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Mayo 2008 Núm. 167
AVANCES Cuaderno de Trabajo
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Coordinación de Investigación y Posgrado del Instituto
de Ciencias Sociales y Administración
Análisis económico del mercado de
auditoría en el marco de la economía
industrial
Juan Alfonso Toscano Moctezuma
Comité Editorial de Avances
Dra. Martha Patricia Barraza de Anda
Dra. Consuelo Pequeño Rodríguez Dra. Alba Yadira Corral Avitia
Mtra. Carmen Gabriela Lara Godina Mtro. Gerardo Sandoval Montes
Dra. Magali Velasco Vargas Dra. Sonia Bass Zavala
Dr. Ricardo Almeida Uranga Mtra. Carmen Álvarez González Mtra. Ma. Elena Vidaña Gaytán
Mtro. Oscar Dena Romero Mtra. Katya Butrón Yáñez
Directorio
Jorge Mario Quintana Silveyra Rector
David Ramírez Perea
Secretario General
Martha Patricia Barraza de Anda Coordinadora General de Investigación y Posgrado
Francisco Javier Sánchez Carlos
Director del Instituto de Ciencias Sociales y Administración
Consuelo Pequeño Rodríguez
Coordinadora de Investigación y Posgrado del ICSA
Universidad Autónoma de Ciudad JuárezInstituto de Ciencias Sociales y Administración
H. Colegio Militar # 3775Zona Chamizal
C.P. 32310Ciudad Juárez, Chihuahua, México
Tels. 688-38-56 y 688-38-57Fax: 688-38-57
Correo: [email protected]@uacj.mx
A v a n c e s
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Análisis económico del mercado de servicios de auditoría en el marco de la economía industrial
Resumen
El paradigma estructuralista, validado por la economía industrial sostiene que la
estructura del mercado es una determinante causal de la conducta del mercado y por lo
tanto de la actuación económica. En éste artículo presento los resultados de un análisis
económico del mercado de auditoría en el marco de la economía industrial. Para ello, he
utilizado los fundamentos doctrinales de la teoría económica de los mercados, que es la
parte de la economía industrial destinada a analizar la composición y funcionamiento de
los distintos agentes dentro de un mercado concreto. Los resultados del presente análisis
me permiten concluir que la trilogía metodológica propuesta por el profesor Edward
Mason en 1938 conocida como el paradigma estructuralista, se adapta adecuadamente
al estudio del mercado de servicios de auditoría, ya que al trasladar los fundamentos de
éste paradigma estructuralista al estudio del mercado de auditoría, no solo se estará en
posibilidad de conocer su estructura de funcionamiento y el tipo de competencia
existente, sino que además se podrán explicar las razones de los comportamientos tanto
de las empresas auditadas como de las empresas auditoras oferentes en el mercado de
servicios de auditoría.
Palabras clave: Paradigma estructuralista, mercado de servicios de auditoría, poder de
mercado, concentración económica.
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Introducción
La literatura contable internacional plantea el análisis del mercado de servicios de
auditoría basándose en los principios doctrinales establecidos por la economía industrial
para analizar el comportamiento de los mercados, conocido como el paradigma
estructuralista (estructura-comportamiento-resultados).
Concretamente la rama de la economía industrial analiza la estructura y funcionamiento
de los mercados a partir del comportamiento de las empresas, consideradas como
unidades que componen los mercados. La finalidad de este análisis es en última
instancia, determinar el grado de eficiencia alcanzado por los diferentes tipos de
mercados (Bueno y Morcillo, 1993: 101-121).
Durante las últimas cuatro décadas ha podido apreciarse un gran interés por el análisis
de la composición del mercado en el que los auditores prestan sus servicios, así como su
estructura de funcionamiento y el tipo de competencia existente en ese mercado de
auditoría, en particular desde que el artículo pionero de Zeff y Fossum (1967: 298-320)
evidenció empíricamente sobre la existencia de una elevada concentración del mercado
de auditoría en poder de unas pocas firmas auditoras conocidas como las grandes firmas
internacionales. A partir de entonces, los investigadores contables con el propósito de
analizar el comportamiento del mercado de auditoría han venido utilizando las teorías de
la rama de la microeconomía denominada economía industrial, y más concretamente
desde el enfoque conocido como el paradigma estructuralista, bajo el cual el grado de
competencia efectiva entre los oferentes depende de la estructura del mercado
(Eichenseher y Danos, 1981: 479-492). El trabajo de investigación que presento en éste
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artículo ha tenido como objetivo fundamental el hacer un breve análisis económico del
mercado de auditoría en el marco de la economía industrial. Concretamente se ha
analizado el estudio del mercado de auditoría con base en los principios teóricos del
paradigma estructuralista validado por la economía industrial. El método de análisis
seguido para el desarrollo del presente estudio tiene un fuerte componente teórico,
mediante el cual argumento los planteamientos de la doctrina. Por tanto, este trabajo de
investigación se sustenta en la consulta y análisis de varios libros de texto relacionados
con el estudio de los principios fundamentales de la economía industrial, conjuntamente
con la revisión de la literatura contable internacional que recoge diversos artículos
relacionados con el estudio del mercado de auditoría en el marco de la economía
industrial.
Tras esta breve introducción y para conseguir el objetivo fundamental expuesto,
utilizando el método de análisis señalado, la estructura que sigue este artículo es la
siguiente. En un principio, hago una reseña histórica sobre los antecedentes y evolución
de la economía industrial. A continuación, efectúo un análisis sobre el debate conceptual
del paradigma estructuralista (estructura-comportamiento-resultados), surgido a raíz de
esta matriz metodológica propuesta por el profesor Edward Mason en 1939. Enseguida,
presento un análisis acerca del paradigma estructuralista adaptado al mercado de
servicios de auditoría. Después, hago un análisis sobre la relación entre el poder de
mercado y la concentración económica en el ámbito del mercado de servicios de
auditoría y por último, presento las conclusiones de éste trabajo de investigación.
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Antecedentes y evolución de la economía industrial
Para conocer sobre lo que se entiende por economía industrial, a continuación les
presento un breve análisis de sus antecedentes y evolución. Los años treinta del siglo
veinte marcan el origen de la economía industrial (Webb y Allan, 1982: 1), tal y como fue
concebida por Edward Mason profesor en Harvard, aunque es menester señalar que el
consenso de los investigadores coinciden en señalar al economista británico Alfred
Marshall, como el primero en contribuir al progreso de la economía industrial en el mundo
anglosajón (Chevalier, 1979: 10). En efecto, el británico Marshall viajó a Estados Unidos
en 1875 para investigar el sistema proteccionista fundamentado en los aranceles, como
resultado de lo cual a su regreso a Europa publica en 1879 en Londres la obra
Economics of Industry en la cual por primera vez se introduce la expresión Industrial
Organization y se analizan los riesgos en los que pueden incurrir empresas que actúan
en mercados imperfectos (Bueno y Morcillo, 1993: XIII).
Fue a principios de los años treinta, tras las publicaciones de las obras de Joan Robinson
y de Edward Chamberlin en 1933, que la teoría económica va a registrar un apreciable
avance, ya que son los primeros en abordar el modelo de competencia imperfecta y su
desarrollo permite mejorar los análisis llevados a cabo en el marco de la economía
industrial ( Bueno y Morcillo, 1993: XIV). Con la obra titulada The Economics of Imperfect
Competition publicada en Londres 1933, Joan Robinson intenta establecer que toda la
industria se encuentra monopolizada. Por su parte Edward Chamberlin con su obra
titulada The Theory of Monopolistic Competition publicada en Cambridge 1933, después
de analizar las estructuras de mercado conocidas como competencia perfecta y el
monopolio puro, concluye que éstas no explican satisfactoriamente la realidad del
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funcionamiento de los mercados industriales, por lo que aporta una nueva estructura a la
que denomina competencia monopolística (Clarke, 1993: 18). Este modelo de
competencia monopolística se caracteriza por la presencia de muchas empresas que
venden productos diferenciados debido a que cada empresa participante en el mercado
ofrece un producto diferente al propuesto por los competidores (Hay y Morris 1979: 7).
Adolf Berle y Gardiner Means publican en New York su obra titulada The Modern
Corporation and Private Proverty, considerada por muchos economistas como clave y
fundamental en la evolución de la economía industrial. La principal aportación de ésta
obra, es el análisis de la paulatina separación entre la propiedad del capital y el control
de la actividad de la empresa como resultado de lo cual el poder y las responsabilidades
de los directivos o gerentes crecerían sin cesar en detrimento de los propietarios o
accionistas (Bueno y Morcillo, 1993: XIV). A raíz de las publicaciones de Berle y Means
1932, Robinson 1933 y Chamberlin 1933, es que la evolución de la economía industrial
se vincula a las enseñanzas del profesor en Harvard Edward Mason quien en le otorga a
la economía industrial sus cartas de nobleza al considerarla como campo delimitado y
especifico del análisis económico y fijando las reglas metodológicas de esta disciplina a
finales de la década de los treinta (Bueno y Morcillo, 1993; pág. XV).
Edward Mason, por principio de cuentas, rechaza el modelo de competencia pura y
perfecta por considerarlo inútil como instrumento de análisis industrial, al aceptar que las
grandes empresas cuentan para sus políticas de precios con cierto margen y el cual lo
pueden manejar a su conveniencia con determinadas prácticas. Así, Edward Mason
propone iniciar el análisis en el estudio de la estructura que presentan los mercados
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para, a partir de ella, derivar los comportamientos y estrategias de las empresas, desde
los cuales se comprenderán los resultados obtenidos por las mismas. Esta matriz
metodológica estructura-comportamiento-resultados, resultará a partir de entonces
hegemónica en el campo del análisis industrial (Cabral, 1997: 11).
Como conclusión sobre los antecedentes y evolución de la economía industrial puedo
destacar lo siguiente: Generalmente, es a Alfred Marshall a quien se le atribuye la
paternidad de la economía industrial. Esta se desarrolla a continuación en los Estados
Unidos, antes y después de la Segunda Guerra Mundial (1890-1930) y es, finalmente, en
los años treinta, que la escuela del profesor Edward Mason, en Harvard, la que le da su
forma contemporánea.
El debate conceptual del paradigma estructuralista
La posición de rechazo por parte de Edward Mason a finales de los años treinta con
respecto a la inutilidad del modelo de competencia pura y perfecta como instrumento de
análisis industrial, provoca de inmediato el contra-rechazo por parte de los liberales de la
escuela de Chicago representada por Stigler, Friedman y sus discípulos. Estos liberales
defensores tradicionales de las mas anticuadas teorías convencionales atacan al
profesor Edward Mason respecto de su propuesta metodológica, afirmando que no es la
estructura del mercado sino las fuerzas competitivas las que pueden determinar el
comportamiento de la empresa, ya ninguna empresa cuenta con un poder económico tan
grande que le permita imponer un modelo de comportamiento al mercado, a menos que
el gobierno federal con su poder monopólico sea el que intervenga a favor de una
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empresa o que a través de regulaciones extremas detenga el buen funcionamiento de las
fuerzas competitivas del mercado (Chevalier,1979: 14).
Este enfrentamiento del profesor Edward Mason con los representantes de la escuela de
Chicago no le impide establecer con certeza su pensamiento metodológico por lo cual en
1938 en el seno de la American Economic Association, propone el inicio del estudio
sobre la estructura que presentan los mercados, para luego con base en dicho estudio,
derivar los comportamientos de las empresas, a partir de los cuales se observaran sus
resultados obtenidos.
Tras el estudio de la línea de análisis propuesta por Edward Mason surge la famosa
trilogía metodológica conocida como el paradigma estructuralista (estructura-
comportamiento-resultados) que se convertirá en los años siguientes como tema de
estudio obligatorio para los investigadores dentro del campo de la economía industrial
(Clarkson y Miller, 1982: 4).
Entre los autores que más fielmente asumieron la metodología propuesta por el profesor
Edward Mason destacan J. S. Bain y G. C. Means nombrados en ese entonces como
estructuralistas debido a su mayor interés sobre las estructuras que sobre los
comportamientos. G. C. Means en 1939, resalta la importancia del entorno general
(variables exógenas) en el que opera la empresa porque condiciona la estructura de
mercado y esta a su vez determina los comportamientos. Por su parte, J. S. Bain en
1959, primero define con exactitud el contenido de la trilogía metodológica propuesta por
Edward Mason, restando importancia a los comportamientos de las empresas y
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estableciendo relaciones causales entre la estructura y los resultados, para luego dejar el
estudio del mercado de la empresa y enfocarse de lleno en el mercado de la industria a
la que define al igual que Edward Mason, como un conjunto de empresas con productos
y procesos de producción similares, aportando luego el concepto de barreras de entrada,
aspecto fundamental desde entonces en el análisis de realidades industriales (Chevalier,
1979: 13-18).
Unos cuantos años mas tarde, Frederic M. Scherer al contrario del economista J. S. Bain,
otorga una mayor importancia a la relación comportamiento-resultados que a la relación
estructura-resultado. Así, Frederic M. Scherer en su obra titulada Market Structure and
Economic Performance (Chicago,1970) conceptualiza en un esquema la propuesta
metodológica de Edward Mason, sobre el cual detalla los diversos componentes de cada
uno de los elementos (condiciones de base, estructura, comportamientos y resultados)
así como las relaciones causales entre estos elementos, incorporando, además,
relaciones de retroalimentación (Douglas,1980: 11-13). Asimismo, Frederic M. Scherer
sugiere que su esquema propuesto sea utilizado como una guía de análisis de la realidad
y como un instrumento para fines didácticos, que se ha convertido desde entonces, en el
más significativo análisis teórico que destaca el papel central de las conductas
empresariales para comprender los resultados de las firmas, además de ser el
sistematizador y principal divulgador del esquema metodológico propuesto por el
profesor Edward Mason.
No obstante y como se señala en el libro Economie Industrielle (París, 1976) del francés
Yves Morvan, pionero en el estudio de esta disciplina a nivel europeo, el esquema de
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Frederic M. Scherer es iterativo y no unívoco, ya que los investigadores saben muy bien
que la vida industrial es mas compleja de lo que intentaría hacer creer este modelo,
particularmente a causa de los efectos de feedback. A continuación presentamos en el
Cuadro 1., el esquema sugerido por Frederic M. Scherer, como sigue:
Cuadro 1.
El modelo de análisis de la Economía Industrial1
CONDICIONES DE BASE
OFERTA Materias primas Tecnología Duración de la vida de los productos Relación valor/peso Reglas de la profesión Condiciones sindicales
DEMANDA Elasticidad precio Tasa de crecimiento Posibilidades de sustitución Condiciones de comercialización Métodos de compra Características cíclicas o estacionales
ESTRUCTURA DE LOS MERCADOS
Numero de vendedores y de compradores Diferenciación de los productos Barreras de entrada Estructura de costes Integración vertical Estructura conglomerada
COMPORTAMIENTOS
Política de precios Política de producción Política de investigación y desarrollo Publicidad Medios jurídicos
RESULTADOS
Eficacia en: • la producción • la asignación de recursos • el progreso técnico • el empleo
Si se observa el esquema de Frederic M. Scherer presentado en el Cuadro 1., se puede
deducir que los resultados de una empresa o industria, son el reflejo de su eficacia ó
1 Sherer, F. M. (1973): Industrial Market Structure and Economic Performance
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ineficacia para atender a las demandas exigidas por el interés publico de sus bienes y
servicios. Según Frederic M. Scherer, para que una empresa sea eficaz debe de cumplir
con al menos cuatro aspectos fundamentales: 1) La producción: los bienes y servicios
deben ser adaptados cualitativamente y cuantitativamente a las necesidades de los
consumidores.
2) La asignación de recursos: la actividad productiva debe asegurar la distribución de las
ganancias mas equitativa posible. 3) El progreso técnico: los productores deben utilizar
al máximo el progreso técnico para aumentar la productividad y contribuir al máximo
posible el aumento de las ganancias per cápita. 4) El empleo: La producción debe
asegurar un volumen de empleo lo mas cercano posible al pleno empleo.
Siguiendo con el análisis del esquema de Frederic M. Scherer presentado en el cuadro 1,
éstos resultados dependen fundamentalmente de los comportamientos que la empresa o
industria lleve a cabo en lo que se refiere a temas como; política de precios, política de
producción, política de investigación y desarrollo, publicidad y medios jurídicos. A su vez
observamos que los comportamientos de la empresa o industria conforme al esquema
sugerido por Frederic M. Scherer, se encuentran determinados por la estructura de los
mercados, observando además que dichos comportamientos también pueden actuar
sobre la estructura o incluso modificar algunas condiciones de base todo ello debido a las
relaciones de retroalimentación (feedback).
Finalmente con respecto al modelo de análisis de la Economía Industrial aportado por F.
M. Sherer según el cuadro 1, cabe destacar los dos enfoques con que se le interpreta:
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Por una parte se encuentra el enfoque apoyado por los economistas conocidos como
estructuralistas debido a que prefieren dar prioridad a la variable estructura por encima
de los comportamientos resaltando las relaciones de causa-efecto existentes entre
estructura y resultados. El otro enfoque por contrario, concede mayor importancia a la
variable comportamientos destacando la relación existente entre los comportamientos y
los resultados en lugar de la estructura y los resultados.
Por todo ello y a manera de conclusión sobre el debate conceptual del paradigma
estructuralista, considero importante señalar que Frederic M. Sherer en mi opinión, será
el más significativo teórico que resalta el papel central de las conductas empresariales
para comprender los resultados de las empresas. Asimismo, Frederic M. Sherer será el
sistematizador y principal divulgador de la trilogía metodológica propuesta por Edward
Mason. De hecho, su obra Industrial Market Structure and Economic Performance
(1973), está considerada como el primer manual de Economía Industrial, cuyo modelo de
análisis fue esquematizado en el cuadro 1 anterior.2
El paradigma estructuralista adaptado al mercado de auditoría
El estudio del mercado de servicios de auditoría dentro de la investigación contable, se
fundamenta en los principios doctrinales establecidos por la economía industrial para
analizar el comportamiento de los mercados conocido como el paradigma estructuralista
o estructura-comportamientos-resultados y el cual proporciona a la investigación contable
2 Sobre estos antecedentes y evolución de la Economía Industrial se pueden consultar los siguientes libros: Jacquemin, A. (1982): Economía Industrial. Hispano-Europea. Barcelona. Morvan, Y. (1976): Economic industrielle. PUF. París. Chevalier, J. M. (1979): La economía industrial en cuestión. H. Blume. Madrid. Jacquemin, A. (1989): La nueva organización industrial. Vicens Vives. Barcelona. Morvan, A. (1990): Fondements d’economie industrielle. PUF. París.
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un marco conceptual para el análisis del mercado de auditoría y su naturaleza
competitiva (Beattie y Fearnley, 1994: 304). En su formulación tradicional, éste
paradigma estructuralista sostiene que la estructura del mercado es una determinante
causal del comportamiento de las empresas que compiten en dicho mercado y por lo
tanto de los resultados económicos (Clarke, 1993: 14-16).
En esta misma línea, los estudios que analizan el comportamiento de un mercado
particular, insisten en la gran dificultad que supone llevar a cabo investigaciones de esta
naturaleza, debido al importante número de variables y factores que inciden sobre el
comportamiento de las empresas que operan en el mercado. Ello ha propiciado que la
teoría económica de mercados, concretamente la rama de economía industrial, haya
establecido un marco analítico conocido como paradigma estructuralista, que permite
ofrecernos una aproximación a dichos mercados (García, Ruíz y Vico, 1998: 49).
Así entonces, este paradigma estructuralista se fundamenta en el análisis de las
relaciones existentes entre la estructura, los comportamientos y los resultados, por lo
cual, la competición eficaz depende de la estructura del mercado, requiriendo un grado
razonable de igualdad entre competidores y un suficiente número de competidores para
prevenir una colusión significativa, aunque también se considera, que los resultados del
mercado se encuentran en función del tipo de competencia existente en el mismo
(perfecta, imperfecta, oligopolio, monopolio, etcétera), ya que esta a su vez, se encuentra
estrechamente relacionada con la estructura del mercado y en particular con el nivel de
concentración del mismo (Bueno y Morcillo, 1993: 167-169).
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Cuadro 2
El paradigma estructuralista
ESTRUCTURA
- Poder de mercado de oferentes y clientes - Competidores potenciales - Productos similares
COMPORTAMIENTO
- Política de precios - Actitudes hacia la competencia
RESULTADOS
- Progreso - Márgenes - Eficiencia
Según el razonamiento esgrimido en el paradigma estructuralista y lo observado en el
cuadro 2, se asume que el éxito de una empresa, está condicionado por las
características de la industria y por el comportamiento de las empresas que operan en
ella. La estructura entendida ésta como la intensidad de la competencia existente en la
industria, resulta de esta forma, muy relevante de cara a una adecuada interpretación de
la concentración existente. Según M. E. Porter (1985), la intensidad de la competencia
viene explicada por cinco factores: el poder de los oferentes, el poder de los clientes, los
competidores potenciales, los productos similares y la capacidad de la industria para
guiar la competencia. Estos factores delimitan el comportamiento de las empresas
participantes en la industria, a través de su política de precios y su actitud hacia la
competencia. Todo ello, conducirá a lo que entra de lleno en el resultado, por medio del
cual se analiza la eficiencia del mercado.
En suma, si traslado los fundamentos doctrinales del paradigma estructuralista al estudio
del mercado de auditoría, puedo suponer que si analizo su estructura y en concreto su
nivel de concentración, no solo estaré en posibilidad de conocer su estructura de
funcionamiento y el tipo de competencia existente, sino que además podré explicar las
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razones de los comportamientos tanto de las firmas auditoras como de las empresas
auditadas.
El poder de mercado y la concentración económica
Los estudios que analizan el comportamiento de los mercados imperfectos, han puesto
en evidencia la complejidad de su funcionamiento por la razón de que la naturaleza de su
competencia es imperfecta, entendiendo por tal, que su estructura competitiva se
encuentra intermedia entre la competencia perfecta y el monopolio. Esta complejidad del
funcionamiento real de los mercados imperfectos ha llevado a los investigadores a
considerar que para conocer la naturaleza competitiva de los mercados imperfectos no
es suficiente con exponer a estudio el número de oferentes y las características propias
del producto, sino que además se hace necesario utilizar una serie de variables que
resuman su naturaleza competitiva, permitiendo entonces su contrastación empírica, y
posibilitando la calificación de la naturaleza de la competencia que tiene lugar en un
mercado en particular (Bueno y Morcillo, 1993: 55-60).
Sin duda, una de las variables con mayor contenido informativo sobre la naturaleza de la
competencia en un mercado, es el concepto de poder de mercado. En economía
industrial, el poder de mercado se define como la capacidad que tienen determinadas
empresas para modificar las condiciones del mercado a su favor en un horizonte de
tiempo no preciso, subrayando además que cuando este tipo de empresas controla una
cuota de mercado lo suficientemente alta como para poder manipular la conducta de sus
competidores, se dice que la competencia es imperfecta debido a que la misma ha sido
alterada. Estas condiciones que ciertas empresas imponen a su favor al mercado se ven
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reflejadas en precios y calidad de servicio, situación ésta que resulta totalmente contraria
a lo estipulado por el modelo de competencia perfecta en el sentido de que ninguna de
las empresas participantes en ese mercado no cuentan con poder alguno, lo que trae
como consecuencia una baja significativa en la repartición equitativa de los recursos en
el mercado.
Sin embargo los investigadores de mercados imperfectos han resaltado que esta variable
del poder de mercado no es medible debido a que es inobservable, puesto que en
numerosas situaciones ha resultado imposible observarse el comportamiento directo de
las empresas en el mercado ni su grado de influencia en las transacciones realizadas.
Cabe destacar, que por esta razón y debido a la dificultad que representa la medición de
la existencia del poder de mercado, los investigadores de mercados imperfectos,
normalmente acuden a otras variables con el fin de hacer evidente su existencia, tales
como la concentración económica dado que esta variable sí es observable y por tanto es
posible medirla, además de que la misma cuenta con un amplio contenido explicativo
respecto del comportamiento directo de las empresas y su grado influencia ejercido
sobre las transacciones que realiza en los mercados (Cabral, 1997: 15-18).
A tal efecto, la economía industrial ha considerado que en aquellos mercados donde
puede advertirse la existencia de una alta concentración de la actividad del mercado en
manos de unas pocas empresas, se presume que las empresas que cuenten con la
mayor cuota de mercado pueden ostentar un poder de mercado (Bueno y Morcillo, 1993:
167).
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En este sentido, el poder de mercado ha sido asociado a la dimensión en el mercado de
empresas. La hipótesis sobre la que se apoya este razonamiento es que, aun cuando el
mercado se encuentre compuesto por numerosas empresas, si se presentara el caso de
que en ese mercado particular existe una clara diferenciación en el tamaño de éstas,
entonces se presume que las empresas más grandes pueden ser capaces de ejercer una
considerable influencia sobre el mercado en su conjunto y con ello que la competencia
también se vea alterada (Chevalier, 1979: 127-130).
La anterior aseveración pero ahora desde el punto de vista del mundo de la auditoría, me
permite aceptar entonces el supuesto de que existe una significativa relación entre el
poder de mercado de auditoría y el nivel de concentración económica que se genera en
el mercado de los servicios de auditoría. Asimismo, que por los conceptos antes vertidos
me permiten suponer que las firmas de auditoría con mayor cuota de mercado alcanzada
pueden llegar a acuerdos entre ellas para no permitir que ninguna de las otras firmas de
auditoría de menor tamaño puedan crecer al grado tal que puedan representarles una
amenaza en su posición de líderes del mercado de auditoría (Baskerville y Hay, 2006:
87-104).
No obstante, cabe destacar que la relación entre poder de mercado y dimensión de la
empresa no es, en todos los casos, unívoca y tajante. Para asegurar que tal relación
existe, es precisa la contrastación empírica, puesto que puede existir una competencia
muy vigorosa entre las grandes empresas establecidas en el mercado, o bien la
competencia potencial puede actuar como mecanismo efectivo para crear cierta
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disciplina en el mercado En estos casos supuestos, no se cumpliría el razonamiento
anterior.
Sin embargo y dado que en términos generales resulta válida la relación entre tamaño de
las empresas activas en el mercado y poder económico de éstas, me parece claro que
para determinar la existencia de dicho poder, será necesario analizar empíricamente la
distribución por tamaño de las firmas de auditoría participantes en el mercado y analizar
en qué medida se producen desigualdades apreciables entre el tamaño de las firmas de
auditoría de un mercado. Para ello, será necesario contar con estadísticas que pongan
de manifiesto el volumen de actividad del mercado de auditoría que en mi caso particular
sería el mercado mexicano y cómo éste se encuentra distribuido entre las distintas firmas
de auditoría que actúan en el mismo.
Para concluir éste epígrafe me permito resaltar lo siguiente: El gran interés que el
concepto poder de mercado tiene en estudios sobre las estructuras de los mercados de
auditoría puede sintetizarse en dos razones fundamentales. En primer lugar porque
permite caracterizar el factor estructural más importante de este mercado, de forma que
resulta un importante indicador de la estructura de los servicios de auditoría. La segunda
razón se debe a que es un índice que encierra un gran contenido informativo, al
producirse una relación entre concentración de los servicios de auditoría y el tipo de
competencia existente. Es decir, cuanto mayor sea la concentración, o sea, mientras
mayor sea el porcentaje de actividad controlado por un número reducido de firmas de
auditoría, mayor será el grado de alejamiento del mercado de la estructura teórica de
competencia perfecta, adquiriendo un especial relieve el análisis de aspectos como
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acuerdos concertados entre las firmas de auditoría líderes, diferenciación de productos,
ventajas relativas en costos o economías de escala, entre otros (Beattie Goodacre y
Fearnley, 2003: 250-265.
Conclusiones
En este trabajo de investigación se ha presentado un breve análisis económico del
mercado de auditoría en el marco de la economía industrial y más concretamente con
base en los principios doctrinales del paradigma estructuralista y el cual deriva la
relevancia de la estructura y comportamiento de los mercados imperfectos, incluyendo
además un análisis sobre la relación existente entre las variables poder de mercado y
concentración económica, las cuales están ampliamente correlacionadas entre sí
permitiendo al investigador explicar el funcionamiento de los mercados imperfectos.
Este paradigma estructuralista se fundamenta en el análisis de las relaciones existentes
entre la estructura, los comportamientos y los resultados, por lo cual, la competición
eficaz depende de la estructura del mercado requiriendo un grado razonable de igualdad
entre competidores y un suficiente número de competidos para prevenir una colusión
significativa.
Asimismo, en economía industrial, el poder de mercado se expresa como la capacidad
que tienen determinadas empresas para modificar las condiciones del mercado a su
favor en un horizonte de tiempo no preciso, subrayando también que cuando este tipo de
empresas controla una cuota de mercado lo suficientemente alta como para poder
manipular la conducta de sus competidores, se dice que la competencia es imperfecta
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debido a que la mismo ha sido alterada. En este sentido, la literatura internacional
contable también resalta que la relación entre la concentración y la naturaleza de la
competencia puede considerarse directa, debido a que mientras mayor sea la
concentración, mayor será el poder de mercado del que disfrutan un número reducido de
empresas, es decir, menor será la posibilidad de que el mercado funcione de manera
competitiva. Tras la elaboración del presente trabajo de investigación, hemos llegado a
las siguientes conclusiones:
Primera. El presente análisis revela que en su formulación tradicional, el paradigma
estructuralista o estructura-comportamientos-resultados validado por la economía
industrial sostiene que el tipo de estructura de mercado, en gran medida, es una
determinante causal del comportamiento de las empresas que compiten en dicho
mercado y por lo tanto de la eficiencia en la asignación de los recursos económicos.
Segunda. El estudio del mercado de servicios de auditoría según los investigadores
contables, se encuentra fundamentado en los principios doctrinales establecidos por la
economía industrial para analizar el comportamiento de los mercados, conocido como el
paradigma estructuralista.
Tercera. Los estudios publicados en el ámbito internacional de la investigación contable,
revelan que existe una significativa relación entre el poder de mercado y el nivel de
concentración económica que se genera en el mercado de los servicios de auditoría.
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Referencias Bibliográficas
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