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Septiembre, Octubre y Noviembre 2013Gráfico: Gn 37, 24 Texto: Gn 50, 18-20

“Aquí nos tienes. Somos siervos tuyos”.José les replicó:“No tengan miedo.

¿Podemos acaso oponernos a los designios de Dios?

Ustedes quisieron hacerme daño,pero Dios lo convirtió en un bienpero Dios lo convirtió en un bienpara hacer sobrevivir a un pueblo”

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2013 - Id y Enseñad - 8

Contempla la creación con ojos atentos

Queridos hermanos y hermanas:

En la catequesis anterior hemos reflexionado sobre el deseo de Dios que el ser humano lleva en lo profundo de sí mismo. Hoy quisiera continuar profundizando en este aspecto meditando brevemente con vosotros sobre algunos caminos para llegar al conocimiento de Dios. Quisiera recordar, sin embargo, que la iniciativa de Dios precede siempre a toda iniciativa del hombre y, también en el camino hacia Él, es Él quien nos ilumina primero, nos orienta y nos guía, respetando siempre nuestra libertad. Y es siempre Él quien nos hace entrar en su intimidad, revelándose y donándonos la gracia para poder acoger esta revelación en la fe. Jamás olvidemos la experiencia de san Agustín: no somos nosotros quienes poseemos la Verdad después de haberla buscado, sino que es la Verdad quien nos busca y nos posee.

Hay caminos que pueden abrir el corazón del hombre al conocimiento de Dios, hay signos que conducen hacia Dios. Ciertamente, a menudo corremos el riesgo de ser deslumbrados por los resplandores de la mundanidad, que nos hacen menos capaces de recorrer tales caminos o de leer tales signos. Dios, sin embargo, no se cansa de buscarnos, es fiel al hombre que ha creado y redimido, permanece cercano a nuestra vida, porque nos ama. Esta es una certeza que nos debe acompañar cada día, incluso si ciertas mentalidades difundidas hacen más difícil a la Iglesia y al cristiano comunicar la alegría del Evangelio a toda criatura y conducir a todos al encuentro con Jesús, único Salvador del mundo. Esta, sin embargo, es nuestra misión, es la misión de la Iglesia y todo creyente debe vivirla con gozo, sintiéndola como propia, a través de una existencia verdaderamente animada por la fe, marcada por la caridad, por el servicio a Dios y a los demás, y capaz de irradiar esperanza. Esta misión resplandece sobre todo en la santidad a la cual todos estamos llamados.

Hoy —lo sabemos— no faltan dificultades y pruebas por la fe, a menudo poco comprendida, contestada, rechazada. San Pedro decía a sus cristianos: «Estad dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto». En el pasado, en Occidente, en una sociedad considerada cristiana, la fe era el ambiente en el que se movía; la referencia y la adhesión a Dios eran, para la mayoría de la gente, parte de la vida cotidiana. Más bien era quien no creía quien tenía que justificar la propia incredulidad. En nuestro mundo la situación ha cambiado, y cada vez más el creyente debe ser capaz de dar razón de su fe. El beato Juan Pablo II, en la encíclica Fides et ratio, subrayaba cómo la fe se pone

a prueba incluso en la época contemporánea, permeada por formas sutiles y capciosas

de ateísmo teórico y práctico. Desde la Ilustración en adelante, la crítica a la religión se ha intensificado; la historia ha estado marcada también por la presencia de sistemas ateos en los que Dios era considerado una mera proyección del ánimo humano, un espejismo y el producto

de una sociedad ya adulterada por tantas alienaciones. El siglo pasado

además ha conocido un fuerte proceso de secularismo, caracterizado por la autonomía

absoluta del hombre, tenido como medida y artífice de la realidad, pero empobrecido por ser criatura «a imagen y semejanza de Dios». En nuestro tiempo se ha verificado un fenómeno particularmente peligroso para la fe: existe una forma de ateísmo que definimos, precisamente, «práctico», en el cual no se niegan las verdades de la fe o los ritos religiosos, sino que simplemente se consideran irrelevantes para la existencia cotidiana, desgajados de la vida, inútiles. Con frecuencia, entonces, se cree en Dios de un modo superficial, y se vive «como si Dios no existiera» (etsi Deus non daretur). Al final, sin embargo, este modo de vivir resulta aún más destructivo, porque lleva a la indiferencia hacia la fe y hacia la cuestión de Dios.

Continúa en la pág. 22…

Catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año de la Fe: Los caminos que conducen al conocimiento de Dios, Noviembre 2012

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2013 - Id y Enseñad - 9

Nos colmas, Señor, de tus favoresDomingo

Septiembre1

Antífona de Entrada

Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del

Eclesiástico (Sirácide) (3, 19-21. 30-31)

Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te amarán más que al hombre dadivoso. Hazte tanto más pequeño cuanto más grande seas y hallarás gracia ante el Señor, porque sólo él es poderoso y sólo los humildes le dan gloria. No hay remedio para el hombre orgulloso, porque ya está arraigado en la maldad. El hombre prudente medita en su corazón las sentencias de los otros, y su gran anhelo es saber escuchar. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 67

Dios da libertad y riqueza a los cautivos.

Ante el Señor, su Dios, gocen los justos, salten de alegría. Entonen alabanzas a su nombre. En honor del Señor toquen la cítara.

Dios da libertad y riqueza a los cautivos.

Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos.

Dios da libertad y riqueza a los cautivos.

A tu pueblo extenuado diste fuerzas, nos colmaste, Señor, de tus favores y habitó tu rebaño en esta tierra, que tu amor preparó para los pobres.

Dios da libertad y riqueza a los cautivos.

Segunda LecturaLectura de la carta a los hebreos (12, 18-19. 22-24)

Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca. Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de

Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 10

Dios da libertad y riqueza a los cautivos

los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (14, 1. 7-14)

Gloria a ti, Señor. Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban

espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola: “Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”. Luego dijo al que lo había invitado: “Cuando des una

comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Con sencillez y humildad de corazón, presentemos a Dios nuestras necesidades y las del mundo entero, diciendo:

Te rogamos, óyenos.

Por la Iglesia: que sea signo de la misericordia y el amor de Dios a todos los hombres del nuevo milenio. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los que anuncian el Evangelio en cualquier lugar: que sean ellos mismos buena noticia de salvación, consuelo y ayuda. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Domingo

Septiembre1

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2013 - Id y Enseñad - 11

Dios mío, ten piedad de mí

Por los que buscan la felicidad por caminos equivocados: que encuentren al Señor y Él los guíe con su amor. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los que viven de apariencias, buscan los primeros puestos y el reconocimiento de los hombres: que descubran los valores esenciales y sean humildes de corazón. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los que son marginados a causa de su raza, condición social o religión: que sean respetados y acogidos con la dignidad que se merecen. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por nosotros: que buscando al Señor le sirvamos en los que nadie tiene en cuenta. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Celebrante: Te rogamos, Señor, que atiendas a tus hijos que te suplican y nos des a todos el poder participar un día del banquete de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical II El misterio de la salvación

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz, nos libró de eterna muerte y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservada, Señor, para tus hijos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Domingo

Septiembre1

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2013 - Id y Enseñad - 12

Señor, en ti está la fuente de la vidaLunes

Septiembre2

Antífona de Entrada

Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: “Este es aquél cuyo poder permanece eternamente”.

Oración Colecta

Oremos: Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla.Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los

tesalonicenses (4, 13-18) Hermanos: No queremos que ignoren lo que pasa con los difuntos, para que no vivan tristes, como los que no tienen esperanza. Pues, si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera debemos creer que, a los que murieron en Jesús, Dios los llevará con él. Lo que les decimos, como palabra del Señor, es esto: que nosotros, los que quedemos vivos para cuando venga el Señor, no tendremos ninguna ventaja sobre los que ya murieron. Cuando Dios mande que suenen las trompetas, se oirá la voz de un arcángel y el Señor mismo bajará del cielo. Entonces, los que murieron

en Cristo resucitarán primero; después nosotros, los que quedemos vivos, seremos arrebatados, juntamente con ellos entre nubes, por el aire, para ir al encuentro del Señor, y así estaremos siempre con él. Consuélense, pues, unos a otros con estas palabras. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 95

Cantemos al Señor con alegría.

Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra. Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación sus maravillas.

Cantemos al Señor con alegría.

Cantemos al Señor, porque él es grande, más digno de alabanza y más tremendo que todos los dioses paganos, que ni existen. Porque los falsos dioses son apariencia; ha sido el Señor quien hizo el cielo.

Cantemos al Señor con alegría.

Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.

Cantemos al Señor con alegría.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

Cantemos al Señor con alegría.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí; él me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (4, 16-30)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura.Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 22a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 13

Lunes

Septiembre2 Cantemos al Señor con alegría

la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?” Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’ ”. Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida

la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común III Alabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y

unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.

Oración después de la Comunión

Oremos: A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 14

El Señor es mi luz y mi salvaciónMemoria de san Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia

Antífona de Entrada

El Señor lo eligió sumo sacerdote de su pueblo y derramó sobre él toda clase de bendiciones.

Oración Colecta

Oremos: Señor Dios, que cuidas de tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, concede tu espíritu de sabiduría, por intercesión del Papa san Gregorio, a quienes has encomendado el gobierno de la Iglesia, a fin de que no se pierda ninguna oveja de las confiadas a su cuidado. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses (5, 1-6. 9-11)

Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias

de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: “¡Qué paz y qué seguridad tenemos!”, de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar. Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas. Por tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Porque Dios no nos ha destinado al castigo eterno, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. Porque él murió por nosotros para que, cuando él vuelva, ya sea que estemos vivos o hayamos

muerto, vivamos siempre con él. Por eso anímense mutuamente y ayúdense unos a otros a seguir progresando, como de hecho ya lo hacen. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.

Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.

El Señor es mi luz y mi salvación.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Armate de valor y fortaleza y en el Señor confía.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.

Aleluya.

Martes

Septiembre3

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2013 - Id y Enseñad - 15

El Buen Pastor da la vida por sus ovejasMartes

Septiembre3

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (4, 31-37)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: “¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios”. Pero Jesús le ordenó: “Cállate y sal de ese hombre”. Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio

de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: “¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y éstos se salen”. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos al celebrar la fiesta de san Gregorio y haz que este sacrificio, por el que quisiste perdonar los pecados del mundo, nos sirva para nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos Pastores

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Gregorio Magno, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El Buen Pastor da la vida por sus ovejas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que nos has alimentado con el Cuerpo de Cristo, haz que aprendamos de él, a ejemplo de san Gregorio, a conocer tu verdad y a vivirla por medio del amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 16

Antífona de Entrada

Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.

Oración Colecta

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (1, 1-8)

Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y Timoteo, nuestro hermano, les deseamos la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, a ustedes, los hermanos santos y fieles en Cristo, que viven en Colosas. En todo momento damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, y oramos por ustedes, pues hemos tenido noticia de su fe en Jesucristo y del amor que tienen a todos los hermanos. A esto los anima la esperanza de lo que Dios les tiene reservado en el cielo. De esta esperanza oyeron hablar cuando se les predicó el Evangelio de la verdad, que está dando fruto creciente en todo el mundo, igual que entre ustedes, desde el día en que lo escucharon y tuvieron conocimiento verdadero del

don gratuito de Dios. Así lo aprendieron de Epafras, que ha trabajado con ustedes y que es un fiel servidor de Jesucristo; él fue quien nos informó acerca del amor que el Espíritu Santo ha encendido en ustedes. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 51

Confío para siempre en el amor de Dios.

Como verde olivo en la casa del Señor, confío para siempre en el amor de Dios.

Confío para siempre en el amor de Dios.

Siempre te daré gracias, Señor, por lo que has hecho conmigo. Delante de tus fieles proclamaré todo lo bueno que eres.

Confío para siempre en el amor de Dios.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (4, 38-44)

Gloria a ti, Señor.

Que se postre ante ti, Señor, la tierra enteraMiércoles

Septiembre4

Feria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 22a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 17

Confío para siempre en el amor de Dios

En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles. Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: “¡Tú eres el Hijo de Dios!” Pero él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que él era el Mesías. Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo

andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero él les dijo: “También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado”. Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IV La alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.

Oración después de la Comunión

Oremos: Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Miércoles

Septiembre4

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2013 - Id y Enseñad - 18

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad

Antífona de Entrada

Cantad al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, cantad al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.

Oración Colecta

Oremos: Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (1, 9-14)

Hermanos: Desde que recibimos noticias de ustedes, no hemos dejado de pedir incesantemente a Dios que los haga llegar a conocer con plenitud su voluntad, por medio de la perfecta sabiduría y del conocimiento espiritual. Así ustedes vivirán según el Señor se merece, le agradarán en todo, darán fruto con toda clase de buenas obras y crecerán en el conocimiento de Dios. Fortalecidos en todo aspecto por el poder que irradia de él, podrán resistir y perseverar en todo con alegría y constancia, y dar gracias a Dios Padre,

el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz. El nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines, al Señor, nuestro rey.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (5, 1-11)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de

Jueves

Septiembre5

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 22a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 19

Acude al Señor, y no quedarás defraudado

Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!” Porque tanto él como sus

compañeros estaban llenos de asombro, al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común V Proclamación del misterio

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Acudid al Señor, poned en él vuestra confianza y no quedaréis defraudados. Oración después de la Comunión

Oremos: Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Jueves

Septiembre5

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2013 - Id y Enseñad - 20

Bendigamos al Señor, porque Él es buenoFeria del Tiempo Ordinario: Viernes de la 22a. semana

Antífona de Entrada

Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (1, 15-20)

Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda

la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él. El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. El es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo. Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 99

Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo.

Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.

Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo.

Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.

Bendigamos al Señor, porque él es bueno.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

Aleluya.

Viernes

Septiembre6

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2013 - Id y Enseñad - 21

Sálvanos, Señor y Dios nuestro

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (5, 33-39)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?” Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”. Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres

viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Septiembre6

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2013 - Id y Enseñad - 22

Interrógate sobre la existencia de Dios

En realidad, el hombre separado de Dios se reduce a una sola dimensión, la dimensión horizontal, y precisamente este reduccionismo es una de las causas fundamentales de los totalitarismos que en el siglo pasado han tenido consecuencias trágicas, así como de la crisis de valores que vemos en la realidad actual. Ofuscando la referencia a Dios, se ha oscurecido también el horizonte ético, para dejar espacio al relativismo y a una concepción ambigua de la libertad que en lugar de ser liberadora acaba vinculando al hombre a ídolos. Las tentaciones que Jesús afrontó en el desierto antes de su misión pública representan bien a esos «ídolos» que seducen al hombre cuando no va más allá de sí mismo. Si Dios pierde la centralidad, el hombre pierde su sitio justo, ya no encuentra su ubicación en la creación, en las relaciones con los demás. No ha conocido ocaso lo que la sabiduría antigua evoca con el mito de Prometeo: el hombre piensa que puede llegar a ser él mismo «dios», dueño de la vida y de la muerte.

Frente a este contexto, la Iglesia, fiel al mandato de Cristo, no cesa nunca de afirmar la verdad sobre el hombre y su destino. El concilio Vaticano II afirma sintéticamente: «La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo

con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador».

¿Qué respuestas está llamada entonces a dar la fe, con «delicadeza y respeto», al ateísmo, al escepticismo, a la indiferencia hacia la dimensión vertical, a fin de que el hombre de nuestro tiempo pueda seguir interrogándose sobre la existencia de Dios y recorriendo los caminos que conducen a Él? Quisiera aludir a algunos caminos que se derivan tanto de la reflexión natural como de la fuerza misma de la fe. Los resumiría muy sintéticamente en tres palabras: el mundo, el hombre, la fe.

La primera: el mundo. San Agustín, que en su vida buscó largamente la Verdad y fue aferrado por la Verdad, tiene una bellísima y célebre página en la que afirma: «Interroga a la belleza de la tierra, del mar, del aire amplio y difuso. Interroga a la belleza del cielo..., interroga todas estas realidades. Todos te responderán: ¡Míranos: somos bellos! Su belleza es como un himno de alabanza. Estas criaturas tan bellas, si bien son mutables, ¿quién la ha creado, sino la Belleza Inmutable?». Pienso que debemos recuperar y hacer recuperar al hombre de hoy la capacidad de contemplar la creación, su belleza, su estructura. El mundo no es un magma informe, sino que cuanto más

lo conocemos, más descubrimos en él sus maravillosos mecanismos, más vemos un designio, vemos que hay una inteligencia creadora. Albert Einstein dijo que en las leyes de la naturaleza «se revela una razón tan superior que toda la racionalidad del pensamiento y de los ordenamientos humanos es, en comparación, un reflejo absolutamente insignificante» (Il Mondo come lo vedo io, Roma 2005). Un primer camino, por lo tanto, que conduce al descubrimiento de Dios es contemplar la creación con ojos atentos.

Continúa en la pág. 26…

…Viene de la pág. 8

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2013 - Id y Enseñad - 23

Celebremos con júbilo el nacimiento de María

Antífona de Entrada

Celebremos con júbilo el nacimiento de la santísima Virgen María, de la cual nació Cristo, nuestro Dios y Salvador.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Al celebrar hoy el nacimiento de la Virgen María, Madre de Cristo, nuestro Redentor, concédenos, Dios misericordioso, el don de tu alegría y de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Miqueas (5, 1-4) Esto dice el Señor: “De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá

el jefe de Israel, cuyos orígenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará a Israel, mientras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel. El se levantará para pastorear a su pueblo con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será la paz”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 12

Me llenaré de alegría en el Señor.

Confío, Señor, en tu lealtad, mi corazón se alegra con tu salvación.

Me llenaré de alegría en el Señor.

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, tocaré mi música en honor del Dios altísimo.

Me llenaré de alegría en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosa tú, santísima Virgen María, y digna de toda alabanza, porque de ti nació el sol de justicia, Jesucristo, nuestro Dios.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (1, 1-16. 18-23)

Gloria a ti, Señor.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías,

Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María

Sábado

Septiembre7

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2013- Id y Enseñad - 24

Me llenaré de alegría en el Señor

Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era

hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los Fieles

Celebrante: Oremos a Dios, que preparó a María desde toda la eternidad para ser Madre de su Hijo amado, y digamos:

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que los cristianos del nuevo milenio cristiano vivamos el gozo de la salvación y lo anunciemos a todos los hombres. Oremos al Señor.

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que la Iglesia sea, como María, madre cercana y acogedora para todo el mundo. Oremos al Señor.

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que el Señor reciba nuestra gratitud por habernos dado a María como madre y para que imitemos sus virtudes y hagamos lo que a Él le agrada. Oremos al Señor.

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que el Espíritu Santo ilumine a todos los que sienten la voz de Dios que los llama a seguirlo, les dé valentía y entusiasmo y, como María, se fíen de sus planes. Oremos al Señor.

Sábado

Septiembre7

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2013 - Id y Enseñad - 25

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que María, que nos dio a Jesús hecho hombre como nosotros, nos ayude a vivir la vida nueva que Él nos trajo. Oremos al Señor.

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Para que los cristianos de todo el mundo, unidos como hermanos, hagamos del mundo un hogar cada vez más fraterno y solidario. Oremos al Señor.

Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.

Celebrante: Infunde, Padre, el Espíritu de Jesús en nuestras vidas, para

que como Él amemos a María como madre. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, los dones que te presentamos al celebrar el nacimiento de la Virgen María, la purísima Madre de tu Hijo, y haz que este sacrificio nos purifique de todas nuestras culpas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I Maternidad de la santísima

Virgen María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la Natividad de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, el cual salvará a su pueblo de sus pecados.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta sagrada Eucaristía con que nos has renovado, nos llene, Señor, de júbilo en esta fiesta de la Natividad de la Virgen María, aurora de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Sábado

Septiembre7

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2013 - Id y Enseñad - 26

El Cristianismo, es acoger a la persona de Jesús

La segunda palabra: el hombre. San Agustín, luego, tiene una célebre frase en la que dice: Dios es más íntimo a mí mismo de cuanto lo sea yo para mí mismo. A partir de ello formula la invitación: «No quieras salir fuera de ti; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad». Este es otro aspecto que nosotros corremos el riesgo de perder en el mundo ruidoso y disperso en el que vivimos: la capacidad de detenernos y mirar en profundidad en nosotros mismos y leer esa sed de infinito que llevamos dentro, que nos impulsa a ir más allá y remite a Alguien que la pueda colmar. El Catecismo de la Iglesia católica afirma: «Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios».

La tercera palabra: la fe. Sobre todo en la realidad de nuestro tiempo, no debemos olvidar que un camino que conduce al conocimiento y al encuentro con Dios es el camino de la fe. Quien cree está unido a Dios, está abierto a su gracia, a la fuerza de la caridad. Así, su existencia se convierte en testimonio no de sí mismo, sino del Resucitado, y su fe no tiene temor de mostrarse en la vida cotidiana, está abierta al diálogo que expresa profunda amistad para el camino de todo hombre, y sabe dar lugar a luces de esperanza ante la necesidad de rescate, de felicidad, de futuro. La fe, en efecto, es encuentro con Dios que habla y actúa en la historia, y que convierte nuestra vida cotidiana, transformando en nosotros mentalidad, juicios de valor, opciones y acciones concretas. No es espejismo, fuga de la realidad, cómodo refugio, sentimentalismo, sino implicación de toda la vida y anuncio del Evangelio, Buena Noticia capaz de liberar a todo el hombre. Un cristiano, una comunidad que sean activos y fieles al proyecto de Dios que nos ha amado primero, constituyen un camino privilegiado para cuantos viven en la indiferencia o en la duda sobre su existencia y su acción. Esto, sin embargo, pide a cada uno hacer cada vez más transparente el propio testimonio de fe, purificando la propia vida

para que sea conforme a Cristo. Hoy muchos tienen una concepción limitada de la fe cristiana, porque la identifican con un mero sistema de creencias y de valores, y no tanto con la verdad de un Dios que se ha revelado en la historia, deseoso de comunicarse con el hombre de tú a tú en una relación de amor con Él. En realidad, como fundamento de toda doctrina o valor está el acontecimiento del encuentro entre el hombre y Dios en Cristo Jesús. El Cristianismo, antes que una moral o una ética, es acontecimiento del amor, es acoger a la persona de Jesús. Por ello, el cristiano y las comunidades cristianas deben ante todo mirar y hacer mirar a Cristo, verdadero Camino que conduce a Dios.

Saludos

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la parroquia de san Francisco Javier, de Formentera, así como a los demás grupos provenientes de España, México, Venezuela, Chile y otros países latinoamericanos. Que el impulso de la fe os lleve a mirar y a hacer mirar a Cristo, verdadera vía que conduce a Dios. Muchas gracias.

…Viene de la pág. 22

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2013 - Id y Enseñad - 27

Ayúdame, Señor, a cumplir tu voluntad

Antífona de Entrada Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro de la

Sabiduría (9, 13-19) ¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios? ¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto? Los pensamientos de los mortales son inseguros y sus razonamientos pueden equivocarse, porque un cuerpo corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento. Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo? ¿Quién conocerá tus designios, si tú no le das la sabiduría, enviando tu santo espíritu desde lo alto?

Sólo con esa sabiduría lograron los hombres enderezar sus caminos y conocer lo que te agrada. Sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor, los que te agradaron desde el principio. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 89

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años para ti son como un día que ya pasó; como una breve noche.

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca.

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo?

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras y tu gloria.

Tú eres, Señor, nuestro refugio.

Segunda LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a Filemón (9-10. 12-17)

Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además, prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo aquí, en la cárcel.

Vigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

Domingo

Septiembre8

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2013 - Id y Enseñad - 28

Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Yo hubiera querido retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera, mientras estoy preso por la causa del Evangelio. Pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no sea como por obligación, sino por tu propia voluntad. Tal vez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que lo recuperaras para siempre, pero ya no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como hermano amadísimo. El ya lo es para mí. ¡Cuánto más habrá de serlo para ti, no sólo por su calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por tanto, si me consideras como compañero tuyo, recíbelo como a mí mismo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir tus mandamientos.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (14, 25-33)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’. ¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Con espíritu de libertad, como hijos que confían en su Padre, presentemos a Dios las necesidades e intenciones del mundo entero y digámosle:

Escúchanos, Padre.

Para que vivamos el Evangelio con entrega, ilusión y audacia. Oremos.

Escúchanos, Padre.

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientosDomingo

Septiembre8

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2013 - Id y Enseñad - 29

Tú eres, Señor, nuestro refugio

Para que como Iglesia seamos solidarios, vivamos con austeridad y contribuyamos a la justicia en el mundo del tercer milenio. Oremos.

Escúchanos, Padre. Para que desaparezca la esclavitud y todo tipo de opresión en nuestro mundo. Oremos.

Escúchanos, Padre.

Para que los ancianos, los enfermos y los que se ven privados de lo necesario para vivir con dignidad, descubran la presencia de Cristo en sus vidas. Oremos.

Escúchanos, Padre.

Para que los profesionales de la salud, de la comunicación y de la educación no ahorren esfuerzos por promover una vida cada vez más humana. Oremos.

Escúchanos, Padre. Para que no antepongamos nada al seguimiento de Cristo, y su gracia sea nuestra fuerza. Oremos.

Escúchanos, Padre. Celebrante: Padre bueno, escucha las oraciones de tus hijos, danos tu gracia para ser coherentes con nuestra fe, y no permitas que nunca nos alejemos de Ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical III Nuestra salvación por el Hijo de

Dios hecho hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra débil naturaleza con la fuerza de

tu divinidad, sino al prever el remedio en la misma debilidad humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Como la cierva busca el agua de los ríos, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Domingo

Septiembre8

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2013 - Id y Enseñad - 30

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor

Antífona de Entrada

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.

Oración Colecta

Oremos: Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (1, 24—2, 3)

Hermanos: Ahora me alegro de sufrir por ustedes, porque así completo lo que falta a la pasión de Cristo en mí, por el bien de su cuerpo, que es la Iglesia. Por disposición de Dios, yo he sido constituido ministro de esta Iglesia para predicarles por entero su mensaje, o sea el designio secreto que Dios ha mantenido oculto desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a su pueblo santo. Dios ha querido dar a conocer a los suyos la gloria y riqueza que este designio encierra para los paganos, es decir, que Cristo vive en ustedes y es la esperanza de la gloria. Ese mismo Cristo, que nosotros predicamos, cuando corregimos

a los hombres y los instruimos con todos los recursos de la sabiduría, a fin de que todos sean cristianos perfectos. Por eso precisamente me empeño y lucho con la fuerza de Cristo, que actúa poderosamente en mí. Quiero que sepan cuántos esfuerzos estoy haciendo por ustedes, por los de Laodicea y por todos los que no me conocen personalmente. Se lo digo a ustedes para que todos se animen, y unidos íntimamente en el amor, puedan alcanzar en toda su riqueza el conocimiento pleno y perfecto del designio secreto de Dios, que es Cristo, en el cual están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. Palabra de Dios.

Te alabamos Señor.

Salmo Responsorial Salmo 61

Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y firmeza, es mi Dios y salvador.

Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

De Dios viene mi salvación y mi gloria; él es mi roca firme y mi refugio. Confía siempre en él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su presencia, porque sólo en Dios está nuestro refugio.

Dios es nuestra salvación y nuestra gloria.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 6-11)

Gloria a ti, Señor.

Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada:

Lunes

Septiembre9

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 23a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 31

Dios es nuestra salvación y nuestra gloria

“Levántate y ponte ahí en medio”. El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?” Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. El la extendió y quedó curado. Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII Cristo, huésped y peregrino

en medio de nosotros

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz.

Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Lunes

Septiembre9

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2013 - Id y Enseñad - 32

El Señor es bueno con todos

Antífona de Entrada Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

Oración Colecta Oremos: Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (2, 6-15)

Hermanos: Puesto que ustedes han aceptado a Cristo Jesús, el Señor, vivan como verdaderos cristianos: permanezcan arraigados y cimentados en él, con fe firme, como se lo enseñaron a ustedes, y en continua acción de gracias. Que nadie los vaya a engañar con teorías y razonamientos falsos, que se fundan en tradiciones meramente humanas y en valores de este mundo, pero no en Cristo. Porque en el cuerpo de Cristo habita toda la plenitud de la divinidad; e incorporados a él, que es la cabeza de todos los ángeles, también ustedes participan de su plenitud. Por su unión con Cristo, ustedes han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por mano de hombres, que consiste en el despojo de la carne,

sino con la circuncisión que procede de él. Por el bautismo fueron sepultados con Cristo y también resucitaron con él, mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos por sus pecados y no pertenecían al pueblo de la alianza. Pero él les dio una vida nueva con Cristo, perdonándoles todos los pecados. El anuló el documento que nos era contrario, cuyas cláusulas nos condenaban, y lo eliminó clavándolo en la cruz de Cristo. Con esto, Dios les quitó su poder a los principados y potestades y los humilló a la vista de todos, llevándolos cautivos en el cortejo triunfal de Cristo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144

El Señor es bueno con todos.

Dios y rey mío, yo te alabaré; bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.

El Señor es bueno con todos.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.

El Señor es bueno con todos.

Martes

Septiembre10

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 23a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 33

Yo los he elegido del mundo, dice el Señor

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres.

El Señor es bueno con todos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 12-19)

Gloria a ti, Señor.

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus

inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VIIIJesús, buen samaritano

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.

Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El Señor colmó el deseo de su pueblo: comieron y quedaron satisfechos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Martes

Septiembre10

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2013 - Id y Enseñad - 34

Cantad al Señor un cántico nuevoFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 23a. semana

Antífona de Entrada Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (3, 1-11)

Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes

del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos juntamente con él. Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la fornicación, la impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una forma de idolatría. Esto es lo que atrae el castigo de Dios sobre aquellos que no lo obedecen. Todo esto lo hacían también ustedes en su vida anterior. Pero ahora dejen a un lado todas estas cosas: la ira, el rencor, la maldad, las blasfemias y las palabras obscenas. No sigan engañándose unos a otros; despójense del modo de actuar del viejo yo y revístanse del nuevo yo, el que se va renovando conforme va adquiriendo el conocimiento de Dios, que lo creó a su propia imagen.

En este orden nuevo ya no hay distinción entre judíos y no judíos, israelitas y paganos, bárbaros y extranjeros, esclavos y libres; sino que Cristo es todo en todos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144

El Señor es bueno con todos.

Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarlo. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable.

El Señor es bueno con todos.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres.

El Señor es bueno con todos.

Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.

El Señor es bueno con todos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo.

Aleluya.

Miércoles

Septiembre11

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2013 - Id y Enseñad - 35

Digno de alabanza es el Señor

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 20-26)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mirando Jesús a sus discípulos, les dijo: “Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán. Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas. Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque

después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!” Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IX La gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Proclamaré Señor, todas tus maravillas y me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Miércoles

Septiembre11

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2013 - Id y Enseñad - 36

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 23a. semana

Antífona de Entrada

El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (3, 12-17)

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión. Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos. Que la palabra de Cristo

habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 150

Alabemos al Señor con alegría.

Alabemos al Señor en su templo, alabémoslo en su augusto firmamento. Alabémoslo por sus obras magníficas, alabémoslo por su inmensa grandeza.

Alabemos al Señor con alegría.

Alabémoslo tocando trompetas, alabémoslo con arpas y cítaras. Alabémoslo con tambores y danzas, alabémoslo con cuerdas y flautas.

Alabemos al Señor con alegría.

Alabémoslo con platillos sonoros, alabémoslo con platillos vibrantes. Que todo ser viviente alabe al Señor.

Alabemos al Señor con alegría.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 27-38)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de

Que todo ser viviente alabe al SeñorJueves

Septiembre12

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2013 - Id y Enseñad - 37

Alabemos al Señor con alegría

extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después. Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará: recibirán una medida

buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común I Restauración universal en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Jueves

Septiembre12

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2013 - Id y Enseñad - 38

Tu palabra, Señor, es la verdad

Antífona de Entrada

El Señor lo ha llenado del espíritu de sabiduría e inteligencia, ha abierto sus labios en medio de la asamblea y lo ha revestido de gloria.

Oración Colecta

Oremos: Señor Dios, fortaleza de los que en ti confían, tú que quisiste que el obispo san Juan Crisóstomo brillara por su admirable elocuencia y por su gran fortaleza en medio de los sufrimientos, haz que su sabiduría nos ilumine y que el ejemplo de su invencible constancia nos fortalezca. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(1, 1-2. 12-14)

Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, te deseo a ti, Timoteo, mi verdadero hijo en la fe, la gracia, la misericordia y la paz, de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a aquel que me ha fortalecido, a nuestro Señor Jesucristo, por haberme considerado digno de confianza al ponerme a su servicio, a mí, que antes fui blasfemo y perseguí

a la Iglesia con violencia; pero Dios tuvo misericordia de mí, porque en mi incredulidad obré por ignorancia, y la gracia de nuestro Señor se desbordó sobre mí, al darme la fe y el amor que provienen de Cristo Jesús. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 15

Nuestra vida está en manos del Señor.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos.

Nuestra vida está en manos del Señor.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado jamás tropezaré.

Nuestra vida está en manos del Señor.

Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti.

Nuestra vida está en manos del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.

Aleluya.

Viernes

Septiembre13

Memoria de san Juan Crisóstomo, obispo y doctor de la Iglesia

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2013 - Id y Enseñad - 39

Nuestra vida está en manos del Señor

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 39-42)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en

tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de san Juan Crisóstomo y haz que, a ejemplo suyo, sepamos ofrecerte toda nuestra vida, unida al sacrificio de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio de los Santos Pastores

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Juan Crisóstomo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Este es el siervo fiel y sensato a quien su señor ha puesto al frente de su familia, para darles la ración de trigo a su tiempo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Dios misericordioso, concédenos que el sacramento que hemos recibido en la festividad de san Juan Crisóstomo, nos confirme en tu amor y nos haga testigos fieles de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Septiembre13

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2013 - Id y Enseñad - 40

“Cada árbol se conoce por sus frutos”Memoria libre de santa María en Sábado

Sábado

Septiembre14

Antífona de Entrada

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta

Oremos: Fortalece, Dios misericordioso, nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos con veneración a la santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(1, 15-17) Hermano: Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reservas: que Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían de creer en él, para obtener, la vida eterna. Al rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 112

Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor desde ahora y para siempre.

Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

Desde que sale el sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. Dios está sobre todas las naciones, su gloria, por encima de los cielos.

Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las alturas su morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo?

Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

El levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol, para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo.

Bendito sea el Señor ahora y para siempre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 43-49)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No hay árbol bueno que produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos.

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2013 - Id y Enseñad - 41

Bendito sea el Señor ahora y para siempreSábado

Septiembre14

Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni se cortan uvas de los espinos. El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón. ¿Por qué me dicen ‘Señor, Señor’, y no hacen lo que yo les digo? Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su casa, hizo una excavación profunda, para echar los cimientos sobre la roca. Vino la creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la pudo derribar, porque estaba sólidamente construida. Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre que construyó su casa a flor de tierra, sin cimientos. Chocó el río

contra ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente destruida”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen II La Iglesia alaba a Dios con las

palabras de María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación

darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María. Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 42

Dios con su gracia, ilumina la razón

Queridos hermanos y hermanas:

Avanzamos en este Año de la fe llevando en nuestro corazón la esperanza de redescubrir cuánta alegría hay en creer y de volver a encontrar el entusiasmo de comunicar a todos las verdades de la fe. Estas verdades no son un simple mensaje sobre Dios, una información particular sobre Él. Expresan el acontecimiento del encuentro de Dios con los hombres, encuentro salvífico y liberador que realiza las aspiraciones más profundas del hombre, sus anhelos de paz, de fraternidad, de amor. La fe lleva a descubrir que el encuentro con Dios valora, perfecciona y eleva cuanto hay de verdadero, de bueno y de bello en el hombre. Es así que, mientras Dios se revela y se deja conocer, el hombre llega a saber quién es Dios, y conociéndole se descubre a sí mismo, su proprio origen, su destino, la grandeza y la dignidad de la vida humana.

La fe permite un saber auténtico sobre Dios que involucra toda la persona humana: es un «saber», esto es, un conocer que da sabor a la vida, un gusto nuevo de existir, un modo alegre de estar en el mundo. La fe se expresa en el don de sí por los demás, en la fraternidad que hace solidarios, capaces de amar, venciendo la soledad que entristece. Este conocimiento de Dios a través de la fe no es por ello sólo intelectual, sino vital. Es el conocimiento de Dios-Amor, gracias a su mismo amor. El amor de Dios además hace ver, abre los ojos, permite conocer toda la realidad, mas allá de las estrechas perspectivas del individualismo y del subjetivismo que desorientan las conciencias. El conocimiento de Dios es por ello experiencia de fe e implica, al mismo tiempo, un camino intelectual y moral: alcanzados en lo profundo por la presencia del Espíritu de Jesús en nosotros, superamos los horizontes de nuestros egoísmos y nos abrimos a los verdaderos valores de la existencia.

En la catequesis de hoy quisiera detenerme en la razonabilidad de la fe en Dios. La tradición católica, desde el inicio, ha rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer contra la razón. Credo quia absurdum (creo porque es absurdo) no es fórmula que interprete la fe católica. Dios, en efecto, no es absurdo, sino que es misterio. El misterio, a su vez,

no es irracional, sino sobreabundancia de sentido, de significado, de verdad. Si, contemplando el misterio, la razón ve oscuridad, no es porque en el misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada. Es como cuando los ojos del hombre se dirigen directamente al sol para mirarlo: sólo ven tinieblas; pero ¿quién diría que el sol no es luminoso, es más, la fuente de la luz? La fe permite contemplar el «sol», a Dios, porque es acogida de su revelación en la historia y, por decirlo así, recibe verdaderamente toda la luminosidad del misterio de Dios, reconociendo el gran milagro: Dios se ha acercado al hombre, se ha ofrecido a su conocimiento, condescendiendo con el límite creatural de su razón. Al mismo tiempo, Dios, con su gracia, ilumina la razón, le abre horizontes nuevos, inconmensurables e infinitos. Por esto la fe constituye un estímulo a buscar siempre, a nunca detenerse y a no aquietarse jamás en el descubrimiento inexhausto de la verdad y de la realidad. Es falso el prejuicio de ciertos pensadores modernos según los cuales la razón humana estaría como bloqueada por los dogmas de la fe.

Catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año de la Fe: La razonabilidad de la fe en Dios, Noviembre 2012

Continúa en la pág. 58…

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2013 - Id y Enseñad - 43

Señor, apiádate y olvida mis ofensasDomingo

Septiembre15

Antífona de Entrada

A los que esperan en ti Señor, concédeles tu paz, y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del Exodo

(32, 7-11. 13-14) En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: “Anda, baja del monte, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha pervertido. No tardaron en desviarse del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se han postrado ante él y le han ofrecido sacrificios y le han dicho: ‘Este es tu dios, Israel; es el que te sacó de Egipto’ ”. El Señor le dijo también a Moisés: “Veo que éste es un pueblo de cabeza dura. Deja que mi ira se encienda contra ellos hasta consumirlos. De ti, en cambio, haré un gran pueblo”. Moisés trató de aplacar al Señor, su Dios, diciéndole: “¿Por qué ha de encenderse

tu ira, Señor, contra este pueblo que tú sacaste de Egipto con gran poder y vigorosa mano? Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, siervos tuyos, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: ‘Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo y les daré en posesión perpetua toda la tierra que les he prometido’ ”. Y el Señor renunció al castigo con que había amenazado a su pueblo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 50

Me levantaré y volveré a mi padre.

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.

Me levantaré y volveré a mi padre.

Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.

Me levantaré y volveré a mi padre.

Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. Un corazón contrito te presento, y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias.

Me levantaré y volveré a mi padre.

Segunda LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(1, 12-17) Querido hermano: Doy gracias a aquel que me ha fortalecido, a nuestro Señor Jesucristo, por haberme considerado digno de confianza al ponerme a su servicio, a mí, que antes fui blasfemo y perseguí a la Iglesia con violencia; pero Dios tuvo misericordia de mí, porque en mi incredulidad obré por ignorancia, y la gracia de nuestro Señor se desbordó sobre mí, al darme la fe y el amor que provienen de Cristo Jesús. Puedes fiarte de lo que voy a decirte y aceptarlo sin reservas: que Cristo Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero Cristo Jesús me perdonó, para que fuera yo el primero en quien él manifestara toda su generosidad y sirviera yo de ejemplo a los que habrían de creer en él, para obtener la vida eterna. Al rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación.

Aleluya.

Vigésimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 44

Crea en mí, Señor, un corazón puroDomingo

Septiembre15

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (15, 1-32)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Este recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.

También les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre dame la parte que me toca de la herencia’. Y él les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a pasar necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera. Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el

cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’. Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete. El hijo mayor estaba en el campo, y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Este le contestó: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas

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2013 - Id y Enseñad - 45

Señor Dios, que valioso es tu amorDomingo

Septiembre15

matar el becerro gordo’. El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Como Moisés, que intercedió por el pueblo, acerquémonos a la presencia del Señor y oremos por la Iglesia y por el mundo entero diciendo:

Padre, escúchanos.

Para que la Iglesia se abra al mundo del tercer milenio cristiano y salga al encuentro de los que no conocen a Cristo. Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que los que un día abandonaron su fe vuelvan a la comunidad y celebren a Jesucristo con alegría y gozo. Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que Dios derrame su gracia en los que llama a consagrar su vida a Él y éstos le sirvan en los más pobres y necesitados. Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que Dios convierta el corazón de todos los que viven en pecado, los renueve con su Espíritu y les dé su gracia. Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que las organizaciones que trabajan a favor de la justicia, la dignidad y la promoción de los hombres y mujeres, encuentren apoyo para llevar adelante sus proyectos solidarios. Oremos.

Padre, escúchanos.

Para que seamos capaces de volver siempre con humildad a la casa del Padre y vivir de su misericordia. Oremos.

Padre, escúchanos.

Celebrante: Padre misericordioso, mira a tus hijos que te suplican, acoge sus oraciones a favor del mundo entero y manifiéstate a sus corazones que están anhelantes de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones y plegarias de tu pueblo y haz que lo que cada uno ofrece en tu honor, ayude a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical IV Historia de la salvación

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza caída; con su muerte destruyó nuestros pecados; al resucitar nos dio nueva vida; y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Señor Dios, qué valioso es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que la gracia de esta comunión nos transforme, Señor, tan plenamente, que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor, el que impulse, de ahora en adelante, nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 46

El Señor es mi fuerza y mi escudoLunes

Septiembre16

Memoria de san Cornelio, Papa y san Cipriano, obispo, mártires

Antífona de Entrada

Aquellos que siguieron en la tierra las huellas de Cristo, se alegran ahora en el cielo; y porque lo amaron hasta morir por él, con él se gozan eternamente.

Oración Colecta

Oremos: Señor Dios, que en los santos Cornelio y Cipriano nos has dejado un ejemplo de colaboración pastoral y de adhesión a Cristo hasta el martirio, concédenos ese mismo amor a tu Hijo, para trabajar por la unidad de la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(2, 1-8) Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro salvador, pues él quiere que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la verdad, porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios

y los hombres, Cristo Jesús, hombre él también, que se entregó como rescate por todos. El dio testimonio de esto a su debido tiempo y de esto yo he sido constituido, digo la verdad y no miento, pregonero y apóstol para enseñar la fe y la verdad. Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración donde quiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 27

Salva, Señor, a tu pueblo.

Escucha, Señor, mi súplica, cuando te pido ayuda y levanto las manos hacia tu santuario.

Salva, Señor, a tu pueblo.

El Señor es mi fuerza y mi escudo, en él confía mi corazón; él me socorrió y mi corazón se alegra y le canta agradecido.

Salva, Señor, a tu pueblo.

El Señor es la fuerza de su pueblo, el apoyo y la salvación de su Mesías. Salva, Señor, a tu pueblo y bendícelo, porque es tuyo, apaciéntalo y condúcelo para siempre.

Salva, Señor, a tu pueblo.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (7, 1-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo:

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2013 - Id y Enseñad - 47

Salva, Señor, a tu puebloLunes

Septiembre16

“Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga”. Jesús se puso en marcha con ellos. Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: ‘¡Ve!’, y va; a otro: ‘¡Ven!’, y viene; y a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”. Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: “Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande”. Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que tu Iglesia te presenta al conmemorar el martirio de los santos Cornelio y Cipriano y haz que esta Eucaristía, que a ellos les dio valor para morir por Cristo, nos dé a nosotros fortaleza para vivir como cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos MártiresTestimonio y ejemplo

de los mártires

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre de los gloriosos mártires san Cornelio y san Cipriano, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te

cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os preparo un Reino, dice el Señor, para que en él comáis y bebáis en mi mesa.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta comunión que hemos recibido nos confirme, Señor, en el amor a Cristo para que, a ejemplo de los mártires Cornelio y Cipriano, podamos dar testimonio con nuestra vida de la fuerza renovadora del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 48

Tengo los ojos puestos en el SeñorF. T. O.: Martes 24a. S. o memoria libre de san Roberto Belarmino, obispo y doctor de la Iglesia

Antífona de Entrada

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

Oración Colecta

Oremos: Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(3, 1-13)

Hermano: Es cierto que aspirar al cargo de obispo es aspirar a una excelente función. Por lo

mismo, es preciso que el obispo sea irreprochable, que no se haya casado más que una vez, que sea sensato, prudente, bien educado, digno, hospitalario, hábil para enseñar, no dado al vino ni a la violencia, sino comprensivo, enemigo de pleitos y no ávido de dinero; que sepa gobernar bien su propia casa y educar dignamente a sus hijos. Porque, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de Dios quien no sabe gobernar su propia casa? No debe ser recién convertido, no sea que se llene de soberbia y sea por eso condenado como el demonio. Es necesario que los no creyentes tengan buena opinión de él, para que no caiga en el descrédito ni en las redes del demonio. Los diáconos deben, asimismo, ser respetables y sin doblez, no dados al vino ni a negocios sucios; deben conservar la fe revelada, con una conciencia limpia. Que se les ponga a prueba primero y luego,

si no hay nada que reprocharles, que ejerzan su oficio de diáconos. Las mujeres deben ser igualmente respetables, no chismosas, juiciosas y fieles en todo. Los diáconos, que sean casados una sola vez y sepan gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Los que ejercen bien el diaconado alcanzarán un puesto honroso y gran autoridad para hablar de la fe que tenemos en Cristo Jesús. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 100

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Voy a cantar la bondad y la justicia; para ti, Señor, tocaré mi música. Voy a explicar el camino perfecto. ¿Cuándo vendrás a mí?

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Quiero proceder en mi casa con recta conciencia. No quiero ocuparme de asuntos indignos, aborrezco las acciones criminales.

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Al que en secreto difama a su prójimo lo haré callar; al altanero y al ambicioso no los soportaré.

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Martes

Septiembre17

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2013 - Id y Enseñad - 49

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia

Escojo a gente de fiar para que vivan conmigo; el que sigue un camino perfecto será mi servidor.

Danos, Señor, tu bondad y tu justicia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (7, 11-17)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: “Joven, yo te lo mando: Levántate”. Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a

glorificar a Dios, diciendo: “Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo”. La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IILa salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Yo te invoco, porque tú me, respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.

Oración después de la Comunión

Oremos: Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Martes

Septiembre17

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2013 - Id y Enseñad - 50

Alabemos a Dios de todo corazónFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 24a. semana

Miércoles

Septiembre18

Antífona de Entrada El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(3, 14-16)

Querido hermano: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir a verte pronto. Pero si tardo en llegar, quiero que sepas desde ahora cómo debes de actuar en la casa del Dios vivo, que es la Iglesia, columna y fundamento de la verdad. Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que se nos ha manifestado en Cristo, hecho hombre, santificado por el Espíritu, contemplado por los ángeles, anunciado a todas las naciones, aceptado en el mundo mediante la fe y elevado a la gloria. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 110

Alabemos a Dios de todo corazón.

Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio.

Alabemos a Dios de todo corazón.

De majestad y gloria hablan sus obras y su justicia dura para siempre. Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente.

Alabemos a Dios de todo corazón.

Acordándose siempre de su alianza, él le da de comer al que lo teme. Al darle por herencia a las naciones, hizo ver a su pueblo sus poderes.

Alabemos a Dios de todo corazón.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (7, 31-35)

Gloria a ti, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 51

Tus palabras, Señor, son espíritu y vidaMiércoles

Septiembre18

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros: ‘Tocamos la flauta y no han bailado, cantamos canciones tristes y no han llorado’. Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: ‘Ese está endemoniado’. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores’. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común III Alabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles,

cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 52

La gloria del Señor perdura eternamenteJueves

Septiembre19

Antífona de Entrada

Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(4, 12-16) Querido hermano: Que nadie te desprecie por tu juventud. Procura ser un modelo para los fieles en tu modo de hablar y en tu conducta, en el amor, en la fe y en la castidad. Mientras llego, preocúpate de leer públicamente la palabra de Dios, de exhortar a los hermanos y de enseñarlos. No descuides el don que posees. Recuerda que se te confirió cuando, a instancias del Espíritu, los presbíteros te impusieron las manos. Pon interés en todas estas cosas y dedícate a ellas, de modo, que todos vean tu progreso. Cuida de tu conducta y de tu enseñanza y sé perseverante,

pues obrando así, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 110

Los mandamientos del Señor son dignos de confianza.

Justas y verdaderas son las obras del Señor; son dignos de confianza sus mandatos, pues nunca pierden su valor y exigen ser fielmente ejecutados.

Los mandamientos del Señor son dignos de confianza.

El redimió a su pueblo y estableció su alianza para siempre. Dios es santo y terrible.

Los mandamientos del Señor son dignos de confianza.

El temor del Señor es el principio de la sabiduría y los que viven de acuerdo con él son sensatos. La gloria del Señor perdura eternamente.

Los mandamientos del Señor son dignos de confianza.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (7, 36-50)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. Una mujer de mala vida en aquella ciudad, cuando supo que Jesús iba a comer ese día en casa del fariseo, tomó consigo un frasco de alabastro con perfume, fue y se puso detrás de Jesús, y comenzó a llorar, y con sus lágrimas bañaba sus pies; los enjugó con su cabellera, los besó y los ungió con el perfume. Viendo esto, el fariseo que lo había invitado comenzó a pensar: “Si este hombre fuera profeta, sabría qué clase de mujer es la que lo está tocando; sabría que es una pecadora”. Entonces Jesús le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”. El fariseo contestó: “Dímelo, Maestro”. El le dijo: “Dos hombres le debían dinero a un prestamista. Uno le debía quinientos denarios, y el otro, cincuenta. Como

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 24a. semana o memoria libre de san Jenaro, obispo y mártir

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2013 - Id y Enseñad - 53

Justas y verdaderas son las obras del SeñorJueves

Septiembre19

no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a los dos. ¿Cuál de ellos lo amará más?” Simón le respondió: “Supongo que aquel a quien le perdonó más”. Entonces Jesús le dijo: “Has juzgado bien”. Luego, señalando a la mujer, dijo a Simón: “¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me los ha bañado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de saludo; ella, en cambio, desde que entró, no ha dejado de besar mis pies. Tú no ungiste con aceite mi cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por lo cual, yo te digo: sus pecados, que son muchos, le han quedado perdonados, porque ha amado

mucho. En cambio, al que poco se le perdona, poco ama”. Luego le dijo a la mujer: “Tus pecados te han quedado perdonados”. Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: “¿Quién es éste que hasta los pecados perdona?” Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado; vete en paz”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IVLa alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 54

Haz, Señor, que permanezcamos fieles a ti

Antífona de Entrada

Los santos mártires derramaron su sangre por Cristo aquí en la tierra; por eso han obtenido el premio eterno en el cielo.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, creador y salvador de todas las naciones, que en la región de Corea maravillosamente llamaste a la fe a un pueblo escogido por ti y lo hiciste crecer por medio del glorioso martirio de los santos Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos, por su intercesión, que también nosotros, a ejemplo suyo, perseveremos fieles a tus mandamientos hasta el día de nuestra muerte. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(6, 2-12)

Querido hermano: Lo que te he dicho anteriormente, es lo que debes enseñar e inculcar. Porque, quien enseña doctrinas diferentes y no se atiene a las palabras de salvación de Jesucristo, nuestro Señor, y a lo que enseña la religión verdadera, es un orgulloso e ignorante, obsesionado por las discusiones y los juegos de palabras.

Y lo único que nace de todo ello, son envidias, pleitos e insultos, sospechas perjudiciales y continuos altercados, propios de hombres de mente depravada, privados de la verdad y que consideran que la religión es un negocio. Ciertamente la religión es el gran negocio, pero sólo para aquel que se conforma con lo que tiene, pues nada hemos traído a este mundo y nada podremos llevarnos de él. Por eso, teniendo con qué alimentarnos y con qué vestirnos nos damos por satisfechos. Los que a toda costa quieren hacerse ricos, sucumben a la tentación, caen en las redes del demonio y en muchos afanes inútiles y funestos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él, se han desviado de la fe y se han visto agobiados por muchas tribulaciones. Tú, en cambio, como hombre de Dios, evita todo eso y lleva

una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 48

Dichosos los pobres de espíritu.

¿Por qué temer en días de desgracia, cuando nos cerca la malicia de aquellos que presumen de sus bienes y en sus riquezas confían?

Dichosos los pobres de espíritu.

Nadie puede comprar su propia vida, ni por ella pagarle a Dios rescate. No hay dinero capaz de hacer que alguno de la muerte se escape.

Dichosos los pobres de espíritu.

No te inquietes, cuando alguien se enriquece y aumentan las riquezas su poder. Nada podrá llevarse, cuando muera, ni podrá su poder bajar con él.

Dichosos los pobres de espíritu.

Aunque feliz se sienta mientras viva y por pasarla bien todos lo alaben, ahí donde jamás verá la luz descenderá a reunirse con sus padres.

Dichosos los pobres de espíritu.

Memoria de san Andrés Kim Taegón, Pablo Chong Hasang y compañeros mártires

Viernes

Septiembre20

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2013 - Id y Enseñad - 55

Viernes

Septiembre20 Dichosos los pobres de espíritu

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (8, 1-3)

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras

muchas, que los ayudaban con sus propios bienes. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Dios todopoderoso, recibe los dones que tu pueblo te presenta y, por la intercesión de tus santos mártires, concédenos que también nosotros seamos un sacrificio agradable a ti, que contribuya a la salvación de todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos MártiresTestimonio y ejemplo

de los mártires

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre de los gloriosos mártires Andres Kim, Pablo Chong y compañeros, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Alimentados con el pan de los fuertes en esta celebración de los santos mártires coreanos, te suplicamos, Señor, que mediante nuestra íntima y fiel unión a Cristo en la Iglesia, podamos contribuir con nuestros trabajos, a la salvación de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 56

Hermanos: sean siempre humildes y amablesSábado

Septiembre21

Antífona de Entrada

Id y predicad a todos los hombres, bautizándolos y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he mandado, dice el Señor.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios misericordioso, que elegiste a san Mateo, un recaudador de impuestos, para hacerlo apóstol tuyo, ayúdanos, por su intercesión, a cumplir nuestras responsabilidades en esta vida como verdaderos apóstoles de Cristo, que vive y reina contigo.

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los efesios (4, 1-7. 11-13)

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el espíritu con el vínculo de la paz. Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo una la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre

de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos. Cada uno de nosotros ha recibido la gracia en la medida en que Cristo se la ha dado. El fue quien concedió a unos ser apóstoles; a otros, ser profetas; a otros, ser evangelizadores; a otros, ser pastores y maestros. Y esto, para capacitar a los fieles, a fin de que, desempeñando debidamente su tarea, construyan el cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser hombres perfectos, que alcancemos en todas sus dimensiones la plenitud de Cristo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido, y su mensaje hasta el fin del mundo.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (9, 9-13)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió. Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesúsy sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?” Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Fiesta de san Mateo, apóstol y evangelista

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2013 - Id y Enseñad - 57

El mensaje del Señor resuena en toda la tierraSábado

Septiembre21

Oración de los Fieles

Celebrante: Oremos a Dios, que tiene poder para transformar la vida y el corazón de los hombres del nuevo milenio, y digámosle:

Padre, escúchanos.

Para que con humildad y caridad sincera, la Iglesia fomente la unidad, la paz y la justicia en nuestro mundo. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que los cristianos vivamos el Evangelio y seamos para nuestros hermanos buena noticia de Dios. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que los pastores, sacerdotes, religiosos y fieles cristianos, viviendo según nuestra propia vocación, construyamos la Iglesia y promovamos la civilización del amor. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que haya jóvenes capaces de oír la invitación del Señor a seguirlo más de cerca e ir en pos de sí. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que San Mateo interceda por los pecadores, por los que no tienen fe o viven como si no

la tuvieran, por los que reciben el anuncio del Evangelio, por los que buscan la verdad. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que con nuestras vidas anunciemos lo que celebramos en la mesa del Señor. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Celebrante: Recibe, Padre, las oraciones de tus fieles y haz que como San Mateo nos dejemos cambiar la vida por tu invitación y vivamos para tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo y, como fruto de esta Eucaristía, concede a tu Iglesia mantenerse fiel al Evangelio predicado por los apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I Los apóstoles, pastores del

pueblo de Dios El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, dijo el Señor a quienes murmuraban de que estuviera comiendo en casa de Mateo con publicanos y pecadores.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú, que nos has hecho partícipes en esta Eucaristía del júbilo de san Mateo al recibir en su casa a Jesucristo, concédenos, Señor, la gracia de no separarnos nunca de tu Hijo y de esforzarnos por darlo a conocer. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 58

La cruz de Cristo tiene su razón

Es verdad exactamente lo contrario, como han demostrado los grandes maestros de la tradición católica. San Agustín, antes de su conversión, busca con gran inquietud la verdad a través de todas las filosofías disponibles, hallándolas todas insatisfactorias. Su fatigosa búsqueda racional es para él una pedagogía significativa para el encuentro con la Verdad de Cristo. Cuando dice: «comprende para creer y cree para comprender», es como si relatara su propia experiencia de vida. Intelecto y fe, ante la divina Revelación, no son extraños o antagonistas, sino que ambos son condición para comprender su sentido, para recibir su mensaje auténtico, acercándose al umbral del misterio. San Agustín, junto a muchos otros autores cristianos, es testigo de una fe que se ejercita con la razón, que piensa e invita a pensar. En esta línea, san Anselmo dirá en su Proslogion que la fe católica es fides quaerens intellectum, donde buscar la inteligencia es acto interior al creer. Será sobre todo santo Tomás de Aquino —fuerte en esta tradición— quien se confronte con la razón de los filósofos, mostrando cuánta nueva y fecunda vitalidad racionalderiva hacia el pensamiento humano desde la unión con los principios y de las verdades de la fe cristiana.

La fe católica es, por lo tanto, razonable y nutre confianza también en la razón humana. El concilio Vaticano I, en la constitución dogmática Dei Filius, afirmó que la razón es

capaz de conocer con certeza la existencia de Dios a través de la vía de la creación, mientras que sólo a la fe pertenece la posibilidad de conocer «fácilmente, con absoluta certeza y sin error» las verdades referidas a Dios, a la luz de la gracia. El conocimiento de la fe, además, no está contra la recta razón. El beato Juan Pablo II, en efecto, en la encíclica Fides et ratio sintetiza: «La razón del hombre no queda anulada ni se envilece dando su asentimiento a los contenidos de la fe, que en todo caso se alcanzan mediante una opción libre y consciente». En el irresistible deseo de verdad, sólo una relación armónica entre fe y razón es el camino justo que conduce a Dios y al pleno cumplimiento de sí.

Esta doctrina es fácilmente reconocible en todo el Nuevo Testamento. San Pablo, escribiendo a los cristianos de Corintio, sostiene, como hemos oído: «los judíos exigen signos, los griegos buscan

sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles». Y es que Dios salvó el mundo no con un acto de poder, sino mediante la humillación de su Hijo unigénito: según los parámetros humanos, la insólita modalidad actuada por Dios choca con las exigencias de la sabiduría griega. Con todo, la Cruz de Cristo tiene su razón, que san Pablo llama ho lògos tou staurou, «la palabra de la cruz». Aquí el término lògos indica tanto la palabra como la razón y, si alude a la palabra, es porque expresa verbalmente lo que la razón elabora.

Continúa en la pág. 74…

…Viene de la pág. 42

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2013 - Id y Enseñad - 59

El Señor levanta del polvo al desvalidoDomingo

Septiembre22

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Amós (8, 4-7) Escuchen esto los que buscan al pobre sólo para arruinarlo

y andan diciendo: “¿Cuándo pasará el descanso del primer día del mes para vender nuestro trigo, y el descanso del sábado para reabrir nuestros graneros?” Disminuyen las medidas, aumentan los precios, alteran las balanzas, obligan a los pobres a venderse; por un par de sandalias los compran y hasta venden el salvado como trigo. El Señor, gloria de Israel, lo ha jurado: “No olvidaré jamás ninguna de estas acciones”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 112

Que alaben al Señor todos sus siervos.

Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor, desde ahora y para siempre.

Que alaben al Señor todos sus siervos.

Dios está sobre todas las naciones, su gloria por encima de los cielos. ¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro?

Que alaben al Señor todos sus siervos.

El tiene en las alturas su morada y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo.

Que alaben al Señor todos sus siervos.

El levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol para hacerlo sentar entre los grandes, los jefes de su pueblo.

Que alaben al Señor todos sus siervos.

Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(2, 1-8) Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro salvador, pues él quiere que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la verdad,

Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 60

Que alaben al Señor todos sus siervos

porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre él también, que se entregó como rescate por todos. El dio testimonio de esto a su debido tiempo y de esto yo he sido constituido, digo la verdad y no miento, pregonero y apóstol para enseñar la fe y la verdad. Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (16, 1-13)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’.

Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Este respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Y yo les digo: Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que

no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes? No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Con confianza en el amor de Dios, con la seguridad de que siempre nos escucha oremos diciendo:

Te lo pedimos, Señor.

Para que, sirviendo al Señor, la Iglesia se solidarice con los pobres y oprimidos. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Para que Cristo, que nos trajo la salvación, haga de los obispos, sacerdotes y agentes de pastoral, maestros de la fe y la verdad. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Para que los que tienen poder, los gobernantes de las naciones y los políticos, obren con justicia y honestidad. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Domingo

Septiembre22

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2013 - Id y Enseñad - 61

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor

Para que sea una realidad la conversión de los opresores, de los tiranos y dictadores. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Para que nuestra oración suba a Dios y Él nos ayude a vivir como hijos de la luz. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Para que la Eucaristía que celebramos fortalezca nuestra fe y robustezca nuestra caridad. Oremos con fe.

Te lo pedimos, Señor.

Celebrante: Te lo pedimos a Ti, que eres nuestro único Señor, por intercesión de tu enviado Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos a fin de que, por medio de esta Eucaristía, podamos obtener las gracias de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical V La creación alaba al Señor

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque creaste el universo con todo cuanto contiene; determinaste el ciclo de las estaciones; y formaste al hombre a tu imagen y semejanza: porque lo hiciste dueño de un mundo portentoso, para que en tu nombre dominara la creación entera y, al contemplar la grandeza de tus obras, en todo momento te alabara. Por Cristo nuestro Señor. A quien cantan los cielos y la tierra, los ángeles y los

arcángeles, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Tú promulgas, Señor, tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.

Oración después de la Comunión

Oremos: Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Domingo

Septiembre22

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2013 - Id y Enseñad - 62

Grandes cosas has hecho por nosotros, SeñorLunes

Septiembre23

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 25a. semana

Antífona de Entrada

Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

Oración Colecta

Oremos: Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del libro de Esdras

(1, 1-6) El año primero del reinado de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca del profeta Jeremías, movió a Ciro

a proclamar de palabra y por escrito en todo su reino este decreto: “Esto dice Ciro, rey de Persia: ‘El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado edificarle un templo en Jerusalén de Judá. Los que pertenezcan al pueblo del Señor, que vayan a Jerusalén de Judá, para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, que habita en Jerusalén. Y que Dios los acompañe. La gente del lugar proporcionará a todos los judíos sobrevivientes, dondequiera que residan, oro, plata, utensilios y ganado, además de las ofrendas que quieran hacer voluntariamente para el templo de Dios, que está en Jerusalén’ ”. Entonces se pusieron en marcha los jefes de familia de las tribus de Judá y Benjamín, los sacerdotes y los levitas, y todos los que se sintieron movidos por Dios

para ir a reconstruir el templo del Señor en Jerusalén. Sus vecinos les proporcionaron toda clase de ayuda: oro, plata, utensilios, ganado y objetos preciosos, además de las ofrendas voluntarias. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 125

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!” Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 63

Los ojos de todos los hombres te miran, SeñorLunes

Septiembre23

Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que viendo las obras buenas que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (8, 16-18)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde

debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común V Proclamación del misterio

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 64

Dichosos los que escuchan la palabra de DiosMartes

Septiembre24

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 25a. semana

Antífona de Entrada

Pueblos todos, aplaudid; aclamad al Señor con gritos de júbilo.

Oración Colecta

Oremos: Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro de Esdras

(6, 7-8. 12. 14-20) En aquellos días, el rey Darío escribió a los jefes de la región del otro lado del río Eufrates: “Dejen que el gobernador y los dirigentes de los judíos reconstruyan el templo de Dios en su antiguo sitio. Estas son mis órdenes acerca del proceder de ustedes con los dirigentes de los judíos, en lo que se refiere a la reconstrucción del templo de Dios: Con los impuestos de la región del otro lado del río, destinados al rey, se les pagarán puntualmente los gastos a esos hombres, para que no se interrumpa el trabajo. Yo, Darío, he promulgado este decreto para que se cumpla a la letra”. Así los dirigentes de los judíos avanzaron con rapidez en la reconstrucción del templo, alentados por las palabras

de Ageo y de Zacarías, hijo de Idó, y llevaron a cabo la reconstrucción, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de marzo del año sexto del reinado del rey Darío. Los israelitas —sacerdotes, levitas y todos los demás que habían vuelto de la cautividad— celebraron con júbilo la dedicación del templo de Dios. Para la dedicación del templo ofrecieron cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos, y como sacrificio por el pecado de todo Israel, doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel. El servicio del templo de Jerusalén se encomendó a los sacerdotes, y a los levitas, según el orden que les correspondía, conforme a la ley de Moisés. Los israelitas que habían vuelto de la cautividad celebraron la Pascua el día catorce de abril. Todos los sacerdotes y los levitas se habían preparado

para celebrarla y estaban puros; inmolaron, pues, la víctima pascual para todos los que habían vuelto de la cautividad, para sus hermanos los sacerdotes, y para sí mismos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 121

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 65

Vayamos con alegría al encuentro del SeñorMartes

Septiembre24

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (8, 19-21)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían llegar hasta donde él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue a decir: “Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte”. Pero él respondió: “Mi madre

y mis hermanos son aquellos que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía por medio de la cual tú te dignas hacernos partícipes de los frutos de la redención.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Alma mía, bendice al Señor y alaba de corazón su santo nombre. Oración después de la Comunión

Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión, sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 66

Bendito sea el Señor para siempreFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 25a. semana

Miércoles

Septiembre25

Antífona de Entrada

Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de Esdras

(9, 5-9) Yo, Esdras, al llegar la hora de la ofrenda de la tarde, salí de mi abatimiento y con la túnica y el manto rasgados, me postré de rodillas, levanté las manos al Señor, mi Dios, y le dije: “Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti, porque nuestros pecados se han multiplicado hasta cubrirnos por completo y nuestros delitos son tan grandes, que llegan hasta el cielo. Desde el tiempo de nuestros padres hasta el día de hoy, hemos pecado gravemente y por nuestros pecados nos has entregado

a nosotros, a nuestros reyes y a nuestros sacerdotes en manos de reyes extranjeros, para que nos maten, nos destierren, nos saqueen y nos insulten, como sucede al presente. Pero ahora, Señor, Dios nuestro, te has compadecido de nosotros un momento y nos has dejado algunos sobrevivientes, que se han refugiado en tu lugar santo; tú, Dios nuestro, has iluminado nuestros ojos y nos has reanimado un poco en medio de nuestra esclavitud. Porque éramos esclavos, pero tú no nos abandonaste en nuestra esclavitud, sino que nos granjeaste el favor de los reyes de Persia, para que nos perdonaran la vida y pudiéramos levantar tu templo y restaurar sus ruinas y

tuviéramos, así, un refugio en Judá y en Jerusalén”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Tobías 13

Bendito sea el Señor para siempre.

El castiga y tiene compasión, hunde hasta el abismo y saca de él y no hay quien escape de su mano.

Bendito sea el Señor para siempre.

El los dispersó a ustedes entre los paganos, que no lo conocen, para que les dieran a conocer sus maravillas y para que los hicieran comprender que él es el único Dios todopoderoso.

Bendito sea el Señor para siempre.

Miren lo que ha hecho por nosotros, denle gracias de todo corazón y con sus obras bendigan al rey eterno.

Bendito sea el Señor para siempre.

Yo le doy gracias en el país de mi destierro, pues anunció su grandeza a un pueblo pecador. Conviértanse, pecadores, obren rectamente en su presencia y esperen que tenga compasión de ustedes.

Bendito sea el Señor para siempre.

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2013 - Id y Enseñad - 67

Alabemos la grandeza del SeñorMiércoles

Septiembre25

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 1-6)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos. Y les dijo: “No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el

polvo de los pies en señal de acusación”. Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio Común VII Cristo, huésped y peregrino

en medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Probad y ved qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él.

Oración después de la Comunión

Oremos: Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 68

El Señor es amigo de su puebloJueves

Septiembre26

Antífona de Entrada

Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Ageo (1, 1-8) El día primero del mes sexto del año segundo del rey Darío,

la palabra del Señor se dirigió, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y les dijo: “Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Este pueblo mío anda diciendo que todavía no ha llegado el momento de reconstruir el templo’ ”. La palabra del Señor llegó por medio del profeta Ageo y dijo: “¿De modo que es tiempo de vivir en casas con paredes revestidas de cedro, mientras que mi casa está en ruinas? Pues ahora, dice el Señor de los ejércitos, reflexionen sobre su situación: han sembrado mucho, pero cosechado poco; han comido, pero siguen con hambre; han bebido, pero siguen con sed; se han vestido, pero siguen con frío, y los que trabajaron a sueldo

echaron su salario en una bolsa rota”. Esto dice el Señor de los ejércitos: “Reflexionen, pues, sobre su situación. Suban al monte, traigan madera y construyan el templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice el Señor”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 149

El Señor es amigo de su pueblo.

Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo.

El Señor es amigo de su pueblo.

En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes.

El Señor es amigo de su pueblo.

Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, pues en esto su pueblo se complace.

El Señor es amigo de su pueblo.

Feria del T. O.: Jueves de la 25a. semana o memoria libre de san Cosme y san Damián, mártires

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2013 - Id y Enseñad - 69

Yo soy el camino, la verdad y la vidaJueves

Septiembre26

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre si no es por mí, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 7-9)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?” Y tenía curiosidad de ver a Jesús. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VIII Jesús, buen samaritano

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del

dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 70

Envíame, Señor, tu luz y tu verdadViernes

Septiembre27

Antífona de Entrada

El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido, para llevar la Buena Nueva a los pobres y anunciar su liberación a los cautivos.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que otorgaste a san Vicente de Paúl una inmensa compasión por los pobres y una gran preocupación por formar sacerdotes que se dedicaran a los más necesitados, concédenos, por su intercesión, compartir en la medida de nuestras fuerzas su entrega evangélica al bien de los pobres de Cristo, que vive y reina contigo.

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Ageo (1, 15—2, 9) El día veintiuno del séptimo mes del año segundo del reinado

de Darío, la palabra del Señor vino, por medio del profeta Ageo, y dijo: “Diles a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo: ‘¿Queda alguien entre ustedes que haya visto este templo en el esplendor que antes tenía? ¿Y qué es lo que ven ahora? ¿Acaso no es muy poca cosa a sus ojos? Pues bien, ¡ánimo!, Zorobabel; ¡ánimo!, Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote; ¡ánimo!, pueblo entero. ¡Manos a la obra!, porque yo estoy con ustedes, dice el Señor de los ejércitos. Conforme a la alianza que hice con ustedes, cuando salieron de Egipto, mi espíritu estará con ustedes. No teman’. Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Dentro de poco tiempo conmoveré el cielo y la tierra, el mar y los continentes. Conmoveré a todos los pueblos para que vengan a traerme las riquezas de todas las naciones y llenaré de gloria este templo. Mía es la plata y mío es el oro.

La gloria de este segundo templo será mayor que la del primero, y en este sitio daré yo la paz’, dice el Señor de los ejércitos”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 42

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Defiéndeme, Señor, hazme justicia contra un pueblo malvado; del hombre tramposo y traicionero ponme a salvo.

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Si tú eres de verdad mi Dios-refugio, ¿por qué me has rechazado? ¿Por qué tengo que andar tan afligido, viendo cómo me oprime el adversario?

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad; que ellas se conviertan en mi guía y hasta tu monte santo me conduzcan, allí donde tú habitas.

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Al altar del Señor me acercaré, al Dios que es mi alegría, y a mi Dios, el Señor, le daré gracias al compás de la cítara.

Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.

Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero

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2013 - Id y Enseñad - 71

Demos gracias al Señor por su misericordiaViernes

Septiembre27

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de todos.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 18-22)

Gloria a ti, Señor.

Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos contestaron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha resucitado”. El les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Respondió Pedro: “El Mesías de Dios”. Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie.

Después les dijo: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, que concediste a san Vicente de Paúl imitar con su vida el misterio de redención y de amor que celebraba en la Eucaristía, haz que este mismo sacrificio nos asemeje cada vez más a tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio de los santos Pastores Los santos pastores siguen

presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Vicente de Paúl, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Demos gracias al Señor por su misericordia y los prodigios hechos en favor de su pueblo, porque sació a los que tenían sed y dio de comer a los hambrientos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta sagrada comunión nos ayude, Señor, a imitar a tu hijo Jesucristo y a llevar a los pobres, a ejemplo de san Vicente de Paúl, el anuncio y la prueba de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 72

Escuchen, pueblos, la palabra del SeñorMemoria libre de santa María en Sábado

Antífona de Entrada

María, el Altísimo te ha bendecido más que a todas las mujeres de la tierra, y de tal manera te ha glorificado, que los hombres no cesan de alabarte.

Oración Colecta

Oremos: Por intercesión de la santísima Virgen María, llena de gracia, cuya gloriosa memoria estamos celebrando, haz, Señor, que también nosotros podamos participar de los dones de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Zacarías (2, 5-9. 14-15)

En aquellos días, levanté los ojos y vi a un hombre con una

cuerda de medir en la mano. Le pregunté: “¿A dónde vas?” El me respondió: “Voy a medir la ciudad de Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y de largo”. Entonces el ángel que hablaba conmigo se alejó de mí y otro ángel le salió al encuentro y le dijo: “Corre, háblale a ese joven y dile: ‘Jerusalén ya no tendrá murallas, debido a la multitud de hombres y ganados que habrá en ella. Yo mismo la rodearé, dice el Señor, como un muro de fuego y mi gloria estará en medio de ella’ ”. Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Jeremías 31

El Señor será nuestro pastor.

Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en las islas más remotas: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo cuidará como el pastor a su rebaño”.

El Señor será nuestro pastor.

Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y vendrán a gozar de los bienes del Señor.

El Señor será nuestro pastor.

Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas.

El Señor será nuestro pastor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 43-45)

Gloria a ti, Señor.

Sábado

Septiembre28

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2013 - Id y Enseñad - 73

El Señor será nuestro pastor

En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”. Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Jubilosos de poder celebrar la festividad de la Madre de tu Hijo, te presentamos, Señor, estas ofrendas de alabanza, y te pedimos que por este santo, intercambio de dones, se acrecienten en nosotros los frutos de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen III María, modelo de la Iglesia

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,

y alabarte en esta festividad de la Virgen María. Porque al aceptar ella a tu Unigénito en su corazón inmaculado, mereció concebirlo en su seno virginal y, al dar a luz a Cristo, preparó el nacimiento de la Iglesia. Porque al aceptar, junto a la cruz, el encargo de tu amor, recibió como hijos a todos los hombres, redimidos por la sangre de Cristo. Porque al unirse a las oraciones de los apóstoles y de los discípulos, que esperaban la venida del Espíritu Consolador, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante y, desde su asunción gloriosa a los cielos, sigue mostrando su amor y protección a la Iglesia que peregrina hacia la vida eterna, hasta que venga el Señor, lleno de gloria.

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos sin cesar, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Me llamarán bienaventurada todas las generaciones, porque ha puesto Dios sus ojos en la humildad de su esclava.

Oración después de la Comunión

Oremos: Habiendo recibido el sacramento celestial, te pedimos, Señor, que cuantos hemos celebrado con veneración, la memoria de la santísima Virgen María, merezcamos participar del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Sábado

Septiembre28

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2013 - Id y Enseñad - 74

Sin Dios el hombre se extravía

Así que Pablo ve en la Cruz no un acontecimiento irracional, sino un hecho salvífico que posee una razonabilidad propia reconocible a la luz de la fe. Al mismo tiempo, él tiene mucha confianza en la razón humana; hasta el punto de sorprenderse por el hecho de que muchos, aun viendo las obras realizadas por Dios, se obstinen en no creer en Él. Dice en la Carta a los Romanos: «Lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, son perceptibles para la inteligencia a partir de la creación del mundo y a través de sus obras». Así, también san Pedro exhorta a los cristianos de la diáspora a glorificar «a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza». En un clima de persecución y de fuerte exigencia de testimoniar la fe, a los creyentes se les pide que justifiquen con motivaciones fundadas su adhesión a la palabra del Evangelio, que den razón de nuestra esperanza.

Sobre estas premisas acerca del nexo fecundo entre comprender y creer se funda también la relación virtuosa entre ciencia y fe. La investigación científica lleva al conocimiento de verdades siempre nuevas sobre el hombre y sobre el cosmos, como vemos. El verdadero bien de la humanidad, accesible en la fe, abre el horizonte en el que se debe mover su camino de descubrimiento. Por lo tanto hay que alentar, por ejemplo, las investigaciones puestas al servicio de la vida y orientada a vencer las enfermedades. Son importantes también las indagaciones dirigidas a descubrir los secretos de nuestro planeta y del universo, sabiendo que el hombre está en el vértice de la creación, no para explotarla insensatamente, sino para custodiarla y hacerla habitable. De tal forma la fe, vivida realmente, no entra en conflicto con la ciencia; más bien coopera con ella ofreciendo criterios de base para que promueva el bien de todos, pidiéndole que renuncie sólo a los intentos que —oponiéndose al proyecto originario de Dios— pueden producir efectos que se vuelvan contra el hombre mismo. También por esto es razonable creer: si la ciencia es una preciosa aliada de la fe para la comprensión del plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico que se lleve a cabo siempre por el bien y la verdad del hombre, permaneciendo fiel a dicho plan.

He aquí por qué es decisivo para el hombre abrirse a la fe y conocer a Dios y su proyecto de salvación en Jesucristo. En el Evangelio se inaugura un nuevo humanismo, una auténtica «gramática» del hombre y de toda la realidad. Afirma el Catecismo de la Iglesia católica: «La verdad de Dios es su sabiduría que rige todo el orden de la creación y del gobierno del mundo. Dios, único Creador del cielo y de la tierra, es el único que puede dar el conocimiento verdadero de todas las cosas creadas en su relación con Él».

Confiemos, pues, en que nuestro empeño en la evangelización ayude a devolver nueva centralidad al Evangelio en la vida de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo. Y oremos para que todos vuelvan a encontrar en Cristo el sentido de la existencia y el fundamento de la verdadera libertad: sin Dios el hombre se extravía. Los testimonios de cuantos nos han precedido y dedicaron su vida al Evangelio lo confirman para siempre. Es razonable creer; está en juego nuestra existencia. Vale la pena gastarse por Cristo; sólo Él satisface los deseos de verdad y de bien enraizados en el alma de cada hombre: ahora, en el tiempo que pasa y el día sin fin de la Eternidad bienaventurada.

Saludos

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a descubrir en Cristo el sentido de la existencia y el fundamento de la verdadera libertad. Muchas gracias.

…Viene de la pág. 58

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2013 - Id y Enseñad - 75

Antífona de Entrada Podrías hacer recaer sobre nosotros, Señor, todo el rigor de tu justicia, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero, haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia, nos das la prueba más delicada de tu omnipotencia, apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por obtener el cielo que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta

Amós (6, 1. 4-7) Esto dice el Señor todopoderoso: “¡Ay de ustedes, los que se sienten seguros en Sión y los que ponen su confianza en el monte sagrado de Samaria! Se reclinan sobre divanes adornados con marfil, se recuestan sobre almohadones para comer los corderos del rebaño y las terneras en engorda. Canturrean al son del arpa, creyendo cantar como David. Se atiborran de vino, se ponen los perfumes más costosos, pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos. Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos y se acabará la orgía de los disolutos”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 145

Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.

Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado.

Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna losplanes del inicuo. Reina el Señor eternamente,reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.

Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.

Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo

(6, 11-16) Hermano: Tú, como hombre de Dios, lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido

Medita la Palabra del Señor, día y nocheDomingo

Septiembre29

Vigésimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 76

llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos. Ahora, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato, te ordeno que cumplas fiel e irreprochablemente, todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo Dios, el bienaventurado y único soberano, Rey de los reyesy Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inaccesible y a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y poder para siempre. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (16, 19-31)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él. Entonces gritó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’. El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Domingo

Septiembre29El Señor siempre es fiel a su palabra

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2013 - Id y Enseñad - 77

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Oremos con confianza a Dios que hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos, y digámosle con fe:

Padre, escúchanos. Por los cristianos: que nuestra fe se traduzca en un compromiso solidario con la humanidad del tercer milenio. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Por la Iglesia: que con austeridad, pobreza y vida evangélica, atraiga a los que se han alejado del bien. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Por los que gozan de riqueza y bienestar: que sean sensibles a las necesidades de los más pobres y necesitados. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Por los que ponen su confianza en valores falsos: que descubran la verdadera riqueza de la vida y acojan la salvación. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Por los difuntos: que la vida eterna sea su posesión gozosa. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos. Por nosotros: que al alimentarnos de Jesús Eucaristía, seamos generosos y justos en el reparto de nuestros bienes. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Celebrante: Padre, escucha las oraciones de tu pueblo, haznos cada vez más dóciles a tu voluntad y enséñanos a compartir los bienes que recibimos de Ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Padre misericordioso, nuestros dones y conviértelos en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fuente de toda bendición para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical VI Prendas de la Pascua eterna

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. En quien vivimos, nos movemos y somos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya, en prenda, la vida futura. Pues al poseer las primicias del Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de entre los muertos, podemos esperar que un día sea nuestra la pascua eterna. Por eso, Señor, te damos gracias y proclamamos tu grandeza, cantando con los ángeles:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo; en ella he puesto toda mi esperanza y ha sido ella mi consuelo en la aflicción.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta Eucaristía renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a fin de que podamos participar de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Domingo

Septiembre29 Abre el Señor los ojos de los ciegos

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2013 - Id y Enseñad - 78

Memoria de san Jerónimo, presbítero y doctor de la IglesiaTu pueblo nuevo te alabará, Señor

Lunes

Septiembre30

Antífona de Entrada

Que las palabras de Dios estén siempre sobre tus labios; medítalas día y noche, cumple todo lo que manda el Señor para que tu vida tenga sentido y valor.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, tú que otorgaste a san Jerónimo el don de conocer y amar profundamente la Sagrada Escritura, concédenos descubrir en tu palabra la historia de tu amor por nosotros y el camino de nuestra salvación. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Zacarías (8, 1-8) En aquellos días, me fue dirigida a mí, Zacarías, la palabra

del Señor en estos términos: “Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Yo siento por Sión un amor ardiente y celoso, un amor celoso que me arrebata’. Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Regresaré a Sión y en medio de Jerusalén habitaré. Jerusalén se llamará ciudad fiel, y el monte del Señor de los ejércitos, monte santo’. Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘De nuevo se sentarán los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalén, cada cual con su bastón en la mano, por su avanzada edad; las plazas de la ciudad se llenarán de niños y niñas que jugarán en ellas’. Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Aunque esto les parezca imposible a los sobrevivientes de este pueblo, ¿acaso va a ser imposible para mí?’. Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Yo salvaré a mi pueblo de los países de oriente y

occidente, y lo traeré aquí para que habite en Jerusalén. El será mi pueblo y yo seré su Dios, lleno de fidelidad y de justicia’ ”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 101

Tu pueblo nuevo te alabará, Señor.

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso, cuando oiga el clamor del oprimido y no se muestre a sus plegarias sordo, entonces temerán al Señor todos los pueblos, y su gloria verán los poderosos.

Tu pueblo nuevo te alabará, Señor.

Esto se escribirá para el futuro y alabará al Señor el pueblo nuevo, porque el Señor, desde su altura santa, ha mirado a la tierra desde el cielo, para oír los gemidos del cautivo y librar de la muerte al prisionero.

Tu pueblo nuevo te alabará, Señor.

Bajo tu protección, Señor, habitarán los hijos de tus siervos y se establecerán sus descendientes. Tu nombre en Sión alabarán por eso, cuando en Jerusalén, a darte culto, se reúnan, Señor, todos los pueblos.

Tu pueblo nuevo te alabará, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 79

Tu palabra, Señor, es la alegría de mi corazón

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo vino a servir y a dar la vida por la salvación de todos.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 46-50)

Gloria a ti, Señor.

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: “El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande”.

Entonces, Juan le dijo: “Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros”. Pero Jesús respondió: “No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, nuestros dones y haz que, iluminados interiormente por tu palabra, a ejemplo de san Jerónimo, nos acerquemos con fe viva a tu altar para ofrecerte el sacrificio de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos Pastores

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Jerónimo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Tu palabra, Señor, es mi alimento. Tu palabra es el gozo y la alegría de mi corazón.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta Eucaristía que hemos celebrado en la festividad de san Jerónimo ilumine, Señor, nuestro espíritu, para que podamos encontrar en tu Evangelio el camino, la verdad y la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Lunes

Septiembre30

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2013 - Id y Enseñad - 80

Tu Palabra Señor, es mi alimentoMartes

Octubre1

Antífona de Entrada

El Señor fijó su mirada en ella, la instruyó y la cuidó como a la niña de sus ojos. El Señor la condujo, como el águila que despliega sus alas para llevar a sus polluelos.

Oración Colecta

Oremos: Dios y Padre nuestro, que tienes abiertas las puertas de tu Reino para los humildes y sencillos de corazón, ayúdanos a llegar a ti, a ejemplo de santa Teresa del Niño Jesús, por el camino de la fidelidad en las cosas pequeñas y el cumplimiento de los deberes diarios. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta

Zacarías (8, 20-23)

Esto dice el Señor de los ejércitos: “Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar ante el Señor Dios

en Jerusalén y a implorar su protección”. Esto dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días, diez hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes’ ”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 86

Dios está con nosotros.

Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel.

Dios está con nosotros.

De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía, serán como tus hijos.

Dios está con nosotros.

Y de ti, Jerusalén, afirmarán: “Todos los pueblos han nacido en ti y el Altísimo es tu fortaleza”.

Dios está con nosotros.

El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán, bailando: “Tú eres la fuente de nuestra salvación”.

Dios está con nosotros.

Memoria de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

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2013 - Id y Enseñad - 81

Dios está con nosotros

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvaciónde todos.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (9, 51-56)

Gloria a ti, Señor.

Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que

hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?” Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en esta festividad de santa Teresa del Niño Jesús, y concédenos que también nuestra vida sea agradable a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santas Vírgenes y Santos Religiosos

La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

A menos que cambiéis y os hagáis tan sencillos como niños, no entraréis al Reino de los cielos, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que esta sagrada comunión encienda en nosotros aquel amor que inspiró a santa Teresa del Niño Jesús el deseo de ofrecerte su vida por la salvación de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Martes

Octubre1

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2013 - Id y Enseñad - 82

Tú eres mi refugio y fortalezaMemoria de los Santos Ángeles Custodios

Antífona de Entrada

Ángeles del Señor, bendecid al Señor; alabadlo y glorificadlo eternamente.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que con amorosa providencia has enviado a tus santos ángeles para que nos guarden, concédenos experimentar su protección aquí en la tierra y disfrutar, junto con ellos, la felicidad del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del Exodo

(23, 20-23)

Esto dice el Señor: “Voy a enviar a un ángel que vaya delante de ti, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. Respétalo y obedécelo. No te rebeles, porque lleva mi nombre, y no perdonará tu rebeldía. Si lo obedeces fielmente y haces lo que yo te diga, tus enemigos serán mis enemigos, y tus adversarios, mis adversarios. Mi ángel irá delante de ti”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 90

Dios les ha ordenado a sus ángeles que nos cuiden.

Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del todopoderoso, dile al Señor:

“Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío”.

Dios les ha ordenado a sus ángeles que nos cuiden.

El te librará de la red del cazador y de la peste funesta. Te cubrirá con sus alas y te refugiarás bajo sus plumas.

Dios les ha ordenado a sus ángeles que nos cuiden.

No te sucederá desgracia alguna, ninguna calamidad caerá sobre tu casa, pues el Señor ha dado a sus ángeles la orden de protegerte a dondequiera que vayas.

Dios les ha ordenado a sus ángeles que nos cuiden.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (18, 1-5. 10)

Gloria a ti, Señor.

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:

Miércoles

Octubre2

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2013 - Id y Enseñad - 83

Seamos fieles en las cosas pequeñas

“¿Quién es más grande en el Reino de los cielos?” Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: “Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos en la festividad de tus santos ángeles, y concédenos que su continua protección nos libre de los peligros presentes y nos guíe a la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los ÁngelesVenerar a los ángeles

es glorificar a Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el honor que tributamos a los que te fueron fieles, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélica, lo es inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo nuestro Señor. Por él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros,

a una con ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

En presencia de los ángeles cantaremos, Dios nuestro, tu alabanza.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tu que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de nuestro Redentor, condúcenos por medio de tus santos ángeles, al encuentro glorioso con Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Miércoles

Octubre2

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2013 - Id y Enseñad - 84

Señor Dios, tú eres mi auxilioJueves

Octubre3

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 26a. semana

Antífona de Entrada

Señor Dios, tú eres mi auxilio y el único apoyo de mi vida; te ofreceré de corazón un sacrificio y te daré gracias, Señor, porque eres bueno.

Oración Colecta

Oremos: Míranos, Señor, con amor y multiplica en nosotros los dones de tu gracia para que, llenos de fe, esperanza y caridad, permanezcamos siempre fieles en el cumplimiento de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de Nehemías

(8, 1-4. 5-6. 8-12) En aquellos días, todo el pueblo, como si fuera un solo hombre, se reunió en la plaza que está ante la puerta del Agua y pidió a Esdras, el sacerdote y escriba, que trajera el libro de la ley de Moisés, que el Señor había prescrito a Israel. Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo y Esdras leyó desde el amanecer hasta el mediodía en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres, mujeres y todos los que tenían

uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley. Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: “¡Amén!”, e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura. Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al escuchar las palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es

un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza”. Y los levitas consolaban al pueblo, diciéndole: “No lloren, porque este día es santo. No estén tristes”. Y el pueblo entero se fue a comer y a beber, mandó comida a los que no tenían nada e hizo grandes festejos, porque habían comprendido las cosas que les habían enseñado. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

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2013 - Id y Enseñad - 85

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna

Más deseables que el oro y las piedras preciosas las normas del Señor, y más dulces que la miel de un panal que gotea.

Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (10, 1-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, designó el Señor a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque

el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’. Pero si entran en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: ‘Hasta el polvo de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca’. Yo les digo que en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos rigor que esa ciudad”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Dios nuestro, que con la muerte de tu Hijo llevaste a término y perfección los sacrificios de la antigua alianza, acepta y bendice estos dones, como aceptaste y bendijiste los de Abel, para que lo que cada uno te ofrece, sea de provecho para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IXLa gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Para perpetuar su amor, el Señor nos ha dejado el memorial de sus prodigios, y ha dado a sus amigos el signo de un banquete que les recuerde para siempre su alianza.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que nos has concedido participar en esta Eucaristía, míranos con bondad y ayúdanos a vencer nuestra fragilidad humana para poder vivir como hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Jueves

Octubre3

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2013 - Id y Enseñad - 86

Memoria de san Francisco de Asís

Viernes

Octubre4Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados

Antífona de Entrada

Francisco, el hombre de Dios, dejó su casa, abandonó su herencia y se hizo pobre y desvalido; pero el Señor se hizo cargo de él.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco de Asís la gracia de seguir gozosamente a Cristo en una vida de pobreza y humildad, haz que, a ejemplo suyo, nuestra preocupación esencial en esta tierra sea la de amar y seguir a tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina contigo.

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta

Baruc (1, 15-22) “Reconocemos que el Señor, Dios nuestro, es justo, y todos nosotros, los habitantes de Judea y de Jerusalén, nuestros

reyes y príncipes, nuestros sacerdotes, profetas y padres, nos sentimos hoy llenos de vergüenza, porque hemos pecado contra el Señor y no le hemos hecho caso; lo hemos desobedecido y no hemos escuchado su voz ni hemos cumplido los mandamientos que él nos dio. Desde el día en que el Señor sacó de Egipto a nuestros padres hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor, nuestro Dios, y nos hemos obstinado en no escuchar su voz. Por eso han caído ahora sobre nosotros las desgracias y la maldición que el Señor anunció por medio de Moisés, su siervo, el día en que sacó de Egipto a nuestros padres, para darnos una tierra que mana leche y miel. No hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a las palabras de los profetas que nos ha enviado y todos nosotros, siguiendo las inclinaciones de nuestro perverso corazón, hemos adorado a dioses extraños y hemos hecho lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 78

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, han profanado tu santo templo, y han convertido a Jerusalén en ruinas.

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Han echado los cadáveres de tus siervos a las aves de rapiña, y la carne de tus fieles a los animales feroces.

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado y arderá como fuego tu ira?

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

No recuerdes, Señor, contra nosotros las culpas de nuestros padres. Que tu amor venga pronto a socorrernos, porque estamos totalmente abatidos.

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Para que sepan quién eres, socórrenos, Dios y salvador nuestro. Para que sepan quién eres, sálvanos y perdona nuestros pecados.

Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 87

Viernes

Octubre4 Procuremos el bien de nuestros hermanos

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (10, 13-16)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”. Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes,

a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, nuestros dones y prepáranos a celebrar el memorial de la pasión de tu Hijo, que tan honda huella dejó en el alma y en el cuerpo de san Francisco. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos I La gloria de los santos

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias y deber nuestro glorificarte, Padre santo. Porque tu gloria resplandeceen cada uno de los santos, ya que, al coronar sus méritos, coronas tus propios dones. Con su vida, nos proporcionas ejemplo; ayuda, con su intercesión, y por la comunión con ellos, nos haces participar de sus bienes, para que, alentados por testigos tan insignes, lleguemos victoriosos al fin de la carrera y alcancemos con ellos la corona inmortal de la gloria. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te cantamos un himno de alabanza,diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que esta sagrada comunión nos haga amar profundamente a Cristo y a los hombres para que, a ejemplo de san Francisco de Asís, procuremos sin cesar el bien de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 88

Con la salvación del Señor viene la alegríaMemoria libre de santa María en Sábado

Antífona de Entrada

Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.

Oración Colecta

Oremos: Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Baruc (4, 5-12. 27-29)

“¡Ánimo!, pueblo mío, tú que llevas el nombre de Israel. Ustedes fueron vendidos a los paganos, pero no para ser destruidos; por haber provocado la ira de Dios fueron entregados a sus enemigos. Provocaron la indignación de su Creador, ofreciendo sacrificios a los ídolos y no a Dios; han olvidado al Dios eterno, que los alimentó, y han entristecido a Jerusalén, que los crió. Cuando Jerusalén vio venir sobre ustedes la ira de Dios, dijo: ‘Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios ha mandado sobre mí una gran desgracia: he visto que desterraban a mi pueblo, a mis hijos e hijas, por orden

del Eterno. Yo los había criado con júbilo y los he dejado partir con llanto. Que nadie vuelva a alegrarse conmigo, porque soy viuda y estoy abandonada. Por los pecados de mis hijos me encuentro sola, pues se apartaron de la ley de Dios’. Pero tengan ánimo, hijos míos, e invoquen al Señor, porque el que les envió estas desgracias se acordará de ustedes. Así como un día se empeñaron en alejarse de Dios, así vuélvanse ahora a él y búsquenlo con mucho mayor empeño, pues el que les mandó todas estas desgracias les dará también con su salvación la eterna alegría”.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 68

El Señor jamás desoye al pobre.

Se alegrarán al ver al Señor los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado.

El Señor jamás desoye al pobre.

Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá a Judá; la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a Dios la habitarán.

El Señor jamás desoye al pobre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (10, 17-24)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. El les contestó: “Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada

Sábado

Octubre5

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2013 - Id y Enseñad - 89

El Señor jamás desoye al pobre

les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”. En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por que has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron,

y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I Maternidad de la santísima

Virgen María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del eterno Padre.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Sábado

Octubre5

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2013 - Id y Enseñad - 90

Hablar de Dios requiere una familiaridadcon Jesús y su Evangelio

Queridos hermanos y hermanas:

La cuestión central que nos planteamos hoy es la siguiente: ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones frecuentemente cerrados de nuestros contemporáneos y en sus mentes a veces distraídas por los muchos resplandores de la sociedad? Jesús mismo, dicen los evangelistas, al anunciar el Reino de Dios se interrogó sobre ello: «¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos?». ¿Cómo hablar de Dios hoy? La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Él ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar con Dios es, por lo tanto, la escucha de cuanto ha dicho Dios mismo. ¡Dios ha hablado con nosotros! Así que Dios no es una hipótesis lejana sobre el origen del mundo; no es una inteligencia matemática muy apartada de nosotros. Dios se interesa por nosotros, nos ama, ha entrado personalmente en la realidad de nuestra historia, se ha auto-comunicado hasta encarnarse. Dios es una realidad de nuestra vida; es tan grande que también tiene tiempo para nosotros, se ocupa de nosotros. En Jesús de Nazaret encontramos el rostro de Dios, que ha bajado de su Cielo para sumergirse en el mundo de los hombres, en nuestro mundo, y enseñar el «arte de vivir», el camino de la felicidad; para liberarnos del pecado y hacernos hijos de Dios. Jesús ha venido para salvarnos y mostrarnos la vida buena del Evangelio.

Hablar de Dios quiere decir, ante todo, tener bien claro lo que debemos llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo: no un Dios abstracto, una hipótesis, sino un Dios concreto, un Dios que existe, que ha entrado en la historia y está presente en la historia; el Dios de Jesucristo como respuesta a la pregunta fundamental del por qué y del cómo vivir. Por esto, hablar de Dios requiere una familiaridad con Jesús y su Evangelio; supone nuestro conocimiento personal y real de Dios y una fuerte pasión por su proyecto de salvación, sin ceder a la tentación del éxito, sino siguiendo el método de Dios mismo. El método de Dios es el de la humildad —Dios se hace uno de nosotros—, es el método realizado en la Encarnación en la sencilla casa de Nazaret y en la gruta de Belén, el de la parábola del granito de mostaza.

Es necesario no temer la humildad de los pequeños pasos y confiar en la levadura que penetra en la masa y lentamente la hace crecer. Al hablar de Dios, en la obra de evangelización, bajo la guía del Espíritu Santo, es necesario una recuperación de sencillez, un retorno a lo esencial del anuncio: la Buena Nueva de un Dios que es real y concreto, un Dios que se interesa por nosotros, un Dios-Amor que se hace cercano a nosotros en Jesucristo hasta la Cruz y que en la Resurrección nos da la esperanza y nos abre a una vida que no tiene fin, la vida eterna, la vida verdadera. Ese excepcional comunicador que fue el apóstol Pablo nos brinda una lección, orientada justo al centro de la fe, sobre la cuestión de «cómo hablar de Dios» con gran sencillez. En la Primera Carta a los Corintios escribe: «Cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado». Por lo tanto, la primera realidad es que Pablo no habla de una filosofía que él ha desarrollado, no habla de ideas que ha encontrado o inventado, sino que habla de una realidad de su vida, habla del Dios que ha entrado en su vida, habla de un Dios real que vive, que ha hablado con él y que hablará con nosotros, habla del Cristo crucificado y resucitado. La segunda realidad es que Pablo no se busca a sí mismo, no quiere crearse un grupo de admiradores, no quiere entrar en la historia como cabeza de una escuela de grandes conocimientos, no se busca a sí mismo, sino que san Pablo anuncia a Cristo y quiere ganar a las personas para el Dios verdadero y real. Pablo habla sólo con el deseo de querer predicar aquello que ha entrado en su vida y que es la verdadera vida, que le ha conquistado en el camino de Damasco. Así que hablar de Dios quiere decir dar espacio a Aquel que nos lo da a conocer, que nos revela su rostro de amor; quiere decir expropiar el propio yo ofreciéndolo a Cristo, sabiendo que no somos nosotros los que podemos ganar a los otros para Dios, sino que debemos esperarlos de Dios mismo, invocarlos de Él. Hablar de Dios nace, por ello, de la escucha, de nuestro conocimiento de Dios que se realiza en la familiaridad con Él, en la vida de oración y según los Mandamientos.

Continúa en la pág. 106…

Catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año de la Fe: ¿Cómo hablar de Dios?, Noviembre 2012

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2013 - Id y Enseñad - 91

Todo depende de tu voluntad, SeñorDomingo

Octubre6

Antífona de Entrada

Todo depende de tu voluntad, Señor, y nadie puede resistirse a ella. Tú has hecho los cielos y la tierra y las maravillas que contienen. Tú eres el Señor del universo.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Padre lleno de amor, que nos concedes siempre más de lo que merecemos y deseamos, perdona misericordiosamente nuestras ofensas y otórganos aquellas gracias que no hemos sabido pedirte y tú sabes que necesitamos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Habacuc (1, 2-3; 2, 2-4)

¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme? ¿Por qué me dejas ver la injusticia y te quedas mirando la opresión? Ante mí no hay más que asaltos y violencias, y surgen rebeliones y desórdenes. El Señor me respondió y me dijo: “Escribe la visión

que te he manifestado, ponla clara en tablillas para que se pueda leer de corrido. Es todavía una visión de algo lejano, pero que viene corriendo y no fallará; si se tarda, espéralo, pues llegará sin falta. El malvado sucumbirá sin remedio; el justo, en cambio, vivirá por su fe”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 94

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias.

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.

Señor, que no seamos sordos a tu voz.

Segunda Lectura Lectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a Timoteo (1, 6-8. 13-14)

Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 92

Señor, que no seamos sordos a tu voz

Querido hermano: Te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos. Porque el Señor no nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación. No te avergüences, pues, de dar testimonio de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, que estoy preso por su causa. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por la predicación del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Conforma tu predicación a la sólida doctrina que recibiste de mí acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se les ha anunciado.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 5-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla

de mostaza, podrían decir a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería. ¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Presentemos a Dios los sufrimientos y necesidades de su pueblo, y asumamos el compromiso de oír su voz en los gemidos de nuestros hermanos y en la escucha atenta de su Palabra. Digamos juntos:

Escúchanos y ten piedad. Que la Iglesia tenga valor, audacia e ilusión cuando anuncie el Evangelio a los hombres del tercer milenio. Oremos.

Escúchanos y ten piedad.

Que los que han sido ungidos como ministros del Señor fomenten el amor, trabajen por la justicia y beneficien a los más pobres. Oremos.

Escúchanos y ten piedad.

Domingo

Octubre6

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2013 - Id y Enseñad - 93

Bueno es el Señor con los que en él confían

Que el Señor haga desaparecer las enemistades entre los pueblos que están en guerra. Oremos.

Escúchanos y ten piedad.

Que los enfermos, agonizantes y todos los que sufren, puedan vivir desde la fe su situación. Oremos.

Escúchanos y ten piedad. Que los que viven en pecado escuchen la Palabra de Dios y cambien de vida. Oremos.

Escúchanos y ten piedad.

Que nuestra fe sea viva y nos lance a vivir en constante espíritu de servicio. Oremos.

Escúchanos y ten piedad.

Celebrante: Escucha, Señor, nuestras oraciones, acrecienta nuestra fe y no permitas que nunca nos apartemos de Ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta Señor, este sacrificio de alabanza que tu mismo instituiste, y realiza en nosotros la obra de santificación que con su muerte nos mereció tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio Dominical VII La salvación por la obediencia

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso, que no sólo nos enviaste como redentor a tu propio Hijo, sino que lo quisiste en todo semejante a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que en él amabas.

Y con su obediencia nos devolviste aquellos dones que por nuestra desobediencia habíamos perdido. Por eso, ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que no cesan de buscarlo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta comunión, Señor, sacie nuestra hambre y nuestra sed de ti y nos transforme en tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Domingo

Octubre6

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2013 - Id y Enseñad - 94

Santo es el nombre del SeñorLunes

Octubre7

Antífona de Entrada

Te saludamos, María, la llena de gracia; el Señor está contigo. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que nos has hecho conocer el misterio gozoso de la Encarnación de tu Hijo, concédenos tu gracia, por intercesión de la santísima Virgen María, para acompañar a Cristo en los misterios dolorosos de su pasión y muerte y poder participar así de su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro de los Hechos

de los Apóstoles (1, 12-14)

Después de la ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos,

que dista de la ciudad lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron al piso alto de la casa donde se alojaban, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago (el hijo de Alfeo), Simón el cananeo y Judas, el hijo de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con María, la madre de Jesús, con los parientes de Jesús y algunas mujeres.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Lucas 1

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre.Y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero. Destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre.

Ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy la esclava del Señor; que se cumpla en mí lo que me has dicho.

Aleluya.

Fiesta de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario-Patrona de Guatemala

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2013 - Id y Enseñad - 95

Mi alma glorifica al SeñorLunes

Octubre7

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (1, 26-38)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”. María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy la esclava del

Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el ángel se retiró de su presencia.Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que el memorial de los misterios de nuestra redención, transforme, Señor, nuestra vida y nos haga dignos de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I Maternidad de la santísima

Virgen María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la fiesta de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El ángel Gabriel dijo a María: Vas a concebir y a dar a luz un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

Oración después de la Comunión

Oremos: Por medio de esta Eucaristía, en la que hemos proclamado la muerte y resurrección de tu Hijo, concédenos, Señor, la gracia de participar con nuestros sufrimientos en la pasión de Cristo, para que podamos participar también de su gloriosa resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 96

Adoremos a Dios en su santo temploMartes

Octubre8

Antífona de Entrada

Adoremos a Dios en su santo templo. El nos hace habitar juntos en su casa. El es la fuerza y el poder de su pueblo.

Oración Colecta

Oremos: Padre santo y todopoderoso, protector de los que en ti confían, ten misericordia de nosotros y enséñanos a usar con sabiduría de los bienes de la tierra, a fin de que no nos impidan alcanzar los del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Jonás (3, 1-10) En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: “Levántate y vete a Nínive,

la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar”. Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: “Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: “Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno

se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos”. Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 129

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Como aguarda a la aurora el centinela, aguarda Israel al Señor, porque del Señor viene la misericordia y la abundancia de la redención, y él redimirá a su pueblo de todas sus iniquidades.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 27a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 97

Dichosos los que escuchan la palabra de DiosMartes

Octubre8

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (10, 38-42)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana

me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”. El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que tu generosidad ha puesto en nuestras manos, y concédenos que este sacrificio santifique toda nuestra vida y nos conduzca a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común I Restauración universal en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus muchos beneficios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que esta Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos ayude a corresponder al don inefable de su amor y a procurar cada día nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 98

Dios mío, ven en mi ayudaMiércoles

Octubre9

F. T. O.: Miércoles de la 27a. semana o memoria libre de san Dionisio, obispo y compañeros mártires

Antífona de Entrada

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que eres nuestro creador y quien amorosamente dispone toda nuestra vida, renuévanos conforme a la imagen de tu Hijo y ayúdanos a conservar siempre tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Jonás (4, 1-11) Jonás se disgustó mucho de que Dios no hubiera castigado a los habitantes de Nínive, e irritado, oró al Señor en estos

términos: “Señor, esto es lo que yo me temía cuando estaba en mi tierra, y por eso me di prisa en huir a Tarsis. Bien sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo, lleno de paciencia y de misericordia, siempre dispuesto a perdonar. Ahora, Señor, quítame la vida, pues prefiero morir a vivir”. Pero el Señor le respondió: “¿Crees que hay motivo para que te enojes?” Jonás salió de Nínive y acampó al oriente de la ciudad. Allí construyó una enramada y se sentó a su sombra, para ver qué pasaba con Nínive. Entonces, el Señor Dios hizo nacer una hiedra, que creció tan tupida, que le daba sombra y lo resguardaba del ardor del sol. Jonás se puso muy contento por la hiedra. Pero al día siguiente, al amanecer, el Señor envió un gusano, el cual dañó la hiedra, que se secó. Y cuando el sol ya quemaba, el Señor envió un

viento caliente y abrasador; el sol le daba a Jonás en la cabeza y lo hacía desfallecer. Entonces Jonás deseó morir y dijo: “Prefiero morir a vivir”. Entonces el Señor le dijo a Jonás: “¿Crees que hay motivo para que te enojes así por la hiedra?” Contestó él: “Sí, y tanto, que quisiera morirme”. Le respondió el Señor: “Tú estás triste por una hiedra que no cultivaste con tu trabajo, que nace una noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy a tener lástima de Nínive, la gran ciudad, en donde viven más de ciento veinte mil seres humanos que no son responsables y gran cantidad de ganado?” Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 85

Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría.

Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta pronta.

Tú, Señor, eres bueno y clemente.

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2013 - Id y Enseñad - 99

Tú, Señor, eres bueno y clementeMiércoles

Octubre9

Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora.

Tú, Señor, eres bueno y clemente.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre!

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 1-4)

Gloria a ti, Señor.

Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor,

enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos” . Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, estos dones y por medio del sacrificio de tu Hijo, transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común II La salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Nos has enviado, Señor, un pan del cielo que encierra en sí toda delicia y satisface todos los gustos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Protege, Señor, continuamente a quienes renuevas y fortaleces con esta Eucaristía y hazlos dignos de alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 100

El Señor protege el camino del justoJueves

Octubre10

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 27a. semana

Antífona de Entrada Acuérdate, Señor de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los que te buscan.

Oración Colecta

Oremos: Dios eterno y todopoderoso a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia que nos has prometido.Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta

Malaquías (3, 13-20) “Ustedes me han ofendido con sus palabras, dice el Señor, y

todavía preguntan: ‘¿Qué hemos dicho contra ti?’ Han dicho esto: ‘No vale la pena servir a Dios. ¿Qué hemos ganado con guardar sus mandamientos o con hacer penitencia ante el Señor de los ejércitos? Más bien tenemos que felicitar a los soberbios, pues hacen el mal y prosperan, provocan a Dios y escapan sin castigo’ ”. Entonces, los que temen al Señor hablaron unos con otros. Y el Señor puso atención y escuchó lo que decían y se escribió ante él un libro en el que están registradas las obras y los nombres de los que temen al Señor y lo honran. “El día que yo actúe, dice el Señor de los ejércitos, ellos serán mi propiedad personal y yo seré indulgente con ellos, como un padre es indulgente con el hijo que lo obedece. Entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen.

Ya viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 1

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 101

Dichoso el hombre que confía en el SeñorJueves

Octubre10

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Abre, Señor, nuestros corazones, para que comprendamos las palabras de tu Hijo.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 5-13)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: ‘Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él le responde desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados’. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite. Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pan, le dé una

piedra? ¿O cuando le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán? Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?” Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, estos dones que has puesto en manos de tu Iglesia, y con tu poder conviértelos en el sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común III Alabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación.

Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su trigo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que la recepción de esta Eucaristía nos confirme, Señor, en tu amor y nos ayude a conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 102

El Señor juzga al mundo con justiciaViernes

Octubre11

Feria del Tiempo Ordinario: Viernes de la 27a. semana

Antífona de Entrada

Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.

Oración Colecta

Oremos: Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Joel (1, 13-15; 2, 1-2) Hagan penitencia y lloren, sacerdotes; giman, ministros del altar; vengan, acuéstense en el suelo vestidos de sayal, ministros de mi Dios, porque el templo del Señor se ha quedado sin ofrendas y sacrificios. Promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan a los ancianos y a todos los habitantes del país en el templo del Señor, nuestro Dios, y clamen al Señor: “¡Ay de nosotros en aquel día!” Porque ya está cerca el día del Señor, y llegará como el azote del Dios todopoderoso. Toquen la trompeta en Sión, den la alarma en mi

monte santo; que tiemblen los habitantes del país, porque ya viene, ya está cerca el día del Señor. Es un día de oscuridad y de tinieblas, día de nubes y de tormenta; como la aurora se va extendiendo sobre todos los montes, así se extenderá el poderoso ejército que viene: nunca hubo uno como él ni habrá otro igual a él por muchas generaciones. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 9

El Señor juzga al mundo con justicia.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo.

El Señor juzga al mundo con justicia.

Reprendiste a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para siempre su recuerdo. Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie quedó atrapado en la red que escondieron.

El Señor juzga al mundo con justicia.

El Señor reina eternamente, tiene establecido un tribunal para juzgar; juzga al orbe con justicia y rige a las naciones con rectitud.

El Señor juzga al mundo con justicia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 15-26)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido

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2013 - Id y Enseñad - 103

Viernes

Octubre11 Te doy gracias, Señor, de todo corazón

por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda

vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IV La alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 104

Alegrémonos todos con el SeñorMemoria libre de santa María en Sábado

Sábado

Octubre12

Antífona de Entrada

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a la luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta

Oremos: Fortalece, Dios misericordioso, nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos con veneración a la santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Joel (4, 12-21)

“Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas. Empuñen las

hoces, porque ya la mies está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades. Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día del Señor. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra. Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo. Jerusalén será santa y ya no pasarán por ella los extranjeros. Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor, que regará el valle de las Acacias. Egipto se volverá un desierto y Edom una árida estepa,

porque oprimieron a los hijos de Judá y derramaron sangre inocente en su país. En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los siglos. Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron, y yo, el Señor, habitaré en Sión”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 96

Alegrémonos todos con el Señor.

Reina el Señor, alégrese la tierra, cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la justicia y el derecho.

Alegrémonos todos con el Señor.

Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.

Alegrémonos todos con el Señor.

Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre.

Alegrémonos todos con el Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 105

Salva, Señor, a tu siervoSábado

Octubre12

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 27-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen II La Iglesia alaba a Dios con las

palabras de María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María. Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran

eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 106

Continúa en la pág. 122…

Jesús muestra cómo Dios está presente en las historias cotidianas de nuestra vida

Comunicar la fe, para san Pablo, no significa llevarse a sí mismo, sino decir abierta y públicamente lo que ha visto y oído en el encuentro con Cristo, lo que ha experimentado en su existencia ya transformada por ese encuentro: es llevar a ese Jesús que siente presente en sí y se ha convertido en la verdadera orientación de su vida, para que todos comprendan que Él es necesario para el mundo y decisivo para la libertad de cada hombre. El Apóstol no se conforma con proclamar palabras, sino que involucra toda su existencia en la gran obra de la fe. Para hablar de Dios es necesario darle espacio, en la confianza de que es Él quien actúa en nuestra debilidad: hacerle espacio sin miedo, con sencillez y alegría, en la convicción profunda de que cuánto más le situemos a Él en el centro, y no a nosotros, más fructífera será nuestra comunicación. Y esto vale también para las comunidades cristianas: están llamadas a mostrar la acción transformadora de la gracia de Dios, superando individualismos, cerrazones, egoísmos, indiferencia, y viviendo el amor de Dios en las relaciones cotidianas. Preguntémonos si de verdad nuestras comunidades son así. Debemos ponernos en marcha para llegar a ser siempre y realmente así: anunciadores de Cristo y no de nosotros mismos.

En este punto debemos preguntarnos cómo comunicaba Jesús mismo. Jesús en su unicidad habla de su Padre —Abbà— y del Reino de Dios, con la mirada llena de compasión por los malestares y las dificultades de la existencia humana. Habla con gran realismo, y diría que lo esencial del anuncio de Jesús es que hace transparente el mundo y que nuestra vida vale para Dios. Jesús muestra que en el mundo y en la creación se transparenta el rostro de Dios y nos muestra cómo Dios está presente en las historias cotidianas de nuestra vida. Tanto en las parábolas de la naturaleza —el grano de mostaza, el campo con distintas semillas— o en nuestra vida —pensemos en la parábola del hijo pródigo, de Lázaro y otras parábolas de Jesús—. Por los Evangelios vemos cómo Jesús se interesa en cada situación humana que encuentra, se sumerge en la realidad de los hombres y de las mujeres de su tiempo con plena confianza en la ayuda del Padre. Y que realmente en esta historia, escondidamente, Dios está presente y si estamos atentos podemos encontrarle. Y los discípulos, que viven con Jesús, las multitudes que le encuentran,

ven su reacción ante los problemas más dispares, ven cómo habla, cómo se comporta; ven en Él la acción del Espíritu Santo, la acción de Dios. En Él anuncio y vida se entrelazan: Jesús actúa y enseña, partiendo siempre de una íntima relación con Dios Padre. Este estilo es una indicación esencial para nosotros, cristianos: nuestro modo de vivir en la fe y en la caridad se convierte en un hablar de Dios en el hoy, porque muestra, con una existencia vivida en Cristo, la credibilidad, el realismo de aquello que decimos con las palabras; que no se trata sólo de palabras, sino que muestran la realidad, la verdadera realidad. Al respecto debemos estar atentos para percibir los signos de los tiempos en nuestra época, o sea, para identificar las potencialidades, los deseos, los obstáculos que se encuentran en la cultura actual, en particular el deseo de autenticidad, el anhelo de trascendencia, la sensibilidad por la protección de la creación, y comunicar sin temor la respuesta que ofrece la fe en Dios. El Año de la fe es ocasión para descubrir, con la fantasía animada por el Espíritu Santo, nuevos itinerarios a nivel personal y comunitario, a fin de que en cada lugar la fuerza del Evangelio sea sabiduría de vida y orientación de la existencia.

…Viene de la pág. 90

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2013 - Id y Enseñad - 107

Pero Tú, eres Dios de perdónDomingo

Octubre13

Antífona de Entrada Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del segundo libro de

los Reyes (5, 14-17) En aquellos días, Naamán, el general del ejército de Siria, que estaba leproso, se baño siete veces en el Jordán, como le había dicho Eliseo, el hombre de Dios, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su comitiva a donde estaba el hombre de Dios y se le presentó diciendo: “Ahora sé que no hay más Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu siervo”. Pero Eliseo contestó: “Juro por el Señor, en cuya presencia estoy, que no aceptaré nada”. Y por más que Naamán insistía, Eliseo no aceptó nada.

Entonces Naamán le dijo: “Ya que te niegas, concédeme al menos que me den unos sacos con tierra de este lugar, los que puedan llevar un par de mulas. La usaré para construir un altar al Señor, tu Dios, pues a ningún otro dios volveré a ofrecer más sacrificios”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

El Señor nos ha mostrado

su amor y su lealtad.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtad.

Segunda LecturaLectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a Timoteo (2, 8-13)

Querido hermano: Recuerda siempre que Jesucristo,

Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 108

Den gracias siempre, unidos a Cristo JesúsDomingo

Octubre13

descendiente de David, resucitó de entre los muertos, conforme al Evangelio que yo predico. Por este Evangelio sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo sobrellevo todo por amor a los elegidos, para que ellos también alcancen en Cristo Jesús la salvación, y con ella, la gloria eterna. Es verdad lo que decimos: “Si morimos con él, viviremos con él; si nos mantenemos firmes, reinaremos con él; si lo negamos, él también nos negará; si le somos infieles, él permanece fiel, porque no puede contradecirse a sí mismo”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 11-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un

pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano:

“Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Hermanos, la fuerza salvadora de Dios se manifiesta cada vez que con humildad le suplicamos. Digamos juntos:

Padre, óyenos.

Para que, movidos por el Espíritu de Jesús, la Iglesia no deje de glorificar a Dios. Oremos al Señor.

Padre, óyenos.

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2013 - Id y Enseñad - 109

El Señor nos ha mostrado su amor y su lealtadDomingo

Octubre13

Para que con sencilleznuestros obispos y sacerdotes acerquen la salvación de Dios a todos. Oremos al Señor.

Padre, óyenos. Para que Dios conceda la paz, la libertad y la unidad a todos los pueblos de la tierra en el nuevo milenio. Oremos al Señor.

Padre, óyenos.

Para que cuantos sufren marginación a causa de su enfermedad o defecto físico, sientan la presencia de Jesús que los libera y fortalece. Oremos al Señor.

Padre, óyenos.

Para que los difuntos vivan con Cristo y disfruten de la fidelidad gloriosa de Dios. Oremos al Señor.

Padre, óyenos.

Para que al recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor seamos agradecidos por el don de su gracia salvadora. Oremos al Señor.

Padre, óyenos. Celebrante: Oye, Señor, las súplicas de tus hijos, purifícanos de nuestros pecados y permítenos dar gloria a tu nombre santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical VIII La Iglesia está unificada en el

vínculo de la Trinidad

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues quisiste reunir de nuevo, por la sangre de tu Hijo y la acción del Espíritu Santo, a los hijos dispersos por el pecado; y de este modo tu Iglesia, unificada a imagen de tu unidad trinitaria, aparece ante el mundo como cuerpo de Cristo y templo del Espíritu, para alabanza de tu sabiduría infinita. Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Los que buscan riquezas, sufren pobreza y hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te pedimos, Señor, humildemente, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en alimento, nos comuniquen su misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 110

Señor Dios, tú eres mi auxilioLunes

Octubre14

Antífona de Entrada

Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.

Oración Colecta

Oremos: Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (1, 1-7) Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido

por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos. Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe para gloria de su nombre. Entre ellos, se cuentan también ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a la santidad,

les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

Cantemos al Señor un canto nuevo.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.

Cantemos al Señor un canto nuevo.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Cantemos al Señor un canto nuevo.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

Cantemos al Señor un canto nuevo.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón”.

Aleluya.

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 28a. semana o memoria libre de san Calixto I, Papa y mártir

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2013 - Id y Enseñad - 111

Cantemos al Señor un canto nuevoLunes

Octubre14

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección

extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservada, Señor, para tus hijos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 29-32)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 112

La palabra de Dios es viva y eficazMartes

Octubre15

Antífona de Entrada

Como la cierva busca el agua de los ríos, así, cansada mi alma, te busca a ti, Dios mío.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que por medio de tu Espíritu impulsaste a santa Teresa de Ávila a renovar en la Iglesia la vida religiosa, concédenos, por su intercesión, un ardiente deseo de renovar nuestra vida cristiana y de servirte con alegría.Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (1, 16-25)

Hermanos: No me avergüenzo de predicar el Evangelio, que es una fuerza de Dios para

salvar a todos los que creen, a los judíos primeramente y también a los no judíos. Pues en el Evangelio se nos revela que Dios trabaja con su actividad salvadora en nosotros por medio de la fe, de principio a fin, como dice la Escritura: El justo vivirá por medio de la fe. En efecto, Dios manifiesta desde el cielo su reprobación contra los hombres impíos e injustos, que por la injusticia mantienen cautiva a la verdad. Porque las cosas de Dios que se pueden conocer, las tienen a la vista; Dios mismo se las ha manifestado. Pues las perfecciones invisibles de Dios, como su poder eterno y su divinidad, resultan visibles desde la creación del mundo para quien reflexiona sobre sus obras, de modo que no tienen disculpa. Han conocido a Dios, pero no lo han glorificado como a Dios ni le han dado gracias, antes bien, se han

ofuscado con razonamientos inútiles, y su insensata inteligencia se ha llenado de oscuridad. Pretendían ser sabios, pero se volvieron insensatos, pues cambiaron la gloria de Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, cuadrúpedos y reptiles. Por eso Dios los entregó a los deseos impuros de su corazón, y llegaron a tal inmoralidad, que deshonraron sus cuerpos unos con otros, porque cambiaron al Dios verdadero por dioses falsos y dieron culto y adoraron a la creatura en vez de al creador, el cual merece alabanza por siempre. Amén. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Memoria de santa Teresa de Ávila, virgen y doctora de la Iglesia

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2013 - Id y Enseñad - 113

Los cielos proclaman la gloria de DiosMartes

Octubre15

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 37-41)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer. Pero el Señor le dijo: “Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes

está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos y concédenos celebrar esta Eucaristía, con el mismo fervor con que santa Teresa de Ávila se consagró a tu Hijo y al servicio de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santas Vírgenesy Santos Religiosos

La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Cantaré tus misericordias, Señor, eternamente y proclamaré tu fidelidad de generación en generación.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, que, a ejemplo de santa Teresa de Ávila, no nos cansemos nunca de cantar las maravillas de tu amor.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 114

Sólo en Dios he puesto mi confianzaF. T. O.: Miércoles 28a. S. o mem. lib. sta. Eduviges, religiosa; o de sta. Margarita María Alacoque, virgen

Miércoles

Octubre16

Antífona de Entrada

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos. Muéstrate bondadoso conmigo y ayúdame a cumplir tu voluntad.

Oración Colecta

Oremos: Señor, que te has dignado redimirnos y hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (2, 1-11)

No tienes disculpa tú, quienquiera que seas, que te constituyes en juez de los demás, pues al condenarlos, te condenas a ti mismo, ya que tú haces las mismas cosas que condenas; y ya sabemos que Dios condena justamente a los que hacen tales cosas. Tú, que condenas a los que hacen las mismas cosas que haces tú, ¿piensas que vas a escapar del juicio de Dios? ¿Por qué desprecias la bondad inagotable de Dios, su paciencia y su comprensión, y no te das cuenta de que esa misma bondad es la que te impulsa al arrepentimiento? Pues por la dureza de tu corazón empedernido, vas

acumulando castigos para el día del castigo, en el que Dios se manifestará como justo juez y pagará a cada uno según sus obras. A los que buscaron la gloria y el honor que no se acaban, y perseveraron en hacer el bien, les dará la vida eterna; en cambio, a los que por egoísmo se rebelaron contra la verdad y cometieron injusticias, les dará un castigo terrible. Todo aquel que haga el mal, el judío primeramente, pero también el no judío, tendrá tribulación y angustia; en cambio, todo aquel que haga el bien, el judío primeramente, pero también el no judío, tendrá gloria, honor y paz, porque en Dios no hay favoritismos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 61

Sólo en Dios he puesto mi confianza.

Sólo en Dios he puesto mi confianza, porque de él vendrá el bien que espero. El es mi refugio y mi defensa, ya nada me inquietará.

Sólo en Dios he puesto mi confianza.

Sólo Dios es mi esperanza, mi confianza es el Señor: es mi baluarte y firmeza, es mi Dios y salvador.

Sólo en Dios he puesto mi confianza.

De Dios viene mi salvación y mi gloria; él es mi roca firme y mi refugio. Confía siempre en él, pueblo mío, y desahoga tu corazón en su presencia, porque sólo en Dios está nuestro refugio.

Sólo en Dios he puesto mi confianza.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 42-46)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta

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2013 - Id y Enseñad - 115

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el SeñorMiércoles

Octubre16

de la hierbabuena, de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la justicia y del amor de Dios! Esto debían practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las sinagogas y que les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin darse cuenta!” Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo: “Maestro, al hablar así, nos insultas también a nosotros”. Entonces Jesús le respondió: “¡Ay de ustedes también, doctores de la ley, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!” Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Dios nuestro, fuente de la paz y del amor sincero, concédenos glorificarte por estas ofrendas, y unirnos fielmente a ti por la participación en esta Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII Cristo, huésped y peregrino

en medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz.

Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Como la cierva busca el agua de los ríos, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú que nos has instruido con tu palabra y alimentado con tu Eucaristía, concédenos, Señor, aprovechar estos dones para que vivamos aquí unidos a tu Hijo y podamos, después, participar de su vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 116

Mi alma confía en la Palabra del Señor

Antífona de Entrada

Estoy clavado con Cristo en la cruz; ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí; vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.

Oración Colecta

Oremos: Dios eterno y todopoderoso, que has querido glorificar a tu Iglesia con el testimonio de los mártires, concédenos que el glorioso martirio que mereció a san Ignacio una corona inmortal, fortalezca cada vez más nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (3, 21-30)

Hermanos: La actividad salvadora de Dios, atestiguada por la ley y los profetas, se ha manifestado ahora independientemente de la ley. Por medio de la fe en Jesucristo, la actividad salvadora de Dios llega, sin distinción alguna, a todos los que creen en él. En efecto, como todos pecaron, todos están privados de la presencia salvadora de Dios; pero todos son justificados gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención llevada a cabo por medio de Cristo Jesús, al cual Dios expuso

públicamente como la víctima que nos consigue el perdón por la ofrenda de su sangre, por medio de la fe. Así nos enseña Dios lo que es su actividad salvadora: perdona los pecados cometidos anteriormente, que soportó con tanta paciencia, y nos da a conocer, en el tiempo actual, que él es el justo que salva a todos los que creen en Cristo Jesús. ¿En dónde quedó, pues, tu derecho a gloriarte? Ha sido eliminado. ¿Por cumplir la ley? De ninguna manera, sino por aceptar la fe. Porque sostenemos que el hombre es justificado por la fe y no por hacer lo que prescribe la ley de Moisés. ¿Acaso Dios es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los no judíos? Evidentemente que sí, puesto que no hay más que un solo Dios, que justifica por medio de la fe tanto a los judíos como a los no judíos.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 129

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Desde el abismo de mis pecados clamo a ti; Señor, escucha mi clamor; que estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Si conservaras el recuerdo de las culpas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero de ti procede el perdón, por eso con amor te veneramos.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra; mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el centinela.

Perdónanos, Señor, y viviremos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (11, 47-54)

Gloria a ti, Señor.

Jueves

Octubre17

Memoria de san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir

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2013 - Id y Enseñad - 117

Yo soy el camino, la verdad y la vida

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: “¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro. Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas. ¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso”.

Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios, que después de purificar como trigo de Cristo a san Ignacio de Antioquía, lo aceptaste como pan inmaculado, dígnate aceptar los dones que tu Iglesia te presenta. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos MártiresTestimonio y ejemplo de los

mártires

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre del glorioso mártir san Ignacio de Antioquía, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Soy trigo de Cristo, escribió san Ignacio de Antioquía, seré triturado por los dientesde las fieras y transformado así en pan inmaculado.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido, Señor, al conmemorar el martirio de san Ignacio, nos dé nuevas fuerzas para que, con las palabras y con las acciones, nos manifestemos auténticos cristianos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Jueves

Octubre17

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2013 - Id y Enseñad - 118

Señor, llenas de amor están tus obrasFiesta de san Lucas Evangelista

Antífona de Entrada

Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia la salvación.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que elegiste a san Lucas para revelar al mundo, mediante su predicación y su Evangelio, el misterio de tu predilección por los pobres, haz que todos los que hemos recibido de ti la gracia de conocerte, unidos por un profundo espíritu de fraternidad, demos al mundo testimonio claro de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a Timoteo (4, 9-17)

Querido hermano: Haz lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Dimas, prefiriendo las cosas de este mundo, me ha abandonado y ha partido a Tesalónica. Crescencio se fue a Galacia, y Tito, a Dalmacia. El único que me acompaña es Lucas. Trae a Marcos contigo, porque me será muy útil en mis tareas. A Tíquico lo envié a Efeso. Cuando vengas, tráeme el abrigo que dejé en Tróade, en la casa de Carpo. Tráeme también los libros y especialmente los pergaminos.

Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño. El Señor le dará su merecido. Cuídate de él, pues se ha opuesto tenazmente a nuestra predicación. La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144

Señor, que todos tus fieles te bendigan.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.

Señor, que todos tus fieles te bendigan.

Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, por todas las generaciones.

Señor, que todos tus fieles te bendigan.

Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca.

Señor, que todos tus fieles te bendigan.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (10, 1-9)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: ‘Que la paz reine en esta casa’. Y si allí hay gente amante de la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: ‘Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Viernes

Octubre18

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2013 - Id y Enseñad - 119

Señor, que todos tus fieles te bendigan

Oración de los Fieles

Celebrante: Invoquemos a Dios, que vela por su Iglesia y que no deja de enriquecerla con la asistencia del Espíritu Santo, para que sea la comunidad de fe y de vida que el mundo necesita. Digamos:

Danos tu luz y tu verdad.

Por la Iglesia del Tercer Milenio cristiano: para que en la vida de cada uno de los cristianos se pueda leer el Evangelio viviente de Jesucristo. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Por las comunidades cristianas: para que, teniéndolo todo en común, sean solidarias con los pobres y necesitados. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Por los que predican el Evangelio: para que encuentren corazones receptivos y la Palabra de Dios dé frutos abundantes de santidad. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Por los que se sienten solos, están tristes o abandonados: para que se les anuncie la buena noticia de la salvación y, descubriendo el amor de Dios, se sientan confortados. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Por los jóvenes que buscan ideales altos que den sentido a sus vidas: para que en Jesucristo y en su Evangelio los encuentren y se lancen a vivirlos con generosidad y entrega. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Por los que celebramos la fiesta de San Lucas: para que aprendamos cada día a vivir más en comunión unos con otros y nos dispongamos a construir juntos la Iglesia. Oremos al Señor.

Danos tu luz y tu verdad.

Celebrante: Padre bueno, que por medio de San Lucas quisiste manifestarnos tu preferencia por los más pobres; escucha las oraciones que te hemos presentado y no permitas que nunca nos cerremos a nuestra propia carne desentendiéndonos de nuestros hermanos necesitados. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Purifica, Señor, nuestros corazones, a fin de que el sacrificio que vamos a ofrecerte en la festividad de san Lucas evangelista, nos obtenga la salud del espíritu y la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles II Los apóstoles, cimientos de la

Iglesia y testigos de Cristo El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque cimentaste tu Iglesia sobre la roca de los Apóstoles, para que ella fuera en el mundo signo permanente de tu santidad y anunciara a los hombres, tu mensaje de salvación. Por eso, con todos los ángeles y llenos de profunda devoción, te alabamos ahora y siempre, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El Señor envió a sus discípulos a anunciar por todas partes la llegada del Reino de Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta sagrada comunión aumente, Señor, en nosotros el amor a Cristo y nos haga permanecer fieles al Evangelio, predicado y trasmitido por san Lucas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Octubre18

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2013 - Id y Enseñad - 120

Concédenos tu paz, SeñorFeria del Tiempo Ordinario: Sábado de la 28a. semana o cualquiera de las memorias libres

Antífona de Entrada

A los que esperan en ti Señor, concédeles tu paz, y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.

Oración Colecta

Oremos: Míranos, Señor, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas.Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (4, 13. 16-18)

Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante la fe. En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos. Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en

quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que todavía no existen. El, esperando contra toda esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será tu descendencia. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 104

El Señor nunca olvida sus promesas.

Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos.

El Señor nunca olvida sus promesas.

Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera.

El Señor nunca olvida sus promesas.

Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo.

El Señor nunca olvida sus promesas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El Espíritu de verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y también ustedes serán mis testigos.

Aleluya.

Sábado

Octubre19

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2013 - Id y Enseñad - 121

El Señor nunca olvida sus promesas

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 8-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que a todo aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios. A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. Cuando los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el

Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones y plegarias de tu pueblo y haz que lo que cada uno ofrece en tu honor, ayude a la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VIII Jesús, buen samaritano

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro

alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Señor Dios, qué valioso es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que la gracia de esta comunión nos transforme, Señor, tan plenamente, que no sea ya nuestro egoísmo, sino tu amor, el que impulse, de ahora en adelante, nuestra vida.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Sábado

Octubre19

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2013 - Id y Enseñad - 122

El lugar privilegiado para hablar de Dios es la familia

También en nuestro tiempo un lugar privilegiado para hablar de Dios es la familia, la primera escuela para comunicar la fe a las nuevas generaciones. El Concilio Vaticano II habla de los padres como los primeros mensajeros de Dios, llamados a redescubrir esta misión suya, asumiendo la responsabilidad de educar, de abrir las conciencias de los pequeños al amor de Dios como un servicio fundamental a sus vidas, de ser los primeros catequistas y maestros de la fe para sus hijos. Y en esta tarea es importante ante todo la vigilancia, que significa saber aprovechar las ocasiones favorables para introducir en familia el tema de la fe y para hacer madurar una reflexión crítica respecto a los numerosos condicionamientos a los que están sometidos los hijos. Esta atención de los padres es también sensibilidad para recibir los posibles interrogantes religiosos presentes en el ánimo de los hijos, a veces evidentes, otras ocultos. Además, la alegría: la comunicación de la fe debe tener siempre una tonalidad de alegría. Es la alegría pascual que no calla o esconde la realidad del dolor, del sufrimiento, de la fatiga, de la dificultad, de la incomprensión y de la muerte misma, sino que sabe ofrecer los criterios para interpretar todo en la perspectiva de la esperanza cristiana. La vida buena del Evangelio es precisamente esta mirada nueva, esta capacidad de ver cada situación con los ojos mismos de Dios. Es importante ayudar a todos los miembros de la familia a comprender que la fe no es un peso, sino una fuente de alegría profunda; es percibir la acción de Dios, reconocer la presencia del bien que no hace ruido; y ofrece orientaciones preciosas para vivir bien la propia existencia. Finalmente, la capacidad de escucha y de diálogo: la familia debe ser un ambiente en el que se aprende a estar juntos, a solucionar las diferencias en el diálogo recíproco hecho de escucha y palabra, a comprenderse y a amarse para ser un signo, el uno para el otro, del amor misericordioso de Dios.

Hablar de Dios, pues, quiere decir hacer comprender con la palabra y la vida que Dios no es el rival de nuestra existencia, sino su verdadero garante, el garante de la grandeza de la persona humana. Y con ello volvemos al inicio: hablar de Dios es comunicar,

con fuerza y sencillez, con la palabra y la vida, lo que es esencial: el Dios de Jesucristo, ese Dios que nos ha mostrado un amor tan grande como para encarnarse, morir y resucitar por nosotros; ese Dios que pide seguirle y dejarse transformar por su inmenso amor para renovar nuestra vida y nuestras relaciones; ese Dios que nos ha dado la Iglesia para caminar juntos y, a través de la Palabra y los Sacramentos, renovar toda la Ciudad de los hombres a fin de que pueda transformarse en Ciudad de Dios.

Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Bolivia y otros países latinoamericanos. Invito a todos a dar testimonio de Dios, que nos ha mostrado en la muerte y resurrección de su Hijo el más grande amor, y nos pide seguirlo y dejarnos transformar por Él, de modo que en su Iglesia, a través de la Palabra y los sacramentos, podamos renovar el mundo entero. Muchas gracias.

…Viene de la pág. 106

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2013 - Id y Enseñad - 123

Antífona de Entrada

Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga; que haga brillar su rostro sobre nosotros, para que se conozca en la tierra su camino y entre todos los pueblos, su salvación.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, mira la abundancia de tu mies y envíale operarios para que se anuncie el Evangelio a toda creatura; y tu pueblo, congregado por la palabra que da vida y sostenido con la fuerza de los sacramentos, avance por el camino de la salvación y del amor. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenosDomingo

Octubre20

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Zacarías (8, 20-23) Esto dice el Señor de los ejércitos: “Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar ante el Señor Dios en Jerusalén y a implorar su protección”. Esto dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días, diez hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes’ ”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 66

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero.

Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.

Segunda LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (10, 9-18)

Hermanos: Basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó

Jornada Mundial de las Misiones

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2013 - Id y Enseñad - 124

de entre los muertos, para que pueda salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor como a su Dios, será salvado por él. Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias! Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías: Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo. Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo el mundo y sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Marcos (16, 15-20)

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes

en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”. El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los fieles

Celebrante: Oremos por la Iglesia y por los que anuncian el Evangelio en todo el mundo. Digamos con fe:

Te lo pedimos, Señor.

Domingo

Octubre20Que te alaben, Señor, todos los pueblos

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2013 - Id y Enseñad - 125

Por los que aún no han oído hablar de Jesús. Oremos.

Te lo pedimos, Señor. Por los misioneros que anuncian la buena noticia de la salvación. Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por la Iglesia de Cristo, que sea una en el amor. Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por los cristianos que dan testimonio de su fe. Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por todos los que apoyan y cooperan la tarea misionera de la Iglesia desde sus sufrimientos, su plegaria y su contribución económica. Oremos.

Te lo pedimos, Señor.

Por todos los que apostamos por el Evangelio y tratamos de vivirlo. Oremos.

Te lo pedimos, Señor. Celebrante: Te damos gracias, Padre, porque siempre nos escuchas, y te pedimos que tu mensaje de amor y salvación universal llegue hasta los confines de la tierra. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, el rostro de tu ungido, que se entregó a la muerte para salvación de todos y haz que, por mediación suya, tu nombre sea glorificado entre los hombres y en todas las partes de la tierra te sea ofrecido el único y perfecto sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical IX La acción del Espíritu

en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque de tal manera gobiernas a tu Iglesia, que en todo lugar y en cada momento, le proporcionas lo que más conviene. No cesas, en efecto, de asistirla con la fuerza del Espíritu Santo, para que, confiada siempre a ti en el amor, ni abandone la plegaria en la tribulación, ni deje de darte gracias en el gozo, por Cristo nuestro Señor.

Domingo

Octubre20 Cristiano: da testimonio de tu fe

Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Enseñad a todos los pueblos a observar lo que yo os he mandado, dice el Señor, y sabed que yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Con el auxilio de este sacramento de salvación eterna, del que acabamos de participar, haz, Señor, que la verdadera fe se extienda por todo el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 126

Es Dios quien ha abierto su Cielo

Queridos hermanos y hermanas:

El apóstol san Pablo, al comienzo de su carta a los cristianos de Éfeso, eleva una oración de bendición a Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos introduce a vivir el tiempo de Adviento, en el contexto del Año de la fe. El tema de este himno de alabanza es el proyecto de Dios respecto al hombre, definido con términos llenos de alegría, de estupor y de acción de gracias, como un «designio de benevolencia», de misericordia y de amor.

¿Por qué el apóstol eleva a Dios, desde lo profundo de su corazón, esta bendición? Porque mira su obrar en la historia de la salvación, que alcanza su cumbre en la encarnación, muerte y resurrección de Jesús, y contempla cómo el Padre celestial nos ha elegido antes aun de la creación del mundo para ser sus hijos adoptivos en su Hijo Unigénito Jesucristo. Nosotros existimos en la mente de Dios desde la eternidad, en un gran proyecto que Dios ha custodiado en sí mismo y que ha decidido poner por obra y revelar «en la plenitud de los tiempos». San Pablo nos hace comprender, por lo tanto, cómo toda la creación y, en particular, el hombre y la mujer no son fruto de la casualidad, sino que responden a un designio de benevolencia de la razón eterna de Dios que con el poder creador y redentor de su Palabra da origen al mundo. Esta primera afirmación nos recuerda que nuestra vocación no es simplemente existir en el mundo, estar insertados en una historia, y tampoco ser sólo criaturas de Dios; es algo más grande: es ser elegidos por Dios, antes aun de la creación del mundo, en el Hijo, Jesucristo. En Él, por lo tanto, nosotros ya existimos, por decirlo así, desde siempre. Dios nos contempla en Cristo como hijos adoptivos. El «designio de benevolencia» de Dios, que el Apóstol califica también como «designio de amor», se define «el misterio» de la voluntad divina. 9), oculto y ahora manifestado en la Persona y en la obra de Cristo. La iniciativa divina precede a toda respuesta humana: es un don gratuito de su amor que nos envuelve y nos transforma.

¿Cuál es el fin último de este designio misterioso? ¿Cuál es el centro de la voluntad de Dios? Es —nos dice san Pablo— el de «recapitular en Cristo todas las cosas». En esta expresión encontramos una de las

formulaciones centrales del Nuevo Testamento que nos hacen comprender el designio de Dios, su proyecto de amor para toda la humanidad, una formulación que, en el siglo II, san Ireneo de Lyon tomó como núcleo de su cristología: «recapitular» toda la realidad en Cristo. Tal vez alguno de vosotros recuerda la fórmula usada por el Papa san Pío X para la consagración del mundo al Sagrado Corazón de Jesús: «Instaurare omnia in Christo», fórmula que remite a esta expresión paulina y que era también el lema de ese santo Pontífice. El Apóstol, sin embargo, habla más precisamente de recapitulación del universo en Cristo, y ello significa que en el gran designio de la creación y de la historia Cristo se erige como centro de todo el camino del mundo, piedra angular de todo, que atrae a Sí toda la realidad, para superar la dispersión y el límite y conducir todo a la plenitud querida por Dios.

Este «designio de benevolencia» no ha quedado, por decirlo así, en el silencio de Dios, en la altura de su Cielo, sino que Él lo ha dado a conocer entrando en relación con el hombre, a quien no sólo ha revelado algo, sino a Sí mismo. Él no ha comunicado simplemente un conjunto de verdades, sino que se ha auto-comunicado a nosotros, hasta ser uno de nosotros, hasta encarnarse. El Concilio Ecuménico Vaticano II en la constitución dogmática Dei Verbum dice: «Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a sí mismo —no sólo algo de sí, sino a sí mismo— y manifestar el misterio de su voluntad: por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina». Dios no sólo dice algo, sino que se comunica, nos atrae en la naturaleza divina de tal modo que quedamos implicados en ella, divinizados. Dios revela su gran designio de amor entrando en relación con el hombre, acercándose a él hasta el punto de hacerse, Él mismo, hombre. Continúa el Concilio: «Dios invisible movido de amor, habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía». El hombre, sólo con su inteligencia y sus capacidades, no habría podido alcanzar esta revelación tan luminosa del amor de Dios. Es Dios quien ha abierto su Cielo y se abajó para guiar al hombre al abismo de su amor.

Catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año de la Fe: Dios revela su «designio de benevolencia», Diciembre 2012

Continúa en la pág. 142…

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2013 - Id y Enseñad - 127

Señor, cúbreme bajo la sombra de tus alasDomingo

Octubre20

Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

Antífona de Entrada Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; atiéndeme y escucha mis palabras. Cuídame como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del Exodo

(17, 8-13)

Cuando el pueblo de Israel caminaba a través del desierto,

llegaron los amalecitas y lo atacaron en Refidim. Moisés dijo entonces a Josué: “Elige algunos hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana, yo me colocaré en lo alto del monte con la vara de Dios en mi mano”. Josué cumplió las órdenes de Moisés y salió a pelear contra los amalecitas. Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre del monte, y sucedió que, cuando Moisés tenía las manos en alto, dominaba Israel, pero cuando las bajaba, Amalec dominaba. Como Moisés se cansó, Aarón y Jur lo hicieron sentar sobre una piedra, y colocándose a su lado, le sostenían los brazos. Así, Moisés pudo mantener en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a los amalecitas y acabó con ellos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 120

El auxilio me viene del Señor.

La mirada dirijo hacia la altura de donde ha de venirme todo auxilio. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El auxilio me viene del Señor.

No dejará que des un paso en falso, pues es tu guardián y nunca duerme. No, jamás se dormirá o descuidará el guardián de Israel.

El auxilio me viene del Señor. El Señor te protege y te da sombra, está siempre a tu lado. No te hará daño el sol durante el día ni la luna, de noche.

El auxilio me viene del Señor. Te guardará el Señor en los peligros y cuidará tu vida; protegerá tus ires y venires, ahora y para siempre.

El auxilio me viene del Señor.

Segunda LecturaLectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a Timoteo (3, 14—4, 2)

Querido hermano: Permanece firme en lo que has aprendido y se te ha confiado, pues bien sabes de quiénes lo aprendiste y desde tu infancia

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2013 - Id y Enseñad - 128

Los ojos del Señor están puestos en sus hijosDomingo

Octubre20

estás familiarizado con la Sagrada Escritura, la cual puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda la Sagrada Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para educar en la virtud, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté enteramente preparado para toda obra buena. En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, te pido encarecidamente, por su advenimiento y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y sabiduría. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 1-8)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.

Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ ”. Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?” Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Sabiendo que Dios se complace en los que con sencillez y humildad lo llaman Padre, oremos juntos diciendo:

Padre, escúchanos.

Para que la Iglesia viva en constante oración. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que los fieles y pastores del Pueblo de Dios anunciemos con entusiasmo y sabiduría el Evangelio que conduce a la vida. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

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2013 - Id y Enseñad - 129

El auxilio me viene del SeñorDomingo

Octubre20

Para que el mensaje de Jesús sea la norma de vida de los hombres del tercer milenio. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que todos los que sufren o están en peligro invoquen a Dios y sientan su ayuda. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que los padres y los educadores de los niños y de los adolescentes les transmitan con convicción los valores auténticos. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que, imitando a Jesús que se retiraba a orar, sepamos buscar momentos de intimidad con Dios, y dejemos que Él nos dé fuerza para vivir con ilusión nuestra fe. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Celebrante: Padre, escucha nuestros ruegos y ayúdanos a permanecer con los brazos levantados hacia Ti y con la mirada puesta en la meta: Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, estos dones tuyos que con sincera voluntad te presentamos, y por medio de esta Eucaristía, dígnate purificarnos y renovarnos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical IX La acción del Espíritu

en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque de tal manera gobiernas a tu Iglesia, que en todo lugar y en cada momento, le proporcionas lo que más conviene. No cesas, en efecto, de asistirla con la fuerza del Espíritu Santo, para que, confiada siempre a ti en el amor, ni abandone la plegaria en la tribulación, ni deje de darte gracias en el gozo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría.

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia, para librarlos de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta celebración eucarística nos comunique, Señor, nuevas fuerzas para cumplir tu voluntad en esta vida y nos confirme en la esperanza de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 130

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el SeñorLunes

Octubre21

Antífona de Entrada

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (4, 19-25)

Hermanos: La fe de Abraham no se debilitó a pesar de que,

a la edad de casi cien años, su cuerpo ya no tenía vigor, y además, Sara, su esposa, no podía tener hijos. Ante la firme promesa de Dios no dudó ni tuvo desconfianza, antes bien su fe se fortaleció y dio con ello gloria a Dios, convencido de que él es poderoso para cumplir lo que promete. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia. Ahora bien, no sólo por él está escrito que “se le acreditó”, sino también por nosotros, a quienes se nos acreditará, si creemos en aquel que resucitó de entre los muertos, en nuestro Señor Jesucristo, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Lucas 1

Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

El Señor ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

Anunció que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

El Señor juró a nuestro padre Abraham que nos libraría del poder de nuestros enemigos, para que pudiéramos servirlo sin temor, con santidad y justicia, todos los días de nuestra vida.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 13-21)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud,

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 29a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 131

Hazte rico de lo que vale ante DiosLunes

Octubre21

un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?” Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”. Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato!

Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos a fin de que, por medio de esta Eucaristía, podamos obtener las gracias de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IX La gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Tú promulgas, Señor, tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.

Oración después de la Comunión

Oremos: Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 132

El Señor es mi luz y mi salvaciónMartes

Octubre22

Antífona de Entrada

Podrías hacer recaer sobre nosotros, Señor, todo el rigor de tu justicia, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero, haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia, nos das la prueba más delicada de tu omnipotencia, apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por obtener el cielo que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (5, 12. 15. 17-19. 20-21)

Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el delito de un solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios. En efecto, si por el pecado de un solo hombre estableció la muerte su reinado, con mucha mayor razón reinarán en la vida por un solo hombre, Jesucristo, aquellos que reciben la gracia sobreabundante que los hace justos. En resumen, así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida.

Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos. De modo que, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado tuvo poder para causar la muerte, así también la gracia de Dios, al justificarnos, tenga poder para conducirnos a la vida eterna por medio de Jesús, nuestro Señor. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 39

Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.

Sacrificios y ofrendas, Señor, tú no quisiste; abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”.

Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.

En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.

Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.

He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor.

Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 29a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 133

Concédenos, Señor, hacer tu voluntadMartes

Octubre22

Que se gocen en ti y que se alegren todos los que te buscan. Cuantos quieren de ti la salvación, repiten sin cesar: “¡Qué grande es Dios!”

Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo

Evangelio según san Lucas (12, 35-38)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Acepta, Padre misericordioso, nuestros dones y conviértelos en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fuente de toda bendición para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común I Restauración universal en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación

darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo; en ella he puesto toda mi esperanza y ha sido ella mi consuelo en la aflicción.

Oración después de la Comunión.

Oremos: Que esta Eucaristía renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a fin de que podamos participar de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 134

Miércoles

Octubre23

Antífona de Entrada

Todo depende de tu voluntad, Señor, y nadie puede resistirse a ella. Tú has hecho los cielos y la tierra y las maravillas que contienen. Tú eres el Señor del universo.

Oración Colecta

Oremos: Padre lleno de amor, que nos concedes siempre más de lo que merecemos y deseamos, perdona misericordiosamente nuestras ofensas y otórganos aquellas gracias que no hemos sabido pedirte y tú sabes que necesitamos. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (6, 12-18)

Hermanos: No dejen que el pecado domine su cuerpo mortal y los obligue a seguir sus malas inclinaciones; no pongan sus miembros al servicio del pecado, como instrumentos de maldad. Por el contrario, pónganse al servicio de Dios, puesto que habiendo estado muertos, él les ha dado la vida; pongan también sus miembros a su servicio, como instrumentos de santidad. El pecado ya no volverá a dominarlos, pues no viven ustedes bajo el régimen de la ley, sino bajo el régimen de la gracia. ¿Podemos entonces pecar,

puesto que ya no vivimos bajo el régimen de la ley, sino bajo el régimen de la gracia? De ningún modo. ¿Acaso no saben ustedes que al someterse a alguien para obedecerlo como esclavos, se hacen sus esclavos? Si ustedes son esclavos del pecado, es para su propia muerte; si son esclavos de la obediencia a Dios, es para su santificación. Pero gracias a Dios, ustedes, aunque fueron esclavos del pecado, han obedecido de corazón las normas de la doctrina evangélica que se les han transmitido, y así, una vez libres del pecado, se han hecho esclavos de la santidad. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 123

El Señor es nuestra ayuda.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, que lo diga Israel, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando los hombres nos asaltaron, nos habría devorado vivos el fuego de su cólera.

El Señor es nuestra ayuda.

Las aguas nos hubieran sepultado, un torrente nos hubiera llegado al cuello, un torrente de aguas encrespadas. Bendito sea el Señor, que no nos hizo presa de sus dientes.

El Señor es nuestra ayuda.

Nuestra vida se escapó como un pájaro de la trampa de los cazadores. La trampa se rompió y nosotros escapamos. La ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El Señor es nuestra ayuda.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 39-48)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

Bueno es el Señor con los que en él confíanFeria del T. O.: Miércoles de la 29a. semana o memoria libre de san Juan de Capistrano, presbítero

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2013 - Id y Enseñad - 135

El Señor es nuestra ayudaMiércoles

Octubre23

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso ese siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si ese siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los otros siervos y siervas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte de los desleales. El siervo que conociendo la

voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le da, se le exigirá mucho; y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de alabanza que tu mismo instituiste, y realiza en nosotros la obra de santificación que con su muerte nos mereció tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común II La salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que no cesan de buscarlo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta comunión, Señor, sacie nuestra hambre y nuestra sed de ti y nos transforme en tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 136

Firmeza es el Señor para su puebloJueves

Octubre24

Antífona de Entrada

Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, ¿quién habría, Señor, que se salvara? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.

Oración Colecta

Oremos: Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno.Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (6, 19-23)

Hermanos: Por la dificultad natural que tienen ustedes para entender estas cosas, voy a seguir utilizando una comparación de la vida ordinaria. Así como en otros tiempos pusieron sus miembros al servicio de la impureza y de la maldad, hasta llegar a la degradación, así ahora pónganlos al servicio del bien, a fin de que alcancen su santificación. Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no estaban al servicio del bien. ¿Y qué frutos recogieron entonces de aquello que ahora los llena de vergüenza? Ninguno, pues son cosas que conducen a la muerte.

Pero ahora, libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad, que conducen a la vida eterna. En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 1

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él.

Aleluya.

Feria del T. O.: Jueves de la 29a. semana o memoria libre de san Antonio María Claret, obispo

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2013 - Id y Enseñad - 137

Dichoso el hombre que confía en el SeñorJueves

Octubre24

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 49-53)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega! ¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo,

el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que esta Eucaristía nos ayude a conseguir la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común III Alabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Los que buscan riquezas, sufren pobreza y hambre; los que buscan al Señor, no carecen de nada.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te pedimos, Señor, humildemente, que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que hemos recibido en alimento, nos comuniquen su misma vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 138

Señor, tu amor me da consueloFeria del Tiempo Ordinario: Viernes de la 29a. semana

Viernes

Octubre25

Antífona de Entrada

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; atiéndeme y escucha mis palabras. Cuídame como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.

Oración Colecta

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero.Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (7, 18-25)

Hermanos: Bien sé yo que nada bueno hay en mí, es decir, en mi naturaleza humana deteriorada por el pecado. En efecto, yo puedo querer hacer el bien, pero no puedo realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero; y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí. Descubro, pues, en mí esta realidad: cuando quiero hacer el bien, me encuentro con el mal. Y aunque en lo más íntimo de mi ser me agrada la ley de Dios, percibo en mi cuerpo una tendencia contraria a mi razón, que me esclaviza a la ley del pecado, que está en mi cuerpo. ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, esclavo

de la muerte? ¡La gracia de Dios, por medio de Jesucristo, nuestro Señor! Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 118

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Enséñame a gustar y a comprender tus preceptos, pues yo me fío de ellos. Tú, que eres bueno y haces beneficios, instrúyeme en tus leyes.

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho. Muéstrame tu ternura y viviré, porque en tu ley he puesto mi contento.

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Jamás olvidaré tus mandamientos, pues con ellos me diste vida. Soy tuyo, sálvame, pues voy buscando tus leyes.

Enséñame, Señor, a gustar tus mandamientos.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 139

Los ojos del Señor están puestos en sus hijosViernes

Octubre25

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (12, 54-59)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora? Cuando vayas con tu adversario a presentarte

ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas. Santifica, Señor, estos dones tuyos que con sincera voluntad te presentamos, y por medio de esta Eucaristía, dígnate purificarnos y renovarnos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IV La alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia, para librarlos de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta celebración eucarística nos comunique, Señor, nuevas fuerzas para cumplir tu voluntad en esta vida y nos confirme en la esperanza de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 140

Del Señor es la tierra y lo que ella tieneMemoria libre de santa María en Sábado

Sábado

Octubre26

Antífona de Entrada

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a la luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta

Oremos: Fortalece, Dios misericordioso, nuestra debilidad, para que todos los que ahora recordamos con veneración a la santa Madre de Dios, podamos, por su intercesión y ayuda, levantarnos de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (8, 1-11)

Hermanos: Ya no hay condenación que valga contra los que están unidos a Cristo Jesús, porque ellos ya no viven conforme al desorden egoísta del hombre. Pues, si estamos unidos a Cristo Jesús, la ley del Espíritu vivificador nos ha librado del pecado y de la muerte. En efecto, lo que bajo el régimen de la ley de Moisés era imposible por el desorden y egoísmo del hombre, Dios lo ha hecho posible, cuando envió a su propio Hijo, que se hizo hombre y tomó una condición humana semejante a la nuestra, que es pecadora, y para purificarnos de

todo pecado, condenó a muerte al pecado en la humanidad de su Hijo. De este modo, la salvación prometida por la ley se realiza cumplidamente en nosotros, puesto que ya no vivimos conforme al desorden y egoísmo humanos, sino conforme al Espíritu. Ciertamente, los hombres que llevan una vida desordenada y egoísta piensan y actúan conforme a ella; pero los que viven de acuerdo con el Espíritu, piensan y actúan conforme a éste. Las aspiraciones desordenadas y egoístas conducen a la muerte; las aspiraciones conforme al Espíritu conducen a la vida y a la paz. El desorden egoísta del hombre es enemigo de Dios: no se somete, ni puede someterse a la voluntad de Dios. Por eso, los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino una vida conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes.

Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. En cambio, si Cristo vive en ustedes, aunque su cuerpo siga sujeto a la muerte, a causa del pecado, su espíritu vive a causa de la actividad salvadora de Dios. Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 23 Haz, Señor, que te busquemos.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.

Haz, Señor, que te busquemos.

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2013 - Id y Enseñad - 141

Haz, Señor, que te busquemosSábado

Octubre26

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.

Haz, Señor, que te busquemos.

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

Haz, Señor, que te busquemos.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. No quiero la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (13, 1-9)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: “¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso

que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante”. Entonces les dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?’ El viñador le contestó: ‘Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen II La Iglesia alaba a Dios con las

palabras de María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María. Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 142

Fe es un “cambio de mentalidad”

Escribe también san Pablo a los cristianos de Corinto: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios». Y san Juan Crisóstomo, en una célebre página de comentario al comienzo de la Carta a los Efesios, invita a gustar toda la belleza de este «designio de benevolencia» de Dios revelado en Cristo, con estas palabras: «¿Qué es lo que te falta? Te has convertido en inmortal, en libre, en hijo, en justo, en hermano, en coheredero, con Cristo reinas, con Cristo eres glorificado. Todo nos ha sido donado y —como está escrito— “¿cómo no nos dará todo con Él?”. Tu primicia es adorada por los ángeles [...]: ¿qué es lo que te falta?».

Esta comunión en Cristo por obra del Espíritu Santo, ofrecida por Dios a todos los hombres con la luz de la Revelación, no es algo que se sobrepone a nuestra humanidad, sino que es la realización de las aspiraciones más profundas, de aquel deseo de infinito y de plenitud que alberga en lo íntimo el ser humano, y lo abre a una felicidad no momentánea y limitada, sino eterna. San Buenaventura de Bagnoregio, refiriéndose a Dios que se revela y nos habla a través de las Escrituras para conducirnos a Él, afirma: «La Sagrada Escritura es [...] el libro en el cual están escritas palabras de vida eterna para que no sólo creamos, sino también poseamos la vida eterna, en la cual veremos, amaremos y se realizarán todos nuestros deseos». Por último, el beato Papa Juan Pablo II recordaba que «la Revelación introduce en la historia un punto de referencia del cual el hombre no puede prescindir, si quiere llegar a comprender el misterio de su existencia; pero, por otra parte, este conocimiento remite constantemente al misterio de Dios que la mente humana no puede agotar, sino sólo recibir y acoger en la fe».

Desde esta perspectiva, ¿qué es, por lo tanto, el acto de fe? Es la respuesta del hombre a la Revelación de Dios, que se da a conocer, que manifiesta su designio de benevolencia; es, por usar una expresión agustiniana, dejarse aferrar por la Verdad que es Dios, una Verdad que es Amor. Por

ello san Pablo subraya cómo a Dios, que ha revelado su misterio, se debe «la obediencia de la fe», la actitud con la cual «el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela». Todo esto conduce a un cambio fundamental del modo de relacionarse con toda la realidad; todo se ve bajo una nueva luz, se trata por lo tanto de una verdadera «conversión». Fe es un «cambio de mentalidad», porque el Dios que se ha revelado en Cristo y ha dado

a conocer su designio de amor, nos aferra, nos atrae a Sí, se convierte en el sentido que sostiene la vida, la roca sobre la que la vida puede encontrar estabilidad. En el Antiguo Testamento encontramos una densa expresión sobre la fe, que Dios confía al profeta Isaías a fin de que la comunique al rey de Judá, Acaz. Dios afirma: «Si no creéis —es decir, si no os mantenéis fieles a Dios— no subsistiréis». Existe, por lo tanto, un vínculo entre estar y comprender que expresa bien cómo la fe es acoger en la vida la visión de Dios sobre la realidad, dejar que sea Dios quien nos guíe con su Palabra y los Sacramentos para entender qué debemos hacer, cuál es el camino que debemos recorrer, cómo vivir. Al mismo tiempo, sin embargo, es precisamente comprender según Dios, ver con sus ojos lo que hace fuerte la vida, lo que nos permite «estar de pie», y no caer.

Queridos amigos, el Adviento, el tiempo litúrgico que acabamos de iniciar y que nos prepara para la Santa Navidad, nos coloca ante el luminoso misterio de la venida del Hijo de Dios, el gran «designio de benevolencia» con el cual Él quiere atraernos a sí, para hacernos vivir en plena comunión de alegría y de paz con Él. El Adviento nos invita una vez más, en medio de tantas dificultades, a renovar la certeza de que Dios está presente: Él ha entrado en el mundo, haciéndose hombre como nosotros, para llevar a plenitud su plan de amor. Y Dios pide que también nosotros nos convirtamos en signo de su acción en el mundo. A través de nuestra fe, nuestra esperanza, nuestra caridad, Él quiere entrar en el mundo siempre de nuevo y quiere hacer resplandecer siempre de nuevo su luz en nuestra noche.

Papa Benedicto XVI

…Viene de la pág. 126

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2013 - Id y Enseñad - 143

Busca la ayuda del SeñorDomingo

Octubre27

Antífona de Entrada

Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Buscad la ayuda del Señor; buscad continuamente su presencia.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del

Eclesiástico (Sirácide) (35, 15-17. 20-22)

El Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias. No menosprecia a nadie por ser pobre y escucha las súplicas del oprimido. No desoye los gritos angustiosos del huérfano ni las quejas insistentes de la viuda. Quien sirve a Dios con todo su corazón es oído y su plegaria llega hasta el cielo. La oración del humilde atraviesa las nubes, y mientras él no obtiene lo que pide, permanece sin descanso y no desiste, hasta que el Altísimo lo atiende y el justo juez le hace justicia. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 33

El Señor no está lejos de sus fieles.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.

El Señor no está lejos de sus fieles.

En contra del malvado está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. Escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.

El Señor no está lejos de sus fieles.

El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Salva el Señor la vida de sus siervos. No morirán quienes en él esperan.

El Señor no está lejos de sus fieles.

Segunda Lectura Lectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a Timoteo (4, 6-8. 16-18)

Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará

Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 144

El Señor no esta lejos de sus fielesDomingo

Octubre27

en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento. La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. Que no se les tome en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 9-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al

templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’. El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’. Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Reconociendo que somos pecadores, presentemos con humildad nuestras oraciones a Dios, diciendo:

Padre, óyenos.

Para que los cristianos demos gloria a Dios y respetemos la dignidad de todos los hombres y mujeres del tercer milenio. Oremos.

Padre, óyenos.

Para que la Iglesia se comprometa en la promoción y defensa de los derechos humanos. Oremos.

Padre, óyenos.

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2013 - Id y Enseñad - 145

Alabemos la grandeza de nuestro DiosDomingo

Octubre27

Para que los países del tercer mundo vean respetados sus derechos y perdonadas sus deudas. Oremos.

Padre, óyenos.

Para que los pobres y oprimidos sientan la cercanía del Señor que es justo y les hará justicia. Oremos.

Padre, óyenos.

Para que con serenidad y confianza, los que hoy mueran, aguarden al Señor. Oremos.

Padre, óyenos.

Para que el Señor nos libre de todo mal, se apiade de nosotros y un día nos admita en su gloria. Oremos.

Padre, óyenos.

Celebrante: Oye, Padre, las oraciones de tus hijos, y ya que te agrada la humildad de corazón, enséñanos el arte de amar y orar con sencillez y alegría. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical X El día del Señor

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo bendecirte y darte gracias, Padre santo, fuente de la verdad y de la vida, porque nos has convocado en tu casa en este día de fiesta. Hoy, tu familia, reunida en la escucha de tu Palabra, y en la comunión del pan único y partido, celebra el memorial del Señor resucitado, mientras espera el domingo sin ocaso en el que la humanidad entera entrará en tu descanso. Entonces contemplaremos tu rostro y alabaremos por siempre tu misericordia. Con esta gozosa esperanza, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos unánimes el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Llenos de júbilo porque nos ha salvado, alabemos la grandeza del Señor, nuestro Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 146

Alegres te cantamos nuestra alabanzaFiesta de san Simón y san Judas, apóstoles

Antífona de Entrada

Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que nos has dado a conocer a tu Hijo por la predicación de los Apóstoles, haz que, por intercesión, de los santos Simón y Judas, nosotros amemos cada día más a Cristo y que cada vez mayor número de hombres lo conozcan. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (2, 19-22) Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo en el Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (6, 12-19)

Gloria a ti, Señor.

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro,

y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los Fieles

Celebrante: Hermanos, presentemos nuestras oraciones a Dios en la fiesta de San Simón y San Judas, apóstoles, y pidámosle que el Evangelio de Jesucristo arraigue en todos los pueblos, culturas y civilizaciones. Digamos:

Te rogamos, óyenos.

Por la Iglesia de Jesucristo extendida de Oriente a Occidente: para que sea fiel al anuncio del Evangelio que vivieron y predicaron los apóstoles. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Lunes

Octubre28

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2013 - Id y Enseñad - 147

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra

Por el Papa y los obispos: que amen a los fieles, les comuniquen positivamente la salvación de Jesucristo y vivan con entusiasmo su ministerio. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los gobernantes y responsables del orden temporal: para que ejerzan el poder como un servicio a la justicia, a la paz, al derecho y al bienestar de los ciudadanos. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los que viven lejos de sus hogares, por los enfermos y encarcelados, por los que sufren por cualquier causa: para que encuentren acogida y comprensión y puedan dar sentido, desde la fe, a la cruz de cada día. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos. Por nuestros hermanos difuntos: para que sean acogidos en el cielo junto a los santos. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Por los que celebramos la fiesta de los santos apóstoles Simón y Judas: para que como ellos seamos testigos de fe y de la esperanza para nuestros contemporáneos en el nuevo milenio. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Celebrante: Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, que ha sido enriquecido con la santidad y el testimonio de los apóstoles San Judas y San Simón, y danos valentía para anunciar, como ellos, la llegada de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la fiesta de tus santos Apóstoles Simón y Judas y reaviva nuestra fe, para que podamos celebrar dignamente tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I Los apóstoles, pastores del

pueblo de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Si alguno me ama, cumplirá mis mandamientos, dice el Señor; mi Padre lo amará, vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú, que nos has hecho participar del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, al conmemorar hoy el martirio de los santos Apóstoles Simón y Judas, haz, Señor, que el Espíritu Santo nos guarde siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Lunes

Octubre28

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2013 - Id y Enseñad - 148

Grandes cosas has hecho por nosotros, SeñorFeria del Tiempo Ordinario: Martes de la 30a. semana

Martes

Octubre29

Antífona de Entrada Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Buscad la ayuda del Señor; buscad continuamente su presencia.

Oración Colecta

Oremos: Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (8, 18-25)

Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la

gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios. La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió, pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que también ella misma va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.

Porque ya es nuestra la salvación, pero su plenitud es todavía objeto de esperanza. Esperar lo que ya se posee no es tener esperanza, porque, ¿cómo se puede esperar lo que ya se posee? En cambio, si esperamos algo que todavía no poseemos, tenemos que esperarlo con paciencia.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 125

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar; entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de cantar.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Aun los mismos paganos con asombro decían: “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!” Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 149

Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el SeñorMartes

Octubre29

Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.

Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (13, 18-21)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¿A qué se parece el

Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas”. Y dijo de nuevo: “¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración eucarística sea para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común V Proclamación del misterio

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Llenos de júbilo porque nos ha salvado, alabemos la grandeza del Señor, nuestro Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de veras al pecado y renacer a una nueva vida.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 150

Miércoles

Octubre30

Antífona de Entrada

Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi salvador.

Oración Colecta

Oremos: Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (8, 26-30)

Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme ala voluntad de Dios, por los que le pertenecen. Ya sabemos que todo contribuye para bien de los que aman a Dios, de aquellos que han sido llamados por él según su designio salvador. En efecto, a quienes conoce de antemano, los predestina para que reproduzcan en sí

mismos la imagen de su propio Hijo, a fin de que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 12

Confío, Señor, en tu bondad.

Atiende y respóndeme, Señor, Dios mío. Sigue dando luz a mis ojos y líbrame del sueño de la muerte, para que no digan mis adversarios que me han vencido ni se alegren de mi derrota.

Confío, Señor, en tu bondad.

Pues yo confío en tu lealtad, mi corazón se alegra con tu salvación y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Confío, Señor, en tu bondad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (13, 22-30)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?” Jesús le respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se

Señor, no me abandones, no te me alejesFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 30a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 151

Confío, Señor, en tu bondadMiércoles

Octubre30

levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les responderá: ‘No sé quienes son ustedes’. Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son

los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

Oración después de la Comunión

Oremos: Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 152

Adoremos a Dios en su santo temploFeria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 30a. semana

Antífona de Entrada

Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias.

Oración Colecta

Oremos: Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (8, 31-35. 37-39)

Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo

todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros? ¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 108

Sálvame, Señor, por tu bondad.

Trátame bien, Señor, por ser quien eres y por ser grande tu misericordia, porque yo soy un pobre miserable, que lleva el corazón atribulado.

Sálvame, Señor, por tu bondad.

Ayúdame, Señor, Dios mío, sálvame por tu bondad. Que reconozcan aquí tu mano y que tú, Señor, lo has hecho.

Sálvame, Señor, por tu bondad.

Mi boca le dará muchas gracias al Señor, lo alabará en medio de la multitud, porque se puso en favor del pobre para salvarle la vida de sus jueces.

Sálvame, Señor, por tu bondad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (13, 31-35)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.

Jueves

Octubre31

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2013 - Id y Enseñad - 153

Sálvame, Señor, por tu bondad

El les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido! Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII Cristo, huésped y peregrino

en medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra,

para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Jueves

Octubre31

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2013 - Id y Enseñad - 154

Dios nuestro, fuente única de santidad

Antífona de Entrada

Alegrémonos en el Señor al celebrar la solemnidad de Todos los Santos, por la cual se alegran los ángeles y alaban al Hijo de Dios.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios omnipotente y eterno, que otorgas a tu Iglesia la alegría de celebrar, en esta solemnidad, los méritos y la gloria de todos los santos, concede a tu pueblo, por intercesión de todos estos hermanos nuestros, la abundancia de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del

Apocalipsis del apóstol san Juan (7, 2-4. 9-14)

Yo, Juan, vi a un ángel que venía del oriente. Traía consigo el sello del Dios vivo y gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar. Les dijo: “¡No hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que terminemos de marcar con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios!” Y pude oír el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil,

procedentes de todas las tribus de Israel. Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: “La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”. Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios”. Entonces uno de los ancianos

me preguntó: “¿Quiénes son y de dónde han venido los que llevan la túnica blanca?” Yo le respondí: “Señor mío, tú eres quien lo sabe”. Entonces él me dijo: “Son los que han pasado por la gran persecución y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 23

Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.

Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Viernes

Noviembre1

Solemnidad de Todos los Santos

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2013 - Id y Enseñad - 155

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.

Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

Esta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Segunda Lectura Lectura de la primera carta del

apóstol san Juan (3, 1-3) Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora somos

hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se purifica a sí mismo para ser tan puro como él. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (5, 1-12)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre,

subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Animados por el ejemplo de todos los santos que ya gozan de la bienaventuranza eterna, digamos juntos:

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Viernes

Noviembre1

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2013 - Id y Enseñad - 156

Vengan a mí todos los que están fatigados

Para que los cristianos vivamos nuestra fe con ilusión, y dejemos que la gracia nos transforme. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Para que los gobernantes de las naciones, con espíritu de justicia, promuevan la paz en el nuevo milenio. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Para que en nuestra sociedad se reconozca y valore lo sencillo, lo humilde y lo cotidiano, y se tenga en cuenta a todos los ciudadanos. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Para que nuestros hermanos y hermanas, que trabajan por el bien de los pobres y necesitados, sepan que el Reino ya les pertenece. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Para que el ejemplo de los santos nos estimule a permanecer siempre unidos al Señor. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Para que todos nosotros, en comunión con los santos, alabemos a Dios en espíritu y en verdad. Oremos.

Que seamos santos como Tú eres Santo, Señor.

Celebrante: Sólo Tú eres Santo, Señor, y de Ti procede todo bien, por eso te pedimos que acojas nuestras oraciones, nos des tu gracia para que vivamos en el amor, y nos ayudes a ser dignos hijos tuyos. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte al celebrar hoy la fiesta de todos aquellos que gozan ya de tu vida inmortal, y concédenos experimentar siempre su protección y su ayuda en nuestro camino hacia ti. Por Jesucristo, nuestro. Señor.

Amén.

Prefacio propioLa gloria de la Iglesia,

nuestra Madre.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios

todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque hoy nos concedes celebrar la gloria de Todos los Santos, asamblea de Ia Jerusalén celestial que eternamente te alaba. Hacia ella, peregrinos en la tierra, nos encaminamos alegres, guiados por la fe y animados por la gloria de nuestros hermanos; en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad. Por eso, unidos a los santos y a los coros de los ángeles, te glorificamos y cantamos, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Dios nuestro, fuente única de toda santidad y admirable en todos tus santos, haz que este sacramento nos encienda en el fuego de tu amor y nos prepare para la alegría de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Noviembre1

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2013 - Id y Enseñad - 157

Orar por los difuntos es una acción santaSábado

Noviembre2

Antífona de Entrada

Dios, que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, dará también la vida a nuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en nosotros.

Oración Colecta

Oremos: Dios, creador y redentor nuestro, por cuyo poder Cristo venció a la muerte y subió glorioso a tu Reino, concede a nuestros hermanos difuntos compartir su victoria y disfrutar de tu presencia eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del segundo libro de los Macabeos (12, 43-46)

En aquellos días, Judas Macabeo, jefe de Israel, hizo una colecta y recogió dos mil dracmas de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio de expiación por los pecados de los que habían muerto en la batalla. Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección, pues si no hubiera esperado la resurrección de sus compañeros, habría sido completamente inútil orar por los muertos. Pero él consideraba que, a los que habían muerto piadosamente, les estaba reservada una magnífica recompensa.

En efecto, orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados es una acción santa y conveniente. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 102

El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados.

El Señor es compasivo y misericordioso.

Como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama, pues bien sabe él de lo que estamos hechos y de que somos barro, no se olvida.

El Señor es compasivo y misericordioso.

La vida del hombre es como la hierba, brota como una flor silvestre: tan pronto la azota el viento, deja de existir y nadie vuelve a saber nada de ella.

El Señor es compasivo y misericordioso.

El amor del Señor a quien lo teme es un amor eterno, y entre aquellos que cumplen con su alianza, pasa de hijos a nietos su justicia.

El Señor es compasivo y misericordioso.

Segunda LecturaLectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los

Corintios (15, 20-24. 25-28) Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos. En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo

Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos

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2013 - Id y Enseñad - 158

El Señor es compasivo y misericordiosoSábado

Noviembre2

todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo. Enseguida será la consumación, cuando Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Es claro que cuando la Escritura dice: Todo lo sometió el Padre a los pies de Cristo, no incluye a Dios, que es quien le sometió a Cristo todas las cosas. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre, y así Dios será todo en todas las cosas.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy la resurrección y la vida, dice el Señor; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6)

Gloria a ti, Señor. Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la

mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Y dicho esto, expiró. Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los

varones les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los Fieles

Celebrante: Hermanos, oremos confiadamente a Dios, que resucitó a su Hijo al tercer día y pidámosle por los vivos y difuntos, para que todos gocemos un día de su felicidad eterna. Digamos con fe:

Te rogamos, óyenos.

Para que Jesús, que con su resurrección dio vida al mundo entero, conceda a todos los difuntos gozar de la luz y de la vida verdadera. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

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2013 - Id y Enseñad - 159

Yo soy la resurrección y la vida, dice el SeñorSábado

Noviembre2

Para que los cristianos seamos en medio del mundo testigos de la vida y de la felicidad que Jesús nos ofrece, y ayudemos a nuestros hermanos a creer en Él. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Para que los enfermos, especialmente los que están terminando sus días en esta vida, experimenten la fortaleza de Dios, la cercanía de sus hermanos y la confianza plena en la vida eterna. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Para que el Señor, en su misericordia, perdone los pecados de los que han muerto. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Para que nuestros familiares y amigos difuntos, disfrutando ya del Reino de la vida, intercedan por los que aún peregrinamos entre las luces y sombras de la fe. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Para que la esperanza guíe nuestros pasos a lo largo de nuestros días y para que un día disfrutemos de la armonía y el amor que reinan en la casa del Padre. Oremos al Señor.

Te rogamos, óyenos.

Celebrante: Recibe, Señor, nuestra humilde oración y, ya que confiamos en tu misericordia y tu poder, haz que vivamos abandonados en tus manos de Padre y que un día podamos cantar, junto a María y a los santos, la gloria de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte por todos nuestros hermanos que descansan en Cristo, líbralos del poder de la muerte y concédeles la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Difuntos III Cristo vida y resurrección

de los hombres

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque él es la salvación del mundo, la vida de los hombres y la resurrección de los muertos. Por él, los ángeles, que gozan de tu presencia, eternamente te adoran; permítenos unirnos a sus voces, cantando jubilosos tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Esperamos como Salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Por este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo que hemos celebrado, concede, Señor, a todos los fieles difuntos, la plenitud de tu perdón y de tu paz, para que la nueva vida que un día recibieron en el bautismo, florezca eternamente en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 160

Guárdate bien de no olvidar las cosas que Dios ha hecho con nosotros

Queridos hermanos y hermanas:

En la pasada catequesis hablé de la Revelación de Dios como comunicación que Él hace de Sí mismo y de su designio de benevolencia y de amor. Esta Revelación de Dios se introduce en el tiempo y en la historia de los hombres: historia que se convierte en «el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor de la humanidad. Él se nos manifiesta en lo que para nosotros es más familiar y fácil de verificar, porque pertenece a nuestro contexto cotidiano, sin el cual no llegaríamos a comprendernos».

El evangelista san Marcos —como hemos oído— refiere, en términos claros y sintéticos, los momentos iniciales de la predicación de Jesús: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios». Lo que ilumina y da sentido pleno a la historia del mundo y del hombre empieza a brillar en la gruta de Belén; es el Misterio que contemplaremos dentro de poco en Navidad: la salvación que se realiza en Jesucristo. En Jesús de Nazaret Dios manifiesta su rostro y pide la decisión del hombre de reconocerle y seguirle. La revelación de Dios en la historia, para entrar en relación de diálogo de amor con el hombre, da un nuevo sentido a todo el camino humano. La historia no es una simple sucesión de siglos, años, días, sino que es el tiempo de una presencia que le da pleno significado y la abre a una sólida esperanza.

¿Dónde podemos leer las etapas de esta Revelación de Dios? La Sagrada Escritura es el lugar privilegiado para descubrir los acontecimientos de este camino, y desearía —una vez más— invitar a todos, en este Año de la fe, a tomar con más frecuencia la Biblia para leerla y meditarla, y a prestar mayor atención a las lecturas de la Misa dominical; todo ello constituye un alimento precioso para nuestra fe.

Leyendo el Antiguo Testamento, podemos ver cómo las intervenciones de Dios en la historia del pueblo que se ha elegido y con el que hace alianza no son hechos que pasan y caen en el olvido, sino que se transforman en «memoria», constituyen juntos la «historia de la salvación», mantenida viva en la conciencia del pueblo de Israel a través de la celebración de los acontecimientos salvíficos. Así, en el Libro del Éxodo, el Señor indica a Moisés que celebre el gran momento de la liberación de la esclavitud de Egipto, la Pascua judía, con estas palabras: «Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis». Para todo el pueblo de Israel

recordar lo que Dios ha ordenado se convierte en una especie de imperativo constante

para que el transcurso del tiempo se caracterice por la memoria viva de los acontecimientos pasados, que así, día a día, forman de nuevo la historia y permanecen presentes. En el Libro del Deuteronomio Moisés se dirige al pueblo diciendo: «Guárdate bien de olvidar las cosas

que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas;

cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos». Y así dice también a nosotros: «Guárdate bien

de olvidar las cosas que Dios ha hecho con nosotros». La fe se alimenta del descubrimiento y de la memoria del Dios siempre fiel, que guía la historia y constituye el fundamento seguro y estable sobre el que apoyar la propia vida. Igualmente el canto del Magníficat, que la Virgen María eleva a Dios, es un ejemplo altísimo de esta historia de la salvación, de esta memoria que hace presente y tiene presente el obrar de Dios. María exalta la acción misericordiosa de Dios en el camino concreto de su pueblo, la fidelidad a las promesas de alianza hechas a Abraham y a su descendencia; y todo esto es memoria viva de la presencia divina que jamás desaparece.

Catequesis del Papa Benedicto XVI para el Año de la Fe: Las etapas de la Revelación, Diciembre 2012

Continúa en la pág. 192…

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2013 - Id y Enseñad - 161

El Señor es generoso para perdonarDomingo

Noviembre3

Antífona de Entrada Señor, no me abandones, no te me alejes, Dios mío. Ven de prisa a socorrerme, Señor, mi salvador.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios omnipotente y misericordioso, de cuya mano proviene el don de servirte y de alabarte, ayúdanos a vencer en esta vida cuanto pueda separarnos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la Sabiduría (11, 22—12, 2)

Señor, delante de ti, el mundo entero es como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero, que cae sobre la tierra. Te compadeces de todos, y aunque puedes destruirlo todo, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse. Porque tú amas todo cuanto existe y no aborreces nada de lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna cosa, no la habrías creado. ¿Y cómo podrían seguir existiendo las cosas, si tú no lo quisieras? ¿Cómo habría podido conservarse algo hasta ahora, si tú no lo hubieras llamado a la existencia?

Tú perdonas a todos, porque todos son tuyos, Señor, que amas la vida, porque tu espíritu inmortal, está en todos los seres. Por eso a los que caen, los vas corrigiendo poco a poco, los reprendes y les traes a la memoria sus pecados, para que se arrepientan de sus maldades y crean en ti, Señor. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144

Bendeciré al Señor eternamente.

Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.

Bendeciré al Señor eternamente.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.

Bendeciré al Señor eternamente.

Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y narren tus proezas a los hombres.

Bendeciré al Señor eternamente.

El Señor es siempre fiel a sus palabras y lleno de bondad en sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia.

Bendeciré al Señor eternamente.

Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

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2013 - Id y Enseñad - 162

El Señor es compasivo y misericordiosoDomingo

Noviembre3

Segunda Lectura Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses (1, 11—2, 2)

Hermanos: Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado, y con su poder, lleve a efecto tanto los buenos propósitos que ustedes han formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro Señor Jesús y él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor. Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro con él, les rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros,

que los induzcan a pensar que el día del Señor es inminente. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él, tenga vida eterna.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (19, 1-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente

se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”. El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Invoquemos a Dios, que se compadece de los hombres y nos ama con misericordia infinita, y digamos:

Escúchanos, Señor.

Para que la Iglesia sea portadora de Jesús y de su Evangelio a los hombres del nuevo milenio. Oremos.

Escúchanos, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 163

Tú nos muestras el sendero de la vidaDomingo

Noviembre3

Para que la gracia transforme los corazones. Oremos.

Escúchanos, Señor.

Para que los gobernantes defiendan la justicia, garanticen la libertad y respeten a todos los ciudadanos. Oremos.

Escúchanos, Señor.

Para que los pecadores se arrepientan y acojan en sus vidas al Señor. Oremos.

Escúchanos, Señor.

Para que el Señor ayude a los que llama a consagrar a Él su vida. Oremos.

Escúchanos, Señor.

Para que sepamos reconocer las venidas del Señor a nuestra vida. Oremos.

Escúchanos, Señor.

Celebrante: Escucha, Señor, a tus hijos que confían en tu misericordia, compadécete de sus limitaciones y no dejes que ninguno se aparte de Ti. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio que vamos a ofrecerte en comunión con toda tu Iglesia, te sea agradable, Señor, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical IEl misterio pascual y el pueblo

de Dios El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.

Oración después de la Comunión

Oremos: Continúa, Señor, en nosotros tu obra de salvación por medio de esta Eucaristía para que, cada vez más unidos a Cristo en esta vida, merezcamos vivir con él eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 164

Cuidaré de mis ovejas, dice el SeñorLunes

Noviembre4

Memoria de san Carlos Borromeo, obispo

Antífona de Entrada

Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.

Oración Colecta

Oremos: Conserva, Señor, en tu pueblo el espíritu que animó a san Carlos Borromeo, a fin de que tu Iglesia, renovada sin cesar y cada vez más fiel al Evangelio, pueda mostrar al mundo el verdadero rostro de Cristo, que vive y reina contigo.

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (11, 30-36)

Hermanos: Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia. ¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus

designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 68

A ti, Señor, elevo mi plegaria.

Mírame, Señor, enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.

A ti, Señor, elevo mi plegaria.

Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado.

A ti, Señor, elevo mi plegaria.

Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá a Judá; la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a Dios la habitarán.

A ti, Señor, elevo mi plegaria.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 165

A ti, Señor, elevo mi plegariaLunes

Noviembre4

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (14, 12-14)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, los dones que te presentamos al conmemorar hoy a san Carlos Borromeo, pastor vigilante y modelo de santidad, y haz que este sacrificio produzca en nosotros frutos abundantes de vida cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los santos Pastores

Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Carlos Borromeo, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el

himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

No sois vosotros los que me habéis elegido, dice el Señor, soy yo quien os ha elegido, para que vayáis y deis fruto y ese fruto perdure.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta sagrada Eucaristía nos comunique, Señor, la fuerza necesaria para ser, a ejemplo de san Carlos, fieles servidores de la Iglesia y de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 166

El que dá, hágalo con sencillezMartes

Noviembre5

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 31a. semana

Antífona de Entrada

Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Me invocaréis y yo os escucharé y os libraré de vuestra esclavitud donde quiera que os encontréis.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, tu ayuda para entregarnos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (12, 5-16)

Hermanos: Todos nosotros, aun siendo muchos, formamos un solo cuerpo unidos a Cristo, y todos y cada uno somos miembros los unos de los otros. Pero tenemos dones diferentes, según la gracia concedida a cada uno. El que tenga el don de profecía, que lo ejerza de acuerdo con la fe; el que tenga el don de servicio, que se dedique a servir; el que enseña, que se consagre a enseñar; el que exhorta, que se entregue a exhortar. El que da, hágalo con sencillez; el que preside, presida con solicitud; el que atiende a los necesitados, hágalo con alegría. Que el amor de ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y practiquen el bien; ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos; que cada uno estime

a los otros más que a sí mismo. En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración. Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad. Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre ustedes. No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de los humildes. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 130

Dame, Señor, la paz junto a ti.

Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios; grandezas que superen mis alcances no pretendo.

Dame, Señor, la paz junto a ti. Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño recién amamantado en los brazos maternos.

Dame, Señor, la paz junto a ti. Que igual en el Señor esperen los hijos de Israel, ahora y siempre.

Dame, Señor, la paz junto a ti.

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2013 - Id y Enseñad - 167

Dame, Señor, la paz junto a tiMartes

Noviembre5

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (14, 15-24)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: “Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios”. Entonces Jesús le dijo: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: ‘Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes’. Otro le dijo: ‘Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes’. Y otro más le dijo: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir’. Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: ‘Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos’. Cuando regresó el criado, le dijo: ‘Señor, hice lo que me

ordenaste, y todavía hay lugar’. Entonces el amo respondió: ‘Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que estos dones traídos a tu altar nos obtengan de ti, Señor y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VIII Jesús, buen samaritano

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o

en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 168

Miércoles

Noviembre6

Antífona de Entrada

Dios anuncia la paz a su pueblo, a todos sus amigos y a cuantos se convierten a él de corazón.

Oración Colecta

Oremos: Mueve, Señor, nuestros corazones para que correspondamos generosamente a la acción de tu gracia y recibamos, así, con abundancia, los dones de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (13, 8-10)

Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido

ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: “No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás” y todos los otros, se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 111

Dichosos los que temen al Señor.

Dichosos los que temen al Señor y aman de corazón sus mandamientos; poderosos serán sus descendientes: Dios bendice a los hijos de los buenos.

Dichosos los que temen al Señor.

Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz en las tinieblas brilla. Quienes compadecidos prestan y llevan su negocio honradamente jamás se desviarán.

Dichosos los que temen al Señor.

Al pobre dan limosna, obran siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de gloria.

Dichosos los que temen al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dichosos ustedes, si los injurian por ser cristianos, porque el Espíritu de Dios descansa en ustedes.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (14, 25-33)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su

Alabad al Señor todas las nacionesFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 31a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 169

Miércoles

Noviembre6 Dichosos los que temen al Señor

cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’. ¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a

todos sus bienes, no puede ser mi discípulo”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este santo sacrificio que nos has mandado ofrecer en tu alabanza y concédenos por él obedecer siempre tus mandatos para que seamos dignos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IXLa gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú que nos has hecho partícipes de tu propia vida en este sacramento, no permitas, Señor, que nos separemos ya de ti, que eres la fuente de todo bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 170

Señor, en ti está la fuente de la vidaJueves

Noviembre7

Antífona de Entrada

Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: “Este es aquél cuyo poder permanece eternamente”.

Oración Colecta

Oremos: Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (14, 7-12)

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo.

Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos. Pero tú, ¿por qué juzgas mal a tu hermano? ¿Por qué lo desprecias? Todos vamos a comparecer ante el tribunal de Dios. Como dice la Escritura: Juro por mí mismo, dice el Señor, que todos doblarán la rodilla ante mí y todos reconocerán públicamente que yo soy Dios. En resumen: cada uno de nosotros tendrá que dar cuenta de sí mismo a Dios. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 26

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.

Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.

El Señor es mi luz y mi salvación.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (15, 1-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 31a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 171

El Señor es mi luz y mi salvaciónJueves

Noviembre7

“Este recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse. ¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre

la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común I Restauración universal en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.

Oración después de la Comunión

Oremos: A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 172

Que se postre ante ti, Señor, la tierra enteraFeria del Tiempo Ordinario: Viernes de la 31a. semana

Antífona de Entrada

Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.

Oración Colecta

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (15, 14-21)

Hermanos: En lo personal estoy convencido de que ustedes están llenos de bondad y conocimientos para poder aconsejarse los unos a los otros. Sin embargo, les he escrito con cierto atrevimiento algunos pasajes para recordarles ciertas cosas que ya sabían. Lo he hecho autorizado por el don que he recibido de Dios de ser ministro sagrado de Cristo Jesús entre los paganos. Mi actividad sacerdotal consiste en predicar el Evangelio de Dios, a fin de que los paganos lleguen a ser una ofrenda agradable al Señor, santificada por el Espíritu Santo. Por lo tanto en lo que se refiere al servicio de Dios, tengo de qué gloriarme en Cristo Jesús, pues

no me atrevería a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por mi medio para la conversión de los paganos, valiéndose de mis palabras y acciones, con la fuerza de señales y prodigios y con el poder del Espíritu Santo. De esta manera he dado a conocer plenamente el Evangelio de Cristo por todas partes, desde Jerusalén hasta la región de Iliria. Pero he tenido mucho cuidado de no predicar en los lugares donde ya se conocía a Cristo, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros, de acuerdo con lo que dice la Escritura: Los que no habían tenido noticias de él, lo verán; y los que no habían oído de él, lo conocerán.Palabra de Dios.

Te alabamos Señor. Salmo Responsorial Salmo 97

Que todos los pueblos

aclamen al Señor.

Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le ha dado la victoria.

Que todos los pueblos aclamen al Señor.

El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.

Que todos los pueblos aclamen al Señor.

La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.

Que todos los pueblos aclamen al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. En aquel que cumple la palabra de Cristo el amor de Dios ha llegado a su plenitud.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (16, 1-8)

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle

Viernes

Noviembre8

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2013 - Id y Enseñad - 173

Que todos los pueblos aclamen al Señor

malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’. Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Este

respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’. El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común II La salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.

Oración después de la Comunión

Oremos: Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Noviembre8

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2013 - Id y Enseñad - 174

Con nosotros está DiosFiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán

Sábado

Noviembre9

Antífona de Entrada

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de donde estaba al lado de Dios, engalanada como una novia que se adorna para su esposo.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que edificas con piedras vivas y escogidas el templo eterno de tu gloria, derrama sobre tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que tu pueblo fiel llegue un día a transformarse en la Jerusalén celestial.Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Ezequiel (47, 1-2. 8-9. 12)

En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán

en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por donde quiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina”.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 45

Un río alegra a la ciudad de Dios.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan los montes.

Un río alegra a la ciudad de Dios.

Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa. Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba.

Un río alegra a la ciudad de Dios.

Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa. Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra.

Un río alegra a la ciudad de Dios.

Aclamaciónantes del Evangelio

Aleluya, aleluya. He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que siempre habite ahí mi nombre.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Juan (2, 13-22)

Gloria a ti, Señor.

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de

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2013 - Id y Enseñad - 175

Un río alegra a la ciudad de DiosSábado

Noviembre9

bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración de los Fieles

Celebrante: Hermanos, sabiendo que somos piedras vivas de la Iglesia, templo consagrado por Dios, y que el Espíritu Santo habita en nosotros, oremos junto a todos los cristianos, diciendo:

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por la Iglesia del nuevo milenio: para que el Señor la conserve firme ante las dificultades, cercana para todos los hombres y haga de ella la casa común donde todos vivamos como hermanos. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por la Iglesia de Roma cuyo pastor es el Papa, sucesor de Pedro: para que presida desde el primado de la caridad a todas las comunidades cristianas del mundo. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por todos los cristianos: para que sepamos amar y construir la Iglesia de Cristo viviendo con espíritu de comunión, fomentando el diálogo, la amistad y el respeto a las legítimas diferencias. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por la paz entre los pueblos, en los hogares y en las relaciones interpersonales: para que los hombres aprendamos a amarnos mutuamente y a adelantar ya aquí la Jerusalén celestial. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

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2013 - Id y Enseñad - 176

Escucha, Señor, nuestra oración

Por los que se han apartado de la comunión de la Iglesia, por los que buscan la verdad fuera de ella, por los que la critican o se sienten abandonados de su solicitud: para que el Espíritu de la verdad los atraiga a su seno y encuentren comprensión, perdón, ayuda y amistad. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por todos los que hemos sido incorporados a la Iglesia por el baño del Bautismo: para que, trabajando por nuestra santidad, seamos solidarios con nuestros hermanos y amándonos sin egoísmos construyamos juntos la única Iglesia de Cristo. Oremos.

Escucha, Señor, nuestra oración.

Celebrante: Señor y Dios nuestro, que quisiste habitar en el corazón de los hombres y nos permites congregarnos para alabarte en templos consagrados a Ti; escucha nuestras súplicas y danos tu Espíritu para que nunca nos apartemos de Ti, antes bien hagamos de nuestras vidas moradas donde Tú habites y donde constantemente se te alabe y glorifique. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Recibe, Señor, nuestras ofrendas y concede a tu pueblo, unido en la plegaria, ser fortalecido por tus sacramentos y obtener lo que pide en sus oraciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio propioLa Iglesia, esposa de Cristo y

templo del Espíritu Santo.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo

lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque en toda casa consagrada a la oración te has dignado quedarte con nosotros, para hacernos tú mismo templos del Espíritu Santo, que brillen, sostenidos por tu gracia, con el esplendor de una vida santa. Y, porque con tu acción constante, santificas a la Iglesia, esposa de Cristo, simbolizada por estos edificios materiales, a fin de que, llena de gozo por la multitud de sus hijos, sea presentada a ti en la gloria de tu Reino. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Nosotros somos piedras vivas, que sirven para construir el templo espiritual,el pueblo sacerdotal que pertenece a Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor y Dios nuestro, que has querido darnos en tu Iglesia un signo temporal de la Jerusalén celeste, concédenos, por esta comunión, ser transformados aquí en templos de tu gracia y entrar un día en el Reino de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Sábado

Noviembre9

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2013 - Id y Enseñad - 177

Acoge, Señor, nuestras plegariasDomingo

Noviembre10

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

Antífona de Entrada Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, y encuentren acogida mis plegarias.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Ayúdanos, Señor, a dejar en tus manos paternales todas nuestras preocupaciones, a fin de que podamos entregarnos con mayor libertad a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del segundo libro de

los Macabeos (7, 1-2. 9-14) En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epifanes

los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Uno de ellos, hablando en nombre de todos, dijo: “¿Qué quieres saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres”. El rey se enfureció y lo mandó matar. Cuando el segundo de ellos estaba para morir, le dijo al rey: “Asesino, tú nos arrancas la vida presente, pero el rey del universo nos resucitará a una vida eterna, puesto que morimos por fidelidad a sus leyes”. Después comenzaron a burlarse del tercero. Presentó la lengua como se lo exigieron, extendió las manos con firmeza y declaró confiadamente: “De Dios recibí estos miembros y por amor a su ley los desprecio, y de él espero recobrarlos”. El rey y sus acompañantes quedaron impresionados por el

valor con que aquel muchacho despreciaba los tormentos. Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a torturas semejantes. Estando ya para expirar, dijo: “Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la firme esperanza de que Dios nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 16

Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten.

Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras.

Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista.

Al despertar, Señor, contemplaré tu rostro.

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2013 - Id y Enseñad - 178

Domingo

Noviembre10Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende

Segunda Lectura Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses (2, 16—3, 5)

Hermanos: Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios, que nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los dispongan a toda clase de obras buenas y de buenas palabras. Por lo demás, hermanos, oren por nosotros para que la palabra del Señor se propague con rapidez y sea recibida con honor, como aconteció entre ustedes. Oren también para que Dios nos libre de los hombres perversos y malvados que nos acosan, porque no todos aceptan la fe. Pero el Señor, que es fiel, les dará fuerza a ustedes y

los librará del maligno. Tengo confianza en el Señor de que ya hacen ustedes y continuarán haciendo cuanto les he mandado. Que el Señor dirija su corazón para que amen a Dios y esperen pacientemente la venida de Cristo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo es el primogénito de los muertos; a él sea dada la gloria y el poder por siempre.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (20, 27-38)

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar

sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?” Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Oremos, hermanos, a Dios, porque es el Señor de la vida y porque su poder es eficaz y digámosle con confianza:

Te rogamos, óyenos.

Que los cristianos y los miembros del pueblo de Israel vivamos en diálogo, respeto y amistad. Oremos.

Te rogamos, óyenos.

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2013 - Id y Enseñad - 179

Que llegue hasta ti mi súplica, SeñorDomingo

Noviembre10

Que el Señor consuele, anime y fortalezca a los ministros del Evangelio. Oremos.

Te rogamos, óyenos. Que la serenidad y la paz estén con las madres que lloran la pérdida de sus hijos. Oremos.

Te rogamos, óyenos.

Que los que son víctimas de su debilidad y falta de decisión encuentren la fuerza que necesitan. Oremos.

Te rogamos, óyenos.

Que desaparezca toda enemistad y odio, y brote el amor en los corazones. Oremos.

Te rogamos, óyenos.

Que la esperanza en la resurrección nos haga vivir como hijos de la luz. Oremos.

Te rogamos, óyenos.

Celebrante: Tú, que eres la resurrección y la vida, escucha las oraciones de tu Iglesia, fortalece nuestra esperanza y danos un día parte en tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad los dones que te presentamos, a fin de que el sacramento de la muerte y resurrección de tu Hijo, nos alcance de ti la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical II El misterio de la salvación

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. El cual, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz, nos libró de eterna muerte y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas para reparar mis fuerzas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te rogamos que la fuerza del Espíritu Santo, que nos has comunicado en este sacramento, permanezca en nosotros y transforme toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 180

Con la luz del Evangelio iluminen el mundoLunes

Noviembre11

Memoria de san Martin de Tours, obispo

Antífona de Entrada

Yo elegiré para mi pueblo un sacerdote fiel que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que hiciste resplandecer tu gloria en la vida y en la muerte de san Martín, obispo de Tours, renueva en nuestros corazones la fuerza de tu amor, para que ni la muerte ni la vida puedan separarnos de ti. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la

Sabiduría (1, 1-7) Amen la justicia, ustedes, los que gobiernan la tierra, piensen bien del Señor y con sencillez de corazón búsquenlo. El se deja hallar por los que no dudan de él

y se manifiesta a los que en él confían. Los pensamientos perversos apartan de Dios, y los insensatos, que quieren poner a prueba el poder divino, quedan en ridículo. La sabiduría no entra en un alma malvada, ni habita en un cuerpo sometido al pecado. El santo espíritu, que nos educa, y huye de la hipocresía, se aleja de la insensatez y es rechazado por la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo al que blasfema, porque Dios conoce lo más íntimo del alma, observa atentamente el corazón y escucha cuanto dice la lengua. El espíritu del Señor llena toda la tierra, le da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 138

Condúceme, Señor, por tu camino.

Tú me conoces, Señor, profundamente: tú conoces cuándo me siento y me levanto, desde lejos sabes mis pensamientos, tú observas mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.

Condúceme, Señor, por tu camino.

Apenas la palabra está en mi boca y ya, Señor, te la sabes completa. Me envuelves por todas partes y tienes puesta sobre mí tu mano. Esta es una ciencia misteriosa para mí, tan sublime, que no la alcanzo.

Condúceme, Señor, por tu camino.

¿A dónde iré yo lejos de ti? ¿Dónde escaparé de tu mirada? Si subo hasta el cielo, allí estás tú; si bajo al abismo, allí te encuentras.

Condúceme, Señor, por tu camino.

Si voy en alas de la aurora o me alejo hasta el extremo del mar, también allí tu mano me conduce y tu diestra me sostiene.

Condúceme, Señor, por tu camino.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 181

Condúceme, Señor por tu caminoLunes

Noviembre11

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 1-6)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado. Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo”. Los apóstoles dijeron entonces al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor les contestó: “Si tuvieran fe,

aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Santifica, Señor, los dones que te presentamos en esta festividad del obispo san Martín y concédenos que esta Eucaristía nos conduzca siempre hacia ti, a través de las alegrías y las penas de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos PastoresLos santos pastores siguen

presentes en la Iglesia

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la festividad de san Martín de Tours, para animarnos con el ejemplo de su vida, instruirnos con su palabra y protegernos con su intercesión. Por eso, con los ángeles y los santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Yo os aseguro que todo lo que hagáis a uno de estos hermanos míos insignificantes, a mí mismo me lo hacéis, dice el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos: Tú que nos has renovado con el sacramento de la unidad, ayúdanos, Señor, a cumplir tu voluntad en todo lo que hacemos, para que, a ejemplo de san Martín, disfrutemos la alegría de ser verdaderamente tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 182

Cuidaré de mis ovejas, dice el SeñorMemoria de san Josafat, obispo y mártir

Martes

Noviembre12

Antífona de Entrada

Cuidaré de mis ovejas, dice el Señor, y les buscaré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.

Oración Colecta

Oremos: Aviva, Señor, en tu Iglesia, el espíritu de amor, que dio valor a san Josafat para morir por su pueblo a fin de que, fortalecidos por tu amor, no dudemos en sacrificar ninguno de nuestros intereses por el bien de nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la

Sabiduría (2, 23—3, 9)

Dios creó al hombre para que fuera inmortal, lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas, por envidia del diablo, entró la muerte en el mundo, y la experimentan quienes le pertenecen.

En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz. La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto agradable. En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado,

porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 33

Bendigamos al Señor a todas horas.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.

Bendigamos al Señor a todas horas.

Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo.

Bendigamos al Señor a todas horas.

Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.

Bendigamos al Señor a todas horas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 183

El que me ama cumplirá mi palabra, dice el SeñorMartes

Noviembre12

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 7-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos;

sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Bendice y acepta, Señor, los dones que te presentamos y haz que esta Eucaristía, nos confirme en la misma fe que san Josafat atestiguó con su sangre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Santos Mártires

Testimonio y ejemplo de los mártires

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Porque la sangre del glorioso mártir san Josafat, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo. Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

No sois vosotros los que me habéis elegido, dice el Señor, soy yo quien os ha elegido, para que vayáis y deis fruto y ese fruto perdure.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que este sacramento que hemos recibido nos comunique, Señor, tus dones de fortaleza y de paz, para que, a ejemplo de san Josafat, trabajemos sin descanso por la unidad y la santificación de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 184

Ven, Señor, y haz justiciaFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 32a. semana

Miércoles

Noviembre13

Antífona de Entrada

Cantad al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, cantad al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad.

Oración Colecta

Oremos: Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la

Sabiduría (6, 1-11)

Escuchen, reyes, y entiendan; aprendan, soberanos de todas las naciones de la tierra; estén atentos, los que gobiernan a los pueblos y están orgullosos del gran número de sus súbditos: El Señor les ha dado a ustedes el poder; el Altísimo, la soberanía; él va a examinar las obras de ustedes y a escudriñar sus intenciones. Ustedes son ministros de su reino y no han gobernado rectamente, ni han cumplido la ley, ni han vivido de acuerdo con la voluntad de Dios. El caerá sobre ustedes en forma terrible y repentina, porque un juicio implacable espera a los que mandan. Al pequeño, por compasión se le perdona, pero a los poderosos se les castigará

severamente. El Señor de todos ante nadie retrocede y no hay grandeza que lo asuste; él hizo al grande y al pequeño y cuida de todos con igual solicitud; pero un examen muy severo les espera a los poderosos. A ustedes, pues, soberanos, se dirigen mis palabras, para que aprendan a ser sabios y no pequen; porque los que cumplen fielmente la voluntad del Señor serán reconocidos como justos, y los que aprenden a cumplir su voluntad encontrarán defensa. Pongan, pues, atención a mis palabras, búsquenlas con interés y ellas los instruirán. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 81

Ven, Señor, y haz justicia.

Protejan al pobre y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado, defiendan al desvalido y al pobre y líbrenlos de las manos del malvado.

Ven, Señor, y haz justicia.

Yo declaro: “Aunque todos ustedes sean dioses e hijos del Altísimo, morirán como cualquier hombre, caerán como cualquier príncipe”.

Ven, Señor, y haz justicia.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús, pues esto es lo que Dios quiere que ustedes hagan.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 185

Miércoles

Noviembre13 Den gracias siempre, unidos a Cristo Jesús

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 11-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!” Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo

Jesús: “¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?” Después le dijo al samaritano: “Levántate y vete. Tu fe te ha salvado”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IIIAlabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Acudid al Señor, poned en él vuestra confianza y no quedaréis defraudados.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 186

Sálvanos, Señor y Dios nuestroJueves

Noviembre14

Antífona de Entrada

Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro de la

Sabiduría (7, 22—8, 1)

La sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único y múltiple, sutil, ágil y penetrante, inmaculado, lúcido e

invulnerable, amante del bien, agudo y libre, bienhechor, amigo del hombre y amable, firme, seguro y sereno, que todo lo puede y todo lo ve, que penetra en todos los espíritus: los inteligentes, los puros y los más sutiles. La sabiduría es más ágil que cualquier movimiento y, por ser inmaterial, lo atraviesa y lo penetra todo. La sabiduría es un resplandor del poder de Dios, una emanación purísima de la gloria del omnipotente, por eso nada sucio la puede contaminar. Es un reflejo de la luz eterna, un espejo inmaculado de la actividad de Dios y una imagen de su bondad. Ella sola lo puede todo; sin cambiar en nada, todo lo renueva; entra en las almas de los buenos de cada generación, hace de ellos

amigos de Dios y profetas, porque Dios ama sólo a quienes conviven con la sabiduría. La sabiduría es más brillante que el sol y que todas las constelaciones; si se la compara con la luz del día, la sabiduría sale ganando, porque al día lo vence la noche, pero contra la sabiduría, la maldad no puede nada. Ella se extiende poderosa de un extremo al otro del mundo y con suavidad gobierna todo el universo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 118

Enséñanos, Señor, tus leyes.

Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. Tu fidelidad permanece de generación en generación, como la tierra, que tú cimentaste.

Enséñanos, Señor, tus leyes.

Todo subsiste hasta hoy por orden tuya y todo está a tu servicio. La explicación de tu palabra da luz y entendimiento a los humildes.

Enséñanos, Señor, tus leyes.

Mira benignamente a tu siervo y enséñame a cumplir tus mandamientos; que sólo viva yo, Señor, para alabarte y que tu ley me ayude.

Enséñanos, Señor, tus leyes.

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 32a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 187

El Reino de Dios ya está entre ustedesJueves

Noviembre14

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy la vid y ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 20-25)

Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?” Jesús les respondió: “El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, porque el Reino de Dios ya está entre ustedes”. Les dijo entonces a sus

discípulos: “Llegará un tiempo en que ustedes desearán disfrutar siquiera un solo día de la presencia del Hijo del hombre y no podrán. Entonces les dirán: ‘Está aquí’ o ‘Está allá’, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IVLa alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta nunca de haberte invocado.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 188

Tu eres Señor, el autor de la belleza

Antífona de Entrada

Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.

Oración Colecta

Oremos: Señor, que tu amor incansable cuide y proteja siempre a estos hijos tuyos, que han puesto en tu gracia toda su esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la

Sabiduría (13, 1-9) Insensatos han sido todos los hombres que no han conocido a Dios y no han sido capaces de descubrir, a través de las cosas buenas que se ven a “Aquel-que-es” y que no han reconocido al artífice, fijándose en sus obras, sino que han

considerado como dioses al fuego, al viento, al aire sutil, al cielo estrellado, al agua impetuosa o al sol y a la luna, que rigen el mundo. Si fascinados por la belleza de las cosas, pensaron que éstos eran dioses, sepan cuánto las aventaja el Señor de todas ellas, pues fue el autor mismo de la belleza quien las creó. Y si fue su poder y actividad lo que los impresionó, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es aquel que las hizo; pues reflexionando sobre la grandeza y hermosura de las creaturas se puede llegar a contemplar a su creador. Sin embargo, no son éstos tan dignos de reprensión, pues tal vez andan desorientados, buscando y queriendo encontrar a Dios. Como viven entre sus obras, se esfuerzan por conocerlas y se dejan fascinar por la belleza de las cosas que ven. Pero no por eso tienen excusa, pues si llegaron a ser tan sabios para investigar el

universo, ¿cómo no llegaron a descubrir fácilmente a su creador? Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje, hasta el fin del mundo.

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (17, 26-37)

Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: “Lo que sucedió

F. T. O.: Viernes de la 32a. semana o memoria libre de san Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia

Viernes

Noviembre15

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2013 - Id y Enseñad - 189

Los cielos proclaman la gloria de Dios

en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho:

uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada”. Entonces, los discípulos le dijeron: “¿Dónde sucederá eso, Señor?” Y él les respondió: “Donde hay un cadáver, se juntan los buitres”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Señor, Dios nuestro, tú que nos has dado este pan y este vino para reparar nuestras fuerzas, conviértelos para nosotros en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VProclamación del misterio

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Demos gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace por su pueblo; porque da de beber al que tiene sed y les da de comer a los hambrientos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que has querido hacernos participar de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera unidos en Cristo, que nuestro trabajo sea eficaz para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Viernes

Noviembre15

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2013 - Id y Enseñad - 190

Aclamen al Señor y denle graciasF. T. O.: Sábado de la 32a. S. o memoria libre de santa Margarita de Escocia; o de santa Gertrudis, virgen

Sábado

Noviembre16

Antífona de Entrada

Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.

Oración Colecta

Oremos: Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro de la

Sabiduría (18, 14-16; 19, 6-9)

Cuando un profundo silencio envolvía todas las cosas y la noche estaba a la mitad de su camino, tu palabra

todopoderosa, Señor, como implacable guerrero, se lanzó desde tu trono real del cielo hacia la región condenada al exterminio. Blandiendo como espada tu decreto irrevocable, sembró la muerte por dondequiera; tocaba el cielo con la mano y al mismo tiempo pisaba la tierra. La creación entera, obediente a tus órdenes, actuó de manera diversa a su modo de proceder para librar a tus hijos de todo daño. Una nube protegió con su oscuridad el campamento israelita y donde antes había agua, surgió la tierra firme; en el mar Rojo apareció un camino despejado y en las olas impetuosas, una verde llanura. Por ahí, protegido por tu mano, pasó todo el pueblo, mientras contemplaba tus prodigios admirables. Corrían como potros y brincaban como corderos,

dándote gracias, Señor, por haberlos liberado. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 104

Recordemos los prodigios del Señor.

Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos.

Recordemos los prodigios del Señor.

El Señor hirió de muerte a los primogénitos de los egipcios, primicias de su virilidad. Sacó a su pueblo, cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezó.

Recordemos los prodigios del Señor.

Se acordó de la palabra sagrada que había dado a su siervo, Abraham, y sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos, con gritos de triunfo.

Recordemos los prodigios del Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 191

Recordemos los prodigios del SeñorSábado

Noviembre16

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 1-8)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ ”. Dicho esto, Jesús comentó:

“Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?” Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y nos renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

El Señor colmó el deseo de su pueblo: comieron y quedaron satisfechos.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 192

Dios nos libera de la esclavitud

Para Israel el Éxodo es el acontecimiento histórico central en el que Dios revela su acción poderosa. Dios libera a los israelitas de la esclavitud de Egipto para que puedan volver a la Tierra Prometida y adorarle como el único y verdadero Señor. Israel no se pone en camino para ser un pueblo como los demás —para tener también él una independencia nacional—, sino para servir a Dios en el culto y en la vida, para crear para Dios un lugar donde el hombre está en obediencia a Él, donde Dios está presente y es adorado en el mundo; y, naturalmente, no sólo para ellos, sino para testimoniarlo entre los demás pueblos. La celebración de este acontecimiento es hacerlo presente y actual, pues la obra de Dios no desfallece. Él es fiel a su proyecto de liberación y continúa persiguiéndolo, a fin de que el hombre pueda reconocer y servir a su Señor y responder con fe y amor a su acción.

Dios por lo tanto se revela a Sí mismo no sólo en el acto primordial de la creación, sino entrando en nuestra historia, en la historia de un pequeño pueblo que no era ni el más numeroso ni el más fuerte. Y esta Revelación de Dios, que prosigue en la historia, culmina en Jesucristo: Dios, el Logos, la Palabra creadora que está en el origen del mundo, se ha encarnado en Jesús y ha mostrado el verdadero rostro de Dios. En Jesús se realiza toda promesa, en Él culmina la historia de Dios con la humanidad. Cuando leemos el relato de los dos discípulos en camino hacia Emaús, narrado por san Lucas, vemos cómo emerge claramente que la persona de Cristo ilumina el Antiguo Testamento, toda la historia de la salvación, y muestra el gran proyecto unitario de los dos Testamentos, muestra su unicidad. Jesús, de hecho, explica a los dos caminantes perdidos y desilusionados que es el cumplimiento de toda promesa: «Y comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a Él en todas las Escrituras». El evangelista refiere la exclamación de los dos discípulos tras haber reconocido que aquel compañero de viaje era el Señor: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».

El Catecismo de la Iglesia católica resume las etapas de la Revelación divina mostrando sintéticamente su desarrollo: Dios invitó al hombre desde el principio a una íntima comunión con Él, y aun cuando el hombre, por la propia desobediencia, perdió su amistad, Dios no le dejó en poder de la muerte, sino que ofreció muchas veces a los hombres su alianza. El Catecismo recorre el camino de Dios con el hombre desde la alianza con Noé tras el diluvio a la llamada de Abraham a salir de su tierra para hacerle padre de una multitud de pueblos. Dios forma a Israel como su pueblo a través del acontecimiento del Éxodo, la alianza del Sinaí y el don, por medio de Moisés, de la Ley para ser reconocido y servido como el único Dios vivo y verdadero.

…Viene de la pág. 160

Continúa en la pág. 208…

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2013 - Id y Enseñad - 193

El que no quiera trabajar, que no comaDomingo

Noviembre17

Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario - Día del Señor

Antífona de Entrada

Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Me invocaréis y yo os escucharé y os libraré de vuestra esclavitud dondequiera que os encontréis.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, tu ayuda para entregarnos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Malaquías (3, 19-20)

“Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene

los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro Rey.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

Toda la tierra ha visto al Salvador.

Segunda Lectura Lectura de la segunda carta

del apóstol san Pablo a los tesalonicenses

(3, 7-12)

Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que, cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serIes gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”. Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 194

Toda la tierra ha visto al SalvadorDomingo

Noviembre17

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 5-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”. Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de

que ya está a punto de suceder?” El les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”. Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles. Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo

Oración de los Fieles

Celebrante: Al Señor que cuida con ternura de cada uno de sus hijos, oremos juntos como hermanos, por nosotros y por todo el mundo. Digamos:

Padre, escúchanos.

Para que los cristianos seamos testigos de esperanza. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que, con sabiduría y espíritu humilde, los pastores de la Iglesia presenten a Jesucristo como salvador del mundo. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

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2013 - Id y Enseñad - 195

Mi felicidad consiste en estar cerca de DiosDomingo

Noviembre17

Para que la paz sea una realidad en los corazones y en los países que sufren los estragos de la guerra. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos. Para que en el nuevo milenio a nadie falte trabajo y salario digno. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que el Señor dé su fuerza a los que son perseguidos a causa de su compromiso con el Evangelio. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Para que nuestra comunidad cristiana sea un reflejo del amor que Cristo nos da. Oremos al Señor.

Padre, escúchanos.

Celebrante: Recibe en tu misericordia, Padre, las oraciones de tu Iglesia, reúne a todos los hombres en la confesión de una sola fe y haz que nuestra esperanza no decaiga. Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Que estos dones traídos a tu altar nos obtengan de ti, Señor y Dios nuestro, la gracia de servirte con amor y la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Dominical III Nuestra salvación por el Hijo

de Dios hecho hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque manifestaste admirablemente tu poder no sólo al socorrer nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad, sino al prever el remedio en la misma debilidad humana, y así de lo que fue causa de nuestra ruina hiciste el principio de nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que nuestra participación en esta Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar como memorial suyo, nos una siempre con el vínculo de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 196

Confío, Señor, en tu misericordiaF. T. O.: Lunes 33a. S. o memoria libre de la Dedicación de las Basílicas de San Pedro y San Pablo, apóstoles

Lunes

Noviembre18

Antífona de Entrada Confío, Señor, en tu misericordia; alegra mi corazón con tu auxilio. Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del primer libro

de los Macabeos (1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64)

En aquellos días, surgió un hombre perverso, Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos. Hubo por entonces unos israelitas apóstatas, que convencieron a muchos diciéndoles: “Vamos a hacer un pacto con los pueblos vecinos, pues desde que hemos vivido aislados, nos han sobrevenido muchas desgracias”. Esta proposición fue bien recibida y algunos del pueblo decidieron acudir al rey y obtuvieron de él autorización para seguir las costumbres de los paganos. Entonces, conforme al uso de los paganos,

construyeron en Jerusalén un gimnasio, simularon que no estaban circuncidados, renegaron de la alianza santa, se casaron con gente pagana y se vendieron para hacer el mal. Por su parte, el rey publicó un edicto en todo su reino y ordenó que todos sus súbditos formaran un solo pueblo y abandonaran su legislación particular. Todos los paganos acataron el edicto real y muchos israelitas aceptaron la religión oficial, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado. El día quince de diciembre del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de Dios un altar pagano, y se fueron construyendo altares en todas las ciudades de Judá. Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las

plazas; rompían y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; a quienes se les descubría en su casa un ejemplar de la alianza y a los que sorprendían observando los preceptos de la ley, los condenaban a muerte en virtud del decreto real. A pesar de todo esto, muchos israelitas permanecieron firmes y resueltos a no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos que violaban la santa alianza. Muy grande fue la prueba que soportó Israel. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 118

Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.

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2013 - Id y Enseñad - 197

Yo soy la luz del mundo, dice el SeñorLunes

Noviembre18

Me indigno, Señor, porque los pecadores no cumplen tu ley. Las redes de los pecadores me aprisionan, pero yo no olvido tu voluntad.

Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.

Líbrame de la opresión de los hombres y cumpliré tus mandamientos. Se acercan a mí los malvados que me persiguen y están lejos de tu ley.

Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.

Los malvados están lejos de la salvación, porque no han cumplido tus mandamientos. Cuando veo a los pecadores, siento disgusto, porque no cumplen tus palabras.

Ayúdame, Señor, a cumplir tus mandamientos.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (18, 35-43)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír

que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!” Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El le contestó: “Señor, que vea”. Jesús le dijo: “Recobra la vista; tu fe te ha curado”. Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VII Cristo, huésped y peregrino en

medio de nosotros.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Proclamaré Señor, todas tus maravillas y me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 198

Cantaré al Señor por el bien que me ha hechoFeria del Tiempo Ordinario: Martes de la 33a. semana

Martes

Noviembre19

Antífona de Entrada

El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.

Oración Colecta

Oremos: Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del segundo libro de los Macabeos (6, 18-31)

Había un hombre llamado Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era uno de los principales maestros de la ley. Querían obligarlo a comer carne de puerco y para ello le abrían a la fuerza la boca. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente hacia el suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida. Los que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua amistad que los unía con Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que mandara traer carne permitida y que la comiera, simulando

que comía la carne del sacrificio ordenada por el rey. Así se podría librar de la muerte y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía. Pero Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años y de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa, dada por Dios, respondió enseguida: “Envíenme al sepulcro, pues no es digno de mi edad ese engaño. Van a creer los jóvenes que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado al paganismo. Y si por miedo a perder el poco tiempo de vida que me queda, finjo apartarme de la ley, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar y deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me librara del castigo de los hombres, ni vivo ni muerto me libraría de la mano del Omnipotente. En cambio, si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis años y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo, para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y venerable ley”. Dicho esto, se fue enseguida hacia el suplicio. Los que lo conducían, considerando arrogantes las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en dureza su actitud benévola. Cuando Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros: “Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes

que pude librarme de la muerte; pero, por respeto a ti, sufro con paciencia y con gusto, crueles dolores en mi cuerpo y en mi alma”. De esta manera, Eleazar terminó su vida y dejó no sólo a los jóvenes, sino a toda la nación, un ejemplo memorable de virtud y heroísmo. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 3

El Señor es mi defensa.

Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, y cuántos contra mí se han levantado; cuántos dicen de mí: “Ni Dios podrá salvarlo”.

El Señor es mi defensa. Mas tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria y mi victoria; desde tu monte santo me respondes cuando mi voz te invoca.

El Señor es mi defensa.

En paz me acuesto, duermo y me despierto, porque el Señor es mi defensa. No temeré a la enorme muchedumbre que se acerca y me acecha.

El Señor es mi defensa.

Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Dios nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.

Aleluya.

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2013 - Id y Enseñad - 199

El Señor es mi defensaMartes

Noviembre19

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (19, 1-10)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”. El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha

llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VIII Jesús, buen samaritano

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro

alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor. Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 200

Yo los he elegido del mundo, dice el SeñorMiércoles

Noviembre20

Antífona de Entrada

Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.

Oración Colecta

Oremos: Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del segundo libro

de los Macabeos (7, 1. 20-31)

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos junto con su madre. El rey Antíoco Epifanes los hizo azotar para obligarlos a comer carne de puerco, prohibida por la ley. Muy digna de admiración y de glorioso recuerdo fue aquella madre que, viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un solo día, lo soportó con entereza, porque tenían puesta su esperanza en el Señor. Llena de generosos sentimientos y uniendo un temple viril a la ternura femenina, animaba a cada uno de ellos en su lengua materna, diciéndoles: “Yo no sé cómo han aparecido ustedes en mi seno; no he sido yo quien les ha dado el aliento y la vida, ni he unido yo los miembros que componen su cuerpo. Ha sido Dios, creador

del mundo, el mismo que formó el género humano y creó cuanto existe. Por su misericordia, él les dará de nuevo el aliento y la vida, ya que por obedecer sus santas leyes, ustedes la sacrifican ahora”. Antíoco pensó que la mujer lo estaba despreciando e insultando. Aún quedaba con vida el más pequeño de los hermanos y Antíoco trataba de ganárselo, no sólo con palabras, sino hasta con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que renegara de las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le daría un cargo. Pero como el muchacho no le hacía el menor caso, el rey mandó llamar a la madre y le pidió que convenciera a su hijo de que aceptara, por su propio bien. El rey se lo pidió varias veces, y la madre aceptó. Se acercó entonces a su hijo, y burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua materna: “Hijo mío, ten compasión de mí, que te llevé en mi seno nueve meses, te amamanté tres años y te he criado y educado hasta la edad que tienes. Te ruego, hijo mío, que mires el cielo y la tierra, y te fijes en todo lo que hay en ellos; así sabrás que Dios lo ha hecho todo de la nada y que en la misma forma ha hecho a los hombres. Así, pues, no le tengas miedo al verdugo, sigue el buen ejemplo de tus hermanos y acepta la muerte, para que, por la misericordia de Dios, te vuelva yo a encontrar con ellos”. Cuando la madre terminó de hablar, el muchacho dijo a los verdugos: “¿Qué esperan? No voy a obedecer la orden del rey;

yo obedezco los mandamientos de la ley dada a nuestros padres por medio de Moisés. Y tú, rey, que eres el causante de tantas desgracias para los hebreos, no escaparás de las manos de Dios”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 16

Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten.

Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes, no tembló mi pisada. A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras.

Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista.

Escóndeme, Señor, bajo la sombra de tus alas.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Aleluya.

Feria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 33a. semana

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2013 - Id y Enseñad - 201

Miércoles

Noviembre20 Mis pies en tus caminos se mantuvieron firmes

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (19, 11-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola: “Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’. Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro rey’. Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas’. El le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades’. Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás gobernador de cinco ciudades’. Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo,

porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’ Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron: ‘Señor, ya tiene diez monedas’. El les dijo: ‘Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’ ”. Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IX La gloria de Dios es el hombre

viviente.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen. Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo. Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Yo te invoco, porque tú me, respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.

Oración después de la Comunión

Oremos: Padre santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor y así merezcamos entrar al Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 202

Ofrece a Dios tu gratitudJueves

Noviembre21

Antífona de Entrada

Dichosa tú, Virgen María, que llevaste en tu seno al creador del universo; diste a luz al que te creó, y permaneces virgen para siempre.

Oración Colecta

Oremos: Al celebrar hoy la festividad de la Presentación de la santísima Virgen María, te suplicamos, Señor, que por intercesión suya, podamos participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura del primer libro de los

Macabeos (2, 15-29) En aquellos días, los enviados del rey Antíoco, encargados de hacer apostatar a los israelitas, llegaron a la ciudad de Modín para obligarlos a sacrificar a los ídolos. Muchos israelitas se les sometieron; en cambio, Matatías y sus hijos se les opusieron tenazmente. Los enviados del rey se dirigieron entonces a Matatías y le dijeron: “Tú eres un hombre ilustre y poderoso en esta ciudad y cuentas con el apoyo de tus hijos y de tus hermanos. Acércate, pues, tú primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los hombres de Judea y los que han quedado

en Jerusalén. Así, tú y tus hijos serán contados entre los amigos del rey y serán recompensados con oro, plata y muchos regalos”. Matatías les contestó con voz firme: “Aunque todas las naciones que forman los dominios del rey obedezcan sus órdenes y apostaten de la religión de sus padres, mis hijos, mis hermanos y yo nos mantendremos fieles a la alianza de nuestros padres. ¡Dios nos libre de abandonar nuestra ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey ni ofreceremos sacrificios a los ídolos, porque así quebrantaríamos los mandamientos de nuestra ley y seguiríamos un camino equivocado”. Apenas había acabado de hablar Matatías, un judío se adelantó, a la vista de todos, para ofrecer sacrificios a los ídolos en el altar, conforme al decreto del rey. Al verlo, Matatías se indignó, tembló de cólera y en un arrebato de ira santa, corrió hasta el judío y lo degolló sobre el altar. Mató, además, al enviado del rey, que obligaba a hacer sacrificios, y destruyó el altar. En su celo por la ley, imitó lo que hizo Pinjás contra Zimrí, el hijo de Salú. Luego empezó a gritar por la ciudad: “Todo aquel que sienta celo por la ley y quiera mantener la alianza, que me siga”. Y, dejando en la ciudad cuanto poseían, huyeron él y sus hijos a las montañas.

Por entonces, muchos judíos que buscaban la justicia y querían ser fieles a la ley, se fueron a vivir al desierto. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 49

Dios salva al que cumple su voluntad.

Habla el Dios de los dioses, el Señor, y convoca a cuantos viven en la tierra. En Jerusalén, dechado de hermosura, el Señor se ha manifestado.

Dios salva al que cumple su voluntad.

Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara.

Dios salva al que cumple su voluntad.

Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo, pues yo te libraré cuando me invoques y tú me darás gloria, agradecido.

Dios salva al que cumple su voluntad.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor.

Aleluya.

Memoria de la presentación de la Santísima Virgen María

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2013 - Id y Enseñad - 203

Dios salva al que cumple su voluntadJueves

Noviembre21

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (19, 41-44)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó: “¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda que te presentamos nos transforme, por tu gracia, en oblación viva y continua. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de Santa María Virgen I Maternidad de la

santísima Virgen María

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la memoria de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus

voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Ha hecho en mí maravillas el todopoderoso, cuyo nombre es santo.

Oración después de la Comunión

Oremos: Ya que participamos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, nos gloriemos de la plenitud de tu gracia y sintamos los efectos de tu obra redentora. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 204

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el SeñorViernes

Noviembre22

Antífona de Entrada

Como las vírgenes prudentes, santa Cecilia, virgen y mártir, conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.

Oración Colecta

Oremos: Que la intercesión de santa Cecilia, virgen y mártir, nos obtenga, Señor, de tu misericordia, la gracia de vivir con alegría nuestra fe para que merezcamos cantar tus alabanzas en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del primer libro de los

Macabeos (4, 36-37. 52-59) En aquellos días, Judas y sus hermanos se dijeron: “Nuestros enemigos están vencidos; vamos, pues, a purificar el templo para consagrarlo de nuevo”. Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión. El día veinticinco de diciembre del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al romper el día y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido, un sacrificio conforme a la ley. El altar fue inaugurado con cánticos, cítaras, arpas y platillos, precisamente en el aniversario del día en que los paganos lo habían profanado. El pueblo entero se postró en tierra y adoró y bendijo al Señor, que los había conducido al triunfo.

Durante ocho días celebraron la consagración del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron los pórticos y las salas, y les pusieron puertas. La alegría del pueblo fue grandísima y el ultraje inferido por los paganos quedó borrado. Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a partir del veinticinco de diciembre, se celebrara durante ocho días, con solemnes festejos, el aniversario de la consagración del altar. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial 1 Crónicas 29

Bendito seas, Señor,

Dios nuestro.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Jacob, desde siempre y para siempre.

Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Tuya es la grandeza y el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra.

Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Tuyo, Señor, es el reino, tú estás por encima de todos los reyes. De ti provienen las riquezas y la gloria.

Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Tú lo gobiernas todo, en tu mano están la fuerza y el poder y de tu mano proceden la gloria y la fortaleza.

Bendito seas, Señor, Dios nuestro.

Memoria de Santa Cecilia, virgen y mártir

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2013 - Id y Enseñad - 205

Bendito seas, Señor, Dios nuestroViernes

Noviembre22

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (19, 45-48)

Gloria a ti, Señor.

Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones”. Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los

jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Cecilia, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de santas vírgenes y santos religiosos

La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Cecilia, virgen. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 206

El Señor es mi luz y mi salvaciónF. T. O.: Sábado 33a. S. o memoria libre de san Clemente I, Papa y mártir; o de san Columbano, abad

Sábado

Noviembre23

Antífona de Entrada

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan mis enemigos, tropiezan y caen.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, de quien todo bien procede, inspíranos propósitos de justicia y santidad y concédenos tu ayuda para poder cumplirlos. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera Lectura Lectura del primer libro de los

Macabeos (6, 1-13) Cuando recorría las regiones altas de Persia, el rey Antíoco se enteró de que había una ciudad llamada Elimaida, famosa por sus riquezas de oro y plata. En su riquísimo templo se guardaban los yelmos de oro, las corazas y las armas dejadas ahí por Alejandro, hijo de Filipo y rey de Macedonia, que fue el primero que reinó sobre los griegos. Antíoco se dirigió a Elimaida, con intención de apoderarse de la ciudad y de saquearla. Pero no lo consiguió, porque al conocer sus propósitos, los habitantes le opusieron resistencia y tuvo que salir huyendo y marcharse de ahí con gran tristeza, para volverse a Babilonia.

Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero que le anunció la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá. Lisias, que había ido al frente de un poderoso ejército, había sido derrotado por los judíos. Estos se habían fortalecido con las armas, las tropas y el botín capturado al enemigo. Además, habían destruido el altar pagano levantado por él sobre el altar de Jerusalén. Habían vuelto a construir una muralla alta en torno al santuario y a la ciudad de Bet-Sur. Ante tales noticias, el rey se impresionó y se quedó consternado, a tal grado, que cayó en cama, enfermo de tristeza, por no haberle salido las cosas como él había querido. Permaneció ahí muchos días, cada vez más triste y pensando que se iba a morir. Entonces mandó llamar a todos sus amigos y les dijo: “El sueño ha huido de mis ojos y me siento abrumado de preocupación. Y

me pregunto: ‘¿Por qué estoy tan afligido ahora y tan agobiado por la tristeza, si me sentía tan feliz y amado, cuando era poderoso? Pero ahora me doy cuenta del daño que hice en Jerusalén, cuando me llevé los objetos de oro y plata que en ella había, y mandé exterminar sin motivo a los habitantes de Judea. Reconozco que por esta causa me han sobrevenido estas desgracias y que muero en tierra extraña, lleno de tristeza’ ”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 9

Cantemos al Señor, nuestro salvador.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor, Altísimo.

Cantemos al Señor, nuestro salvador.

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2013 - Id y Enseñad - 207

Cantemos al Señor, nuestro salvadorSábado

Noviembre23

Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante ti. Reprendiste a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para siempre su recuerdo.

Cantemos al Señor, nuestro salvador.

Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie quedó atrapado en la red que escondieron. Tú, Señor, jamás olvidas al pobre y la esperanza del humilde jamás perecerá.

Cantemos al Señor, nuestro salvador.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido a la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (20, 27-40)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y

murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?” Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”. Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Mira, Señor, con bondad, estos dones que te presentamos humildemente, para que sean gratos a tus ojos y nos hagan crecer en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común I Restauración universal en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Señor, tú eres mi amor, mi fuerza y mi refugio, mi liberación y mi ayuda. Tú eres mi Dios.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que la fuerza redentora de esta Eucaristía nos proteja, Señor, de nuestras malas inclinaciones y nos guíe siempre por el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 208

Dios no nos ha abandonado a nuestra suerte

Con los profetas Dios guía a su pueblo en la esperanza de la salvación. Conocemos —por Isaías— el «segundo Éxodo», el retorno del exilio de Babilonia a la propia tierra, la refundación del pueblo; al mismo tiempo, sin embargo, muchos permanecen dispersos y así empieza la universalidad de esta fe. Al final ya no se espera a un solo rey, David, a un hijo de David, sino a un «Hijo del hombre», la salvación de todos los pueblos. Se realizan encuentros entre las culturas, primero con Babilonia y Siria, después también con la multitud griega. Y vemos cómo el camino de Dios se amplía, se abre cada vez más hacia el Misterio de Cristo, el Rey del universo. En Cristo se realiza por fin la Revelación en su plenitud, el designio de benevolencia de Dios: Él mismo se hace uno de nosotros.

Me he detenido haciendo memoria de la acción de Dios en la historia del hombre para mostrar las etapas de este gran proyecto de amor testimoniado en el Antiguo y en el Nuevo Testamento: un único proyecto de salvación dirigido a toda la humanidad, progresivamente revelado y realizado por el poder de Dios, en el que Dios siempre reacciona a las respuestas del hombre y halla nuevos inicios de alianza cuando el hombre se extravía. Esto es fundamental en el camino de fe. Estamos en el tiempo litúrgico de Adviento

que nos prepara para la Santa Navidad. Como todos sabemos, el término Adviento significa «llegada», «presencia», y antiguamente indicaba precisamente la llegada del rey o del emperador a una determinada provincia. Para nosotros, cristianos, la palabra indica una realidad maravillosa e impresionante: el propio Dios ha atravesado su Cielo y se ha inclinado hacia el hombre; ha hecho alianza con él entrando en la historia de un pueblo; Él es el rey que ha bajado a esta pobre provincia que es la tierra y nos ha donado su visita asumiendo nuestra carne, haciéndose hombre como nosotros. El Adviento nos invita a recorrer el camino de esta presencia y nos recuerda siempre de nuevo que Dios no se ha suprimido del mundo, no está ausente, no nos ha abandonado a nuestra suerte, sino que nos sale al encuentro en diversos modos que debemos aprender a discernir. Y también nosotros con nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, estamos llamados cada día a vislumbrar y a testimoniar esta presencia en el mundo frecuentemente superficial y distraído, y a hacer que resplandezca en nuestra vida la luz que iluminó la gruta de Belén. Gracias.

Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los participantes en el Congreso Internacional promovido por la Pontificia Comisión para América Latina, así como a las

autoridades civiles y eclesiásticas, y a los numerosos fieles del Estado de Michoacán, México, que desde esa amada tierra han querido ofrecerme este hermoso Belén artesanal. Que Nuestra Señora de Guadalupe vele por la noble Nación mexicana y le conceda unidad, justicia, concordia y paz. Dirijo también un afectuoso saludo a los demás grupos provenientes de España y otros países latinoamericanos. Exhorto a todos, en este tiempo de Adviento, a dedicarse a la lectura de la Biblia, para recordar la obra de Dios en medio de su pueblo y testimoniar su presencia viva en el mundo. Muchas gracias.

…Viene de la pág. 192

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2013 - Id y Enseñad - 209

En Cristo habita toda plenitudDomingo

Noviembre24

Antífona de Entrada

Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.

Se dice Gloria.

Oración Colecta

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda creatura, liberada de la esclavitud, sirva a tu majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del segundo libro de

Samuel (5, 1-3) En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David, de la tribu de Judá, y le dijeron: “Somos de tu misma sangre. Ya desde antes, aunque Saúl reinaba sobre nosotros, tú eras el que conducía a Israel, pues ya el Señor te había dicho: ‘Tú serás el pastor de Israel, mi pueblo; tú serás su guía’ ”. Así pues, los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver a David, rey de Judá. David hizo con ellos un pacto en presencia del Señor y ellos lo ungieron como rey de todas las tribus de Israel. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 121

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.

Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz sea contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.

Vayamos con alegríaal encuentro del Señor.

Segunda Lectura Lectura de la carta del apóstol

san Pablo a los colosenses (1, 12-20)

Hermanos: Demos gracias a Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces de participar en la herencia de su pueblo santo, en el reino de la luz. El nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado, por cuya sangre recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados. Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él. El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. El es también

Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

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2013 - Id y Enseñad - 210

Velen y hagan oración continuamenteDomingo

Noviembre24

la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo. Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (23, 35-43)

Gloria a ti, Señor.

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el elegido”. También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a él, le ofrecían vinagre y le decían: “Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: “Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores

crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: “Si tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros”. Pero el otro le reclamaba, indignado: “¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho”. Y le decía a Jesús: “Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí”. Jesús le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

Oración de los Fieles

Celebrante: Oremos a Dios que en Jesús, el Mesías, nos ofrece su salvación, y pidámosle que su Reino se instaure en nuestro mundo. Digamos:

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Por la Iglesia: para que sirva a Jesús, Rey del mundo, viviendo en apertura, diálogo y comprensión y acogiendo a todos los hombres de buena voluntad. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Por el Papa, pastor del nuevo pueblo de Dios: para que, en comunión con los obispos, conduzca a la Iglesia por caminos de paz, tolerancia y misericordia. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Por los gobernantes, por los que ejercen cargos de responsabilidad en nuestra sociedad: para que promuevan con acierto la reconciliación entre los pueblos, naciones y razas del tercer milenio. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Por los cristianos que anuncian el Evangelio en tierras de misión o en ambientes hostiles a la fe: para que en la cruz de Cristo encuentren la fortaleza que necesitan para no desanimarse. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

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2013 - Id y Enseñad - 211

Acuérdate de nosotros en tu ReinoDomingo

Noviembre24

Por los que viven en pecado, por los que se sienten solos, por los que han abandonado su fe y por los que rechazan a Dios: para que Jesucristo se les manifieste y un día entren a gozar de su Reino. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Por nosotros, que celebramos nuestra fe y deseamos que Jesús sea el Señor de nuestras vidas: para que demos gracias a Dios porque nos ha llamado a formar parte de su pueblo. Oremos al Señor.

Acuérdate de nosotros en tu Reino.

Celebrante: Acuérdate de nosotros, Señor, escucha nuestras oraciones y permítenos ir un día a tu paraíso, junto a Jesucristo, nuestro redentor, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración sobre las Ofrendas Al ofrecerte el sacrificio de la reconciliación humana, te rogamos, Señor, que Jesucristo, tu Hijo, conceda a todos los pueblos los bienes de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio propioCristo, Rey del universo.

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a tu Hijo unigénito, nuestro Señor Jesucristo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida,

Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

Oración después de la Comunión

Oremos: Alimentados con el pan que da la vida eterna, te pedimos, Señor, que quienes nos gloriamos en obedecer aquí los mandatos de Cristo, Rey del universo, podamos vivir con él eternamente en el cielo.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 212

Bendito seas, Señor, para siempreLunes

Noviembre25

Feria del Tiempo Ordinario: Lunes de la 34a. semana

Antífona de Entrada Escucha, Señor, mi voz y mis clamores y ven en mi ayuda; no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, fuerza de todos los que en ti confían, ayúdanos con tu gracia, sin la cual nada puede nuestra humana debilidad, para que podamos serte fieles en la observancia de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Daniel (1, 1-6. 8-20) El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los objetos del templo, que él se llevó al país de Senaar y los guardó en el tesoro de sus dioses. El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus oficiales, que seleccionara de entre los israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos jóvenes, sin defectos físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos e inteligentes y aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la

lengua y la literatura de los caldeos. El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de su propia mesa. Deberían ser educados durante tres años y después entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de la tribu de Judá. Daniel hizo el propósito de no contaminarse compartiendo los alimentos y el vino de la mesa del rey, y le suplicó al jefe de los oficiales que no lo obligara a contaminarse. Dios le concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le dijo a Daniel: “Le tengo miedo al rey, mi señor, porque él les ha asignado a ustedes su comida y su bebida, y si llega a verlos más delgados que a los demás, estará en peligro mi vida”. Daniel le dijo entonces a Malasar, a quien el jefe de los oficiales había confiado el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías: “Por favor, haz la prueba con tus siervos durante diez días; que nos den de comer legumbres, y de beber, agua; entonces podrás comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa del rey y podrás tratarnos según el resultado”. Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al cabo de ellos, los jóvenes judíos tenían mejor aspecto y estaban más robustos que todos los que comían de la

mesa del rey. Desde entonces Malasar les suprimió la ración de comida y de vino, y les dio sólo legumbres. A estos cuatro jóvenes les concedió Dios sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia. A Daniel, además, el don de interpretar visiones y sueños. Al cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó a todos los jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó con ellos y entre todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron entonces al servicio del rey. Y en todas las cosas de sabiduría, inteligencia y experiencia que el rey les propuso, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3

Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Que tu nombre santo y glorioso sea bendito.

Bendito seas, Señor, para siempre.

Bendito seas en el templo santo y glorioso. Que en el trono de tu reino seas bendito.

Bendito seas, Señor, para siempre.

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2013 - Id y Enseñad - 213

Escucha, Señor, mi voz y mis clamoresLunes

Noviembre25

Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.

Bendito seas, Señor, para siempre.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 1-4)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos

que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir”.Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas Dios nuestro, que en estos dones que te presentamos has otorgado al hombre el pan que lo alimenta y el sacramento que le da nueva vida, haz que nunca llegue a faltarnos este sustento del cuerpo y del espíritu.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común II La salvación por Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Una sola cosa he pedido al Señor y es lo único que busco: habitar en su casa todos los días de mi vida.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que nuestra participación en este sacramento signo de la unión de los fieles en ti, contribuya, Señor, a la unidad de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 214

Firmeza es el Señor para su puebloMartes

Noviembre26

Feria del Tiempo Ordinario: Martes de la 34a. semana

Antífona de Entrada

Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.

Oración Colecta

Oremos: Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera Lectura Lectura del libro del profeta

Daniel (2, 31-45)

En aquellos días, Daniel le dijo al rey Nabucodonosor: “Tú, rey, has tenido esta visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca, de un brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de hierro mezclado con barro. Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió del monte, sin intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Entonces todo se hizo añicos: el hierro, el barro, el bronce,

la plata y el oro; todo quedó como el polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se lo lleva sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó toda la tierra. Este fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar. Tú, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino y el poder, el dominio y la gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el tuyo. Después vendrá un tercer reino, de bronce, que dominará toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro; así como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará y aplastará a todos. Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un reino

dividido; tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el hierro mezclado con el barro. Los dedos de los pies, de hierro y de barro, significan un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro mezclado con el barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán a fundirse, de la misma manera que el hierro no se mezcla con el barro. En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, ni dominado por ninguna otra nación. Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará para siempre. Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro. El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a suceder. El sueño es verdadero, y su interpretación, digna de crédito”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 215

Guíanos siempre, Señor Martes

Noviembre26

Salmo Responsorial Daniel 3

Bendito seas para siempre, Señor.

Todas sus obras, bendigan al Señor. Todos sus ángeles, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Todos sus ejércitos, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 5-11)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán

en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando;todo será destruido”. Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” El les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”. Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común III Alabanza a Dios por la creación

y la redención del hombre

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.

Oración después de la Comunión

Oremos: Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 216

Tú, Señor, eres el único DiosFeria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 33a. semana

Miércoles

Noviembre27

Antífona de Entrada

Pueblos todos, aplaudid; aclamad al Señor con gritos de júbilo.

Oración Colecta

Oremos: Padre de bondad, que por medio de tu gracia nos has hecho hijos de la luz, concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta Daniel (5, 1-6. 13-14. 16-17. 23-28)

En aquellos días, el rey Baltasar dio un gran banquete en honor de mil funcionarios suyos y se puso a beber con ellos. Animado por el vino, Baltasar mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre, Nabucodonosor, había robado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. Trajeron, pues, los vasos de oro y de plata robados del templo de Jerusalén, y en ellos bebieron el rey y sus funcionarios, sus mujeres y sus concubinas. Bebieron y comenzaron a alabar a sus dioses de oro y plata, de bronce y de hierro, de madera y de piedra.

De repente aparecieron los dedos de una mano, que se pusieron a escribir en la pared del palacio, detrás del candelabro, y el rey veía cómo iban escribiendo los dedos. Entonces el rey se demudó, la mente se le turbó, le faltaron las fuerzas y las rodillas le empezaron a temblar. Trajeron a Daniel y el rey le dijo: “¿Eres tú Daniel, uno de los judíos desterrados, que mi padre Nabucodonosor trajo de Judea? Me han dicho que posees el espíritu de Dios, inteligencia, prudencia y sabiduría extraordinarias. Me han dicho que puedes interpretar los sueños y resolver los problemas. Si logras leer estas palabras y me las interpretas, te pondrán un vestido de púrpura y un collar de oro y serás el tercero en mi reino”. Daniel le respondió al rey: “Puedes quedarte con tus regalos y darle a otro tus obsequios. Yo te voy a leer esas palabras y te las voy a interpretar.

Tú te has rebelado contra el Señor del cielo: has mandado traer los vasos de su casa, y tú y tus funcionarios, tus mujeres y tus concubinas han bebido en ellos; has alabado a dioses de plata y de oro, de bronce y de hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tu actividad. Por eso Dios ha enviado esa mano para que escribiera. Las palabras escritas son: ‘Contado, Pesado, Dividido’ y ésta es su interpretación. ‘Contado’: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto límite. ‘Pesado’: Dios te ha pesado en la balanza y te falta peso. ‘Dividido’: Tu reino se ha dividido y se lo entregarán a los medos y a los persas”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3

Bendito seas para siempre, Señor.

Sol y luna, bendigan al Señor. Estrellas del cielo, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Lluvia y rocío, bendigan al Señor. Todos los vientos, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 217

Bendito seas para siempre, SeñorMiércoles

Noviembre27

Fuego y calor, bendigan al Señor. Fríos y heladas, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 12-19)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía por medio de la cual tú te dignas hacernos partícipes de los frutos de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común IV La alabanza, don de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso, unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Alma mía, bendice al Señor y alaba de corazón su santo nombre.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en sacrificio y recibido en comunión, sean para nosotros principio de vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 218

Jueves

Noviembre28

Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 34a. semana

Antífona de Entrada

Recordaremos, Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y alaben, porque es infinita tu justicia.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, que por medio de la muerte de tu Hijo has redimido al mundo de la esclavitud del pecado, concédenos participar ahora de una santa alegría y, después en el cielo, de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura del libro del profeta

Daniel (6, 12-28)

En aquellos días, unos hombres fueron a espiar a Daniel y lo sorprendieron haciendo oración a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey Darío: “Señor, ¿no has firmado tú un decreto, que prohíbe, durante treinta días, hacer oración a cualquier dios u hombre que no seas tú, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?” El rey contestó: “El decreto está en vigor, como ley irrevocable para medos y persas”. Ellos le replicaron: “Pues Daniel, uno de los desterrados de Judea, no ha obedecido el decreto que

firmaste, porque tres veces al día hace oración a su Dios”. Al oír estas palabras, el rey se afligió mucho, se propuso salvar a Daniel y hasta la puesta del sol estuvo buscando el modo de librarlo. Pero aquellos hombres, comprendiendo que el rey quería salvar a Daniel, le urgían diciéndole: “Señor, tú sabes que, según la ley de medos y persas, un decreto real es irrevocable”. Entonces el rey ordenó que trajeran a Daniel y lo arrojaran al foso de los leones. Pero le dijo a Daniel: “Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, te va a librar”. Trajeron una piedra, taparon con ella la entrada del foso y el rey la selló con su sello y con el de sus funcionarios, para que nadie pudiera modificar la sentencia dada en contra de Daniel. Después el rey se volvió a su palacio y se pasó la noche sin probar bocado y sin poder dormir. Al amanecer, se levantó y se dirigió a toda prisa al foso de los leones. Ya cerca del foso le gritó angustiado a Daniel: “Daniel, siervo del Dios vivo, ¿ha podido salvarte de los leones tu Dios, a quien veneras fielmente?” Daniel le contestó: “Viva siempre el rey. Mi Dios envió a sus ángeles para cerrar las fauces de los leones y no me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como lo soy también ante ti”. El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel

del foso; al sacarlo, vieron que no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego ordenó que trajeran a los que habían acusado a Daniel y los arrojaran al foso de los leones con sus hijos y sus esposas. No habían llegado al suelo y ya los leones los habían atrapado y despedazado. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: “Paz y bienestar. Ordeno y mando que en mi imperio, todos respeten y teman al Dios de Daniel. El es el Dios vivo, que permanece para siempre. Su reino no será destruido, su imperio durará hasta el fin. El salva y libra, obra prodigios y señales en el cielo y en la tierra. El salvó a Daniel de los leones”. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3

Bendito seas para siempre, Señor.

Rocíos y nevadas, bendigan al Señor. Hielo y frío, bendigan al Señor. Heladas y nieves, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Noches y días, bendigan al Señor. Luz y tinieblas, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Recordaremos, Señor, los dones de tu amor

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2013 - Id y Enseñad - 219

Dichoso quien se acoge al SeñorJueves

Noviembre28

Rayos y nubes, bendigan al Señor. Tierra, bendice al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 20-28)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que

se cumpla el plazo que Dios les ha señalado. Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Que el sacrificio que vamos a ofrecerte nos purifique, Señor, y nos ayude a conformar cada día más nuestra vida con los ejemplos de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Prefacio Común VProclamación del misterio

de Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión

Probad y ved qué bueno es el Señor; dichoso el que se acoge a él.

Oración después de la Comunión

Oremos: Dios omnipotente y eterno, que nos has alimentado con el sacramento de tu amor, concédenos vivir siempre en tu amistad y agradecer continuamente tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 220

Den gracias al Señor, porque es buenoViernes

Noviembre29

Feria del Tiempo Ordinario: Viernes de la 34a. semana

Antífona de Entrada Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.

Oración Colecta

Oremos: Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda alejarnos de él. Por nuestro Señor Jesucristo…

Amén.

Primera LecturaLectura del libro delprofeta Daniel (7, 2-14)

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: los cuatro vientos del cielo agitaron el océano y de él salieron cuatro bestias enormes, todas diferentes entre sí. La primera bestia era como un león con alas de águila. Mientras

yo lo miraba, le arrancaron las alas, lo levantaron del suelo, lo incorporaron sobre sus patas, como un hombre y le dieron inteligencia humana. La segunda bestia parecía un oso en actitud de incorporarse, con tres costillas entre los dientes de sus fauces. Y le decían: “Levántate; come carne en abundancia”. Seguí mirando y vi otra bestia semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y con cuatro cabezas. Y le dieron poder. Después volví a ver en mis visiones nocturnas una cuarta bestia, terrible, espantosa y extraordinariamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro; comía y trituraba, y pisoteaba lo sobrante con sus patas. Era diferente a las bestias anteriores y tenía diez cuernos. Mientras estaba observando los cuernos, despuntó de entre ellos otro cuerno pequeño, que arrancó tres de los primeros cuernos. Este cuerno tenia ojos humanos y una boca que profería blasfemias. Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve y sus cabellos blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros. Admirado por las blasfemias que profería aquel cuerno, seguí mirando hasta que mataron a

la bestia, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras bestias les quitaron el poder y las dejaron vivir durante un tiempo determinado. Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido.Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3

Bendito seas para siempre, Señor.

Montañas y colinas, bendigan al Señor. Todas las plantas de la tierra, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Fuentes, bendigan al Señor. Mares y ríos, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

Ballenas y peces, bendigan al Señor. Aves del cielo, bendigan al Señor. Fieras y ganados, bendigan al Señor.

Bendito seas para siempre, Señor.

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2013 - Id y Enseñad - 221

Dichosos los que se acercan a tu altar, SeñorViernes

Noviembre29

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor.

Aleluya.

Evangelio† Lectura del santo Evangelio

según san Lucas (21, 29-33)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: “Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca.

Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse”. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio Común VI El misterio de nuestra salvación

en Cristo

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión

Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.

Oración después de la Comunión

Oremos: Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 222

San Andrés, ApóstolSábado

Noviembre30

Antífona de Entrada

En la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos, Pedro y Andrés, y los llamó: Venid conmigo y yo os haré pescadores de hombres.

Oración Colecta

Oremos: Dios nuestro, tú que llamaste al Apóstol san Andrés para que fuera, aquí en la tierra, predicador del Evangelio y pastor de tu Iglesia, haz que sea siempre ante ti nuestro poderoso intercesor en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo...

Amén.

Primera LecturaLectura de la carta del apóstol

san Pablo a los romanos (10, 9-18)

Hermanos: Basta que cada uno declare con su boca que Jesús es el Señor y que crea en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, para que pueda salvarse. En efecto, hay que creer con el corazón para alcanzar la santidad y declarar con la boca para alcanzar la salvación. Por eso dice la Escritura: Ninguno que crea en él quedará defraudado, porque no existe diferencia entre judío y no judío, ya que uno mismo es el Señor de todos, espléndido con todos los que lo invocan, pues todo el que invoque al Señor

como a su Dios, será salvado por él. Ahora bien, ¿cómo van a invocar al Señor, si no creen en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír hablar de él, si no hay nadie que se lo anuncie? ¿Y cómo va a haber quienes lo anuncien, si no son enviados? Por eso dice la Escritura: ¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que trae buenas noticias! Sin embargo, no todos han creído en el Evangelio. Ya lo dijo Isaías: Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? Por lo tanto, la fe viene de la predicación y la predicación consiste en anunciar la palabra de Cristo. Entonces yo pregunto: ¿Acaso no habrán oído la predicación? ¡Claro que la han oído!, pues la Escritura dice: La voz de los mensajeros ha resonado en todo

el mundo y sus palabras han llegado hasta el último rincón de la tierra. Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.

El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.

Fiesta

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2013 - Id y Enseñad - 223

El mensaje del Señor resuena en toda la tierraSábado

Noviembre30

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya. Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres.

Aleluya.

Evangelio † Lectura del santo Evangelio

según san Mateo (4, 18-22)

Gloria a ti, Señor.

Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Mira, Señor, con bondad, los dones que te presentamos en la festividad de san Andrés, Apóstol, y haz que esta Eucaristía sea para nosotros fuente de vida y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

Prefacio de los Apóstoles I Los apóstoles, pastores del

pueblo de Dios

El Señor esté con ustedes.Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.Lo tenemos levantado hacia el Señor.Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión Andres dijo a su hermano Simón: Hemos encontrado al Mesías, y lo llevó a donde estaba Jesús.

Oración después de la Comunión

Oremos: Que esta sagrada Eucaristía nos fortalezca, Señor, para que, a ejemplo de san Andrés, participemos con nuestros sufrimientos en la pasión de Cristo y podamos participar también en su gloriosa resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

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2013 - Id y Enseñad - 224

Es necesario ser pequeño para ser un gran santo

En este mundo en el que la ausencia de Dios y el sin sentido de la vida se está marcando mucho por el neoliberalismo, queremos presentar la figura de este hombre de Dios que se dejó atraer y fascinar por el amor del Padre: Moisés Lira, Misionero del Espíritu Santo y fundador de las Misioneras de la Caridad de María Inmaculada.

En la presentación de las virtudes vividas por el Siervo de Dios, P. Moisés Lira Serafín, los testigos confirman la heroicidad con que el las vivió al dar testimonio de la intensidad y la profundidad de su vida teologal: de su fe vivida como confianza total en Dios, de quien consideraba provenía todo lo que acontecía y a quien entregó su voluntad y que lo impulsó a abrirse a la esperanza cristiana, una fe que hizo operativa como entrega a Dios en la persona de los demás, sobre todo, de los más necesitados; de su amor a Dios a quien le dedicó lo mejor de su vida y que fue el móvil de su acción pastoral; de su esperanza que lo hizo alegre y le llevó a conservar la paz y la confianza aún en las situaciones de contradicción, de dolor, de enfermedad, porque esperaba la realización de la promesa del Señor: la comunión definitiva y escatológica.

En su trato con las personas, en la dirección espiritual, en el discernimiento de cada acontecimiento de su vida; mostró fortaleza.

Su amor filial a Dios no le permitió quedarse indiferente ante las necesidades y situaciones difíciles de sus hermanos, por ello: En marzo de 1923 cuando una fuerte epidemia de viruela hemorrágica invadió México el P. Moisés fue al Lazareto (edificio que albergaba a todos los infectados por males contagiosos, desde tuberculosis hasta lepra) para asistir a los enfermos acumulados ahí en gran número. Auxiliando a un soldado; se contagió de viruela.

Los caracteres de gravedad que revistió esta enfermedad en él fueron tan graves que el médico lo desahució y pronosticó que no tenía remedio. Pero lo que no pudo la ciencia lo alcanzó la oración; por lo que el mismo P. Moisés dijo: Dios me salvó por tantas oraciones como se hicieron, ¡Bendito sea Dios, Dios mío!

Vivió la virtud de la obediencia descubriendo siempre la voluntad de Dios en las mas pequeñas indicaciones de sus superiores y de la Iglesia.

«Su vida, de principio a fin, tuvo el sello de la virtud de la humildad. Las circunstancias que rodearon la vida del hogar que lo vio nacer configuraron profundamente los rasgos de la verdadera humildad. A esto se añade, como atestigua el P. José Guzmán, que al P. Moisés ‘Nuestro Señor lo hizo pequeño’. El fondo de su espíritu fue la infancia espiritual, con esa humildad de quien confía plenamente en Dios.

« [...] La sencillez incluye las virtudes de obediencia, de amor, de espíritu filial, de humildad, las cuales tienen como origen a Dios, quien es la fuente de todas las virtudes. Si somos sencillos, tendremos a Dios y todas esas virtudes se tienen cuando se busca solamente a Dios. El P. José Guadalupe Treviño dijo: ‘no vacilo en afirmar que la virtud característica del P. Moisés fue la sencillez’»

Por lo antes dicho se puede apreciar que el S. de Dios vivió la virtud de la fortaleza, prudencia, sencillez, veracidad, gratitud, obediencia, humildad y alegría en todas las circunstancias de su vida: durante su enfermedad, dificultades e incomprensiones, viviendo con paciencia, perseverancia, paz y alegría; en una actitud filial y de hijo pequeño, buscando siempre y en todo la voluntad amorosa del Padre.

Venerable padre Moisés Lira Serafín, sacerdote y fundador

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CARTA ENCÍCLICA

LUMEN FIDEI

La luz de la feDEL SUMO PONTÍFICE

FRANCISCO

A LOS OBISPOSA LOS PRESBÍTEROS Y A LOS DIÁCONOS

A LAS PERSONAS CONSAGRADASY A TODOS LOS FIELES LAICOS

SOBRE LA FE

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 3

La tradición de la Iglesia ha indicado con esta expresión el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de san Juan se presenta con estas palabras: «Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas» (Jn 12, 46). También san Pablo se expresa en los mismos términos: «Pues el Dios que dijo: “Brille la luz del seno de las tinieblas”, ha brillado en nuestros corazones» (2 Co 4, 6). En el mundo pagano, hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol, al Sol invictus, invocado a su salida. Pero, aunque renacía cada día, resultaba claro que no podía irradiar su luz sobre toda la existencia del hombre. Pues el sol no ilumina toda la realidad; sus rayos no pueden llegar hasta las sombras de la muerte, allí donde los ojos humanos se cierran a su luz. «No se ve que nadie estuviera dispuesto a morir por su fe en el sol»,1 decía san Justino mártir. Conscientes del vasto horizonte que la fe les abría, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero sol, «cuyos rayos dan la vida».2 A Marta, que llora la muerte de su hermano Lázaro, le dice Jesús: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» (Jn 11, 40). Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso.

¿Una luz ilusoria?

2. Sin embargo, al hablar de la fe como luz, podemos

oír la objeción de muchos contemporáneos nuestros. En la época moderna se ha pensado que esa luz podía bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de su razón, ávido de explorar el futuro de una nueva forma. En este sentido, la fe se veía como una luz ilusoria, que impedía al hombre seguir la audacia del saber. El joven Nietzsche invitaba a su hermana Elisabeth a arriesgarse, a «emprender nuevos caminos… con la inseguridad de quien procede autónomamente». Y añadía: «Aquí se dividen los caminos del hombre; si quieres alcanzar paz en el alma y felicidad, cree; pero si quieres ser discípulo de la verdad, indaga».3 Con lo que creer sería lo contrario de buscar. A partir de aquí, Nietzsche critica al cristianismo por haber rebajado la existencia humana, quitando novedad y aventura a la vida. La fe sería entonces como un espejismo que nos impide avanzar como hombres libres hacia el futuro.

3. De esta manera, la fe ha acabado por ser asociada a la oscuridad. Se ha pensado poderla conservar, encontrando para ella un ámbito que le permita convivir con la luz de la razón. El espacio de la fe se crearía allí donde la luz de la razón no pudiera llegar, allí donde el hombre ya no pudiera tener certezas. La fe se ha visto así como un salto que damos en el vacío, por falta de luz, movidos por un sentimiento ciego; o

como una luz subjetiva, capaz quizá de enardecer el corazón, de dar consuelo privado, pero que no se puede proponer a los demás como luz objetiva y común para alumbrar el camino. Poco a poco, sin embargo, se ha visto que la luz de la razón autónoma no logra iluminar suficientemente el futuro; al final, éste queda en la oscuridad, y deja al hombre con el miedo a lo desconocido. De este modo, el hombre ha renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande, y se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz, pero que son incapaces de abrir el camino. Cuando falta la luz, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, la senda que lleva a la meta de aquella otra que nos hace dar vueltas y vueltas, sin una dirección fija.

Una luz por descubrir

4. Por tanto, es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios. La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para

1. La luz de la fe

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 4

estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. La fe, que recibimos de Dios como don sobrenatural, se presenta como luz en el sendero, que orienta nuestro camino en el tiempo. Por una parte, procede del pasado; es la luz de una memoria fundante, la memoria de la vida de Jesús, donde su amor se ha manifestado totalmente fiable, capaz de vencer a la muerte. Pero, al mismo tiempo, como Jesús ha resucitado y nos atrae más allá de la muerte, la fe es luz que viene del futuro, que nos desvela vastos horizontes, y nos lleva más allá de nuestro «yo» aislado, hacia la más amplia comunión. Nos damos cuenta, por tanto, de que la fe no habita en la oscuridad, sino que es luz en nuestras tinieblas. Dante, en la Divina Comedia, después de haber confesado su fe ante san Pedro, la describe como una «chispa, / que se convierte en una llama cada vez más ardiente / y centellea en mí, cual estrella en el cielo».4 Deseo hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine el presente, y llegue a convertirse en estrella que muestre el horizonte de nuestro camino en un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de luz.

5. El Señor, antes de su pasión, dijo a Pedro: «He pedido por ti, para que tu fe no se apague» (Lc 22, 32). Y luego le pidió que confirmase a sus hermanos en esa misma fe. Consciente de la tarea confiada al Sucesor de Pedro, Benedicto XVI decidió

convocar este Año de la fe, un tiempo de gracia que nos está ayudando a sentir la gran alegría de creer, a reavivar la percepción de la amplitud de horizontes que la fe nos desvela, para confesarla en su unidad e integridad, fieles a la memoria del Señor, sostenidos por su presencia y por la acción del Espíritu Santo. La convicción de una fe que hace grande y plena la vida, centrada en Cristo y en la fuerza de su gracia, animaba la misión de los primeros cristianos. En las Actas de los mártires leemos este diálogo entre el prefecto romano Rústico y el cristiano Hierax: «¿Dónde están tus padres?», pregunta el juez al mártir. Y éste responde: «Nuestro verdadero padre es Cristo, y nuestra madre, la fe en él».5 Para aquellos cristianos, la fe, en cuanto encuentro con el Dios vivo manifestado en Cristo, era una «madre», porque los daba a luz, engendraba en ellos la vida divina, una nueva experiencia, una visión luminosa de la existencia por la que estaban dispuestos a dar testimonio público hasta el final.

6. El Año de la fe ha comenzado en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Esta coincidencia nos permite ver que el Vaticano II ha sido un Concilio sobre la fe,6 en cuanto que nos ha invitado a poner de nuevo en el centro de nuestra vida eclesial y personal el primado de Dios en Cristo. Porque la Iglesia nunca presupone la fe como algo descontado, sino que sabe que este don de Dios tiene que ser alimentado y robustecido para que siga guiando su camino. El Concilio Vaticano II ha hecho que la fe brille dentro de la

experiencia humana, recorriendo así los caminos del hombre contemporáneo. De este modo, se ha visto cómo la fe enriquece la existencia humana en todas sus dimensiones.

7. Estas consideraciones sobre la fe, en línea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal,7 pretenden sumarse a lo que el Papa Benedicto XVI ha escrito en las Cartas encíclicas sobre la caridad y la esperanza. Él ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. El Sucesor de Pedro, ayer, hoy y siempre, está llamado a «confirmar a sus hermanos» en el inconmensurable tesoro de la fe, que Dios da como luz sobre el camino de todo hombre. En la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él, reconocemos que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena, y que, si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro, y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría. Fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios. ¿Cuál es la ruta que la fe nos descubre? ¿De dónde procede su luz poderosa que permite iluminar el camino de una vida lograda y fecunda, llena de fruto?

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 5

Abrahám, nuestro padre en la fe

8. La fe nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de la historia. Por eso, si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes, cuyo testimonio encontramos en primer lugar en el Antiguo Testamento. En él, Abrahám, nuestro padre en la fe, ocupa un lugar destacado. En su vida sucede algo desconcertante: Dios le dirige la Palabra, se revela como un Dios que habla y lo llama por su nombre. La fe está vinculada a la escucha. Abrahám no ve a Dios, pero oye su voz. De este modo la fe adquiere un carácter personal. Aquí Dios no se manifiesta como el Dios de un lugar, ni tampoco aparece vinculado a un tiempo sagrado determinado, sino como el Dios de una persona, el Dios de Abrahám, Isaac y Jacob, capaz de entrar en contacto con el hombre y establecer una alianza con él. La fe es la respuesta a una Palabra que interpela personalmente, a un Tú que nos llama por nuestro nombre.

9. Lo que esta Palabra comunica a Abrahám es una llamada y una promesa. En primer lugar es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a una vida nueva, comienzo de un éxodo que lo lleva hacia un futuro

inesperado. La visión que la fe da a Abrahám estará siempre vinculada a este paso adelante que tiene que dar: la fe «ve» en la medida en que camina, en que se adentra en el espacio abierto por la Palabra de Dios. Esta Palabra encierra además una promesa: tu descendencia será numerosa, serás padre de un gran pueblo (cf. Gn 13, 16; 15, 5; 22, 17). Es verdad que, en cuanto respuesta a una Palabra que la precede, la fe de Abrahám será siempre un acto de memoria. Sin embargo, esta memoria no se queda en el pasado, sino que, siendo memoria de una promesa, es capaz de abrir al futuro, de iluminar los pasos a lo largo del camino. De este modo, la fe, en cuanto memoria del futuro, memoria futuri, está estrechamente ligada con la esperanza.

10. Lo que se pide a Abrahám es que se fíe de esta Palabra. La fe entiende que la palabra, aparentemente efímera y pasajera, cuando es pronunciada por el Dios fiel, se convierte en lo más seguro e inquebrantable que pueda haber, en lo que hace posible que nuestro camino tenga continuidad en el tiempo. La fe acoge esta Palabra como roca firme, para construir sobre ella con sólido fundamento. Por eso, la Biblia, para hablar de la fe, usa la palabra hebrea ’emûnah, derivada del verbo ’amán, cuya raíz significa

«sostener». El término ’emûnah puede significar tanto la fidelidad de Dios como la fe del hombre. El hombre fiel recibe su fuerza confiándose en las manos de Dios. Jugando con las dos acepciones de la palabra —presentes también en los correspondientes términos griego (pistós) y latino (fidelis)—, san Cirilo de Jerusalén ensalza la dignidad del cristiano, que recibe el mismo calificativo que Dios: ambos son llamados «fieles».8 San Agustín lo explica así: «El hombre es fiel creyendo a Dios, que promete; Dios es fiel dando lo que promete al hombre».9

11. Un último aspecto de la historia de Abrahám es importante para comprender su fe. La Palabra de Dios, aunque lleva consigo novedad y sorpresa, no es en absoluto ajena a la propia experiencia del patriarca. Abrahám reconoce en esa voz que se le dirige una llamada profunda, inscrita desde siempre en su corazón. Dios asocia su promesa a aquel «lugar» en el que la existencia del hombre se manifiesta desde siempre prometedora: la paternidad, la generación de una nueva vida: «Sara te va a dar un hijo; lo llamarás Isaac» (Gn 17, 19). El Dios que pide a Abrahám que se fíe totalmente de él, se revela como la fuente de la que proviene toda vida. De esta forma, la fe se pone

Capítulo PrimeroHemos Creído en el Amor

(cf. 1 Jn 4, 16)

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 6

en relación con la paternidad de Dios, de la que procede la creación: el Dios que llama a Abrahám es el Dios creador, que «llama a la existencia lo que no existe» (Rm 4, 17), que «nos eligió antes de la fundación del mundo… y nos ha destinado a ser sus hijos» (Ef 1, 4-5). Para Abrahám, la fe en Dios ilumina las raíces más profundas de su ser, le permite reconocer la fuente de bondad que hay en el origen de todas las cosas, y confirmar que su vida no procede de la nada o la casualidad, sino de una llamada y un amor personal. El Dios misterioso que lo ha llamado no es un Dios extraño, sino aquel que es origen de todo y que todo lo sostiene. La gran prueba de la fe de Abrahám, el sacrificio de su hijo Isaac, nos permite ver hasta qué punto este amor originario es capaz de garantizar la vida incluso después de la muerte. La Palabra que ha sido capaz de suscitar un hijo con su cuerpo «medio muerto» y «en el seno estéril» de Sara (cf. Rm 4, 19), será también capaz de garantizar la promesa de un futuro más allá de toda amenaza o peligro (cf. Hb 11, 19; Rm 4, 21).

La fe de Israel

12. En el libro del Éxodo, la historia del pueblo de Israel sigue la estela de la fe de Abrahám. La fe nace de nuevo de un don originario: Israel se abre a la intervención de Dios, que quiere librarlo de su miseria. La fe es la llamada a un largo

camino para adorar al Señor en el Sinaí y heredar la tierra prometida. El amor divino se describe con los rasgos de un padre que lleva de la mano a su hijo por el camino (cf. Dt 1, 31). La confesión de fe de Israel se formula como narración de los beneficios de Dios, de su intervención para liberar y guiar al pueblo (cf. Dt 26, 5-11), narración que el pueblo transmite de generación en generación. Para Israel, la luz de Dios brilla a través de la memoria de las obras realizadas por el Señor, conmemoradas y confesadas en el culto, transmitidas de padres a hijos. Aprendemos así que la luz de la fe está vinculada al relato concreto de la vida, al recuerdo agradecido de los beneficios de Dios y al cumplimiento progresivo de sus promesas. La arquitectura gótica lo ha expresado muy bien: en las grandes catedrales, la luz llega del cielo a través de las vidrieras en las que está representada la historia sagrada. La luz de Dios nos llega a través de la narración de su revelación y, de este modo, puede iluminar nuestro camino en el tiempo, recordando los beneficios divinos, mostrando cómo se cumplen sus promesas.

13. Por otro lado, la historia de Israel también nos permite ver cómo el pueblo ha caído tantas veces en la tentación de la incredulidad. Aquí, lo contrario de la fe se manifiesta como idolatría. Mientras Moisés habla con Dios en el Sinaí, el

pueblo no soporta el misterio del rostro oculto de Dios, no aguanta el tiempo de espera. La fe, por su propia naturaleza, requiere renunciar a la posesión inmediata que parece ofrecer la visión, es una invitación a abrirse a la fuente de la luz, respetando el misterio propio de un Rostro, que quiere revelarse personalmente y en el momento oportuno. Martin Buber citaba esta definición de idolatría del rabino de Kock: se da idolatría cuando «un rostro se dirige reverentemente a un rostro que no es un rostro».10 En lugar de tener fe en Dios, se prefiere adorar al ídolo, cuyo rostro se puede mirar, cuyo origen es conocido, porque lo hemos hecho nosotros. Ante el ídolo, no hay riesgo de una llamada que haga salir de las propias seguridades, porque los ídolos «tienen boca y no hablan» (Sal 115, 5). Vemos entonces que el ídolo es un pretexto para ponerse a sí mismo en el centro de la realidad, adorando la obra de las propias manos. Perdida la orientación fundamental que da unidad a su existencia, el hombre se disgrega en la multiplicidad de sus deseos; negándose a esperar el tiempo de la promesa, se desintegra en los múltiples instantes de su historia. Por eso, la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna parte, y forman más bien un laberinto.

Fe: recuerdo agradecido de los beneficios de Dios

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 7

Quien no quiere fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de tantos ídolos que le gritan: «Fíate de mí». La fe, en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría; es separación de los ídolos para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia. La fe consiste en la disponibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos.

14. En la fe de Israel destaca también la figura de Moisés, el mediador. El pueblo no puede ver el rostro de Dios; es Moisés quien habla con YHWH en la montaña y transmite a todos la voluntad del Señor. Con esta presencia del mediador, Israel ha aprendido a caminar unido. El acto de fe individual se inserta en una comunidad, en el «nosotros» común del pueblo que, en la fe, es como un solo hombre, «mi hijo primogénito», como llama Dios a Israel (Ex 4, 22). La mediación no representa aquí un obstáculo, sino una apertura: en el encuentro con los demás, la mirada se extiende a una verdad más

grande que nosotros mismos. J. J. Rousseau lamentaba no poder ver a Dios personalmente: «¡Cuántos hombres entre Dios y yo!».11 «¿Es tan simple y natural que Dios se haya dirigido a Moisés para hablar a Jean Jacques Rousseau?».12 Desde una concepción individualista y limitada del conocimiento, no se puede entender el sentido de la mediación, esa capacidad de participar en la visión del otro, ese saber compartido, que es el saber propio del amor. La fe es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación.

La plenitud de la fe cristiana

15. «Abrahám […] saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría» (Jn 8, 56). Según estas palabras de Jesús, la fe de Abrahám estaba orientada ya a él; en cierto sentido, era una visión anticipada de su misterio. Así lo entiende san Agustín, al afirmar que los patriarcas se salvaron por la fe, pero no la fe en el Cristo ya venido, sino la fe en el Cristo que había de venir, una fe en tensión hacia el acontecimiento futuro de Jesús.13 La fe cristiana está centrada en Cristo, es confesar que Jesús es el Señor, y Dios lo ha resucitado de entre los muertos (cf. Rm 10, 9). Todas las líneas del Antiguo Testamento

convergen en Cristo; él es el «sí» definitivo a todas las promesas, el fundamento de nuestro «amén» último a Dios (cf. 2 Co 1, 20). La historia de Jesús es la manifestación plena de la fiabilidad de Dios. Si Israel recordaba las grandes muestras de amor de Dios, que constituían el centro de su confesión y abrían la mirada de su fe, ahora la vida de Jesús se presenta como la intervención definitiva de Dios, la manifestación suprema de su amor por nosotros. La Palabra que Dios nos dirige en Jesús no es una más entre otras, sino su Palabra eterna (cf. Hb 1, 1-2). No hay garantía más grande que Dios nos pueda dar para asegurarnos su amor, como recuerda san Pablo (cf. Rm 8, 31-39). La fe cristiana es, por tanto, fe en el Amor pleno, en su poder eficaz, en su capacidad de transformar el mundo e iluminar el tiempo. «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4, 16). La fe reconoce el amor de Dios manifestado en Jesús como el fundamento sobre el que se asienta la realidad y su destino último.

16. La mayor prueba de la fiabilidad del amor de Cristo se encuentra en su muerte por los hombres. Si dar la vida por los amigos es la demostración más grande de amor (cf. Jn 15, 13), Jesús ha ofrecido la suya por todos, también por los que eran sus enemigos, para transformar los corazones. Por eso, los evangelistas han

La fe es un don gratuito de Dios

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 8

situado en la hora de la cruz el momento culminante de la mirada de fe, porque en esa hora resplandece el amor divino en toda su altura y amplitud. San Juan introduce aquí su solemne testimonio cuando, junto a la Madre de Jesús, contempla al que habían atravesado (cf. Jn 19, 37): «El que lo vio da testimonio, su testimonio es verdadero, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis» (Jn 19, 35). F. M. Dostoievski, en su obra El idiota, hace decir al protagonista, el príncipe Myskin, a la vista del cuadro de Cristo muerto en el sepulcro, obra de Hans Holbein el Joven: «Un cuadro así podría incluso hacer perder la fe a alguno».14 En efecto, el cuadro representa con crudeza los efectos devastadores de la muerte en el cuerpo de Cristo. Y, sin embargo, precisamente en la contemplación de la muerte de Jesús, la fe se refuerza y recibe una luz resplandeciente, cuando se revela como fe en su amor indefectible por nosotros, que es capaz de llegar hasta la muerte para salvarnos. En este amor, que no se ha sustraído a la muerte para manifestar cuánto me ama, es posible creer; su totalidad vence cualquier suspicacia y nos permite confiarnos plenamente en Cristo.

17. Ahora bien, la muerte de Cristo manifiesta la total fiabilidad del amor de Dios a la luz de la resurrección. En cuanto resucitado, Cristo es testigo

fiable, digno de fe (cf. Ap 1, 5; Hb 2, 17), apoyo sólido para nuestra fe. «Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido», dice san Pablo (1 Co 15, 17). Si el amor del Padre no hubiese resucitado a Jesús de entre los muertos, si no hubiese podido devolver la vida a su cuerpo, no sería un amor plenamente fiable, capaz de iluminar también las tinieblas de la muerte. Cuando san Pablo habla de su nueva vida en Cristo, se refiere a la «fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí» (Ga 2, 20). Esta «fe del Hijo de Dios» es ciertamente la fe del Apóstol de los gentiles en Jesús, pero supone la fiabilidad de Jesús, que se funda, sí, en su amor hasta la muerte, pero también en ser Hijo de Dios. Precisamente porque Jesús es el Hijo, porque está radicado de modo absoluto en el Padre, ha podido vencer a la muerte y hacer resplandecer plenamente la vida. Nuestra cultura ha perdido la percepción de esta presencia concreta de Dios, de su acción en el mundo. Pensamos que Dios sólo se encuentra más allá, en otro nivel de realidad, separado de nuestras relaciones concretas. Pero si así fuese, si Dios fuese incapaz de intervenir en el mundo, su amor no sería verdaderamente poderoso, verdaderamente real, y no sería entonces ni siquiera verdadero amor, capaz de cumplir esa felicidad que promete. En tal caso, creer o no creer en él sería totalmente indiferente. Los cristianos, en cambio, confiesan

el amor concreto y eficaz de Dios, que obra verdaderamente en la historia y determina su destino final, amor que se deja encontrar, que se ha revelado en plenitud en la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

18. La plenitud a la que Jesús lleva a la fe tiene otro aspecto decisivo. Para la fe, Cristo no es sólo aquel en quien creemos, la manifestación máxima del amor de Dios, sino también aquel con quien nos unimos para poder creer. La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver. En muchos ámbitos de la vida confiamos en otras personas que conocen las cosas mejor que nosotros. Tenemos confianza en el arquitecto que nos construye la casa, en el farmacéutico que nos da la medicina para curarnos, en el abogado que nos defiende en el tribunal. Tenemos necesidad también de alguien que sea fiable y experto en las cosas de Dios. Jesús, su Hijo, se presenta como aquel que nos explica a Dios (cf. Jn 1, 18). La vida de Cristo —su modo de conocer al Padre, de vivir totalmente en relación con él— abre un espacio nuevo a la experiencia humana, en el que podemos entrar. La importancia de la relación personal con Jesús mediante la fe queda reflejada en los diversos usos que hace san Juan del verbo credere. Junto a «creer que» es verdad lo que Jesús nos dice (cf. Jn 14,

Jesús se presenta como aquel que nos explica a Dios

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10; 20, 31), san Juan usa también las locuciones «creer a» Jesús y «creer en» Jesús. «Creemos a» Jesús cuando aceptamos su Palabra, su testimonio, porque él es veraz (cf. Jn 6, 30). «Creemos en» Jesús cuando lo acogemos personalmente en nuestra vida y nos confiamos a él, uniéndonos a él mediante el amor y siguiéndolo a lo largo del camino (cf. Jn 2, 11; 6, 47; 12, 44). Para que pudiésemos conocerlo, acogerlo y seguirlo, el Hijo de Dios ha asumido nuestra carne, y así su visión del Padre se ha realizado también al modo humano, mediante un camino y un recorrido temporal. La fe cristiana es fe en la encarnación del Verbo y en su resurrección en la carne; es fe en un Dios que se ha hecho tan cercano, que ha entrado en nuestra historia. La fe en el Hijo de Dios hecho hombre en Jesús de Nazaret no nos separa de la realidad, sino que nos permite captar su significado profundo, descubrir cuánto ama Dios a este mundo y cómo lo orienta incesantemente hacía sí; y esto lleva al cristiano a comprometerse, a vivir con mayor intensidad todavía el camino sobre la tierra.

La salvación mediante la fe

19. A partir de esta participación en el modo de ver de Jesús, el apóstol Pablo nos ha dejado en sus escritos una descripción de la existencia creyente. El que cree, aceptando el don de la fe, es transformado en una creatura nueva, recibe un nuevo

ser, un ser filial que se hace hijo en el Hijo. «Abbá, Padre», es la palabra más característica de la experiencia de Jesús, que se convierte en el núcleo de la experiencia cristiana (cf. Rm 8, 15). La vida en la fe, en cuanto existencia filial, consiste en reconocer el don originario y radical, que está a la base de la existencia del hombre, y puede resumirse en la frase de san Pablo a los Corintios: «¿Tienes algo que no hayas recibido?» (1 Co 4, 7). Precisamente en este punto se sitúa el corazón de la polémica de san Pablo con los fariseos, la discusión sobre la salvación mediante la fe o mediante las obras de la ley. Lo que san Pablo rechaza es la actitud de quien pretende justificarse a sí mismo ante Dios mediante sus propias obras. Éste, aunque obedezca a los mandamientos, aunque haga obras buenas, se pone a sí mismo en el centro, y no reconoce que el origen de la bondad es Dios. Quien obra así, quien quiere ser fuente de su propia justicia, ve cómo pronto se le agota y se da cuenta de que ni siquiera puede mantenerse fiel a la ley. Se cierra, aislándose del Señor y de los otros, y por eso mismo su vida se vuelve vana, sus obras estériles, como árbol lejos del agua. San Agustín lo expresa así con su lenguaje conciso y eficaz: «Ab eo qui fecit te noli deficere nec ad te», “De aquel que te ha hecho, no te alejes ni siquiera para ir a ti”.15 Cuando el hombre

piensa que, alejándose de Dios, se encontrará a sí mismo, su existencia fracasa (cf. Lc 15, 11-24). La salvación comienza con la apertura a algo que nos precede, a un don originario que afirma la vida y protege la existencia. Sólo abriéndonos a este origen y reconociéndolo, es posible ser transformados, dejando que la salvación obre en nosotros y haga fecunda la vida, llena de buenos frutos. La salvación mediante la fe consiste en reconocer el primado del don de Dios, como bien resume san Pablo: «En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios» (Ef 2, 8s).

20. La nueva lógica de la fe está centrada en Cristo. La fe en Cristo nos salva porque en él la vida se abre radicalmente a un Amor que nos precede y nos transforma desde dentro, que obra en nosotros y con nosotros. Así aparece con claridad en la exégesis que el Apóstol de los gentiles hace de un texto del Deuteronomio, interpretación que se inserta en la dinámica más profunda del Antiguo Testamento. Moisés dice al pueblo que el mandamiento de Dios no es demasiado alto ni está demasiado alejado del hombre. No se debe decir: «¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá?» o «¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá?» (cf. Dt 30, 11-14). Pablo interpreta esta cercanía de la palabra de Dios como referida a la presencia de Cristo

El que cree, es transformado en una creatura nueva

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en el cristiano: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?”, es decir, para hacer bajar a Cristo. O “¿quién bajará al abismo?”, es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos» (Rm 10, 6-7). Cristo ha bajado a la tierra y ha resucitado de entre los muertos; con su encarnación y resurrección, el Hijo de Dios ha abrazado todo el camino del hombre y habita en nuestros corazones mediante el Espíritu Santo. La fe sabe que Dios se ha hecho muy cercano a nosotros, que Cristo se nos ha dado como un gran don que nos transforma interiormente, que habita en nosotros, y así nos da la luz que ilumina el origen y el final de la vida, el arco completo del camino humano.

21. Así podemos entender la novedad que aporta la fe. El creyente es transformado por el Amor, al que se abre por la fe, y al abrirse a este Amor que se le ofrece, su existencia se dilata más allá de sí mismo. Por eso, san Pablo puede afirmar: «No soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2, 20), y exhortar: «Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones» (Ef 3, 17). En la fe, el «yo» del creyente se ensancha para ser habitado por Otro, para vivir en Otro, y así su vida se hace más grande en el Amor. En esto consiste la acción propia del Espíritu Santo. El cristiano puede tener los ojos de Jesús, sus sentimientos, su condición filial, porque se le hace partícipe de su Amor, que es el Espíritu. Y en este Amor

se recibe en cierto modo la visión propia de Jesús. Sin esta conformación en el Amor, sin la presencia del Espíritu que lo infunde en nuestros corazones (cf. Rm 5, 5), es imposible confesar a Jesús como Señor (cf. 1 Co 12, 3).

La forma eclesial de la fe

22. De este modo, la existencia creyente se convierte en existencia eclesial. Cuando san Pablo habla a los cristianos de Roma de que todos los creyentes forman un solo cuerpo en Cristo, les pide que no sean orgullosos, sino que se estimen «según la medida de la fe que Dios otorgó a cada cual» (Rm 12, 3). El creyente aprende a verse a sí mismo a partir de la fe que profesa: la figura de Cristo es el espejo en el que descubre su propia imagen realizada. Y como Cristo abraza en sí a todos los creyentes, que forman su cuerpo, el cristiano se comprende a sí mismo dentro de este cuerpo, en relación originaria con Cristo y con los hermanos en la fe. La imagen del cuerpo no pretende reducir al creyente a una simple parte de un todo anónimo, a mera pieza de un gran engranaje, sino que subraya más bien la unión vital de Cristo con los creyentes y de todos los creyentes entre sí (cf. Rm 12, 4-5). Los cristianos son «uno» (cf. Ga 3, 28), sin perder su individualidad, y en el servicio a los demás cada uno alcanza hasta el fondo su propio ser. Se entiende entonces por qué

fuera de este cuerpo, de esta unidad de la Iglesia en Cristo, de esta Iglesia que —según la expresión de Romano Guardini— «es la portadora histórica de la visión integral de Cristo sobre el mundo»,16 la fe pierde su «medida», ya no encuentra su equilibrio, el espacio necesario para sostenerse. La fe tiene una configuración necesariamente eclesial, se confiesa dentro del cuerpo de Cristo, como comunión real de los creyentes. Desde este ámbito eclesial, abre al cristiano individual a todos los hombres. La palabra de Cristo, una vez escuchada y por su propio dinamismo, en el cristiano se transforma en respuesta, y se convierte en palabra pronunciada, en confesión de fe. Como dice san Pablo: «Con el corazón se cree […], y con los labios se profesa» (Rm 10, 10). La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio. En efecto, «¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie?» (Rm 10, 14). La fe se hace entonces operante en el cristiano a partir del don recibido, del Amor que atrae hacia Cristo (cf. Ga 5, 6), y le hace partícipe del camino de la Iglesia, peregrina en la historia hasta su cumplimiento. Quien ha sido transformado de este modo adquiere una nueva forma de ver, la fe se convierte en luz para sus ojos.

La fe esta destinada a convertirse en anuncio

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Fe y verdad

23. Si no creéis, no comprenderéis (cf. Is 7, 9). La versión griega de la Biblia hebrea, la traducción de los Setenta realizada en Alejandría de Egipto, traduce así las palabras del profeta Isaías al rey Acaz. De este modo, la cuestión del conocimiento de la verdad se colocaba en el centro de la fe. Pero en el texto hebreo leemos de modo diferente. Aquí, el profeta dice al rey: «Si no creéis, no subsistiréis». Se trata de un juego de palabras con dos formas del verbo ’amán: «creéis» (ta’aminu), y «subsistiréis» (te’amenu). Amedrentado por la fuerza de sus enemigos, el rey busca la seguridad de una alianza con el gran imperio de Asiria. El profeta le invita entonces a fiarse únicamente de la verdadera roca que no vacila, del Dios de Israel. Puesto que Dios es fiable, es razonable tener fe en él, cimentar la propia seguridad sobre su Palabra. Es este el Dios al que Isaías llamará más adelante dos veces «el Dios del Amén» (Is 65, 16), fundamento indestructible de fidelidad a la alianza. Se podría pensar que la versión griega de la Biblia, al traducir «subsistir» por «comprender», ha hecho un cambio profundo del sentido del texto, pasando de la noción bíblica de confianza en Dios a

la griega de comprensión. Sin embargo, esta traducción, que aceptaba ciertamente el diálogo con la cultura helenista, no es ajena a la dinámica profunda del texto hebreo. En efecto, la subsistencia que Isaías promete al rey pasa por la comprensión de la acción de Dios y de la unidad que él confiere a la vida del hombre y a la historia del pueblo. El profeta invita a comprender las vías del Señor, descubriendo en la fidelidad de Dios el plan de sabiduría que gobierna los siglos. San Agustín ha hecho una síntesis de «comprender» y «subsistir» en sus Confesiones, cuando habla de fiarse de la verdad para mantenerse en pie: «Me estabilizaré y consolidaré en ti […], en tu verdad».17 Por el contexto sabemos que san Agustín quiere mostrar cómo esta verdad fidedigna de Dios, según aparece en la Biblia, es su presencia fiel a lo largo de la historia, su capacidad de mantener unidos los tiempos, recogiendo la dispersión de los días del hombre.18

24. Leído a esta luz, el texto de Isaías lleva a una conclusión: el hombre tiene necesidad de conocimiento, tiene necesidad de verdad, porque sin ella no puede subsistir, no va adelante. La fe, sin verdad, no salva, no da seguridad a nuestros

pasos. Se queda en una bella fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad, algo que nos satisface únicamente en la medida en que queramos hacernos una ilusión. O bien se reduce a un sentimiento hermoso, que consuela y entusiasma, pero dependiendo de los cambios en nuestro estado de ánimo o de la situación de los tiempos, e incapaz de dar continuidad al camino de la vida. Si la fe fuese eso, el rey Acaz tendría razón en no jugarse su vida y la integridad de su reino por una emoción. En cambio, gracias a su unión intrínseca con la verdad, la fe es capaz de ofrecer una luz nueva, superior a los cálculos del rey, porque ve más allá, porque comprende la actuación de Dios, que es fiel a su alianza y a sus promesas.

25. Recuperar la conexión de la fe con la verdad es hoy aun más necesario, precisamente por la crisis de verdad en que nos encontramos. En la cultura contemporánea se tiende a menudo a aceptar como verdad sólo la verdad tecnológica: es verdad aquello que el hombre consigue construir y medir con su ciencia; es verdad porque funciona y así hace más cómoda y fácil la vida. Hoy parece que ésta es la única verdad cierta, la única que se puede

Capítulo SegundoSi no Creéis, no Comprenderéis

(cf. Is 7, 9)

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compartir con otros, la única sobre la que es posible debatir y comprometerse juntos. Por otra parte, estarían después las verdades del individuo, que consisten en la autenticidad con lo que cada uno siente dentro de sí, válidas sólo para uno mismo, y que no se pueden proponer a los demás con la pretensión de contribuir al bien común. La verdad grande, la verdad que explica la vida personal y social en su conjunto, es vista con sospecha. ¿No ha sido esa verdad —se preguntan— la que han pretendido los grandes totalitarismos del siglo pasado, una verdad que imponía su propia concepción global para aplastar la historia concreta del individuo? Así, queda sólo un relativismo en el que la cuestión de la verdad completa, que es en el fondo la cuestión de Dios, ya no interesa. En esta perspectiva, es lógico que se pretenda deshacer la conexión de la religión con la verdad, porque este nexo estaría en la raíz del fanatismo, que intenta arrollar a quien no comparte las propias creencias. A este respecto, podemos hablar de un gran olvido en nuestro mundo contemporáneo. En efecto, la pregunta por la verdad es una cuestión de memoria, de memoria profunda, pues se dirige a algo que nos precede y, de este modo, puede conseguir unirnos más allá de nuestro «yo» pequeño y limitado. Es

la pregunta sobre el origen de todo, a cuya luz se puede ver la meta y, con eso, también el sentido del camino común.

Amor y conocimiento de la verdad

26. En esta situación, ¿puede la fe cristiana ofrecer un servicio al bien común indicando el modo justo de entender la verdad? Para responder, es necesario reflexionar sobre el tipo de conocimiento propio de la fe. Puede ayudarnos una expresión de san Pablo, cuando afirma: «Con el corazón se cree» (Rm 10, 10). En la Biblia el corazón es el centro del hombre, donde se entrelazan todas sus dimensiones: el cuerpo y el espíritu, la interioridad de la persona y su apertura al mundo y a los otros, el entendimiento, la voluntad, la afectividad. Pues bien, si el corazón es capaz de mantener unidas estas dimensiones es porque en él es donde nos abrimos a la verdad y al amor, y dejamos que nos toquen y nos transformen en lo más hondo. La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos. La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto

el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad.

27. Es conocida la manera en que el filósofo Ludwig Wittgenstein explica la conexión entre fe y certeza. Según él, creer sería algo parecido a una experiencia de enamoramiento, entendida como algo subjetivo, que no se puede proponer como verdad válida para todos.19 En efecto, el hombre moderno cree que la cuestión del amor tiene poco que ver con la verdad. El amor se concibe hoy como una experiencia que pertenece al mundo de los sentimientos volubles y no a la verdad. Pero esta descripción del amor ¿es verdaderamente adecuada? En realidad, el amor no se puede reducir a un sentimiento que va y viene. Tiene que ver ciertamente con nuestra afectividad, pero para abrirla a la persona amada e iniciar un camino, que consiste en salir del aislamiento del propio yo para encaminarse hacia la otra persona, para construir una relación duradera; el amor tiende a la unión con la persona amada. Y así se puede ver en qué sentido el amor tiene necesidad de verdad. Sólo en cuanto está fundado en la verdad, el amor puede perdurar en el tiempo,

La verdad completa, es la cuestión de Dios

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superar la fugacidad del instante y permanecer firme para dar consistencia a un camino en común. Si el amor no tiene que ver con la verdad, está sujeto al vaivén de los sentimientos y no supera la prueba del tiempo. El amor verdadero, en cambio, unifica todos los elementos de la persona y se convierte en una luz nueva hacia una vida grande y plena. Sin verdad, el amor no puede ofrecer un vínculo sólido, no consigue llevar al «yo» más allá de su aislamiento, ni librarlo de la fugacidad del instante para edificar la vida y dar fruto. Si el amor necesita la verdad, también la verdad tiene necesidad del amor. Amor y verdad no se pueden separar. Sin amor, la verdad se vuelve fría, impersonal, opresiva para la vida concreta de la persona. La verdad que buscamos, la que da sentido a nuestros pasos, nos ilumina cuando el amor nos toca. Quien ama comprende que el amor es experiencia de verdad, que él mismo abre nuestros ojos para ver toda la realidad de modo nuevo, en unión con la persona amada. En este sentido, san Gregorio Magno ha escrito que «amor ipse notitia est», el amor mismo es un conocimiento, lleva consigo una lógica nueva.20 Se trata de un modo relacional de ver el mundo, que se convierte en conocimiento compartido, visión en la visión de otro o visión común de todas las cosas.

Guillermo de Saint Thierry, en la Edad Media, sigue esta tradición cuando comenta el versículo del Cantar de los Cantares en el que el amado dice a la amada: «Palomas son tus ojos» (Ct 1,

15).21 Estos dos ojos, explica Guillermo, son la razón creyente y el amor, que se hacen uno solo para llegar a contemplar a Dios, cuando el entendimiento se hace «entendimiento de un amor iluminado».22

28. Una expresión eminente de este descubrimiento del amor como fuente de conocimiento, que forma parte de la experiencia originaria de todo hombre, se encuentra en la concepción bíblica de la fe. Saboreando el amor con el que Dios lo ha elegido y lo ha engendrado como pueblo, Israel llega a comprender la unidad del designio divino, desde su origen hasta su cumplimiento. El conocimiento de la fe, por nacer del amor de Dios que establece la alianza, ilumina un camino en la historia. Por eso, en la Biblia, verdad y fidelidad van unidas, y el Dios verdadero es el Dios fiel, aquel que mantiene sus promesas y permite comprender su designio a lo largo del tiempo. Mediante la experiencia de los profetas, en el sufrimiento del exilio y en la esperanza de un regreso definitivo a la ciudad santa, Israel ha intuido que esta verdad de Dios se extendía más allá de la propia historia,

para abarcar toda la historia del mundo, ya desde la creación. El conocimiento de la fe ilumina no sólo el camino particular de un pueblo, sino el decurso completo del mundo creado, desde su origen hasta su consumación.

La fe como escucha y visión

29. Precisamente porque el conocimiento de la fe está ligado a la alianza de un Dios fiel, que establece una relación de amor con el hombre y le dirige la Palabra, es presentado por la Biblia como escucha, y es asociado al sentido del oído. San Pablo utiliza una fórmula que se ha hecho clásica: fides ex auditu, «la fe nace del mensaje que se escucha» (Rm 10, 17). El conocimiento asociado a la palabra es siempre personal: reconoce la voz, la acoge en libertad y la sigue en obediencia. Por eso san Pablo habla de la «obediencia de la fe» (cf. Rm 1,

5; 16, 26).23 La fe es, además, un conocimiento vinculado al trascurrir del tiempo, necesario para que la palabra se pronuncie: es un conocimiento que se aprende sólo en un camino de seguimiento. La escucha ayuda a representar bien el nexo entre conocimiento y amor. Por lo que se refiere al conocimiento de la verdad, la escucha se ha contrapuesto a veces a la visión, que sería más propia de la cultura griega.

El amor mismo es un conocimiento

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 14

La luz, si por una parte posibilita la contemplación de la totalidad, a la que el hombre siempre ha aspirado, por otra parece quitar espacio a la libertad, porque desciende del cielo y llega directamente a los ojos, sin esperar a que el ojo responda. Además, sería como una invitación a una contemplación extática, separada del tiempo concreto en que el hombre goza y padece. Según esta perspectiva, el acercamiento bíblico al conocimiento estaría opuesto al griego, que buscando una comprensión completa de la realidad, ha vinculado el conocimiento a la visión. Sin embargo, esta supuesta oposición no se corresponde con el dato bíblico. El Antiguo Testamento ha combinado ambos tipos de conocimiento, puesto que a la escucha de la Palabra de Dios se une el deseo de ver su rostro. De este modo, se pudo entrar en diálogo con la cultura helenística, diálogo que pertenece al corazón de la Escritura. El oído posibilita la llamada personal y la obediencia, y también, que la verdad se revele en el tiempo; la vista aporta la visión completa de todo el recorrido y nos permite situarnos en el gran proyecto de Dios; sin esa visión, tendríamos solamente fragmentos aislados de un todo desconocido.

30. La conexión entre el ver y el escuchar, como órganos

de conocimiento de la fe, aparece con toda claridad en el Evangelio de san Juan. Para el cuarto Evangelio, creer es escuchar y, al mismo tiempo, ver. La escucha de la fe tiene las mismas características que el conocimiento propio del amor: es una escucha personal, que distingue la voz y reconoce la del Buen Pastor (cf. Jn 10,

3-5); una escucha que requiere seguimiento, como en el caso de los primeros discípulos, que «oyeron sus palabras y siguieron a Jesús» (Jn 1, 37). Por otra parte, la fe está unida también a la visión. A veces, la visión de los signos de Jesús precede a la fe, como en el caso de aquellos judíos que, tras la resurrección de Lázaro, «al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él» (Jn

11, 45). Otras veces, la fe lleva a una visión más profunda: «Si crees, verás la gloria de Dios» (Jn 11, 40). Al final, creer y ver están entrelazados: «El que cree en mí […] cree en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado» (Jn 12,

44-45). Gracias a la unión con la escucha, el ver también forma parte del seguimiento de Jesús, y la fe se presenta como un camino de la mirada, en el que los ojos se acostumbran a ver en profundidad. Así, en la mañana de Pascua, se pasa de Juan que, todavía en la oscuridad, ante el sepulcro vacío, «vio y creyó» (Jn

20, 8), a María Magdalena que ve, ahora sí, a Jesús (cf. Jn 20, 14) y

quiere retenerlo, pero se le pide que lo contemple en su camino hacia el Padre, hasta llegar a la plena confesión de la misma Magdalena ante los discípulos: «He visto al Señor» (Jn 20, 18). ¿Cómo se llega a esta síntesis entre el oír y el ver? Lo hace posible la persona concreta de Jesús, que se puede ver y oír. Él es la Palabra hecha carne, cuya gloria hemos contemplado (cf. Jn 1, 14). La luz de la fe es la de un Rostro en el que se ve al Padre. En efecto, en el cuarto Evangelio, la verdad que percibe la fe es la manifestación del Padre en el Hijo, en su carne y en sus obras terrenas, verdad que se puede definir como la «vida luminosa» de Jesús.24 Esto significa que el conocimiento de la fe no invita a mirar una verdad puramente interior. La verdad que la fe nos desvela está centrada en el encuentro con Cristo, en la contemplación de su vida, en la percepción de su presencia. En este sentido, santo Tomás de Aquino habla de la oculata fides de los Apóstoles —la fe que ve— ante la visión corpórea del Resucitado.25 Vieron a Jesús resucitado con sus propios ojos y creyeron, es decir, pudieron penetrar en la profundidad de aquello que veían para confesar al Hijo de Dios, sentado a la derecha del Padre.

31. Solamente así, mediante la encarnación, compartiendo

La persona concreta de Jesús se puede ver y oír

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nuestra humanidad, el conocimiento propio del amor podía llegar a plenitud. En efecto, la luz del amor se enciende cuando somos tocados en el corazón, acogiendo la presencia interior del amado, que nos permite reconocer su misterio. Entendemos entonces por qué, para san Juan, junto al ver y escuchar, la fe es también un tocar, como afirma en su primera Carta: «Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos […] y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida» (1 Jn 1, 1). Con su encarnación, con su venida entre nosotros, Jesús nos ha tocado y, a través de los sacramentos, también hoy nos toca; de este modo, transformando nuestro corazón, nos ha permitido y nos sigue permitiendo reconocerlo y confesarlo como Hijo de Dios. Con la fe, nosotros podemos tocarlo, y recibir la fuerza de su gracia. San Agustín, comentando el pasaje de la hemorroísa que toca a Jesús para curarse (cf. Lc 8, 45-46), afirma: «Tocar con el corazón, esto es creer».26 También la multitud se agolpa en torno a él, pero no lo roza con el toque personal de la fe, que reconoce su misterio, el misterio del Hijo que manifiesta al Padre. Cuando estamos configurados con Jesús, recibimos ojos adecuados para verlo.

Diálogo entre fe y razón

32. La fe cristiana, en cuanto anuncia la verdad del amor total de Dios y abre a la fuerza de este amor, llega al centro más profundo de la experiencia del hombre, que viene a la luz gracias al amor, y está llamado a amar para permanecer en la luz. Con el deseo de iluminar toda la realidad a partir del amor de Dios manifestado en Jesús, e intentando amar con ese mismo amor, los primeros cristianos encontraron en el mundo griego, en su afán de verdad, un referente adecuado para el diálogo. El encuentro del mensaje evangélico con el pensamiento filosófico de la antigüedad fue un momento decisivo para que el Evangelio llegase a todos los pueblos, y favoreció una fecunda interacción entre la fe y la razón, que se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos hasta nuestros días. El beato Juan Pablo II, en su Carta encíclica Fides et ratio, ha mostrado cómo la fe y la razón se refuerzan mutuamente.27 Cuando encontramos la luz plena del amor de Jesús, nos damos cuenta de que en cualquier amor nuestro hay ya un tenue reflejo de aquella luz y percibimos cuál es su meta última. Y, al mismo tiempo, el hecho de que en nuestros amores haya una luz nos ayuda a ver el camino del amor hasta la donación plena y total del

Hijo de Dios por nosotros. En este movimiento circular, la luz de la fe ilumina todas nuestras relaciones humanas, que pueden ser vividas en unión con el amor y la ternura de Cristo.

33. En la vida de san Agustín encontramos un ejemplo significativo de este camino en el que la búsqueda de la razón, con su deseo de verdad y claridad, se ha integrado en el horizonte de la fe, del que ha recibido una nueva inteligencia. Por una parte, san Agustín acepta la filosofía griega de la luz con su insistencia en la visión. Su encuentro con el neoplatonismo le había permitido conocer el paradigma de la luz, que desciende de lo alto para iluminar las cosas, y constituye así un símbolo de Dios. De este modo, san Agustín comprendió la trascendencia divina, y descubrió que todas las cosas tienen en sí una trasparencia que pueden reflejar la bondad de Dios, el Bien. Así se desprendió del maniqueísmo en que estaba instalado y que le llevaba a pensar que el mal y el bien luchan continuamente entre sí, confundiéndose y mezclándose sin contornos claros. Comprender que Dios es luz dio a su existencia una nueva orientación, le permitió reconocer el mal que había cometido y volverse al bien. Por otra parte, en la experiencia concreta de

«Tocar con el corazón, esto es creer»

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san Agustín, tal como él mismo cuenta en sus Confesiones, el momento decisivo de su camino de fe no fue una visión de Dios más allá de este mundo, sino más bien una escucha, cuando en el jardín oyó una voz que le decía: «Toma y lee»; tomó el volumen de las Cartas de san Pablo y se detuvo en el capítulo decimotercero de la Carta a los Romanos.28 Hacía acto de presencia así el Dios personal de la Biblia, capaz de comunicarse con el hombre, de bajar a vivir con él y de acompañarlo en el camino de la historia, manifestándose en el tiempo de la escucha y la respuesta. De todas formas, este encuentro con el Dios de la Palabra no hizo que san Agustín prescindiese de la luz y la visión. Integró ambas perspectivas, guiado siempre por la revelación del amor de Dios en Jesús. Y así, elaboró una filosofía de la luz que integra la reciprocidad propia de la palabra y da espacio a la libertad de la mirada frente a la luz. Igual que la palabra requiere una respuesta libre, así la luz tiene como respuesta una imagen que la refleja. San Agustín, asociando escucha y visión, puede hablar entonces de la «palabra que resplandece dentro del hombre».29 De este modo, la luz se convierte, por así decirlo, en la luz de una palabra, porque es la luz de un Rostro personal, una luz que, alumbrándonos,

nos llama y quiere reflejarse en nuestro rostro para resplandecer desde dentro de nosotros mismos. Por otra parte, el deseo de la visión global, y no sólo de los fragmentos de la historia, sigue presente y se cumplirá al final, cuando el hombre, como dice el Santo de Hipona, verá y amará.30 Y esto, no porque sea capaz de tener toda la luz, que será siempre inabarcable, sino porque entrará por completo en la luz.

34. La luz del amor, propia de la fe, puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad. A menudo la verdad queda hoy reducida a la autenticidad subjetiva del individuo, válida sólo para la vida de cada uno. Una verdad común nos da miedo, porque la identificamos con la imposición intransigente de los totalitarismos. Sin embargo, si es la verdad del amor, si es la verdad que se desvela en el encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces se libera de su clausura en el ámbito privado para formar parte del bien común. La verdad de un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona. Naciendo del amor puede llegar al corazón, al centro personal de cada hombre. Se ve claro así que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante;

al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos. Por otra parte, la luz de la fe, unida a la verdad del amor, no es ajena al mundo material, porque el amor se vive siempre en cuerpo y alma; la luz de la fe es una luz encarnada, que procede de la vida luminosa de Jesús. Ilumina incluso la materia, confía en su ordenamiento, sabe que en ella se abre un camino de armonía y de comprensión cada vez más amplio. La mirada de la ciencia se beneficia así de la fe: ésta invita al científico a estar abierto a la realidad, en toda su riqueza inagotable. La fe despierta el sentido crítico, en cuanto que no permite que la investigación se conforme con sus fórmulas y la ayuda a darse cuenta de que la naturaleza no se reduce a ellas. Invitando a maravillarse ante el misterio de la creación, la fe ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia.

Fe y búsqueda de Dios

35. La luz de la fe en Jesús ilumina también el camino de todos los que buscan a Dios, y

Naciendo del amor, la fe puede llegar al corazón

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constituye la aportación propia del cristianismo al diálogo con los seguidores de las diversas religiones. La Carta a los Hebreos nos habla del testimonio de los justos que, antes de la alianza con Abrahám, ya buscaban a Dios con fe. De Henoc se dice que «se le acreditó que había complacido a Dios» (Hb 11, 5), algo imposible sin la fe, porque «el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan» (Hb 11, 6). Podemos entender así que el camino del hombre religioso pasa por la confesión de un Dios que se preocupa de él y que no es inaccesible. ¿Qué mejor recompensa podría dar Dios a los que lo buscan, que dejarse encontrar? Y antes incluso de Henoc, tenemos la figura de Abel, cuya fe es también alabada y, gracias a la cual el Señor se complace en sus dones, en la ofrenda de las primicias de sus rebaños (cf. Hb

11, 4). El hombre religioso intenta reconocer los signos de Dios en las experiencias cotidianas de su vida, en el ciclo de las estaciones, en la fecundidad de la tierra y en todo el movimiento del cosmos. Dios es luminoso, y se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón. Imagen de esta búsqueda son los Magos, guiados por la estrella hasta Belén (cf. Mt 2,

1-12). Para ellos, la luz de Dios

se ha hecho camino, como estrella que guía por una senda de descubrimientos. La estrella habla así de la paciencia de Dios con nuestros ojos, que deben habituarse a su esplendor. El hombre religioso está en camino y ha de estar dispuesto a dejarse guiar, a salir de sí, para encontrar al Dios que sorprende siempre. Este respeto de Dios por los ojos de los hombres nos muestra que, cuando el hombre se acerca a él, la luz humana no se disuelve en la inmensidad luminosa de Dios, como una estrella que desaparece al alba, sino que se hace más brillante cuanto más próxima está del fuego originario, como espejo que refleja su esplendor. La confesión cristiana de Jesús como único salvador, sostiene que toda la luz de Dios se ha concentrado en él, en su «vida luminosa», en la que se desvela el origen y la consumación de la historia.31 No hay ninguna experiencia humana, ningún itinerario del hombre hacia Dios, que no pueda ser integrado, iluminado y purificado por esta luz. Cuanto más se sumerge el cristiano en la aureola de la luz de Cristo, tanto más es capaz de entender y acompañar el camino de los hombres hacia Dios. Al configurarse como vía, la fe concierne también a la vida de los hombres que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar. En la medida en que se abren al amor con corazón

sincero y se ponen en marcha con aquella luz que consiguen alcanzar, viven ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe. Intentan vivir como si Dios existiese, a veces porque reconocen su importancia para encontrar orientación segura en la vida común, y otras veces porque experimentan el deseo de luz en la oscuridad, pero también, intuyendo, a la vista de la grandeza y la belleza de la vida, que ésta sería todavía mayor con la presencia de Dios. Dice san Ireneo de Lyon que Abrahám, antes de oír la voz de Dios, ya lo buscaba «ardientemente en su corazón», y que «recorría todo el mundo, preguntándose dónde estaba Dios», hasta que «Dios tuvo piedad de aquel que, por su cuenta, lo buscaba en el silencio».32 Quien se pone en camino para practicar el bien se acerca a Dios, y ya es sostenido por él, porque es propio de la dinámica de la luz divina iluminar nuestros ojos cuando caminamos hacia la plenitud del amor.

Fe y teología

36. Al tratarse de una luz, la fe nos invita a adentrarnos en ella, a explorar cada vez más los horizontes que ilumina, para conocer mejor lo que amamos. De este deseo nace la teología cristiana. Por tanto, la teología es imposible sin la fe y forma parte del movimiento

Dios es luminoso, y se deja encontrar

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mismo de la fe, que busca la inteligencia más profunda de la autorrevelación de Dios, cuyo culmen es el misterio de Cristo. La primera consecuencia de esto es que la teología no consiste sólo en un esfuerzo de la razón por escrutar y conocer, como en las ciencias experimentales. Dios no se puede reducir a un objeto. Él es Sujeto que se deja conocer y se manifiesta en la relación de persona a persona. La fe recta orienta la razón a abrirse a la luz que viene de Dios, para que, guiada por el amor a la verdad, pueda conocer a Dios más profundamente. Los grandes doctores y teólogos medievales han indicado que la teología, como ciencia de la fe, es una participación en el conocimiento que Dios tiene de sí mismo. La teología, por tanto, no es solamente palabra sobre Dios, sino ante todo acogida y búsqueda de una inteligencia más profunda de esa palabra que Dios nos dirige, palabra que Dios pronuncia sobre sí mismo, porque es un diálogo eterno de comunión, y admite al hombre dentro de este diálogo.33 Así pues, la humildad que se deja «tocar» por Dios forma parte de la teología, reconoce sus límites ante el misterio y se lanza a explorar, con la disciplina propia de la razón, las insondables riquezas de este misterio.

Además, la teología participa en la forma eclesial de la fe; su luz es la luz del sujeto creyente que es la Iglesia. Esto requiere, por una parte, que la teología esté al servicio de la fe de los cristianos, se ocupe humildemente de custodiar y profundizar la fe de todos, especialmente la de los sencillos. Por otra parte, la teología, puesto que vive de la fe, no puede considerar el Magisterio del Papa y de los Obispos en comunión con él como algo extrínseco, un límite a su libertad, sino al contrario, como un momento interno, constitutivo, en cuanto el Magisterio asegura el contacto con la fuente originaria, y ofrece, por tanto, la certeza de beber en la Palabra de Dios en su integridad.

La teología debe ocuparse de custodiar y profundizar la fe

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La Iglesia, madre de nuestra fe

37. Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz. El apóstol Pablo, hablando a los Corintios, usa precisamente estas dos imágenes. Por una parte dice: «Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: Creí, por eso hablé, también nosotros creemos y por eso hablamos» (2 Co 4, 13). La palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer. Por otra parte, san Pablo se refiere también a la luz: «Reflejamos la gloria del Señor y nos vamos transformando en su imagen» (2 Co 3, 18). Es una luz que se refleja de rostro en rostro, como Moisés reflejaba la gloria de Dios después de haber hablado con él: «[Dios] ha brillado en nuestros corazones, para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo» (2 Co 4, 6). La luz de Cristo brilla como en un espejo en el rostro de los cristianos, y así se difunde y llega hasta nosotros, de modo que también nosotros podamos participar en esta visión y reflejar a otros su luz, igual que en la liturgia pascual la luz del

cirio enciende otras muchas velas. La fe se transmite, por así decirlo, por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama. Los cristianos, en su pobreza, plantan una semilla tan fecunda, que se convierte en un gran árbol que es capaz de llenar el mundo de frutos.

38. La transmisión de la fe, que brilla para todos los hombres en todo lugar, pasa también por las coordenadas temporales, de generación en generación. Puesto que la fe nace de un encuentro que se produce en la historia e ilumina el camino a lo largo del tiempo, tiene necesidad de transmitirse a través de los siglos. Y mediante una cadena ininterrumpida de testimonios llega a nosotros el rostro de Jesús. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo podemos estar seguros de llegar al «verdadero Jesús» a través de los siglos? Si el hombre fuese un individuo aislado, si partiésemos solamente del «yo» individual, que busca en sí mismo la seguridad del conocimiento, esta certeza sería imposible. No puedo ver por mí mismo lo que ha sucedido en una época tan distante de la mía. Pero ésta no es la única manera que tiene el hombre de conocer. La persona vive siempre en relación. Proviene de otros, pertenece a otros, su vida se

ensancha en el encuentro con otros. Incluso el conocimiento de sí, la misma autoconciencia, es relacional y está vinculada a otros que nos han precedido: en primer lugar nuestros padres, que nos han dado la vida y el nombre. El lenguaje mismo, las palabras con que interpretamos nuestra vida y nuestra realidad, nos llega a través de otros, guardado en la memoria viva de otros. El conocimiento de uno mismo sólo es posible cuando participamos en una memoria más grande. Lo mismo sucede con la fe, que lleva a su plenitud el modo humano de comprender. El pasado de la fe, aquel acto de amor de Jesús, que ha hecho germinar en el mundo una vida nueva, nos llega en la memoria de otros, de testigos, conservado vivo en aquel sujeto único de memoria que es la Iglesia. La Iglesia es una Madre que nos enseña a hablar el lenguaje de la fe. San Juan, en su Evangelio, ha insistido en este aspecto, uniendo fe y memoria, y asociando ambas a la acción del Espíritu Santo que, como dice Jesús, «os irá recordando todo» (Jn 14, 26). El Amor, que es el Espíritu y que mora en la Iglesia, mantiene unidos entre sí todos los tiempos y nos hace contemporáneos de Jesús, convirtiéndose en el guía de nuestro camino de fe.

Capítulo TerceroTransmito lo que he recibido

(cf. 1 Co 15, 3)

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39. Es imposible creer cada uno por su cuenta. La fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad del creyente, no es una relación exclusiva entre el «yo» del fiel y el «Tú» divino, entre un sujeto autónomo y Dios. Por su misma naturaleza, se abre al «nosotros», se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia. Nos lo recuerda la forma dialogada del Credo, usada en la liturgia bautismal. El creer se expresa como respuesta a una invitación, a una palabra que ha de ser escuchada y que no procede de mí, y por eso forma parte de un diálogo; no puede ser una mera confesión que nace del individuo. Es posible responder en primera persona, «creo», sólo porque se forma parte de una gran comunión, porque también se dice «creemos». Esta apertura al «nosotros» eclesial refleja la apertura propia del amor de Dios, que no es sólo relación entre el Padre y el Hijo, entre el «yo» y el «tú», sino que en el Espíritu, es también un «nosotros», una comunión de personas. Por eso, quien cree nunca está solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegría con otros. Quien recibe la fe descubre que las dimensiones de su «yo» se ensanchan, y entabla nuevas relaciones que enriquecen la vida. Tertuliano lo ha expresado incisivamente, diciendo que el catecúmeno, «tras el nacimiento nuevo por el bautismo», es recibido en la casa de la

Madre para alzar las manos y rezar, junto a los hermanos, el Padrenuestro, como signo de su pertenencia a una nueva familia.34

Los sacramentos y la transmisión de la fe

40. La Iglesia, como toda familia, transmite a sus hijos el contenido de su memoria. ¿Cómo hacerlo de manera que nada se pierda y, más bien, todo se profundice cada vez más en el patrimonio de la fe? Mediante la tradición apostólica, conservada en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo, tenemos un contacto vivo con la memoria fundante. Como afirma el Concilio ecuménico Vaticano II, «lo que los Apóstoles transmitieron comprende todo lo necesario para una vida santa y para una fe creciente del Pueblo de Dios; así la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree».35

En efecto, la fe necesita un ámbito en el que se pueda testimoniar y comunicar, un ámbito adecuado y proporcionado a lo que se comunica. Para transmitir un contenido meramente doctrinal, una idea, quizás sería suficiente un libro, o la reproducción de un mensaje oral. Pero lo que se comunica en la Iglesia, lo que se transmite en su Tradición viva, es la luz nueva que nace del encuentro

Quien cree nunca está solo

con el Dios vivo, una luz que toca la persona en su centro, en el corazón, implicando su mente, su voluntad y su afectividad, abriéndola a relaciones vivas en la comunión con Dios y con los otros. Para transmitir esta riqueza hay un medio particular, que pone en juego a toda la persona, cuerpo, espíritu, interioridad y relaciones. Este medio son los sacramentos, celebrados en la liturgia de la Iglesia. En ellos se comunica una memoria encarnada, ligada a los tiempos y lugares de la vida, asociada a todos los sentidos; implican a la persona, como miembro de un sujeto vivo, de un tejido de relaciones comunitarias. Por eso, si bien, por una parte, los sacramentos son sacramentos de la fe,36 también se debe decir que la fe tiene una estructura sacramental. El despertar de la fe pasa por el despertar de un nuevo sentido sacramental de la vida del hombre y de la existencia cristiana, en el que lo visible y material está abierto al misterio de lo eterno.

41. La transmisión de la fe se realiza en primer lugar mediante el bautismo. Pudiera parecer que el bautismo es sólo un modo de simbolizar la confesión de fe, un acto pedagógico para quien tiene necesidad de imágenes y gestos, pero del que, en último término, se podría prescindir. Unas palabras de san Pablo, a propósito del bautismo, nos recuerdan que no es así. Dice

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él que «por el bautismo fuimos sepultados en él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 4). Mediante el bautismo nos convertimos en criaturas nuevas y en hijos adoptivos de Dios. El Apóstol afirma después que el cristiano ha sido entregado a un «modelo de doctrina» (typos didachés), al que obedece de corazón (cf. Rm 6, 17). En el bautismo el hombre recibe también una doctrina que profesar y una forma concreta de vivir, que implica a toda la persona y la pone en el camino del bien. Es transferido a un ámbito nuevo, colocado en un nuevo ambiente, con una forma nueva de actuar en común, en la Iglesia. El bautismo nos recuerda así que la fe no es obra de un individuo aislado, no es un acto que el hombre pueda realizar contando sólo con sus fuerzas, sino que tiene que ser recibida, entrando en la comunión eclesial que transmite el don de Dios: nadie se bautiza a sí mismo, igual que nadie nace por su cuenta. Hemos sido bautizados.

42. ¿Cuáles son los elementos del bautismo que nos introducen en este nuevo «modelo de doctrina»? Sobre el catecúmeno se invoca, en primer lugar, el nombre de la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Se le presenta así desde el principio un resumen del camino de la fe. El Dios que ha llamado a

Abrahám y ha querido llamarse su Dios, el Dios que ha revelado su nombre a Moisés, el Dios que, al entregarnos a su Hijo, nos ha revelado plenamente el misterio de su Nombre, da al bautizado una nueva condición filial. Así se ve claro el sentido de la acción que se realiza en el bautismo, la inmersión en el agua: el agua es símbolo de muerte, que nos invita a pasar por la conversión del «yo», para que pueda abrirse a un «Yo» más grande; y a la vez es símbolo de vida, del seno del que renacemos para seguir a Cristo en su nueva existencia. De este modo, mediante la inmersión en el agua, el bautismo nos habla de la estructura encarnada de la fe. La acción de Cristo nos toca en nuestra realidad personal, transformándonos radicalmente, haciéndonos hijos adoptivos de Dios, partícipes de su naturaleza divina; modifica así todas nuestras relaciones, nuestra forma de estar en el mundo y en el cosmos, abriéndolas a su misma vida de comunión. Este dinamismo de transformación propio del bautismo nos ayuda a comprender la importancia que tiene hoy el catecumenado para la nueva evangelización, también en las sociedades de antiguas raíces cristianas, en las cuales cada vez más adultos se acercan al sacramento del bautismo. El catecumenado es camino de preparación para el bautismo, para la transformación de toda la existencia en Cristo. Un texto del profeta Isaías,

que ha sido relacionado con el bautismo en la literatura cristiana antigua, nos puede ayudar a comprender la conexión entre el bautismo y la fe: «Tendrá su alcázar en un picacho rocoso… con provisión de agua» (Is 33, 16).37 El bautizado, rescatado del agua de la muerte, puede ponerse en pie sobre el «picacho rocoso», porque ha encontrado algo consistente donde apoyarse. Así, el agua de muerte se transforma en agua de vida. El texto griego lo llama agua pistós, agua «fiel». El agua del bautismo es fiel porque se puede confiar en ella, porque su corriente introduce en la dinámica del amor de Jesús, fuente de seguridad para el camino de nuestra vida.

43. La estructura del bautismo, su configuración como nuevo nacimiento, en el que recibimos un nuevo nombre y una nueva vida, nos ayuda a comprender el sentido y la importancia del bautismo de niños, que ilustra en cierto modo lo que se verifica en todo bautismo. El niño no es capaz de un acto libre para recibir la fe, no puede confesarla todavía personalmente y, precisamente por eso, la confiesan sus padres y padrinos en su nombre. La fe se vive dentro de la comunidad de la Iglesia, se inscribe en un «nosotros» comunitario. Así, el niño es sostenido por otros, por sus padres y padrinos, y es acogido en la fe de ellos, que es la fe de la Iglesia,

En el bautismo recibimos una forma concreta de vivir

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simbolizada en la luz que el padre enciende en el cirio durante la liturgia bautismal. Esta estructura del bautismo destaca la importancia de la sinergia entre la Iglesia y la familia en la transmisión de la fe. A los padres corresponde, según una sentencia de san Agustín, no sólo engendrar a los hijos, sino también llevarlos a Dios, para que sean regenerados como hijos de Dios por el bautismo y reciban el don de la fe.38 Junto a la vida, les dan así la orientación fundamental de la existencia y la seguridad de un futuro de bien, orientación que será ulteriormente corroborada en el sacramento de la confirmación con el sello del Espíritu Santo.

44. La naturaleza sacramental de la fe alcanza su máxima expresión en la eucaristía, que es el precioso alimento para la fe, el encuentro con Cristo presente realmente con el acto supremo de amor, el don de sí mismo, que genera vida. En la eucaristía confluyen los dos ejes por los que discurre el camino de la fe. Por una parte, el eje de la historia: la eucaristía es un acto de memoria, actualización del misterio, en el cual el pasado, como acontecimiento de muerte y resurrección, muestra su capacidad de abrir al futuro, de anticipar la plenitud final. La liturgia nos lo recuerda con su hodie, el «hoy» de los misterios de la salvación. Por otra parte, confluye en ella

también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios.

45. En la celebración de los sacramentos, la Iglesia transmite su memoria, en particular mediante la profesión de fe. Ésta no consiste sólo en asentir a un conjunto de verdades abstractas. Antes bien, en la confesión de fe, toda la vida se pone en camino hacia la comunión plena con el Dios vivo. Podemos decir que en el Credo el creyente es invitado a entrar en el misterio que profesa y a dejarse transformar por lo que profesa. Para entender el sentido de esta afirmación, pensemos antes que nada en el contenido del Credo. Tiene una estructura trinitaria: el Padre y el Hijo se unen en el Espíritu de amor. El creyente afirma así que el centro del ser, el secreto más profundo de todas las cosas, es la comunión divina. Además, el Credo contiene también una profesión cristológica: se recorren los misterios de la vida de Jesús hasta su muerte, resurrección y ascensión al cielo, en la espera de su venida gloriosa al final de los tiempos. Se dice, por

tanto, que este Dios comunión, intercambio de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu, es capaz de abrazar la historia del hombre, de introducirla en su dinamismo de comunión, que tiene su origen y su meta última en el Padre. Quien confiesa la fe, se ve implicado en la verdad que confiesa. No puede pronunciar con verdad las palabras del Credo sin ser transformado, sin inserirse en la historia de amor que lo abraza, que dilata su ser haciéndolo parte de una comunión grande, del sujeto último que pronuncia el Credo, que es la Iglesia. Todas las verdades que se creen proclaman el misterio de la vida nueva de la fe como camino de comunión con el Dios vivo.

Fe, oración y decálogo

46. Otros dos elementos son esenciales en la transmisión fiel de la memoria de la Iglesia. En primer lugar, la oración del Señor, el Padrenuestro. En ella, el cristiano aprende a compartir la misma experiencia espiritual de Cristo y comienza a ver con los ojos de Cristo. A partir de aquel que es luz de luz, del Hijo Unigénito del Padre, también nosotros conocemos a Dios y podemos encender en los demás el deseo de acercarse a él. Además, es también importante la conexión entre la fe y el decálogo. La fe, como hemos dicho, se presenta como un camino, una vía a recorrer,

Déjate transformar por la fe que profesamos

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que se abre en el encuentro con el Dios vivo. Por eso, a la luz de la fe, de la confianza total en el Dios Salvador, el decálogo adquiere su verdad más profunda, contenida en las palabras que introducen los diez mandamientos: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto» (Ex 20, 2). El decálogo no es un conjunto de preceptos negativos, sino indicaciones concretas para salir del desierto del «yo» autorreferencial, cerrado en sí mismo, y entrar en diálogo con Dios, dejándose abrazar por su misericordia para ser portador de su misericordia. Así, la fe confiesa el amor de Dios, origen y fundamento de todo, se deja llevar por este amor para caminar hacia la plenitud de la comunión con Dios. El decálogo es el camino de la gratitud, de la respuesta de amor, que es posible porque, en la fe, nos hemos abierto a la experiencia del amor transformante de Dios por nosotros. Y este camino recibe una nueva luz en la enseñanza de Jesús, en el Discurso de la Montaña (cf. Mt 5-7). He tocado así los cuatro elementos que contienen el tesoro de memoria que la Iglesia transmite: la confesión de fe, la celebración de los sacramentos, el camino del decálogo, la oración. La catequesis de la Iglesia se ha organizado en torno a ellos, incluido el Catecismo de la Iglesia Católica, instrumento fundamental para aquel acto unitario con el que la Iglesia

comunica el contenido completo de la fe, «todo lo que ella es, todo lo que cree».39

Unidad e integridad de la fe

47. La unidad de la Iglesia, en el tiempo y en el espacio, está ligada a la unidad de la fe: «Un solo cuerpo y un solo espíritu […] una sola fe» (Ef 4, 4-5). Hoy puede parecer posible una unión entre los hombres en una tarea común, en el compartir los mismos sentimientos o la misma suerte, en una meta común. Pero resulta muy difícil concebir una unidad en la misma verdad. Nos da la impresión de que una unión de este tipo se opone a la libertad de pensamiento y a la autonomía del sujeto. En cambio, la experiencia del amor nos dice que precisamente en el amor es posible tener una visión común, que amando aprendemos a ver la realidad con los ojos del otro, y que eso no nos empobrece, sino que enriquece nuestra mirada. El amor verdadero, a medida del amor divino, exige la verdad y, en la mirada común de la verdad, que es Jesucristo, adquiere firmeza y profundidad. En esto consiste también el gozo de creer, en la unidad de visión en un solo cuerpo y en un solo espíritu. En este sentido san León Magno decía: «Si la fe no es una, no es fe».40

¿Cuál es el secreto de esta unidad? La fe es «una», en primer lugar, por la unidad del Dios conocido y confesado. Todos los artículos de la fe

se refieren a él, son vías para conocer su ser y su actuar, y por eso forman una unidad superior a cualquier otra que podamos construir con nuestro pensamiento, la unidad que nos enriquece, porque se nos comunica y nos hace «uno». La fe es una, además, porque se dirige al único Señor, a la vida de Jesús, a su historia concreta que comparte con nosotros. San Ireneo de Lyon ha clarificado este punto contra los herejes gnósticos. Éstos distinguían dos tipos de fe, una fe ruda, la fe de los simples, imperfecta, que no iba más allá de la carne de Cristo y de la contemplación de sus misterios; y otro tipo de fe, más profundo y perfecto, la fe verdadera, reservada a un pequeño círculo de iniciados, que se eleva con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida, más allá de la carne de Cristo. Ante este planteamiento, que sigue teniendo su atractivo y sus defensores también en nuestros días, san Ireneo defiende que la fe es una sola, porque pasa siempre por el punto concreto de la encarnación, sin superar nunca la carne y la historia de Cristo, ya que Dios se ha querido revelar plenamente en ella. Y, por eso, no hay diferencia entre la fe de «aquel que destaca por su elocuencia» y de «quien es más débil en la palabra», entre quien es superior y quien tiene menos capacidad: ni el primero puede ampliar la fe, ni el segundo reducirla.41

Es posible tener una visión común

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Por último, la fe es una porque es compartida por toda la Iglesia, que forma un solo cuerpo y un solo espíritu. En la comunión del único sujeto que es la Iglesia, recibimos una mirada común. Confesando la misma fe, nos apoyamos sobre la misma roca, somos transformados por el mismo Espíritu de amor, irradiamos una única luz y tenemos una única mirada para penetrar la realidad.

48. Dado que la fe es una sola, debe ser confesada en toda su pureza e integridad. Precisamente porque todos los artículos de la fe forman una unidad, negar uno de ellos, aunque sea de los que parecen menos importantes, produce un daño a la totalidad. Cada época puede encontrar algunos puntos de la fe más fáciles o difíciles de aceptar: por eso es importante vigilar para que se transmita todo el depósito de la fe (cf. 1 Tm 6, 20), para que se insista oportunamente en todos los aspectos de la confesión de fe. En efecto, puesto que la unidad de la fe es la unidad de la Iglesia, quitar algo a la fe es quitar algo a la verdad de la comunión. Los Padres han descrito la fe como un cuerpo, el cuerpo de la verdad, que tiene diversos miembros, en analogía con el Cuerpo de Cristo y con su prolongación en la Iglesia.42 La integridad de la fe también se ha relacionado con la imagen de la Iglesia virgen, con su fidelidad al amor esponsal a

Cristo: menoscabar la fe significa menoscabar la comunión con el Señor.43 La unidad de la fe es, por tanto, la de un organismo vivo, como bien ha explicado el beato John Henry Newman, que ponía entre las notas características para asegurar la continuidad de la doctrina en el tiempo, su capacidad de asimilar todo lo que encuentra,44 purificándolo y llevándolo a su mejor expresión. La fe se muestra así universal, católica, porque su luz crece para iluminar todo el cosmos y toda la historia.

49. Como servicio a la unidad de la fe y a su transmisión íntegra, el Señor ha dado a la Iglesia el don de la sucesión apostólica. Por medio de ella, la continuidad de la memoria de la Iglesia está garantizada y es posible beber con seguridad en la fuente pura de la que mana la fe. Como la Iglesia transmite una fe viva, han de ser personas vivas las que garanticen la conexión con el origen. La fe se basa en la fidelidad de los testigos que han sido elegidos por el Señor para esa misión. Por eso, el Magisterio habla siempre en obediencia a la Palabra originaria sobre la que se basa la fe, y es fiable porque se fía de la Palabra que escucha, custodia y expone.45 En el discurso de despedida a los ancianos de Éfeso en Mileto, recogido por san Lucas en los Hechos de los Apóstoles, san Pablo afirma haber cumplido el encargo que el Señor le confió de anunciar

«enteramente el plan de Dios» (Hch 20, 27). Gracias al Magisterio de la Iglesia nos puede llegar íntegro este plan y, con él, la alegría de poder cumplirlo plenamente.

La fe debe ser confesada en toda su pureza

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 25

Fe y bien común

50. Al presentar la historia de los patriarcas y de los justos del Antiguo Testamento, la Carta a los Hebreos pone de relieve un aspecto esencial de su fe. La fe no sólo se presenta como un camino, sino también como una edificación, como la preparación de un lugar en el que el hombre pueda convivir con los demás. El primer constructor es Noé que, en el Arca, logra salvar a su familia (cf. Hb 11, 7). Después Abrahám, del que se dice que, movido por la fe, habitaba en tiendas, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos (cf. Hb 11, 9-10). Nace así, en relación con la fe, una nueva fiabilidad, una nueva solidez, que sólo puede venir de Dios. Si el hombre de fe se apoya en el Dios del Amén, en el Dios fiel (cf. Is 65, 16), y así adquiere solidez, podemos añadir que la solidez de la fe se atribuye también a la ciudad que Dios está preparando para el hombre. La fe revela hasta qué punto pueden ser sólidos los vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos. No se trata sólo de una solidez interior, una convicción firme del creyente; la fe ilumina también las relaciones humanas, porque nace del amor y sigue la dinámica del amor de Dios. El Dios digno de fe construye para los hombres una ciudad fiable.

51. Precisamente por su conexión con el amor (cf. Ga 5, 6), la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz. La fe nace del encuentro con el amor originario de Dios, en el que se manifiesta el sentido y la bondad de nuestra vida, que es iluminada en la medida en que entra en el dinamismo desplegado por este amor, en cuanto que se hace camino y ejercicio hacia la plenitud del amor. La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas, su capacidad de mantenerse, de ser fiables, de enriquecer la vida común. La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo. Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres. La unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la alegría que la sola presencia del otro puede suscitar. La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas, porque capta su fundamento último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y así ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al bien común. Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de

la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con esperanza. La Carta a los Hebreos pone un ejemplo de esto cuando nombra, junto a otros hombres de fe, a Samuel y David, a los cuales su fe les permitió «administrar justicia» (Hb 11, 33). Esta expresión se refiere aquí a su justicia para gobernar, a esa sabiduría que lleva paz al pueblo (cf. 1 S 12, 3-5; 2 S 8, 15). Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de Dios.

Fe y familia

52. En el camino de Abrahám hacia la ciudad futura, la Carta a los Hebreos se refiere a una bendición que se transmite de padres a hijos (cf. Hb 11, 20-21). El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia. Pienso sobre todo en el matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne (cf. Gn 2, 24) y ser capaces de engendrar

Capítulo CuartoDios prepara una ciudad para ellos

(cf. Hb 11, 16)

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 26

una vida nueva, manifestación de la bondad del Creador, de su sabiduría y de su designio de amor. Fundados en este amor, hombre y mujer pueden prometerse amor mutuo con un gesto que compromete toda la vida y que recuerda tantos rasgos de la fe. Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada. La fe, además, ayuda a captar en toda su profundidad y riqueza la generación de los hijos, porque hace reconocer en ella el amor creador que nos da y nos confía el misterio de una nueva persona. En este sentido, Sara llegó a ser madre por la fe, contando con la fidelidad de Dios a sus promesas (cf. Hb 11, 11).

53. En la familia, la fe está presente en todas las etapas de la vida, comenzando por la infancia: los niños aprenden a fiarse del amor de sus padres. Por eso, es importante que los padres cultiven prácticas comunes de fe en la familia, que acompañen el crecimiento en la fe de los hijos. Sobre todo los jóvenes, que atraviesan una edad tan compleja, rica e importante para la fe, deben sentir la cercanía y la atención de la familia y de la comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe. Todos hemos visto cómo,

en las Jornadas Mundiales de la Juventud, los jóvenes manifiestan la alegría de la fe, el compromiso de vivir una fe cada vez más sólida y generosa. Los jóvenes aspiran a una vida grande. El encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor, amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no defrauda. La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades.

Luz para la vida en sociedad

54. Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales. Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de Dios, se expande en un camino fraterno. En la «modernidad» se ha intentado construir la fraternidad universal entre los hombres fundándose sobre la igualdad. Poco a poco, sin embargo, hemos comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un Padre común como fundamento último, no logra subsistir. Es necesario volver a la verdadera raíz de la fraternidad. Desde su mismo origen, la historia de la fe es una historia de fraternidad, si bien no exenta de conflictos. Dios llama a Abrahám a salir de

su tierra y le promete hacer de él una sola gran nación, un gran pueblo, sobre el que desciende la bendición de Dios (cf. Gn 12, 1-3). A lo largo de la historia de la salvación, el hombre descubre que Dios quiere hacer partícipes a todos, como hermanos, de la única bendición, que encuentra su plenitud en Jesús, para que todos sean uno. El amor inagotable del Padre se nos comunica en Jesús, también mediante la presencia del hermano. La fe nos enseña que cada hombre es una bendición para mí, que la luz del rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano. ¡Cuántos beneficios ha aportado la mirada de la fe a la ciudad de los hombres para contribuir a su vida común! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona, que no era tan evidente en el mundo antiguo. En el siglo II, el pagano Celso reprochaba a los cristianos lo que le parecía una ilusión y un engaño: pensar que Dios hubiera creado el mundo para el hombre, poniéndolo en la cima de todo el cosmos. Se preguntaba: «¿Por qué pretender que [la hierba] crezca para los hombres, y no mejor para los animales salvajes e irracionales?».46 «Si miramos la tierra desde el cielo, ¿qué diferencia hay entre nuestras ocupaciones y lo que hacen las hormigas y las abejas?».47 En el centro de la fe bíblica está el amor de Dios, su solicitud

La fe no es un refugio para gente pusilánime

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concreta por cada persona, su designio de salvación que abraza a la humanidad entera y a toda la creación, y que alcanza su cúspide en la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo. Cuando se oscurece esta realidad, falta el criterio para distinguir lo que hace preciosa y única la vida del hombre. Éste pierde su puesto en el universo, se pierde en la naturaleza, renunciando a su responsabilidad moral, o bien pretende ser árbitro absoluto, atribuyéndose un poder de manipulación sin límites.

55. La fe, además, revelándonos el amor de Dios, nos hace respetar más la naturaleza, pues nos hace reconocer en ella una gramática escrita por él y una morada que nos ha confiado para cultivarla y salvaguardarla; nos invita a buscar modelos de desarrollo que no se basen sólo en la utilidad y el provecho, sino que consideren la creación como un don del que todos somos deudores; nos enseña a identificar formas de gobierno justas, reconociendo que la autoridad viene de Dios para estar al servicio del bien común. La fe afirma también la posibilidad del perdón, que muchas veces necesita tiempo, esfuerzo, paciencia y compromiso; perdón posible cuando se descubre que el bien es siempre más originario y más fuerte que el mal, que la palabra con la que Dios afirma nuestra vida es más profunda

que todas nuestras negaciones. Por lo demás, incluso desde un punto de vista simplemente antropológico, la unidad es superior al conflicto; hemos de contar también con el conflicto, pero experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a superarlo, transformándolo en un eslabón de una cadena, en un paso más hacia la unidad. Cuando la fe se apaga, se corre el riesgo de que los fundamentos de la vida se debiliten con ella, como advertía el poeta T. S. Eliot: «¿Tenéis acaso necesidad de que se os diga que incluso aquellos modestos logros / que os permiten estar orgullosos de una sociedad educada / difícilmente sobrevivirán a la fe que les da sentido?».48 Si hiciésemos desaparecer la fe en Dios de nuestras ciudades, se debilitaría la confianza entre nosotros, pues quedaríamos unidos sólo por el miedo, y la estabilidad estaría comprometida. La Carta a los Hebreos afirma: «Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad» (Hb 11, 16). La expresión «no tiene reparo» hace referencia a un reconocimiento público. Indica que Dios, con su intervención concreta, con su presencia entre nosotros, confiesa públicamente su deseo de dar consistencia a las relaciones humanas. ¿Seremos en cambio nosotros los que tendremos reparo en llamar a Dios nuestro Dios? ¿Seremos

capaces de no confesarlo como tal en nuestra vida pública, de no proponer la grandeza de la vida común que él hace posible? La fe ilumina la vida en sociedad; poniendo todos los acontecimientos en relación con el origen y el destino de todo en el Padre que nos ama, los ilumina con una luz creativa en cada nuevo momento de la historia.

Fuerza que conforta en el sufrimiento

56. San Pablo, escribiendo a los cristianos de Corinto sobre sus tribulaciones y sufrimientos, pone su fe en relación con la predicación del Evangelio. Dice que así se cumple en él el pasaje de la Escritura: «Creí, por eso hablé» (2 Co 4, 13). Es una cita del Salmo 116. El Apóstol se refiere a una expresión del Salmo 116 en la que el salmista exclama: «Tenía fe, aun cuando dije: ‘‘¡Qué desgraciado soy!”» (v. 10). Hablar de fe comporta a menudo hablar también de pruebas dolorosas, pero precisamente en ellas san Pablo ve el anuncio más convincente del Evangelio, porque en la debilidad y en el sufrimiento se hace manifiesta y palpable el poder de Dios que supera nuestra debilidad y nuestro sufrimiento. El Apóstol mismo se encuentra en peligro de muerte, una muerte que se convertirá en vida para los cristianos (cf. 2 Co 4, 7-12). En la hora de la prueba, la fe nos ilumina y,

¿Tienes reparo en llamar a Dios tu Dios?

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precisamente en medio del sufrimiento y la debilidad, aparece claro que «no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor» (2 Co 4, 5). El capítulo 11 de la Carta a los Hebreos termina con una referencia a aquellos que han sufrido por la fe (cf. Hb 11, 35-38), entre los cuales ocupa un puesto destacado Moisés, que ha asumido la afrenta de Cristo (cf. v. 26). El cristiano sabe que siempre habrá sufrimiento, pero que le puede dar sentido, puede convertirlo en acto de amor, de entrega confiada en las manos de Dios, que no nos abandona y, de este modo, puede constituir una etapa de crecimiento en la fe y en el amor. Viendo la unión de Cristo con el Padre, incluso en el momento de mayor sufrimiento en la cruz (cf. Mc 15, 34), el cristiano aprende a participar en la misma mirada de Cristo. Incluso la muerte queda iluminada y puede ser vivida como la última llamada de la fe, el último «Sal de tu tierra», el último «Ven», pronunciado por el Padre, en cuyas manos nos ponemos con la confianza de que nos sostendrá incluso en el paso definitivo.

57. La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo. ¡Cuántos hombres y mujeres de fe han recibido luz de las personas que sufren! San Francisco de Asís, del leproso; la Beata Madre Teresa de Calcuta, de sus pobres. Han captado el misterio que se esconde

en ellos. Acercándose a ellos, no les han quitado todos sus sufrimientos, ni han podido dar razón cumplida de todos los males que los aquejan. La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaña, con una historia de bien que se une a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. En Cristo, Dios mismo ha querido compartir con nosotros este camino y ofrecernos su mirada para darnos luz. Cristo es aquel que, habiendo soportado el dolor, «inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2). El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al bien común es siempre un servicio de esperanza, que mira adelante, sabiendo que sólo en Dios, en el futuro que viene de Jesús resucitado, puede encontrar nuestra sociedad cimientos sólidos y duraderos. En este sentido, la fe va de la mano de la esperanza porque, aunque nuestra morada terrenal se destruye, tenemos una mansión eterna, que Dios ha inaugurado ya en Cristo, en su cuerpo (cf. 2 Co 4, 16-5, 5). El dinamismo de fe, esperanza y caridad (cf. 1 Ts 1, 3; 1 Co 13,13) nos permite así integrar las preocupaciones de todos los hombres en nuestro camino hacia aquella ciudad «cuyo

arquitecto y constructor iba a ser Dios» (Hb 11, 10), porque «la esperanza no defrauda» (Rm 5, 5). En unidad con la fe y la caridad, la esperanza nos proyecta hacia un futuro cierto, que se sitúa en una perspectiva diversa de las propuestas ilusorias de los ídolos del mundo, pero que da un impulso y una fuerza nueva para vivir cada día. No nos dejemos robar la esperanza, no permitamos que la banalicen con soluciones y propuestas inmediatas que obstruyen el camino, que «fragmentan» el tiempo, transformándolo en espacio. El tiempo es siempre superior al espacio. El espacio cristaliza los procesos; el tiempo, en cambio, proyecta hacia el futuro e impulsa a caminar con esperanza.

Bienaventurada la que ha creído (Lc 1, 45)

58. En la parábola del sembrador, san Lucas nos ha dejado estas palabras con las que Jesús explica el significado de la «tierra buena»: «Son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia» (Lc 8, 15). En el contexto del Evangelio de Lucas, la mención del corazón noble y generoso, que escucha y guarda la Palabra, es un retrato implícito de la fe de la Virgen María. El mismo evangelista habla de la memoria de María, que conservaba en su corazón

El tiempo es siempre superior al espacio

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todo lo que escuchaba y veía, de modo que la Palabra diese fruto en su vida. La Madre del Señor es icono perfecto de la fe, como dice santa Isabel: «Bienaventurada la que ha creído» (Lc 1, 45). En María, Hija de Sión, se cumple la larga historia de fe del Antiguo Testamento, que incluye la historia de tantas mujeres fieles, comenzando por Sara, mujeres que, junto a los patriarcas, fueron testigos del cumplimiento de las promesas de Dios y del surgimiento de la vida nueva. En la plenitud de los tiempos, la Palabra de Dios fue dirigida a María, y ella la acogió con todo su ser, en su corazón, para que tomase carne en ella y naciese como luz para los hombres. San Justino mártir, en su Diálogo con Trifón, tiene una hermosa expresión, en la que dice que María, al aceptar el mensaje del Ángel, concibió «fe y alegría».49 En la Madre de Jesús, la fe ha dado su mejor fruto, y cuando nuestra vida espiritual da fruto, nos llenamos de alegría, que es el signo más evidente de la grandeza de la fe. En su vida, María ha realizado la peregrinación de la fe, siguiendo a su Hijo.50 Así, en María, el camino de fe del Antiguo Testamento es asumido en el seguimiento de Jesús y se deja transformar por él, entrando a formar parte de la mirada única del Hijo de Dios encarnado.

59. Podemos decir que en la Bienaventurada Virgen María

se realiza eso en lo que antes he insistido, que el creyente está totalmente implicado en su confesión de fe. María está íntimamente asociada, por su unión con Cristo, a lo que creemos. En la concepción virginal de María tenemos un signo claro de la filiación divina de Cristo. El origen eterno de Cristo está en el Padre; él es el Hijo, en sentido total y único; y por eso, es engendrado en el tiempo sin concurso de varón. Siendo Hijo, Jesús puede traer al mundo un nuevo comienzo y una nueva luz, la plenitud del amor fiel de Dios, que se entrega a los hombres. Por otra parte, la verdadera maternidad de María ha asegurado para el Hijo de Dios una verdadera historia humana, una verdadera carne, en la que morirá en la cruz y resucitará de los muertos. María lo acompañará hasta la cruz (cf. Jn 19, 25), desde donde su maternidad se extenderá a todos los discípulos de su Hijo (cf. Jn 19, 26-27). También estará presente en el Cenáculo, después de la resurrección y de la ascensión, para implorar el don del Espíritu con los apóstoles (cf. Hch 1, 14). El movimiento de amor entre el Padre y el Hijo en el Espíritu ha recorrido nuestra historia; Cristo nos atrae a sí para salvarnos (cf. Jn 12, 32). En el centro de la fe se encuentra la confesión de Jesús, Hijo de Dios, nacido de mujer, que nos introduce, mediante el don del Espíritu santo, en la filiación adoptiva (cf. Ga 4, 4-6).

60. Nos dirigimos en oración a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe.

¡Madre, ayuda nuestra fe! Abre nuestro oído a la Palabra,

para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada.

Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de

nuestra tierra y confiando en su promesa.

Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos

tocarlo en la fe. Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre

todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando

nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado.

Recuérdanos que quien cree no está nunca solo.

Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en

nuestro camino. Y que esta luz de la fe crezca

continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo,

nuestro Señor.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 29 de junio, solemnidad de los Santos

Apóstoles Pedro y Pablo, del año 2013, primero de mi Pontificado.

Papa Francisco

«María concibió fe y alegría»

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 30

1 Dialogus cum Tryphone Iudaeo, 121, 2: PG 6, 758.

2 Clemente de Alejandría, Protrepticus, IX: PG 8, 195.

3 Brief an Elisabeth Nietzsche (11 junio 1865), en Werke in drei Bänden, München 1954, 953s.

4 Paraíso XXIV, 145-147.

5 Acta Sanctorum, Junii, I, 21.

6 «Si el Concilio no trata expresamente de la fe, habla de ella en cada una de sus páginas, reconoce su carácter vital y sobrenatural, la supone íntegra y fuerte, y construye sobre ella sus doctrinas. Bastaría recordar las afirmaciones conciliares […] para darse cuenta de la importancia esencial que el Concilio, coherente con la tradición doctrinal de la Iglesia, atribuye a la fe, a la verdadera fe, la que tiene como fuente a Cristo y por canal al magisterio de la Iglesia» (Pablo VI, Audiencia general [8 marzo 1967]: Insegnamenti V [1967], 705).

7 Cf. Conc. Ecum. Vat. I, Const. dogm. Dei Filius, sobre la Fe católica, cap. III: DS 3008-3020; Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 5; Catecismo de la Iglesia Católica, 153-165

8 Cf. Catechesis V, 1: PG 33, 505A.

9 In Psal. 32, II, s. I, 9: PL 36, 284.

10 M. Buber, Die Erzählungen der Chassidim, Zürich 1949, 793.

11 Émile, Paris 1966, 387.

12 Lettre à Christophe de Beaumont, Lausanne 1993, 110.

13 Cf. In Ioh. Evang., 45, 9: PL 35, 1722-1723.

14 Parte II, IV.

15 De continentia, 4,11: PL 40, 356.

16 Vom Wesen katholischer Weltanschauung (1923), en Unterscheidung des Christlichen. Gesammelte Studien 1923-1963, Mainz 1963, 24.

17 Confessiones XI, 30, 40: PL 32, 825: «et stabo atque solidabor in te, in forma mea, veritate tua…».

18 Cf. ibíd., 825-826.

19 Cf. Vermischte Bemerkungen / Culture and Value, G. H. von Wright, ed., Oxford 1991, 32-33, 61-64.

20 Homiliae in Evangelia, II, 27, 4: PL 76, 1207.

21 Cf. Expositio super Cantica Canticorum, XVIII, 88: CCL, Continuatio Mediaevalis 87, 67.

22 Ibíd., XIX, 90: CCL, Continuatio Mediaevalis 87, 69.

23 «Cuando Dios revela, hay que prestarle la obediencia de la fe (cf. Rm 16,26; comp. con

Rm 1,5; 2 Co 10,5-6), por la que el hombre se confía libre y totalmente a Dios, prestando “a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad”, y asintiendo voluntariamente a la revelación hecha por él. Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que previene y ayuda, y los auxilios internos del Espíritu Santo, el cual mueve el corazón y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da “a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad”. Y para que la inteligencia de la revelación sea más profunda, el mismo Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe por medio de sus dones» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 5).

24 Cf. H. Schlier, Meditationen über den Johanneischen Begriff der Wahrheit, en Besinnung auf das Neue Testament. Exegetische Aufsätze und Vorträge 2, Freiburg, Basel, Wien 1959, 272.

25 Cf. S. Th. III, q. 55, a. 2, ad 1.

26 Sermo 229/L, 2: PLS 2, 576: «Tangere autem corde, hoc est credere».

27 Cf. Carta enc. Fides et ratio (14 septiembre 1998): ASS (1999), 61-62.

28 Cf. Confessiones, VIII, 12, 29: PL 32, 762.

29 De Trinitate, XV, 11, 20: PL 42, 1071: «Verbum quod intus lucet».

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2013 - Carta Encíclica Lumen Fidei - 31

30 Cf. De civitate Dei, XXII, 30, 5: PL 41, 804.

31 Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Dominus Iesus (6 agosto 2000), 15: AAS 92 (2000), 756.

32 Demonstratio apostolicae praedicationis, 24: SC 406, 117.

33 Cf. Buenaventura, Breviloquium, Prol.: Opera Omnia, V, Quaracchi 1891, p. 201; In I Sent., proem., q. 1, resp.: Opera Omnia, I, Quaracchi 1891, p. 7; Tomás de Aquino, S. Th. I, q. 1.

34 Cf. De Baptismo, 20, 5: CCL I, 295.

35 Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 8.

36 Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, sobre la sagrada liturgia, 59.

37 Cf. Epistula Barnabae, 11, 5: SC 172, 162.

38 Cf. De nuptiis et concupiscentia, I, 4, 5: PL 44,413: «Habent quippe intentionem generandi regenerandos, ut qui ex eis saeculi filii nascuntur in Dei filios renascantur».

39 Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 8.

40 In nativitate Domini sermo 4, 6: SC 22, 110.

41 Cf. Ireneo, Adversus haereses, I, 10, 2: SC 264, 160.

42 Cf. ibíd., II, 27, 1: SC 294, 264.

43 Cf. Agustín, De sancta virginitate, 48, 48: PL 40, 424-425: «Servatur et in fide inviolata quaedam castitas virginalis, qua Ecclesia uni viro virgo casta cooptatur».

44 Cf. An Essay on the Development of Christian Doctrine, Uniform Edition: Longmans, Green and Company, London, 1868-1881, 185-189.

45 Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina revelación, 10.

46 Orígenes, Contra Celsum, IV, 75: SC 136, 372.

47 Ibíd., 85: SC 136, 394.

48 «Choruses from The Rock», en The Collected Poems and Plays 1909-1950, New York 1980, 106.

49 Cf. Dialogus cum Tryphone Iudaeo, 100, 5: PG 6, 710.

50 Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 58.

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