cronopio

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las esperanzas simples indolentes ignorantes aburridas & Publicación mensual. Número 1. Año 2010. Precio $100.00 M/N

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revista literaria llamada cornopio

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las esperanzas simples

indolentesignorantes

aburridas&

Publicación mensual. Número 1. Año 2010. Precio $100.00 M/N

imágenesredactadas

Varias veces, en tertulias y disertaciones entre vino, jazz y soledades compartidas, en cafés y bares (lugares donde realmente se aprende a vivir), me han preguntado, sa-biendo mi obsesiva afición por la obra de Julio Cortázar, qué significa la palabra “Cronopio”.

Después de haber contestado cosas diferentes, apenas sostenidas por un hilo sonambúlico llamado Julio, inven-tor de ciudades que se caen de tanta felicidad, he llegado a la conclusión de que el cronopio, “ese ser desordenado y tibio”, es un poeta colectivo. En otras palabras, los poetas de todos los tiempos, y sobretodo bajo el siste-ma de producción capitalista, se han caracterizado por una triste y oscura soledad que los obliga a crear nuevos mundos donde la poesía se torna colectiva y las cosas tienen nuevos nombres, victoriosos, que vistos de cerca, representan una ruptura total con la agonía.

Los poetas sueñan, desde el fondo de su sangre, una sociedad poética colmada de Eros y libertad; y el cro-nopio es el ciudadano de una sociedad de ese talante, es una clase social o estado del espíritu que permite hacer de la poesía una conciencia real dentro de un espacio y tiempo determinados. El cronopio es la oportunidad que se da el hombre para hacer de su sociedad una obra de arte, un poema genial, conciencia de la necesidad de ser poetas como colectividad y como humanidad.

Cortázar evita dar una descripción física precisa de los cronopios y se refiere a ellos sólo como “seres verdes y húmedos”. Los relatos proporcionan claves acerca de la personalidad, los hábitos y las inclinaciones ar-tísticas de los cronopios. En general, los cronopios son presentados como criaturas ingenuas, idealistas, des-ordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y las esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridas. A grandes rasgos, se pueden

Carta del editorCarta de bienvenida

índice

Pequeño cuento, de una gran niñaCuento hecho por una niña de 10 años para un concurso litera-rio de su país

Crónicas de una locadestrampadaHomenaje a nuestro lector

Octavio Paztextos, textos, textos...

CorrosivoSolo sugestión

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3

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carta del editor

considerar como símbolos de las clases alta, media y baja.

Ana era una nena muy especial. Como a todos los chicos, le gustaba jugar con sus amigos, ir a la plaza, escuchar música, mirar tele... y también le gustaba cocinar. Pero Ana no cocinaba comida. Sí usa-ba ollas, cucharas y cucharones, platos y platones, pero los ingredientes que utilizaba no eran muy comunes que digamos. “Una pizca de brillo de luna... dos go-titas de rocío... un vuelo de mariposa... un poquito de olorcito de flores silves-tres... ¡Listo! ¡Ya está!” Y servía orgullosa su creación. Aquella vez, Ana había cocinado la palabra LUCIÉRNAGA. Como había dicho antes, a la pequeña Ana le gustaba cocinar, pero utilizaba ingredientes especiales porque lo que cocinaba eran, simplemente, PALABRAS. Cuando cocinaba, Ana hacía grandes gestos y, además, se concentraba muchísimo. Le gustaba preparar platos especiales para personas especiales. Lo hacía para sus padres, sus vecinos y vecinas, para sus amiguitos y amiguitas del jardín, para sus hermanos, sus tíos, sus abuelos... Sólo bastaba sentir un poco de inspiración para que se pusiera a elaborar palabras para regalar. Por eso, por las dudas, siempre llevaba en su mochila sus cacharritos para cocinar. Un día fue a la casa de su abuela. La Tata, después de servirle una rica leche con esa torta-de-chocolate-especial que a Ana tanto le gustaba, le contó un cuento. Cuando terminó, a Ana le gustó tanto que le dio un beso y salió corriendo a buscar su mochila, o mejor dicho, sus cacharritos. Comenzó a cocinar: - Tres sonrisas de bebé... un puñadito de alegría... cinco salti-tos... ocho grititos... dos gestos de asombro... ¡Listo! ¡Ya está! Abuela: esto es para vos. Y le entregó, con una gran sonrisa, las palabras “GRACIAS: TE QUIERO MUCHO”. Esta muchachita preparaba sus riquísimos platos encualquier momento y en cualquier lugar y, por supuesto, dejaba mara-villadas a las personas que recibían obsequios tan especiales: DULZURA, AMOR, SUAVIDAD, SUEÑOS... Pero sucedió una vez, que tuvo deseos de cocinar cuando hubo una discusión entre sus compañeritos, en el patio del Jardín. Corrió a la sala y trajo los cacharritos. Comenzó la mezcla: - ¡Ocho gritos de hombre lobo! ¡Una tormenta de mar! ¡Dos vientos huracanados! ¡Diez patadas de elefantes enojados!– Ana no paraba de agregar ingredientes.- ¡Fuego de dragón! ¡Rugido de león! ¡Cien hechizos de brujas malvadas!... Sacó rápido la palabra de la olla y... ¡¡¡QUÉ SUSTO!!! A Ana

no le salió una palabra. ¡Le salió una PALABROTA! Una palabrota desconocida, furiosa, enojosa,

que con sólo tocar el aire, provocó que sus amiguitos dejasen de pelear y se quedasen así, quietitos, mirándola. También los otros chicos que estaban en el patio se quedaron así, quietitos, sor-prendidos. Justo en ese momento, llegó Gisela, la seño que les pedía que fuera cada cual a

su salita, para tomar la merienda. Todos salieron corriendo, incluyendo a Ana, que

todavía se preguntaba qué era lo que había ocurrido, ya que nunca había cocinado antes una

palabrota de semejante tamaño (ni una “palabrotita”, siquiera). Ana se fue a su casa preocupada. No quería volver a cocinar. No quería que volviera a pasar lo que ya sabemos que le pasó. Daba vueltas. Estaba intranquila... - ¡Qué fea palabrota cocinó Ana! – había dicho Joaquín. - ¡Sí! ¡Y menos mal que no la escuchó la seño! – había dicho Micaela. Al día siguiente, durante el recreo y mientras los chicos estaban en el patio, Ana tomó sus cacharritos. Se concentró y comenzó la tarea. Quiso hacer una palabra linda. Pero cocinó la palabra SUSTO. Intentó nuevamente. Esta vez, la palabra fue MIEDO. Ana intentaba repetir recetas conocidas, pero el resultado era cada vez peor: PESADILLA, MONSTRUO... ¿Qué iba a hacer? La mochila y los cacharritos fueron guardados en el baúl con otros juguetes, pero en un rinconcito, donde casi no se pudie-ran ver. Y así fueron pasando los días. Hasta que una tarde, vino de visita nada más y nada menos que la abuela. Y con ella, también llegaron todos sus cuentos. De repente, Ana sintió un calorcito en el corazón y un de-seo ya conocido de... ¡cocinar otra vez! El dormitorio, el baúl, la mochila... los cacharros.

lección de cocina

crónicas

La vida me regalo sentimientos, que jamas pude ex-plicarme. Sin conocer tu sonrisa, ni tus manos, ni tus ojos....¿como pude enamorarme?.Si el amor se alimenta con ternura, compartiendo risas, llantos. Si es un leño que hay que mantener encendido para conservar el calor. Si nunca encendi ese leño....¿que desperto mi amor?.Hoy no me cabe dudas, venimos de otra dimension. Quizas alla fue real, compartimos risas, llantos, y hasta un amor de mil años.No bajamos, nos cahimos, por eso somos extraños.Tal vez fuimos protagonistas de un cuento de duendes y hadas. Y un dia quien sabe por quemotivo, del bosque nos escapamos. No compartimos caminos, y nunca nos encontramos.Yo se que no me escuchas, que solo hablo con mis deli-rios. Pero necesitaba contarlo. Es que mepregunto cosas que jamas pude explicarme. Sin conocer tu sonrisa, ni tus manos, ni tus ojos....¿como pude enamorarme?¿Sabes?, solo imaginarte me hacia feliz. Cada dia te esperaba. Y un dia cualquiera converce con mi conciencia, entonces emplee la palabra....¿como se llama?....¡coherencia!!!!!Asi deje de soñar, comence a vivir la realidad. De a poco deje de reir, a caminar hacia la nada. Ya no escribi mas poemas, por que nada me inspiraba. Comence a ser nor-mal....vivir por que respiraba.Y ese libro que durante mucho tiempo escribi en mi corazon, un dia le puse FIN, se termino el sueño , para emplear la razon.

Confieso que alguna vez soñe con que lo leyeras. Pero en la dimension que vivimos, a pesar de sufrir , destruirte, tenes que vivir la realidad. Y la realidad es que....¿como podes enamorarte de alguien que jamas haz conocido?.Por eso, si en silencio te ame....hoy en silencio, te olvido.o Cerca de la cordillera de los Andes, rodeada por altas montañas de blancas cumbres y milenarios bosques de alerces había una mística laguna de forma redondeada y de aguas transparentes. Excepto por las criaturas del bosque o las aves que surcan los cielos muy pocos ojos humanos se habían posado en ella por eso parecía increíble que hubiera allí una vieja pero hermosa cabaña de descanso. El lugar era en sí el mismísimo paraíso perdido. El doctor Celiz la había comprado a su viejo colega el doctor Meissner. Ya estoy muy viejo para llegar hasta allá – había dicho – pero la magia de ese lugar vivirá siempre en mi corazón. ¿A que se refería Meissner con lo de la magia? ¿Tendría algo que ver con el accidente del que salvó milagrosamente?

crónicas de una disparatadaloca

¿Acaso creía él en los mitos que habían hecho famosa a esa región? Al llegar a aquella cabaña y a su idílico entorno, el Dr. Celiz sintió que había hecho “la inversión de su vida” y al inhalar profundamente aquel purísimo aire le pareció comprender a que se refe-ría su colega con lo de “la magia del lugar”. Mientras el doctor y su esposa bajaban las maletas del auto y hacían reconocimiento de la cabaña y su entorno, la pequeña Kimmy decidió explorar. Difícil es realizar actividades sin despegar la vista de una criaturita de 2 años, sin embargo, en ese momento, la madre y el padre se encontraban tan maravillados con el lugar que lo único que deseaban era instalarse pronto para luego poder disfrutar.

Absortos desempacando, no se dieron cuenta de que la pequeña salió por la puerta trasera. Sus redondos y vivos ojos saltaban de un lado a otro maravillados con cada nueva cosa que veía. Frente a ella, un muelle de madera rústico conducía varios metros dentro de la laguna. Un viejo bote se encontraba atado a uno de los pilares y no había ninguna baranda que ofreciese protección o apoyo. Kimmy avanzó por el muelle con la vista fija en el viejo bote. Cuando llegó hasta el borde, sus pequeños pasitos se detuvieron. Le llamó mucho la atención que el agua era como un espejo. Mirar la laguna era ver el cielo, las nubes, los altos alerces y las cumbres nevadas. Finalmente su mirada se detuvo en el viejo bote y sin dudar se imaginó lo entretenido que sería pasear en él. A continuación comenzó a buscar una forma de llegar hasta él…casi con desesperación observaba el viejo cor-del con el cual el bote permanecía atado. Tiró de él y este lentamente comenzó a acercarse. La nitidez de los reflejos por un momento desapareció y las ondas provocadas por la niña comenzaron a alejarse hacia el centro de la laguna. Es increíble lo que puede pasar en tan pocos segundos. Con gran dificultad intentó bajar por los pilares para su-birse al bote, sin embargo, en un instante su pie resbaló, sus manitos se soltaron y cayó al agua… Lentamente comenzó a hundirse de cara al cielo, le parecía ver las nubes a través de un frío velo y se sintió sumida, prime-ro en un letargo y luego en un sueño y como transporta-da por suaves manos, lentamente llegó ante una grieta en el fondo de la laguna.

Si bien en el mundo de los bebés hasta las cosas más extrañas pueden parecer normales… y viceversa, lo que había al otro lado de aquella grieta hizo que los ojitos de Kimmy se abrieran tan redondos como dos lunas llenas en la noche más hermo-sa… Un mundo habitado por trans-parentes, bellos y estilizados seres de agua se abría paso ante sus ojos.

La paz reinante en este lugar era tan intensa que Kimmy olvidó inmediatamente el susto de la caída. No sentía frío, no le faltaba el aire, nada la angustiaba… ¡todo era perfecto! Su inquieta mirada lo exploraba todo, extendiendo sus manitos quería tocar a cada uno de

Octavio Paz

Poeta y ensayista mexicano nacido en Mixcoac, Ciudad de México en 1914.Es un poeta de todas las horas. Prevalece en sus poemas la madu-rez del día, madurez gozosa que se identifica con el encuentro y el abrazo nupcial de la pareja. Paz, es el poeta de las nupcias: en sus textos líricos copulan el cielo y la tierra, el hombre y la mujer, los animales, los astros, las plantas, las palabras, y copulan alegre y satisfactoriamente. A través del amor y el erotismo, Paz descubre y puebla un mundo en el que el hombre y la mujer luchan, se despedazan y surgen nuevamente de sus cenizas. En 1990 obtuvo el Premio Nobel de Literatura como reconocimiento por su obra. Entre sus libros más desta-cados, se encuentran «El Laberinto de la Soledad», «El Arco y la Lira», «Águila o Sol» y «Libertad bajo Palabra».Falleció en 1998.

Mis palabras, al hablar de la casa, se agrietan. Cuartos y cuartos, habitados

sólo por sus fantasmas, sólo por el rencor de los mayores

habitados. Familias, criaderos de alacranes:

como a los perros dan con la pitanza vidrio molido, nos alimentan con sus odios

y la ambición dudosa de ser alguien. También me dieron pan, me dieron tiempo,

claros en los recodos de los días, remansos para estar solo conmigo.

Niño entre adultos taciturnos y sus terribles niñerías,

niño por los pasillos de altas puertas, habitaciones con retratos,

crepusculares cofradías de los ausentes, niño sobreviviente

de los espejos sin memoria y su pueblos de viento:

el tiempo y sus encarnaciones resuelto en simulacros de reflejos.

En mi casa los muertos eran más que los vivos. Mi madre, niña de mil años,

madre del mundo, huérfana de mí, abnegada, feroz, obtusa, providente,

jilguera, perra, hormiga, jabalina, carta de amor con faltas de lenguaje,

mi madre: pan que yo cortaba con su propio cuchillo día a día.

Los fresnos me enseñaron, bajo la lluvia, la paciencia,

a cantar cara al viento vehemente. Virgen somnílocua, una tía

me enseñó a ver con los ojos cerrados, ver hacia adentro y a través del muro.

Mi abuelo a sonreir en la caída y a repetir en los desatres: al hecho, pecho.

susurrabacorrosivamente

meConfinandome al olvido sin buscar su nombre, en estos días, puede que pueda, a lo mejor puedesuceder que yo no mantenga mi promesa de no darle motivo y no recordarte más, y es que lossusodichos susurros, me suspiraban y llenaban de vapor mi oreja, yo no podía soportar ni una más, ni siquera por equivoca manipulación de los sentidos, porque sentía que me quemaban, apoyado sobre la mesa, yo ya habia renunciado a mi juego, si es que eso se puede llamar un juego, era más bien algo asi como un tira y afloja, más allá de todo lo quese podía imaginar cualquier persona en un situación asi, fue todo lo contrario, no senti absolutamente nada, nome rendí ante sus exigencias y no me abrume por su sonrisa, trataba que la respiración no medelatara, fue un contrato con mi auto-control, decidi por las buenas bloquear mis sentidos, y no dejar que me molestara más esa mirada, esa mirada, tan pasiva, fractal, esa mirada que nose equivoca que juzga, te mantiene, te mueve, te hace solemne invitado al ritmo de su risa, para mi sorpresa lo logré, pensé que me veria traicionada por mis deseos, de seguir atada a su boca, justo por el lado de mi oreja derecha antes de llegar al cuello, en el mismo punto donde me habia dejado en suspenso, justo en el momento donde me había dejado con ganas de esos corrosivos susurros que me llenaban la vista y engañaban a mi tacto, en realidad ahora que lo pienso, solo estaba confundida, por no saber realmente lo que quería, sin embargo, más alla de toda espectativa propia y de mis complices imaginarios, soporte, y lo hice muy bien, que orgullo siento.

En fin deje pasar de largo ese incidente y segui con lo que habitaulmente haría cualquiier persona despojada de un relato inutil y de un torpe amor, bueno, supongo que lo que cualquier persona haría, sería gritar a todo el mundo y predicar la libertad en alas de sonrisas y ma-jestuosas miuradas calidas, eso fue precisamente lo que hice, en su momento habia apostado todo lo que poseo y l que soy al amor, y no lo digo porque este arrepentida, al contrario, lo digo porque estoy orgullosa de haberlo hecho, de no ser asi, no me hubiera dado cuenta de una y mil cosas que ahora sé, y que bueno por aspotarlo todo, sali vencedora de la situación, no me quejo, tengo demasiado que agradecere, entre brazos tendré el premio mayor, y entre ceja y ceja la penumbra de un amor que no me hace más daño, ¿Qué si fuí valiente?, si lo fui, y no eperaba menos de una mujer como yo, la verdad si suelo ser una niñita tonta, pero si de algo puedo enor-gullecer y enaltecer mi cuello, es que se precisamente lo que quiero.