear más la gloria de Dios que nuestro propio provecho, y dirigir a Él todos nuestros pensamientos, afectos y acciones.
• Venga a nosotros tu Reino:
• queremos que Él reine en nosotros por la gracia y que su Reino en la tierra (la Iglesia) se extienda cada día más, y que al fin todos podamos reinar con Él en el Cielo.
• Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo:
• la Voluntad de Dios es que todos los hombres se salven.
• En esta petición anhelamos que, como se ha cumplido la Voluntad de Dios en los Ángeles y en los bienaventurados del Cielo, …
• así se cumpla en los hombres que permanecemos aún en la tierra.
• Es mejor desear que se haga lo que Dios quiere, que lo que quisiéramos nosotros.
• Danos hoy nuestro pan de cada día:
• pedimos a Dios lo necesario para la vida del alma (el Pan de la
• Eucaristía) y para el mantenimiento de la vida corporal, pues nuestro Padre Dios tiene providencia también de todas nuestras necesidades temporales.
• G) Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden:
• si perdonamos al prójimo, también Dios nos perdonará.
• "Bienaventurados los misericordiosos porque alcanzarán misericordia"
• (Mt 5,7).
• h) No nos dejes caer en la tentación:
• r
Padre NuestroTexto griego
• pedimos que Dios nos ayude a poner los medios necesarios para vencer las tentaciones: huir de las ocasiones, guardar los sentidos, perseverar en la oración, frecuencia de sacramentos, etc. .
• i) Y líbranos del mal:
• deseamos que nos libre del único verdadero mal, que es el pecado, y de su pena, que es la eterna condenación.
• Los otros males y tribulaciones pueden convertirse en bienes, si los aceptamos uniéndolos a los padecimientos de Cristo en la Cruz.
Buenos Aires, 8 de septiembre 2008Auditorio del CUDESP. Juan María [email protected]
Presentación de estudiopara que los asistentes puedan estudiar los contenidos de la clase y para que,
quien quiera utilizarla, pueda modificarla según su propio estilo
P. JMG