cuadernos de fe y cultura no.22

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Filosofía, Teología

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  • c

  • 22

    Ignacio Nez de Castro SJ

    Teilhard de Chardin:El hombre de Cienciay el hombre de Fe

  • Norma Patio DomnguezDiseo de la coleccin

    Jos Rafael de Regil Vlez / Tanya Arellano GmezCoordinacin editorial de la coleccin

    Centro de Difusin Universitaria, UIA PueblaCuidado de edicin y composicin tipogrfica

    1a. edicin, Puebla, 2006DR Instituto Tecnolgico y de Estudios

    Superiores de Occidente, ACDR Universidad Iberoamericana Ciudad de Mxico

    (Universidad Iberoamericana, AC)DR Universidad Iberoamericana Torren

    (Formacin Universitaria y Humanista de la Laguna, AC)DR Universidad Iberoamericana Len

    (Promocin de la Cultura y la Educacin Superior del Bajo, AC)DR Universidad Iberoamericana Tijuana

    (Promocin y Docencia, AC)DR Universidad Iberoamericana Puebla

    (Comunidad Universitaria Golfo-Centro, AC)Blvd. Nio Poblano 2901, U. Territorial AtlixcyotlPuebla, Mxico.

    DR Fideicomiso Fernando Bustos Barrena SJ

    ISBN: 970-9720-18-X

    Impreso y hecho en MxicoPrinted and made in Mexico

    Nez de Castro, Ignacio, 1937-Teilhard de Chardin: el hombre de Ciencia y el hombre de Fe1. Religin y ciencia. 2. Fe y razn. 3. Filosofa y religin.4. Dios. I. t.

    B 2430 T373 N86.2006

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA PUEBLADireccin de Recursos para el Aprendizaje y la Investigacin

  • NDICE

    I. EL HOMBRE DE CIENCIA ............................................................................ 7

    Las grandes intuiciones de Teilhard de Chardin:Cosmos = Cosmognesis ................................................................................. 9

    Cosmos = Cosmognesis Biognesis Noognesis Cristognesis ..... 10

    La Vida, efecto material de la complejidad ..................................................... 17

    La clula: unidad de vida ................................................................................ 20

    El proceso de la evolucin: la ortognesis .................................................... 24

    Sobre la diversidad de los vivientes .............................................................. 29

    La nueva racionalidad intuida por Teilhard de Chardin ............................... 32

    Conclusiones ...................................................................................................... 36

    II. EL HOMBRE DE FE .................................................................................... 41

    La ciencia y la bsqueda del rostro de Dios .................................................. 41

    El Dios de la evolucin: Dios evolutivo y evolucionador ........................... 45

    La metafsica de la unin: lo Csmico y lo Crstico ....................................... 53

    Dios todo en todas las cosas ......................................................................... 57

  • 7El 10 de abril de 1955 mora en Nueva York Pierre Teilhard deChardin. Unas cuantas personas acompaaron al fretro en elcementerio de los Padres Jesuitas. Entre las lpidas que presiden lastumbas de sus compaeros en el cementerio del antiguo Escolasticadojesuita de Hyde Park, New York, donde fue enterrado, y que hoypertenece al Culinary Institute of America, hay una sencilla lpidaque dice:

    Pierre Teilhard de Chardin S. J.Natus 1 Maii 1881Ingressus 19 Martii 1899Obiit 10 Aprilis 1955

    Era el domingo de Resurreccin de 1955 despus del medioda,cuando vctima de infarto de miocardio mora Pierre Teilhard deChardin. En una cena en el Consulado de Francia de Nueva York el13 de marzo de 1955 Pierre haba dicho: Me gustara morir el domingode Resurreccin; la frase fue recogida por uno de sus sobrinos allpresente.1 Teilhard de Chardin, el que se reconoca a s mismo mscomo un hijo de la Tierra que como un hijo del Cielo,2 haba recorrido

    I. EL HOMBRE DE CIENCIA

    1 La frase fue anotada por uno de sus sobrinos. Viene referida en MORTIER, J. M.y AUBOUX, L., Pierre Teilhard de Chardin. Imgenes y Palabras, traduccin deAGUIRRE, J., Taurus Ediciones, Madrid, 1966, p. 214.2 TEILHARD DE CHARDIN, P., Hymne de lUnivers, ditions du Seuil, Paris, 1961,p. 24. La expresin era muy querida por l y la encontramos tambin en su obraComo yo creo, Taurus, Madrid, 1970, p. 105: Por educacin y formacin intelectual,pertenezco a los hijos del Cielo. Pero por temperamento y por estudios profesionalessoy un hijo de la Tierra.

  • 8 Ignacio Nez de Castro SJ

    el largo camino de El fenmeno humano y de El medio divino,para poder terminar diciendo: Puede la Tierra asirme con sus brazosgigantes. [] Ya no me perturban los encantos de la Tierra desdeque, para m, se ha hecho, allende de ella misma, cuerpo de Aquelque es y de Aquel que viene.3 La muerte para Teilhard era el momentoculminante de la vida. Estas palabras suyas pueden acercarnos a lamanera como l mismo vivi el momento de su muerte:

    La Muerte es la encargada de practicar hasta el fondo de nosotrosmismos la abertura requerida. Nos har experimentar la disociacinesperada. Nos pondr en el estado orgnico que se requiere para quepenetre en nosotros el Fuego divino. Y as su poder nefasto dedescomponer y disolver se hallar puesto al servicio de la ms sublimede las operaciones de la Vida.4

    La Vida, la vamos a encontrar en la obra teilhardiana, hipostasiaday siempre escrita con mayscula. Teilhard de Chardin, como hombrede ciencia, no fue un bilogo experimental, sino un paleontlogo, comolo ha subrayado Leandro Sequeiros en la revista Pensamiento.5 Sinembargo, como l mismo escribe en su pequeo tratado de madurez,terminado en Pars en enero de 1950, El grupo zoolgico humano:

    El hombre es una parte de la Vida, y (tal es propiamente la tesissostenida a lo largo de estas pginas) es incluso la parte mscaracterstica, la ms polar, la ms viva de la Vida.6 Para Teilhard eraimposible bucear en el pasado para abrirnos a futuro, sin estudiar elpuesto que la Vida ocupa en el universo.7

    3 TEILHARD DE CHARDIN, P., El medio divino, 2 edicin, Taurus, Madrid, 1962,p. 185. De ahora en adelante ser citada esta obra como MD.4 MD, p. 89.5 SEQUEIROS, L., Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955), gelogo y paleontlogo,Pensamiento, vol. 61, n 230, 2005, pp. 181-207.6 TEILHARD DE CHARDIN, P., El grupo zoolgico humano, 5 edicin, Taurus,Madrid, 1967, p. 21. En adelante, esta obra ser citada como GZH.7 GZH, Ibidem.

  • 9Teilhard de Chardin:...

    Por eso Teilhard, sin ser bilogo de profesin, sin querer hacerMetabiologa, y mucho menos Metafsica (su intento era hacer unaHiperfsica8 ), lleg a construir a su pesar, una Biofilosofa o unaFilosofa Natural de la vida.9 Estas pginas en el cincuenta aniversariode su muerte, cuando ha acontecido entre nosotros la llamadarevolucin biotecnolgica,10 que l no pudo ver, intentan acercarnosal hombre de ciencia y al hombre de fe que fue Pierre Teilhard deChardin. La aproximacin al hombre de ciencia viene sesgada, pormi parte, hacia el campo de la Bioqumica y Biologa Molecular,pues es la parte de la Biologa la que he cultivado a lo largo de mivida profesional, pero dada la amplitud de pensamiento de Teilhardde Chardin, nos dar un atisbo de la reflexin profunda sobre laciencia, que fue una de las caractersticas de su pensamiento.

    Las grandes intuiciones de Teilhard de Chardin:Cosmos = Cosmognesis

    De Teilhard de Chardin, cincuenta aos despus de su muerte, nosquedan sus ms de 250 artculos de investigacin en el campo de laPaleontologa, sus ensayos filosficos y teolgicos, que en el fondo

    8 Se ver que es imposible intentar una interpretacin cientfica general del Universosin que deje traslucir la intencin de querer explicarlo hasta el ltimo extremo.Pero basta con que miris desde ms cerca y os daris cuenta de que esta Hiperfsicano es todava una Metafsica. TEILHARD DE CHARDIN, P., El Fenmeno Humano,5 edicin, Taurus, Madrid, 1971, p. 40. En adelante, esta obra ser citada como FH.9 La filosofa de la vida ha sido considerada como una parte de la filosofa natural.Michael Ruse define muy claramente qu entendemos por filosofa de la vida: Enconclusin hay muchas cosas que la filosofa de la vida debe ser. Un filsofo debedescubrir, explicar y posiblemente resolver problemas en biologa terica y en sumetodologa. Debe poder comunicar sus resultados a otros filsofos, cientficos yespecialmente a bilogos. Debe mostrar qu consecuencias tienen los fenmenos yteoras biolgicas para otras ciencias y para la filosofa o qu consecuencias tienenpara la Biologa otras ciencias e incluso la Filosofa. RUSE, M., David Hullthrough two decades en What the Philosophy of Biology is?, RUSE, M., Ed. KluwerAcademic Publishers, Dordrecht, 1989, p. 1.10 NEZ DE CASTRO, I., Respeto a la vida humana y su integridad personal:V Congreso Nacional de Reales Academias de Medicina, Sucesores de Nogus,Murcia, 1989, pp. 85-93.

  • 10 Ignacio Nez de Castro SJ

    constituyen una gran Antropologa, aunque no sistemtica, y, sobretodo, sus grandes intuiciones. El da 7 de abril de 1955, tres dasantes de su muerte, sobre la mesa de su despacho dej una cuartillaautgrafa, la ltima pgina de su diario. En ella se encuentra escritauna poliecuacin que tiene la fuerza de un testamento y figuraencabezada con estas palabras: Lo que yo creo.

    Cosmos=Cosmognesis Biognesis Noognesis Cristognesis11

    La gran hiptesis de Teilhard: lanzar si es posible un puente (o almenos un esbozo de puente) entre Biologa y Fsica,12 engendradaen medio de las trincheras de la Primera Guerra Mundial, estabaterminada en su manuscrito de El fenmeno humano, escrito enPekn entre junio de 1938 y junio de 1940.13 Es interesante observarcmo el pensamiento de Teilhard fue progresando y madurando, perono en sentido lineal progresivo, sino en profundidad, puesto que lasgrandes intuiciones aparecen esbozadas en su juventud. Laautobiografa del pensamiento de Teilhard de Chardin est escritacon toda honestidad y sinceridad en su obra El corazn de la materia.Ya en el ao 1917 Teilhard escribi: La historia de mi vida interiores la historia de esta bsqueda orientada hacia realidades cada vezms universales y perfectas. En el fondo mi tendencia natural profundaha permanecido absolutamente firme desde que me conozco.14

    Decamos anteriormente que Teilhard fue un antroplogoensayista, un filsofo de la Biologa, pero un filsofo malgr lui, quems de una vez confes: Yo no soy ni un filsofo, ni un telogo, sinoun estudiante del fenmeno, un fsico en el viejo sentido de los

    11 ltima pgina del diario, en TEILHARD DE CHARDIN, PIERRE, El corazn de lamateria, Sal Terrae Santander, 2002, pp. 108-109. De ahora en adelante ser citadocomo CM. COLOMER, E., Teilhard de Chardin: Evolucin y cristianismo. EnCRUSAFONT, M., MELNDEZ, B. y AGUIRRE, E., La Evolucin, Biblioteca deAutores Cristianos, Madrid, 1966, p. 889.12 GZH, p. 21.13 FH, p. 361.14 CM, p. 18.

  • 11Teilhard de Chardin:...

    griegos.15 Lo primero que destaca en su testamento es la repeticindel sufijo gnesis,16 como si quisiera indicar en una sola palabra loque constituye la esencia de su pensamiento: la realidad es un proceso,el ser es un proceso, un devenir en evolucin continua y proyectadohacia delante, centrado en el hombre (noognesis), pero atrado enltima instancia por Omega, el Dios de hacia delante,17 como msabajo veremos. Proyectado tiene un doble sentido en castellano:diseado y arrojado; arrojado hacia el futuro y diseado desde elpasado. El mundo para Teilhard es transparente:

    Lo que me propongo a lo largo de estas pginas (con la esperanza deque haga reconocer, o incluso nacer, en muchos otros casos similares)es simplemente mostrar cmo, a partir de un punto de ignicin inicialcongnito, el Mundo, a lo largo de toda mi vida, durante toda mivida, se ha ido poco a poco iluminando, inflamando a mis ojos, hastavolverse en torno a m enteramente luminoso por dentro.18

    Hans Kng, en su libro Existe Dios?, ha puesto en evidencia laanaloga entre el pensamiento de Alfred N. Whitehead y Teilhard deChardin:

    []como Teilhard en Teologa, Whitehead se preocupa en Filosofapor mantener estrecha conexin con el pensamiento de las ciencias

    15 Citado por COLOMER, E., op. cit., 863. Vase tambin: CUNOT, C., Teilhard deChardin, ditions de Seuil, Paris, 1963, p. 117.16 En Teilhard el trmino gnesis significa: proceso orientado de naturaleza generalconvergente: Creo que, en las discusiones, se introduce a veces una confusinentre evolucin (en el sentido genrico) y gnesis. La evolucin puede ser(hablando abstractamente) indefinida, o peridica, o quolibet La gnesis es unaevolucin dirigida hacia un punto de consumacin; en ella la fijeza se sintetiza conel movimiento, Carta de Teilhard a T. V. Fleming, S. J. Nueva York, 18 de mayode 1954, en The Heythrop Journal, enero de 1965, p. 42, en CUNOT, C., Nuevolxico de Teilhard de Chardin, Taurus, Madrid, 1970, p. 140.17 TEILHARD DE CHARDIN, P., El Dios de la Evolucin, en Como yo creo, op. cit.,1970, pp. 263-270.18 CM, pp. 15-16.

  • 12 Ignacio Nez de Castro SJ

    naturales modernas. Tambin l entiende la naturaleza entera comoun proceso gigantesco en el que un nmero infinito de unidadesmnimas [] entra en activa relacin con otras, y todas ellas sedesarrollan juntas en pequeos procesos igualmente infinitos ennmero.19

    Decamos anteriormente que las grandes lneas del pensamientode Teilhard sobre la Vida estaban conformadas en su primermanuscrito de El fenmeno humano: En una perspectiva coherentedel mundo, la Vida presupone inevitablemente y en lontananza laPrevida.20 La hiptesis teilhardiana es casi simultnea en maduraciny exposicin a las de otros dos grandes cientficos contemporneosde Teilhard, John B. S. Haldane21 y Alexander I. Oparin,22 peroprovenientes de ambientes culturales y sociales muy alejados delmundo de Teilhard. Haldane en 1929 propona que la aparicin de lavida sobre la Tierra habra sido simultnea con el proceso deplanetizacin. Haldane fue uno de los primeros cientficos en lanzarla hiptesis de que la presencia de una atmsfera reductora eranecesaria para la evolucin de la vida a partir de la materia orgnica

    19 KNG, H., Existe Dios? Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo,Ediciones Cristiandad, Madrid, 1979, pp. 249-250. El subrayado es nuestro.20 FH, 73. La Previda la define CUNOT, C. como: Fase evolutiva que precede yprepara la emergencia de la vida, en la que la materia, en cuanto potencia vital yespiritual, no se halla an actualizada. Nocin que pone de relieve las transicionescontinuas entre las estructuras de la materia inorgnica y las de la materia organizada,sin negar por ello el umbral discontinuo de emergencia de la vida (Nuevo lxico deTeilhard de Chardin, p. 244).21 John Bourdon Sauderson Haldane, bilogo britnico nacido en Oxford, catedrticode Bioqumica y Biometra en el University Collage de Londres. En 1930 ingresen el Partido Comunista. Sus escritos estn teidos de marxismo, al que considerabael sistema filosfico ms cientfico. Con motivo de los ataques a Lysenko se separdel partido y de su ideologa. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana.Suplemento Anual 1963-1964, Espasa-Calpe, Madrid-Barcelona, 1968, p. 271.22 Alexander I. Oparin es uno de los padres de la Biologa de la Unin Sovitica. Eloparinismo ha sido considerado hasta casi nuestros das como el paradigma nicopara explicar el origen de la vida sobre el planeta Tierra. Hoy existen otrosparadigmas alternativos. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana,Suplemento Anual 1977-1978, Espasa-Calpe, Madrid-Barcelona, 1968, p. 162.

  • 13Teilhard de Chardin:...

    no viviente hasta que, segn Haldane, los ocanos primitivosalcanzaran la consistencia de un caldo caliente y diluido.23 Lasideas de Haldane aparecieron en el ao 1929 en el Rationalist Annual,pero no causaron ninguna reaccin. Haldane perteneca a los crculosintelectuales britnicos promarxistas y Teilhard de Chardin en esetiempo se encontraba en China.24 A la pregunta sobre si Teilhardconoca el pensamiento de Haldane cuando escriba las pginas deEl fenmeno humano, el mismo Pierre nos responde en una notaaclaratoria:

    Estas pginas estaban escritas desde haca mucho tiempo, cuandotuve la sorpresa de descubrir su misma sustancia en algunas lneasmagistrales, recientemente redactadas por J. B. S. Haldane: En loque llamamos Materia no encontramos ninguna huella evidente depensamiento ni de vida dice el gran bioqumico ingls. [] Si lasperspectivas modernas de la ciencia son correctas, podremos esperarencontrarlas, por lo menos en su forma rudimentaria, a travs de todoel Universo.25

    Unos aos antes el bioqumico sovitico Oparin haba editado enruso (1924) una pequea monografa en la que se expona la hiptesisdel caldo de cultivo o sopa primigenia, conocida como hiptesisoparinista. La obra tard en conocerse en ingls (1936)26 y en francs.La primera edicin castellana de El origen y la evolucin de la vidaest traducida de la edicin francesa de 1967.27 Hubo informacincruzada entre las hiptesis de los tres cientficos, Teilhard, Haldane y

    23 DIKERSON, R. E., La evolucin qumica y el origen de la vida, Investigacin yCiencia, Scientific American, noviembre, 1978, p. 75.24 Cronologa establecida por AUBOUX, M. L. en Pierre Teilhard de Chardin.Imgenes y Palabras, op. cit., pp. 216-222.25 FH, pp. 73-74.26 OPARIN, A. I., The origen of life, Dover, New York, 1936.27 OPARIN, A., El origen y la evolucin de la vida, Editorial Curie, Buenos Aires,1968. Vese tambin: OR, J., Origen y evolucin de la vida, en FERNNDEZ-RAADA, A. (ed.), Nuestros orgenes: el Universo, la Vida, el Hombre, FundacinRamn Areces, Madrid, 1991, pp. 169-199.

  • 14 Ignacio Nez de Castro SJ

    Oparin? Nos consta que Teilhard conoca los escritos de Haldanecomo hemos expuesto ms arriba. Oparin en una entrevista que lehicieron en el peridico ABC con motivo de su asistencia al Congresode la FEBS (Federation of European Biochemical Societies), enMadrid, abril de 1969, afirm que no conoca los escritos de Teilhardde Chardin. Si Teilhard conoca las aportaciones de Oparin, no nosconsta. Son pocas las citas que hace Teilhard de otros autores ensus ensayos de carcter filosfico o teolgico. Sin embargo, podemosafirmar que los tres investigadores llegaron independiente y casisimultneamente a la misma hiptesis de que la previda es la tramade la vida y que, por tanto, la aparicin de los componentes de losque estn compuestos los organismos vivos supone una evolucinqumica prebiolgica.

    Desde el comienzo de El fenmeno humano, Teilhard de Chardinexplic muy claramente cul iba a ser su metodologa. Teilhard nose aparta del ms puro mtodo fenomenolgico, pues el filsofo, asu pesar, acept la actitud fenomenolgica correcta de solamentever.28 Estas pginas representan un esfuerzo por ver y hacer verlo que es y exige el Hombre si se le coloca, enteramente y hasta elfin, dentro del cuadro de las apariencias.29 Pero para descubrirsecompletamente a s mismo el hombre tiene necesidad de una seriede sentidos, y la historia del Espritu no es sino el descubrimiento deesos sentidos: sentido de la inmensidad espacial, sentido de laprofundidad, sentido del nmero, sentido de la proporcin, sentido dela cualidad o de la novedad, que puede llegar sin romper la unidadfsica del mundo, sentido del movimiento capaz de percibir los

    28 El mtodo fenomenolgico es un procedimiento especial de conocimiento.Esencialmente consiste en una visin intelectual basndose en una intuicin. Estaintuicin se refiere a lo dado; la regla principal de la fenomenologa reza as: hacialas cosas mismas, entendindose por cosas lo dado. Esto requiere, ante todo, unatriple eliminacin o reduccin, llamada epoch. BOCHENSKI, I. M., Los mtodosdel pensamiento, 14 edicin, Ediciones Rialp, Madrid, 1981, p. 40. FAESSLER,M., Gense et structure de la phenomenologie teilhardienne, tudes Teilhardiennes,4/5, 1971-1972, pp. 19-89.29 FH, p. 43.

  • 15Teilhard de Chardin:...

    irresistibles desarrollos ocultos en las mayores lentitudes, sentido delo orgnico que descubre las interrelaciones y la unidad estructural.30Esta sensibilidad nueva que Teilhard pide para poder ver todo elfenmeno ha sido lo que quiz ha escapado a ciertos detractores desu obra y su metodologa.

    El cosmos, en proceso de Cosmognesis, es visto por Teilhardcomo un sistema, un totum y un quantum.31 El concepto de sistema32nos habla de interrelaciones dentro de un conjunto cerrado sobre smismo, con capacidad de autorregulacin y de autonoma. El sistemaconstituye un grupo estructuralmente terminado, diferente de un astroo de un cristal, en los que el conjunto es accidentalmente delimitado,donde no hay ninguna huella de una unidad limitada con relacin as misma.33 En los cristales se da una simple repeticin geomtricaindefinida de unidades, por variadas que sean y numerosos los ejesde su disposicin. As, pues, Teilhard de Chardin considera a todo elcosmos como un bloque: mirando a nuestro alrededor hasta dondealcanza nuestra vista, el universo se sostiene por su conjunto.34Este universo es un todo (totum) tejido en una sola pieza, siguiendoun solo y un mismo procedimiento, pero que de un punto a otro nuncase repite.35 Y para que el todo se constituya y se mantenga debehaber una continua interaccin entre todos los elementos. Y ellopor causa del Todo, puesto que existe, debe expresarse en unacapacidad global de accin, cuya resultante parcial encontramos encada uno de nosotros. De esta manera nos vemos conducidos a

    30 FH, pp. 45-46.31 FH, p. 58.32 Sobre el concepto de sistema puede consultarse: VON BARTALANFFY, L., Teorageneral de los sistemas, Fondo de Cultura Econmica, Mxico-Madrid-BuenosAires, 1976; CAPRA F., La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemasvivos, Editorial Anagrama, Barcelona, 1998; MORIN, E., La Mthode. 1. La Naturede la Nature, ditions du Seuil, Paris, 1977.33 GZH, p. 24.34 FH, p. 58.35 FH, p. 59.

  • 16 Ignacio Nez de Castro SJ

    buscar y a concebir una medida dinmica del mundo.36 A estadinamicidad es a lo que Teilhard ha dado el nombre de Quantum.Quantum que no llega a adquirir plenamente su sentido ms quecuando intentamos definirlo en relacin con un movimiento naturalconcreto: es decir, en la Duracin.37 De esta manera, para Teilhardde Chardin cada elemento del Cosmos est positivamente entretejidoen todos los dems gracias al misterioso fenmeno de composicin[] Es imposible romper esta red, imposible aislar una sola pieza sinque se deshilache toda ella y se deshaga por todos sus extremos.38La trama del universo es el universo mismo. Trama que es muchoms que la simple superposicin de relaciones articuladas. ParaTeilhard, pues, la vida, esa delgada pelcula que constituye laBioesfera39 sobre uno de los planetas del sistema solar (tanridculamente localizada, en el espacio de un instante, sobre unapartcula sideral!40 ) es una cualidad inherente a la materia. LaVida no es una anomala curiosa, floreciente espordicamente sobrela Materia, sino que la Vida es una exageracin privilegiada de unapropiedad csmica universal; la Vida no es un epifenmeno sino laesencia misma del fenmeno.41

    36 FH, p. 60.37 FH, p. 61. Ms adelante Teilhard explica lo que entiende por duracin o tiempoorgnico: Aquello que constituye y clasifica a un hombre como moderno es elhecho de haber sido capaz de ser sensible a la percepcin, no ya del Espacio, no yadel Tiempo, sino de la Duracin, o lo que viene a ser lo mismo, del Espacio-tiempobiolgico y es tambin el de hallarse, como consecuencia, incapaz de percibir nadade otra manera diferente, nada, empezando por s mismo. FH, p. 266.38 FH, p.58.39 GZH, p. 46. La Bioesfera es definida por CUNOT, C., como: zona de vida noreflexiva que se sita entre las esferas de lo inorgnico (litosfera, hidrosfera) y laesfera psquica (noosfera). Esta zona es la sede de propiedades fsicas perfectamentedeterminadas y que constituyen una potencia comn de desarrollo orgnico (sinconfundirla con el sentido de Suess y Vernadsky, que designa una zona puramentelocal, sin estructura de conjunto y sin propiedades especficas) (Nuevo lxico deTeilhard de Chardin, op. cit., p. 68).40 GZH, p. 22.41 Ibidem.

  • 17Teilhard de Chardin:...

    La Vida, efecto material de la complejidad

    Para Teilhard de Chardin la vida no es otra cosa, para la experienciacientfica, que un efecto especfico (el efecto especfico de la Materiacomplejificada: propiedad coextensiva en s misma a la Materiacsmica entera, pero slo aprehensible para nuestra visin all donde[] la complejidad supera un determinado valor crtico.42 La vidapara Teilhard no ser una anomala inexplicable, es la creacinracionalmente esperada de una involucin o enrollamiento csmicos.Muchos cientficos contemporneos o posteriores a Teilhard deChardin, creyentes o agnsticos, han optado por concebir la vida entrminos csmicos como una gran excepcin.43 Quiz una de lasvoces que ms duramente ha criticado a Teilhard ha sido la de sucompatriota Jacques Monod, bilogo molecular y premio Nobel, ensu monografa El azar y la necesidad. Para Monod el principio deobjetividad, es decir, no poder concebir nada en la naturaleza entrminos de proyecto, le obliga a afirmar: el hombre sabe al fin quel est solo en la inmensidad indiferente del Universo donde l haemergido por azar. Ni su destino, ni su deber estn escritos en ningunaparte. l ha de elegir entre el Reino y las tinieblas.44 En su libroMonod tacha a Teilhard de Chardin de animista y prosigue Monod:la filosofa biolgica de Teilhard de Chardin no merecera que unose detuviera en ella, si no fuera por el xito que ha encontrado entremiles de cientficos.45 La posicin de Monod es contraria a la deltambin Premio Nobel de Medicina Christian de Duve para quienlos elementos esenciales para formar los primeros seres vivos sobre

    42 GZH, pp. 27-28.43 A este respecto es interesante la cita de JEANS, J.: A qu puede reducirse lavida? A una evidente decadencia accidental en un mundo que bajo ningn respectoha sido hecho para ella. [] El universo es indiferente (si no decididamente hostil)a cualquier gnero de vida (citado por KENNEY, W. H., El fenmeno humano deTeilhard de Chardin. Gua para el lector, Sal Terrae, Santander, 1973, p. 77).44 MONOD, J., Le hasard et la ncessit. Essai sur la philosophie naturelle de labiologie moderne, ditions du Seuil, Paris, 1970, p. 225.45 MONOD, J., op. cit., p. 49.

  • 18 Ignacio Nez de Castro SJ

    la Tierra pudieron venir del espacio y postula la existencia de sistemasplanetarios semejantes a la Tierra donde ha emergido la vida.46

    En el mbito anglosajn encontramos tambin fuertes reaccionesal pensamiento teilhardiano sobre la vida. Fue muy comentada en suda la recensin tan desproporcionada, injusta y spera del PremioNobel ingls Meter Medawar a la edicin inglesa de El fenmenohumano.47 La crtica de Medawar contrasta con la postura ante laobra teilhardiana del gran genetista Theodosius Dobzhansky, entusiastaconocedor de los escritos de Teilhard, como se desprende de sucorrespondencia con John Greene. Para Dobzhansky, Teilhard deChardin no quiso construir su cosmovisin apoyado nicamente en laciencia. Dobzhansky afirma que la obra de Teilhard es ciencia, metafsicay teologa, y algo de lo que Medawar no hace mencin: poesa.48

    Decamos anteriormente que para Teilhard la vida nace de lacomplejidad: La Vida, repetir constantemente a lo largo de estaspginas, se ofrece experimentalmente a la Ciencia como un efectomaterial de complejidad.49 Dice en otro lugar que una observacinms completa de los movimientos del mundo nos obligara [] a

    46 DE DUVE, C., Construire une cellule: essai sur la nature et lorigine de la vie,Inter-Editions, De Boeck-Wesmael, Paris-Bruxelles, 1990.47 La mayor parte del libro, lo mostrar, no tiene sentido, adornado con unavariedad de conceptos metafsicos, y se le puede excusar al autor de deshonestidadsolamente por el hecho de que engaando a otros l ha soportado gran sufrimientoal engaarse a s mismo. El propio Medawar en una conversacin autobiogrficasobre su vida en la ciencia, confiesa que se indign con Teilhard de Chardin.MEDAWAR, P., La amenaza y la gloria. Reflexiones sobre la ciencia y los cientficos,Compilacin de PYKE, D., Gedisa Editorial, Barcelona, 1993, p. 26. La recensincompleta de Medawar puede encontrarse en: http://cscs.umich.edu/~crshalizi/Medawar/phenomenon-of-man.html.48 NEZ DE CASTRO, I., Evolucin y sentido en la correspondencia de TheodosiusDobzhansky, en La Nueva Alianza de las Ciencias y la Filosofa, BLANCH, A. Ed.,Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2001 pp. 109-114. La correspondenciafue publicada por GREENE, J., and RUSE, M., en Nature of the evolutionaryprocess: The correspondence between Theodosius Dobzhansky and John C.Greene, Biology and Philosophy, 11, 1996, pp. 445-491.49 GZH, p. 23.

  • 19Teilhard de Chardin:...

    descubrir que si las cosas se sostienen no es ms que a fuerza dela complejidad.50 Podemos preguntarnos: qu entiende Teilhardpor complejidad o, como se refiere en otras ocasiones, por eje decomplejidades? La complejidad no es, en primer lugar una simpleagregacin de elementos ordenados, no es tampoco la simple repeticingeomtrica, indefinida de unidades, como podra ser un cristal. ParaTeilhard no es sobre dos infinitos (recordando los infinitos de Pascal:lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeo), sino sobre tresinfinitos sobre los que el mundo est construido espacialmente. A lonfimo y a lo inmenso habra que aadir lo inmensamentecomplicado.51 La Biologa no sera sino la Fsica del complejo muygrande.52

    Teilhard de Chardin afirma que la complejidad es el resultado de lacombinacin o tal como yo la comprendo aqu, la complejidad es unaheterogeneidad organizada, y por consiguiente centrada.53 Laheterogeneidad es una de las caractersticas fundamentales del cosmos:tejida en una sola pieza y siguiendo un solo y mismo procedimiento,pero que de un punto a otro nunca se repite, la Trama del Universo,corresponde a un solo modelo: constituye estructuralmente un todo.54Unidad-diversidad es uno de los predicados antinmicos de la vida,55puesto que aparentemente puede decirse tanto que la vida es unasola como que es diversa. La vida es una en su origen (monofiletismo),es una porque todos los organismos vivos tienen los mismoscomponentes bioqumicos: las cuatro bases de los cidos nucleicos,los veinte aminocidos proteinogenticos y el cdigo gentico; tambinlas cadenas metablicas son esencialmente las mismas. Sin embargo,la vida es, a su vez, maravillosamente diversa en todas lasmanifestaciones, a veces tan sorprendentes, de la gran variedad de

    50 FH, p.57.51 GZH, p. 2752 GZH, p. 28.53 CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 77.54 FH, p. 59.55 NEZ DE CASTRO, I., Categoras del discurso biolgico, en Evolucionismo ycultura, DOU, A., Ed., Mensajero, Bilbao, 1983, pp. 17-55.

  • 20 Ignacio Nez de Castro SJ

    los seres vivos. Impresiona cmo una misma funcin biolgica hasido resuelta de tantas maneras diferentes a lo largo de la evolucin.Teilhard propone una gran solucin ante esta antinomia: la vidaconstituye una Biota56 nica: Profusin tanteante, ingeniosidadconstructiva, indiferencia para todo cuanto no es porvenir y totalidad.La vida en virtud de sus mecanismos elementales, va elevndose,gracias a estos tres vectores y gracias tambin a un cuarto que losenvuelve a todos: el de una unidad global, pues considerada ensu totalidad la substancia viviente extendida sobre la Tierra dibuja,desde los primeros estadios de su evolucin, las alineaciones de unnico y gigantesco organismo.57 Ese nico y gigantesco organismo,al que el discpulo y gran admirador de Teilhard, el paleontlogoCrusafont Pair, ha llamado continuum filtico,58 se va concretandoa travs del tiempo en las innumerables manifestaciones del reinovegetal y del reino animal.

    La clula: unidad de vida

    Teilhard de Chardin ha afirmado que solamente existe un modeloestructural de vida, modelo que en virtud de la diversidad nunca serepite en su concrecin externa. Cul es ese modelo de vida tantoa nivel fsico como estructural? El modelo a nivel fsico es la clula.59

    56 Biota (definida por el mismo Teilhard): Entiendo por tal una agrupacin verticilarcuyos elementos, no slo se encuentran emparentados por nacimiento, sino quetambin se sostienen y se completan mutuamente en el esfuerzo por subsistir ypropagarse (FH, p. 151).57 FH, p. 137.58 Sin embargo, por encima de esta defensa de la independencia de los sistemas,existe una tal proteicidad de los mismos en su continuum filtico, que la mquina sedesdibuja en su individualizacin para convertirse en un complejo en continuatransformacin (CRUSAFONT PAIR, M., El fenmeno vital, Editorial Labor,Barcelona, 1972, pp. 81-82).59 La teora celular propuesta en 1839 por SCHWANN, T. en su tratado Lasinvestigaciones microscpicas sobre la coincidencia en la estructura de los animalesy plantas, sigue todava vigente y ha sido confirmada en todos los organismosvivos. Vase: RADL, E. M., Historia de las ideas biolgicas. Desde Lamarck yCuvier, Tomo 2, Alianza Editorial, Madrid, 1988, pp. 66-70. Puede verse:

  • 21Teilhard de Chardin:...

    La vida propiamente dicha comenz cuando empez a existir laprimera clula.

    Cuanto ms concentra la Ciencia, desde hace un siglo, sus esfuerzossobre esta unidad qumica y estructuralmente ultracompleja, msevidente resulta que tras ella se oculta el secreto cuyo conocimientoestablecera el lazo de unin, presentido, pero no verificado an,entre los dos mundos de la Fsica y la Biologa. La clula granonatural de vida, tal como el tomo es el grano natural de la Materiainorganizada.60

    Teilhard acusaba a los citlogos e histlogos de haber congelado,para su estudio,61 a la clula, unidad dinmica y estructural de la vida.

    Nos hemos ocupado mucho de sus diferencias es decir, todo lo queconstituye la Biologa descriptiva: Microbiologa, Zoologa, Botnica;conviene converger nuestras investigaciones hacia sus orgenes, esdecir, hacia las races que ahondan en lo inorganizado, si queremosponer el dedo en la verdadera esencia de su novedad. [] Tratemosde ver en qu se convierte si la contemplamos y la tratamos como esdebido, como algo a la vez largo tiempo preparado y profusamenteoriginal; es decir, como algo nacido.62

    En la clula es donde, para Teilhard de Chardin, aparece la tramadel universo con todos sus caracteres: sistema, totum y quantum.Sin duda, la clula supone un peldao ulterior de complejidad y, porconsiguiente, un grano superior de interioridad, es decir, de conciencia.63

    ALBARRACN TEULN, A., La teora celular. Historia de un paradigma, AlianzaEditorial, Madrid, 1983.60 FH, p. 99.61 La moderna Biologa Celular fundida con la Biologa Molecular y Bioinformtica,disciplinas que Teilhard no pudo conocer, encenderan el entusiasmo innato deTeilhard de Chardin.62 FH, p. 101.63 Debe advertirse que para Teilhard de Chardin la trama del universo es una tramadoble: el ser concreto en que se halla constituido el cosmos y que no se confunde

  • 22 Ignacio Nez de Castro SJ

    Tenemos formulado por el mismo Teilhard ese procedimiento quea nivel estructural nunca se repite y es la ley teilhardiana de lacomplejidad-conciencia.64 Esta ley est formulada por Teilhard deChardin como gua fenomenolgica para la mejor comprensin delfenmeno vital. El trmino conciencia es usado por Teilhard sintener en cuenta su etimologa y designa cualquier forma de psiquismodesde el ms elemental hasta la forma ms elevada, la concienciareflexiva. la consciencia, es decir, lo de dentro captableexperimentalmente, o bien (por infinitesimal) inasible de loscorpsculos tanto pre-vivientes como vivientes.65 Para Teilhard deChardin es posible medir: el grado de psiquismo o consciencia.Todo ser en el universo posee su centro de convergencia. As,

    []la Vida no es aparentemente otra cosa que la exageracinprivilegiada de una deriva csmica fundamental [] que puededenominarse ley de complejidad-consciencia y que puedeexpresarse como sigue: Abandonada durante mucho tiempo a smisma, bajo el juego prolongado y universal de las probabilidades, laMateria manifiesta la propiedad de entrarse en agrupaciones cadavez ms complejas y al mismo tiempo cada vez con ms aumento deconsciencia; de manera que este doble movimiento conjugado deenrollamiento fsico y de interiorizacin (o centracin) psquica seprosigue, se acelera y se ve impulsado lo ms lejos posible, una veziniciado.66

    con la materia, ya que representa lo mismo un interior (la conciencia) que unexterior (la materia). Es el espritu-materia lo que constituye la trama del universoevolutivo y cuya unidad no se rompe ni por molecularizacin ni por los umbrales.CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 288. Es la formulacinde la ley, universal para Teilhard, de complejidad-conciencia. Dicho de otra manera:coextensivo con su exterior hay un interior de las cosas. FH, p. 73.64 Me he de referir constantemente en todo lo que sigue [] al eje csmico, a lavez de ordenacin fsica y de interiorizacin psquica, manifestado por esta derivau ortognesis de fondo []. Eje de complejidad-consciencia le denominar(CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 78). Ms adelantenos referiremos al concepto teilhardiano de ortognesis de fondo.65 GZH, p. 37.66 CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 165.

  • 23Teilhard de Chardin:...

    Adems es:

    []en la clula, a la vez tan una, tan uniforme y tan complicada,donde reaparece en suma la Trama del Universo con todos suscaracteres, aunque elevada esta vez a un peldao ulterior decomplejidad y, por consiguiente, y al mismo tiempo (si la hiptesisque nos gua en el curso de estas pginas es verdadera) a un gradosuperior de interioridad, es decir, de consciencia.67

    Recordemos que los caracteres de la trama del universo son unsistema, totum y quantum. La aparicin de la primera clula suponeun paso decisivo en el proceso de la conciencia sobre la Tierra.68Ahora bien, para Teilhard de Chardin no supone la aparicin de lavida en la forma celular un inicio absoluto sino, como l dir, unametamorfosis. Cmo ha podido llevarse a cabo? Para Teilhard larespuesta est una vez ms en la organizacin estructural externade los componentes celulares y en la aparicin interna de un nuevotipo de actividad.69

    A la pregunta de si la vida apareci una sola vez o en n puntossobre el planeta a la vez, Teilhard responde que no lo sabemos peropoco importa,70 puesto que tomada en su conjunto, la Biosfera no

    67 FH, p. 109.68 Idem.69 Realizacin externa de un tipo esencialmente nuevo de agrupacin corpuscularque permite la organizacin ms flexible y mejor centrada de un nmero ilimitadode sustancias consideradas en todos los grados de magnitud particulares; y,simultneamente, aparicin interna de un nuevo tipo de actividad y de determinacinconsciente; por medio de esta doble y radical metamorfosis podemos ahora definirde manera razonable, en lo que hay de especficamente original, el trnsito crticode la Molcula a la Clula, el Paso de la Vida. FH, pp. 111-112.70 En esta materia no intentar decidir. Para qu servira adems? En el fondo,slo una cosa importa en este punto de nuestra investigacin. Y es comprenderque, tanto en un caso como en otro (es decir, que inicialmente haya habido un solopunto o n puntos de vitalizacin), el resultado ha debido ser el mismo; quiero decir:una invasin extraordinariamente rpida de toda la superficie fotoqumicamenteactiva del planeta. Como si esta superficie, con relacin a la Vida, se hubiera hallado

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    representara ms que una simple rama en medio de ste y por encimade otras proliferaciones menos progresivas o menos afortunadas dela Previda.71

    El proceso de la evolucin: la ortognesis

    Ciertamente para Teilhard de Chardin en el proceso de la evolucinde la vida hay dos puntos crticos: la biognesis (origen de la vidapropiamente dicha, punto de vitalizacin o, como le gustaba decir, defiletizacin72) y antropognesis, o punto de hominizacin o deaparicin de la reflexin.73 Entre estos dos puntos crticos yace todoel proceso evolutivo. El proceso que para Teilhard puede explicarsepor una corriente constante, perenne de complejificacininteriorizante.74 Independientemente de toda interpretacin cientfica(y todava menos finalista) por nuestra parte, el Universo como si sehallara lastrado de Complejidad, cae por arriba sobre formas dedisposicin cada vez ms perfeccionadas.75 En una nota aclaratoria,Teilhard de Chardin, poco aficionado a notas y citas, en su original ypeculiar estilo, preado de metforas, nos va a decir que: hay unarelacin secreta, tal vez, entre la gravedad newtoniana decondensacin (engendradora de los astros) y la gravedad decomplejificacin engendradora de la Vida y aade: en todo caso,ambas no funcionan sino solidariamente76, volviendo a repetirse laidea de una conmensurabilidad de la evolucin de la materia y de laaparicin de la vida (Cosmognesis = Biognesis).

    entonces en un estado de cuasi-sobresaturacin originadora de incorporacin rpidade sus elementos vitalizables a una sola y misma membrana (primer esbozo de loque en el curso de los tiempos geolgicos, deba dar como resultado la Biosfera)(GZH, p. 44).71 FH, p. 118.72 Filetizacin significa en el lxico teilhardiano el proceso de formacin del phylum.El phylum es haz viviente. La lnea de las lneas. [] El phylum ante todo es unarealidad colectiva. [] El phylum es un algo polimorfo y elstico (FH, p. 140).73 GZH, p. 29.74 GZH, p. 36.75 Ibidem.76 GZH, p. 37.

  • 25Teilhard de Chardin:...

    La complejidad va a ser para Teilhard el motor impulsivo de laevolucin, de alguna manera semejante al lan vital77 bergsoniano.La complejidad no podra desarrollarse en el interior de cadacorpsculo sin arrastrar, correlativamente y en rpida sucesin, unentrelazamiento de relaciones, un equilibrio delicado, y perpetuamentemvil, entre corpsculos vecinos.78 Debemos notar aqu que la actualteora de aparicin de los organismos eucariotes (organismosunicelulares o pluricelulares cuyas clulas tienen un ncleo biendefinido) confirma, de alguna manera, la hiptesis teilhardiana deque una simbiosis entre organismos procariotes (unicelulares sinncleo definido) es el origen de los organismos eucariotes. He aqula hiptesis avanzada por Teilhard de Chardin en 1950:

    []por granulosa y discontinua que haya podido aparecer a suscomienzos la capa de Materia vitalizada, ya desde esta fase elementaluna red de afinidades y de atracciones profundas (destinadas aafirmarse cada vez ms) reuna y tenda a acercar cada vez msestrechamente sobre s misma, en una amplia simbiosis, esta multitudinnumerable de partculas tan cargadas de potencia germinal.79

    La biloga Lynn Margulis muy recientemente ha puesto nfasisen la explicacin de la aparicin de los organismos eucariotes poruna simbiosis entre procariotes. La transicin biolgica entre bacteriasy clulas con ncleo es uno de los pasos ms crticos de toda lahistoria evolutiva y es tan repentino que no puede explicarse porcambios graduales en el tiempo. La divisin entre bacterias yaquellas clulas nuevas es realmente la ms espectacular que se da

    77 Segn BERGSON, H., el evolucionismo no se explica por factores mecnicoscomo pretenden los darwinianos o neodarwinianos. Hay que recurrir a una causade orden psicolgico, como han propuesto algunos neolamarckianos. Se parte asde un impulso original (lan originel de la vida) (Entrada lan vital en FERRATERMORA, J., Diccionario de Filosofa, Editorial Ariel, Barcelona, 1994, p. 984). Paraun estudio sobre Bergson y la finalidad puede leerse a GILSON, E., De Aristteles aDarwin (y vuelta) EUNSA, Pamplona, 1976, pp. 207-236.78 GZH, p. 46.79 GZH, p. 47.

  • 26 Ignacio Nez de Castro SJ

    en toda la biologa. Vegetales, animales hongos y protistas estnbasados en el diseo nuclear de la clula, distincin que refleja laherencia comn de estos organismos.80 Como las llama LynnMargulis, las nuevas clulas

    [...]parecen haber sido confederaciones bacterianas. Cooperaronentre ellas y centralizaron las funciones formando un nuevo tipo degobierno celular. Aquellos advenedizos tenan una organizacin cadavez ms centralizada y sus diversos orgnulos celulares acabaronintegrados en un nueva unidad biolgica.81

    Esta simbiosis entre las unidades de vida, primeramente entrebacterias y despus entre clulas diferenciadas, vista sincrnicamente(clasificacin taxonmica) o diacrnicamente (historia de la aparicinen el pasado, el punto que ms le interesaba a Teilhard de Chardin,como paleontlogo), nos dar explicacin del rbol de la Vida. Escurioso observar cmo a Teilhard no le ha preocupado la explicacinde los mecanismos que puedan dar cuenta del hecho evolutivo, puntode discusin entre las escuelas darwinistas y lamarckistas. Interesadopor ver el fenmeno de la vida y todo el fenmeno, la preocupacinfundamental de Teilhard ser ver en el proceso evolutivo si, tras suaparente desorden, no se oculta algn eje principal de crecimientoy direccin, adems de una polarizacin general hacia cada vez mayorcomplejidad y ms consciencia;82 ley fundamental del pensamientoteilhardiano; es decir, la preocupacin de Teilhard se centra enencontrar el sentido de todo el proceso. Y ms adelante se pregunta:El rbol de la Vida incluso estudiado antes de la aparicin y enausencia del Hombre deja ya ver en su destino una verdaderagua, o bien tan slo se divide hacia su cima en una ramificacin deformas rivales?83

    80 MARGULIS, L. y SAGAN, D., Microcosmos. Cuatro mil aos de evolucin desdenuestros ancestros microbianos, Tusquets Editores, Barcelona, 1995, pp. 131-132.81 Ibidem, p. 13382 GZH, p. 47. El subrayado del texto de la cita es nuestro.83 GZH, p. 52.

  • 27Teilhard de Chardin:...

    En la amplia obra de Teilhard de Chardin vamos a encontrar en laortognesis su respuesta.84 El trmino ortognesis fue propuestopor Gustav Heinrich T. Eimer en 1888 para designar la evolucinque se realiza en un sentido determinado.85 Claude Cunot distinguedos sentidos del trmino ortognesis en la obra de Teilhard deChardin. Primero, en sentido biolgico: Serie de pequeas mutacionesanatmicas (y psquicas) orientadas en el mismo sentido y que vanadicionndose, constituyendo as un fenmeno de crecimientocontinuo en la misma direccin. En segundo lugar, en sentidofenomenolgico,

    []deriva fundamental, siguiendo la cual la trama del Universo secomporta ante nuestros ojos como desplazndose hacia estadoscorpusculares cada vez ms complejos en su ordenacin material y,psquicamente cada vez ms interiorizados; deriva que se manifiestaen los seres vivos superiores por la cefalizacin, y en el hombre porla aparicin de la reflexin.86

    Teilhard de Chardin aceptaba el trmino y lo us a lo largo de susescritos, aunque segn l la palabra es excelente y debeconservarse, sin embargo ha sido mal empleada, como las de

    84 A partir de la Vida, por el contrario (y justamente acaso, en razn de la asombrosacomplejidad ascendente de los edificios a ensamblar), el esfuerzo de construccinse divide y se extiende, a la vez, en el espacio y en el tiempo. Por una parte, graciasal truco sorprendente de la reproduccin, el corpsculo se transforma enpopulacin, con multiplicacin de los efectos de tanteos y de oportunidades. Y,por otra parte, simultneamente, se estira en cadenas, con arreglo a las cualespueden ensayarse los acrecentamientos eventuales de complejidad, trados yasimilados, uno a uno, en una flexibilidad continuamente renovada. Lacomplejificacin, que era individual en la pre-Vida se ha hecho lineal; este simplecambio desencaden todas las complicaciones ramificantes de la gnesis de lasespecies (TEILHARD DE CHARDIN, P., La aparicin del Hombre, Taurus, Madrid,1958, p. 301. De ahora en adelante ser citado como AH).85 BERGSON, H., Memoria y Vida. Textos escogidos por Gilles Deleuze, AlianzaEditorial, Madrid, 1977, p. 97.86 CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 205.

  • 28 Ignacio Nez de Castro SJ

    evolucin y socialismo.87 En El fenmeno humano defiende el usodel trmino: sin la ortognesis no habra ms que una extensibilidad:con la ortognesis existe de manera invencible una ascensin de laVida.88 Y en el mismo contexto: mi conviccin ms firme por elcontrario es que la palabra resulta esencial e irremplazable paramarcar y afirmar la propiedad manifiesta que la Materia vivienteposee.89 Esa propiedad en trminos teilhardianos no es sino elcrecimiento constante de centro-complejidad. A este ascenso decentro-complejidad, que anatmicamente se manifiesta en lacerebralizacin, Teilhard de Chardin le ha llamado ortognesis defondo,90 que impulsa a cualquier materia hacia lo ms complicado ylo ms consciente.91

    Teilhard es consciente de que el trmino ortognesis es muydiscutido entre los bilogos. La correspondencia, anteriormente citadaentre T. Dobzhansky y J. Greene, es un ejemplo de esto. Teilhard vaa distinguir entre ortognesis pasiva u orto-seleccin y ortognesisactiva u orto-eleccin. Llegada la evolucin al hombre, desde elhombre y en el hombre, la Evolucin simple tiende gradualmente atrocarse en auto (o self) Evolucin.92

    87 TEILHARD DE Chardin, P., Carta de 16 de marzo de 1952, citado por CUNOT,C., Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, op. cit., p. 206.88 FH, p. 133.89 Ibidem.90 CUNOT, C. la define como deriva de complejidad-consciencia que se manifiestaa nivel de la vida, por sistemas cada vez ms complejos, en direccin de unacerebracin mxima (Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, p. 207).91 Antes insistamos sobre la ortognesis general de corpusculizacin, sobre laortognesis de fondo que, decamos, lleva a toda la Materia hacia lo ms complicadoy lo ms consciente. He aqu ahora, en el caso de las sustancias vivas, una segundaderiva (una subderiva) que se pergea ya: la ortognesis de especiacin, orientada,con arreglo a un nmero de direcciones diversas increbles, hacia lo ms diferenciado,bajo todas sus formas (AH, p. 304).92 TEILHARD DE CHARDIN, P., Nota sobre la realidad actual y el significadoevolutivo de una ortognesis humana, en La visin del pasado, Taurus, Madrid,1958, pp. 327-336. De ahora en adelante citaremos como VP.

  • 29Teilhard de Chardin:...

    Sobre la diversidad de los vivientes

    Veamos anteriormente que la simbiosis entre los granos elementalesde vida, segn Teilhard de Chardin dara explicacin de lasexuberantes ramificaciones del rbol de la Vida tal como loapreciamos en un corte sincrnico en la actualidad, o como laPaleontologa nos lo muestra por el registro fsil llegado hastanosotros. Segn Teilhard: es imposible poner orden dentro de estefenmeno enorme y complejo sin analizar primero los procedimientosimaginados por la Vida para progresar en cada uno de sus elementosconsiderados de manera aislada.93 Una vez ms Teilhard personificala Vida y la hace sujeto de la invencin de los movimientoselementales que llevan a la explosin de formas, a veces tanfascinantes, de los organismos vivientes. Teilhard es consciente deesa hipostatizacin y llega a exclamar: La Vida, ms real que lasvidas.94 Los movimientos elementales o procedimientos de los quela vida se vale para llegar a esa inmensa variedad seran, segnTeilhard:

    La reproduccinLa multiplicacinLa renovacinLa conjugacinLa asociacinLa actividad dirigida.

    a) La reproduccin es el procedimiento para asegurar la permanenciade lo inestable en el caso de los vastos edificios moleculares delos que estn compuestos los seres vivos. En s misma, la divisincelular parece provocada por la simple necesidad en que seencuentra la partcula viviente de hallar remedio a su fragilidadmolecular y a las dificultades relacionadas con la continuidad desus crecimientos.95 Cuando la reproduccin se hace sexuada,

    93 FH, p. 127.94 FH, p. 136.95 FH, p. 128.

  • 30 Ignacio Nez de Castro SJ

    aparece una nueva fuente de heterogeneidad: lo que en principioes slo un azar, o un medio de supervivencia, se hallainmediatamente transformado y utilizado como un instrumento deprogreso y reconquista.96

    b) La autoduplicacin indefinida de los cidos nucleicos DNA y RNAparece, dice Teilhard de Chardin, que no conoce otros lmites quela cantidad de Materia ofrecida a su funcionamiento [] La Vidaposee una fuerza de expansin tan invencible como la de un cuerpoque se dilata o se evapora.97 Nada puede detener esa fuerzaexpansiva. La aceptacin de ese poder multiplicador ha sido loque ha llevado al bilogo ingls Richard Dawkins a afirmar que lavida no tiene ningn otro sentido que el que las cadenas de DNAse dupliquen continua e impulsivamente a s mismas. Losorganismos no son sino la mquina de esa factora de genes. Elmismo ttulo de su conocida obra El gen egosta, ttulo muy bienescogido por Dawkins para su propsito, es la negacin decualquier tipo de finalidad en el acontecer de la vida. Supreservacin, la preservacin del gen, es la razn ltima de suexistencia.98 Es interesante observar cmo un mismo hechobiolgico, como es el de la multiplicacin, puede llevar aconclusiones ltimas tan opuestas como las de Teilhard de Chardiny Dawkins, lo que, en definitiva, nos dice que el final de losrazonamientos partiendo de los mismos datos depende en granparte de presupuestos previos que, a veces, son opcionesfundamentales de posicionamiento filosfico ante existenciahumana.

    c) A juicio de Teilhard la renovacin conduce a la pluralizacintanto en la forma como en el nmero. La mutacin gentica es elmecanismo por el cual se produce esa irisacin en una gamaindefinida de tonalidades. Debemos tener en cuenta que a finales

    96 Ibidem.97 FH, p. 129.98 DAWKINS, R., El gen egosta, Editorial Labor, Barcelona, 1979, p. 42.

  • 31Teilhard de Chardin:...

    de los aos treinta del siglo XX, Teilhard de Chardin solamentepuede hablar por sus certeras intuiciones. Teilhard muri apenasdos aos despus de que J. Watson y F. Crick99 publicaran laestructura de la doble hlice del DNA. Los descubrimientosbiolgicos que se sucedieron de manera vertiginosa en las dcadasde los cincuenta y sesenta: la confirmacin de la duplicacinsemiconservativa del DNA por Meselson y Stahl (1958), elaislamiento del polinucletido fosforilasa (S. Ochoa, 1955), eldesciframiento del cdigo gentico (Ochoa, Nirenberg y Khorana,1961-1965), la hiptesis del RNA mensajero (Jacob y Monod, 1961)y los mecanismos de sntesis de protenas,100 etctera, obviamenteno pudieron ser conocidos por Teilhard de Chardin.

    d) Tambin Teilhard de Chardin intuy el significado que para lavariabilidad de los seres vivos y, por consiguiente, de la evolucintena el hecho de la reproduccin sexual (conjugacin) comointercambio de informacin. En lugar de irradiar a partir de cadacentro en vas de divisin, los radios de Vida empezaron desdeentonces a anastomosarse intercambiando y variando sus riquezasrespectivas.101

    e) Ya nos hemos referido anteriormente a la intuicin teilhardianasobre el papel de la simbiosis: desde la colonia soldada en las

    99 GIRALDO, R., 50 aos del descubrimiento de la doble hlice del DNA, Razn yFe, 248, 2003, pp. 185-195. Tres artculos de la revista Nature podemos decir quefueron el punto de arranque de la nueva revolucin: WATSON, J. D. and CRICK, F. H.C., A structure for deoxyribonucleic acid, Nature, 171, 1953, pp. 737-738; WILKINS,M. H. F. et al., Molecular structure of deoxypentose nucleic acids, Nature, 171,1953, pp. 738-740; y FRANKLIN, R. E. y GOSLING, R. G., Molecular configurationin sodium thymonucleate, Nature, 171, 1953, pp. 740-741. Pueden encontrarsecopias facsmiles de los tres artculos en Nature, 421, 2003, pp. 397-401.100 NEZ DE CASTRO, I., El Proyecto Genoma humano. Discurso bioqumico ydiscurso antropolgico, en La Fe interpelada. Jornadas de estudio y dilogo entreProfesores Universitarios, Universidad Pontificia Comillas, Universidad Pontificiade Salamanca, Colegio Espaol San Jos de Roma, Departamento de Publicaciones,Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 1993, pp. 29-48.101 FH, p. 131.

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    bacterias, pasando por la clula de clulas (clula eucariota), lasasociaciones de unidades hipercomplejas, hasta las sociedadeshumanas.

    Limitmonos aqu a hacer notar que la Asociacin, considerada entodos su grados, no es, entre los seres animados, un fenmenoespordico o accidental. Por el contrario, representa uno de losmecanismos ms universales, ms constantes y, por consiguiente,los ms significativos, utilizados por la Vida para su expansin.102

    f) Finalmente, la Vida, segn Teilhard de Chardin, ha conseguido elgran recurso de poder ascender a planos cada vez ms complejospor el fenmeno de la aditividad.

    De una manera ms general y profunda, las renovaciones posibilitariaspor cada reproduccin hacen algo ms que substituirse; unen unas aotras su suma que es creciente en un sentido determinado.Disposiciones que se acentan u rganos que se ajustan o sesuperponen. Aqu diversificacin, all especializacin creciente delos trminos que constituyen una misma lnea genealgica.103

    La nueva racionalidad intuida por Teilhard de Chardin

    Hemos apuntado anteriormente que la fuerza de su propio discursocondujo a Teilhard de Chardin a hipostasiar la vida, lo que ha llevadoa algunos crticos a tacharle de pansiquista o animista. Teilhardconfiere subjetividad y, podramos decir, casi personalidad a unacualidad que es la vida, puesto que la vida la apreciamos en losorganismos vivientes, que son los que realmente existen. As, Teilhardde Chardin habla de profusin, ingeniosidad e indiferencia atribuidasa la vida, para terminar afirmando: la Vida, ms real que las vidas.104Esta frase entendida en su crudeza y sacada de contexto, en una

    102 FH, p. 132.103 FH, p. 133.104 FH, p. 134-137.

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    lectura puramente biologicista, podra ser la base de un totalitarismosocial y nada ms extrao al pensamiento teilhardiano.

    Una vez ms hay que notar que para llegar a comprender elpensamiento de Teilhard de Chardin hemos de sobrepasar el escollode su lenguaje.105 Lo que Teilhard de Chardin quiere poner demanifiesto es su intuicin fundamental de que el cosmos debemosentenderlo como un sistema, como un totum, como una unidad,siempre en devenir. No es fcil llegar hasta el fondo del pensamientoteilhardiano partiendo desde la llamada por Henry Skolimowskiracionalidad positivista,106 ni tampoco desde la racionalidadescolstica,107 lo que explica que muchas veces no haya satisfechoa cientficos (hemos comentado las duras crticas de Medawar yMonod) y a algunos filsofos y telogos.

    Es curioso observar que el mismo Teilhard fue consciente de esecambio de racionalidad y, por consiguiente, de discurso que esnecesario para una comprensin global de su pensamiento. La claveest en el cambio de una concepcin de la realidad esttica,piramidalmente jerarquizada, a una realidad en devenir, en cambio

    105 A pesar de que Teilhard saba muy bien cundo tena que usar un discursopuramente cientfico y cundo haca poesa, por su empeo en llegar a ver elinterior de las cosas, ms de una vez su lenguaje puede desconcertar a algunos. Aeste propsito dice Henri de Lubac: El Padre Teilhard se ha guardado muy bien deconfundir los gneros literarios o las disciplinas del saber, aunque como todos losespritus que tienen algo nuevo que decir, haya tenido su propia manera dedistinguirlos y unirlos. Muy particularmente en El fenmeno humano, conociendoperfectamente los espejismos de que el lector de ese gnero de escritos puede servictima, ha redoblado sus explicaciones para disiparlos (DE LUBAC, H., Elpensamiento religioso de Teilhard de Chardin, Taurus, Madrid, 1967, p. 121).106 SKOLIMOWSKI, H., Problemas de racionalidad en Biologa, en Estudios sobrefilosofa de la biologa, AYALA, F. J. y DOBZHANSKY, T. Eds., Ariel, Barcelona,1983, pp. 267-291.107 Por qu es difcil? [] 3. Porque abunda en ambigedades de pensamiento yde expresin, como despus mostraremos, y no es fcil acertar con el verdaderosentido que pretendi el autor; y unos le atribuirn uno y otros otro. GUERRERO,E., Teilhard de Chardin. Aspectos fundamentales de su obra, Studium Ediciones,Madrid, 1969, p. 17.

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    continuo, en evolucin. Cambio del concepto de sustancia comosoporte subyacente (sub-stare, estar debajo) del tejido de la realidadal concepto de proceso. (Anteriormente hemos visto el paralelismoexistente entre Alfred N. Whitehead y Teilhard de Chardin que HansKng nos ha hecho notar.) De ah que el concepto de evolucintranscienda para Teilhard de Chardin el discurso puramentebiolgico108 y sea la expresin particular en caso de la vida, de laley que condiciona todo nuestro conocimiento de lo sensible: no podercomprender nada en el dominio de la materia, como no sea bajoformas de series y conjuntos.109

    Esta nueva racionalidad como muy bien ha expresado Ludwigvon Bertalanffy en su Prefacio a la edicin revisada de su Teorageneral de los sistemas:

    En comparacin con el proceder analtico de la ciencia clsica, conresolucin en elementos componentes y causalidad lineal ounidireccional como categora bsica, la investigacin de totalidadesorganizadas de muchas variables requiere nuevas categoras deinteraccin, transaccin, organizacin, teleologa, etc., con lo cualsurgen muchos problemas para la epistemologa y los modelos ytcnicas matemticos.110

    Y ms adelante: De uno u otro modo estamos forzados a vrnoslacon complejidades, como totalidades o sistemas, en todos los camposdel conocimiento. Esto implica una fundamental reorientacin del

    108 En nuestro Universo experimentalmente, todo nace, todo se establece y crece,por fases sucesivas, todo, incluso el Todo. He aqu su esencia, lo que hoy vemos,y al parecer para siempre, en el Mundo en torno a nosotros. [] Ahora bien; cadavez ms, toda la Fsica nuclear, toda la Fsica astral, toda la Qumica, son ahora a sumodo evolutivas. Y casi otro tanto lo son la historia de la Civilizacin y la historiade las Ideas (TEILHARD DE CHARDIN, P., Evolucin de la idea de evolucin, enVP, p. 324).109 TEILHARD DE CHARDIN, P., Planteamiento actual del problema deltransformismo, en VP, p. 40.110 VON BERTALANFFY, L., op. cit, p. XVI.

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    pensamiento cientfico.111 Esta nueva racionalidad supone unenfoque holstico de todas las realidades; recordemos el totum quehaba intuido Teilhard de Chardin. En el pensamiento sistmicocualquier elemento del conjunto est en relacin con todos loselementos estructurales o funcionales del mismo. Igualmente todosistema est en continua relacin con otros sistemas organizadosjerrquicamente. Esta racionalidad acta por aproximaciones,utilizando constelaciones de conceptos preados de significacin,donde la univocidad es raramente alcanzada. Los conceptos sematizan entre s, lo que Edgar Morin ha llamado bucles interactivos.112Hay, por tanto, una apertura semntica, una complementariedadconceptual en la construccin del pensamiento cientfico actual.113F. Capra, en su obra La trama de la vida, lo ha expresado de maneracertera y clara:

    El gran shock para la ciencia del siglo XX ha sido la constatacin deque los sistemas no pueden ser comprendidos por medio del anlisis.Las propiedades de las partes no son propiedades intrnsecas, sinoque pueden ser comprendidas dentro de un conjunto mayor. Enconsecuencia, la relacin entre las partes y el todo ha quedadoinvertida. En el planteamiento sistmico las propiedades de las partesslo se pueden comprender desde la organizacin del conjunto, porlo tanto, el pensamiento sistmico no se concentra en los componentesbsicos, sino en los principios esenciales de organizacin.114

    111 Ibidem, p. 3.112 La obra La Mthode de MORIN, E. (incluso su grafa) est continuamente salpicadapor esos bucles de trminos y conceptos: El pensamiento ecolgico ha puesto ensu centro la idea de cadena y la idea de ciclo, pero an no ha sido reconocido que launin del concepto de ciclo (ecolgico) y de cadena (trfica) constituyen el conceptode bucle (eco-organizador) (MORIN, E., La Mthode. 2, La vie de la Vie, ditionsde Seuil, Paris, 1980, p. 29).113 NEZ DE CASTRO, I., Puede darse algn sentido en las ciencias biolgicas?,en BLANCH, A. (ed.), El sentido del hombre en el Universo, Universidad PontificiaComillas, Madrid, 1999, pp. 37-60.114 CAPRA, F., op. cit., p. 49. Es digno de notarse que, a pesar de las analogas depensamiento entre F. Capra y Teilhard de Chardin, ste no aparezca citado en laobra de Capra.

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    La comprensin de los ensayos filosficos de Teilhard de Chardiny sus consecuencias teolgicas es solamente posible si partimos delos presupuestos de esta racionalidad sistmica y evolutiva. Desdeeste enfoque, el escollo de su lenguaje puede superarse y el lectorpuede incluso gozar de la cadencia y poesa de la prosa teilhardiana.

    Conclusiones

    Slo he pretendido clarificar, desde el propio pensamiento teilhardianoesparcido en sus escritos, la primera parte de su testamento intelectual:Cosmos = Cosmognesis Biognesis. Se ha escrito mucho sobreTeilhard de Chardin, pero quiz poco sobre sus grandes intuiciones enel estudio de la vida, lo que podramos llamar su Biofilosofa, que nosaclara la cosmovisin del hombre de Ciencia. Despus del anlisisque hemos hecho, llegamos a las siguientes conclusiones:

    1. Teilhard en sus escritos no pretendi hacer una Metabiologa ymenos an una Metafsica

    2. Quiso aplicar el ms puro mtodo fenomenolgico, de ah suinsistencia en ver el fenmeno, pero todo el fenmeno

    3. Quiz consigui mejor transmitir su pensamiento en su obra menosconocida, El grupo zoolgico humano, obra de madurez (elmanuscrito est fechado en Pars el 10 de enero 1950). Tambinaqu quiso hacer fenomenologa. Las pginas que siguen nopretenden dar una definicin exhaustiva del Hombre. Quieren tanslo fijar las apariencias fenomenales del Hombre.115 Obra demadurez, ms sinttica, de lenguaje ms sobrio, en la que susintuiciones fundamentales estn expresadas con ms nitidez yclaridad

    4. En la obra ms conocida, El fenmeno humano, estn intuidaslas lneas fundamentales de su pensamiento sobre la vida, pero su

    115 GZH, p. 13.

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    lenguaje potico, a veces profuso, le resta claridad, a la vez que lohace mucho ms sugerente. Desde luego su discurso est muylejos de las caractersticas exigidas al lenguaje cientfico de laracionalidad positivista: rigor sintctico, eliminacin de polisemiay preferencia por usos asertivos empricamente verificables.116Para comprender el pensamiento teilhardiano debe partirse de lospresupuestos de una racionalidad sistmica

    5. Las intuiciones teilhardianas sobre la Biofilosofa seran:

    La vida no es un epifenmeno sino una cualidad de la materiaorganizada. La aparicin de la vida supone una evolucinqumica prebiolgica, la previda

    La clula es el grano elemental de vida. Los primeros organismosprocariotes tendieron a unirse y entrelazarse formando porsimbiosis clulas ms complejas: los eucariotes

    Esta materia organizada tiende a multiplicarse y diferenciarseindefinidamente

    Este crecimiento tiene una gua fenomenolgica interna: la leyde complejidad-conciencia

    As como en Fsica hablamos de la gravedad newtoniana, existeuna gravedad de la complejidad

    Este centro-complejidad (el interior de los organismos vivos)define una lnea ascendente de complejidad desde la bacteriahasta el hombre, llamada ortognesis de fondo

    La vida, como todo nuestro conocimiento de lo sensible, no puedeser comprendida sino bajo la forma de series y conjuntos

    116 GMEZ CAFFARENA, J., El lenguaje simblico y su verdad, en DOU, A. (ed.),Lenguajes cientfico, mtico y religioso, Biblioteca Fomento Social, Mensajero,Bilbao, 1980, p. 245.

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    6. La biognesis nos lleva consecuentemente a la noognesis oantropognesis.

    Teilhard de Chardin, el paleontlogo que haba intervenidopersonalmente en el descubrimiento y estudio del Sinanthropuspekinensis, al final de su vida saba muy bien qu quera decir cuandoescriba que la biognesis lleva a la noognesis, es decir, a laaparicin del pensamiento o antropognesis. Nos tocara ahoraprofundizar en el pensamiento teilhardiano para la comprensin dela aparicin del hombre. Se ha escrito bastante sobre su Antropologay no soy especialista en el tema; decir una palabra nueva creo quees difcil y nos llevara fuera de las dimensiones de este estudio. Soyconsciente de que el perfil de Teilhard como cientfico, elaborado enesta primera parte viene sesgado por mi propia especialidad. Sinembargo, el pensamiento teilhardiano es tan rico que cualquier ngulode enfoque, de alguna manera, abraza las lneas maestras de suvisin del cosmos y de la vida. Por lo tanto, solamente me detendren unos cuantos momentos claves de su pensamiento sobre lanoognesis antes de entrar en la ltima parte de la poliecuacin quenos dej como testamento: la Cristognesis.

    Segn el mismo Teilhard, hasta una memoria sobre el hombreescrita en 1927, no habl de la noosfera, por simetra con la biosferade Suess, aunque la idea primordial haba sido concebida en elfrente.117

    Porque, en principio, si la Vida ya no es, como poda parecer anterior-mente, una anomala, un accidente, una excepcin, sino que representanicamente la manifestacin, localmente culminante, de la derivafundamental de la Materia, entonces la cantidad nfima de sustanciaorgnica actualmente diseminada a travs de los cielos ya nomenoscaba su calidad. [] Y as adquira pleno significado a misojos el fenmeno hominizador de la Reflexin.118

    117 CM, p. 33.118 Ibidem, pp. 37-38.

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    Sin duda, para Teilhard la reflexin es el punto crtico de lahumanizacin; paso (como mediante un segundo nacimiento) de laVida simple a la Vida al cuadrado.119 Es la aparicin del espritucomo estado superior a la materia. La palabra espritu adquiere paraTeilhard un sentido preciso y concreto.120 Ese espritu que se hacecarne en el hombre, pero la misma noosfera adquiere una dinamicidadque la lleva a superarse a s misma en lo que Teilhard ha llamado elultrahumano,121 el cual tendr su centro en Omega. Aparece enTeilhard, el hombre de ciencia y el hombre de fe, la bsquedaapasionada del rostro de Dios.

    119 Ibidem.120 Sobre el dualismo materia-espritu puede consultarse: RAHNER, K., La unidadde espritu y materia en la comprensin de la fe cristiana, en Teologa y cienciasnaturales, Taurus, Madrid, 1967, pp. 89-137. NEZ DE CASTRO, I., Es posiblesuperar el dualismo materia/espritu? en Pensamiento cientfico y trascendencia,Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 1998, pp. 79-90.121 CM, p. 41. CUNOT, C. define el ultrahumano teilhardiano: estadio evolutivofuturo en el que la humanidad, planetizada y unanimizada, se superar a s mismaen el plano afectivo y reflexivo, concluyendo la unidad de la noosfera ydescubriendo cada vez ms su centro Omega (Nuevo lxico de Teilhard de Chardin,op. cit., p. 298).

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    La ciencia y la bsqueda del rostro de Dios

    Todo ser humano, de alguna manera, ha odo en su interior la mismavoz que oy el salmista: Buscad mi rostro.1 Todos vamosconstruyendo a lo largo de la vida nuestra propia imagen de Dios,aunque tengamos que ir continuamente purificndola. As, nuestraimagen de Dios la forjamos a partir del mundo que nos rodea, puesno tenemos otro punto de partida que nosotros mismos y el universoen el cual estamos inmersos. Dice el Libro de la Sabidura quepor la magnitud y belleza de las criaturas, se descubre por analogaal que les dio el ser.2 La misma idea la encontramos en San Pabloen la Carta a los Romanos: Desde la creacin del mundo, sucondicin invisible, su poder y divinidad eternos, se hacen asequiblesa la razn por las criaturas.3 Esto significa que nuestro mundo entorno y las imgenes representativas que de l tenemos son los quenos evocan ese rostro ansiado de Dios. Ya deca santo Toms deAquino en la Suma contra Gentiles:4 el error acerca de las criaturasredunda en un hablar falsamente sobre Dios y aparta las mentes delos hombres de Dios.

    Juan Pablo II, en un mensaje dirigido al P. George Coyne SJ, conmotivo de la Semana de Estudio celebrada en Castel Gandolfo en el

    II. EL HOMBRE DE FE

    1 Sal 27, 8.2 Sb 13, 5.3 Rm 1, 20.4 Nam error circa criaturas redundat in falsam de Deo sententiam y hominummentes a Deo abducit, TOMS DE AQUINO, Summa contra Gentiles, Liber 2,Cap. 3, N. 6.

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    tercer centenario de la publicacin de los Philosophiae NaturalisPrincipia Mathematica de Isaac Newton, afirma: La ciencia pue-de purificar a la religin de errores y supersticiones; la religin puedepurificar a la ciencia de la idolatra y falsos absolutos.5 Esto quieredecir que un buen conocimiento acerca del mundo que nos rodea,una buena ciencia, puede ayudarnos a purificar nuestra imagen deDios, pues para la bsqueda del rostro de Dios, decamos antes, notenemos otro punto de partida que nuestro mundo y las imgenesque de ese mundo nos vienen dadas por los diferentes paradigmascientficos del momento histrico en el que se desarrolla nuestraexistencia.

    Tambin Teilhard de Chardin, el hijo de la Tierra y el hijo delCielo, el hombre de ciencia y el hombre de fe, como hemos vistoms de una vez en sus ensayos, hace referencia a esa doble filiacin.Intent sinceramente en su vida, en la medida en que le es concedidoal hombre, llegar al corazn de Dios a partir de la nueva imagen delmundo construida desde la ciencia de la primera mitad del siglo XX.Esta nueva imagen del universo era para Teilhard cada vez msevidente la de un mundo en proceso, en evolucin,6 desde las primeraspartculas elementales hasta el mismo ser humano, capaz de llegar aentender en su complejidad ese proceso evolutivo. Sus ensayos, lamayor parte de ellos, inditos durante su vida, no tenan otra finalidadque aclararse a s mismo esa doble filiacin sentida interiormente yvivida apasionadamente.

    La ltima pgina de su diario que, como decamos anteriormente,tiene la fuerza de un testamento, es la sntesis de su trabajo intelectual

    5 JUAN PABLO II, Mensaje de Su Santidad Juan Pablo II al Reverendo GeorgeCoyne, S. J., Director del Observatorio Vaticano en Fsica, Filosofa y Teologa.Una bsqueda en comn. R. J. RUSSELL, W. R. STOEGER, SJ, y G. COYNE, SJ,Compiladores, Libros para todos, S. A. de C. V. y la Universidad Popular Autnomade Puebla (UPAEP), Puebla, Mxico, 2002, p. 25.6 TEILHARD DE CHARDIN, P., Sobre los grados de certeza cientfica de la idea deEvolucin, en Ciencia y Cristo, Taurus Ediciones, Madrid, 1968, pp. 221-225.

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    como geobilogo,7 como le gustaba llamarse, como filsofo malgrlui y como telogo por imperativo interior de ese hijo del Cielo. Estafue la gran preocupacin de Teilhard que no cambi en lo fundamentala lo largo de su vida: construir una sntesis personal para llevar claridada s mismo y a sus ntimos.8 En una carta que dirigi a EmmanuelMounier en ocasin de los dilogos que ste diriga en Chtenay, alos que Pierre Teilhard de Chardin no pudo asistir, escriba:

    Cuando se habla de una teologa de la Ciencia moderna, esto noquiere decir que la Ciencia pueda determinar por s sola una figura deDios y una religin. Significa, si no me equivoco, que, dado undeterminado desarrollo de la Ciencia, ciertas representaciones de Diosy ciertas formas de adoracin quedan excluidas porque no sonhomogneas con las dimensiones espirituales del Universo. []Porque de lo contrario, sera imposible realizar una verdadera unidadespiritual, lo cual constituye la experiencia ms legtima, ms imperiosay ms definitiva del Hombre de hoy y del Hombre del maana.9

    Ms adelante explica Teilhard cules son, a su juicio, las lneas defuerza del nuevo macroparadigma10 en nuestra concepcin de latrama del universo:

    1. Organicidad en el tiempo y en espacio. Vivimos en un mundoen devenir en el cual todo acontecimiento es coextensivo a la

    7 Geobiologa: Ciencia nueva que integra en un todo geosfera y biosfera, de suerteque la capa viviente, que constituye ya un todo, se encuentra, a su vez, ligada a laevolucin fsico-qumica de la Tierra (CUNOT, C., Nuevo lxico de Teilhard deChardin, op. cit., p. 141).8 La historia de mi vida interior es la historia de esta bsqueda orientada haciarealidades cada vez mas universales y perfectas. En el fondo mi tendencia naturalha permanecido absolutamente firme desde que me conozco (TEILHARD DECHARDIN, P., El corazn de la materia, op. cit., p. 18; cita de Teilhard de suensayo: Mon Universe, escrito en 1917, en plena guerra).9 TEILHARD DE CHARDIN, P., Carta a E. Mounier, en Ciencia y Cristo, op. cit.,pp. 253-255.10 Utilizamos la nomenclatura sugerida por KNG, H., en Una Teologa para unnuevo milenio, Fundacin ecumnica, Crculo de Lectores, Barcelona, 1991, p. 167.

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    totalidad de un espacio-tiempo. Toda nuestra experiencia, aunqueest vinculada en un segmento histrico concreto, resulta inmersaen este continuo espacio-temporal.

    2. Atomicidad del Universo. Es la propiedad que tiene nuestra realidadde estar compuesta por granos elementales que se pueden concretaren las partculas elementales que, creciendo en agregacionescomplejas, nos llevarn al tomo, las molculas compuestas detomos, las macromolculas, las primitivas clulas procariotes, lasclulas eucariotes, los agregados celulares o tejidos, los rganos,los organismos individuales, las sociedades de plantas, las coloniasde animales, el ser humano y los conglomerados sociales, adivinandoen lontananza ese ultrahumano colectivo teilhardiano. (En la primeraparte del ensayo hemos expuesto cmo el mismo Teilhard deChardin solucion con su reflexin sobre la vida este segundo punto.)

    3. Funcin primordial de la ordenacin y organizacin expresadapara Teilhard en la ley de complejidad-conciencia. Toda realidad,por muy elemental que sea, posee un dentro al que Teilhardllam conciencia, creciente en el proceso evolutivo del cosmos,segn un eje de complejidades.

    La Ciencia de nuestro tiempo proporciona estos tres parmetroscomo las lneas conductoras de su macroparadigma. A juicio deTeilhard estos tres parmetros deben respetarse en la profundizacinintelectual de los grandes temas de la Teologa: la Creacin, laEncarnacin, la Redencin11 y la Salvacin. Transcurra el ao 1947cuando Teilhard escriba estas reflexiones a E. Mounier. Era aquelun momento delicado en su vida. Recientemente haba terminado laSegunda Guerra Mundial; desde 1939 a 1946 Pierre haba

    11 De ah el inters de Teilhard desde los aos de su juventud intelectual porclarificar la comprensin del pecado original dentro de una concepcin evolutiva.TEILHARD DE CHARDIN, P., Nota sobre algunas representaciones histricasposibles del Pecado Original, 1922 en Como yo creo, op. cit., pp. 53-63, yReflexiones sobre el Pecado Original, ibidem, pp. 207-218. Puede consultarsetambin a DE LUBAC, H., op. cit., 1967.

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    permanecido retenido en China. De vuelta en Pars, 1947 fue para lun ao de intensa actividad dando conferencias en Francia. Al finalde la carta a E. Mounier, Teilhard le confiesa: haga lo que le gustecon estas reflexiones, pero no las imprima. En octubre de 1948 elPadre Teilhard de Chardin viaj a Roma para gestionar ante el PadreGeneral de la Compaa de Jess, P. Janssens, la aprobacin de suobra El fenmeno humano y su candidatura a una ctedra delColegio de Francia. Su viaje termin dolorosamente fallido no se ledio el permiso de publicacin y se le prohibi aceptar la ctedra yfue el punto de partida de un segundo, podemos llamarlo as,destierro de Francia por obediencia religiosa. En sus cartas deviaje dice Teilhard a Abb Breuil: He tenido con las autoridadesvarias conversaciones en un clima de confianza y amistad.12

    Estas reflexiones que Teilhard envi a E. Mounier pueden servirnosa nosotros para llegar a comprender la mente de Teilhard y culeseran sus imgenes de Dios, de la Creacin y de la Salvacinescatolgica en Cristo o Cristognesis, ltimo trmino de lapoliecuacin antes referida,13 que Teilhard nos dej como testamento.

    El Dios de la evolucin: Dios evolutivo y evolucionador

    Para Teilhard de Chardin la imagen de Dios, que sustentaba suprofunda fe, no poda ser otra que la del Dios de la evolucin. Imagenque tendr para l dos vertientes: la del Dios evolucionador, Principioanimante de todo el devenir del cosmos, y la del Dios evolutivo, Diosque se va transformando de alguna manera al crear.

    12 JUAN BAUTISTA JANSSENS, Prepsito General de la Compaa de Jess. VerDiccionario Histrico de la Compaa de Jess. Biogrfico-Temtico, InstitutumHistoricum Societatis Iesu, Roma, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2001,Tomo II, p. 1693.13 Bien aplicado, este principio fundamental, de que en todos los terrenos (Creacin,Redencin, Revelacin, Santificacin) Dios slo acta evolutivamente, esteprincipio, digo, me parece necesario y suficiente para modernizar y hacer volvera empezar al Cristianismo del todo (nota al pie de pgina en Introduccin a lavida cristiana, en TEILHARD DE CHARDIN, P. Como yo creo, op. .cit., p. 176).

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    El da 25 de octubre (fiesta de Cristo Rey) del ao 1953 regresabaTeilhard desde Rodesia del Sur, a donde haba ido a visitar losyacimientos de los australopitecos; la vuelta a Nueva York la hizopor Ro de Janeiro y Trinidad.14 Iluminado por la luz ecuatorial escribiunas pginas sobre El Dios de la evolucin.15 Teilhard seencontraba preocupado porque el cristianismo, a pesar de una ciertarenovacin de su influencia sobre los medios conservadores (o un-developed) del mundo, se halla decididamente a punto de perder anuestros ojos su prestigio y su atractivo sobre la fraccin msinfluyente y progresiva de la Humanidad.16 En otros escritos previosPierre haba mostrado la misma inquietud que, como decamos antes,acompa toda su vida al hombre de Ciencia y al hombre de Fe:

    Indudablemente, por alguna razn, hay algo que no marcha ennuestro tiempo entre el hombre y Dios, tal como Dios se le presentaal Hombre hoy. Todo acontece hoy da como si el Hombre no tuvieraexactamente ante s la figura del Dios que desea adorar De aqu, enconjunto (y a pesar de ciertos sntomas decisivos de renacimiento,pero todava subterrneos), esta impresin obsesionante, por todaspartes en torno a nosotros, de un atesmo que asciendeirresistiblemente, o todava ms especficamente, de unadescristianizacin ascendente que no se puede resistir.17

    A esta preocupacin Teilhard responde con una gran intuicin, ycomo de costumbre en sus escritos la intuicin es presentida,sugerente, pero no terminada como construccin intelectual definitivay sistemtica. Teilhard, una vez ms, recorre el camino desde ununiverso en evolucin (Cosmognesis), desde lo ms elemental:corpsculos relativamente simples y todava (al menos en apariencia)

    14 MORTIER, J. M. y AUBOUX, M. L., Pierre Teilhard de Chardin. Imgenes yPalabras, op. cit., p. 221.15 TEILHARD DE CHARDIN, P., Como yo creo, op. cit., pp. 263-270.16 Ibidem, p. 263.17 TEILHARD DE CHARDIN, P., El corazn del problema, en El porvenir delhombre, Taurus, Madrid, p. 319.

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    inconscientes,18 lo que llamara Previda, hasta la emergencia de lavida y de los seres conscientes, que se convierten cada da un pocoms conscientes, por efecto de la correflexin.19 Esta evolucinque tiene un vrtice de unificacin al trmino superior de la agitacincsmica acaba objetivamente de proporcionar a las aspiracioneshumanas (por primera vez en el curso de la historia) una direccin yun fin absolutos.20 El jesuita se cuestiona: si para Dios sera lomismo crear instantneamente, como se haba credo hasta entoncesapoyados en una mentalidad fijista,21 o crear evolutivamente, es decir,hacer que vayan apareciendo evolutivamente los seres tantoinanimados como animados que pueblan el universo. Con respecto ala pregunta, sin querer entrar en la polmica de qu significa creacininstantnea, puesto que sospechaba que en esta asociacin depalabras haba una contradiccin ontolgica latente, Teilhard deChardin responde de la siguiente manera:

    Mientras que, en el caso de un Mundo esttico, el Creador (causaeficiente) sigue hallndose, sea como sea, estructuralmentedesprendido de su obra y, por tanto, sin fundamento definible parasu inmanencia, en el caso de un Mundo de naturaleza evolutiva, porel contrario, Dios ya no es concebible (ni estructural, nidinmicamente) ms que en la medida en que, como una especie decausa formal coincida (sin confundirse) con el Centro deconvergencia de la Cosmognesis.22

    18 TEILHARD DE CHARDIN, P., El Dios de la Evolucin, en Como yo creo, op.cit., p. 264.19 Ibidem, p. 265.20 Ibidem.21 La hiptesis fijista es rechazada de pleno por TEILHARD. A decir verdad, hacems de cien aos que los naturalistas han comenzado a ver la movilidad de la vida.Hace ya un siglo que Lamarck primero y Darwin despus (por no citar sino dosnombres representativos de un movimiento de pensar) se dieron cuenta de que losengarces, las clases, las familias, los gneros, las especies de clasificaciones linealesdesignaban en su distribucin no un sistema fijo, sino el trazo de una evolucin enla naturaleza (TEILHARD DE CHARDIN, P., Los movimientos de la vida en VP,p. 191).22 El Dios de la evolucin en Como yo creo, op. cit., p. 266.

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    Segn Teilhard, en los modelos de Dios23 desde Aristteles,construidos sobre el tipo de un motor extrnseco, la accin de Dioses concebida actuando a partir de los orgenes (a retro). Sinembargo, a partir de la conciencia del sentido evolutivo del universoen su totalidad, ya no es posible concebir, ni adorar otra cosa que unDios que nos atrae hacia delante (ab ante).24 Las palabras deTeilhard tienen en este momento la fuerza desgarrada de un profundolamento Quin ser en definitiva el que d su Dios a laevolucin?25

    Pierre Teilhard de Chardin intent durante toda su vida y trabajointelectual responder a esta pregunta, es decir, hablarnos de Dios entrminos comprensivos para el hombre moderno y lo hizofundamentalmente desde su oracin personal, partiendo siempre dela experiencia de la presencia del Dios Vivo en s mismo. Una vezms se revela el profundo hijo del Cielo, que era este hijo de laTierra. En el anverso y el reverso de una estampa con la imagen deCristo, hallada en su mesa de trabajo despus de su muerte, seencontraba una oracin que l llam Mis letanas, en la quepodemos leer estas invocaciones:

    El Dios de la EvolucinLo Crstico, lo transcrsticoJess: Corazn del Mundo: esencia y motor de la Evolucin.26

    23 Cuando hablamos de los modelos de Dios nos referimos a modelos que no sonsemejantes a los modelos que construye la ciencia para tratar sistemas o procesosmuy alejados de nuestra percepcin directa, como podra ser el modelo atmico-molecular para entender la materia, o el modelo de fluido para manejar la electricidad.Cuando hablamos de modelos de Dios nos referimos a las representacionesimaginativas que van siempre ligadas a nuestras concepciones teolgicas. Puedeverse: NEZ DE CASTRO, I., El rostro de Dios en la era de la Biologa, Sal Terrae,Santander, 1996. Vase tambin: MC-FAGUE, S., Modelos de Dios. Teologa parauna era ecolgica y nuclear, Sal Terrae, Santander, 1987.24 El Dios de la Evolucin, en Como yo creo, op. cit., p. 266.25 Ibidem.26 TEILHARD DE CHARDIN, P., Mis Letanas, en Como yo creo, p. 271-272.

  • 49Teilhard de Chardin:...

    Esta imagen de El Dios de la evolucin que l nos quiso transmitires fruto de una profunda experiencia religiosa, vivida desde lajuventud. A Teilhard de Chardin le gustaba hablar del Dios de laCosmognesis, puesto que el Dios de un Universo esttico,considerado como transcendente al Mundo, el Dios hacia arriba, esel modelo, segn Teilhard, en el que encajara el Dios de la tradicinbblica o el Dios del Islam. Sin embargo, para el jesuita esta imagende Dios no excluye el modelo del Dios hacia delante, principioanimador y consumador del proceso evolutivo, un modelo de Diosmucho ms comprensivo para el hombre de hoy.

    Un Dios de lo hacia delante, aparecido de pronto transversalmenterespecto del Dios tradicional del hacia arriba de tal suerte que, enlo sucesivo, a menos de superponer las dos imgenes en una sola,ya no podramos jams adorar plenamente Una Fe nueva en la quese integran la Fe ascensional hacia un Trascendente y la Fe propulsorahacia un Inmanente; una Caridad nueva en la que se combinan,divinizndose, todas las pasiones motrices de la Tierra: es, lo veoahora y para siempre, lo que, so pena de extinguirse, el mundo esperaansiosamente en este momento.27

    Este Dios de lo hacia delante no puede quedar encerrado en elUniverso. De este nuevo Dios evolucionador [], dice Teilhard,hay que mantener a todo precio, por supuesto, y en primer lugar(con necesidad csmica), la trascendencia primordial.28 El Dios dela Cosmognesis, es no solamente Dios del cosmos, es decir, unCreador de tipo eficiente, sino tambin un Creador de tipo animante.Solamente un Dios as, repite Teilhard, puede satisfacer y saciarnuestra capacidad de adoracin,29 puesto que esto es lo que, so penade desfallecer, espera en este momento desesperadamente el mundo.

    27 CM, p. 57.28 TEILHARD DE CHARDIN, P., La Activacin de la Energa, citado por CLAUDECUNOT, Nuevo lxico de Teilhard de Chardin, Taurus Ediciones, Madrid, 1970,p. 101.29 CM, p. 57. Hasta aqu, un Dios del Cosmos (o sea un Creador de tipo eficiente)haba bastado aparentemente para llenar nuestro corazn y satisfacer nuestro